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Lección de civismo
EDITORIAL Libertad Digital 12 Mayo 2011
Dicen que la adversidad fortalece el carácter. Así debe de haber
ocurrido con los españoles, quienes apenas se sorprenden ante la
enésima chapuza e imprevisión de las Administraciones Públicas. Sea
ante las nevadas, ante los incendios, ante las lloviznas, ante las
ventiscas o, ahora, ante los terremotos, los españoles estamos por
entero a merced de los elementos. Al menos por lo que al sector
público se refiere.
No se trata, obviamente, de reclamar una seguridad absoluta ante
cualquier fenómeno externo. En la medida en que el Estado está
compuesto por personas de carne y hueso, adolece de sus mismas
limitaciones, tanto intelectuales como materiales. Sin embargo, sí
sería deseable un protocolo de actuación mínimamente efectivo para
atenuar las consecuencias más lacerantes que siempre se producen en
todas las catástrofes de este estilo.
En el caso del terremoto de Lorca, por ejemplo, no es de recibo que
miles de afectados continúen amontonándose por las calles tras haber
pasado la noche a la intemperie. Si la Administración, después de
una catástrofe natural, es incapaz de movilizar rápidamente los
medios necesarios para trasladar y refugiar a una cantidad semejante
de personas, ¿para qué se la dota de competencias y recursos en
materia de desastres y calamidades?
Al final, han tenido que ser las redes de apoyo voluntario
–fundamentalmente la familia y los amigos– las que han proporcionado
una mínima válvula de escape a la tragedia; las que han abierto sus
casas y sus neveras para que una parte de esos millares de afectados
haya podido dormir y comer. Al resto, a quienes no han podido hallar
auxilio entre sus contactos, no les ha quedado más remedio que
resignarse estoicamente ante la adversidad: una nueva lección de
civismo de la población ante la inacción del sector público; al
menos en este tipo de situaciones los españoles ya nos hemos
acostumbrado a no esperar nada de la Administración.
Por lamentable que en ocasiones sea.
La campaña electoral del PSOE se basa en la
mentira y en el odio al adversario
Francisco Rubiales Periodista Digital 12 Mayo 2011
La campaña electoral del PSOE, financiada con el dinero de los
españoles, está basada en la mentira, apela a los peores
sentimientos del ser humano y no
aporta nada positivo a la sociedad, salvo engaño y manipulación. Su
núcleo es una sofisticada abstracción de la crisis, que mientras en
2008 fue negada,
ahora es ignorada o achacada a José María Aznar. La última mentira
flagrante de Zapatero es afirmar que en España no se han producido
recortes sociales. Es
una campaña que, por su bajo nivel ético, debería ser investigada
por la Justicia y no merece tener sitio en un país democrático.
Si el núcleo es contrario a la ética, sus líneas maestras son
también de una bajeza sorprendente. Una de las líneas consiste en
asustar a los borregos
españoles gritando que la derecha viene, al igual que en otras
campañas del pasado, pero ahora calificando al PP como "la derecha
de la derecha". Otra línea
es eludir responsabilidades y afirmar que la crisis que está
destruyendo España y los 5 millones de parados que padece la
sociedad no son responsabilidad de
los gobernantes. El propio Zapatero, que ya es un cadáver ambulante,
ha dicho que él no tiene responsabilidad alguna en la crisis ni en
el paro, negando de
ese modo uno de los principios básicos del gobierno en democracia,
según el cual los gobiernos deben responder de los errores y daños
que causan a la
ciudadanía.
El objetivo de la campaña no es ilusionar, ni presentar propuestas
atractivas o soluciones, sino algo mucho más simple y vulgar: lograr
que la desastrosa
situación económica, social, política y ética de España no pese ni
influya a la hora de votar.
Para lograrlo, el PSOE no duda en mentir, en estimular el fanatismo
de la izquierda, en apelar al odio contra la derecha y en despertar
en el electorado las
peores pasiones y los más bajos sentimientos.
Es duro, pero cierto, y la realidad es tan amarga que esa campaña
debería ser prohibida porque estimula el odio al adversario y todo
lo peor que cada
ciudadano esconde en el interior de su alma.
Otra de las claves vergonzantes de la campaña socialista es ocultar
a Zapatero, como si su paso por el poder hubiera sido un accidente
olvidado, como si el
presidente que casi ha destruido el país no hubiera sido el máximo
jefe de los socialistas.
Abrumados por los malos augurios de las encuestas, los socialistas,
nerviosos y casi desesperados, hablan sin pudor de democracia,
cuando han violado decenas
de veces sus reglas básicas, de Estado de Derecho, cuando impiden la
independencia judicial y tienen la desfachatez de nombrar jueces y
magistrados, y de
política social, cuando ha sido el gobierno que más derechos y
logros sociales ha eliminado en menos tiempos, desde la muerte del
dictador.
En algunos escenarios, los nervios y el miedo a perder el poder
traicionan a los socialistas. La pancarta exhibida en Madrid, que
decía que los socialistas
querían hacer en Madrid lo mismo que Zapatero ha hecho en España,
fue retirada porque su mensaje garantizaba indignación y una
auténtica sangría de votos.
Los eslóganes hablan de "ganar" y los dirigentes gritan victoria.
Han renunciado a convencer, a entusiasmar, a aportar soluciones, a
enaltecer y a animar,
concentrando su esfuerzo en "ganar", quizás una inmensa traición del
subconsciente, ya que está demostrado que, cuando los partidos
carecen de ideología y de
principios, ya sólo piensan en victoria.
#llamamebellaco o cómo (casi) todo se
vuelve contra ZP
Federico Quevedo. El Confidencial 12 Mayo 2011
Ha sido decir Rodríguez en un mitin de campaña, con el rostro
indignado y el puño golpeando con estudiada cadencia el atril, que
“miente como un bellaco”
quien diga que él ha hecho alguna clase de recorte social -pero, por
Dios, ¿cómo se nos puede ocurrir semejante cosa?-, y la red de moda,
o sea, Twitter,
ardía por los cuatro costados bajo la etiqueta de #llamamebellaco:
“#llamamebellaco pero 120.000 jóvenes emigran en busca de trabajo”,
“#llamamebellaco por
el pleno empleo, a eso lo llamo yo cumplir promesas”,
“#llamamebellaco pero solo tus nombrados en el TC colaboran con ETA
legalizando a Bildu”, “#graciasZP
por la subida de la luz pero, si quieres, #llamamebellaco”,
“#llamamebellaco si quieres, pero a mí sí me bajaron el sueldo el
año pasado”, “#llamamebellaco
por el recorte de los sueldos de los funcionarios y las pensiones”,
#llamamebellaco pero me compré un piso que costó una pasta y hoy
vale una m….”,
“#llamamebellaco va camino del #plenoparo”… Y así hasta un infinito
que se convirtió en uno de los trending topics del día. Y es que, en
fin, hace falta
tener la cara muy dura para negar hasta ese punto las evidencias, y
lo de Rodríguez empieza a ser ya un poco preocupante.
Tal día como hoy se cumple un año desde que Rodríguez se subiera a
la Tribuna del Congreso de los Diputados para anunciar el que ya ha
sido el mayor recorte
social que se haya llevado a cabo nunca en nuestra historia
democrática. Lo cierto es que afirmar esto resulta enormemente
doloroso, y me consta que cada vez
que se dice en el Partido Socialista chirrían los goznes de las
puertas de la vergüenza, pero qué le vamos a hacer, es así les guste
o no les guste. Fue el
propio Rodríguez quien dijo aquello de que “mientras haya una
mayoría socialista en el Parlamento que no aspiren a recortes
sociales, de ninguna manera, no
va a pasar”.
Pero en mayo del año pasado ocurrió, obligado por las circunstancias
y por las presiones de nuestros socios europeos y del presidente
norteamericano, Barack
Obama. Entonces teníamos nuestra prima de riesgo en 97 puntos
básicos. Hoy la tenemos en 230 y nuestra economía vuelve a estar en
el punto de mira a cuenta
de la más que posible reestructuración de la deuda de los países
periféricos, lo cual nos lleva a pensar que probablemente lo hecho
entonces no acaba ahí y
que cuando Salgado dice que no habrá más recortes hay que echarse a
temblar, porque eso significa que los va a haber.
Dice Rodríguez, en sus mítines -que es en el único sitio en el que
encuentra a alguien que le haga caso, y cada vez menos y a menos
gente-, que eso es
mentira, que él ha traído los mayores logros sociales a este país.
Es verdad que la herencia dejada por Aznar le permitió, durante su
primera legislatura,
tirar de chequera y mejorar algunas de las prestaciones sociales e,
incluso, aprobar algunas nuevas como el cheque-bebé. Pero realmente
lo único que hizo
Rodríguez fue eso, gastar más y como suele ocurrir casi siempre
cuando las cosas se hacen así, mal, sin pensar, sin políticas de
ajuste añadidas que permitan
aplicar políticas sociales y al mismo tiempo evitar incurrir en
déficit, cuando se tira la casa por la ventana y se derogan leyes de
estabilidad
presupuestaria permitiendo a las administraciones públicas hacer lo
mismo, también hay que saber asumir las consecuencias de esos
errores.
Finalmente no ha tenido más remedio que aceptar los hechos: esta es
la crisis más profunda que ha padecido este país, y su incompetencia
la ha hecho todavía
más grave.
Este Gobierno ha gestionado mal, muy mal, y cuando han venido las
vacas flacas primero se dedicó -él sí- a mentir y engañar negando la
evidencia, después a
menospreciar el alcance de la crisis, más tarde a presumir ante el
resto de los socios riéndose de algunos de ellos, a continuación a
intentar convencernos
de que había brotes verdes en el desierto, hasta que finalmente no
ha tenido más remedio que aceptar los hechos: esta es la crisis más
profunda que ha
padecido este país, y su incompetencia la ha hecho todavía más
grave.
Gastar y gastar
Durante los primeros compases de la crisis el Gobierno de Rodríguez
se dedicó a hacer justo lo contrario de lo que había que hacer:
gastar, gastar y gastar.
Fue la época de los Planes E, A, B, C… Cada día un plan, una
reunión, un comité, un pacto sin pacto, una mesa… Pero de medidas
reales, de verdadero programa
económico, nada de nada. Y a medida que la inoperancia crecía, lo
hacía proporcionalmente la intensidad de la crisis, y hace un año
por estar fechas el
asunto estalló en las manos del Gobierno, justo cuando España
presidía la UE y estábamos en el escaparate a los ojos del mundo
entero, y el mundo entero se
dio cuenta de que tenía un problema que se llamaba España. Porque
podían hundirse Grecia, Irlanda e incluso Portugal, pero si se
hundía un país que significa
más del 10% del PIB de la Unión, en el que buena parte de los
inversores europeos y americanos tenían invertidos muchos billones
de dólares, podía llevarse
por delante la incipiente recuperación de esos mismos países.
Y fue cuando Obama, Merkel y Sarkozy levantaron el teléfono y le
dijeron a Rodríguez: “Muchacho, hasta aquí hemos llegado, ya no
puedes seguir haciendo el
idiota, ahora te tienes que poner las pilas y tomar decisiones,
aunque eso suponga que vayas a perder las elecciones”. Y el resto de
la historia la conocen
ustedes igual que yo: dos días después Rodríguez comparecía ante el
Parlamento y se hacía lo que los periodistas hemos llamado una
enmienda a la totalidad de
toda su política.
Ayer lo resumía, en el transcurso de la sesión de control, Mariano
Rajoy quien, lejos de escuchar los cantos de sirena de quienes le
piden más agresividad en
su particular campaña, está acertando con un mensaje directo al
ciudadano más preocupado hoy por su situación económica que por
cualquier otra cosa. Hace un
año Rodríguez anunció un plan muy duro de recortes sociales como la
eliminación del cheque bebé, la deducción de 400 euros por IRPF o la
deducción por compra
de vivienda habitual, la congelación de la pensiones y la reducción
del salario de los funcionarios, entre otras cosas.
