El penúltimo sablazo fiscal de Montoro
EDITORIAL Libertad Digital 11 Octubre 2014
La reforma fiscal, cuyo proyecto fue remitido al Senado esta semana,
era la última ocasión que tenía el Gobierno del PP para corregir la
errónea, contraproducente y abusiva política tributaria aplicada a
lo largo de la legislatura, pero, al igual que ha sucedido
anteriormente, se acabará convirtiendo en una nueva oportunidad
perdida. El Ejecutivo de Mariano Rajoy anunció a bombo y platillo la
ansiada rebaja de impuestos que se empezará a aplicar a partir del
próximo enero, mediante la reducción de tipos en el IRPF y en el
Impuesto de Sociedades, aprovechando el leve repunte de la economía
española para, de este modo, ofrecer un pequeño guiño a los votantes
de cara a las citas electorales que tendrán lugar en 2015.
Sin embargo, la prometida reducción no es tal, ya que, en realidad,
la reforma se limita, básicamente, a anular los grandes aumentos
fiscales aplicados en 2012. Así pues, más que una rebaja, la idea
consiste en revertir las subidas aprobadas previamente por el PP.
Además, si bien es cierto que todo alivio fiscal resulta positivo y,
por tanto, es más que bienvenido, el descenso se antoja claramente
insuficiente para poder impulsar como debiera el crecimiento, la
creación de empleo y la atracción de capital, puesto que las
familias y empresas españolas seguirán sufriendo uno de los niveles
impositivos más elevados de la UE y del conjunto de países ricos.
Pero lo más grave es que, por si fuera poco, el proyecto que ha
diseñado el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, esconde
sorpresas muy desagradables para numerosos contribuyentes. Una de
las más polémicas y sangrantes, sin duda, es que los propietarios de
una vivienda comprada antes de 1995 se enfrentarán a una de las
mayores subidas de impuestos de la historia.
En concreto, el Gobierno ha decidido eliminar los coeficientes de
actualización y de abatimiento, aumentando así de forma muy
sustancial las bases imponibles y, por tanto, disparando la
fiscalidad sobre las plusvalías obtenidas por la venta de inmuebles,
afectando, sobre todo, a las viviendas adquiridas hace más de 20
años. Si nada cambia, muchos de estos propietarios pagarán hasta
tres veces más impuestos que en la actualidad en caso de que decidan
vender sus casas. En definitiva, un sablazo en toda regla -uno más-
a los contribuyentes. Y ello, sin contar que la reforma también
supondrá un palo para multitud de empresas, a pesar de que el tipo
general del Impuesto de Sociedades bajará de 30% al 28% en 2015 y al
25% en 2016, puesto que Hacienda eliminará la mayoría de exenciones
y beneficios fiscales para compensar esta rebaja.
La prueba más evidente de la confiscatoria política tributaria
aplicada por el tándem Rajoy-Montoro es que el Gobierno prevé
recaudar más de 244.000 millones de euros en 2015 a través de las
principales figuras tributarias, lo que supone unos 18.600 millones
más que en 2011 (+8,2%), cuando el PP llegó al poder, gracias a las
históricas subidas fiscales asestadas al conjunto de los españoles,
en lugar de reducir de forma drástica la costosa y sobredimensionada
estructura estatal para combatir el déficit público.
Esta errónea deriva es una muy mala noticia para España, pero
también para el PP. Por un lado, las subidas de impuestos no solo no
han servido para reducir eficazmente el déficit, sino que suponen un
obstáculo muy importante para la recuperación económica y la
consiguiente salida de la crisis. Por otro, evidencia la falta total
de credibilidad que ostenta Mariano Rajoy, tras incumplir de forma
descarada su programa electoral y su promesa de bajar los impuestos.
Y, por último, Génova parece olvidar que esta nefasta política
fiscal atenta contra sus propios intereses, ya que daña
especialmente a las bases que conforman su electorado natural. El
nuevo sablazo fiscal sobre la venta de viviendas es el penúltimo
ejemplo.
Una nación humillada
José Antonio Zarzalejos El Confidencial 11 Octubre 2014
No hay lecturas. En determinadas circunstancias sólo hay relecturas.
Por esa razón he regresado al nunca olvidado texto de Ernest Renan
titulado ¿Qué es una nación?, una conferencia pronunciada en la
Universidad de la Sorbona el 11 de marzo de 1882. Decía el francés
entonces que “el hombre no es esclavo ni de la raza, ni de su
lengua, ni de su religión, ni del curso de los ríos, ni de la
dirección de las cadenas montañosas. Una gran agregación de hombres,
sana de espíritu y cálida de corazón, crea una conciencia moral que
se llama nación. Mientras esa conciencia moral demuestre tener
fuerza por los sacrificios que exige la abdicación del individuo en
beneficio de la comunidad, la nación será legítima, tendrá derecho a
existir”.
La conciencia moral de España está siendo humillada y, por lo mismo,
su autoestima, destruida. No hay un acontecimiento concreto que
deslinde el deterioro general del saqueo de la Nación y del Estado.
Se trata más bien de una yuxtaposición abochornante y éticamente
repulsiva de hechos y situaciones que demuestran que lejos de
producirse “la abdicación del individuo en beneficio de la
comunidad”, son aquellos los que subordinan al conjunto para
mantener y acrecentar sus propios intereses y medros. Seguramente
estamos viviendo un proceso similar al que ocurre cuando la bajamar
descubre los residuos que han devorado las aguas y los expone como
despojos a la vista obscena de todos. O sea, esto viene de lejos.
Viene de lejos la repugnante hipocresía de gentes de izquierda -¿Qué
decir ante la fortuna de Fernández Villa, icono del sindicalismo más
duro como el asturiano?- y de derechas -¿Qué decir de los Blesa,
Rato, Recarte, Iranzo y tantos otros que abrevaban de la misma
cuenta que sus adversarios ideológicos?-
Viene de lejos el secesionismo catalán que amenaza con la
insurrección y también de muy lejos la incomparecencia del Gobierno
de España -con Zapatero, pero igualmente con Rajoy- en el debate
político catalán que ha ensanchado el independentismo. Viene de
lejos la endogamia de los partidos y los sindicatos que han ido
colocando sus peones en el sistema quebrado de Cajas de Ahorro para
una función doblemente depredadora, a favor de los individuos y de
las organizaciones que representaban. Viene de lejos la repugnante
hipocresía de gentes de izquierda -¿Qué decir ante la fortuna de
Fernández Villa, icono del sindicalismo más duro como el asturiano?-
y de derechas -¿Qué decir de los Blesa, Rato, Recarte, Iranzo y
tantos otros que abrevaban de la misma cuenta que sus adversarios
ideológicos?-.
Y viene de lejos la ajenidad de grandes empresarios y de los
intelectuales ante esta humillación colectiva a una Nación en la que
es compatible más de un 25% de desempleo con más del 20% de economía
sumergida. Viene de lejos, en fin, esa despótica, prepotente e
insoportable actitud de mantenerse en el cargo o en la sinecura a
despecho de conductas indignas que tanto irritan como sobrecogen
cuando se sabe en qué y cómo se gastó el dinero, sin control fiscal,
de entidades que han sido rescatadas a costa del contribuyente.
Humillar la conciencia moral de una Nación en el sentido en que
Renan la entendió -más allá de lenguas, fronteras y religiones- es
tratar de destruirla y obligarla a que se resigne -la resignación es
un suicidio cotidiano, escribió Honoré de Balzac-, a que muerda el
polvo, a que se allane a la prepotencia de una clase dirigente que
se chancea de la ejemplaridad o de la elección sin dación de cuentas
como únicas fuentes de una legitimidad cada vez más marchita y
agostada. Robar a un colectivo nacional su autoestima, esa
conciencia de solidaridad en el sacrificio, es una conducta
temeraria porque los pueblos son como los animales heridos: más
peligrosos cuando más perdidos se sienten. Y así están los
españoles, heridos y humillados, aunque muchos los suponen (y es
dudoso que lo estén) también resignados.
La ministra de Sanidad demostró desconocer cómo dirigir una rueda de
prensa y volvió a acreditar que ocupa el cargo, no por sus méritos,
sino por lealtad al presidente del Gobierno y el apoyo que le ha
profesado en épocas anteriores
En este panorama moralmente desolador se ha incrustado el contagio
del ébola de una auxiliar de enfermería y la consiguiente crisis
sanitaria y política. Aunque este episodio gravísimo tenga que ver
con errores y fallos incompetentes -sean de quienes sean-, ha
demostrado otro fleco del despotismo y la irresponsabilidad con los
que se conduce nuestro país: la ministra de Sanidad -cuya dimisión
ni es precisa, ni urgente, ni siquiera conveniente en estas
circunstancias dada su irrelevancia- demostró desconocer cómo
dirigir una rueda de prensa y volvió a acreditar que ocupa el cargo,
no por sus méritos, sino por lealtad al presidente del Gobierno y el
apoyo que le ha profesado en épocas anteriores. Por no hablar de la
ofensa colectiva que supone tener al frente de la consejería del
ramo de la comunidad de Madrid a ese personaje que bordea lo
siniestro y que se llama Javier Rodríguez.
Llega ya tarde para evitar el irreversible despilfarro de
credibilidad del Gobierno encomendar a la vicepresidenta para todo
un Comité especial asesorado por técnicos. Y llega tarde también la
visita de Rajoy al Carlos III tratando de perpetrar un golpe de
efecto que fue ayer puro humo. No se humilla a una Nación sólo
saqueándola, sino también -y a veces, sobre todo- entregando
dolosamente responsabilidades de gobierno y de gestión pública a
personas que jamás podrían desempeñarlas con un mínimo de
competencia o de sensibilidad.
