Regeneración democrática
Las posibilidades de Vox
Francisco José Contreras Libertad Digital 8 Marzo 2014
Vox nació hace poco más de un mes con la vocación de remediar la
gran anomalía política española: nuestro arco de partidos, como ha
indicado Manuel Llamas, abarca desde el centro-izquierda a la
extrema izquierda, dejando al centro-derecha sin representación.
Rajoy proclamó en 2008 que el PP no era lugar para liberales ni
conservadores, y a fe que ha mantenido su palabra. El PP participa
sin reservas del consenso socialdemócrata: Rubalcaba lo reconoció
así en el debate ("El problema de España no es un problema de gasto
público, sino de ingresos: esto es muy importante, y estamos de
acuerdo plenamente"), y Rajoy aceptó el abrazo ("No tenemos una
Administración elefantiásica"). Ninguno de ellos piensa que el
problema de fondo sea un sobredimensionamiento estructural de lo
público: ambos creen en el Estado grande-paternalista, y discrepan
tan sólo en la oportunidad de los pequeños recortes abordados, que
Rajoy considera dolorosos pero imprescindibles; confía, eso sí, en
que la marea broteverdista nos devolverá pronto, sin necesidad de
más reformas, una capacidad de gasto público como la que tuvimos
entre 2001 y 2007.
Pero si el PP no tiene nada de liberal, tampoco tiene nada de
conservador. No tiene una visión de la familia, de la cultura, de
los valores, que difiera de la de la izquierda. La semana pasada
Wert confirmaba en sus cargos a todos los expertos del Centro de
Expertos de la Memoria Histórica nombrados por Zapatero. Este
Gobierno aplica el boca a boca a Prisa mientras contempla alborozado
el naufragio de Intereconomía. Rajoy pasó de puntillas en el debate
sobre la nueva ley del aborto: todos asumen ya que será seriamente
descafeinada, si no congelada sine die. Aunque insistió en que el
referéndum catalán no tendrá lugar, Rajoy reiteró su disposición al
"diálogo". ¿Qué precio pagaremos esta vez para "evitar el choque de
trenes"?: ¿nuevo modelo de financiación más beneficioso para
Cataluña?, ¿blindaje de la inmersión lingüística? No será éste el
Gobierno que se plante frente a los nacionalismos y les haga
comprender que han tenido suficientes concesiones en las últimas
tres décadas, y que no se aceptarán más chantajes.
El territorio de caza de Vox es enorme, pues abarca potencialmente a
todos los que estén a la derecha del consenso socialdemócrata en lo
económico, del sesentayochismo liberacionista en lo moral-cultural y
de la eterna cesión frente a los nacionalismos en lo territorial.
Las europeas, propicias al voto ideológico, son la ocasión ideal
para el despegue. Pero obtener representación europea no garantiza
el éxito en las elecciones de verdad. El PP hará valer los tímidos
indicios de recuperación económica, agitará el espantajo de un
frente popular PSOE-IU-nacionalistas y se presentará como la
sensatez centrista.
Vox tendrá que ser el partido del largo plazo y de las verdades
incómodas. Su viabilidad dependerá de la madurez de un porcentaje
suficiente de españoles para asumir ambos. El PP venderá
broteverdismo: Vox tendrá que mostrar que estamos en una crisis en
L; que una economía con un nivel de gasto público del 45% del PIB,
con un déficit atascado en torno al 6% y una deuda pública del 100%
del PIB no podrá crear empleo de forma seria. Como ha mostrado Juan
Ramón Rallo, el sector público creció desmesuradamente entre 2001 y
2007, alimentado por los ingresos fiscales extraordinarios de la
burbuja inmobiliaria; la estructura de gasto generada entonces ha
sido mantenida por Zapatero y Rajoy: se ha preferido incrementar la
presión fiscal, antes que podar gasto político. Vox puede abanderar
la idea de la revolución liberal pendiente: España no podrá despegar
de verdad sin una reducción del peso del Estado (que lo devuelva,
simplemente, al tamaño que tenía hacia el año 2000). Esto es
articulable, además, con la propuesta recentralizadora que figura en
su programa: la eliminación de las autonomías –o, al menos,
recuperación de competencias como sanidad o educación por la
Administración central– permitiría un recorte sustancial del gasto
público, eliminando duplicidades, restaurando la unidad de mercado y
permitiendo economías de escala.
Pero Vox debería exponer otra verdad incómoda a largo plazo: con su
tasa de fertilidad de 1,35 hijos por mujer, España está abocada al
declive por envejecimiento de la población. La generación ahora
joven será esquilmada para sostener a una masa enorme de jubilados;
la brutal presión de las cotizaciones sociales hará definitivamente
inviable todo despegue económico. La cuestión demográfica ha sido
hasta ahora irresponsablemente ignorada por todos los partidos: está
ahí, virgen, disponible para partidos con un campo de visión
histórica que vaya más allá de la próxima encuesta o las próximas
elecciones. Potenciar la natalidad concuerda bien con otros asuntos
que importan mucho al electorado conservador: el de la protección
del no nacido, por ejemplo (casi un 20% de los embarazos terminan en
aborto), o el fortalecimiento de las familias (las parejas casadas
tienen más hijos que las que cohabitan; un partido
liberal-conservador debe considerar la desaparición progresiva del
matrimonio –cada vez se casa menos gente, y de éstos cada vez se
divorcian más– como un grave problema social).
Vox tendrá una oportunidad si consigue federar al electorado
liberal, harto de consenso socialdemócrata, con el conservador
(indignado con la tibieza del PP en temas como aborto o familia) y
el antiautonomías, cansado de despilfarro clientelar y claudicación
frente a los nacionalismos. Esta coalición no debería ser imposible,
pues el liberalismo económico, el conservadurismo moral y la
recentralización política son principios coherentes entre sí. Vox
está jugando también la carta de la regeneración institucional
(independencia del poder judicial, democratización interna de los
partidos…), pero esa ya la jugaban UPyD y Ciudadanos: encasillarse
sólo en este registro haría dudar al elector de la necesidad de un
partido más; de hecho, se levantan voces que llaman a "una
alternativa única frente al bipartidismo", pretextando la Ley
D’Hondt, etc. Vox sólo podrá justificar su existencia si cultiva un
perfil ideológico diferenciado; y su diferencia respecto a UPyD y
C's sólo puede ser un discurso nítidamente liberal-conservador.