Con todo, la más antisocial de las políticas de Rodríguez se llama
PARO: "En España hay 264.700 parados más, el paro juvenil ha
aumentado del 42% al 45%,
43.728 autónomos ha cesado su actividad y los españoles siguen
perdiendo poder adquisitivo", enumeró ayer Rajoy. "Todo esto sin
crecimiento económico, con la
prima de riesgo por encima de 200 puntos básicos y sin crédito en
España. Con casi 5 millones de personas que quieren trabajar y no
pueden, es evidente que
se pierde poder adquisitivo”, y eso, aunque se nos llame bellacos,
solo tiene un nombre: recorte social, el peor de todos los recortes
sociales. "Tiene usted
el dudoso honor de ser el presidente de ese gobierno que más ha
empobrecido a los españoles y que más recortes de derechos sociales
ha hecho nunca", le dijo
ayer Rajoy a Rodríguez. Y tiene toda la razón, aunque el presidente
se empeñe en llamarle “bellaco”.
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Gasto social
Bellaquerías y latrocinios
Cristina Losada Libertad Digital 12 Mayo 2011
Con frecuencia, las declaraciones del presidente invitan menos al
examen político que al dictamen psicólogo. Así ocurre con las que
lanzó en el calor
mitinero de Santander, donde acusó de "mentir como un bellaco al que
diga que hemos hecho recortes". Una bravata que emitía, oh,
casualidad, cuando iba
cumplir un añito el plan de ajuste que se avino a pergeñar después
de que lograran insuflarle cierto sentido de la realidad. O meterle
el miedo en el cuerpo.
No fue, desde luego, suficiente como para frenar sus tendencias
escapistas ni tampoco para modificar viejos hábitos; ésos que
permiten anunciar en pleno
mediodía que es de noche, con naturalidad y desparpajo. Revel
sostenía que la inveterada deshonestidad en las relaciones con lo
verdadero era una secuela de
la educación totalitaria del pensamiento. Pero en nuestro hombre,
más que educación, hay infantilismo. Es el niño que niega el
estropicio, aun delante de
testigos, decretos y hemerotecas.
Su asombrosa proclamación ha tenido como efecto secundario un
reverdecer del brote populista. Pues, por si no bastara con el
peronismo socialista, tenemos el
peronismo conservador, cada uno con sus descamisados y sus
consignas. De un lado, "no ha habido recortes"; del otro "el mayor
recorte social de la
democracia". Así, los dos grandes partidos pugnan por eso que llaman
"políticas sociales", asunto que, conocido el percal, significa que
tientan a los
votantes con los abalorios del gasto público. Un gasto que España no
se podía permitir cuando Zapatero extendía cheques sin fondos, y hoy
todavía menos. Del
PSOE no se puede esperar otra cosa y por ello se echa en falta que
alguien, la oposición, tal vez, mantenga la cabeza fría y abandone
la demagogia. En su
tiempo, Bismarck "robó el trueno socialista", pero el Partido
Popular no debería robarle a Zapatero una supuesta política social
que ha contribuido a la
ruina.
El dilema político consiste, hoy, en elegir entre la madurez y la
infancia. Es posible dirigirse a la sociedad como si fuera incapaz
de aceptar la austeridad
y mantenerla en el kindergarten, la ilusión intacta, hasta que pete.
Pero también es posible dirigirse a una sociedad de adultos y, por
una vez, dejarse de
cuentos.
Cristina Losada es uno de los autores del blog Heterodoxias.net.
La Junta, clasificada X
Editorial www.gaceta.es 12 Mayo 2011
Muchos andaluces no tienen para llegar a fin de mes, pero sus
gobernantes socialistas sí tienen dinero para dejar contentos a los
amigos –los ERE–; para
prolongar la casta de señoritos en versión sindical (8.000
liberados); para repartir preservativos de colores o, la guinda,
para enseñar a masturbarse a
adolescentes de 12 a 16 años en horario escolar. A la corrupción
política del cortijo socialista que está ahora bajo la lupa de la
Justicia, se suma también
la moral, es decir corrupción de menores, y encima con dinero
público.
Mientras se consuma el expolio sistemático de Andalucía, los
socialistas invaden esferas privadísimas, que la Constitución
reserva a los padres (art. 27.3),
haciendo con la sexualidad ingeniería social. Se trata del Programa
Forma Joven, patrocinado por las consejerías de Salud, Educación e
Igualdad que, en
horario escolar, imparte a los quinceañeros andaluces enseñanzas tan
instructivas como “la masturbación, una práctica sexual más, que se
puede realizar en
solitario o en pareja”; y que a la hora de pasar de la teoría a la
práctica, propone el siguiente ejercicio: “Elegir varias revistas
del corazón, de hombres,
de mujeres y pornográficas y analizarlas”. Con una de las tasas de
fracaso escolar más altas de España, los estudiantes andaluces
pueden terminar siendo unas
eminencias en pornografía, aunque carezcan de base en lo que para la
Junta deben ser marías: Matemáticas, Física, Humanidades o Inglés.
Además de vulnerar un derecho sagrado de los padres, saltarse a la
torera la Constitución, desvirtuar el sentido de una formación
integral de la persona –con
una visión reduccionista de la sexualidad– y derrochar unos caudales
que tan necesarios son en una comunidad como Andalucía, la Junta
demuestra con su Guía
Sexual el respeto que le merece la inteligencia de los ciudadanos de
esa comunidad. En eso, como en tantos campos, la región parece
anclada en al caciquismo
y en la dialéctica señorito-criado. El peón que, en el pasado, se
quitaba la gorrilla servilmente ante el jinete ha dado paso a los
escolares convertidos en
carne de adoctrinamiento y corrupción, y en medio una masa acrítica,
adormecida a golpe de subsidio del PER, que sostiene electoralmente
al PSOE porque de
ello dependen los garbanzos.
Resultado: una región social y económicamente devastada (1,2
millones de personas mano sobre mano); y una Administración
secuestrada por una tupida red de
clientelismo político. Cierto que por primera vez en tres décadas se
atisban esperanzas de cambio. Porque la Justicia investiga el
escándalo de los ERE
fraudulentos o los trapos sucios de la familia Chaves y porque, en
el terreno político, los sondeos reflejan el hartazgo de la
ciudadanía ante los
socialistas. Pero en el Parlamento, el PSOE e IU ya se han encargado
de abrir un airbag sanitario para evitar la reprobación de Chaves.
Y, como publica hoy
LA GACETA, la Junta pone palos en la rueda de la Justicia, al enviar
miles de documentos inútiles a la juez Alaya para bloquear la
investigación de los ERE.
En ese contexto, resulta sarcástico que tres consejerías del
Gobierno se dediquen al adoctrinamiento sexual de adolescentes, en
una política de tierra
quemada, marca de la casa, llevando a niveles neuróticos la
ingeniería social. Se da así la paradoja de que la misma Junta de
Griñán que persigue al dueño de
un asador por fumar impone en los centros públicos la pornografía
como material escolar.
Elecciones 22-M
A falta de proyectos económicos, el Ejecutivo de Antich se ha
volcado en la imposición del catalán
Corrupción, la lacra de Baleares
www.lavozlibre.com 12 Mayo 2011
Corrupción, corrupción y... corrupción. Si algo ha marcado un antes
y un después en la política balear ha sido el excesivo número de
escándalos que han
asolado las islas. Y es que no se salva nadie. Todas las formaciones
se han visto, de una u otra forma, implicadas en distintas
corruptelas. De ahí que la
ciudadanía no lo tenga nada fácil a la hora de decidir a quién irá a
parar su voto.
Madrid - M. Casado / C. Castro La Razón
Todo apunta a que será el PP de José Ramón Bauzá el que se alce con
la mayoría el próximo 22 de mayo, poniendo así fin a los turbulentos
años de mandato del
socialista Francesc Antich, que ahora gobierna en minoría con el
Bloc. Y podría ser el fin también de un ciclo, el de los pactos
multipartitos. Los
tejemanejes de unos y otros han terminado por desgastar este tipo de
gobiernos.
Y no hay que olvidar la caída en desgracia del que siempre ha sido
el partido bisagra por excelencia: Unió Mallorquina (UM). Tras la
imputación de toda su
cúpula directiva en diversos escándalos de corrupción y compra de
votos, el partido tomó la decisión de disolverse y volver con aires
renovados bajo la
denominación de «Convergencia de las Islas Baleares».
Así las cosas el panorama electoral en las islas se antoja
complicado, más aún a tenor del elevado número de partidos que se
presentan a estos comicios. Es
el caso de UPyD y CDS (ambos sin representación parlamentaria), que
buscarán el voto de los desencantados.
Presupuestos. El último escollo
Si en circunstancias normales la Ley de Presupuestos es esencial, en
tiempos de crisis todavía más. Pues bien, el Gobierno balear,
presidido por el
socialista Antich, pasó las de Caín para aprobar las cuentas para
2011. Y es que, a poco más de un mes para que finalizase el plazo,
ni siquiera había
presentado un proyecto de presupuestos en el Parlamento para su
debate y posterior votación.
Sin mayoría parlamentaria, y sin el apoyo en coalición de UM, del
que se desligó por su vinculación constante con la corrupción,
Antich dilató el proyecto de
presupuestos para 2011 todo lo que pudo y más... hasta que le
explotó en las manos. La inestabilidad política provocó que en enero
de este año el Consejo de
Mallorca decidiera prorrogar el presupuesto de 2010.
Una decisión que perjudicaba especialmente a los ciudadanos y al
nuevo equipo de Gobierno que salga tras las elecciones del 22 de
mayo, ya que tendrá que
hacerse cargo del agujero presupuestario.
Corrupción. Un problema sin atajar
Los casos de corrupción en Baleares sobrepasan, con diferencia, los
de cualquier otra región de España. Desde la «operación Voltor» a
«Can Domenge»,
«Andratx», «Maquillaje», «Son Oms», pasando por el «Palma Arena»,
«Ibiza Centro», «Espada» o el «caso Peaje»... todos los partidos
políticos se han visto
implicados de una u otra manera en estos escándalos, que han
desprestigiado la política balear.
Pero más allá de los nombres de las operaciones se encuentran los de
políticos con una larga trayectoria y muy vinculados a Baleares. Uno
de los casos más
sonoros es el de María Antonia Munar, ex presidenta del Parlamento
balear con Antich y del Consejo de Mallorca en la época de Jaume
Matas. De su mano UM se
convirtió en el partido bisagra por excelencia en las dos últimas
legislaturas, hasta que empezaron a saltar a la palestra las
corruptelas de sus dirigentes.
Imputada en el «caso Can Domenge» o la «operación Maquillaje»,
dimitió de su cargo en el Parlamento y dejó Unió Mallorquina.
Pero este partido estaba tocado por la varita de la corrupción y se
extendió a otros dirigentes como varita Vicens, Francesc Buils,
Miquel Ángel Flaquer,
Maximiliano Morales, o Antoni Pascual. Ya en el PP destaca
sobremanera la figura del que fuera presidente del Gobierno balear
Jaume Matas, que está imputado
en el «caso Palma Arena» dentro de una pieza separada bautizada como
«operación Buckingham» por un presunto enriquecimiento ilícito.
También se le investiga
por la presunta financiación irregular del PP. Y junto a él otros
populares como Rafael Durán, Antonia Ordinas, o Javier Rodrigo de
Santos.
Y entre los socialistas, destaca Francesc Tarrés, más conocido como
Xico, imputado en el «caso Ibiza Centro». Y es que, pese a estar
imputado, se presenta
como candidato al Consejo de Ibiza en las elecciones del 22 de mayo.
Catalán. Imposición lingüística
Convertido en adalid del catalán, definida como «lengua propia» en
el Estatuto de Baleares, el Ejecutivo socialista se ha visto abocado
a defender a ultranza
una postura que ralla la imposición. Y la razón no es otra que su
pacto con el Bloc, el mismo que ahora le permite gobernar en
minoría. El hecho de que el
PSM controle los departamentos lingüísticos del Gobierno y del
Consejo balear ha provocado un goteo incesante de subvenciones para
introducir el catalán en
el ámbito empresarial, entre otros. Tanto es así que llegó a
aprobarse una norma que permitiese vetar a las empresas que querían
acceder a un contrato
público, si éstas no presentaban sus proyectos en catalán.
La clase política como problema
Manuel Herrera Gómez www.gaceta.es 12 Mayo 2011
Estamos saturados de desvergonzados, caraduras y corruptos que lo
invaden todo.
Desde el cabo de Gata hasta el de Finisterre, la piel de toro nos
ofrece un panorama desolador: casi cinco millones de parados, un
crecimiento económico
ridículo y una clase política manifiestamente mejorable. O por lo
menos esto es lo que piensan los españoles según el Centro de
Investigaciones Sociológicas.
