El déficit seguirá golpeando
José María Gay de Liébana osdiario 23 Diciembre 2016
El Gobierno ya ha presentado sus líneas maestras para lograr la
estabilidad presupuestaria en el trienio 2017–2019 intentando
convencer, primero, a Bruselas y dando por sentado, segundo, que la
opinión pública ya está más que convencida de que las cosas
funcionarán de miedo —en el buen sentido de la palabra— a partir de
ahora. Repasemos algunas de esas líneas maestras que para bien o
para mal han de marcar el rumbo de nuestra economía. El punto
primordial es el del déficit público, la gran asignatura pendiente
de España y que no hay manera de meter en vereda. No puede decirse,
a la sazón, aquello de “por más que nos esforcemos no hay manera de
conseguir el objetivo de recortar el déficit”. No; porque se aprieta
cada vez más en lo relativo a los ingresos, con unos aumentos de
nuestras cargas tributarias que amenazan hacer de España un país
simplemente insoportable por el esfuerzo fiscal con el que todos
hemos de apechugar, gravámenes que desaniman a todo quisqui. El
secreto del asunto radica en ese reto que no hay político que se
atreva a encarar que es el de la reducción del gasto público.
Este año 2016 cerraremos nuestras cuentas públicas con un déficit
del 4,6% sobre el producto interior bruto (PIB). Como normalmente
los grandes referentes de nuestras finanzas públicas se suelen
expresar en tanto por ciento, la verdad es que no nos enteramos del
dinero que el conjunto de nuestro Estado – Administración Central,
Comunidades Autónomas, Entidades Locales y Seguridad Social – acaba
perdiendo. Así que intentemos traducir a lenguaje coloquial ese
porcentaje. La previsión del PIB español para 2016, según el propio
Gobierno, es de 1.114.716 millones de euros, o sea, para entendernos
1,114 billones de euros. Un déficit del 4,6% sobre ese PIB equivale
a 51.277 millones de euros; esto es, el conjunto del Estado español
en 2016 gastará 51.277 millones de euros más de lo que ingresará.
Volvemos a lo de siempre. Si esto pasara una vez, bueno; si pasara
dos veces, esgrimiríamos que tropezamos dos veces con la misma
piedra pero cuando, como sucede en España reiterada y
machaconamente, desde 2008 hasta hoy, y mañana, añadimos, saldamos
deficitariamente nuestras cuentas es que padecemos una enfermedad
crónica.
La gravedad del déficit público español es tal que este año 2016
seremos el país de Europa, de toda la Unión Europea de los aún 28
—hasta que se consume la salida, si sale, de Reino Unido— que
cosechará el máximo déficit público por delante de Bélgica (-3,0%)
de Grecia (-2,5%) de Francia (-3,3%) y de Reino Unido (-3,5%)
El déficit con que cerrarán los 19 países de la Zona Euro será, en
promedio, del -1,8%, y el de los 28 estados de la Unión Europea, del
-2,0%. En cifras mondas y lirondas, España en 2016 ingresará,
gracias a la presión tributaria al alza, 421.809 millones de euros
—por debajo de los 427.875 millones de euros previstos en el mes de
abril por el Gobierno en funciones— y gastará 472.974 millones de
euros —por encima de los 468.774 millones de euros presupuestados
también el pasado mes de abril—. A la postre, 6.066 millones de
euros menos que se ingresarán en 2016 y 4.200 millones de euros más
de gasto, con lo que el déficit previsto inicialmente que rondaba
los 40.900 millones de euros se dispara, en números redondos, a más
de 51.000 millones.
Déficit previsto
Si el panorama de nuestras finanzas públicas queda ligeramente
enturbiado para 2016, 2017 no será un año de grandes cambios porque
el déficit público se prevé en el 3,6% sobre el PIB. Es decir,
rondará los 42.000 millones de euros tomando el PIB previsto por el
Gobierno, ya no en funciones, que ascendería a 1.157.156 miles de
millones de euros —1,157 billones de euros—. Los ingresos públicos
se elevarán en 2017 a 435.669 millones de euros mientras los gastos
aumentarán a 477.790 millones. Otra vez, en 2017 España volverá a
ser el país de la Unión Europea que salde sus cuentas con el mayor
déficit y que la Comisión, a diferencia de lo que pronostica nuestro
Gobierno, sitúa en el 3,8%, en cuyo caso sobre un PIB de 1.157.156
miles de millones de euros hablaríamos de casi 48.000 millones de
euros.
Dos cosas están meridianamente claras: los ingresos públicos van al
alza y los gastos públicos no van a la zaga. Si en 2015 los ingresos
públicos fueron de 413.456 millones de euros, en 2017 los 435.669
millones suponen un aumento de 22.213 millones de euros. Confiemos
en que nuestra economía galope porque de lo contrario los impuestos
crecerán en progresión geométrica. En cuanto a los gastos, de recato
muy poco. Los 468.421 millones de euros de 2015 saltan a 477.790
millones en 2017; por tanto, crecen en unos 9.400 millones. Y en
2018, la diferencia en las previsiones de déficit público entre lo
que pronostica la Comisión Europea y lo que predice nuestro Gobierno
son considerables. La primera lo establece en el 3,2% del PIB
español y el segundo en el 2,2%. Ese puntito de diferencia no es
baladí puesto que bajo un PIB estimado del orden de 1,210 billones
de euros, a tenor de los cálculos de Bruselas nos iríamos a un
déficit de unos 39.000 millones de euros y según Madrid a solo unos
27.000 millones. Así que 12.000 millones de euros andan en juego.
Nuestro Gobierno augura que en 2019 el déficit público se constriña
al 1,3% sobre el PIB que, en base a sus proyecciones, alcanzaría
1,262 billones de euros. De ser así, equivale a suponer, que es
mucho suponer, que nuestro déficit caería a más o menos unos 16.400
millones de euros. ¡Loado sea el cielo si tales vaticinios se
cumplen porque ello significaría que por fin se ha entrado en una
seria senda de corrección deficitaria!
En cuanto al reparto del déficit para el período 2016–2019 entran en
juego los intereses de unos y otros, o sea, de la Administración
Central y las Comunidades Autónomas. De hecho, las entidades
locales, encarnadas fundamentalmente por nuestros ayuntamientos,
llevan cuadrando sus cuentas últimamente y esa tónica proseguirá
entre 2016 y 2019. ¡Bravo por nuestros ayuntamientos que se han
plegado a exigencias presupuestarias y se muestran celosos en el
cumplimiento de déficit cero! Por eso, si en alguien puede confiar
el votante, aun cuando siempre haya excepciones, es en los políticos
de proximidad, los que pisan la calle, hablan con nosotros y
escuchan a su gente.
Pagar las pensiones
La Seguridad Social irá reduciendo su déficit previsto para 2016 en
el 1,7% del PIB, para 2017 en el 1,4% del PIB de ese año, en 2018 en
el 1,2% del PIB de tal año y en 2019 en el 1% del que será el PIB de
aquel ejercicio. Traduzcamos ese déficit a euros. En 2016 nuestra
Seguridad Social liquidará sus cuentas con una pérdida de 18.950
millones de euros de conformidad con las previsiones oficiales
mientras que en 2017 serán 16.200 millones. Ya en 2018 se reduciría
el desajuste de la Seguridad Social a unos 14.500 millones de euros
y en 2019, el año de la esperanza antideficitaria, a unos 12.600
millones de euros. En el horizonte, más o menos cercano, empero un
desafío: ¿Cómo demonios cuadrar el pago de las pensiones en 2018,
que incluirán las pagas extraordinarias cuando el fondo de reserva
de aquellas se agote en el transcurso de 2017? Una buena pregunta
que merece unos párrafos concretos.
Como verá el amable y paciente lector, no hablamos ahora de ese
pulso deficitario que mantienen Administración Central y Comunidades
Autónomas. ¡Es que este tío —por menda— es catalán, independentista
y del Barça! Como en cierta ocasión me espetó una persona del
auditorio, dentro del tiempo de coloquio, en una conferencia que di
en La Coruña. Pues no, le respondí. “Lamentándolo mucho no ha
acertado usted en nada. Uno es barcelonés, catalán, español,
orgulloso de ser europeo, nada independentista y ¡del Espanyol!”.
Bromas aparte, el calado del reparto deficitario merece unas líneas
específicas porque es un tema que no se puede abordar
superficialmente ni con algo de frivolidad, como a veces se hace.
Así que le dedicamos otro trabajo al pulso deficitario entre la
Administración Central y las Comunidades Autónomas. ¡Abrazos
virtuales y entusiasmo a raudales!
Depredadores y carroñeros
La respuesta al terrorismo no puede consistir en hacer el caldo
gordo a populistas
Isabel San Sebastián ABC 23 Diciembre 2016
Nuestro mundo está desarrollando a toda velocidad dos especies de
individuos particularmente dañinas para el conjunto de la humanidad:
los depredadores de sus semejantes y los carroñeros cuyo crecimiento
depende de esos seres inmundos.
Los primeros matan indiscriminadamente, movidos por un empeño
asesino irracional e incontrolable. Matan por despecho, por odio,
por frustración, porque sienten no tener nada que perder y sí mucho
que ganar haciéndolo. Matan a hombres, mujeres, ancianos o niños por
igual, independientemente de su religión, nacionalidad o raza;
cualquier persona es susceptible de convertirse en su presa, aunque
encuentran especial deleite en atacar a quienes tienen el coraje de
desafiar sus dogmas. Matan convencidos de alcanzar de ese modo
infame el paraíso reservado a los combatientes de la fe islamista
propagada por sus fanáticos apóstoles. Matan en cualquier lugar del
planeta mediante aviones comerciales convertidos en misiles, trenes
transformados en fosas comunes, camiones lanzados contra multitudes
indefensas, tiros, acuchillamientos, fuego o cualquier otro método
susceptible de aterrorizar a sus enemigos, categoría que engloba a
todos los que pensamos, sentimos, actuamos o creemos de un modo
diferente al suyo. Matan de manera fría y calculada, sin previo
aviso ni ruptura formal de hostilidades, dado que declararon la
guerra hace tiempo a cualquiera que se interpusiese en su camino.