Cuando el tuerto ve menos que el ciego
Antonio Pérez Henares Periodista Digital 8 Marzo 2014
El encontrarse, no ya solo a políticos sino a quienes fueron sus
oráculos económicos y a sus más apasionados voceros, por los debates
radiotelevisados pasando de negar empecinadamente la crisis a
retorcerse ahora, ante la evidencia de cualquier dato positivo, para
seguir negando el más mínimo atisbo de recuperación trae
inevitablemente a la cabeza el viejo refrán de que no hay peor ciego
que el que no quiere ver. Aunque pienso, cada vez con mayor
convicción, que en realidad hay incluso algo con peores y más
deformadores resultados, el ser tuerto solo de un ojo, y en este
caso, solo ver por el izquierdo.
En cualquier caso hay que reconocer ya que no la evolución, porque
ellos siguen estando en la posesión tanto de la verdad como de la
bondad, si la habilidad en readaptar su discurso cuando los hechos
les han molido a cifras las costillas de sus predicciones de todos
esos “gurus” a los que un día me atreví a calificar como los “300
profetas económicos del Apocalipsis”. Se mantuvieron impertérritos
en su época de aleluyas zapateriles y no se apearon de aquel burro,
a quien incluso azuzaron con su ínclito Plan E, cuyo inductor sigue
dando recetas por los platós pero cuando el buen pollino se clavo en
un ¡So!, decidieron mover una pestaña para decirnos que ya podíamos
mentar a la bicha, la crisis, por su nombre pero que justo ya, a
partir de aquel mismo instante esta se había pasado y volvía la
fragancia de la rosa y el pastoreo en el verde prado.
Cuando la UE tuvo que sacarlos con lanzallamas de aquel bunker de
disparate, despilfarro y desatino donde Mendez ejercía de
vicepresidente nocturno y ellos de alegres compañeros, acudieron a
lo que nunca falla. Se busco un nuevo malo universal causante de
nuestras desgracias: le toco a la Merkel porque el presidente
norteamericano, Obama, que también había sido de los que mandaron
parar la locura era, dicen, que es bien poco, como más de los suyos.
Perdido el pastizal, la Moncloa y el aprendiz de brujo entregado a
su vocación de contable de nubes se dispusieron a inaugurar la nueva
etapa opositora donde del optimismo supino se pasó a la catástrofe
inmediata. Ellos, por supuesto, nada habían tenido que ver en el
siniestro total en que se encontraba el vehiculo que nos habían
dejado. Fueron los días, los meses, mas de un año, del rescate,
inevitable, las tinieblas exteriores, llegan mañana con la prima de
riesgo como íntima compañera de cama.
No pasó, pero ellos jamás se equivocaron, ni ahora. Con no mentar la
dicha prima, ahora repudiada, ni permitir que un dato les invalide
su teoría queda todo arreglado. Pero algo ha tenido al menos que
modularse. Ahora ya no estamos en que ya la catástrofe será, a mucho
tardar, mañana pero sin embargo en ese mañana no hay ni habrá ni
puede haber esperanza. Esa es la predicción y el sustento de todos
los discursos. El de la Nación incluido. Hay que resistir como sea
la sensación de que esto mejora o puede mejorar un poco, aunque sea
una miaja.
El paro es ahora el caballo de batalla. Y es lógico y no puede ser
ni haber ningún otro que lo sustituya en nuestras preocupaciones. La
cifra es una tragedia continuada con millones de caras, de personas
que lo sufren, cercanas, queridas en tantos casos y con quienes nos
encontramos a cada paso. Pues resulta que algo parece moverse,
aunque con desesperante lentitud, también en ello. Pero, por favor,
que no se entere de ello Soraya Rodríguez. Que no, que le da igual,
que suba o baje, que repunte o que se hunda. Ella lo que tiene que
colocar es el adjetivo calificativo. Muy grueso pero que ya tiene
muy sobado. Tanto que ya dice indigno y suena a que esta diciendo
bonito.
Lo de la portavoz socialista no es aislado sino pauta. El disgusto
en cada uno de los meses de año 2013 en que iba bajando la cifra del
INEM, que fueron 8 por 4 en negativo y que acabo con global
positivo, era notorio y ahora lo de febrero parece haber sentado ya
como un tiro y se les nota por mucho que lo disimulen. Y lo cierto
es que se la juegan.
Aunque el primero de todos que sabe que en ello le va la vida
política es Rajoy. Ha comprometido su palabra y su futuro en ello. Y
ya no hay más plazo ni excusa. El personal, más sensato y práctico,
pero demoledor si su mínima expectativa se destroza no exige
milagros pero si realidades tangibles. Pongamos, porque esto es
cuestión de velocidad que no se puede disminuir el paro a una
velocidad de -100 parados/hora, que sería la buena, la de crucero en
carretera y nos supondría 876.000 parados menos en un año. Pongamos
una velocidad “urbana”, que menos que a -50 parados/hora, 438.000
menos en un año. Esa puede ser la línea que separe el fracaso del
alivio. La que suponga que las cifras alentadoras, esas del PIB, de
la exportación, de la balanza por cuenta corriente, del bono y de no
se cuantas cosas nos parezcan algo más que números. Ese es el fiel
de la romana y lo demás gaitas.
