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China
La barbarie lingüística de Zapatero
Agapito Maestre Libertad Digital 12 Abril 2011
La "defensa" de la lengua española que ha hecho Zapatero, en China,
revela algo peor que cinismo. La metáfora es siempre terrible, casi
una impostura permanente, utilizada por un bárbaro que desconoce por
completo que una lengua es antes que nada comunicación... Sí, sí,
comunicación de todo, de lo malo y de lo bueno, de lo absurdo y de
lo cuerdo, del bien y del mal... Una lengua que sólo pudiese
expresar el lado afirmativo del mundo no sería una lengua de
comunicación, toda vez que ocultaría su parte negativa, sino un
instrumento de manipulación. Cuando Zapatero dice en términos
metafóricos que quien aprende a decir amigo o paz ya conoce la
semilla del español, está engañando a los chinos y a los españoles.
Estamos ante un gran impostor; más aún, cuando las palabras se
desvían de su genuino sentido, como decía Kraus, comienza a reinar
por todas partes la impostura.
La descomposición moral de una sociedad tiene su mejor reflejo en la
negación de su lenguaje. Zapatero es, entre todos los políticos
occidentales, el gobernante que ha hecho del cuestionamiento de la
terminología negativa de la lengua española su principal "política".
La ocultación de las palabras "feas" ha sido el principal
instrumento del socialismo para ocultar la realidad. Todo ha sido
una farsa lingüística. Todo es aún una falsificación del lenguaje.
Del mismo modo que no quiso nunca pronunciar la palabra crisis para
ocultar la crisis real, también ahora, con una desfachatez propia de
los lenguajes totalitarios, dice que nuestra lengua no tiene las
palabras "enemigo" o "guerra". ¡Cuánto analfabetismo!
Mantener que la verdadera semilla del español está en las palabras
"amigo" o "paz" significa la negación de la esencia de nuestra
lengua o de cualquier otra, a saber, la posibilidad de comunicar lo
negativo de la realidad. Por eso, precisamente, digo que grave es
que Zapatero defienda en China lo que no es capaz de defender en
España; cobarde es, en verdad, que Zapatero intente defender en
China lo que no se atreve a garantizar a los niños españoles en
Cataluña, País Vasco, Galicia, Comunidad de Valencia y las Islas
Baleares, a saber, educarse en la lengua oficial del Estado, el
castellano o español. Pero es aún peor, muchísimo peor que esa
cobardía, la amputación que hace de una lengua, como el español, al
reducirla a su mera terminología positiva.
Zapatero ha llevado hasta sus últimas consecuencias las tesis
mostrencas que un día le aconsejó Geoge Leakoff: "El político tiene
que hablar siempre en metáforas con palabras de significado
positivo". Se trata de ocultar lo real, las cosas tal y como son,
por encima de cualquier otra consideración política o moral, a
través de la ocultación de las palabras que expresan lo negativo de
la realidad. Esta visión absurda del lenguaje sigue siendo la base
de la política autoritaria de Zapatero. Por este camino de
mutilación lingüística, Zapatero ha intentado que no podamos ni
nombrar esas realidades terribles que responden a los vocablos,
también españoles, terroristas y víctimas. Fue y es una de las bases
de su negociación con ETA: la negación de la víctima implica la
ocultación del terrorista
En fin, porque a un político demócrata hay que exigirle que exprese
con propiedad las cosas, me rebelo ante el discurso "metafórico" y
manipulador de Zapatero cuyo único objetivo es dejar de creer en las
palabras que empleamos. He ahí, insisto, la raíz de la muerte del
valor moral de la democracia española.
Educación en España
Tiene razón Granados: cuanta más educación tengan los jóvenes, menos
votarán al PSOE.
Óscar Elía www.gaceta.es 12 Abril 2011
Tres crisis históricas, intelectual una, política otra y económica
la tercera, han afectado a la izquierda occidental. La intelectual,
a finales de los años sesenta del pasado siglo, cuando sustituyó la
racionalidad marxista por la vulgata progresista-posmoderna, la
ecologista, feminista o islamofílica. La política, con la caída del
Muro de Berlín y el desmoronamiento del paraíso socialista, cuando
mostró su incapacidad para construir una alternativa a la democracia
liberal. La económica en 2008, con la hipertrofia del Estado de
bienestar, y el fracaso de la socialdemocracia y el gasto público.
En otros países, estas crisis han supuesto el descrédito
progresista. En España no. Es el único país de nuestro entorno donde
el partido de la derecha, incapaz de cantar victoria, aún acude
cabizbajo a la izquierda en busca de legitimidad política y social.
¿Cómo es posible? Es la educación: en España está enferma de dos
males relacionados: la bajísima calidad y el altísimo
adoctrinamiento, fruto de la ideologización izquierdista del sistema
educativo. Este genera mentes progresistas a escala industrial.
Una sociedad educada en el relativismo intelectual y en el
subjetivismo moral es incapaz de distinguir el bien del mal, lo
justo de lo injusto, la verdad de la mentira. Alérgica al rigor, la
razón, al esfuerzo o la excelencia; embrutecida escolarmente por la
LOGSE o la LOE; y rebajada a la animalidad lúdica de Sálvame, La
Noria, o Física y química, no extraña que la sociedad española aún
mantenga en alta estima la ideología progresista, que por sus
fracasos debiera estar arrinconada al fondo del trastero de la
historia y la sociedad.
Por eso tiene razón Granados: cuanta más educación tengan los
jóvenes, menos votarán al PSOE. El problema es que exigirán también
al PP menos centrismo y más valores. Que es lo que parece que da
pánico a sus responsables, cuando anuncian, cabizbajos ante la
izquierda, que no derogaran Educación para la ciudadanía.