Matan a traición, sin piedad, incluso a quienes les habían abierto
los brazos para acogerlos en su propia casa cuando huían de los
conflictos que asolan su tierra natal. Son la abrumadora minoría de
un colectivo humano que crece y se multiplica en los cinco
continentes, pero una minoría capaz de convertir en pesadillas
gestos tan cotidianos como volar, viajar en ferrocarril, acudir a un
desfile festivo o visitar un mercadillo navideño.
Los segundos, subespecie parásita de esa humanidad involucionada
hacia la brutalidad, han encontrado en ella una fuente abundante de
apoyos fruto de la demagogia más sucia. Son los que desde la extrema
derecha de Alternativa para Alemania claman contra la canciller
Angela Merkel, achacándole personalmente a ella «los muertos de
Berlín», y los que desde el extremo opuesto hicieron lo propio con
el presidente Aznar, convocando manifestaciones de acoso al que
calificaron de «asesino» tras los atentados del 11-M. Algunos, como
Pablo Iglesias, han llegado a presumir de esta hazaña, gestada, dice
él, en la Facultad de Ciencias Políticas. Esos carroñeros no vacilan
en embestir a los gobiernos que pretenden derribar, utilizando como
arietes a las víctimas del terrorismo. Invierten torticeramente los
papeles, sacando de la ecuación a los autores de las matanzas para
imputárselas a sus adversarios políticos, culpables de actuar con
arreglo a los cánones democráticos que rigen en el Occidente
cristiano. Se lucran impúdicamente en las urnas de la sangre
derramada por esos depredadores, que se mofan de nuestras mezquinas
disputas al no conocer otra ideología que la del dogmatismo feroz.
Vivimos días oscuros, sin duda. El terrorismo islamista golpea
implacablemente el corazón de nuestras sociedades y ha logrado
infiltrar a sus secuaces en nuestras calles y plazas para sembrarlas
de espanto. Pero la respuesta a esas bestias no puede consistir en
hacer el caldo gordo a populistas de uno u otro signo, porque si en
algo conciden depredadores y carroñeros es en su hostilidad
manifiesta al pluralismo y la libertad. Nada se asemeja tanto al
fanatismo religioso como el totalitarismo político. La historia se
ha encargado de probarlo hasta la saciedad. Por eso es indispensable
incrementar la seguridad tanto como la información. Reforzar los
controles que hagan falta. Hacer mucha más pedagogía. ¿Rendir
nuestras convicciones? ¡Jamás!
Renuncia extemporánea.
Vicente A. C. M. Periodista Digital 23 Diciembre 2016
José María Aznar ha renunciado al cargo de Presidente de Honor del
PP y, en sus propias palabras, se queda como militante de base del
PP. Y me pregunto, ¿de qué PP? Desde luego que no es el que él ayudó
a reflotar y a consolidar como líder indiscutible de la derecha en
España y alcanzar la mayoría absoluta en unas elecciones generales.
No es aquél partido que integraba la ideología liberal, que era el
impulsor de la lucha contra el terrorismo y referente moral en la
defensa de las víctimas con iconos como Mayor Oreja y María San Gil.
Pero también de aquél PP pragmático de pactos de conveniencia con el
nacionalismo vasco y catalán, haciendo una política continuista de
la del PSOE con las consecuencias obvias que padecemos ahora con el
secesionismo.
Aznar ha renunciado ahora, cuando lo debería haber hecho hace ya
unos cuantos años si hubiera tenido un mínimo de coherencia y
vergüenza torera. Lejos de eso, quiso mantenerse en una posición de
retaguardia en un segundo plano político en FAES, pero queriendo
enmendar el grave error de haber designado como sucesor a Mariano
Rajoy y haber callado de forma cómplice con la deriva del partido
tras el Congreso de Valencia. Y es que cada uno es rehén de sus
palabras, pero también de sus clamorosos silencios. Su crítica de
los últimos tiempos, ha sido como esa tortura china de la gota de
agua, pero cuyos efectos han sido nulos. Porque más bien ha sido
para el PP como ese chirrido desagradable de una sierra eléctrica
sobre metal, o el de un martillo picador neumático. Se coge descanso
cuando deja de oírse. Y ahora su obra ha terminado.
De hecho, en el PP ya piensan en crear otra fábrica de ideas y
proyectos, una Fundación nueva, o transformar la existente de
“Humanismo y democracia”. Dos conceptos inexistentes en ese partido
de Mariano Rajoy. Su humanismo es simplemente el pragmatismo de
mantenerse en el poder y aplicar una política acomodaticia y de
corte socialdemócrata, con subidas indiscriminadas de impuestos,
renuncia a su componente “cristiana” y anulación definitiva de los
rescoldos del liberalismo cuyo máximo exponente era Esperanza
Aguirre. Un PP transfigurado en clon indistinguible de lo que era el
PSOE de Felipe González en su última etapa de gobierno antes de la
radicalización de Zapatero.
FAES no tardará tampoco mucho en desaparecer, salvo que sus mecenas
se tomen más en serio su labor de ser un contrapunto a esta derecha
desdibujada e irreconocible de este PP de Mariano Rajoy. Incluso,
este parecería ser un buen momento para impulsar la revitalización
de la derecha española que no tiene miedo ni se avergüenza de serlo.
El liberalismo ya no tiene cabida en el PP y debe decidirse de una
vez en abandonar un proyecto con el que nunca puede sentirse
identificado. No hay que tener miedo a ese “frío” que dicen que
existe fuera del PP. Hay que salir y buscarse un lugar propio donde
trabajar por el futuro de España, algo que los del PP han supeditado
a sus intereses partidistas y que incluso están dispuestos a
mercadear para satisfacer las aspiraciones independentistas.
La derecha española no puede seguir acomplejada y seguir dejando que
otros se auto proclamen lideres morales de la igualdad y de la
solidaridad. Porque el que calla, otorga y pierde toda legitimidad.
Aznar calló durante mucho tiempo y cuando habló lo hizo con rodeos,
con parábolas, con insinuaciones veladas y con medias palabras. Le
faltó el valor que demostró cuando se sobrepuso al atentado
terrorista en su coche cuando era líder de la oposición. Ahora su
gesto de abandono pronto será olvidado y muchos dormirán más
tranquilos.
Con esta despedida se cierra una etapa que algunos se encargarán de
enterrar definitivamente y borrarla como si nunca hubiera existido.
Un PP que seguirá acomplejado por una izquierda que persistirá en su
acusación de ser la heredera del franquismo, la de la Guerra de
Irak, la del chapapote del Prestige, la de los atentados del 11M, la
de la burbuja inmobiliaria, la de la corrupción, la de los recortes
sociales y demás demagogia populista sin respuesta. Porque el PP
también ha callado y ha otorgado, algo que ha terminado por calar en
una opinión pública dispuesta a aceptar un culpable de todos los
males.
Unos que se van, pero es el momento de que otros vengan a recoger el
estandarte abandonado por el PP y lideren el resurgir de la derecha.
A pesar de Carmena y la izquerda radical podemita, con el sorteo de
Navidad, se comienza oficiosamente en España las Navidades, una
tradición de siglos anclada en el cristianismo. Al menos, deberían
mostrar respeto y no perseguirlo ni deformarlo con sus ridículas
imitaciones paganas.
¡Qué pasen un buen dia y que tengan suerte los que jueguen a la
Lotería!
La política y la lotería electoral
José Luis González Quirós vozpopuli.com 23 Diciembre 2016
Una manera fácil de resumir lo desconcertante que resulta la
situación política y su lejanísima relación con la realidad que vive
la mayor parte de la sociedad española sería decir que Aznar se
distancia del PP, mientras que Zapatero vuelve a ser el talismán de
los que quieren arreglar el PSOE sin reconocer lo perdidos que
están.
Este desajuste entre el tran-tran del que gustan los políticos al
uso y lo que siente y padece el personal de a píe es un rasgo muy
común en el mundo contemporáneo, y un factor que no se puede perder
de vista a la hora de explicar fenómenos que nadie había previsto.
Política y magia
La influencia de Zapatero está siendo más larga de lo que se hubiera
podido imaginar. Tras un primer período de pitorreo por los
resultados de sus grandes medidas, parece como si la parte del PSOE
que, como el barón de Münchhausen, pretende levantarse de su
postración electoral tirándose de sus pelos, creyera que una mezcla
adecuada de las poéticas directrices del falso leonés y de cuquería
parlamentaria pudiera devolverle a la posición de privilegio que
siempre ha tenido como propia. La política tiene siempre un
coeficiente de azar, pero esa realidad de lo imprevisible no
autoriza a creer en los milagros, ni siquiera a los que aspiran a
transformar a Susana Díaz en una especie de Juana de Arco del
federalismo.
Rajoy, por su parte, confía en poder restaurar la mayoría perdida a
base de esa mezcla tan personal de impavidez e insignificancia, y
parece creer que, pese a haber abandonado cualquier especie de
activo político distinto al miedo inducido, podría llegar a ser el
líder natural de una nueva mayoría sin fundamento alguno a base de
seguir subiendo impuestos y poner cara de que lo hace sin ninguna
gana.
Son dos formas distintas de creer en que, por razones tan arcanas
como inexplicables, los electores españoles volverán de nuevo a
votar más de lo mismo… y, aunque podrían estar en lo cierto, no es
este el momento más adecuado para creerlo, porque un porcentaje
realmente alto de electores les ha abandonado y es muy difícil
imaginar mayoría alguna sin conseguir el retorno de esos exiliados.
¿Nuevos partidos?
