AGLI Recortes de Prensa Jueves 5 Febrero 2015 |
Rescates Vicente Baquero www.gaceta.es 5 Febrero 2015 Es conveniente puntualizar que cuando se habla de rescate a la banca, o a las compañías de seguros, tanto nacionales como internacionales, a lo que nos estamos refiriendo es a salvar fundamentalmente a los depositantes y asegurados, clientes de dichas entidades. No es salvar a los capitalistas como parece querer instrumentalizar la demagogia al uso. El que en esa medida los bancos, cajas y compañías en cuestión no desaparezcan y sus accionistas no pierdan la totalidad de su inversión, es un efecto derivado del primer objetivo, que es el no infligir un perjuicio irreparable a una considerable mayoría de ciudadanos y permitir que continúe operativo el tráfico mercantil. No hacerlo sembraría el caos en nuestra sociedad y nos llevaría probablemente a la edad de piedra. Otra cuestión es dilucidar por qué se llegó a tales situaciones y responsabilizar a aquellos que fueron con sus actuaciones responsables de tener que poner en marcha dichas medidas, con el inmenso coste colectivo sobre los contribuyentes. Haber rechazado fusiones o adquisiciones entre bancos más allá de un tamaño prudencial, un tamaño que no ponga en peligro la subsistencia del sistema, hubiera evitado muchos disgustos a los contribuyentes evitando la socialización de pedidas. Si las instituciones no fuesen tan “sistémicas” permitir algunos colapsos sin duda haría que en el futuro los depositantes, clientes o accionistas, vigilasen mejor sus propias inversiones. Aunque eso no exima de responsabilidad a las autoridades regulatorias. Salvar a los países es harina de otro costal, pues en un sistema democrático en última instancia, los gobiernos son los responsables, y estos son consecuencia directa de la voluntad popular, por tanto, teóricamente, las desgracias que les sobrevengan a los ciudadanos son responsabilidad de los propios ciudadanos… Todos sabemos que esto es una falacia. La posibilidad de influir en los procesos de tomas de decisiones políticas y económicas es prácticamente nula. Esto es una clara prueba de que el actual sistema político adolece de fallos muy graves y que determinadas decisiones económicas o políticas de carácter esencial y técnico deben ser tomadas por centros de decisión que no dependan de un aleatorio sistema electoral. Un sistema que obvie consideraciones personales o de interés de partido. Esto teóricamente es así, pero al igual que en el caso anterior todos sabemos que no es así. A las propias tendencias de la naturaleza humana hay que ponerle unas limitaciones. A nadie se le ocurriría seleccionar a un cirujano por su buena presencia, simpatía o buenas promesas. Comprendo que decir esto hoy en día resulta anatema, pero no por ello deja de ser algo obvio, si queremos evitar males mayores debemos introducir cambios en dichos procesos políticos de toma de decisiones, para que no aparezca “el cirujano de hierro” que nos acabe esclavizando. Grecia siempre estará ahí, los que me producen pena son los griegos, en especial los sensatos, que los habrá, aunque no sean mayoría, ciudadanos que habrán de sufrir las veleidades de una clase política y un sistema que les llevará a un sufrimiento mayor que el que han tenido que sufrir hasta ahora. Aunque Europa, de hecho, acabe olvidándose de lo que han recibido hasta ahora, no podrán sobrevivir sin nuevos flujos de fondos comunitarios. Los gobernantes de la UE no deben bajo ningún pretexto, si quieren que la UE sobreviva, proporcionarle oxigeno al actual estado griego. El Banco de grecia será quien corra con el riesgo Mario Draghi mete presión y corta el acceso de la banca griega a la liquidez del BCE Carlos Sánchez El Confidencial 5 Febrero 2015 Detrás de las buenas palabras (Varufakis se mostró optimista tras entrevistarse con Draghi) había ‘gato encerrado’. El Banco Central Europeo (BCE) anunció a últimas horas de este miércoles que endurece las condiciones de acceso de los bancos griegos a la liquidez que proporciona el banco central. La decisión la tomó el Consejo de gobierno del BCE, compuesto por los jefes de los bancos centrales nacionales de la zona euro y los seis principales funcionarios del BCE que se sientan en su consejo de administración, y se conoció apenas unas horas después de que el ministro griego de Economía, Yanis Varufakis, se reuniera con el presidente del BCE, Mario Draghi,. Y lo que es igualmente significativo: horas antes de que en el marco de su frenética gira diplomática se reúna con el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, que ya ha avanzado su oposición radical a una reestructuración de la deuda griega que suponga un coste para el contribuyente. Es decir, puño de acero en guante de terciopelo. En concreto, lo aprobado por el BCE supone elevar la exención actual de los requisitos mínimos de calificación crediticia de los instrumentos negociables emitidos o garantizados por Grecia. O expresado de forma más precisa, el BCE ya no aceptará títulos con rating de baja calidad como hasta ahora para que la banca helena pudiera descontarlos en Fráncfort y obtener así liquidez. El BCE incluso estaba aceptando hasta ahora títulos con calificación inferior a BBB con el argumento de que la operación formaba parte de la política monetaria. Ahora ya no será así. El BCE ofrece un argumento de peso para explicar su decisión. Tras el resultado de las elecciones griegas, viene a decir, hay que aplicar las “normas del Eurosistema”. Y lo que dicen esas normas es que no se pueden asumir garantías de baja calidad (el colateral en la jerga económica) cuando no hay razones para pensar que las negociaciones actualmente en marcha para renovar el programa de rescate vayan a acabar “con éxito”. Como se sabe, el Gobierno griego ha dicho que no reconoce a la troika (BCE, FMI y CE) y en su lugar propone una restructuración de la deuda (240.000 millones con las tres instituciones), aunque ya no habla de quitas. Grecia corre con el riesgo de sus bancos La banca griega, en todo caso, no se quedará sin liquidez, lo cual abriría la puerta a la creación de un ‘corralito’, sino que ahora será el Banco de Grecia quien corra con el riesgo incorporando a su balance los títulos que le pasen al descuento las entidades nacionales en el marco de la asistencia de liquidez de emergencia (ELA por sus siglas en inglés). Es decir, que el paraguas del BCE se diluye y los griegos tendrían que correr con el coste de un hipotético default. La decisión del Banco Central Europeo entrará en vigor el próximo 11 de febrero. Es decir, incluso antes de que venza la actual renovación del programa de rescate, cuyo plazo finaliza el 28 de febrero. La urgencia de la extensión del programa de rescate no tiene que ver con dificultades inmediatas de financiación del Tesoro heleno. El Gobierno cuenta con recursos suficientes hasta los meses de verano, que es cuando se concentra la mayoría de los vencimientos de la deuda, sino con la solvencia de sus bancos, cuyo colateral -las garantías- no servirán ya a afectos del BCE. O lo que es lo mismo, se pone a Grecia al pie de los caballos en unos momentos en que muchos ciudadanos están sacando sus ahorros de los bancos y eso exige disponer de mayor liquidez. Y hay que tener en cuenta que la financiación de Eurosistema a Grecia rondaría los 56.000 millones de euros en diciembre. La limitación fijada por el Consejo de Gobierno, que recuerda a la adoptada por el organismo en febrero de 2012, condena por tanto a los bancos griegos a depender de la liquidez facilitada por sus propias autoridades monetarias. Esta financiación tiene un coste para sus entidades superior al de los fondos proporcionados directamente por el BCE y debe ser sometida periódicamente a la autorización del resto de miembros del banco central. Impacto en cadena El impacto en cadena en el conjunto del sistema financiero público y privado griego se antoja inevitable. Al cercenarse la posibilidad de acudir con bonos soberanos al BCE, la demanda de renta fija pública por parte de los bancos locales se resentirá gravemente, afectando a la financiación del Estado La banca griega ya solicitó al BCE fondos extraordinarios de liquidez una semana antes de las elecciones del 25 de enero, pero esa necesidad es todavía hoy más acuciante habida cuenta de la retirada masiva de fondos que se ha producido desde la victoria de Syriza, y que algunos bancos de inversión han elevado a unos 14.000 millones de euros. La decisión del BCE hay que enmarcarla, en todo caso, en el pulso que mantienen los acreedores y el nuevo Gobierno de Alexis Tsipras , y que ya le empieza a pasar factura a la economía griega. El Tesoro heleno colocó ayer 812.5 millones de euros a corto plazo (con vencimiento en agosto) al 2,75%, una rentabilidad superior al 2,3% registrado en la última subasta antes de las elecciones. Lo más relevante, sin embargo, es la escasa demanda de títulos, apenas 1,3 veces respecto de la oferta inicial, la más baja desde 2006. Incluso, inferior a los niveles alcanzados en los momentos más duros de la crisis financiera, cuando la salida de Grecia del euro parecía inminente. Tras la subasta, el bono a diez años -la principal referencia del mercado de deuda- se incrementó hasta el 9,8%. Es decir, un diferencial con el bund alemán que se sitúa en el entorno de los 950 puntos básicos. Apuntando en la barra de hielo Manuel Muela www.vozpopuli.com 5 Febrero 2015 Después de las tensiones de los dos últimos meses, el asunto de la deuda griega parece encaminarse a una negociación que podrá ser larga y laboriosa, pero que sin duda será esclarecedora sobre una realidad económica y financiera que estaba sepultada por la hojarasca de los rescates y las políticas de ajuste que llevaban aparejados. Sólo los griegos conocían su verdadero estado, que era y sigue siendo calamitoso, porque los demás partícipes en el asunto, instituciones e inversores, se han desenvuelto en el campo de juego de las finanzas y, con sus anotaciones contables, se han dedicado a engordar las obligaciones del deudor, sin pararse a pensar que, como ocurre en el tráfico mercantil y empresarial, llega un momento en el que tales obligaciones están apuntadas en una barra de hielo. A partir de ahí, resultan bastante teatrales y poco prácticas las posiciones de quienes, engañándose a sí mismos, pretenden mantener la ficción, aumentando el volumen de la barra de hielo. Por supuesto, el problema no se circunscribe a Grecia; lo que pasa es que ha sido el nuevo gobierno griego el que lo ha puesto sobre la mesa. Ahora cabe esperar que se reflexione sobre el alcance del asunto y se busque la salida más práctica y menos dañina para deudores y acreedores. Mientras el hielo no se derrita, todos contentos. Los Estados endeudados y desconcertados A nadie debe extrañar que la guerra sin cañones que se ha llevado por delante gran parte de la riqueza y del trabajo de algunas naciones europeas, con los diferentes Estados bombeando la deuda pública para atenuar el estropicio, nos termine exponiendo ante el espejo de una realidad que, en mi opinión, requiere algo más que malabarismos financieros a palo seco. Sin negar que el recurso patrimonial al Estado ha sido la única balsa de la que se ha dispuesto en medio del naufragio financiero iniciado hace ocho años - para que luego digan que el Estado nación ya está superado-, no es menos cierto que esa actuación, circunstancial y excepcional, no puede ni debe convertirse en endémica, porque, en ese caso, la espiral de la deuda pondrá en peligro algo más que la famosa salida de la crisis. El caso griego es llamativo y aleccionador, y a todos conviene extraer enseñanzas del mismo para no incurrir en los excesos de Atenas y de quienes han contribuido a hacerlos posible y que ahora se miran unos a otros un tanto sorprendidos ante la denuncia de los nuevos gobernantes helenos. En realidad, ese pequeño país es un naipe del castillo de la deuda soberana, que se convertirá en insoportable o insostenible si no aparecen pronto las políticas de crecimiento para restaurar la destrucción acumulada. En relación con Grecia el presidente Obama acaba de afirmar que ese Estado necesita crecimiento porque de lo contrario su sistema político y social terminaría por estallar en perjuicio de todos. Creo que el presidente americano dice verdad y que ella es aplicable a más países, aunque ninguno haya llegado al nivel griego. Esa es la parte positiva, que debería utilizarse para enderezar un rumbo financiero que no se podrá variar a base de mayores cargas fiscales y de recortes de servicios públicos. La única opción es crecer en serio y que de nuevo se vean las imágenes de la reconstrucción, si no queremos que este modelo económico de bajo perfil y de empleos precarios convierta a las naciones empobrecidas en un peligroso ejército de reserva a merced de