Si es silenciosa no es mayoría
EDITORIAL Libertad Digital 12 Octubre 2014
Hoy domingo, 12 de Octubre, es el Día de la Fiesta Nacional de
España, una fecha que ha de servir para recordar nuestro pasado
histórico como la nación más antigua de Europa y celebrar, un año
más, lo que nos une a todos como españoles.
Ninguna otra fecha del calendario es tan oportuna para dejar patente
precisamente ese sentimiento legítimo de pertenencia a una nación de
ciudadanos libres e iguales, especialmente en lugares donde ha
quedado proscrito de facto por los poderes públicos en manos de
partidos nacionalistas.
El caso de Cataluña es paradigmático de esta persecución de los que
quieren seguir siendo españoles a despecho del separatismo político
y el nacionalismo mediático, las dos caras de una operación
secesionista que puede llevarse por delante a la nación en su
conjunto. Por todo ello resulta muy oportuna, y todo un ejemplo de
valor cívico, la convocatoria de diversos actos públicos en defensa
de la nación española como los que tendrán lugar hoy en Barcelona,
organizados por Sociedad Civil Catalana y Convivencia Civil
Catalana, bajo los lemas "La España de todos" y "España, la nación
de todos" respectivamente.
Ahora bien, de nada sirve el ejemplo valeroso de asociaciones como
las dos citadas (entre otras), si su labor no encuentra el adecuado
eco entre los ciudadanos a los que han convocado en las calles de la
capital catalana. Este domingo, día de la Fiesta Nacional de España,
la mayoría silenciosa que quiere que Cataluña siga formando parte de
España ha de demostrar que existe realmente, pues en democracia de
poco vale una amplia superioridad numérica si se cede la iniciativa
política a una minoría activa, profusamente subvencionada y
firmemente dispuesta a agitar a las masas, como viene ocurriendo
desde hace más de un año en la sociedad catalana.
Los ciudadanos de Cataluña que quieren preservar su libertad en el
único marco constitucional que la hace posible tienen el deber
cívico de salir hoy a la calle, a manifestar con orgullo su
pertenencia a la nación Española y su negativa a que una minoría
radical les prive de sus derechos por métodos ilegales.
Por su parte, el Gobierno de España no puede seguir dejando de lado
a todos los catalanes que quieren seguir siendo españoles, actuando
con injustificable cobardía en sus referencias públicas a la
celebración del Día Nacional de España, como si defender con brío a
la nación española fuera un acto oprobioso por el que hubiera que
pedir perdón a los nacionalistas.
Hoy, las miradas de todos estarán muy pendientes de lo que ocurra en
las calles de Barcelona, escenario del que debe salir la certeza de
que esa mayoría silenciosa que quiere seguir siendo española a la
que aluden todos los estudios demoscópicos existe realmente y está
activa, a pesar las agresiones nacionalistas y la pusilanimidad del
Gobierno de la nación cuya Fiesta celebramos hoy.
Es el Sistema, imbécil
Mario Conde www.gaceta.es 12 Octubre 2014
“He conocido la banca, las relaciones entre las distintas
instituciones financieras, el poder real que el sector financiero
español ejerce sobre el tejido industrial, las relaciones entre el
mundo bancario y el poder político, las organizaciones empresariales
y sus líderes, los sindicatos y los suyos, el subsuelo de los medios
de comunicación social y muchas cosas más que, a mis cuarenta y
cinco años, constituyen un acervo de experiencia personal indudable,
que convierte estos años vividos, a pesar del enorme coste que han
tenido, en una magnífica inversión en el terreno humano y personal.
Pero sobre todo y por encima de todo, he aprendido, he vivido y he
sufrido el funcionamiento de un esquema de poder que sintetizo con
la expresión «el Sistema». Mi aproximación al mismo ha sido lenta,
constante, diaria, con multiplicidad de experiencias objetivas, de
análisis de las personas que lo integran, de los principios básicos
de su conducta, de sus ramificaciones profundas en distintos ámbitos
y de su funcionamiento acompasado, inexorable, con un manejo
adecuado de los tiempos y con una voluntad de supervivencia hasta
límites insospechados. Este libro es un intento de explicar estas
experiencias. Primero, en una formulación teórica más o menos
abstracta que permita comprender cómo se forma y funciona ese
Sistema”
Estas palabras están transcritas de la Introducción a mi libro “El
Sistema. Mi experiencia del poder” escrito y publicado —no sin
ciertas “incidencias”— en 1994. Con cierta frecuencia regreso a sus
páginas, y no por algún prurito de soberbia o sentimiento de
genética similar, sino, sencilla y llanamente, porque lo escrito
hace veinte años tiene desgraciadamente actualidad. Hoy, después de
vernos vapuleados por incontables casos de corrupción política, nos
sentimos asolados por lo ocurrido con las tarjetas opacas de Caja
Madrid. Es un episodio brutal. Pero que nadie se rasgue vestiduras.
El Sistema es ante todo un modo de entender el poder y las
relaciones de ese sistema de poder con la sociedad civil, en el que
unas cuantas personas se han considerados “dueños” –en sentido
estricto— del poder y sus derivadas, entre ellas, obviamente , la
utilización del dinero que desde la sociedad llega a las estructuras
de poder —variadas— que ellos controlan y dominan. Y a esa
conciencia de "propiedad" suman la constatación del dominio de los
mecanismos que les garantizan la "impunidad". Y esto que escribo hoy
ya lo dejé dicho en ese libro. Vuelvo a transcribir
Entiendo por «Sistema» un modo de organizarse las relaciones reales
de poder en el seno de la sociedad española. Insisto en el término
relaciones reales de poder, con el que pretendo referirme no al modo
teórico de organizarse un esquema de poder, sino al efectivo, al
auténticamente vivido, que sólo es deducible de manera empírica a
través del análisis y constatación de su comportamiento. Dicho quizá
de forma más clara: no importa sólo cómo se definen en un texto
constitucional las libertades formales de las que disponen los
grupos que constituyen una sociedad. Lo que realmente interesa
analizar es si en el ejercicio de esas libertades formales se
aprecia la existencia de factores que distorsionan el principio
formulado constitucionalmente.
¿Dónde situaríamos al Sistema? En mi opinión, su representación
gráfica sería un círculo secante del Estado y la sociedad, de tal
forma que absorbería la parte más importante de cada uno de ellos:
poder económico privado y mediático, por lo que respecta a la
sociedad, y poder político-económico, por lo que se refiere al
Estado. Como en ese esquema los partidos políticos seguirían siendo
un círculo secante al Estado, la alteración del poder en estos
últimos no afectaría para nada al Sistema.
¿Acaso hoy cabe albergar duda seria acerca de lo escrito? El expolio
de las cajas de ahorro, por ejemplo, es el mejor exponente de como
funciona el Sistema en su modos de entender el poder. Primero, en
base o con base en la pertenencia a los partidos políticos se
instalan en los consejos de Administración de esa parte tan esencial
del sistema financiero, que, además, ejecutaba una Obra Social de
cuya importancia nos daremos cuenta cuando sintamos los efectos de
su desaparición. Instalados en esos consejos, se sienten dueños, por
ser “representantes de la soberanía popular”, lo cual, visto lo
visto, se convierte en una broma dramática. A partir de ahí comienza
el festín. Y la sociedad española, embobada, absorta en otros
menesteres, controlada por los medios de comunicación social,
carente de personalidad propia, domesticada, con impenitente
vocación de súbdito, instalada en la mediocridad, acepta las
mentiras convertidas en consignas democráticas expelidas desde esos
centros.
Me di cuenta de todo esto y traté de sentar la bases para que, al
menos, la sociedad despertara y fuera consciente de que estaba
cometiendo el pecado de la comisión por omisión. Por eso escribí:
He tratado de razonar acerca del porqué del nacimiento de ese
Sistema que se superpone a los partidos políticos y que se convierte
en una estructura de poder autónoma, capaz de superar la alternancia
en el poder de distintos gobiernos. Ese es el dato importante. He
intentado desvelar las causas por las que surge. Nos hemos dotado a
nosotros mismos de un modelo democrático que ya nació viejo y que la
vitalidad de la propia sociedad civil ha envejecido mucho más.
Tomemos conciencia de esta realidad, porque, insisto, los modos de
pensar acaban traduciéndose en modos de comportamiento. Los
españoles tenemos la oportunidad de abordar el problema con
serenidad, pero sin dilatarlo excesivamente en el tiempo. Ha llegado
la hora de que la sociedad civil asuma su protagonismo. Es posible
que los políticos no quieran abordar este problema. Pero ello no nos
exime, en cuanto miembros de la sociedad civil, de manifestar su
existencia y de buscar los medios para solventarlo. Lo que ocurre es
que la experiencia dicta que este tipo de reformas siempre deben
hacerse desde arriba, desde el propio poder.
Veinte años… Lo he dicho mil veces: la esencia de la decadencia es
convertir a lo conveniente en la premisa mayor de toda conducta.
