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Se trata de España
EDITORIAL Libertad Digital 12 Octubre 2011
España es la nación de Europa que ha experimentado el mayor saqueo
de competencias de la historia. En ningún otro sitio se toleran y
hasta se jalean los
ataques a los símbolos nacionales, la ridiculización de las
instituciones y el desprecio por los sentimientos nacionales de
millones de personas. Sólo en
España es posible que quienes con más saña se dedican a atacar a la
Nación sean gratificados con generosas subvenciones públicas. En
ningún país desarrollado
se producen desprecios tales contra las Fuerzas Armadas como
calificar una guerra como la de Afganistán de "misión humanitaria".
Sólo en España podría
ocurrir que una Administración niegue a la ciudadanía el derecho a
hablar y a estudiar en la única lengua común. O que quienes han
justificado el terrorismo
gobiernen instituciones como ayuntamientos y diputaciones.
En semejante contexto, la mera subsistencia de la idea de España es
una demostración de vigor nacional, un milagro permanente, dada la
insistencia del
Gobierno de Zapatero, la Generalidad catalana, los "hombres de paz"
del País Vasco, algunos sectores judiciales y un penoso etcétera en
extender el
certificado de defunción de la Nación. Y resulta estremecedor que la
palabra España sea, pese a todo, la contraseña de la libertad, del
progreso y de la
igualdad. Ese milagro permanente se nutre de la sustancia liberal de
la Nación, la mejor arma para hacer frente al acoso del terrorismo y
a los agresivos
experimentos sociales de los nacionalistas.
Por otro lado, es delirante afirmar que la celebración de la Fiesta
Nacional es una exhibición militarista, un homenaje al supuesto
exterminio indígena en
América y una exaltación rancia de valores caducos. Sin embargo,
esos confusos mimbres configuran el escaso equipaje ideológico de
quienes se han visto
obligados en los últimos años a organizar la Fiesta Nacional.
Difícil tarea para quienes tradicionalmente han dedicado la jornada
a mostrar su poca educación
ante el paso de la bandera de alguno nuestros aliados, a abroncar a
una presidenta del Tribunal Constitucional o a lucir su
incompetencia al frente del
Ministerio de Defensa.
Respecto al debate sobre la conveniencia del Doce de Octubre, sólo
conviene a quienes están interesados en reducir España a escenario y
mero soporte de sus
pactos fiscales y de sus negocios. Es tal el ayuno cuasiforzoso de
patriotismo al que se ven sometidos tantos compatriotas, que por lo
común su expresión se
ve reducida al deporte. Lamentablemente, la apelación a la unidad no
cotiza en otros ámbitos, como el de la recuperación económica, el
ordenamiento
administrativo, la igualdad efectiva de derechos de todos los
ciudadanos en cualquier parte del país y el equilibrio territorial.
Orgullosos de ser españoles
Editorial www.gaceta.es 12 Octubre 2011
Hoy, 12 de octubre, día de la Fiesta Nacional, es un buen momento
para recordar que, evidentemente, estamos mal, pero que también
tenemos mucho margen
para mejorar.
Durante mucho tiempo –demasiado– la izquierda y el nacionalismo han
querido convertir el ser y sentirse español en una vergonzante
tacha. La bandera, el
himno, la lengua, la Constitución, la Historia, la cultura y todas
nuestras instituciones comunes han sido sometidas a un proceso de
continua mofa y escarnio
dirigido a disolver la Nación en una desgracia de reinos de Taifas
controlados por la oligarquía regional de turno.
Como es obvio, la gravísima crisis política y económica que estamos
padeciendo no contribuye ni mucho menos a elevar nuestros ánimos. A
simple vista,
parecería que los españoles somos un pueblo condenado al fracaso
endémico, a no levantar cabeza y a ser incapaces de edificar una
sociedad convalidable con
los Estados de derecho modernos.
Hoy, 12 de octubre, día de la Fiesta Nacional, es un buen momento
para recordar que, evidentemente, estamos mal, pero que también
tenemos mucho margen para
mejorar. Nuestro país ha salido de situaciones mucho peores: hace
apenas 70 años estábamos atravesando una devastadora posguerra en
medio de la autarquía
impuesta por el resto del mundo. Pero la superamos: las clases
medias fueron enriqueciéndose conforme crecían la economía, los
beneficios empresariales y los
salarios. Fue ese clima de prosperidad y paz social el que, años más
tarde, nos permitiría acometer una transición limpia y sin
fricciones hacia la
democracia.
Claro que la democracia que nos dimos tenía sus evidentes
limitaciones por cuanto consolidó una casta profesional de políticos
que poco a poco fueron
blindándose de los escasos mecanismos de control que habíamos
previsto en nuestra Carta Magna. Ni separación de poderes ni unas
formaciones políticas
transparentes y con un funcionamiento democrático ni lealtad
institucional por parte de las autonomías hacia el conjunto de los
españoles ni libertad
efectiva entre los medios de comunicación ni un sistema educativo al
servicio de los padres y no del adoctrinamiento político ni una
economía arraigada en el
libre mercado ni unas relaciones laborales separadas del remozado
sindicato vertical, etc.
Los defectos son numerosos y notables: a nadie debería extrañarle,
pues, que el país haya colapsado en casi todos los sentidos
imaginables. Nuestra
arquitectura política contenía el germen de su propia destrucción,
de su progresiva podredumbre en manos de nuestros gobernantes. ¿Qué
podíamos esperar de
unas instituciones en las que el poder ejecutivo controla al
legislativo y al judicial? ¿Qué de una economía dominada por
sindicatos y caciques regionales?
¿Qué de una unidad nacional convertida en el blanco preferido de
nacionalistas y socialistas? Poco o nada: justo lo que hemos
recibido.
Por fortuna, aunque nuestros problemas son numerosos, también se
encuentran bien acotados. El zapaterismo ha contribuido a exacerbar
todas las
contradicciones internas del sistema y a ponerlas claramente de
manifiesto. Tanto han tensado Zapatero y Rubalcaba la cuerda, tanto
han abusado de un régimen
cuyos cimientos ya se estaban tambaleando antes de su llegada al
poder, que al final todos sus defectos han salido claramente a la
luz. Ahora, incluso
Bruselas ya nos está inquiriendo que solventemos algunos de nuestros
defectos estructurales, como las autonomías o el mercado de trabajo.
Así pues, no caigamos en la desazón. Estamos mal, pero hemos salido
de otras situaciones mucho peores; tenemos problemas, pero están
bien localizados. En
menos de mes y medio se abre una oportunidad de cambio y de
regeneración: si no hay sorpresas, el Partido Popular ganará las
elecciones con una muy amplia
mayoría absoluta que le concederá margen y legitimidad suficientes
como para plantear todas las reformas que este país necesita. A buen
seguro contará con la
oposición activa de la izquierda, del nacionalismo, de los
sindicatos y de otros poderes fácticos que salen directamente
beneficiados del colapso de nuestra
sociedad, pero la sociedad ya está cansada de tanta demagogia
estéril.
Y es que nuestro problema no está en España ni tampoco en los
españoles. Nuestros problemas proceden de una izquierda que ha
ocupado el poder y que lo
utiliza en su propio provecho aun a costa de los intereses de España
y de los españoles. Hay motivos más que sobrados para que miremos
nuestro pasado con
orgullo, nuestro presente con un sano escepticismo y nuestro futuro
con esperanza. Aprovechemos el día de hoy para exigir la marginación
de todos aquellos
que han medrado socavando la armónica convivencia de los españoles;
aprovechemos para pedir más libertad y más unidad nacional;
aprovechemos para reivindicar
el país que soñamos y que merece ser España.
En definitiva, aprovechemos para recordar, a las puertas del
bicentenario de la Constitución de Cádiz, aquello que rezaba su
artículo: “La Nación española es
libre e independiente, y no es ni puede ser patrimonio de ninguna
familia ni persona”. La izquierda y el nacionalismo
patrimonializaron España para nuestra
ruina. Es hora de que vuelva a manos de los españoles.
Analizada como una batalla de la Tercera
Guerra Mundial, la actual crisis se entiende fácilmente
Francisco Rubiales Periodista Digital 12 Octubre 2011
Hace seis años decíamos en este blog que la Tercera Guerra Mundial
se estaba librando ya y que esa guerra no enfrentaba a estados
contra estados, sino a los
ciudadanos contra sus gobernantes. Hoy podemos afirmar que esa
guerra está en su momento decisivo y que la actual crisis económica
mundial es una
consecuencia directa de esa gran división del mundo entre explotados
y oprimidos que tratan de liberarse y los sátrapas de siempre, que
pretenden mantener su
dominio.