aventureros de diferente pelaje. Juegos de entretenimiento para ignorar la realidad Mientras se busca una salida convencional a la denuncia formulada por el gobierno de Tsipras, cuyo ministro de economía, de formación anglosajona, conoce perfectamente a sus clásicos y el funcionamiento del gran casino financiero, resulta ameno, aunque poco divertido, contemplar la disputa entre Troika sí o Troika no, que recuerda a los típicos macguffin del inolvidable Hitchcock para distraer a los espectadores, porque la trama es otra: es el juego de unos deudores que están ahítos de deudas frente a unos acreedores, que conocen la condición penosa de sus prestatarios pero lo disimulan, asumiendo las reglas de juego imperantes para mantener inalterado el valor de los activos que sustentan aquellas. Quedan meses de intrigas en los que la montaña rusa de los mercados financieros funcionará a todo gas. Son las consecuencias de la preeminencia del capitalismo financiero sobre el viejo capitalismo industrial, que fue el verdadero creador de riqueza y que ojalá sea rescatado del olvido para empezar a trabajar en serio en pro del bienestar de las naciones. El thriller de la deuda soberana europea todavía no ha llegado al clímax, únicamente observamos las contradicciones entre algunos de los protagonistas institucionales, gobiernos europeos y organismos internacionales, pero hay otros protagonistas, que son los crupier del casino financiero que, por error de cálculo o por codicia, pueden desencadenar un Lehman Brothers a escala continental y entonces sufriremos las consecuencias de haber construido un castillo de naipes en lugar de apostar por la economía real. La gran mentira de Podemos es su líder Miguel Ángel Rodríguez Caveda www.elsemanaldigital.com 5 Febrero 2015 Hasta la fecha he hecho un esfuerzo consciente para no escribir sobre Podemos. Incluso esta misma semana me planteaba si no era mejor escribir sobre Jeb Bush y su camino hacia la Casa Blanca, algo que me parece mucho más interesante que hablar de Pablo Iglesias y su tropa. Pero la manifestación del fin de semana pasado, y los resultados de la encuesta del CIS me han hecho recapacitar. Hablemos, pues, de la gran mentira de Podemos: Pablo Iglesias. Iglesias debe ser en estos días un hombre encantado consigo mismo. Sin ningún mérito digno de mención que le preceda, ni una carrera brillante en ninguna disciplina, ni siquiera un historial político en el que apoyarse, se ha erigido en el portavoz de los ciudadanos indignados de España. Parece todo un milagro. Pero no lo es. Y no lo es porque su partido, lejos de ser tan ajeno a las influencias del poder como pretende, ha sido dirigido desde su creación por el capital del Gobierno venezolano. De hecho, parte de ese capital ha salido ya a la luz con las famosas facturas del señor Monedero. Hay una parte que aún no se ha hecho pública, pero sin duda lo hará –convenientemente- antes de que nos toque ir a las urnas. Primera mentira. Iglesias no es comunista. Al menos, no es un comunista de los buenos, de los de antes. De los que de verdad creían en la igualdad de clases y vivían según su discurso, algo muy respetable se comparta o no. Don Pablo es un rojo “especial”. Un hombre que, como se ve en un popular vídeo de Internet, se jacta de romperse una mano partiéndole la cara a un joven por intentar robar una mesa de mezclas. Un joven que no era “de mi situación socioeconómica” según Iglesias, sino que era “gentuza, de clase mucho más baja que la nuestra”. Iglesias dixit. Segunda mentira. El líder de Podemos hace gala del diálogo como su principal arma de ataque. Pero tampoco es así. En varios de sus discursos, el madrileño cita a combatir al capitalismo, al que considera “el enemigo”, con “el lenguaje de la fuerza”. Asegura que “portar armas es un derecho y una de las bases de la democracia” y llega a pedir “disculpas por no romper la cara a todos los fachas con los que discuto en televisión”. Todo un ejemplo de persona dialogante. Además, llega a justificar el terrorismo porque según él “tiene explicaciones políticas”. Tercera mentira. Tampoco el eurodiputado es demócrata, como afirma hasta la saciedad. Y no lo es por varios motivos, entre los que se encuentran declaraciones contra la propiedad privada del resto de ciudadanos (frases como “ser demócrata es expropiar”) o incluso por sus planes de futuro para España. “Hay quitar de en medio a los partidos políticos”. Toda una declaración de intenciones al más puro estilo Chávez. Quién sabe, igual se le aparece en forma de pajarito, como a Maduro. Cuarta mentira. El CIS dice que el partido de este sujeto está segundo en intención de voto en España. Pero el problema no es ese. El problema es que, viéndose quien es en realidad, aún haya tantas personas que crean que es el adecuado para liderar este país. Ser indignado es una cosa. Ser ciego, otra. Ser suicida es peor. @rodriguezcaveda La caída de la breva Aleix Vidal-Quadras www.gaceta.es 5 Febrero 2015 Uno de los rasgos más habitualmente criticados del Presidente del Gobierno es su pasividad. Rajoy contempla plácidamente el fluir del tiempo, demora largamente las decisiones y permanece impávido en medio de las tormentas, se dice que no tanto como muestra de coraje como de indolencia. Son frecuentes las caricaturas del inquilino de La Moncloa recostado en un sofá o meciéndose en una hamaca mientras a su alrededor los acontecimientos se suceden vertiginosamente y los asuntos pendientes se acumulan, sin que nada turbe su paz de espíritu. Estafermo, Don Tancredo, esfinge, son apelativos frecuentemente utilizados en su contra por comentaristas y columnistas, reflejando así una consolidada imagen de indiferencia distante a la realidad de este vano mundo. Se ha escrito que, al igual que hacía su ilustre paisano el Generalísimo, clasifica los problemas en dos clases, los que no tienen solución y que, por tanto, no merecen atención, y los que se solucionarán solos que, obviamente, tampoco requieren que se les dedique mayor esfuerzo. A partir de estas consoladoras y fatalistas premisas, la vida se transforma en un premioso discurrir de molestas novedades que, como tales, han de ser ignoradas hasta que desaparezcan empujadas por el siguiente noticiario. No cabe duda que semejante enfoque de la existencia inmuniza contra la ansiedad y garantiza una baja tensión arterial, promesa de feliz longevidad. Una de sus frases favoritas es “las cosas son