Nadie escucha lo que no le conviene. La verdad es inerte si tropieza
contra emociones e intereses. Por eso no nos rasguemos demasiado las
vestiduras. Lo que hoy vemos estaba denunciado y escrito hace veinte
años. Tenemos lo que hemos querido tener. Porque, entre otras cosas,
nadie ha estado dispuesto seriamente a luchar contra ese sistema de
poder. Quizás por miedo a su inmenso poder…Y lo que mas divertía a
los mediocres, miserables y estómagos agradecidos, era denunciar y
encarcelar al mensajero. Por eso hoy la cosas están como están. Por
eso ya nadie les cree, pero la sociedad sigue sin capacidad de
reacción y sucede que el voto de la indignación se desparrama en
torno a una plataforma populista, de doctrinas que en muchos casos
son solo el pasado del pasado, pero que es percibida nítidamente
como los únicos que sinceramente quieren el cambio de ese modo de
poder. Y eso parece primar sobre cualquier otra consideración. Lo
hemos provocado todos a base de cobardía encubierta en las
falsedades de la “ortodoxia”, que llevaba a muchos a esa miserable
actitud de mirar para otro lado. Claro que siendo sinceros, unos lo
han provocado muchos mas que otros. El desplome moral de la élites
ha acabado inundando a buena parte de la sociedad. Sobre ese asunto
estoy pergeñando un libro. Veremos si lo concluyo.
“Yo acuso” a los Bancos Centrales
Juan Laborda www.vozpopuli.com 12 Octubre 2014
La actual crisis sistémica lejos de haber concluido se está
reactivando. La evolución de los mercados financieros implica que
están aumentando exponencialmente las probabilidades del inicio de
una profunda recesión global, sino depresión, antes incluso de
haberse extinguido la actual. Nos referimos a la Segunda Fase de la
Gran Recesión, término que introdujimos desde estas líneas a finales
del 2013. La razón fundamental, más allá de la incompetencia
estructural de aquellos que diseñaron e implementaron las actuales
políticas económicas ortodoxas, es el instinto de clase.
La política económica implementada en la mayoría de las democracias
occidentales desde el inicio de la actual crisis sistémica se
diseñó, y continúa dibujándose, al margen de la defensa de los
intereses de la ciudadanía. Se empeña en reconstituir el sistema
existente con el objetivo último de favorecer de manera permanente a
la clase dominante, los más ricos, los intereses corporativos,
mientras que dejan a los ciudadanos, especialmente a los más pobres,
con una sensación de impotencia y desesperación política.
Bancos Centrales, burbujas y recesiones
En este diseño jugaron un papel primordial, y continúan apostando a
ello, los Bancos Centrales, en una triple faceta. En primer lugar
ejerciendo de bomberos pirómanos. Detrás del origen, expansión, y
estallido de todas y cada una de las burbujas o inflaciones de
activos globales que se produjeron desde 1998 se encuentran los
bancos centrales, con el agravante de que a cada inflación de
activos, cuando estallaba, le seguía otra todavía más perniciosa, de
manera que cuando ésta nueva explotaba el impacto macroeconómico
negativo se acrecentaba.
El segundo aspecto donde la actuación de los Bancos Centrales ha
sido más deplorable es en su labor de supervisión y guardián del
sistema bancario. La razón es evidente: al frente de la inmensa
mayoría de los bancos centrales se encuentran economista educados en
los principios neoclásicos. Por lo tanto, parten de un prejuicio
favorable respecto a los mecanismos de mercado, la libre empresa, y
el “laissez-faire”. Cuánto menos regulación y supervisión mejor. Ya
conocemos las terribles consecuencias, un sistema bancario
apalancado e insolvente.
Bancos Centrales, al servicio de la banca
No contentos con todo ello, los Bancos Centrales más relevantes
propugnaron rescates bancarios con dinero público, es decir, a costa
de los contribuyentes. En su labor de “independencia” siempre han
defendido a los acreedores, cuando las experiencias más exitosas,
especialmente el rescate bancario sueco de 1992 o islandés del 2008,
quienes lo pagaron básicamente fueron los acreedores. Eso sí
constantemente nos bombardean sobre la necesidad de reformas
estructurales, cuyo objetivo último es pagar las consecuencias de su
mala supervisión e intervención del sistema bancario
En su momento hicimos referencia a un magnífico artículo publicado
en el Irish Time, que adjunto de nuevo, donde Morgan Kelly, un
académico irlandés, detallaba las discusiones sobre el rescate
irlandés de finales de 2010. Frente al interés del Fondo Monetario
Internacional (FMI) de que hubiera quitas -magnifica visión de la
actual crisis económica y financiera del mal logrado Strauss Kahn-,
el BCE, y el hombre de Wall Street, Timothy Geithner, se opusieron.
Defendieron a los acreedores bancarios, y como dice el autor, lo que
realmente subyacía en el mensaje de Irlanda era lanzar un aviso a
España de no tocar a los acreedores.
La última inmundicia
Sin embargo, estos días, y para mi más profundo hartazgo, cabreo e
indignación ese mismo periódico, el Irish Time, en otra excelente
pieza que también adjunto, saca a relucir más inmundicia sobre cómo
se implementó el rescate de Irlanda. En un nuevo libro sobre el que
fuera ministro de finanzas en aquella época, y ya fallecido, Brian
Lenihan; el gobernador del Banco de Irlanda desde 2009, Patrick
Honohan, explica como el personal de la Troika y los funcionarios
del Banco Central Europeo amenazaron a Irlanda con la quiebra si el
gobierno trataba de realizar alguna quita a los acreedores bonistas
de los bancos quebrados.
Concretamente entregaron un ultimátum al señor Lenihan el 26 de
noviembre de 2010, y como explica el propio Honohan "por alguna
razón, esperaron hasta después de este enfrentamiento para
informarme de esta decisión, que al parecer había sido tomada en una
teleconferencia de muy alto nivel a la que no fue invitado ningún
representante irlandés."
El BCE y sus funcionaros, además de su incompetencia económica y
académica, actuaban en realidad como matones mafiosos, defendiendo
exclusivamente a los acreedores y a las élites bancarias. Sin
embargo, después de más de siete años de crisis, la banca europea,
debido a su ineptitud, continúa enferma. José Viñals, el español al
frente del Departamento del Mercado Monetario y de Capitales del FMI
que es quien elabora el Informe de Estabilidad Financiera del FMI,
lo dijo bien clarito hace unos días, “el 70% de los bancos de la
Eurozona carecen de músculo para dar crédito”. Si tengo razón y ya
se ha iniciado un ciclo de aversión al riesgo en los mercados
financieros, estos bancos serán completamente insolventes. Por eso,
yo acuso a los bancos centrales de incompetentes y actuar contra la
ciudadanía.
Jugar con fuego
Alejo Vidal-Quadras www.vozpopuli.com 12 Octubre 2014
La irrupción de Podemos en el panorama político nacional responde a
un fenómeno ya conocido en las democracias occidentales. Cuando un
sistema institucional entra en crisis, como sucedió en Italia con el
colapso de la I República o en Francia con el derrumbe de la IV, el
mapa de los partidos experimenta profundos cambios, formaciones
hasta entonces hegemónicas quedan reducidas a la marginalidad o
incluso desaparecen, y surgen nuevas opciones que alcanzan de pronto
espectaculares resultados electorales. Ningún partido queda igual en
estos grandes cataclismos sociales, que comportan amplios
corrimientos de la opinión con efectos decisivos en las urnas. La
crisis múltiple y devastadora que atraviesa España, que abarca la
economía, la unidad nacional y la moral colectiva, sometiendo al
país a un fallo multiorgánico que lo tiene descoyuntado y postrado,
también está provocando este tipo de acontecimientos, aunque en
nuestro caso a un ritmo de cámara lenta, y vemos con alarma y
asombro como los dos principales actores de nuestra vida pública, PP
y PSOE, sufren un declive notable, aparecen ofertas desconocidas
hace pocos años, como UPyD y Ciudadanos, y, más recientemente, la
aproximación a la Tierra de ese cometa parlamentario que es Pablo
Iglesias y su propuesta de corte colectivista-castrista-chavista.