El paro, los problemas de índole económica y los políticos son, por
ese orden, las grandes preocupaciones del ciudadano corriente y
moliente. ¿Pero por qué
la clase política es un problema para los españoles? La respuesta no
es sencilla, y máxime en un país en el que parecen haberse olvidado
los sabios versos
machadianos: “Tu verdad no; la verdad y ven conmigo a buscarla. La
tuya, guárdatela”. Pero correré el riesgo de adentrarme en el
maravilloso mundo de los
buscadores de por qués.
Primera respuesta. La clase política no ha sabido encarar los
problemas que afectan a los ciudadanos en su devenir cotidiano. No
ha ofrecido soluciones en un
momento en el que la borrachera del crecimiento económico ha dado
paso a una resaca que parece no tener fin. Todo el mundo está
capacitado para administraren
los tiempos de bonanza. Y si no que se lo digan a nuestro presidente
Zapatero. Entre el cheque bebé y los 400 euros nos hizo recodar
aquel grito de los
catalanes en la Guerra de Sucesión: ¡Viva Carlos III mientras nos dé
dinero! Sin embargo, la época de las vacas flacas requiere estar
hecho de otra pasta.
Segunda respuesta. La clase política no es nada ejemplar, y si no
que se lo digan al diputado Uriarte, hasta hace poco presidente de
Nuevas Generaciones.
Mientras España entera se levantaba para ir al trabajo, el joven
líder conducía ebrio por las calles de Madrid. Estamos saturados de
desvergonzados,
caraduras y corruptos que invaden lo local, lo autonómico y lo
nacional. Da la impresión de que meter la mano en el cajón es el pan
nuestro de cada día. Que
más da, si es público, y lo público es de todos, especialmente de
nuestros queridos políticos que son sus albaceas. Malaya, Gürtel,
MercaSevilla, Poniente,
ERE de la Junta de Andalucía… Y aquí nadie dimite. La única vía de
defensa que encuentran los González Pons o Marcelino Iglesias de
turno es la estrategia
del “y tu más”, que no es sino una versión de las clásicas
competiciones infantiles del tipo “a ver quien llega más lejos”. Al
final va a resultar verdad que
los vicios privados se han convertido en virtudes públicas.
Tercera respuesta. La clase política es una casta cerrada y alejada
que se perpetúa en el tiempo. Nos encontramos ante auténticos
ejemplares que se montaron
en un coche oficial cuando el acné jumentil afloraba y, a día de
hoy, cuando peinan canas o están calvos, todavía no se han bajado.
Su trayectoria
profesional ha sido escalar por el aparato del partido, aunque en
muchas ocasiones los escalones fueran antiguos compañeros del tiempo
de vino y rosas. Son
los llamados apparatchik. El dúo Chaves/Arenas es en este sentido
emblemático. Tampoco nos faltan representantes de eso que se llama
voluntad popular que
nadie conoce. Y el motivo es bien sencillo: elegidos a dedo para
formar parte de listas cerradas, más que ser altavoces de las
demandas populares son meras
piezas de la disciplina de partido. Un baño a la anglosajona no nos
vendría mal. Dicen que allí los políticos tienen una vinculación más
directa y menos
artificial con los ciudadanos.
Cuarta respuesta. La clase política genera conflictos y tensión, más
que acuerdos y consenso. Los Pactos de la Moncloa o la modélica
Transición son
recuerdos. La Constitución de la concordia es una reliquia del
pasado que tiene que someterse a la hermenéutica de nuevos
iluminados…
Estamos en la etapa de la España más cainita. Aquí es imposible
llegar a un acuerdo o pacto en temas clave como el modelo de Estado,
la política exterior, la
educación, el terrorismo… Nuestra clase política ha olvidado
totalmente que las voluntades se utilizan para ayudar y no para
torpedear; para crear e impulsar
en vez de destruir.
Quinta respuesta. La clase política tiene demasiados privilegios y
adolece de espíritu de servicio. Muchos nos preguntamos para qué
está la clase política. Y
la respuesta que nos ofrece el sentido común es la siguiente: para
servir a la ciudadanía. ¿Es eso así? Viajan en primera, tienen más
vacaciones que el común
de los mortales, sus sueldos no están vinculados con la
productividad, están perfectamente aseguradas sus pensiones, su
capital social a costa de su
presencia en los espacios públicos crece por momentos. Y si no, que
se lo digan a todos esos hombres de Estado que nada más dejar el
Leviathan, se forran en
el escenario de la mano invisible del mercado. Los ciudadanos
tenemos la sensación de que más que para servir, parece que han
nacido para ser servidos.
Posiblemente la mejor respuesta que podemos dar al por qué la clase
política es un problema para los españoles es que tenemos la clase
política que nos
merecemos.
*Manuel Herrera Gómez es profesor titular de Sociología.
Bellacos
Te recorta las prestaciones y encima te llama bellaco. «Las mentiras
de Zapatero»: 228.000 resultados en Google
IGNACIO CAMACHO ABC 12 Mayo 2011
A ver, repitan conmigo: somos unos bellacos. Ustedes, y yo, y todos
los portavoces y diputados de la oposición, nacionalistas incluidos.
Y los dirigentes de
los sindicatos. Y los de la patronal. Y unos cuantos millones de
votantes y militantes del Partido Socialista. Y Angela Merkel. Y
hasta algún ministro. Todos
los que pensamos y decimos que el presidente del Gobierno ha hecho
en el último año recortes sociales, aunque sea para estar de
acuerdo, somos unos bellacos
o mentimos como tales. Palabra de Zapatero.
Porque, entérense todos, no es un recorte congelar las pensiones ni
alargar la edad de jubilación. No es un recorte bajar el sueldo a
los funcionarios. No es
un recorte suprimir la desgravación de los 400 euros y el cheque
bebé. No es un recorte limitar la prestación por desempleo de larga
duración. No es un
recorte facilitar las causas de despido. No es un recorte rebajar
los fondos de ayuda al desarrollo, restringir el presupuesto de
investigación y suspender
la mayoría de las obras públicas. Nada de eso son recortes, incluso
aunque algunos les6 parezcan a ustedes razonables y hasta
insuficientes, y por más que
hayan provocado una huelga general. Zapatero jamás ha recortado ni
recortará derecho ni bienestar social alguno, y sólo suponer que
haya podido pensarlo
siquiera es una despreciable bellaquería que retrata a quien la
formule. Sobre todo si es del PP.
En cambio, anunciar tras un atentado mortal que se ha suspendido el
diálogo con ETA y continuar negociando no constituye en modo alguno
una mentira bellaca.
Ni negar que se ha pagado un rescate a unos piratas que han
festejado el cobro con una fiesta. Ni prometer el pleno empleo. Ni,
por descontado, insistir
durante casi dos años en que la mayor recesión del siglo era una
tormentilla pasajera. En Google hay 228.000 resultados sobre «las
mentiras de Zapatero».
Pura insidia: se trata de leves disimulos tácticos, errores
bienintencionados o simples apreciaciones inexactas basadas en un
mal cálculo. De otros,
naturalmente, porque él nunca se equivoca.
Sostenía Humpty Dumpty, el siniestro huevo parlante del sueño de
Alicia, que las palabras sólo significan aquello que el que manda
desea que signifiquen. En
eso consiste el poder. El viejo Mitterrand, que en punto de cinismo
superaba de largo a Zapatero si bien lo expresaba de forma más
inteligente, dijo una vez
que en política sólo se puede engañar a quien está dispuesto a
creerte. Y en ese sentido nuestro presidente no miente ni engaña;
simplemente ejercita su
poder de determinar los significados del lenguaje según un ejercicio
revolucionario y bipolar que consiste en considerar bueno y de
izquierdas todo lo que él
dice y hace, y malo y de derechas todo lo que hacen y dicen los
demás. Es decir, esa abrumadora, oceánica mayoría de bellacos que no
sabemos distinguir las
evidencias.
«Antipatriotas» y «Bellacos»
Editoriales ABC 12 Mayo 2011
Zapatero congeló pensiones, rebajó los salarios públicos, frenó la
ley de dependencia y suprimió el «cheque-bebé» y la deducción de 420
euros
EL presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, está
embarcado en una campaña de desmesuras y descalificaciones, en la
que no se conforma con
atacar al Partido Popular, sino que desafía con arrogancia a la gran
mayoría de la sociedad española. Si antes eran antipatriotas los que
alertaban de la
crisis que ya se estaba sufriendo, ahora «mienten como bellacos»,
según Zapatero, los que dicen que su Gobierno ha recortado las
políticas sociales. El jefe
del Ejecutivo puede dar por seguro que España se ha convertido en un
país de mentirosos y bellacos, porque son mayoría los ciudadanos que
piensan que
Rodríguez Zapatero se quedará con la etiqueta histórica de haber
mutilado derechos sociales básicos, de haberlo tenido que hacer al
dictado de Alemania y
Bruselas, y por haberse negado a aceptar la existencia de la crisis.
La pérdida de talante se acelera en Zapatero a medida que la crisis
se ceba con más
paro, morosidad, desahucios y desilusión colectiva.
Nadie «miente como un bellaco» por limitarse a constatar lo que ha
hecho Zapatero desde ahora hace un año, cuando volvió de Bruselas
intervenido y aleccionado por Angela Merkel. Claro que ha recortado
las políticas sociales. Lo ha hecho congelando pensiones, rebajando
los salarios públicos, frenando la ley de dependencia, quitando el
«cheque-bebé» y suprimiendo la deducción de 420 euros. La osadía de
Zapatero con este desplante a los muchos millones de pensionistas,
dependientes, funcionarios, madres y demás ciudadanos en precario es
toda una prueba irrefutable de lo desconectado que está el
presidente del Gobierno de la realidad española. Y más allá de lo
que supone este desfase entre el gobernante y el país, las palabras
de Zapatero revelan la contumacia de la izquierda en apropiarse de
los valores que luego arruina con su gestión, proclamando una
superioridad moral sobre la derecha que solo existe en sus
propagandas, pero no en sus balances de gobierno.
No hay política social defendible en un mandato que acumula cinco
millones de parados, sin crecimiento económico y, además, con una
inflación en auge que
agrava aún más los recortes a pensiones y salarios. Es ofensivo para
un país paralizado que el presidente del Gobierno saque pecho de lo
que no dejan de ser
sus filias y fobias personales. Zapatero ha decidido ir por libre,
perjudicando con su soberbia al PSOE, y rozando el ridículo con
golpes de efecto inútiles,
como la cancelación del viaje a Oslo para descender, como un «deus
ex máchina», en el diálogo de sindicatos y patronal sobre
negociación colectiva.
Crisis
Errores y responsables del desempleo
Alberto Recarte Libertad Digital 12 Mayo 2011
"e"eLos Gobiernos de Rodríguez Zapatero son responsables de
la actual situación de la economía española, pero conviene delimitar
esa responsabilidad
para que tenga que responder de sus decisiones y no de las de otros
Ejecutivos anteriores.
Este ensayo de Alberto Recarte, que se publica en tres entregas,
analiza la evolución de la economía española desde el punto de vista
del empleo desde 1974,
momento en el que comenzamos a sufrir los efectos de la primera
subida de los precios del petróleo y vísperas del comienzo del
proceso de democratización,
hasta 2011.
Introducción
Las cifras de población, población activa, ocupados y desocupados,
desde 1974 a 1998, año de la integración en el euro.
La entrada en la Unión Europea
El fracaso del Sistema Monetario Europeo y la política de Solchaga y
Rojo
Las reformas del periodo 1994-1998
El empleo desde 1998 hasta 2007 en la España del euro.