Renan dejó dicho que una Nación “es un alma, un principio
espiritual”. Pues bien: golpear una y otra vez sobre ese patrimonio
intangible nos lleva a la advertencia del clásico autor francés:
“Las naciones no son algo eterno” porque su existencia exige “un
plebiscito cotidiano, al igual que la existencia del individuo es
una afirmación perpetua de la vida”. Mañana, doce de octubre, será
la fiesta en el calendario de una Nación humillada, sin plebiscito
cotidiano de seguir siéndolo si quienes deben dirigirla son los que
ahora lo hacen. Son ellos la manzana de discordia, los agentes de la
humillación. Y no es cuestión de ideologías. Lo es, pura y
simplemente, de probidad y de competencia.
Daños a terceros
ARCADI ESPADA El Mundo 11 Octubre 2014
Querido J:
Como ya hemos hablado hasta el final de tantas noches, la
posibilidad de un pacto entre el Gobierno español y el de la
Generalidad tiene la dificultad insalvable de que el Gobierno de Mas
no pretende otra cosa que ejercer lo que llama el derecho a decidir
y cuya principal característica es que niega al resto de ciudadanos
españoles la capacidad de decidir políticamente cuál va a ser el
futuro del Estado del que forman parte desde 1978. Antes, durante y
después del 9 de noviembre el secesionismo tratará de conseguir la
fragmentación del sujeto de soberanía español. No es que sea solo su
objetivo; es que es su único objetivo. El Gobierno del Estado lo
sabe; de ahí, quizá, esa sensación de parálisis que a veces ofrece.
¿Qué podría ofrecer a los nacionalistas que los hiciera apearse de
su arrogado derecho? El Gobierno sabe que la estructura del Estado
no soporta el llamado pacto fiscal que formó parte de aquella
conversación entre Mas y Rajoy. Una pantomima, porque los dos
comprenden que el privilegio vasco no es trasladable a una comunidad
que produce el 19 por ciento del PIB. En cuanto a la singularidad
lingüística... ¿Qué más se puede ofrecer a una comunidad en la que
los ciudadanos, caso único en el mundo, no pueden educar a sus hijos
en la lengua oficial del Estado? Y aún más: a una comunidad donde
sigue vigente una ley que multa al que utilice en determinadas
circunstancias de insolencia el idioma común de España. Y en cuanto
al nominalismo: ¿qué más se puede añadir a un Estatuto que ya
reconoce la realidad nacional de Cataluña?
No hay margen de acuerdo. La vía secesionista solo tiene una
posibilidad: constatar el fracaso de su asalto a la ley y trabajar a
medio plazo por un cambio de criterio español. El cambio no es
imposible, entre otras razones por una asimetría interesante: lo
fundamental para los nacionalistas es el ejercicio del derecho a
decidir (una cosa es querer la independencia y otra atreverse) pero
lo fundamental para la mayoría de españoles es que la integridad
territorial se mantenga. Si los nacionalistas pudieran garantizar a
una futura mayoría política española que la pregunta a los catalanes
daría como resultado el mantenimiento, por algunos años, de Cataluña
en España, una parte de la sociedad política daría fácilmente su
acuerdo. Lo daría la izquierda venezolana, y podría darlo el Partido
Socialista, cuyo peritonítico apéndice catalán ya defiende ahora la
consulta; e incluso lo darían algunos buenos miñones del Partido
Popular.
Sin embargo, esta solución en ningún caso podría interpretarse como
el triunfo de la tercera vía. La fragmentación de la soberanía
supondría un cambio radical y revolucionario en la estructura del
Estado. Una revolución en el sentido que se espera de nuestro
tiempo: es decir, cambios políticos que no impliquen mayor violencia
que la del debate. Me parece estupendo que los terceristas defiendan
estas ideas. Pero es una estafa intelectual y política que las
presenten como la equidistancia pausada y razonable entre dos
extremos. El objetivo de los nacionalistas, insisto e insistiré
siempre, no es la independencia sino la soberanía. Ese es un
extremo; al otro están los partidarios de que el único sujeto
político soberano sea el conjunto de los españoles.
La apropiación tercerista presenta otro gravísimo inconveniente. Y
es que el tercerista soy yo. Y tú. Lo hemos sido siempre. La
Constitución de 1978, que votamos, es la apoteosis del tercerismo.
Por un lado estaban los que advertían que la autonomía es cara, que
el principio de subsidiariedad es un mito y que la autonomía
española no podía pasar de los límites franceses o italianos, es
decir, de la autonomía administrativa. Por el otro estaban los que
ahora ocupan la centralidad del espacio político catalán: los
partidarios de la autodeterminación. Entre unos y otros se ensayó
una imaginativa, difícil, pixelada y auténtica tercera vía. Para
entender el esfuerzo de armonía de aquellos terceristas auténticos,
enternecedor a veces, basta observar cómo afronta la Constitución
los problemas lingüísticos españoles. ¡Con qué dos excesos,
insólitos en nuestro mundo! Mientras hace obligatorio para todos los
ciudadanos el conocimiento del idioma español, permite que en el
sistema público de enseñanza la lengua oficial tenga un tratamiento
práctico de lengua extranjera. No es el único ejemplo, naturalmente.
Mucho antes de que los socialistas catalanes ¡lo patrocinaran como
objetivo político! la Constitución ya había descubierto y puesto en
práctica el llamado federalismo asimétrico con los privilegios
concedidos al País Vasco y Navarra y la distinción, bien
estrambótica, lo confieso, entre regiones y nacionalidades. Estas, y
decenas más de contradicciones, parcheos y ambigüedades fueron el
resultado estricto de la materialización (ahora lo veo mejor que
nunca) de aquella tercera España de Madariaga. Te lo repito: la
apoteosis del tercerismo. Es así como España salió del disturbio y
de la tentación del enfrentamiento civil.
Toda la actual maniobra secesionista tiene por objetivo la
destrucción de ese humilde y fértil camino entre extremos que
simboliza la España autonómica, y de cuyos abusos, deslealtades e
ineficacias no tiene culpa la Constitución sino los sucesivos
gobiernos y el uso perverso que han hecho de la plasticidad
autonómica. La destrucción que ahora planea el secesionismo se hace
en nombre del delirio y la fantasmagoría, y acotada está. Mucho más
inquietante es la maniobra espureamente llamada tercerista, que
pretende llevar a España al mismo lugar de ruina democrática pero en
el fatuo nombre de la razón y la responsabilidad.
Sigue con salud. A.
Autodeterminación y salida de Europa,
Cataluña precedente De Gaulle
Pascual Tamburro www.elsemanaldigital.com 11 Octubre 2014
Parte del territorio de Francia se independizó, y dejó Europa. Parte
del territorio de Ucrania camina hacia Rusia, y nunca será sumiso a
la UE. Todo puede suceder, también en Cataluña.
En plena polémica suscitada por el nacionalismo catalán, muchos de
nuestros políticos insisten en oponer al proyecto de referéndum y
secesión dos argumentos equivocados y en muchos sentidos malignos y
contraproducentes. Uno, que la independencia es "ilegal" o
"inconstitucional". Otro, igualmente pintoresco si se ve en la
distancia, que la independencia "dejaría a Cataluña fuera de Europa"
.
Recordamos aquí ya hace un tiempo que José Manuel García-Margallo
había dicho que una eventual secesión de Cataluña "no es posible"
constitucionalmente. Pero el ministro debe saber que "las leyes, y
mucho más los tratados internacionales, se pueden cambiar". Aun si
hoy no es posible, bastará que alguien acuerde un cambio
constitucional y lo imposible pasaría a ser posible. Obviamente no
hay mayoría entre los españoles para esa operación de suicidio, pero
puede alcanzarse por simple hastío. Así que usar leyes y
constituciones como argumento supremo demuestra o no conocer la
realidad o conocerla demasiado bien y querer mantener tranquila a la
población.
En cuanto a la Unión Europea, seamos también sinceros, incluso si es
verdad que la UE no prevé la secesión sin salida de la UE (ni
tampoco con salida, dicha sea la verdad), ¿estamos seguros de que
una pequeña Cataluña separada tendría verdadero interés en
pertenecer a la UE? ¿Y por qué damos por supuesto que nuestros
políticos, tan comprensivos y dialogantes, no serían los primeros en
invitarles a quedarse en Bruselas?
Además, "no sería la primera vez que una región de un Estado miembro
se separa de dicho Estado. En el único caso jurídicamente claro
habido hasta ahora, dicha región dejó de pertenecer a las
instituciones europeas, pero porque entonces tanto los separatistas
como el Jefe del Estado matriz estaban de acuerdo en no querer esa
adhesión". Civiles y militares franceses devolvieron a Charles De
Gaulle al poder tras el golpe de Estado del 13 de mayo de 1958,
cuando se sublevaron para… impedir la independencia argelina. "Entre
1952 y 1956 Francia formó parte del primer grupo de países de la
CECA, el EURATOM y la CEE, hoy UE. Algunos de aquellos socios tenían
aún imperios coloniales… Desde el principio quedó claro que los
socios habían de ser los Estados con sus territorios metropolitanos,
no las colonias. Por eso, por ejemplo, Gibraltar no pertenece a la
UE y nunca ha pertenecido; pero por eso mismo Francia, considerando
colonias sus territorios africanos, americanos, australes y muy
agónicamente asiáticos, dejó claro que los Departamentos de la
Argelia mediterránea eran metropolitanos, eran parte constitutiva de
Francia y lo habían demostrado ampliamente en dos recientes Guerras
Mundiales. Eran, por tanto, europeos" .