El auge del separatismo catalán es consecuencia de la pertinacia
agresiva de los nacionalistas, pero también en igual o superior
medida, de la irresponsabilidad, la pusilanimidad, la debilidad
ideológica y el oportunismo de los dos grandes partidos nacionales a
lo largo de tres décadas. Los errores se pagan y la desatada pulsión
centrífuga que hoy amenaza desde Barcelona con destruir una Nación
de la envergadura histórica de la nuestra, ha sido alimentada desde
Madrid por la permisividad, la miopía y la cobardía de los sucesivos
líderes, tanto del centro-derecha como del centro-izquierda, desde
el momento mismo de la Transición. Ahora, el Gobierno de Rajoy se
dispone a cometer otra equivocación gravísima respecto al peligro
que para nuestro bienestar material y nuestras libertades civiles
representa el marxismo revolucionario de Podemos. Su estrategia
consiste, como es fácil observar, en alimentar ese monstruo dándole
toda la cancha posible en los medios, para movilizar en las próximas
elecciones el voto del miedo y conseguir que las capas medias y
moderadas del electorado, asqueadas de la incompetencia, la
corrupción y la presión fiscal reinantes, vuelvan pese a todo a
apoyar al PP movidas por el temor a la ruina y al totalitarismo que
puede traer un partido como Podemos si alcanza el poder. De la misma
forma que la contemporización con el nacionalismo nos ha arrastrado
hasta el borde de la disgregación nacional, este juego con el fuego
de Podemos entraña el riego de sumir al país en el caos y la
bancarrota. Sólo una sólida coalición electoral de Ciudadanos y UPyD
en torno a un programa común de regeneración institucional y de
reforma competitiva de nuestro modelo productivo podría frenar el
desastre que apunta en el horizonte. Ojalá sus dirigentes sepan
comportarse con la altura de miras, el patriotismo y la inteligencia
de la que han carecido los hasta hoy supuestos pilares de nuestra
democracia.
Aquellos salvapatrias que saquearon España
Carlos Sánchez El Confidencial 12 Octubre 2014
A Margaret Thatcher se le atribuye una frase ingeniosa muy repetida
en los años 80: “Ser poderoso” -sostenía- es como ser una dama: si
tienes que decir que lo eres es que no lo eres".
A la política española le pasa lo mismo. Tiene tan poca credibilidad
que si hoy el presidente del Gobierno dijera que España es un país
situado al sur de Francia, nadie le creería. Sin duda, por los
errores y desmanes cometidos en los últimos años, en los que el
sistema político no ha sabido entender que una corriente de fondo
-que empuja necesariamente el cambio- se movía por debajo de sus
escaños. En su lugar, antes el PSOE y ahora el PP, optaron por
encerrarse en su propia precariedad. Y lo que es todavía peor, en la
indigencia intelectual y en la soberbia.
La consecuencia, como no podía ser de otra manera, es una
degradación general de las instituciones, como se ha puesto de
manifiesto en la crisis del ébola. El problema no es que Ana Mato
sea una calamidad. O que el presidente y la vicepresidenta se hayan
puesto de perfil en los primeros días de la crisis. O que se haya
producido una cadena de despropósitos que tiene más que ver con la
molicie y la improvisación que con la profesionalidad de quienes han
participado en un sainete trágico. El problema es el descrédito
general de la clase política, desnuda de toda autoridad ante los
ciudadanos.
Nadie cree lo que diga un ministro ni mucho menos un ridículo
consejero de Sanidad que asegura ser médico, pero que lleva 30 años
viviendo de la cosa pública (fue durante seis años, seis, consejero
de Telemadrid). Nadie se cree nada. Ni siquiera lo que digan esos
humildes parlamentarios o concejales -que los hay- que hacen bien su
trabajo con honestidad y decencia. Una vez más, la vieja dicotomía
entre poder (vinculado al ejercicio de la fuerza) y autoridad (una
cuestión de legitimidad).
Hoy el problema de España es que ha desaparecido el prestigio de la
política. La autoridad en el sentido clásico del término. En
palabras de Jovellanos, España sigue siendo una nación sin cabeza.
La desconfianza, obviamente, tiene que ver con la corrupción y la
ineptitud, que al unísono han acabado por liquidar toda comunicación
-salvo algunas excepciones- entre los políticos y sus representados.
Hoy un político -da igual el escalafón- es un bulto sospechoso que
en ocasiones, ni siquiera, puede acudir a un restaurante por miedo a
ser increpado o agredido. Nadie -o casi nadie- se salva de la quema.
Y es que el sistema surgido de la Transición es, en realidad, lo que
está en entredicho. Y casos como el del exdirigente minero José
Ángel Fernández Villa son sólo un episodio más en la tragedia de
corrupción que vive España.
La caída a los infiernos
La corrupción, sin embargo, no tiene que ver sólo con la
cleptocracia modelo Caja Madrid, sino, sobre todo, con la
utilización de la mentira como instrumento de la acción política.
Hay, en este sentido, un tramo de la vida de Fernández Villa
verdaderamente singular que resume la caída a los infiernos de
aquellos que algún día se presentaron como salvadores de la patria y
que en realidad son vulgares saqueadores de la cosa pública
atrapados por su propia impostura.
El exboxeador asturiano José Ramón Gómez Fouz -fue campeón de
Europa- documentó en un libro el papel desempeñado por el capo de
los mineros como confidente de la policía franquista en los años más
negros de la represión. Gómez Fouz, hijo de un policía, pudo
acreditar en su libro Clandestinos que Fernández Villa había sido
confidente de Claudio Ramos, el siniestro jefe de la Brigada
Político Social de Asturias. Nunca nadie dijo que aquella
información fuera incierta, ni el propio interesado.
Fernández Villa no es, por supuesto, el único que ha construido un
discurso sobre la mentira. El propio José Antonio Moral Santín -el
cooperador necesario para el saqueo de Caja Madrid como principal
apoyo de Blesa- justificaba a comienzos de los años 80 el golpe de
Estado de Jaruzelski en Polonia con un argumento demoledor: ‘No se
pueden supeditar ni la moral ni las convicciones a la realpolitik’.
Con razón, posteriormente, se hizo prosoviético -si algún día dejó
de serlo- a las órdenes de Ignacio Gallego. De ahí, sin solución de
continuidad, a la vicepresidencia de Caja Madrid de la mano del
Partido Popular y de CCOO, con quien pactó el asalto al poder de la
caja de ahorros. Fernández Villa o Moral Santín no son más que
vulgares usurpadores de la democracia.
Sin embargo, a veces, de forma injusta, se culpa a la propia
democracia de amparar a los corruptos, pero son éstos en realidad
quienes emponzoñan la vida política. Y sólo cuando tanta basura se
convierte en estructural se puede hablar de un problema sistémico.
Pero la culpa no la tiene la democracia, sino quienes la pisotean
con comportamientos deleznables a partir de la peor de las
corrupciones, la corrupción intelectual basada en la mentira. Y
muchos de quienes hoy se llenan la boca de democracia no son más que
farsantes.
Pese a ello, nunca hay que olvidar aquel viejo latinajo que se
estudiaba en las facultades de derecho: Societas delinquire non
potest. O lo que es lo mismo, las sociedades no pueden delinquir,
son las personas.
Democracia burguesa
Hay, en este sentido, un texto del economista Vicenç Navarro escrito
en los años 80 en el que el ahora ideólogo económico de Podemos
recelaba de los sistemas públicos de salud -ponía como ejemplo el
modelo británico- porque, en su opinión, suponían un aparato de
legitimación de la burguesía y del propio Estado. En un párrafo
impagable escrito en la revista Mientras Tanto, incluso, cuestionaba
el valor de la democracia. “Considerar las luchas parlamentarias
como el foco básico de la transformación”, sostenía, “es algo ya de
por sí contraproducente”. Y para remachar su idea aseguraba Navarro
que “medir el poder político fundamentalmente en base a los votos o
escaños obtenidos en el parlamento, significa no comprender la
naturaleza del poder”. Ni qué decir tiene que Navarro defendía la
superioridad de la dictadura del proletariado frente a la democracia
burguesa.
Fernández Villa, Moral Santín o Vicenç Navarro -en el lado de la
izquierda- no son más que la trágica caricatura de una democracia
agujereada de demócratas, lo que explica el hartazgo de la opinión
pública ante tanta inmundicia. Y cuyo comportamiento no difiere
mucho de esos falsos liberales que asaltan sin pudor el poder
envalentonados por su sintonía con el Partido Popular. Hijos de esa
podredumbre que ha amamantado con primor Esperanza Aguirre durante
años.
¿O es que la Comunidad de Madrid no tiene ninguna responsabilidad en
el saqueo de Caja Madrid? O en el ‘caso Gurtel’. O en la ruina de
Telemadrid. O en la colocación de advenedizos en puestos clave de la
Administración (la propia Aguirre puso a su secretaria como miembro
del comité de auditoría de BFA/Bankia sin tener repajolera idea). O
es que no es corrupción intelectual nombrar como presidente de RTVE
a alguien que ha cobrado del PP mientras trabajaba en ABC como
cronista parlamentario. Sin duda que la degradación de las ideas es
la peor de las corrupciones y el origen del descalabro.
No es un problema económico. Ni siquiera legal, como quieren hacer
creer los ventajistas. Es, sobre todo, moral. O ético. Y cuando
Aristóteles inventó el concepto de corrupción tomándolo de la
biología -los serios vivos tienden a corromperse- lo que hacía era
advertir que el poder arrastra necesariamente a la putrefacción de
los sistema políticos si no hay autoridad. Pero ésta, ni está ni se
la espera.
