¿DE VERDAD ESTAMOS SALIENDO DE LA CRISIS?
Los datos más polémicos de la economía española
Fernando Paz Gaceta.es 6 Junio 2017
Aunque nunca han estado exentos de manipulación, posiblemente jamás
se ha prestidigitado con los números del desvergonzado modo en que
los gobiernos actuales lo hacen.
En nuestro caso, data de casi un lustro el que el gobierno
aproximadamente español incluyera en el cálculo del PIB partidas
tales como el tráfico de drogas, el contrabando en general y la
prostitución. Al fin y al cabo, ¿no son actividad económica? Y como
actividad económica que son, dicha inclusión hizo que nuestro país
se convirtiera en el quinto de la eurozona en el que más aumentó el
PIB gracias a ella. Todo un logro para los gobiernos Mariano Rajoy.
No parece importarle mucho a nuestra clase política el que el
montante nacional de drogas y prostitución sea superior al de la
inversión en investigación y desarrollo. Lo verdaderamente
importante es que el PIB se ha incrementado en torno al 4% gracias a
la inclusión de estas partidas. Es innegable que en la actual
situación el volumen de prostitución y drogas, y de la economía
sumergida en general, se ha incrementado sustancialmente. Su
inclusión en el PIB es el mejor reconocimiento de un gigantesco
fracaso.
La tasa de paro y los salarios
Por otro lado, la tan pregonada creación de empleo arroja algunas
sombras oscuras.
En general, la tasa de creación de empleo es moderada en la
eurozona. El desempleo ha descendido hasta el 9.5%, lo que sería
preocupante pero no excesivo, dadas las magnitudes económicas que
estamos tratando. Ahora bien, los parámetros que se utilizan en el
cálculo de la tasa de paro son más que discutibles.
Pues el que crezca la demanda de mano de obra debiera, lógicamente,
haber impulsado una subida salarial en la UE. La ortodoxia económica
dice que la bajada del paro se traduce en un aumento de los
salarios. Pero esto no está ocurriendo ¿Por qué?
En primer lugar, porque la tasa de paro que figura en las
estadísticas está falseada, ya que los requisitos que se consideran
para clasificar a una persona como población activa restringen las
cifras de paro. Todos los que no están buscando empleo de forma
activa, no están registrados; además, aquellos que no manifiesten su
disposición a trabajar en un plazo menor de dos semanas, también
están excluidos de dichas estadísticas.
De modo que muchos parados de larga duración que no reciben
prestación de desempleo no computan. Y en España, sólo el 44% de los
desempleados reciben alguna prestación; es decir, que más de la
mitad no cuentan a estos efectos.
La realidad es que la oferta de empleo es, así, mucho mayor de que
se supone; el paro en España está en el 18.50%, pero el paro real
alcanza el 27-28%.
A eso hay que sumarle aquellos que trabajan a tiempo parcial pero
querrían tener un empleo a tiempo completo, que no son pocos. En el
conjunto de la UE, hasta un 3% de la población trabajadora. En
España, esa cifra es superior.
Los salarios descienden
En el conjunto del PIB, los salarios han descendido un 3,4% entre
2010 y 2013, lo que ha situado en el 13% el número de los que se
hallan en riesgo de exclusión.
De acuerdo al INE, entre el 2008 y 2014 los salarios han disminuido
un 0,7% en términos netos, mientras que entre esos mismos años los
precios han subido un 8,5%. Así que la pérdida de poder adquisitivo
asciende hasta el 9,2%, (llega a superar el 10% si nos detenemos en
2013, pero el descenso de los precios en 2014 y el ligero repunte de
los salarios ese año maquillan algo el tramo de referencia).
Consecuencia del proceso de destrucción de empleo, desde 2009 se ha
producido un aumento de productividad ya que disminuyó
principalmente la ocupación remunerada con salarios más bajos con lo
que, aunque también bajaban los salarios medios, la media del
conjunto subía; es algo ficticio y puramente estadístico, que
esconde algo parecido a una catástrofe social paliada solo gracias a
la existencia de una estructura familiar poderosa que, en un país
deficitario en servicios sociales, ha hecho la vez de una poderosa
red asistencial.
El descenso de los salarios ha sido más pronunciado entre quienes
llevan entre uno y veinte años en las empresas, mientras que los
nuevos contratados sí los han visto incrementados; es decir, que las
retribuciones de los temporales han aumentado mientras que han
descendido las de los indefinidos.
Se entiende que la situación de una cierta seguridad compensa el
descenso salarial pero, sobre todo, este ha sido posible ya que
sobre los indefinidos no ejerce presión alguna la competencia
generada por la demanda de empleos, de modo que la transformación de
los empleos temporales en indefinidos ha dado lugar a un
abaratamiento, en términos netos, de los costes salariales.
El gobierno puede así presumir, y cerrar de paso la boca a oposición
y sindicatos, alegando las cifras de transformación de ese empleo
temporal en empleo indefinido; y además, ha aumentado la
productividad, lo que ha redundado en una sustancial mejora de las
exportaciones. Ese aumento de la productividad ha tenido lugar,
pues, sobre los lomos de los empleados indefinidos.
Precariedad
Aunque es cierto que los empleos que se crean se transforman en
buena medida en indefinidos, esto no debe llamarnos a engaño. El
panorama general no es bueno, y la percepción social es pesimista
acerca del empleo, pues en muchos casos este está escasamente
relacionado con la formación de aquellos que acceden al mercado
laboral, de lo que se deriva una disminución de las posibilidades de
promoción.
Una característica de la sociedad moderna es la movilidad, pero no
como algo accesible a unos pocos, sino como un mecanismo del sistema
a fin de estimular la búsqueda de un futuro mejor para la persona y
dinamizar el conjunto social; desde luego, hoy la población no
siente que estemos en el reino de las oportunidades. La movilidad,
hoy, implica al menos tanto riesgo de ir a peor, vía precariedad,
como de mejorar.
La dificultad de mejorar se percibe de forma algo difusa, pero
cierta. En parte, se debe al hecho de que la creación de empleo es
ficticia. Lo que se está produciendo es un reparto del tiempo de
trabajo; hay más personas trabajando para un mismo desempeño. Si
medimos las horas trabajadas, estas han descendido en los últimos
cinco años en unos 700 millones.
Pese a este hecho, el aumento de la productividad es innegable. Como
también lo es el que continúa el descenso de los salarios y una
rápida pérdida de poder adquisitivo por parte de las clases medias,
asalariados y autónomos en general. Y el panorama no parece que vaya
a cambiar mucho en los próximos años.
Las debilidades estructurales que dañan la competitividad de la
economía española
Javier Fernández La voz libre 6 Junio 2017
Periodista
España mantiene su posición en el World Competitiveness Ranking. En
concreto, la economía nacional ocupa el puesto 34, igual que en
2016, de un total de 63 economías analizadas. Sin embargo, España
sigue lejos de la posición que ocupa en el Producto Interior Bruto
(PIB) mundial, ya que España es aún la décimo cuarta economía
mundial, según las estadísticas del Fondo Monetario Internacional.
Con respecto a otras grandes economías de la UE, Alemania se sitúa
en la posición 13 del ranking, Reino Unido en la 19, Francia en la
31 e Italia en la 44.
El World Competitiveness Ranking, uno de los más prestigiosos y
completos informes sobre competitividad internacional, elaborado por
el IMD World Competitiveness Center, aborda la dimensión política,
social y cultural de la competitividad, además de la estrictamente
económica, al evaluar la capacidad de los países para proveer
aquellas infraestructuras, instituciones y políticas que fortalezcan
y apoyen la competitividad de las empresas.
El World Competitiveness Ranking 2017 está liderado Hong Kong, Suiza
y Singapur, ocupando las siguientes posiciones EEUU y Holanda, por
este orden. Irlanda se coloca en sexta posición y se sitúa por
encima de Dinamarca, Luxemburgo, Suecia y Emiratos Árabes Unidos,
que ocupan las primeras diez posiciones.
En el informe se analiza la competitividad de los países
participantes a partir de cuatro áreas: Resultados Económicos,
Eficiencia del Gobierno, Eficiencia Empresarial e Infraestructuras.
España alcanza su mejor ranking en el área de Infraestructuras,
donde se sitúa en la posición 26. La peor posición en el ranking se
da en el área de Eficiencia Empresarial, donde se sitúa en la
posición 42.
El aspecto en el que más ha mejorado la competitividad de la
economía española en el último año ha sido en la Eficiencia del
Sector Público. España se sitúa en la posición 38 del total de 63
países, subiendo nueve posiciones con respecto a la edición
anterior. Entre los factores que mejoran en 2017 cabe destacar el
riesgo de inestabilidad política, el diferencial de tipos de interés
y la estabilidad del tipo de cambio. No obstante, continúan siendo
un importante lastre para la competitividad el déficit y la deuda
pública, todo lo referente a la regulación del mercado laboral y su
flexibilidad, la burocracia para crear una empresa, la elevada
contribución a la Seguridad Social por parte de las empresas y la
economía sumergida.
En el otro extremo, el área que ha bajado más posiciones ha sido
Resultados Económicos, que baja cinco posiciones hasta la 35. Dentro
de los factores que componen este área, las principales debilidades
de la economía española se concentran en la evolución del empleo y
la capacidad de adaptación de la economía, ya que se sitúa en las
últimas posiciones del ranking en aspectos como tasa de paro,
desempleo juvenil, desempleo de larga duración o resiliencia de la
economía.
Además, aspectos como el peligro de relocalización de la industria
se ven como un lastre a la competitividad. Destacan como fortalezas,
dentro de los Resultados Económicos, el PIB per cápita, la
exportación de servicios comerciales, la inversión directa en el
exterior, la inversión extranjera directa en España o la
concentración de exportaciones por productos.
En Eficiencia Empresarial España se sitúa en la posición 42, tras
empeorar una posición. Aunque en España destacan los activos del
sector financiero, los trabajadores cualificados, las grandes
empresas y la productividad, ocupa una de las posiciones más bajas
del ranking en lo referido a atracción y retención de talentos,
transformación digital de las empresas, emprendimiento o formación
laboral. Según se desprende de los resultados del informe, la
eficiencia empresarial se ve lastrada por la necesidad de reformas
económicas y sociales y, además, se hace necesario mejorar la
utilización de tecnologías, incluido el big data.
El último de los factores estudiados se refiere a Infraestructuras,
donde se analiza el grado en que los recursos básicos, tecnológicos
científicos y humanos cubren las necesidades de las empresas. En
este factor España registra sus mejores resultados dentro del
ranking (posición 26), ganando una posición con respecto a la
edición de 2016. España ocupa una muy buena posición en ingenieros
cualificados, esperanza de vida e infraestructuras sanitarias. No
obstante, determinados aspectos continúan siendo un lastre para
nuestra competitividad, ya que no se ajustan a los requerimientos
del sistema productivo, como los conocimientos de idiomas, la
adecuación de la educación universitaria o la atracción de
científicos e investigadores.
La lucha contra la corrupción y la democracia en peligro
Melchor Miralles Republica 6 Junio 2017
Corrupción ha habido mucha. Desde hace mucho tiempo. Amparada,
auspiciada, bendecida y protegida por todos los partidos políticos
que han tocado poder en el ámbito municipal, autonómico o nacional.
Buena parte de los capos de las grandes compañías han sido
cómplices, corruptores, y se han visto beneficiados por ella. Han
conformado un gang, un grupo cerrado, pequeño, un selecto club de
delincuentes inmorales que han hecho y desecho a su antojo,
controlando la vida y la hacienda de todos. No más de quince
personas, empresarios de postín, altos cargos institucionales y
dirigentes de partidos políticos se lo han montado, lo han
controlado todo, han robado lo que no está escrito y encima,
socialmente, han impuesto sus códigos, y pasan por ser gente
respetable, Y como durante los años de la burbuja al personal le iba
bien, se ha tragado con todo. Y quienes manejaban el cotarro
incubando el desastre han orquestado la degeneración del sistema, y
todo se va a ir al garete.
La Fiscalía General del Estado padece un descrédito quizá
insuperable. Desde el inefable Leopoldo Torres a Maza, pasando por
Eligio Hernández, Moscoso, Conde Pumpido y compañía, la institución
padece un descrédito quizá insuperable. Hay que derribar el edificio
y construir uno nuevo. Los cimientos no se sostienen. Lo de Moix es
una más, que se veía venir. Hay un control de los políticos de turno
insoportable, que ejercen a partir del principio de jerarquía y
unidad de acción. Y cómo se les ha otorgado más poder con las
reformas, están a hostias entre ellos, y a hostias con el adversario
político de sus jefes, y por el camino revientan las costuras de un
sistema de garantías que es el deseable, pero con independencia. Se
han creído que estaban por encima del bien y del mal, han hecho
algunas investigaciones de éxito, claro, sólo faltaría, pero la
lista de víctimas de sus cacerías políticas es también extensa.
Soy un convencido de que la responsabilidad de dirigir los procesos
penales no debe ser sustraída a los jueces. El proceso penal y la
política criminal son uno de los termómetros esenciales de la salud
democrática de un estado de Derecho, y el nuestro está fallando de
modo estrepitoso. Porque no funciona la arquitectura del
procedimiento, se han hecho inventos pretendidamente progresistas
que han afectado a lo esencial y en aras de una supuesta lucha
contra la corrupción se han posibilitado excesos, errores, ajustes
de cuentas políticos y cacerías inmorales en las que se han llevado
por delante las garantías de los justiciables, de todos los colores.
Podemos empezar por la moda de los secretos de sumario, que solo
pueden ser aceptados en asuntos del todo excepcionales,
absolutamente tasados en el tiempo, plenamente justificados. La
realidad es que se está abusando de decretar secretas causas que no
lo merecen, por tiempo notoriamente excesivo, y por el camino se
están llevando por delante el esencial derecho de defensa, y las
consecuencias ya las hemos visto, y lo que nos queda por ver. Como
sucede con los macro sumarios que se incoan a partir de grandes
operaciones policiales de nombres exóticos y a veces patéticos,
muchos de los cuales terminan con sentencias de primera instancia
difícilmente sostenibles en las casaciones o en estruendosos
fracasos en el primer fallo, que posibilitan que los responsables de
graves delitos se vayan de rositas por una instrucción deficiente de
las causas.
Y qué decir del inusitado poder que se le han otorgado a algunas
unidades policiales, como por ejemplo la UCO de plena actualidad.
Las batallas internas de los partidos también llegan a la Policía y
la Guardia Civil, como a los jueces y fiscales, y hemos asistido a
operaciones descabelladas, insólitas. Y cada día conocemos informes
en los que se mezclan verdades con mentiras, pruebas con indicios,
todo ello salpicado de valoraciones jurídicas que les son ajenas a
los cuerpos policiales, porque solo competen a los jueces. ¿A cuento
de qué un policía o un guardia civil ha de entrar en si alguien ha
de ser imputado o no, o ha de calificar jurídicamente unos hechos?
Los responsables policiales, que también abusan con frecuencia de su
autoridad con los detenidos, solo han de investigar, constatar y
buscar pruebas de los hechos delictivos, y poner a los presuntos
responsables, junto a las pruebas obtenidas, a disposición de la
autoridad judicial, y ahí termina su trabajo. Hoy no sucede así. Hay
atestados e informes policiales que parecen sentencias, se incluyen
en los mismos hechos sin prueba alguna, se omiten informaciones
relevantes porque no conviene a los jefes que están al servicio de
políticos y muchas veces, antes de ser entregados a los juzgados,
que tienen decretado por supuesto el secreto del sumario, se lo
facilitan a periodistas de la cuerda del jefe, y a quien Dios se la
dé, San Pedro y las televisiones del duopolio se la bendigan.
El Estado de Derecho se resiente, la división de poderes es una
quimera y la lucha contra la corrupción es corrupta hasta las
cachas. Vivimos una deriva más que preocupante, y entre tanto, los
máximos responsables de este desaguisado siguen en sus puestos,
siguen en la mamandurria, siguen controlando el cotarro y la
democracia se va al garete. Y ojo, que el problema no es el sistema.
No se ha inventado uno mejor. El problema está en quienes han
pervertido el sistema, se han apropiado del poder, lo manejan a su
antojo y no lo sueltan ni pa dios.
La Libertad de Expresión asesinada
Ignacio Blanco Gaceta.es 6 Junio 2017
Es difícil recordar un auge del sector del transporte por carretera
como el que protagoniza hoy nuestro país, con el Bus de Hazteoir, el
Trama Bus de Podemos o el Pelo Bus del padre Angel, sólo falta el
“No es No” Bus de Pedro Sanchez, que puede resumir su programa
político en esas 6 letras.
Daniel Ripa, Secretario General de Podemos y Diputado Asturiano, ha
dicho que el Autobús de Hazteoir no era bienvenido en Asturias, como
si el nuevo caudillo comunista nos representara a todos los
asturianos. ¿Qué será lo próximo a lo que el Podemita, asturiano
tardía, impida la entrada en su cortijo astur?. El mismo participó
del tumultuoso grupo violento LTGBI-podemita que apedreó el autobús
de Hazteior en Asturias, sin que ninguno de los vándalos haya
sufrido la lógica consecuencia legal, de momento.
Una consecuencia legal que nuestras cobardes instituciones no
hubieran dudado en aplicarle a cualquier vándalo de menor pedigrí
izquierdista o LGTBIsta. Sólo la valiente empleada de la gasolinera
reprendió a los señoritos de izquierdas, que abandonaron el lugar
sin recoger el destrozo, para que la humilde trabajadora limpiara la
mierda que los dignísimos LGTBI-Podemitas dejaron atrás.
Un autobús en el que rezaba el lema “Dejad a los niños en paz”.
Resulta evidente, por la petrea recepción que tuvo el autobús, que
los violentos LGTBI no quieren dejar a los niños en paz. Pero es
normal, es difícil pensar en una frase más ofensiva ¿no creen
ustedes?.
Son estos mismos vándalos de izquierdas, siempre los mismos, los que
reclaman Libertad de Expresión, los mismos que pretenden derogar la
Ley Mordaza, mientras amordazan violentamente a quienes no opinan
como éllos. Sólo un esquizofrénico puede vivir con tales disonancias
cognitivas.
Hemos visto a Pablo Iglesias boicotear actos en la universidad
cuando no gustaba lo que otros opinaban, hemos visto impedir
violentamente hablar a Felipe González en una universidad, escraches
a la puerta de domicilios particulares, se han reventado actos en la
Universidad de Oviedo por simple discrepancia ideológica, o como los
representantes israelíes en España requieren de grandes despliegues
de seguridad sólo para poder hablar. Y son siempre los mismos grupos
violentos de izquierdas los responsables de la mordaza fáctica.
Por el contrario, estos grupos violentos de izquierdas, pueden decir
cualquier chorrada, quemar crucifijos u orinarse en la constitución,
con total impunidad. Y así es como debe ser, pues la opinión no
puede ser penaliza, ni por la ley, ni por la religión, pero tampoco
por la fuerza de los matones del Daniel Ripa de turno.
Resulta evidente que la Libertad de Expresión en España ha sido
asesinada. Ha sido asesinada por una minoría violenta y por una
mayoría silente, ha sido asesinada por autoridades y políticos
cobardes, ha sido asesinada por los Ripa y los Iglesias, todos unos
licenciados universitarios, que parecen desconocer que la Libertad
de Expresión en la única libertad que debe ser defendida para que la
disfruten los que no opinan igual.
La Libertad de Expresión, es un derecho fundamental reconocido en el
artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, un
derecho definido como medio para exponer ideas, esencial para el
descubrimiento de la verdad, como refirió John Stuart Mill, sólo
limitado por el principio del daño y el principio de la ofensa. No
es Libertad de Expresión defenderla sólo para los que opinan como
uno mismo. Y por eso, la lucha por la Libertad de Expresión es la
más digna y generosa de todas, porque esa lucha no es en beneficio
propio, sino de otros para que puedan expresar libremente lo
contrario que tú defiendes.
Si en el pasado eran los militantes de izquierdas quienes ponían en
peligro su integridad por el simple hecho de exponer sus ideas, hoy
son las violentas izquierdas radicales, las que pretenden acabar por
la fuerza con toda Libertad de Expresión que no sea la suya propia.
Los mismos activistas violentos LGTBI que hasta hace poco luchaban
por ser escuchados y respetados, como lo son en la actualidad en
nuestro país, ya no están satisfechos con sus logros. Quieren
imponer su ideología de género, que ya es enseñanza obligatoria en
las escuelas. Quieren amordazar con violencia a quien no opina como
ellos. La misma penuria a la que estos colectivos fueron sometidos
en el pasado, quieren imponerla a quienes hoy no comparten su
visión, como pretende también la izquierda radical, antigua,
mezquina, fracasada y casposa del licenciado Ripa. Lo dicho, solo el
psiquiatra puede dar solución a esta disonancia.
Algunos atribuyen a Sir Winston Churchill que “Los fascistas del
futuro se llamarán antifascistas”. El licenciado Ripa y sus matones
LGTBIstas se denominaban antifascistas, pero ya sabemos todos lo que
son cuando silencian por la fuerza a quien discrepa de su
totalitaria ideología.
Terrorismo y su propaganda
Antonio García Fuentes Periodista Digital 6 Junio 2017
La mejor arma que tiene el terrorismo es la propaganda; por tanto
hará lo que sea por conseguir el máximo de ella (y cómo aquí en
España hizo la ETA asesina); y la moneda más a su alcance “y más
barata es y será la sangre derramada”, por tanto seguirá empleando
la masacre en cualquier lugar que les interese; en general las
grandes ciudades y en ellas las grandes aglomeraciones de gentes;
por tanto en Europa, siempre serán pensadas a realizar donde las
vienen haciendo en las últimas décadas; la última de ellas en la
gran ciudad inglesa de Mánchester. ¿Después de esta qué ocurrió?
Pues lo de siempre; todos los periódicos, todas las cadenas de
televisión y radio; todos los periódicos y todos “los lilas” de
Internet, se subieron al carro de difundir las noticias, lo más
posible y entre ella, la figura “y fama” del autor del hecho, que en
vez de denigrarlo y destriparlo al máximo que cada idioma permita;
han difundido hasta “el color de los calcetines que tal bicho
usaba”; por tanto más que “presentar a ese impresentable”, seguro
que para muchos, han presentado una figura, en cierto modo deseable,
por el protagonismo alcanzado y por la fama adquirida, por la que
muchos, musulmanes o ateos, serían capaces de dar su propia vida.
¿Qué quiero decir en concreto? Pues lo que arriba digo; por tanto
hay que limitar al máximo la difusión de noticias que más que
beneficiar, nos perjudican a toda la humanidad. Por tanto, pienso
que lo mejor sería limitar la información a hechos “fríos” y sus
resultados en forma de decir cuanto antes que el autor ha sido
detenido y lo que le espera puesto que va a ser juzgado de
inmediato.
Y visto cómo actúan estos “bichos”, habría que ir pensando el que
aparte de serles retirado de inmediato, su pasaporte, de igual forma
habría que hacerlo a los miembros de toda su familia, incluida hasta
la del parentesco en segundo grado de la misma; pensando incluso en
la expulsión del Estado, según qué grados de complicidad se
encontrasen en las investigaciones; o sea crear tal grado de
“miedos” similares a los que ellos sin ningún escrúpulo quieren
crear en nosotros; o sea y más claro, “aplicar la misma sentencia
que el propio Cristo dijo en sus prédicas… “quién a hierro mata a
hierro muere”; puesto que visto lo que en defensa de nuestra propia
civilización ésta hace, lo que está haciendo Occidente es
prácticamente nada, o como dice la metáfora de buscar una aguja en
un pajar”.
Está súper demostrado que “poner la otra mejilla”, no sirve nada más
que para que… “te las rompan las dos”; y ya está bien de pagar
impuestos para que cada vez estemos más indefensos y desamparados;
puesto que en esos atentados, no los sufren nada más que la masa,
“los infinitos privilegiados que mantenemos, esos siguen bien
guardados y custodiados en los reductos costosísimos que les pagamos
vía impuestos ya confiscatorios”.
Lógico que en este cada vez “más revuelto río”, los peces que en él
nadan, estén cada vez más rebeldes y pidiendo que les limpien las
aguas, para al menos poder nadar en ellas, trabajar y crear riqueza,
para que en definitiva la disfruten otros más que ellos.
Los políticos tienen el deber de reunirse en forma continua e ir
tomando medidas necesarias, puesto que, haciendo declaraciones
idiotas, reuniones a la puerta de sus palacios o sedes y dedicando
varios minutos de silencio, eso son protestas idiotas y que a los
terroristas, les causan… “miedos, pero de risa o risotadas”.
Recuerdo que tras “lo de Mánchester” ya ha habido en Inglaterra dos
atentados más; y no me extrañaría que cuando esto publique, hubiera
alguno más.
Y… “No me vengan con las idioteces demagógicas de racista, xenófobo,
fascista, nazi y tantas chuminadas como dicen los que viven de la
política y afines y no saben decir nada más que chorradas”. En la
propia naturaleza, el bicho más insignificante se defiende a muerte
mientras tiene vida, “nosotros somos mucho más que esos minúsculos
seres que con toda dignidad, defienden su vida y su casa o
territorio”; lo que es toda una lección positiva para aquel que
piensa y define; por mi parte nunca he pertenecido y menos defendido
ninguna opción política, religiosa o sectaria; hasta hoy todas me
dan asco o repulsión. Todas van a vivir ellas y los suyos, el resto
no les importamos nada.
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen-ciudad.es (aquí mucho más) y
http://www.bubok.es/autores/GarciaFuentes
Dignificar la política
Santiago Trancón La voz libre
La política. Nadie habla bien de ella. Es una actividad tan
despreciada como despreciable. Hecha (y henchida) de mentiras,
engaños, traiciones, ambiciones infames. Compendio de todo lo ruin,
abyecto, depravado y aborrecible. Así nos la hacen ver y sentir la
mayoría de los políticos. Dan pruebas de ello cada día. Sin embargo,
¡oh paradoja!, los necesitamos, los apoyamos, los votamos. Algunos,
incluso, los admiran y envidian. Lo más llamativo es ver a políticos
hablar mal de la política y los políticos. Escuchen a algunos
dirigentes de Podemos. Dan por supuesto que ellos no son políticos
porque son distintos. No pertenecen a esa casta de malditos
bastardos.
Recuerdo aquello de Franco: “Haga como yo, no se meta en política”.
Trump también ha dicho que él no era político ni aspiraba a serlo.
“La política es sucia”, ha sentenciado. Cuando se exhibe tan
descarada muestra de cinismo lo que queda en entredicho no es la
naturaleza de la política, sino la democracia. Lo que estorba no es
la política, sino la política democrática, el control democrático de
la política. ¿Pero es inevitablemente inmunda y perversa la
política?
Aclaremos el concepto. En sentido estricto, política es todo lo que
hacen los políticos: establecen leyes, toman acuerdos, ejecutan
decisiones, controlan su cumplimiento. En una democracia, todo esto
se lleva a cabo por delegación, mediante partidos, votaciones y
elecciones. El objetivo es ordenar y controlar la vida en común, las
relaciones sociales y la distribución de bienes y servicios. Algo
imprescindible para que una sociedad funcione.
Pero la política es mucho más. En sentido amplio, política es
también todo lo que hacemos los ciudadanos. O sea, todo aquello que
está condicionado por el orden y las normas sociales y que, a su
vez, condiciona o influye en la vida y el orden social. Podemos
decir que todo depende de la política y todo influye en la política.
Lo que hacen los políticos condiciona lo que hacemos los ciudadanos,
y lo que hacemos los ciudadanos condiciona lo que hacen los
políticos. Así que no hay manera de sustraerse a la política.
Directa o indirectamente, la política está presente en todo. En todo
lo colectivo que tiene que ver con el orden y la vida social, y en
todo aquello individual que depende de lo público o social.
Si somos conscientes de cómo la política influye en nuestra vida,
resulta poco coherente despotricar contra la política en general o
juzgar a todos los políticos, por principio, como seres corruptos,
sospechosos o despreciables. Más aún si consideramos que no hay
democracia que no se asiente sobre el ejercicio de la política y la
acción de los políticos. La actitud más sensata debiera ser tomarnos
en serio nuestra condición política, nuestra inevitable implicación
política. O te dejas llevar y aceptas pasivamente lo que hacen y
dicen los políticos, o decides influir activa y conscientemente en
lo que esos políticos dicen y hacen. No hay posibilidad de evadirse,
de aislarse, de dejar de ser responsable de lo que sucede a tu
alrededor.
Por pasiva o por activa, todos hacemos política, todos nos metemos
(o estamos metidos) en política. Al negar la política estás haciendo
política. Al dejar la política en manos de otros, estás haciendo
política. Te puedes alejar de la política, pero la política no por
eso se alejará de ti. Si tú no quieres hacer política, otros la
harán por ti. Los ciudadanos hemos de asumir responsablemente
nuestra condición política: eso significa ser ciudadanos en una
democracia. Que ese compromiso consciente se concrete o exprese a
través de un partido, una plataforma ciudadana, una asociación,
mediante el ejercicio de una profesión o un trabajo, o simplemente
votando, eso ya depende de las preferencias individuales.
Quienes tengan una mayor inquietud política, quienes sientan la
necesidad de intervenir en la vida pública y social, de modo natural
tratarán de canalizar este impulso a través de una acción política
directa. Quienes hoy viven en condiciones de precariedad, de
indefensión social, de injusticia, de desigualdad, de inseguridad,
de amenaza a su situación social y económica, de miedo al futuro...
Se sentirán tentados a entregarse al pesimismo, refugiarse en su
mundo familiar e individual, apoyar soluciones políticas
extremistas, seguir a aspirantes de caudillos… Pero también podrán
reconocer su condición de ciudadanos libres y responsables,
comprometiéndose con la acción política de algún partido.
La democracia necesita que los ciudadanos asuman su compromiso
político de forma consciente y consecuente. No sirve de nada la
queja, la descalificación totalizadora, la inhibición o el
radicalismo verbal, desahogos momentáneos que nos dejan con la misma
frustración y ansiedad. Para cambiar la sociedad es imprescindible
organizarse, unir esfuerzos, compartir análisis y definir objetivos.
De esta necesidad nacen los partidos políticos.
Los partidos hoy, sin embargo, padecen el mismo mal que quieren
combatir: no son organizaciones para mejorar la vida de los
ciudadanos, para transformar la sociedad y acabar con los graves
problemas que padece, sino que se han convertido en aparatos
lastrados por luchas internas, la defensa de sus intereses y el
servicio a los grupos de poder dominantes. ¿Es posible recuperar la
dignidad de la política, construir otro tipo de partidos?
Para ello es necesario empezar desterrando esa idea de que la
política es una profesión o una actividad de expertos, especialistas
o individuos excepcionales, y no un compromiso personal basado en
principios éticos o morales como la honestidad, el amor a la verdad,
la igualdad y la justicia. Ya dijo Plutarco que “no se debe elegir
la política por un impulso repentino, por no tener otras ocupaciones
o por afán de lucro, sino por convicción y como resultado de una
reflexión, sin buscar la propia reputación, sino el bien de los
demás".
La política, por más ejemplos que tengamos de lo contrario, no puede
ser algo separado de la vida real, sino una prolongación natural de
todo aquello que uno hace, piensa y siente. Un partido no puede ser
una secta, ni un lobby, ni una cofradía, ni una oficina de
colocación. La política no puede ser un modus vivendi, ni un medio
para sentirse importante, ni un espacio donde resolver problemas
personales o de identidad.
Pero la política tampoco es, como se suele afirmar con cierta
impostura, un sacrificio, un servicio o una entrega incondicional a
los demás. Debe ser, eso sí, una actividad humana movida por nobles
sentimientos. La mayor satisfacción de la acción política es
contribuir a cambiar las ideas y la vida de los otros, ayudar a
transformar la sociedad y mejorarla, despertar la confianza en la
unión y el esfuerzo colectivo, aminorar el sufrimiento y el malestar
de los más desfavorecidos, promover el mayor bienestar para la
mayoría. Quienes no albergan en su interior estos sentimientos,
quienes no encuentran en ellos suficiente compensación a su esfuerzo
y empeño, nunca entenderán que la política puede ser también una
actividad digna y estimulante. Tan digna como necesaria, tan
apasionante como arriesgada. Tan importante como para no dejarla en
manos de los que se hacen profesionales de la política para su
propio beneficio.
> Santiago Trancón Pérez es impulsor del CINC y exmilitante del
PSOE.
Qatar: ruptura de relaciones o declaración de guerra
Enrique Navarro Libertad Digital 6 Junio 2017
Trump reafirmó que en el juego de equilibrios entre los dos grandes
actores de la región, Irán y Arabia, optaba por este segundo,
reforzando la alianza con Turquía.
Qatar es un minúsculo país asentado sobre un mar de gas que lo ha
convertido en el país más rico de las monarquías absolutas de Golfo.
Nunca un nombre geográfico resultó tan apropiado. Está gobernado por
el jeque Tamin, simplificando para no rellenar el articulo con
nombres de nobles árabes, que dio un golpe de estado contra su
padre, en la mejor tradición lugareña. Un país donde viven a cuerpo
de rey 250.000 qataríes para los que trabajan dos millones de
extranjeros, entre ellos 200.000 egipcios, con menos derechos
laborales que los elefantes de los circos y que son la pantalla
perfecta para ocultar transferencias millonarias a países de origen
de los inmigrantes, casualidad todos ellos envueltos en guerras o en
acciones de terrorismo. Allí se construyen estadios para albergar un
mundial de fútbol, en los que mueren trabajadores a diario, sin que
nadie considere esto noticia. Donde un expresidente de la Federación
Nacional de Fútbol ha sido designado por el Departamento del Tesoro
norteamericano como un financiador de grupos terroristas mientras
disfruta de una cómoda vida de impunidad en Qatar.
Cualquiera podría preguntarse qué hace este país dedicándose a
financiar grupos terroristas por doquier, como si se tratara de una
acción benéfica. Por otra parte, también deberíamos preguntarnos por
cuestiones tan relevantes como que, si este país lleva financiando
al terrorismo internacional desde los años noventa, especialmente a
Al Qaeda, ¿por qué la base militar más importante de Estados Unidos
en la región está ubicada en Qatar? También podríamos interrogarnos
por otra cuestión fundamental: si este gobierno es tan maléfico,
¿por qué el presidente Trump se reunió con el Emir Tamin hace
escasamente tres semanas, cuando todos los países de la región
firmaron un memorándum para luchar contra las redes de financiación
del terrorismo, y que fue vendido como el mayor éxito de la política
exterior de Trump? Otro papel mojado.
Para ir dejando de lado consideraciones que podrían vincular esta
noticia con el reciente atentado de Londres, hay que decir que esta
crisis se lleva fraguando desde hace años, especialmente desde 2011,
y que cobró inusitada fuerza a raíz de dos hechos, en principio
inconexos, tremendamente importantes ocurridos en las últimas
semanas.
Por un lado, la visita de Trump a Arabia se cerró con la mayor venta
de armas de la historia, más de cien mil millones de dólares para
crear el ejército más poderoso de la región, con un sólo objetivo
que está en el origen del reino, dominar el Islam desde el Mar Rojo
hasta Irán. Cuando Arabia estaba en el objetivo de muchos países por
sus conexiones pasadas y presentes con acciones terroristas, Trump
reafirmó que en el juego de equilibrios entre los dos grandes
actores de la región, Irán y Arabia, optaba por este segundo,
reforzando la alianza con Turquía. Trump ya no ve a Erdogan como una
amenaza sino como una oportunidad de crear una alianza islámica
junto a Egipto para controlar los recursos de la región, terminar
con el terrorismo y sobre todo acabar con el régimen de los ayatolás
que ha hecho del apoyo a los terroristas de medio mundo un eje
fundamental de su política exterior. Este será otro error histórico,
de aquí no va a salir nada bueno.
Pero esas ventas y el significado político que tienen, no son
gratuitas. Por una parte, deben contar con el apoyo del gran aliado
innombrable de Arabia, Israel. Y quienes son los dos grandes
enemigos de Israel en la región, Qatar e Irán. Y en segundo lugar,
Trump necesita vender este oscuro negocio con un rédito político, y
en esta clave debemos entender una parte de esta reacción desatada
contra Qatar.
La segunda razón es más estratégica. Qatar es el peón de Irán en su
eterna confrontación contra Arabia. Irán comparte con Qatar uno de
los yacimientos de gas más importantes del mundo. El minúsculo país
asentado sobre una bombona de butano se ha manifestado muy
comprensivo con el régimen iraní y lo ha defendido contra sus
enemigos y por eso Arabia ha iniciado el proceso para provocar un
cambio político en Qatar.
Sólo necesitaba una excusa y se la ofreció en bandeja el jeque Tamin
cuando en unas declaraciones a Al Jazeera hace dos semanas, otra de
las víctimas de esta crisis, exigió en un acto público, que Egipto,
los Emiratos Árabes Unidos y Bahréin evaluaran su postura anti-Qatar
y detengan las continuas campañas y las acusaciones contra su país;
asimismo indicó que resulta imposible ignorar la preeminencia
regional e islámica de Irán como una potencia que garantiza la
estabilidad de la región. Defendió asimismo a los Hermanos
Musulmanes en su lucha en Egipto; también a Hamas en Gaza, y a los
grupos terroristas que luchan en Siria. Semejante oportunidad no
pasó desapercibida para el gobierno de Arabia que encontró el casus
belli que andaba buscando hace años para intervenir en el pequeño
país vecino.
Unos pocos días más tarde, se inició una campaña muy intensiva
contra Qatar en los medios de difusión de Arabia y de sus aliados,
que ha desembocado con esta acción que más que una ruptura de
relaciones parece una declaración de guerra en toda regla. El
abandono de los ciudadanos qataríes en los países; el cierre del
espacio aéreo, la clausura de Al Jazeera; que junto a su primo
hermano, Hispan TV, la cadena en la que se estrenó Pablo Iglesias,
esparcen los intereses iraníes por el mundo, denotan más bien un
cambio de régimen en el país. De hecho, un miembro de la propia
familia real, Sheikh Saud, se presentó como mediador de Arabia para
resolver el conflicto llevando un mensaje muy claro a Doha:
suspender las actividades de la fundación de la Jequesa; congelar
las relaciones con Irán; cesar las operaciones en Libia, Egipto y
Sudán y expulsar a los extremistas. Toda una declaración de guerra.
Puede que una vez más las aguas vuelvan a su cauce ante el interés
de todos y en especial de Estados Unidos de mantener el status quo;
o bien podemos encontrarnos ante una deriva bélica impredecible;
aunque conociendo a los personajes más me inclino por lo primero. No
obstante, el cierre de Al Jazeera es una gran victoria de la
monarquía saudí que la temía más que a un nublado, sabiendo qué pasa
en el Golfo cuando se nubla el cielo. Ahora podrá impulsar su propia
cadena como la CNN del Islam y continuar incrementando su
influencia. Pero no nos equivoquemos, esto tiene poco o nada que ver
con la financiación del terrorismo internacional, sólamente con los
intereses geoestratégicos de unos sátrapas, algunos de los cuales
son nuestros amigos.
Qatar desestabiliza el frágil 'statu quo' de Oriente Próximo
EDITORIAL El Mundo 6 Junio 2017
La geopolítica global se ha visto zarandeada tras la abrupta
decisión de varios países musulmanes, encabezados por Arabia Saudí,
de romper sus relaciones con Qatar por favorecer el terrorismo. La
medida tiene enormes repercusiones en todo el mundo. Primero, porque
incrementa la tensión en Oriente Próximo, la región más caliente del
planeta. Pero, además, por la importancia económica del emirato.
Qatar, la nación con el mayor PIB per cápita, cuenta con enormes
reservas de petróleo y, sobre todo de gas -sólo por detrás de Rusia
e Irán-. Y se estima que la Autoridad Inversora en manos de su
familia real maneja casi 80.000 millones de dólares en
participaciones empresariales en toda Europa y EEUU, sobre todo en
el sector inmobiliario. La Bolsa qatarí sufrió ayer una gran
sacudida y su importante aerolínea nacional, con muchos enlaces
europeos, se vio de inmediato obligada a modificar sus rutas. Todas
las cancillerías están seriamente preocupadas por una crisis de
consecuencias impredecibles.
Riad, secundado por casi todas las petromonarquías del Golfo y por
Egipto, acusa, en efecto, a Doha de "apoyar el terrorismo"
financiando a grupos en la órbita del Estado Islámico y Al Qaeda en
Siria y Yemen. Pero, en realidad, la tirantez entre Arabia Saudí y
Doha viene ya de muy lejos. La causa principal es el paulatino
acercamiento del rico emirato a Irán, el gran rival del régimen
saudí. En lo político, Riad y Teherán pujan por la hegemonía en
Oriente Próximo; y, en lo religioso, estamos ante los dos grandes
faros del sunismo -la rama mayoritaria del islam- y del chiísmo; el
enfrentamiento entre ambas corrientes está detrás de las guerras
actuales en el mundo musulmán.
Durante décadas, Qatar fue un país satélite de Arabia Saudí, que
marcaba su débil política exterior, siempre con la bendición de
EEUU. Washington, de hecho, tiene en territorio catarí una de sus
bases militares más importantes de Oriente Próximo, con unos 3.500
efectivos, desde la que se supervisan el espacio aéreo y las
operaciones bélicas de casi toda la zona. Pero desde hace más de una
década Qatar busca convertirse en una influyente potencia, tanto
política como económica. Y para ello intenta librarse de la tutela
saudí, lo que ha provocado numerosos choques estratégicos. En aras
de ganar relevancia internacional, no olvidemos que albergará el
Mundial de fútbol de 2022, cuya adjudicación ha estado rodeada de
toda clase de polémicas, incluido el debate sobre si tendrá que
disputarse en invierno.
Una de las principales herramientas del régimen catarí para adquirir
peso tanto en el mundo árabe como en la geopolítica global es la
cadena de televisión Al Jazeera, financiada por la dinastía
reinante. Esta cadena se ha convertido en una de las plataformas
informativas más importantes en los países musulmanes. Y es
indudable que, por ejemplo, jugó un papel fundamental en el
desencadenamiento de las Primaveras Árabes que derribaron gobiernos
en países como Egipto o Túnez. Las monarquías del Golfo acusan a
Doha de estar desestabilizando toda la región a través de Al Jazeera
y del acercamiento a Irán.
Lo cierto es que Qatar mantiene un peligroso juego a varias bandas
en aras de buscar un espacio autónomo en el Golfo. La antigua
península de pescadores y cultivadores de perlas ha estado del lado
saudí en la guerra de Yemen y en la batalla para descabezar a Asad
en Siria, pero no dudó en apoyar a los Hermanos Musulmanes en
Egipto, provocando la furia de Riad, y coquetea con Teherán por
motivos económicos y para desequilibrar las actuales posiciones de
fuerza en el tablero regional.
En todo caso, estamos ante una grave crisis que resulta urgente
reconducir, con la imprescindible mediación de EEUU, por tantos
intereses como hay en juego. La división de las potencias árabes
sería letal para la lucha contra el yihadismo y los procesos
diplomáticos en marcha para Siria. Y sólo beneficia a Irán, que, no
lo olvidemos, está aún muy lejos de una actitud amistosa con
Occidente.
El Islam y la tolerancia de Europa
Javier Benegas www.vozpopuli.com 6 Junio 2017
La dejación de las instituciones europeas a la hora de hacer
prevalecer leyes generales ha sido enmascarada con la tolerancia
acrítica. Así, el carácter general de la ley, que es propio de la
democracia liberal, ha dado paso a un particularismo legislativo y a
reglas informales donde la excepción cultural es la norma.
Denunciaba Claire Lehmann,? editora del magazine Quillette, a
propósito del atentado de Manchester, que cuando los niños aún
estaban retirando de sus cabellos trozos de carne humana, la
islamofobia se había convertido ya en la preocupación prioritaria.
En efecto, con los cadáveres aún calientes, numerosas personas,
desde las redes sociales y los medios de comunicación, orientaron
sus esfuerzos no sólo a contener la inevitable ira de una multitud
conmocionada, sino a perseguir y censurar cualquier exceso
dialéctico.
Con el eco de la explosión todavía reverberando, repetían que no era
el Islam sino el extremismo religioso el que asesinaba. Que no eran
sus practicantes sino un número reducido de fanáticos. Así, con los
cuerpos, brazos, piernas, cabezas, vísceras y sesos aún esparcidos
por doquier, los celosos guardianes de la tolerancia imponían una
contención emocional que no dejaba margen para esos instantes de
furia, atolondramiento e histeria que sobrevienen inevitablemente
después de una masacre.
Es evidente que después de un acto de violencia atroz las emociones
se disparan. Y siempre habrá quienes aprovechen la turbación para
denunciar el Islam como la mayor de las amenazas. Sin embargo,
cuando la sangre derramada aún está fresca, no es el momento de
prevenciones morales. Numerosas personas acaban de ser asesinadas. Y
lo que la civilidad exige es justicia; es decir, que los criminales
y sus cómplices sean perseguidos, detenidos, juzgados y castigados.
Después, cuando los restos humanos sean debidamente enterrados y los
ánimos se calmen, será momento de hacer prevenciones, pero también
de realizar análisis que vayan más allá de la acrítica tolerancia
europea.
La falsa tolerancia
Como explicaba Furedi, desde la llegada de la democracia liberal, la
primacía de la libertad como valor fundamental supuso abstenerse de
coaccionar a los discrepantes y condenarlos al silencio. Y si bien,
desde la perspectiva liberal clásica, ser tolerante implicaba juicio
y discriminación, en última instancia no podía existir censura sino
que se imponía el respeto hacia las personas que, en conciencia,
tenían determinadas creencias. No obstante, ese respeto no era
acrítico puesto que existía un conexión entre tolerancia y juicio.
Sin embargo, en la esfera pública actual esa conexión ha
desaparecido: la tolerancia ha pasado a ser un mero complemento
"inclusivo”, de tal suerte que, como advertía Alan Wolfe, "No
juzgarás" se ha convertido en el undécimo mandamiento.
En realidad, debatir nuestras diferencias y señalar a los demás lo
que nos resulta desagradable de sus creencias es algo consustancial
a la democracia. Sin crítica y sin juicio, la tolerancia es un valor
superficial, una excusa para no escuchar y, lo que es peor, para
evitar dilemas morales. Sin embargo, la tolerancia que se promueve
desde las instituciones nacionales e internacionales es superficial,
y cualquier cultura, costumbre o conducta que se derive de estas no
puede ser juzgada sino aceptada de forma acrítica por el bien de la
armonía y la paz social.
Así, paradójicamente, en las democracias actuales, no ya los
exabruptos sino el propio acto de juzgar está siendo censurado,
incluso erradicado del espacio público. De hecho, la Unión Europea,
en colaboración con Twitter y Facebook, se plantea desarrollar
directivas no para perseguir la intolerancia flagrante sino para
evitar la difusión de contenidos que, de alguna remota manera,
pudieran dar soporte intelectual a cualquier cosa que, a juicio de
técnicos y burócratas, se le parezca, lo que jurídicamente es un
disparate; y democráticamente, una barbaridad. Con todo, lo peor es
que la posición de las instituciones nacionales e internacionales,
de los políticos y expertos respecto de esta peligrosa deriva
iliberal no sólo no es contraria sino fervientemente favorable.
A este respecto, la declaración de la UNESCO es paradigmática. Su
llamada a la tolerancia se presenta como
“una respuesta al actual aumento de los actos de intolerancia,
violencia, terrorismo, xenofobia, nacionalismo agresivo, racismo,
antisemitismo, exclusión, marginación y discriminación contra las
minorías nacionales, étnicas, religiosas y lingüísticas, los
trabajadores migrantes, los inmigrantes y los grupos vulnerables
dentro de las sociedades, así como los actos de violencia e
intimidación cometidos contra personas que ejercen su libertad de
opinión y de expresión, todo lo cual amenaza la consolidación de la
paz y la democracia tanto a nivel nacional como internacional, y son
obstáculos para el desarrollo”.
Pero por ningún lado se contempla que las creencias, y no los
individuos, puedan ser juzgadas racionalmente como inconvenientes.
El problema es Europa
Hoy se dirime si el Islam es el problema o lo es su perversa
interpretación por parte de minorías radicalizadas. Tras los
sucesivos atentados yihadistas, mientras algunos exigen su
prohibición y el cierre de fronteras, otros abogan por más y mejores
políticas de integración y la permeabilidad total de las fronteras.
Parece lógico deducir que la mayoría de musulmanes que viven en
Europa no son radicales, de lo contrario, la situación hace tiempo
que se habría vuelto completamente insostenible. Sin embargo, no es
tanto que la gran mayoría sean moderados o, incluso, en algunos
casos laicos, como el poder que sobre toda la comunidad musulmana
ejerce una minoría radicalizada y bien organizada, especialmente en
las mezquitas, los suburbios y guetos donde la concentración de
islamistas resulta abrumadora.
Los españoles deberíamos entender mejor que la mayoría de europeos
la dinámica que tiene lugar en estas circunstancias. No en vano,
durante los años de plomo de ETA, el País Vasco sucumbió a la
ominosa ley del silencio. La inmensa mayoría de vascos ni eran
terroristas ni simpatizaban con ETA, pero bastó la determinación de
una minoría radical bien organizada y financiada para atenazar e
instrumentalizar a la sociedad vasca. Evidentemente, algo tuvo que
ver, cuando menos, la pérdida de competencias del Gobierno Central,
la “neutralidad” de las instituciones autonómicas y, de manera
derivada, la permisividad de las autoridades locales.
Lo mismo parece suceder con las instituciones nacionales, regionales
y municipales en numerosos países europeos respecto a unas
comunidades islámicas cada vez más numerosas e infiltradas por
radicales. En los lugares donde la concentración es muy elevada, el
Estado de derecho retrocede. Lo cual no sólo supone un problema para
la supervivencia de la sociedad abierta sino que, además, deja a los
que están en disposición de integrarse a los pies de los caballos;
es decir, en manos de los radicalizados.
La pérdida de autoridad
La dejación de las instituciones europeas a la hora de hacer
prevalecer leyes generales ha sido enmascarada con la tolerancia
acrítica. Así, el carácter general de la ley, que es propio de la
democracia liberal, ha dado paso a un particularismo legislativo y a
reglas informales donde la excepción cultural es la norma. Con el
tiempo, la renuencia a abordar el problema con todas sus
consecuencias y, sobre todo, sus costes políticos, es lo que ha
impedido la integración de las comunidades musulmanas. Y también
que, en la práctica, sean las minorías radicales bien organizadas
las que estén imponiendo progresivamente la Sharia.
Sí, sobre el papel, los gobiernos europeos tienen todavía el poder
para revertir la situación. Pero, a nivel social, en los lugares
donde las comunidades musulmanas son mayoritarias, carecen ya de la
autoridad necesaria para hacerlo; de la voluntad de los gobernantes
ni hablamos. Resulta por lo tanto comprensible, o al menos debería
serlo, que muchas personas se planteen hasta qué punto las políticas
de acogida estarán cebando una bomba. Y debatirlo abiertamente no es
iliberal, al contrario: es de un liberalismo prístino.
Recuperar el juicio
Si alguna lección debemos extraer de todo este despropósito es que,
contrariamente a lo que instituciones internacionales como la UNESCO
expresan, no existe obligación moral de extender el respeto otorgado
al ejercicio de la autonomía individual a la conclusión o creencia
subsiguiente. El proceso del razonamiento moral y la toma de
decisiones implica necesariamente realizar actos de juicio. La
sociedad abierta no puede mantenerse de otra manera; tampoco el
Estado de derecho. Sin embargo, en contra de esta interpretación
liberal clásica, la versión dominante de la tolerancia pretende
despojarla del acto del juicio.
Con todo, lo más preocupante es que este error se está
institucionalizando a través de la acción indicativa de los
gobiernos, incluso de la propia Unión Europea. Y ahora se proponen
vigilar no ya actos y expresiones manifiestamente impertinentes
sino, también, juicios racionales que supuestamente "puedan" inducir
a la intolerancia. Si esto es liberal, que venga Alá y lo vea.
DE NUEVO EN EL CENTRO DE LA POLÉMICA
Qatar: el 'patrocinador del terrorismo' a nivel mundial
La Gaceta 6 Junio 2017
Los países del Golfo han tomado una decisión histórica al cortar
relaciones diplomáticas con Qatar por "apoyar" a grupos terroristas.
Hasta Arabia Saudí, difusor del wahabismo, censura sus políticas.
Arabia Saudí, Egipto, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos, Yemen y Libia
han decidido romper sus lazos diplomáticos con Qatar por considerar
que el país "apoya el terrorismo". En un comunicado sin precedentes
acusan a Doha de "violaciones graves con el fin de romper la
estabilidad en la zona".
Las palabras más contundentes han sido las de Riad. La dictadura
islámica señala a Qatar por "incitar al abandono del Estado, poner
en peligro su soberanía y la adopción de organizaciones terroristas,
entre ellas los Hermanos Musulmanes, el Estado Islámico y Al Qaeda".
Las autoridades saudíes también acusan a Doha de respaldar a Irán en
su apoyo a los "grupos terroristas" en la provincia de mayoría chií
saudí de Qatif, así como en Bahréin, además de apoyar a los rebeldes
hutíes del Yemen.
El régimen saudí, principal difusor de la doctrina wahabista a nivel
mundial, rompe de esta manera con un socio clave en la zona que
apoyó a Riad durante la crisis de refugiados, cuando desde Occidente
se presionaba a los países del Golfo para que aceptaran inmigrantes.
El 'no' fue rotundo, a pesar de contar con instalaciones como las
carpas de La Meca con capacidad para dos millones de personas.
El Cairo, por su parte, también acusa al emirato de Qatar de "apoyar
las operaciones terroristas en el Sinaí (noreste) y de intervenir en
los asuntos internos de Egipto y los países de la región de manera
que amenaza la seguridad nacional árabe y favorece las diferencias
dentro de las sociedades árabes".
Tras el comunicado, la alianza árabe encabezada por Arabia Saudí y
que combate en el Yemen junto al presidente Abdo Rabu Mansur Hadi ha
anunciado la expulsión de Qatar de la coalición.
Suspensión de los vuelos
La aerolínea Qatar Airways ha suspendido todos sus vuelos a Arabia
Saudí tras la ruptura de relaciones y el cierre de las fronteras
entre ambos países.
"Qatar Airways ha suspendido todos sus vuelo a Arabia Saudí hasta
las 23.59 horas GMT del 5 de junio", explicó la fuente, que confirmó
que "continúan programados los vuelos que partirán este martes desde
Qatar" al reino saudí.
Desde la compañía aseguraron que en las próximas horas mandarán una
actualización para dar a conocer si los vuelos de este martes y de
los días venideros serán suspendidos.
Por otra parte, la aerolínea emiratí Etihad Airways, con sede en Abu
Dabi, aseguró que sus aviones no volarán "hasta nuevo aviso" a Qatar
desde este martes.
Patrocinador del islamismo
Desde hace más de una década, Qatar se ha convertido en uno de los
principales patrocinadores del islam en Europa. Los petrodólares
qataríes han financiado la construcción de miles de mezquitas en
todo el continente, al frente de las cuales han situado a imanes de
su cuerda para difundir su particular visión del islam.
En España, por ejemplo, el plan pasaba por levantar 150 templos
hasta 2020. La inteligencia española mostró su preocupación en este
diario por las sospechas internacionales acerca de una posible
financiación del Estado Islámico por parte del Emirato. "Tenemos que
preguntarnos quién está armando, quién está financiando al Estado
Islámico. Y la palabra clave es Qatar". Fue el aleman Mueller, del
partido demócrata-cristiano, uno de los primeros en señalar
directamente al Emirato de Qatar. Hizo esas declaraciones en octubre
de 2014. Antes, y de manera más o menos directa, lo habían hecho
otros: fuentes diplomáticas alemanas habían señalado que, si bien
Qatar apoyaba a distintos grupos moderados, era cierto que había
prestado su apoyo también a grupos radicales que soñaban con la
implantación del Califato Islámico.
En marzo de 2015, el secretario de Terrorismo e Inteligencia
financiera de Estados Unidos, David Cohen, señalaba el soporte de
Qatar a miembros del Estado Islámico en Siria y denunciaba una
legislación "demasiado permisiva" con determinadas donaciones de
particulares a personas e instituciones relacionadas con el
terrorismo.
El director del Royal United Services Institute de Qatar, Michael
Stephens, respondía en un análisis de septiembre de 2014 que no de
forma directa, pero sí indirecta. Hay donantes anónimos, decía, que
han apoyado financieramente a los extremistas de Siria, porque ven
con buenos ojos la implantación de un Califato Islámico (como el
autoproclamado por los terroristas del ISIS). "Arabia Saudí y Qatar,
convencidos de la pronta caída del presidente sirio Bashar al-Assad
y de que un Gobierno sunita sería positivo para ellos, apoyaron a
grupos radicales", añade, en referencia a grupos como Liwa
al-Tawhid, Ahrar al-Sham o Jais al-Islam, todos relacionados con los
peligrosos miembros de Al Nusra, filial de Al Qaeda en Siria.
Mezcla de una política "chapucera y de una buena dosis de
ingenuidad", señalaba Stephens, el resultado final es que las
cuentas del Estado Islámico han visto multiplicar sus ingresos desde
Qatar.
Donaciones millonarias
Los países del Golfo se negaron a acoger refugiados a pesar de que
contaban con importantes medios para ello. Europa se convirtió en el
destino principal de los inmigrantes y países como Qatar se
aseguraron de que estos no viajaran con destino Oriente Próximo.
Mientras Arabia Saudí financió el levantamiento de mezquitas en
Alemania, los qataríes pagaron a los sirios los estudios en Francia.
El fiscal general de Qatar y la Universidad Sorbona de París
firmaron un acuerdo por el que los árabes donarán 1,8 millones de
euros durante tres años a la institución educativa. El objetivo no
era otro que la financiación de matrículas y del alojamiento de
cientos de estudiantes refugiados en la capital francesa.
La iniciativa no fue recibida con agrado por todos los sectores
estudiantiles. El sindicato Unión Nacional Interuniversitario, por
ejemplo, se quejó de la acogida de los refugiados sirios en las
aulas mientras otros estudiantes franceses ''con méritos se han
quedado sin plaza por falta de espacio''.
Francia no es el único país europeo al que los estados árabes han
regalado dinero. Las universidades de Oxford y Cambridge han
aumentado su solvencia gracias a la financiación de Arabia Saudí,
convirtiéndose este país en el mecenas principal de la educación en
el Reino Unido. La mayoría de estos fondos están destinados
únicamente al estudio del Islam, Oriente Medio y la literatura
Árabe.
En 2008, el príncipe saudí Alwaleed bin Talal donó 8 millones de
euros a universidades de Cambridge y a Edimburgo. En 2005, el
príncipe apodado 'Sultán' fue un poco menos generoso y pagó 2
millones al Museo Ashmolean, dependiente de Oxford. Hay otros muchos
donantes que financian a las universidades británicas. El sultán de
Omán, Qaboos bin Said, concedió 3,1 millones euros a Cambridge para
financiar dos puestos, incluyendo el de un catedrático de árabe. Así
una larga lista de naciones como Emiratos Árabes Unidos -5 millones
a la Universidad de Exeter- o Abu Dhabi -a la Universidad de Gales-.
Los socios de Cebrián
Ghanim Alhodaifi Al Kuwari se convirtió en 2015 en uno de los socios
principales de Juan Luis Cebrián dentro del Grupo Prisa. Con un
perfil profesional vinculado a la construcción y alejado de los
medios de comunicación, el qatarí participó en la ampliación de
capital del grupo con una aportación de 64 millones de euros, con lo
que se hizo con 6,4 millones de acciones.
A partir de ese momento, el millonario árabe ha contado con dos
asientos en el Consejo de Administración que preside Cebrián, en el
que hay un total de 12 puestos.
Al Kuwari también preside Investment Holding Group, una compañía
bien relacionada con las élites qataríes cuyo objetivo principal es
"jugar un papel activo y creativo en el mercado de Qatar, con una
fuerte voluntad de contribuir grandiosamente al futuro del país". En
su momento, los medios especularon con que la entrada de este qatarí
en el accionariado de Prisa tenía por objetivo tener una mayor
presencia ante la Unesco, que meses antes había formado un convenio
con Cebrián.
Rosell y Qatar
La relación entre el FC Barcelona y Qatar se inició en diciembre de
2010, cuando Qatar Foundation acordó patrocinar al primer equipo por
un contrato de 170 millones durante cinco años, una cantidad que
resultó vital para compensar las pérdidas económicas del club
catalán, que posteriormente pasó a lucir el emblema de Qatar
Airways, la aerolínea del Emirato.
El expresidente Sandro Rosell, en prisión por supuesto blanqueo de
capitales, había mantenido lucrativos negocios con el Gobierno
qatarí por medio de la empresa Bonus Sports Marketin, para el que
había desarrollado el programa Football Dreams. Finalmente vendió la
compañía a The Dahall Al Baraka Group, uno de los grupos más
importantes a nivel privado de Qatar.
Donaciones a la Fundación Clinton
Aunque los medios de comunicación centraron su foco mediático sobre
Donald Trump, su rival Hillary Clinton no tuvo más remedio que
admitir que había aceptado un millón de dólares procedentes de Qatar
durante su época como secretaria de Estado, sin informar de ello al
Departamento de Estado, pese a que prometió que permitiría al
organismo revisar las donaciones de gobiernos extranjeros.
Wikileaks filtró los correos electrónicos del jefe de campaña de
Clinton, John Podesta, con las autoridades qataríes, que presionaban
para mantener un encuentro con el expresidente estadounidense en el
65º aniversario de Bill Clinton. En otro de los mensajes, Clinton
señaló que era el momento de “usar herramientas diplomáticas y de
Inteligencia tradicionales para presionar a Qatar y Arabia Saudí",
pues ambos gobiernos estaban dando apoyo a "otros grupos radicales
suníes en la región", al margen del ISIS.
Resulta paradójico que los Clinton aceptaran donaciones para su
fundación "sin fines lucrativos" de países que ellos mismo admitían
que estaban detrás de las acciones terroristas en Oriente Medio. En
otro correo Hillary aclaraba la situación: “El avance del Estado
Islámico en Irak da al Gobierno estadounidense una oportunidad para
cambiar la forma en la que hace frente a la caótica situación de
seguridad en el norte de África y Oriente Próximo”.
¿De verdad queremos ganarles a los asesinos yihadistas?
La sociedades europeas no parecen dispuestas a asumir la lucha
contra el yihadismo de verdad, no como deberían. Y nuestros líderes
políticos actuales, aún menos.
Matthew Bennett www.vozpopuli.com 6 Junio 2017
Pues nada, aquí estamos de nuevo. Otro atentado. Otra matanza. Dos
en una misma campaña electoral. Diríase que los terroristas quieren
influir en el resultado. Mientras otra vez colocan velas y flores, y
los políticos se suceden para ofrecer condolencias, compasión y
entendimiento, leo y escucho algunos pensamientos muy confusos sobre
esto del terrorismo islamista, así que vamos a simplificar un poco
para centrar las mentes primero.
Punto primero: la causa raíz del problema terrorista actual es la
existencia de la ideología salafista islamista yihadista, dentro del
Islam o como una rama (malvada) del Islam. Si no fuera por la
existencia de dichas creencias, de dichos llamamientos, no
existirían los problemas actuales con el terrorismo islamista. En
palabras del autor Shiraz Maher, él mismo un ex miembro de Hizb
ut-Tahrir: "Este proyecto milenario cree en el progreso mediante la
regresión". ¿La regresión a qué?, podemos preguntarnos; "Las
prácticas de las primeras tres generaciones del Islam", según el
artículo. Mezclamos con Afganistán, Bosnia, Chechenia, Irak, Al
Qaeda y demás y nos sale el fundamentalismo del Estado Islámico,
DAESH, IS, ISIS o como queramos llamarlo. A diferencia de ETA o del
IRA, parece que no hay absolutamente nada que quieren negociar: su
fin sería erradicarnos, matarnos de la manera que fuera. Y cuántos
más, mejor. ¿Niños? Adelante. ¿Mujeres? Las más pecadoras y
merecedoras de la hoz yihadista (según ellos, ojo, que nadie me
saque la frase de contexto). No quieren la independencia de ninguna
región, ni la reunificación de ninguna isla, sino que nosotros y
nuestros países y modo de vida dejen de existir. Léase cualquier
nota de prensa de la Guardia Civil o Interior de los últimos dos
años: «El detenido, de 34 años de edad, mantenía contactos con
personas radicales de la ciudad autónoma a las que les exigía que
siguieran un modo de vida rigurosamente adaptado a la ideología
salafista».
Así de paso despejamos la falacia racista que se trata de "todos los
musulmanes". De ninguna manera.
Punto segundo: el efecto último del punto primero en Europa,
Francia, Bélgica, Alemania y ahora varias veces en Reino Unido, está
siendo la matanza y mutilación de ciudadanos indefensos y
desprotegidos. Niñas en un concierto en Manchester, padres que
esperan a recogerlas después, parejas o amigos cenando y de copas en
un barrio de Londres o el centro de París, otros que se encuentran
en un puente de camino a casa, alemanes comparando regalos y dulces
en un mercadillo navideño, franceses y turistas celebrando la
Bastilla en la playa durante el verano. Según nuestra cultura e
ideas occidentales y democráticos, actividades todas absolutamente
inocentes y normales. Como muy bien dijeron la semana pasada los
familiares de las víctimas de Manchester y los ex soldados
especialistas, a lo que van es a matar a nuestros hijos, en casa, y
ya lo están haciendo.
De momento, España se ha librado, quizás por tener otro enfoque,
quizás por no participar en el bombardeo a DAESH en Siria, quizás
por suerte. Pero todo esto sirve aquí también, porque deberíamos ir
preparándonos y aprendiendo de los fallos de los demás. Vistos los
tres atentados terroristas mortales en Londres y Manchester en las
últimas semanas—y a pesar de las cinco tramas terroristas que
Theresa May dice que la Policía ha frustrado desde el ataque en el
puente de Westminster—está claro que en Reino Unido el sistema está
fallando.
Imagínese por un momento que se encuentra en algunos de esos lugares
con sus hijos y de repente aparece el yihadista suicida de turno
lleno de odio y violencia, con el objetivo inmediato de matarle y
quitarle piernas y brazos a sus retoños. Supongo que querría, como
yo, que hubiera entre ese ser repugnante y su familia uno o varios
policías o soldados, con armas suficientes como para parar al loco
asesino. Tampoco querría, y aquí coincidiríamos de nuevo, que dichos
agentes protectores se encontraran desarmados, o armados sólo con
una porra. Pues es lo que le pasó al PC Keith Palmer, muerto delante
del parlamento en marzo, y a un agente aún desconocido en Londres el
sábado, quien se encaró él sólo, con su palo, a los tres terroristas
suicidas, armados con cuchillos y—en ese momento—aparentemente con
chalecos explosivos. Recibió múltiples lesiones en la cara y las
extremidades y ahora está en el hospital. Sus colegas con las
metralletas llegaron ocho minutos más tarde y tumbaron a los
atacantes.
Mucho han hablado los políticos desde el sábado de esos ocho
minutos, en plan «miren qué rápido y qué bien protegidos están por
nuestra Policía», pero no dejan de ser ocho minutos demasiados
largos. En Manchester no pudieron parar nada porque Abedi se
explosionó en medio de una multitud. El mismo Gobierno admite que
hay 500 tramas bajo investigación, con 3.000 yihadistas sueltos, y
otros 20.000 sospechosos de apoyarlos. Frente a eso, 5.500 agentes
armados, según Financial Times: «la mitad de lo que había hace 15
años». Que es muy difícil y costoso controlar todo eso, llegó a
decir la misma jefa de la Policía Metropolitana de Londres, Cressida
Dick, el lunes por la mañana. No me diga. Pues, para eso están. Y si
les faltan recursos—materiales, financieros, humanos—para cumplir
con su misión, deben exigirlos al Gobierno de turno, y el Gobierno
proveerlos de inmediato.
Los agentes rasos, esos que están ahí enfrente de los terroristas en
las calles, saben que les faltan recursos. Se han quejado repetidas
veces y este fin de semana lo han vuelto a hacer. Aquí un ex
detective jefe del Scotland Yard tachando al Gobierno de "mentiroso"
directamente, y aquí un sargento anti-terrorista en activo:
"Nosotros la Policía protestamos por los recortes. No nos hicieron
caso". The Guardian estima que si incluimos todos los tipos de
agente, el Partido Conservador—que se supone que juega en casa en
materia de seguridad y defensa—, con Theresa May como Ministra de
Interior, recortó 46,700 policías y agentes desde el 2010. Como ha
hecho lo que ha hecho, Jeremy Corbyn, el líder laborista, el lunes
pedió la dimisión de May tres días antes de las elecciones
generales. Inaudito. Y eso que la idea surgió del antiguo director
de estrategia de…David Cameron, un tal Steve Hilton: "Theresa May es
responsable por los fallos de seguridad en London Bridge,
Manchester, Westminster Bridge. Debería dimitir, no presentarse de
nuevo".
Parece que hay mucha gente que, de acuerdo con la Señora Dick, cree
que es demasiado complicado luchar contra esta amenaza, y que hay
que aceptar que esto va a pasar como los accidentes de tráfico o los
infartos, que es parte de la vida moderna en el siglo XXI en un
entorno urbano. Que cada equis tiempo, tendremos que aceptar que
asesinen a unos cuantos más. Yo no sé ustedes, pero yo me niego. Por
mi, por mi hijo y por ustedes. Que hay que cambiar las estrategias,
o darles a los policías más recursos, o modificar nuestras ciudades
y espacios de ocio para que estén más seguros, hagámoslo. Pero no
estoy muy convencido de que como sociedades estemos dispuestos a
asumir esa lucha de verdad, no como deberíamos. Y nuestros líderes
políticos actuales, menos aún.
España / Defensor del Pueblo
Soledad Becerril deja el Defensor del Pueblo tras cinco años en el
cargo
Francisco Fernández Marugán, adjunto a la Defensora del Pueblo y
exdiputado socialista, se queda al frente de la institución hasta
que los grupos parlamentarios alcancen un acuerdo sobre el
sustituto.
Efe La Razon 6 Junio 2017
Soledad Becerril, quien en 2012 se convirtió en la primera mujer en
estar al frente del Defensor del Pueblo, no seguirá en el cargo a
partir del próximo 21 de julio, cuando se cumplen los cinco años de
su mandato, según ha podido confirmar Efe.
Su cargo como defensora del pueblo finaliza en julio, mes en el que
Becerril cederá el testigo al sexto responsable de esta institución,
cuyo primer responsable fue nombrado por el Parlamento en 1982.
Seis responsables a los que es justo sumar el nombre de María Luisa
Cava de Llano, quien ocupó el puesto "en funciones" de 2010 a 2012,
tiempo que tardaron los partidos políticos en consensuar el nombre
de Becerril.
El nombramiento de la actual defensora, de 72 años, fue aprobado por
los plenos del Congreso y del Senado los días 17 y 18 de julio de
2012 y tomó posesión de su cargo el día 23 del mismo mes.
Será Francisco Fernández Marugán, adjunto a la Defensora del Pueblo
y exdiputado socialista, quien se quede al frente de la institución
a partir del 21 de julio y hasta que los grupos parlamentarios
alcancen un acuerdo sobre quien será la persona que sustituirá a
Soledad Becerril.
Según prevé la ley, se necesita el apoyo de tres quintas partes del
Congreso para dar luz verde al nombramiento del Defensor del Pueblo.
Este martes Soledad Becerril ofrecerá una rueda de prensa en la sede
madrileña de la institución para dar más detalles de su decisión de
dejar el cargo.
El Defensor del Pueblo es una forma mas de
tomar el pelo a los españoles
Nota del Editor 6 Junio 2017
Los profesionales de la política se cuidaron muy bien de que los
españoles no pudieran presentar directamente recursos de
inconstitucionalidad y depositaron ese derecho conculcado en el
defensor del pueblo, que obediente ha hecho lo que le han mandado.
El caso de la conculcación de los derechos humanos y
constitucionales de los español hablantes en las regiones donde el
español es lengua impropia, en que el defensor de turno se replegó a
las órdenes del mando, y en vez de presentar recurso, se limitó a
dar algunos consejos, demuestra su inutilidad. De todos modos,
aunque pudiera presentar recurso de inconstitucionalidad, el
tribunal anti constitucional español es otro caso de lo mismo, así
que llamar democracia a esto es un insulto al sentido común
Quejicas valientes
BERTA GONZÁLEZ DE VEGA El Mundo 6 Junio 2017
Cuando los alumnos de Baleares se sienten para hacer Selectividad se
encontrarán la prueba en catalán pero, este año, podrán pedir copia
en español sin más, un acto de libertad que ha provocado que dimitan
algunos profesores del tribunal organizador. Antes, sólo se daba a
quien justificara por qué estaba exento. Los que prefieran el
español para jugarse la entrada en un grado exigente tendrán que
levantar la mano y pedírselo a unos profesores obligados a señalar
cuántos han sido. Serán pocos, claro. Con ese método es justo lo que
se busca, el "te lo dije" que no le interesaba a nadie. Lo suyo
sería ver qué pasa si se pusieran dos montones a la entrada de la
clase y, luego, analizar cómo se han corregido unos y otros. Esa
transparencia sin sociedades panameñas no se investiga.
Este año es distinto gracias las gestiones del Ciudadanos balear de
Xavier Pericay (no confundir con Ciudadanos de Juan Marín,
Andalucía). Ha sido el Gobierno central el que contactó con la
Universidad de Baleares para pedir las copias en español. Al
enterarse, se procedió a las instrucciones y a un lenguaje que
delata. Se proporcionará versión española "en caso de que el alumno
se queje". No es que te dé la gana hacerlo en la lengua oficial en
España. No. Es que eres un quejica. El presidente del tribunal es
Joan Stela, profesor de Física, que no leerá revistas en catalán si
le interesa el futuro de su especialidad. Tampoco si le gusta el
pasado desde la manzana de Newton. Leerá en inglés, idioma en el que
se examinarán cientos de alumnos baleares en los A levels
británicos. A lo mejor ha llegado la hora de abrir un Colegio
Español subvencionado allí.
Según la noticia de Mayte Amorós, los profesores dimisionarios
alegaron que «el cambio introducido convierte la lengua propia de
Baleares en una lengua folclórica, accesoria y prescindible» y que
"no tiene otra explicación que la fobia y el odio hacia la lengua
propia de Baleares, el catalán". La otra explicación se llama
libertad para considerar que, efectivamente, el catalán es una
lengua menor en una visión del mundo, pero que la use quien quiera.
Unos imponen y otros eligen. Los quejicas que levanten la mano serán
valientes.
Quizá hablamos demasiado de Cataluña. Conviene hacerlo también de
Baleares y de Valencia.
Karen Armstrong: Asturias premia a quien no cree en Asturias
Pedro Fernández Barbadillo Libertad Digital 6 Junio 2017
O suprimimos los Premios Princesa de Asturias o le acabarán dando
alguno a Eva Hache.
Cuando Juan Goytisolo recibió el Cervantes en 2015, estos premios
oficiales cayeron tan bajo que algunos pensaron que era imposible
que los jurados siguieran excavando en busca de momias o muladares.
Pero la concesión del Premio Princesa de Asturias a las Ciencias
Sociales a la exmonja Karen Armstrong (1944), otra hija del 68,
demuestra que toda situación desesperada es susceptible de empeorar.
Los méritos de Armstrong señalados por el jurado son "su rigor
científico y tender puentes entre religiones", pero su obra es
insostenible ante cualquier análisis histórico, incluso los hechos
por mí, que no soy ningún experto. Prácticamente ninguna de sus
afirmaciones se ajusta a la realidad.
En Granada no había ni campanas ni sinagogas
Así describe la entrada de los Reyes Católicas en Granada el 2 de
enero en Los orígenes del fundamentalismo:
Con profunda emoción, la multitud observaba el estandarte cristiano
que se elevaba ceremoniosamente sobre los muros de la ciudad,
mientras repicaban las campanas y se difundía la noticia por toda
Europa, ya que Granada era el último bastión musulmán en la
cristiandad. Las cruzadas contra el islam en Oriente habían
fracasado pero, al menos, los musulmanes habían sido expulsados de
Europa.
En Granada no sonó ninguna campana porque no las había, como no
había iglesias… ni sinagogas. Los turcos, que eran musulmanes,
estaban ya asentados en Constantinopla y los Balcanes. ¿Será que
Armstrong, en un rasgo típico de la superioridad anglosajona, no
considera europeos a quienes residen al este y sur de Viena o bien
ignora al Imperio Otomano para que la realidad no le estropee su
libro? La guerra de Granada fue precedida por la conquista de
Otranto (1480-1481) por los turcos, que causó una conmoción en la
acosada cristiandad por la crueldad con que los invasores trataron a
los civiles italianos, ya que causaron numerosos mártires. Por otro
lado, en España permanecieron varias docenas de miles de moriscos
protegidos por la Corona y el alto clero para tratar de
convertirlos, hasta que fueron expulsados en 1609.
La reconquista cristiana de los antiguos territorios de al-Andalus
fue una catástrofe para los judíos de la península. En el Estado
musulmán, las tres religiones monoteístas (…) habían sido capaces de
convivir en armonía durante más de seiscientos años. Los judíos, en
particular, habían gozado de un renacimiento cultural y espiritual y
no estaban sometidos a los ‘pogromos’ que constituían el sino de
este pueblo en el resto de Europa
Los judíos estaban sometidos a la dimma, como los cristianos, y la
colaboración que muchos de ellos prestaron a los invasores en el
siglo VIII no salvó a sus descendientes de la persecución, como les
ocurrió a los witizanos. En 1066 se produjo en Granada un pogromo en
el que la turba asesinó en un día a 4.000 judíos como mínimo. Los
almohades y los almorávides también persiguieron a los judíos.
Maimónides y su familia tuvieron que fingir su conversión al islam
en 1148 y luego huyeron a Egipto.
...cuando Fernando e Isabel conquistaron Granada en 1492, heredaron
una numerosa y nueva población judía en esa ciudad.
Aunque le sorprenda a Armstrong, en Granada ya no quedaban judíos.
El ambiente en la ciudad era tal que Boabdil temía que los fanáticos
le matasen y por eso pidió a los cristianos que adelantasen su
entrada.
Para concluir con sus barbaridades, da por sentado que Santa Teresa
de Jesús, a la que despoja de su condición de santa (igual que a San
Juan de la Cruz), era judía conversa, cuando sólo lo fue uno de sus
abuelos, Juan Sánchez de Toledo.
Godos feos y atrasados frente a árabes hermosos y seductores
Un alma gemela de Armstrong fue María Rosa Menocal, profesora de
Harvard y autora de La joya del mundo: musulmanes, judíos y
cristianos, y la cultura de la tolerancia en al-Andalus. De no haber
fallecido en 2005 y, quizás, de no haber huido de la Cuba comunista,
habría jugado varios números en la tómbola de estos premios.
Encuentro en sus páginas estas perlas:
Hacia el año 711 un ejército de bereberes recién convertidos al
islam, al mando de un grupo de omeyas de Siria, llegó a Europa.
Interesante verbo, llegar, en vez de los más violentos invadir,
irrumpir, asaltar o penetrar.
Como el resto de la Europa posromana del siglo VIII, la península
Ibérica era un lugar pobre y culturalmente opaco.
La patria de San Isidoro era tan pobre que los invasores se
apoderaron del thesaurus de los reyes godos y de miles de mujeres
rubias y blancas para su placer.
Los asentamientos visigodos de Iberia a los que los musulmanes se
habían mudado no eran gran cosa
Por eso, los musulmanes se aposentaron en todas las ciudades que
encontraron: Toledo, Córdoba, Sevilla, Zaragoza, o Pamplona, donde
residían la realeza y la aristocracia godas, y no construyeron
ninguna.
Un visir, al-Mansur, realizó asaltos provocadores y dañinos contra
algunas fortalezas cristianas del norte.
Almanzor no era visir, sino chambelán (hayib) y esos "asaltos"
fueron más de 50 razias o aceifas contra ciudades (León, Zamora,
Coimbra, Santiago, Barcelona, Sepúlveda…) que no eran únicamente por
necesidades militares, sino para obtener esclavos y, claro,
esclavas, deseados por los mercados de Córdoba.
En su lamentable prólogo a La joya del mundo, Harold Bloom (califica
a la España de 1493 como "la España de Cervantes", que nació en
1547, y se las apaña para meter a Franco en su elogio de un ensayo
sobre al-Andalus, y no por la Guardia Mora) hace una definición
perfecta del libro:
...es una canción de amor dedicada a los poetas judíos, musulmanes y
cristianos (sobre todo a los trovadores) de lo que una vez llamamos
la Alta Edad Media.
En efecto, Menocal escribió una "canción de amor", cursi, irreal y
ridícula. Allá ella. Lo idiota es tomar su libro como una
investigación histórica fidedigna, cuando tenemos los de, entre
otros, Serafín Fanjul, Felipe Maíllo y el siempre permanente Mahoma
y Carlomagno, de Henri Pirenne.
La polémica de Américo Castro con Sánchez Albornoz
Cuando se habla de al-Andalus como cumbre de la tolerancia un
español no puede olvidarse de Américo Castro. Aparte de su
interpretación de la presencia musulmana en España, los tres tienen
en común un punto muy interesante: Castro y Menocal fueron
profesores de literatura y Armstrong también quiso serlo. Es decir,
su conocimiento del islam y de al-Andalus es, principal y
primariamente, literario.
Castro escribió tales sandeces sobre la vida cotidiana en al-Andalus
y la influencia de lo árabe en el ser español que Claudio Sánchez
Albornoz se arremangó y le replicó en España, un enigma histórico.
La polémica entre ambos exiliados fue homérica y Castro, que
pretendía hallar las razones del fracaso de su República en la
batalla del Lago (Guadalete) o por ahí, quedó aplastado bajo los
datos que amontonó Sánchez Albornoz: leyes, crónicas, sentencias,
represiones, persecuciones, batallas, necrópolis.... Sin embargo,
sus teorías las encontramos en otros individuos dados a la
literatura, esta vez como creadores, no como estudiosos: Antonio
Gala y Juan Goytisolo. Como ya expliqué el año pasado, otro
inspirador de los neo-andalusíes es Ignacio Olagüe, autor de un
libro que cualquier bachiller de los años 60 puede refutar.
Tanto Armstrong como Menocal reconocen en sus libros el impacto que
en ellas causaron los ataques terroristas del 11-S de 2001 y
declaran que ya no se sienten seguras. Cabe preguntarse en qué
casita de muñecas vivieron hasta esa fecha, porque los europeos, los
árabes, los judíos, los hispanoamericanos y muchos asiáticos han
sufrido el terrorismo (en ocasiones animado desde Estados Unidos
como apoyo a los luchadores por la libertad) desde hace más de medio
siglo.
La pregunta pertinente es por qué unas teorías disparatadas y
mentirosas son premiadas y presentadas como si fueran verdad o, en
el mejor de los casos, como "propuestas interesantes". Y la única
respuesta que yo encuentro es el impulso político. ¿Por qué el
apocalíptico Paul Ehrlich sigue recogiendo premios y cheques por el
mundo cuando todos y cada uno de sus pronósticos catastrofistas (por
ejemplo, aseguró que en EEUU morirían millones por hambrunas en
torno al año 2000) han fracasado? Porque hay fuerzas poderosísimas
que creen en el malthusianismo y están convencidas de que sobran
cuatro quintos de la humanidad.
Y detrás de Karen Armstrong y de María Rosa Menocal hay un
movimiento que desea, por un lado, presentar el islam como una
religión encantadora, tolerante y hasta igualitaria y, por otro
lado, denigrar el cristianismo, a la vez que demoler los fundamentos
de la nación española.
Una creyente en el progreso y la razón
El acta del jurado añade que Amstrong merece el premio por "su
compromiso activo con la difusión de un mensaje ético de compasión,
paz y solidaridad". Ah, lo importante es el mensaje para las masas;
que sea un engaño no es significativo.
Ya nos advirtió Jesucristo: "Cuidado con los profetas falsos; se
acercan con piel de cordero, pero por dentro son lobos rapaces".
¿Sorprenderá al lector saber que Armstrong es desde 2005 miembro del
Grupo de Alto Nivel de la Alianza de las Civilizaciones?
En sus libros, Armstrong se presenta como una de las últimas
creyentes el progreso y la razón, como si fuera un científico
positivista alemán de 1900, una pretensión ridícula después de los
genocidios del siglo XX. En Los orígenes del fundamentalismo expone
una idea absurda, pero que tiene mucho éxito en el Imperio Progre:
todos los creyentes (judíos, cristianos y musulmanes) que se toman
su fe en serio son fundamentalistas y están equivocados (porque lo
dice ella) y encima todos los fundamentalistas son iguales. Así,
equipara al predicador cristiano Jerry Falwell, que no ha matado a
nadie, con Osama bin Laden. Y ya lanzados, ¿por qué no a Benedicto
XVI, que advirtió que "la dictadura del relativismo puede destruir
la libertad" con los terroristas del ISIS que degüellan coptos?
Es hasta cierto punto comprensible que estas novelas buenistas sobre
al-Andalus subyuguen a académicos que viven en Estados Unidos. A fin
de cuentas, en los campus de California y Harvard no hay nada que
recuerde las guerras del islam contra la cristiandad y los europeos.
Lo que trastorna es que en Oviedo se dé un premio con el nombre de
Asturias a quien considera Asturias una aberración, un fruto podrido
de "la insidiosa Reconquista".
SIN APROBACIÓN EN EL PLENO
Retiran el recuerdo a los 180 asesinados en Los Yébenes
Juan E. Pflüger Gaceta.es 6 Junio 2017
Nuevamente la dictadura de lo políticamente correcto ha vuelto a
actuar contra la ley, la justicia y la Historia. La Ley de Memoria
Histórica, ese decreto aprobado por el Ejecutivo de José Luis
Rodríguez Zapatero vuelve a actuar imponiendo su criterio. Aunque
eso suponga que vuelve a enfrentar a la sociedad entre si, y a ésta
con la verdad histórica. Ha sido en el municipio toledano de Los
Yébenes, donde el alcalde socialista, Anastasio Priego Rodríguez, ha
decidido sin someterlo al Pleno Municipal, la retirada de una placa
que recordaba a las víctimas de la brutal represión cometida por el
Frente Popular durante la Guerra Civil.
La decisión fue tomada por parte del grupo socialista en el
Ayuntamiento, que ordenó la retirada de la placa a los “caídos por
España”. Para evitar que los vecinos protestasen contra esta medida
decidió que lo mejor era quitar la placa durante la noche o a
primera hora de la mañana. Y así lo hizo. Cuando la portavoz de la
oposición municipal en el consistorio, la popular María Cruz García
Gómez, le pidió explicaciones, el alcalde se limitó a decir que
cumplía con la Memoria Histórica. Además le informó que la placa
retirada iba a ser retirada por otra que recordase “a todas las
víctimas” de la Guerra Civil.
Como ya ha publicado La Gaceta, las víctimas causadas por los
republicanos asciende a 180, y las condenas de muerte tras la
Guerra, dictadas por los tribunales franquistas y ejecutadas son
siete. Una importante diferencia, que es lo que quieren borrar los
responsables municipales ahora.
Es más, llama mucho la atención que pretendan poner el recordatorio
a los ejecutados por la Justicia franquista tras la contienda en una
cruz, símbolo de los católicos, cuando la represión frenepopulista
tuvo especial interés en acabar con todos los religiosos del pueblo.
En Los Yébenes las milicias dirigidas por el vecino Santos González
tenían el objetivo claro de acabar con todos los religiosos.
Asesinaron al párroco, Jesús Martín Díaz y al coadjutor de la
parroquia local, Félix Calleja Blas. También matarona Luis Ramirez,
sacerdote y coadjutor en Herrera del Duque (Badajoz), que pasaba
unos días de descanso veraniego en su localidad natal, y a los
sacerdotes Miguel Torija y Ricardo Marín González. