España sin salida y Rajoy a lo suyo
@Roberto Centeno. El Confidencial 15 Octubre 2012
Cobardía sin precedentes, incompetencia inaudita, venalidad
generalizada y corrupción masiva, tanto política como institucional
y financiera, como jamás se habían producido simultáneamente en
nuestra Historia. Nunca en 500 años, ni siquiera durante la invasión
napoleónica, España ha estado tan cerca de su colapso económico y
político. “España se la juega al demorar tanto el rescate”, afirma
el influyente Washington Post. Eso y que la tardanza de Rajoy puede
tener “un efecto devastador”. Se trata de una monstruosidad sin
parangón ya que Rajoy, sin estrategia de futuro alguna, vuelve a
poner sus intereses cortoplacistas por encima de los de España y de
Europa.
El miércoles el FMI ponía cifras al desastre: “La prima de riesgo
española puede subir hasta 750 puntos básicos si no se pide el
rescate sin dilación y se somete a sus condiciones”. La economía
"caería hasta un 3,2 % en 2013”, después de haber enterrado decenas
de miles de millones en bancos que deberían haber sido cerrados. El
FMI también augura “un desplome histórico del crédito” y Bloomberg
añade que “el agujero negro de los presupuestos no deja de crecer,
no existe posibilidad alguna de que España cumpla sus objetivos".
Está siguiendo, dicen, "el camino de Grecia”.
Y el jueves, S&P recortó el “rating” de la deuda en dos escalones
hasta dejarlo a uno del bono basura, al mismo nivel que Marruecos, y
con perspectiva negativa “por los importantes riesgos del
crecimiento económico y de su Presupuesto, así como la falta de una
dirección política clara”. El temor ahora es que Moody's nos degrade
en breve a bono basura, lo que desestabilizaría los mercados y
provocaría una fuerte huida de nuestra deuda. Mientras tanto, al
irresponsable de Rajoy solo le preocupa su poder que depende de
Galicia y de Álava.
Luego Mas afirma en la Fiesta Nacional, para mayor ofensa, que
destruirá España sí o sí, e invita a los catalanes a “comprar solo
los productos de casa”. Y Rajoy, con una cobardía que raya en la
alta traición, se limita a decir que “fuera de España no se está en
ninguna parte”, o sea “váyanse y verá que mal se está”, en lugar de
responder que de momento, ni un solo euro, y de seguir así, en
cumplimiento de la Constitución anulará la autonomía a Cataluña. Su
Majestad, por su parte, riñendo a Wert por enfadar a los
separatistas y el Príncipe asegurando que “Cataluña no es ningún
problema”. ¿Pero cómo que no es ningún problema? ¿Acaso no se dan
cuenta estos insensatos del enorme daño internacional que están
ocasionando a España con su cobardía, y de cómo su apocamiento
alienta la secesión? Están jugando con el destino de España sin
dignidad y sin honor.
La razón de nuestra ruina: “las élites extractivas”.
Centrándonos en la economía; mientras la deuda de España es ya
inasumible, las oligarquías política y financiera, las “élites
extractivas” antidemocráticas, no están dispuestas a renunciar ni a
uno solo de sus inauditos privilegios. ¿Acaso va a prescindir la
señora Cospedal, la primera obligada a dar ejemplo, de su legión de
asesores, su televisión, sus embajadas, sus empresas públicas y sus
inaceptables privilegios? ¿Van a prescindir miles de concejales del
coche con chófer y sus dos asesores per cápita? ¿Van a cerrarse las
4.000 empresas públicas inútiles donde han enchufados a 500.000
parientes?
Rajoy, sin estrategia de futuro alguna, vuelve a poner sus intereses
cortoplacistas por encima de los de España y de Europa
¿Acaso cerrarán los bancos inviables en lugar de regarlos con
decenas de miles de millones que jamás se recuperarán? ¿Se acabará
de una vez por todas con el increíble expolio del cupo vasco, que
Rajoy les ha rebajado para tratar de ganar en Álava 1.000 ridículos
millones, frente a 10.000 millones que les tocarían si tributaran
como los demás (menos 2.000 de gastos que asumen), y frente a los
5.000 millones que es su parte en intereses deuda, paro y aportación
a la UE, –y que pagamos por ellos–?
Pues no. Han destruido en un solo año nada menos que el 18,2% de la
riqueza de las familias, han llevado a la miseria a la cuarta parte
de la población, y les da lo mismo. Y si hay que arruinar a otra
cuarta parte, pues se hace. Ya somos el país con mayor desigualdad
social de Europa. La diferencia de rentas entre en el 20% de la
población más pudiente y el 80% restante es de 7,5 veces, casi el
doble que Alemania y casi el triple que Noruega. Y, al contrario que
en otros países con fuertes desigualdades donde la situación mejora,
en España, a base de recortes sociales e impuestos, no deja de
empeorar mientras los ricos siguen exentos.
El gran enigma es cómo los españoles aguantan a esta chusma
depredadora sin rechistar. Hasta en la “modesta” Manilva, Málaga, la
alcaldesa de IU ha colocado ya a 13 familiares y ahora a su hija,
que cobra sin aparecer. Para ello suben los impuestos a la clase
media y a los más desfavorecidos, lo que nos sumerge en una espiral
deflacionista sin fin. Y son tan increíblemente tramposos que se
inventan un nuevo IPC que reduce ¡a la tercera parte! las subidas de
precios para recortar pensiones y salarios reales. Pero a mis
familiares, a mi VISA oro y a mi coche oficial que no me los toquen.
Parece que no hay quien pare esta locura y ponga en marcha un
proceso constituyente que barra a las “élites extractivas”, o
ladrones a secas.
Ni el rescate es suficiente, ya no podemos devolver la deuda.
Dice Wolfgang Münchau, el columnista estrella de FT, que en España
lo peor está por llegar, y que la cuestión no es si la recuperación
española será en 2013 o en 2014, sino si se recuperará al final de
la década. Y nos recuerda que la “deuda total española" –incluyendo
la de familias y empresas no financieras, que es del 227% del PIB, y
la pública y la de los bancos, del 400 % del PIB– es "la más elevada
del mundo desarrollado". Por ello ni siquiera el rescate puede
evitar la suspensión de pagos. Solo aplazarlo y agravarlo.
Entre 2013 y 2014 España necesita casi 500.000 millones de euros
para refinanciar vencimientos y deuda nueva, más 300.000 millones
para lo mismo en la banca. Todo ello, por supuesto, avalado por los
españoles. ¿Quiere explicar alguien quién nos va a prestar otros
800.000 millones solo por la barba de Rajoy? La deuda exterior de
España a final de 2011 ascendía según el BdE a 1,77 billones de
euros, algo que no nos ha llevado a la suspensión de pagos porque el
BCE ha financiado temporalmente 175.000 millones .
Ni siquiera el rescate puede evitar la suspensión de pagos, solo
aplazarlo y agravarlo
La deuda neta, es decir, descontando lo que los extranjeros nos
deben, asciende a casi al 100% del PIB, la cifra más elevada del
mundo. Y para acabar de arreglarlo, familias y empresas están
retirando de los bancos españoles y sacando del país 20.000 millones
de media al mes –235.000 millones de julio a julio según el BdE o
296.000 según el FMI– para ponerlos a salvo de políticos y banqueros
rapaces y corruptos que actúan por encima de la Ley –la “estafa” de
las preferentes no es delito, dice el Fiscal General–. Un hecho que
agrava la situación exponencialmente.
¿Cómo un país que no puede imprimir su propia moneda puede devolver
el 100% del PIB, y además con un 25% del PIB huyendo anualmente? La
respuesta es simple: no puede. España necesita una quita de al menos
el 30% de la deuda pública –lo que se llevará por delante la caja de
las pensiones y la banca– y privada, empezando por la deuda
hipotecaria, lo que elevaría la renta disponible de las familias y
lastraría el crecimiento y el empleo más que ninguna otra medida
alternativa. El dinero tirado a la basura en el salvamento de bancos
inviables aplicado a una quita hipotecaria habría generado un
crecimiento del PIB del 1% y creado cientos de miles de empleos. No
tienen perdón de Dios.
Y termino citando al gran novelista Arturo Pérez Reverte en Twiter:
“Solo creeré a un Presidente, sea del color que sea, cuando confiese
que este Estado-disparate es insostenible y diga 'me voy a cargar
esta barbaridad'. Porque no paran de hablar de soberanía respecto a
Europa quienes son incapaces de ejercerla en su propio país, sobre
sus políticos. Dicho en corto, señor Presidente: no hay cojones. Es
tan prisionero de su propia chusma político-autonómica como el PSOE
es de la suya. Así que, cuando lo pienso, me veo deseando una
intervención exterior”.
Inmersión lingüística
Carta abierta al ministro de Educación
Antonio Robles Libertad Digital 15 Octubre 2012
¡Cuánto tiempo nos llevan de ventaja los nacionalistas! ¡Ni siquiera
tenemos ministros bien informados de sus propias competencias! No
acaba de salir del charco de españolizar a los niños de Cataluña y
declara este domingo en El Mundo que "la inmersión es correcta, lo
ha dicho el Constitucional, y para mí eso es suficiente".
¿Cómo podría hacer cumplir el ministro de Educación, José Ignacio
Wert, sentencias del Tribunal Supremo que obligan a la Generalidad a
reintroducir el castellano como lengua vehicular en los colegios de
Cataluña, si no sabe siquiera que el Tribunal Constitucional nunca
ha declarado legal la inmersión?