Aunque desde luego , y eso es seguro, aunque se creciera a cien
parados menos a la hora, a mis queridos profetas les parecerá todo
malo, muy malo, remalo. Ellos tienen razón siempre, antes ahora y
mañana. Y Revilla doctor en Harward
La zafiedad del juzgador
Luis del Pino Libertad Digital 8 Marzo 2014
Ayer, el periódico El Mundo publicaba una entrevista con el juez
Gómez Bermúdez, sobre quien recayó la responsabilidad principal de
juzgar el caso del 11-M. La entrevista está llena de momentos
gloriosos, como cuando dice que no recuerda si pensó en procesar al
comisario Sánchez Manzano por falso testimonio. ¡Claro, hombre!
¿Quién va a acordarse de un detalle tan nimio como si pensaste en
procesar a un alto mando policial por mentir en el mayor atentado
terrorista de nuestra Historia?
O como cuando dice Gómez Bermúdez que no ha indagado quién tuvo la
idea de atentar el 11-M. ¿Para qué vas a indagar esas tonterías,
hombre? ¿A quién le importa quién tuvo la idea? El muerto al hoyo y
el vivo al bollo, que dice el refrán.
O como cuando dice el juez que el libro de su entonces mujer, Elisa
Beni, fue inoportuno. ¡Qué elegancia la suya, echándole el muerto a
su señora! ¡Eso es un hombre! Porque nadie puede creerse, claro
está, que él estuviera al tanto del libro que su señora preparaba.
Seguro que lo escribía en secreto y al pobre Gómez Bermúdez le pilló
por sorpresa la publicación.
O como cuando niega que él prometiera enviar a los mandos policiales
perjuros "caminito de Jérez", a pesar de los testimonios de abogados
y de víctimas que estaban presentes cuando dijo aquello.
Aunque quizá lo más escandaloso sea esa frase en la que dice que
daría igual que el explosivo utilizado el 11-M hubiera sido Titadyn
en vez de Goma2-ECO. ¡Por supuesto, hombre! ¡Daría lo mismo! ¡Qué
importa que se usara un explosivo u otro!
¿Cómo que daría igual el explosivo, señor juez? No daría en absoluto
igual, oiga. Para empezar, si se hubiera usado un explosivo distinto
de la Goma2-ECO, querría decir que una tercera parte del sumario,
todo lo referido a la trama asturiana, pasaría a no tener nada que
ver con el 11-M, porque en aquella mina de Asturias lo que se usaba
era Goma2-ECO.
Pero además, si en los trenes no se hubiera usado Goma2-ECO,
entonces la prueba fundamental del caso, la mochila de Vallecas,
quedaría (¡más aún!) acreditada como prueba falsa, y todo lo que de
ella se deriva (es decir, todo el sumario) se vendría abajo. Y no
solo habría que poner en libertad a todos los condenados, sino que
además habría que abrir diligencias para ver quién colocó aquella
prueba falsa, aquella falsa bomba que apareció en una comisaría de
policía.
Como también habría que determinar quién colocó Goma2-ECO en la
famosa furgoneta Kangoo que apareció en Alcalá de Henares en la
mañana del 11-M. Y también habría que dilucidar quién suministró la
Goma2-ECO con que se hizo volar el piso de Leganés.
¿Cómo que daría igual el explosivo utilizado, señor Gómez Bermúdez?
¿Y usted dice que es juez?
Pero en realidad, lo más triste es que Gómez Bermúdez no está
mintiendo. Esa frase suya no es torpeza judicial, sino un lapsus
probablemente debido a los nervios de la entrevista, y que indica la
verdadera naturaleza del proceso del 11-M: la verdad judicial estaba
prefijada de antemano, y las pruebas eran irrelevantes.
Por eso han dado igual todas las evidencias de falsificación de
pruebas que hemos ido poniendo sobre la mesa a lo largo de estos
años. Aunque hubiéramos publicado una fotografía de un mando
policial o de un agente del CNI fabricando la mochila de Vallecas,
hubiera dado lo mismo. Eso es, ni más ni menos, lo que Gómez
Bermúdez está dando a entender con su respuesta.
Y en esas manos ha estado el juicio del 11-M, queridos oyentes: en
manos de un juez cuya señora escribe un libro sobre el juicio y él
tiene ahora la cobardía de lavarse las manos y descargar sobre su
señora la responsabilidad.
En manos de un juez que miente al negar las promesas de justicia que
hizo delante de víctimas del atentado, por muchos testigos que haya.
En manos de un juez que cree que podemos creerle, cuando afirma no
recordar si pensó en procesar a mandos policiales por falso
testimonio.
En manos de un juez que dice que no se ha molestado en indagar quién
tuvo la idea de cometer el mayor atentado terrorista de nuestra
Historia.
En manos de un juez, en fin, que reconoce que el arma del crimen le
parece irrelevante a la hora de determinar la culpabilidad o
inocencia de los presuntos culpables.
En esas manos estamos, señores.
Y lo peor es darse cuenta de que, en realidad, Gómez Bermúdez no es
otra cosa que un "mandao", un fiel sirviente de aquellos que, desde
el poder político, tanto han hecho para que los españoles sigamos
sin saber quién mató a 193 compatriotas el 11 de marzo de 2004.
11M: Caso abierto.
Vicente A. C. M. Periodista Digital 8 Marzo 2014
Hay una campaña orquestada desde diversos frentes políticos y
judiciales para dar carpetazo definitivo al caso de los atentados
terroristas del 11 de marzo del 2004 días antes de las elecciones
generales y que tuvieron como resultado 191 muertos casi 2.000
heridos y el mayor vuelco electoral de la corta y triste historia
democrática de España. Unas fechas marcadas por las
confabulaciones,las mentiras y la manipulación descarada del PSOE
con un Alfredo Pérez Rubalcaba que no dudó en sacar rédito electoral
al transgredir la Ley apareciendo en las televisiones el día de
reflexión diciendo que "el Gobierno (del PP) nos miente".