De Gaulle fue una gran estafa: llegó al poder prometiendo una cosa e
hizo la contraria, con total desprecio para las decenas de miles de
muertos habidos. Retomó el poder con su famoso discurso del "Je vous
ai compris" en Argel, pero ya en Brazzaville había dicho que tenía
una visión eurocéntrica y para él sólo eran franceses los blancos
cristianos de la Francia europea. Cuando en 1962 culminó su engaño,
esos departamentos dejaron de ser franceses, y dejaron de ser
europeos. Era la idea de De Gaulle: hay un derecho de los pueblos a
disponer de sí mismos, proclamado y defendido por él, pero sólo a su
gusto, de modo que la independencia dada a los argelinos a costa de
la muerte o expulsión de millones de otros franceses de allí el
general nunca la reconocí a Bretaña, a Córcega, a Niza o a Alsacia.
Qué curioso. Así que sí se puede salir de la UE; pero también se
puede mentir, engañar y cambiar las leyes a capricho, tal es la
lección de la historia.
De secesiones saben mucho en Lugansk y Donetsk. Como antes en
Crimea, y quizá después en más lugares del sur, Ucrania, se
consideran independientes y de lengua y cultura rusas, en cierto
modo una "nueva Rusia" independiente". ¿Y nos escandalizamos? Pero
veamos: si parte de Ucrania no quiere formar parte de una Ucrania
monocultural y desde luego no quiere ingresar en la UE, ¿quién les
impedirá autodeterminarse? ¿O es que la autodeterminación vale para
independizar la Ucrania definida por Kruchev pero no vale ya dentro
de ella?
Al ver cómo se comportó con su propio país un gran demócrata como De
Gaulle uno no puede evitar el miedo de que sus admiradores de hoy
actúen como él y fuercen independencias o las prohíban a su gusto y
comodidad, sin mostrar un criterio coherente. En España, desde
luego, lo único que hemos tenido constantemente son desafíos sin
respuesta por un lado y halagos empalagosos por el otro. Veremos en
noviembre.
Enfermedad catalana: 'diarrea mental'
Carmen Leal www.cronicaglobal.com 11 Octubre 2014
No, no es el ébola, aunque es también una enfermedad vírica
terriblemente contagiosa la que se ha apoderado de buena parte de la
sociedad catalana. Esta enfermedad la titulo 'diarrea mental'.
Consiste en unas 'deposiciones frecuentes' donde se expulsa del
cuerpo -del cuerpo social- cantidad de pensamientos acríticos y
algunos con visible disminución de su consistencia -consistencia
lógica y ética-. Hay también una baja absorción por el organismo –
organismo social - de los líquidos que fluyen abundantemente del
pensamiento racional y mas baja absorción si cabe de los nutrientes
procedentes de un mínimo conocimiento de la Historia, de las leyes
constitucionales y de lo sugerido por el sentido común.
Los síntomas han ido ido creciendo paulatinamente en cantidad y
variación. El primero de los síntomas es la fiebre. Esta 'diarrea
mental' cursa con fiebre, una fiebre nacionalista que comenzó hace
tiempo con algunos grados por encima de la normalidad, con la
obsesión desmedida por la lengua catalana, potenciación desmesurada
de las costumbres: bailes, canciones y gastronomía; por los iconos
reales (por ejemplo, el caganer) o inventados, por las costumbres
culinarias, las banderas y los relatos falsamente históricos que se
contemplan en los libros de texto de los escolares catalanes, en
catalán ¡naturalmente¡. Sin que falte la utilización del F.C.
Barcelona como recurrente de la ideologización.
Así hemos llegado a una fiebre altísima nacionalista con
convulsiones y tembleques de secesión. Estamos ante 'una
intolerancia' a la comida natural, lo natural de las naciones-Estado
que son el respeto y obediencia a las instituciones del Estado:
Gobierno de España, Tribunal Constitucional, Tribunal Superior de
Justicia, etc., que a esta parte de la sociedad catalana enferma le
producen náuseas (rechazo total, desobediencia, prevaricación) y
vómitos de ninguneo a las declaraciones de los políticos y
ciudadanos españoles de altura intelectual y moral, no contaminados
por la 'diarrea mental' nacionalista-secesionista. Son españoles sin
más.
La enfermedad se ha agudizado últimamente y ya ha llegado a fuertes
dolores abdominales (el abdomen como el centro del cuerpo social),
dolores que consisten en la imposibilidad de una votación para
conseguir la independencia soñada y jamás conseguida. Se aprecia en
estos síntomas una deshidratación que procede de un desconocimiento
culpable de cómo funciona el Estado de derecho.
Las causas de este proceso infeccioso que padece parte de la
sociedad catalana hay que buscarlas en la procedencia de este virus.
No hay duda de que han intervenido muchos factores. Entre ellos, la
frustración histórica de alcanzar una nación-Estado desde principios
del siglo XX, la contumacia de "fer país" (porque no está hecho )
según palabras del inefable y presunto ladrón confeso, Jordi Pujol.
La obsesión por emular la lengua catalana -minoritaria o de pocos
hablantes- con las lenguas mayoritarias -de muchos millones de
hablantes- llamadas técnicamente de comunicación (español e inglés)
sin valorar que todas las lenguas son iguales en cuanto sistemas de
comunicación. Y son igualmente válidas para la intercomunicación de
sus hablantes y para la vida social e institucional, pero las
mayoritarias son mas útiles por la capacidad de comunicación con
cientos de millones de hablantes. La baja natalidad de la sociedad
catalana que la hace dependiente de la población inmigrante interior
y/o exterior, junto al miedo de los poderosos que por número y en
una democracia la inmigración le arrebate el poder.
Para el diagnóstico de la 'diarrea mental' nos valemos del estudio
de 'los alimentos intelectuales en mal estado', como la Historia
sistemáticamente interpretada en clave nacionalista; de los
conocimientos y observaciones de los profesionales de la enseñanza
que apuntan a la inoculación del virus durante la infancia en la
escuela. Primero por la práctica de la inmersión lingüística en
catalán -precoz, total y obligatoria- para los niños de habla
española, desalojando el idioma español de las aulas como vehículo
normal de la docencia. Después viene el posterior desarrollo de
todos los escolares con consignas nacionalistas de frases cortas:
"España nos roba", "tú eres catalán, no español", "Cataluña no es
España".
Lo mismo que con los símbolos: banderas, iconos e himnos patrióticos
en contraposición a las banderas, símbolos e iconografía española.
Hay que añadir la posterior intoxicación total a través de los
medios de comunicación, en especial de TV3, difundiendo pensamientos
acríticos como: "Cataluña, sujeto político y jurídico soberano",
"diálogo con el Estado de igual a igual", "los derechos históricos",
"el derecho a decidir"... sin olvidar "som una nació”, "Cataluña es
una nación", ocultando el adjetivo cultural. Porque Cataluña es una
nación, sí, pero una nación cultural.
El tratamiento de la enfermedad puede ser largo y costoso. Esta
enfermedad aparece en situaciones determinadas de la Historia de
España, y aún del mundo. Y si no se toman medidas serias de higiene
mental mediante la devolución de las competencias de Educación al
Estado español, aunque ahora se pueda controlar el foco de la
infección nacionalista con medidas inmediatas, la extensión de la
epidemia puede llegar al País Vasco, Galicia, Canarias, Andalucía,
etc. Y lo que es un foco de infección, se conviertiría en una
epidemia, un infierno incontrolable, con violencia. Las medidas han
de ser estables en el tiempo porque de lo contrario es muy probable
que recidiva la enfermedad, la 'diarrea mental', si no se toman
medidas contra los agentes responsables, léanse partidos políticos
independentistas.
Como medida inmediata hay que suministrar al enfermo abundante
líquido intelectual de razonamientos lógicos, y verdades históricas,
junto a las demostraciones de las falacias independentistas. Entre
las medidas de higiene mental se pueden proponer debates entre
nacionalistas y no nacionalistas, en igualdad de proporción, hechos
en radio y televisión,y en riguroso directo.
Finalmente se necesita el saneamiento del agua vivificadora de la
opinión pública -y publicada-, hoy contaminada de las teorías
nacionalistas. La dieta debe ser astringente, por tanto, que se
reduzca a cero la visibilidad de las manifestaciones y proclamas
nacionalistas prohibidas por el Tribunal Constitucional. Y, por
último, hay que evitar los factores de riesgo como las innumerables
asociaciones nacionalistas, copiosamente subvencionadas, que campan
por sus respetos sin acatar órdenes superiores del Tribunal
Constitucional y que éste Gobierno y cualquiera que gobierne en
España tenga en cuenta que su labor es mantener la cohesión social,
la paz, y el equilibrio -ácido/base- entre el poder central y los
poderes autonómicos, especificando cuáles son las competencias y los
límites de cada cual. Al menos, mientras todos los españoles de a
pie pensamos en qué partido depositamos nuestro voto. Los
experimentos -incluso los políticos-, con gaseosa.