como son” y para él las crisis más devastadoras o los cataclismos políticos más ruidosos quedan inmediatamente rebajados a la categoría de “líos”. En este marco psicológico, ha sido muy denostada su abulia frente a la ofensiva separatista catalana que, con su desafío permanente al orden constitucional y al Estado, hubiera acabado hace meses con la paciencia de cualquier gobernante que no fuese el inalterable registrador de la propiedad en excedencia que rige los destinos de España desde enero de 2011. También ha aflorado una amplia incomprensión en relación a su mantenimiento impertérrito de un discurso economicista carente de pasión mientras las soflamas revolucionarias de Podemos anuncian un cataclismo electoral y político para el presente año. La duda es si actúa así porque su inexistente carisma y su falta de capacidad oratoria no le permiten hacer otra cosa o porque es un estratega genial que a base de permanecer inalterable acaba con todos sus adversarios políticos sin despeinarse y consigue sus objetivos por encima de las dificultades más adversas. En el transcurso de la presente legislatura, ha habido momentos en que parecía que estaba acabado -caso Bárcenas con sus sms, inminencia de un rescate europeo, enfrentamiento público con Aznar, consulta catalana del 9 de noviembre-, pero ha seguido adelante sorteando los más erizados escollos y los vórtices más pavorosos. Las encuestas anuncian un desastre para sus siglas en las cuatro citas con las urnas que le esperan de aquí a final de año, sin que tal perspectiva parezca inquietarle lo más mínimo. Continúa repitiendo los mismos mensajes soporíferos sobre la recuperación, la creación de empleo, la necesidad de preservar la estabilidad y el sentido común, prescindiendo absolutamente del rugido del huracán que en la calle augura la caída del sistema de 1978 y la llegada de una etapa de turbulencias y de mutaciones traumáticas. He de confesar que por primera vez en el cuarto de siglo que llevo de trayectoria pública el concepto rajoyano de la política entendida como la tranquila espera de la caída de la breva me suscita el atormentado pensamiento de que al final cabe la remota posibilidad de que tenga razón. Y lo peor es que, en las circunstancias dramáticas que atravesamos, el triunfo de una teoría tan moral, estética e intelectualmente decepcionante, es lo mejor que nos podría suceder. Fuera caretas Daniel Perales Cronica Global 5 Febrero 2015 Después de casi diez años en el sector de la enseñanza puedo asegurar de forma bastante científica que me he encontrado a muchos talibanes del nacionalismo. Mentes extremistas que no llamo fundamentalistas directamente porque suelen tener bien aprendida la pose y la apariencia. Personas que lejos de significar una minoría aislada vociferante, que tendrían serias dificultades para formar parte del templo sagrado que debería ser la escuela, la manejan, la controlan y la someten a sus indignas prioridades. En todo este tiempo he podido sufrir en mis carnes lo que significa no estar “integrado” y la heroicidad no pretendida que supone no tener ninguna intención de estarlo y ejercer como disidencia a lo “políticamente correcto” marcado por las instancias oficiales. Enfrentarte por dignidad como profesional y como ser humano a la imposición de una ideología totalitaria en una escuela aparentemente laica no tiene pocas contrapartidas negativas, algunos bien que lo sabemos. Plantar cara en según qué momentos ante la violación de un espacio en teoría de libertad e ilustración, convertido en un proyecto de ingeniería social hacia la homogeneidad tiene un caro peaje que abonar. En este recorrido profesional he podido comprobar también como la debilidad humana puede permitir a personas inteligentes y capaces mirar para otro lado o hacer seguidismo de todo aquello en lo que en realidad ni creen ni toleran. Pero de poco sirve la lucha aislada de cuatro “fachas españolistas castellanohablantes” (“y encima perico”) como yo, si el conjunto de la sociedad no profundiza en la realidad y coloca a cada uno en el lugar que le corresponde. La lamentable etiqueta se convierte en tu carta de presentación, convirtiéndote en el enemigo deshumanizado carne de cañón para la censura, el desprecio, el desprestigio y el aislamiento. La mayor parte de la sociedad no es consciente del funesto juego al que se está jugando cada día en muchas escuelas catalanas, principalmente porque el propio sistema ha sabido parapetarse para que todo lo que sucede internamente prácticamente no se sepa en el exterior, y se hace muy difícil explicar lo que acontece con un altavoz en medio del desierto. El sentimiento de frustración es brutal y la tentación de acabar dejándote arrastrar por la corriente se impone en tu día a día. Y entonces te levantas una mañana y se te atraganta el desayuno con este artículo. Y no se te atraganta precisamente porque lo que leas te resulte extraño o no lo hayas escuchado nunca, o no lo veas puesto en práctica a diario como filosofía de fondo en el hecho educativo de la “escola catalana”. Más bien porque por fin todo aquello que llevas años denunciando que ves cada día lo saca a relucir un filólogo “guay”, uno del sistema, uno de los que cortan el bacalao, uno que no podría ser nunca etiquetado como lo hacen algunos contigo a diario. Los que estamos viviendo desde dentro el peligro de dejar que se introduzca la política en la educación y padecemos las consecuencias de nadar a contracorriente, debemos agradecer artículos como el de este "científico de la lengua". Gracias Pau Vidal por explicarle a mis conciudadanos que lo que algunos venimos manifestando desde hace más de una década no es otra cosa que la cruda realidad. Gracias por arrancarnos la etiqueta de cuajo y enganchártela en una parte bien visible de tu atuendo. Gracias por ser tan abiertamente integrista, porque de tu bilis saldrá nuestra victoria, la victoria de la razón frente a la barbarie. ¿Pacto anti-yihadista PP/PSOE o preludio de la Gran Coalición? E. Milá Minuto Digital 5 Febrero 2015 La firma apresurada de un “pacto antiterrorista” entre el PP y el PSOE, con ausencia de cualquier otro grupo parlamentario, tiene una importancia que excede con mucho el objetivo que dicen perseguir ambos partidos: combatir el yihadismo. De hecho, este pacto sirve para cualquier cosa menos para eso. Imaginemos a un par de cazadores furtivos que suscriben un acuerdo para denunciar el