¿No hay margen (para bajar impuestos) o lo
que no hay es voluntad?
Antonio España El Confidencial 28 Mayo 2013
Seguramente conocen ustedes el personaje de cómic —lo que en otra
época llamábamos tebeo— creado por Francisco Ibáñez llamado
Sacarino, que era botones de una empresa editorial y que se
caracterizaba por sus ocurrencias, siempre bienintencionadas, pero
siempre abocadas a algún tipo de desastre.
Como en aquella historieta en la que, en pleno verano y con todo el
mundo en la oficina asfixiado por las altas temperaturas, a nuestro
protagonista no se le ocurre otra cosa que encender la calefacción
al máximo, razonando que así notarían con alivio un agradable
frescor tras apagarla de golpe. ¿No les recuerda esta imagen a la
política tributaria de este Gobierno, que sube los impuestos cuando
más asfixiados estamos y pretende no bajarlos hasta que nuestra
maltrecha economía se recupere?
Así, hemos podido escuchar a Luis von Guindos declarar que bajarán
los impuestos cuando la economía dé señales claras de recuperación.
Es decir, que la medicina mejor suministrarla cuando el paciente se
haya curado. Y también varias veces insistió Cristóbal Taxman
Montoro la semana pasada en que no hay margen para bajar los
impuestos.
Pero no es cierto que no haya margen para reducir la carga
tributaria de los españoles. Cuando continuamos con un Estado de un
tamaño aún superior al que tenía en los años de vino y rosas de la
burbuja, es evidente que existe recorrido todavía para reducir el
inmenso gasto político. Lo que no hay es voluntad. Demostrando su
lealtad al sillón que ocupan ellos y sus allegados, se niegan a
retornar, como mínimo, a la situación previa a las treinta subidas
de impuestos perpetradas por este Gobierno, depredador del esfuerzo
y del ahorro de los españoles.
No sólo no es verdad que no sea posible bajar los impuestos sin
incurrir en más déficit, es que, además, dejando de un lado la curva
de Laffer, es muy preocupante que realmente piensen que ya han
acabado con el despilfarro del dinero público. Ese dinero que tanto
esfuerzo y tantas horas nos ha costado ganar a quienes aún tenemos
la suerte de trabajar.
Porque ¿puede decirse que no hay margen cuando los políticos van a
extraer cerca de 1.900 millones de euros del fruto de nuestro
trabajo para meterlos en las televisiones públicas este año 2013?
¿Puede algún político decirme qué servicio público esencial presta
una cadena autonómica más allá de ofrecerle al político regional de
turno la oportunidad de salir en la tele entre concurso y concurso
de cantos y bailes regionales? Si quieren tener sus 15 minutos de
gloria televisivos, que acudan a Cifras y Letras, pero que dejen de
pagarse su promoción personal con nuestros impuestos, ¿no creen? ¿Ha
hecho algo este Gobierno al respecto? No, luego sigue existiendo
margen.
¿Puede decirse que no hay margen cuando desde enero de este año y
hasta la fecha el Boletín Oficial del Estado ha recogido ya casi
5.000 millones de euros en subvenciones, según el minucioso peinado
del BOE realizado y relatado por la cuenta de Twitter
@BOESubvenciona? ¿Puede algún miembro del Gobierno justificar que es
absolutamente imprescindible dedicar 200.000 euros a “fomentar la
cultura de defensa” (sic)? ¿O algo más de 4 millones de euros a
diversos proyectos del programa La Juventud en Acción entre los que
encontramos actividades tan esenciales para todos como el street
dance (16.900 euros a una asociación determinada) o “la gestión de
inéditos viables”, sea esto lo que sea (16.000 euros a una
asociación en concreto).
Alguno de ustedes podrá pensar que son cantidades pequeñas y
anecdóticas. Y están en lo cierto. Pero les propongo que hagan el
siguiente experimento mental. Imaginen que en un ejercicio inédito
—no sé si viable o no— de transparencia, el Ministerio de Hacienda
en su información fiscal comenzara a añadir un extracto
identificando las partidas concretas a las que ha aplicado el dinero
de sus impuestos. ¿Qué pensaría usted si le hubieran tocado los
16.000 euros de los street dancers o los 10.000 de alguna de las
muchas asociaciones de Boy Scouts subvencionadas?
¿Puede decirse que no hay margen cuando seguimos teniendo la
Administración trufada de hermanos, primos, cuñados y amigos en
puestos eventuales, comúnmente conocidos como 'de confianza'? Ya les
hablé de ello hace algo menos de un año y les di algunos ejemplos
("Por qué no baja la prima de riesgo: medidas coyunturales para
problemas estructurales", 24/07/2012). ¿A ustedes les consta que el
Gobierno haya hecho algo al respecto para reducir drásticamente el
número de eventuales en todos los niveles y caiga quien caiga? A mí,
no. ¿Puede Montoro, actual ministro de Administraciones Públicas
además de Hacienda, presumir de que no hay margen para bajar más?
¿Puede decirse que no hay margen cuando seguimos teniendo el mismo
nivel de duplicidades entre los diferentes niveles de la
Administración que había en los años de esplendor inmobiliario?
Hasta donde yo sé, seguimos esperando la anunciada reforma. Por
tanto, ¿no hay margen o lo que no hay es voluntad de eliminar, por
ejemplo, las Diputaciones por el impacto que tendría en el reparto
de cargos públicos en Andalucía, donde el Partido Popular disfruta
de una posición que no tiene en la Junta?
¿Y las 'embajadas autonómicas'? ¿Y la publicidad institucional? ¿Y
las empresas públicas? ¿Y …?
Es decir, la política fiscal impuesta por Mariano Yalopensarémañana
Rajoy a los españoles —impuesta, sí, porque la mayoría de sus
electores votaron precisamente lo contrario— no es la única
alternativa posible y no es cierto que no tengan margen. Este
Gobierno está actuando como un mal doctor que pone a dieta a una
persona enferma de anorexia, y le promete aliviarle el severo
régimen cuando compruebe que está empezando a engordar. Y todo no
por un diagnóstico erróneo, sino para seguir comiéndose él la comida
que le corresponde a su paciente.
Verano de 2013, el verano sin PP
Pedro de Hoyos Periodista Digital 28 Mayo 2013
Andan las webs más adelantadas afirmando que 2013 será el año sin
verano, que vamos a tener que soportar el verano más frío desde hace
más de cien años. La verdad es que no consigo preocuparme; a mí me
preocupan cosas como que Beatriz Talegón diga que Cuba es una
democracia porque hay elecciones. Sería para echarse a temblar… si
esta buena mujer fuera alguien. Yo todavía confío en la sensatez de
las bases del PSOE para que la detengan inmediatamente y la expulsen
del partido por franquista. Porque si se trata de elecciones…
también Franco las celebraba. Con su panda de amigos, prohibiendo a
los disidentes, como Castro. Coño, qué casualidad, los dos “son”
gallegos.
El calor del verano por lo general me puede, me debilita y me
derrite; no hay mejor sitio en el mundo que mi casa y media docena
de ventiladores soplando a destajo. Me entra una desgana que ríanse
ustedes de Rajoy y su falta de iniciativa, de respuesta y de
soluciones. Eso sí, yo tengo claro que nadie de mi casa va a tirar
piedras contra mí, yo no tengo a ningún Aznar entre mis familiares,
nos llevamos todos razonablemente bien sin que nadie se tire España
a la cabeza. Vamos, que no hay ningún militante del PP entre los
míos, que yo sepa.
Hace ya mucho que escribí sobre las posibilidades de que el PP se
rompiera, sobre las escasas posibilidades de que eso suceda, quiero
decir, y de lo bien que vendría a España. Casi en cualquier otro
país los apoyos sociales que tiene el PP están divididos entre dos
partidos diferentes. No es que con ello arreglemos este verano
indecente que dicen que se nos avecina, pero si así contribuimos a
que desaparezcan los actuales partidos… eso que salimos ganando.
Este sistema de “ahora mando yo y mañana mandas tú” nos ha llevado a
un sucedáneo barato de democracia, a un sucedáneo barato de derecha
y a un sucedáneo barato de España.
Rajoy ha hecho de su capa un sayo y dice que las reglas las marca
él, que el verano será como él diga y no como estaba programado por
el partido. Este PP que no es chicha ni limoná nos ofrece un verano
que no será, un programa que no está y una derecha que no es porque
le da vergüenza que se lo llamen a la cara. O porque tiene miedo de
mirarse en el espejo y, vade retro, reconocerse de derechas. Eso
jamás. En vista de lo visto a mí me encantaría que saltara el PP en
dos partidos, a ver si cunde el ejemplo y se desmenuzan todos –o
casi- en partidos taifas hasta que Merkel mande parar. O hasta que
no quede ningún español sin emigrar.
Y mientras tanto los partidos alternativos no ofrecen alternativa,
ustedes perdonen la redundancia; continúan agazapados en las
encuestas sin reventar el grano de la desilusión social. Quizá, si
tenemos la suerte de que en agosto haga frío y de que llueva a
mogollón, la gente esté tan harta de no poder ir a la piscina que
monte una revolución contra el sistema. A la gente lo único que le
calienta las criadillas es que le priven de vacaciones en el Caribe
o de fútbol. Dado que de lo del Caribe ya hace tiempo que nos hemos
olvidado, como no podamos tampoco ir a la pisci del barrio España
arderá por los diecisiete costados. No en vano últimamente hay
fútbol todos los días, aunque sea de pago.
Y de lo que ocurra con el PSOE me ocuparé otro día que venza la
pereza; desde que en el PSC les eligieron a Zapahuero como candidato
he perdido la esperanza. Tienen que caer muy bajo para regenerarse y
me temo que lamentablemente no sucederá. Tampoco esto, quiero decir.
El chalaneo autonómico.
Vicente A. C. M. Periodista Digital 28 Mayo 2013
No puedo soportar el vergonzoso espectáculo que está dando el PP con
el chalaneo de lo que llaman el déficit flexible autonómico. Un
sistema que premia a las autonomías que más derrochan y castiga a
las que han cumplido o casi,con el límite de déficit impuesto por el
Gobierno para el anterior ejercicio. No es de extrañar el que el
consenso sea una misión imposible, salvo que existan pactos en forma
de compensaciones en "B" que igualen la flexibilidad con la que se
quiere favorecer a Cataluña, Valencia o Murcia.
Pero hay que partir de la base del cuento chino de la "solidaridad
inter territorial" para entender que ese concepto acaba desde el
momento en que Cataluña se considera con derecho a tener un balance
cero con el resto de España, bajo la premisa de que les robamos y
que no tienen por qué mantener a un pobrecito extremeño. La única
realidad es que si Cataluña necesita más recursos es porque no están
dispuestos sus dirigentes secesionistas a renunciar a su descarado
independentismo acelerado. En el caso de Valencia o Murcia, su nivel
de endeudamiento es de tal magnitud, que se encuentran de hecho en
banca rota. La solución es simple, la devolución al Estado de
competencias y la reestructuración completa de las autonomías hasta
un nivel de administración viable.
La única forma de controlar el gasto es la asignación directa de los
fondos a los capítulos presuspuestados, habiendo pasado estos por el
tamiz de la aprobación del Gobierno. Es más, este requisito debería
ser obligatrio para cualquier autonomía que requiera fondos
adicionales. El Estado debe convertirse en el controlador de la
correcta asignación de los recursos y las Autonomías pasar a ser
meros ejecutores. Durante esta etapa de crisis, deben quedar en
suspenso todos los proyectos que no estén sustentados por partidas
presupuestadas con datos realistas y no basados en suposiciones de
ingresos.
La reunión de Rajoy con los "barones" del PP autonómicos es
políticamente indecente y anti democrática, porque aquí no valen las
mayorías, ni los acuerdos bilaterales, sino el concepto igualitario
que garantiza la Constitución. El chalaneo y las componendas opacas
a la opinión pública, evidencian el desprecio por la ciudadanía, por
la Constitución, así como una actitud de cobardía y rendición ante
el secesionismo catalán. España es un reino lleno de taifas
regionales donde el Estado, representado por el Gobierno, ni se
respeta, ni se obedece. Y eso es culpa y responsabilidad exclusiva
del Gobierno.
Hay ya demasiados temas que están poniendo a prueba la paciencia de
los ciudadanos. La liquidación del fondo de garantía de pensiones
comenzado por zapatero y terminado por Rajoy, la bajada y futura
congelación de las pensiones desligándola del IPC empobreciendo a
los millones de pensionistas, el aumento sostenido de toda clase de
impuestos a nivel estatal, autonómico y local, el nulo impulso del
crédito a empresas y PyMEs con el incremento imparable del paro, la
desprotección social y la falta de creación efectiva de empleo.
Demasiadas medidas con consecuencias anti sociales, mientras se
permite mantener el despilfarro autonómico y no se plantea la
reforma estructural del sistema autonómico y local.
La casta política está llevando a la ciudadanía a la desesperación.
Dicen que los españoles somos gentes con tendencia al pasotismo y a
la pasividad,acostumbrados a siglos de mangoneo y dictaduras. Pero
la desesperación y la indignación pueden tener consecuencias
imprevisibles. No se debería jugar con ellas.
El precio de contentar a CiU a costa del PP
EDITORIAL Editorial Libertad Digital 28 Mayo 2013
La presentación en el Parlamento de una colección de biografías
políticas editadas por la fundación que preside fue aprovechada por
José María Aznar para poner nuevamente de relieve la necesidad
imperiosa de invertir el rumbo que Rajoy ha imprimido a su Gobierno.
Con menos desdén que en la entrevista televisiva de la pasada
semana, seguramente en atención a las circunstancias propias del
acto y el lugar en el que se estaba desarrollando, el expresidente
del Gobierno volvió a insistir en los principios básicos del Partido
Popular que, en el terreno económico, estaban basados
fundamentalmente en la defensa de las clases medias a través de la
moderación fiscal, el control del déficit y una política severa de
reducción del gasto público. Si esas tres medidas demostraron su
eficacia cuando España tenía que afrontar el reto de su entrada en
el euro, con mucha mayor razón son exigibles en unos momentos como
los actuales, en los que la crisis económica azota con especial
virulencia a los sectores productivos del país con el agravante de
una política fiscal llevada por el gobierno hasta límites
confiscatorios.
Pero como ayer señaló Aznar nuevamente, los problemas actuales de
España no residen únicamente en una política económica contraria a
las necesidades acuciantes del país. Por debajo de ese programa
desnortado que hace trizas la trayectoria del PP en lo económico se
adivina la necesidad de Rajoy de contentar a las fuerzas
secesionistas, aunque para eso tenga que agraviar hasta lo obsceno
al resto de los españoles. Es lo que se ha podido comprobar una vez
más con el intento de Rajoy de aglutinar en torno a él a los
presidentes regionales pertenecientes a su partido, la mayoría de
los cuales están dispuestos a no transigir con los escarnios
asimétricos con los que lleva ya tiempo amenazando su ministro de
Hacienda, el inefable Cristobal Montoro.
Es una injusticia clamorosa que aquellas comunidades autónomas que
han cumplido con sus compromisos de reducción del déficit se vean
perjudicadas en beneficio de aquellas con dirigentes más incapaces.
No otra cosa es ese "déficit a la carta" pretendido por el
Ministerio de Hacienda para ampliar el margen de despilfarro de las
regiones que han demostrado una mayor indisciplina presupuestaria,
con Cataluña en lugar destacado. Porque, en realidad, el liderazgo
de la comunidad catalana en el desastre financiero autonómico es la
clave de esta ofensa de Rajoy a las que han cumplido. ¿O es que
alguien piensa a estas alturas que si fueran sólo Murcia, Valencia o
La Rioja las comunidades con exceso de déficit iba Rajoy a mostrar
la menor compasión con sus responsables políticos?
El desprecio con que Rajoy pretende tratar a las comunidades que han
sido capaces de reducir su brecha presupuestaria en el ejercicio
pasado se agrava si tenemos en cuenta que, en tan sólo un año y
medio, el grueso de los dirigentes autonómicos involucrados en los
enjuagues de Montoro va a tener que presentarse ante los ciudadanos
para reclamar nuevamente su confianza. No es justo que unos lo hagan
con un más amplio margen financiero, a costa de los que hicieron
honor a su palabra y han de comparecer ante el cuerpo electoral con
el baldón de unos recortes inevitables para cumplir con los
compromisos financieros asumidos. Y todo para contentar a una clase
nacionalista en abierta rebelión a la que el Gobierno no es capaz de
plantar cara haciendo uso de las atribuciones de que dispone en
virtud de nuestra Constitución.
En lugar de alentar un "proyecto nacional ancho y profundo que valga
la pena", como acertadamente reclama el presidente de honor de su
partido, Rajoy ha decidido contemporizar con los enemigos de España
y del progreso de todos los españoles. El coste será inasumible y
los daños, tal vez, irreparables.
Aznar y los barones del PP son la Oposición
Pablo Sebastián www.republica.com 28 Mayo 2013
No hubo ministros en la presentación que José María Aznar hizo en el
Congreso de los Diputados de las biografías editadas por FAES de
Cánovas, Maura y Silvela, pero si un lleno absoluto del salón y
decenas de periodistas, porque Aznar manda e interesa y se ha
convertido en la única alternativa a Rajoy, por ausencia de
Rubalcaba cuyo liderazgo se diluye día a día entre errores y falta
de proyecto alternativo, de fuerza y original. La otra oposición a
Rajoy la tiene entre sus propios barones del partido, que ayer le
impidieron sacar adelante un acuerdo sobre el reparto del déficit de
las Autonomías, una vez que todos sospechan que Rajoy juega en
secreto con Artur Mas, víctima del chantaje secesionista que le
plantea el dirigente catalán.
Aznar lo ha dicho alto y claro: ‘no estoy contra nadie, estoy con
los españoles’, y le ha recomendado a Rajoy que haga reformas sobre
la base de la mayoría absoluta de la que disfruta y que, en su
opinión, no utiliza como debiera. El acto del Congreso no daba para
más, aunque la expectación creada por el expresidente dio a la
convocatoria un plus de notoriedad. Pronto lo veremos en el Club
Siglo XXI, de la mano de su aliado Zaplana, y allí a buen seguro se
volverá a lanzar a la arena política con mayor claridad.
Mientras tanto, Rajoy se reunía con los barones autonómicos del PP a
los que quiere convencer de la utilidad de los regalos que le piensa
hacer al gobierno independentista de Artur Mas, aunque en la sesión
de ayer no logró nada concreto salvo ganar tiempo. Sobre todo una
vez que si se acordó en que había que bajar el déficit de las
Autonomías, con criterios ‘objetivos’ o económicos y no ‘políticos’,
lo que en cierta manera abría la puerta al reparto asimétrico de
este déficit autonómico, donde los justos -los que cumplen- pagarán
por los pecadores que no cumplen y amenazan.
Una vez más la autoridad de Rajoy brilló por su ausencia, y el
presidente volvió a su habitual estrategia de ganar tiempo para
cansar a sus compañeros de partido (que acabarán pasando por el aro
de la Moncloa), donde se reconoce que cabe la posibilidad de que al
final la asimetría se imponga por la fuerza, para compensar o pagar
el precio del chantaje catalán, con el que Artur Mas pide más dinero
que nadie desde la deslealtad constitucional.
Como contrapunto a todo ello otra jornada imposible del jefe de la
oposición, Rubalcaba, reunido con la patronal para explicar su
inviable y erróneo proyecto económico y social, que suena como
letanía que nadie escucha y siempre sobre la base de pedir más gasto
y más dinero que no hay al Gobierno de Rajoy, a la UE, al BCE, al
BEI, etc, pero sin decir como cumpliría él los objetivos de déficit
de 2013, y proponiendo repartir -otra nueva ocurrencia- la moratoria
europea del déficit entre el despilfarro habitual de las Comunidades
Autónomas -que es donde el PSOE tiene algo de poder- y el Gobierno
nacional.
Es decir otro brindis al sol de Rubalcaba, mientras el PSOE se
deshace entre su electorado por la negativa de este político de dar
un paso atrás, empeñado en disfrutar del liderazgo opositor hasta
que lo echen porque él irse no se va. Lo que es peor dice que está
confeccionando el nuevo traje del PSOE, político e ideológico, un
traje que a él no le va a servir y que se está elaborando antes de
que se conozcan las medidas y el nombre del nuevo líder de este
partido y el candidato número uno a las elecciones generales. Lo que
es un enorme error, no en vano el nuevo proyecto político del PSOE
se debe diseñar en presencia del nuevo líder y no en su ausencia
como ocurre en la actualidad.
Rubalcaba debería, por lo menos, ejercer la oposición pero su
colección de derrotas, su falta de alternativa viable y su fama ya
agotada le resta autoridad. Algo de lo que tampoco anda sobrado
Rajoy, pero el jefe del PP tiene el poder. La ‘autoritas’ eso ya es
otra cosa, eso es lo que aún tiene Aznar al menos dentro del PP.
www.pablosebastian.com
La fiesta de los ‘barones’ del PP
Marcello www.republica.com 28 Mayo 2013
Delante de un micrófono son muy chulitos los barones y las baronesas
del PP, pero a la hora de la verdad se achantan como borreguitos.
Ahí están Paco Camps, que pillado de patas está en el pastel de
Nóos/Urdangarin, el duque empalmado por la ciclistas desnudas, que
se mofaba de Aznarín en sus correos a Kid (la Infanta Cristina). Y
que se cuide Rita Barberá, otra que puede ir para delante, con su
bolso rojo de Vuitton/Hermés y del brazo de Camps, porque la
prevaricación de la autonomía y la alcaldía valencianas con el duque
de Palma es verde y con asas, es decir un caso de carril.
Estos dos barones valencianos están de capa caída, y su colega de
Castellón, el tal Fabra, campeón de loterías y el promotor de un
aeropuerto sin aviones y con una estatua suya monumental, ése es
otro que también puede acabar bastante mal, a nada que los jueces le
apliquen la ley. O sea, ya tenemos tres barones tocados y hay un
cuarto, Jaume Matas, que está en todos los fregados y también en el
caso de Urdangarin, por ‘regalitos’ al duque hablados en el palacio
de Marivent, como los de Camps y Rita se hablaban en la Zarzuela.
Regalador a Nóos también fue el e alcalde Gallardón, a través de
Madrid 2016, con entregas pactadas de 6.000 en 6.000 para burlar la
normativa y el concurso público, pero el exalcalde ahora es ni más
ni menos que el ministro de Justicia y el que tiene las riendas del
fiel y probo Torres Dulce de Membrillo, guardián de todas las
esencias del poder y en especial de la Infanta, de manera que ya se
verá si, cuando acabe con Paco y Rita, el juez Castro se atreve a
llamar a Gallardón como sería lo suyo y sin pestañear. A ver la
carita que se le queda al fiscal.
Es decir, que burla burlando ya hemos citado a cinco barones del PP
en apuros (Camps, Barberá, Fabra, Matas y Gallardón). Luego tenemos
a Feijóo que era la estrella de moda en el firmamento del PP hasta
que aparecieron sus fotos con el narcotraficante gallego -su amigo
de viajes, yates y correrías- de drogas y tabaco, y la cosa a partir
de ahí se torció. O sea, seis barones en apuros con la prensa o con
la ley.
Y a no perder de vista a Cospedal, que ha dinamitado ella solita la
sede nacional del PP peleándose con Bárcenas, mientras Rajoy se
fumaba un puro visionando los CD del último Tour de Francia.
Cospedal encendió la mecha en el polvorín financiero del PP y los
papeles de Bárcenas llegaron a El País, con la misma facilidad que
llegaron al juez Elpidio los correos de Blesa en Caja Madrid, donde
dicen que hay de todo, como en las cajas de Gürtel por lo que
Cospedal merecería un homenaje de su partido porque ha sido ella
quien los metió de lleno en el espectáculo de la corrupción. (Y ‘que
cada palo aguante su vela’, sentenció).
Y de ahí nos vamos a Esperanza Aguirre, la condesa de Bombay y otras
hierbas, que ayer no se atrevió a dedicarle su artículo de ABC a
José María Aznar, lo que dio una idea de su valor. Como el día en el
que salió corriendo de Bombay con los calcetines de las siete
leguas, dejando a los suyos en medio del tiroteo del malecón. La
condesa siempre está a la espera, y no aplaude a su ídolo Aznar
porque le hace a ella sombra y si por fin decidiera volver, ella
quedaría para vestir los santos en la sacristía del PP.
El otro Fabra de Valencia está por estrenar. El nuevo barón de
Andalucía es un muñeco de Javier Arenas, que es el emir de su propio
‘harén’ entre las damas del PP, y la novedad que destaca por su
pacto o ‘pinza’ con IU en Extremadura -como la de Aznar con Anguita
frente a González-es Monago, el bombero del PP. Uno que se pone en
jarras en Madrid para impresionar a sus paisanos, pero que cuando ve
de cerca el incendio se sube al coche colorado tocando la campana y
con la manguera en ristre por lo que pudiera suceder. Bueno, en este
inventario falta el chino de la coleta blanca, el Ignacio González,
del ático mitad de Marbella mitad de Delaware, que el día menos
pensado puede saltar por los aires -en compañía de
Granados/granizados, otro pillo que tal baila-, sobre todo si llega
al fiscal o a un juez esa bonita grabación con su exíntimo Ildefonso
de Miguel, que se dice que es la prueba del nueve de todo un
culebrón. El chino, como dicen en Moncloa, es una ‘bomba de
relojería’ que en cualquier momento puede estallar por los aires con
todos los de su clan. La cinta de Ildefonso -el que salió huyendo
del Canal de Isabel II para disimular- se dice que es espectacular.
O sea no fumen, apaguen sus teléfonos móviles y pongan los respaldos
de sus asientos en posición vertical porque en cualquier momento
vamos a despegar.
Partido Popular
Mediocridad y sumisión
Cayetano González Libertad Digital 28 Mayo 2013
Las reacciones habidas en el Gobierno y en lo que queda del PP
verdadero, que diría Ansón, a las declaraciones del expresidente
Aznar ponen de manifiesto las dos notas que dan título a esta
columna: mediocridad de unos dirigentes del partido mayoritario del
centro-derecha que Aznar refundó y sacó a flote hace veintitrés años
y sumisión de los aparateros al jefe, no sea que se moleste si no se
siente apoyado, defendido de las críticas, y decide que no vayan en
las listas en las próximas elecciones.
Para esos dirigentes mediocres y sumisos, lo de menos es si Aznar
tenía razón o no en lo que dijo; tampoco les importa si los votantes
y militantes del PP se fueron esa noche a la cama con un subidón de
autoestima al oír lo que hacía tiempo querrían haber oído de quien
ahora es el líder del partido y el presidente del Gobierno, Mariano
Rajoy Brey. Plantearse ya si Aznar, como presidente del Gobierno que
fue durante ocho años, en una de las etapas más fructíferas para
España, y del PP durante catorce, tiene todo el derecho a expresar
su opinión es ya mucho pedir al personal mediocre y sumiso.
Lo fácil es la descalificación personal, y lo cobarde es hacerlo
desde el anonimato. Quienes, dentro del PP, deben todo o casi todo,
políticamente hablando, a Aznar le han llamado, entre otras
lindezas, "desleal", "irresponsable", "soberbio", "engreído" y
"desagradecido". Cuando se carece de argumentos y además se tiene la
conciencia, o al menos la sensación, de que en el fondo el otro
tiene razón, la única alternativa que queda a los mediocres es la
descalificación personal.
Para todos esos aparateros que se han puesto de los nervios con la
sola aparición, durante treinta y ocho minutos, de Aznar en
televisión, valga este ejercicio de política-ficción, o no, que
diría el actual jefe máximo del PP. Que hagan el esfuerzo de
imaginarse un Congreso del PP con listas y candidaturas abiertas, en
el que pudieran votar todos los militantes, en el que Aznar
encabezara una candidatura de regeneración en la que estuvieran,
pongo por caso, Esperanza Aguirre, María San Gil, Jaime Mayor Oreja,
Manuel Pizarro, Alejo Vidal-Quadras, Ángel Acebes, Santiago Abascal
y un referente para muchos votantes del PP, víctima del secuestro
terrorista más cruel de la historia de ETA, que fue militante de
este partido y que lo abandonó hace cinco años, cuando la
defenestración de María San Gil. Me estoy refiriendo, obviamente, a
José Antonio Ortega Lara. ¿Duda alguno de esos dirigentes peperos
que han saltado a la yugular de Aznar de que esa candidatura
barrería a cualquier otra que estuviera, pongo también por caso,
encabezada por Rajoy e integrada por las Sorayas, los González Pons,
los Montoro, las Sánchez Camacho, los Oyarzábal, los Sémper y los
Floriano de turno?
No se si en la afirmación de Aznar "cumpliré con mi conciencia, con
mi partido y con mi país" está implícita una posible vuelta a la
primera línea de la política. Eso será en cualquier caso una
decisión del interesado. Lo que si sé es que el actual Gobierno,
empezando por su presidente, y el propio PP necesitan de revolcones
como el que les propinó Aznar la pasada semana. En Rajoy y en su
pléyade de aduladores está el elegir entre el revolcón made in Aznar
o el que, en el supuesto más que probable de desdeñarlo, les darán
los ciudadanos en las urnas en un futuro próximo.
Tres derechas en España / Argumento contra
democracia.>
Pío Moa www.gaceta.es 28 Mayo 2013
Hay en España tres derechas, de las que no acaba de salir una
alternativa clara a la triple crisis del país
Blog II: El espíritu y la materia. / Sobornos y neutralidad de
España en la SGM. www.piomoa.es
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España sufre una triple crisis, nacional, democrática y económica,
de la que no parece haber salida. La izquierda ha fracasado
rotundamente en los tres campos, en realidad su política --su
demagogia-- se encuentra precisamente en la raíz de la crisis. Pero
¿qué decir de la derecha?
Es claro que el PP incluye (al menos) dos tendencias, la
liberal-conservadora y otra a la que podríamos llamar “pijoprogre”.
“Progre” porque difiere muy poco del PSOE, y porque, a falta de
ideas propias (lo de “la economía lo es todo” no es propiamente una
idea, sino un tópico de barra de taberna, en este caso de “pub”), le
distingue más bien el origen social “pijo” o señoritil de sus
líderes. Este último sector se ha venido imponiendo desde Suárez,
retrocedió ligeramente con Aznar y se ha impuesto por completo con
Rajoy, convirtiendo al PP, en lo ideológico, en una especie de PSOE
más descolorido.
La tendencia pijoprogre no es demócrata, es decir, no tiene ningún
pensamiento coherente sobre la democracia. No va más allá de lo de
“homologarse a Europa”, y como tampoco eso lo entiende bien (entre
otras cosas confunde a Europa con la UE y cree que cuando entramos
en la CEE “entramos en Europa”), su política es finalmente la
corrupción, acompañada de una hispanofobia suyacente, manifestada en
anglomanía. Los pijoprogres resumen su habilidad política en la
falta de escrúpulos para explotar las ilusiones de sus votantes y en
cambiar de orientación, tanto en la oposición como en el poder,
según convenga a sus intereses particulares. Todo ello dentro del
diseño de la Transición de un bipartidismo combinado con los
separatismos en algunas regiones.
Frente a esa corriente desvertebrada --salvo por el afán de poder y
dinero-- sorprende el fracaso político, al menos hasta ahora, de la
otra corriente en el PP, una derecha bastante menos frívola, más
culta y lectora, y que sin embargo no ha logrado tomar cuerpo. No ha
sido capaz de elaborar una doctrina, una alternativa política, ni de
plantar batalla interna en el terreno de las ideas. Tampoco tiene un
pensamiento propio sobre cuestiones tan cruciales como la situación
internacional, Europa y la posición de España en ella: sigue los
tópicos del habitual y vacuo “europeísmo” y la satelización, sea a
Usa, sea al eje Berlín-París. No obstante, la crisis actual que está
hundiendo al PSOE –y ojalá termine de hundirlo—está afectando
también duramente al PP, y cabe pensar que este se divida finalmente
en los dos partidos que de hecho contiene.
Hay una tercera derecha, patriótica pero adversa a la democracia, a
la que atribuye todos los males.(por ello se la denomina “extrema
derecha”). Cree además que la democracia consiste en la actual
corrupción de esta, y, contradictoriamente, suele acusar al sistema
actual de no ser realmente democrático. Esta debilidad de
pensamiento y de orientación la condena a la marginalidad en un
mundo muy diferente del que en otro tiempo le permitió gobernar. Su
pretensión de encarnar verdades absolutas, incluso dictadas por
Dios, y el mero hecho de suponerse, por tanto, autorizada a gobernar
a los demás sin ser elegidos por estos, provoca inevitablemente el
rechazo de la mayoría, incluso si esta puede simpatizar con tales o
cuales puntos de sus propagandas. Esta situación la impulsa a
imaginar vastas conspiraciones internacionales para cortarle el paso
y destruir la sociedad: pensamiento, o falta de él, que solo aumenta
su aislamiento.
Aunque no pretendo ni de lejos ser exhaustivo, sino solo ofrecer
algunos rasgos del problema, añadiré que una cuestión mucho más
fundamental de lo que los políticos creen es la del franquismo. El
franquismo como régimen eminentemente positivo y adaptado a su
tiempo, origen de la paz y de la democracia –no de su actual
degradación, que proviene justamente del antifranquismo--. España
necesita entender y asimilar su historia reciente. Sin ello solo se
construirá sobre el vacío, sobre tópicos e ilusiones como los que
hoy dominan el panorama.
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Un argumento contra la democracia
Suele distinguirse entre la democracia asamblearia --como la
practicada en Atenas y que teóricamente solo podría funcionar en
ciudades no muy grandes—y la representativa, en la que la gente
elige a sus representantes, es decir, a unas oligarquías a las que
confía el gobierno. Pero ¿por qué lo confía? Pericles decía que en
Atenas todos se interesaban por la política y entendían de ella, lo
cual era una perfecta falsedad. La realidad en todas partes es que
la masa de la población no solo no entiende mucho, sino que tampoco
desea entender de los asuntos de gobierno, porque se trata de
problemas complejos que requieren estudio y riesgo. Esto me parece
una evidencia. Atribuyen a Churchill la frase de que “el mejor
argumento contra la democracia es una conversación de cinco minutos
con el votante medio”. Es decir, el votante medio tiene ideas muy
vagas y a menudo contradictorias sobre tales asuntos. Por tanto no
puede distinguir con claridad entre lo que le proponen unos y otros
aspirantes a representarle. Al final, tiende a decantar su voto por
aquellos que le prometen más. Lo cual engendra, en círculo vicioso,
el envilecimiento de los representantes, que por ganar el poder
procuran jugar con las confusas esperanzas y deseos, a menudo vanos,
de la gente. Por ello la política tiende a convertirse en un
concurso demagógico, y así ha ocurrido no pocas veces: por ejemplo,
en las últimas elecciones en España, donde Rajoy se hartó de hacer
promesas quizá incumplibles, para luego traicionarlas. Así, la lucha
por la opinión pública se convierte en una pugna típicamente
publicitaria, en la que juega mucho más la sugerencia y la seducción
que la información.
Naturalmente todo esto es real, pero no como un hecho ineluctable,
sino como un peligro, inherente a cualquier empresa humana. Aunque
el votante tenga conocimientos rudimentarios de política y pocos
deseos de ampliarlos, y una parte considerable del pueblo se
abstenga por puro desinterés, la gente común no deja de saber algo,
de mantener cierto sentido moral y cierta memoria que le permite
escarmentar y cambiar a sus representantes. Por otra parte, la
demagogia no es la única forma de crear opinión pública, ni el
público es inmune a la razón.
Quienes emplean ese argumento para desautorizar la democracia dan
por supuesto que en una época anterior a ella los pueblos se regían
por una especie de ley natural servida por gobernantes expertos,
imparciales y honrados que, al no depender de la elección de los
ignaros votantes medios, podían actuar mucho mejor por el bien de la
sociedad. Idea que la historia desmiente por completo. Todo régimen
implica cierta democracia en el sentido de que no puede subsistir
mucho sin el consentimiento, implícito o explícito, de la mayoría.
En la democracia el consentimiento es más explícito y mayor el
control sobre los gobernantes, así como la posibilidad de cambiarlos
por simples elecciones, en lugar de recurrir a revueltas y luchas
civiles. Estas ventajas no pueden ser desdeñadas en modo alguno.
Déficit asimétrico
La deslealtad de Rajoy hacia sus propias
leyes
Guillermo Dupuy Libertad Digital 28 Mayo 2013
Uno de los problemas más graves, ciertamente, que sigue padeciendo
la España de Rajoy es, tal y como denunciaba Aznar el otro día, el
incumplimiento de la legalidad. De hecho, el déficit a la taifa, que
tantas tensiones ha generado en el seno del partido gobernante,
surge, precisamente, por la omisión del deber de hacer cumplir la
ley, principal rasgo distintivo del funesto Gobierno que padecemos y
que alcanza hasta las leyes por él promulgadas, como la de
estabilidad presupuestaria.
Recordemos que dicha ley contemplaba un mismo tope de déficit para
todas las autonomías, ante el cual "no caben posturas autóctonas",
según advirtió entonces textualmente el ministro Montoro, no sin
antes advertir de los "mecanismos de vigilancia, sanción e
intervención" que contemplaba.
Al final, ¿qué ha sucedido para que el Gobierno de Rajoy haya pasado
en un año de la firme oposición a las "posturas autóctonas" al
establecimiento de déficits diferenciados, o para que, lejos de
sancionar o intervenir, haya premiado a las autonomías
incumplidoras?
Pues algo tan sencillo como lamentable. Que para maquillar algo su
pasividad ante el clamoroso incumplimiento de algunas de ellas,
Rajoy ha decidido rebajar, sencillamente, el nivel de exigencia. Y
es que de nada sirve que una ley esté dotada de "armadura" (Montoro
dixit) si, llegado el momento, el máximo responsable de hacerla
cumplir, que es el presidente del Gobierno, no está dispuesto a
hacerlo.
La renuencia de Rajoy a hacer cumplir la ley es de tal envergadura
que, en el caso concreto de la Generalidad de Cataluña, a su omisión
de hacer cumplir la mencionada ley de estabilidad presupuestaria se
suma su omisión de hacer cumplir la ley que anida en el mismísimo
Código Penal y que castiga los delitos de desobediencia, usurpación
de atribuciones, prevaricación o malversación de fondos públicos que
el Gobierno de la Generalidad está perpetrando impunemente, ante el
clamoroso silencio no sólo de la servil Fiscalía General del Estado,
sino de la prensa madrileña de derechas de toda la vida. De hecho,
una de las razones por las que el Gobierno de la Generalidad no
cumple los objetivos de reducción del déficit es, precisamente, por
el coste que le acarrea su carísimo "proceso de transición nacional"
–incluido el ya iniciado establecimiento de una Hacienda propia–,
todo él consustancialmente ilegal.
A periódicos como el ABC o La Razón, sin embargo, la deslealtad de
Rajoy hacia la legalidad que el presidente del Gobierno también ha
jurado hacer cumplir parece que les importa tan poco como su
deslealtad al programa electoral y a los votantes del PP. No nos
extrañe que si el Gobierno logra finalmente la aceptación del
déficit asimétrico sea por la vía de un futuro incumplimiento, no se
si simétrico, pero sí desde luego masivo. Y si no al tiempo.
Wikidelirio
Alfonso Merlos La Razón 28 Mayo 2013
Nunca hay una gota que colma el vaso de las estupideces, el
sinsentido y el desvarío separatista. Porque en el ADN de los
nacionalistas está dotarse de una buena jarra para poder llenarla
sin limitaciones (¡Viva la insensatez y el esperpento!). Y, sin
embargo, este neo-invento de la Wikipedia en catalán no es mera
anécdota: hay que tomárselo muy en serio. No es posible levantar un
Estado independiente si no es a través de la difusión masiva de
propaganda y mentiras. Tampoco es alcanzable si previamente no se
esparcen bien los bulos en las autopistas de internet, si no se está
en esa aldea global a la que todo el mundo accede y de la que todo
el mundo se empapa. Hay que engañar, con eficacia, de forma activa,
dirigiéndose a la piel y no al cerebro de los presuntos consumidores
de información. Y si todo esto se hace de forma subvencionada, miel
sobre hojuelas. Y ahí están los palanganeros que Artur Mas y sus
huestes han contratado para mantener al personal embobado,
desorientado, anestesiado, comprado.
Está claro para los señoritos de CiU cuál es el camino y cuáles las
prioridades. El camino del todo vale, atacar en todos los frentes,
proponer la partición en dos de España con todas las herramientas
posibles, sin reservas ni tregua ni fisuras ni complejos. Y, sin
duda, la prioridad de dar de comer la alfalfa de la segregación al
rebaño soberanista antes de resolver los problemas de los ciudadanos
honestos, voten a quien voten, tengan o no la estelada colgada en el
balcón.
El delirio es una confusión severa y repentina de la función
cerebral. Los trastornos de este nacionalismo de aires macarras son
graves, sin duda. Pero no estamos ante algo sobrevenido sino
consolidado en el tiempo. Quienes padecen este cuadro clínico deben
hacérselo mirar.
11-M
Vergüenza sobre vergüenza
Ignacio López Bru Libertad Digital 28 Mayo 2013
Hice el propósito –como comprobará el lector incumplido– de no ver
la entrevista en Salvados de Jordi Évole al juez Bermúdez, por
ahorrarme el bochorno de tener que presenciar un espectáculo poco
edificante: cómo se desnuda ante las cámaras quien debería mostrar
un prudente silencio por el respeto que se debe, como poco, a las
víctimas, a los acusados y a los condenados que dependen de sus
sentencias.
Pero la aparición estelar del juez estrella no puede llamar a
engaño. Si en los stripteases tradicionales podemos percibir un
fondo de humildad, el reino de la necesidad que obliga a las
vedettes a vender sus encantos, en este caso nos encontramos en las
antípodas, con un personaje soberbio, jactancioso y provocador,
alguien que quiere que se note que está ahí, dispuesto a todo, sin
que el menor escrúpulo pueda interponerse en su afán de medro y
notoriedad, como queda patente por la obscena utilización de una
sede judicial –probablemente la misma que él preside para deponer
sus sentencias– como frontispicio de exhibición de su estro
inmarcesible. Nos encontramos en el universo de Arturo Ui.
Entremos en faena. Nada me parece más detestable que ese mantra tan
caro a los políticos cuando se ponen al lado de la Víctimas mientras
las traicionan por la espalda. Bermúdez nos regaló con esta
confesión: "A mí lo único que me duele es el daño que se les sigue
haciendo a las víctimas. Nueve años después, no las dejamos en paz,
es curioso". Y tan curioso. ¿Está el juez exento de esa pretensión?
¿Qué es lo que le ha dado él a las Víctimas? ¿Solaz, sosiego,
serenidad, quietud? Eso parece desprenderse de su utilización del
reflexivo se, como si la cosa no fuera con él. Pero no nos parece
que las Víctimas opinen igual. Recordemos, sin ir más lejos, la
carta que le envío la Presidenta de la Asociación de Ayuda a las
Víctimas del 11-M, Mª Ángeles Domínguez:
Sr. Magistrado, quiero que usted sea consciente y que interiorice la
terrible sensación de soledad y desamparo que sus últimas decisiones
nos han producido a las víctimas del terrorismo. Que entienda y se
responsabilice del dolor que está generando a las víctimas de los
atentados de Madrid con su conducta, por ser ésta radicalmente
opuesta a lo que nos transmitió de palabra y que, además, queda
reflejado en la sentencia que usted mismo redactó.
Aunque sólo fuera por decoro, por no ofender la sensibilidad de las
víctimas, debería haberles ahorrado el trago de mostrarles cómo se
compadece de ellas. Porque el meollo del asunto lo ha expresado muy
bien Ángeles Domínguez: las víctimas no quieren una paz impostada ni
impuesta. Lo que quieren es la Verdad, esa que sienten que usted les
ha negado y que "queda reflejado en la sentencia que usted mismo
redactó". Es lo que Gabriel Moris sentenció con unas palabras que
deberían esculpirse a la entrada de la Audiencia Nacional, para
oprobio de los que sentenciaron el 11-M:
Falta recordar la constelación de ascensos y de medallas con que el
Gobierno premió a los que no evitaron ni investigaron el atentado,
así como a los jueces y fiscales que nos vendieron un proceso
judicial y una sentencia sin autores.
Pero Javier Gómez Bermúdez está encantado de haberse conocido, y se
permite ridiculizar –juez y parte– a los que defienden lo que él
llama "teorías de la conspiración", con el original argumento de que
"también hay una parte de la sociedad americana que dice que Elvis
vive". Mire, don Javier, en el 11-M hay una sola teoría de la
conspiración, una teoría delirante y paranormal que es la que se
conoce como la Versión Oficial de los hechos recogida en la
sentencia que usted excretó en compañía de otros dos magistrados.
¿Puede alguien en su sano juicio pensar que cuatro bandas de
magrebíes y asturianos que apenas se conocen entre sí, la mayoría
delincuentes y traficantes de droga, todos ellos confidentes de las
Fuerzas de Seguridad, se pongan todos de acuerdo para dar a sus
controladores policiales delante de sus narices el mayor atentado de
la historia europea, con una precisión militar, y que ninguno de
esos controladores se percatara de que semejante complot se había
puesto en marcha? Se puede pensar, pero para creérselo hay que tener
unas tragaderas capaces de absorber unas aldabas descomunales, las
mismas que sirvieron para digerir unos engrudos tan indigestos como
la Renault Kangoo o la mochila de Vallecas.
El juez Bermúdez ha descendido a la arena para hablar de su
sentencia, pero nos perdona la vida, pobres legos, como hace
–sangrando por la herida– con Pedro J. Ramírez, al que dirige estos
dardos, en un pasaje que recuerda al vanidoso del cuento del
Principito, que pedía que le aplaudieran para a continuación
quitarse el sombrero saludando al tendido:
Es que yo no estoy a la altura del Sr. Ramírez. Es que jurídicamente
al Sr. Ramírez es irrelevante. Por lo tanto, yo no voy a discutir la
calidad de mi sentencia con el Sr. Ramírez.
No voy a extenderme más. Quien quiera profundizar más en la
"calidad" de la sentencia del nuevo astro de la jurisprudencia
nacional, le invito a que lea mi libro Las cloacas del 11-M, en el
que se pueden constatar hechos tan notables como que la mochila de
Vallecas nos contara el tribunal que se encontraba debajo del
asiento del vagón nº 2 del tren de El Pozo, pero que no exista
ningún testigo en todo el Sumario o en el juicio oral que testimonie
tan sobrenatural fenómeno. Y muchos asuntos más que, aunque
"irrelevantes jurídicamente", pueden producir el sonrojo –perdonen
la jactancia, nadie es inmune a ella– de ver cómo un lego en
cuestiones jurídicas puede poner en ridículo a todo un mayestático
presidente del tribunal de la Audiencia Nacional.
En definitiva, nos encontramos con un personaje que ha traicionado
todas las esperanzas que tenían puestas en él gran parte de la
sociedad española y la mayoría de las víctimas de los terribles
atentados de los trenes de cercanías de Madrid. Un personaje del que
recientemente Gabriel Moris nos ha contado que manifestó ante un
grupo de víctimas que le preguntaron por la autoría intelectual del
11-M: "Hay cosas tan graves en el 11-M que por ahora es mejor que no
se sepan". Y a fe que así ha sido. A él le debemos el honor.
Y para despedirnos, como en la entrevista Bermúdez rehuyó el bulto
cuando Jordi Évole –que me sorprendió por su profesionalidad– le
enseñó la gran primicia de El Mundo en la que mostraba la confesión
policial de que le habían pensionado "por la forma en que dirigió la
vista oral sobre la masacre", le recordaremos lo que pensaba el
editorialista de El Mundo, periódico dirigido por Pedro J. Ramírez,
esa persona a la que despreció en la entrevista, pero a la que, nos
tememos, no tendría los suficientes arrestos para aguantarle un cara
a cara, no fuera que entonces se demostrara quién era de verdad
irrelevante. Como dijo Pedro J. al final de su "Yo acuso", vergüenza
sobre vergüenza:
Bermúdez supeditó la verdad a los intereses del aparato policial que
luego pagó sus servicios y además aprovechó el caso para consolidar
su plaza como presidente de la Audiencia Nacional, para que su mujer
pudiera publicar un libro con información reservada y para ganar él
mismo un premio literario por su conocimiento del terrorismo
islámico.
El documento que publicamos hoy es la demostración de cómo desde el
punto de vista de la policía controlada por Rubalcaba era percibido
como un juez parcial y, por ende, prevaricador. Pero este documento
es también la prueba de que para que se haga justicia en el 11-M
será preciso que haya un nuevo juicio presidido por un magistrado
que no esté dispuesto a venderse a ningún estamento policial o
político.
Jesús Huerta de Soto
'Altos impuestos, culpables de la
profundidad de la crisis'
ANA MÍGUEZ PÉREZ www.gaceta.es 28 Mayo 2013
Menos impuestos, menos regulación, menos gasto público y dejar
libertad a los empresarios. Esta es la receta de Huerta de Soto para
salir de la crisis.
Sus clases y conferencias no dejan indiferente a nadie. Ni por lo
que dice ni por el entusiasmo que pone en difundir el liberalismo.
Es el economista más seguido en YouTube y el padre de una nutrida
escuela de liberales de esos que nunca se rinden. Catedrático por la
Universidad Rey Juan Carlos, defensor a ultranza de la teoría
austriaca, del regreso al patrón oro y del coeficiente de caja del
100%, Jesús Huerta de Soto aboga por la reducción del gasto público,
la reducción de impuestos y la liberalización de la economía a todos
los niveles. El economista critica duramente el intervencionismo de
los Estados y la expansión del crédito sin respaldo de ahorro real.
- Había muchas esperanzas en que el cambio de Gobierno mejoraría la
economía. Sin embargo, año y medio después, los españoles han
comprobado que las finanzas están igual e incluso peor. ¿Qué balance
hace de la política económica del actual Ejecutivo?
Luces y sombras. Luces, en cuanto a que gracias al euro por primera
vez se han tomado por dos gobiernos, uno por parte del socialista y
luego del PP unas medidas históricas en nuestro país que nunca pensé
que iba a ver en vida. Ejemplo, el establecimiento del principio
constitucional del equilibrio presupuestario, principio
antikeynesiano, o la reforma liberal que, aunque ha sido bastante
tímida, va en la buena dirección.
- Y, la otra cara de la moneda ¿las sombras?
Se ha apostado por dividir el esfuerzo para equilibrar el
presupuesto entre la reducción del gasto y la subida de los
impuestos. Esta última ha sido altamente desincentivadora para la
clase empresarial y es culpable de la profundidad de la crisis.
Deberían haber insistido mucho más en la reducción del gasto, a
pesar del coste político que ello tiene y mucho menos en la subida
fiscal.
- ¿La crisis es el comienzo de la recuperación?
Es la etapa en la que el mercado descubre los errores cometidos en
la etapa previa de euforia financiera financiada con expansión del
crédito sin respaldo de ahorro real. En ese sentido debemos de ser
positivos y pensar que ya se están construyendo las bases de la
futura recuperación. Es cierto que a trancas y barrancas y que está
siendo innecesariamente más dolorosa de lo que hubiera en otras
circunstancias por la subida de impuestos y también por el error de
exigir una contracción a los bancos privados con distintos decretos
de provisionamiento.
Los gobiernos deberían haber insistido mucho más en la reducción del
gasto, a pesar del coste político que ello tiene"
- ¿Va el país en la buena dirección?
No me cabe ninguna duda . Ya estamos viendo resultados como por
ejemplo el superávit comercial.
- ¿Cuáles son sus recetas a la crisis?
La solución va por el marco disciplinador del euro, la reducción del
gasto público y lo más importante la reducción de impuestos y la
liberalización de la economía a todos los niveles, puesto que la
regulación pesa como una losa de mármol sobre los agentes
productivos del país. Tenemos una regulación importada de Bruselas y
de Washington propia de un país rico que España no se puede permitir
si queremos ser realmente competitivos.
- Si usted fuese presidente del Gobierno, ¿qué haría para solventar
esta problemática?
Daría instrucción a todos los representantes de los ministerios
españoles en Bruselas para que siempre abogasen por la opción menos
intervencionista y para ponernos del lado de aquellos países más
liberales de la Unión Europea.
- Gran parte de los políticos claman una y otra vez que fluya el
dinero …
No es cierto que la crisis se deba a la falta de crédito entendido
como un flujo independiente del ahorro y la acumulación de capital.
Son estos dos últimos los que hay que fomentar. Hay que bajar el
impuesto de la renta y el del patrimonio.
- ¿Se atrevería a poner una fecha a la salida de la crisis?
Si pusiera un escenario temporal no sería catedrático de teoría
económica, si no que sería un gurú. Los profesores de economía
estudiamos en términos abstractos los procesos formales de crisis y
recuperación, pero no puedo poner un horizonte temporal. Además que
si lo supiera no se lo diría, sino que empresarialmente lo usaría
para mi propio provecho.
- Dentro de su labor como académico figuran obras como "Socialismo,
cálculo económico y función empresarial" o "Dinero, crédito bancario
y ciclos económicos", pero en esta ocasión le pediría que
recomendase uno que no haya escrito usted …
“Precios y producción” de Friedrich August von Hayek.
Economía
El aparato autonómico, asfixiado por el
modelo de financiación
susana alcelay y maría jesús pérez / madrid ABC 28 Mayo 2013
El actual sistema no es viable, pierde el 25% de los ingresos de
forma permanente
Caída brusca de ingresos, gastos en aumento, altísimo endeudamiento,
problemas de financiación... Casi el 80% de los españoles creen que
la actual organización territorial ha funcionado regular, mal o muy
mal; más de un tercio piensan además que el desarrollo autonómico ha
sido negativo y que es el culpable del aumento del gasto público; y,
los partidarios del «café para todos» han caído ya al 31%,
porcentaje comparable con el de los años ochenta. El Estado
autonómico está más cuestionado que nunca. ¿Por qué se ha llegado a
la actual situación de desencanto social? ¿Cómo ha influido el gasto
público autonómico en esta decisión? ¿Es sostenible el Estado de las
Autonomías tal y como está planteado? ¿Deben las comunidades
autónomas devolver competencias al Estado o, por el contrario,
aumentar su capacidad recaudatoria?
Tras tres décadas de desarrollo autonómico, las regiones españolas
han asumido la mayoría de las competencias cuya transferencia estaba
prevista en la Constitución. Como resultado de este proceso de
descentralización, la mitad del gasto público es gestionado por las
comunidades autónomas, mientras que la Administración General del
Estado apenas llega a gestionar la quinta parte del total. El Estado
central, a pesar de haber reducido su dimensión presupuestaria,
sigue destinando un importante volumen de recursos de su presupuesto
a la financiación de las administraciones territoriales.
Las administraciones públicas, especialmente las autonomías,
aprovecharon los quince años ininterrumpidos de crecimiento
económico (1995-2008) para engordar sus gastos y su nómina de
trabajadores, lo que años después llevaría a un descontrolado
déficit y a un estricto control por parte del Gobierno. Y es que
durante los años de crisis económica, lejos de aplicar ajustes de
empleo o de gasto, los presupuestos autonómicos se siguieron
inflando y las contrataciones creciendo sin ningún freno.
Un ejemplo claro se encuentra en las competencias cedidas por el
Estado en sanidad y educación. Tras culminar el proceso de traspasos
de la sanidad, en 2001, los gastos autonómicos por este concepto
casi se han duplicado, al pasar de los 34.552 millones que las arcas
regionales dedicaban a este capítulo a los más de 64.000 con que
cerraron 2009. Además, durante toda la década, el ritmo de aumento
anual ha estado en entorno al 10%, salvo en 2009, donde el aumento
se redujo al 5,7%. Otro tanto ha ocurrido con el gasto en educación,
donde se ha pasado de algo más de 22.000 millones en el año 2000 a
44.000 en 2009.
Con el empleo, lo mismo. El proceso de transferencia de
competencias, que implicó casi dos mil acuerdos desde la llegada de
la democracia, supuso un traspaso de personal desde el Estado a las
comunidades de 821.357 personas, cifra, sin embargo, que apenas es
el 47% de los asalariados de las administraciones regionales, que
superan los 1,74 millones. Según un informe elaborado por la
patronal que dirige Juan Rosell sobre la eficiencia del sector
público, entre 1996 y 2010 el crecimiento de la población en España
fue del 18,5%, frente al 35,1% en que aumentó el personal del sector
público. Por tanto el incremento de las nóminas autonómicas,
concluye el citado informe, no se explica solo por estos dos
conceptos -traspaso de competencias y más población- sino también a
causas como un aumento de la oferta pública de empleo en zonas de
menor actividad económica, a posibles duplicidades en las
competencias, o a una menor eficiencia en la distribución del
personal.
El doble en 30 años
Estos datos muestran, según la organización empresarial, que hay una
tendencia histórica en España al incremento continuado en el empleo
público en todas las administraciones y a una producción del sector
público más intensiva en trabajo que en capital y tecnología en
comparación con otros socios europeos. Así, el empleo público se ha
más que duplicado en los últimos 30 años, mientras que el
crecimiento del empleo en el sector privado en este mismo periodo ha
sido del 50%. Y según los datos del trabajo elaborado por la CEOE,
el aumento de los gastos de personal en el sector público en España
en el periodo comprendido entre 1995 y 2009 (140%) fue muy superior
al de Italia o Reino Unido, casi el triple que en Francia, y 27
veces más que en Alemania, donde apenas han crecido el 5,2%.
María Gómez Agustín, economista de Freemarket Corporate
Intelligence, explica a Empresa que las autonomías aprovecharon los
ingresos extraordinarios y coyunturales derivados de la burbuja
inmobiliaria para consolidar un gasto estructural insostenible en un
escenario no ya de recesión, sino de crecimiento económico normal.
Asegura que la pérdida permanente de ingresos es del 25% y, por
tanto, el aparato autonómico no es financiable. Al mismo tiempo, la
ausencia de corresponsabilidad fiscal, es decir, la no
obligatoriedad de financiar sus decisiones de gasto mediante aumento
de los impuestos y/o recorte de otras partidas presupuestarias ha
generado una propensión creciente al endeudamiento. La crisis sólo
ha puesto de relieve, si bien de un modo dramático, la inviabilidad
del Estado Autonómico tal como ha evolucionado durante los últimos
cuarenta años.
Afirma Gómez Agustín que «lo que hay que crear es un verdadero
modelo de federalismo competitivo». Dice que «las autonomías que
quieran gastar más han de verse forzadas a elevar los impuestos o a
recortar otros capítulos de gasto y tienen que tener vedada la
capacidad de endeudarse como sucede, por ejemplo, en Estados Unidos.
En ese marco, la capacidad de devolver competencias al Estado ha de
ser voluntaria».
Para María Gómez Agustín «si una autonomía considera que no puede o
no quiere hacer frente a la prestación de determinados servicios,
hay que abrir la posibilidad de que pueda hacerlo. En este contexto,
el Estado ha de limitarse a garantizar la unidad de mercado y la
existencia de una red básica de seguridad —educación, sanidad etc.—
para todos los ciudadanos con independencia de cuál sea su ubicación
territorial».
Javier Morillas, catedrático de Economía Aplicada de la Univerdad
San Pablo CEU explica que el actual Estado de las Autonomías no es
sostenible en el marco de la eurozona. «Las transferencias al
haberse ido produciendo de manera espasmódica, basadas en los
cambiantes pactos políticos y mayorías electorales, cada cuatro
años, han acabado por perder racionalidad y el puzzle debe ser
reordenado en la medida que sea un instrumento útil para canalizar
la convivencia».
Piensa Morillas que las regiones deben devolver competencias,
«empezando por justicia siguiendo por las de educación, pudiéndose
mantener en este caso ciertos diferenciales en las de lengua
cooficial, y continuando por las de agricultura, etc». Piensa que lo
más importante es suprimir, como ya se ha hecho en Castilla-La
Mancha o Madrid, organismos replicados como agencias de protección
de datos, defensores del pueblo, comités económicos y sociales u
observatorios, institutos y empresas publicas para clientelares
enmascaradores de deficit. «Y lo mismo con los ineficientes
servicios regionales de empleo y oficinas correspondientes
—continúa—, que se han demostrado no casan oferta y demanda más que
en un 3% de los contratos; pero también las agencias de cooperación
e inmigración, tribunales de cuentas; las radios y televisiones
autonómicas es otro gasto clientelar insostenible, que dentro de
unos años nos parecerán algo tan extravagante como los antiguos
periódicos del Estado o medios del Movimiento».
«En la mayoría de ámbitos, no en todos, sólo hay ventajas para el
ciudadano en devolver competencias al Estado. En estos momentos hay
que analizar hasta qué punto el actual distanciamiento de la opinión
pública respecto a los grandes partidos no se debe a la incapacidad
que observan en éstos, para desenbarazarse de sus oligarquías
regionales y redes locales enquistadas en el presupuesto público y
viviendo a costa del contribuyente».
J. Ignacio Conde-Ruiz, subdirector de Fedea y profesor de economía
en la Complutense, asegura que el estado de las autonomías está mal
diseñado y no es sostenible. «Las comunidades autónomas son
instituciones de gasto. En el mejor de los casos solo tienen
capacidad o autonomía para financiar el 50% de todo su gasto. Esto
no tiene sentido económico, los incentivos no funcionan. Es
necesario una mayor autonomía por la parte de los ingresos, es
decir, más corresponsabilidad fiscal», dice.
Más cerca del ciudadano
Sin embargo, asegura que «no creo que sea viable un Estado sin
autonomías. Para empezar habría que cambiar la Constitución y creo
que la descentralización del gasto tiene sentido pues los gobiernos
regionales están más cerca de las preferencias de sus ciudadanos, y
esto es un factor a favor importante. Es posible que debamos hacer
una reflexión sobre qué competencias deben estar en manos de las
comunidades autónomas y cuáles en manos de la Administración
Central, pero en ningún caso deben desaparecer pues son útiles».
Conde-Ruiz también afirma que no hay duda en cuanto a aumentar la
capacidad recaudatoria de las regiones españolas: gastan el 37% del
gasto total pero solo tienen capacidad de recaudar el 19% (y eso
teniendo en cuenta los ingresos compartidos). «Lo de devolver
competencias debe hacerse tras un debate sosegado y siempre debe
prevalecer el bienestar de los ciudadanos por encima de todo»,
sostiene.
Entre las ventajas que ve este economista para mantener el Estado
autonómico está el menor coste de prestación del servicios, más
homogeneo para los ciudadanos. «El gasto homogeneo por habitante
tambien se puede garantizar con el sistema autonómico, eso sí habría
que reformar el sistema de financiación. Todo el mundo entiende que
la regiones más ricas paguen más impuestos, pero no se entiende que
pagando más reciban menos en gasto por habitante. Esto es lo que
ocurre ahora y es injusto, se debe respetar la ordinalidad en el
gasto».
La devolución de competencias, un lío político
La expresidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, pidió a Rajoy devolver
Sanidad, Educación y Justicia al Estado
Hace ahora poco más de un año, la entonces presidenta de la
Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, se liaba la manta a la
cabeza y en su afán por adelagazar y recortar gastos pedía al
presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que buscase un pacto de
Estado con el PSOE para hacer una reforma en profundidad de las
administraciones públicas, con el objetivo de ahorrar 48.000
millones de euros. «Si España lo necesita, las grandes competencias
de las comunidades autónomas, desde luego la mía, la Sanidad, la
Educación y la Justicia, pueden devolverse al Estado, y el resto,
Transportes y Servicios Sociales, a los ayuntamientos», aseguró
entonces. «Nos quedaríamos sin empleo los políticos, pero ya
buscaríamos», apostilló. Para Aguirre la Justicia es un poder del
Estado» que no tienen por qué compartirlo las comunidades autónomas.
«Si todo lo que hacemos las comunidades, unas competencias fueran
para arriba y otras para abajo, se podría prescindir de altos
cargos, parlamentos regionales, conductores, asesores, jefes de
protocolo, edificios, alquileres... ay que acabar con todo lo que
sea superfluo para poder conservar y mejorar lo que es
imprescindible». La petición se quedó en eso, en petición.
Justicia aplaza el debate sobre la devolución de competencias hasta
que mejore la economía
Una mejor situación económica. Esa es la clave. Porque el momento
actual, no es el más adecuado. Así piensa el secretario de Estado de
Justicia, Fernando Román, que aplazaba el debate sobre la devolución
de competencias por parte de las comunidades autónomas al Estado
para cuando mejoren los parámetros económicos y cuando se haya
definido !el nuevo modelo de planta judicial. Fue justo el día en el
que presentaba las grandes líneas de los presupuestos de Justicia
para 2012. Y desde entonces, no es que se pueda decir que el momento
es ya el adecuado. Además, enmarcaba la negativa a convocar el año
pasado oposiciones a jueces y fiscales en la «situación
absolutamente límite» del país. «Cuando podamos estar en
condiciones, porque mejoren las condiciones económicas y porque
hayamos definido e implantado ya el nuevo modelo, podremos sentarnos
a dialogar sobre si con la cercanía se gestiona mejor que desde
lejos, si desde las comunidades se pueden solucionar mejor los
problemas de los ciudadanos que desde el Gobierno central, pero será
un debate que se producirá cuando se den las circunstancias para
ello».
Montoro sirve la polémica por defender el déficit a la carta para
algunas comunidades
Déficit a la carta. Es la defensa a ultranza del ministro de
Hacienda, Cristóbal Montoro, para evitar que las CC.AA.
incumplidoras agraven la recesión de la economía tanto de su
territorio como de todo el país. Una posición que defiende tiempo
atrás y que esta misma semana ha vuelto a poner sobre la mesa. De
hecho el pasado miércoles defendía la necesidad de que las
comunidades autónomas que el año pasado no cumplieron con los
objetivos de déficit cuenten en 2013 con un margen mayor al resto
para no agudizar la recesión. Montoro defendía así en el Pleno del
Congreso la fijación de objetivos de déficit asimétricos para las
comunidades, concediendo un porcentaje mayor a aquellas que el
pasado ejercicio incumplieron el 1,5% establecido. La polémica está
servida. No ha pasado ni una semana desde que las comunidades que sí
han cumplido con el déficit establecido elevaran su voz contra el
trato de favor solicitado ya por Cataluña. Madrid, Extremadura, La
Rioja, Aragón, Galicia, Cantabria o Castilla y León han sido las que
hasta hoy rechazan de plano el déficit a la carta catalan, «la
lealtad y el cumplimiento deben ser compensados», coinciden.
******************* Sección "bilingüe"
***********************
Nuestra Razón de Estado
Fernando García de Cortázar Foro de Ermua 28 Mayo 2013
La historia lo aguanta todo. Hasta las ensoñaciones heroicas de los
nacionalistas, sus juegos de manos identitarios, destinados a saciar
la nostalgia de un infinito fundacional y la gloria de una estirpe
mitológica. En los tiempos en que se constituyó nuestra cultura, en
las épocas en las que el Mediterráneo se estructuraba en una
conciencia de civilización, matriz de Europa y embrión de nuestros
valores, se distinguía entre el relato histórico, dedicado a
proporcionar la relación rigurosa de los hechos, y el bello esfuerzo
de la poesía épica, que inculcaba a los acontecimientos el sentido
sagrado de un origen y el futuro místico de un destino alentado por
la providencia de los dioses.
El nacionalismo que, a diferencia de todos los países de nuestro
entorno, sufrimos en la desdichada arena de nuestra actualidad
política, se siente mucho más cómodo en las voluptuosas metáforas de
las construcciones legendarias que en la modesta entereza de la
reflexión histórica. Poco debería sorprendernos, porque el
nacionalismo no aprecia la veracidad de los hechos, sino su eficacia
simbólica, su poder reivindicativo, su magia identificadora. Los
nacionalistas siempre se presentan como verdaderos portavoces de la
historia pero, como bien saben los españoles sometidos a su
fantasiosa gestión cultural, pocas veces se habrá tomado el nombre
del pasado tan en vano.
Las amargas experiencias del siglo XX pueden demostrarnos que el
nacionalismo nunca es el fruto de los tiempos de confianza, sino el
hijo predilecto de las épocas de inseguridad. Siempre surge cuando
el futuro se abre, libre y exigente, cuando problemas angustiosos
ponen a prueba nuestro civismo, cuando una coyuntura difícil nos
exige asumir nuestras responsabilidades y no escondernos bajo el
manto protector del populismo. Los nacionalistas no desean combatir
la incertidumbre con una toma de conciencia que puede ser dolorosa,
sino adormecerla con la feliz ensoñación de los tranquilizantes.
Poco les importa lo que pueda haber de ficticio en sus vehementes
afirmaciones de justicia histórica . Poco les interesa la lucidez
cívica que pueda transmitir el conocimiento de la historia; lo que
de verdad les fascina es la emoción patriótica inflamada por la
épica de sus sucedáneos.
El nacionalismo catalán es el que ha tenido una mayor eficacia en la
difusión de un amplio repertorio de argumentos culturales. Se ha
llegado a un punto en que hasta sus propuestas de secesión parecen
derivar no sólo de la identificación entre la cultura catalana y el
catalanismo, sino de la equiparación de cultura y nacionalismo.
Demasiadas veces se ha dicho ya, sin que parezca inmutar a quienes
debería, que, por su naturaleza excluyente, el nacionalismo tiene
serias dificultades para encajar en una concepción democrática de
las relaciones políticas. Los nacionalistas protestan ante estas
acusaciones indicando que siempre han respetado la existencia
política de otras opciones. Faltaría más que no lo dijeran. Pero
resultaría sorprendente que actuaran en consecuencia. Lo sería, en
efecto, que su respeto pasara por dejar de llamarse nacionalistas,
lo que solamente puede indicar que a ellos corresponde, como a
nadie, la defensa de lo que se empeñan en llamar una nación. Porque,
a fin de cuentas, si Cataluña aparece así definida, es porque el
nacionalismo ha conseguido imponer la hegemonía de su perspectiva y
su lenguaje. Y ahora podemos calibrar cómo esa denominación ha
perdido toda su inocencia, para exigir unos márgenes de realización
soberana que nada tienen que ver con el Estado de las Autonomías,
convertido en simple parada en un trayecto que, al parecer, sólo los
nacionalistas tenían claro. Para el nacionalismo catalán, se ha
alcanzado un punto de llegada que es, a la vez, la plataforma de
arranque de un proceso de secesión.
Quiere hacernos tragar, con la inaudita osadía que se alimenta de
los años de impunidad intelectual , vivida en Cataluña y fuera de
ella, que lo que hay ante nosotros es fruto de la evolución del
catalanismo político surgido en el cruce de los siglos XIX y XX. El
actual secesionismo no sería una ruptura, sino una culminación. Pero
la historia no se entrega sin resistencia a la malévola gestión de
los políticos nacionalistas ni al patriotismo a sueldo de algunos
historiadores. La historia no reconoce en el actual secesionismo
nada que tenga que ver con el catalanismo conservador, ni con el
republicanismo popular que siempre pensaron en Cataluña como parte
de España. Y, desde luego, nadie podrá creer en serio que una de las
tradiciones sociales más importantes de la Cataluña obrera del
primer tercio del siglo XX, el sindicalismo anarquista, haya venido
a parar en la pintoresca demanda de un Estado propio. Pero la gran
mentira es la que, como siempre, resulta tan obvia como la carta del
relato de Allan Poe, invisible a todos los que la buscan por
encontrarse precisamente en la bandeja del vestíbulo reservada al
correo. Y es que Cataluña, por mucho que lo nieguen los
nacionalistas, ya tiene un Estado: tiene las instituciones, la
organización de poder, la autoridad política, la representación
parlamentaria, la capacidad legislativa que el conjunto de los
catalanes se dieron cuando votaron la Constitución de 1978 y, sólo
en función de ella, el Estatuto de autonomía elaborado por sus
representantes. El nacionalismo no ha dejado de gobernar en
solitario o de estar presente en el gobierno de la Generalitat desde
1980.
Los votos de los catalanes han sido decisivos para la formación de
todos los gobiernos de España desde la instauración de la
democracia. Cataluña ha ejercido constantemente su derecho a
decidir. No hay, por tanto, continuidad alguna entre las
reivindicaciones autonomistas que articularon la sociedad catalana
desde comienzos del siglo XX y el secesionismo actual, ni entre el
catalanismo como movilización de una conciencia nacida en la
sociedad y lo que estamos viendo en los últimos treinta años. Una
disciplina impuesta por los instrumentos al servicio del poder
político: el sistema educativo, los medios de comunicación públicos
y los mecanismos de promoción social asegurados por la deriva
clientelista de nuestro régimen autonómico.
El nacionalismo no ha dejado de gobernar en solitario o de estar
presente en el gobierno de la Generalitat desde 1980. Los votos de
los catalanes han sido decisivos para la formación de todos los
gobiernos de España desde la instauración de la democracia. Las
hemos perdido como resultado de un desafío al que no se ha sabido
responder, encogidos los ánimos por una extraña indiferencia o un
grave complejo de inferioridad. Sólo estas dolencias pueden explicar
que hayamos permitido que nuestro debate institucional se haya
podido normalizar como impugnación de las bases constituyentes de
nuestra nación y nuestro Estado. Si España es una nación con plena
soberanía, de la que emanan todos los poderes del Estado, debemos
fijar en sus instituciones democráticas nuestra voluntad colectiva
de ser, constituidos como ciudadanos libres, dotados de una
conciencia integradora, poseedores de una tradición común y animados
por una misma empresa. Esa es nuestra legítima, nuestra urgente,
nuestra necesaria razón de Estado.
Ética de la reciprocidad
ángel hernández guardia ABC Cataluña 28 Mayo 2013
El catalanismo gobernante no quiere aceptar que el tema de la lengua
ya ha dejado de ser un problema de la educación, lingüístico e
incluso de cohesión social
UNA vez más se equivoca el catalanismo político. Su líder en la
Generalidad, de nuevo y ante la propuesta de nueva ley de Educación,
se pone mesiánico y cita a M.L. King defensor de los derechos
humanos y civiles de los ciudadanos negros de USA, desde las calles
y los movimientos cívicos y no desde el poder y los recursos del
boletín oficial y del gobierno.
M.L. King también nos dice citando los evangelios, que Jesucristo
sabía que había una «necesidad de refundir las contradicciones» y
por eso cuando envía a los humildes al mundo les aconseja: «sed,
pues, prudentes como serpientes y sencillos como palomas» (Mt
10,16). Sabía que encontrarían «hombres fríos y arrogantes, con el
corazón endurecido por el largo invierno del tradicionalismo» («La
fuerza de amar» Ed.Aymá S.A.E.), como los que defienden desde el
nacionalismo, aplicar lo contrario de la ética de la reciprocidad:
«también, así como quieren que los hombres les hagan a ustedes,
háganles de igual manera a ellos» (Lucas 6:31).
El catalanismo gobernante no quiere aceptar que el tema de la lengua
ya ha dejado de ser un problema de la educación, lingüístico e
incluso de cohesión social. Que con su imposición monolingüe
mediante leyes injustas en la sociedad, lo han convertido en una
violación de los derechos humanos fundamentales que son iguales para
las mayorías y minorías humanas. Es como si M.L. King hubiese
pretendido igualar a blancos y negros cambiando el lugar en el
autobús: los negros delante y los blancos, atrás, cuando la solución
era la libertad en el ejercicio de los derechos y por tanto la
igualdad.
Pero no es solo el nacionalismo periférico es culpable; desde la
transición los distintos gobiernos nacionales de España,
acomplejados por la acusación de «franquismo» sociológico o
político, de socialistas, comunistas y nacionalistas, ante cualquier
iniciativa en defensa de los derechos de los ciudadanos españoles en
su conjunto, han permitido su vulneración en numerosas vertientes,
de igualdad, de solidaridad, de dignidad civil y humana, de memoria
histórica o del derecho a la educación vehicular en lengua materna.
Pero también se equivoca Arturo Más, Rubalcaba y hasta Rajoy, si
piensan que el problema lo tienen las regiones con lenguas
vernáculas, puesto que la violación de derechos ya es un problema de
Estado. Hay muchos intelectuales y profesionales españoles a los que
habría que recordarles de nuevo a M.L. King: «Sería vergonzoso que
nuestra generación tuviera que arrepentirse del estremecedor
silencio de los hombres buenos».
Por eso desde el movimiento cívico 12-O, discrepamos de la
interpretación de la LOMCE en la que se pretende un bilingüismo
tutelado, excepcional y discriminatorio y que no da respuesta a la
exigencia constitucional y de los derechos humanos. Coincidimos con
Convivencia Cívica Catalana en que es una solución política
inaplicable, e imposible de llevar a la práctica, pero
fundamentalmente, en que no cumple con las resoluciones de los
tribunales y menos con los acuerdos europeos sobre derechos humanos
fundamentales.
El pasado día 5 de Mayo, entró en vigor para España el llamado
Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC) que permite presentar
quejas por su vulneración ante Naciones Unidas y que permite la
posibilidad de presentar demandas contra los estados (es lo que
prepara Ada Colau y sus apoyos, respecto al derecho a una vivienda
digna) en los tribunales de justicia internacional, como ya ocurre
con el Pacto de Derechos Civiles y Políticos de 1966. Asimismo, el
Protocolo ofrece la oportunidad de avanzar en la compresión de las
obligaciones del Estado que contribuirá a que se tomen medidas
afirmativas para garantizar el goce de estos derechos y abre la
posibilidad de la exigibilidad jurídica internacional de los mismos.
Es hora de que no solo la «intelectualidad dogmática y totalitaria»
se aproveche de los avances en derechos humanos, civiles y
culturales de las sociedades democráticas y liberales, por la falta
de exigencia de esa misma sociedad, para que se le apliquen a su
ciudadanía, en primer lugar, los mismos derechos. Eso es lo que
estos días sucede con la invocada Carta Europea de las Lenguas
Regionales y Minoritarias, por parte de los seudo progres y
defensores partidistas de los derechos de las minorías de Chunta
Aragonesista o PSOE, respecto a las lenguas vernáculas y «propias»
de Aragón, que después de distorsionarla, manipularla e incumplirla,
ahora nos amenazan con reclamar a los tribunales europeos, por el
intento de aplicarlos en su territorio o región.
Las asociaciones en defensa de los derechos humanos y civiles de
todos, sin discriminaciones positivas inaceptables, haremos lo
propio, por cuanto como dicen los evangelios: «A Dios no se le puede
burlar. Cada hombre recolectará lo que siembre». (Gal 6:7).
Ángel Hernández Guardia presidente de 12-O Moviment Cívic.
Hacia la independencia catalana (I)
Jorge de Esteban en El Mundo 28 Mayo 2013
Hay algunos que piensan que la política soberanista de Artur Mas y
colaboradores no es más que un señuelo para poder seguir esquilmando
al Estado. Otros creen que lo que dice y hace el presidente Mas va
en serio, y que el camino emprendido conducirá hasta la
independencia. Por último, hay un tercer grupo de observadores que
piensan que el líder catalán compagina ambas posturas, mientras que
se mantenga el dontancredismo o dejación tradicional de los
Gobiernos de Madrid. Ahora bien, esta pasividad que consiste en
dejar que las cosas sucedan, puede llegar a convertirse incluso en
una pasividadactiva. Según la cual no se hace nada, pero se ayuda
estúpidamente a los nacionalistas para que consigan su objetivo. En
efecto, los franceses utilizan la frase «trabajar para el rey de
Prusia», en una de sus varias acepciones, para describir la
situación en que se trabaja en interés de un tercero, sin obtener
nada en provecho propio. Con ello quiero decir que los diferentes
Gobiernos (salvo el de Leopoldo Calvo-Sotelo) y, en algunos casos,
el Tribunal Constitucional, han adoptado durante años medidas que
beneficiaban a los nacionalistas catalanes, en perjuicio, a veces,
de los intereses generales de España. Así las cosas, después de 35
años de llevar a cabo una política absurda, el llamado problema
catalán se halla más agudizado que nunca. Para comprender mejor
dónde estamos, conviene distinguir seis peldaños en la escalada
hacia la independencia de los nacionalistas catalanes.
El primero comienza en el mismo proceso constituyente, cuando se
planteó la solución que había de darse para la mejor integración del
País Vasco y Cataluña en el seno de España. Sin considerar las
diversas opciones que se contemplaron, al final se acabó imponiendo
la peor. Esto es, se decidió adoptar un modelo inspirado en la
Constitución de 1931 para organizar territorialmente el Estado. Este
modelo fue reivindicado por los partidos nacionalistas que, gracias
al Decreto-Ley de 1977 sobre el régimen electoral, habían conseguido
entrar en las Cortes con una representación que sobredimensionaba su
importancia a nivel nacional. A partir de entonces la presencia de
los partidos nacionalistas, junto al carácter abierto de las
competencias que podían adquirir comunidades autónomas denominadas
nacionalidades, contribuyó a que se fuese engrosando el volumen
competencial tanto en el País Vasco como en Cataluña, en detrimento
de las del Estado. Se disponía así de un método para ir fomentando
las tendencias centrífugas de las nacionalidades, merced a que los
diferentes Gobiernos, salvo alguna excepción, necesitaron el apoyo
de los partidos nacionalistas para gobernar. Éstos se convirtieron
en partidos-bisagras, indispensables para la estabilidad de Gobierno
central, lo que les confería poder suplementario.
El segundo peldaño consistió en utilizar la lengua propia como un
poderoso instrumento para lograr la homogeneidad que era necesaria
en su búsqueda de la independencia. Los nacionalistas piensan que no
es el territorio quien define la lengua, sino que es la lengua quien
define su territorio. La lengua, en razón de su infinita capacidad
generativa y de ser el vehículo de las representaciones colectivas,
es un instrumento esencial para los nacionalistas en su búsqueda del
poder independiente. De esta manera, surgió, en primer lugar, la
inmersión lingüística dentro de la enseñanza en todos sus niveles.
Semejante política, aun siendo claramente inconstitucional, como
señalan algunas sentencias del Constitucional o del Supremo, se
consolidó en gran parte gracias a la complicidad, muchas veces
interesada, de los Gobiernos de Madrid. Pero la inmersión no
afectaba solamente a la enseñanza, sino que también se llevaría a
otros ámbitos, con el intento de convertir la lengua catalana en la
hegemónica de la comunidad autónoma. Surgieron así varias
televisiones en catalán, se impusieron multas por rotular los
comercios en español, se obligó a que todos los documentos oficiales
se presentasen solo en catalán. Todas estas medidas se fueron
imponiendo ante la pasividad de los diferentes Gobiernos centrales.
Es cierto, sin embargo, que se presentaron varios recursos y que los
Tribunales dictaron sentencias que obligaban a cumplir la
Constitución respecto a las dos lenguas cooficiales. Pero no hace
falta recordar que casi todas esas sentencias, por no decir todas,
se han incumplido sistemáticamente.
Un tercer peldaño se refiere a la difusión y consolidación de los
símbolos propios de Cataluña, en detrimento de los del Estado.
Desaparecen, de este modo, en multitud de ayuntamientos, la bandera
española, multiplicándose continuamente la senyera, se celebra el
día nacional de Cataluña y se canta Els segadors como himno
nacional. Del mismo modo, se lleva a cabo una política de
manipulación de la Historia para convencer de que Cataluña es un
país diferente de España. Es más: la política desarrollada en
búsqueda de su identidad nacional llevó a los Gobiernos
nacionalistas a sembrar de seudoembajadas el mundo, dilapidando el
dinero público. Al mismo tiempo, se consideró necesario conceder
subvenciones a la prensa para tenerla domesticada, hasta el punto de
que en 2009 todos los periódicos importantes de Cataluña publicaron
un mismo editorial para exigir al Constitucional que respetase la
integridad del Estatut de 2006.
En efecto, un cuarto y decisivo peldaño se había consumado en 2006,
gracias al apoyo irresponsable de Zapatero, con la elaboración de un
nuevo Estatut que nadie había exigido, salvo los nacionalistas
catalanes y Pasqual Maragall. El texto aprobado por el Parlament era
más bien una Constitución que una norma estatutaria. En las Cortes,
hubo un intento de adelgazar la ambiciosa gama de competencias que
se había atribuido la Generalitat. Algo se eliminó en los debates,
pero seguía siendo una norma inconstitucional. De ahí que el Partido
Popular no tuviese más remedio que recurrirla ante el
Constitucional. Durante cuatro años sus magistrados estuvieron
decidiendo qué hacían. Como las posiciones estaban enfrentadas, ya
que unos querían dar luz verde a esa aberración jurídica y otros
opinaban que había que echarla abajo, se llegó a una solución
pastelera. Algunos artículos se declararon inconstitucionales,
mientras que otros requerirían una interpretación acorde con la
sentencia. Eso no contentó ni a los que opinaban que el Estatut
seguía siendo inconstitucional, ni a los nacionalistas catalanes,
que no admitieron que se hubiese tocado su texto sagrado. D esde ese
momento ya no satisfacía los deseos de la clase dirigente catalana,
por lo que había que dar un paso más.
El quinto peldaño, fracasado el intento de CiU de lograr una
amplísima mayoría en las últimas elecciones de 2012 que obligó a Mas
a aliarse con Esquerra, consistió en manifestar que el objetivo de
la independencia no se podía posponer más tiempo. Así es, porque en
el fondo del paisaje se encuentra 2014, fecha en que se celebrará
los 300 años del momento histórico en que, según la leyenda
nacionalista, Cataluña perdió su autogobierno. En consecuencia, hace
unos meses el Parlament aprobó una Declaración Soberanista, con la
que se aspira a construir un nuevo Estado dentro de Europa.
Y así llegamos a la decisión de celebrar un referéndum o consulta
para que los catalanes decidan si quieren crear un Estado
independiente. Entretanto, partiendo de la Declaración Soberanista,
Mas ha creado un Consejo Nacional para la Transición de Cataluña,
que elabora, parece que sin que se entere Rajoy, las estructuras del
nuevo Estado.
Los nacionalistas han dado todos estos pasos porque el Gobierno
central ha dejado hacer o bien porque las medidas que se tomaron en
su contra no fueron eficaces o no se acataron en Cataluña. La
cuestión que se plantea entonces es si llegados a este punto, cabe
alguna solución para evitar el secesionismo catalán. Materia que
exige un nuevo artículo.
Jorge de Esteban es presidente del Consejo Editorial de EL MUNDO y
catedrático de Derecho Constitucional.
Recomendaciones sesgadas
editorial El Correo 28 Mayo 2013
No cabe hacer tabla rasa con los presos de ETA aunque reconozcan el
daño causado
El llamado Foro Social dio a conocer ayer sus «recomendaciones para
impulsar el proceso de paz» concretadas en doce puntos que presentan
más carencias que avances respecto a la realidad que vive la
sociedad vasca. Una vez más la iniciativa auspiciada por Lokarri
evita emplazar directamente a ETA para que proceda al «desarme y
desmantelamiento de estructuras militares» y prefiere orientar sus
indicaciones hacia «las instituciones, partidos políticos y sociedad
civil». Aunque sí se dirige a los etarras presos para que expliciten
la renuncia a «vías violentas» y «en su caso» reconozcan «el daño
causado como consecuencia de su actuación».
Pero el relato contenido en las doce recomendaciones tiende a
recrear el problema de la persistencia de una banda terrorista y el
de la dificultad para compartir una misma memoria mediante una
confusa salida que se sostendría sobre la tarea encomendada al
Estado de derecho y a sus instituciones. La reserva fundamental que
merece el documento es que parece situar los avances que reclama
para la «integración de personas presas y huidas» e incluso
«redimensionar el número y la función de las fuerzas y cuerpos de
Seguridad del Estado» como contrapartida de un «proceso» que
«culmine con el desmantelamiento de ETA».
La utilización del concepto de «justicia transicional», cuando hace
más de tres décadas que Euskadi y España cuentan con un sistema
garantista, resulta coherente con la demanda de reformas
legislativas que aseguren el cumplimiento de los Derechos Humanos y
las libertades democráticas. Pero ambas menciones constituyen una
transposición extemporánea y desconsiderada del discurso empleado en
la resolución de conflictos que nada tienen que ver con las
diferencias éticas y políticas en una Euskadi que comienza a
sentirse libre de la coacción etarra. Es importante que, aun
insistiendo en su carácter «integral», el Foro promovido por Lokarri
«acepte» pragmáticamente que la integración de las personas presas y
huidas se realice de manera individual.
Pero ni en este punto ni en la apelación a la «justicia
transicional» puede hacerse tabla rasa de las causas por las que
fueron penadas o han sido requeridas por la Justicia. Además hasta
la fecha es la trama etarra la que impide la integración individual
de sus presos y huidos. Por otra parte los reunidos podían haber
evitado relegar a las víctimas de la violencia a la última línea del
documento.
Frente común contra la ley Wert
Mas reúne a los partidos que apoyan la
imposición del catalán
GACETA.es 28 Mayo 2013
Ciudadanos y PPC se oponen a este segundo encuentro contra la ley
Wert. ERC ha pedido la insumisión a la norma.
El presidente de la Generalitat, Artur Mas, llama a defender la
imposición del catalán y el adoctrinamiento en la escuela. A la
reunión acudirán CiU, ERC, PSC, ICV y las CUP. Ciudadanos y PPC se
desmarcan del segundo acto de las instituciones catalanas contra la
ley Wert.
Los republicanos e independentistas han pedido la insumisión a la
Ley Orgánica de Mejora de la Enseñanza Pública al entender que
prevalece antes la Ley de Educación Catalana, LEC, que la del
Estado. La ley señala que si una familia pide la escolarización
bilingüe y el Ejecutivo catalán no puede llevarlo a cabo, la familia
tendrá derecho a una plaza en un centro privado que costearán todos
los españoles. El primero en pagar será el Gobierno y después
quitará esa parte de las transferencias a las CC AA.
De esta forma, los partidos que rechazan las sentencias judiciales
del Supremo y del Constitucional, como las CUP, cuyo líder, David
Fernández, rompió una de ellas en una moción sobre el bilingüismo en
el Parlament, intentarán sacar una posición conjunta para criticar
la ley Wert. Un hecho que recuerda a las reuniones tras la sentencia
del Tribunal Constitucional sobre el estatuto de Autonomía. Antes de
la sentencia, catorce diarios catalanes publicaron aquel editorial
conjunto. Catorce medios pensaban con puntos y coma lo mismo sobre
una sentencia. La manifestación del 10-J de 2010 vuelve a estar en
boca de independentistas y nacionalistas.
La reunión estará presidida por Mas, quien estará flanqueado por los
consejeros de Presidencia, Francesc Homs; Enseñanza, Irene Rigau, y
Cultura, Ferran Mascarell, ya manifestó la semana pasada que la
LOMCE es "una de les grandes agresiones" contra Cataluña, su sistema
educativo y su autogobierno.
"La Generalitat no va a dar un paso atrás", afirman quienes
defienden la imposición del catalán y las competencias autonómicas
para elegir los contenidos de las asignaturas. La nueva normativa
permite al Estado entrar dentro de estos contenidos.
Por parte del PSC asistirán el primer secretario, Pere Navarro, y la
diputada Rocío Martínez, mientras que CiU estará representada por el
presidente del grupo parlamentario, Jordi Turull, y la diputada
Mercè Jou.
A la reunión, que empezará a las 17.30 horas en el Palau de la
Generalitat, también está previsto que asistan el presidente de ERC,
Oriol Junqueras, y la vicepresidenta de la Mesa del Parlament, Anna
Simó.
Asimismo, asistirán el coordinador de ICV, Joan Herrera, y el
diputado de EUiA Joan Mena, así como los parlamentarios de la CUP
David Fernández y Quim Arrufat.
Los representantes de los partidos acuden a la reunión para
manifestar su oposición a la LOMCE, aunque con acentos distintos.
ERC reclama "una unidad muy amplia" en defensa de la inmersión
lingüística en catalán en las escuelas, pero también una postura de
"insumisión" y de "respuesta social" y no solo política contra la
denominada Ley Wert.
El PSC defiende la inmersión lingüística pero pone también el acento
en defender un modelo de escuela "pública, laica y de calidad", por
lo que apela a la unidad de los partidos de izquierdas ICV-EUiA y
ERC.
ICV-EUiA, por su parte, sostiene que el sistema educativo catalán no
sólo está amenazado por la LOMCE, sino también por las políticas de
ajustes del Govern de CiU.
Los partidos que no asistirán a la cumbre son PPC y Ciutadans (C's),
que ven la cumbre como una "cortina de humo" del Govern para ocultar
sus "propias incompetencias" en materia educativa y temen que en la
reunión sólo se hablará de identidad y de lengua.
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