Sr. Ministro, ríos de tinta hemos vertido para contrarrestar la
propaganda nacionalista que usted ahora acaba de apuntalar. Entérese
antes de hablar: ninguna sentencia del Tribunal Constitucional hasta
la fecha ha avalado nunca la inmersión lingüística. Los
nacionalistas se agarraron a la STS 337/1994 para acallar a las
madres que se levantaron contra la inmersión a principios de los
noventa. Ni la ha avalado en esta sentencia, ni en ninguna otra,
pero sí la ha desautorizado en cuantas sentencias lingüísticas se
han dado. Mal podría avalar la inmersión lingüística la sentencia
337/1994 del TC, cuando la causa que dio lugar a la demanda inicial
fue en 1983 y aún faltaban nueve años para que se publicara el
Decreto de inmersión lingüística de 1992. Por supuesto, el Tribunal
Constitucional nada dice al respecto del concepto de inmersión, y
cuando en un voto particular se hace referencia a ese modelo
pedagógico, es para remarcar su inconstitucionalidad. Sin embargo sí
hace mención, y con todo detalle, al concepto de "conjunción
lingüística" o de "bilingüismo integral", introducidos por la
defensa de la Generalidad a la demanda, cuyo modelo implica que
catalán y castellano han de convivir como lenguas vehiculares y
ninguna de ellas puede ser exclusiva ni excluyente. O sea, lo
contrario de la inmersión. El Fundamento jurídico 10 de la STC
337/1994 de 23 de diciembre lo deja meridianamente claro:
"Este modelo de conjunción lingüística que inspira la Ley 7/1983,
del Parlament de Cataluña es constitucionalmente legítimo en cuanto
responde a un propósito de integración y cohesión social en la
Comunidad Autónoma, cualquiera que sea la lengua habitual de cada
ciudadano. Al igual que es legítimo que el catalán, en atención al
objeto de la normalización lingüística en Cataluña, sea el centro de
gravedad de este modelo de bilingüismo, siempre que ello no
determine la exclusión del castellano como lengua docente de forma
que quede garantizado su conocimiento y uso en el territorio de la
Comunidad Autónoma".
Guiados por la mala fe, todos los gobiernos de la Generalidad han
utilizado la generosidad del juicio de relevancia que hace el TC del
concepto de "normalización" como un modelo equitativo o equilibrador
entre las dos lenguas oficiales, para identificar torticeramente
"normalización" con "inmersión". Es decir, allí donde los
magistrados interpretan el concepto de normalización como una prima
para recuperar al catalán de su postración histórica, los
nacionalistas lo traducen como la exclusión del castellano como
lengua docente. O sea, falsificaron la sentencia del TC. Lo vuelven
a recordar las cinco sentencias firmes del Tribunal Supremo de
diciembre de 2010 y 2011, basadas a su vez en la STC sobre el
Estatuto de 28 de junio de 2010:
"El catalán y el castellano no sólo son materia objeto de estudio
sino lengua docente en los distintos niveles educativos". "[...] no
cabe olvidar que el deber constitucional de conocer el castellano
(art. 3.1 C.E.) presupone la satisfacción del derecho de los
ciudadanos a conocerlo a través de las enseñanzas recibidas en los
estudios básicos" (STC 337/1994, F.10). "El catalán debe ser, por
tanto, lengua vehicular y de aprendizaje en la enseñanza, pero no la
única que goce de tal condición, predicable con igual título del
castellano en tanto que lengua asimismo oficial en Cataluña" (STS,
16/12/2010).
Dicho de otro modo, catalán y castellano son lenguas docentes en
Cataluña según las sentencias del TC y el TS, y ninguna puede ser
exclusiva ni excluyente.
Si no tiene agallas para hacer cumplir las sentencias, al menos,
conózcalas. Y sea consecuente. Usted prometió al llegar al cargo
hacer cumplir las sentencias, después se desdijo. Todo muy
coherente. El pasado 24 de septiembre votó en contra de la
Proposición de Ley de Prevención y Erradicación de la Discriminación
Lingüística en cualquier ámbito público, presentada en el Congreso
por UPyD, y poco después declara que está contemplando la
posibilidad de subvencionar a colegios privados de Cataluña para que
los hijos de los padres que lo deseen puedan recibir educación
también en español. Vuelta a la coherencia. Una declaración que
delata en toda su crudeza la cobardía de su gobierno para hacer
cumplir las sentencias del TS que obligan a la Generalidad a
impartir las clases en catalán y en castellano sin parche semejante.
Le faltó tiempo a la consejera de Educación, Irene Rigau, para
declarar horrorizada que el ministro quería "españolizar a los niños
de Cataluña" y "politizar la escuela". Colosal la barra de la
nacionalista y el coro que la siguió. Precisamente era esto lo que
ha venido haciéndose en la escuela catalana desde los años ochenta y
recogido en la ley de Educación de Cataluña del 2009 bajo el
propósito de conseguir "una escuela catalana en lengua y
contenidos". Y ella misma se ha vanagloriado mil veces de ello al
verbalizar las mismas palabras de Wert: "es preciso catalanizar el
sistema educativo". Con toda solemnidad lo decía así en la clausura
del curso escolar 2010-2011en Barcelona: "Solo mediante la
escolarización podremos realmente catalanizar, hacer miembros de
pleno derecho, tener sentido de pertenencia a nuestro país, a los
hijos de los que han venido de fuera".
Sr. Ministro, mil veces hemos denunciado la asimilación y el
adoctrinamiento del sistema educativo catalanista, incluso lo hemos
comparado despectivamente con la FEN (Formación del Espíritu
Nacional) del franquismo, y viene usted, y en lugar de obligar a
cumplir la ley, y a denunciar mediante la Inspección General del
estado este adoctrinamiento nacionalista, nos suelta lo de querer
españolizar a los alumnos de Cataluña. Supongo que ya se habrá
enterado del inmenso favor que les ha hecho a los nacionalistas...
Ni siquiera las explicaciones posteriores de hacer compatible las
diferentes identidades les convencerá de nada. Le ha dado su
carnaza, y se la han tomado con sumo gusto. Una cosa es sentirse
orgulloso de ser español, y otra muy distinta utilizar la escuela
para conseguirlo. En el franquismo vimos un modelo, en Cataluña
hemos visto otro. Y ninguno respeta la libertad de los ciudadanos
españoles.
Mire, Sr. Ministro, los ciudadanos de Cataluña estamos hasta el
gorro de adoctrinamiento. La escuela no es lugar para adoctrinar a
nadie, la escuela nació para ilustrar, instruir, incluso ahora que
la familia falla más de lo debido, educar. El resto depende de la
libertad de cada uno. Incluido el modo cómo nos sentimos españoles,
catalanes o amantes de las estrellas. Allá cada cual con sus
emociones.
El Mundo resaltaba en la entrevista de este domingo la última
promesa del ministro: "Me comprometo a hallar una solución viable
para que todo el que quiera ser educado en Cataluña con el
castellano como lengua vehicular, lo pueda hacer".
¿Alguien le puede decir al ministro que no se trata de que garantice
la enseñanza en castellano a los pocos padres valientes que se
atreven a pedirlo, sino de que se cumpla la ley para que un derecho
constitucional se pueda ejercer sin necesidad de pedirlo?
Primero no se atrevían, ahora no se enteran... o no se quieren
enterar.
"Desafío Rajoy": inercias y resistencias
Alfonso Merlos www.elsemanaldigital.com 15 Octubre 2012
Todos sabemos qué clase de plomo en nuestras alas impide que
levantemos el vuelo. Y todos sabemos que el gobierno de España o nos
libra del plomo o nos hunde.
Rajoy tiene que hacer del Estado uno más moderno, eficiente y
adecuados a los contribuyentes.
Quizá aún no hemos hecho el diagnóstico más básico pero más profundo
de nuestra crisis sistémica. El que hizo el señor Monti en Italia
cuando afirmó solemnemente: "Este país no se contagió de la crisis,
sino que se la ganaron a pulso los italianos por su mala forma de
gobernarse y de contribuir al bien común". ¿Alguien en España ha
escuchado algo semejante? ¿Lo ha dicho algún ministro del gabinete
de Rajoy. Evidentemente no. Y esa ausencia de un diagnóstico directo
y a quemarropa es la que nos hace seguir atados: a las inercias y a
las resistencias.
El principio físico de la inercia describe este fenómeno como la
tendencia que tienen los cuerpos a conservar su estado de movimiento
o de reposo. En efecto, la ausencia de coraje y pundonor, la falta
de atrevimiento de nuestras elites está llevando a que aquellas
cosas que más o menos se movían (para desgracia de los españoles)
sigan su curso; y está llevando a que aquellas otras que estaban
prácticamente paradas, pero que convenía ponerlas en marcha, sigan
sin rodar.
El principio psicológico y sociológico de la resistencia marca el
rechazo de una persona o una organización a cambiar las actitudes,
los comportamientos y los patrones por los que se ha regido en el
pasado. En efecto, a pesar de que el Partido Popular llegó al poder
aupado por un mandato indiscutible de reformismo, su tarea de
transformación de la realidad política, administrativa y burocrática
del Estado está alcanzando un nivel muy limitado, todavía
condicionado por renuencias a buscar cambios radicales en
estructuras enteramente desfasadas.
Si Rajoy y sus ministros quieren de verdad contar con el apoyo y la
comprensión de la sociedad a su vastísimo, necesario aunque
insuficiente programa de ajustes, nada hará mejor que librarse de
las cadenas (inercias y resistencias) que permitirán a los españoles
dejar de ser esclavos del Estado para pasar a servirse de un Estado
más moderno y eficiente; y sobre todo, más adecuado a las
necesidades concretas del sufrido contribuyente. Porque estamos muy
hartos, y el hartazgo es indisimulable.
www.twitter.com/alfonsomerlos
A la mierda, España
Pedro de Hoyos Periodista Digital 15 Octubre 2012
Andamos sumergidos entre quienes quieren españolizar a Cataluña, los
que se niegan (¿por qué es más lícito catalanizar que
españolizar?¿Nadie tiene bemoles de decírselo a Artur Mas? ) y los
que afirman que España se irá al garete sin Cataluña. Y Cataluña sin
España. De ministros y exministros hablo.