VIDAS PARALELAS RODRIGO RATO | BETTINO CRAXI
Justicia histórica
PEDRO G. CUARTANGO El Mundo 11 Octubre 2014
LO QUE está sucediendo ahora en España recuerda mucho lo que pasó en
Italia a comienzos de los años 90 cuando se derrumbó el sistema a
causa de las investigaciones de los jueces de Mani Pulite. Muchos de
los dirigentes de los grandes partidos y empresarios como Gardini
fueron a la cárcel por haber pagado o aceptado sobornos y favores.
Aquí no ha habido una depuración judicial, pero el descrédito y la
indignación contra la clase dirigente son parecidos a lo que
aconteció en Italia. Uno de los símbolos de aquella época fue
Bettino Craxi, ex primer ministro socialista y secretario del PSI,
que murió en su casa de Hamamet en 2000. Se había refugiado en Túnez
para huir de la veintena de procesos judiciales en los que estaba
imputado por corrupción. En uno de ellos se le acusaba de haber
recibido 250.000 dólares en dinero negro de Olivetti.
Craxi, como él mismo reconoció, se consideraba por encima de toda
sospecha y llegó a justificar que los partidos se financiaran
ilegalmente y que sus dirigentes cobraran comisiones en concepto de
compensación por dedicarse a la política. Él fue uno de los pilares
del Pentapartito, que se sostenía por la corrupción y la complicidad
en el pillaje del PSI y la Democracia Cristiana.
Salvando las distancias, la conducta de Craxi me recuerda mucho a la
de Rodrigo Rato, imputado por haber permitido y haberse beneficiado
del uso de tarjetas ocultas cuando era presidente de Bankia. ¿Qué
necesidad tenía un ex ministro de Economía y director gerente del
FMI para actuar así cuando ganaba un sueldo de más dos millones de
euros?
La respuesta tiene mucho que ver con la psicología de nuestra clase
dirigente y la impunidad con la que ha actuado durante las dos
últimas décadas. Tiene que ver con el clima moral en el que ha
vivido la sociedad española y con los valores de quienes nos han
gobernado.
Tanto Rato -que ya aparecía en la lista de sobresueldos de Bárcenas
cuando era ministro- como Craxi pensaban que sus altas
responsabilidades les eximían de cumplir la ley. Creían que el
pesado fardo de sus cargos estaba por encima de sus obligaciones
fiscales o ciudadanas. Y que en ningún caso nadie se atrevería a
pedirles responsabilidades.
Su error de juicio les llevó no sólo a embarcarse en el diseño de
grandes operaciones que se les fueron de las manos sino además a
meterse en el bolsillo las pequeñas sumas en las que nadie reparaba.
Y si Craxi perdió su reputación por lo insignificante, a Rato está a
punto de sucederle lo mismo.
Con perdón, uno no puede ser cardenal de la Iglesia y luego
apropiarse de los cepillos de los templos. Eso es lo que han hecho
nuestros dirigentes y van a tener que pagar un alto precio, no por
sus grandes fechorías sino por las nimias.
Los 'fachas' no irán el 12 de octubre
Sergio Fidalgo www.cronicaglobal.com 11 Octubre 2014
Los 'fachas', los que se han pasado la democracia por el forro y han
decidido que no existe otra ley que la que emana de sus partes
nobles y no tan nobles, no irán el 12 de octubre a la concentración
festiva que organiza Sociedad Civil Catalana en plaza de Cataluña.
Los 'fachas', los que han malgastado docenas de millones de euros de
dinero público en subvencionar a 'patriotas' mientras se lo niegan a
la sanidad pública o a la educación, no irán el 12 de octubre a la
concentración festiva que organiza Sociedad Civil Catalana en plaza
de Cataluña.
Los 'fachas', los que han convertido los medios públicos catalanes
en una mala copia del NO-DO o de la TVE franquista, en elementos de
propaganda y no de información, no irán el 12 de octubre a la
concentración festiva que organiza Sociedad Civil Catalana en plaza
de Cataluña.
Los 'fachas', los que se arrogan la representatividad del "pueblo
catalán" o de la "sociedad civil" sin que nadie los haya escogido,
los que multiplican por tres los asistentes a sus actos con el
aplauso del NO-DO oficial, no irán el 12 de octubre a la
concentración festiva que organiza Sociedad Civil Catalana en plaza
de Cataluña.
Los 'fachas', los que repiten como mantra "la consulta la quiere el
80% del pueblo de Cataluña" cuando en sus programas de independencia
no se hablaba de ello (salvo dos partidos que sí la defendían, y de
manera muy clarita) y por lo tanto han engañado y manipulado el
sentido del sufragio de sus votantes, no irán el 12 de octubre a la
concentración festiva que organiza Sociedad Civil Catalana en plaza
de Cataluña.
Los 'fachas', los que montan la 'gigaenquesta' que no es más que un
eufemismo para 'marcar' a los buenos y malos catalanes desde su
óptica sectaria, los que piden a los bares 'donativos' para la causa
y les dan un cartel para que lo pongan en la puerta y quede claro su
adhesión a la 'causa' no irán el 12 de octubre a la concentración
festiva que organiza Sociedad Civil Catalana en plaza de Cataluña.
Los 'fachas', los que llaman "tóxicos", "quintacolumnistas",
"colonos", "extranjeros" u otras lindezas a los catalanes que no
piensan como ellos y que defienden una Cataluña integrada en la
España plural y de todos no irán el 12 de octubre a la concentración
festiva que organiza Sociedad Civil Catalana en plaza de Cataluña.
Por eso yo iré. Y por eso les invito a ir. Porque los 'fachas' de
verdad, los que están destrozando Cataluña y dividiendo a nuestra
sociedad, no estarán. Estaremos la buena gente. ¡Nos vemos el 12 de
octubre!
DESAFÍO A PEKÍN El descontento de una generación
Los jóvenes de Hong Kong lanzan ahora la
'resistencia cultural'
En la ex colonia británica se ha empezado a potenciar el uso del
cantonés
Además de por su riqueza cultural, se hace para diferenciarse del
resto de China
JAVIER ESPINOSA Especial para EL MUNDO Hong Kong 11 Octubre 2014
El diseñador gráfico Ng Kam-chuen decidió crear una guía de
proverbios cantoneses recurriendo al estilo de las caricaturas. Una
de ellas exhibe una cazuela de arroz donde hierve un teléfono y que
viene a representar la expresión "pasar horas hablando por
teléfono". "El cantonés es lo que nos define", indicó al diario
'South China Morning Post'.
Lau Chaak-ming prefirió organizar a un grupo de voluntarios para
redactar el primer diccionario en ese idioma.
Por su parte, los seguidores de Civic Passion (CP), una de las
facciones más 'nacionalistas' de Hong Kong, llevan días acampados en
Admiralty, desde donde retransmiten en vivo el programa radiofónico
que realizan para promover la lengua nativa de la mayoría de
hongkoneses.
Las iniciativas de Kam-Chuen, Lau o los militantes del CP forman
parte de las acciones de promoción del cantonés que se están
multiplicando desde hace meses en la ex colonia británica.
Unos hechos inspirados tanto por el interés cultural de sus
protagonistas como por su clara intencionalidad política, que, como
admiten los miembros del CP, entienden como actos de "resistencia
cultural" hacia Pekín.
Interés cultural y político
"Es cierto, me animan dos objetivos: mi interés por la lengua, pero
también se trata de una especie de lucha política. Quiero contribuir
a que sigamos siendo diferentes de la población del norte [se
refiere al resto de China]", asegura Lau en su despacho de la
universidad de Hong Kong.
Para Robert Bauer, uno de los expertos en cantonés más reputados de
Hong Kong, es evidente que la defensa del cantonés ha adquirido una
connotación política. "En la mente de algunos hongkoneses, las dos
lenguas simbolizan dos agendas políticas muy diferentes y
separadas", indicó en un e-mail.
El pasado mes de febrero, Lau Chaak retomó un viejo proyecto que
tenía aparcado desde el 2003. Tras conseguir el apoyo de medio
centenar de voluntarios, el profesor de lingüística comenzó a
recolectar junto a su equipo caracteres de cantonés, una lengua que
habla el 97% de los hongkoneses pero que se enfrenta a un enorme
hándicap: no dispone de una sólida tradición escrita.
"Hay textos en cantonés de hace cientos de años, pero actualmente
los hongkoneses hablan en cantonés y escriben en mandarín", reconoce
el joven de 29 años.
"Nuestro objetivo es promover que se escriba en cantonés y resulta
inaudito que no dispongamos todavía de un diccionario en nuestro
idioma. Ya hemos recopilado 40.000 caracteres (idiomáticos)", añade.
Personajes como Lau o Asociaciones como 'Aprende el Idioma de Hong
Kong' consideran que el cantonés está siendo "discriminado"
-expresión del primero- frente al mandarín, siguiendo las
directrices de Pekín.
Según el sondeo anual que realiza Aprende el Idioma de Hong Kong, el
70% de los colegios de primaria y el 40% de los de secundaria
utilizan ya el mandarín y no el idioma nativo local en las lecciones
de lengua china.
"A los alumnos se les entrega una lista de 1.000 caracteres en
cantonés que no pueden usar en los exámenes escritos y cada vez que
utilizan uno de esos caracteres les bajan las notas", dice Lau.
Recelo a experiencias históricas
Pese a que Bauer enfatiza que "al cantonés le va muy bien en término
de número de hablantes", la aprehensión de sus defensores se basa en
experiencias históricas como el ocaso del 'shangaines', la lengua
nativa de la ciudad de Shangai, destinada a desaparecer bajo la
presión del mandarín, también conocido como putonghua.