La situación es tan distinta al mar calmado que, efectivamente, se
ha dado lugar a la aparición de nuevas fuerzas con un cierto grado
de pujanza y madurez. El panorama es bastante distinto si se mira
desde la derecha o desde la izquierda. En la derecha no ha habido
oportunidad de desafiar seriamente el poderío del PP de Rajoy,
mientras que Podemos sí se ha convertido en una amenaza grave para
la subsistencia el PSOE. El caso de Ciudadanos es muy peculiar
porque, y en eso coincide con Podemos, se ha edificado a lomos de
los errores ajenos, sin atreverse a proclamar otro mensaje político
que la obviedad de que hay que hacer bien lo que otros hacen mal, no
ser corruptos, ser civilizados, mucho dialogar, no excluir, la
caraba de la corrección política, aunque, justo es reconocerlo, con
el mérito indiscutible de haber empezado a despuntar en tierras
especialmente hostiles, como hace un par de días recordaba aquí
mismo Juan Carlos Bermejo.
Es muy probable que Ciudadanos haya perdido la oportunidad de ser un
partido autónomo y de brillante porvenir, al no saber apropiarse del
bagaje de UPyD, error en el que tuvo ilustrísimas ayudas, y, algo
después, al no atreverse a explotar a fondo el interesante amago de
coalición suscrito con el difunto Sánchez: ya se verá, pero si hacer
un partido nuevo es tarea difícil, pretender hacerlo sin lugar
propio, al albur de los corrimientos de otros, bordea el disparate.
A estas alturas, su empeño en decir que es más liberal que
socialdemócrata parece claramente insuficiente, y puede que sirva
para demostrar que no es ni lo uno ni lo otro, lo que unido a su
bisoñez parlamentaria y a su ridículo empeño en corregir y blanquear
a Rajoy lo puede acabar relegando al limbo al menor descuido.
¿Tiene porvenir el aznarismo?
El desmarque definitivo de Aznar respecto a lo que actualmente es el
PP, al tiempo que hace un guiño de gratitud y complicidad a los
militantes y a sus electores, apunta en una dirección muy distinta a
la de cualquier autocomplacencia. Aznar certifica lo que nadie puede
negar, que este PP que ha servido para prorrogar el rajoyismo tiene
muy poco que ver con lo que Aznar pretendía. El expresidente es para
una gran parte de la izquierda una especie de monstruo al que
atribuyen toda clase de males, desde el separatismo hasta la
escarlatina, y, por ello mismo, no es alguien que deje indiferente a
la mayor parte de los votantes del PP del pasado y de ahora mismo.
El giro aznarista es la prueba del nueve de que, por mucho que Rajoy
y los abundantes medios que trabajan para Soraya se empeñen en
ocultarlo, no todo es aquiescencia política con el rajoyismo entre
los electores del PP. Aunque no suela subrayarse, la mayoría
política de la derecha se ha construido a base de sumar en un único
partido tendencias políticas diversas, y ahí ha residido la ventaja
conservadora frente a una izquierda todavía dividida por la
persistencia del mito revolucionario, por el insólito y permanente
blanqueamiento de los sepulcros del comunismo.
Lo insólito del rajoyismo es que haya decidido ampliar ese capital
político a base de ser una especie de ala conservadora y
tecnocrática de la socialdemocracia en periodo de universal
decaimiento, convencido de que en la derecha prevalecería el reflejo
autoritario del “prietas las filas” y el vago aroma de la
tecnocracia desarrollista y funcionarial que se ha hecho con las
riendas del partido. Pero eso ha dejado ya de ser así, y el paso
dado por Aznar no puede conducir a otra cosa que a un debate de
fondo en la derecha, a un fortalecimiento de su elemento liberal y a
la formulación de planes políticos precisos, mucho más allá del
“esto es lo que hay”, la “normalidad” y el “sentido común” con los
que se ha pretendido caracterizar una política que niega cualquier
clase de libertad, que ahoga cualquier iniciativa, y que promueve la
sumisión al Estado y a las políticas de narcotización como dogma
compartido con la izquierda declinante.
La dificultad no está en el proyecto sino…
Poner en píe una derecha distinta será una tarea titánica, y no es
fácil recomendar la estrategia adecuada para el éxito, ni adivinar
el momento, pero toda tarea, por hercúlea que parezca, comienza con
un primer paso. Lo que más puede favorecerlo es la evidente crisis
del bipartidismo residual, una crisis que puede acabar llevándose
por delante al PP de Rajoy, del mismo modo que puede sepultar
definitivamente las posibilidades de un PSOE que meramente pretenda
vivir del equívoco prestigio de su pasado. Ambos partidos van a
tener oportunidades de recomponerse, y, más aún, de redefinirse, de
cambiar, y es evidente que no estaría nada mal que pudieran hacerlo
tras la cura de humildad que les debiera procurar su desprestigio y
la displicencia ciudadana.
Con una cultura política distinta a la que es común entre nosotros,
me parece obvio que ambas recomposiciones podrían ser llevadas a
cabo con éxito. El PSOE tiene la ventaja de ser una organización más
capilar que el PP y mayor capacidad de debate, pero se sigue negando
a someter a discusión lo que es la causa de sus males, esa mezcla
deletérea de su confusión con los nacionalismos de cualquier especie
y su mala digestión de las transformaciones que necesita una
izquierda. El PP, por el contrario, carece de cualquier capacidad de
debate, pero, a cambio, tiene quien le puede plantear una
alternativa en términos lo suficientemente claros, y habrá de
decidir entre agotarse y desaparecer o refundirse y refundarse en un
partido liberal y democrático de verdad, lejos de esa mezcla entre
secta y escalafón en que se ha acabado convirtiendo.
El lector, siempre improbable, me excusará si acabo confesando que,
en el día en que tantos celebran como niños los regalos de una de
las oficinas siniestras de Montoro, soy muy consciente de que sería
necesaria la aparición y el éxito de un ciudadano más consciente de
que el festival público se paga con su bolsillo, más amante de la
virtud ciudadana, más dispuesto a reconocer las necesidades y
derechos de los demás, y determinado a respetar la ley, y no
únicamente cuando le convenga. La izquierda y el PP de Rajoy han
fomentado la ilusión de una gran mentira que produce efectos
implacablemente adormecedores de la responsabilidad individual, del
valor de la libertad individual, de la bondad de la competencia. Es
hora de que una mutación política, tras décadas de persistir en los
mismos tópicos, pueda alumbrar un horizonte de nuevas esperanzas.
Puede pasar, pero no es seguro que alcancemos a lograrlo.
¿Y reformar Cataluña?
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS El Mundo 23 Diciembre 2016
La comodidad y el analfabetismo de una casta política descastada nos
ha hecho asumir como lógica una reforma de la Constitución que, en
realidad, supone su liquidación, porque suprime "la soberanía del
pueblo español", "de la que emanan todos los poderes del Estado".
Doscientos años de lucha por la libertad ciudadana se resumen en esa
proclamación: la soberanía del pueblo, de toda la nación española,
sin señoríos ni parcelas de Poder hurtadas al común y beneficiarias
de pósitos y pernadas medievales. Y toda esta regresión en algo
esencial, la igualdad de los españoles ante la Ley, para contentar a
los que, como advirtió Julián Marías a propósito del Título VIII, no
se van a contentar.
Pese a tan sabias palabras, los políticos de la época constituyente
querían que "los catalanes se sintieran cómodos", y hoy, con Cebrián
al aparato, buscan "el encaje de Cataluña en España". O sea, que 40
años después no se han contentado los que viven muy bien del
descontento, pese a que no hay región europea con el nivel de
autogobierno de Cataluña, ninguna que haya convertido en norma el
incumplimiento de la Ley ni que, representando al Estado, se haya
alzado contra el Estado para destruirlo, que es lo que hace la
Generalidad, sin que pase nada. Peor: llaman a declarar a unos
golpistas que en el Parlamento regional proclaman la independencia,
o sea, la destrucción de España, y se quejan del atropello. ¡Qué
malcriados!
Lo único que no se ha probado en estos cuarenta años de democracia
en España y 36 de dictadura nacionalista en Cataluña (la "dictadura
blanca" de Pujol que anunció Tarradellas) es lo contrario: contentar
a los españoles liquidando los privilegios de los antiespañoles, es
decir, encajar la realidad jurídica de España en la ilegalidad
política de Cataluña, no Cataluña en España, sino al revés, o sea,
del derecho. La Generalidad paga cada mes a infinitos sujetos y
organismos dedicados a la destrucción de España. ¡Qué gran momento
la Navidad para que dejen de cobrar!
Es la ley de todos los españoles, la Constitución, la que debe
reformar Cataluña, no el separatismo el que debe reformar España.
Para eso tiene el Ejecutivo todo su poder: para que se cumpla lo que
diga el Judicial. La encajera prodigiosa, o sea, Soraya, debería
entender esto: aquí, o encajamos todos o no encaja nadie.
Los muertos de Merkel
Los únicos culpables de un atentado terrorista son sus autores.
Cristina Losada Libertad Digital 23 Diciembre 2016
Una de las cosas que han cambiado desde que unos islamistas lanzaron
unos aviones contra las Torres Gemelas es el modo en que se
reacciona ante el terrorismo en las democracias. No son las
democracias occidentales los únicos países que sufren ataques
islamistas, pero es en ellas donde se aprecia claramente el cambio.
En la conmoción que causan esos atentados, empezando por el que
inició la mortífera secuencia, surge una tendencia a transferir la
culpa. Se culpa del ataque al gobierno, al presidente o a la
canciller, como acaba de ocurrir en Alemania, donde al poco de
difundirse las primeras noticias sobre el atentado contra un mercado
navideño en Berlín un dirigente de Alternativa para Alemania, Marcus
Pretzell, puso un tuit que terminaba con esta frase: "Es sind
Merkels Tote!" ("¡Son los muertos de Merkel!").
Los muertos de Merkel. Es una lógica perversa que hemos visto antes.
Cuando los miles de asesinados en Nueva York y Washington en 2001,
fueron los muertos provocados por el belicismo norteamericano.
Cuando los muertos del 11-M, fueron los muertos causados por Aznar
por su apoyo a la guerra de Irak. Cuando los muertos de Londres, en
2005, fueron los muertos de Blair por la guerra de Irak. Siempre
recuerdo a Blair en la rueda de prensa que dio después de aquellos
atentados, cometidos por islamistas británicos, cuando a una
pregunta de un periodista español sobre si no había alguna
responsabilidad del Gobierno, respondió enfadado: "Los únicos
responsables de estos atentados son sus autores".