Mi amigo Eusebio explica la crisis como una importante batalla en la
guerra que libran, desde siempre, los opresores y los oprimidos, los
amos y los
esclavos. Voy a intentar resumir su tesis:
Los poderosos están tensando la cuerda hasta colocarla al borde de
la ruptura. La actual crisis no es otra cosa que un intento
desesperado de los amos de
siempre por mantener su poder, utilizando esta vez la estrategia del
desastre, llevando a los pueblos hasta el límite para poder así
justificar la existencia
de gobiernos fuertes y poderes especiales, suprimiendo derechos y
conquistas históricas populares.
La guerra entre opresores y oprimidos tiene batallas visibles y
abiertas, como las recientes o actuales de Egipto, Túnez, Libia,
Siria y Yemen, y otras más
ocultas y silenciosas, como las que se desarrollan en países como
Gracia, España y muchos países de todo el mundo, entre los cuales
hay no pocos que se
autotitulan democráticos pero que, en realidad, son dictaduras
camufladas de partidos políticos, profesionales de la política y
grandes corporaciones que
sustentan el dominio y el expolio de las sociedades.
Ante las rebeliones desatadas en todo el mundo, donde los ciudadanos
quieren sacudirse el dominio de sus ineptos e injustos amos para
instaurar, en lugar de
las tiranías camufladas de democracia, verdaderas democracias de
ciudadanos, sometidas a control cívico y al imperio de la ley, los
dominadores responden, a
través de los mercados y de los gobiernos que controlan, cunduciendo
a las sociedades hasta la crisis, la pobreza y el caos, para que el
mismo pueblo reclame
poderes especiales que impongan disciplina y restaure el ancestral
dominio de los amos sobre los esclavos. La corrupción extrema de los
gogernantes, el
endeudamiento extremo, el despilfarro y el expolio de las arcas
públicas no son otra cosas que estrategias de los dominadores y
explotadores para ganar la
guerra contra el pueblo rebelde que quiere justicia y decencia.
En mi libro "Peridistas sometidos, los perros del poder" (Almuzara,
2009), hay un párrafo que dice: "La tozudez enfermiza del poder, que
se ha negado a
introducir en el sistema las reformas que exigen el ciudadano y la
decencia, nos está llevando hasta las puertas del enfrentamiento.
Hay muchos filósofos y
politólogos que opinan que la Tercera guerra mundial será la de los
ciudadanos, cansados de mentiras, manipulaciones y mal gobierno,
contra gobiernos a los
que considera opresores. La insolencia y la arrogancia de los
poderosos están llevando a la sociedad hacia el desastre".
En el mismo libro se dice: "Los nuestros son tiempos de rebelión:
rebelión de los oprimidos frente a los opresores; rebelión de los
pobres frente a los
plutócratas; rebelión de los receptores de mensajes frente a los que
engañan y degradan". La crisis mundial, con su inmenso pánico y las
agresiones que
conlleva (pobreza, desempleo, desconfianza, etc.) no es otra cosa
que un intento desesperado de los grandes poderes mundiales,
herederos de la opresión
histórica perpetrada por faraones, emperadores, reyes, sátrapas,
plutócratas y otros tipos de explotadores, por cambiar el rumbo de
una Tercera Guerra
Mundial que se estaba inclinando, peligrosamente, del lado del
ciudadano, de la libertad, la justicia y la decencia.
La actual guerra se está librando entre los ciudadanos y sus
vampiros; entre los esclavos milenarios contra los amos de siempre,
entre las muchedumbres
planetarias contra los usurpadores de los medios de vida de la
civilización humana. Es un proceso que cada día resulta más
evidente, a pesar de su ocultación
mediática y de las mentiras por parte de los poderosos.
A lo largo de toda la Historia de la Humanidad, el miedo ha sido
utilizado siempre por los poderosos para reforzar y mantener el
poder: miedo a lo
desconocido, a la naturelaza, a los dioses, a los invasores, a los
desastres, al enemigo, etc.. Durante la segunda mitad del siglo XX,
el poder mundial
opresor se mantuvo con firmeza gracias al miedo al comunismo y a la
doctrina de la seguridad nacional. Una vez derrumbado el Muro de
Berlín y desaparecido el
fantasma comunista, los poderosos hipertrofiaron la amenaza del
terrorismo para justificar su dominio injusto y antinatural sobre
hombres y mujeres y la
supresión de la libertad y los derechos fundamentales. Pero la
amenaza terrorista se ha esfumado y ya no asusta a nadie. Se
experimentó con la amenaza de
nuevos virus y gripes mortíferas, pero esas experiencias fracasaron.
La actual crisis económica mundial sí parece que les funciona y está
siendo mantenida, a
pesar de sus enormes costes y traumas, para que el poder mundial de
siempre mantenga su indecente y deleznable opresión.
Voto en Blanco
Un pueblo alejado de sus Fuerzas Armadas
por la casta "noble".
Vicente A. C. M. Periodista Digital 12 Octubre 2011
Los planes de la Ministra de Defensa, la pro Rubianes y pacifista
Carme Chacón del PSC, ha logrado su objetivo de alejar a los
ciudadanos , la plebe, del
palco de autoridades, o zona noble, aunque los que allí estaban sean
todo menos eso. Lo que ha hecho esta señora, por no decir otro
epíteto más adecuado a su
condición, ha sido poner sordina a unas protestas dirigidas no solo
contra el actual Presidente del Gobierno, sino contra otros muchos
de los presentes y
ausentes como el mismísimo Pepiño.
Ya es una desgracia el que las Fuerzas Armadas de España hayan
tenido que soportar a incalificables Ministros a su mando, ninguno
con el ánimo de mantener
siquiera las apariencias. Porque la realidad del declive de esa
Institución militar comenzó con la excusa de su profesionalización y
la de dejarla reducida a
algo cuyo futuro es más que cuestionable, incluyendo dotaciones de
armamento obsoleto y falta de la necesaria formación continuada y
relevo generacional.
Aquí lo de Estado Mayor, adquiere un significado literal de
estructura vetusta.
Y aún lo que es peor ha sido la total politización y la estrategia
de deformar la imagen de Unidades de élite de choque para
conflictos, queriéndolas
presentar como si fueran ONG´s humanitarias en servicios de paz.
Será por eso que en Afganistán hemos perdido casi un centenar de
militares. Luego, la
vergüenza de no reconocerles su sacrificio, escondiendo los
cadáveres y rebajando las condecoraciones a las que se habían hecho
dignos al morir por España en
misiones de combate, nunca reconocidas como tales por quien jamás
debió acceder al cargo de Ministra de Defensa.
Esta socialista catalana nacionalista no puede seguir ni un minuto
más al frente de las Fuerzas Armadas. Su indignidad es tan evidente
como la del que la
puso en ese cargo, Zapatero, que otra vez, aunque de lejos, ha
tenido que oír los abucheos y el rechazo de unos ciudadanos que no
olvidan su actitud ni las
consecuencias para nuestras FFAA y el prestigio de España en
misiones internacionales. Ni siquiera ahora se puede asegurar que el
tema del escudo anti
misiles de la OTAN en Rota, Cádiz, no haya sido un acto obligado por
la política de su más que seguro sucesor en la Presidencia del
Gobierno, Rajoy.
España hace tiempo que abandonó lo del Servicio Militar obligatorio
y sus ciudadanos ya no sienten a sus FFAA como algo propio ni
cercano, sino como un ente
desconocido e incómodo, aunque necesario. Es una posición hipócrita
en la que otros han decidido lo que al final solo es un fiasco de
organización con medios
inadecuados y con una dotación insuficiente y pluri nacional, más
parecida a la Unidad de la Legión Extranjera o los Regulares que a
un auténtico ejército de
soldados españoles.
Para lo que hay, casi es mejor plantearse si España debe renunciar a
su ejército como propugnan los pacifistas y acabar de una vez con la
farsa de mantener
unas FFAA denigradas por unos políticos que reniegan de ellas.
Total, para labores humanitarias ya tenemos a la UME que Zapatero
creó personalmente. El
ahorro en material, en mantenimiento y en salarios sería muy
evidente. Como en el viejo dicho de aquél inepto "que inventen
otros", aquí aplicaría lo de "que
luchen otros".
¿Queremos eso para España? Si no es así ¿Por qué consentimos que
esta casta de políticos corruptos decida por nosotros? Si de verdad
queremos, salvemos a
nuestras FFAA.
Diferencias entre el ejército de Chacón y el de EE UU
¿Orgullosos de nuestro Ejército?
Editorial www.gaceta.es 12 Octubre 2011
Hoy, 12 de octubre, los españoles celebramos la Fiesta Nacional.
Antes, cuando éramos libres de complejos y de presiones
nacionalistas, la Virgen del Pilar
era también la Reina de la Hispanidad, una fiesta que aludía a la
catolicidad y al idioma compartido de España con Latinoamérica.