Tras la farsa de la Comisión de investigación formada por una
mayoría "ad hoc" liderada por el PSOE, se llegó al esperpento de la
instrucción del caso por un juez manifiestamente inapropiado para
tal misión, acompañado de una fiscal nada abierta a admitir líneas
de investigación diferentes a la oficial argumentada sobre pruebas
falsas y especulaciones dirigidas. Unas investigaciones que desde el
principio mostraron actitudes ilegales y sectarias como la ejercida
por el famoso jefe de los Tedax Juan Jesús Sánchez Manzano y su
equipo, o decisiones del juez instructor Juan del Olmo de
destrucción injustificada de pruebas como eran los vagones de los
trenes.
Tras diez años de este suceso, hay un empeño en querer cerrar el
caso sin haber profundizado en las innumerables contradicciones que
se dieron tanto en la Instrucción como en el juicio. Lo único cierto
es que nadie puede asegurar que los responsables materiales ni los
responsables ideológicos hayan sido identificados, detenidos y
enjuiciados. El único condenado lo fue gracias al testimonio de dos
testigos de nula credibilidad y ni siquiera se ha identificado sin
ningún género de dudas el explosivo usado. Tampoco se han
justificado de modo creíble y lógico las actuaciones del grupo de
los Tedax y el análisis de las muestras por un laboratorio no
especializado ni responsable de hacerlo según los protocolos
policiales.
Existen demasiadas incógnitas y preguntas sin respuesta para
intentar dar carpetazo al mayor atentado terrorista producido en
España, y en esta definición entra cualquier grupo, sea
gubernamental o ultraideológico, que usa la violencia y el terror
para lograr doblegar a la sociedad a la que aterroriza. España tiene
muchos enemigos externos e internos como para desechar cualquier
alternativa de investigación. Porque lo evidente,lo que se ha dado
como la única versión oficial, no tiene ningún fundamento, empezando
por el tipo de explosivo que se asegura que se usó. Lo malo es que
no hay ningún interés en querer saber la verdad ni por parte de
quien obtuvo el poder gracias al sentimiento derivado de los
atentados, ni de quienes perdieron el poder por el mismo motivo y
por haber querido enfocar la autoría en la dirección que más les
beneficiaba electoralmente. En ambos casos hubo un mezquino y
miserable uso de las víctimas de los atentados en beneficio político
partidista.
Por desgracia, el mismo sectarismo político ha hecho que las
asociaciones de víctimas sigan enfrentadas y sin apoyos oficiales
para obtener una verdadera Justicia. El 11M es un asunto molesto
para los políticos y que les desnuda dejando ver sus vilezas y su
desprecio por el sufrimiento de las víctimas. Los actores de
entonces ya han obtenido sus premios y condecoraciones por los
servicios prestados. Es demasiado iluso pedir que esos actores, con
el tiempo, hayan reflexionado y tengan un ataque de remordimiento de
conciencia y de reconocimiento de sus graves errores y el daño que
han causado. Es demasiado iluso pedir que tras diez años alguien
quiera retomar las investigaciones y dar respuesta a las incógnitas
de un caso que pese a quien le pese sigue tan abierto como el mismo
día del atentado.
Gómez Bermúdez y la campaña para enterrar
el 11-M
EDITORIAL Libertad Digital 8 Marzo 2014
Las respuestas del juez Javier Gómez Benítez en la entrevista
publicada ayer por el diario El Mundo contienen una serie de medias
verdades y flagrantes mentiras que ponen aún más de manifiesto la
tremenda estafa intelectual y judicial del 11-M. El magistrado
encargado de juzgar los atentados de marzo de 2004, cometidos a
escasos tres días de unas elecciones generales que se aventuraban
reñidas, dio ayer nuevas muestras de que el caso se cerró en falso
porque a ni a la clase política ni a las instituciones le interesa
conocer la auténtica verdad sobre un hecho que cambió profundamente
la Historia de España.
Gómez Bermúdez acreditó ayer de nuevo que dictó sentencia sin
conocer a los verdaderos impulsores de los atentados ni el arma del
crimen, con sus respuestas evasivas sobre la primera cuestión
aludiendo a un fantasmagórico y novedoso alqaedismo y su desdén
inaudito hacia la necesidad de saber qué explotó en los trenes
porque, para él, ese dato crucial carece de relevancia. El
magistrado insistió, sin que el entrevistador le preguntara por
ello, en descartar la hipótesis de la participación de la ETA en los
atentados como si esa fuera la principal prueba de convicción que
desmontaría su sentencia, cuando el hecho es que desde los medios de
comunicación que insistimos en que se conozca la verdad del 11-M se
han aportado suficientes indicios para cuestionar la versión oficial
sin necesidad de recurrir a conjeturas como la que tanto preocupa a
Gómez Bermúdez.
Pero es en el tratamiento otorgado a los mandos policiales que
mintieron a sabiendas en sus testimonios donde el magistrado sigue
mostrando una desfachatez impropia de un miembro destacado de la
judicatura. En lugar de perseguirlos de acuerdo con las leyes, tal y
como anunció ufano durante el juicio con su referencia a que irían
caminito de Jerez, Gómez Bermúdez dice ahora que pudieron faltar a
la verdad en cuestiones de poco relieve y que esa actitud no tiene
relevancia penal. Es su convicción personal sobre la honradez del
comisario Sánchez Manzano, esgrimida en la entrevista, lo que carece
de interés, no el hecho de que testificara en falso, una acción,
premeditada o no, que debería haber sido castigada a instancias del
propio tribunal de acuerdo con lo establecido en la legislación
penal para los casos de perjurio.
El presidente del tribunal que juzgó los atentados del 11 de marzo
de 2004 puso ayer de manifiesto que las únicas pruebas que los
españoles han de aceptar para dar por buena la sentencia son él, sus
convicciones personales y su integridad profesional, y ello a pesar
de que él mismo confesó al diario El Mundo haber recibido presiones
de "terceras personas" a las que se negó a identificar.
Gómez Bermúdez ha dado inicio a una campaña para enterrar
definitivamente el 11-M al cumplirse una década de los atentados, a
la que ya se ha sumado el fiscal jefe de la Audiencia Nacional,
Javier Zaragoza. Sus declaraciones de ayer son, con seguridad, sólo
un aperitivo de lo que queda por venir.