Los únicos culpables de un atentado terrorista son sus autores. Esto
era inapelable cuando se trataba de un terrorismo interno. Aunque
parece algo remoto, sólo han transcurrido décadas desde el
terrorismo de grupos como el IRA, la Baader Meinhof o las Brigadas
Rojas, y de organizaciones terroristas palestinas. Yo espero que aún
tengamos memoria, mal que les pese a los raudos en pasar página, de
los años en que la ETA asesinaba a mansalva en España. En aquel
entonces, aquí como en el resto de Europa, ningún partido
democrático culpaba al gobierno de los atentados. Podía haber
partidos renuentes a condenar los atentados o que lo hicieran
poniéndole una vela a Dios y otra al diablo. Pero los únicos
culpables eran los autores.
Aquello que era inapelable dejó de serlo cuando apareció el terror
islamista en nuestro entorno. Por su naturaleza y su forma de
actuar, a una escala criminal inédita, ese terrorismo resulta más
pavoroso que el que habíamos conocido. Más ajeno, extraño e
incomprensible que aquellas bandas armadas, nacionalistas,
marxistas-leninistas o lo que fueran, que sembraron el terror en su
época. Y esas capas superpuestas de miedo son el filón que explotan
los que transfieren la culpa de los atentados. Porque no es que
critiquen la política antiterrorista de un gobierno, cosa legítima y
necesaria. Igual que es legítimo criticar la política alemana sobre
refugiados. Pero no, no hacen eso. Echan la culpa: son los muertos
de Merkel, de Aznar, de Blair o de EEUU, todos ellos tan asesinos
como los asesinos. De este delirio ya nadie tiene la exclusiva.
Entran en su espiral tanto sectores de la izquierda como de la
derecha. Los más extremistas de cada casa.
Alemania y el terrorismo islámico
Emilio Campmany Libertad Digital 23 Diciembre 2016
En toda Europa se burlan de las meteduras de pata de la Policía
alemana. Y, si es cierto que Alemania está enfrentando el problema
del terrorismo islámico con una culpable ingenuidad, no es menos
verdad que es algo achacable a toda Europa. Es muy probable que Anis
Amri sea el autor del atentado. Las autoridades alemanas intentaron
deportarlo, pero tuvieron que ponerlo en libertad porque carecía de
documentación y Túnez no lo reconocía como ciudadano propio. No
sólo, sino que sabían que había pasado cuatro años en la cárcel en
Italia por haber prendido fuego a un campo de internamiento. También
se sabe que entabló contacto con un clérigo extremista que a día de
hoy está en la cárcel. Y, en cualquier caso, fue calificado de
peligroso por su patente radicalismo. Y a pesar de todo le perdieron
la pista hasta que su documentación y sus huellas dactilares
aparecieron en el camión.
Las críticas tienen fundamento, pero ¿es Alemania diferente al resto
de Europa Occidental? Lo primero que hace cualquier inmigrante
ilegal es desembarazarse de su documentación porque eso incrementa
sus probabilidades de poder quedarse aquí. No se detiene a ningún
inmigrante ilegal, por muchos indicios que haya de su peligrosidad.
Y miente el país que diga que tiene bajo control a todos los
musulmanes que hayan mostrado indicios de poder convertirse en
terroristas porque no hay medios para hacerlo.
Combatimos la amenaza, en Alemania y en toda Europa, como si fuera
un problema de política criminal, cuando es mucho más. Está muy bien
decir que no nos rendiremos, que seguiremos disfrutando de nuestras
libertades y que no nos cambiarán. Pero eso será para los que
continuamos vivos. Los muertos en cambio ya no podrán disfrutar de
nada. Si hemos restringido nuestras libertades para evitar los
accidentes de carretera, aminorar los males que produce el tabaco,
disminuir el daño que trae la contaminación o combatir el cambio
climático, ¿qué inconveniente hay a que se establezcan controles
sobre la conducta de los musulmanes en nuestras sociedades? Si es
delito conducir ebrio, a una velocidad superior a la permitida,
dejar de pagar impuestos o tener dinero metálico de procedencia sin
justificar, ¿por qué no puede serlo inmigrar ilegalmente sin
documentación?
Podemos seguir fingiendo que no hay unos fundamentalistas islámicos
que quieren matarnos y esperar que a nosotros no nos toque. Pero esa
actitud es inmoral porque nos hace responsables de los asesinatos
que los islamistas perpetren en el futuro y que podrían haberse
evitado si hubiéramos tomado las medidas que con más o menos
renuncias pueden tomarse. No hay nada que nos exculpe de que Anis
Amri estuviera conduciendo el lunes pasado el camión que acabó con
la vida de esos 12 inocentes, si se confirma que fue él quien las
asesinó. Porque donde tendría que haber estado Anis Amri es en Túnez
o en un centro de internamiento o incluso en la cárcel, y no
circulando libremente a consecuencia de estar indocumentado, con
toda seguridad, por voluntad propia. Y la responsabilidad no es sólo
de Alemania.
Para qué sirve Podemos
EDITORIAL Libertad Digital 23 Diciembre 2016
Podemos es un partido que proclamaba que su presencia en las
instituciones no sólo era un paso inaplazable para dar legitimidad
al sistema democrático, sino el requisito para que, con su denodado
esfuerzo, se solucionasen todos los problemas de "la gente".
Ha pasado el tiempo y ya están en las instituciones, pero ese
arrollador trabajo que prometían por los más desfavorecidos brilla
por su ausencia. Por el contrario, los neocomunistas se están
dedicando, sobre todo, a su propias querellas internas, con un
ombliguismo que resulta sonrojante: en las últimas semanas no
dedican tiempo, esfuerzo y presencia mediática a otra cosa que no
sea la pelea de gallitos Pablo Iglesias-Íñigo Errejón. Sirva como
surrealista muestra el espectáculo de la votación sobre cómo será la
votación en el próximo congreso de su partido: semanas de mensajes
cruzados y descalificaciones han culminado en varios días de
recuento con extraños retrasos y resultados casi tan ajustados como
los que suele evacuar una asamblea de la CUP.
A lo anterior hay que sumar una ignorancia absoluta de los mínimos
rudimentos del trabajo parlamentario, para la que no puede ser
excusa la bisoñez de un partido que consiguió decenas de actas de
diputado hace un año y que, además, tiene presupuesto de sobra para
asesores competentes. Que el popular Ayllón les dé clases para
moverse por el Hemiciclo debería avergonzarles; por cierto, que el
del PP se habría podido ahorrar el papelón, que a buen seguro habrá
sulfurado a gran parte de sus votantes.
Este cuadro patético y dramático lo completan los "Ayuntamientos del
cambio", en manos de personajes como Manuela Carmena o el Kichi, que
no son capaces siquiera de ejecutar sus propios presupuestos, lo
que, pese a ser seguramente una buena noticia para los ciudadanos,
no deja de resultar una absoluta vergüenza.
El de Pablo Iglesias se está revelando como un partido enfangado en
sus querellas internas, que no es capaz de tener una actividad
mínimamente seria en el Congreso y que allí donde detenta el poder
exhibe una descomunal incompetencia. Por el momento sólo ha
demostrado ser útil para dos cosas: para que una muy mediocre casta
universitaria medre a costa del contribuyente y para que Rajoy se
mantenga en el poder, pese al rechazo que suscita incluso entre su
propio electorado.
Ojo con los trileros 1714 plus
Antonio Robles Libertad Digital 23 Diciembre 2016
Ayer publicaba Francesc de Carreras un clarificador artículo, "Ojo
con los trileros", cuya tesis básica es advertir que el "más grave
error [del nacionalismo] en la estrategia para separarse de España
ha sido optar por un camino equivocado: el de la desobediencia a la
ley". "Por esta ruta, no lo logrará nunca", afirma. Y da razones
jurídicas y políticas para demostrarlo. Ya que ese camino es
imposible, deduce, seguramente lo que en realidad buscan no es la
independencia, sino sacar mayores ventajas del Estado. Y advierte a
Sáez de Santamaría:
Ojo, vicepresidenta del Gobierno, con lo que va a negociar en los
próximos meses. Los trileros no son fiables pero son hábiles.
Efectivamente, los nacionalistas no son fiables, pero tampoco
mercaderes a secas, amigo Francesc. Si fuera una cuestión únicamente
de dinero, nunca hubieran conseguido convertir a cientos de miles de
personas en un rebaño, y a ese rebaño en un parchís cada 11 de
septiembre. Tal control de las masas sólo está a la altura de un
ejército o de regímenes totalitarios. Como no es el caso, la
sugestión colectiva filmada por TV3 cada diada la explica mejor la
avaricia del alma que la cuenta corriente. Y añade un peligro mayor,
a saber: el chantaje económico tiene precio; los sueños colectivos,
no. Sobre todo los que han perdido contacto con la realidad y han
sucumbido al delirio. Ese es el peligro que debe tener en cuenta
Sáenz de Santamaría y en el que está a punto de caer si cede una vez
más ante los nacionalistas en nombre del apaciguamiento, el buen
rollito y la seducción. Cohecho y (o) prevaricación aparte.
Llueve sobre mojado, De Carreras no habla por boca de ganso, El
Confidencial Digital ya denunciaba el pasado lunes el plan de Rajoy
para normalizar las relaciones con Cataluña accediendo a retirar una
treintena de recursos de inconstitucionalidad contra diferentes
normativas del Gobierno secesionista actualmente en fase judicial.
Empezando por los recursos contra la exclusión lingüística y el
incumplimiento de sentencias, pero no sólo. En total 32 recursos
actualmente en curso que invaden competencias del Gobierno de la
nación o incumplen directamente la Constitución.
¡Otro vez no! Los derechos hispanohablantes en Cataluña no pueden
volver a ser moneda de cambio para trapichear Gobiernos en minoría.