Dice Ruiz Gallardón que “La separación de Cataluña acabaría con la
nación española”. Aún sintiéndome tan español como cualquier otro
ciudadano de esta inmensa soledad llamada Tierra de Campos empiezo a
pensar que no me importa que España se deshaga, que se vaya todo a
freír churros y que Cataluña y Euzkadi se independicen de una vez
por todas. Eso sí, primero que devuelvan a Castilla todo lo que se
han llevado, obreros y sus fábricas, empleados y sus oficinas,
impuestos y riqueza. Y como postre que nos devuelvan todas las obras
de arte del museo Marés: “Origen Castiella, procedencia
desconeguda”.
Si se procede a esa independencia, que se tome nota de quiénes la
propiciaron, quiénes se callaron, quiénes colaboraron y qué
políticas la favorecieron, hay que aprender de los errores, claro. Y
que queden apartados de la política aquellos políticos que hablaron
“catalán en la intimidad” cuando les interesó o que iban a aprobar
“todo lo que venga de Cataluña”. ¿Así sin más ni más, sin controles
constitucionales, porque lo digas tú?
Y a partir de ahí con las empresas que ya han hablado de abandonar
Cataluña y con otras nuevas podríamos dedicarnos a crecer y
prosperar, sin tener que pagar el sueldazo de Artur Mas y sus
embajadas, sin tener que soportar en silencio que proscriban el
castellano en los patios de las escuelas ni manipulen la Historia
para crear Una Cataluña Grande y Libre a cuenta de los demás.
A partir de ese momento el Ebro volverá a ser un río español, para
que beban también los catalanes, y volviendo los ojos a la Castilla
nuclear que nunca traicionó a España a pesar de los malos tratos que
recibió de ella, volviendo los ojos a esa Castilla que en los años
de la Transición pareció ser la culpable de las siete plagas de
Egipto y fue rechazada por todos, se podrá rehacer España,
repartiendo la riqueza por todas las partes en vez de acumular el
progreso, la riqueza y los habitantes en el centro solamente.
La independencia de esas regiones se producirá por la manifiesta
incompetencia de los políticos y por los “españolistas” que no
fueron a la manifestación de Barcelona el 12 de octubre pensando
“otros irán por mí” y a pesar de algunos empresarios que ya han
manifestado su oposición personal y empresarial, detrás de Lara
acaba de hablar en ese sentido el presidente de la red comercial de
Volkswagen-Audi que ha anunciado su salida en el caso de la
independencia de Cataluña. Por cierto, ¿a qué espera Isidre Fainé
para manifestarse en un sentido o en otro? ¿Miedo, ventajismo u
oportunismo? Mucha jeta.
@pedrodehoyos
Una encuesta para Wert
José Javaloyes www.republica.com 15 Octubre 2012
Urgiría un arbitraje de opinión pública, una encuesta de urgencia,
sobre las palabras del ministro Wert, titular de Educación, en lo de
“españolizar” los niños de Cataluña. Una consulta demoscópica no
necesariamente sobre el “arbitraje” de la desmentida disconformidad
del Rey en torno a tales palabras, pues no tienen éstas sólo la
lectura que ha hecho de las mismas el nacionalismo gobernante en el
Principado.
Es este nacionalismo una casta política que agrede de continuo, en
lo que toca a la Enseñanza, a la igualdad ante la ley de los
españoles todos en Cataluña. Y lo hace lo mismo desde este Gobierno
que preside el separatista Mas que con los otros. Ha sido lo suyo en
los nacionalistas catalanes, de manera frontal y sin ambages,
pasarse la legalidad constitucional y la ley ordinaria por el
mismísimo arco de triunfo. Importándoseles una higa los tribunales
de Justicia del más diverso rango.
Y frente a eso, desde el Madrid de los primeros tiempos de Zapatero,
que les dio tantas alas que dejaron chico el primer error del primer
Azaña. Y por inercia de la locura de Zapatero, apenas se ha
rechistado en los últimos años de su gestión. Tampoco en los últimos
meses por razones de zoco parlamentario. Todo ha sido tragar y
consentir para que “hubiera paz”, incluso, por vía de omisión más
que culposa, pasándole la mano por el lomo una y otra vez, a todo
cuanto abarca el cuatribarrismo estelado. Hasta tal punto de que el
sistema democrático y constitucional, aprobado en su día por el
pueblo español, ha sido subvertido en Cataluña. Desplazado de hecho
por un régimen nacionalista de lacerante amplitud y creciente
profundidad.
Al socaire de una situación de hecho así, contra el derecho, ha
crecido una suerte de ortodoxia política alternativa que a estas
horas, especialmente para la clase política de un concreto
catalanismo, no parece caber otra cosa que la displicencia chulesca
ante cualquier referencia cotidiana a la patria común. Algo que
engloba, en lo que despectivamente llama “nacionalismo español”,
toda adhesión a los valores de integración nacional contenidos en
nuestra Ley Fundamental.
Lo manifestado en el Congreso por el ministro de Educación, a
despecho de su brevedad – que incluye un germen de crítica global a
la que en su día fue la cesión a las Autonomías de la competencia
sobre la Enseñanza y que tanto ha contribuido al marasmo
nacionalista y al desnortamiento de dos generaciones de españoles -,
prendió la traca de las protestas no sólo nacionalistas sino del
resto de las minorías que componen el arco de la oposición
parlamentaria.
Ha sido un estallido de sectarismo que trae a la verdadera memoria
histórica imágenes y síndromes de muy preocupante semejanza con el
último gran fracaso de nuestra convivencia nacional. Especialmente
en lo que respecta al emparejamiento de los socialistas y demás
izquierdas en la locura, con la “rauxa” febril del catalanismo más
calenturiento. Es esa “rauxa” o locura exaltada que se opone al
“seny”, al equilibrio y buen sentido, lo que impera en estas horas
por causa de aquel error fundamental de la transferencia a la
iniciativa autonómica de la enseñanza de la Historia común y de la
Geografía de la patria compartida. Tan colosal disparate en el
arranque de la tan ponderada Transición no ha sido atemperado
siquiera en sus consecuencias políticas sino que en el plano de
éstas lo que ha privado han sido las complacencias, el chalaneo, la
timidez y el mirar a otra parte. El no enterarse para no perturbar
la paz…
A la rectificación de esto parece que se orientan las palabras del
ministro de Educación en el Pleno del Congreso. Y siendo así no
parece que haya sido cierta la desmentida y supuesta censura del Rey
a la propuesta “españolización” ministerial de los desespañolizados
niños de Cataluña – y de otras Autonomías -. La cosa está bastante
clara. Nunca el Jefe del Estado pudo decir eso que se le atribuyó,
por la fundamental razón de que carece de atribuciones para ello.
Pues siendo aquel suyo aquel histórico impulso, fundante de la
Constitución lograda con el consenso, al ser después refrendada ésta
por el pueblo español, pasaron a la misma los poderes del Rey como
estrictas facultades de moderación para que el juego político no
desbordase los límites y mandatos establecidos en la Carta.
¡Cómo iba el Rey a extralimitarse objetando el propósito del
Gobierno de potenciar la unidad nacional en que se basa la propia
Constitución! Pero, en cualquier caso, si convendría que por parte
del CIS o de cualquier empresa dedicada a los trabajos demoscópicos
efectuaran en régimen de urgencia una encuesta nacional sobre la
oportunidad y necesidad de reasumir por el Estado las competencias
sobre la Enseñanza. Las víctimas de aquel dislate corresponden ya a
dos generaciones de españoles.
Y si para propósito así hay que reformar la fórmula estatutaria, que
se reforme. Para poder defender mejor, adecuadamente, la unidad
nacional en que la Constitución se basa. Lo de Mas y compañía es la
llamativa y brutal secuela de aquel colosal disparate cometido en la
Transición.
En cualquier caso conviene, pues, que sobre la unidad nacional de
España “marchemos todos juntos” – y la Corona primero – por la senda
constitucional. Sin marcha atrás alguna.
Wert le hace un destrozo al PSOE y desmonta
la hipocresía nacionalista
Antonio Martín Beaumont www.elsemanaldigital.com 15 Octubre 2012
Él, que no es un profesional de la política ni está encorsetado en
lo políticamente correcto, ha dado una lección a los acomplejados.
En vista de la lapidación a la que fue sometido José Ignacio Wert la
semana pasada, me entró una curiosidad. Me pregunté a mí mismo
cuántas veces se había utilizado en el Congreso en los últimos años
el verbo maldito, españolizar, y al hallar la respuesta entendí
muchas cosas.
En las tres últimas legislaturas, sólo dos veces. Y sorpréndanse: en
las dos ocasiones en boca de nacionalistas. Concretamente de ERC,
que en los primeros pasos de la era Zapatero lo usó para criticar la
Ley de Calidad de la Enseñanza que el Gobierno de Aznar había
aprobado en su segundo mandato porque a juicio de los demócratas de
Esquerra pretendía "uniformizar y españolizar" a los estudiantes; y
del BNG, que en febrero de 2005 se quejó en el Parlamento de que se
pretendiera "españolizar este país como sea, como si fuera El Aaiún"
porque al nacionalismo gallego le molestaba --y le sigue
molestando-- que la inmensa mayoría de los españoles nos refiramos a
La Coruña como tal y no como A Coruña. Menuda provocación la
nuestra, por cierto.
El éxito del nacionalismo reside, pues, en haber conseguido
demonizar y corromper un verbo que al fin y al cabo significa algo
tan inofensivo y lógico a la vez como lo es "dar carácter español",
que así lo define el diccionario de la RAE. Pero hete aquí que el
ministro de Educación, que al no ser un profesional de la política
no está encorsetado en lo políticamente correcto, osó decir en voz
alta lo que muchos, una gran mayoría me atrevería a decir, piensan
por lo bajinis.