España, capital Barcelona
Manuel Romero La Voz Libre 12 Octubre 2014
Periodista y director de La Voz Libre
La celebración ciudadana y popular del 12 de Octubre en Barcelona,
que surgió en 2012 en las redes sociales por iniciativa de un
pequeño grupo de catalanes, es, sin embargo, un desenlace lógico del
devenir histórico que se desencadenó cuando Cristóbal Colón regresó
de la Indias tras el Descubrimiento, arribó a Palos de Moguer
(Huelva), pasó unos días en Sevilla y viajó a continuación a
Barcelona para ser recibido por los reyes Isabel y Fernando. En la
Ciudad Condal, en abril de 1493, relató el periplo, mostró los
nativos que trajo consigo y, en mayo, fue nombrado Capitán General
de la segunda flota de las Indias. Barcelona fue el escenario del
encuentro de Colón con los reyes que le habían encomendado y
financiado la misión, la ciudad que celebró su hazaña y el lugar
donde recibió la confirmación para emprender sucesivos viajes.
Barcelona adquirió, de esta forma, el protagonismo del
Descubrimiento, que se manifestó en el espectacular monumento
erigido en 1888 a la memoria de Colón y en los numerosos estudios
que sobre su figura allí se escribieron. Barcelona, con Palos de
Moguer y Sevilla, conforman la ruta colombina tras el
Descubrimiento, en un territorio y con una corona unificada por el
matrimonio de Isabel y Fernando, cuyas reminiscencias se manifiestan
este 2014, pese a los movimientos disgregadores que nacen con la
tergiversación de la Historia que realiza la casta política en el
poder en Cataluña desde hace 40 años.
Barcelona, por su protagonismo histórico, por su ubicación
geográfica junto al mar y su empuje económico, es la capital
espiritual de España. Los Reyes Católicos así lo pusieron de
manifiesto en 1493. Toledo, Valladolid, Madrid fueron convirtiéndose
en sedes de la corte y, naturalmente, alcanzaron su esplendor. Pero
la Ciudad Condal fue ganándoselo a pulso.
Barcelona es hoy la Amstedam, el Sidney o el Toronto de España. Sin
ser capitales de sus países, muchas ciudades se han encumbrado por
mérito propio. Fuera de España, Barcelona suena más que Madrid, gran
parte del mundo la cree y la considera capital del país. Pasqual
Maragall, su alcalde entre 1982 y 1997, así lo vio en el periodo
posterior a la celebración de los Juegos Olímpicos de 1992. Trató en
vano de que el presidente del gobierno Felipe González, socialista
como él, trasladara a Barcelona algunas de las instituciones del
Estado que residían en Madrid, como el Comité Olímpico Español.
Aquella demanda de la “España periférica”, como Maragall denominó el
movimiento que puso en marcha de ciudad en ciudad, al paso de la
llama olímpica por España, no fue escuchada. Sonó mucho más la
iniciativa de su rival político, el entonces presidente de la
Generalitat, Jordi Pujol, que se encargó de enfatizar el lema
‘Catalonia is not Spain’, utilizando incluso a sus hijos como
pancartistas. La disgregación fue ganando a la unión.
Y ahora vuelve a ser la hora de que en Barcelona resurjan las voces
que reclamen para la ciudad la co capitalidad del Estado del que
forma parte. Barcelona no sólo es esencia de España, debe asumir
formalmente su liderazgo para no convertirse en cabeza de ratón de
un micro Estado que reclaman las fuerzas localistas.
El acto de este 12 de Octubre de 2014 en Barcelona no debe tener
como objetivo único frenar el aislamiento al que quieren llevar a la
ciudad en la que Colón y los reyes Isabel y Fernando anunciaron al
mundo que una nueva potencia surgía en Europa, sino a impulsar el
proyecto que ha de reclamar el reconocimiento de toda España para
afrontar un nuevo estatus como co capital del país del que forma
parte desde siglos. Cataluña y Barcelona no necesitan un ‘encaje’ en
España… porque son España. España necesita encajar que Barcelona es
en la práctica su capital en la sombra.
Fernández Villa y el pañuelín coloraduco al
pescuezo
Jesús Cacho www.vozpopuli.com
12 Octubre 2014
Villa era en Asturias mucho más que un líder sindical, era un hombre
de inmenso poder, como Jordi Pujol, ambos arrastrados por el fango
de la avaricia, en un una país sumido en escándalos, donde todo
rumor tiene acogida y es incapaz de un minuto de reflexión, de
jerarquizar entre perro y humano, entre el bien y el mal, entre el
relato ajustado de los hechos y cualquiera de las barabaridades que
estos días han visto la luz.
Todos los años, al despuntar septiembre, las huestes del PSOE y del
SOMA-UGT se reúnen en la campa de Rodiezmo (León) en una fiesta
minera que incluye puestos de ajos, bollos preñaos, mucha sidra y
alguna que otra gaita. Por las verdes praderas de la villa leonesa
han desfilado González, Rubalcaba, Zapatero, Méndez, Guerra, el
polémico Guerra, guardián de las esencias Guerra, porque de eso iba
la cosa, de arenga, de universo minero, primavera de guerra de los
trabajadores, y sí, por allí pasaban los presidentes del Gobierno
del PSOE, gentes todas contingentes, pasajeras como un viento de
otoño, porque el inmutable era él, Ángel Fernández Villa siempre
estaba allí, el histórico líder de la minería asturiana presidía año
tras año el festejo como una institución, él era el SOMA, él la UGT
en estado puro, y allí, pañuelín coloraduco al pescuezo, lanzaba su
mitin y puño en alto invitaba a la Internacional, arriba parias de
la gloria, y qué pensaría entonces este hombre hoy de 81 años y
enfermo, qué pensaba mientras con una mano arengaba y con la otra
arramplaba, 1,4 millones de euros, 240 millones de pesetas, dinero
que ocultó y regularizó con la amnistía fiscal de Montoro, ¿y en qué
pensaría Villa, digo, mientras predicaba y afanaba frente a los
fieles mineros presentes, frente a la famélica legión de los
ausentes, los miles de mineros enfermos, mutilados y muertos por el
grisú que se tragó la historia?
En este 2014, émulo envidioso de aquel 1914 que llenó de sangre las
campas europeas del atroz siglo XX, el escándalo de los fondos
suizos del líder minero ha sido la guinda que ha colmado el vaso de
los infortunios españoles. Ahora ya sí podemos tasar en 2014 el
final del periodo histórico que comenzó con la entrada en vigor de
la Constitución del 78. Hasta aquí llegó la riada de la Transición.
La abdicación de Juan Carlos I, la muerte de Suárez, la crisis,
siempre la crisis y el martilleo del paro, el desafío secesionista
catalán, el final del bipartidismo, la aparición estelar de Podemos,
el pánico al Ébola y la corrupción, el robo consentido anegándolo
todo, Bárcenas en Soto del Real, los ERES andaluces y el caso Pujol,
el escándalo del padre de la patria catalana que acumuló y escondió
una gran fortuna en el exterior, por no hablar del espantajo de las
tarjetas opacas, más bien grises, negras como el carbón del SOMA, de
esos casi 90 tipos que en Caja Madrid hicieron y deshicieron a su
antojo, porque enriquecerse en España ha sido cosa de estar en el
sitio adecuado en el momento oportuno, ni un hombre justo en el
bosque de los bandidos, de modo que hoy nos ahoga la sensación, la
mortificada intuición de que aquí no ha robado quien no ha podido, y
de que España es una letrina, una gran riera por donde circulan las
aguas fecales de una sociedad que entronizó al Dios dinero en el
altar de los sueños y a él sacrificó esa serie de valores que
durante siglos caracterizó a la pobre, sacrificada, mísera,
atrabiliaria incluso, pero espartana España.
Villa era en Asturias mucho más que un líder sindical y el SOMA
bastante más que un sindicato minero. Hombre de inmenso poder en el
partido, las instituciones, las empresas y los bancos durante
décadas, Villa hacía y deshacía en el Principado, recibía los fondos
mineros y los administraba, negociaba con la derecha cuando
gobernaba la derecha, y dirigía a la izquierda cuando lo hacia la
izquierda. Un tipo también temido. De “patriarca de Asturias,
alcaldón de las cuencas mineras y padrino político del actual
Presidente de Asturias, Javier Fernández”, lo definía estos días un
diario gijonés. El paralelismo con el caso de Jordi Pujol es más que
evidente. Como el mazazo que en Cataluña y Asturias ha supuesto ver
el liderazgo de ambos personajes arrastrado por el fango de la puta
avaricia, esa codicia sobre cuyos efectos el gran Gracián ya
advirtió de forma reiterada. Cuando se cumple el 80 aniversario de
la Revolución del 34, la Asturias dinamitera ha saltado por los
aires con esa pasta que, sisada a los fondos mineros, el gran Villa
iba colocando a buen recaudo cual helvética hormiguita.
