Disculpas o háganselo mirar, por favor
Antonio de la Torre Minuto Digital 22 Mayo 2014
Algunos seguidores acérrimos del Partido Popular me han acusado
alguna vez, en las redes sociales, de ver siempre lo negativo de
este Gobierno, cuando critico, entre otras cosas, su política
antiterrorista, más parecida a la continuidad de la que puso en
marcha el PSOE, en su falaz ‘proceso de paz’ (¿dónde está la guerra
en la que unos ponen la nuca y otros las pistolas?) que a defender a
las víctimas.
Acusación, como trataré de demostrar a continuación, que no se
sostiene en lo más elemental. Primero, porque es difícil ver algo
positivo en este Gobierno que ha defraudado a casi once millones de
españoles, o a muchos de los que le dimos nuestro voto para que
hiciera justo lo contrario. A los que se apoyan en que la situación
económica ha mejorado les diré que empeorar la heredada de los
gobiernos de Zapatero era imposible, porque el rescate europeo
estaba a la vuelta de la esquina y, aunque tal vez, más traumático
todavía, hubiera puesto muchas cosas en su sitio y saneado lo que el
PP no se atreve.
En segundo lugar, porque salvo en las grandes cifras
macroeconómicas, que vienen impuestas por Europa, poco más pueden
exhibir. Cifras que, si bien es cierto que han mejorado, lo han
hecho a costa del pueblo llano y de cargarse las clases medias,
subiendo la carga impositiva a límites confiscatorios y sin
recortar, prácticamente en nada, los capítulos de gasto,
especialmente el autonómico y municipal, ni desmontar ese tejido
público de empresas y organismos deficitarios, creado para
acomodación de los más próximos y allegados a esos reyezuelos de
taifas.
¿Y qué decir de otras políticas sociales? Seguimos reformando
borradores sobre la Educación, a ver si “satisfacemos” a los que nos
apuñalan con los recursos de todos los españoles, que fue lo primero
que había que haberles cortado. Les estamos financiando el puñal con
el que nos quieren quitar la vida (en este caso, la Unidad de
España). Todo ello en lugar de recuperar las competencias, que nunca
debieron cederse en este ámbito fundamental, ni aplicar las leyes
existentes para embridar, o apartar, a esos supuestos representantes
del Estado que lo desafían con los recursos del propio Estado e
incumplen las sentencias del Tribunal Supremo.
Seguimos sin reformar una Ley del Aborto abusiva y desnortada que
convierte en “derecho” lo que simplemente se trata de un asesinato.
Y sin reformar esa Ley de “matrimonio” homosexual que supuso un paso
más en la degradación moral que subyace al resto de las versiones de
la crisis que nos asuela.
Seguimos sin modificar la Ley de Partidos ni la Ley Electoral que
convierte a estos en un sistema cerrado cada vez más lejos de los
ciudadanos a los que dice representar, con nombramientos a dedo en
los que se antepone la fidelidad y obediencia al único Gran Elector,
a la capacidad, formación y experiencia de los ciudadanos libres.
Seguimos sin tener una separación de poderes de verdad y los
partidos políticos se reparten, de común acuerdo, y para su
conveniencia, los principales órganos del Poder Judicial, lo que,
unido al masivo e indiscriminado aforamiento del que goza la casta
política (más de diez mil aforados en España frente a ninguno en
USA, por ejemplo, o uno o dos en los países más desarrollados de
nuestro entorno europeo), marca una división incuestionable a la
supuesta “igualdad ante la Ley” que la Constitución proclama para
todos los españoles. ¿Cómo van a juzgar las altas instancias
judiciales con objetividad a aquellos a los que les deben esos
puestos tan generosamente remunerados y que gozan de tantas otras
prebendas? Lo vemos a diario con sentencias incomprensibles, autos,
archivos de causas, etc., a imputados políticos, frente al rigor y
dureza, incluso desproporcionada, a veces, con que se cumplen las
sentencias para el común de los contribuyentes.
Seguimos sin que se haga justicia a los responsables de los delitos
del terrorismo contra víctimas inocentes y poniendo en la calle a
los asesinos con interpretaciones laxas y generalizadas de autos
específicos y unipersonales que, para colmo de la desvergüenza, se
aplican también, indiscriminadamente, a delincuentes comunes,
violadores, maltratadores, etc.
La enumeración de “seguimos” podría llegar casi al infinito en este
despropósito de medidas que venimos sufriendo en los últimos casi
veintinueve meses de Gobierno del Partido Popular, al que le dimos,
en todos los ámbitos, nacional, autonómico y municipal, diputaciones
incluidas, el mayor poder que ningún partido político ha tenido
desde la fallida Constitución de 1978, incluyendo los tres primeros
años de transición política y el primer periodo democrático tras las
elecciones de Junio de 1977.
Por eso, uno de los nuevos partidos, VOX, tiene como lema “La
Solución es Cambiar”.
Cambiar algunas leyes fundamentales, Electoral, de Partidos, de
financiación de estos, etc.
Cambiar algunos aspectos fundamentales de la Constitución, en
especial los relativos a su Titulo Octavo, reordenando las
Autonomías como órganos meramente de gestión administrativa y
eliminando la capacidad legislativa con la supresión de los
parlamentos regionales que en el mejor de los casos, sólo
contribuyen a acrecentar las diferencias ente las regiones de
España, que no ‘nacionalidades’, históricas o no, ‘realidades
nacionales’ ni otras fórmulas organizativas que sólo son plataformas
de colocación de adeptos y fuentes de gasto incontrolado e
incontrolables.
Cambiar, como primera medida, de políticos, para que la
profesionalidad, formación, experiencia y, sobre todo, honradez,
sean las condiciones esenciales para formar parte de alguna lista
electoral y ejercer responsabilidades públicas de cualquier ámbito.
Si algo de lo dicho le parece a algunos una exageración por mi parte
o un síntoma de intransigencia feroz, primero, les pido disculpas y,
después, me permito una recomendación: Háganselo mirar, por favor,
creo que necesitan un buen oftalmólogo o un profesional de alguna
otra disciplina.
