Falacias autonómicas
Editorial Libertad Digital 22 Agosto 2013
España sigue contando con un sistema autonómico totalmente
insostenible, tanto financiera como políticamente. Sin embargo, el
Gobierno lleva meses vendiendo a la opinión pública una imagen
irreal y distorsionada de la realidad, enfatizando unos esfuerzos de
consolidación fiscal que, en el fondo, son inexistentes. La
evolución que han registrado las cuentas regionales durante la
crisis demuestra que, lejos de aplicar drásticos recortes públicos
para aligerar sus sobredimensionadas estructuras, el gasto público
ha aumentado pese a las dificultades económicas y el desplome de la
recaudación fiscal. En concreto, las comunidades autónomas gastaron
186.474 millones de euros en 2012, casi un 20% más que en 2007 (unos
30.000 millones), en pleno pico de la burbuja inmobiliaria. Además,
sus ingresos han aumentado un 9% durante este período, hasta rondar
los 168.000 millones de euros el pasado año.
La frialdad de estas cifras pone de manifiesto, una vez más, las
insistentes falacias que giran en torno a los presupuestos
autonómicos. La primera, y más importante de todas, es que el
volumen de gasto público que manejan las regiones no sólo no ha
bajado un ápice sino que se ha disparado durante la crisis. Hoy por
hoy, las comunidades autónomas gastan más dinero público que en
pleno boom económico, desmontando así la supuesta austeridad y la
drástica política de recortes que tanto gusta denunciar a la
izquierda. La tan cacareada reducción presupuestaria brilla por su
ausencia en el ámbito de las Administraciones Públicas y,
especialmente, en el autonómico.
En segundo lugar, cabe recordar que el ministro de Hacienda,
Cristóbal Montoro, se escudó en una consolidación fiscal que, en
realidad, no existe para tratar de justificar la aplicación de su
polémico déficit a la carta durante 2013, por el cual se premia a
las comunidades más incumplidoras, y en especial a Cataluña, en
perjuicio de las más austeras y responsables, como es el caso de
Madrid. No hay excusa ni razón alguna para aplicar semejante
injusticia, ya que las cifras demuestran que el despilfarro sigue
siendo la tónica dominante en la gestión territorial, y ciertas
autonomías se aprovechan del discurso falaz de los recortes para
seguir engordando su estructura a costa del dinero de todos los
españoles. Por si fuera poco, tampoco se sostiene la falacia
relativa a que los recortes pueden dañar el crecimiento de las
regiones que presentan un mayor déficit. Y la prueba, nuevamente, es
Madrid, la primera región que ha logrado salir de la recesión,
cumpliendo escrupulosamente los objetivos de déficit y sin subir un
solo impuesto. Que algunas autonomías sigan gastando mucho más de lo
que ingresan tras más de un lustro de crisis prueba la
irresponsabilidad y demagogia que reina en el modelo autonómico.
Así pues, el análisis de las cuentas regionales no deja lugar a
dudas. El Estado autonómico, uno de los problemas estructurales más
importantes que sufre España, es hoy mayor que antes de la crisis,
lo cual ha sido posible gracias a la connivencia del bipartidismo
político: el PSOE, primero, permitiendo e incluso alentando el
descomunal descuadre de las cuentas autonómicas hasta 2011; y el PP,
después, rescatando de forma incondicional comunidades insolventes
sin intervenir antes sus cuentas.
Merkel tiene la llave de España
Pablo Sebastián www.republica.com 22 Agosto 2013
Mientras en España seguimos ocupados con nuestras particulares
‘serpientes de verano’ -Gibraltar, la presunta crisis matrimonial de
los Príncipes de Asturias, las secuelas de Bárcenas, los ERE de
Andalucía, las facturas de UGT, el descarrilamiento del AVE, etc- la
cuestión de fondo y determinante para el presente y futuro del país
siguen siendo la crisis económica, el paro y la situación real del
sistema financiero y el crédito. Asuntos esenciales sobre los que el
Gobierno de Rajoy, desgastado por la corrupción y escaso de
credibilidad, carece de nuevas iniciativas, mientras se diluyen en
el tiempo las anunciadas reformas de la Administración con las que
se pretendían mejorar los objetivos del déficit, y mientras se hacen
apuestas sobre el pretendido final de la recesión en la UE, que no
sabemos -al menos para España- si será un espejismo o el principio
de una buena noticia para todos los países de la Unión.
Que Francia y Alemania hayan crecido en el segundo semestre del año
un 0,3 % (y Portugal algo más) es una buena noticia pero
insuficiente si la UE y el BCE no dan un vuelco a las políticas de
austeridad y financiera de la Unión Europea a lo largo del otoño y
una vez que Angela Merkel haya renovado el poder tras ganar las
elecciones legislativas alemanas del día 22 de septiembre. Otoño que
será definitivo para el euro y la Unión Monetaria Europea, si la UE
avanza con todas sus consecuencias en la Unión Bancaria y Fiscal,
instalando, ‘a posteriori’, los cimientos del euro que se debieron
implantar en el momento que nació la moneda única europea.
Si Merkel, ganadas sus elecciones, da el golpe de timón el euro se
salvará y España, por más que esté en el vagón de cola del tren de
la UE, se beneficiará de todo ello y el impulso germano-europeo
tapara y suplirá las deficiencias del Gobierno de Rajoy. Y a partir
de ese momento el fin de la recesión podrá declararse de manera
oficial, y se habrá espantado el fantasma de la desaparición de la
moneda única europea.
Estamos, pues, en las manos de Merkel y de Alemania ahora que se han
levantado numerosas voces autorizadas -la de Habermas entre ellas-
advirtiendo a la cancillería de Berlín del riesgo real de una
profunda crisis europea, si no se cambia el rumbo actual y no se
pasa de la austeridad al crecimiento con los apoyos solidarios de
Alemania, que se ha beneficiado y mucho de los problemas de la
Europa del sur. Lo que ha dado al país teutón la mala fama de
pretender, por la vía financiera y la crisis de los demás, imponer
la hegemonía política de Alemania sobre el resto de las naciones de
la UE, despertando el fantasma del ‘imperio alemán’ que ya nos costó
dos guerras en el continente europeo.
Los europeos en general y los españoles en particular estamos en las
manos de Merkel, una vez que la Francia de Hollande no tiene hoy ni
la fuerza económica ni el liderazgo político que otras veces
permitió hacer avanzar el tren europeo a mayor velocidad, bajo la
batuta del eje París-Berlín. Y llama la atención que los países del
sur de la UE (mas Irlanda), los despectivamente llamados ‘pigs’
-’los cerditos’- no hayan tenido la audacia de reunirse entre ellos
y formar un frente unido en defensa de sus posiciones. Algo similar
a lo que Mario Monti, desde Italia, pretendió hacer con Francia y
España en plena crisis del euro y de la intransigencia de Berlín.
Pero la política exterior e internacional no le interesa a Rajoy,
que bastante tiene con los problemas internos españoles y con los de
su propio partido político, a pesar de que un análisis lógico de la
situación le debería animar a tomar iniciativas y fraguar pactos en
el seno de la UE, lo que muy bien podría hacer el ministro Arias
Cañete si se le concedieran galones de vicepresidente económico lo
que no estaría nada mal.
Aunque para ello habría que hacer una crisis del Gobierno, lo que
también es una necesidad nacional, y otra en la cúpula del PP para
acabar con los líos de Cospedal. Y esto, mal que le pese, y aunque
no quiera solo lo puede y debe hacer Mariano Rajoy porque ahí y por
ahora Merkel no debería intervenir. Aunque puede que la canciller,
una vez ganadas las elecciones, intervenga también en la política
española como lo hizo en Italia y Grecia. Y a decir verdad si la
canciller fuerza un cambio de Gobierno en Madrid a los españoles no
nos vendría nada mal. De momento ella nos ha impuesto varias
políticas sobre el déficit y la reforma del sistema financiero, nos
ha facilitado el rescate bancario y dado ayudas al empleo juvenil. Y
a la espera estamos del golpe de timón alemán en el seno de la UE y
también de ‘sugerencias’ políticas sobre el Gobierno español.
Todo ello, naturalmente, para después de las elecciones alemanas del
22 de septiembre donde Merkel parece tener segura su victoria y
abiertas las puertas a cualquier coalición para lograr su mayoría
absoluta (allí los gran partidos pactan con responsabilidad). Algo
que se espera en los mercados y la UE y que incluye la incógnita de
la definitiva salvación del euro, si por fin Merkel, su Gobierno y
el Bundesbank se lanzan en pos del crecimiento y dejan atrás, una
vez recompuesta la unión monetaria, la larga recesión. Si lo hace
Angela Merkel unirá su nombre a los grandes líderes de la posguerra
de su país: Adenauer, Brandt y Kohl. Si no lo hace en Europa
tendremos un problemón.
www.pablosebastian.com
La esperanza necesita un proyecto
Manuel Muela www.vozpopuli.com 22 Agosto 2013
La tregua financiera iniciada un año atrás y que se prolongará, como
mínimo, hasta el otoño ha dado algunos frutos que merecen ser
considerados y atendidos de la mejor de las maneras: servir de
soporte sobre el que desarrollar un nuevo modelo económico español,
eliminando las aristas y los daños de determinadas políticas sólo
pensadas en beneficio de unos pocos y en perjuicio de las clases
sociales que dan estabilidad y contribuyen al buen funcionamiento
del tejido productivo. El comienzo de la tregua al que ya me referí,
me parecía una ocasión para enmendar errores y dedicarnos a trabajar
en España en pro de un proyecto adecuado a nuestros intereses y
alejado de las directrices de aquellos a los que únicamente
preocupaba, y preocupa aún, que como país seamos capaces de pagar
las deudas. Desgraciadamente, las deudas se han seguido
incrementando y, aunque ceda la famosa prima de riesgo, el volumen
de las mismas causa mareos a cualquier observador imparcial; por eso
resulta ilusorio pretender que la llegada del crecimiento, por muy
importante que éste fuera, sería suficiente para limitar los
estragos que la deuda viene causando en las cuentas públicas y en la
economía de las empresas y familias españolas. Nuestro proyecto
nacional tiene que enfrentar, entre otras cosas, esa realidad, para
cambiarla, ya que dilatar su resolución podría ahogar la flor de
invernadero a la que se refería recientemente el ministro de
Economía.
La crisis española no es homologable con la de los socios europeos
En términos económicos, y con todos los matices que se quiera, la
crisis española se define por: alto endeudamiento público y privado,
hundimiento del sector de la construcción y promoción, además de
problemas importantes del sistema bancario. Sus consecuencias son de
sobra conocidas, la principal, una tasa desmesurada de paro, seguida
de una contracción sin precedentes del crédito y del consumo, que
impiden la regeneración del tejido productivo. Pero no es sólo eso,
la economía española jugó casi todas sus cartas a la producción
inmobiliaria, más del 20% del PIB, con el concurso crediticio del
sistema bancario, que se endeudó en los mercados financieros para
estimularla. En paralelo, continuó el abandono progresivo de la
industria, cuyo peso en la producción nacional es cada vez más
reducido. La jugada de las últimas décadas ha resultado un fiasco
que obliga, a mi juicio, a elaborar un proyecto de desarrollo
económico para el país con el objetivo principal de cubrir el vacío
dejado por los sectores desaparecidos, o casi. Quiero decir que la
nuestra no es una perturbación económica como la que sufren otros
socios europeos, es mucho más que eso y, por tanto, no valen las
medicinas habituales.
La urgencia de atender los problemas inmediatos parece haber
impedido dedicar tiempo a la elaboración de planes a medio y largo
plazo, pero eso no puede aplazarse sine die, ya que se corre el
peligro de malograr los muchos esfuerzos realizados por el conjunto
de la nación. De tales esfuerzos constatamos que el Estado se ha
hecho cargo de una parte bastante significativa del sistema bancario
y de otra parte, nada desdeñable, de los activos inmobiliarios. A
ver qué hace con todo eso, teniendo en cuenta que las iniciativas
privadas continúan desaparecidas, cuando no preocupadas por el
ambiente de inseguridad jurídica generado por el tropel legislativo
que se ha abatido sobre sectores clave del tejido productivo,
especialmente el financiero y el de la energía.
El factor confianza no se recupera con la misma rapidez con la que
se pierde y es obligación de todos, y en especial de los poderes
públicos, ayudar a su restauración. De ahí la importancia de
trabajar en un plan nacional que defina el modelo de país y los
sectores productivos que merecerán el apoyo de las administraciones
para que los presuntos inversores sepan a qué atenerse en el medio y
largo plazo. Sin esa guía, será complicado que los buscadores de
gangas actuales, que no aportan valor ni seguridad, sean sustituidos
por iniciativas estables y solventes.
Un plan de reconstrucción y un Gobierno que lo garantice
Ese plan teórico que, en términos coloquiales, sería el plan de
viabilidad de la empresa país, tendría que contener el estudio de la
deuda, tanto pública como privada, para determinar su influencia en
el desenvolvimiento del conjunto del proyecto. Eso es lo que hacen
las empresas cuando están en apuros, y la empresa nacional española
lo está en grado sumo. De hecho, el volumen de la deuda es un factor
capital a la hora de pensar en recomponer los graves daños que
padecemos. Hasta ahora se ha obviado su trascendencia, centrando
todas las referencias en los tipos de interés o prima de riesgo,
pero, sin negar su importancia, hay que insistir en que la cirugía
de la deuda tiene que ir más allá de los costes financieros de la
misma, porque, aunque éstos se redujesen a la mínima expresión, la
economía española no tiene ni tendrá capacidad suficiente para
asumirla si no media una profunda reestructuración de aquella. Y
ésta sólo podrá conseguirse con la exhibición a los acreedores de un
plan serio y solvente, garantizado por un Gobierno con autoridad
política y moral.
Para terminar: ya sé que una de las preguntas es si España tiene ese
Gobierno y, en caso afirmativo, si éste estaría dispuesto a convocar
al país a la tarea de su reconstrucción, que incluiría la del propio
Estado. Que el lector saque sus conclusiones. Por mi parte, afirmar
que, si las respuestas son negativas, el gran objetivo nacional
debería ser convertirlas en afirmativas. Lo demás, me parece pura
calderilla que agostará la esperanza.
¡Que no engañen, la mora bancaria supera el
15%!
Juan Laborda www.vozpopuli.com 22 Agosto 2013
Según los datos que publica el Banco de España, el volumen total de
créditos dudosos concedidos por nuestro sistema bancario se situó en
junio de 2013 en los 176.420 millones de euros, de manera que la
tasa de morosidad alcanzó el 11,6%, nuevo récord histórico. Sin
embargo, en las cifras presentadas hay gato encerrado, al no
computar como morosos los más de 50.000 millones de euros
traspasados por la banca a la Sociedad de Gestión de Activos
procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb). Sin este efecto
contable, la morosidad de junio ascendería a 226.000 millones de
euros, de manera que la tasa de morosidad se situaría realmente en
cifras próximas al 14,5%.
Después de varios rescates, incluido el esperpento del banco malo
Sareb, todos ellos a costa de los contribuyentes y pequeños
acreedores patrios (preferentistas y poseedores de deuda
subordinada), la banca sigue necesitando más capital, presenta un
problema de solvencia, y se ha convertido en un sumidero de dinero
público, frente a la actitud inoperante, y en muchos casos de
connivencia, de reguladores y dirigentes políticos. Nuestra banca
sigue deambulando como un zombi, sigue teniendo mucha porquería en
sus activos, necesita más capital y, obviamente, el crédito al
sector privado no solo no se le espera sino que en términos
interanuales alcanza nuevos mínimos históricos.
Mora real muy por encima del 15%
Entre los experimentos con gaseosa del FROB, con sus esquemas de
protección de activos e inyección directa de capital, y la necedad
del banco malo Sareb, llevamos tirados a la basura más de 100.000
millones de euros, a los que habría que añadir el saldo vivo de los
avales prestados a la banca, alrededor de 110.000 millones en junio
de 2013, último dato disponible.
Los rescates de nuestro sistema financiero suponen una socialización
en toda regla de las multimillonarias pérdidas privadas provocadas
por una élite financiera y política que, aún hoy, sin ningún tipo de
rubor, sigue exigiendo sangre, sudor y lágrimas al resto de los
ciudadanos. Además, no valdrá para nada. La cuantía necesaria, según
cálculos que presentamos en 2012, rondará finalmente los 300.000
millones de euros frente a los más de 100.000 millones ya
succionados por ese pozo sin fondo en que se han convertido nuestras
entidades crediticias.
El problema no es solo inmobiliario, la crisis sistémica ha acabado
contaminando al resto de la economía española. La mora real, al
margen de trucos contables, está muy por encima del 15% del total de
préstamos de la banca. La pregunta es muy sencilla: ¿qué hacemos con
los préstamos concedidos a grandes empresas inmobiliarias, de
servicios, de medios de comunicación y un largo etcétera, cuya
actividad está cayendo en picado?
Reestructuración del sistema bancario
El sector bancario presenta problemas estructurales que no fueron
resueltos tras el inicio de la crisis en 2008, donde los bancos
centrales pusieron sobre la mesa una liquidez sin precedentes. El
problema era otro, la insolvencia de un sector sobredimensionado y
excesivamente apalancado, demasiada deuda en el sistema. Y
tristemente, hasta ahora, no se ha hecho la auténtica reforma
estructural que se tenía que haber implementado: la reestructuración
del sistema bancario en su totalidad.
Existen, como ya detallamos en su momento, dos modelos básicos para
hacer frente a los problemas de solvencia bancaria, como
consecuencia de una crisis de deuda provocada por el estallido de
una burbuja financiera o inmobiliaria. El modelo sueco, donde las
pérdidas se reconocen hoy, o el japonés, bajo el cual éstas se
reconocen conforme los bancos van generando beneficios para
absorberlas.
España, desde 2008, optó por el modelo japonés, de manera que las
pérdidas provocadas por los excesos en el sistema financiero solo se
reconocen conforme los bancos generan capital para absorberlas. Esto
es bueno para los bancos y su gerencia, ya que se oculta su
verdadera situación, y se persuade además el diseño de políticas
para incrementar los beneficios bancarios. Sin embargo, es nefasto
para la economía ya que distorsiona los precios de los activos
financieros e inmobiliarios y el acceso al crédito.
Es más necesario que nunca que los españoles sepamos realmente la
situación de nuestros bancos y cajas de ahorro. Y es ahí donde el
Banco de España y sus inspectores deberían hacer una auditoría sin
injerencias políticas y financieras, para saber el grado de
insolvencia real. Y una vez hecho, implementar el modelo sueco, a
costa de la gerencia, accionistas y bonistas senior.
Si no se hace así, tendremos más de lo mismo. Los precios de las
viviendas continuarán sin ajustarse lo que deberían, las variaciones
interanuales del crédito a empresas y familias seguirán en mínimos
históricos, mientras se lían a comprar deuda soberana patria para
llevarse el carry. Y lo peor de todo es que cuando vuelva a aumentar
la aversión al riesgo de los mercados nuestro sistema bancario se
verá seriamente afectado por una nueva recaída cíclica asociada a un
proceso de normalización del coste de capital y primas de riesgo. Y
entonces, ¿qué?
De gobiernos lacayos y antiespañoles
Pío Moa www.gaceta.es 22 Agosto 2013
Nunca tuvo España tantos medios para recobrar el peñón, ni tan pocas
ganas, sus gobiernos, de utilizarlos.
Blog II: www.El rey y Gibraltar / Novelas y novelas: www.piomoa.es
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La cuestión clave sobre Gibraltar es esta: ¿quiere España recuperar
el peñón o no? Si por España entendemos los españoles, al menos los
informados, está claro que sí. Si entendemos sus gobiernos desde
Felipe González, está claro que no. No hay una política a largo
plazo al respecto, sino la traición a la única coherente, en tiempos
de Franco: primero, victoria diplomática en la ONU. Segundo, cierre
de la verja ante el desprecio de Londres por el acuerdo
internacional. Inglaterra siempre se mostró despótica y vulneradora
de cualquier tratado cuando se sentía fuerte o no encontraba
enfrente a un interlocutor enérgico. Lo último es lo que ocurre en
España, con la excepción de la época franquista.
Para solucionar el problema hay dos vías: la militar, imposible
(Inglaterra gasta cuatro veces más dinero en sus fuerzas armadas) e
innecesaria; y una combinación de la presión diplomática y
económica, en la que España tiene todas las de ganar si quiere
emplearla a fondo. Pero la victoria en la ONU y la conversión del
peñón en una ruina para Inglaterra fueron convertidas en lo
contrario por los políticos socialistas --también por Aznar--, dando
a los llanitos e ingleses toda suerte de ventajas y privilegios.
Nunca había llegado España a sufrir tal espíritu lacayuno de sus
dirigentes. España tiene además medios de presionar con la OTAN y
Usa, y probablemente lo más útil sería condicionar la permanencia en
la OTAN a la devolución de Gibraltar, e incluso abandonar esa
organización, que para España no tiene utilidad, y volver a la
política bilateral con Usa, cuya base en Rota puede utilizarse
también como medio de presión.
Es indudable que solo una presión firme y continuada puede dar
resultados. Las disputas menores y por detalles, como las de ahora,
vinen bien porque ayudan a despertar a una opinión pública
deliberadamente adormecida durante decenios. Pero por sí mismas no
llevarán a ningún lado. Tampoco la intervención de la UE, que se
decantará probablemente por el socio más fuerte y enérgico y
terminará en agua de borrajas. El contencioso es entre Inglaterra y
España, y solo podrá resolverse cuando Londres perciba una
orientación precisa y resuelta por parte de Madrid. Lo que sigue
estando muy lejos de suceder.
Boletín estadístico
El número de empleados de las CCAA dobla a
los trabajadores estatales
EFE www.gaceta.es 22 Agosto 2013
A fecha de uno de enero, en España había 2.576.746 trabajadores
públicos, de los que 1.307.343 lo hacían para la Administración
autonómica.
El informe señala que, a fecha del pasado 1 de enero, en España
había 2.576.746 trabajadores públicos, de los que 1.307.343 lo
hacían para la Administración autonómica, 570.691 para la estatal,
549.807 para la local y 148.905 en las Universidades.
Estas cifras suponen un descenso de 59.435 efectivos respecto a
julio de 2012, cuando había 2.636.181 personas que trabajaban para
el conjunto de las administraciones públicas.
La reducción más significativa en ese semestre se produjo en las
comunidades autónomas, con casi 27.000 personas menos, seguida de la
Administración local, con 17.500; la estatal, algo más de 9.000, y
las Universidades, 5.863 efectivos menos.
El descenso más significativo se produjo entre el personal que
trabaja en los ayuntamientos, 11.558 personas menos en el período
analizado, al pasar de 498.199 en julio de 2012 a 486.641 en enero
de este año. Por detrás, se sitúa el área de docencia no
universitaria de las autonomías, donde había 538.123 trabajadores en
julio del pasado año y 527.469 a primeros de 2013.
La rebaja también fue significativa en el personal de las
instituciones sanitarias autonómicas del Sistema Nacional de Salud,
donde trabajan 8.604 personas menos entre ambos períodos.
La presencia de los efectivos de la administración estatal es más
numerosa en Madrid, con 167.197 personas, por delante de Andalucía,
con 92.577, mientras que la autonómica más amplia es la andaluza,
con 238.909, seguida de la catalana, con 165.092 trabajadores.
La gestión de las entidades locales es más grande en Andalucía, de
lo que se ocupan 113.369 trabajadores, mientras que en Cataluña lo
hacen 86.657. Las Universidades de Madrid (28.760), Andalucía
(25.571) y Cataluña (25.091) son las que cuentan con más personal.
Andalucía es la comunidad que tiene un mayor número de efectivos
públicos (470.426), por delante de Madrid (405.998) y Cataluña
(306.976).
Lasarte, de vacaciones
Román Cendoya www.gaceta.es 22 Agosto 2013
Lo mejor que tiene España son los españoles y su capacidad de
adaptación y sacrificio.
La noche anterior a irme de vacaciones, lejos de España, mi querido
director me dijo que yo antes era mucho más positivo y optimista.
Que él, que me lleva leyendo desde el siglo pasado –nos vamos
haciendo mayores–, ha notado un giro en mi forma de ver la realidad.
Efectivamente, antes era mucho más positivo. Siempre he creído y
sigo creyendo en la política como un gran servicio público,
imprescindible en las sociedades modernas, al que deben dedicarse
los mejores. Los grandes hombres. Y en España, a lo largo de la
transición y de años posteriores, los hemos tenido. El problema está
en que esos grandes hombres, como tienen algo que hacer en la vida,
acaban huyendo de la política expulsados por el sistema
partitocrático del que se han apoderado personas pequeñas,
mediocres, cainitas en su supervivencia que no sirven al público.
Cuando yo creía en los políticos también eran expulsados del sistema
mediante el asesinato como ocurrió con Gregorio Ordóñez o Fernando
Múgica, entre tantos otros.
Esas grandes personas, generosas hasta dar su vida, no habrían
consentido que el sistema democrático degenerara en esta
partitocracia, sin valores ni principios, que permite que su asesino
tenga seis días de vacaciones penitenciarias en un hotel de montaña,
con encanto, acompañado de su pareja y su hijo. ¿Alguien se imagina
que en EE UU o en Francia los condenados a 400 años de cárcel por
asesinar políticos –o a cualquiera– sean autorizados tres veces al
año a vacaciones penitenciarias en las Rocosas o en los Alpes? ¿Se
puede creer en unos partidos que consienten cómo la proterrorista
chupinera de Bilbao ejerce su mandato día a día mofándose de la
justicia? Mal está una sociedad que elige a esa persona. Peor es que
tenga unos líderes políticos, que miran para otro lado, o critican a
quien actúa conforme a la ley.
Me cuesta ser positivo al ver cómo Urdangarin evade el dinero
destinado al deporte de los niños discapacitados o cómo el de los
parados se reparte en falsos ERE de la Junta de Andalucía o en
autobuses para las huelgas, revistas para el autogozo del
sindicalista de turno o en comidas de la UGT. Y todos, como el PP
con Bárcenas, mirando para otro lado, mintiendo, y señalando la
mierda del otro siendo incapaces de asumir la suya.
Pero soy optimista. Porque lo mejor que tiene España son los
españoles y su capacidad de adaptación, sacrificio y reinvención
cuantas veces ha sido necesario. Y ahora lo es. Soy optimista porque
entre la morralla hay gente con valores y principios como Carlos
Urquijo, Albert Rivera y bastantes más. El trabajo que tenemos entre
todos es limpiar el paisaje y crear una realidad que nos devuelva al
positivismo. Todos lo necesitamos.
30.000 millones más que en 2007
El gasto de las CCAA se dispara un 20% en
plena crisis
Gastaron
186.474 millones de euros en 2012, casi 30.000 millones más que en
2007, cuando España vivía su último año de burbuja económica.
M. Llamas
Libertad Digital 22 Agosto 2013
Los datos oficiales desmontan, una vez más, al
ministro de Hacienda,
Cristóbal Montoro. Su principal argumento para
implantar el polémico déficit a la carta,
permitiendo así que las CCAA incumplidoras gocen de un mayor margen
de gasto este año y se alejen del objetivo común del 1,3% del PIB,
se basó en que los gobiernos regionales están llevando a cabo un
intenso proceso de consolidación fiscal. Además,
puesto que parten de una situación presupuestaria "heterogénea", es
preciso fijar
objetivos de déficit asimétricos para no
"ahogar o deprimir más la situación de algunas economías
regionales". Es decir, según Montoro, la reducción del déficit
autonómico va por buen camino, pero, en todo caso, es preferible
evitar drásticos recortes para no dañar el crecimiento.
De este modo, Valencia, Murcia, Andalucía, Cataluña
y Baleares, las cinco comunidades que cerraron 2012 con un
déficit superior al autorizado (1,5% del PIB), también podrán
presentar este ejercicio un descuadre presupuestario superior al
previsto inicialmente (1,3%).
Este discurso, unido a las constantes protestas políticas y
sociales en contra de los teóricos recortes, ofrece
una imagen que no se ajusta a la realidad de las cuentas regionales.
Y es que, lejos de protagonizar un firme ejercicio de austeridad, el
gasto autonómico ha crecido de forma muy sustancial
durante la crisis. En concreto, las CCAA gastaron un total de
186.474 millones de euros en 2012, casi 30.000 millones más
que en 2007, en pleno auge de la burbuja. Así pues, su
gasto público, lejos de retroceder, se ha disparado un 20% durante
los años de crisis.
Algo similar sucede con los ingresos, ya
que han pasado de los 154.322 millones de euros en 2007 a los
168.038 millones recaudados en 2012, creciendo casi un 9%
durante la crisis (13.716 millones extra), según la
contabilidad oficial remitida a Bruselas, en base al Protocolo de
Déficit Excesivo (PDE). En este sentido, hay que tener en cuenta que
la reforma de la financiación autonómica, en vigor desde 2009,
otorgó un mayor volumen de recursos a las CCAA, aminorando así el
desplome de la recaudación fiscal que ha provocado el estallido de
la burbuja crediticia.
Como consecuencia del sustancial aumento del gasto y el
menor crecimiento de los ingresos, las regiones siguen presentando
un abultado déficit público en comparación con los
años previos a la crisis. En 2007, el desajuste fiscal apenas
superaba los 2.000 millones frente a los más de 18.000 sufrido en
2012, equivalente al 1,76% del PIB, superando así
el objetivo del 1,5% marcado por Bruselas. El déficit autonómico de
2012 multiplica por ocho el registrado en 2007.
******************* Sección "bilingüe"
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Nadie respeta a la Justicia.
Vicente A. C. M. Periodista Digital 22 Agosto 2013
Se lo han ganado a pulso.No hay sentencia que no sea pasada por "el
arco del triunfo" de los etarras y de los nacionalistas vascos que
pronto han olvidado los más de 900 muertos y miles de familias
exiliadas. Lo que está pasando en Bilbao con lo de la txupinera pro
etarra es solo uno más de los agravios que tienen que soportar, no
solo los familiares de las víctimas de ETA,sino todos los españoles,
que vemos impotentes la cobardía del Gobierno y de la Justicia para
hacer cumplir algo tan simple como una sentencia judicial.
El descaro y el desafío que representa mantener a esta pro etarra en
los actos oficiales de Bilbao no debe ser consentido ni un minuto
más. Pero una cosa es el deseo y otra la vergonzosa realidad de ver
la rendición del Estado de Derecho ante la ETA y sus cómplices en
los que desgraciadamente para la democracia hace tiempo que militan
los nacionalistas del PNV. Una vergüenza que solo confirma la
inutilidad del sufrimiento pasado en los atentados criminales de la
banda terrorista, por la cobardía, cuando no complicidad del
Gobierno capaz de vender paz por territorios y por perdón de los
etarras sin nada a cambio y sin luchar.
Estoy asqueado por la actitud de este Gobierno y de las
Instituciones de Justicia, incapaces de hacer cumplir la Ley,
permitiendo la burla constante y pública de unos indeseables que
deberían estar fuera de las Instituciones y apartados de la política
por apología del terrorismo. Porque no deberíamos recordar que los
asesinos de ETA son terroristas y no "soldados" de ningún ejército
de liberación. Y lo que representa esta txupinera es solo la cara
del asesino y no de las verdaderas e inocentes víctimas.
Y ¿Qué ha hecho este Gobierno para mantener la dignidad del pueblo
español? Liberar a etarras y concederles permisos penitenciarios. Un
asesino como Valentín Lasarte ya disfruta de excarcelaciones largas
tras solo 17 años de cárcel. Y digo solo,porque la Justicia le
condenó a más de 413 años de prisión. Es decir que si no existiese
una ley tan permisiva y tan comprensiva con los asesinos, este
miserable terrorista no pisaría la calle en al menos 30 años, siendo
eso ya una muestra de misericordia por no aplicar la cadena perpetua
como se debería. Una misericordia que no demostró este terrorista al
matar a sangre fría a Miguel Ángel Ordoñez y que no ha mostrado
arrepentimiento alguno por sus crímenes.
Es una vergüenza el que el Gobierno de España y el PP con su mayoría
parlamentaria no hayan sido capaces de enfrentarse a esta situación
de indignidad. Espero que no tengamos que lamentarlo y que los
txupinazos no vuelvan a transformarse en bombas lapa, en coches
bomba y en tiros en la nuca. Cuando no hay Justicia, es de esperar
que cansados, aparezcan grupos que se la tomen por la mano.
MEMORIA
Estella recuerda a dos guardias civiles
asesinados por ETA hace 25 años
El acto estaba organizado por el Ayuntamiento y asistieron las dos
viudas
AGENCIAS | ESTELLA. El Correo 22 Agosto 2013
La localidad navarra de Estella ofreció ayer un reconocimiento
institucional a los guardias civiles de Tráfico Antonio Fernández
Álvarez y José Antonio Ferri Pérez, asesinados por ETA hace
veinticinco años. El acto fue organizado por el Ayuntamiento y a él
asistieron las dos viudas de los agentes, que procedían de Úbeda y
de Salamanca, respectivamente.
Pili Hernández y Manoli Resa agradecieron el homenaje a sus maridos
sin poder ocultar su emoción por el regreso a Estella. «Me ha
parecido igual que el día del atentado, pero sin féretro», declaró
Resa. Por su parte, Pili Hernández señaló que estaba «muy agradecida
al pueblo foral, a pesar de todo». «Antes, durante y después tengo
buenas palabras para la gente de aquí, que es maravillosa, como me
lo siguen demostrando después de veinticinco años: tanto los
políticos como los vecinos. Mis mejores amigos siguen siendo los de
Estella», aseguró.
Numerosa presencia
En el acto participaron también numerosas autoridades, entre ellas,
la alcaldesa, Begoña Ganuza; la delegada del Gobierno en Navarra,
Carmen Alba; el presidente del Parlamento foral, Alberto Catalán; y
los consejeros de Presidencia, Justicia e Interior, Javier Morrás, y
de Políticas Sociales, Íñigo Alli.
Entre los asistentes se encontraba también la entonces alcaldesa,
Rosa López, de la Agrupación Independiente de Estella (AIE), que,
por acuerdo plenario, decidió la colocación de la capilla ardiente
en la Casa Consistorial, lo que se producía por primera en la
historia del terrorismo en España.
El homenaje se inició con una misa en la iglesia de San Miguel
Arcángel por el párroco José Miguel Arellano, quien leyó una carta
del arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, Francisco Pérez. En el
mensaje abogó por el abandono de la violencia y reclamó que
«depongan las armas sus asesinos, que pidan perdón, que cumplan la
ley y que la paz sea nuestro modo de convivir».
A continuación tuvo lugar una ofrenda floral junto al monolito
colocado en la casa cuartel de la Guardia Civil. El atentado ocurrió
el 21 de agosto de 1988, cuando un comando etarra hizo explotar un
coche bomba al paso del vehículo en el que viajaban los dos agentes,
que fallecieron en el acto.
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