El músculo político
HERMANN TERTSCH ABC 12 Abril 2011
EL señor Mariano Rajoy se ha ido a Berlín a ver a la señora Ángela
Merkel. Eso está muy bien. A doña Ángela le conviene saber que el
viejo amigo Mariano tiene planes razonables para el caso de que,
después en las próximas elecciones generales, pueda formar Gobierno
en España. Le quitará algún peso de encima a la cancillera saber que
ese hipotético gobierno aplicará las reformas necesarias en la
convicción de que son lo mejor para España. Y no por pura
obligación, en contra de sus propias convicciones ni buscando
siempre la trampa para aguarlas o retrasarlas. Que tras la ambición
del cambio político en España hay unos principios ideológicos, una
confianza en la libertad y en la competencia, una voluntad de
imponer el rigor en las cuentas y de poner fin a los eternos
cambalaches con los poderes fácticos más reaccionarios de este país
como son los sindicatos, las tramas corporativas, los sistemas
clientelares y los nacionalismos voraces.
Que hay vocación de imponer, ahora que la necesidad ahorca, un
sistema de unidad de mercado, liquidación de la jungla regulatoria y
disciplina presupuestaria en unas taifas que han desarrollado una
costumbre ya maníaca de chulear al Estado central. Confiemos en que
Rajoy sea más explícito en Alemania de lo que es aquí, porque si no
la señora Merkel puede pensar que la diferencia entre Rajoy y
Zapatero estriba sólo en que el registrador de la propiedad hará las
cuentas más limpitas que el truhán y soñador. Si así fuera, Merkel
podría perder las esperanzas en que en España el cambio sea algo más
que dejar de presentar presupuestos mentirosos, cuentas trucadas o
expectativas inventadas. Esto es necesario por supuesto, pero no
suficiente. No va a bastar con que el próximo Gobierno no sea
mentiroso. Va a tener que ser capaz de trasladar —y hacer entender y
asumir— a los españoles el mensaje fundamental de lo que está
sucediendo en este momento en la Unión Europea y que el Gobierno
Zapatero ha ocultado tras esas ridículas cortinas
sobre los halagos a su buena tarea en las reformas. Vanagloriándose
de pírricas victorias como no caer inmediatamente después de
Portugal en el pozo del rescate o tener unas semanas distraídos a
los mercados. Se trata de que los españoles entiendan que la
disciplina dentro del club exige una profundísima recomposición de
todo nuestro sistema. Y que la alternativa es catastrófica. ¿Será
capaz Rajoy? Hablamos del caso de que pueda gobernar. Lo que todavía
no está escrito. Pero aún más urgente es saber si es capaz Rajoy de
presentar a los españoles una alternativa real y esperanzadora a
partir de esa certeza de la dureza del cambio. Porque esa travesía
por un desierto que será larga tiene que apoyarse en factores de
motivación que han de ser políticos. Habrá de convencer a los
españoles de que podemos vivir más libres, conscientes y motivados
embarcados en la tarea de sacar adelante cada uno su vida y todos
juntos un proyecto nacional. Para salir del pozo negro del desánimo
y la quiebra en el que nos ha sumido el socialismo, hace falta
también orgullo y ambición, perspectivas y esperanza.
Por desgracia, Merkel puede infundir hoy poco ímpetu a Rajoy. Ha
demostrado en estos meses cómo se desmonta un liderazgo
esperanzador. Su populismo y afán de agradar, el neutralismo en
Libia, la pirueta antinuclear, su falta de pulso en suma, la han
dejado malparada. No la den por muerta. Muchos creen en su
recuperación. En que dará la sorpresa. En su músculo político. Si
Rajoy tiene ese recurso convendría que acordaran mostrarlo juntos.
Eso sí, pronto.
Víctimas
Las víctimas tienen su papel en los procesos de erradicación de la
violencia, cierto. Pero ese papel nunca podrá ser, en un Estado de
Derecho consolidado, ni protagonista ni relator: su papel es el más
humilde de ser testigos o símbolos
J. M. RUIZ SOROA El Correo 12 Abril 2011
El Estado de Derecho de los países liberales y democráticos nunca ha
tenido un lugar especial para las víctimas de los actos delictivos
violentos que se produjeran en su ámbito. Y esta ausencia no ha sido
casual, ni ha constituido un olvido del Derecho, sino que se ha
correspondido exactamente con la filosofía que hay detrás del
tratamiento conceptual y práctico que se concede al fenómeno social
del delito. En efecto, el delito no es catalogado como tal porque se
trate de un caso de daño causado injustamente a otra persona (la
víctima), sino porque supone una transgresión voluntaria del orden
jurídico en que se fundamenta la convivencia de todos. Lo relevante
para el Derecho no es el hecho de que se haya causado un daño
concreto a alguien, sino la rebelión del infractor contra las normas
generales.
En las sociedades antiguas era el daño inferido a otra persona el
que se valoraba como crimen. El crimen era algo esencialmente
privado, se traducía en una relación personal entre victimario y
víctima, y era ésta última la titular del derecho a perseguir al
culpable y exigir una retribución por el mal sufrido. O a
perdonarle. Por el contrario, el Estado moderno valora la acción
delictiva en tanto en cuanto se opone a un orden jurídico general, y
lo que pretende al sancionar al delincuente es restaurar la plena
vigencia del orden jurídico. Resarcir a la víctima es sólo una
función complementaria y accesoria del Derecho, nunca la principal.
Es por ello por lo que en el proceso penal los papeles protagonistas
están atribuidos al delincuente al que se juzga y al Estado de
Derecho que acusa y sentencia. La víctima tiene un papel excéntrico
o marginal al proceso jurídico.
Ahora bien, en la política moderna ha tenido lugar un fenómeno
peculiar, y es el de la revalorización (política) del papel genérico
de víctima. Los ciudadanos se conciben a sí mismos como víctimas, la
sociedad va poco a poco convirtiéndose en un conglomerado inestable
de víctimas de todo tipo, y no existe mejor título de legitimación
política para defender cualquier pretensión que el de presentarse a
sí mismo como víctima de alguna injusticia, concreta o cósmica. Hoy
en política nadie quiere ser víctima pero todo el mundo quiere
haberlo sido en el pasado.
Este fenómeno político se ha trasladado al ámbito del Estado de
Derecho y asistimos hoy algo perplejos al caso de que las víctimas
de los delitos, sobre todo cuando son repetidos y colectivos,
reclaman un papel protagonista en su persecución y tratamiento. Las
víctimas se consideran investidas de una especial legitimación para
formular sus opiniones, sus intereses y sus exigencias con respecto
al fenómeno delictivo y todo lo que le rodea. Y, efectivamente, la
sociedad mediática en que vivimos les concede una enorme atención,
pone su foco sobre ellas.