Hoy precisamente, cuando el ejército español desfila en las calles y
reivindica su lugar en una sociedad moderna, nos damos cuenta de su
importancia y de lo
orgullosos que estamos de las Fuerzas Armadas españolas. Sin
embargo, entristece ver cómo su imagen se devalúa cada vez más y
como desde el mismo ministerio
de Defensa no se promueven los valores que por sí mismos definen al
ejército -honor, tradición y defensa de la Patria- sino que éstos se
ocultan,
prefieriendo hacer un llamamiento a otros supuestos "atractivos" de
lo que tiene que ser según el 'manual del perfecto progre' las señas
de identidad de
nuestras 'modernas' Fuerzas Armadas: soldados para apagar incendios
y mujeres-médico. Estas son nuestras razones para ser militar:
Por eso, hoy también más que nunca la admiración que despiertan en
los franceses o en los norteamericanos sus ejércitos nos producen
cierta envidia. Una
admiración y respeto que también emanan de sus campañas
publicitarias y que por comparación resultan todavía más
emocionante. Unos spots que aluden al
sentido del honor, a la valentía, al compromiso, la defensa y el
servicio a la Patria. Aquí está
Hispanidad e indigenismo
Alfonso de la Vega Periodista Digital 12 Octubre 2011
La moda en estos tiempos suele ser la alabanza del indigenismo más o
menos de diseño y la crítica a la sociedad occidental. Así, desde
Venezuela, Ecuador o
Bolivia presidentes mestizos glosan el indigenismo y reniegan de
España y su labor en América.
Sus fuentes no pueden encontrarse en la América actual, sobre todo
en comparación del gran vecino norteño donde los pocos indígenas
supervivientes del
exterminio que padecieron de manos de la civilización anglosajona
vegetan en reservas y no se les ocurre aspirar a gobernar nada, sino
que se remontan a la
controvertida obra de un personaje pintoresco muy alabado por los
enemigos históricos de España como era Las Casas.
Y no por sus inexistentes méritos científicos, ni como pensador, tan
abundante en irracionales contradicciones, sino por que ofrecía una
oportunidad de
desestabilizarnos políticamente quienes, como los británicos,
anhelaban llevar su comercio y navegación por las rutas ultramarinas
españolas.
La verdad, aunque no sea rentable y políticamente correcto
sostenerlo en estos tiempos en que se quiere hacer almoneda de
España, es que son impropias tanto
la leyenda blanca como la negra, alentada ésta por nuestro
sevillano: un clérigo mezcla de padre Arzallus y obispo Sistach de
Chiapas, criatura del
imaginario zapateresco o cervantino monopodiesco, personaje
medieval, contra renacentista, terrateniente, aventurero, y
egotista, que padecía de paranoia
según describe el gran Menéndez Pidal en su documentada biografía
sobre el personaje.
Paranoia que le mantenía en la rígida idea de que todo lo que se
hacía estaba mal. Totalmente mal sin mezcla de bien alguna. Y que le
llevaba a exagerar los
indudables abusos que, en una aventura tan extraordinaria y
gigantesca como la de España en América, debieron inevitablemente de
producirse.
ALIANZA DE CIVILIZACIONES
Fray Bartolomé parece que pretendía una alianza de civilizaciones
con los caníbales para ver si los convertía en vegetarianos y podía
hacerlos trabajar para
él en su encomienda. Todo un precursor del zapaterismo. La actitud
mental medieval de Las Casas que no ve en la aventura española en
América sino robo y
violencia, contrasta curiosamente con la del premio Nobel 1907,
Rudyard Kipling, ilustre masón cantor del imperialismo inglés en la
India.
Gustavo Le Bon en su famoso libro sobre la civilización india
teoriza acerca de las diferencias entre los principios fundamentales
de la colonización latina
y la inglesa. Según él, los latinos aplicamos el principio de
asimilación de modo que hemos tratado de introducir nuestras
instituciones en las colonias,
mientras que los ingleses rechazan la idea de asimilación y dejan
cuidadosamente a los pueblos conquistados sus instituciones, sus
usos y costumbres. No se
mezclan con ellos e intervienen lo menos posible en sus negocios y
en los detalles de su administración.
La conquista comercial debe preceder a la militar, hecha con el
dinero y los soldados del invadido, salvo un reducido Estado mayor
para su control. La
colonia se explota procurando no atentar contra sus instituciones
autóctonas para evitar revueltas, manteniendo barreras
infranqueables de separación entre
las poblaciones.
Pero España pretende trasladar su idea de la civilización y crea
Universidades y Hospitales en América.
Para Las Casas la conquista supone un genocidio premeditado. Con
cierta exageración sevillana, sus datos de mortandad varían desde
los doce a quince, incluso
a veinticuatro millones, si se suman los diferentes agregados
durante cuarenta años. No tiene en cuenta que la gran mayoría se
producen por causas naturales
como la viruela o el sarampión o la falta de adaptación de hombres
en estado de naturaleza a la vida ordenada y social.
En efecto, aún si "sólo" fueran quince millones, nuestros
antepasados habrían de haber matado más de mil indios diarios,
incluso domingos y festivos,
incluidos bisiestos, cosa que parece asaz difícil, cuando aún no se
habían inventado las armas destrucción masiva ni las cámaras de gas.
PREJUICIOS MEDIEVALES
Frente al verdadero inventor del derecho de gentes, el padre
Francisco de Vitoria de la escuela de Salamanca, e instaurador del
principio de la libertad e
igualdad jurídica de todos los pueblos, que define hasta ocho
títulos de justo dominio en las Indias, Las Casas mantiene sus
prejuicios medievales, según los
cuales el único título de España para entrar en las Indias era el de
la evangelización.
Como político aventurero, el clérigo también hizo sus pinitos
utópicos arbitristas, como la aventura de Cumaná, que pretendía
explotar la pesca de perlas y
que terminó en un desastre probatorio de la fantasía de las ideas
lacasinas y con la muerte de muchos de sus compañeros.
No se puede negar que uno de los motores de la aventura española en
América fuera, como decía el arcipreste de Hita, el "aver
mantenencia", y por tanto la
búsqueda de riquezas materiales. Pero tampoco hay que olvidar el
renacentista deseo de fama y gloria como uno de los móviles
psicológicos de la empresa
española.
Honra a España el que se haya podido plantear siquiera el debate
moral sobre la conquista incluso contra la razón de Estado. Como
honra también el que se
intentaran frenar los abusos con leyes como las de Burgos o
Valladolid en el mismo siglo XVI.
El hecho de que dos siglos después de la independencia los congresos
indigenistas americanos preocupados por sus reivindicaciones
políticas y económicas
sigan debatiendo casi lo mismo que en Valladolid ya discutían Las
Casas y Sepúlveda en el siglo XVI, parece prueba irrefutable de que
la postergación del
indio americano no es cosa tanto de la crueldad del conquistador
español, cuanto de la propia naturaleza del indígena, y en general
del hombre, de modo que
para levantarlo de su abatimiento tradicional sea preciso invertir
más en educación e integración social.
En todo caso, si la América Hispana existe aún como unidad histórica
y no ha sido desmembrada por los intereses de otras potencias como
en África, se debe a
la lengua española, como un admirable símbolo de independencia
política que ha permitido a nuestra América ingresar en la
civilización occidental. En
palabras del tan poco sospechoso Neruda:
De los yelmos de los feroces conquistadores salían piedras
preciosas, las hermosas palabras de la vieja lengua de España.
El último octubre del veleidoso autócrata
José Antonio Zarzalejos. El Confidencial 12 Octubre 2011
Ni los más conspicuos analistas de la izquierda política española
pueden dejar de subrayar la deriva autocrática de Zapatero. Como
ayer escribía uno de ellos
en el diario El País, el presidente ni debió quedarse sentado el 12
de octubre de 2003 durante el desfile al paso de la bandera de los
Estados Unidos, ni
“ponerse ahora de rodillas” ante la petición, satisfecha por
supuesto, de USA y la OTAN para que la base de Rota pase a formar
parte del escudo antimisiles.
Esta decisión es simétrica en su procedimiento y opuesta en su
contenido a la que adoptó el presidente del Gobierno cuando en abril
de 2004, sin encomendarse
ni a Dios ni al diablo, ordenó la retirada de las tropas españolas
de Irak que fueron desplazas allí por Aznar para el desarrollo de
misiones humanitarias y
al amparo de una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones
Unidas.
Zapatero, la Reina y Carme Chacón antes del desfile de 2009
Ni entonces ni ahora, Zapatero discutió la decisión en el seno del
Gabinete ni mucho menos sometió la cuestión al debate del Congreso.