Desayunos con sapo
José Luis Manzanares www.republica.com 8 Marzo 2014
Dicen que los políticos se desayunan con un sapo como gaje del
oficio. Ignoro si es verdad, pero sí sé que el desayuno cotidiano de
los lectores españoles de periódicos incluye inevitablemente una
nueva noticia sobre la corrupción. La ingestión del bicho puede
retrasarse hasta el mediodía para quienes no tienen otra fuente de
información que el telediario. Pero tan sabroso ingrediente no falta
nunca.
La última sabandija es por el momento la probable estafa, fraude,
latrocinio o similar de millones de euros en las subvenciones de la
Comunidad de Madrid a los cursos de formación organizados por la
patronal. En Andalucía y otras tierras siguen siendo los cursos de
los sindicatos. Vienen a ser lo mismo porque en ambos supuestos se
desvían los dineros públicos hacia otros fines tan atractivos como
el lucro personal.
Presumía un ministro socialista de que España era el mejor país para
enriquecerse rápidamente. Era y es verdad, pero silenciaba el cómo:
robando los dineros del contribuyente porque, como proclamó otra
ilustre colega, esos euros no serían de nadie. Estaban a disposición
del primer afortunado que se los encontrara en su camino. Alguien
bien situado, como es natural.
Muchos de nuestros sapos nacieron en épocas de vacas gordas y han
tenido tiempo suficiente para crecer, engordar y multiplicarse.
Nuestra renqueante justicia, infradotada de medios, lo tiene más
fácil con un asesinato que con esta corrupción cuyos protagonistas
delinquen en manadas protegidas por silencios cómplices. Unas veces,
por eso de la prescripción, hay que limitar la exigencia de
responsabilidades a lo que los animalitos han engordado en los
últimos años. Y otras sólo podemos tomar nota de lo que ya no tiene
remedio al amparo de esa presunción de inocencia que aquí utilizamos
como capa de Luis Candelas fuera también del ámbito penal.
Está visto que, según ocurre con los hidrocarburos en las arenas de
Arabia Saudí o Kuwait, basta escarbar un poco a lo largo y ancho de
nuestra geografía para que brote majestuoso el chorro pestilente de
la corrupción. La sensación de los españoles -y no sólo de la mía-
es, según revelan los estudios de la Unión Europea, que vivimos en
una atmósfera de podredumbre generalizada. Si no sale a la
superficie más petróleo es porque no hay más prospecciones.
Puestos a crear juzgados especializados en algunos delitos, parece
que los grandes esfuerzos hechos para combatir, por ejemplo, la
violencia de género, podrían extenderse a esta otra lacra social de
primera magnitud, a la que seguimos aplicando cataplasmas, parches
sor Virginia y otras viejas recetas de escasa eficacia. La
experiencia enseña, además, que nuestros mangantes de cuello blanco
y riñones bien forrados acostumbran a disfrutar también de larga y
cómoda vida después de ser descubiertos e identificados. Su inmensa
mayoría, con fortunas inimaginables para el hombre de la calle, ni
siquiera acaba en la cárcel.
La instrucción penal se prolongará años, el juicio se señalará con
el retraso habitual (y probablemente se suspenderá un par de veces),
luego, si hubiese condena, la pena se reducirá por las dilaciones
indebidas. Más tarde vendrán, siempre con abundantes tiempos
muertos, los recursos de apelación o de casación. Y después se
pedirá amparo al Tribunal Constitucional. Finalmente, suponiendo que
no se declaren nulas las pruebas por una u otra razón, al convicto
se le suspenderá la ejecución de la pena de prisión o se le
concederá de inmediato el tercer grado para que solo vaya a firmar
algún día que otro al establecimiento penitenciario. El reo será un
anciano venerable o padecerá graves enfermedades que, curiosamente,
no se dan con tanta frecuencia entre los condenados por otros
delitos.
Partitocracia
Aleix Vidal-Quadras www.gaceta.es 8 Marzo 2014
Ante la pretensión de la presidenta del PP vasco de nombrar un
secretario general alfabetizado, se ha desatado una fuerte tormenta
interna en esa formación. Las luchas intestinas entre clanes y
provincias están destrozando a una opción electoral que camina hacia
su extinción.
El desmantelamiento de sus ramas catalana y vasca por parte de la
dirección nacional del primer partido del país, hoy en el poder con
mayoría absoluta en ambas Cámaras nacionales, es uno de esos
fenómenos incomprensibles que será estudiado sin duda en el futuro
por los politólogos y por los psiquiatras. Los mejores resultados y
los porcentajes de crecimiento más altos del PP en las dos
Comunidades de hegemonía separatista los obtuvieron equipos
encabezados por Jaime Mayor y por mí en los años noventa. En ambos
casos, desde la sede central de Génova se procedió a desmontarlos
para entrar en un proceso de desideologización y de acompañamiento
más o menos explícito a los gobiernos nacionalistas.
La tesis era y sigue siendo que los nacionalismos son hechos
inamovibles con los que hay que convivir y que la forma más
apropiada de relacionarse con ellos es la rendición. Esta singular
aproximación a la preservación de la unidad de España a base de
desarmarse social, intelectual y políticamente frente a los
secesionistas de raíz identitaria se ha combinado con la falta de
democracia interna de la gran fuerza de centro-derecha española
produciendo el brillante resultado que está a la vista.
En las provincias vascas el PP es una nave a la deriva condenada al
naufragio y en el Principado catalán las próximas elecciones
autonómicas lo enterrarán definitivamente en la irrelevancia,
ampliamente sobrepasado por Ciudadanos. La verdad es que conseguir
que Jaime Mayor se retire de la vida pública, que María San Gil se
encuentre voluntariamente recluida en su intimidad privada, que José
Antonio ortega Lara se marche y que Santiago Abascal y yo nos
hayamos dado de baja para participar en el lanzamiento de un nuevo
proyecto, es para nota. Lo más curioso es que los responsables de
esta trayectoria autodestructiva están tan contentos y se consideran
unos genios de la estrategia.