Esta reaparición social de las víctimas tiene algún rasgo positivo,
sin duda: las víctimas han estado en ocasiones muy escondidas y
olvidadas (el terrorismo vasco es paradigmático al efecto); en otras
ocasiones, han sido precisamente las víctimas las que con su
presencia dolorida y su exigencia permanente de restaurar sus
derechos, han contribuido al efectivo castigo de los culpables de
crímenes odiosos (Sudamérica). Las víctimas han operado como
ejemplos vivientes de los derechos humanos conculcados, han
concretado con su humanidad doliente la configuración abstracta y
objetiva del Estado de Derecho. Son y serán siempre un acicate
permanente para activar a Estados de Derecho ausentes o
insuficientes.
Y, sin embargo, creo que no conviene en este punto dejarse llevar
por una fácil 'victimolatría' y llegar al extremo de configurar a
las víctimas como protagonistas del proceso democrático de
erradicación de la violencia y retribución por los delitos
cometidos. Porque hay un fondo de razón muy evidente en la
desconfianza con que el Estado de Derecho ha observado siempre la
actuación de las víctimas: el hecho cierto de que se trata de
personas concretas, cargadas por ello con todos los sentimientos e
intereses propios de la subjetividad humana. No se trata de afirmar
que el delito es ante todo una cuestión pública, mientras que el
daño sufrido sería una cuestión privada. La distinción no se traza
entre lo público y lo privado, sino entre la consideración abstracta
y objetiva de la norma jurídica, y la visión concreta y subjetiva de
la víctima. La relevante es la primera, y quien la protagoniza es la
comunidad democrática de ciudadanos. Las víctimas son personas y su
propio dolor las somete a constricciones evidentes, nunca serán
jueces fiables.
Las víctimas tienen su papel en los procesos de erradicación de la
violencia y deslegitimación del terrorismo, cierto. Pero ese papel
nunca podrá ser, en un Estado de Derecho consolidado, ni un papel
protagonista ni un papel relator: su papel es el más humilde de ser
testigos o símbolos. Un papel difícil de mantener, ante la tentación
constante de bajar a la arena pública e intervenir en la refriega
política enarbolando el mal sufrido como título. Pero si así lo
hacen, las víctimas no son ya símbolos de nada, sino unos simples
ciudadanos más: y la sociedad podrá preguntarse por qué debería
tenerles en cuenta más que a otros.
Islandia sí es una revolución
DANIEL REBOREDO El Correo 12 Abril 2011
HISTORIADOR
El pasado sábado se celebró en Islandia un referéndum con el que se
pretendía cerrar el ciclo iniciado con la crisis financiera de 2008
que llevó a la ruina al país y en cuyo proceso los ciudadanos han
demostrado lo que se puede hacer frente a la especulación financiera
desregulada. Pero ¿lo han hecho realmente? Y si es así ¿por qué no
están inundados los medios de comunicación de noticias relativas al
antiguo reino de Thule? ¿Es que acaso no interesa mostrar un camino
que se aleja de las autopistas controladas por el FMI y el BM? Todas
estas preguntas, y otras muchas, se contestarán de una u otra forma
dependiendo de los intereses de la persona que lo haga, pero lo que
nadie podrá negar es que los islandeses han sido capaces de
mostrarnos una alternativa a las decisiones unánimes que los
gobiernos de los principales países del mundo han adoptado para
enfrentarse a las consecuencias de la crisis y al papel culpable que
se nos asigna a los ciudadanos de a pie en esta trágica pantomima.
Tantas palabras huecas sobre los acontecimientos de los países
árabes, tildándolos exageradamente de revolución cuando el poder
sigue en manos de los mismos; innumerables artículos dedicados a
Grecia, Irlanda y ahora Portugal, y escasísimas referencias a un
auténtico proceso revolucionario de consolidación de verdadera
democracia sin atisbo alguno de violencia. Sólo los islandeses y su
revolución pacífica han sido capaces de derribar un Gobierno en 2009
(el del conservador Geir H. Haarden), redactar una nueva
Constitución y encarcelar a muchos de los responsables de la debacle
económica del país, consolidando la democracia más antigua del
mundo. ¿Cómo lo han conseguido? De una forma muy sencilla, negándose
a asumir las deudas contraídas por los bancos privados y
aprovechando el caudal que da la democracia para participar en todas
las importantes decisiones que se han adoptado en el país desde
2008. De las mismas caben destacar las elecciones anticipadas de
abril de 2009 de las que salió el Gobierno de coalición formado por
la Alianza Social-demócrata y el Movimiento de Izquierda Verde,
encabezado por la primera ministra Jóhanna Sigurdardóttir; el
referéndum de 7 de marzo de 2010 rechazando las negociaciones con
los gobiernos holandés y británico para devolver los 3.700 millones
de euros de la quiebra de Icesave (filial del Landsbanki) y
bloqueando el pago de la deuda; el rechazo del acuerdo aprobado en
el Parlamento islandés de 17 de febrero de 2011, ante las presiones
de los organismos financieros internacionales, que luego vetó Ólafur
Ragnar Grímsson y que dio lugar al referéndum; la Iniciativa
Islandesa Moderna para Medios de Comunicación, proyecto de ley que
pretende crear un marco jurídico destinado a la protección de la
libertad de información y de expresión; y, finalmente, una ambiciosa
reforma constitucional que, por primera vez en la historia, nacerá
de un proceso de democracia directa y en la que trabajan, desde
mediados de febrero, 31 ciudadanos sin filiación política (el
denominado Parlamento Constituyente Asesor) para elaborar un nuevo
texto que sustituirá al de 1944.
El silencioso 'proceso revolucionario' islandés se inició, tal y
como señalábamos, en 2008, cuando su Gobierno decidió nacionalizar
los tres principales bancos que estaban en quiebra técnica, el
Glitnir Bank HF, el Kaupthing y el Landsbanki Islands HF, y cuyos
clientes eran principalmente holandeses, británicos y
estadounidenses. Bancos que, al abrigo del prepotente y ufano
neoliberalismo, se lanzaron a comprar activos y productos fuera de
sus fronteras que eran sólo basura. A pesar de la resistencia
ciudadana a pagar los platos rotos, los islandeses padecen las
consecuencias de la avaricia neoliberal en forma de recortes
económicos en la sanidad, la educación y otros sectores públicos;
del aumento del desempleo; de las reducciones salariales o de la
congelación de los sueldos; del incremento de los precios; del pago
del préstamo de 2.100 millones de dólares del FMI; etcétera.