peligro de la caza para la desaparición de ciertas especies. Algo parecido es este acuerdo anti-yihadista suscrito por las dos formaciones que son, precisamente, las que han abierto las puertas al Islam en nuestro país. La sobreactuación del PP y las responsabilidades reales Como siempre, los representantes del PP han sobreactuado. Como Aznar cuando decía que enviaba tropas a Iraq para “combatir el terrorismo de ETA”, o como cuando Rajoy ve con lente de aumento cualquier leve mejora en las cifras macroeconómicas, percibiendo una recuperación que nunca acaba de llegar para el ciudadano de a pie. Ahora ha sido García-Margallo quien ha afirmado que el “yihadismo es el fenómeno más grave que la humanidad ha enfrentado desde 1945”. Sobreactuación. El islamismo radical es, efectivamente, uno de los fenómenos más graves que afronta Europa (no la “humanidad”), pero no desde 1945, sino desde que los EEUU contrataron a Bin Laden para que les hostigara a los soldados soviéticos en Afganistán o, incluso, desde que Aznar abrió las puertas a la inmigración islámica en España en 1996. Y hoy no es el único problema que padecemos, ni siquiera el de más difícil solución: bastaría con limitar la inmigración islamista a Europa, endurecer las condiciones requeridas a los islamistas para obtener la nacionalidad española o reducir la presencia islamista en nuestro país, para atenuar el fenómeno. Políticas de “prudencia” por un lado y de “contención” por otro y el problema quedaría resuelto y con nota para cualquier ministro del interior que se preciara. No, desde luego, para Fernández-Díaz, quien inspirado por el Papa, afirma que el islamismo no tiene nada que ver con el yihadismo, ni con la religión. García-Margallo debería recordar la alianza de los EEUU con el régimen wahabita saudí, el primer donante de fondos para la construcción de mezquitas en nuestro país y, sin duda, la corriente más conflictiva de todo el islamismo mundial, dada de hace más de 70 años. Debería recordar que si hay un “Estado Islámico” cuyas barbarie se extiende desde Siria a Iraq ha sido por la desestabilización que los EEUU han llevado a la zona desde 2003 y su irreprimible tendencia a destruir estados árabes laicos por “democracias de un día” que inmediatamente abren el camino al fundamentalismo islámico: lo ocurrido en Egipto y en Libia, es significativo, como también lo fue el hostigamiento del régimen de Saddam Hussein o actualmente del régimen sirio, último bastión panarabista y laico en la zona. El yihadismo no nace por generación espontánea. Hay políticas como la norteamericana (de la que la UE va a remolque) que desestabilizan las zonas en las que se aplican y generan el caldo de cultivo para la irrupción del radicalismo islámico. El yihadismo no es un accidente en la historia, es una proyección del islam El pacto anti-yihadista suscrito por el PP y por el PSOE no servirá para nada en la medida en que no diagnostica bien el fenómeno que pretende combatir. El yihadismo emana directamente del Corán: “serán muertos sin piedad, o crucificados, o amputados de manos y pies opuestos, o desterrados del país. Sufrirán ignominia en la vida de acá y terrible castigo en la otra. 34. Quedan exceptuados quienes se arrepientan antes de caer en vuestras manos” (Sura 5)… por poner un ejemplo (de los muchos existentes) de que ya en los versículos del Corán está prescrita la guerra santa como obligación para los islamistas (moderados o radicales). Decimos bien, la yihad se prescribe para “moderados y radicales”: “38. ¡Creyentes! ¿Qué os pasa? ¿Por qué, cuando se os dice: «¡Id a la guerra por la causa de Dios!», permanecéis clavados en tierra? ¿Preferís la vida de acá a la otra? Y ¿qué es el breve disfrute de la vida de acá comparado con la otra, sino bien poco…? 39. Si no vais a la guerra, os infligirá un doloroso castigo” (Sura 9). Así pues, lo primero para diagnosticar un problema es situarlo: el yihadismo es hijo de la religión islámica.Obviamente, en la medida en que el Corán es tomado al pie de la letra por buena parte de sus fieles, permitir que en Europa circulen ediciones del Corán incluyendo la docena larga de versículos en los que se incita al asesinato de infieles, es un suicidio para el Estado que lo permite. Cuando estamos ante el islam, cuando leemos sus textos, cuando hablamos con sus fieles, inmediatamente se percibe que no es una religión como otra cualquiera, sino que en la actualidad es la única que incita a sus miembros a morir y a matar por ella. Así pues, no puede ser tratada en plano de igualdad con el resto de creencias religiosas. Ni el Papa, ni los gobiernos europeos, ni los redactores del pacto anti-yihadista tienen arrestos suficientes como para reconocer la naturaleza y la envergadura del problema que está planteado. La firma de su acuerdo no es creíble, en especial, porque son ellos, PP con Aznar y PSOE con Rodríguez Zapatero, quienes abrieron de par en par las puertas al islamismo en nuestro país. Un PSOE desnortado preparando el futuro El PSOE está ante una encrucijada. Veremos cómo le sale la apuesta andaluza después de que Susana Díaz se encargara de demostrar a sus socios de IU que no es una aliada fiable. Parece increíble que el PSOE esté buscando una Opción B a Pedro Sánchez a menos de seis meses de haberlo puesto al frente del partido. Es evidente que ni Sánchez (ni el resto de candidatos que se enfrentaron a él) daba los “mínimos” que se requerían para ser el “líder de la oposición”. Y, sin embargo debieron elegir entre el desgarbado blandurrio de Eduardo Madina o el indigente político pero con aspecto de tronchamozas, Pedro Sánchez. Y optaron por el segundo que, a las pocas semanas ya había decepcionado incluso a quienes lo apadrinaron. Fue entonces cuando los “barones” del PSOE activaron el Plan B: Susana Díaz. El plan consistía en celebrar elecciones anticipadas en aquella comunidad, rodearla de un halo triunfal y con la carta de unos excelentes resultados allí, catapultarla a la palestra nacional en las próximas elecciones generales. Para ello, había, literalmente, que arrojar al basurero a los miembros de IU que actuaba en coalición con el PSOE-A. Con ello y con la irrupción de Podemos, el partido de Cayo Lara quedaba literalmente desmadejado y sin posibilidades de ser algo más que un grupo residual, sino extraparlamentario. Por otra parte, queda ver si en los próximos tres meses, los juzgados no terminan implicando a