Las autoridades de Hong Kong no imponen el uso del putonghua pero
ofrecen subvenciones a los centros escolares que lo hacen.
El pasado mes de enero el Departamento de Educación dejó en
evidencia sus preferencias al recordar que el "cantonés es un
dialecto", generando la enésima controversia en torno a este asunto.
"Se ha generado una tendencia a creer que el cantonés es la forma de
expresarse de los incultos, algo vulgar, y tenemos que luchar contra
esa percepción", apunta Lau.
El lingüista comenta que el cantonés es una de las derivaciones "más
antiguas" del chino y muchas de sus expresiones provienen de la
lengua que se hablaba durante la dinastía Han y Tang, hace miles de
años. Basados en un complejo sistema de entonación, el cantonés
dispone de nueve tonos frente a los cuatro del putonghua.
"Nosotros podemos entender a alguien que hablan en mandarín pero no
a la inversa", advierte Lau. "Es algo así como la relación entre el
catalán y el español".
Divergencias acentuadas
Pero Robert Bauer opina que las divergencias son incluso mucho más
acentuadas. "Estas relacionados, pero son tan diferentes en
pronunciación, vocabulario y hasta cierto punto en gramática, que
son ininteligibles mutuamente. Sería como las diferencias que hay
entre el italiano y el portugués. Los niños que hablan cantonés son
obligados injustamente a dar clases en putonghua que no entienden
porque básicamente es un idioma extranjero para ellos", precisó.
Bajo la presente crisis, la cuestión del idioma ha dejado de ser un
simple motivo de discusión intelectual para llegar a promover
altercados como el que protagonizó este lunes un estudiante del
interior de China, que agredió a un profesor al ver que éste se
dirigía a la clase en inglés.
"Empezó a gritar en mandarín que Hong Kong era parte de China y que
las clases se debían dar en mandarín", refirió un testigo a la
prensa local.
La misma persona dijo que otros muchos estudiantes le replicaron que
"estaba en Hong Kong y las clases se deberían dar en cantonés".
Quince gráficos y un drama
Juan Manuel López-Zafra
El Confidencial 11 Octubre 2014
'The most terrifying words in the
English language are: I'm from the government and I'm here to help'. Ronald Reagan
Ha presentado el ministro Montoro
los Presupuestos Generales del Estado elaborados por su ministerio y
que son los del Gobierno de Mariano Rajoy. Mucho se
ha escrito ya al respecto, así que me centraré en sólo un aspecto,
la evolución de ingresos y gastos del estado, así como de la deuda
pública, de la forma más sencilla posible: mediante su
visualización.
De acuerdo con el cuadro macroeconómico, el PIB
crecerá en este 2014 un 1.3% y lo hará en un 2% en el siguiente
2015. Más allá del valor de tales previsiones, es importante
recordar que esta cifra es la palanca sobre la que el Ministerio se
apoya para elaborar las cuentas. Y simplemente quiero recordar que
esas previsiones no duran ni tres meses; véase las últimas
advertencias de Madame Lagarde, Presidenta del FMI,
que ya ha advertido de que las que su institución emitió en junio
(organismo que es uno de los mejor dotados del mundo en el estudio
de la economía, con funcionarios y personal contratado de enorme
prestigio) ya estaban superadas y que los nubarrones que tres meses
antes no se veían aparecían de repente; como por casualidad; sin que
nadie (sic) lo hubiese advertido. No es este el momento de entrar a
estudiar los enormes errores conceptuales que los modelos encierran
(realmente, que cometen los dioses menores que pretenden explicarnos
qué va a ocurrir, cuando ni siquiera son capaces de explicarnos qué
ha ocurrido), ni el de recordar que todo lo que tiene que ver con la
matemática y su presunta complicación tiene inmediatamente un halo
de ciencia que engancha sin remisión al público en general y a la
prensa especializada en particular; de eso nos ocuparemos en alguna
columna posterior.

Cuadro 1.
Evolución del gasto público 2008-2015 (previsión) por partidas.
Elaboración propia a partir de Secretaría de Estado de Presupuestos
y Gastos, MHyAAPP. Nota: Se emplea 2008 como año del pico de la
burbuja del gasto público y 2011 como el último presupuesto del
gobierno Zapatero.
El Cuadro 1 muestra el primer acto del drama.
Podemos observar cómo el gasto en el servicio de la deuda
pública ya es prácticamente equivalente al efectuado en pensiones.
Ni uno ni otro han dejado de crecer, mucho más rápidamente el de la
deuda. Entre ambos se comen ya el 60% del gasto público.
El casi 30% que supone el pago de intereses está directamente ligado
al endeudamiento del Estado. Y considerando que todo lo que se gasta
ha de ingresarse de un modo u otro, sólo el efecto fiscal (en
términos de impuestos que pagamos los ciudadanos, y sin entrar a
valorar aspectos morales derivados de diferimiento del gasto
corriente) es simplemente obsceno. Como me señala Daniel Lacalle, “los
intereses de la deuda no vienen de 'un ovni'... Son el resultado de
acumular 475.000 millones de gasto por encima de los ingresos desde
2008.”

Cuadro 2. Evolución
de gastos e ingresos públicos, del gasto sobre PIB y de la deuda
pública sobre PIB, 2008-2015 (previsión). Elaboración propia a
partir de Secretaría de Estado de Presupuestos y Gastos, MHyAAPP.
Este segundo cuadro muestra cuál ha sido la
evolución de distintos parámetros desde el pico de 2008. Así, vemos
cómo el gasto público del Estado no ha hecho sino crecer; no ya con
el último gobierno de Zapatero, que lo incrementó a
través de las conocidas (amén que perniciosas) políticas de
estímulo, sino también con el Gobierno de la austeridad de Mariano
Rajoy. Austeridad que ha supuesto que en 2015 el gasto presupuestado
sea un 21% mayor que en 2008. Es decir, si entonces se gastaban 100,
mañana se gastarán 121. Las cifras no mienten, y un mayor gasto ni
supone austeridad ni es una reducción del Estado, precisamente.
En descargo del gobierno hay que señalar que asumió
unos 40.000 millones de facturas impagadas del
último gobierno Zapatero y que la quiebra de las cajas (que no de
los bancos) que se ha producido bajo su mandato (y que ha costado a
los contribuyentes alrededor de 63.000 millones de euros) se fraguó
(es obvio, pero merece la pena recordarlo) bajo el gobierno
anterior. Cierto es que cabían alternativas al rescate de las cajas,
que desde aquí hemos defendido, pero la decisión de asumir el coste
del mismo y el pago de las facturas pendientes es algo con lo que
este gobierno ha tenido que trabajar. Claro que esto ya no está en
los PGE, aunque el gobierno ha decidido actuar gastando como si no
hubiera mañana; o, mejor, como si mañana hubiera elecciones.
Mientras tanto, los ingresos públicos se han ido
deteriorando. Como observamos en el gráfico correspondiente,
entre 2008 y 2011 se perdieron nada menos que 20 de cada 100 euros
que se llegaron a ingresar. Pero hete aquí que el Gobierno
de Mariano Rajoy y en particular su ministro de Hacienda han hecho
lo posible por recuperar parte de ese terreno perdido, fruto de la
brutal crisis que estamos padeciendo y que las medidas keynesianas
de este gobierno y sobre todo del anterior no han hecho sino
acrecentar. No ha procedido el señor Ministro a reducir el gasto en
consonancia con la caída de ingresos, sino que ha optado por apretar
las tuercas a los ciudadanos mediante sucesivos aumentos de
impuestos (directos, indirectos, especiales) que no han hecho sino
retrasar la recuperación, al detraer enormes cantidades de dinero
privado en favor de un estado cada vez mayor.
Las cifras no mienten, y un mayor
gasto ni supone austeridad ni es una reducción del Estado,
precisamente. En descargo del gobierno hay que señalar que asumió
unos 40.000 millones de facturas impagadas del último gobierno
Zapatero y que la quiebra de las cajas se fraguó bajo el gobierno
anterior
Las dos últimas series de gráficos hacen referencia
a los ratios de gasto público y deuda pública sobre el PIB. La zona
rosada representa, del total azul, la parte que tanto uno como otro
representan. Como vemos, la parte del gasto público en el total
aumenta en 2011, fruto de la aplicación de los planes de estímulo y
la caída del PIB; en 2015, a pesar de la nueva metodología del PIB
(que lo infla, por la vía del artículo 33, en 46.000 millones), el
gasto público no cae. Eso nos vuelve a dar una idea de la magnitud
de las cifras que estamos manejando.
Por último, la deuda pública es ya tan elevada que
ni siquiera deja ver el azul del cielo del PIB. Todo lo cubre. Lo
que no ha podido gastarse en efectivo, porque ni había dinero ni
Bruselas (ni Draghi) lo permitían, nuestro gobierno
ha decidido aplazarlo. Cada “éxito” en la subasta de deuda es un
sangrado a la recuperación, un golpe a nuestros hijos y nietos, un
acto de soberana irresponsabilidad con quienes no tienen culpa
alguna de un sistema inviable y que sin embargo se verán obligados a
pagarlo.
Quince gráficos que explican el drama de unas
políticas que sólo han estimulado la líbido de los yonkis
del gasto que, como siempre, reclaman más y más porque nunca es
suficiente. Quince gráficos que dificultan imaginar con
cómo hubiese sido España hoy de haberse cercenado el gasto y
reducido los impuestos en la parte correspondiente.