Entonces y ahora,
casualmente, el jefe del Ejecutivo despachó ambos asuntos con las
Cámaras en fase de inicio de legislatura (2004) o en tiempo de
disolución con la mera
Diputación Permanente en funciones transitorias (2011). Si la
decisión de 2004 fue hostil a USA y a sus aliados (Canadá y Gran
Bretaña, entre otros), ahora
es extremadamente complaciente con el Pentágono. O sea, es el
comportamiento propio de un autócrata, es decir, de un hombre que ha
perdido las referencias de
la realidad creyéndose, como supone -y lo argumenta muy bien
Santiago González en su magnífico libro “Lágrimas socialdemócratas”-
un político providencial.
Por el camino, Zapatero y su ministra de Defensa, pacifista (¡¡¡),
Carme Chacón ha incrementado los efectivos militares españoles en
Afganistán y ha metido a
España en la guerra de Libia, ambas iniciativas que desmienten las
“ansias infinitas de paz” según las tesis del mejor buenismo
proclamado por el socialismo
de la Nueva Vía. En su concepción de que las Fuerzas Armadas son más
una ONG que otra cosa, creó la UME (Unidad Militar de Emergencias),
cuando todos los
Ejércitos están a disposición del Ejecutivo para colaborar en
catástrofes y eventos de similar factura, sin necesidad de
establecer una unidad sólo para
subrayar su particular entendimiento de lo que debe ser y cómo debe
comportarse la milicia. Así no es extraño que, como ha relatado
Ángel Collado en este
diario, las Fuerzas Armadas españolas estén tan mal dotadas en todos
los aspectos, tanto materiales como personales.
Este pacifismo impostado -González en “Lágrimas socialdemócratas”
caracteriza a Zapatero como un hombre sentimentalmente impostado, es
decir, simulador de
sentimientos- ha sido un ejemplo perfecto de cómo se han puesto
-tesis igualmente desarrollada en su libro por el colaborador de El
Mundo- las palabras al
servicio de la política y no la política al servicio de las
palabras. Zapatero y los suyos, en todos los temas, pero
especialmente en este de las Fuerzas
Armadas, su misión y sus funciones, han utilizado eufemismos,
circunloquios y simulaciones. Hacernos creer que nuestros militares
en el extranjero están en
“misiones de paz” es la más burda manipulación de la realidad. Y en
ella han insistido con denuedo.
La izquierda, el PSOE, ha generado en sus vísceras partidarias el
peor autócrata de la democracia española. Ha sido veleidoso en sus
decisiones como es
propio de los autócratas
Zapatero no sólo ha cambiado las políticas sociales por imperiosa
necesidad de la crisis económica. También ha cambiado las políticas
militares. En el primer
caso, las cambió a la fuerza pero sin resistencia por su parte -y
sin dignidad ideológica, desde luego-; en el segundo, lo ha hecho
personalmente y porque
le ha dado la gana, para granjearse un mejor recuerdo en las
hemerotecas occidentales. Los abucheos que cada año desde hace
varios le reciben en el desfile
militar que celebra la Fiesta Nacional del 12 de Octubre, se los ha
ganado a pulso, por más que para el de hoy haya requerido de su
ministra de Defensa
medidas aparentemente juiciosas (y lo serían de no observarse su
última intencionalidad) para preservarle de la expresión, legítima
(pero que ha de ser
oportuna y no irrumpir en la solemnidad de la izada de bandera o en
el homenaje a los caídos) de los miles de ciudadanos que le quieren
dedicar una merecida
cacerolada que, además, debería soportar deportivamente porque le va
en el sueldo.
La izquierda, el PSOE, ha generado en sus vísceras partidarias el
peor autócrata de la democracia española. Ha sido veleidoso en sus
decisiones como es
propio de los autócratas; ha gobernado con decenas y decenas de
decretos-leyes, como también acostumbran los autócratas; se ha
mostrado como el más
sedicentemente cercano al pueblo y a sus inquietudes como hacen los
populistas autócratas, despreciándolo al no atenerse a los
procedimientos políticos
representativos; y al final, ha sido el más belicista de todos los
presidentes de los gobiernos democráticos -rasgo también de
autócrata- al decidir desde
sus propias facultades (aspecto jurídicamente discutible) una
colaboración de esencial importancia con USA y la OTAN, secundando
todas sus iniciativas
militares.
Jubilar a este hombre para que no aparezca en más octubres de
desfile militar en la Fiesta Nacional, es una medida de higiene
democrática. Y para el PSOE,
igualmente: ningún otro secretario general socialista usó el
‘dedazo’, estableció la más disfuncional bicefalia y gobernó contra
su propio partido. Así que,
si el 20-N pasa lo que parece que pasará, se lo tendrán merecido
aquellos que debieron pararle y que, en vez de hacerlo, le rieron su
“republicanismo”
cívico.
PD. Hace algo más de diez años, el Gobierno presidido por José María
Aznar suprimió el servicio militar obligatorio. Simplemente, para
que conste.
Río Cabe
Impasibles ante el desastre
Serafín Fanjul Libertad Digital 12 Octubre 2011
Cuenta Albert Speer en sus Memorias que en los últimos días de la
guerra, desde su alto cargo de ministro de armamento y valiéndose de
ser notorio amigo de
Hitler, se aplicó a sabotear las órdenes de éste, desobedeciendo,
paralizando o disponiendo lo contrario de lo que se le mandaba, con
el fin de impedir las
destrucciones de tierra quemada, en Alemania, que el otro ordenaba,
sometiendo a la población alemana al riesgo de desaparición física,
por si el
arrasamiento aéreo de los aliados no bastaba. Es posible que haya
mucho de cierto en su relato, porque Speer podía ser oportunista
pero no tonto y no todo
serían intentos de embellecer sus recuerdos al escribir a toro
pasado. Menos credibilidad merece la historieta de que urdió un
atentado rocambolesco contra
el Führer tratando de echar gases tóxicos por uno de los
respiraderos de ventilación del famoso bunker, proyecto que no
habría llevado a cabo por causa de la
guardia exterior: suena a cuento redentor y autoexculpatorio.
Volemos en el tiempo y el espacio – y por tanto a través de un
panorama de circunstancias por entero distintas – y asistamos al
crepúsculo (verdadero
significado de Untergang) de Rodríguez; sabedor hace tiempo de que
no seguirá en Moncloa, se ha dedicado a tomar adrede disposiciones
nocivas, a retrasar
otras y a hundir y encanallar lo más posible a la sociedad, la
economía, el crédito y la credibilidad de nuestro país en el
exterior. No basta con dejar
colocados a los cómplices con nombramientos y promociones de última
hora para ministros, o repescas en el escaso poder territorial que
conservan, mediante
contratos a dedo, además es preciso arrasar las fuentes básicas de
subsistencia de los españoles, empezando por las autonomías y
ciudades que han votado al
PP en mayo.
Demorar cuanto ha podido la convocatoria electoral (dentro de las
presiones del exterior), no aprobar la prórroga de los presupuestos
dejando el embolado
para el siguiente, y bloquear las vías de financiación inmediata
constituyen la venganza visible de Rodríguez contra los españoles
que le rechazamos, lo
mismo que Hitler se vengaba de los alemanes que LE habían hecho
perder la guerra. Las diferencias entre uno y otro son de
circunstancias y posibilidades de
destrucción (las cosas, ahora, no se hacen de modo tan crudo), pero
las intenciones de dejar en pos de sí tierra quemada son las mismas,
aunque a Rodríguez
le falta grandeza hasta para practicar el mal: lo suyo son las
ratonerías de partido (a saber quién ha destapado el pastel de
Pepiño).
Y la pregunta que podemos formularnos es si no surgirá un Speer
–mejor varios – entre los socialistas que, sin llegar al atentado y
no ya por honradez o
patriotismo (lo cual es mucho pedir), sino por instinto de
supervivencia, se apliquen a sabotear y contravenir las siniestras
acciones e inacciones de su
Guía, aunque impedir la voladura de una presa sea más fácil que
poner a andar la burocracia para un presupuesto. Alguien consciente
de que, al día siguiente
de la muy merecida hecatombe, debemos seguir desayunando, viajando
en Metro y comprando en El Corte Inglés y que para tan importantes
actividades –lo son– se
necesitan unos mínimos de capacidad económica, más allá de los
rencores africanos de incompetentes y malvados. Y no olviden,
amables lectores, de que antes
de Navidad no habrá nuevo gobierno. Así pues, paciencia.
Crisis
Levantarnos
Bernd Dietz Libertad Digital 12 Octubre 2011
Por decirlo en términos de Leo Strauss: procedemos de Jerusalén
tanto como de Atenas, de la promesa salvífica de la religión (con la
que se emparentan, por
mimetismo, las adhesiones al nacionalismo zampatortas y a los
recetarios socialistas, por letales que resulten sus evangelios) y
del esclarecimiento
ulteriormente emancipador de la razón filosófica y científica (que,
como cualquier epistemología, es implacablemente jerárquica y no
tolera sentimentalismos,
aun aplaudidos por una mayoría coyuntural y quejumbrosa).