Saben aquellos de ustedes que siguen con asiduidad esta columna que
no me han dolido prendas en criticar la gestión de Wert cuando así
lo he creído oportuno. Sin embargo, esta vez quiero desde aquí
aplaudir su falta de complejos. Por más que aquellos de sus
compañeros que sí los tienen, especialmente en el PP vasco y el
catalán, se echaran las manos a la cabeza pensando cómo iban a
justificar ante el electorado el arranque de españolismo del
ministro en plena carrera electoral. ¿Verdad, Borja Semper?
Ya está bien. El Gobierno de Cataluña --CiU ahora, el tripartito
antes-- educa a sus nuevas generaciones en el odio a España, margina
la lengua común de todos los españoles en sus escuelas, estigmatiza
a los castellanoparlantes y multa a los empresarios que se atreven a
rotular sus negocios en el tercer idioma más hablado del planeta.
Dejan que en su televisión pública un personajillo cosa a tiros al
Rey, utilizan un partido de fútbol como altavoz independentista
--con la complicidad del F.C. Barcelona--, desprecian la Fiesta
Nacional y acusan a España de robarles, aunque luego pongan la mano
para pedir dinero a papá Estado porque no tienen ni para pagar las
nóminas. ¿Y resulta que se hacen los ofendidos porque el ministro de
Educación del Gobierno de España no quiere que los niños catalanes
sigan pensando que el Ebro es un río catalán que nace en "tierras
extrañas"?
Pero lo más grave no es que un senador de CiU llame "neofranquista"
a Wert, porque desde hace tiempo no se puede esperar otra cosa del
nacionalismo que el insulto y la difamación. Lo más grave es que el
PSOE, el Partido Socialista Obrero ¿Español?, haya mordido ese
anzuelo. Que los socialistas rivalicen con ERC por ver quién
solicita antes en el Congreso la reprobación del ministro hereje da
idea de lo perdidos que están los socialistas, que deambulan sin
guía ni rumbo.
Wert no está arrepentido, sólo faltaría. Es más, me atrevería a
decir que este episodio le ha hecho ganar sintonía con la
ciudadanía, cansada de las medias tintas de los políticos.
Independencia
Una, grande y libre
Emilio Campmany Libertad Digital 15 Octubre 2012
Mas ha dicho que en su escuela explican la España plurinacional.
¿Existe esa España? Para eso haría falta que España no fuera una
nación, sino una suma de ellas. Pero una suma de naciones no produce
otra nación, distinta de las que la integran, sino un Estado
plurinacional. Por definición, una nación ha de ser forzosamente
una. A Mas le gustaría que España fuera eso, una suma de naciones
porque él, y con él muchos catalanes, no se considera ciudadano de
una nación de naciones en el sentido de ser catalán y español a la
vez. Él se siente catalán, y lo más que está dispuesto a admitir es
pertenecer a un Estado plurinacional en el que estuviera integrada
su nación, Cataluña. Ahora, ni eso.
El problema es que yo, y conmigo muchos españoles, me siento tan
poco plurinacional como él. Mi origen es catalán. Buena parte de mi
familia es murciana. Me eduqué en Italia. Viví seis años en
Canarias, donde se criaron mis hijos. Mi mujer es medio extremeña,
medio vasca y medio asturiana. Y me siento español. No mitad
español, mitad murciano o mitad lo que sea. Español y punto. Para
sentirme así, como supongo que les pasará a muchos, no tengo en
cuenta si eso implica pagar más o menos impuestos, si con ellos se
pagan pensiones a andaluces o gallegos, o sea a otros españoles, o
si recibo más o menos servicios. Tampoco lamento no haber nacido
luxemburgués o suizo.
Cuando Mas dice que en Cataluña se enseña la España plurinacional,
miente. Lo que allí se enseña es que hay una nación que se llama
Cataluña y a la que pertenecen, les guste o no, quienes allí viven.
Que España no existe más que como Estado opresor que, además de a
Cataluña, sojuzga a otras naciones, y que ellas sabrán si quieren o
no seguir siendo España, ese Estado plurinacional. Y que, por lo que
a ellos respecta, esa pertenencia ha dejado de ser interesante.
Mas lo explica diciendo que se niega a que en Cataluña se enseñe
España como una, grande y libre. En cambio, sin decirlo de esta
manera, sí que afirma que Cataluña es una, grande y, sin España,
también libre. De forma que el problema no es la fórmula, sino la
entidad a la que se aplica. Lo que vale para Cataluña no vale para
España. Pues bien, yo quiero para España, porque me siento español y
no otra cosa, que mi nación sea una y libre. Lo de grande, lo dejo
para Mas y sus delirios. Porque España sólo será una nación si es
una, con o sin Cataluña, y libre. Libre de que quienes no se sienten
españoles impongan a quienes sí nos tenemos por tales un régimen
disolvente, el de las Autonomías, y un modo de vernos a nosotros
mismos como parte de una suma de trozos en el que tenemos que
aprender a ser cualquier cosa que no sea ser español. Hasta aquí
hemos llegado.
El grito catalán
La sonrisa de la avispa Estrella Digital 15 Octubre 2012
Por primera vez, algunos catalanes han dicho basta. Esa es la gran
noticia. Cansados de guardar silencio ante el abuso independentista,
han salido a la calle y han gritado que se puede ser catalán y
español al mismo tiempo. Que ya vale de señalamientos, de
exclusiones, de marginación y de exilio voluntario por el hecho de
sentirse español en Cataluña. Han sido pocos pero sus gritos han
despertado a muchos.
Hasta ahora, en Cataluña, solo unos cuantos jóvenes salían a la
calle a celebrar los éxitos de la selección española de fútbol. No
había más muestras de la españolidad catalana. Y el catalanismo
oficial lo consentía porque los despreciaba y porque, a fin de
cuentas, consideraban los éxitos de las selección española como
suyos ya que en ella jugaban unos cuantos jugadores del F.C.
Barcelona.
Hasta ahora, los catalanes que se sentían también españoles no iban
siquiera a votar de propio desencanto. A fin de cuentas, el catalán
es persona pacifica y de sentido común a la que le gusta trabajar y
ocuparse de sus asuntos más que de la cosa pública. Y así fue, por
ejemplo, como los separatistas ganaron la votación del nuevo
Estatuto que nadie pedía. Ni siquiera les interesaba votar al PSC,
el tradicional partido donde se recogían los votos de los que se
consideraban españoles, porque también se había convertido en un
partido secesionista más, como se ha demostrado hace unos días con
su ruptura.
Y ante ese silencio, la opresión de los secesionistas, apoyados por
unos medios de comunicación comprados con dinero de todos (llegaron
a publicar un editorial único el mismo día, al mejor estilo de la
Prensa del Movimiento franquista y para mayor vergüenza del
periodismo), impedía que se ejerciese la más mínima oposición.
Pero esa masa de ciudadanos de la Cataluña silenciosa se ha
levantado por fin y ha gritado ¡basta!, dando la cara de una forma
rotunda, cívica y festiva al último desafío independentista, creado
para ocultar la pésima gestión económica de los separatistas.
Ha sido la expresión de la indignación auténtica de unos jóvenes
que, frente al conformismo reinante, han gritado libertad para los
catalanes que no comulgan con el pensamiento único que tratan de
imponerle unos cuantos y gritar "Yo soy catalán y español" y
"Cataluña es España".
Es cierto que han sido pocos. Pero ese no es el problema. Hasta éste
12 de octubre no había nadie que se atreviese a dar el paso. Cada
día serán más. Porque Cataluña es mucho más que una manifestación de
separatistas, organizada con el dinero de todos, que quieren ponerle
puertas al campo y hacerse un corralito en una Europa que camina en
sentido contrario. Creo que, a partir de ahora muchos catalanes que
se sienten españoles empezaran a salir a la calle, hartos de estar
hartos, que cantaba Joan Manuel Serrat.
Por cierto, como profesional del periodismo he sentido vergüenza
viendo cómo las televisiones, que van de progres, transmitían en
directo, hace unos días, la violencia de unos pocos frente al
Congreso de los Diputados con la intención de asaltarlo y le negaban
el pan y la sal a otros pocos que se concentraban en paz en
Barcelona gritando, simplemente, que Cataluña es España. Así se
escribe la historia.
PP, PSOE Y NACIONALISTAS
Reverte entra al trapo con Wert y tiene
para todos, Solana incluido
El Semanal Digital 15 Octubre 2012
En su tradicional cita dominical en Twitter, el académico no capeó
la polémica sobre "españolizar" de una forma crítica hacia los
responsables de la Educación en España.
Pérez-Reverte no ha dejado títere con cabeza sobre los culpables de
cómo ha degenerado la Educación en España.
Arturo Pérez-Reverte no se ha cortado un pelo con la polémica sobre
José Ignacio Wert. Desde su cuenta de Twitter el escritor ha cargado
contra los "diecisiete putiferios autonómicos", ha pedido al
ministro que si quiere empezar por algo lo haga por unificar los
libros de texto y ha acusado a PP y PSOE de haber creado una
educación generadora de analfabetos, sin olvidar la LOGSE de
Maravall y Solana y a un Aznar que, tras ocho años de gobierno,
"tragó lo mismo, o más".
No sólo eso. Pérez-Reverte ha señalado que el actual ministro es
responsable de un amplio recorte en Educación y que, al fin y al
cabo, los nacionalistas, tras décadas de propaganda y manipulación,
han conseguido dar a los jóvenes lo que España no les ha dado: "Les
han hecho amar una aberración. Algo inexacto, egoista y dañino. Pero
al menos les hacen amar algo. ¿Qué les hará amar el ministro Wert?"
"¿Españolizar a niños a los que hemos acostumbrado a llamar facha,
fascista, derechista a cualquiera que lleve una bandera de España?",
se ha preguntado el académico, que ha instado al ministro a empezar
a tomar medidas como recuperar las competencias en Educación. "No
hay huevos, ministro. Ni para eso ni para menos que eso. Y además es
tarde. Así que vaya a españolizar a su tía", ha asegurado.