Para terminar, invito a los que nos acusan de censurar a Mariano
Rajoy y a su Gobierno a leer la entrevista de Pedro J. Ramírez hoy,
a José Antonio Ortega Lara, en Crónica de El Mundo y después, a que
reflexionen sobre nuestras críticas. Y, como se deduce de lo
anterior, si fuera eso lo único criticable…
La democracia desmemoriada
MIKEL ARTETA El Mundo 22 Mayo 2014
DEJÓ ESCRITO Kant que nuestras disposiciones humanas sólo deben
desarrollarse por completo en la especie, y no en el individuo. En
otras palabras, la cultura (la experiencia atesorada por nuestros
antepasados, sus reflexiones y descubrimientos) es la locomotora del
proceso de civilización de la humanidad. No se avanzaría nada si
cada generación tuviera que generar de cero los conocimientos que
hacen posible cada porción de nuestra vida tal y como la concebimos:
desde el fuego a la central nuclear, pasando por la electricidad.
Sorprende por eso lo rápido que, para los asuntos más relevantes,
enterramos nuestros conocimientos. Me explico: si bien es cierto que
conviene investigarlas y que facilitan nuestra vida, las leyes
científicas, por definición, seguirán estando ahí las descubramos o
no; ¿pero qué ocurre cuando se desconoce u olvida alguna ley social
o determinado conocimiento teorético? Si olvidáramos todos al mismo
tiempo que con semáforo rojo debemos detener el coche, probablemente
viviríamos de golpe una situación dramática. Pues bien, no parece
muy aventurado pensar que algo catastrófico sucedería también si de
repente olvidamos qué es el Estado de Derecho o la democracia. De
ahí que nos asuste la displicencia con que muchos representantes
políticos tratan los asuntos públicos que nos atañen.
El siglo XX, el de los totalitarismos, debía dejar sellado en
nuestro ADN político el abecé democrático: tras Auschwitz, un nuevo
paradigma sentenció que determinados derechos individuales deben
prevalecer sobre los fines políticos de una mayoría. Garzón Valdés
habla, gráficamente, de «coto vedado». Y a esto aludía Rosa Díez en
el Congreso cuando, en respuesta a quienes venían a defender la
secesión catalana, dijo que en democracia hay asuntos -como la pena
de muerte o la secesión- que, por democracia, no se votan.
Pero vayamos al grano y prestémonos a recordar, en tres pasos, ese
abecé que el Estado, tras dibujar un nosotros que busca
autogobernarse democráticamente, debe garantizar. Entenderá así el
lector los daños a prevenir. La primera clave democrática dice que
todos los ciudadanos afectados por decisiones políticas deben poder
participar en el proceso que las alumbra. Además de abrir una seria
reflexión cosmopolita, esto nos exige no sublimar jamás los rasgos
diferenciales de los integrantes del demos. La democracia exige
profundizar en el pluralismo, avanzar hacia el cosmopolitismo y
rechazar la secesión, al menos mientras no se demuestre que el todo
discrimina injustamente a una parte. Lo contrario es aceptar el
chantaje de quienes rehuyen el interés general para abrazar el suyo
propio.
Llegamos así al segundo elemento. La participación es democrática
cuando es encauzada por un Estado de Derecho, por un artefacto
jurídico que, tras siglos de conquistas sociales, hoy cuesta separar
del Estado de Bienestar. Por simplificar: no hay democracia sin
Constitución, pues ésta, además de plasmar el pacto fundacional del
demos, aúna bien las dos figuras en un Estado social de derecho.
Siglos de reflexión jurídica y de experiencia política avalan la
validez o legitimidad de un instrumento que, al velar por los
derechos y libertades individuales, vela en realidad por que el
conjunto del procedimiento democrático produzca decisiones justas:
el derecho democrático es per se legítimo por su valor epistémico,
es decir, porque logra que las minorías puedan seguir dando voz a
sus intereses de tal modo que, de resultar convincentes sus razones,
puedan constituir mañana una nueva mayoría.
De Kelsen aprendimos que el Tribunal Constitucional es el encargado
de que todo este procedimiento se cumpla: como sucedió aquí con
Batasuna, se ilegalizará a quienes sostengan fines políticos que
vulneren derechos de las minorías. Sin embargo, nuestra desmemoria
está hoy reavivando la figura de Carl Schmitt, el jurista afín al
nazismo que en los años 30 colaboró para deponer a Kelsen de su
cátedra, forzando su exilio. Según aquél, el pueblo, por aclamación,
se identifica son sus representantes, su gobierno, su líder; como
tal, es un todo identificable que, sin mediación alguna del
Constitucional, actuará con las minorías disidentes en su interior
como con los gobiernos extranjeros: de acuerdo con la razón de
Estado. Lo político convierte al adversario en enemigo, se hace
pagar al discrepante, se subraya el desacuerdo con el fin de excluir
al otro.
Pues bien, las hemerotecas están repletas de discursos análogos
proferidos por los abanderados del secesionismo catalán: destaca el
hacedor de listas negras (no otra cosa es el libro La trama contra
Catalunya), el schmittiano Hèctor López Bofill, apuntando
indiscretamente con el dedo a los magistrados catalanes del
Constitucional (Juan Antonio Xiol Ríos y Encarnación Roca) por
ponerse del lado de la Ley y no de sus sentimientos y su nación, que
él ya se encarga de interpretar por ellos.
Ya es hora de denunciar con fuerza a cuantos pretendan representar
al pueblo siendo sólo una parte. Contra la herencia europea
continental, pensemos al pueblo en inglés: en lugar de referirnos en
singular a un pueblo (popolo, peuple, volk) que es, diríamos the
people are. Aciertan los ingleses, pues sólo hay democracia donde el
pueblo son: son sus gentes, una pluralidad de personas que se
autogobierna y no un monstruo que devora a sus hijos. Quizás los
sistemas anglosajones no destaquen por su equidad, pero al no
concebir el pueblo sin cada uno de sus integrantes, son alérgicos a
deslices totalitarios.