Jugaban a favor del sí en el referéndum factores como la reducción
de los intereses aplicados por Holanda y Reino Unido (5% al 3%), el
aumento del valor de los activos del Landsbanki, la fuerte presión
internacional y las acciones legales derivadas del no pago. Claro
que también existía la posibilidad de que este segundo referéndum no
fuera suficiente y en un futuro el Parlamento aprobara una nueva
norma para la devolución de los depósitos, lo que nos llevaría a una
nueva consulta popular. Pues bien, el triunfo del no coloca al país
en una tesitura en la que cualquier negociación que hagan lo será,
ya lo es, en mejores condiciones que las de otros Estados europeos e
incluso su proceso de adhesión a la UE, iniciado en junio del año
pasado, será, a pesar de las declaraciones de algún líder europeo,
favorable a sus intereses.
La trascendencia de lo acaecido en Islandia rebasa el pago o no pago
de su deuda. En el país nórdico se han debatido y cuestionado los
valores que llevaron al boom especulativo y a la incompetencia y
deslealtad de los dirigentes públicos y privados sobre los que debe
fundarse una sociedad; se ha recuperado el papel de la ciudadanía en
la democracia y en la construcción social; se ha recordado que la
política y quienes la ejercen deben estar al servicio de los
ciudadanos; se ha demostrado que hay otras formas de enfrentarse a
la crisis y, finalmente, se ha caminado de la democracia
representativa liberal hacia la democracia participativa directa.
Islandia se ha convertido en una luz fulgurante en el erial de las
democracias modernas. Islandia sí es una revolución.
La frivolidad nacionalista en Cataluña
Los jerarcas nacionalistas catalanes están, como en la canción, que
se van y se van y se van y no se han ido. ¿Cataluña libre? Genial,
pero, ¿qué tal si hacemos primero libres a los ciudadanos catalanes?
La progresía no entiende que la ideología no explica toda la
complejidad de las pasiones humanas.
El Trasgo www.gaceta.es
12 Abril 2011
Si hay algo peor que un divorcio es alguien que se pasa la vida
amenazando con irse de casa en un chantaje emocional ‘non stop’. Eso
no hay cristiano que lo aguante. Y lo mismo, corregido y aumentado,
puede decirse referido a un país. No puede durar, no hay sistema que
aguante este frívolo juego de “no me voy porque no quiero liarla,
pero estoy deseando” que se traen tantos políticos catalanes. Es
potencialmente explosivo, irresponsable y cobarde.
‘La Vanguardia’, decana de la prensa española y diario catalán en
español, se suma a este juego en un editorial pretendidamente serio
pero inevitablemente tramposo. En “Las consultas”, que tiene por
asunto los plebiscitos independentistas no vinculantes que se están
reproduciendo por toda la geografía catalana con entusiasmo
perfectamente descriptible, el editorialista sostiene que “hemos
asistido estos meses a una imaginativa campaña de propaganda de los
partidos del derecho a decidir. Esto es, del derecho de la sociedad
catalana a plantearse en algún momento de su historia cotas mucho
más altas de autogobierno y de soberanía”. Que el intento citado,
que podríamos calificar en lenguaje leguinesco como ‘ganas de j...’,
no es serio puede comprobarse en las líneas siguientes, donde se
recuerda que Artur Mas ha dicho que “bajo su actual mandato no se
llevarán a cabo iniciativas institucionales que puedan provocar la
división de la sociedad catalana”, una forma farragosa de decir que
ni de broma se plantea la independencia. Algo que sería elogiable,
por sensato, si no se añadiera que “Mas ha expresado su simpatía con
la iniciativa emitiendo un voto afirmativo, como han hecho el ex
presidente Jordi Pujol, ex presidentes del Parlament, prácticamente
todos los miembros del Govern o ex consellers del PSC como Antoni
Castells”. Fantástico: altos dirigentes de la estructura de un
Estado, el español –porque eso es lo que son y lo que han aceptado
ser, quieran o no–, expresan públicamente en una mascarada política
que desearían no pertenecer a ese mismo Estado. A eso se le llama
comerse el pastel y guardarlo para luego, o alzarse con el santo y
la limosna.
Mejor, catalanes libres
Sigue el texto: “La abadía de Montserrat rezó ayer sus preces
dominicales para que cada pueblo y nación puedan decidir
libremente”. Uno se explica que, cuando los sacerdotes y religiosos
de una fe universal como la católica se meten en semejantes
berenjenales exclusivistas, no es extraño que la tierra en la que
predican sea la más apartada de la práctica religiosa por detrás
sólo del País Vasco –otro que tal baila–. Pero las palabras del
monje también recuerdan a este trasgo lo que tiene de tramposo,
falso y totalitario el nacionalismo, que pese a todo su supuesto
amor por la autonomía y la autodeterminación nunca la reivindica
para la unidad natural, el ciudadano, al que busca subsumir en el
‘alma nacional’, sino para un colectivo lo bastante artificial y
brumoso como para tener que ir inventándolo cada día. ¿Cataluña
libre? Genial, pero, ¿qué tal si hacemos primero libres a los
catalanes?; libres de políticos que les usan como coartada para
justificar sus rapiñas y posturas arrogantes y cuya libertad tratan
de recortar día a día en el nombre de una entelequia. Y no estoy
llamando entelequia a la entrañable tierra catalana, si no a ese
Estado antihistórico y de ‘opera buffa’ que intentan pergeñar.
