Un nuevo curso en busca de la exigencia
Editorial www.gaceta.es 10 Septiembre 2013
Una muestra sobre cómo se enfocan en España las cuestiones
educativas es que el comienzo de curso se examina siempre desde el
punto de vista de la conflictividad que se espera, nunca desde el
punto de vista de la eficacia de unas posibles mejoras. Parece como
si la mejora de la educación no interesase a nadie, pese a que el
ministerio haya tomado algunas medidas que podrían ayudar a que las
cosas fueran a mejor.
Mejorar la educación no es una prioridad real para muchos que no
cesan de agitar esa causa cuando lo que quieren es aumentar el gasto
público y reducir los niveles de exigencia. Lo que buscan es igualar
por abajo, no educar, porque educar es estimular, aprender,
atreverse a ser mejores, a competir, a tener criterio propio, a
valorar la experiencia sobre el tópico, a ser saludablemente
escéptico para enfrentarse valientemente a la verdad. Como esta
clase de estímulos no ayuda a que se fortalezca la mentalidad
igualitaria que propugna la izquierda, se eliminan, y la educación
se convierte en lo contrario de lo que debiera ser. En el colmo del
cinismo estos educadores de la izquierda niegan la evidencia de que
nos gastamos mucho más que muchos y conseguimos bastante menos que
la mayoría, pero, según ellos, esto se arregla con más dinero, más
impuestos, más Estado, más control y más ideología.
Por fortuna la educación también está sólo en manos de profesores,
de padres, de todos nosotros, y todos debiéramos hacer un esfuerzo
por ayudar a que la educación sea más eficaz, más exigente, más
ejemplar, más competente. La educación debiera ser vista como lo que
es, una actividad que exige sacrificio. Sólo una auténtica vuelta a
la pedagogía del estímulo, de la emulación y del reconocimiento de
la excelencia nos permitirá salir de este océano de mediocridad en
que se ha convertido la educación española.
Las olimpiadas que de verdad necesita
España
Francisco Rubiales Periodista Digital 10 Septiembre 2013
Organizar unos juegos olímpicos representa el esfuerzo supremo de
una sociedad, que debe unirse y luchar duro para afrontar ese
desafío, mientras el mundo entero la contempla. España, como han
afirmado algunos miembros del COI, tiene ya unas grandes Olimpiadas
que organizar: la de su supervivencia como país, un esfuerzo
descomunal que incluye salir de la quiebra económica, recomponer su
unidad rota, regenerar su falsa democracia, eliminar el terrible
desempleo masivo que padece y erradicar la corrupción que pudre sus
instituciones y su convivencia.
Las olimpiadas que realmente le interesa organizar a España son las
que premian el esfuerzo y la victoria en asuntos como la
prosperidad, el empleo, la limpieza, la educación, la justicia, la
democracia, la decencia y otros grandes valores, por desgracia
ausentes de la política y de la vida de los españoles.
Pero esas olimpiadas por la justicia, la decencia y el verdadero
progreso no interesan a nuestros partidos políticos ni a nuestros
políticos profesionales porque no representan gastos y comisiones,
son demasiado grises y requieren una capacidad de liderazgo y un
esfuerzo profesional y técnico que escapa a sus posibilidades y
miserias.
Realizar un enorme esfuerzo de alcance nacional para organizar unos
juegos olímpicos cuando el país está arruinado, en peligro de
desmembrarse, con seis millones de desempleados, con sus jóvenes
emigrando porque carecen de trabajo, con su clase política
desptrestigiada, despilfarrando y divorciada de una ciudadanía que
cada día le desprecia mas, es una frivolidad y un despropósito que
el COI ha captado y castigado con una derrota rotunda, a pesdar de
que el proyecto español, técnicamente, no lo mereciera.
Para España es mil veces mas importante y prioritario que el
esfuerzo Olímpico el de regenerar su democracia y conseguir un
liderazgo limpio y decente que sea capaz de unir a los españoles en
torno a proyectos comunes, como corresponde a una verdadera nación.
La gran debilidad de España es haber querido utilizar las Olimpiadas
como proyecto ilusionante de unidad y esfuerzo, sin afrontar
previamente los grandes dramas y lacras que atenazan a la nación,
entre ellas su gran ruina económica, el desprestigio creciente de su
clase política y la degradación de su convivencia y de su
democracia.
Antes de organizar unos Juegos Olímpicos, España tiene que adelgazar
su obeso e irracional Estado, restar grandes cantidades de poder y
de impunidad a los partidos y a sus políticos profesionales,
devolver el vigor a la economía, recomponer la unidad nacional,
resquebrajada y dañada seriamente, restablecer el juego limpio entre
los poderes del Estado, dejar de nombrar jueces desde los partidos,
conseguir que los partidfos se retiren de la sociedad civil, que han
ocupado como si fuera territorio enemigo, otorgar al ciudadano el
protagonismo que le corresponde en democracia, dejar de cobrar
impuestos confiscatorios e injustos, los mas desproporcionados y
lamentables de toda Europa, cumplir las promesas electorales, dejar
de mentir a los ciudadanos desde el poder y aprender, desde los
partidos, a respetar la democracia y a servir, en lugar de
"servirse" del pueblo.
La derrota olímpica de España ha sido dura, pero mas duro y
lamentable es comprobar que los políticos no aprenden y que siguen
buscando proyectos artificiales y grandiosos, antes de hacer frente
a los grandes dramas de un país en el que vivir ya ha dejado de ser
un privilegio y se ha convertido en un tormento para millones de
ciudadanos insatisfechos y frustrados.
Por desgracia, hay demasiados políticos en España que prefieren unas
Olimpiadas del deporte que las olimpiadas vitales por la
supervivencia, mas crucial y necesaria. Son políticos sin grandeza,
obsesionados siempre en "ganar" las próximas elecciones para seguir
disfrutando del poder y sus privilegios, gente que cierra los ojos
ante la España derrotada e injusta que ellos mismos están
construyendo desde el poder político, sean del color que sean. No
merecen liderar el país, sino ser señalados por el dedo acusador de
la ciudadanía y repudiados como incompetentes e irresponsables
enemigos del pueblo y de la nación.
Voto en Blanco
La movilización silenciosa
EDITORIAL Libertad Digital 10 Septiembre 2013
Tras casi dos años de una gestión rayana en el muy deficiente, con
groseros errores en la comunicación de unas políticas que nadie sabe
muy bien a dónde van y con un escándalo de corrupción de primera
sobre la mesa, el PP afronta unas encuestas cada vez más desastrosas
y que, en algunos casos, incluso lo sitúan por detrás del PSOE de
Rubalcaba.
Con una recuperación en ciernes que, de existir realmente, será
lenta y dolorosa, con Bárcenas en la cárcel y un peligroso sumario
en marcha, y sin la zanahoria de los Juegos Olímpicos, es lógico que
Rajoy trate de movilizar a su partido de cara a superar un escenario
muy complejo.
Sin embargo, nos encontramos que, por mucho que el presidente trace
una estrategia, por mucho que en la escuela de verano popular se
trate de ofrecer una imagen diferente del partido, el segundo lunes
del inicio de curso, y en una de las semanas más políticamente
cargadas del otoño –encuestas, Juegos Olímpicos, Diada…– nadie del
PP se presenta ante los medios para dar la otrora habitual rueda de
prensa tras el comité de dirección.
Es difícil pensar qué puede entender Rajoy por una "movilización"
del partido, pero más difícil todavía es creer que esta pueda
desarrollarse desde el silencio de sus máximos responsables y las
relaciones, o bien de huida o bien de vasallaje, que el PP y el
Gobierno vienen manteniendo con la prensa.
¿Es callando como piensan convencer a los medios de comunicación de
la bondad de sus medidas? ¿Es desde el silencio como creen que los
cada día más desencantados y enfadados militantes volverán a creer
en el partido del que antes se sentían orgullosos? ¿Es desde la
invisibilidad como esperan convencer a los votantes que se están
pasando a chorros a la abstención o a otras opciones políticas?
Por supuesto, ninguna de las tres cosas es posible: la recuperación
de los populares pasa por cambios importantes en la política
desarrollada hasta el momento –la económica y todas las demás–, pero
también por una política de comunicación más realista, más trabajada
y que no lo fíe todo al silencio o a la adulación de algunos grupos
capaces de comprar cualquier mercancía, sí, pero que de lo que no
son capaces es de venderla a una opinión pública entre la que día a
día pierden credibilidad e influencia.
Rajoy debe entender, en suma, que los problemas del PP –que también
son los de España– no van a desaparecer por que se establezca una
férrea ley del silencio en Génova propia del peor sindicalismo
mafioso. Es cierto que tampoco una política de comunicación más
eficaz será suficiente por sí sola para paliar el desastre, pero sí
puede ser un buen primer paso para ayudar en la solución o, al
menos, para que el descalabro no sea mortal.
La mentalidad revanchista.
Vicente A. C. M. Periodista Digital 10 Septiembre 2013
No me extraña que España no avance en democracia y esté estancada en
un sistema partitocrático de tudescos y capuletos, enemigos
encarnizados empeñados en imponer a los demás sus ¿ideologías?. No
existe un proyecto nacional como tal, sino una mentalidad
revanchista del que antepone el interés de partido y el clientelismo
mercenario al interés general de los españoles. El único objetivo es
alcanzar el poder y una vez en él, destruir lo realizado por su
antecesor y hacer borrón y cuenta nueva. Es imposible que una nación
pueda sobrevivir a este delirante modo de entender la política y la
misión de los partidos políticos al servicio de esa nación y no a
que se sirvan de ella para lograr sus bastardos objetivos.
El último en manifestar con rotundidad su afán revanchista ha sido
el siempre polémico y oscuro Secretario General del PSOE, Rubalcaba.
Ha dicho ante los medios de comunicación que "en cuanto lleguemos al
poder, lo primero que nos cargaremos será la Ley de Reforma
Laboral". Toda una declaración de intenciones sobre uno de los
pilares de la estructura productiva de España. Así también actuó el
anterior Presidente de Gobierno, Zapatero, con sus gabinetes,
ahondando en leyes que fomentaban el enfrentamiento guerracivilista
y actitudes comprensivas con el terrorismo de ETA y el nacionalismo
separatista vasco y catalán. La legalización de BILDU, la cesión con
el Estatuto de Cataluña, la Ley de la Memoria Histórica, el
adoctrinamiento de la enseñanza, la nueva ley de plazos del Aborto,
las relaciones laborales y el papel de los sindicatos, la demagógica
ley de la igualdad, etc., son solo ejemplos de los diferentes
ámbitos de lucha en el que tanto PSOE como PP difieren en lo
esencial y no están dispuestos al diálogo ni a ningún tipo de
acuerdo que suponga cesión.
Y luego quieren que la imagen de España sea reconocida como la de un
país de peso en los foros internacionales, cuando ni siquiera son
capaces de garantizar la unidad de la nación, ni una forma de
gobierno que no se deje amilanar por los feudos autonómicos, ni por
los chantajes del nacionalismo secesionista. Poco hacen los
ciudadanos para cortar de raíz este fracaso de la sociedad impulsado
por unos partidos políticos egoístas e incapaces de lograr acuerdos
globales de gobierno para impulsar la recuperación y salida de la
crisis. Estamos ante el fracaso de una prostituida democracia que se
ha basado en una Constitución farragosa y nacida con deformaciones
permanentes, flagrantes asimetrías aumentadas con el paso del
tiempo.
No se pueden admitir amenazas ni actitudes revanchistas sean del
signo que sean. Los ciudadadnos no podemos aceptar esta forma de
hacer política.
Rajoy y el 11-S nacionalista
El eslabón más fuerte de la cadena
nacionalista
Guillermo Dupuy Libertad Digital 10 Septiembre 2013
La firme y pública negativa de la Generalidad de Cataluña a cumplir
las sentencias del Tribunal Supremo en lo que a política lingüística
se refiere, así como su deliberado incumplimiento de los topes de
déficit público con el objetivo de seguir sufragando un carísimo
como ilegal proceso de construcción nacional, eran razones más que
de sobra para que el Gobierno de la nación hubiera cumplido hace
tiempo su deber de intervenir la Administración autonómica catalana,
tal y como contemplan tanto la Constitución como la propia Ley de
Estabilidad Presupuestaria.
En lugar de ello, y desde el primer momento, Rajoy, bien por
debilidad de carácter, bien por la estúpida creencia de que así iba
a lograr moderarlos, no ha hecho otra cosa que ceder ante los
nacionalistas, lo cual no ha logrado otra cosa que fortalecer las
pretensiones secesionistas de estos. Así, Rajoy y su servil Fiscalía
General del Estado han dejado en papel mojado las sentencias del
Supremo, y renunciado a denunciar políticamente lo que la
Administración autonómica roba a los contribuyentes catalanes en
beneficio de sus delirios identitarios. Tampoco el Gobierno se ha
molestado en rebatir políticamente el falso derecho a la
autodeterminación.
El hecho es que el presidente Rajoy ha incumplido sus propios topes
de déficit público tanto como ha dejado que los incumplan unas
comunidades autónomas a las que, para colmo, ha concedido nuevos
topes, menos exigentes, para el futuro. Desde el primer momento,
Rajoy ha dedicado la mayor parte de los Fondos de Liquidez
Autonómica a un Gobierno autonómico, el catalán, que no ha ocultado
en ningún momento que su prioridad política es la ruptura de la
nación española como sujeto de derecho y fuente de soberanía.
A pesar de los maquillajes que les brinda la prensa madrileña, los
"discretos" contactos entre Rajoy y Mas, al igual que los mantenidos
en el pasado, no tienen otro objetivo que dar una apariencia de
legalidad a una consulta radicalmente inconstitucional, o bien
sustituirla –más bien, aplazarla– con un nuevo y más privilegiado
modelo de financiación autonómica, también radicalmente incompatible
con la igualdad de todos ante la ley.
Con tal de ocultar la decisiva responsabilidad que el débil y
acomplejado liderazgo de Rajoy tiene en toda esta efervescencia
nacionalista, y para justificar que la única reacción del presidente
del Gobierno ante ella sea la cesión, buena parte de la prensa
madrileña ha interiorizado que el modelo de financiación de la
Generalidad debe ser "replanteado", y hasta nos ha presentado a Mas
como un dirigente dispuesto a recular.
Lo cierto, sin embargo, es que la Generalidad no necesita un nuevo
modelo de financiación, sino dedicar los cuantiosos recursos que el
actual modelo ya le procura –mayores a los que dispone cualquier
otra Administración regional del mundo– a las auténticas necesidades
del ciudadano y no a los despilfarradores delirios identitarios y
redes clientelares a los que los está dedicando, para mayor gloria
de su construcción nacional.
Lo cierto es que ha sido el propio Mas el que ha tenido que salir a
la palestra para demostrarnos que no renuncia a nada, que lo que le
sucede es que no se contenta con la impunidad que le brinda Rajoy,
sino que aspira a que el presidente del Gobierno otorgue amparo
legal y mayor financiación a un proceso soberanista al que, desde
luego, no renuncia.
Mucho se podrá ridiculizar la cadena humana con la que los
nacionalistas van a escenificar sus pretensiones secesionistas, pero
lo cierto es que la fortaleza de esta cadena no radica en sus
eslabones, sino en la debilidad de quien tiene el deber de romperla
y no hace otra cosa que ceder ante ella.
Una ley para las víctimas
Daniel Portero www.gaceta.es 10 Septiembre 2013
Las víctimas deben recuperar su importante papel en la derrota del
terror
El pasado 6 de septiembre el Consejo de Ministros dio luz verde al
nuevo reglamento que desarrolla la Ley 29/2011 de reconocimiento y
protección integral de las víctimas del terrorismo. Son varios los
artículos de opinión que mi hermano Luis y yo hemos escrito sobre el
asunto, pero siempre con la intención de dedicárselo al que fuera
fiscal Luis Portero García, mi padre, asesinado por ETA hace 13
años. Sirvan estas líneas, sobre el nuevo reglamento como homenaje a
la memoria del que fuera un excelente padre, jurista fino y
cristiano ejemplar.
Ha sido mucho y de calidad el esfuerzo y trabajo desarrollado por la
Dirección General de Apoyo a Víctimas del Terrorismo que dirige
Sonia Ramos. A veces caemos en el defecto de hacer alguna crítica a
cualquier iniciativa a favor de las víctimas del terrorismo, pero en
este caso, se trata de un trabajo intachable y que merece todo el
agradecimiento de las víctimas del terrorismo al Ministerio de
Interior.
El nuevo reglamento aborda cuestiones como la regulación de un
procedimiento declarativo de la condición de víctima y de los
amenazados, el resarcimiento de daños físicos y morales, la fijación
de criterios que acaban con las diferencias entre las cuantías
indemnizatorias establecidas por los jueces, la actualización y
unificación de los distintos criterios y baremos indemnizatorios
utilizados por normativa ordinaria y extraordinaria –retroactiva su
aplicación hasta los atentados desde 1960–, o la unificación de los
criterios de valoración de las secuelas por los equipos de
valoración de incapacidades. Entre otras, el reglamento establece
las pautas de coordinación entre diferentes organismos estatales o
autonómicos sobre las ayudas al estudio, la vivienda o el empleo. Se
han considerado de forma especial las ayudas por tratamiento
psicológico ya que es la gran secuela del atentado terrorista y la
que mayor dedicación hay que prestar. Se incluye como novedad la
regulación y la indemnización del daño causado por la detención
ilegal y secuestro de personas por terroristas.
También el reglamento aborda el régimen de ayudas extraordinarias
para paliar situaciones de urgente necesidad para atender a las
víctimas de los atentados más antiguos o el régimen de las actuales
pensiones extraordinarias. Se tienen en cuenta las indemnizaciones a
ciudadanos españoles por atentados terroristas en el extranjero
además de realizar un reconocimiento político de la violencia de
persecución, de personas acosadas en el País Vasco y Navarra, pero
sin entrar en su consideración como víctimas para no hacer inviable
el sistema. En el ámbito laboral, el reglamento trata de forma
especial las ofertas públicas de empleo que reservan un cupo para
facilitar el acceso preferente a las víctimas. Especial atención y
dedicación merece el tratamiento de los inválidos y heridos, que
demandan una actualización de las ayudas de asistencia sanitaria. En
este aspecto, tendrá mucha importancia la futura y necesaria
coordinación y participación del Ministerio de Interior con las
comunidades autónomas y municipios, para la implantación de un
sistema de ayudas domiciliarias o la creación de centros de
rehabilitación específicos, siguiendo el modelo de países como
Israel.
También el reglamento hace una referencia en su articulado a la
protección de la dignidad de las víctimas frente a las ofensas de
los condenados por terrorismo y de los grupos sociales que les
apoyan. Aunque la Ley 29/2011 obliga a las Administraciones Públicas
a que retiren insignias, placas en calles o plazas, monolitos y
otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o
colectiva, del terrorismo o de los grupos que le apoyan, el
reglamento abunda en su desarrollo. En una más que segura
coordinación con el Ministerio de Justicia, todo ello debe conducir
a la reforma de los supuestos de aplicación del delito de apología
del terrorismo (art. 578 del Código Penal).
Son muchos los aspectos que este reglamento trata, aunque sólo me he
querido centrar en unos pocos pero de gran importancia. Es de gran
importancia la labor y esfuerzo del Ministerio de Interior para
evitar que los familiares de miembros de ETA fallecidos en
enfrentamientos policiales puedan acceder a las ayudas que se
facilitan con la Ley 29/2011 y con el reglamento que ahora la
desarrolla.
El terrorismo es un problema de Estado y el reglamento que se ha
aprobado es una de las grandes armas democráticas que tenemos las
víctimas del terrorismo para vencerlo. De esta forma, las víctimas
deben recuperar su importante papel en la derrota del terror,
constituyéndose en auténticos referentes morales y en protagonistas
de la movilización de la sociedad civil por las libertades y contra
el terrorismo, respaldando así la lucha que el Estado debe seguir
librando contra el terrorismo hasta lograr su completa desaparición.
*Daniel Portero es presidente de la asociación Dignidad y Justicia.
España va mejor. Y amén
Javier Benegas www.vozpopuli.com 10 Septiembre 2013
Parece que fue hace una eternidad, sin embargo solo ha transcurrido
poco más de un mes desde que Mariano Rajoy, acosado desde todos los
frentes, incluido el internacional, se vio forzado a dar la cara y
hacer un reconocimiento explícito de su responsabilidad en el
llamado 'Caso Bárcenas'. Era tan grave el trance y tan imprevisibles
sus consecuencias que no pocos analistas, incluso algunos de los más
críticos, se vieron compelidos a vender posteriormente aquella
comparecencia in extremis como un acto de coraje y buena voluntad
del presidente, cuando la realidad fue que Rajoy, como un púgil sin
fuelle, se había limitado a lanzar golpes al aire esperando a que
sonara la campana. Y la campana sonó. Llegó el paréntesis veraniego
con la enésima trifulca a cuenta del peñón de Gibraltar y, después,
el bochorno de la debacle olímpica, rebajando una presión que se
había vuelto insoportable.
Sin embargo, ahora que el nuevo curso político comienza, es preciso
retroceder hasta el uno de agosto de 2013 para comprender en qué
punto exacto del drama patrio nos encontramos. Porque ese día, un
Mariano Rajoy inusualmente tenso, incómodo y con la cara
visiblemente desencajada optó por una “bunkerización” irreversible.
Para lo cual no le quedó otra que negar con firmeza, en ocasiones
casi vehemencia, que la corrupción en el Partido Popular fuera
generalizada y que él mismo fuera corrupto. Y ni corto ni perezoso
circunscribió todo el asunto de los sobresueldos y la presunta
financiación ilegal del partido a un mero error de confianza.
«Confié en Bárcenas y me equivoqué», dijo. Y punto. Eran lentejas.
El plan: salir de la crisis haciendo trampas y sin despeinarse
Muy al contrario de lo que muchos cronistas escribieron los días
inmediatamente posteriores a la intervención de Rajoy en el Senado,
no fue sólo que el presidente endulzara su comparecencia con
argumentos económicos, sino que éstos resultaron ser el eje
fundamental de su argumentación. Así, inmediatamente después de que
prometiera no escudarse tras los datos económicos, se lanzó a hacer
una exposición pormenorizada de los signos positivos que la economía
parecía empezar a mostrar. Hasta la fecha elegida para su discurso
estuvo oportunamente precedida por el último informe del Banco de
España, informe que ratificaba el inminente final de la recesión.
«España va mejor». Ese fue el mensaje, la buena nueva con la que
debía quedar conjurado el peligro de una peligrosa pérdida de
legitimidad, no sólo del presidente sino, en general, de la España
oficial. Así, para que la salida de la crisis económica no se viera
truncada, era preciso cumplir un último requisito: no cuestionar la
integridad –y por ende la legitimidad– de don Mariano, de su partido
y, lo más importante, del Régimen del 78. Los medios de comunicación
debían pues cooperar como nunca antes lo habían hecho y hacer sonar
las fanfarrias, y los presentadores de los telediarios lucir la
mejor de sus sonrisas. Esa fue la carga de profundidad de su
discurso. Y sobre esta interesada transacción, la prometida salida
de la crisis a cambio de no dar pábulo a las acusaciones de
corrupción dirigidas contra el partido en el gobierno y contra su
presidente, construyó Mariano su discurso. Un discurso que, a la
vuelta de las vacaciones, se ha endurecido, convirtiéndose en
consigna y norma de obligado cumplimiento para todos aquellos que
dependen de la generosidad de quien tiene la sartén por el mango.
Nada pues de reformas que toquen siquiera de refilón al actual
modelo político. Ni siquiera nombrarlas.
Fecha clave de esta legislatura
El uno de agosto de 2013 fue mucho más que el triste colofón de un
curso político deprimente, plagado de disgustos y decepciones. Fue
el día en que Mariano Rajoy se vio en la necesidad de unir el
destino de la nación a su propio destino, elevando así la corrupción
a la categoría de principal institución de España. De ahí en
adelante, nada debería ya asombrarnos, ni siquiera el borrado
deliberado de dos discos duros con datos presumiblemente
comprometedores. Todo sea por la patria.
Según el discurso oficial, la salida de la crisis solo será posible
si la política y, en consecuencia, las responsabilidades derivadas
de su ejercicio son convenientemente separadas de la economía,
olvidadas y enterradas. Y justo es reconocer que el regreso de las
inversiones a España aliviará en parte –ya lo está haciendo– la
pesada carga que algunos bancos y grandes empresas arrastran desde
hace demasiado tiempo. Y ello se traducirá en una leve mejoría de
determinados datos económicos y, quizá también, en la salvación
temporal de la gerontocracia hispana de los grandes negocios. Cosa
para la cual bien puede valer un Mariano cualquiera por muchos
Barcenas que le echen encima. Todo apunta a que ese es el quid de la
cuestión. Sin embargo, de ahí a que la crisis real esté camino de
resolverse media un abismo. Porque, por más que le pese a este
registrador de la propiedad y a todos aquellos que le sostienen, la
política y la economía son compañeros de viaje inseparables. Y
cuando la política es suplantada por la corrupción, la economía se
vuelve frágil y enfermiza. Y en esta tesitura seguimos, a la espera
de un milagro.
La impagable docilidad de los corderos
Joaquim Coll www.criticaglobal.com 10 Septiembre 2013
Los que sin ambigüedad alguna nos hemos situado siempre en oposición
al proceso secesionista, liderado por Artur Mas, hemos denunciado
sus muchas trampas y advertido del abismo al cual parecía querer
arrastrar a Cataluña, podemos celebrar de entrada su aparente giro
hacia la sensatez efectuado a las puertas de la celebración de la
Diada. Puede que el presidente de la Generalidad jamás haya tenido
realmente la intención de cruzar ninguna línea roja, pero su actitud
desafiante y la ejecución pormenorizada del pacto político con ERC
levantaban la sospecha de que si alguna cosa no podía permitirse el
soberanismo es que en 2014 no ocurriese nada. Ahora bien, la
sensación general de alivio al descartarse un escenario
insurreccional, presidido por la metáfora del choque de trenes, no
puede hacernos olvidar por lo menos tres cuestiones.
En primer lugar, la irresponsabilidad de Mas al alimentar las
expectativas más radicales o fantasiosas sobre la posibilidad de una
secesión a la brava, lo que ha tensionado gravemente el clima
político catalán y dañado la convivencia ciudadana. En este sentido,
el anuncio del jueves pasado de que no hay consulta posible sin el
aval del Estado es el reconocimiento implícito de que la declaración
de soberanía del Parlamento autonómico del 23 de enero fue un
brindis al sol y, por tanto, un error político para iniciar
cualquier negociación.
Afortunadamente, Cataluña tiene una economía productiva para hacer
frente a una nomina de intelectuales y periodistas subsidiados tan
abultada
En segundo lugar, sorprende que ahora tantos comentaristas, entre
los que destacan los miembros del gubernamental Consejo Asesor de la
Transición Nacional, vean acertado el aterrizaje en el realismo de
Mas. Curiosamente, los mismos que antes propagaban desde sus
tribunas mediáticas que el año que viene tenía que preguntarse
imperativamente, de una forma u otra, sobre la secesión. Antes
celebraban las prisas, la firmeza del presidente autonómico o
afirmaban la irreversabilidad del proceso, y aseguraban que había
otras legalidades posibles para ejercer el equívoco derecho a
decidir en 2014, ahora elogian rastreramente el giro del presidente
autonómico y exaltan incluso su osada estrategia de amenazar con
unas elecciones plebiscitarias dentro de tres años si España no
tolera antes una consulta. Pero no expresan ni una sola duda sobre
su coherencia, ni cuestionan la suma de tantos gestos y palabras con
los que se ha excitado hasta hoy a los catalanes.
Afortunadamente, Cataluña tiene una economía productiva para hacer
frente a una nomina de intelectuales y periodistas subsidiados tan
abultada. Es la docilidad de los corderos que solo piensan en el
buen pasto.
Y, en tercer lugar, aunque el anuncio de Mas corta en seco la
espiral de tensión a la que parecíamos fatalmente condenados, hay
muchas incógnitas sobre el sentido exacto de las conversaciones con
el Gobierno de Mariano Rajoy, quien, ciertamente, a corto plazo se
quita de encima un grave desafío.
Mucho se está especulando desde el jueves sobre la posibilidad de
una consulta pactada con diversas preguntas. Algunos oráculos dicen
que se trataría primero de rebajar poco a poco el suflé
independentista para luego lograr que de la hipotética consulta
saliera un mandato para mejorar el autogobierno y la financiación
catalana, aunque una de las alternativas podría ser la
independencia.
Lo ambiguo de las palabras de unos y el silencio calculado de otros
permite todo tipo de lecturas. En cualquier caso, si alguna cosa ha
demostrado el mundo nacionalista es su enorme habilidad por extender
su relato al resto de la sociedad, incluyendo a sus rivales
políticos. En esta tarea cuentan, lo estamos viendo de nuevo, con la
docilidad impagable de los corderos.
Susana Díaz y los embustes del siglo XXI
Javier Orrico Periodista Digital 10 Septiembre 2013
Luego me llevó a ver Godspell o Gospel. Enfermera y señora era nueve
años mayor que yo, pero recorrimos juntos esa distancia en una sola
noche. Ir al teatro y pasear luego por Madrid era sellar la memoria,
ligar a su recuerdo aquella desazón que sembraría para siempre en mi
vida. Gospel era un musical sobre Jesús, pero mucho más ligero y
menos grandilocuente que el Jesucristo Superstar institucionalmente
hippie que vino luego. Eran intentos de recuperación del
cristianismo para los rockeros ácratas o neomarxistas que éramos
entonces, tiempo de curas con guitarra. Siempre me gustó más aquel
Gospel que suponía el inicio en España de los montajes musicales al
estilo sajón.Y en él había una canción que anunciaba la llegada de
la era de Acuario. El siglo nuevo, el XXI. Con él vendrían la
armonía universal, la paz y la concreción final de todos los ideales
de verdad y decencia de aquella generación de la esperanza.
Al parecer, esta misma semana ha tenido lugar, en el Parlamento
andaluz, el primer discurso del siglo XXI. Pero el Mesías no era el
Verbo nuevo, sino una ‘aparatchik’ de toda la vida, Susana Díaz, una
burócrata del Partido. De cualquier Partido. Y lo que inauguró no
fue la Era de Acuario, sino la continuidad de la Era eterna del
Cinismo. Su impudicia absoluta para clamar contra la corrupción
viniendo de ella, habiendo albergado en el Gobierno del que formaba
parte la mayor operación de saqueo de los fondos públicos que se ha
conocido en la democracia. No es la única muestra. Está el PP de San
Pedro negando a Bárcenas. Y los miembros del COI prometiendo votar a
todo el mundo. Y los nacionalistas catalanes hablando de
sentimientos para exigir más pasta. O el nuevo entrenador del dream
team del cinismo por excelencia, ese Barça que critica el fichaje de
Bale cuando ellos llevan haciendo lo mismo desde que tengo uso de
razón.El Barça de los valores que nos han estado vendiendo estos
años y que echa a la basura a sus mercenarios (Abidal, Pete Mickeal)
cuando ya no le sirven. Son gentes de mármol. Cínicos, indecentes,
hipócritas “los inmorales nos han igualao”, como dice el tango. El
siglo XXI sigue al XX.
Un partido antisistema
Xavier Pericay www.criticaglobal.com 10 Septiembre 2013
Diría que fue en septiembre de 2005. A comienzos de junio habíamos
convocado a la prensa en el Taxidermista de la Plaza Real para hacer
público el manifiesto del que surgiría Ciudadanos, y días más tarde,
en el CCCB, lo habíamos presentado en sociedad, junto a un millar
largo de amigos y algún que otro advenedizo. El impacto había sido
sensacional, superior incluso a lo esperado. De ahí que, llegado el
otoño, y mientras nos disponíamos a llevar la buena nueva a
distintos puntos del territorio catalán y, en algún caso, del resto
de España, recibiéramos unas cuantas llamadas más o menos
confidenciales. Gente que quería hablar con nosotros, saber nuestras
intenciones; conocernos, en una palabra. Pero sin que trascendiera.
Entre esas solicitudes estaba la del think tank de un importante
grupo de comunicación español. Nos reunimos en un reservado de un
restaurante del Ensanche barcelonés que no era La Camarga. Ellos
serían unos siete y nosotros -entre los que estaba mi querido y
añorado Horacio Vázquez Rial- no quisimos ser menos. La comida fue
agradable. Franca y sin silencios. Les interesaba saber qué nos
proponíamos y hasta dónde pensábamos llegar. Les repetimos lo que ya
decía nuestro manifiesto: con la carrera del Estatuto, la clase
política catalana había perdido definitivamente el sentido de la
realidad y sólo la creación de un nuevo partido político, basado en
los más elementales principios de ciudadanía, podía devolver a los
catalanes una opción sensata y plausible en la que confiar y a la
que poder votar. Sí, ¿pero y qué más?, objetaban nuestros
interlocutores. Ese partido, ¿será de derechas o de izquierdas? Ni
lo uno ni lo otro, contestábamos; o ambas cosas a la vez, si se
prefiere, en la medida en que tendrá cosas de derechas y cosas de
izquierdas. En todo caso, será un partido realista, comprometido con
la realidad. Y, como gente experta que eran, nuestros interlocutores
llegaron a la conclusión -y así nos lo trasladaron en la sobremesa,
muy a su pesar- de que la criatura que pretendíamos alumbrar ni
siquiera llegaría a nacer. Y, si no, al tiempo.
Por paradójico que resulte, ser hoy antisistema en Cataluña es
situarse en el centro del tablero, aunque sólo sea por el
desplazamiento del resto de fuerzas hacia la radicalidad -o su
indefinición, ante ese desplazamiento-
El tiempo, sobra añadirlo, ha demostrado cuán equivocados estaban Y,
aun así, aquel etiquetado primigenio, tan abierto, tan inclusivo,
sigue moviendo a confusión. Este verano, sin ir más lejos, el
politólogo de la Universidad de Gerona Lluís Orriols -o sea, otro
experto- se preguntaba lo mismo que aquellos con los que compartimos
manteles ocho años atrás: Ciudadanos, ¿es de derechas o de
izquierdas? El hombre no podía comprender cómo un partido que, a su
juicio, nació "para representar a una desatendida izquierda no
nacionalista catalana" es votado, según las encuestas más solventes,
por una importante porción de ciudadanos que no se consideran de
izquierdas. Natural. Dejando a un lado su mala interpretación del
texto original -un partido "identificado con la tradición ilustrada,
la libertad de los ciudadanos, los valores laicos y los derechos
sociales", como sostenía nuestro manifiesto, ¿tiene que ser
necesariamente de izquierdas? ¿Una determinada derecha francesa, por
ejemplo, no podría asociarse al entrecomillado?–, el imperativo
taxonómico de su oficio le confundía y parecía sumirle en la
perplejidad. Pero, detrás de su incomprensión, había algo más,
privativo ya de su condición de catalán -y hasta diría, si se me
permite, de catalán que ejerce en la Universidad de Gerona–. Me
refiero al marco de referencia.
Se ha afirmado en más de una ocasión que Ciudadanos es un partido
antisistema. Como el término suele asociarse al radicalismo y la
violencia, hay quienes, dentro de la formación o en sus aledaños, se
ofenden por ello. Se equivocan. No existe seguramente vocablo más
justo para definir al partido. Ciudadanos es hoy en día la única
fuerza política de Cataluña con representación parlamentaria ajena
al sistema de partidos catalán y opuesta a sus principios y
mecanismos -lo que queda perfectamente reflejado, por cierto, en su
no participación en los actos de la Diada-. O sea, la única que
ocupa con pleno derecho el centro político. Y es que, por paradójico
que resulte, ser hoy en día antisistema en Cataluña es situarse en
el centro del tablero, aunque sólo sea porque el desplazamiento del
resto de fuerzas hacia la radicalidad -o su indefinición, cuando no
contradicción, ante ese desplazamiento- ha dejado abandonado ese
espacio, caracterizado por la defensa de la democracia, la libertad
y, en definitiva, el Estado de derecho. Es decir, por el libre juego
político dentro de la ley.
No es de extrañar, pues, que en el seno de Ciudadanos convivan
tendencias que pueden parecer más progresistas o más conservadoras
-o, por contentar a los expertos, más de izquierdas o más de
derechas-. Ocurre así en todos los partidos eminentemente liberales.
Ese tipo de partidos que -no estará de más recordarlo- tanto
escasean en España.
El mito nacionalista del principio de
ordinalidad fiscal
Al igual que ocurrió con el supuesto límite del 4% del PIB a la
solidaridad entre los länder alemanes, que posteriormente se
descubrió que no se ajusta a la realidad, tampoco es cierta la
afirmación mantenida por la Generalidad en el sentido de que todos
los estados federales cumplen el denominado principio de ordinalidad
en las transferencias fiscales interterritoriales. Los estados de
EEUU en los que más impuestos federales per cápita se recaudan caen
estrepitosamente en la clasificación por ingresos federales per
cápita.
Alejandro Tercero www.criticaglobal.com 10 Septiembre 2013
Una de las demandas que en los últimos tiempos los partidos y
entidades nacionalistas en Cataluña han reclamado con más
insistencia es la aplicación del llamado principio de ordinalidad.
Este supuesto pretende que una Comunidad Autónoma debe mantener el
mismo lugar en el ranking por impuestos recaudados per cápita en
dicho territorio, que en el ranking por gastos per cápita realizados
posteriormente por la Administración General del Estado en esa
Comunidad.
Los defensores del cumplimiento de ese principio -que la mayoría de
fuerzas políticas catalanas no nacionalistas también han asumido
como reivindicación- aseguran que todos los países federales lo
cumplen, en aras de la justicia y la equidad fiscal.
¿Se aplica en todos los sistemas federales?
En julio de 2012, la Generalidad lanzó un pasquín publicitario en el
que denunciaba que "Cataluña es la tercera Comunidad que más paga"
en cuanto a recaudación de impuestos per cápita (con 118,5 puntos
sobre una media de 100, en el año 2010) mientras que es la décima
Comunidad en el ranking de recursos públicos recibidos per cápita
(con 98,9 puntos sobre una media de 100).
Para el Gobierno autonómico, es "incoherente" que haya "CCAA que
aporten más que la media y queden por debajo tras ser niveladas",
que otras "ni lleguen a la media ni antes ni después de ser
niveladas", y que haya otras que "estén muy por debajo de la media y
acaben siendo las primeras después". Y, tras poner los ejemplos de
Alemania y Canadá, concluía: "Esto no pasa en ningún otro modelo de
financiación de todo el mundo".
¿Seguro? Veamos el caso de Estados Unidos, un sistema federal
paradigmático del mundo desarrollado. Un ejemplo a seguir por los
defensores de los modelos federales de financiación.
El caso de Estados Unidos
Para analizarlo, basta con revisar un detallado informe de la Tax
Foundation (una prestigiosa entidad independiente fundada en 1937
que se dedica a analizar la política fiscal estadounidense) que
recoge los impuestos federales pagados por los ciudadanos de cada
estado entre 1981 y 2005, y los compara con los gastos que el
Gobierno federal ha realizado en cada estado durante ese mismo
período. Los datos que utiliza provienen de las cifras oficiales
publicadas por el Gobierno de los Estados Unidos.
La sorpresa no puede ser mayor al comprobar que en Estados Unidos no
se cumple el principio de ordinalidad que las formaciones
nacionalistas han sacralizado.
Y no solo no se cumple, sino que, además, el cambio en las
posiciones de los estados entre el ranking de recaudación tributaria
per cápita y el de gasto federal per cápita es incluso mayor que en
el caso de las CCAA españolas.
Nevada pasa del 6º lugar al 50º
Tomando como referencia los datos de 2005 (los últimos recogidos en
el informe), se puede comprobar que 21 de los 25 estados que más
impuestos federales per cápita pagan, pierden posiciones en el
ranking de ingresos federales per cápita, incumpliendo de esta forma
el citado supuesto principio de ordinalidad.
Por ejemplo, Connecticut pasa del primer puesto en el ranking de
pago de impuestos per cápita, al 13º en el de ingresos federales per
cápita; Nueva Jersey pasa de la segunda posición por impuestos
pagados per cápita, a la 37ª en ingresos recibidos per cápita;
Massachusetts, de la 3ª posición a la 14ª; Nueva York, del 5º lugar
al 26º; California, del 9º, al 38º; e Illinois, del 14º, al 35ª.
El que más posiciones pierde es Nevada, pasando del 6º lugar al 50º
(el último), lo que supone un descenso de 44 puestos entre las dos
clasificacioness.
Nuevo México asciende del puesto 46º al 4º
Por otra parte, 17 de los 25 estados que menos impuestos federales
per cápita pagan, ganan posiciones en la clasificación de ingresos
federales per cápita, confirmándose que el principio de ordinalidad
no es una norma en la fiscalidad estadounidense.
Así, Mississippi pasa del 50º lugar (el último) en el ranking de
impuestos federales per cápita pagados, al 10º en el de ingresos
federales per cápita; Louisiana pasa del 49º al 12º; Virginia
Occidental, del 48º al 11º; Arkansas, del 47º al 30º; y Kentucky,
del 45º al 18º.
Nuevo México es el estado que más posiciones gana entre una
clasificación y otra, ascendiendo desde la posición 46ª en el
ranking de impuestos federales pagados per cápita, al 4º en el de
ingresos per cápita recibidos de la Administración federal.
No se corrigen las divergencias de productividad entre estados
Los datos recogidos reflejan situaciones como la de que los
habitantes de Nueva Jersey pagaron 9.902 dólares por persona al
Gobierno federal en 2005, pero este solo les retornó 6.740 dólares
por persona. Mientras que los habitantes de Mississippi aportaron
ese mismo año 4.281 dólares per cápita a las arcas federales (un 57%
menos que los de Nueva Jersey), y recibieron de estas 9.014 dólares
per cápita (un 34% más que los de Nueva Jersey).
Estas divergencias en las posiciones de las dos clasificaciones, no
solo no se han corregido, sino que se han mantenido en el tiempo, y
en muchos casos incluso se han acentuado.
Durante un pleno parlamentario de julio de 2012, el presidente de la
Generalidad, Artur Mas, se lamentaba amargamente de que los déficits
fiscales entre CCAA "se cronifican en el tiempo" y de que "este
enorme esfuerzo de transferencias de renta no han conseguido que
hubiese, en el conjunto del Estado español, un cierto equilibrio
desde el punto de vista de las capacidades productivas", ante lo que
proponía "hacer una reflexión".
Sin embargo, en Estados Unidos ocurre una situación similar sin que
se planteen ninguna reflexión respecto al sistema de redistribución
de las rentas. Así, en 1992, la renta per cápita en Nueva Jersey era
un 72% mayor que la de Mississippi, mientras que en 2005 esta
diferencia no solo no se ha corregido sino que ha aumentado hasta el
76%, a pesar de que se ha mantenido constante la sustancial
transferencia de fondos entre ambos estados por vía fiscal.
El agravio de los euros que "no retornan"
Otra fórmula que en los últimos tiempos se ha planteado desde la
Generalidad para denunciar que el actual sistema de financiación
autonómico es injusto ha sido la de cuantificar qué cantidad de los
impuestos recaudados por la Administración General del Estado en
Cataluña "no retornan" a esta Comunidad ni en transferencias ni en
inversiones.
En mayo de 2012, la Generalidad lanzó una campaña en la que
denunciaba que, según las balanzas fiscales calculadas por el método
del flujo monetario neutralizado, esto es, el más favorable para los
intereses políticos de CiU, "de cada euro recaudado en Cataluña [en
2009], 43 céntimos no retornan", lo que se presentaban como un nuevo
agravio realizado por el Gobierno sin parangón en los estados
federales.
Sin embargo, esta situación tampoco es tan extraordinaria como
quiere hacer creer el Gobierno autonómico. Retomando el ejemplo
anterior, durante el año 2005, por cada dólar que el Gobierno de los
Estados Unidos recaudó en el estado de Nevada, "no retornaron" 39
centavos. Una cifra que, casualmente, ascendió hasta 43 centavos
durante los años 2003 y 2004.
Así las cosas, la afirmación de que el incumplimiento del principio
de ordinalidad es algo que "no pasa en ningún otro modelo de
financiación de todo el mundo" puede situarse en el ámbito de los
mitos, como la supuesta limitación de la solidaridad entre los
länder alemanes al 4% del PIB, refutada hace algunos meses y,
posteriormente, reconocida como falsa por la propia Generalidad.
Habrá clases en inglés antes que en español
La Generalidad anuncia un plan para que entre el 12% y el 18% de
todo el currículo escolar se imparta en inglés en cinco años. La
Consejería de Enseñanza mantendrá la exclusión del castellano como
lengua vehicular a pesar de que los tribunales ordenan restablecer
el bilingüismo en español y catalán.
Redacción www.criticaglobal.com 10 Septiembre 2013
La consejera de Enseñanza de la Generalidad, Irene Rigau (CiU),
anunció en julio pasado la puesta en marcha de un plan para extender
el uso del inglés como lengua vehicular en las escuelas públicas de
Cataluña junto al catalán
El objetivo es conseguir que en 2018 se imparta en inglés un 12% del
currículo en Primaria, un 15% en Secundaria y en Formación
Profesional, y un 18% en Bachillerato.
De esta forma, en cinco años todos los centros públicos de Cataluña
utilizarán el inglés como lengua vehicular, pero seguirán marginando
el uso del español para impartir clases, a pesar de que así lo han
ordenado múltiples sentencias del Tribunal Constitucional y del
Tribunal Supremo.
Rigau trató de justificar esta situación paradójica asegurando que
en 459 de los 3.525 centros escolares de Cataluña "una parte del
currículo, o una parte de una materia, lo imparten en castellano",
pero, a diferencia de lo indicado con el inglés, no ha querido
valorar qué porcentaje del currículo suponen esos casos:
"Si un niño de Cataluña habla con un niño de otro territorio [del
resto de España] y tienen una conversación fluida, y no está todo el
rato tensionado buscando la palabra -como haces cuando hablas una
lengua que no dominas mucho-, es que tienes el nivel B2 [un nivel
medio alto]. Y este nivel se consigue con lo que aprendes en la
escuela, con el tiempo que estás expuesto a esta lengua, con tu
entorno familiar y con los medios sociales. [...] Si una escuela ve
que le conviene hacer una parte de un contenido porque le falta, por
ejemplo, lenguaje técnico en castellano, pues muy bien. [...] Nunca
la literatura castellana la haremos en inglés, es una materia que va
muy bien para hacerla en castellano. Y son de aquellas materias que
dan la presencia del castellano en el centro y que, en aquella área,
aquella materia es vehicular [en castellano]".
1.247 centros ya tienen una parte del currículo en inglés
El denominado Marco para el plurilingüismo pretende conseguir que en
2018 todos los alumnos terminen la enseñanza obligatoria (ESO) con
un nivel A2 de comprensión oral, de lectura, de habla y de escritura
de una primera lengua extranjera (preferentemente el inglés), y que
el 50% de los alumnos alcancen el B1 (el nivel A corresponde al de
un usuario "básico"; el B, "independiente"; y el C, "experimentado";
según la terminología comunitaria). Además, el objetivo también
incluye que el 75% de los estudiantes finalice la ESO con
conocimientos de una segunda lengua extranjera.
El plan se iniciará el próximo curso en 50 centros pilotos que
actualmente no imparten ningún contenido en inglés. Este curso,
1.247 escuelas tienen una parte del currículo en inglés, otras 25 en
francés y cinco en alemán.
El principal hándicap con al que se enfrentará esta iniciativa es la
falta de profesorado capacitado para impartir clases en inglés, por
lo que la consejera no ha descartado echar mano de la bolsa de
profesores sustitutos e interinos. El coste económico de los
materiales que se están preparando para implementar el plan será
asumido por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
El español, peor tratado que una lengua extranjera
Con la aplicación de la inmersión lingüística obligatoria
exclusivamente en catalán por parte de la Generalidad, que se acabó
de implantar a principios de los años 90, el español pasó a ser
tratado de forma similar a una lengua extranjera en el sistema
escolar autonómico. La puesta en marcha del plan anunciado este
martes supondrá que incluso las lenguas extranjeras tendrán un mayor
reconocimiento que el castellano.
Esta situación ya venía ocurriendo en el caso del francés. Desde
hace tres cursos, la Generalidad ofrece a los alumnos de
Bachillerato que lo deseen la posibilidad de estudiar en Cataluña,
al menos, un 30% de las asignaturas en francés y el resto en
catalán, permitiendo obtener a los que se acogen a dicho programa
-conocido como Batxibac- la doble titulación de bachillerato español
y francés (baccalauréat).
Hasta una quincena de centros de toda la Comunidad ofrecen esta
opción. Sin embargo, y al contrario de lo argumentado para rechazar
el bilingüismo en catalán y castellano, desde la Generalidad siempre
han defendido que este sistema no supone la segregación de los
alumnos por razón de lengua y no pone en peligro la cohesión social.
Sociedad / entrevista
Andreas Schleicher, director de PISA:
«España tiene más profesores, pero no más calidad»
MANUEL TRILLO La Razón 10 Septiembre 2013
El responsable de las evaluaciones educativas de la OCDE sostiene,
en declaraciones a ABC, que en nuestro país hay «muchos» maestros y
que debe mejorar los resultados
El director del Programa Internacional para la Valoración del
Estudiante (PISA), de la OCDE, irrumpió ayer en el debate en España
sobre la cantidad de profesores por clase en España, que los
sindicatos están alentando en el arranque del curso. Durante un
seminario sobre buenas prácticas educativas en la Universidad
Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander, Andreas
Schleicher dijo que hay «muchos» profesores y abogó por no pagar a
todos lo mismo, sino «atraer a los mejores». ABC aprovechó para
conversar con él.
En la entrevista, advirtió de la falta de eficiencia del sistema
educativo español y minimizó la importancia del tamaño de las
clases. En su opinión, «importa mucho más» cómo se gasta el dinero
que cuánto.
-¿Cuáles son a su juicio los puntos fuertes y débiles del sistema
educativo español?
-España ha realizado en las últimas décadas un impresionante avance
en equidad para dar acceso a una mejor educación a más estudiantes.
La principal debilidad es la falta de excelencia en los resultados
escolares y unos niveles de calidad educativa aún modestos. El
desafío para España no es sólo mejorar el rendimiento de los niños
pobres en barrios pobres, sino el de muchos niños en muchos barrios.
En una economía global, la referencia del éxito educativo no es la
mejora en términos nacionales, sino el rendimiento a nivel
internacional.
-Qué importancia tiene el gasto público en la educación?
-El dinero siempre importa, pero el gasto por estudiante explica
menos del 20% de las diferencias de rendimiento entre países de la
OCDE. PISA demuestra que dos países con gasto similar producen
resultados muy diferentes. Y que la imagen de un mundo dividido
entre países ricos y bien formados y otros pobres y mal formados
está desfasada. Cómo se gasta el dinero importa mucho más que
cuánto. La mayoría de los sistemas con alto rendimiento escolar
priorizan la calidad de los profesores sobre el tamaño de las
clases.
-¿La cantidad de profesores en España es suficiente?
-España ha hecho mucho por incrementar el número de profesores y
pagarles bien. Lo que no ha hecho todavía suficientemente es elevar
el estatus profesional de los profesores. La calidad de un sistema
escolar depende de la calidad de sus profesores. Los mejores
sistemas prestan atención a la selección y formación de su personal,
velan por la mejora del rendimiento de los profesores y cómo
estructurar su retribución. Proporcionan un entorno en el cual los
profesores trabajan juntos para articular buenas prácticas, así como
vías inteligentes de promoción en sus carreras.
En los sistemas escolares burocráticos, se deja a los profesores
solos en clases con un montón de contenido para enseñar. Aquellos
con mejores resultados, fijan objetivos ambiciosos, son claros sobre
lo que los estudiantes deben ser capaces de hacer y capacitan a los
profesores para valorar lo que necesitan enseñar a sus alumnos.
-En España, se van a poner en marcha evaluaciones para los alumnos
en la próxima reforma. ¿Son necesarias?
-Sí, la evaluación del profesor es parte de una fuerte cultura de la
evaluación. Se necesita adoptar un enfoque sistemático, empezando
por lo que sucede en las aulas, teniendo en cuenta el entorno de
aprendizaje y el contexto de centros, extendiendo la perspectiva al
sistema en su conjunto. Hoy se requieren profesores capaces de
implicar a los estudiantes desde distintos campos y ayudarles a
desarrollar formas complejas de pensamiento y trabajo que los
ordenadores no pueden imitar. Pero esto no puede suceder si los
colegios se organizan como cadenas de montaje donde los profesores
trabajan como piezas intercambiables.
-Algunos críticos dicen que las evaluaciones dejarán de lado a los
peores alumnos. ¿Qué opina?
-Una buena evaluación no significa una selección de estudiantes,
sino una mejora en el rendimiento. Tú no puedes mejorar lo que no
puedes ver. Crear transparencia y proporcionar a los profesores
instrumentos para identificar las fortalezas relativas y las
debilidades de los alumnos es la clave para ayudar a los estudiantes
a aprender mejor, a los profesores a enseñar mejor y a los colegios
a ser más efectivos.
-¿Augura mejores resultados de España en las próximas pruebas de
PISA, en diciembre?
-No hay magia en PISA, los resultados se corresponderán con el éxito
con el que los países hayan implementado la reforma educativa y las
mejoras.
******************* Sección "bilingüe"
***********************
En vísperas del ‘flashmob’ de la cadena humana
Editorial www.gaceta.es 10 Septiembre 2013
Mañana, Diada Nacional de Cataluña (ahora todo lo catalán es allí
nacional), varios grupos y partidos separatistas tienen prevista la
formación de la anunciada “cadena humana”, un gran flashmob que
cubrirá una línea que irá desde la frontera española con Francia
hasta el límite con la provincia de Castellón de la Plana por
carreteras próximas a la costa mediterránea. La iniciativa es copia
de algo parecido que hicieron las repúblicas bálticas en 1989 al
amparo de la glasnost y la perestroika instauradas por Gorbachov. La
idea tiene, desde el punto de vista propagandístico, éxito
asegurado, pues se complete o no, las imágenes que aparecerán en los
medios no serán de los huecos, sino de los manifestantes.
Hace tiempo que la batalla de la propaganda y la imagen la tienen
ganada los independentistas frente al Gobierno y los sectores
políticos y sociales, llamémosles “españolistas”, incluso con
provocaciones estúpidas y pueriles como la última, del alcalde de
Barcelona, que ha sostenido que sólo Barcelona podría competir por
unos Juegos Olímpicos con Estambul y Tokio. Por lo que respecta al
Gobierno, el estilo político conocido de Mariano Rajoy es de un
notable dontancredismo, que se refugia en la quietud del que espera
la comisión de actos legal o constitucionalmente censurables antes
de prever las consecuencias de un calentamiento sistemático de los
ánimos y de una política de descalificación política y social de los
que disientan del discurso soberanista. Al parecer, nadie en La
Moncloa considera que valga la pena contrarrestar la creación de
malestar contra España con una política de signo contrario,
incluida, naturalmente, la comunicación.
Se han puesto de relieve en varias ocasiones las vacilaciones y
contradicciones del discurso del presidente de la Generalitat, Artur
Mas, que un día sostenía que el referéndum soberanista se celebraría
“sí o sí”, para al día siguiente manifestar su escepticismo sobre la
viabilidad de la consulta y sustituirla en 2016 por unas elecciones
autonómicas “plebiscitarias”, y veinticuatro horas más tarde tratar
de aplacar el malestar del dirigente de Esquerra Republicana Oriol
Junqueras volviendo a la tesis del “sí o sí”. Este es un ejemplo
entre tantos, y, ciertamente, lo tornadizo de las palabras de Mas es
un hecho. Ahora bien, cabe preguntarse si tenemos toda la
información acerca de las razones de los vaivenes de esta yenka
verbal. Porque no es menos cierto que Mas y Rajoy han tenido, al
menos, un encuentro “discreto” (y presumiblemente varias
conversaciones) en el que, obviamente, han tenido que hablar de
estos asuntos.
Si la rumoreada hipótesis de un posible acuerdo se confirmase,
resultaría que ese principio de acuerdo podría consistir en que la
Generalitat celebrase una consulta a los ciudadanos, pero no con
formato de referéndum, sino más bien de encuesta o sondeo, con una o
varias preguntas susceptibles de una o varias respuestas, aunque
para ello se utilizasen urnas como si fuese una especie de votación
sin votar; no se trataría de algo ilegal (lo que permitiría a Rajoy
decir que se ha respetado la ley, que es a lo que el Gobierno se
comprometió), pero la imagen pública permitiría a Mas decir que la
consulta, finalmente, se habría celebrado por encima de la oposición
de la España que nos roba, etcétera, etc.
Si la realidad confirmase algo parecido a esto, el resultado sería
muy parecido a lo que ha ocurrido con la excarcelación del
terrorista Bolinaga: no se habría infringido la ley, pero los
enemigos de la unidad territorial de España habrían ganado otra
batalla.
Mascarell y Trías
Marcello www.republica.com 10 Septiembre 2013
Lo menos que se puede decir de las declaraciones hechas por el
consejero de Cultura (sic) de la Generalitat, Ferran Mascarell, y
del alcalde de Barcelona, Xavier Trías, es que las dos han sido muy
desafortunadas, ajenas a la verdad y marcadas por un claro
oportunismo con el que ambos pretenden enmascarar la marcha atrás
que Artur Mas anunciada con respecto al referéndum de
autodeterminación que pretendían para 2014 y para calentar los
ánimos de la Diada del día 11.
Las palabras de Mascarell calificando a España de ‘anomalía
histórica’ y de modelo ‘autoritario y jerárquico’ demuestran que
este personaje no está cualificado para el cargo que ostenta y aún
menos en el departamento de Cultura porque niega la verdad y la
Historia de España. Y porque insulta gratuitamente y con gran
frivolidad a nuestro país desde un gobierno autonómico y desde un
partido donde el respeto a las libertades, Derechos Humanos -lo ha
dicho hasta la ONU-, la legalidad y la democracia brillan por su
ausencia. Sin perder de vista la corrupción y los abusos de poder
-estos sí un mal endémico nacional español- que en dicho territorio
catalán suelen ser cuestiones habituales.
Lo del alcalde de Barcelona, Xavier Trías, metiendo el dedo en la
herida del fiasco olímpico de Madrid 2020 es el colmo porque él
mismo había publicado días atrás un artículo en el diario “El País”
llenando de elogios la candidatura madrileña. Y ahora dice que sólo
Barcelona podía competir con Tokio, lo que es una falsedad.
Trías se olvida que Barcelona 92 fue posible gracias a España, a las
enormes inversiones que el Estado hizo en Cataluña, al apoyo de
todos los españoles y además de la especial influencia del que era
entonces presidente del COI Juan Antonio Samaranch. Quien, como bien
sabrá el señor Mascarell, fue un ‘demócrata’ converso y gran
colaborador del régimen franquista autoritario y ajeno a las
libertades y autogobierno de las que ahora disfrutan los catalanes.
Si lo que pretenden los dirigentes de CiU, amén de ocultar ante la
Diada la marcha atrás de Mas ante el referéndum de 2014, es dar alas
al enfrentamiento entre catalanes, y entre catalanes y el resto de
España se van a equivocar. Y no porque no logren un ascenso de la
tensión social sino porque las consecuencias serán sin duda
desastrosas para Cataluña, entre otras cosas porque de ellas se va a
desprender no solo una seria fractura social en Cataluña sino y
sobre todo una fractura económica, financiera y comercial entre el
empresariado catalán y la clientela española y españolista de más de
cuarenta millones de habitantes, y para la que no tienen al día de
hoy la menor alternativa. La pasada ‘guerra del cava’ ya avisó años
atrás de las consecuencias de estos insultos y desafíos más que
gratuitos a toda España, preámbulo que fue de la fuga actual de más
de mil empresas que tenían sede en Cataluña y que se han trasladado
a otras ciudades españolas.
Sobre todo porque el alcalde de Barcelona y la Generalitat saben que
las cuentas que ellos hacen sobre su pretendido déficit fiscal
catalán son falsas, porque a esa balanza también hay que añadir la
comercial, la del turismo, los servicios y los activos del Estado en
Cataluña, un balance mucho más completo del que se deduce que
Cataluña es la gran beneficiada económica, financiera y social de su
relación con Estado español y con el resto de Comunidades de las
otras autonomías del país, empezando por el IVA y siguiendo por todo
lo demás.
Esta cuenta global catalana debió de haberla hecho el Gobierno de
Rajoy para poner punto final a la infamia del discurso de ‘España
nos roba’ que adornó la anterior Diada. Paro sabemos que Rajoy es
especialista en no hacer nada y menos en público, de ahí que el
presidente del Gobierno se muestre incapaz de dar una respuesta
firme a estas provocaciones, con el argumento de no calentar los
ánimos más de lo que ya lo están. Una posición que para algunos es
de elogiable prudencia y para otros de desistimiento de la que
debiera ser su autoridad, en defensa de la legalidad y del sentir de
los españoles.
Y para empezar respondiendo con claridad a esa última chulería de un
portavoz de la Generalitat en la que afirmó que ‘el derecho a
decidir no se negocia’. Desde luego que no, pero por parte de España
porque es ilegal en Cataluña y porque ese derecho es solo
competencia constitucional del conjunto del pueblo español que es
donde reside la soberanía nacional.
De manera que cuidado con estos bocazas de Convergencia, ese partido
que está al borde de la ruptura con IU, que se hunde en las
encuestas en beneficio de ERC y tiene bajo su responsabilidad la
grave crisis económica y social de Cataluña que no consigue parar el
Gobierno de Artur Mas. Un fracaso que estos nacionalistas tan
radicales -no hablaba así Trías cuando era un diputado y portavoz en
Madrid- quieren endosar a España para sacudirse su insalvable
responsabilidad.
Diada: la farsa dentro de la farsa
Pío Moa www.gaceta.es 10
Septiembre 2013
"Los mitos de la Guerra Civil", nunca rebatido, sigue siendo un
texto básico para entender aquella contienda.
Pocas cosas revelan mejor el fraude del separatismo catalán y la
inanidad de la respuesta a él, que la Diada en honor de Casanova. La
inventaron con su carácter actual, a principios del siglo XX unos
personajes algo perturbados por una combinación de manías de
grandeza y victimismo enfermizo. Hasta hicieron correr el rumor de
que Casanova, separatista héroe de las “libertades catalanas”, había
muerto heroicamente en el sitio de Barcelona, luchando por el
Archiduque –que para más absurdo, ya había renunciado entonces al
trono de España--. Pero Casanova refleja muy bien la realidad de la
época. La sociedad catalana estaba dividida entre partidarios del
Austria y del Borbón, aunque la especial inquina de los catalanes a
Francia hacía que la mayoría prefiriese al primero. Así Casanova,
que no murió, sino que escapó disfrazado y tiempo después fue
perdonado, vivió y prosperó bajo Felipe V, igual que toda Cataluña.
Lo que llaman “libertades catalanas” eran unas leyes oligárquicas
extraordinariamente opresivas para el campesinado y el pueblo llano
en general, y su fruto habían sido guerras civiles, bandolerismo y
el estancamiento de la región. Su abolición, precisamente, permitió
a Cataluña rehacerse y prosperar como no lo había hecho desde el
siglo XIV, integrada en el mercado hispano y americano. En fin, como
acaba de recordar una descendiente de Casanova, este era un patriota
español, igual que la inmensa mayoría de los catalanes a lo largo de
los siglos. Su elección como héroe y mártir, insisto, no podría
condensar mejor toda la falacia del separatismo.
Siendo así, ¿cómo es posible que la farsa haya ido a más desde la
transición? La cosa debe inscribirse en la farsa general de la
política española desde que se equiparó antifranquismo a democracia.
Con lo cual los comunistas o los terroristas separatistas de la ETA
serían los modelos democráticos por excelencia, pues otra oposición
real no tuvo el franquismo. Dentro de esa bufonada, la victoria es
de quien grite más. El fraude de Casanova ha sido denunciado muchas
veces, pero esas voces apenas han logrado hacerse oír en medio de la
algarabía separatista. Porque, al revés que esta, no han recibido el
menor apoyo de unos gobiernos llamados españoles sin serlo más que
de nombre.
En fin, Zapatero tuvo la enorme suerte de disfrutar de la
“oposición” de Rajoy. Suerte compartida hoy por Mas.
Denuncia de Convivencia Cívica Catalana
La Generalitat sigue burlándose de la
Justicia con la imposición lingüística
No cumple ni muestra disposición a cumplir los fallos judiciales de
principios de 2013 sobre el bilingüismo en la escuela
www.lavozlibre.com 10 Septiembre 2013
Barcelona.- Ante el inicio del curso escolar en Cataluña,
Convivencia Cívica Catalana (CCC) denuncia que la Generalitat de
Cataluña no cumple ni muestra disposición a cumplir los fallos
judiciales de principios de este año 2013 sobre el bilingüismo en la
escuela.
Transcurridos ya ocho meses desde la decisión de la Justicia, el
gobierno catalán ha hecho caso omiso y en ningún momento ha aplicado
ni muestra disposición a aplicar en este curso que ahora comienza
las medidas cautelares a que está obligado en diez centros escolares
de Cataluña donde padres asesorados por Convivencia Cívica Catalana
habían solicitado enseñanza bilingüe y así se les había concedido
por la Justicia.
La Generalitat no ha realizado ninguna gestión para que la lengua
española deje de estar excluida como lengua vehicular de enseñanza
en los centros afectados y sigue imponiendo la atención
individualizada, que estaba expresamente descartada por el Tribunal
Supremo y el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña en sus
fallos.
El departamento de Educación catalán, dirigido por Irene Rigau, se
ha enrocado en el incumplimiento de las setencias judiciales y
"sigue imponiendo la atención individualizada, que estaba
expresamente descartada por el Tribunal Supremo (TS) y el Tribunal
Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) en sus fallos".
Literalmente, los autos han establecido que “la atención
individualizada en castellano conduce a una situación de
discriminación (...) incurriendo de ese modo la norma en
inconstitucional” añadiendo que el derecho del padre "no se
satisface con la prestación a sus hijos de una atención
personalizada en castellano, sino con la entera transformación del
sistema" de modo que todos los alumnos de todo el colegio tengan el
castellano como lengua vehicular.
Pero Rigau no ha dado su brazo a torcer y ha comunicado a los padres
solicitantes del bilingüismo que sus hijos recibirán "atención
individualizada en las actividades de enseñanza-aprendizaje”, además
de que todos los centros catalanes, incluidos los afectados por las
sentencias, reconocen que “el centro tiene como lengua vehicular la
lengua catalana y, por tanto, todas sus labores educativas,
actividades administrativas y las comunicaciones con el entorno se
hacen en esta lengua”.
Ante esta lamentable actitud de permanente burla a la Justicia y a
los ciudadanos afectados por parte del gobierno catalán, los padres
instarán al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña a la ejecución
de las decisiones judiciales, para que sus derechos sean respetados
frente al incumplimiento de la administración autonómica.
Convivencia Cívica Catalana recuerda que "la inmersión lingüística
es un sistema discriminador, donde la lengua de la mitad de los
ciudadanos es excluida, que genera importantes desigualdades
educativas entre los alumnos y contrario a la voluntad de la mayoría
de ciudadanos catalanes".
PROHIBIDAS CADENAS HUMANAS EN VALENCIA
Los libros de texto catalanes de Historia
se apropian del Aragón Oriental
Graciano Palomo El Confidencial 10 Septiembre 2013
Suma y sigue. La agresividad del nacionalismo/secesionismo catalán
no se para en límites geográficos, ni en razones históricas, ni en
legitimidades constitucionales, ni atiende a sentimientos entre sus
comunidades autónomas vecinas.
La tensión institucional que vivió en épocas anteriores con las
comunidades de Valencia y Baleares se revive ahora en Aragón. Si el
conseller de Cultura, Ferran Mascarell, se ha convertido en una
auténtica 'bestia negra' en la comunidad aragonesa por su negativa a
devolver los bienes culturales y artísticos del Monasterio de Sigena
(arrebatados durante la Guerra Civil), ahora la ‘Conselleria’ de
Educación, cuya titular es Irene Rigau, ha autorizado dos libros de
texto (2º y 3º curso de Historia de la ESO), según los cuales los
territorios del Aragón Oriental pertenecen a Cataluña.
Naturalmente, las autoridades de Aragón han puesto el grito en el
cielo, pero sus colegas catalanes hacen caso omiso de todo
requerimiento. No es el único agravio. Según esos mismos libros de
texto, los alumnos catalanes creerán, falsamente, que “fueron los
reyes catalanes los que conquistaron Sicilia”, cuando en realidad
fue la Corona de Aragón, y que Cataluña dominó los territorios
aragoneses cuando en 1137 el conde de Barcelona aceptó al rey
aragonés Ramiro II como “rey, señor y padre”, es decir, exactamente
todo lo contrario de lo que aprenden los niños catalanes en las
actuales escuelas.
Estas tergiversaciones históricas, tan burdas y fácilmente
desmontables a la luz de la Historia, cuentan con el aval de la
Generalitat, que periódicamente manda sus inspectores a revisar los
libros de texto y la enseñanza que se imparte en sus colegios. Estos
manuales de la ESO están editados por Barcanova, una de las
principales editoriales de libros de texto apoyada por el Gobierno
autónomo catalán.
Menorca es nuestra
El expansionismo nacionalista catalán no se centra sólo en Aragón.
Recientemente un destacado dirigente de ERC, a propósito de la boda
de la hija del president Mas en la isla balear de Menorca, dijo que
“para nosotros Baleares pertenece a Cataluña, por lo tanto esa boda
se celebra en casa…”.
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