ENTENDEREMOS la acuciante necesidad de denunciar tales desvaríos
cuando percibamos la trascendencia del tercer elemento. La
legitimación es el eslabón que cierra la cadena: una Constitución
sólo aterrizará si acaba siendo refrendada mayoritariamente por los
ciudadanos. Contra lo que defendieron los teóricos absolutistas, hoy
el derecho debe brindar algo más que paz y estabilidad. Ni siquiera
le bastará con la legitimidad con la que le caracterizábamos en
tanto instrumento óptimo para posibilitar el autogobierno
democrático. El Estado democrático de derecho necesita, además, que
los ciudadanos lo tengamos por legítimo; si no, difícilmente lo
distinguiríamos de la nuda violencia. ¿Qué sucede hoy? La comunidad
internacional no duda de la legitimidad de nuestra Constitución ni
de la ilegitimidad del secesionismo catalán; pero ello no borra el
problema político, la deslegitimación constitucional de quienes, en
tromba, desacatan la Ley.
En definitiva, la participación requiere de la Constitución, ésta
del poder Ejecutivo y el poder, a su vez, de una ciudadanía que lo
reconozca. Se confiere así a los ciudadanos más poder del que
desearían los poderes fácticos que financian a los partidos a cambio
de un desarrollo legislativo favorable. Oponiéndonos en bloque a
leyes o políticas públicas las podemos dejar sin efecto, pues un
gobierno democrático (al aspirar a reelección) no reprimirá
alegremente masivas manifestaciones públicas. Sin embargo, se corre
mucho riesgo si, por eso mismo, el gobierno se inhibe incluso ante
manifestaciones que buscan subvertir un orden legítimo.
Va calando en la conciencia de muchos que la violencia gubernamental
(que ayer apellidábamos legítima) se vuelve ilegítima incluso cuando
apuntala principios constitucionales. Contra eso los ciudadanos no
podemos permitirnos el lujo de olvidar que no hay democracia sin
participación encauzada por el Estado de derecho; de lo contrario
podríamos acabar siendo, nuevamente, pasto de nosotros mismos. Ese
riesgo acecha desde que la demoscopia sustituyó a la deliberación
seria como fuente de legitimación y dio paso a clientelares
populismos. El nacionalismo aprovechó para promover una conciencia
nacional incompatible con el pluralismo democrático; y ahora, en
tanto que cuesta cumplir la ley con la opinión pública enfrentada,
chantajear al gobierno les resulta pan comido. ¿Libraremos al menos
la batalla de las ideas o aceptaremos con resignación la agresión a
la democracia?
Mikel Arteta es licenciado en Derecho y Ciencias Políticas y
doctorando en Filosofía Moral y Política en la Universidad de
Valencia.
El soberanismo avanza sin freno en la Unión
Europea
EL MUNDO 22 Mayo 2014
· La crisis económica, la falta de identidad europea y la escasa
solidaridad explican el creciente riesgo de balcanización
Puede resultar paradójico, pero en la Unión Europea que trata de
avanzar hacia una mayor integración, los movimientos nacionalistas
–igual que ocurre con los extremismos de todas las categorías– están
siendo capaces de atraer con mayor fuerza la atención de los
votantes. El desencanto social, la crisis económica y la ausencia de
una auténtica identidad europea son factores que dan magnitud a los
regionalismos dentro de la UE, que han sabido manejar con más
destreza el discurso político frente a las fuerzas tradicionales.
Hasta ahora habían sido sólo objeto de conjeturas políticas, pero
tras las elecciones del próximo domingo 25 de mayo Europa se
enfrentará a un problema real para el que no existe una solución
predefinida. El riesgo de una balcanización dentro de la UE amenaza
con desvirtuar la esencia misma del proyecto comunitario, de la
ampliación a la desintegración. «Hay una posibilidad real de que a
partir de 2014 se inicien uno o varios divorcios nacionales», apunta
Nicholas Siegel, socio de Transatlantic Academy, un centro de
estudios enfocado en las relaciones entre la Unión Europea y Estados
Unidos.
El referéndum que celebrará Escocia el 18 de septiembre para decidir
si quiere independizarse del Reino Unido es señalado por todos los
analistas consultados como «el momento decisivo» para que el resto
de movimientos nacionalistas, entre ellos el de Cataluña y Flandes
(Bélgica) diseñen su estrategia.
En un estudio elaborado por la escuela de negocios Wharton, de la
Universidad de Pensilvania, el analista del Institute for
International Economics, Jacob Funk Kierkegaard, trata de encontrar
el origen a este «fenómeno global» que acontece justo en la época de
mayor globalización.
A su juicio, los movimientos independentistas son «pequeñas
versiones de la ruptura en la solidaridad dentro de la Unión
Europea» que ha descubierto la crisis económica. «El fracaso de los
gobiernos nacionales y de la propia Unión Europea para restaurar la
prosperidad previa a la crisis ha llevado a muchos ciudadanos a
querer cortar con sus respectivos estados», argumenta. Los
nacionalismos, dice, han existido siempre, pero los vínculos
identitarios habían quedado suprimidos durante las décadas en que
Europa era próspera y vivía en paz. Pero hay otros factores que
avivan los nacionalismos europeos.
Uno de estos factores es el propio diseño institucional de la UE que
otorga todo el gobierno a la cooperación entre sus Estados miembros
en vez de a una estructura supranacional con poderes independientes.
Eso hace, según el profesor Christopher K. Connolly, que conserve un
significado para los nacionalistas, «ya que su reconocimiento en el
sistema político europeo sólo tendrá lugar cuando sean Estados
soberanos».
El protagonismo que los Tratados de Maastricht y de Lisboa trataron
de dar a las diferentes regiones y realidades culturales y
nacionales dentro de cada país no ha quedado materializado como se
esperaba, a pesar de la existencia de un Comité de las Regiones
donde las comunidades autónomas, en el caso de España, tienen voz
propia para defender sus propios intereses.
La ciudadanía europea, el cumplimiento de las normas comunitarias y
la defensa de los valores que promueve la UE son otras causas que
llevan a los movimientos nacionalistas a buscar refugio dentro del
bloque.