Más Sostres
Sostres, increíblemente, sigue siendo noticia: para la izquierda es
delicioso tener un hereje que rostizar a fuego lento. Marco Schwartz
lo compara a Hanna Arendt, que también hizo hincapié en la
‘normalidad’ del mal en el caso nazi, pero enseguida entona el “no
es eso, no es eso”: “El problema de Sostres es que no es Arendt, y
en vez de aportar una reflexión sobre los efectos nocivos de la
cultura machista en jóvenes...”. Ya adivinan todo lo demás. Pero es
que, con toda probabilidad, Sostres no creía que el crimen fuera
consecuencia de ‘cultura machista’ alguna, y hace muy bien. Esa es
la falacia de la progresía en este asunto. Si mañana un tipo es
despedido por su jefe y se lía a tiros con él, todos coincidiremos
en que su acción no es justificable, pero espero que nadie lo
achacará a una ‘cultura antigerencial o ‘directófoba’. Es idiota
tratar de reducir la inmensa complejidad de las pasiones humanas y
el terrible misterio del mal a meras cuestiones ideológicas. Un
feminista puede matar a su mujer sin dudar un segundo que sea su
igual, lo mismo que Al Capone eliminaba a sus rivales sin necesidad
de despreciarlos.
El disputado voto del suicida
Las subvenciones para los gastos de las locales serán en euros
constantes: nada que ver con las pensiones
alfonso de la vega ABC Galicia 12 Abril 2011
DON Alejo Vidal Cuadras, hoy eurodiputado en lista cerrada del PP,
suele platicar sobre todo lo divino y lo humano e imparte muy sana y
santa doctrina democrática en cuantos medios le ofrecen cátedra, que
son muchos. En unas recientes declaraciones en defensa de sus
privilegios ha demostrado su insensibilidad con tantos compatriotas
que las están pasando canutas y cuyo único privilegio a defender es
el de intentar comer caliente todos los días. El personal debería
tomar nota, cosa útil siempre y en especial ahora que vienen
elecciones. Con estas y otras cuestiones no es de extrañar que
muchos piensen dejar su herencia a los chinitos o a las misiones
antes que ofrecérselas a las huestes de Mariano.
Pero nuestra partidocracia es previsora para lo que le conviene.
Así, el pasado martes 5 de abril el BOE publicaba la Orden de
Economía en la que se fijan las actualizaciones de las subvenciones
a recibir por los partidos para sufragar los gastos de las
elecciones locales, que han de ser en euros constantes, es decir,
nada que ver con los de pensiones, sueldos o impuestos de IRPF. Una
vez convenientemente actualizadas las partidas inteligibles del
tesoro a repartir quedan así: 276,86 euros por concejal electo y 55
céntimos por voto emitido, siempre que se haya obtenido al menos un
concejal. Se añadirán otros 22 céntimos en algunos casos para
compensar gastos de envío directo. Puede estimarse que el importe
total superaría los 45 millones de austeros euros, de los que PP y
PSOE resultarían los principales agraciados. El ámbito municipal es
campo de batalla para elegir cerca de 70.000 concejales y más de
8.000 alcaldes. En buen ejercicio de la memoria histórica vamos a
tener que añorar los heroicos tiempos de la anterior Restauración.
Votar también se votaba como ahora y con resultados más o menos
semejantes, pero entonces al menos los Trampetas o Bocanegras
pagaban al votante por su voto, y no al revés.
Del conde de Romanones, un donalejo de la época, se cuenta que en
cierta elección preguntó: «¿Cuánto te ha dado el otro para que le
votes, Menganito?». Menganito se quitaba respetuosamente la gorrilla
y le decía: «Tres pesetas, señor conde». «Pues toma un duro, dame
sus tres pesetas y me votas a mí». ¡Qué tiempos aquellos!
Pero ahora no, con esto del progreso, somos los pobres menganitos
los que tenemos que pagar a los próceres y próceras que tanto se
sacrificarán para representarnos. Se debería rescatar esta sana
costumbre de la compra del voto. El candidato se acercaría por las
colas del INEM o a los comedores benéficos y subastaría el voto
entre los damnificados de la clase política. Así, sus víctimas
votarían en vez de abstenerse o hacerlo en blanco. Total: si hoy en
España votar sirviera para algo, lo habrían prohibido.
Manifestación
Cuando te riñe un González Pons
Pablo Molina Libertad Digital 12 Abril 2011
Muchos de los asistentes a la manifestación del pasado sábado,
convocada por las asociaciones de víctimas del terrorismo, estamos
desolados por las declaraciones del portavoz del PP en las que ha
mostrado su disgusto por algunos de los eslóganes coreados durante
la marcha.
Desde que González Pons ha dicho que se "puede sentir incómodo"
cuando la gente invita con cierta coña no exenta de mala uva a
Rubalcaba a ir a prisión, muchos de los que allí estábamos tenemos
serios problemas para conciliar el sueño, porque el principal
objetivo cuando se asiste a una manifestación de las víctimas del
terrorismo es, naturalmente, que el vocero del PP se sienta a
gustito entre nosotros. Es lo menos que podemos hacer en
compensación al esfuerzo de los dirigentes del PP por mezclarse con
la plebe votante, cuyo contacto les provoca un rechazo espontáneo
porque es que no somos nada progres. En realidad apenas si somos
centro-reformistas, y ya se sabe que fuera del canon intelectual que
representa el binomio Celia Villalobos-Nacho Uriarte, es difícil que
en la sede central del PP te consideren uno de los suyos.
Los que mandan en el PP oscilan entre los que no quieren que se
especule siquiera con la posibilidad de que Alfredo Pérez Rubalcaba
vaya a la cárcel y los que estarían dispuestos a manifestarse a las
puertas de la Audiencia Nacional para que ni siquiera se siente en
el banquillo. Es lo que tiene el centrismo, y en agradecimiento a
todos estos fans rubalcábidos, el depositario de tanto cariño no
pierde ocasión de manifestar el desprecio que siente por todos ellos
juntos, cosa que en la calle Génova, al parecer, se disfruta como
una especie cada vez más enfermiza de disciplina inglesa cuando no
sea directamente helénica, que todo podría ocurrir.
Si el PP reduce su exigencia de responsabilidad al ministro del
Interior por los desmanes de su departamento a una pregunta
parlamentaria en miércoles alternos y considera así saldada su
obligación de controlar a un Gobierno que negocia con una banda
terrorista, sus dirigentes hacen muy mal acudiendo a una
manifestación convocada por las personas que han perdido la vida de
sus seres queridos a manos de los mismos que ahora son parte del
cambalache. Para eso mejor ir al cine a ver la última joya de
nuestra industria o quedarse en casa viendo los DVD con los
cincuenta últimos programas del Wyoming, actividades mucho más
centristas que acudir a una manifestación en contra de Rubalcaba y
ZP.