El problema español, empero, es de impostura. Son los zoquetes y
caraduras que infestan la nomenclatura, el batiburrillo de políticos
venales, intelectuales
mendaces y técnicos con galones que acreditan que es verdad la
mentira, por blindar sueldos oficiales y colgarse condecoraciones.
Cual banqueros listillos o
Solbes ante Pizarro. Se explican así la corrupción judicial, el
saqueo institucional, la prevaricación educativa y el repelente
carisma de estos indignados,
carnaza mediática de enredadores, aforados, desfalcadores y forofos
afligidos. Nada nuevo bajo el sol, desde la cicuta de Sócrates.
Da grima constatar día a día, al menos desde que estalló la crisis
en 2007, pero en realidad desde que el golpe de estado del 11-M
expuso blanco sobre negro
lo que podemos embaularnos sin parpadear, que carecemos de capacidad
de reacción. Que, en vez de reflexionar, rumiamos papilla
premasticada. En verdad no
somos peores que otros países escasos de sentido crítico, aunque a
diferencia de éstos evidenciemos más crudamente el abismo entre lo
que somos y lo que nos
figuramos ser. También va en contra nuestra la cachaza proverbial.
El que nos mantengamos repantigados en el paradigma de una España
idealizada por el
turisteo (pasmado ante nuestro exotismo romántico y enternecido,
cuánta credulidad, ante nuestros padecimientos a manos del
oscurantismo inquisitorial y la
tiranía fascista; tópicos victimismos ordeñados por nosotros hasta
la saciedad, por sectarismo, inercia, corporativismo y cuco
cálculo), cuando la noticia
estriba en que nos han calado con creces, por lo que nuestra
credibilidad está hoy por los suelos (de ahí que nadie nos compre un
cuchitril en la costa, con
vistas al vecino, a precio de ático en Berlín).
Que nos cueste despertar a nosotros, apologistas de la siesta, es
entendible. Pero que continuemos apoltronados cuando se han
encendido todas las luces rojas
(los de la violencia como partera revolucionaria, en happy hour
psicópata, empiezan a sacar pecho), ya es para banderillas negras.
Ahí está Rubalcaba, ese
químico, que actúa tal si el obnubilado Zetapé no hubiera sido lo
bastante dañino y paparruchero como para llevarnos al desastre, y
quisiera consolidar el
estropicio.
Se nos viene encima lo peor, incluso aunque gobernase (está por ver)
el melindroso PP, que desde el gatuperio de los trenes ha aprendido
a caminar con pies
de plomo. Bienvenidos sean Rajoy y compañía si vienen dispuestos a
lidiar con este toro y comprenden (algo por verificar) de qué va el
asunto. A lo peor se
quedan cortos en el diagnóstico y consideran que pueden salir del
paso conformando un PSOE bis, una prolongación adecentada del
ensalmo cañí. Porque no está
probado, aunque su preparación profesional y su perfil moral,
recidivas caciquiles aparte, sean infinitamente mejores, que
calibren lo que va de cráneo en el
país y osen intentar enmendarlo.
Al final somos nosotros, los ciudadanos de base, los señores del
cotarro democrático. La culpa no es de Dios ni del Caudillo. Somos
libres para engañarnos al
son de dame pan y dime tonto. Nuestra cotización cayó y prosigue
desplomándose. Cuanto más tardemos en corregir el rumbo, más
humillante y arduo será
remontar. Algo cuya aceptación resolutiva sabotean nuestros fatuos
artistas, nuestros pomposos intelectuales y demás patulea
subsidiada. El chupopterismo
progresista.
Bernd Dietz es catedrático de Filología Inglesa y escritor.
Durán reprobado
El contagio nacionalista
Cristina Losada Libertad Digital 12 Octubre 2011
En tiempos, la armada andaluza navegaría ya hacia las costas
catalanas con los cañones preparados para vengar la ofensa. Y
Extremadura, de la que no sé si
puede decirse que no tiene mar sin incurrir en un estereotipo
negativo, habría enviado a su briosa infantería hacia el mismo
destino. Claro que mucho antes
de esos movimientos puramente defensivos, las fuerzas catalanes
habrían asaltado Madrid por ultrajar la dignidad de Cataluña
decenas, qué digo decenas,
cientos, miles y millones de veces. Pero es así que faltan, de
momento, aquellas dotaciones militares de las que hicieron buen uso
los cantones. De modo que
la guerra se libra hoy con gran aparato dramático, pero sin fuego
real, a cañonazos retóricos y bobos. Podríamos decir que el progreso
ha consistido en
reemplazar la armada de Tonete por una troupe de Tonetti.
El problema de las palabras de Durán i Lleida sobre las subvenciones
en Andalucía estriba básicamente en que las haya pronunciado él,
esto es, el
nacionalismo. Porque existe, desde luego, la subvención sin
nacionalismo, pero el nacionalismo sin subvención, ¿qué sería? Sería
una criatura malcriada que
gimotea, como ahora, pero mucho más pequeña. Y si el PER ha sido un
instrumento del clientelismo político socialista, el caudal de
dinero público dedicado a
construir las nacioncitas ha cumplido una función pareja. Todo un
señor caudal, que ya no se hace una nación, como sostenía Camba, con
un millón de pesetas.
Por eso la reprobación que han pergeñado los socialistas en Sevilla
no puede aludir siquiera a la disonancia: un representante de la
"cultura de la
subvención" ataca la "cultura de la subvención". También la Junta
andaluza es culta, en tal sentido. Por lo que elude lo esencial y
enfatiza que Durán es
hombre de derechas. De la pérfida derecha que quiere acabar con el
Estado del subsidio.
El éxito del nacionalismo no sólo ha de medirse por lo contante y
sonante que consigue para sí mismo. Es que ha logrado generar un
círculo vicioso. Como su
victimismo tiene éxito, esa actitud se propaga y cuanto más se
contagia, más se refuerza. Así, no hay a estas alturas del café una
comunidad autónoma cuyos
políticos no salten como fieras ante cualquier crítica que puedan
presentar como menosprecio. Los grititos de damiselas ofendidas,
típicos del nacionalismo,
salen ya de todas las gargantas. Y a la menor ocasión. Pues estas
batallitas verbales, esas solemnes reprobaciones y las no menos
solemnes tonterías a las
que se replica, son puro fertilizante para la planta identitaria.
Cristina Losada es uno de los autores del blog Heterodoxias.es.
Patatas calientes
Victoria Prego, EL MUNDO 12 Octubre 2011
ETA y su mundo están haciendo y deshaciendo a su antojo en estas
interminables vísperas electorales. Organizan conferencias, anuncian
comunicados que no llegan, administran sus silencios y tienen al
Gobierno y al candidato socialista en un suspiro, ansiando que
llegue de una vez la buena noticia procedente de la organización
asesina pero haciéndose mientras tanto los despistados y poniéndose
de perfil.
No hay dato alguno que indique que desde el Ministerio del Interior
se esté alentando este despliegue propagandístico de los proetarras,
pero es evidente que se les está dejando hacer, a ver si hay suerte
y cae por fin el famoso comunicado de la banda diciendo que se
disuelve.
Ese comunicado no llegará, no al menos en los únicos términos en que
sería digno de ser atendido: una disolución sin condiciones. Pero
precisamente para eludir esa exigencia esencial e innegociable de
los demócratas está concebida la Conferencia del lunes, cuyos
participantes resultan ser especialistas en tratar situaciones que
no tienen nada que ver con lo padecido en España: están entrenados
en mediar en enfrentamientos entre comunidades armadas, como ha sido
el caso de Irlanda, o en la reconstrucción de sociedades desgarradas
por la guerra. No es éste el caso de nuestro país.
Aquí lo que ha pasado es que unos asesinos han estado matando a
centenares de personas pacíficas y destrozando la vida de muchos
miles más con el propósito de alcanzar unos objetivos políticos que
han formulado públicamente cientos de veces. Y lo que sucede es que
la tal Conferencia está convocada para darle un aire internacional a
las pretensiones de los terroristas y por eso se va a permitir el
lujo de decirnos qué condiciones debe cumplir el Estado español para
que los asesinos renuncien de una vez al crimen, porque a cambio de
nada no va a ser.
Pero, si realmente se confirman los rumores que circulan estos días
y el lunes llegan a estar presentes en San Sebastián líderes
políticos del nivel de Tony Blair o del irlandés Bertie Ahern, será
al Gobierno al que habrá que pedir explicaciones, porque entre sus
obligaciones está la de enterarse de quiénes, y con qué propósitos,
visitan nuestro país y advertirles de que la convocatoria no cuenta
con la aprobación del Ejecutivo. No pueden nuestros gobernantes
taparse los ojos y creer que con eso se han vuelto invisibles.
Si ETA estuviera decidida a dejar las armas definitivamente,
conferencias de este tipo estarían de más. Pero aquí tenemos a un
Gobierno ya un candidato que dicen que los demócratas estamos
ganando cuando es evidente que la última partida, la definitiva, la
más importante, está todavía sin jugar. Y esa partida es política
porque lo que el Gobierno, éste o el siguiente, ha de asegurar a los
ciudadanos es, justamente, que ninguna pretensión política de los
terroristas va a ser atendida porque ofrezcan dejar de matar.
Parece que al Ejecutivo de Zapatero ya le quedan pocos días en el
ejercicio del poder. Así que, cuente lo que cuente ETA, digan lo que
digan los de la Conferencia de San Sebastián, la respuesta ya no les
corresponderá a ellos sino a sus sucesores. Una patata caliente más,
y de qué envergadura, que añadir al ya muy cargado saco del Partido
Popular.
Todos rieron
Santiago González
http://santiagonzalez.files.wordpress.com/2011/10/todos-rieron.jpg
12 Octubre 2011
"Impulsores de la conferencia dicen que la paz exoge que todos creen
que ganan" (El Correo).
En Usos del pesimismo, Roger Sruton describe las falacias que
apuntalan el pensamiento progresista. Una de ellas, que dicho autor
llama La falacia de la suma cero, tiene algo que ver con el titular
de hoy en la portada de El Correo. Previene Sruton contra la idea de
que cuando perdemos algo es porque alguien se lo ha quedado o por
decirlo de manera más ajustada a la realidad presente, tal como la
formulan el partido gobernante y su candidato a repetir, Rubal Hood:
la base de la fobia a los ricos es que ellos tienen el dinero que no
pueden gozar los pobres.
Analicen el titular. Ni siquiera se apoya en la idea de la suma
cero, que tendría una razón de ser, sería discutible al no tratarse
de magnitudes medibles. El problema de Zapatero es que ha intentado
llevar el relativismo que emplea con las palabras a los números,
vale decir a la financiación de las CCAA. Y, claro, la suma de las
partes de un todo no puede superar el 100%. Ningún obstáculo pondría
(en primera instancia, ojo) a la expresión ‘Con la paz ganamos
todos’, un suponer. Veámoslo un poco más allá del latiguillo y
discutámoslo. Así titula Gara, dándolo por bueno: “Líderes
internacionales impulsarán el lunes en Donostia una solución en la
que todos ganen”.
Compárenlo con el titular de El Correo. El asunto es que aquí los
teóricos muestran el truco, no se molestan en disimular. Dicen que
para que lo suyo funcione tiene que funcionar el autoengaño: que
todos crean que ganan. Total, a ellos qué más les da.
¿Y qué ganan ellos por dejar las armas?, se preguntarán ustedes.
Pensarán en la Diputación de Guipúzcoa, en el Ayuntamiento de San
Sebastián y en el próximo grupo parlamentario batasuno, Amaiur y se
responderán: “Poder político”.
“¿Y la otra parte?”, se preguntarán a continuación. “Que ETA no les
mate”. muy probablemente pensarán que no es un trato equitativo y
tendrán razón. Estamos ante un trato muy generoso que ETA ofrece a
los españoles. A ver, ustedes, ¿qué valoran más, el poder político o
su propia vida? ¿A usted qué le importa quién es el alcalde de su
ciudad? Si le asaltan en la calle con la disyuntiva “la bolsa o la
vida”, ¿qué responde?
A todas las Pilares de España y sobre todas a una: Pilar Ruiz
Albisu, que tanto nos ha enseñado.
"MÁS CERCA QUE LEJOS"
Una única alternativa sentencia el final de
la RTPA
El Semanal Digital 12 Octubre 2011
El director general de ente ha reconocido este martes que la actual
situación es insostenible y aunque las protestas se dirigen a Cascos
algunos apuntan a la
verdadera causa del problema.
La desaparición de la Radiotelevisión del Principado de Asturias
está "más cerca que lejos". Las palabras del propio director general
de la RTPA, Juan José
Guerenabarrena, este miércoles, sobre el futuro cercano del ente
público no dejaron cabida a muchas dudas. O se soluciona el impago
que sufre el medio desde
agosto -por el que los 668 trabajadores no cobran- o habrá que
cerrar.
Estas alarmantes declaraciones se produjeron tras reunirse con el
presidente de la Junta General del Principado, Fernando Goñi,
precisamente para analizar la
situación del ente autonómico que, según explicó sólo recibió algo
menos de 500.000 euros en nóminas durante el mes de agosto. "Podemos
aguantar muy poco. La
realidad es que en el momento en que tengamos la certeza de que no
podemos hacer frente a los pagos que debemos hacer frente, será ese
momento el punto
final", afirmó Guerenabarrena.
Sin embargo, y tras la promesa de Goñi de estudiar con el resto de
formaciones políticas la situación de la RTPA, esperó "que en dos o
tres semanas haya una
respuesta que nos de una luz".
El anuncio, por tanto, realizado hace unos días por el presidente
asturiano, Francisco Álvarez Cascos, no fue más que la confirmación
de la sentencia de la
pública. Álvarez Cascos adelantó que dentro de su plan de recortes,
para garantizar otros servicios, cancelaba la transferencia de 11, 3
millones de euros a
la RTPA.
La noticia, obviamente, no fue bien recibida ni por los trabajadores
ni por su directiva que vieron cómo la falta de estos ingresos les
abocaba al cierre.
Tanto es así que, en un intento desesperado por frenar dicha
decisión, el pasado jueves el Consejo de Administración del ente
decidía iniciar acciones
legales de tipo contencioso-administrativo "y, en su caso, penal"
contra el Gobierno de Álvarez Cascos, que supusiesen también la
suspensión cautelar del
impago del presupuesto de RTPA que queda por transferir hasta
finales del presente ejercicio.
El problema de fondo, no obstante, lo denunció públicamente la
Asociación de Productoras de Televisión de Asturias (APTVA)
señalando el modelo actual de la
Radiotelevisión autonómica como el culpable de la actual situación.
Así, si bien defendió la existencia de la RTPA, aseguró que hubo
"despilfarro" e
"ilegalidades" que ahora los trabajadores pagan como "culpables"
siendo las "víctimas".
******************* Sección "bilingüe"
***********************
Convencer para vencer
ROGELIO ALONSO www.diariovasco.com 12 Octubre 2011
Aviso a los que quieren un relato de vencedores y vencidos: el que
convenza, vencerá». La reciente advertencia del órgano de propaganda
del nacionalismo radical revela los términos en los que el entorno
terrorista define el desafío al que se enfrenta la sociedad vasca:
la batalla por la legitimidad de décadas de terrorismo y por
glorificar la historia criminal de ETA. Mientras quienes han
justificado y apoyado la violencia han fijado como su objetivo la
legitimación de atroces crímenes -a lo que contribuye su presencia
en las instituciones sin condenar a ETA-, algunos actores
democráticos que deberían impedirlo facilitan tan peligroso fin. Así
ocurre al reclamarse un «relato veraz de lo ocurrido» que, sin
embargo, resulta incompatible con actitudes que ignoran las
responsabilidades políticas, penales, históricas y morales de
quienes han violado derechos humanos fundamentales.
Lo ejemplifica la reacción del lehendakari al valorar la condena a
Otegi como una «decisión que no acompaña los tiempos que estamos
viviendo». Alimentaba así el victimismo de los radicales coadyuvando
además a la rehabilitación del dirigente terrorista, que sigue sin
evidenciar su ruptura con ETA pese a las erróneas opiniones en
sentido contrario. Por tanto el lehendakari estaba deformando el
relato veraz de lo ocurrido, distorsionando la realidad que muestra
cómo ETA y su frente político mantienen su simbiosis y, en
consecuencia, y en contra de lo que anunció en su discurso sobre el
futuro del País Vasco, diluyendo las responsabilidades que Otegi
debe asumir.
La perspectiva comparada desvela las consecuencias que en Irlanda ha
tenido ese inmerecido lavado de imagen de quienes rehúsan
convertirse en agentes activos de deslegitimación del terrorismo que
ellos mismos han practicado. La actual candidatura a la presidencia
de Martin McGuinness, dirigente del IRA durante décadas, está
exponiendo los negativos efectos de la tolerancia dispensada a quien
hoy sigue sin condenar ni deslegitimar los cientos de asesinatos
cometidos por la banda que él lideró. Muchos de quienes ahora se
escandalizan por la posibilidad de que McGuinness se convierta en el
representante de los valores de la nación son los que facilitaron el
enmascaramiento de su trayectoria criminal con el propósito,
argumentaban, de favorecer su incorporación a la democracia. También
McGuinness ha recibido la indulgente calificación de «hombre de paz»
con la que se intenta rehabilitar a Otegi.
Políticos y formadores de opinión miraron selectivamente al pasado
de McGuinness, eludiendo exigencias lógicas para aceptar su
participación en democracia: la condena y deslegitimación del IRA.
La renuencia a respetar requisitos tan básicos permitió la
transición de McGuinness desde la violencia sin la autocrítica
precisa para contrarrestar la mitificación del terrorismo, que aún
es considerado como necesario y honorable por quienes lo
perpetraron. Se ha construido de ese modo un relato presentado como
veraz que sin embargo resulta falaz, pues permite reescribir la
historia al presentar el terrorismo del IRA como legítimo.
Importantes actores democráticos evitaron exigir una categórica
deslegitimación del terrorismo aduciendo que de ese modo facilitaban
la ruptura con el pasado terrorista, favoreciendo así una amnesia
colectiva con la que han logrado encubrirse los hechos históricos.
La verdadera historia se ha ido sustituyendo por un conjunto de
relatos que el tiempo ha revestido de una dañina verosimilitud. El
gradual distanciamiento con el pasado terrorista aleja esa realidad,
debilitando la memoria de quienes fueron testigos pero también
moldeando la visión de quienes sólo han conocido a los terroristas
como «hombres de paz». «No importa mi vida en el IRA», afirma
McGuinness para blindarse frente a la exigencia de
responsabilidades, relativizando una militancia terrorista que se
niega a deslegitimar tras renunciar a ella por motivos tácticos.
Al igual que en Irlanda, en Euskadi algunos demócratas debilitan sus
argumentos en la batalla por la ilegitimidad de la violencia
ofreciendo al entorno terrorista sucesivas muestras de legitimación.
Sucedía al interpretarse la Declaración de Gernika como un paso
hacia la paz cuando ni siquiera exige la desaparición de ETA. Esa
incoherente actitud impide afianzar un relato veraz sobre ETA a la
que el propio lehendakari vincula con otros «terrorismos»,
induciendo a tergiversar las auténticas causas de la violencia
etarra.
Se traslada así sobre la sociedad una injusta presión al obligarla a
asumir un relato repleto de falsedades incapaz de contrarrestar el
reproducido por ETA y sus simpatizantes: votemos a quienes son
presentados como comprometidos pacifistas, recompensemos a quienes
prometen el fin del terrorismo sin romper con su pasado de terror y
sin admitir que ese señuelo de un futuro de paz jamás podrá serlo si
los terroristas se niegan a aceptar la ilegitimidad e injusticia de
su violencia. Si en aras de un aparente pragmatismo continúan
confundiéndose tácticas propagandísticas con esfuerzos por la paz,
el relato al que alude el lehendakari jamás se construirá sobre la
verdad; se asentará en cambio sobre reinvenciones y manipulaciones
con las que se ofrecerá una versión corrompida del pasado. Si en el
presente no se cuestionan las intenciones de quienes siguen sin
asumir su responsabilidad por el terrorismo, ¿por qué habría de
exigírseles en el futuro la asunción de unas responsabilidades de
las que ahora se les exime? Cada valoración positiva con la que el
gobierno central y autonómico recompensa los gestos propagandísticos
del entorno etarra fortalece a quienes aún legitiman a ETA.
Manual del objetor lingüístico
Jesús Royo Arpón www.lavozlibre.com 12 Octubre 2011
La semana pasada acabé mi artículo con una llamada a la insumisión
lingüística por parte de los profesores que no comulguen con el
nacionalismo, los que
crean que la igualdad de las dos lenguas es posible y deseable, que
el castellano debe ser lengua vehicular, igual que el catalán. El
razonamiento era que,
después de la sentencia del Supremo y el auto del Tribunal Superior
de Cataluña, no era posible ninguna represalia ni expediente por
ello: al contrario, la
Administración catalana sí estaba en falso, y se hacía merecedora de
reprobación por no habilitar la igualdad entre las dos lenguas
oficiales. A la
Generalitat nunca le va a interesar un pleito en el que va a salir
retratada de nuevo: por lo tanto, frente a un profesor que hable en
castellano en clase
optará por ignorarlo, o incluso (¡oh fariseísmo!) lo usarán como
ejemplo de que aquí se respetan los derechos lingüísticos.
Es decir, que la sentencia del TC, interpretada por el Supremo,
viene a ser una “patente de corso” para los profesores bilingüistas.
No solo para profesores:
también para enfermeras, médicos, policías, conserjes,
bibliotecarios, trabajadores sociales, administrativos, guardas
forestales, etcétera. Todos pueden
practicar la igualdad lingüística por su cuenta y sin ningún riesgo:
lo dice la Constitución. Está claro que esto no funciona para los
interinos ni
contratados temporales, con los que se pueda ejercer algún tipo de
represalia: estos están obligados al “sí bwana”. Pero los que tienen
un puesto estable,
pueden ejercer con sencillez (y para sus adentros, con satisfacción
y un pelín de orgullo) su opción por la igualdad. Incluso
disfrazándola de “deber de
igualdad”: es un mandato del Tribunal Constitucional, que impide
cualquier tipo de uso preferente de una de las lenguas oficiales.
Ojo: la objeción lingüística que propongo es democrática e
igualitaria, como lo es la propia Constitución, en sabia
interpretación del TC. No es una objeción
al catalán. No es una objeción a la igualdad entre las dos lenguas
cooficiales. No es una objeción a la prevalencia del ciudadano sobre
el funcionario
público. Es decir, aquí no se debe colar el facha “que no soporta el
catalán” (ni el fatxa “que no suporta el castellà”), ni el que
considera el catalán como
lengua menor y accesoria frente al castellano, ni el funcionario que
pone su derecho por encima del derecho del ciudadano. Demasiado daño
nos ha hecho, a los
bilingüistas, que se nos mezcle con los monolingüistas
castellanistas, que los hay. Todo funcionario público debe ser
bilingüe pasivo. Y si está de cara al
público, debe ser bilingüe activo, para que el ciudadano pueda
ejercer su derecho de elección de lengua. Eso está claro. Tan claro
como que la institución
pública –Generalitat, Ayuntamiento, Tribunales- debe ser bilingüe y
neutral entre las dos lenguas, precisamente para garantizar la
libertad del ciudadano de
optar por una u otra.
Ánimo, compañeros. Usemos el castellano en los ámbitos en que está
mal visto, o directamente prohibido. Que nos tengan que llamar la
atención. Con una
sonrisa les contestaremos que “¿ah, está prohibido el castellano?” O
“¿no estamos obligados a usar por igual las dos lenguas oficiales?”
O “¿No es ilegal el
uso preferente de una de las dos lenguas?” Con eso el mandamás
catalanista -todos los mandamases lo son, por estrategia política de
las contrataciones-
tendrá que callarse, o refunfuñar, o envainársela, o retratarse a
las claras. Con lo cual irá cediendo terreno. La cuestión es que el
constitucionalismo vaya
recuperando el terreno perdido, que vaya ganando el centro del
campo. Ese centro que hoy ocupan los catalanistas impunemente. Pero
no son tantos. Ni tan
buenos. Ni tan feroces como los pintan. Y es que los tigres de
papel, a la primera de cambio se arrugan.
La igualdad desigual
Nota del Editor 12 Octubre 2011
Si hay deber constitucional de conocer el español, y lo hay,
claramente establecido por la constitución española, y si no hay
deber de conocer lengua regional alguna, y no lo hay, pues no lo
establece la constitución española, no puede hablar de
igualdad de derechos para los hablantes de una y otra, ni igualdad
de lenguas ni nada por el estilo. Y ahora que estamos cavando en el
fondo del desastre, menos razón para andar despilfarrando tiempo,
dinero y oportunidades con las lenguas regionales para satisfacer el
beneficio de unos pocos a costa de la vida de muchos otros.
Adelgazar el Estado
Victoria Lafora Estrella Digital 12 Octubre 2011
Pese al hermetismo con el que el Partido Popular está guardando sus
propuestas para sacar al país de la crisis económica, algunos datos
han dejado caer. Son,
por descontado, los que menos asustan a los potenciales votantes,
como la posibilidad de recortar el número de diputados. Bien conoce
el PP el poco aprecio
que los españoles sienten por la clase política en general,
incluidos ellos mismos. Así que piensan que esa reducción de sueldos
en el Congreso va a ser bien
vista. Sigue la demagogia.
Pero puestos a ser serios, a recortar de verdad la administración, a
construir un Estado más operativo, menos despilfarrador sin dejar de
ser fuerte, hay que
llegar a un pacto de todas las fuerzas políticas porque el cambio de
estructuras, que afecta a las Comunidades Autónomas y a las
administraciones locales, es
de envergadura.
Antes de recortar el Parlamento de la Carrera de San Jerónimo, sede
de la soberanía nacional y donde se corre el riesgo de acentuar el
bipartidismo,
convendría estudiar la composición de los parlamentos autonómicos,
muchos de ellos sobredimensionados, sobre todo cuando son
uniprovinciales. Y eso, por no
hablar de coste de las Diputaciones Provinciales con los sueldos de
sus más de mil diputados; o el número excesivo de municipios con que
cuenta España,
algunos que no llegan ni a los cinco vecinos. ¿Es necesaria esta
infraestructura decimonónica en el siglo XXI?
Porque, además, toda esta maquinaria administrativa genera una red
de clientelismo, de enchufismo familiar, de favores políticos que
todavía deterioran más
la imagen de los dirigentes y de sus partidos. Los ciudadanos ven
con una mezcla de resignación y escepticismo cómo un cambio de
gobierno va a significar,
entre otras cosas, la colocación en puestos de especial
responsabilidad de los amigos de turno.
Por si quedara alguna duda, y como simple ejemplo, vean lo sucedido
en Extremadura donde el presidente de las Cortes ha contratado a su
primo como chofer,
alegando que viaja muchas horas y habla mucho por teléfono, así que
necesita una persona de absoluta confianza. Fernando Manzano, que es
además, secretario
general del PP de Extremadura, escribió una carta a los reyes magos
pidiendo un nuevo gobierno autonómico donde no hubiera "enchufismo".
No se refería a sí
mismo y a su primo, por supuesto.
También la secretaria primera de la Mesa del Parlament de Valencia,
Angélica Such, del PP, tendrá a su hermano como asesor con un sueldo
bruto de 2.800 euros
al mes. No está mal.
Antes de tocar la Sanidad o la Educación habría muchas partidas que
eliminar. Y se haría con el aplauso general.
Cataluña
Portazo sanitario de la Generalitat a los
enfermos de Aragón
La sanidad catalana niega las recetas a los enfermos crónicos de
otras comunidades
Alcaldes de la «Franja» se alzan contra la orden del hospital de
Lérida de no atender a sus pacientes
R. PÉREZ/E. ARMORA / ZARAGOZA/BARCELONA ABC 12 Octubre 2011
Alcaldes y responsables políticos de tres comarcas aragonesas
limítrofes con Cataluña —Ribagorza, La Litera y Bajo Cinca— se han
rebelado contra la negativa
de la sanidad pública catalana a atender a pacientes de estos
municipios. Los alcaldes, que se reunieron ayer, se entrevistarán
próximamente con el Gobierno
aragonés que preside Luisa Fernanda Rudi. Le piden que actúe con
contundencia ante esta situación, que también van a denunciar ante
el Gobierno central. Es
el segundo portazo sanitario que Cataluña da a los pacientes de esta
comunidad. Desde julio de 2010, los médicos catalanes se niegan a
expender recetas a
pacientes crónicos aragoneses en la costa de Tarragona, tal como
avanzó este diario en su edición del 12 de octubre de 2010.
Desde el pasado agosto, a pacientes no urgentes que acuden a
consultas de especialistas y a servicios sanitarios del Hospital
Arnau de Vilanova de Lérida se
les insta a que vayan a hospitales aragoneses. Les ocasiona un serio
problema, porque sus localidades —en la zona conocida como «Franja»
aragonesa— están más
cerca o mejor comunicadas con Lérida que con hospitales públicos de
Aragón. La opción que les queda es ir al hospital de Barbastro
(Huesca) y, de no tener
allí ciertos servicios, desplazarse hasta Zaragoza. Los alcaldes
advierten de que si se dirige toda la demanda a Barbastro, este
hospital se colapsará.
Recuerdan que, desde hace más de 30 años, miles de habitantes de
estos municipios limítrofes con Cataluña venían siendo atendidos con
normalidad en el centro
ilerdense. Y alertan de que la actitud de la Generalitat puede
suponer el incumplimiento de los convenios de colaboración sanitaria
entre Aragón y Cataluña.
Según los alcaldes, muchos de los pacientes de la «Franja» se están
empadronado en municipios catalanes para asegurarse la atención en
el Arnau.
«La primera vez»
El tío de Mónica Burriel, uno de los pacientes de la Franja, ingresó
en urgencias el pasado septiembre y a los cinco días fue remitido al
hospital de
Barbastro. «Es la primera vez que nos ocurre. Desde hace años mi
familia ha sido atendida en el Hospital de Lérida y nunca nos han
puesto problemas»,
denuncia la joven en declaraciones a TV3.
El responsable de la región sanitaria del Pirineo, Arán y Lérida, el
doctor Antonio Mateu, aseguró ayer a ABC que esta situación solo
afecta a pacientes no
urgentes, los que «no se encuentran en una situación de fragilidad»,
y garantizó que «Lérida seguirá asistiendo a los enfermos de Aragón
como hasta ahora».
Mateu se mostró partidario de que «la comisión paritaria que
representa a las dos comunidades se reúna en breve para analizar
estos casos y evitar que el
conflicto pase a mayores».
No obstante, en una circular del centro consultada por este diario,
las autoridades sanitarias exponen claramente que la limitación
asistencial no afecta a
casos particulares sino que es generalizada: «...A partir de ahora
cualquier enfermo de novo no urgente del área de Aragón que se
encuentre dentro de tales
situaciones será derivado a su correspondiente área sanitaria de
manera precoz con el fin de evitar situaciones innecesarias de
interrupción terapéutica»,
apunta la nota.
Diez millones de coste
El Hospital Arnau de Vilanova registra anualmente unas 2.500 altas y
30.000 consultas externas de pacientes de la Franja, lo que supone
un 10% de la
actividad asistencial y un coste de 10 millones de euros que se
facturan en parte a la Seguridad Social.
Por otro lado, el Hospital Valle de Hebrón de Barcelona ha enviado
una carta a los jefes de servicio en la que les recuerda que antes
de atender a un
paciente extracomunitario no urgente sin tarjeta sanitaria contacten
con la unidad de atención al ciudadano para asegurar el cobro del
servicio, según avanzó
ayer El Periódico.
Baleares está en ‘bancarrota’: no tiene ni
un euro en la caja
El Confidencial 12 Octubre 2011
Ni un euro. “Estamos haciendo un gran esfuerzo para pagar las
nóminas, pero no hay dinero en la caja”, reconoce José Ramon Bauzà,
president de Baleares, en
declaraciones a El Confidencial. A 30 de junio la comunidad autónoma
tenía una deuda de 4.500 millones de euros y un déficit generado de
1.104 millones de
euros, “sin contar las empresas públicas y las facturas”, detalla
Bauzà.
El president, en el cargo desde el pasado mes de julio tras cuatro
años de la segunda edición del Pacte de Progrés (en forma de
hexapartito) del socialista
Francesc Antich, recuerda que en el mes de abril el déficit de
Baleares se situaba en el 0,97% del PIB, el alto de España junto a
Castilla-La Mancha. En tan
sólo dos meses ya se había disparado al 2,1%. Baleares prevé para el
próximo 31 de diciembre un déficit del 1,3.
Bauzà está pendiente del próximo Consejo de Política Fiscal y
Financiera para saber cuáles serán las cuentas de su comunidad
autónoma para 2012. Por esta
razón ha paralizado la elaboración del próximo presupuesto. “El
crecimiento económico nos lo debería decir el Estado; tendríamos que
saber de una manera
definida si la aplicación del impuesto va condicionada a la
percepción o no de fondos estatales y si no lo aplicamos podríamos
perder financiación estatal”,
señala a este diario.
El anterior Ejecutivo presentó cuatro veces un plan de saneamiento
que no logró aprobar. Con la mayoría absoluta lograda por Bauzà, la
comunidad presentó un
plan de saneamiento de 380 millones de euros que aprobó el Consejo
de Política Fiscal y Financiera. Entre estas medidas figuran no
ampliar la plantilla de la
administración regional, tampoco contratar interinos y la
eliminación de los liberados sindicales.
El jefe del Ejecutivo de Baleares continuará aplicando más
tijeretazos y se siente orgulloso. “He venido aquí para tomar
decisiones y asumir así esa
responsabilidad; garantizo que cualquier adelgazamiento de la
estructura política y administrativa de Baleares no impedirá que la
sanidad, la educación y los
gastos sociales sean para nosotros absolutamente prioritarios”.
Una de las víctimas del recorte es IB3, la televisión autonómica de
Baleares, que soporta una deuda con proveedores de 60 millones de
euros anuales. En 2004,
cuando el Govern de Jaume Matas la montó en marzo de 2004 tuvo un
coste de 120 millones.
Otro ejemplo es el de la Televisión de Mallorca, que controla el
Consell de Mallorca, y que ya ha preparado su carta de defunción.
“No podemos permitirnos
una televisión deficitaria por naturaleza. Cada año nos cuesta 10
millones de euros. Incuso a pesar de cerrarla tendríamos unas deudas
de 25 millones de
euros los próximos 12 años”, remata Bauzà.
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