El empleo en el periodo 2008-1er trimestre de 2011
La integración en el euro: los errores y los acontecimientos
inesperados
Los efectos del estallido de la burbuja en el empleo
Las responsabilidades políticas
El futuro de la economía española
8. La integración en el euro: los errores y los acontecimientos
inesperados
En 1998, el Gobierno de Aznar, con el apoyo de toda la oposición y,
sobre todo, del PSOE y de los partidos nacionalistas, toma una
decisión trascendental
para España. Decide cumplir los criterios de Maastricht no porque
fueran positivos –que lo eran– para la economía española, sino para
integrarse, desde un
primer momento, en la Unión Monetaria. Olvidando que las razones del
fracaso del Sistema Monetario Europeo seguían vigentes.
a) El primer error
España seguía padeciendo un paro abrumador, el euro tenía problemas
en su estructura interna y nada garantizaba que los gobiernos
españoles fueran a cumplir
los objetivos de déficit, ni que la inflación española fuera a ser
semejante a la de nuestros principales competidores. Era, de hecho,
imposible, pues la
estructura económica de España era muy poco productiva. En los 24
años anteriores, todo el aumento de la productividad se había
conseguido reduciendo el
número de trabajadores ocupados, no aumentando la productividad de
toda la economía. Un error en el que incurrió no sólo el Gobierno
español, sino los de
todos los países que se integraron sin tener economías
suficientemente sólidas, en un intento de forzar una unión política
por la vía espuria de la economía,
de una moneda única y de un Banco Central Europeo con competencia
muy limitadas.
b) El segundo error
Un segundo error fue hacer también política con los sindicatos. La
actividad sindical desde la transición hasta 1994 había puesto todo
tipo de obstáculos a
la modernización de la economía española. El PSOE de Felipe González
se enfrentó a los sindicatos y aunque el Gobierno ganó todas las
batallas perdió la
guerra, porque nunca se atrevió a hacer la reforma definitiva del
mercado de trabajo y porque intentó recuperar el apoyo popular,
erosionado en su pelea con
los sindicatos, mediante políticas expansivas del gasto público que
se tradujeron en grandes déficits públicos. Los sindicatos perdieron
todo su prestigio
cuando se hizo evidente que sus posiciones, opuestas a cualquier
reforma en el mercado de trabajo, eran responsables del desempleo
del 24,5% de la población,
así como los Gobiernos del PSOE, pues su intento de recuperar votos
por la vía del gasto público y el déficit y la acumulación de deuda
pública fue
determinante del crecimiento de la inflación y de la pérdida de
competitividad de la economía.
A esos sindicatos, derrotados, les ofreció un pacto el primer
Gobierno de Aznar. El PP no haría la reforma del mercado de trabajo
si los sindicatos aceptaban
modificaciones menores en la legislación laboral, como fijar los
salarios en función de la inflación esperada por el Gobierno, con la
salvedad de que los
salarios se ajustarían si el objetivo de inflación se sobrepasaba en
cada mes de noviembre. El Gobierno del PP, en su afán de volver a
ganar las elecciones y
ser considerado como un Gobierno de centro, cometió ese segundo
error, que resultó fatal para la competitividad de la economía; con
un agravante: que toda la
economía quedó indexada a la inflación a través del sistema de
convenios colectivos, que era tan cáncer entonces como ahora.
Esos dos errores, cometidos simultáneamente, son imperdonables desde
el punto de vista de la política económica. Podríamos haber estado
en la Unión Monetario
Europea, pero hacerlo sin la reforma de la negociación colectiva y
del resto del mercado de trabajo fue una irresponsabilidad que hoy
seguimos pagando. Era
una irresponsabilidad, porque nada garantizaba que nuestra
inflación, históricamente mucho más alta que la de Alemania, Francia
y los países europeos más
avanzados, fuera a reducirse hasta su nivel de forma permanente. El
Gobierno ni siquiera consideró que el pacto con los sindicatos
debería tomar como
referencia la inflación del conjunto de la Unión Monetaria. Era
seguro que una integración en el euro en esas condiciones
significaría la pérdida progresiva
de competitividad de la economía española. Pero esta evidencia fue
ignorada por la inmensa mayoría de los políticos y, aún peor, de los
economistas
españoles, que consideraron que, por fin, por influencia exterior,
por decisiones tomadas en Bruselas, la economía española saldría de
su atraso histórico,
se crearía empleo, se reduciría el paro y, en unos años, seríamos
como Alemania. Mágicamente, sin conflictos, sin necesidad de que
nadie se manchara las
manos en España.
c) La primera circunstancia negativa: los tipos de interés y las
facilidades crediticias
A esos dos errores se sumaron tres circunstancias fatales. La
primera, la política de bajos tipos de interés y de facilidades para
el apalancamiento de
Greenspan, que fue imitada por los principales bancos centrales,
incluido el Banco Central Europeo. Los bajos tipos de interés del
euro resultaron ser, al
cabo del tiempo, un "shock externo asimétrico" para los países
miembros de la Unión Monetaria.
Los economistas más opuestos al euro señalábamos como un peligro
para los países miembros que ocurriera un fenómeno externo que
afectara de una forma
radicalmente diferente a sus economías. Recuerdo que, yo al menos,
mencionaba factores como una nueva subida de los precios del
petróleo o algún otro que
afectara a nuestra industria automovilística o a nuestro turismo,
los sectores más importantes de nuestra estructura productiva.
Cuando se produce un shock
de esas características podía ocurrir que la política monetaria
común no fuera la conveniente para todos los miembros. Eso es lo que
ocurrió con los tipos de
interés y las facilidades crediticias que, mantenidos muy laxos
durante casi diez años, provocaron crecimientos del crédito
completamente diferente entre los
países miembros del euro y, en consecuencia, las tensiones
inflacionistas fueron igualmente diferentes entre los mismos.
En Alemania no tuvieron un efecto significativo, pues esos tipos de
interés, aunque bajos, eran superiores a la inflación. Lo mismo
ocurrió en Francia, en
Holanda y Bélgica. En Italia, los tipos eran demasiado reducidos,
pero no provocaron ninguna reacción especial, porque la economía
italiana tenía problemas
internos que le impedían crecer.
En España los resultados fueron espectaculares a corto y
destructivos a largo plazo. Esos tipos de interés, junto con el
convencimiento de que la integración
en la Unión Monetaria hacía irrelevante el desequilibrio del sector
exterior –opinión mantenida, nuevamente, por la inmensa mayoría de
los economistas–
provocaron un enorme aumento del crédito interno, que comenzó a
crecer ininterrumpidamente a ritmos del 20% anual acumulativo. Y ese
aumento de la
circulación monetaria provocaba que nuestra inflación fuera superior
a la de Alemania y a la del conjunto de los países miembros de la
Unión Monetaria.
d) La segunda circunstancia negativa: el crecimiento del sector de
la construcción
El segundo de los fenómenos inesperados fue que el sector que más
creció en España y más empleo creó fue el de la construcción. Por
razones de todo tipo, por
experiencias históricas, por desconfianza en todo tipo de activos
financieros y por la carencia de viviendas acumulada en el pasado,
los españoles creyeron
que las inversiones más seguras eran las que se hacían en el sector
inmobiliario. Lo que era cierto en un comienzo, en 1999, cuatro años
después, en 2003, se
había convertido sigilosamente en una operación especulativa
nacional de alto riesgo. Una operación en la que participaron,
impulsándola, los bancos
nacionales y los extranjeros. Una operación que era, sólo, una
repetición de lo que estaba ocurriendo en Estados Unidos, Reino
Unido e Irlanda.
Nadie reaccionó en los Gobiernos de Aznar ni en los del PSOE de
Rodríguez Zapatero a partir de 2004. La única decisión que tomó el
Banco de España fue
obligar a constituir una provisión genérica en la banca para cuando
el ciclo expansivo de la construcción se terminara.
e) La tercera circunstancia negativa: 6 millones de inmigrantes en
diez años
El tercer acontecimiento inesperado fue que la demanda de mano de
obra para construir era tan grande que en España, a pesar de la tasa
de paro del 14%
alcanzada en 2000, no había oferta de trabajo suficiente. En el año
2000 comenzaron a llegar grandes contingentes de inmigrantes. En
1998 apenas había
500.000 inmigrantes viviendo en España, la mitad de ellos nacionales
de países miembros de la Unión Europea. En 2008 su número alcanzaba
los 5 millones y en
la actualidad superan los 6 millones. Una inmigración tan alta –de
hecho suponía el 50% del total de los trabajadores españoles
ocupados en 1994– era una
revolución política, económica y laboral. Esos inmigrantes
permitieron que el empleo en el sector de la construcción, en las
industrias dependientes del
mismo y en los servicios necesarios, se multiplicara. A su vez, la
demanda de bienes de consumo e inversión de esa población añadida de
6 millones de
personas multiplicaron los beneficios de las empresas establecidas y
dispararon los ingresos de todas las Administraciones Públicas. Para
financiar la
incorporación de casi cinco millones de trabajadores a la economía
eran necesarios capitales y créditos bancarios, que se encontraron
en el sistema
financiero nacional y en los extranjeros, que no veían riesgo en esa
actividad. España, como país, se endeudó para financiar ese esfuerzo
masivo de
incorporación de mano de obra, de construcciones de todo tipo y de
aumento de la capacidad de producción de todos los sectores.
f) Las consecuencias
El ciclo expansivo de la economía española fue provocado por estos
dos errores internos –la entrada prematura en un euro mal diseñado y
la renuncia a
reformar el mercado de trabajo–, junto con las tres circunstancias
analizadas: los bajos tipos de interés y las facilidades crediticias
durante diez años, el
afán de los españoles por invertir en edificaciones y la llegada
incontrolada de 6 millones de inmigrantes, de los que casi 5
millones se integraron en el
mercado de trabajo. Este ciclo se centró en la creación de empleo en
el sector de la construcción, así como en el industrial y el de
servicios ligados al
primero, junto con el del sector público, que incrementó sus
efectivos para prestar todo tipo de servicios, necesarios e
innecesarios. El resto del
crecimiento del empleo se produjo en sectores en los que el aumento
de la demanda de bienes y servicios de una población que había
pasado de 40 a 47 millones
lo hacían necesario. Ese tipo de crecimiento económico era poco
productivo, porque el sector de la construcción y el de la industria
y los servicios
dependientes del mismo son poco productivos y aún menos lo es el del
sector público.
9. Los efectos del estallido de la burbuja en el empleo
Los excesos de inversión en el sector de la construcción y en el
sector inmobiliario crearon una burbuja, en cantidad y precio, que
fue financiada
inicialmente con los ahorros de las empresas y familias españolas y,
posteriormente, con su endeudamiento, facilitado por el sistema
financiero nacional y la
banca extranjera. El proceso, en este sentido, fue similar al
experimentado por Estados Unidos, Reino Unido e Irlanda. Lo único
que diferencia a España es su
magnitud, pues el grueso del crecimiento económico tuvo lugar por la
expansión del sector de la construcción y las inversiones del sector
inmobiliario, junto
con el que se derivó del crecimiento de la población residente en
España en ese tiempo. El otro efecto inducido, propiamente español,
es el crecimiento de
los empleados de las Administraciones Públicas, que creían que sus
ingresos fiscales se mantendrían en el tiempo, sin darse cuenta de
que se trataba de
ingresos extraordinarios irrepetibles.
El estallido de la burbuja ha provocado grandes pérdidas a las
familias, las empresas y los bancos, nacionales y extranjeros, que
han financiado la expansión
de los sectores directamente implicados. El proceso de
reconocimiento de esas pérdidas por parte del sector financiero, que
probablemente superarán los
200.000 millones de euros, no concluirá hasta, al menos, 2013.
Las consecuencias inevitables del estallido de esa burbuja son la
pérdida de empleo, los problemas de solvencia del sistema
financiero, el aumento del paro
hasta los 5 millones de personas y las dificultades para financiar
el sector público. Un sector que tiene que hacer frente a un exceso
de personal y de
prestaciones comprometidas con la población, como las ayudas a los
desempleados, lo que provoca déficits de gran magnitud y el aumento
de la deuda pública.
En 2011 concluirá, previsiblemente, el ajuste laboral en los
sectores de la construcción, el inmobiliario, en el de servicios y
en el industrial dependientes
del primero y estará en marcha el ajuste en el empleo público del
conjunto de las Administraciones Públicas. También estará avanzada
la corrección del empleo
en el sector financiero, que aumentó sus efectivos, sus oficinas y
sus servicios generales como si el crédito a la economía española
fuera a seguir creciendo
indefinidamente como en el periodo 2000-2007. Igualmente se
producirán, todavía, ajustes en las empresas de todos los sectores
económicos que hayan invertido
demasiado con créditos bancarios, confiando en el mantenimiento del
ciclo alcista y que ahora no pueden soportar la falta de
financiación derivada del ajuste
en los balances del sector financiero.