Como ya ocurriera con Pujol y Banca Catalana, también en este caso
existían indicios más que sobrados que apuntaban a que no era oro
todo lo que relucía en el sindicalista astur. En 2007, el ex
vicesecretario general del SOMA-UGT, Laudelino Campelo, se sentó en
el banquillo acusado de un delito de cohecho por el presunto intento
de extorsión a unos promotores que pujaban por construir un centro
comercial en Langreo, villa en la que el citado oficiaba como
portavoz del PSOE cuando ocurrieron los hechos. Campelo habría
pedido 200 millones a los dueños de Codema-Leclerc por adjudicarles
el concurso para la construcción del centro. Durante el juicio, el
acusado no se mordió la lengua: “siempre mantuve al jefe informado
de todo”. Lo mismo afirmaron otros testigos. El “jefe” era,
naturalmente, Fernández Villa. Campelo fue absuelto y una espesa
cortina de silencio cayó sobre el caso. El jefe de Asturias dirigía
ya los destinos del Principado ataviado con el pañuelín coloraduco
de Rodiezmo mientras afanaba de los fondos mineros, del mismo modo
que el jefe de Cataluña hacía su fortuna parapetado tras la senyera
y el discurso del “fer país”. A última hora, con la edad vencida,
ambos jefes han terminado asomados al escándalo de dos vidas
avergonzadas, destruidas por el infinita pasión del dinero.
Exaltación de la avaricia sin parangón conocido
En el turbión de escándalos que asola a un país bajo mínimos, el
caso del monarca minero ha sido para muchos la gota que ha colmado
el vaso, la definitiva constatación, por si alguna duda quedara, de
que aquí no se salva nadie, aquí no se ha librado ni Dios, todo el
mundo ha picado, todos han caído en el pozo sin fondo de la avaricia
(“Chupa la sangre del pobrecillo el ricazo de rapiña”, que decía
Quevedo), como se ha encargado de demostrar esa obscena relación de
prohombres de Caja Madrid que, no contentos con sueldos, bonus y
otras suculentas gabelas, disponían de una tarjeta de representación
de la que tiraban incluso para sacar del cajero dinero en metálico,
como si lo suyo no fuera bastante, exaltación de la avaricia sin
parangón conocido, que permite especular con un comportamiento que
devino en norma en ese ejercito derrotado de Cajas de Ahorro que ha
sido necesario rescatar con más de 62.000 millones, de momento, de
dinero público.
Desasosiego. España en un sobresalto. Espectáculo de país
desamparado, aterido ahora bajo la amenaza del ébola. País donde
todo rumor tiene acogida, todo exabrupto su casa, toda barbaridad su
canal de expresión. Sindicalistas de gesto crispado tienen estos
días su minuto de gloria ante miles de micrófonos, y todo son
declaraciones explosivas, acusaciones con dinamita, datos alarmados
y alarmistas (la portavoz de un sindicato de enfermeras anunció el
jueves noche ante un racimo de micrófonos que la infectada había
sido entubada). Flota en el aire una vocación de crispar el
ambiente, un deseo de incendiarlo todo, porque nadie va a pedir
responsabilidades, ninguna barbaridad va a pasar factura, nadie con
mando en plaza va a mandar aparar y exigir un minuto de reflexión a
un personal que se lo cree todo, que todo lo teme, sociedad
desarmada, incapaz de jerarquizar entre perro y humano, que no está
dispuesta a asumir ningún sacrificio, ninguna responsabilidad, que
rechaza el rigor que toda persona en sus cabales se impone a la hora
de intentar discriminar entre el trigo y la paja, entre el bien y el
mal, entre la buena y la mala información, entre el relato ajustado
de los hechos y cualquiera de las barbaridades que estos días han
visto la luz.
Una sociedad enferma que, castigada como viene por todo tipo de
escándalos, primero se mira perpleja cuando estalla la bomba Ébola,
y enseguida eleva el lamento del ¿cómo ha podido pasarnos esta
desgracia? ¿Qué hemos hecho nosotros para merecer esto?, y de
inmediato se entrega a ese vicio tan hispano de la flagelación, la
autocompasión, ¡país de mierda!, el canto a la fatalidad, el
regocijo en la miseria, el sentimiento trágico de la vida que relató
Unamuno (“La vida es tragedia”), el pesimismo antropológico español,
el triunfo de esa mediocridad en la que tantos se sienten tan a
gusto. Es un regodeo en la tristeza, un “buscar consuelo en el
desconsuelo” (de nuevo Unamuno), una holganza en el pesimismo que
recuerda episodios como el del 98, pero sin la grandeza de los
protagonistas de entonces, sin el vuelo intelectual de aquellos que
cantaron los males de la patria, porque esta sociedad acomodada en
el hedonismo, apoyada en el quicio del buenismo, está tan desarmada
moral e intelectualmente que cualquier demagogia echa en ella
raíces. Sociedad sin referentes. País sin tregua que camina con la
lengua fuera de desgracia en desgracia, incapaz de discriminar y
pararse a pensar. País en desbandada.
El futuro no puede esperar
Y a la intemperie, sin elites de ningún tipo. Territorio del sálvese
quien pueda. Porque nada de lo que está sucediendo hubiera ocurrido
si, en el caso del Ébola, el Gobierno hubiera sido capaz de
establecer un relato coherente y fiable de la situación, una
portavocía dispuesta un par de veces al día a dar cuenta cabal de lo
que está ocurriendo. Ocurre que para hacer realidad tal deseo
hubiera sido necesario tener al frente del ministerio del ramo a una
persona con un nivel de preparación adecuado, no a una señora que a
su incompetencia une una cobardía sin límites que le ha llevado
sencillamente a esconderse para no tener que dar la cara. Pagamos el
precio del empobrecimiento de nuestras elites políticas, tomadas al
asalto por una gente muy menor, muy pedestre, inculta incluso y en
general ligada al jefe por una mera relación de vasallaje, de suerte
que la mediocridad más atroz se ha hecho fuerte en las alturas del
poder. El daño de imagen para el Gobierno es grande. La
vicepresidenta Soraya la quiere sencillamente fumigar, nunca mejor
dicho, lo mismo que buena parte del colegio ministerial, pero todos
callan de puertas afuera porque la Mato es la protegida del jefe,
siempre el jefe, el eterno jefe español señor de vidas y haciendas.
El Gobierno ha tardado 5 días en reaccionar. Para ello ha necesitado
sentir en el cogote el aliento de otro Prestige, un fantasma que se
han encargado de agitar tipos como Llamazares y cuyo recuerdo
electoral les mueve a espanto. Con el otro fantasma, el de Cataluña
y su 9-N a la vuelta de la esquina, España acaba de vivir una de las
semanas más bajas de tono de su reciente historia, semana para la
histeria, semana de ruido y furia, de miedo, de miseria colectiva.
Ébolas al margen, es importante, con todo, tener presente que el
turbión del momento es consecuencia de los males incubados por la
sociedad española durante los años del boom, males que ahora afloran
en torbellino, porque prestaríamos un pobre servicio al país si
olvidáramos esta circunstancia y nos dejáramos llevar por ese
fatalismo, ese sentimiento trágico de quien todo lo ve negro y no
encuentra salida. Aquí no vamos a entrar en ese juego macabro. No
vamos a contribuir al nihilista sentimiento del todo está perdido.
España tiene remedio y los millones de españoles honrados que ansían
un país mejor tienen derecho a exigirlo con todas sus fuerzas. La
Transición definitivamente ha muerto y es preciso abrir un nuevo
periodo histórico. Está por ver quién oficiará de partera de ese
futuro incierto. Pero si, avejentadas y envilecidas, las elites
actuales renuncian a la tarea, otras fuerzas lo harán con fórmulas
mucho más radicales y tal vez más dolorosas. “Y es de la
desesperación y sólo de ella de donde nace la esperanza heroica, la
esperanza absurda, la esperanza loca” (Unamuno). El futuro no puede
esperar.
"Todo avance es posible"
Rajoy celebra el Día la Hispanidad con un
artículo en catalán en 'Elpaís.cat'
El presidente colma de elogios a Elpaís.cat y afirma que "todo
avance es posible" dentro de "la legalidad". No menciona la
Constitución.
Libertad Digital 12 Octubre 2014
Después de que Soraya Sáenz de Santamaría acompañara a Juan Luis
Cebrián en el lanzamiento de El País.cat en Barcelona, ahora es
Mariano Rajoy quien promociona la página recién creada con un
artículo en catalán publicado justo en el Día de la Hispanidad.
Prácticamente la mitad del artículo, titulado Los puentes del
diálogo, está dedicada a elogiar la página en catalán del diario de
Prisa y justificar su creación en pleno desafío separatista. Rajoy
califica de "excelente noticia para la lengua catalana" y "para
todos" su nacimiento y afirma que constata un "patrimonio vivo”, en
alusión al catalán, que “a todos nos enorgullece”. Añade que el
proyecto “encarna del modo más práctico las energías positivas de
nuestra España plural”: “A nadie le puede extrañar, en efecto, un
hecho perfectamente lógico: que un medio de comunicación con
vocación nacional tenga una edición en una lengua hablada por
millones de españoles y valorada y querida como propia por todos los
demás", dice.