buena parte de los candidatos de la lista socialista andaluza en el escándalo de los EREs o en el más reciente de los cursos de formación (que afectan ¡hasta el 95%! de los cursos de este tipo dados en Andalucía). Sin olvidar que las tasas de paro y de paro juvenil en Andalucía sólo tienen rival con las que se dan en Cataluña. En cualquier caso, el problema del Plan B es que no está claro con quién fuera a gobernar Susana Díaz en caso de obtener mayoría relativa. No con Podemos, ni desde luego con IU que igual ni siquiera llegue a obtener diputados. En esas condiciones, va a resultad difícil extrapolar el “éxito” andaluz al resto de España. Y cabe preguntarse si en un país que ha oído hablar mucho del caso de los EREs o de los cursos de formación fraudulentos y que sabe que los dos predecesores de Susana Díaz al frente de la Junta de Andalucía están imputados por tales corruptelas, el PSOE andaluz es un ejemplo o un llamamiento a votar a cualquier otra opción. Es evidente que la derecha está intentando ayudar a Pedro Sánchez y al PSOE en la ofensiva que este partido está soportando por parte de Podemos y que ya lo sitúa en todas las encuestas y desde hace un par de meses, por detrás de la nueva formación. Las campañas de prensa –muy ingenuas, por lo demás- contra los dirigentes de Podemos realizadas por los medios de la derecha, son el capote que precisa el PSOE ante la marejada que se le viene encima. Pero con esto no basta. Para el PP, el riesgo no es que el PSOE lo gobierne Susana Díaz, Pedro Sánchez, Luis Candelas o el diablo en persona. El peligro es que la sigla socialista se desplome por completo. Con la firma del pacto anti-yihadista, el PP apuntala al PSOE, le ofrece la posibilidad de “chupar cámara” cuando se desencadene algún atentado de este tipo, le evita quedar ya hoy como fuerza marginal de la que nadie se preocupa ante la evidencia de su desplome. Pacto anti-yihadista ¿para qué? El pacto anti-yihadista podía haberse evitado. En España existe una legislación antiterrorista y un código penal suficientes como para combatir la amenaza yihadista. Hubiera bastado con dos modificaciones legales: una en la ley de libertad religiosa, excluyendo al Islam de la ley a la vista de la brutalidad de las prescripciones coránicas y otra en la ley de inmigración, exigiendo a los inmigrantes procedentes de países islámicos y a los que deseen obtener nacionalidad española, el juramento de rechazar el yihadismo y denunciarlo a las autoridades. Este pacto no va a servir absolutamente para nada. Ni se diagnostica bien el problema, ni se habilita otra cosa más que medios policiales para combatirlo, pero en absoluto medios políticos. No se reconoce que el yihadismo “español” es el resultado de 20 años de llegada descontrolada y masificada de inmigración. No se establece una relación de causa a efecto, entre el islamismo religioso y el yihadismo terrorista… Pero la idea del pacto no es que sirva para combatir algo que nuestro arsenal legislativo podría afrontar con creces (con tal de que existiera voluntad política para ello). La idea del pacto es preparar el futuro para los dos grandes partidos. De hecho, este pacto es la primera medida tomada en dirección a la “Gran Coalición” que desde hace años vienen predicando desde Alemania los patrones del PP y del PSOE, las fundaciones Adenauer y Ebert que financiaron durante la transición a ambos partidos (siendo el pago, la aceptación del infamante acuerdo de adhesión de España a la Unión Europea que solamente beneficiaba a la industria alemana). Si no se llega a las próximas elecciones generales con una visible mejora en la economía, en el empleo y en los salarios (y va a ser muy difícil que así sea), el PP seguirá siendo el partido mayoritario, pero distará mucho de la mayoría absoluta para gobernar. Necesitará un apoyo parlamentario que ya no encontrará en los nacionalismos periféricos (entre otras cosas, porque CiU corre también peligro de quedar empequeñecida). Solamente existe la posibilidad de que el PSOE (o lo que quede de él) preste ese apoyo. Una “Gran Coalición”, pero menos… Es en este contexto en el que hay que situar el pacto anti-yihadista: su intención no es tanto combatir aquello que no se es capaz de diagnosticar, sino preparar el camino para un pacto que garantice que el régimen creado en 1978 va a seguir existiendo tal y como fue creado. Y, mientras, si hay algún atentado yihadista, tranquilos, Rajoy y el “líder de la oposición”, presidirán juntos los funerales. SANTIAGO ABASCAL LE TIENDE LA MANO A UN PACTO Rivera 'pasa' de aliarse con VOX y se resiste a contestar una carta enviada hace dos meses Ana I. Gracia 5 Febrero 2015 Al día siguiente de que UPyD y Ciudadanos rompieran las negociaciones para alcanzar un pacto electoral, Santiago Abascal, presidente de VOX, envió una carta a Albert Rivera solicitándole “la apertura formal de conversaciones” entre las ejecutivas de ambas formaciones, en vistas de poder llegar a un futuro acuerdo. Dos meses y medio después de sellar aquella misiva, el líder de la formación de centroderecha todavía no ha recibido ninguna respuesta. Ayer, tras la llamada de este diario, un portavoz oficial de Rivera se limitó a responder que la misiva estaba allí y “se va a responder”, aunque sin especificar cuándo. Ciudadanos y UPyD cerraron definitivamente la puerta a una coalición el 20 de noviembre. En una primera valoración pública, Rivera volcó todas las culpas en Rosa Díez y se presentó como el que lleva intentando, desde 2007, la unión. "Otra cosa no, pero pesaditos e insistentes hemos sido". Tanta insistencia entonces choca frontalmente con la tranquilidad con la que el partido de Rivera ha decidido responder a la solicitud de VOX, cuya carta está fechada el 21 de noviembre y, casi tres meses después, sus destinatarios todavía ni siquiera se han dignado a responder. El líder de Ciudadanos aprovechó el anuncio de la ruptura de las negociaciones con Díez para anunciar que su partido se presenta en toda España en las elecciones de mayo y pedir el voto a los simpatizantes de UPyD, que ha notado una fuga de simpatizantes y militantes hacia el partido de Rivera desde aquel desencuentro. Abascal es muy consciente de que el ideario de VOX y Ciudadanos difiere en algunos puntos “importantísimos”, como el derecho a la vida del no nacido, la política fiscal o el modelo autonómico. Sin embargo, creía que podía “estudiar puntos de mínimos