Ya accedió Aznar ante Pujol en el Pacto del Majestic (1996) a
cortarle la cabeza a Vidal Quadras y olvidarse de la lengua. Y miren
cómo estamos. Más insolencia que nunca ante la ley, y a punto de
creerse como niños consentidos que nadie les detendrá. Eso no tiene
nada que ver con el dinero, sino con la convicción de que el delirio
está al alcance de su mano. De la mano, o de la quema de
constituciones, banderas y sedes de partidos hostiles al proceso, de
la desobediencia a las leyes, la insurrección institucional y la
imposición de una legalidad paralela a la propia Constitución
española.
El gran peligro de ceder es que lleguen al convencimiento de que
nadie les detendrá, de que, hagan lo que hagan, siempre tendrán una
salida, de que su sueño solo es cuestión de tiempo. Hasta que un día
simplemente se planten creyendo que todo el monte es orégano y
obliguen al Estado a actuar sin dilación ni contemplaciones. Ese día
no llegará de golpe, llegará precedido de múltiples degradaciones de
la convivencia y la dignidad de millones de ciudadanos españoles que
no son nacionalistas.
Hoy el gran peligro es la intoxicación de las conciencias, la
borrachera mental de una sociedad que no sabrá metabolizar mañana la
asunción de la realidad porque la realidad es el tebeo de TV3, el
cuento interiorizado por dos generaciones de jóvenes, para quienes
el delirio es la realidad.
Sáenz de Santamaría tiene una responsabilidad histórica hoy en
evitar que el Estado tenga un problema dramático mañana. Estamos
llegando a un punto de no retorno. ¡Otra vez no!
PD: Lean el artículo de Francesc de Carreras. Mi homenaje a un
hombre bueno y honesto que acaba de ingresar en la Real Academia de
Ciencias Morales y Políticas y recibir el premio de periodismo
Mariano de Cavia. Felicidades, amigo.
Más medios, menos libertad
La dictadura políticamente correcta de Occidente nos ha cegado ante
el verdadero peligro: el islam radical
Giulio Meotti latribunadelpaisvasco.com 23 Diciembre 2016
Artículo Vía Gatestone Institute
Parecía una época dorada para la libertad de expresión: más de mil
millones de tuits y comentarios en Facebook y blogs al día. Pero,
por debajo de esa superficie, la libertad de expresión está en
dramática retirada.
Los alumnos de la Universidad de la Ciudad de Londres, que acoge a
una de las más prestigiosas facultades de periodismo británicas,
votó a favor de vetar a tres periódicos en sus campus: The Sun,
Daily Mail y Express. Su "crimen", según la moción aprobada, era
haber publicado reportajes contra los migrantes, artículos
"islamófobos" y "utilizar como chivo expiatorio a las clases obreras
que tanto se jactan de representar". La Universidad de la Ciudad, un
lugar supuestamente dedicado a la amplitud de miras y la curiosidad,
se convirtió en la primera institución educativa de Occidente en
votar a favor de la censura, y prohibir "los periódicos de
derechas".
El cineasta David Cronenberg dijo, tras la masacre en Charlie Hebdo,
que esta autocensura era "una extraña y serpentina corrección
política". Es uno de los venenos ideológicos más letales del siglo
XXI. No sólo es estrecho de miras y absurdo, también nos deja ciegos
ante el islam radical que está socavando nuestras defensas mentales
y culturales.
Los innumerables ataques a manos de extremistas musulmanes
atestiguan que el mundo multicultural al que nos han llevado es una
ficción. La corrección política no hace más que animar a los
islamistas a subir su apuesta para ganar la guerra que están
iniciando. La tensión resultante ha sido alimentada por las élites
occidentales y su complejo de culpa por el "colonialismo" en el
Tercer Mundo.
El ISIS amenaza Sylvania, una muestra artística que mostraba a
pequeños animales de peluche haciendo un picnic en un césped, sin
percatarse de los otros pequeños animales de peluche –terroristas–
armados con rifles de asalto en un montículo detrás de ellos, es
obra de la artista conocida como Mimsy (que mantiene oculta su
identidad). Los protagonistas de esta serie de pequeños cuadros
dispuestos en cajas luminosas son una familia de peluches que
habitan un valle encantado. Pistoleros, vestidos como los esbirros
del Estado Islámico, atacan a los inocentes habitantes del valle en
la escuela y en la playa, en un picnic o en un desfile del orgullo
gay. Parece una versión actualizada de Maus, de Art Spiegelman, una
novela gráfica que retrata a los nazis como gatos y a los judíos
como ratones durante el Holocausto.
Quienes deseen ver esta serie artística en la Mall Galleries de
Londres, tendrán que consolarse a partir de ahora con la obra de
Jamie McCarney, La Gran Muralla de Vagina, consistente en nueve
metros de genitales femeninos, menos importante y provocativa.
La valiente obra de Mimsy, después de que la policía británica la
definiera de "incendiaria", fue eliminada del programa de este
evento cultural londinense. Sus organizadores comunicaron a los
propietarios de la galería que, si querían exhibirla, tendrían que
desembolsar 46.000 euros "para asegurar el recinto" durante los seis
días de la exposición.
Bajo esta dictadura políticamente correcta, la cultura occidental ha
establecido dos principios. El primero, que la libertad de expresión
podrá ser restringida siempre que alguien se queje de que una
opinión es un "insulto". El segundo, que existe una mezquina doble
moral: las minorías, especialmente los musulmanes, pueden decir
libremente lo que quieran contra los judíos y los cristianos.
Censura en el escudo del Real Madrid
Y así sucedió que el equipo de fútbol español más famoso, el Real
Madrid, retiró la cruz de su escudo tras un acuerdo comercial con el
emirato del Golfo de Abu Dhabi. Se deshicieron enseguida del símbolo
cristiano para complacer a los patrocinadores del golfo Pérsico.
Tal vez, pronto se le pedirá a Occidente que cambie la bandera de la
Unión Europea –doce estrellas amarillas sobre un fondo azul– porque
incluye un mensaje cristiano en código. Arsène Heitz, que lo diseñó
en 1955, se inspiró en la iconografía cristiana de la Virgen María
con la corona de doce estrellas sobre su cabeza: ¡qué despiadado
mensaje "cristiano occidental supremacista"!
La corrección política también está teniendo un enorme impacto en
grandes empresas: Kellogg's retiró la publicidad de Breitbart por no
"coincidir con nuestros valores", y Lego retiró la publicidad de
Daily Mail, por mencionar sólo dos casos recientes.
No debería ser motivo de alarma que las empresas quieran decidir
sobre dónde anuncian sus productos, pero sí es muy alarmante que eso
ocurra por la "ideología". Nunca habíamos leído sobre empresas que
abandonan un periódico o web porque fuese demasiado progresista o
"izquierdista". Si los regímenes árabes islámicos siguieran esa
corriente, ¿por qué no iban a pedirles a sus empresas que dejaran de
anunciarse en los periódicos occidentales que publican artículos
críticos con el islam, o que publican fotos de mujeres semidesnudas?
Las bibliotecas de los campus estadounidenses están colocando ahora
"avisos de contenido" en obras literarias: a los estudiantes se les
avisa, por ejemplo, de que la sublime Metamorfosis de Ovidio
"justifica" la violación. La Universidad de Stanford se las arregló
incluso para excluir a Dante, Homero, Platón, Aristóteles,
Shakespeare y otros gigantes de la cultura occidental del currículum
escolar en 1988: al parecer, muchas de sus obras maestras son
"racistas, sexistas, reaccionarias y represoras". Este es el
vocabulario de la rendición occidental ante el fundamentalismo
totalitario islámico.
Francia ha retirado a grandes figuras, como Carlomagno, Enrique IV,
Luis XV y Napoleón de los colegios para sustituirlos, por ejemplo,
con el estudio de la historia de Mali y otros reinos africanos. En
el colegio, a los niños se les enseña que los occidentales son
cruzados, colonizadores y "malos". Para supuestamente justificar la
condena de Francia y su cultura judeocristiana, los colegios han
abonado el terreno donde el extremismo islamista se desarrolla y
prospera sin impedimentos.
Es una cuestión de prioridades: nadie puede negar que Francia está
bajo asedio islamista. La semana pasada, los servicios de
inteligencia franceses descubrieron otra trama terrorista. Pero
¿cuál es la prioridad del gobierno socialista? Restringir la
libertad de expresión a los militantes "provida". The Wall Street
Journal lo llamó "La guerra de Francia contra el discurso
antiaborto". Francia ya tiene uno de los ordenamientos jurídicos más
permisivos y progresistas sobre el aborto. Pero la corrección
política te ciega e ideologiza. "En cuatro años y medio, los
socialistas han reducido nuestra libertad de expresión y atacado las
libertades públicas", comentó Riposte Laïque.
En EEUU, el mundo académico está cerrando rápidamente sus puertas a
cualquier debate. En Yale, los profesores y alumnos están muy
ocupados estos días con una nueva urgencia cultural: el
"renombramiento". Están cambiando los nombres de los edificios para
borrar todo rastro de esclavitud y colonialismo, un revisionismo
sacado de la Revolución bolchevique de Rusia.
En todas partes en EEUU y en Reino Unido, se está extendiendo un
clima de hostilidad contra las opiniones e ideas que puedan causar
un ápice de congoja en los estudiantes. El resultado es el
surgimiento de lo que un escritor como Bret Easton Ellis ha llamado
"Generación de llorones".
Los yihadistas, sin duda, se sonríen ante esta corrección política
occidental, ya que el resultado de esta ideología será la abolición
del espíritu crítico occidental y una reeducación surrealista de las
masas mediante la aniquilación de nuestra historia y el odio hacia
nuestro verdadero pasado progresista.
A la Universidad de Bristol en Reino Unido acaban de lloverle las
críticas por intentar negar su espacio a Roger Scruton por sus
opiniones sobre el matrimonio homosexual. Entretanto, las
universidades británicas están dando espacio a predicadores
islámicos radicales. En el universo políticamente correcto, los
pensadores conservadores son más peligrosos que los seguidores del
ISIS. El exalcalde de Londres, Boris Johnson, llamó a esta distopía
"el Boko Haram de la corrección política".