El presidente también se felicita por el hecho de que pueda
dirigirse "a los catalanes en la lengua catalana y a través de un
medio catalán" en un "día tan simbólico" como el 12 de octubre. Es,
dice, "la proyección natural" de los valores de una sociedad
"abierta como la española" que, a su juicio, ha interiorizado “la
comprensión y el amor por las razones y las lenguas diversas de sus
ciudadanos".
Rajoy define a España como "país coral", país "unido como no
uniforme" y “suma de identidades compartidas”, entre otras, e
insiste en halagar el proyecto de Cebrián. A su juicio, "enriquece
el panorama mediático catalán" y da "cauce al pluralismo
consustancial a la sociedad catalana". “Estoy seguro de que este
medio contribuirá a llevar a los hogares catalanes un mensaje muy
claro: el del aprecio, tan hondo, del conjunto de los españoles”,
añade el presidente.
Tras definir de esta forma "la razón cívica que late en el mejor
periodismo", el presidente pasa a defender, citando a Espriu, la
necesidad de "asegurar la firmeza de los puentes del diálogo” con
Cataluña. Pide “abandonar imposiciones y órdagos”, buscar
“soluciones realistas” y “atender a un signo de los tiempos que pasa
por más y mejor integración”.
El presidente, que no alude en ningún momento a la Constitución,
llama a "impulsar el espíritu de moderación", “mostrar
predisposición al entendimiento y ser todos capaces de
compatibilizar los gestos de generosidad y de lealtad”.
Rajoy proclama que su Gobierno está "dispuesto" a todo esto y afirma
que "todo avance es posible y todo cambio a mejor es susceptible de
debate dentro del marco seguro que nos ofrece la legalidad". "El
camino de la concordia es el diálogo y la ley”, insiste después. El
resto del artículo está dedicado a insistir en la misma idea: con
menciones genéricas a la “ley”, el presidente habla de la necesidad
de “crecer en tolerancia y apertura”, de “diversidad” y de un
proyecto de España “revitalizado y abierto, ilusionante y generoso”.
Deja para el final la felicitación a los hispanoamericanos, con
alusión a los que viven en España, ejemplo, dice, de los vínculos y
"lazos" formados gracias a la "generosidad de todos".
Una pica en Flandes contra la inmersión
Se celebra en el Parlamento Europeo el acto '¿Hay discriminación
lingüística en Cataluña?' con las ponencias de especialistas en
diversos campos sobre la cuestión. Es uno de los primeros pasos
realizados para explicar a nivel internacional como en el seno de la
Unión Europea se vulneran los derechos lingüísticos de los
estudiantes.
UPyD y Ciudadanos denuncian juntos en Bruselas la discriminación de
los castellanohablantes en Cataluña
Sonia Sierra www.cronicaglobal.com 10 Octubre 2014
El pasado martes 7 de octubre tuvo lugar en el Parlamento Europeo un
acto de gran importancia no solo por ser el primero que organizan de
forma conjunta UPyD y C’s –como toda la prensa ha destacado- sino
también porque por primera vez se ha dado voz de forma institucional
a personas contrarias a la mal llamada inmersión lingüística (los
alumnos catalanohablantes no reciben inmersión sino una educación
monolingüe en su lengua materna).
La rueda de prensa despertó un gran interés y se alargó una hora
cuando lo habitual en estos casos es que dure entre 15 y 30 minutos.
En ella, los eurodiputados Fernando Maura (UPyD) y Maite
Pagazaurtundua (UPyD) y Javier Nart (C’s), a los que tuve el honor
de acompañar, pudimos expresar nuestros puntos de vista sobre el
tema y contestar a las preguntas que se nos hicieron. Al acabar, la
corresponsal francesa Odile Harvey, que había preguntado sorprendida
si el modelo que habíamos descrito (cero horas de español a la
semana en educación infantil, dos en primaria y tres en secundaria)
era la única opción posible, se me acercó y me dijo que si en
Cataluña no se conocían los buenos resultados del sistema de la
enseñanzas de lenguas en Luxemburgo y en las Escuelas Europeas. Yo
le contesté que sí y que, casualmente, ese era justo el modelo que
escogían los dirigentes de la Generalidad para sus vástagos. No cabe
duda de que la inmersión lingüística catalana es un modelo de éxito
pero para los hijos de los otros.
Celebración del acto ‘Hay discriminación lingüística en Cataluña?”
Un par de horas más tarde, a las 18h, tuvo lugar el acto “¿Hay
discriminación lingüística en Cataluña?” con una serie de ponencias
que analizaban el tema desde diferentes puntos de vista: la de
Severo Bueno, desde el Derecho; la de Enric Martínez desde la
sociología; la de la catedrática de inglés y colaboradora de Crónica
Global Mercè Vilarrubias (que tuvo que ser leída por el también
catedrático de inglés Carlos Silva, ya que un percance de última
hora le impidió asistir a Bruselas) desde el educativo y,
especialmente, sobre la dificultad de conseguir dominar el registro
culto del español con el actual sistema catalán; la de Ana Losada
como madre y portavoz de la Asamblea de Escuelas por el Bilingüismo
y la mía, en la que intentaba demostrar como la inmersión
lingüística es, sobre todo, una inmersión ideológica.
Tras las ponencias, se abrió una rueda de interesantes
intervenciones entre las que destacaría la de la doctora en Derecho
Constitucional Eva-Maria Poptcheva explicando que si bien el catalán
es una lengua minoritaria en cuanto a número de hablantes, no puede
ser considerada una lengua minoritaria desde el punto de vista
jurídico porque es la lengua cooficial de varias regiones de España
y tiene una enorme presencia en la Administración y el sistema
educativo. Las ponencias se realizaron en español, catalán e inglés
y fueron un auténtico alegato a favor del multilingüismo y de que se
pusiera el interés de los alumnos en el centro del debate y la
lengua deje de ser un instrumento en manos de los nacionalistas.
Primer paso internacional realizado con éxito
Tanto la rueda de prensa como el acto en sí suscitaron bastante
interés y algunas personas mostraron su perplejidad ante las
informaciones que allí se dieron lo cual resulta lógico si tenemos
en cuenta que estábamos en el seno de la Unión Europea denunciando
que en una de sus regiones más de la mitad de la población se ve
privada de su derecho a recibir educación en su lengua materna que,
además, es la oficial del país o que en ese mismo lugar se aplica un
modelo educativo anticonstitucional y no se respetan las sentencias
que, una y otra vez, se han fallado contra la Generalidad.
Fue realmente enriquecedor poder participar en un acto sobre la
inmersión lingüística con argumentos razonados, todo ellos
sustentados en datos y, sobre todo, poder hablar del tema sin que
nadie te insultara ni te acusara de querer acabar con el catalán o
de ser franquista. Si creen que exagero con lo que digo, echen un
vistazo a los comentarios a los comentarios bajo los pocos artículos
que se escriben cuestionando la inmersión lingüística.
Ahora cabe esperar que este primer acto en Europa para explicar como
es realmente el sistema educativo catalán y sus más que
cuestionables resultados sea un primer paso para empezar a desmontar
para siempre los mantras que llevamos casi tres décadas escuchando
por parte de CiU, PSC, ICV y ERC. Y es que, de entrada, resulta
bastante increíble que con dos o tres horas a la semana, se consiga
un mejor nivel de español que en el resto de España, que la
inmersión lingüística sea el único sistema capaz de garantizar la
cohesión social o que sea un “modelo de éxito” cuando se tienen
cifras alarmantes de fracaso y abandono escolar temprano. Solo es
cuestión de ir haciendo oír nuestra voz porque, hasta ahora, solo se
había escuchado la de ellos.
******************* Sección "bilingüe"
***********************
Consultas populares o caprichos personales
Antonio Alarcó www.gaceta.es 12 Octubre 2014
Aún seguimos inmersos en el delirante, por ilegal, desafío
soberanista que Artur Mas lanzara hace una semana y que se sumara en
lo estrafalario el Gobierno de Canarias (CC PSOE) presidido por
Paulino Rivero. Lo calificamos así por el hecho de que a nadie se le
escapa que, entre las muchas funciones de un presidente autonómico,
está la obediencia a las Leyes y el respeto a la Constitución y
esto, en el caso del señor Mas y Rivero, no se cumple. Se olvida que
son representantes del Estado en sus Comunidades autónomas y su
legitimidad le viene, fundamentalmente, de la Constitución.
Tanto es así que el presidente de la Generalitat ha llamado
abiertamente a la desobediencia civil de los catalanes contra las
sentencias que el Tribunal Constitucional (TC) ha dictado en
relación con su consulta, de por sí ilegal. El problema no radica
únicamente en el hecho de que no acate los dictámenes de la Justicia
sino que, además, rompe con la unidad de los catalanes a los que
prometió representar.
En su irresponsable juego político se ha dejado llevar por los
cantos de sirena de su socio de gobierno, Ezquerra Republicana, para
embarcarse en un viaje de no retorno en el que pocas salidas tiene.