Claro que desempeña un papel decisivo el modo en que un territorio
puede llegar a ser independiente. Los Tratados de la Unión Europea
contemplan la expulsión inmediata para una parte de un estado
miembro que se independiza, bien sea de forma consensuada o
unilateralmente. Pero, a partir de esa premisa, todo es un
territorio inexplorado para juristas y políticos europeos que
obligará a actuar siempre sobre la marcha y sentar precedentes en
función de las circunstancias específicas de cada caso.
Escocia, por ejemplo, defiende su derecho a pertenecer en la Unión
Europea como el país número 29 con un argumento que condena a
Cataluña a quedar para siempre fuera de ella. «La independencia
adquirida mediante un proceso democrático, constitucional y
consensuado, en línea con los valores europeos, otorgan el derecho a
convertirse en un Estado miembro desde el mismo día de su
separación», dice en un informe oficial encargado por el Gobierno de
Alex Salmond.
El caso escocés es, de hecho, la excepción a lo que sucede en muchos
otros países. Con más o menos ruido, regiones como Cataluña, el País
Vasco, Baviera (Alemania), Cerdeña (Francia), Padania (Italia),
Aaland (Finlandia), Narva (estonia) o Frisia (Holanda) pretenden
iniciar un proceso sin contar con el respaldo constitucional. Y si
algo tienen claro las instituciones comunitarias es que no van a
elevar a problema europeo una cuestión que debe resolverse dentro de
las fronteras de cada Estado.
En otros casos sí hay varias similitudes, como un idioma distintivo,
diferentes grados de industrialización respecto al resto de
territorios y una mayor autonomía administrativa. Una identidad
propia, en definitiva, que para Teona Srmava, del think tankProject
for Democratic Union (Proyecto para la Unión Democrática), casa bien
con la Unión Europea: «El supranacionalismo que provee la Unión
Europea refuerza las identidades regionales porque permite crear un
tipo de localismo que puede desarrollarse dentro de la familia
europea».
¿Cuántos empleados públicos se necesitan?
LUIS MARÍA ANSÓN El Mundo 22 Mayo 2014
EN 1977, los españoles pagaban a 700.000 funcionarios. En el año
2011 la cifra de empleados públicos se elevaba a 3.200.000. En solo
treinta años, los partidos políticos y las centrales sindicales,
convertidos en agencias de colocación, han enchufado a centenares de
miles de parientes, amiguetes y paniaguados, tanto en las cuatro
Administraciones -la central, la autonómica, la provincial y la
municipal- como en las cerca de 4.000 empresas públicas que se han
creado para facilitar el trato. El ciudadano que paga ha resultado
doblemente perjudicado porque además de la tormenta de impuestos
para pagar el gasto desaforado, allí donde bastaba con una gestión
burocrática, precisa ahora de tres o cuatro ya que los enchufados se
inventan toda clase de trabas para justificar su puesto de trabajo.
Justo es reconocer que Mariano Rajoy ha reducido, si bien
tímidamente, el número de funcionarios y empleados públicos. Ni
estoy ni estaré nunca de acuerdo con que se ponga en la calle a los
trabajadores de la función pública. Se trata de aprobar una ley
estableciendo que de cada diez funcionarios que se jubilen solo será
sustituido uno. En un tiempo discreto la situación se normalizaría.
Cerca de 1.500.000 de funcionarios y empleados públicos tienen ya
más de 50 años.
La clave, en fin, reside en fijar unas plantillas mínimas para las
cuatro Administraciones. Eso exige el estudio minucioso y profundo a
cargo de expertos acreditados. Vamos a suponer -es solo una
hipótesis- que el número de funcionarios y empleados que se precisan
para que la maquinaria de la Administración funcione con eficacia es
de 1.400.000. Hasta reducirlos a esa cifra solo uno de cada diez
empleados públicos sería sustituido. Como se acercan elecciones
generales, el Gobierno ha anunciado que dejará de amortizar las
plazas de los funcionarios que se jubilen. Craso error. Las
maniobras electorales no deben interferir en asunto de tanto alcance
social y económico. Crear empleo, empleo público, tirando de los
presupuestos del Estado, es muy fácil. Pero eso conduce al colapso.
El bosque burocrático termina por ahogarlo todo. De lo que se trata
es de fijar el número total de funcionarios que necesita la nación.
Después, hay que actuar en consecuencia para que el ciudadano medio
no se desangre a impuestos o se asfixie entre la espesa humareda de
las trabas administrativas.
Luis María Anson es académico de la RAE.
Pedro J. arremete contra Rajoy por sus
"mentiras" sobre el 'caso Bárcenas'
El exdirector de 'El Mundo' recibe en Madrid el 'Premio Política'
concedido por la Asociación de Corresponsales de Prensa Extranjera.
El periodista riojano responsabiliza al jefe del Ejecutivo de su
despido, le llama "mentiroso" y le acusa de "haber estado
encubriendo una trama de corrupción"...
Medios www.vozpopuli.com 22 Mayo 2014
Pedro J. Ramírez ha arremetido este miércoles contra el presidente
del Gobierno, Mariano Rajoy, por sus "mentiras" a cuenta del caso
Bárcenas. Al recibir en Madrid el 'Premio Política' concedido por la
Asociación de Corresponsales de Prensa Extranjera (ACPE), el
exdirector de El Mundo ha atacado con una dureza inusitada al jefe
del Ejecutivo por el famoso episodio de los SMS enviados a Bárcenas.
Además, el periodista riojano ha denunciado la actitud de los medios
respecto a la presunta corrupción en el partido gobernante. Y ha
criticado severamente el aumento de la "autocensura" entre los
periodistas.
Sin pelos en la lengua, ni ambages, ni rodeos. Pedro J. ha tildado a
Rajoy de "mentiroso" tras recordar que el propio jefe del Ejecutivo
acusó a El Mundo de "mentir y manipular" en sede parlamentaria el
pasado agosto, durante un pleno extraordinario. Pleno celebrado
precisamente debido a las informaciones sobre los SMS que probaban
las relaciones entre el extesorero del PP y el presidente del
Gobierno. Con un tono más duro de lo habitual, el periodista ha
asegurado que su salida del rotativo que fundó se debe a "la
injerencia del poder político y económico en la marcha del
periódico". Un injerencia que ha calificado de "pública y notoria".