que sí podríamos defender de manera común” después de que Ciudadanos vendiera a bombo y platillo su ‘no pacto’ con UPyD, supuestamente por culpa de Rosa Díez. El máximo dirigente de VOX, partido que nació hace un año a la derecha del Partido Popular, quiere buscar una alianza con Ciudadanos “porque ambos partidos creemos en la necesidad de un proyecto nacional, democrático y ambicioso por encima de las siglas”. El expolítico del PP echa mano de los datos que ambas formaciones cosecharon en las elecciones europeas para defender su tesis: 500.000 españoles votaron a C´s y 250.000 a VOX. “Además, hay estudios demoscópicos que indican que ya doblamos esa cifra y que vosotros subís mucho”, cuenta Abascal a Rivera en la misiva que le envió por correo certificado. En el escrito, el político da un paso más allá e inicia el debate de la propuesta que quiere poner encima de la mesa a la formación de Rivera. “Juntos, podríamos garantizar la división de poderes, la regeneración democrática, la transparencia política y la lucha contra la corrupción, además del fortalecimiento de las instituciones comunes del Estado y la recuperación de la competencia de educación”. Se trataría, por tanto, de ver qué pueden defender juntos y qué por separado. “Lógicamente, dos alternativas democráticas como las nuestras, serán finalmente nuestras militancias las que respalden o no nuestros espacios de colaboración políticos o electorales”. Abascal se compromete a que la última palabra la tengan los militantes. Hacia la 'tercera vía' El debate sobre si Ciudadanos y Unión Progreso y Democracia deberían converger en una misma lista todavía no ha muerto del todo. Antes de las vacaciones de Navidad, unos ochenta simpatizantes se reunieron este lunes en el Parlamento Europeo para reabrir el debate de que la tercera vía es más necesaria que nunca. El ponente de la primera charla fue el eurodiputado Fernando Maura, la persona que sustituyó al exeurodiputado Francisco Sosa Wagner, que salió del Parlamento después de que abogase abiertamente por explorar coaliciones con Ciudadanos en un artículo publicado en el diario El Mundo, lo que abrió una profunda crisis interna en el seno de la formación. Según pudo saber este diario entonces, el 85% de los asistentes eran militantes o simpatizantes de la formación magenta, y apenas un puñado de miembros del partido de Rivera, entre los que destacaba la figura de su secretario general, Matías Alonso. La línea que se debatió y se defendió durante las tres horas que duraron las dos charlas que se celebraron –la segunda la protagonizó otro eurodiputado de UPyD, Enrique Calvet– fue la necesidad de relanzar una tercera vía frente al bipartidismo y al auge de Podemos. Ellos se referían a la “tercera España”, y ahí entraba en juego si Ciudadanos y UPyD suman más juntos o separados. Aquella reunión no fructificó. Quizá la tercera vía pueda ser el puente que ha tendido VOX hacia Ciudadanos. La respuesta de Rivera, de momento, sigue siendo el silencio. En que jaula depositaré mi inservible papeleta Nota del Editor 5 Febrero 2015 Parece que Santiago Abascal se está metiendo en un jardín lleno de espinas y para aliviar el dolor se compromete a que la última palabra la tengan los militantes. Como yo no soy militante, mi palabra no vale, así que mi voto tampoco. Lo siento. Y que quede claro que asistí a la primera reunión de A. Rivera en La Coruña, fuimos cuatro gatos y quedó claro que Ciudadanos no es un partido nacional, que defienda los derechos de los español hablantes, al contrario, defiende la lengua regional y la inmersión y por tanto ni se me ocurrió apoyarles. Con UPD seguí un camino distinto: por las buenas palabras (escrito) de C. M. Gorriarán, decidí apoyarles, así que asistí a algunas reuniones con algunas personas interesadas en participar en la creación de la estructura política en La Coruña, también asistí a la primera reunión de M. Buesa en Santiago, creo recordar, más tarde asistí a la presentación en La Coruña de R. Díez, por parte de R. Blanco Valdés, ya desde un primer momento ví que la defensa de los español hablantes que había planteado C.M. Gorriarán no tenía sustento en la realidad, que UPD defendía la obligatoriedad de aprender el vasco, así que pedí la baja.
A este paso voy a tener que votar a Marine Le Pen. Los griegos soportan el mayor nivel de deuda pública de la zona euro y de la UE, con un 175% del PIB en 2013 (320.000 millones de euros), debido al excesivo gasto en el que incurrió la Administración helena durante la época de la burbuja crediticia. Ésta es, precisamente, la única cifra que exhibe el nuevo Gobierno de Syriza para exigir a la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) una profunda reestructuración de su deuda, extendiendo los plazos de vencimiento, reduciendo los tipos de interés e incluso aplicando una quita sobre el principal. ![]() Sin embargo, aunque se trata de una cifra muy elevada, no se tienen en cuenta otras variables que son igualmente importantes a la hora de analizar si dicho volumen de deuda es o no impagable. ¿Puede Grecia pagar su deuda o es más bien una cuestión de mera voluntad política? Los siguientes datos desmontan algunos de los mitos más extendidos sobre el endeudamiento heleno 1. Los intereses más bajos de la zona euroLa sostenibilidad o no de la deuda depende, en gran medida, del tipo de interés aplicado. Cuanto mayor sea la carga financiera, más complicado tendrá un Estado cumplir con sus compromisos, ya que tendrá que destinar un mayor volumen de recursos al pago de intereses para devolver lo que debe. En este sentido, el caso de Grecia es paradigmático, ya que su deuda soportar uno de los tipos de interés medio más bajos de toda Europa, inferior al 2,5% en 2013, a pesar de que el volumen adeudado es ingente. En concreto, Atenas paga menos intereses que el todopoderoso Estado alemán o el muy solvente gobierno finlandés (cerca del 2,5%), tal y como explica el economista Juan Ramón Rallo. Tan sólo Holanda, Luxemburgo y Estonia pagan un interés medio menor. La razón no es otra que las ventajosas condiciones financieras que incluye el rescate internacional de la troika. 2. El coste de la deuda es inferior al de EspañaPese a ello, muchos podrán pensar que poco importa el reducido interés que se le aplique, puesto que, siendo su deuda tan elevada, el volumen de recursos públicos destinado a su amortización será inasumible (un interés del 2,5% sobre 100.000 euros son 2.500 euros en intereses al año, pero sobre 1 millón la cifra sube a 25.000). Pero la frialdad de los datos desmonta también este mito. Así, tal y como señala Rallo, "en 2011 Grecia estaba obligada a pagar unos intereses equivalentes al 7,3% de su PIB, con diferencia la carga más alta de Europa y difícilmente sostenible. Sin embargo, con la reestructuración de su deuda pública orquestada por la troika en 2012, ha conseguido rebajar su losa de intereses al 4% del PIB, que, si bien no es bajo, tampoco resulta inmanejable. De hecho, países como Irlanda, Italia o Portugal, que hasta el momento no han reclamado reestructuraciones en su deuda pública- están soportando ahora mismo costes financieros mayores". Dicho de otro modo, el Gobierno español destina hoy un mayor volumen de recursos públicos al servicio de la deuda que Grecia.