No sería imposible que la economía española terminara en 2012 con un
empleo total de entre 17,6 y 18,1 millones de personas y un
desempleo, en ausencia de
emigración, de entre 4,9 y 5,3 millones de personas.
10. Las responsabilidades políticas
Todo ese proceso ayuda a delimitar las responsabilidades de los
partidos políticos, los sindicatos y los sucesivos Gobiernos. Es
evidente la responsabilidad
de los Gobiernos de Aznar, incrementada cuando el decreto-ley de
reforma moderada del mercado de trabajo de 2002 fue retirado por
razones electorales tras
una fallida huelga general. Es evidente la continua responsabilidad
de los sindicatos, incapaces de comprender que los privilegios de
los sindicatos
verticales del franquismo son incompatibles con una economía de
mercado totalmente abierta al exterior.
Los Gobiernos de Rodríguez Zapatero son también responsables de la
actual situación de la economía española, pero conviene delimitar
esa responsabilidad para
que tenga que responder de sus decisiones y no de las de otros
Ejecutivos anteriores.
En la campaña electoral para las elecciones de 2004 el PSOE acusaba
al PP, con razón, de mantener un sistema productivo que descansaba
excesivamente en
el sector de la construcción. Pero cuando alcanzó el Gobierno
incrementó las ayudas fiscales para la compra de viviendas, echando
leña al fuego que
alimentaba la burbuja inmobiliaria.
El Gobierno no analizó, o no instruyó, como podía, al Banco de
España para que evitara la concentración de créditos en el sector
inmobiliario y en el de
la construcción. Una decisión que habría reducido el tamaño de los
excesos. Sin duda, a la vista de la información que hoy tenemos,
había conciencia entre
los inspectores del Banco de España de la gravedad potencial de la
situación. No se les hizo caso, ni por el propio Banco de España, ni
por el Ministerio de
Economía ni por el Gobierno porque, de haberlo hecho, se habría
puesto fin al proceso de expansión de la economía española. Y a la
llegada de millones de
inmigrantes que buscaban trabajo en nuestro país.
El Gobierno es responsable de seguir gastando dinero público hasta
mayo de 2010, como si nada hubiera pasado, a pesar del estallido, en
agosto de 2007,
de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos y en el resto de los
países desarrollados que habían incurrido en los mismos errores. El
Gobierno es responsable
de haber seguido aprobando leyes que comprometían dinero público
para el futuro en el periodo 2008-2010, como si los ingresos
fiscales estuvieran asegurados.
El Gobierno es responsable de negar, hasta mayo de 2010, la
existencia de una crisis que tenía que afectar, necesariamente, a la
solvencia del sector
financiero y a la situación de las propias Administraciones
Públicas.
El Gobierno es responsable, junto con el Banco de España, de no
haber aprovechado 2008 y 2009 para recapitalizar con dinero público
el sistema
financiero, en una fase en la que todos los países afectados lo
hicieron, sin que sufriera el crédito exterior de ninguno de ellos.
El nivel de incompetencia
del Gobierno llegó al extremo de proclamar en 2008 que España tenía
el sistema financiero más sólido del mundo y que, tras sobrepasar a
Italia en renta per
capita nos aproximaríamos rápidamente a los niveles de Francia.
El Gobierno de Rodríguez Zapatero es responsable de confundir a las
autonomías respecto a su capacidad de gasto hasta 2010. En 2009 se
les transfirieron
20.000 millones de euros más de los que les correspondían por su
participación en IRPF, IVA e Impuestos Especiales, porque el
Gobierno operaba sobre la base
de que la crisis económica era sólo una "ligera desaceleración" y
creía, o quería creer, que los ingresos impositivos no se verían
afectados. Las autonomías,
y los ayuntamientos, beneficiados también por transferencias
extraordinarias, creyeron que su capacidad de gasto total sostenible
era mucho mayor y
procedieron a contratar nuevo personal, además de aumentar el gasto
corriente y las inversiones. En conjunto, esa responsabilidad del
Gobierno se concreta
hoy en que las autonomías deben devolver 25.000 millones de euros a
la Administración Central, los ayuntamientos 5.000 millones de euros
y el conjunto de las
Administraciones deberían reducir su personal en, al menos, 300.000
personas, que es el incremento del personal del sector público entre
2007 y 2010.
El Gobierno de Rodríguez Zapatero es responsable de que todas las
reformas llevadas a cabo desde mayo de 2010 sean insuficientes. En
particular, es
responsable de la lentitud en recapitalizar el sistema financiero y
en poner límites al gasto de las autonomías. Y es responsable de no
haber hecho la
reforma de la negociación colectiva, imprescindible para que la
economía española vuelva a crecer.
El Gobierno de Rodríguez Zapatero no es responsable, en cambio, del
populismo del PP, que se ha opuesto con argumentos demagógicos a las
limitadas
reformas aprobadas hasta la fecha.
******************* Sección "bilingüe"
***********************
Bildu
Una verdad inconfesable
Antonio Robles Libertad Digital 12 Mayo 2011
Denunciado, reciclado y asumido el blanqueo de Bildu por el Tribunal
Constitucional, España entera ha de tomar conciencia de su
pasividad, mirarse al espejo y asumir su cobardía. El problema no es
Bildu, el problema es la falta de carácter del pueblo español. Lo
que tememos de Bildu es su realidad, la realidad de miles,
posiblemente de cientos de miles, de ciudadanos vascos dispuestos a
apoyarla, a dar la cara por ella, sin complejos. Exactamente lo que
somos incapaces de hacer la inmensa mayoría de los españoles por
España.
El problema no es Bildu, el problema no es ETA, el problema no es el
presidente de la Generalitat negándose a cumplir las sentencias del
Tribunal Supremo y del mismísimo Tribunal Constitucional, el
problema tampoco es la ola de insurrección institucional en
Cataluña: el problema es la cobardía, la desidia, la
irresponsabilidad del pueblo español, de cada uno de los ciudadanos
que miramos para otro lado, mientras ellos, los enemigos de España,
despliegan pancartas para recibir al último preso de ETA puesto en
libertad. Ellos no tienen pudor, ni se avergüenzan de grabar en
pancartas la identificación de ETA con Bildu unas horas después de
haber sido legalizados por el TC; lo exhiben porque confían en ellos
mismos, porque creen en sus vísceras, porque olfatean la desbandada
y la cobardía moral de una clase política española interesada y
ridícula, incapaz de hacerse cargo de la grave responsabilidad que
tiene a pesar del sueldo que cobran y el poder que ostentan.
La sociedad española está enferma de indiferencia; todo ocurre como
si no fuera con ella, como si la Constitución y los derechos y
deberes de todos los españoles formaran parte de la naturaleza de
las cosas y no del esfuerzo, la renuncia y, en los momentos más
dramáticos, de la sangre de tantas víctimas anónimas.
Me dan menos terror los fines de ETA que la apatía por España de
quienes no son de ETA. La actitud del Gobierno de la nación frente a
la impostura de Bildu hubiera sido otra si la determinación de los
ciudadanos movilizados le recordaran lo cambiantes que pueden llegar
a ser los votos. Nada hubiera sido tan inevitable si los medios de
comunicación e intelectuales orgánicos estuvieran más ocupados en
ejercer sus profesiones que en servir a sus señores. Y si eso fuera
así, la sentencia del TC hubiera sido otra; porque aquí no ha
fallado el derecho, sino la atmósfera social de temor y miedos para
ejercerlo como lo ejerce cualquier Estado de Derecho seguro de sí
mismo. Vivimos en una nube de fantasmas agitados por la
determinación de soberanistas y terroristas. Esa atmósfera tiene
acogotada a la clase política más descastada de nuestra historia
(con la excepción de Fernando VII). Habría que recordarles que si no
nos atrevemos a vivir como pensamos, acabaremos pensando cómo
vivimos. Esa sería la derrota definitiva.
Y ahora sigan echándoles la culpa a los políticos y a los jueces,
los ciudadanos nunca somos responsables de nada y los intelectuales
siempre están de vuelta de un viaje que nunca hicieron. Tiempos de
nihilismo para una nación con Don Quijote en el fútbol y con Sancho
de botellón.
Voto en Blanco
De aves y pájaros
César VIDAL La Razón 12 Mayo 2011
Acabo de enterarme de que Pascual Sala, presidente del Tribunal
Constitucional y firmante de la sentencia que ha abierto a ETA la
participación en las
próximas elecciones municipales y autonómicas, ha señalado poco
antes de dar una conferencia en la universidad Pompeu Fabra, que las
afirmaciones que se
están realizando sobre los firmantes de la controversia resolución
le «ponen la carne de gallina».
Confieso que conociendo someramente el historial judicial de Pascual
Sala, de entrada me ha costado mucho creer que pueda estar sometido
a ese tipo de reacciones, pero ciertamente eso es lo de menos. Por
esos delicados e ignotos mecanismos mentales que conocemos como
«asociación de ideas», a mí las palabras de Pascual Sala me han
recordado una definición de la injusticia que daba Juvenal. Escribió
el agudo romano que la acción de la injusticia se caracteriza porque
«Dat veniam corvis, vexat censura columbas», es decir porque
«perdona a los cuervos y veja a las palomas».
La referencia de Juvenal, extraída del mundo de las aves, sigue
ocasionándome sobrecogimiento por su desnuda sencillez, por su
afilado ingenio y por su innegable exactitud. La injusticia se
distingue, ciertamente, de la equivocación, de la ignorancia e
incluso de la negligencia por el hecho de que pasa por alto la
acción dañina de los depredadores más miserables y, al permitirles
actuar con una libertad que no merecen y una impunidad que resulta
intolerable, causa un daño insultante a los seres más inocentes.
El carácter especialmente grave de la injusticia perpetrada por un
tribunal radica no tanto en el hecho de que se aparte de la verdad y
de la Ley como en las consecuencias que semejante conducta tiene
para aquellos a los que debería proteger y, sin embargo, desampara.
Me cuesta creer que Pascual Sala y los que con él perpetraron la
sentencia del TC que permitirá a ETA vivir de nuestros impuestos,
sentarse en las instituciones y disponer de información, no sólo
para perpetrar nuevos atentados, sino para aniquilar la última
década y media de lucha antiterrorista, se detuvieran mucho a pensar
en los niños, los ancianos, los agentes de la ley y el orden que
fueron asesinados o incluso en alguno de sus compañeros muerto por
eso que ahora se ha dado en llamar la izquierda abertzale, que se ha
denominado históricamente gudaris y que no pasan de ser cobardes y
asesinos.
Tampoco creo que se estrujaran demasiado las neuronas en aplicar la
Ley porque si lo hubieran hecho, por ejemplo, nunca se hubieran
excedido en sus funciones entrando a valorar las pruebas que
llevaron al Tribunal Supremo a intentar cerrar las puertas de las
próximas elecciones a los etarras. No. Leyendo los votos
particulares de sus compañeros del Tribunal Constitucional, la
sensación que me invade, junto al asco y la indignación, es que
estuvieron más atentos a marear la perdiz para que los cuervos
pudieran volar sin que nadie les cortara las alas. Bien pensado,
quizá diga la verdad Pascual Sala al afirmar que siente piel de
gallina viendo las opiniones que ha provocado su sentencia.
Reconózcase, sin embargo, que se esperaría que Sala, puesto a
identificarse con una animal de pluma, lo hiciera con otro que no
sea especialmente conocido por su impenitente tendencia a la
prostitución y su habitual búsqueda entre el estiércol a la caza de
sustento.
¿Bildu es o no es ETA?
Francesc de Carreras La Vanguardia 12 Mayo 2011
Catedrático de Derecho Constitucional de la UB
Cuando comencé a escribir este artículo, se conocía el fallo pero no
se había publicado todavía la sentencia del Tribunal Constitucional
que ha dado luz verde a la presentación en las próximas elecciones
de la coalición Bildu, formada por independientes y por los partidos
Eusko-Alkartasuna (EA) y Alternatiba Eraikitzen.
Como es sabido, Bildu fue considerada por el Tribunal Supremo, en
una reciente sentencia, como una coalición con peso determinante de
la antigua Batasuna, en su momento un partido ilegalizado por formar
parte del entramado de ETA. Ningún problema de legalidad ofrecía EA,
durante largos años aliado del PNV, ni Alternatiba, una reciente
escisión de Esker Batua, la rama vasca de Izquierda Unida. Sin
embargo, de acuerdo con la ley electoral, el TS consideró que la
presencia en Bildu de tantos independientes contaminaba a toda la
coalición y, por tanto, sus candidaturas no podían presentarse a las
elecciones en el País Vasco y Navarra.