Contundentes frases que han provocado los murmullos entre los
presentes en la sede de la Fundación Mapfre, donde se han entregado
los galardones.
Las fechas que explican la mentira
El exdirector de El Mundo ha explicado detalladamente su acusación a
Rajoy porque "hay una novedad". Al respecto, Pedro J. ha señalado
que hace unos días el jefe del Ejecutivo dijo, en una entrevista a
la Ser, que había escrito mensajes a Bárcenas y le había defendido
porque "yo no sabía entonces lo que ahora todos ya sabemos". Pues
bien, según el periodista, dicha afirmación "es falsa". Y lo es
porque así lo explican las fechas en que el presidente del Gobierno
se comunicó con el extesorero del PP. El 16 de enero de 2013 se supo
que Bárcenas tenías varias cuentas con millones de euros en Suiza.
El 18 de enero, a los dos días, Rajoy le envió un SMS ya célebre que
rezaba: "Luis, lo entiendo, sé fuerte, te llamo mañana". "Mira por
dónde, va a resultar que el mentiroso no era el entonces director de
El Mundo, va a resultar que el mentiroso es el aún presidente del
Gobierno".
"El PP y el PSOE tienen en esta campaña una especie de sociedad de
auxilios mutuos", ha denunciado Pedro J. ante decenas de periodistas
extranjeros
Para el periodista, resulta increíble que estas palabras de Rajoy no
estén marcando la agenda de la campaña electoral, como ocurriría,
según él, en Alemania, Francia, Reino Unido o Estados Unidos. Más
extraño es, a su juicio, que Miguel Arias Cañete haya tenido que
pedir perdón por su comentario "torpe" y, sin embargo, no se hable
en los medios de la "falsedad" del jefe del Ejecutivo, quien "no ha
tenido que pedir perdón por haber estado encubriendo una trama de
corrupción que le afecta a él y a la cúpula de su partido". La
principal razón por la que esa "mentira" del presidente del Gobierno
no es un tema recurrente estos días es, para él, que "el PP y el
PSOE tienen una especie de sociedad de auxilios mutuos". Y ha puesto
como ejemplos el cambio de postura de la Fiscalía en el caso Faisán
o la ausencia de menciones en la campaña a los ERE fraudulentos de
Andalucía. La otra razón es, en su opinión, el progresivo aumento de
la autocensura en los medios.
El exdirector de 'El Mundo' también envía dardos envenenados al
Banco Santander y a los grupos Prisa y Vocento
Las decenas de periodistas extranjeros presentes en la sala se han
mirado estupefactos al escuchar las denuncias del exdirector. De
hecho, Pedro J. no ha dejado títere con cabeza en una intervención
muy aplaudida por los periodistas foráneos. Así, por ejemplo, ha
criticado que en España dos de los tres grandes grupos editores de
periódicos vayan a estar controlados por un banco. Se refería,
obviamente, a los grupos Vocento y Prisa y al Banco Santander. Para
terminar, un poco de esperanza con rejonazo dirigido al propio
Rajoy: "Los periodistas vamos a vivir una nueva edad de oro, en la
que llamaremos al pan, pan, y al vino, vino, y a las mentiras,
mentiras, aunque salgan de labios de las más altas autoridades".
Todos los premios
Además de Ramírez, otros periodistas y medios han recibido sus
premios otorgados por la prensa extranjera en un acto presentado por
los informadores Vicente Vallés y Marta Reyero. El reconocimiento a
la innovación empresarial se ha otorgado a la Empresa Amadeus. Su
negocio se concentra en la distribución y servicios tecnológicos
para aerolíneas y su crecimiento futuro ha identificado varios
modelos de negocio en el citado sector, informó la Asociación en un
comunicado. En el ámbito del deporte, se ha decidido premiar a
Javier Fernández, bicampeón europeo de patinaje artístico formado en
Majadahonda (Madrid), abanderado de España en los Juegos de Invierno
de Sochi (Rusia) y reciente Medalla de Bronce en Saitama (Japón).
La agencia EFE ha recibido el premio por su continua aportación a la
información sobre la cultura. Y el galardonado en el apartado de
economía ha sido el profesor Roberto Centeno, doctor en Ciencias
Económicas (UCM) y catedrático de Economía en la Escuela de
Ingenieros de Minas de Madrid, y autor de ensayos especializados en
economía de la ingeniería, y de libros y artículos críticos de
divulgación económica en prensa, radio, televisión y medios
digitales. La ACPE fue fundada en 1923 con el objetivo de defender
la libertad de prensa y facilitar el trabajo de los corresponsales y
hoy en día agrupa a cerca de un centenar de periodistas extranjeros
que representan a más de cuarenta nacionalidades.
Noruega y Suiza, los falsos paraísos del independentismo catalán
Convivencia Cívica afirma que Cataluña no
puede compararse con países nórdicos con recursos energéticos
propios
maría jesús cañizares / barcelona ABC Cataluña 22 Mayo 2014
Convivencia Cívica Catalana (CCC) denuncia la comparación de una
hipotética Cataluña independiende con países como Noruega o Suiza,
con recursos naturales y energéticos de los que carece esta
comunidad autónoma. CCC lamenta que "en la presente campaña de las
elecciones europeas algunos partidos políticos catalanes estén
utilizando como engañoso gancho electoral que una Cataluña separada
del resto de España sería homologable en términos de riqueza con
Noruega o Suiza", repitiendo "de forma recurrente" que Cataluña
sería “la Noruega del Sur” o “la Suiza del Mediterráneo”.
En su informe, “Los falsos paraísos del nacionalismo catalán”, CCC
pone de relieve que las comparaciones de Cataluña con esos países
"carecen de fundamento ya que la riqueza de los países nórdicos se
basa en sus abundantes recursos naturales y energéticos, en
particular, de petróleo, de los cuales evidentemente no dispone
Cataluña".
Noruega, por ejemplo, es el tercer país exportador de petróleo del
mundo, sólo por detrás de Arabia Saudita y Rusia "mientras Cataluña
carece obviamente de petróleo en cantidades mínimamente
remarcables". Algo similar sucede con otros estados escandinavos
como Suecia o Finlandia" países que tienen una superficie de más de
diez veces la de Cataluña y que concentran abundantes recursos de
todo tipo, energéticos, minerales y forestales".