Los estudiantes y el profesorado de la Universidad Rutgers de Nueva
Jersey canceló un discursó de la ex secretaria de Estado Condoleezza
Rice. Los estudiantes y profesores del Scripps College de California
protestaron por la presencia de otra ex secretaria de Estado,
Madeleine Albright, quien, según los protestantes, era "una criminal
de guerra".
A un profesor de la Universidad de Nueva York, Michael Rectenwald,
que criticó la corrección política y que se malcriara a los
estudiantes, lo echaron de las clases después de que sus compañeros
se quejaran de su "incivilidad". El profesor de estudios liberales
se vio obligado a cogerse la baja pagada. "Es un alarmante recorte
de la libertad de expresión hasta el punto de que no puedes ni
siquiera pretender ser alguien sin que las autoridades vengan a por
ti en las universidades", le dijo Rectenwald al New York Post.
No hay un mejor aliado para el extremismo islámico que esta
mojigatería de censura progresista: ambos, en realidad, quieren
suprimir cualquier crítica del islam, así como cualquier defensa
orgullosa de la Ilustración occidental o la cultura judeocristiana.
La censura está teniendo lugar no sólo en enclaves progresistas
costeros de Estados Unidos, también en Francia. Los Eagles of Death
Metal –la banda estadounidense que estaba actuando en la sala
Bataclan de París cuando los terroristas del ISIS asesinaron a 89
personas el 13 de noviembre de 2015– fueron vetados en dos
festivales musicales: Rock en Seine y Cabaret Vert. ¿Por qué motivo?
Jesse Hughes, el líder de la banda, dio una entrevista muy
políticamente incorrecta:
¿Acaso impidió su control de armas francés que muriera una sola puta
persona? Creo que lo único que lo paró fueron algunos de los hombres
más valientes que he visto en mi vida, que se enfrentaron de cabeza
a la muerte, con sus armas de fuego. Creo que en lo único en que he
cambiado de opinión es quizás que, hasta que nadie tenga armas, todo
el mundo ha de tenerlas. Porque nunca he visto muerto a nadie que
las haya tenido, y quiero que todo el mundo tenga acceso a ellas, y
he visto morir a gente que podría haber vivido. No sé.
Tras la masacre yihadista en el bar de copas Pulse de Orlando,
Facebook atendió el requerimiento proislámico y bloqueó una página
de la revista Gaystream después de que hubiese publicado un artículo
crítico con el islam a raíz de la matanza. El director de Gaystream,
David Berger, había criticado duramente a la directora del Museo Gay
de Colonia, Birgit Bosold, quien le había dicho a los medios
alemanes que los gais deberían temer más a los hombres intolerantes
que a los extremistas islámicos.
Jim Hoft, periodista gay y creador del popular blog Gateway Pundit,
vio suspendida su cuenta de YouTube. Twitter, uno de los vehículos
de esta nueva intolerancia, suspendió la cuenta de Milo
Yiannopoulos, destacado crítico gay del fundamentalismo islámico,
pero no, probablemente, las cuentas de los fundamentalistas
islámicos que critican a los gais. Twitter creó incluso un "Consejo
de Confianza y Seguridad". Recuerda al "Consejo para la Promoción de
la Virtud y la Prevención del Vicio" de Arabia Saudí. ¿Podría ser
una inspiración para los mulás progresistas?
Sí, pudo parecer una época dorada para la libertad de expresión.
Pero con esta dictadura de la corrección política, el único que gana
siempre es el islam político.
Cifuentes multa al director del colegio católico Juan Pablo II
Cifuentes cumple su amenaza y liquida la libertad de expresión en
Madrid
Con la ley contra la LGTBIfobia en la mano, la Comunidad de Madrid
sanciona al responsable de una carta en la que se advertía sobre la
ideología de género y se denunciaban los intentos de imponer una
ideología a fuerza de sanciones.
L.G. gaceta.es 23 Diciembre 2016
El director del colegio católico Juan Pablo II de Alcorcón, Carlos
Martínez, se ha convertido en la primera víctima de la ley contra la
LGTBIfobia aprobada el pasado mes de julio en la Asamblea de Madrid.
La Comunidad de Madrid, presidida por Cristina Cifuentes, ha
sancionado al director del colegio Juan Pablo II de Alcorcón con una
multa de 1.000 euros por la carta que envió a los alumnos y familias
del centro en la que advertía acerca de la ideología de género y
denunciaba los intentos de imponer una ideología a fuerza de
sanciones.
La Consejería de Políticas Sociales ha considerado que el director
de este centro católico debe ser sancionado por una infracción leve
de la ley tras haber expuesto en una carta su punto de vista sobre
la ideología de género y la ley contra la "LGTBIfobia". Ahora el
director del colegio dispone de quince días para presentar
alegaciones, según recoge la cadena SER.
La libertad en España, bajo amenaza
Esta sanción da la razón a la recién creada Plataforma por las
Libertades que en su Manifiesto señala que la libertad en España se
encuentra amenazada por la aprobación de leyes totalitarias que,
bajo el pretexto de combatir la “LGTBIfobia”, tratan de imponer una
ideología.
La Plataforma por las Libertades ha denunciado, asimismo, que estas
leyes impiden que se pueda opinar en libertad bajo pena de sanción,
niegan el derecho a la libertad de quienes no comparten la ideología
de género y atentan contra la libertad de educación y el derecho de
los padres a educar a sus hijos según sus propias convicciones.
Denunció el ‘despropósito’ de imponer una ideología a fuerza de
sanciones
La persecución contra el centro católico Juan Pablo II y su director
comenzó el pasado mes de septiembre, cuando en una carta a las
familias del colegio se señalaba que "nuestros políticos se
entretienen en generar problemas inexistentes y complicar las cosas"
y en lugar de "defender la familia y nuestras raíces cristianas", se
ocupan en desarrollar "legislaciones tan absurdas como la Ley de
Ideología de Género aprobada en la Asamblea de Madrid".
En la carta se denunciaba la "barbaridad" que supone "prescindir de
la verdad natural del hombre y del derecho inalienable de los padres
a la educación de los hijos". Asimismo, se afirmaba que la ideología
de género es una maquinación condenada a la disolución y al fracaso.
El director del centro calificó de "despropósito" pretender imponer
una ideología a fuerza de sanciones. Celebraba, asimismo, que
existan "obispos valientes que tienen clara su función pastoral de
educadores y testigos de la verdad". Esta afirmación la hizo en
referencia a los obispos de Alcalá de Henares y Getafe que
condenaron el "ataque a la libertad religiosa y de conciencia" que
suponen las leyes LGTB aprobadas en los últimos meses en la
Comunidad de Madrid.
Tras una denuncia de una asociación LGTB que tuvo acceso a esta
carta, la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid ordenó
una inspección al colegio y la Consejería de Políticas Sociales
abrió una investigación para evaluar si el contenido de la carta
conculcaba la ley contra la “LGTBfobia”. Además, la Comunidad de
Madrid envió a la Fiscalía la carta para que investigara si su
contenido incurría en posible delito.
La Inspección Educativa de la Comunidad de Madrid concluyó que la
carta del director del colegio Juan Pablo II no vulneraba la
normativa que rige los conciertos y que no había, por tanto, motivo
para la revocación del concierto educativo. Asimismo, la inspección
comprobó que las familias del colegio Juan Pablo II consultadas
afirmaban estar "muy contentas" con la educación que sus hijos
reciben en este centro de ideario católico.
y combatir la “LGTBIfobia”
La Plataforma que nació para luchar contra la censura LGTB
R. C-M gaceta.es 23 Diciembre 2016
La Plataforma por las Libertades presentó este martes su Manifiesto
para denunciar la vulneración de derechos por parte de las leyes
autonómicas LGTB que, señalan, rompen con la igualdad de todos los
españoles garantizada en la Constitución Española. Un acto presidido
por el ex europarlamentario Jaime Mayor Oreja, la representante de
VOX Rocío Monasterio y la exdiputada del PP Lourdes Méndez.
De izquierda a derecha, Rocío Monasterio (VOX), Jaime Mayor Oreja
(Fundación Valores y Sociedad) y Lourdes Méndez (Asociación Familia
y Dignidad Humana)
Como si de una premonición se tratase. La plataforma presentada este
martes dibujaba un futuro en el que la libertad de expresión no
existe y en el que las personas e instituciones son sancionadas por
expresar su opinión. El colegio Juan Pablo II ha sido la primera
víctima de estas leyes ideológicas contra las que la Plataforma por
las Libertades dará la batalla.
La exdiputada del Partido Popular y portavoz de la Plataforma
Lourdes Méndez, explicó este martes que la "libertad en España se
encuentra amenazada" y denunció que "bajo el pretexto de perseguir
la discriminación por razón de orientación sexual, o de combatir la
“LGTBIfobia”, diversas Comunidades Autónomas están aprobando leyes
totalitarias que, lejos de promover la igualdad y no discriminación,
tratan de imponer una ideología implacable y anticientífica,
atentando a su vez contra la libertad de padres, educadores,
periodistas, profesionales de la sanidad, y contra las libertades de
todos los españoles".
La también presidente de la Asociación Familia y Dignidad Humana
subrayó que esta plataforma aglutina a asociaciones de toda índole,
desde educativas hasta científicas, jurídicas o de víctimas de la
ideología de género, de diferentes confesiones, creyentes y no
creyentes, que quieren defenderse de una ideología "implacable y
anticientífica" que limita derechos como la libertad de expresión.
Unas leyes que suponen "un atropello político desconocido hasta
ahora y fruto de la presión de los lobbies".
En este sentido, y preguntada por el hecho de que partidos como el
PP -tradicionalmente defensores de los valores tradicionales- hayan
claudicado a la aprobación de estas leyes totalitarias, la
exdiputada señaló que todos los gobernantes, de uno y otro signo, se
han plegado a las consignas de los grupos de presión LGTB.