Más aún cuando el propio TC ha ratificado la decisión del Gobierno
de España y ha suspendido dicho referéndum. En este viaje, por
cierto, cuentan con el apoyo tácito del PSOE catalán que no es ni
obrero, ni español. Debería sencillamente llamarse PS.
Comprobamos pues, con lástima e incredulidad, como el señor Mas
pretende seguir riéndose de todos los españoles, mientras divide
Cataluña de forma unilateral. Con esta convocatoria, no se enfrenta
al Ejecutivo Central sino a nuestro Estado de Derecho. Por tanto, no
puede seguir ni un minuto más con una campaña millonaria a costa de
todos los españoles ni con un gobierno instalado en la ilegalidad.
Por no hablar de que él, será el responsable de las consecuencias de
su desafío que por una parte, divide a sus ciudadanos y, por otra,
los aleja de España y de Europa y perjudica su bienestar. Porque lo
primero que debería aclarar el presidente de la Generalitat es que
está basando esa decisión en una mentira y en demagogia, estafando a
una parte de la población catalana con una iniciativa unilateral que
sabe que no verá la luz.
Basándonos en estos hechos, podemos afirmar que Artur Mas es un
gobernante suicida e irresponsable, pues con el cargo que ostenta
debería saber que la consulta de autodeterminación que pretendía, y
pretende, convocar es contraria a nuestra Constitución, que ya en su
primer artículo consagra que la soberanía nacional reside en el
pueblo español.
Por tanto, esgrimir que los catalanes tienen derecho a ser
escuchados y por eso deben votar esa consulta es un argumento
sesgado, puesto que así se está privando de ese derecho a quién
realmente le corresponde que es el conjunto del pueblo español. En
otras palabras, una parte de nuestro país no puede tomar decisiones
que corresponden a todos los españoles por igual.
No sabemos si con estas artimañas Artur Mas pretende correr un
tupido velo sobre ciertos escándalos que están azotando a Cataluña.
Pero si algo tenemos claro es que ha traicionado la confianza de un
pueblo noble como lo es el catalán y está favoreciendo la
confrontación.
Por cierto, el Sr. Pujol en una comparencia en el Parlamento catalán
(a trompicones y obligado) se permitió el lujo de insultar y
amenazar a todos los españoles sin clarificar para nada el motivo
por el que fue allí.
Y sobre nobleza del pueblo sabemos mucho en esta tierra, como
también sabemos de presidentes irresponsables. Canarias posee una
ciudadanía que es ejemplar en esta virtud y no nos merecemos que se
pueda plantear una consulta engañosa hasta en los términos en los
que ha sido planteada. Como el pueblo catalán, padecer los delirios
de presidentes que tratan de tapar su incompetencia en la gestión o
sus luchas internas por el poder con consultas que tildan de
populares pero que en realidad están manejadas a sus antojos es
abyecto.
Como bien afirmó el presidente de España, Mariano Rajoy, quien desee
cambiar las leyes puede plantear una reforma en los términos
democráticamente establecidos pero lo que no deberían hacer es
buscar atajos para violentar la legalidad, por muy adornados que
vengan de bonitas palabras.
Ante estos dos ejemplos de presidentes delirantes, solo cabe
transmitir un mensaje claro y certero a la ciudadanía: el Estado de
Derecho funciona y su misión es garantizar que la voluntad del
pueblo español no se somete a los caprichos personales de ningún
gobernante se apellide Mas o Rivero.
Doce de Octubre, la fiesta de Blas de Lezo,
almirante degradado
La fiesta de la discrepancia, de los barceloneses que no dejaron de
serlo, de la ciudad "irresistiblemente bella" que describía José
Luis Álvarez, un vecino catedrático de Harvard. Tras el 9N viene lo
peor.
Pablo Planas www.cronicaglobal.com 12 Octubre 2014
La Résistance. El 12 de octubre de 1714, Blas de Lezo reposaba de
sus heridas en la Santa Cruz de Mataró. A los quince años le habían
tenido que amputar la pierna izquierda por debajo de la rodilla a
consecuencia de un cañonazo del inglés. Corría 1704 y tenía quince
años. No tuvo anestesia y no profirió ni un solo gemido. En 1707, en
Tolon y tras participar con inusitado arrojo en varias batallas en
el Mediterráneo, una esquirla le revienta el ojo izquierdo cuando
participa en la defensa del fortín de Santa Catalina. Y a los 25, ya
capitán y a bordo del "Campanella", siembra el terror en las costas
de Barcelona. Los ingleses le abren paso sin oponer resistencia. Es
el renovador del arte del abordaje, una maniobra guerrillera que
provocaba el espanto en los navíos enemigos. Se acerca con su barco
hacia el puerto de Barcelona; tanto que el cañoneo de su buque
desmorona baluartes y defensas. Está al limite de la profundidad
permitida para su velero, con 35 escuetos cañones por banda, tan
cerca del litoral que una bala perdida de un soldado austracista le
destroza el brazo derecho, ya un colgajo hasta su muerte, en
Cartagena de Indias, en 1741, tras propinar a la armada inglesa la
mayor derrota militar de la historia y asegurar el comercio español
con Hispanoamérica por un plazo de más de un siglo.
De Lezo murió en la ignominia, pero los británicos utilizaron su
figura para describir al pirata más feroz de la historia. Cojo,
tuerto y manco, la pata de palo, el parche y el garfio. Blas de
Lezo, un natural de Pasajes (Guipúzcoa), que mantuvo el imperio y al
que se recompensó con la ignominia, la medalla de los grandes
españoles, degradación, miseria y olvido. Tras salvar la plaza
colombiana fue degradado. Murió al poco tiempo, de las heridas,
complicadas con fiebres tropicales, a la inusual edad para su epoca
de 62 años. Blas de Lezo, figura de 1714, almirante español, terror
de los ingleses, héroe nacional en Colombia e icono mundial. Una
figura casi desconocida en España.
Trescientos años después, la escaramuza continúa. El caso de los
catalanes no le importaba a nadie, y menos a los ingleses, que
estaban por lo de Carlos hasta que Felipe les enjuagó. ¿Y los
catalanes? Ah, los catalanes, siempre divididos, decenas de setas,
del rovelló, al camagroc, del fong al cep, que és el mateix,
trompetes de la mort i fredolics, llenegas ergo higróforos,
apagallums y pets de llop, para comprobar in situ la variedad del
reino fúngico, que no es ni vegetal ni animal. Español por su
diversidad, complejidad y su propensión al "sí, pero" y a las causas
perdidas. Este año se recordará por la cosecha de setas.
Una causa absolutamente perdida es la de la barcelonidad. Sólo unos
pocos patricios la practican ya. Es esa manera de hacer vía y mirar
para otro lado, de vivir y dejar vivir. A los españoles de Barcelona
que van quedando les echan del Barça y les acogen con recelo los
sectores que llaman Español al RCE Espanyol. Oramos en la intimidad
y nos refugiamos en la Selección. Y más ahora, que volvemos a los
tiempos de Rubén Cano, un español de La Plata.
No tenemos remedio y leemos de todo, desde el prospecto del
dentífirico hasta lo último, que ya tarda, de Pablo Tuset. De ahí
que nos hayamos topado con este artículo de José Luis Álvarez, del
que ya les hablamos en la fecha de publicación. Volvemos sobre él y
rescatamos dos párrafos:
Primero: "Todavía existen bolsas de resistencia al intento de
fagocitación de Barcelona por el proyecto de homogeneidad
nacionalista. Este sigue sin penetrar los barrios barceloneses donde
residen los trabajadores inmigrantes españoles, muchos ya jubilados,
que tanto han respetado la cultura y la sociedad catalanas, hasta la
ingenuidad. En las autonómicas del 2012, en El Carmel, Ciutat
Meridiana y Prosperitat, tanto el PSC como el PP lograron más votos
que CiU y Esquerra. Incluso Ciutadans sobrepasó a ERC y, en algún
barrio, a CiU. También fuera de la ciudad se da el fenómeno: en
Cornellá y L’Hospitalet, la segunda ciudad de Cataluña, el PSC
obtuvo más votos que CiU y ERC sumadas, el PP más votos que CiU, y
Ciutadans más votos que Esquerra. Y en Badalona gobierna el PP. Como
contraste, en la comarca leridana del Pla d’Urgell, agrícola y
ganadera, en las últimas autonómicas CiU y ERC capturaron el 70% de
los votos. No es la única ilustración de la abismal diferencia entre
el territorio y Barcelona. Política, social y económicamente son
países distintos. El cinturón de Barcelona se parece más al sur de
Madrid que al Pla d’Urgell".