El informe considera también "fuera de lugar" hacer creer a los
ciudadanos catalanes que una Cataluña separada del resto de España
sería como Suiza o incluso como Luxemburgo o Liechtenstein cuando
estos países "son paraísos fiscales, alejados de la realidad
económica de Cataluña". El nacionalismo catalán "está utilizando
publicidad engañosa. Cataluña no es ningún paraíso fiscal como Suiza
ni, tras una hipotética secesión, tendría, como es obvio, el
petróleo del que dispone Noruega en el Océano Ártico o el Mar del
Norte". Estudios efectuados por diversas fuentes concluyen que "una
Cataluña separada del resto de España y en la que sus empresas
quedasen fuera de la Unión Europea tendría una renta per cápita más
próxima a Portugal que a Noruega o Suiza". CCC, presidida por
Francisco Caja, reclama "a algunos partidos políticos catalanes
menos propaganda y más realismo".
******************* Sección "bilingüe"
***********************
El desinterés por detener a De Juana y a Josu Ternera
EDITORIAL Libertad Digital 22 Mayo 2014
Antena 3 acaba de publicar unas fotografías del etarra José Ignacio
de Juana Chaos paseando el pasado día 11 por un centro comercial de
Venezuela. No es la primera vez que se tiene constancia del paradero
de este terrorista, supuestamente prófugo de la Justicia desde que
en 2008 aprovechó la libertad condicional concedida por el Gobierno
de Zapatero para darse a la fuga: ya en agosto de 2012 el diario El
Mundo denunció que este terrorista se encontraba en el referido país
sudamericano junto a Irati Aranzábal –la joven con la que fue
sorprendido en la ducha durante la supuesta huelga de hambre con la
que consiguió su libertad condicional– y que estaban a punto de ser
padres. En enero del año pasado el diario La Razón publicó que un
empresario español había denunciado a Interpol y al consulado
español en Puerto La Cruz (Venezuela) que a finales de diciembre de
2012 se había cruzado con el etarra en un centro comercial de la
localidad venezolana de Lechería.
Pues bien, esta es la hora en la que el Gobierno de Rajoy sigue sin
presentar una demanda de extradición de este etarra, supuestamente
perseguido, y sin dar una explicación de por qué no lo hace. No
faltarán quienes quieran excusar semejante comportamiento alegando
que el régimen venezolano simpatiza con y ha dado muchas veces
cobijo a los etarras. Pero esto, siendo cierto, valdría para
explicar la no concesión de la extradición por parte de Caracas,
pero en ningún caso la no solicitud de la misma por Madrid.
Existe, por otra parte, un caso aun más elocuente y grave del
desinterés de los Gobiernos de PP y PSOE por detener a determinados
etarras: el de José Antonio Urrutikoetxea Bengoetxea, alias Josu
Ternera, contra quien –se supone– pesa desde 2002 una orden
internacional de búsqueda y captura dictada por el Tribunal Supremo
como presunto inductor de la matanza de la casa cuartel de Zaragoza,
uno de los más salvajes atentados perpetrados por ETA, en el que
fueron asesinadas 11 personas –entre ellas cinco niñas– y resultaron
heridas 88.
Es público y notorio que el Gobierno de Zapatero hizo caso omiso de
esa orden de búsqueda y captura –así como del artículo 408 del
Código Penal que tipifica como delito la omisión intencionada del
deber de detener delincuentes– desde que el presidente de los
socialistas vascos, Jesús Eguiguren, confesara públicamente que
hacía llegar al terrorista supuestamente perseguido mensajes del
entonces presidente del Gobierno.
Desde la llegada de Rajoy a la Presidencia del Gobierno tampoco han
faltado noticias, tanto en la prensa nacional como en la extranjera,
sobre el paradero de Ternera. Lejos de esconderse en lugares
especialmente recónditos, se supo que vivía plácidamente en una
localidad francesa bien cercana a la frontera española, Durban sur
Aziere. Desde allí se desplazaba tranquilamente a otros lugares de
Francia o incluso a Noruega, país que, tal y como publicamos, lo
expulsó en marzo del año pasado, junto con otros terroristas también
supuestamente buscados por las autoridades españolas, como David Pla
o Iratxe Sorzabal, tras participar con ellos en Oslo en la llamada
Comisión Internacional de Verificación del Alto el Fuego en el País
Vasco de Ram Manikkalingam.
El pasado mes de julio La Razón aseguraba que el terrorista habría
huido del pueblecito cercano a los Pirineos en el que vivía cuando
descubrió o fue alertado de que la Policía por fin lo iba,
supuestamente, a detener.
Hubiera o no chivatazo, el caso es que Ternera no fue detenido. Y lo
que no sabemos es si su clamorosa y exhibicionista impunidad y la de
De Juana Chaos se deben a una inconmensurable incompetencia del
Gobierno de Rajoy o, lo que es peor y mucho más probable, a una
complicidad impuesta por la envilecedora lógica del apaciguamiento,
heredada del Gobierno de Zapatero.
Lo que es seguro es que nadie del Gobierno va a presentar su
dimisión, y casi seguro que ni siquiera se verán en la obligación de
dar una explicación. Este es el trato que las élites políticas y
mediáticas españolas otorgan a la memoria y a la dignidad de las
víctimas del terrorismo, sometidas a una terrible y permanente
injusticia.
La rebelión catalana y el 23F
Queremos resaltar que, en ambas ocasiones, se ha producido un ataque
a la legitimidad del Estado democrático
Miguel Massanet www.diariosigloxxi.com 22 Mayo 2014
“El desorden almuerza con la abundancia, cena con la pobreza y se
acuesta con la muerte”.