******************* Sección "bilingüe"
***********************
El 12 de octubre, a la plaza de Cataluña
Clemente Polo www.cronicaglobal.com 11 Octubre 2014
Sociedad Civil Catalana ha convocado a los catalanes a concentrarse
en la emblemática plaza de Cataluña de Barcelona el día 12, al
mediodía. Otras asociaciones como España y Catalanes, Convivencia
Cívica Catalana, Plataforma Hispanoamericana de Cataluña, 12 de
octubre, etc., que promovieron las concentraciones otros años, han
convocado una hora antes una manifestación que partirá del cruce de
Provenza con Paseo de Gracia y convergerá en la plaza de Cataluña.
El lema de la manifestación, "La nación de todos", y el de la
concentración, "La España de todos", expresan perfectamente el deseo
de la mayoría de los catalanes de reforzar los lazos afectivos que
nos unen al resto de españoles, mantener una unión política, social
y económica que tanta prosperidad ha traído a los catalanes durante
los últimos 300 años, y defender la Constitución que garantiza el
libre ejercicio de derechos fundamentales dentro de un marco
democrático homologable con los de otros países europeos. Queremos
seguir siendo lo que somos: catalanes, españoles y europeos.
Desde hace unos cuantos años, el Gobierno catalán y los partidos que
lo sostienen en el Parlament han alentado organizaciones
nacional-independentistas con el propósito declarado de romper el
pacto constitucional que tan trabajosamente alcanzaron las dos
Españas en 1978, y que evitó que se cumpliera una vez más la
profecía de Machado y una de las dos Españas acabara helándonos el
corazón a unos u otros. No deja de ser hasta cierto punto una
paradoja que este proyecto fratricida, sectario y profundamente
reaccionario lo haya desempolvado el Gobierno catalán justo cuando
Cataluña ha alcanzado el nivel más alto de autonomía nunca logrado,
y España, tras ceder gran parte de su soberanía a la UE, atraviesa
un momento económico delicado. Sólo hasta cierto punto, digo, porque
ha sido precisamente la circunstancia de estar en la UE lo que ha
dado alas al Gobierno catalán, que llegó a pensar en su delirio que
podía romper España, aprovechando su momentánea debilidad económica
y política, sin salir de la UE ni perder sus principales mercados:
el resto de España y los principales países de la UE.
El proyecto fracasó el mismo día en que la Comisión Europea y los
principales Estados europeos rechazaron el plan de secesión que se
les ofrecía desde Cataluña y los dirigentes europeos recordaron a
Mas que, además de un asunto interno, la secesión de Cataluña
implicaría su exclusión inmediata de la UE. Pero una vez ya iniciado
el camino de la confrontación equivocada, a Mas sólo le quedaba
seguir arrastrando la cruz hacia el calvario para evitar que le
tildaran de traidor a la causa. De ahí que haya prolongado la farsa
de la consulta, una consulta que sabía perfectamente que el Gobierno
español no le iba a permitir realizar. A Mas ya sólo le queda una
carta antes de hacer mutis por el foro: convocar nuevas elecciones
plebiscitarias y dejar que sean Junqueras y Forcadell quienes
convoquen de nuevo la consulta o proclamen unilateralmente la
independencia.
Hemos ganado la partida del 9N pero no la guerra. El Gobierno y el
Parlament de Cataluña van a seguir incumpliendo la Constitución y
las sentencias de los tribunales e intentando crear estructuras de
Estado para deslegitimar y desestabilizar desde ellas el Estado. Ha
llegado el momento de que el Gobierno español utilice todas las
armas de que dispone para poner orden en casa. No es aquí el momento
ni el lugar pero citaré dos medidas imprescindibles para empezar a
poner remedio a la situación. Primera, el Gobierno español tiene que
garantizar la utilización del castellano como lengua vehicular y el
acceso de cualquier ciudadano español con la titulación adecuada al
sistema educativo catalán. Segunda, el Gobierno español debería
hacerse cargo de pagar a los proveedores de servicios básicos
(educación y sanidad) y descontar esas cantidades de las
transferencias a Cataluña. Se necesita firmeza, si no queremos
enfrentarnos a situaciones similares a las vividas durante estos dos
últimos años.
Por las libertades, por la concordia y la prosperidad, el 12 de
octubre a la plaza de Cataluña.
Menos que una rama
xavier pericay ABC Cataluña 11 Octubre 2014
Este mes de octubre de 2014 no sólo va a ser recordado como el mes
en que se produjo el primer caso de contagio del ébola en España y
Europa —eso que el exconsejero Josep Huguet, con su gracejo
proverbial, ha calificado de «peste española múltiple», tras
asociarlo con la prohibición, por parte de las instituciones del
Estado, de celebrar la consulta del 9-N—, sino por la extensión de
la violencia en Cataluña. El pasado fin de semana la hija de Josep
Ramon Bosch, presidente de Sociedad Civil Catalana, fue acosada en
una fiesta popular por unos descerebrados, que la llamaron
«fascista» y «nazi» e intentaron acorralarla. El miércoles, la sede
de Ciutadans en Lérida fue pintarrajeada por una partida de jóvenes
independentistas y decorada con carteles llamando a la
desobediencia. El mismo miércoles, en Barcelona, la sede del PSC en
el barrio de Les Corts era asaltada por un grupo de estudiantes
independentistas, que realizaron pintadas amenazantes dentro y fuera
del local y destrozaron parte del mobiliario. (Tanto una sede como
otra habían sido ya objeto en el último año de ataques similares.) Y
el jueves una decena de miembros de la CUP debidamente enmascarados
organizaron un escrache en el domicilio de la dirigente del PP
catalán Alicia Sánchez Camacho, a la que habían «señalado» con
anterioridad mediante un cartel en el que podía leerse, en catalán:
«Señalemos a los que pretenden cortarnos las alas con leyes y
tribunales fascistas. ¡Que el miedo cambie de bando!». Todo ello sin
que los demás partidos políticos con representación parlamentaria
tuvieran a bien condenar alguno de estos hechos. Lo que sí
condenaron, en cambio, esta misma semana y a propuesta de ICV-EUiA,
fue el ataque sufrido en mayo pasado por una rama del Pi de les Tres
Branques. Este es el valor que las fuerzas pro consulta catalanas
otorgan a cuantos ciudadanos disienten de sus propósitos: menos que
una rama.
Falta un mes escaso para el 9-N y todo indica que a Mas la situación
se le ha ido de las manos —si es que alguna vez la tuvo bajo
control—. Y esto es sólo el principio. Conviene estar vigilantes,
pues. Democráticamente vigilantes.
A la búlgara
miquel porta perales ABC Cataluña 11 Octubre 2014
La partitura nacionalista y su representación recuerda los Congresos
del Partido Comunista Búlgaro en la época de Todor Zhivkov
Jordi Turull -portavoz de CiU- tenía razón cuando, en la conferencia
de prensa posterior a la cumbre soberanista del pasado viernes,
afirmó que habían cuidado mucho la «partitura». Tan cuidada estuvo,
que nadie desentonó. La partitura: unidad y votaremos. Y el coro -al
unísono- ejecutó la pieza. Sin fisuras -la procesión iba por dentro,
como refleja la expresión facial de los ejecutantes-, porque nadie
quiere la etiqueta de traidor con todas las connotaciones que ello
implica en Cataluña. El viernes, partitura. El sábado, partitura y
procesión. Los protagonistas del sábado: los alcaldes de los
ayuntamientos catalanes. ¿Partitura? Unidad y votaremos. Al unísono
-¡97 % de alcaldes!- y sin fisuras, claro está. La procesión: el
desfilar de los alcaldes, del Ayuntamiento a la Generalitat,
flanqueados por la Guardia Urbana de Barcelona y los Mossos
d’Esquadra vestidos de gala y en perfecto estado de revista. Como no
podía ser de otra manera, los alcaldes aparecieron en la escena
-digo bien, en la escena- invocando -con la vara en alto- «la fuerza
del país», «el alma de Cataluña», «la voluntad del pueblo»,
«independencia» y «Viva Cataluña libre».
La partitura nacionalista y su representación recuerda los Congresos
del Partido Comunista Búlgaro en la época de Todor Zhivkov. En la
Bulgaria de los 60 y 70 del pasado siglo, el camarada Zhivkov ganaba
los congresos del partido por aclamación. De ahí, la expresión «a la
búlgara» para designar aquellas decisiones en las que se impone la
disciplina y el temor a ser tildado de desafecto a la causa.
El hecho diferencial catalán: resulta que, cuando falta un mes para
la consulta, solo un tercio de nuestros alcaldes búlgaros ha
comunicado a la Generalitat la sede de los colegios electorales con
sus correspondientes coordinadores.
Saben que la consulta -por ilegal- no se celebrará y no quieren
pagar el pato de la ficción impulsada por el nacionalismo catalán.
¿Cuándo acabará esta farsa? En Bulgaria, el camarada Todor Zhivkov
cayó.
El Ente autorreferente
Santiago González. El Mundo del País Vasco. 11 Octubre 2014
La directora general del Ente, Maite Iturbe, compareció ayer en el
Parlamento vasco en una sesión más que notable. Todos los grupos de
la oposición se aliaron contra la manipulación que a su entender se
practica en los servicios informativos de la Televisión y en las
radios públicas. Resulta asombroso que en un país en el que no hay
el mínimo acuerdo, todos, EH Bildu y el PP, el PSE y UPyD el se
hayan puesto de acuerdo para denunciar dicha manipulación.