Por eso, y porque el recurso presentado por las asociaciones que
integran la Plataforma ante el Defensor del Pueblo fue ignorado, la
batalla continúa ahora desde la sociedad civil: "Esta plataforma
nace como reacción a ese atropello político, cometido de espaldas a
los ciudadanos y fruto de la presión de lobbies que pretenden
arrogarse la representación exclusiva de las personas con
inclinación homosexual", explican.
¿A quién desprotege?
Durante la presentación del Manifiesto, la Plataforma por las
Libertades señaló que estas nuevas leyes ideológicas desprotegen,
además de a los niños en las aulas (víctimas del adoctrinamiento
LGTB), a científicos que ven coartada "la investigación y la verdad
científica pudiendo ser sancionados si el resultado de las mismas y
su difusión contradice lo que afirma la ideología de género".
También a los profesionales de la Sanidad, que defienden el "derecho
a la autonomía del paciente y a la libertad individual ante leyes
que prohíben someterse a una terapia de reorientación de la
inclinación sexual" aun cuando es tal la voluntad de la persona que
solicita la terapia. Los profesionales de la Información, explican
desde la Plataforma, también pueden ser víctimas de estas leyes que
"impiden que se pueda opinar en libertad, bajo pena de sanción y
obligan a los medios de comunicación a incluir en sus programaciones
contenidos que difundan la ideología de género".
"La homosexualidad no puede convertirse en un dogma de Estado, un
tabú sobre el que no quepa la discusión pública, una excepción a la
prohibición de la censura establecida por el art. 20.2 de la
Constitución. Sobre la sexualidad se puede y se debe opinar, con
respeto y sin imposición, en libertad. Algo elemental que rechazan
estas Leyes", concluye la Plataforma.
Respecto a los niños, las asociaciones firmantes recuerdan que son
los padres los que tienen el derecho a educar a sus hijos según sus
convicciones morales y denuncian que estas leyes "atentan de forma
clara contra la libertad de educación de los padres, ya que obligan
a todos los colegios a impartir las doctrinas del lobby LGTBI. La
competencia del Estado en la formación de los alumnos en valores y
virtudes cívicas es incuestionable. Pero el Estado no tiene derecho
a abusar de su responsabilidad educativa inculcando una determinada
concepción del mundo, de la persona y de la sexualidad, y privando
así a los padres del derecho a transmitir a sus hijos sus propias
concepciones", señala.
Derogación
Desde Plataforma por las Libertades se insta a la derogación de
estas "leyes totalitarias" y se anuncia una larga batalla:
"Emplearemos todos los recursos que nos da el Estado de Derecho en
defensa de las libertades y de los principios constitucionales, para
lo cual nos acogeremos a la objeción de conciencia cuando ello sea
preciso y recurriremos a las acciones democráticas a las que, como
ciudadanos tenemos derecho".
Puede unirse a la Plataforma por las Libertades desde este enlace:
Plataforma por las Libertades
PROMOVIDO DESDE LA ONU
Ménard, ante el juez por denunciar la
'población de sustitución'
Arturo García gaceta.es 23 Diciembre 2016
El alcalde francés será juzgado por delitos de odio tras alertar de
las "políticas de reemplazo" que están teniendo lugar en Francia con
la población musulmana.
Robert Ménard puso de manifiesto un fenómeno que se repite en muchas
ciudades francesas: "En una clase de un colegio, el 90% de los niños
son musulmanes. Obviamente, eso es un problema. Hay que poner un
límite al multiculturalismo y defender la cultura tradicional
francesa".
Ménard, alcalde de la ciudad de Beziers, señaló que las políticas de
François Hollande estaban permitiendo el "reemplazo" de los
cristianos por inmigrantes musulmanes. Desde la ONU, las élites
globalistas llevan meses advirtiendo acerca de “los necesarios
flujos migratorios” para reemplazar a la “envejecida” población
europea.
Según el fiscal de París estas declaraciones suponen un delito de
"incitación a la discriminación, el odio o la violencia contra un
grupo de personas debido a su pertenencia a una nación, raza o
etnia".
Ménard no ha tardado en salir al paso y ha asegurado "estar muy
contento con la descripción de la ciudad" y cree que las acusaciones
"no están fundadas".
'Hay que recuperar la identidad'
Ménard, cofundador y expresidente de Reporteros sin Fronteras, logró
llegar al poder de este municipio del sur de Francia con el apoyo
del Frente Nacional y desde entonces ha puesto en marcha varios
planes para “recuperar la identidad” de la zona.
En el mes de septiembre, el alcalde se refirió al comienzo del curso
y, a modo de ejemplo, explicó la “diversidad” en las escuelas de
Béziers: “Algunos centros tienen un 91% de alumnos musulmanes y eso
no representa a Francia”. “Evidentemente es un problema, hay
umbrales de tolerancia”, sentenció.
Haciendo referencia a De Gaulle, Ménard reiteró sus declaraciones
con una cita atribuida al general francés: “Somos antes que nada, un
pueblo europeo, de raza blanca, de cultura griega y latina y de
religión cristiana”.
******************* Sección "bilingüe"
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El jersey gris
Iñaki Arteta Libertad Digital 23 Diciembre 2016
A nuestro estado social actual, ausente de violencia asesina, se le
está llamando normalidad. A nada que uno dedique un cuarto de hora
de atención a esta parte del norte de España, decir que la situación
es de normalidad chirría.
Hace unas semanas presenté en Madrid mi última película documental
Contra la impunidad. Hacía frío esa tarde y antes de ir al cine me
puse debajo de la chaqueta un jersey gris oscuro. Recuerdo
perfectamente haberlo estrenado en la presentación de mi primera
película con temática comprometida, Sin Libertad, en Bilbao en
diciembre de 2001.
El papel del arte es obligar al público a mirarse en ese espejo para
que vean cosas que saben pero que les asusta
A cierta edad, y si uno no varía mucho de talla, la ropa puede durar
casi eternamente si la cuidas un poco. Así que ahí estaba yo,
estrenando una película en 2016 con un viejo jersey que me evocaba
un momento similar de hace 15 años. A lo largo de estos años he
dejado por el camino una serie de películas que, como el jersey,
tengo la sensación de que aún sirven a día de hoy. Pero no sólo como
huellas de algo que pasó, sino como llamada a la reflexión en un
momento como el actual en el que se repite la palabra "normalidad"
como resumen eficaz del estado de las cosas en este País Vasco
post-ETA.
Ciertos autores creamos obras que son como espejos en los que la
gente corriente debe mirarse aunque incomode. Estos espejos están
permanentemente ante nosotros esperando que nos situemos delante
para descubrirnos algo sobre nosotros mismos, sobre nuestro propio
tiempo pasado. El papel del arte es obligar al público a mirarse en
ese espejo para que vean en él cosas que ya saben pero que les
asustan o de las que les cuesta demasiado hablar porque no se
encuentran las palabras adecuadas.
Ahora, a nuestro estado social actual ausente de violencia asesina
se le está llamando normalidad, un estado en el que abunda el
silencio de siempre.
Todos tenemos dos copias de cada uno de los genes, uno que heredamos
de la madre y otro del padre. A la combinación de genes que hemos
heredado se le denomina genotipo, mientras que el fenotipo es el
conjunto de caracteres visibles que un individuo presenta como
resultado de la interacción entre su genotipo y el medio ambiente.
Tras vivir medio siglo bajo el estigma del miedo y el silencio, ese
silencio ambiental ha debido penetrar en nuestra genética.
La suerte siempre sonríe al nacionalismo que ahora es cortejado por
los partidos "españoles" tanto en su Autonomía como desde el
Gobierno central.
La normalidad exportada como concepto tranquilizador para el resto
de nuestros compatriotas oculta parecidos fantasmas a los de hace 15
años. En la universidad pública los radicales han boicoteado las
últimas elecciones a rector con duros enfrentamientos contra la
Ertzaintza, en los que ésta ha salido peor parada que los
estudiantes. Las agresiones de Alsasua llaman la atención debajo de
nuestras fronteras, pero aquí todos sabemos qué tipo de gente vive
en nuestros pueblos y qué es lo que entienden por reconciliación.
Pueblos y universidad ocupados por elementos radicales son el
ambiente normalizado. Como normales vienen siendo las ya
tradicionales actitudes de deslealtad y ambigüedad del nacionalismo
con el "Estado", sus reverencias a la monarquía en Bilbao la víspera
de un nuevo desplante en Madrid, su aparente y sobrevalorada
racionalidad política actual combinada con el apoyo explícito a los
radicales catalanes encausados por desacato o con la pasividad por
el detalle de que se rompa una foto del Rey en una tertulia de la
ETB. La suerte siempre sonríe al nacionalismo que ahora es cortejado
por los partidos "españoles" tanto en su Autonomía como desde el
Gobierno central. Mientras, la presencia española en la CAV se
desvanece cada día y el despropósito de la normalización lingüística
es, a pesar de haberse descubierto su efecto contraproducente en el
informe PISA, imparable.
Mi vecino no tiene problema alguno en exhibir su cercanía con los
terroristas encarcelados colgando una banderita alusiva en su balcón
y dentro de unas semanas se paseará por las calles de Bilbao rodeado
de miles de hooligans como él exigiendo medidas de gracia para sus
asesinos mientras en las aceras el resto mira escaparates.
Desde hace 40 años esta sociedad produce en cadena individuos sin
cultura, sin memoria, sin coraje ni espíritu crítico.
A nada que uno dedique un cuarto de hora de atención a esta parte
del norte de España, decir que la situación es de normalidad
chirría. Decir que permanece el odio que empujó a unos a matar puede
parecer exagerado pero no es así, basta leer en el diario DEIA los
comentarios a la noticia acerca del tertuliano que ayer rompió una
foto del Rey en un programa de la ETB.
Se está manejando un guión común, una serie de mentiras que los más
y los menos radicales se están contando a sí mismos e intentando
imponer a los demás. Cuando el nacionalismo tiene poder para dictar
la ley, la dicta por todas partes, también en los colegios, la
cultura y los medios. Desde hace 40 años, esta sociedad produce en
cadena individuos sin cultura, sin memoria, sin coraje ni espíritu
crítico. Los gobiernos españoles de derecha o izquierda son
igualmente responsables de este pasotismo generalizado.