González Pons es muy moderado y quiere que los demás también lo
seamos, pero el problema es que a la inmensa mayoría de sus votantes
no nos sale de las pelotas ser moderados como él, sobre todo cuando
está en juego el derecho de las víctimas del terrorismo a no ser
pisoteadas en su dignidad por un gobierno cada vez menos legítimo.
¿Podrá D. Esteban perdonarnos algún día? La respuesta, por favor,
antes del 22 del mes que viene.
Pablo Molina es miembro del Instituto Juan de Mariana.
******************* Sección "bilingüe"
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Zapatero ningunea otra vez a las víctimas
EDITORIAL Libertad Digital 12 Abril 2011
Nos encontramos ante la puesta en escena de una próxima negociación
entre el Gobierno y el entorno etarra. Para verificarlo no hay más
que seguir las iniciativas políticas del segundo y las siempre
conciliadoras intenciones del primero. Durante la comparecencia de
José Luis Rodríguez Zapatero junto al presidente de Colombia, ZP
animó a Bildu a estar en las elecciones. A cambio sólo pide que la
formación profundice en unos pasos que, según dice, "algunos parece
que quieren dar".
Tanta retórica hueca no tiene otra función que tender una mano al
partido que ya se ha constituido como opción B de Batasuna después
de que el Tribunal Supremo impidiese a Sortu presentarse a los
comicios de mayo. El Gobierno insiste de este modo en hacer gestos
de cara al entorno etarra para que modifiquen un par de cuestiones
estéticas y concurran a las elecciones como cualquier otro partido.
Bildu no es, sin embargo, un partido cualquiera.
Todo indica que tras esa palabra en vascuence –Bildu significa
"reunir"– se esconde la Batasuna de siempre debidamente camuflada
para pasar inadvertida y así consolidar y acrecentar su presencia en
los ayuntamientos. No es casualidad que Bildu haya tachado de
"incidente" el tiroteo del pasado fin de semana en Francia entre dos
terroristas de la ETA y un gendarme que resultó herido en la
refriega. Es el mismo lenguaje que utiliza la banda y, por ende, sus
terminales mediáticos y políticos. Lo que para los dirigentes de
Bildu no pasó de incidente fue, en resumidas cuentas, un intento de
asesinato en toda regla, por más que Zapatero no quiera verlo y
Rubalcaba se empeñe en hacernos creer que la reacción de Bildu ha
sido un simple "sarcasmo".
Sabemos, pues, que la ETA sigue armada y plenamente operativa a
pesar de un presunto alto el fuego que se ha terminado verificado en
un intercambio de balazos. Sabemos también que está jugando al mismo
juego que en 2007, cuando se sacó de la chistera dos formaciones
políticas diferentes para colarse en las instituciones. Ahora sólo
falta que el Gobierno admita ambos extremos y deje de flirtear con
los representantes políticos de la banda.
No vendría tampoco mal que Zapatero, que tanto y tan bien se acuerda
de Bildu para que sea "contundente en el rechazo a la violencia",
pensara un poco en las víctimas, porque en su intervención no ha
hecho ni una sola mención a ellas, a pesar de que el sábado pasado
se manifestaron de un modo masivo en Madrid. Las víctimas vuelven a
ser, como en la anterior negociación, un incordio perfectamente
ignorable en aras de un mejor entendimiento con los verdugos.
El futuro ya ha pasado
FLORENCIO DOMÍNGUEZ El Correo 12 Abril 2011
A los alumnos de las academias de los cuerpos policiales se les
explica que cuando se trata de usar el arma de fuego de manera
defensiva ante una amenaza, primero hay que disparar al aire para
disuadir al agresor. Si la amenaza persiste se recomienda, en
segundo lugar, disparar al suelo, pero si continúa el riesgo se
permite disparar hacia zonas no vitales, como las piernas.
Si alguien abre fuego a la altura del pecho o la cabeza de una
persona -como hicieron los etarras que hirieron a un gendarme en el
hombro- podrá alegar cualquier cosa menos que se trata de una acción
defensiva, aunque el hecho tampoco tendría justificación alguna si
los terroristas hubieran disparado a las piernas de los militares
galos. La banda tampoco podrá decir, como hizo sobre el asesinato
del policía Jean-Serge Nerin, el 16 de marzo de 2010, que la muerte
de un agente al que se va a buscar y contra el que se dispara sea un
hecho que ocurre en contra de su voluntad. Enfrentarse a tiros con
los gendarmes en tres ocasiones no revela falta de voluntad de los
etarras.
La declaración de Bildu sobre lo ocurrido en Francia ha resultado
patética por su incapacidad de plantear a ETA ninguna exigencia,
pero lo importante no es lo que digan Bildu o Sortu. Tampoco importa
lo que digan EA o Alternatiba porque no son ellos los que tienen que
demostrar ningún desmarque de la violencia. Políticamente, lo
importante es lo que digan los dirigentes de primera fila de
Batasuna, como Rafa Díez, Arnaldo Otegi, Rufi Etxeberria, Txelui
Moreno y todos los que posaron en el palacio Euskalduna para dar a
conocer los estatutos de Sortu. Ellos han sido los que se
presentaron como promotores del nuevo proyecto político de la
izquierda abertzale y quienes aseguraron ante la opinión pública que
representaban una ruptura con la trayectoria anterior de Batasuna.
Cuando dieron a conocer los estatutos de Sortu dijeron que si ETA
actuaba «en el futuro» rechazarían sus atentados. Tal vez pensaban
que con la tregua tenían mucho tiempo por delante sin necesidad de
pronunciarse sobre el terrorismo etarra, pero el futuro del que
hablaban ha llegado antes de lo que esperaban. Ese futuro ha
ocurrido ya, este fin de semana, en Francia. La izquierda abertzale,
aunque ha necesitado cuarenta y ocho horas para reaccionar, ha ido
más lejos que la coalición de la que forma parte al rechazar el
tiroteo, asegurar que es incompatible con la tregua y pedirle a ETA
que tome medidas para evitar que se repita. Eso sí, para compensar
también le pide contrapartidas al Gobierno español.