Segundo: "La composición de los partidarios de la consulta es
reveladora de los peligros para Barcelona del independentismo: la
nueva Convergència, ERC, ICV, CUP. Solo Unió desentona en tan
anticosmopolita coalición de 'agropecuarios' y antisistema. El
soberanismo ha pasado a ser liderado por quienes nada tienen que
ganar de Europa y la globalización -precisamente ambos ámbitos son
lo que necesita Barcelona para seguir siendo la mejor ciudad del
mundo para vivir-. Barcelona -cosmopolita, irresistiblemente bella,
inquieta- lo tiene casi todo. Sin ella, Cataluña no es. Pero la
Barcelona que requiere el soberanismo es una ciudad controlada,
global solo en lo turístico, homogénea con el 'territorio'. Sí que
hay un independentismo que valdría la pena: el de Barcelona".
La Résistance. Después del 9N viene lo peor... Ridículo, frustración
y vergüenza, preludio de pogromos. No es nuestro prepucio, son
nuestras ideas.
12 de octubre, la Virgen del Pilar, Amelio, Amigo y Eustaquio.
El pueblo que alimentó a ETA
Iñaki Arteta estrena '1980', un documental sobre el año más negro,
con 98 asesinatos
La explicación del 'algo habrá hecho' lo impregnó todo, incluso a
las víctimas
LEYRE IGLESIAS Bilbao El Mundo 12 Octubre 2014
"Cómo pudo ser que los gobiernos fueran tan débiles. Que la gente
fuera tan cobarde. Que abandonáramos a las víctimas. Que ni siquiera
las llamáramos víctimas, sino muertos".
Iñaki Arteta plantea preguntas para hablar de 1980, el documental
que estrena esta semana en el Festival Internacional de Cine de
Valladolid sobre el año en el que ETA más asesinó. Con el dictador
muerto, tras la amnistía del 77, la Constitución del 78 y el
Estatuto del 79, la organización terrorista erigida en cabecilla del
antifranquismo no deja las armas sino que despliega su mayor
ofensiva. Más de 200 atentados y 98 asesinatos -uno cada tres días-
en una Euskadi con un 25% de paro en la que prende con fuerza el
respaldo al terrorismo ultranacionalista con promesas de revolución
que seguiría matando tres décadas más.
Su pervivencia, cuenta en la cinta el historiador Gaizka Fernández
Soldevilla, se explica por su enorme apoyo. 200.000 personas están
dispuestas a prestar a ETA su coche, su casa; a manifestar un apoyo
"light" votando HB. Se necesitó a todo un pueblo, o a buena parte,
mientras la otra callaba o hacía las maletas.
Vuelta ciclista en Salvatierra. Tres guardias civiles la dirigen. En
un Sincamil 200 llegan varios miembros de ETA; los disparan y se
marchan. Pero uno de ellos sólo queda herido. Así que la gente del
pueblo gritó: "¡Está vivo, está vivo!". "Se dieron la vuelta y lo
remataron con 24 tiros", cuenta su viuda, Gema López.
La explicación del "algo habrá hecho" lo impregnó todo. Las víctimas
casi sólo aparecían en la prensa para exculpar a los asesinados:
para decir que ETA se confundió matando a su padre, a su hermano,
porque en realidad no era un chivato sino un buen vasco, abertzale,
euskaldun. Las víctimas invisibles, de guardias civiles, de
policías, políticos de Alianza Popular y UCD, sufren la pérdida de
los amigos, los saludos retirados. A Susana García ETA le arrebató a
su padre. Al día siguiente volvió al colegio."Nadie se sentó a mi
alrededor en clase.Nadie me volvió a dirigir la palabra, sólo para
insultarme o insultar a mi padre. El único amigo que me quedó fue mi
hermano".
El padre de Francisco Altuy, policía nacional con cinco hijos, pagó
con la vida el hablar por la calle con los guardias civiles del
pueblo, y eso que su mujer le advertía: "Te están viendo". Cuando el
hijo, de 19 años, volvió a la fábrica, sólo dos de sus 250 obreros
le dieron el pésame. "A los de fuera nos llamaban coreanos, maketos,
nos despreciaban".
1980. El pueblo... y la Iglesia. Un guardia civil, Lorenzo Bárez,
entonces de 23 años, entra en la parroquia de Yurre. Sentado junto a
sus compañeros, escucha desde el púlpito: "Hasta que no salgan los
txakurras no empieza la misa". Salen agarrados a sus pistolas, con
miedo a que los linchen.
"Los curas pasaban la información de todos los movimientos de los
guardias a los etarras para que luego pudieran atentar contra
ellos", cuenta en Markina Víctor González, hermano de un guardia
civil asesinado.
Negar que la Iglesia vasca apoyara a las víctimas, sostiene el ex
obispo de San Sebastián Juan María Setién, es "deformar la
historia".
"Hay quienes sacan lecciones de la Guerra Civil, que ocurrió hace 80
años, lo cual está muy bien", sostiene el director. "Pero tenemos un
pasado más reciente al que estamos enganchados y que ayuda a
iluminar el presente, a ver cómo ha influido en nuestras actitudes
morales respecto al mal, al asesinato con razones políticas". En
aquel año negro en el que las víctimas eran perseguidas durante
días, amenazadas y cazadas una por una, Iñaki Arteta (Bilbao, 1959)
pasó sus 21 años entre Barcelona, donde estudiaba, y Barakaldo,
adonde volvía en verano. También él estaba "abducido". La música,
las pegatinas, las pintadas... Cantaba el "Carrero voló", como la
periodista Isabel Durán en las fiestas de Obanos. ETA conservaba el
halo de luchadora por la justicia social; sólo con el tiempo algunos
la desenmascararon como una organización terrorista puramente
etnicista, indica el catedrático Aurelio Arteta.
Los vecinos, la Iglesia... y los políticos. "Francia no colaboró",
dice Marcelino Oreja, entonces delegado del Gobierno en Euskadi. El
país vecino prefiere ser el refugio de ETA que su objetivo. "En
Francia tuvo lo que ningún otro grupo terrorista: la retaguardia
segura a unos minutos del teatro de operaciones", resume el
periodista Florencio Domínguez. A 20 minutos de San Sebastián, los
dirigentes de ETA viven y se mueven con los papeles en regla. Citan
a los empresarios para cobrar la extorsión. Reciben prestaciones
sociales. El giro se produce con la llegada de Mitterrand, en 1981.
"Es la clave, la colaboración de Francia", cuenta Oreja. "Tardó,
tardó. Si eso se hubiera hecho desde el principio, aquello habría
tomado un giro completamente diferente".
Algunas víctimas no han querido salir en la cinta. En pueblos como
Oñate o Mondragón el ambiente sigue siendo "opresivo" porque aunque
ETA ya no mate, son "los mismos" los que gobiernan y sus fundamentos
no han cambiado, dice el cineasta. 1980 es un grito contracorriente
en una sociedad que, cerrado el capítulo de los muertos, no tiene
ganas de reavivar fantasmas.
Iñaki Arteta lleva 14 años dando voz a los acallados, aplastados y
desterrados de esa Euskadi violenta y próspera en películas como El
infierno vasco y Trece entre mil. Empezó a armar su último
documental en 2009. No ha sido fácil. Logró 70.000 euros con
crowdfunding -donaciones por internet-. EiTB, muy involucrada estas
semanas con Lasa y Zabala, no ha comprado sus derechos. Lo han hecho
TVE, Telemadrid y la Televisión de Galicia. El reto ahora es lograr
que se estrene en los cines.
Libres e Iguales: "No queremos pactos con
el nacionalismo, sino derrotarlo"
La Vanguardia 12 Octubre 2014
Barcelona, 12 oct (EFE).- La portavoz de Libres e Iguales, Cayetana
Álvarez de Toledo (PP), ha asegurado hoy que su formación no quiere
"pactos innecesarios con el nacionalismo" catalán, sino que busca su
derrota, y ha defendido la España "constitucionalista" para "seguir
viviendo juntos".
En declaraciones a los periodistas durante su participación en
Barcelona en el acto organizado por Societat Civil Catalana (SCC)
con motivo del Día de la Hispanidad, Álvarez de Toledo ha asegurado
que "la única anomalía en España a lo largo de estos años, es el
obstinado intento de sabotaje del nacionalismo".
"Hemos querido venir a Barcelona a celebrar la Fiesta Nacional y a
decir que España es desde 1978 una de las grandes democracias del
mundo. Hay que reivindicar la España constitucional", ha subrayado.
Por su parte, el escritor catalán Arcadi Espada, miembro de la
plataforma, ha afirmado que existe una "Cataluña silenciada" que no
forma parte "del discurso oficial" y que si un día se le pregunta
"junto a todos los españoles" sobre su futuro, la respuesta será
"bien distinta" a lo que piensa el "establishment" político y
mediático catalán.
"Cataluña es una sociedad plural, que actúa pluralmente y
evidentemente esta Cataluña no es la Cataluña que sale en los
telenoticias. Es una Cataluña silenciada, que no ha formado parte
del discurso oficial", ha expresado Espada, en declaraciones a Efe,
quien ha acusado a Artur Mas de ser un "irresponsable".
"Mas es el representante en Cataluña del Estado español y debería
tener un poco de respeto a él mismo", ha concluido.
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