Benjamin Franklin
¿Qué diferencia sustancial podemos encontrar entre la forma en la
que los políticos independentistas catalanes amenazan, directamente,
con separarse de España, con y sin el consenso del resto de
españoles; incumpliendo flagrantemente la Constitución española,
salvo en lo que se refiere al empleo del Ejército, respecto al
frustrado golpe militar que tuvo lugar en el Congreso de diputados,
protagonizado por un grupo de oficiales que pensaban que España
había sido entregada al comunismo y que SM el Rey estaba de acuerdo
con aquella algarada, incruenta, en la que se pretendía cambiar el
Gobierno y recuperar lo que entendían aquellos golpistas, como la
legalidad quebrantada por el gobierno del señor Suárez? Es posible
que el ruido de sables hubiera puesto nerviosos a muchos de los
arribistas que habían conseguido entrar en los puestos públicos,
cuando todavía traían de su destierro en países diversos, la
impronta de sus “hazañas”, en ocasiones manchadas de la ruindad de
haber atentado contra la vida o haber ordenado torturar a muchas
personas de las que parece que, ahora, nadie se acuerda, cuando sólo
se quiere hablar de los “crímenes del franquismo”.
No pretendemos hacer comparaciones en cuanto a los métodos
utilizados por unos y otros ni, tampoco, establecer equivalencias en
cuanto a las circunstancias que, en cada caso han permitido o
permitieron que se llegaran a producir tales actos de rebeldía
contra el orden constitucional. Simplemente, queremos resaltar que,
en ambas ocasiones, se ha producido un ataque a la legitimidad del
Estado democrático. En un caso con la pretensión de destruir y
cambiar un gobierno democrático elegido por los españoles y, en el
otro, intentando por métodos contrarios a la legalidad vigente y
empleando la deslealtad al Estado español; desgajar un pedazo de
España para entregárselo a un grupo de ciudadanos que, olvidándose
de la unidad, la solidaridad, los lazos de unión establecidos por
seis siglos de convivencia y apelando a hechos históricos apócrifos;
pretenden declararse propietarios de un territorio que ni les
pertenece ni nunca les ha pertenecido ya que, Catalunya nunca ha
sido un reino independiente y sí parte de la Corona de Aragón.
Y es que no dejamos de ver un trato discriminatorio, una actitud
mucho más rígida y unas consecuencias mucho más extremas y
demoledoras, para quienes participaron en el asalto al Congreso, con
la creencia de que estaban amparados desde la Casa Real, con la
evidente intención, no de cambiar la democracia por una dictadura,
sino la de tumbar un gobierno que parecía querer dar paso de nuevo a
aquellos que habían perdido la Guerra Civil y que tantas cuentas
dejaron pendientes, en ocasiones con crímenes a cuestas, a los que
el gobierno de la UCD había dado la oportunidad de reinstalarse en
España y ocupar, de nuevo, cargos de responsabilidad en la política.
Debemos recordar que, en las numerosas obras y comentarios a los que
ha dado lugar aquel extraño suceso del 23 de febrero de 1.981, suele
existir una cierta unanimidad respeto a que los militares que
iniciaron el frustrado golpe, lo hicieron convencidos de que el Rey
los apoyaba. Tanto el teniente coronel Tejero y, en especial, el
general Milans del Bosch ( un monárquico reconocido) quedaron
sorprendidos porque, en cuanto al primero, pensaba que se
presentaría en el Congreso el general Armada ( ayudante de la casa
del Rey) para hacerse cargo del mando de la operación y, por lo que
respeta al segundo, cesó en su actitud rebelde cuando recibió la
orden del Rey de regresar a sus cuarteles ¿qué debieron de pensar
todos aquellos militares, que habían confiado en el apoyo real,
cuando se sintieron abandonados y en manos de la Justicia? Es fácil
de adivinar.
Penas de cárcel ejemplares, degradaciones, ignominia y destrucción
de carreras militares que, hasta entonces, habían sido ejemplares.
Incluso, en el caso del teniente coronel Tejero, 34 años después de
aquel acontecimiento, los poderes públicos se han ensañado en el
teniente coronel Tejero, hijo de aquel, por haber homenajeado a su
padre en una reunión de amigos, celebrada en un cuartel, cuando fue
fulminantemente destituido por Interior. Mucho rigor, mucha venganza
y muchos extremos oscuros sin desvelar, para salvar la apariencia de
ciertas instituciones seriamente involucradas en aquellos hechos.
También mucha disciplina y mucho amor por la patria de aquellos que
se han abstenido de poner en cuestión a aquellos que los engañaron,
aceptando los castigos recibidos sin rechistar.
Y, vean ustedes este oxímoron de rigidez blanda, esta discrepancia
de actuaciones, esta benevolencia y paciencia, esta tardanza del
Estado en reaccionar y estas concesiones económicas excesivas para
pedir, suplicar y prometer el oro y el moro si “renuncian” a pedir
la independencia. No importa que arrastren el nombre de España y el
orgullo español por los suelos; que se consienta que se quemen
banderas, que se insulte el himno español que se pite al Rey y a las
autoridades; porque lo que se pretende es evitar a toda costa
aplicar las medidas que prevé la Constitución para impedir que
España caiga en manos de aquellos que pretenden destruirla.
Les trae sin cuidado que sigan intentando conseguir sus propósitos,
aquellos que se han manifestado, sin el menor atisbo de vergüenza,
en el sentido de pedir separarse de España, amenazando con hacerlo
si no se les concede por las buenas; permitiendo que sigan actuando
con entera libertad, reciban el apoyo económico del Gobierno y se
les consienta que, lo que reciben para financiarse, se utilice para
hacer propaganda del levantamiento contra nación española, para
fomentar el incumplimiento de la Constitución y crear gobiernos
paralelos y Haciendas duplicadas, amén de embajadas “nacionales” en
el extranjero, así como para fomentar el catalán en las aulas
cuando, por el contrario, se niegan a dar clases en castellano,
aunque los tribunales hayan dictado numerosas sentencias obligando a
que lo hagan.