El TC, en sentencia posterior, ha enmendado la plana al Supremo y,
en una decisión contraria, ha dado vía libre a la coalición
abertzale, tal como ya intuía, curiosamente, la semana pasada, el
presidente del Gobierno tras advertirle Iñigo Urkullu que se
rompería el precario acuerdo entre el PSOE y el PNV en el Congreso.
Así pues, la escenificación de esta sentencia anunciada no podía ser
más clarificador, un paso más en el lamentable derribo en el
imaginario público de la imparcialidad e independencia del TC que,
aprovechemos para recordarlo, todavía está pendiente de la
renovación de cuatro magistrados, uno desde hace tres años y los
demás desde primeros de noviembre pasado.
Para llegar a tiempo en la entrega de este artículo sólo he podido
leer en diagonal los fundamentos de la sentencia y algún voto
discrepante de los cinco emitidos. No puedo, pues, dar una opinión
completa sobre la misma. Ahora bien, tras esta lectura apresurada,
queda claro que, además de confundir indicios con sospechas, el TC
se extralimita en sus funciones y al exceder el margen que le
permite el artículo 123.1 de la Constitución, invade las
competencias del Supremo en la valoración de la prueba y se
constituye, de hecho, en un tribunal de apelación en lugar de
limitarse a ser, en jurisdicción de amparo, lo que
constitucionalmente es: un orden distinto ceñido, únicamente, a la
defensa en último término de los derechos fundamentales. En otra
ocasión examinaremos en detalle el significado de este conflicto que
afecta, de modo claro, al principio de división de poderes.
Vayamos ahora, como era la intención inicial, a las posibles
consecuencias políticas de la elección de los candidatos que figuran
en las listas de Bildu. Previamente, cabe advertir que los
candidatos independientes son ampliamente predominantes, tanto por
ocupar puestos preferentes como por superar en casi todas las listas
la suma de los candidatos de los otros dos partidos. A su vez,
advirtamos también que en estos casos las sentencias judiciales
establecen la verdad procesal, es decir, aquella que puede deducirse
mediante pruebas fácticas a través de un procedimiento
predeterminado por la ley. Esta verdad procesal puede coincidir o no
con la real.
Así pues, esta verdad real puede ser la que establece la sentencia
del Constitucional, a saber, que Bildu no es Batasuna y, por tanto,
no es ETA; puede ser lo contrario, que Bildu sea un simple
instrumento de Batasuna-ETA, un entramado fraudulento para engañar a
los jueces, tesis que mantiene la sentencia del Supremo; o bien
puede ser algo intermedio: que algunos de los que figuran en las
candidaturas como independientes en realidad no lo sean, sean
miembros de Batasuna, y otros, de buena fe, sean realmente
independientes y contrarios a los métodos violentos que propugna la
banda terrorista y partidarios de una izquierda abertzale libre de
la hipoteca etarra.
En el primer caso, si Bildu no es Batasuna y, por tanto, el TC ha
acertado en su juicio, se habría dado un enorme paso adelante para
la democracia en el País Vasco y Navarra. Se produciría el
aislamiento social completo de la banda terrorista, la cual quedaría
reducida a quienes, es un decir, manejan las pistolas: como en sus
tiempos las Brigadas Rojas en Italia, la Baader-Meinhof en Alemania
o, más atrás, la OAS en Francia o, quizás en la actualidad, Al
Qaeda. Su final sería cuestión de tiempo, de poco tiempo. También
sería positiva para la democracia la situación intermedia: el
movimiento de la izquierda abertzale se estaría resquebrajando.
Ahora bien, si, como me temo, Bildu es Batasuna y sus candidatos
ocupan cargos políticos en los ayuntamientos, las juntas generales y
el Parlamento Foral, no es que se trate sólo de algo negativo sino
que habremos retrocedido diez años en la lucha contra ETA. Los
terroristas, de nuevo, cobrarán de las instituciones públicas sus
buenos sueldos y desde estas instituciones ejercerán la violencia
que no sólo es muerte sino también miedo, en el más puro estilo
nazi. Aunque entonces sabremos, desgraciadamente, quiénes han sido
los responsables del retorno a tan terrorífica situación.
Bildu
Arcadi Espada y el silencio de Rajoy
Guillermo Dupuy Libertad Digital 12 Mayo 2011
"Cada vez me parece más ejemplar la actitud del opositor Rajoy
respecto a ese partido de la ETA desarmada. Concedo que lo que menos
le cuesta a Rajoy es callar y ver pasar el mundo; pero no tengo
dudas de que ahora hace lo que es debido."
Este es el comienzo de un artículo de Arcadi Espada, publicado este
jueves en El Mundo, ante el que no sabría decirles qué me causa
mayor perplejidad: si que califique de "ejemplar" el bochornoso
silencio de Rajoy ante la farsa de este Gobierno, finalmente
consumada por seis magistrados del Constitucional designados por el
PSOE; o que considere "desarmada" a la ETA. Otro tanto les podría
decir del calificativo de "opositor" aplicado a Rajoy, si no fuera
porque no sé si con él Espada se refiere a un enclaustrado y
estudioso aspirante a registrador de la propiedad o a quien –se
supone– debe ejercer una visible y audible labor de oposición en la
arena pública con vistas a convertirse en presidente del Gobierno.
Nada más lamentable que confundir en democracia ambos papeles.
Con todo, no se queda ahí mi discrepancia con el artículo de marras:
de forma tan precisa como boba, Espada nos invita a calificar de "ex
etarra" y no de "etarra" al persistente canalla que, a su salida de
prisión, se puso a jalear a Bildu. Espada recuerda algo que yo sepa
nadie discute, como que "Errandonea salió de la cárcel después de
cumplir 25 años de cárcel, sin redenciones", y que su salida obedece
"no a ningún pacto político, sino a la extinción de su pena".
Asimismo, Espada se empaña en no ver "ni otra risa ni otra
felicidad" que la de quien sale en libertad y la de quien, "aunque
parezca extraño, puede tener hermanos, y sobrinitas que se abracen
al tío, contentos todos de verle en la calle".
Naturalmente que no hay que dudar de que Errandonea y los suyos
mostraran su alegría por su puesta en libertad, ciertamente conforme
a Derecho. Pero ya se encargó este canalla de vincular su alegría a
las proclamas etarras (perdón, no sólo etarras) de "independencia" y
"socialismo", haciendo de la conjunción "y" en vascuence, una clara
y distinguible mención a "ETA".
El problema está en que el sorprendente papanatismo de Espada, no
dispuesto a ver más que la risa y la felicidad que el etarra
comparte con las sobrinitas, todo esto ni lo mienta. Lo único que
dice al respecto es calificar de "victoria del Estado de Derecho" la
"exhibición del cartel de una coalición política que rechaza el uso
de la violencia y cuya actividad ha sido declarada legal por el
máximo tribunal español". Visto cómo una farsa y una burla, sólo
posible por la falta de división de poderes que impera en nuestro
país, es presentada por Espada como una "victoria del Estado de
Derecho", casi que me quedo con el bochornoso silencio de Rajoy.
En cualquier caso, estoy seguro de que esa mezcla de lamentable
positivismo jurídico y de miope papanatismo de leguleyo del que
Espada parece hacer gala no nos impedirá a nadie el derecho de
lamentar la nula muestra de arrepentimiento que ha exhibido el
etarra tras cumplir legalmente una pena que, no menos legalmente,
debe tener una función rehabilitadora. Y es que, incluso desde esta
lamentable perspectiva de la filosofía del derecho que aparca la
función aflictiva y disuasoria de la pena en favor de la
reinserción, hay razones de queja ante el espectáculo en que se ha
convertido esa puesta en libertad.
Espada, con todo, hace al final de su irreconocible artículo una
lúcida reflexión en torno al riesgo de que la exhibición del
arrepentimiento se convierta en pasaporte a la impunidad o a una
excarcelación prematura de etarras. Las fronteras más importantes
que España debe conservar frente al embate etarra son las que
configuran a nuestra nación como Estado de Derecho. Me temo que son
las primeras que se están disolviendo por parte de aquellos que
pretenden contentar a quienes ni se puede ni se debe contentar.
No menos lúcida, finalmente, me parece la crítica de Espada al
hipócrita rechazo –ese sí– de Patxi López al numerito de Endorrena:
"después de haber intrigado en tierra, quiere ganarse el cielo". Lo
que no comparto con Espada es que le parezca bien que Rajoy siga en
el limbo.
La carne de gallina y la "carta-bomba" de
"El negociante"
José Antonio Gundín www.elsemanaldigital.com 12 Mayo 2011
Brian Currin ha enseñado la patita por debajo de la puerta y ha
desvelado la hoja de ruta de ETA, desde Bildu a la anulación de la
"doctrina Parot".
A Pascual Sala, presidente del Tribunal Constitucional, cuya
trayectoria político-judicial ha estado directamente vinculada al
PSOE desde hace treinta años,
se le pone la "carne de gallina" al oir las críticas a la sentencia
de Bildu. Por el contrario, a la gran mayoría de los españoles se le
pone la carne de
gallina cuando se legaliza al brazo político de ETA, cuando los
terroristas entran en campaña electoral nada más salir de la cárcel
y cuando se descubren
nuevas pruebas de que la negociación con la banda etarra avanza sin
prisa pero sin pausa.
La reaparición estelar de ese siniestro personaje que aletea como
los zopilotes, el tal Brian Currin, en la escena del crimen nos
alerta de que el cadáver no
debe de andar lejos. Según ha filtrado el equipo de guardia de La
Moncloa, Currin "El negociante" ha enviado a Zapatero una carta con
la hoja de ruta que
debe seguir para que ETA esté satisfecha. De la remilgada prosa de
la misiva, zalamera y buenista, se deduce que el escribidor conoce
los gustos del
destinatario, aunque de por medio cuele frases tan venenosas como
ésta: asistimos a una "oportunidad histórica" para "terminar con el
último conflicto
político de Europa". Es decir, que unos pistoleros hayan asesinado a
casi mil personas en un país democrático es un mero "conflicto
político". Afirmaciones
como esta sí que ponen la carne de gallina a la gente decente.
Pero no se queda ahí la enjundiosa carta de "El negociante", quien
con tono delicado le recuerda a Zapatero los deberes pendientes para
con ETA, a saber:
legalización de Sortu por el Tribunal Constitucional, acercamiento
de los terroristas presos a las cárceles vascas y, ojo al dato, la
anulación de la llamada
"doctrina Parot", trabajito del que se encarga el Tribunal
Constitucional. Veremos si la sentencia, prevista para octubre,
también pone la "carne de gallina"
a las víctimas del terrorismo y a la inmensa mayoría de los
españoles. Para redondear el pliego de reclamaciones, Currin pide al
presidente que "flexibilice
las estrictas leyes de seguridad", o sea, que la Guardia Civil haga
la vista gorda y que la Policía no moleste a los etarras.
En realidad, nada nuevo hay en la "carta-bomba" de Currin que no
fuera objeto de chalaneo entre el Gobierno y ETA cuando la
negociación. De hecho, el
acercamiento de los presos y la puesta en libertad de históricos
asesinos ya es noticia de cada día. Y en cuanto a lo demás, si bien
no parece probable que
Sortu sea indultada por el Tribunal Constitucional, la anulación de
la llamada "doctrina Parot" sí figura en la hoja de ruta que en su
día trazaron los
negociadores y los terroristas. Si así fuera, decenas de
sanguinarios pistoleros saldrían en tropel de la cárcel. ¿Le
parecerá éste suficiente motivo a
Pascual Sala para que se nos ponga la carne de gallina?
En resumen, que Jaime Mayor Oreja no hablaba de oídas cuando
denunciaba, hace pocos días, la continuación entre bastidores de la
negociación, denuncia que le
valió poco menos que la lapidación pública de esa izquierda extrema
e insultante que se muestra más cercana a los terroristas que a los
demócratas.