El festival
Alfonso Ussía La Razón 15 Octubre 2012
Como decía el gran Antonio de Lara «Tono», no se puede pedir peras
al olmo porque lo han prohibido. La Historia que estudian los
jóvenes de las provincias vascas es tan falsa como ficticia. Y
ridícula por su sesgo. Un ejemplo: Lo más importante que acaeció en
la transición fue el Festival de Cine de San Sebastián. De la
Constitución ni una palabra. Y de los quinientos muertos por la ETA
en aquellos años, menos aún.
Es muy difícil alcanzar tanta excelencia en el tarugo como han hecho
los responsables de la educación vasca. Se puede manipular hasta un
límite. Es probable que los donostiarras del futuro se crean a pies
juntillas que el Palacio Real de Miramar lo construyó una tía
bisabuela de Javier Arzallus, doña Mirenchu Antía, que era una vasca
alta, rubia, de andares espaciosos y profunda fe cristiana, como
gustaba a Sabino Arana, el del viaje de novios a Lourdes. Del mismo
modo que el Teatro Victoria Eugenia se llama así en memoria de
Victoria Eugenia Igueldomendi, una bella actriz de principios del
siglo XX que, en sus pocos ratos libres, remaba hasta la Zurriola
para fortalecer sus brazos. Y que el Hotel María Cristina se erigió
en honor de María Cristina Gorroaga, virgen y mártir, que prefirió
la muerte a la pérdida de su flor cuando fue sorprendida por un
malvado castellano mientras cogía moras silvestres para hacer
mermeladas caseras en un senderillo del Monte Ulía. No será difícil
convencer a los jóvenes donostiarras de que el club de fútbol de su
alma, la Real Sociedad de San Sebastián, le debe el título de Real
Club al Rey Imanol I de Amorebieta, el legítimo Rey de los vascos,
que sufrió persecución por parte de liberales y carlistas,
simultáneamente, y que para salvar su vida, camufló su identidad e
ingresó como barítono en el Orfeón Donostiarra, renunciando al trono
a cambio de su vida. Antes de su dedicación al canto coral, también
fundó la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País y el Real Club
de Tenis de San Sebastián, y asimismo inauguró el Acuario del monte
Urgull, junto al muelle de pescadores.
La Historia es como se escribe y como se estudia. Pero los grandes
historiadores nacionalistas se han equivocado un poco con el
Festival de Cine de San Sebastián. No es de la época de la
transición política. Es consecuencia de un gesto del franquismo con
la ciudad que acogía al general Franco y a su barco, el «Azor»,
durante los meses de agosto. El alcalde de San Sebastián pidió a
Franco ayuda y apoyo para fomentar la afición al cine en aquella
ciudad, y el entonces Jefe del Estado dio su consentimiento,
ordenando al ministro de Educación que hiciera lo posible por
atender al ruego del señor alcalde. Y no sucedió aquello en el
llamado tardofranquismo, sino en el franquismo en su pleno apogeo,
en la década de los cincuenta del pasado siglo. No obstante, si los
historiadores han creído oportuno establecer su creación en la
Transición, pues punto en boca, tararí que te vi y «pello Josepe
tabernan dala». Era el que escribe un precioso niño con las orejas
separadas y el cabello como chorros de oro cuando Silvia Koscina
consiguió la primera Concha de Plata del Festival de San Sebastián.
Vi una fotografía suya en «El Diario Vasco», comenté que estaba
buenísima y mi madre me regañó por mi sucio entusiasmo.
En fin, un lío. Ahora me entero de que en la transición tenía nueve
años.
Neonazis catalanistas
Manuel Molares do Val Periodista Digital 15 Octubre 2012
Seguramente usted no ha visto las imágenes de la agresión de unos
independentistas catalanes a un padre que iba con sus dos hijos,
niño y niña, hacia la concentración del 12 de octubre en la Plaza de
Cataluña, de Barcelona.
Los asistentes querían proclamar su identidad catalana y española,
hispanocatalanista o catalánhispanista. Son imágenes ocultadas por
las principales televisiones, y ni siquiera TVE las emitió en sus
informativos, cuando estaban disponibles en internet.
Acusan a TVE de estar controlada por la derecha, pero sigue el doble
rasero de denunciar extremismo fascista –emitió la llegada de unos
falangistas cuando la concentración hispanocatalanista se había
disuelto--, callando o atenuando a la vez el de la ultraizquierda y
el de los ultranacionalistas, cada día más cercanos al nazismo.
En las imágenes se ve cómo la turba persigue a un hombre alto y
delgado, de unos 35 años, que tiene la fortuna de tener cerca a los
mossos d’esquadra, que lo protegen.
En otro plano aparece el niño, de unos siete años, tratando de
agarrarse a al padre, y la niña, de unos cuatro, con una camiseta de
la Selección Española, llorando asustada y desesperada, rescatada
por unos sanitarios.
Los grandes periódicos catalanes y los nacionales, como “El País”,
ocultaron o escondieron la noticia, pero difundieron fotos de un
independentista sangrando por una pequeña brecha en la cabeza,
víctima de los mossos d’escuadra: era uno de los agresores del padre
de los niños.
La bandera española que llevaban quedó tirada en la calle, y alguien
la arrojó después a un cubo de la basura.
El nazismo empieza así: primero le pega a los judíos aislados, a
poder ser con sus hijos delante, después va a por todos.
Cataluña
Wert: “Me comprometo a una solución viable
para los padres que quieren escolarizar a sus hijos en español”
El ministro de Educación, Cultura y Deporte asume el compromiso con
los padres de los alumnos que, en aplicación de la ley, opten por la
escolarización de sus hijos en español en cualquier parte de España.
Además, Wert se ratifica en sus palabras para “españolizar” a los
alumnos de Cataluña, es decir, transmitirle “la idea de que la
identidad española y la catalana” pueden convivir “armoniosamente” y
de manera compatible.
Redacción www.vozbcn.com 15 Octubre 2012
Entrevista de ‘El Mundo’ a José Ignacio Wert, ministro de Educación,
Cultura y Deporte.
Lejos de esconderse, el ministro de Educación, Cultura y Deporte,
José Ignacio Wert ha aceptado una entrevista en El Mundo para
ratificar su posición respecto al término “españolizar” que la
consejera de Educación de la Generalidad puso encima de la mesa hace
solo unos días y el miembro del Gobierno respondió en el Congreso.
En este sentido, Wert ha señalado que se refirma y no rectifica sus
palabras ni “una coma”, porque, “cuando hablaba de españolizar,
respondía a una afirmación de la consejera de Educación de Cataluña,
que había dicho días antes que el objetivo de esta reforma era
españolizar a los alumnos catalanes, lo contrario que ella quería“.
El ministro de Educación ha recordado que lo que dijo en la Cámara
Baja fue que la intención del Gobierno no es otra que “españolizar”,
es decir, “permitir que el sistema educativo transmitiera a los
alumnos la idea de que la identidad española y la catalana
convivieran armoniosamente y fueran compatibles”.
En esta línea, ha indicado otra vez más que los que consideran el
término “españolizar” como algo negativo o del pasado es que se han
quedado petrificados en “ese pasado franquista”. Y ha concretado:
“No entiendo que hablar de España o españolizar sea un problema para
nadie. No me imagino al ministro de Educación francés insultado si
dice que los niños deben ser buenos ciudadanos franceses”.
Un tema “urgente”
Sin embargo, lo más importante de la entrevista, publicada este
domingo en el diario de Unidad Editorial, es el compromiso que Wert
ha adquirido para que en esta legislatura los padres que quieran que
sus hijos puedan estudiar en español en Cataluña -algo que ya
permite la ley- lo hagan sin necesidad de tener que acudir a los
tribunales de justicia.
¿Usted se compromete a que, en esta legislatura, las familias que
quieran escolarizar a sus hijos en castellano puedan hacerlo?
Yo me comprometo a encontrar una solución viable para que cualquiera
que, como establece la Constitución, quiera ser educado con el
castellano como lengua vehicular lo pueda hacer. Habrá que encontrar
una fórmula y, si es en diálogo con la Administración educativa
[autonómica] catalana, será mucho mejor. Pero hay que dar una
solución para que se cumpla la ley.
¿Y la solución es subvencionar a colegios privados para que enseñen
castellano en Cataluña y Baleares?
Yo no digo que esa sea la solución, pero es una de las posibilidades
que hay. No estamos hablando tanto de inyectar dinero, como de
establecer unos conciertos similares a los que ya existen, pero para
la inmersión. Esto no se puede plantear como una cuestión de
números, porque no lo es. Es una cuestión de libertades. Es igual si
son 10 ó 1.000 familias las que lo piden, porque todos tienen el
derecho a recibir esa educación en castellano.
Para el ministro “este tema es urgente” pero ha admitido que no es
“simple”, por lo que no se ha atrevido a establecer unos “plazos”
temporales dentro del periodo legislativo actual. También ha
descartado la acción de la Alta Inspección del Estado porque, aunque
sí puede detectar infracciones en el cumplimiento de la ley, “no
tiene la capacidad de suplir el déficit que ella misma registra”,
según Wert.
En resumen, y lejos de plantear la asunción de competencias en
materia educativa por parte del Gobierno, el ministro ha señalado
que intentará “que la legislación básica garantice mínimos de
homogeneidad” en toda España, algo que considera que “no es ninguna
aberración ni una enmienda de totalidad a la inmersión”.
Actualmente, la inmersión lingüística en Cataluña se está aplicando
de manera obligatoria en catalán a todo el alumnado de manera que si
los padres pueden escoger, entre las dos lenguas oficiales de
Cataluña, como así establece la ley, el efecto deseado por las
formaciones nacionalistas y todos los consejeros de Educación que
han pasado por la Generalidad quedaría diluido.