Si en vez de surgir del capricho arbitrario de la cúpula, los cargos
orgánicos fuesen elegidos por los militantes, semejantes errores no
hubieran sido cometidos y las organizaciones territoriales del PP en
Cataluña y en el País Vasco estarían dirigidas por gentes
comprometidas con la sociedad abierta, los valores constitucionales
y la firmeza en la lucha contra los particularismos divisivos. La
degeneración de la democracia en partitocracia se está llevando a
España por delante.
La cuestión (o la Causa) ¿catalana?
José Rosiñol Lorenzo. Periodista Digital 8 Marzo 2014
Parece que en la conflagración política declarada al Estado, el
independentismo tiene la facultad de imponer su propio lenguaje en
todo tipo de debates, tanto políticos como –sobre todo- mediáticos,
es uno de los tres ejes (creación de un neolenguaje, asfixia
dialógica y control territorial) sobre los que se están
desarrollando las operaciones que conducen hacia el objetivo final,
objetivo que no es otro que situar contra las cuerdas a unas
debilitadas instituciones españolas.
Ello resulta francamente frustrante, frustrante ante la pasividad
del Gobierno, ante el seguidismo de los medios de comunicación
“progresistas”, ante la apabullante maquinaria de manipulación
masiva construida por el nacionalismo gracias a la pasividad, y en
muchos casos la connivencia, de los grandes partidos nacionales,
esta asunción del lenguaje pergeñado por el nacionalismo es como
jugar siempre en campo contrario, como dejar escoger a tu oponente
el campo de batalla.
Porque no lo dudemos, el relato (político/social/económico)
construido sobre conceptos perturbadores y enunciados performativos
es uno de los pilares –sino el pilar- sobre los que se construye el
proceso soberanista, es la herramienta con la que se pueden
conformar cosmovisiones reduccionistas proclives al independentismo,
con la que se delimita y constriñe el debate a los términos que
interesan a los defensores del secesionismo, y que genera contextos
favorables a un más que sesgado discurso esencialista.
Pues bien, desde que Artur Mas dio el empuje al Plan
independentista, los términos en los que se trata este proceso
rupturista y constituyente, siempre se centran en cuestiones
territoriales, reformas administrativas o normativas, todo ello se
ha resumido en “la cuestión catalana”, cuestión aparentemente
neutra, un extracto necesario para el quehacer comunicativo, pero
¿nadie percibe la tremenda carga ideológica que ello conlleva?,
¿acaso no es una pista más que evidente la comodidad que muestra el
nacionalismo respecto a esa “cuestión catalana”?, ¿por qué la
repiten y repiten en casi todos los medios de comunicación y muchos
periodistas?
¿Por qué asumir como verdadero lo que no es más que un
reduccionismo, una simplificación maniquea de la realidad catalana?,
¿no nos damos cuenta que con estas actuaciones escondemos el
auténtico problema (político) de Cataluña?, porque hay algo tan
básico que debería ruborizar a todos esos políticos de partidos
nacionales (como Rubalcaba), el problema no es una cuestión
catalana, de Cataluña, ni de los catalanes, el problema es el
nacionalismo y los nacionalistas, es su política de exclusión
identitaria, su obsesión por convertir una falaz “comunidad
lingüística” en un estado-nación.
Hay multitud de ejemplos de esta manipulación del lenguaje, de este
adoctrinamiento implícito tras las palabras, pero quiero detenerme
en un artículo del pasado día 25 de febrero por la periodista de
cabecera del nacionalismo y hagiógrafa de Artur Mas, Pilar Rahola,
para ilustrar lo expresado hasta aquí, dice la escritora: “…es
fascinante que todo lo relativo a la cuestión catalana lo trate el
ministro de Exteriores…”, “…la voluntad democrática que se ha
instalado en la centralidad catalana.” Y “…cualquier cancillería
europea, o sus opiniones públicas, no podrán entender que se niegue
las urnas a un pueblo…”.
Como vemos ese es el objetivo, es lo que Joan Rigol expuso en el
documento de la última reunión del Pacto Nacional por el Derecho a
Decidir respecto a las movilizaciones “populares” por el derecho a
decidir para que “…reafirmen el sentido de un solo pueblo.”, esto
es, un solo pueblo, un solo parecer, una sola política, una sola
voz, un pensamiento único, una única “cuestión catalana”.
Naturalmente esto no es solo algo estético, ni siquiera es un nuevo
recurso a la épica nacionalista, es algo palpable en la sociedad
catalana, se han adueñado de esa democracia que tanto dicen
defender, hasta el punto que el gobierno catalán se atreve a
denunciar en nombre “del pueblo catalán” a un grupo de periodistas
(Gabriel Albiac, Xavier Horcajo, Federico Jiménez Losantos, Alfonso
Merlos, José Antonio Sentís y Hermann Terstch ) por, simplemente,
cuestionar y atacar al proceso soberanista…simplemente por ejercer
su libertad…de expresión. Imagino que estarían más cómodos con el
atronador silencio de los medios de comunicación catalanes al
servicio de la Causa…
Patronales y sindicatos se repartían los dineros firmando cursos
ficticios
Cursos de Formación: El final de una
corrupción sangrante, consentida y tolerada
Periodista Digital. 8 Marzo 2014
"Dilapidar unos 2.000 millones de euros anuales para nada es algo
que un país con casi seis millones de parados no se puede permitir".
Así arranca José María Triper, subrayando que era un escándalo a
voces, su análisis este 8 de marzo de 2014 4 en 'El Economista'.
De esos que todo el mundo habla, pero que todos toleraban como un
episodio más de esta picaresca nacional y al que nadie se atrevía a
meter mano porque tocaba a estamentos protegidos y que hasta hace
poco se consideraban intocables, no fuera a ser que nos montaran una
huelga general o nos pusieran al estamento empresarial en contra.