¿Es esta la congruencia de nuestra Justicia? A los unos, porque
pertenecían al Ejército, y defendían o pretendían hacerlo, a la
nación de lo que, después se ha demostrado como un totalitarismo de
la izquierda, incapaz de gobernar en provecho de los españoles y
llevando al país al mismo borde de la quiebra con sus políticas
insostenibles y sus despilfarros del dinero público, en subvenciones
y demás ayudas a los que les eran fieles; del caos político que ya
se vislumbraba en el horizonte cercano al que hemos llegado, gracias
a estas izquierdas que no dudan en saltarse la Constitución cuando
les conviene; en despreciar las normas democráticas cuando no les
favorecen o en hacerse dueños de las calles, ejerciendo la
violencia, destruyendo todo lo que se pone al alcance en un intento
continuado de chantajear al Gobierno y evitar que sean las Cortes,
legítimamente constituidas por el voto de los ciudadanos, quienes
sean las que dicten las leyes y se ocupen del gobierno de la nación.
A los primero palos, a los de izquierdas tolerancia, mano blanda,
penas simbólicas o, en muchos casos, aplicar el sistema de la vista
gorda, porque es mejor no indisponerse con semejante chusma.
Los revolucionarios independentistas actuando con indemnidad;
amenazando con incumplir las leyes, enfrentándose al Estado de
Derecho, incumpliendo las sentencia y, señores, sin que haya quien
les ponga en cintura y se atreva a tomar el toro por los cuernos
para eludir que esto acabe de la única manera en que puede acabar,
si no hay quien evite el nuevo enfrentamiento entre las dos Españas.
O así es como, señores, desde la óptica del ciudadano de a pie,
mucho tememos que esto acabe como la Procesión de la Aurora, a
palos.
Cataluña
Mas y la 'kale borroka' con corbata
Pablo Planas Libertad Digital 22 Mayo 2014
El presidente de la Generalidad, Artur Mas, no tiene ninguna culpa
de que la denominada izquierda abertzale haya asumido con gran
entusiasmo y franca admiración la hojarruta del proceso separatista
catalán. Toda la vaina retórica del "derecho a decidir" ha encajado
a la perfección en el primitivismo radical batasuno. Es el relleno
de las capuchas, la alternativa Mas en sustitución de la alternativa
Kas, aquello de la gran Euskalherria y fuera txakurras. El líder
nacionalista catalán es ahora un referente en las herriko tabernas
más concurridas, un político apreciado en los círculos euskaldunes
que ejerce gran influencia sobre el nacionalismo de pantalones
ajustados y aretes en la oreja. En ese ambiente de txozna y
txistorra, las mandangas del expolio fiscal y el "Queremos votar"
son como una esferificación de Ferran Adrià, una cosa moderna, de
diseño, catalana y que, oyes, acaba igual, en caña y agur España.
No, Mas no tiene culpa alguna de que los proetarras, los del Sinn
Féin vascongado, unos de los mayores enemigos de la democracia de la
historia mundial, defiendan lo mismo que él y con sus mismas
palabras, su misma idea. No es culpa suya que quienes jamás han
condenado un acto terrorista estén recogiendo las nueces del árbol
que él agita. Sin embargo, es digno de consideración el hecho de que
lo que en Cataluña se presenta como la quintaesencia de la
democracia en estado puro se adapte con tal facilidad al disco duro
abertzale, como más basto y de cortar troncos y cabezas. Puede que
sea esa la razón por la que Mas siempre está con la cantinela de lo
pacífica, cívica y festiva que está resultando la toma de las calles
por parte de la Assemblea. A la par que aplastante.
A los nacionalistas catalanes les ofende mucho que se recuerde
cuando acudían a los actos del PNV a tomar apuntes y glosaban con
embeleso la virilidad implícita en los deportes rurales y los
editoriales del Zutabe, el boletín terrorista. Ahora tampoco les
gusta que se subraye su condición de machos alfa de las estampidas
periféricas, de líderes de las manadas separatistas. No les hace
ninguna gracia que trascienda el asesoramiento catalán a los
cotarros batasunos, que los chavales de la kale borroka lleven
camisetas con el "Dret a decidir" en la pechera y la estelada en la
espalda, que la gran movida vasca vaya a ser una cadena humana y que
el preso Otegi ponga como ejemplo a Mas. O sí que les hace gracia,
pero en privado.
El presidente de la Generalidad, con la inestimable colaboración del
republicano Oriol Junqueras, es el ideólogo de una nueva forma de
kale borroka, la lucha revolucionaria con corbata, la insumisión
ante las sentencias, el enfrentamiento con el Estado, el desprecio a
la soberanía nacional, la insurgencia institucionalizada, alguien
que por la mañana se retrata con el Rey y por la tarde parte peras,
un referente en todos los frontones y sociedades gastronómicas del
norte. ¿Quién se lo iba a imaginar hace sólo un par de años? Un
líder de CiU dando lecciones de arrastrar piedras y comer
chuletones. CiU y Batasuna en la misma onda. En Ajuria Enea no salen
de su asombro.
Los 'normalizadores' lingüísticos de
Galicia apoyan a radicales violentos
Galicia Bilingüe pide a la Xunta que aleje a 'A Mesa' de las
actividades con escolares
www.lavozlibre.com 22 Mayo 2014
Madrid.- Galicia Bilingüe ha solicitado a la Consejería de Educación
de la Xunta que aleje a 'A Mesa Pola Normalización Lingüística' de
las actividades que realizan con los alumnos gallegos en horas
lectivas tras conocer su declaración de apoyo a los doce radicales
que están siendo juzgados desde este martes por intentar reventar a
pedradas y botellazos la manifestación de Galicia Bilingüe en
Santiago en 2009, en la que se pedía libertad de elección de lengua.
En la solicitud firmada por la presidenta de la plataforma
lingüística, Gloria Lago, se explica que "no es sensato dejar que
organicen actividades de normalización lingüística con nuestros
hijos en horario escolar unas personas que apoyan a estos fanáticos
violentos, que para defender la normalización amenazan, coaccionan,
destrozan el mobiliario urbano, y arrojan piedras y botellas a las
personas que ejercen el derecho básico en democracia a manifestarse
legalmente".
"Si 'A Mesa' ha dado el paso de anteponer a los principios
democráticos el fanatismo y el apoyo a grupos violentos, a partir de
ahora deben quedar inhabilitados para llevar a los niños en horas de
clase a manifestaciones a favor de la normalización como el
'Correlingua'", sostiene.
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