Como escarpias
Javier G. FERRARI La Razón 12 Mayo 2011
No es la primera vez que el llamado Alto Tribunal trabaja a favor de
obra. De obra política
Jueces como usted son los que ponen los pelos no de punta, sino como
escarpias, don Pascual. La imagen del etarra pidiendo el voto para
Bildu, gracias a
usted y otros cinco miembros del Constitucional, es una auténtica
bofetada en la cara de las víctimas y una burla para la inmensa
mayoría de los españoles.
Este Gobierno, como en tantas otras ocasiones en estos siete años
largos de mandato, ha optado por instrumentalizar las instituciones
para que hicieran el
trabajo sucio.
En la práctica lo que se ha hecho es dinamitar la ley de partidos
que fue consensuada en su momento por populares y socialistas. El
rasgado de vestiduras que
están protagonizando desde ZP hasta el último mono del PSOE pasando,
claro está, por Rubalcaba, es, a juicio de los representantes de las
asociaciones de
víctimas, un ejercicio de hipocresía sin precedentes.
Lo que ocurre es que precedentes, haberlos haylos. No es la primera
vez que el llamado Alto Tribunal trabaja a favor de obra. De obra
política. Recuerden lo
ocurrido con la sentencia sobre Rumasa en diciembre del año 83 y el
triste final de su entonces presidente, García Pelayo, cuyo voto de
calidad fue decisivo
para darle la razón al Gobierno de Felipe González. El uso de la
justicia como si fuera de plastilina no es nuevo en la historia
política reciente, y siempre
se ha producido con los socialistas en el poder.
Si hay alguien que dude del origen político de la decisión del
Constitucional no tiene más que observar la reacción del PNV, que ha
vuelto al redil de su
apoyo a Zapatero al minuto de saberse que Bildu estaría en los
ayuntamientos vascos. Por todo ello lo mejor sería que Pascual Sala
fuera prudente en sus
declaraciones si no quiere irritar aún más a todos, y son legión,
los que se sienten insultados y burlados por la pirueta jurídico
constitucional que ha
protagonizado.
Y después de esto todavía tenemos que escuchar al presidente de
Aragón en excedencia y portavoz de la Ejecutiva del Partido
Socialista reprochar a los
populares que hablen de terrorismo, según él, en clave electoral.
Como diría Federico Trillo, ¡manda huevos! No le arriendo la
ganancia a Rajoy si al final
gana las elecciones como pronostican todos los sondeos y tiene que
poner orden en este puzzle de locos que en que se ha convertido la
vida política,
económica y social de España.
Que se vaya comprando un traje de tedax para desmostar las minas que
han quedado sembradas en todos los ámbitos. Y todavía queda un año
por delante salvo que el desastre del día 22 sea de tal magnitud que
Zapatero no tenga más remedio que adelantar las generales. En la
próxima sesión de control parlamentario el
líder del PP debería decirle al presidente del Gobierno aquello de
«imposible lo dejáis para vos y para mí». Con este panorama no es de
extrañar que haya
candidatos socialistas en estos comicios municipales y autonómicos
que huyan de los líderes nacionales como de la peste.
Carta de la baronesa
FLORENCIO DOMÍNGUEZ El Correo 12 Mayo 2011
La baronesa Nuala O'Loan, el abogado Brian Currin y los otros cuatro
miembros del autodenominado Grupo Internacional de Contacto para el
País Vasco han
aprovechado la campaña electoral para escribir al presidente del
Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y pedirle que legalice a
Sortu, cambie la política
penitenciaria, modifique las leyes de seguridad y acepte que le
verifiquen la tregua de ETA.
Para persuadir al presidente, la baronesa y sus cofrades esgrimen
como zanahoria una mención al «desmantelamiento» de las armas y,
además, le pasan la mano
por el lomo. Tras decir que es el momento para el liderazgo y para
el «arte de gobernar», le engordan el ego afirmando que «usted ha
demostrado en el pasado
que tiene la capacidad para ambos».
Al grupo de Currin y la baronesa alguien le ha debido explicar el
éxito que tuvo Arnaldo Otegi por hacerle la ola al presidente en
aquella carta que le envió
el 14 de enero de 2005. Otegi le pedía una negociación, pero antes
de pasarle la factura le daba un poco de coba ofreciéndole el apoyo
de Batasuna si quería
pasar a la historia «como el Tony Blair español». Y funcionó. El
presidente entró al trapo, aunque no llegara a ser el Blair español
porque ETA tampoco era
el IRA ni Otegi Gerry Adams.
La misiva de la baronesa y los demás incurre en el error que lastra
al promotor del grupo desde que se aproximó al problema del País
Vasco y que consiste en
creer en la existencia de un déficit democrático en España y en
equiparar las instituciones españolas con el grupo terrorista.
Dibujan un panorama favorable
por la tregua de ETA y el cese de la extorsión, pero acusan al
Gobierno de no haber «respondido positivamente a esta evolución». Es
el Gobierno de España el
que tiene carencias, según Currin y los suyos que no parece que
tengan ningún reproche que hacerle a ETA. Ni siquiera mencionarle
que le han pegado unos
tiros a un gendarme hace poco Deben creer que esa situación positiva
que reflejan es el resultado de la buena voluntad de la banda y no
el éxito de las
políticas del Gobierno.
Los que se dicen facilitadores han venido al País Vasco y han
comprobado que han dejado de llegar cartas de extorsión de ETA. Para
alcanzar esa conclusión se
podían haber ahorrado el viaje: la noticia estaba publicada en los
periódicos. No hacía falta un simulacro de verificación sobre este
extremo. Pero ya que
estaban aquí podían haber aprovechado para informar a la opinión
pública quiénes son los grupos que les han pedido intervenir. Podían
ser un poco más
precisos y en lugar de decir que el grupo se constituyó «a petición
de distintos» partidos, sindicatos y asociaciones, ponerle nombre y
apellidos a esas
organizaciones. Para verificar, aunque sea de manera informal, a
quienes representan la baronesa y su cuadrilla.
Un paisaje siciliano
Santiago González El Mundo 12 Mayo 2011
Si el gran Leonardo Sciascia hubiera visto esta foto que hoy
reproduce la portada de El Mundo se le habría ocurrido de inmediato
una novela. Basaburua es un
pueblo siciliano. La figura que está de pie junto al atril es la
alcaldesa de Pamplona y candidata a la Presidencia de la Comunidad
Foral por UPN, Yolanda
Barcina. Junto a ella, a un lado, una pintada 'Gora ETA'. Al otro,
candidatos locales. En frente, los periodistas encargados de seguir
la campaña del
partido organizador. En segundo término, una docena de tipos de la
izquierda abertzale que intentan boicotear el discurso de la
alcaldesa.
Los mítines son así. Ya no se hacen para el público, sino para el
intermediario, las televisiones. Cualquier espectador desavisado,
pongamos un magistrado
del Constitucional, podría decir: Y esta Barcina, ¿no ha podido
elegir otro emplazamiento para el atril que la pintada de exaltación
al terrorismo? ¡Qué
torpeza!
En realidad, estamos ante una foto buscada, según cuenta Diario de
Navarra. Escogió el lugar preciso para decir:
Aquí, en Basaburua, durante los próximos cuatro años el alcalde y
todos los concejales del Ayuntamiento van a pertenecer a Bildu.
Ahora, el alcalde y
todos los concejales pertenecen a ANV y, antes, a Batasuna y afines.
Los jueces ya han hablado y, aún desde la profunda discrepancia,
hemos de acatar su
veredicto. Ahora, es la hora de que los representantes democráticos
aunemos esfuerzos de nuevo para que impedir que las instituciones
democráticas vuelvan a
ser soporte y altavoz de quienes apoyan a ETA. Me voy a emplear con
firmeza mientras ETA y su entorno existan y mientras la memoria de
las víctimas no haya
sido suficientemente reparada.
Así está el tema. De aquí en adelante vamos a ver todos los días
escenas como esta. Los tipos (y tipas, claro) de la izquierda se
plantan en actitud
intimidadora mientras ponen música a todo volumen para impedir que
se oigan las palabras de Barcina. Todos ellos votarán a Bildu. Sus
electos volverán a
destinar partidas de los presupuestos municipales para excursiones a
las cárceles, volverán a expresar su simpatía con los asesinos
presos, está en el ser de
las cosas y en su naturaleza. Hoy sabemos que el impulsor de Sortu y
apoyo de Bildu, Tasio Erkizia, ha sido condenado a un año por
enaltecimiento del
terrorismo. Pero no gasten energías pidiendo la ilegalización de
Bildu, por la foto que sacábamos ayer. No tiene capacidad probatoria
alguna. Es un ex-preso
que acaba de cumplir su condena. Sabemos que no se ha arrepentido,
pero no se le puede volver a condenar por enarbolar una pancarta en
la que se pide votar a
un partido al que el TC ha declarado legal.
Guardemos estas fotos. Quizá dentro de quince años la sucesión de
fotos como estos lleve a algún tribunal a proceder por acumulación
de indicios. La prueba
de la pistola humeante se interpreta muy estrictamente: la pistola
ha de estar en la mano del "independiente" y éste sentado sobre el
cadáver.
O se reforma la Constitución, o esto ya no
tiene arreglo
Melchor Miralles. El Confidencial 12 Mayo 2011
El etarra Errandonea ha sido protagonista, sin duda, de la gran foto
de la campaña electoral. Puño en alto, sonriente tras salir de la
prisión de Herrera de
la Mancha, rodeado de familiares y amigos, con la pancarta en la que
se evidencia que los terroristas votan Bildu, la marca de la casa.
Pascual Sala,
presidente del Tribunal Constitucional por la gracia de José Luis
Rodríguez Zapatero, nos dirá que la leyenda "Independentzia ETA
sozialismoa" significa
"Independencia y socialismo", porque en euskera 'eta' es la
conjunción copulativa, pero insisto, a otro perro con ese hueso,
porque no hay tribunal, por
constitucional que sea, que convenza a nadie que sepa de qué va la
cosa de que la leyenda ETA, en manos de un miembro de la
organización terrorista y sus
amigos, no es sino el acrónimo de la banda.
A estas alturas me parece evidente que al Tribunal Constitucional le
facilitaron el trabajo los magistrados del Tribunal Supremo que
formularon voto
particular, porque leído el texto y comparado con el fallo, aunque
comparto la decisión final que impedía a Bildu comparecer a las
elecciones, me parece que
la argumentación, la arquitectura jurídica que sostenía el criterio
minoritario estaba mejor construido y no me cabe duda alguna de que
así lo han
interpretado quienes en el TC tenían claro que querían resolver del
modo que le interesaba al Gobierno.
Dicho, o mejor, escrito esto, tampoco albergo dudas respecto a que
el TC se ha pasado por el arco del triunfo lo establecido en la
Constitución respecto a
sus funciones. El artículo 161 establece claramente que es
competente para conocer de los recursos de inconstitucionalidad
contra leyes y disposiciones
normativas con fuerza de ley y del recurso de amparo por violación
de los derechos y libertades fundamentales, pero no se trata de un
tribunal de instancia,
es decir, no puede entrar a valorar los hechos juzgados, ya que la
Constitución señala que es el Tribunal Supremo "el órgano
jurisdiccional superior en todos
los órdenes". El TC ha invadido por tanto competencias que no tiene.
Nunca atendiendo al interés de los ciudadanos
La Constitución señala que es el Tribunal Supremo "el órgano
jurisdiccional superior en todos los órdenes". El TC ha invadido por
tanto competencias que no
tiene
La foto ha generado reacciones en cascada ya ampliamente comentadas.
Sí quiero insistir en que es incomprensible que el Gobierno y el
PSOE que los sustenta,
tras expresar su satisfacción y comodidad con la sentencia del
Constitucional, nos digan que el Ejecutivo ha pedido a la Abogacía
del Estado la foto por si
debiera tener consecuencias legales y el partido que rechaza
enérgicamente su rechazo a la actitud de Errandonea. Que me lo
expliquen, por favor. Si ETA no
está detrás de Bildu y están encantados de la vida de que Bildu se
presente a las lecciones, ¿por qué les genera rechazo la foto?
Debieran haberla aplaudido
e incluso podían felicitarse de que se la hayan hecho.