Todos, al menos todos los que nos dedicamos a la vida pública, en
una u otra forma, habíamos oído historias, en ocasiones contadas con
alarde por los propios protagonistas, de cómo patronales y
sindicatos (no todos, ni en todos los casos, es verdad) se repartían
los dineros de la formación firmando cursos ficticios y repartiendo
el beneficio con algún amigo que, como el famoso Aneri en Madrid, y
tantos otros que se prestaban a este juego de corruptos.
Pero además de poner punto y final a esta lacra social, la reforma
que se anuncia de la formación responde también a la necesidad de
cambiar un modelo que, como reconocía el presidente Rajoy en el
Debate del Estado de la Nación "no ha tenido los resultados que
todos queremos".
Incluso las encuestas realizadas entre los trabajadores que han
recibido formación muestran cómo una inmensa mayoría asegura que no
ha servido para mejorar su desarrollo profesional.
Dilapidar unos 2.000 millones de euros anuales para nada es algo que
un país con casi seis millones de parados no se puede permitir.
Por ello, la fórmula que está sobre la mesa de negociación para que
sean las empresas quienes gestione directamente la formación va en
la dirección correcta.
Son las empresas quienes dotan mayoritariamente con sus cotizaciones
los fondos para formación y ellas son también las que mejor conocen
las necesidades formativas de sus trabajadores para cubrir las
necesidades y carencias de sus negocios y de sus proyectos.
Junto a ello es también sensato articular un sistema común para que
aquéllas que no puedan o no quieran pagar su propia formación no
estén desasistidas. Eso sí, siempre sometido a evaluación y bajo el
principio de la libre competencia.
"Habló de una mente diabólica"
Gabriel Moris: "Bermúdez nos dijo que nos
olvidáramos de los moritos"
Víctima del 11-M, Gabriel Moris presenta este sábado la conclusión
de la campaña en Change.org para investigar la masacre. Supera las
55.200 firmas.
esRadio Libertad Digital 8 Marzo 2014
El programa Sin Complejos de esRadio ha contado este sábado con la
intervención de Gabriel Moris, víctima del 11-M e impulsor de la
campaña en "Change.org" para reabrir la investigación del 11-M. Una
campaña que ha cosechado más de 55.200 firmas hasta ahora. Este
sábado Moris ha presentado a las 11 de la mañana el balance de su
campaña de recogida de apoyos a través de internet.
Tras la entrevista publicada en el diario El Mundo este viernes con
el juez Javier Gómez Bermúdez, en la que niega que dijera aquello de
que algunos testigos irían "caminito de Jerez" a más personas que no
fuera un grupo de estudiantes de COU, Moris recuerda cómo el mismo
Bermúdez, en su despacho, le dijo a él mismo y a un grupo de
víctimas que "nos olvidáramos de los moritos", porque no habían sido
ellos los que habían cometido el atentado.
Ahora, Bermúdez expresa su pleno convencimiento de que Jamal Zougam
es culpable porque tiene la certeza personal de que es un yihadista.
Además, considera que la autoría intelectual corresponde al
"alqaedismo". En cambio, en aquellas conversaciones con Moris y
otras víctimas, dijo que "el atentado se había debido a una mente
diabólica". Para Moris, la actitud de Bermúdez no es más que "una
cruel burla".
Pese a todo, Gabriel Moris es optimista y cree que la situación
creada este año en torno al décimo aniversario de la masacre "no es
totalmente negativa". Percibe Moris que se está poniendo en
evidencia que la "verdad del 11-M es muy distinta a la que hasta
ahora nos habían dicho". Finalmente, ha manifestado su deseo de que
las firmas recogidos para que se vuelva a investigar el 11-M se
convierta en un libro que complemente "la memoria histórica" en las
bibliotecas españolas.
******************* Sección "bilingüe"
***********************
Derecha
UPN perderá Navarra por su culpa
Pedro Fernández Barbadillo Libertad Digital 8 Marzo 2014
Las autonomías han hecho que los españoles desconozcan más a sus
compatriotas que todo el centralismo de las décadas y siglos
anteriores. Seguramente, porque muchos medios de comunicación ya no
prestan atención a lo que ocurre en la comunidad vecina porque ese
Gobierno regional no le va a poner publicidad institucional, y
también porque se ha cerrado la circulación de estudiantes,
profesores y funcionarios. Y Navarra es una de las regiones sobre
las que más tópicos circulan.
Ya en el franquismo se vinculaba Navarra al carlismo, como si no
hubiera habido carlistas fuera de Navarra y socialistas,
republicanos y abertzales en esta provincia. Otro tópico sobre
Navarra es el eje político entre navarros españolistas y navarros
vasquistas, cuando detrás de esa simplificación hay una pluralidad
política asombrosa.
El Parlamento regional ha sido varias veces el más fragmentado de
todas los regionales de España. De las elecciones de 1987 salieron
ocho partidos con representación: PSN-PSOE, UPN, Herri Batasuna,
CDS, Eusko Alkartasuna, Unión Demócrata Foral, Alianza Popular y
Euskadiko Ezkerra. En la legislatura que comenzó en 2011 son seis:
UPN, PSOE-PSN, Nafarroa Bai, Bildu, PP e Izquierda Unida. Y aunque
los presidentes del Ejecutivo foral han sido siempre o navarristas o
socialistas, este bipartidismo aparente va acompañado por
coaliciones de gobierno y una gran inestabilidad, con partidos que
aparecen y desaparecen, escisiones y reagrupaciones.
La honradez navarra se esfuma cuando una de las primeras tramas de
enriquecimiento y saqueo montada por unos políticos regionales desde
el poder apareció en el socialismo navarro, y así se juzgó y
condenó. Hasta ahora, el único presidente autonómico que ha
ingresado en prisión ha sido el navarro Gabriel Urralburu.
Otro tópico es la españolidad de la sociedad navarra, cuando el
arraigo de nacionalistas vascos es mayor en Navarra que en Álava.