Con argumentos opuestos, claro. Lo más relevante desde el punto de
vista político es la ruptura del consenso escenificada ayer por los
socialistas vascos, que habían dado su placet al nombramiento de
Iturbe. EH Bildu no acaba de encontrarla a su gusto, pese a que la
santa casa ha hecho siempre lo que estaba en su mano para agradarla.
ETB ha sido siempre una televisión insurgente, antiinstitucional.
Tenía razón Nerea Llanos al decir que "EiTB se está convirtiendo en
un ente cuya labor es adoctrinar", priorizando los temas del gusto
abertzale, como el derecho a decidir, Cataluña o los presos de ETA.
El único reparo que se podría oponer a Llanos es el haber sustituido
el pretérito indefinido por el gerundio: no se está convirtiendo; lo
fue siempre.
Para empezar, ETB nació como un "medio fundamental de cooperación
con nuestro sistema educativo y de fomento y difusión de la cultura
vasca, teniendo muy presente el fomento y desarrollo del euskera",
según la web del Departamento de Educación, Lingüística y Cultura
del Gobierno Vasco. Luego, lo útil siempre se une con lo agradable,
en julio de 1986, el director general Gorordo puso en marcha un
segundo canal en castellano, ETB-2, con el fin de que las tareas de
expansión de la lengua se vieran complementadas con las de
adoctrinamiento en la lengua que mejor entienden los ciudadanos
vascos. Y las ciudadanas, claro.
Iturbe compareció con mucho remango para decir que ningún medio
público en España es tan plural como ETB, citando a TVE, Telemadrid
¡y Canal 9! una televisión pública que está cerrada desde noviembre
de 2013. No se ha medido en cambio, lástima, con TV-3, que
seguramente es un modelo de inspiración para lo nuestro. La
directora general criticó la gestión del ente durante la legislatura
socialista. Yo la entiendo. ETB no cambió sustancialmente durante el
mandato de Patxi López, aunque no había tanta presencia abertzale
radical en las tertulias.
Desde sus orígenes, EiTB está más cerca de ETA y el abertzalismo
radical que de los partidos democráticos. Tanto el socialista Unzalu
como la popular Llanos recordaron una afirmación ominosa del primer
director de ETB, Luis Alberto Araberri, 'Amatiño', al calificar la
Radiotelevisión pública vasca como un "proyecto abertzale impulsado
por abertzales, tras una lucha abertzale".
Es una lástima que los diputados de la oposición no cultiven con más
esmero la hemeroteca. Porque Amatiño dijo cosas mucho más graves y
más concretas en la misma conversación con la periodista Chelo
Aparicio:
"ETA, al margen de su valoración sobre las instituciones, considera
a ETB como la televisión de este país. Ello lo demuestra el trato
preferente que nos dan en el otro lado de los Pirineos, como en las
cárceles, para conseguir información". (El País, 31 de julio de
1984)
Es lo que hay.
El debate que tanto temían
La ausencia de un debate sobre las opciones que se sometían a
consulta revela la falta de pluralismo del ‘procés’
Manuel Cruz El Pais Cataluña 11 Octubre 2014
Si TV3 estuviera mínimamente preocupada por el pluralismo político,
en vez de entregarse a una adulación del president de la Generalitat
de una magnitud que no se recordaba en este país desde los lejanos
tiempos de la lucecita del Pardo (con los locutores que
retransmitían el histórico acto de la firma de la convocatoria de
consulta informando a la audiencia de que Artur Mas había dormido en
Palau, de que llevaba el traje del día de la boda de su hija, de que
la pluma estilográfica marca Inoxcrom con la que había firmado el
decreto quedaría expuesta en el Museo de Historia de Cataluña, y
otros detalles de análogo interés), habría organizado la misma noche
del domingo, 28, antes de que el TC suspendiera cautelarmente la ley
y el decreto de convocatoria, un debate entre las fuerzas que han
apoyado la consulta.
Hubiera sido, sin duda, el momento de tomar tal iniciativa, esto es,
de, una vez convocada la ciudadanía a las urnas, entrar a debatir
sobre las distintas posibilidades de respuesta que se le ofrecen al
ciudadano catalán en la ya famosa papeleta. Hubiera sido también un
formidable acto de plenitud democrática: las diferentes formaciones
políticas favorables a la consulta, una vez superada la etapa según
ellas obligadamente unanimista, en la que no había más argumento que
el volem votar, empezarían a celebrar la fiesta de la democracia,
que —en contra de la simplificación que algunos se obstinan en
repetir— es algo mucho más rico que el acto final de la jornada
electoral, e incluye un momento tan fundamental e inesquivable como
es el de la discusión pública entre opciones diferenciadas, el
contraste entre modelos, la confrontación de ideas.
No se organizó el tal debate, nunca sabremos si por falta de
imaginación o de reflejos o, directamente, por falta de interés. Es
probable que esta última opción sea en el fondo la más lógica.
Porque no cuesta imaginarse la situación, que quizás a algún
responsable de TV3 le puso los pelos de punta: tras tantos meses de
ir juntos, debería mostrarse la pluralidad que supuestamente
contenía el bloque soberanista, hacer evidente ante la ciudadanía
que, en contra de lo que se empeñan en afirmar los pérfidos enemigos
del procés, no estamos ante un referéndum para la independencia sino
sobre la independencia. Pero, ¿quién hubiera representado en dicho
bloque las posiciones discrepantes con el independentismo? ¿Unió,
respecto a cuya posición en ese preciso momento solo se conocía un
tuit de Duran i Lleida? ¿Iniciativa, que aún no había tomado
decisión alguna?
No es importante, a los efectos de lo que pretendo plantear, el
hecho de que posteriormente estas dos últimas formaciones hayan
hecho pública, por fin, su posición al respecto. Es más, tampoco
hubiera cambiado nada si ICV o Unió hubieran dado a conocer su
posterior decisión (libertad de voto pero menos) antes del indeseado
debate. Siguiendo con las situaciones imaginarias, no creo que al
lector le resulte difícil hacerse una idea del estupor de muchos
ciudadanos catalanes al contemplar la siguiente escena,
perfectamente verosímil: cuando el moderador del debate les hubiera
formulado a los representantes de ICV y de Unió en el plató la
inevitable pregunta “y ahora que, por fin, se va a celebrar la
consulta, ¿van a decir ya cuál es la posición de las fuerzas
políticas que Vds. representan?” se hubiera encontrado como
respuesta algo equivalente, en el fondo, a: “este… bueno... lo que a
los catalanes les parezca mejor”.
Pero lo importante no son las contradicciones internas de una fuerza
política en particular (sea ésta ICV, Unió o incluso CDC, que cada
cual arrastra las suyas) sino algo de carácter más general. Tras
tanta insistencia en el principio democrático, en la radicalidad
democrática, y en otras formulaciones igualmente rotundas y
grandilocuentes, estaría resultando que a todas las formaciones
empeñadas en que la ciudadanía catalana votara el 9-N les habría
parecido de una pulcritud democrática inobjetable que el debate
sobre las diversas opciones se hubiera iniciado en el mejor de los
casos ¡un mes antes de la fecha fijada! y que hasta ese día el
ciudadano no les hubiera escuchado prácticamente ni una sola palabra
ni a ICV sobre su federalismo ni a Unió sobre su propuesta
confederal. Mientras, eso sí, la Generalitat llevaba tiempo dedicada
a auspiciar y divulgar estudios sobre la viabilidad de una Cataluña
independiente.
No albergo la menor duda de que plantear el debate catalán en
términos de democracia frente a legalidad constituye un interesado
equívoco, propiciado por los soberanistas, cuyos términos nunca
deberían haber sido aceptados por el resto de la ciudadanía. No solo
porque conviene no perder de vista en ningún momento que en un
Estado de Derecho pertenece a la sustancia de las leyes la
posibilidad de modificarlas, sino también —sobre todo en este
momento— porque aquellos a quienes más se les llena la boca apelando
a la democracia llevan tiempo generando un severo déficit
democrático en Cataluña, del que el planificado secuestro del debate
político en el seno del bloque soberanista constituye la más
reciente muestra.
Manuel Cruz es catedrático de filosofía contemporánea en la UB.
La lliga
IGNACIO CAMACHO ABC 11 Octubre 2014
EN el mapa virtual de la secesión catalana hay una pieza flotante
que los cartógrafos independentistas no logran anclar. El libro
blanco del Consejo Nacional de Transición contempla ?a base de mera
ficción voluntarista? casi todos los aspectos de la creación de un
Estado, aunque algunos detalles como el pago de la deuda o de las
pensiones los deje al albur de una generosa negociación con una
España recién abandonada; sin embargo hay en todo ese delirio un
incómodo fleco suelto que no saben cómo coser los tejedores del
separatismo. Se trata del Barça, o más exactamente de la competición
en que habría de jugar el simbólico emblema sentimental de la
catalanidad. Y no parece cuestión trivial porque, a tenor de algunas
encuestas, sólo la integración en la UE suscita mayores recelos
cuando la gente piensa en el encaje de la Cataluña emancipada.