Creo que el arte allana el camino para el activismo porque
posibilita el debate sobre los problemas y éste es el paso previo
para que la sociedad los aborde. He pasado estos últimos 15 años
viendo recurrentemente mis películas y compruebo cómo los aspectos
fundamentales de denuncia no han variado en todo este tiempo.
Mantener el odio va a ser lo normal. Y yo con el mismo jersey.
Treinta años esperando Justicia
La Fiscalía pide citar a declarar como imputados a 'Kubati' y Latasa
por un doble crimen
FERNANDO LÁZARO Madrid El Mundo 23 Diciembre 2016
El apellido Mateu es uno de los que más ha sufrido el terrorismo de
ETA. Los etarras asesinaron a tiros, primero, al padre, José
Francisco Mateu Cánoves, magistrado del Tribunal Supremo y último
presidente del Tribunal de Orden Público, el 16 de noviembre de
1978. Años después, otro comando de ETA acabó con la vida del
teniente Ignacio Mateu Isturiz, uno de sus siete hijos, en una
atentado perpetrado en 1986 en las cercanías del cuartel de la
Guardia Civil en Arechavaleta (Guipúzcoa). Ahora, 30 años después,
la Audiencia Nacional reabrirá la causa por este último crimen a
petición de la Fiscalía.
El Ministerio Público ha elevado un escrito al Juzgado de
Instrucción número 2 en el que solicita la reapertura de un sumario
cerrado y la acusación contra dos de los etarras más significados
durante los años 80. Se trata de José Antonio López Ruiz, Kubati, y
José Miguel Latasa Guetaria. Ambos formaron parte del comando que
asesinó, entre otros, a María Dolores Katarain, Yoyes, la primera
que intentó abandonar ETA y que fue liquidada a tiros.
La Fiscalía solicita al juez Moreno que cite a declarar en calidad a
investigados a ambos. Kubati salió de prisión de forma precipitada
en aplicación de la sentencia de Estrasburgo que tumbaba la doctrina
Parot.
La fiscal Carmen Monfort explica en su informe, al que ha tenido
acceso EL MUNDO, que sobre las 6.40 horas del día 26 de junio de
1986, se produjo un atentado, cometido presuntamente por miembros de
la organización terrorista ETA, contra el cuartel de la Guardia
Civil de Arechavaleta (Guipúzcoa), utilizando tubos lanzagranadas
que no causaron daños materiales ni heridos.
Cuando los miembros de la Unidad Antiterrorista de la Guardia Civil
se desplazaron a un monte en las inmediaciones, con el fin de
localizar y examinar el artefacto, se produjo la explosión de una
bomba-trampa con aparato temporizador, que causó la muerte a los
miembros de la citada Unidad Ignacio Mateu Isturiz y Adrián González
Revilla.
En los tubos lanzagranadas que se encontraban atados a un árbol,
fueron halladas tres huellas anónimas, cuyo cotejo dio resultado
negativo en aquella fecha. Por este motivo, el fiscal pidió en 1988
el sobreseimiento provisional de la causa.
Pese a los nuevos informes emitidos por el Grupo de Información de
la Guardia Civil tanto en 1998 como en 2001, la causa abordó una
serie de diligencias que tampoco fueron concluyentes y quedó de
nuevo sobreseida.
Desde la Fiscalía se pidió de nuevo otro informe a la Guardia Civil,
una vez que se reciben nuevos datos desde Francia sobre atentados
antiguos y de que el Instituto Armado también revise sus archivos y
levanta el polvo para tratar de esclarecer los casos aún pendientes
de poner nombre y apellidos a los asesinos de ETA.
El padre del teniente Mateu Isturiz fue asesinado por ETA en 1978, y
él en 1986
Así, la Fiscalía solicitó un nuevo informe al Servicio de
Información de la Guardia Civil, por si hubieran «surgido nuevos
indicios que permitiesen imputar la autoría de los hechos a personas
concretas». El pasado 25 de octubre, los especialistas de verde
elevaron un informe en el que detallaron todos los datos sobre el
comando Goiherri Kosta, integrado por los investigados, en relación
con este atentado.
Apuntan que en el lanzagranadas utilizado en el atentado reclamo
aparecían huellas dactilares que en su día no se identificaron pero
que, posteriormente, se supo que eran de los ahora investigados.
Y constatan una carta manuscrita por uno de los miembros del comando
no identificado, fechada 9 de septiembre de 1987, dirigida a
Santiago Arróspide Sarasola, en la que se afirma: «Lo que sí nos
hemos enterado es que le tienen mucho miedo a que les demos a los
cuarteles, así es que tenemos que potenciar esto...». Además, los
guardias señalan que el comando (del que formaban parte los dos
investigados) colocaba en muchos de sus atentados, «un segundo
artefacto trampa para cazar» a guardias civiles y policías, como
ocurrió en el cometido contra el cuartel de Arechabaleta.
Inciden en los informes en que tanto en el atentado perpetrado ese
mismo día contra el cuartel del Instituto Armado de Ordizia, como en
el perpetrado contra cuartel de la Guardia Civil de Arechavaleta,
«se utilizó como temporizador un reloj despertador mecánico
modificado, de lo que se deduce que los explosivos utilizados en
este último atentado, podrían encontrase allí desde el día
anterior».
Además, los elementos, materiales y técnicas de manipulación
empleados en el atentado contra el cuartel de Arechavaleta, «son
idénticos en algunos casos y similares en otros, a los usados por el
comando Goiherri- Kosta». Dada la distancia entre ambas localidades,
unos 35 kilómetros «es compatible espacial y temporalmente, que
ambos atentados fuesen cometidos por el mismo comando».
La extraña teoría lingüística del Gobierno catalán
La Generalitat basa su modelo de inmersión en un profesor irlandés
que hace 37 años defendió la lengua materna como acelerador de un
segundo idioma, algo que Enseñanza no practica
María Jesús Cañizares cronica global 23 Diciembre 2016
La inmersión lingüística que aplica la Generalitat en las escuelas
públicas ha dado lugar a mucho debate político, pero muy poco
análisis pedagógico. Y cuando éste se produce, surgen teorías cuando
menos extrañas.
En diversas intervenciones y respuestas parlamentarias, la
Consejería de Enseñanza defiende su modelo lingüístico invocando la
llamada teoría de la interdependencia que, hace ya 37 años, defendió
un lingüista irlandés, Jim Cummins. En su artículo Linguistic
interdependence and the educational development of bilingual
children, este experto aseguraba que con un desarrollo adecuado de
la lengua materna se facilita el aprendizaje de un segundo idioma.
Cummins, profesor en Ontario (Canadá), hizo referencia en su trabajo
a la defensa que la Unesco hace de la lengua materna como
estimuladora del bilingüismo, es decir, de la interdependencia.
Pero se da la circunstancia de que el concepto “lengua materna” ha
desaparecido del discurso independentista, incluso de las encuestas
sobre lengua que realiza Idescat --el instituto de estadística
catalán--, y se ha adoptado otra expresión que no existe en el
ámbito internacional ni en pedagogía ni en didáctica lingüística: el
de lengua propia, referida al catalán.
El modelo sueco
Cummins acuñó esta teoría para referirse al caso de niños
finlandeses que emigraban a Suecia. “Aquellos que habían preservado
mejor su lengua materna, también eran mejores en sueco”, según el
lingüista.
Por todo ello, la diputada de Ciudadanos Sonia Sierra ha presentado
una batería de preguntas en el Parlamento catalán dirigidas a la
Consejería de Enseñanza, para averiguar cómo se garantiza en la
escuela catalana que el 57,58% de los alumnos que tienen el
castellano como lengua materna desarrollan sus habilidades en este
idioma. Es decir, cómo justifica la Generalitat que los alumnos sean
escolarizados en catalán sin tener en cuenta su lengua materna y si,
al ser preinscritos, los padres de los alumnos son preguntados sobre
su primera lengua.
En el pleno del Ayuntamiento
Ridiculizan la imposición del árabe en
Barcelona
La Gaceta 23 Diciembre 2016
El presidente del Grupo Popular en el Ayuntamiento de Barcelona,
Alberto Fernández Díaz, realiza parte de su intervención en el pleno
en árabe y pregunta a la regidora si le ha entendido.
El presidente del Grupo Popular en el Ayuntamiento de Barcelona,
Alberto Fernández Díaz, ha ridiculizado este viernes en el pleno del
Consistorio las políticas lingüisticas de la regidora podemita, Ada
Colau. Ha realizado parte de su intervención en árabe y
posteriormente ha dicho "supongo que me habrá entendido, señora
alcaldesa".
El edil popular ha querido denunciar así que el Ayuntamiento use el
árabe en detrimento del castellano en algunas publicaciones. Colau,
que ya causó polémica al imponer a los contratistas que entregasen
toda la documentación en catalán y les amenazó con excluirles,
volvió a despreciar el español pese a que la mayoría de los
ciudadanos en Barcelona lo tienen como lengua materna y anunció
diversas reuniones municipales en el barrio de Ciutat Vella y en el
barrio gotic en árabe, tagalo y catalán, pero no en castellano. En
estos encuentros se abordaron cuestiones como la mejora de diversos
espacios públicos, y hubo ruegos y preguntas.
Fernández Díaz denunció que Colau "antepone el árabe y el tagalo al
castellano". Lamentó que "una vez más en Ciutat Vella el castellano
fuera excluido, llegándose incluso a anteponer el árabe o el tagalo
-hablado fundamentalmente en Filipinas-" y recordó a la alcaldesa
Colau, y a la concejal de distrito, Gala Pin, que "el castellano es
tan oficial como el catalán, y por tanto deben utilizarse siempre
ambas lenguas". "Es vergonzoso que el Ayuntamiento vea normal
utilizar lenguas extranjeras como el árabe, tagalo, o urdú, y en
cambio excluya el castellano en la mayoría de las comunicaciones del
Ayuntamiento", indicó antes de recordar que su grupo "ya denunció en
el último pleno de Ciutat Vella este tipo de carteles".
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