Desde 2011 Bildu controla más ayuntamientos navarros que alaveses.
Como ha dicho Federico Jiménez Losantos, "toda la vida pensando que
los navarros eran recios y de fiar, y hay cada traidor…". Y entre
esos traidores están los dirigentes de UPN, que en 2007 recurrieron
al PP para una manifestación para que el Gobierno de Zapatero no
incluyese a Navarra en las negociaciones con ETA y al año siguiente
rompieron su acuerdo con el PP y pusieron sus parlamentarios en las
Cortes al servicio del PSOE para aprobar los Presupuestos Generales,
a cambio de una línea de AVE y de que el PSN-PSOE les apoyase.
Por último, muchos de los escasos partidarios de la igualdad fiscal
de todos los españoles critican el cupo vasco, pero se olvidan del
convenio navarro, que da mayor soberanía a las autoridades locales y
les permite robar al resto de sus compatriotas, como el regalo por
la Hacienda nacional a la foral del IVA a las exportaciones de la
fábrica de Volkswagen.
El castellano Aznar, el mejor cartel de UPN
El pensamiento de UPN y del navarrismo se suele resumir en
tautologías como "Navarra es sólo Navarra y nada más". En un
esfuerzo de argumentación encontramos los dos puntos principales de
su ideario: no a los vascos y dejadnos nuestros impuestos.
La prueba de que este discurso mínimo, unido al cansancio por 18
años de gobierno ininterrumpido, ya no moviliza a nuevos votantes es
la imparable caída de voto de UPN. El mayor porcentaje de voto lo
obtuvo este partido foralista en las elecciones generales de 2000,
cuando su cartel era José María Aznar: 49,89% de la votación. Desde
entonces, ni la foralidad, ni los pactos con el PSOE, ni Miguel
Sanz, ni los molinos de viento ni la incorporación de los tránsfugas
del CDN han conseguido paralizar esa decadencia.
VOTO A LA LISTA DE UPN
Año ELECCIONES VOTOS
1995 FORALES 91.163
1996 GENERALES 120.335
1999 FORALES 125.497
2000 GENERALES 150.995
2003 FORALES 126.725
2004 GENERALES 127.653
2007 FORALES 138.031
2008 GENERALES 133.059
2011 FORALES* 135.025
2011 GENERALES 126.516
* Suma de los resultados de UPN y PP, que se presentaron separados.
El voto de la derecha navarra, navarrista o no, reunió en 2011 entre
un 42 y un 38% de los sufragios. ¿Qué pasa con el otro 60%? Si
contamos a socialistas, Bildu, Izquierda Unida y los principales
partidos de la coalición Nafarroa Bai (Aralar y EA), la mayoría del
electorado navarro es de izquierdas. En la división sobre el
abertzalismo, el fiel de la balanza corresponde a los socialistas;
Izquierda Unida navarra, como la vasca, gira en la órbita abertzale.
Mucho votante desencantado del PSOE se dirige a los partidos de
izquierdas abertzale.
Desde que Zapatero y su PSOE aceptaron que la nación española es
discutida y discutible, al lento descenso de UPN le acompaña una
caída brusca de los socialistas. No es que UPN pierda unos miles
votos, es que el PSN los pierde a chorros.
Los socialistas han pasado en tres años de 117.920 votos en las
generales de 2008 a 51.238 en las autonómicas de 2011, el peor
resultado que jamás ha tenido este partido, incluido 1977; y
paradójicamente bajo la dirección de Roberto Jiménez, que ahora
exige la dimisión de Yolanda Barcina.
El 'pacto de progreso' con Batasuna o Bildu
En unas circunstancias en que el electorado navarro es
mayoritariamente de izquierdas y en que ETA no asesina, ¿sería capaz
el PSOE de pactar con Bildu? Por supuesto que sí, y si no lo ha
hecho antes se debe a la repercusión que una alianza con Bildu
pudiera tener para los socialistas en el resto de España. Hasta
junio de 1982, la agrupación socialista navarra formaba parte del
Partido Socialista de Euskadi y se desgajó para fundar el PSN-PSOE,
sin duda pensando en las elecciones autonómicas de 1983, cuando
duplicó sus votos respecto a las de 1979.
En las elecciones regionales de 1991, UPN quedó como primer partido
en voto (20 escaños, uno por delante del PSN) y podía obtener el
Gobierno por una norma de su estatuto (Ley de Amejoramiento) que,
como ocurre con los alcaldes, da la presidencia al candidato de la
lista más votada si ningún otro obtiene la mayoría absoluta
(investidura automática) y que se eliminó en 2001. El socialista
Gabriel Urralburu, presidente hasta entonces, necesitaba sumar a sus
19 parlamentarios y los tres de EA, con los que había negociado un
Gobierno de coalición, y los siete de Herri Batasuna. Y se los pidió
públicamente, para un Gobierno de progreso y para que la derecha
siniestra no llegase al poder, la misma cantinela que han usado los
socialistas para pactar con el BNG y ERC.
Hay que reconocer que el candidato de UPN en 1991, Juan Cruz Alli,
también hizo guiños a HB, como la reforma del trazado de la autovía
de Leizarán, entonces la bandera ecologista de ETA y su entorno.
El PP de Rajoy ha renunciado a la batalla de las ideas, pero es que
UPN lo hizo desde el principio. En sus casi 20 años de gobierno
autonómico, UPN no ha planteado un discurso alternativo. Los
Gobiernos de Cruz Alli, Sanz y Barcina han subvencionado a las
asociaciones culturales abertzales, alterado la toponimia navarra
según las normas de la Academia de la Lengua Vasca y promovido la
euskaldunización de la enseñanza, pese a que el porcentaje de
navarros euskoparlantes no alcanza el 12%.
En resumen, UPN perderá el Gobierno navarro este año o en 2015, pero
no por una conspiración en una herriko taberna, sino por su propia
culpa. Y entonces llorarán como Boabdil.
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