La educación no tiene que ser el monopolio de nadie
En relación a la hipotética discusión entre el Rey, Juan Carlos I, y
el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (PP), sobre sus palabras
en el Congreso, el ministro ha zanjado el asunto: “No tengo ningún
inconveniente en insistir en algo que ya ha dejado claro la propia
Casa del Rey: que no ha habido ninguna conversación con Su Majestad
en este sentido. [...] La Casa del Rey lo ha establecido con
claridad“.
Wert ha respondido también a los que desde los últimos días han
estado insultándole y calificándolo de “franquista”. “Tengo una
trayectoria impecablemente democrática y no tengo el menor interés
en ponerme a defenderla. Cuando, estos, los que me llaman
franquista, estaban silentes, yo ya militaba en un partido ilegal,
en Izquierda Democrática. Esto es… de risa“, ha añadido.
Finalmente, ha defendido que la educación en España “no tiene que
ser monopolio ni de los nacionalistas, ni de los conservadores, ni
de los socialistas”, ya que, en su opinión, “debe ser un territorio
lo más alejado posible de la contienda política“. Por lo que no
entiende que la Generalidad utilice la enseñanza para plantear
proyectos secesionistas: “Es algo no deseable”.
******************* Sección "bilingüe"
***********************
Volcarse en Cataluña
EDITORIAL Libertad Digital 15 Octubre 2012
El nacionalismo catalán ha quemado las naves y apostado
decididamente por la independencia. Ya ni siquiera se reparten los
papeles, todos están en lo mismo, en el enfrentamiento total y la
ruptura de España. Hasta Josep Antoni Duran i Lleida, que se ha
pasado media vida ofreciéndose para servir como ministro de casi
cualquier Gobierno de la Nación, da ahora en cerrar sus discursos,
devenidos soflamas, con el grito de "Visca Catalunya Lliure!".
Con su formidable maquinaria de intoxicación y propaganda, el
nacionalismo vocea la especie de que Cataluña es un unánime clamor
por la autodeterminación y la independencia, y esgrime como prueba
atrabiliarios acontecimientos prefabricados como el aquelarre
estrellado de la última Diada.
Pero la realidad es muy otra, como se desprende, por ejemplo, del
más reciente sondeo publicado por La Vanguardia. Ahí encontramos que
los catalanes que no se sienten españoles no son siquiera un tercio,
apenas un miserable 27%, cuarenta puntos por debajo de la cifra que
engloba a quienes se sienten catalanes y españoles: 67%.
Significativamente, el porcentaje de sólo catalanes registra un
abrupto descenso de cinco puntos desde la infausta Diada, mientras
que el de quienes se sienten tan catalanes como españoles ha crecido
seis puntos; en cuanto al de quienes se sienten más catalanes que
españoles, ha caído tres puntos.
Esta encuesta es sólo un ejemplo. Hay muchos más, y más
significativos. En todos los ámbitos: político, económico,
cultural... Y es que, verdadera y afortunadamente, Cataluña no es
esa mole monolítica y áspera que pinta la barahúnda nacionalista.
Así las cosas, en los próximos comicios autonómicos PP y PSOE deben
salir a por todas, con arrojo y sin el menor complejo (¿de qué?). El
PP debe dejar de incordiar a la gente de Ciudadanos, que está
haciendo una labor admirable, y medirse con su auténtico rival, la
desleal, hipócrita y oportunista CiU, que juega la baza de la
responsabilidad pero en los hechos está demostrando ser un tremendo
factor de perturbación e inestabilidad. En cuanto al PSOE, debe
aprovechar la marcha de Ernest Maragall y compañía para, de una
bendita vez, hacer una política plenamente española y enfocada en el
servicio a sus votantes, no a las élites nacional-progresistas, tan
despectivas y altaneras con todo aquello que suene o huela a
cinturón industrial y a España. Por lo que hace a Ciudadanos, debe
seguir siendo lo que es, un corajudo altavoz cívico, una valiosísima
piedra de toque, un acicate. Todos ellos, además, han de hacer de
caja de resonancia de iniciativas procedentes de la sociedad civil
que tengan por objeto reivindicar la españolidad del Principado,
como la emotiva y ejemplar concentración que se celebró el pasado
viernes –Día de la Hispanidad– en la Plaza de Cataluña de la Ciudad
Condal.
Los separatistas no son más ni, mucho menos, mejores. Pero podrían
acabar saliéndose con la suya. Para ello, bastaría con que las
fuerzas españolas –económicas, políticas, sociales, culturales–
cometieran la tremenda felonía de no hacer nada.
El fascismo está inventado
Martín Prieto La Razón 15 Octubre 2012
Goebbels, ministro de Propaganda del III Reich, hizo famosa la tesis
de que una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad.
Enteco, con un pie zambo, de escasa estatura, muy contrapuesto al
ideario ario, le hubiera tocado la eugenesia que predicaba. Pero sus
logros más malignos no estuvieron en el agit-prop sino en Educación
de la que fue también responsable, ideologizando hasta los
parvularios como mera antesala de las Juventudes Hitlerianas: la
raza, la Gran Alemania y el gran espacio vital germano que fue
inyectado en la sangre más joven de la Alemania nazi.
Causa grima contemplar por televisión a unos niños catalanes
reclamando una Cataluña libre, una única patria y balbuceando que la
independencia les bajará los impuestos. Primero descerebraran a los
infantes sumiéndoles en la ignorancia y después les inoculan un
nacionalismo con bocatas de butifarra, porque los jóvenes de hoy
necesitan más mitología y muchas menos ciencias exactas. La
degeneración del romanticismo nacional, que siempre es el primer
amor de un adolescente e inventado en los siglos pasados. Elena
Valenciano acusa al ministro Wert de inconstitucional por animar a
españolizar a los niños catalanes.
La Constitución de 1978 reza que el idioma español es obligatorio en
todo el territorio, pero parece que Doña Elena no tiene tiempo para
leer ni nuestra Constitución. El «Sí» o «Sí» de Arturo Mas resume la
imperiosa voluntad del nazi-fascismo que llevó a abolir la
Constitución italiana y que el rey Vitorio Emanuelle debía preservar
y la historia de la República de Weimar debía sostener al mariscal
Hindenburg. Arturo quiere imponer «trágala perro» con la misma
subnormalidad de Mussolini o Hitler. Estos radicales sobrevaluados
beben la primera mitad del siglo XX. Lincoln advirtió de que de
vencer el sur volverían a dividirse. Aquí no. Euskalerria se expande
en los mapas y a Catalunya sólo le quedan «los países catalanyes»
que incluyen a Valencia, Baleares y también al Rosellón. Nos ha
caído en suerte un secesionismo imperial.
Cataluña
El discurso del miedo
Eduardo Goligorsky Libertad Digital 15 Octubre 2012
Un buen amigo catalán me pregunta cómo es posible que continúe
leyendo La Vanguardia, plagada de patrañas urdidas por los
disciplinados catequistas del secesionismo. Le contesto que el
somatén mediático conserva algunas pocas firmas muy respetables para
cubrir las apariencias de pluralismo, pero que además me interesa,
por un lado, seguir la trayectoria de esas patrañas para ponerlas en
la picota y, por otro, disfrutar de los escrúpulos de aquellos
colaboradores que, sin abjurar de su catalanismo, pero guiados por
la racionalidad, ponen reparos a la política aventurera de la
nomenklatura rupturista, precisamente porque ven en dicha política
el desencadenante de males irreparables para España y, dentro de
ella, para Cataluña.
Metedura de pata
En mi artículo "Adéu, Unión Europea" reproduje la lista de miedos
que, según Francesc-Marc Álvaro (LV, 27/9), sembramos quienes no nos
dejamos encandilar por el espejismo de la mítica Ítaca. La repito:
Miedo al aislamiento internacional, miedo a la fractura social,
miedo a la decadencia económica, miedo a la deslocalización
empresarial, miedo a la exclusión cultural, miedo a repetir la
tragedia balcánica, miedo al caos y al precipicio.
También repito que la panacea que Álvaro recetaba para tantos miedos
era la ilusión. Pero hay que ser muy ingenuo para dejarse engatusar
por los consejos de este retrógrado militante. ¿Retrógrado? El 24/9,
Álvaro se burlaba del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel
García-Margallo, porque al abordar la hipótesis del divorcio entre
Cataluña y España citaba a Francesc Cambó:
Que un diplomático exhiba una bibliografía tan obsoleta sobre
Catalunya es muy revelador. ¿Cómo quieren entender lo que pasa si
todavía echan mano de Cambó?
¡Qué metedura de pata! Todos los argumentos que los cofrades de
Álvaro, y él mismo, esgrimen para justificar sus pretensiones se
remontan a hechos históricos perdidos en la noche de los tiempos: el
Imperio Carolingio, la Marca Hispánica, el régimen austracista, el
escurridizo Rafael Casanova, Prat de la Riba. Artur Mas se jacta
(LV, 6/10):
Catalunya ha sido siempre una nación de Europa, fundada como parte
del imperio de Carlomagno.
Comparado con estas antiguallas, Cambó es un dechado de modernidad.
Visca Cambó!
Seamos piadosos con Álvaro. No hace más que cumplir con su función
de lenguaraz cuando exhorta a desechar el miedo y abrazar la
ilusión. Fue Artur Mas quien sentenció urbi et orbi, en el discurso
que pronunció para convocar a elecciones (LV, 2/10):
No se puede hacer callar la voz de un pueblo y de una nación a base
de introducir el miedo, porque quien lo haga se está retratando en
el ámbito interno e internacional.
La palabra miedo la repite otras dos veces en el mismo discurso,
para desacreditarlo como recurso dialéctico. En vano. El miedo crece
en los círculos informados de la sociedad catalana, y crecerá aun
más cuando los ciudadanos se asomen a la realidad y vislumbren el
abismo económico y social hacia el que los empujan los fanáticos.