Triste panorama. Y no nos engañemos. Mientras no se proceda a una
reforma de la Constitución, seguiremos igual y, como un deja vu,
como un día de la marmota
que nunca termina, reviviremos episodios similares. La reforma de la
Carta Magna sería bienvenida por muchas razones y tocando muchos
artículos (título
preliminar, título segundo, título III...), pero, en lo que se
refiere al asunto que nos ocupa, mientras el artículo 159 no se
modifique y el Tribunal
Constitucional siga teniendo doce miembros nombrados cuatro a
propuesta del Congreso y otros tantos del Senado, en ambos casos por
mayoría de tres quintos;
dos a propuesta del Gobierno y dos a propuesta del Consejo General
del Poder Judicial, seguiremos en las mismas. Mientras el Poder
Ejecutivo, omnímodo,
consiga a través del Legislativo, reproducir en el Judicial
miméticamente el reparto de escaños de las Cámaras, imponiendo el
poder absoluto derivado de la
aritmética electoral en el control férreo de la Justicia, seguiremos
asistiendo a espectáculos como este, unas veces en favor de
posiciones defendidas por el
Partido Socialista y otras en favor de argumentos del Partido
Popular, y nunca atendiendo al interés de los ciudadanos y a
garantizar un funcionamiento
adecuado y democrático de un Estado de Derecho que deja mucho que
desear.
Esto es lo que hay. Nos guste o nos disguste. Podemos seguir erre
que erre en la polémica, y mientras tanto, con el beneplácito de los
dos partidos
mayoritarios y la risa floja de los partidos nacionalistas siempre
dispuestos a sacar tajada de las debilidades democráticas del
sistema, siguen
resquebrajándose principios esenciales que debieran ser los pilares
de la arquitectura de nuestro Estado de Derecho. Pues nada, que
continúe la fiesta, que
siga la campaña, que no paren los mítines, y los del Constitucional
que se vayan de vacaciones, que ya se han ganado el sueldo al
servicio de los partidos
políticos a quienes sirven fielmente. Y a los ciudadanos, ajo y
agua, que llega el verano.
Cortesía (bi)lingüísta (2)
Jesús Royo Arpón www.lavozlibre.com 12 Mayo 2011
El bilingüismo es una actitud mental de respeto y de igualdad.
Sostiene que ninguna lengua es superior, ni prioritaria: las dos
tienen igualdad de
consideración, con independencia de su peso demográfico o económico.
Pero el bilingüismo comporta también una práctica social de respeto
y cortesía, unos
hábitos que en parte aún hemos de adquirir, y que será bueno que se
vayan incorporando a nuestra convivencia. Durante la dictadura, la
cortesía se entendía
como la obligación del catalán de ceder siempre que se le
requiriese: era una falta de educación mantener el catalán, una
insolencia. Eso no es cortesía
bilingüista. Eso es sencillamente un trágala, la expresión del abuso
y de la sumisión. Ahora es frecuente verlo al revés: el castellano
es abandonado como
lengua inconveniente, y el catalán se impone de todas todas, por
narices. El actual president Mas, en un debate electoral entre los
candidatos, le recriminó
a Rivera, candidato de Ciutadans, que hablase en castellano; qué
poca educación, le dijo, y fíjese qué tolerantes y abiertos somos
los catalanes, que hasta
le dejamos hablar en castellano. Para mí, el descortés fue Mas.
Hemos de aprender a manejarnos con las dos lenguas con respeto. Se
me ocurren algunos criterios orientadores. Uno es “la lengua del
cliente”. Todo aquél que
está detrás de un mostrador o de una ventanilla debe adaptarse a la
lengua del cliente. E igualmente el médico con el paciente, y el
cura con el feligrés, y
el maestro con el alumno... El primer mensaje debería ser
ambilingüe: “¿hola?”, “¿sí?”. El cliente entonces se siente invitado
a marcar la lengua de
relación, con su respuesta “bon dia” o “buenos días”, “quisiera” o
“voldria”... Esto tendrá una inmediata consecuencia laboral: todos
los dependientes,
maestros, telefonistas, etc., tendrían que ser bilingües.
Entre desconocidos, lo más correcto es adaptarse a la lengua del que
pregunta. Contestar en lengua diferente a la de la pregunta puede
ser una impertinencia,
porque obligas al otro a rectificar o a declarar su incapacidad de
entenderte. Lo normal debe ser que, en Cataluña, todo el mundo
pregunte en su propia
lengua, catalán o castellano, y espere una respuesta en la lengua
inicial. Caso de no poder responder en la lengua de la pregunta, es
bueno excusarse. En la
práctica eso supone una desventaja para el catalán, ya que no es
conocido por toda la población, mientras el castellano sí. Eso
quiere decir que, si te
preguntan en catalán y no puedes responder en catalán, siempre
deberías pedir disculpas (perdone, pero no entiendo el catalán) y
marcar si quieres que el
otro cambie de lengua o puede continuar con el catalán ("perdone que
le hable en castellano, pero hábleme en catalán, por favor, lo
entiendo", o aún mejor
"lo estoy aprendiendo"). De hecho la gente funcionamos bastante así,
y por eso el conflicto lingüístico no se manifiesta a nivel popular.
Pero aún hay gente
insensible, que impone el catalán o el castellano por bemoles. La
razón que suelen dar a su intransigencia es la misma en ambos casos:
"porque estamos en
España", y "porque estamos en Cataluña". Hay quien pregunta en
castellano, siendo catalanohablante, o en catalán, siendo
castellanohablante, por no molestar,
para evitarse rectificaciones posteriores. Esas autorrestricciones
deberían acabarse ya.
En un acto colectivo, no es correcto imponer un cambio de lengua,
incluso si no la entiendes. Por ejemplo, en una asamblea. Pero a la
vez, siempre han de ser
aceptables las dos lenguas con naturalidad. Sólo puede considerarse
obligatorio el uso de una de las dos lenguas si el ámbito está
marcado lingüísticamente:
en una emisora monolingüe, en un premio literario, en clase de
lengua catalana o castellana...
Quedan fuera de la cortesía bilingüista los encuentros entre
iguales, no estructurados. Ahí, la lengua se negocia y se fija de
mutuo acuerdo, y no debe
comportar ningún problema. Pero incluso estos contactos personales
heterolingües se verán lubrificados si se realizan en una atmósfera
social de respeto y
tacto.
Libertad versus cortesía
Nota del Editor 12 Mayo 2011
Niego la mayor, el bilingüismo es una falacia. Segundo, cortesía no
quiere decir perder derechos y libertad. Si alguien permite que le
impongan una lengua
regional, y por tanto, de la que no tiene deber de conocer, no está
siendo cortés, está perdiendo derechos y libertades, se está dejando
avasallar, y en el
corto plazo significa pérdida de su posición social, quedar excluído
y despojado de sus derechos cívicos, ni participar en política, ni
optar a trabajos en las administraciones que exigen la lengua
regional a sus adláteres, y pasar al montón de los que necesitan ser
normalizados con la lengua regional.
EL ADIÓS AL SÍMBOLO DE LIZARZA
Otaola: "Después de las elecciones me apuntaré al paro"
LDTV emitió este jueves un reportaje especial con Regina Otaola
desde la localidad de Lizarza.
Libertad Digital 12 Mayo 2011
Las elecciones del próximo 22 de mayo pondrán punto y final a un
símbolo. El consistorio de Lizarza (Guipúzcoa) dejará de ser un
referente de la libertad y el Estado de Derecho para volver a estar
bajo las sombras del mundo de ETA, a través de los independientes
escogidos por Batasuna que integran las listas de Bildu en la
localidad.
Los servicios informativos de Libertad DigitalTV, encabezados por
Dieter Brandau, se desplazaron la pasada semana hasta la localidad
guipuzcoana para vivir los últimos instantes de ese símbolo, fruto
de una gesta personal de la portavoz del PP en las Juntas de
Guipúzcoa y alcaldesa de Lizarza, Regina Otaola.
Ella, desde el mismo día que tomó posesión de su cargo en 2007,
trabajó duramente para conseguir convertir un antiguo bastión de
Batasuna-ETA en un espacio de libertad. Izó la bandera española en
el consistorio; limpió las pintadas proetarras del municipio; retiró
las pancartas y carteles de apoyo a los terroristas de ETA; y cambió
el nombre de la plaza principal del pueblo, que pasó de llevar el
nombre de un etarra a llamarse Plaza de la Libertad.
"Me siento triste y mal, porque se ha constatado que le han dado una
patada a la Constitución. La libertad y la democracia han perdido lo
que ha ganado ETA. No me siento derrotada, pero sí descorazonada,
porque aquí van a hacer lo que quieran", dijo Otaola a Libertad
DigitalTV sobre la decisión del Tribunal Constitucional de permitir
la presencia de Bildu en las elecciones.
La alcaldesa de Lizarza aseguró que "es una negociación que está
pautada", y avanzó que tras la presencia electoral de Bildu "vendrán
los presos. Los presos están saliendo a la calle, y lo vemos día sí
y otro también. Será otro de los pasos. Y muchos de ellos tendrán
trabajo, porque ya están presionando en empresas vascas para que
estos presos se incorporen y tengan su trabajo".
Denunció que "se les está dando a los partidos nacionalista todo lo
que quieren y más" y advirtió de que "España va a ser menos España
porque una parte del País Vasco va a ser menos España". "Volvemos a
las andadas. Van a tener acceso a la financiación, al censo
electoral... Y ya no habrá 42 ayuntamientos gobernados por ANV,
habrá muchas más", añadió.
Así, insistió en que "está claro" que hay una negociación entre el
Gobierno y ETA. "Yo soy de las tesis de Mayor Oreja, que nunca se ha
equivocado en sus análisis. Creo que el PP podría saber algo más de
lo que nos dice. Tal vez deberían plantarse, convocar el pacto
contra el terrorismo y poner las cartas sobre la mesa. La sentencia
es la prueba del nueve que pidió Basagoiti", dijo.
"Creo que mantener el pacto en el País Vasco enfocado en la lucha
contra el terrorismo, cuando ETA va a estar en las elecciones... se
puede mantener el pacto, pero que digan que es porque se prefiere
que esté Patxi López al PNV", añadió.
Preguntada por Dieter Brandau por el futuro que tendrá la bandera de
España que ondea en el consistorio, se mostró muy clara: "durará
hasta que nosotros estemos aquí. En cuanto se haga el traspaso de
poderes se acabó. Conociéndoles, la quemarán o harán alguna cosa
así. Pese a esto, seguiremos manteniéndola hasta que se acabe
nuestro mandato y así lo hago".
Además, tuvo un especial recuerdo para las víctimas del terrorismo:
"de las víctimas no nos podemos olvidar. Nosotros no hemos sido de
ojo por ojo, diente por diente, sino únicamente reivindicando
memoria, dignidad y justicia".
Otaola volvió a repetir las razones por las que abandonará la
política tras la toma de posesión del alcalde que salga de las urnas
el próximo 22-M: "Cuando sucedió lo de María San Gil, cuando se
plantó al decir que ya no confiaba en el presidente del PP, Mariano
Rajoy, y que se marchaba, yo anuncié que también me iba, aunque
seguiría hasta el final de la legislatura, y así lo hago". "En ese
cambio, en esa marcha de María San Gil había un cambio de estrategia
del PP", añadió.
Según dijo, ha sentido "mucho apoyo" durante estos cuatros años y
desveló que todavía tiene cartas guardadas pendientes de contestar.
Destacó por encima de todas esas muestras la visita que hizo el ex
presidente Aznar a la localidad, en la que aprovechó para regalar al
pueblo una bandera de España porque los proetarras habían quemado la
del balcón consistorial unas fechas antes. Eso sí, tras preguntas de
Dieter Brandau, echó en falta las visitas a Lizarza de Mariano Rajoy
o María Dolores de Cospedal.
Adelantó que tras abandonar el consistorio y las Juntas de Guipúzcoa
se apuntará al paro, para buscar un nuevo trabajo, volviendo de este
modo a la actividad privada, a la que ya se dedicaba antes de entrar
en política. Asismismo, desveló que ya había empezado su reciclado
profesional, realizando varios cursos por internet.
Tras el encuentro en la pequeña localidad guipuzcoana, el director
de informativos de LDTV y Regina Otaola fueron al encuentro de otro
de los grandes referentes de la lucha por la libertad, María San
Gil. En presencia de ambas, Dieter Brandau les mostró una vídeo con
una pequeña dedicatoria del ex presidente Aznar, que grabó en su
despacho con una foto que se hizo en su visita a Lizarza detrás.
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