La hoja de ruta oficial del soberanismo da por hecho que la Liga
aceptaría sin más la continuidad de uno de sus puntales para evitar
su empobrecimiento competitivo. Una actitud muy propia del
nacionalismo: lo mío es mío y lo tuyo de los dos. Y encima
agradecidos, por la cuenta que te trae a ti contar conmigo. De modo
que ese club cuya junta directiva suscribió ayer el pacto por la
autodeterminación dependería de la benevolencia española para no
tener que disputar sus campeonatos con el Mollerussa. Suponen los
arrogantes arúspices de la independencia que el resto de las
aficiones nacionales estarían encantadas de hermanarse con ellos
después de un proceso unilateral de ruptura. No os vayáis que os
necesitamos para que nos deis una paliza.
A este respecto, un pronunciamiento en firme de la patronal de
clubes, de la Federación o del Consejo de Deportes podría tener,
habida cuenta de la relevancia sociológica del asunto, más eficacia
de persuasión que cualquier argumentario unionista. Si hubiera un
poco de dignidad en nuestras instituciones deportivas, siempre tan
pusilánimes, la respuesta al explícito desafío culé habría de ser un
persianazo en regla: en caso de irse habrían de hacerlo con todas
las consecuencias y pedir el ingreso en la Premier británica o en la
Liga francesa, como el Mónaco. La alternativa es el Palamós; una
Lliga propia, y no precisamente la de Cambó. Por supuesto que la
ausencia del Barcelona menguaría el brillo de la competición
nacional pero son sus dirigentes quienes ignoran a sus aficionados
no separatistas, pretenden convertir en extranjeros a muchos de sus
conciudadanos catalanes y desprecian a quienes en el resto de España
sienten con ellos intensos lazos afectivos. Acostumbrados a estar al
plato y a las tajadas, ya va siendo hora de que reciban una
respuesta adecuada. O dentro o fuera. Las banderas de conveniencia,
para los barcos piratas. El juego con dos barajas gusta mucho a los
nacionalistas, pero jugar con dos balones no está permitido en el
reglamento de la FIFA.
Entrevista en 'eldiario.es'
La periodista Margarita Rivière denuncia la
censura que sufrió durante el 'pujolismo'
"Si no estabas con los nacionalistas, estabas contra ellos. No se
podía aguantar. Y a los que nos atrevíamos a distanciarnos, nos la
tenían jurada"
www.lavozlibre.com 11 Octubre 2014
Barcelona.- Ahora que la “honorabilidad” de Jordi Pujol ha saltado
por los aíres con su confesión de haber tenido dinero en el
extranjero durante 34 años, resultan más que clarificadoras las
vivencias y reflexiones de la periodista Margarita Rivière -durante
muchos años en el ‘Periódico de Catalunya’ y directora de la Agencia
EFE en esta comunidad autónoma- para entender el sistema mediático
de control absoluto que tenía montado el expresidente de la
Generalitat. Rivière cuenta en una entrevista en 'eldiario.es' las
enormes dificultades que tuvo para informar en los años del
‘pujolismo’. “A los periodistas que no estábamos con los
nacionalistas nos decían que estábamos contra ellos”, asegura.
Sir ir más lejos, durante su etapa en ‘El Periódico de Catalunya’ le
prohibieron hablar de Pujol por “intereses empresariales”. “No
quiero ningún tipo de protagonismo pero a mí Enrique Arias Vega,
director de ‘El Periódico de Catalunya’, donde yo tenía una sección
diaria que se llamaba ‘La burbuja’ cuando se produjo todo el tema de
Banca Catalana, me prohibió hablar de él. Hay que entender que había
intereses empresariales. Ante un señor como Pujol, de quien
dependían algunos ingresos publicitarios...”.
“En mi caso sólo podía hacer una cosa: guardarme mis opiniones.
Publiqué un articulito en el otro lugar donde escribía, la revista
‘El Món’, donde defendía a los ocho magistrados que no apoyaron que
Pujol no rindiera cuentas ante la Justicia. Había una omertà con
Jiménez Villarejo y Mena y contra los que no habían pasado por el
aro del señor Piqué Vidal, que era uno de los abogados de Jordi
Pujol. Años después, Piqué Vidal pasó por la cárcel. En mis años en
la agencia EFE intenté probar -pero no lo conseguí nunca- que la
Audiencia había sido, de alguna manera, convenientemente satisfecha
en cierto tipo de necesidades por una de las partes. Nunca se pudo
probar periodísticamente”, explica.
“A los que no vivíamos al calor del nacionalismo nos ponían verdes y
nos desacreditaban en confidenciales pagados por Convergència. Por
ejemplo, para desacreditar mi independencia, decían que era del
PSOE. Miquel Sellarès, fundador de la Asamblea Nacional Catalana y
personaje de larga historia que siempre ha vivido del presupuesto
público, dirigía estos confidenciales. En una revista de Euskadi
escribió un artículo donde a Enric Bastardes, Ernest Udina y a mí
nos calificaba de "fascistas blancos". Demencial. Sellarès, mano
derecha de Pujol desde el comienzo, fue fundador de la Escuela de
Policía, los Mossos d'Esquadra e, incluso, jefe de una especie de
servicio secreto de la Generalitat, que se conocía como “los
mortadelos”. Me puso tan verde Sellarés que tuvo que salir en mi
defensa un medio radical-nacionalista, ‘El Llamp’, que en 1987 ya
utilizó un titular profético: ‘Cataluña, un estado dentro de
Europa’. Criticaron desde el anonimato y la falta de respeto a
profesionales solventes. Se dice pronto. Había una guerra de
confidenciales, la mayoría de los cuales venían de la parte
nacionalista, que eran los que tenían dinero y desacreditaban a los
periodistas que no controlaban”, sostiene.
Margarita Rivière, que dice que ha dejado de ver TV3, afirma que
ella “no tenía nada contra los nacionalistas”. “Respetaba aunque no
compartía que hubiera gente que tenía el nacionalismo como
ideología. ¡Cómo no tenía que respetarlo en un país plural! Lo que
era terrible es que si no estabas con ellos, estabas contra ellos.
No se podía aguantar. Y a los que nos atrevíamos a distanciarnos,
nos la tenían jurada”, subraya.
"LA CONFESIÓN DE PUJOL FUE UN ACTO DE SOBERBIA SUBLIME"
Respecto a la confesión de Jordi Pujol señala: “Me extrañó mucho que
lo dijera, que confesara algo malo. Me extrañó menos cuando vi la
forma. Pensé que era un acto de soberbia sublime. Pedía perdón
porque había actuado mal, intentaba justificarse y nos pedía que
fuéramos buena gente y lo perdonásemos. En el Parlament, en su
comparecencia, volvió el Pujol que conocimos los periodistas de
aquella época. Abroncó a los diputados. Sentí vergüenza. Y fue otro
acto de soberbia. Este hombre es soberbio. Es muy inteligente, habla
muchos idiomas, sabe maniobrar, tiene una memoria fantástica, pero
es soberbio. Mala cosa para un político, que deben ser humildes”.
“Este señor ha estado amenazando toda la vida con convertir Cataluña
en independiente y ha ido parando esta reivindicación mientras
pactaba con los gobiernos del PP y el PSOE. Hasta que le han tocado
la prole. En el momento que le tocan la prole, como si estuviéramos
en Texas o en el Oeste, sale a defenderla y hace esa confesión
espectacular que nadie preveía. Me pensaba que era más inteligente.
Se ha comportado como un vulgar Millet”, considera.
“A mí me sorprendió. Es la primera vez que he visto a Pujol
autoinculparse. Me han comentado que lo hizo aconsejado por unos
abogados que ya no tiene. Creo que se ha equivocado porque ha
confirmado algo él solo. Ahora le podemos llamar defraudador, lo que
antes no hubiéramos podido hacer, porque él mismo se ha delatado.
¿Porque lo ha hecho? Caben todo tipo de especulaciones. Dejémoslas
para los que especulan y los periodistas jóvenes que tienen mucho
que investigar. Yo ya estoy fuera de circulación y, por suerte, no
es trabajo mío”, indica.
Sobre cómo acabará el ‘caso Pujol’ dice que le gustaría saberlo,
aunque tiene dudas de que se termine conociendo toda la verdad. “En
este caso, preferiría el derecho a saber más que el derecho a
decidir. Saber qué pasó, cuál es la historia de verdad. Porque de lo
contrario estamos al albur de especulaciones absurdas. No sé si lo
conseguiremos. Tampoco sabemos la verdad del asesinato de Kennedy”,
comenta.
Por último, respecto a qué opina sobre qué se demande la
independencia de Cataluña, explica: “Es muy difícil en un mundo tan
interconectado la mera idea de la independencia. Es como la
felicidad. Todos queremos la felicidad, la libertad, pero todos
tenemos nuestros límites. Si yo empiezo a preocuparte me pararás. A
los sesenta años me he sacado un doctorado en Sociología para
entender todo esto. Vivimos relacionados con los demás y eso no nos
permite hacer siempre lo que nos viene en gana. Yo me he sentido
engañada por la iglesia, por una familia burguesa que me inmunizó
para no ser como ellos. Me gusta estar rodeada de cosas que no están
mal pero el afán del dinero y la incultura de la burguesía
barcelonesa que conocí, no la quiero ni para mi peor enemigo.
Lamentablemente, es quizás lo que desea mucha gente que llega a
nuevo rico. La vida no es desear ser independiente sino jugar con lo
que tienes en tu entorno y adaptarte y tener empatía. Las mujeres
sabemos mucho de esto”, concluye.
Recortes
de Prensa Página
Inicial
|