Oportunidad de discrepar
La alarma cunde entre los catalanistas veteranos, los que han
trabajado sin hacer aspavientos demagógicos por una Cataluña
próspera y encuadrada en los valores de Occidente, valores que
excluyen las manías identitarias y la hostilidad al otro. Después de
recordar a los periodistas e intelectuales que acudieron a España
para apoyar a la República durante la Guerra Civil, Lluís Foix
advierte (LV, 4/10):
No sería saludable volver a acaparar la atención por hechos
conflictivos o por decisiones épicas de gobiernos y partidos en los
que no se respira ni la más leve discrepancia. Ya sé que me dirán
que estoy instalado en el discurso del miedo. Lo único que pretendo
es vivir en mi país teniendo la oportunidad de discrepar de lo que
sea y cuando quiera. Sólo eso.
Y el mismo periodista clama (LV, 25/9):
Ya sé que en estos momentos eufóricos cualquier palo en la rueda
desde el respeto a todos puede ser interpretado como una invocación
al miedo. La historia se inventa y todo es posible. Pero conseguir
la independencia en contra de España lo veo altamente improbable. Y
sin el concurso de Europa, también.
El miedo que Mas, Álvaro y los secesionistas enragés intentan
conjurar para que no se frustre su involución carolingia o
austracista anida en las cabezas pensantes. Confiesa el novelista
Javier Cercas (LV, 26/9):
Cuando oigo decir que nos adentramos en territorio desconocido me
pongo a temblar. Para los artistas y los científicos es necesario
hacerlo para encontrar lo nuevo. Pero los políticos deben saber
dónde ponen el pie o nos despeñamos todos. Eso me da miedo. Y
reivindico el derecho a tener miedo. Mi padre nos dejó un país muy
arregladito y no quiero dejarle a mi hijo un desastre. No soy
independentista, no veo dónde nos llevará, y como no lo veo, no lo
soy.
Basta de lamentaciones. Vayamos a lo que el presidente argentino
Hipólito Yrigoyen llamaba, en su extravagante jerga, "las
efectividades conducentes". Leo (LV, 6/10):
Joaquim Gay de Montellà, presidente de la patronal catalana Foment
del Treball, cuestionó ayer que este momento de "severa crisis
económica" sea el más adecuado para "plantear cambios
institucionales tan importantes" como las aspiraciones soberanistas
de Catalunya, cuando las empresas necesitan que "los debates
políticos se dirijan con responsabilidad" y "no sean obstáculos
añadidos a los proyectos empresariales".
El presidente del grupo Planeta no pudo ser más claro cuando anunció
que si Cataluña se declaraba independiente, sus empresas se mudarían
a Madrid, Zaragoza o Cuenca. ¿Quién dijo miedo?
Desde la caverna
He confesado muchas veces que soy analfabeto en economía, por lo
cual no opino sobre este tema. Sin embargo, no puedo ocultar el
miedo –¡otra vez el discurso del miedo, señores secesionistas!– que
me produjeron dos análisis que leí el mismo día 7/10 en el
suplemento de economía "Dinero", de La Vanguardia, y que incluso yo,
desde mi ignorancia, entendí. Escribe el economista Alfredo Pastor,
con énfasis en lo político:
La búsqueda del Estado propio en el seno de la Unión Europea que
propone el presidente Artur Mas tiene, a mi modo de ver, más de
ilusión que de proyecto firme. Si una consulta claramente formulada
y bien administrada entre los habitantes de Catalunya diera una
mayoría confortable a favor del Estado propio, habría que proponer
al Parlamento español una reforma constitucional que permitiera la
secesión; el resultado sería negativo, y no necesariamente por
motivos económicos: a muchos les dolería, como a mí, ver que
Catalunya deja de ser parte de España.
Este sería el final del trayecto según la legalidad española.
¿Podríamos invocar la otra legalidad, la europea? No lo creo: los
europeos, que desde luego nos observan atentamente, no considerarían
que hubiera materia para una intervención contra la voluntad
democráticamente expresada de los ciudadanos de un Estado miembro de
la Unión Europea: no puede hablarse de una violación flagrante de
los derechos humanos de los catalanes. Quedaríamos, pues, al final
de un trayecto lleno de sinsabores, en un limbo legal y en un
purgatorio político.
En la página siguiente escribe el profesor Joaquim Muns, con énfasis
en la economía:
Creo que cabe extraer tres conclusiones principales de este
artículo. La primera es que no se puede ignorar, simplificar y menos
idealizar las consecuencias económicas de un eventual proceso de
independencia de Catalunya. Segundo, que los estragos de la crisis
pesarían severamente en las cargas que un futuro Estado catalán
tendría que asumir al iniciar su singladura. Así, sería muy probable
que Catalunya tuviera, de entrada, una deuda pública, entre propia y
heredada, superior al 50% del PIB. Tercero, sin una información
fidedigna y rigurosa y una aportación reflexiva y serena de todos,
especialmente de los responsables políticos, es imprudente y
peligroso tomar una decisión del calibre de la independencia de
Catalunya.
Desde la caverna del secesionismo carolingio y austracista, o sea
retrógrado, se tilda estas opiniones de "anticatalanas". Pero ¿los
anticatalanes no serán quienes están llevando alegremente Cataluña
al limbo legal, al purgatorio político y al desastre económico?
Cuando ocurra lo peor, se excusarán diciendo: la maté porque era
mía.
"Xurde, yo también quiero la independencia"
Xurde Rocamundi www.lavozlibre.com 15 Octubre 2012
Empresario y fundador no militante de Ciutadans
Este viernes, como no podía ser de otra manera, estuve en la Plaza
Cataluña. Os confesaré algo: me emocioné. Después de saludar a Pepe
Domingo y a Alicia Sanchez Camacho, ver en la distancia a Albert
Rivera, Francisco Caja, Albiol, y a otros muchos, en este caso
anónimos para el público en general, pero que llevan un montón de
años en la lucha contra el nacionalismo imperante, me encontré con
un asturiano. Se acercó a mí porque yo portaba una bandera azul con
la cruz de los ángeles. Entablamos conversación y cierta complicidad
en poco tiempo, y me confesó lo siguiente: "Xurde,yo también quiero
la independencia".
Ante mi estupor, sonrió y me contó: "Mis padres paternos eran
asturianos,pero mi padre nació en Madrid. Vivió allí hasta los 8
años. Mi madre es asturiana de pura cepa y trajo al mundo a mis tres
hermanos mayores en Oviedo. El pequeño y yo nacimos en Barcelona. El
prolífico primogénito tiene cuatro hijos de dos señoras diferentes:
una andaluza de varias generaciones, con quien tuvo dos hijos, y con
la otra, una catalana, otros tantos. Su mujer actual, catalana,es
viuda,aportando una hija de andaluz, a la cual hemos acogido como
una sobrina más. La esposa del mediano es mañica, siendo padres de
dos chavales. La del pequeño, asturiana, con la que tiene dos hijos
más. Mi exmujer, madre de mi niña, extremeña.
Y mi pareja actual, cartagenera. ¿Cómo puedo odiar a España? ¿Como
puedo renegar de Cataluña?"
"En mis ciscunstancias estamos inmersos más de tres millones de
catalanes. Arturito, ¿de qué Catalunya estás hablando? ¿De la
endogámica, uniforme y homogénea que pretendes vender en el
exterior, o de la real conformada por todos los hijos de esta,
nuestra tierra? Xurde, a lo largo de mis 46 años he conocido mucha
gente, he hecho grandes amistades, e incluso con algunos negocios.Y
cito: Bargalló, Giró, Xapelli, Rosell, Pascual, Bornay. Como también
Garcia, Gómez Castro, Meléndez, Montenegro, etc. Y con todos me he
llevado estupendamente. Nos hemos reido, hemos llorado, trabajado,
compartido, convivido... Entre todos hemos hecho grande esta
Cataluña. Pero insisto: ¡ENTRE TODOS!", prosiguió.
"Y pregunto: Arturito, ¿qué pretendes? ¿Que cuando vaya a la tierra
de mis padres lo haga como extranjero, o cuando vengan mis primos de
visita a verme lo hagan en calidad de guiris? O peor aún: ¿un
conflicto social, una batalla campal entre padres y abuelos con
fuertes lazos con el resto de España, contra hijos y nietos
adoctrinados en vuestras escuelas a los que habéis despojado de su
historia y raíces, imponiéndoles las vuestras como propias? ¡Pues no
lo voy a consentir! ¡Vosotros Xurde, no lo podeis permitir!
¡Nosotros, no lo podemos permitir! ¡Nooooooo.....!", exclamó.
"Estamos aquí sin que nos hayan puesto autocares, sin el apoyo y
seguimiento de TV3, La Vanguardia o el Periódico de Catalunya. Y
mira por donde somos miles. Habrá comparaciones, incluso mofa, se
reirán de nosotros. Sin embargo, les damos miedo. Tienen miedo
porque ha surgido de forma espontánea por medio de ciudadanos
corrientes. Saben que calará en todos aquellos que hasta ahora han
permanecido en silencio. A partir de ahora empezará el efecto 'bola
de nieve'. Es la primera, espero y deseo no sea la última.
Xurde, ayúdame a ponerme en contacto con los organizadores e
invitarlos a preparar la próxima para el 6 de Diciembre, el Día de
la Constitución", me pidió.
"Xurde, como te decía al principio,yo también quiero la
independencia: ¡La INDEPENDENCIA de un padre para elegir la
educación de sus hijos! ¡La INDEPENDENCIA de los jueces para poder
juzgar los chanchullos de los nacionalistas! ¡La INDEPENDENCIA de la
prensa, las televisiones, para informar! ¡La INDEPENDENCIA de los
comerciantes para rotular como les de la real gana!", concluyó.
Después de escucharle con atención,no pude más que darle la razón.
Yo también quiero LA INDEPENDENCIA. ¡VISCA ESPANYA,VIVA CATALUÑA...
Y PUXA ASTURIES!
Autonómicas 2012
Mas reconoce indirectamente que se
adoctrina en las escuelas de Cataluña
“Lo que se piensan [en el Gobierno] es que nosotros hemos de
explicar la historia de España como ellos la querrían explicar y,
efectivamente, en la escuela catalana se explica la historia de
España como un Estado plurinacional y no la de la una, grande y
libre”.
Agencias / Redacción www.vozbcn.com 15 Octubre 2012
El presidente autonómico en funciones y candidato de CiU a la
Generalidad de Cataluña ha reconocido indirectamente, este domingo,
que en las escuelas de Cataluña se adoctrina. En respuesta a las
palabras del ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio
Wert (PP), que aboga por “españolizar” a los alumnos para que se
sientan con normalidad e igualdad catalanes y españoles, Artur Mas
ha indicado que en la Comunidad se enseña la historia de España como
“un Estado plurinacional”.
Al margen de que España sea o no un Estado plurinacional, término
que no se recoge en ningún texto legal, con estas declaraciones, Mas
viene a reconocer que la Generalidad adoctrina a través de las
escuelas y no enseña la historia de España como se define desde el
Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y así lo hacen las normas
legales.
Mas acusa a Wert de enseñar la historia como la de “una, grande y
libre”
“Lo que se piensan [en el Gobierno] es que nosotros hemos de
explicar la historia de España como ellos la querrían explicar y,
efectivamente, en la escuela catalana se explica la historia de
España como un Estado plurinacional y no la de la una, grande y
libre”, ha manifestado el líder de CiU. Para añadir, seguidamente:
“Esta no se explica”.
De esta manera, Mas considera que el Gobierno quiere explicar la
historia de España como durante el régimen franquista, cuyo lema era
el de “una, grande y libre”. Mas, además, ha defendido el sistema de
inmersión lingüística obligatoria en catalán que se aplica en las
escuelas, un modelo que considera de éxito.
También ha entrado en el tema Josep Antoni Duran i Lleida, durante
su intervención en el Consejo Nacional de CiU, que ha aprobado las
listas de la federación de cara a la cita electoral del próximo 25
de noviembre.
“Se ha hablado de españolizar Cataluña. Sinceramente, creo que a
todos juntos les iría mejor que intentaran catalanizar un poco
España. De otra manera les irían las cosas…”, ha indicado el
portavoz de CiU en el Congreso. Su intervención ha finalizado con el
grito: “¡Visca Catalunya lliure!“.
“Una misión histórica”
Por otro lado, Mas también ha animado a los militantes y
simpatizantes de CiU para que tengan en cuenta y presente que
durante la próxima legislatura autonómica, si su federación consigue
ganar con mayoría absoluta, convocará un referendo secesionista
aunque sea de forma ilegal.
Se hará dentro de este periodo, cuatro años, ha asegurado. “Por las
vías legales hay muchas maneras de consultar a un país [por
Cataluña], pero la consulta se hará“, ha zanjado. Para Mas, está
llamado a culminar “una misión histórica” (se ha calificado como “un
servidor”), como es la de avanzar hacia la independencia de Cataluña
“a través del derecho a decidir”. Un proyecto que, según su opinión,
“Cataluña afronta por primera vez en 1.000 años y de tres siglos de
agachar la cabeza y pedir perdón”.
Finalmente, el Consejo Nacional de CiU ha nombrado a Mas como
candidato a la Generalidad por cuarta vez consecutiva. Sin
sorpresas. Las dos primeras ocasiones, pese a ganar la cita
electoral en 2003 y 2006, no pudo formar gobierno.
Galicia
La Xunta inyectó 15 millones de euros en
los medios de comunicación durante 2010
Praza.com - Santiago /www.eldiario.es/galicia 15 Octubre 2012
Una noticia irritó especialmente a la cúpula del PP en la primera
semana de la presente campaña electoral. La salida a la luz pública
del informe que el Consello de Contas prepara para analizar las
finanzas públicas del año 2010 -el organismo realiza esta evaluación
anualmente- en el que se detecta el "desplazamiento" de más de 400
millones de euros en facturas para el ejercicio del año 2011 provocó
airadas reacciones en el seno del Gobierno gallego y del partido que
lo sustenta. Además de esa supuesta ingeniería contable el informe
del organismo fiscalizador, instruido por el que había sido
conselleiro de Economía de Manuel Fraga, José Antonio Orza, y a cuyo
contenido tuvo acceso Praza Pública, permite observar también la
manera de proceder del gabinete de Alberto Núñez Feijóo en uno de
los aspectos más controvertidos de la gestión de los sucesivos
Ejecutivos gallegos: las ayudas a los medios de comunicación. Y un
vistazo a los cuadros económicos da lugar a una suma fácil: en 2010
la Xunta inyectó 15,2 millones de euros públicos en empresas
privadas de comunicación.
Cuando retornaron a la Xunta los conservadores lo hicieron con un
programa electoral en el que se comprometían a desterrar las
prácticas opacas sobre la prensa. Así, prometían que la "política de
ayudas a los medios de comunicación" pasaría a tener un "soporte
legal, como sucede en la mayoría de los países europeos" y las
subvenciones y demás aportaciones económicas disfrutarían siempre de
"transparencia". Pero la legislatura pasó y ese soporte legal no
llegó, como tampoco lo hizo la prometidísima Ley de Publicidad
Institucional. Por este motivo el informe del Consello de Contas
parece ser la única vía para comprobar lo reparto de dinero entre
los medios y las vías por las que se hace.
De esos 15,2 millones de euros sólo 1,7 millones se asignaron
"mediante convocatoria pública en régimen de concurrencia
competitiva" (Capítulo IV). El resto se hicieron en procedimientos
escasamente transparentes y a los que el común de la ciudadanía no
puede acceder. Así, 2,3 millones corresponden a “suscripciones,
suministro de ejemplares e inserciones publicitarias" (Capítulo II).
En este capítulo destaca la aportación realizada por la Xunta a La
Voz de Galicia, que supera los 1,3 millones de euros, y supone más
de la mitad del total. El segundo periódico que más recibe en esta
categoría es El Correo Gallego, con poco más de cien mil euros.
55.885 euros derivan de "subvenciones de capital" (Capítulo VII) y
el grueso del gasto, 9,65 millones (Capítulo VI), son gastos
"derivados de convenios de colaboración con distintas consellerías",
esto es, de la compra de espacios informativos por parte del
Gobierno, que inserta mensajes propios presentadas como noticias, y
también de la contratación de anuncios publicitarios.
¿Y, quien recibe este dinero? Las inyecciones monetarias de la Xunta
fueron a parar 23 empresas de comunicación, si bien algunas de ellas
pertenecen a los mismos grupos empresariales. El registro de
aportaciones económicas está encabezado por La Voz de Galicia S.A.,
que recibió 3,5 millones de euros, la mayoría por suscripciones y
convenios. Para hallar la cantidad total que recibe la empresa con
sede en Sabón hace falta sumar el dinero recibido por su división de
internet, Canal Voz (277.839 euros) y por la Fundación Santiago Rey
Fernández-Latorre (243.120 euros). La suma llega, de este modo, a
los 4 millones de euros. A este montante hay que añadirle, además,
lo que recibió no en su calidad de medio de comunicación, sino como
"empresa privada", 655.628 que dan lugar al resultado de 4,6
millones de euros en un sólo año.
No es La Voz la única cabecera a la que la Xunta le entregó fondos
públicos a través de las diferentes empresas del grupo o por vías
diferentes: la de "medios de comunicación" y la de "empresas
privadas". Así, por ejemplo, Faro de Vigo ingresó 1,15 millones como
medio y 233.519 euros más como empresa, y la Editorial Compostela
-editora de El Correo Gallego- recibió 1,6 millones en su empresa
matriz por ser un medio, 205.585 a través de su filial Código
Televisión y 276.121 euros más como "empresa privada". El Grupo El
Progreso recibió algo más de 2 millones, bien directamente o por la
actividad informativa de Diario de Pontevedra, la Axencia Galega de
Noticias o De Luns a Venres. Y La Región algo más de millón y medio
a través de la cabecera ourensana y del Atlántico Diario. En la
lista, que sólo recoge los medios que recibieron más de cien mil
euros, llama la atención la completa ausencia de algunas cabeceras
como El País o el Xornal de Galicia.
El reparto del último año del bipartito
Pero, ¿son inéditas estas prácticas o exclusivas del Gobierno del
PP? En sentido estricto, no. Un vistazo al informe del Consello de
Contas correspondiente al año 2008, el último completo del mandato
del bipartito, muestra que el Ejecutivo de PSdeG y BNG también
distribuía cantidades nada despreciables entre los medios. Entonces
los fondos repartidos llegaron a los 25 millones de euros entre 38
empresas de comunicación, de los que el 11,6% se repartieron por la
vía de las subvenciones públicas y, el resto, por los dichos
procedimientos opacos (suscripciones, convenios y publicidad).
A la hora de comparar con el año 2010 uno de los primeros datos que
coinciden son los nombres de las principales receptoras de ayudas y
las cuantías de estas. Así, como en 2010, en 2008 también encabezaba
el registro La Voz de Galicia, S.A., que a través de sus filiales y
por todos los dichos conceptos llegó a ingresar 6,9 millones de
euros públicos en un sólo año. Toda vez que entonces esta empresa se
encargaba también de imprimir el Diario Oficial de Galicia (DOG) por
un importe de 1,9 millones de euros al año cabe concluir que las
ayudas fueron de unos 5 millones de euros. En 2010, con 15 empresas
menos en el reparto, sólo recibió 400.000 euros menos, case la
tercera parte del total.
La suspensión del contrato de impresión del DOG que antes
correspondía a La Voz de Galicia (en abril de 2011 dejó de
imprimirse) se vio compensado por el incremento del capítulo de
"suscripciones, suministro de ejemplares e inserciones
publicitarias" para el periódico coruñés, que pasó de 131 mil euros
en 2008 a los 1,3 millones de 2010.
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