3. El plazo de devolución más largo de EuropaY lo mismo sucede con los plazos de devolución. La deuda helena disfruta del mayor período de vencimiento de toda el continente, con una media de 16 años, casi tres veces más que España. 4. Una quita equivalente a cuatro de AlemaniaPese a ello, Atenas, con el aval de otros muchos políticos y analistas, insiste en que no puede pagar y, para ello, suelen aludir a la reestructuración de deuda que se concedió a Alemania tras la II Guerra Mundial. Efectivamente, la recién nacida República Federal de Alemania alcanzó un acuerdo con sus países acreedores tras la II Guerra Mundial. A través del denominado Acuerdo de Londres de 1953 se aplicó una quita superior al 50% sobre la deuda externa germana, pero cuando se cita como ejemplo esta reestructuración se olvidan ciertos aspectos relevantes a tener en cuenta. En primer lugar, que dicha quita se aplicó a la deuda externa total de Alemania, incluyendo deuda pública y privada. En segundo lugar, que dicha deuda bajó de 30.000 millones de marcos a cerca de 15.000 millones (-50%), pero si se compara con el tamaño que tenía su economía entonces, la deuda externa pasó del 20% del PIB germano al 10%. Es decir, se aplicó una quita equivalente a 10 puntos de su PIB. Si a esta cifra se le suman las ayudas de reconstrucción que recibió Alemania de EEUU a través del conocido Plan Marshall, la condonación de deuda (pública y privada) aplicada a Alemania tras la guerra ascendió a una cuantía próxima al 20% de su PIB, tal y como recuerda el economista y presidente del Instituto de Investigación Económica germano (IFO), Hans-Werner Sinn. La cuestión es que a Grecia ya se le han concedido dos reestructuraciones de deuda (exclusivamente pública) durante la presente crisis: una quita a los tenedores privados (básicamente, bancos) de bonos helenos en 2012 y un posterior alargamiento de plazos y reducción de intereses del crédito concedido por la troika. La primera quita (sumando otras condiciones) ascendió al 75% del valor actual de la deuda helena en manos privadas; pero, si se computa la segunda reestructuración, la reducción aplicada sobre la deuda pública total de Grecia equivaldría al 76% del PIB heleno, casi cuatro veces más que la condonación otorgada a Alemania en 1953. 5. Es más barato expulsar a GreciaPor último, la única carta que posee Atenas en el arriesgado juego del gallina que acaba de iniciar con la troika es la salida del euro y sus temidas repercusiones económicas y financieras sobre el resto de los socios comunitarios. En las últimas semanas han surgido numerosas estimaciones acerca de dicho impacto, pero la clave es que resulta dudoso que la expulsión de Grecia sea más lesiva que la concesión de un rescate indiscriminado al país heleno. Así, el Deutsche Bank, por ejemplo, advierte de que si la troika cede casi por completo a las reivindicaciones de Atenas, como la quita y, sobre todo, la anulación de las reformas estructurales, otros gobiernos exigirían el mismo trato, socavando con ello la estabilidad y supervivencia de la zona euro a medio y largo plazo. Asimismo, el prestigioso IFO germano estima que ceder a la moratoria que exigen los griegos costaría a Alemania -su principal acreedor- algo más de 77.000 millones de euros, mientras que su expulsión del euro supondría una factura directa de 76.000 millones a sus arcas públicas, inferior, por tanto, a la extensión del rescate heleno, si bien esta cifra no incluye otras pérdidas indirectas. No es la deuda, sino la economíaPor último, más allá de que la deuda griega sea o no sostenible en la actualidad, el auténtico problema de fondo no radica en su volumen, sino en la capacidad de la economía helena para poder pagar. La única forma viable para amortizar dicha factura consiste en registrar superávit fiscal y exterior para ir reduciendo de forma paulatina su abultada deuda, tanto pública como externa. La clave, por tanto, radica en garantizar el equilibrio presupuestario y contar con una economía competitiva para crecer y crear empleo sobre bases sólidas. ¿Problema? Syriza persigue justo el objetivo contrario. Poco importa que se conceda una nueva quita del 50% sobre su deuda si Atenas cae de nuevo en una insostenible senda de déficit y creciente endeudamiento, como la acontecida desde 1998, que es lo que explica la posterior quiera del país. El Gobierno de Alexis Tsipras promete más gasto público, más impuestos y mayor rigidez económica, una senda que, tal y como ha demostrado la reciente experiencia griega, conducirá tarde o temprano a una nueva crisis. En este sentido, el economista jefe de Berenberg, Holger Schmieding, alerta de que "la ingente deuda de Grecia es resultado de sus arraigados problemas estructurales, como un sector público ineficiente y con excesivo personal, un sector privado excesivamente regulado y un mercado laboral inflexible. Si Grecia es un mal lugar para invertir y crear puestos de trabajo y si su burocracia y el sistema fiscal ahuyentan a las empresas, no puede obtener los ingresos fiscales y el crecimiento sostenido que necesita". El PIB griego se ha desplomado cerca de un 25% durante la crisis. ![]() Por ello, si Syriza revierte la senda de reformas y ajustes emprendida, estará destruyendo su potencial de crecimiento y, por tanto, su capacidad para financiar el servicio de la deuda, a pesar de que se apliquen nuevas quitas. El programa económico de Syriza, y no la exigencia de una nueva reestructuración, es la principal amenaza para la sostenibilidad de Grecia.
Rigau, la "consejera condenada" |