La declaración de Batasuna no entra en el fondo del problema porque
mientras continúe activa una organización terrorista con armas y
explosivos y con voluntad de continuar con la violencia la
posibilidad de que se repitan esos atentados estará a la orden del
día. La izquierda abertzale tiene que dar el paso de pedir a ETA el
final de la violencia.
Importante aviso
EDITORIAL El Correo 12 Abril 2011
El comunicado de la izquierda abertzale da un paso en su
distanciamiento de ETA
La izquierda abertzale emplazó por primera vez a ETA directa y
públicamente realizando un «llamamiento para que se ratifique en los
compromisos de alto el fuego y tome medidas para evitar que se
repitan sucesos como éste», refiriéndose a los tres tiroteos
consecutivos protagonizados por dos supuestos integrantes de la
banda terrorista que hirieron a un gendarme. La izquierda abertzale
continúa sin atender las exigencias de la inmensa mayoría de la
sociedad y de las formaciones democráticas que vienen instándole a
reclamar de ETA su definitiva disolución, y en su nota pública trató
de compensar el mensaje dirigido a la organización etarra con la
demanda «al Gobierno español para que se comprometa con las vías y
medios democráticos, cesando toda represión». Pero aunque tal
equiparación entre la conducta de la trama terrorista y el
funcionamiento del Estado de Derecho resulta sencillamente
inadmisible, y denota las carencias democráticas de una izquierda
abertzale que no logra depurar una cultura política proclive a
justificar la persistencia de la violencia, el comunicado de ayer
puede suponer un paso crucial en el distanciamiento de la extinta
Batasuna respecto a ETA.
Con su declaración la izquierda abertzale dejó en evidencia a la
coalición Bildu, que se había manifestado en términos menos críticos
respecto al «incidente» ocurrido en Francia, incapaz de sentenciar
que tirotear a gendarmes es incompatible con el alto el fuego, y
extrañamente solícito al certificar que la tregua continúa vigente.
Lo cual demuestra que Bildu carece de una personalidad propia capaz
de enfrentarse a situaciones que comprometan el pulso que mantienen
la izquierda abertzale y ETA, y que tanto Eusko Alkartasuna como
Alternatiba están abocados a extremar sus cautelas ante los
difíciles equilibrios en los que se mueven los herederos de
Batasuna. Equilibrios que no son más que el reflejo de sus propias
contradicciones, y que llevaron ayer a la izquierda abertzale a
proclamar que «la nueva era abierta en nuestro pueblo no tiene
vuelta atrás» para proponer la creación «cuanto antes» de la
comisión de verificación; aun a sabiendas de que ésta daría carta de
naturaleza al papel condicionante que ETA desea jugar respecto a la
evolución de la izquierda abertzale.
Un paseo por el monte
CiU tiene responsabilidades institucionales poco compatibles con el
respaldo de sus líderes a una mascarada
IGNACIO CAMACHO ABC 12 Abril 2011
FELIPE González solía decir que los partidarios de la
autodeterminación perderían un referéndum en el País Vasco o en
Cataluña… pero podrían ganarlo si la consulta se efectuase en el
resto de España, por hartazgo de la milonga soberanista. Estos
discursos conviene modularlos para no dar pie a visceralidades en un
momento de eclosión antipolítica y fuerte crisis de representación,
y los primeros obligados a dejar de jugar a aprendices de brujo son
esos dirigentes autonómicos que están todo el rato afilando una
navaja con la que pueden acabar cortándose las manos. Más o menos es
lo que vienen haciendo Artur Mas, Pujol y otros gerifaltes del
nacionalismo catalán, gente que pasa por seria y fiable —por lo
general con motivo— pero que últimamente ha dado en desbarrar con el
bucle melancólico de la independencia. Se trata de una estrategia
peligrosa y llena de contradicciones cuyo control se les puede
escapar a poco que midan mal el cálculo de sus ambigüedades.
Porque sucede que Convergencia es el partido de gobierno en Cataluña
y tiene unas responsabilidades institucionales que no parecen
compatibles con la participación de sus líderes en un referéndum de
la señorita Pepis. No al menos sin parecer cómplices de una
mascarada y sin perder la consideración de personas de confianza. El
desdoblamiento de personalidad no suele funcionar bien en política,
sobre todo a la hora de ganar estabilidad y respeto; es mal negocio
ponerse la corbata de gobernante para lanzar emisiones de bonos en
días laborables y quitársela los fines de semana para darse un
paseíto por el monte del radicalismo. Y si se vota a favor de la
independencia en las urnas de pega y en contra en las del
Parlamento, la gente acaba por hacerse un lío. Las instituciones
exigen una cierta coherencia incluso para mentalidades tan
anfibológicas como la del nacionalismo.
El pospujolismo de Mas ha fijado su objetivo de legislatura en un
pacto fiscal equivalente al concierto vasco. Lo va a obtener, con
más o menos disimulo legal, salvo en la improbable hipótesis de que
el PP obtenga mayoría absoluta en 2012; los nacionalistas tienen
décadas de experiencia en el mercado negro de la política. Por eso
carece de sentido que para calentar el ambiente coqueteen con la
autodeterminación en esa eterna amenaza de echarse al monte, aunque
luego sólo lo hagan los domingos y preferentemente para coger
cebollinos. Cataluña es una sociedad muy seria para esta especie de
soberanismo de calçotaday parodias seudodemocráticas de centro
cívico. Hasta ahora, el Gobierno de CiU ha mostrado una sensibilidad
responsable que se corresponde mal con salidas victimistas de pata
de banco. Los cortejos con la radicalidad siempre terminan de mala
manera, y el monte propiamente dicho hace tiempo que la Generalitat
lo tiene bajo su competencia de autogobierno.
operación policial contra eta
Localizados 850 kilos de explosivo en el
caserío de Legorreta donde vivía el etarra Aitor Esnaola
Se trata de la mayor incautación de los últimos doce años en España
VASCO PRESS | SAN SEBASTIÁN El Correo 12 Abril 2011
La Guardia Civil ha descubierto unos ochocientos cincuenta kilos de
material explosivo en el caserío Olalde, de Legorreta, donde vivía
Aitor Esnaola Dorronsoro, uno de los dos presuntos miembros del
'comando Erreka' desarticulado en las últimas horas. El registro del
inmueble terminó pasadas las seis de la tarde, después de casi trece
horas. Al terminar, los dos hermanos Esnaola han sido trasladados a
Madrid.
Fuentes de la lucha antiterrorista han indicado que en el caserío se
han encontrado 850 kilos de nitrato amónico, 13,5 kilos de pentrita,
cien litros de combustible y varios detonadores. También se ha
encontrado abundamente documentación de ETA y una cantidad
importante de material informático. Este hallazgo constituye la
mayor incautación de los últimos doce años. Para encontrar un año en
el que se haya intervenido a ETA en territorio español una cantidad
superior de material explosivo hay que retroceder hasta 1999 en el
que se ocuparon a la banda 1.797 kilos, de los cuales 1.750
corresponden al material cargado en dos furgonetas bomba que fueron
interceptadas por la Guardia Civil el 20 de diciembre en Calatayud
cuando miembros del 'comando Basurde' las transportaban hacia Madrid
para hacerlas estallar y romper la tregua de ese año.
Después de 1999, el año con mayor incautaciones de explosivos de la
banda terrorista en España fue 2001, año en el que se aprehendieron
716 kilos. En el otro extremo, el año que se intervino una cantidad
menor fue en 2006, con unos 50 kilos.
Desde 1999 hasta el día de hoy, las operaciones policiales contra
ETA han permitido la incautación de un total de 21.465 kilos de
explosivo. De esa cifra, en España se han descubierto 6.651 kilos,
lo que da una media de algo más de 554 kilos por año.
AMENAZA TORMENTA
Intereconomía se la devuelve a TV3 por
llamar enfermos a sus "niños"
El Semanal Digital 12 Abril 2011
La autonómica catalana se burló de tres adolescentes que confesaron
en el programa "Dando Caña" escuchar a Losantos, entre otras cosas,
y "La Gaceta" le ha dado ración doble de vendetta.
Hace unos días la TV3 utilizaba la visita de tres niños de entre 13
y 14 años al programa Dando Caña de Intereconomía para emitir un
video-montaje en su formato de humor Alguna pregunta més?
Básicamente, la cadena pública catalana venía a llamar "enfermos" a
los niños, que confesaron en el programa de Javier Algarra, ver
Intereconomía, leer La Gaceta o escuchar a Federico Jiménez Losantos
en es.Radio.
Mediante un montaje de unos 40 segundos, el programa de TV3
intercalaba la intervención real de los tres adolescentes con otras
caras de la televisión como la de Noemí Galera de OT, los
periodistas Pedro Piqueras y Fernando Ónega, o las presentadora
Raquel Sánchez Silva.
Cuando los niños aseguraban ver Intereconomía o escuchar a Losantos,
el vídeo de Alguna pregunta més? intercalaba la frase real de Ónega
"estamos criando niños con enfermedades de mayores" mientras
aparecía otro actor de otro sketch simulando padecer calambres.
Sin duda una declaración de guerra mediática en toda regla a la que
Intereconomía no ha tardado en responder. Sin ir más lejos, este
martes La Gaceta golpeaba dos veces. Amén de publicar, datos en
mano, que la TV3 ha costado a los catalanes 776,8 millones de euros
entre 2007 y 2009 y que, a pesar de todo, se encuentra en situación
de crisis, en la sección de opinión recibía doble ración de
vendetta.
El director de La Gaceta, Carlos Dávila, aprovechaba su editorial en
portada para dirigirse a Fernando Ónega: "Amigo mío y sin embargo
colega, le creo abochornado, pese a su morigeración gallega, ante el
uso que han hecho de su efigie y su voz en la televisión catalana
para insultar a esta Casa, a este periódico y a Jiménez Losantos".
Asimismo, en la sección de Opinión, el artículo TV3, enfermos y
desinformados tachaba a la cadena catalana de manipuladora amén de
tildarla de "ejemplo de telebasura sufragada por el bolsillo del
contribuyente".
Eso por no hablar de la noticia de la sección de Televisión en la
que se asegura que TV3 se enfrenta al mayor plan de ajuste desde su
nacimiento en 1983. Lo dicho, una nueva guerra entre cadenas está
servida.
Proposición de Ciudadanos para lograr el
bilingüismo real en la enseñanza
El partido de Albert Rivera pide modificar la actual Ley de
Educación de Cataluña
www.lavozlibre.com 12 Abril 2011
Madrid.- El bilingüismo en Cataluña sigue siendo una de las
asignaturas pendientes que Ciudadanos quiere resolver. El partido de
Albert Rivera ha presentado una propuesta en el Parlament para
cambiar la polémica Ley de Educación de Cataluña (LEC), pactada
entre PSC y CiU en la anterior legislatura, y conseguir que el
catalán y el castellano tengan idéntico peso en la enseñanza.
Ciudadanos también plantea que el inglés se incluya progresivamente
como tercera lengua.
"El Tribunal Constitucional ya sentenció que el hecho de que el
catalán fuera lengua vehicular no excluía al castellano, que es lo
que está pasando ahora", recordó Rivera ayer lunes.
El líder de Ciudadanos señaló después que "el Tribunal Supremo
también emitió tres sentencias para que en Cataluña las dos lenguas
oficiales estuvieran presentes como lenguas vehiculares". Para
Rivera, el objetivo de la propuesta es "lo que es normal en la calle
sea normal en las aulas. Una sociedad bilingüe, merece una escuela
bilingüe".
El dirigente catalán apuntó que el articulado de la LEC "estaba
redactado de manera excluyente, es decir, sólo había una lengua
vehicular que era el catalán, no se prevén más que dos horas de
castellano de las 30 horas a la semana en el sistema educativo
público. Lo que hacemos con esta modificación es que de manera
equilibrada y conjunta se pueda estudiar en las dos lenguas".
La propuesta de Ciudadanos también incluye la consideración de
catalán y castellano como "lenguas oficiales de la administración
educativa en Cataluña" y se garantiza que ambos idiomas "sean
utilizados como lenguas vehiculares".
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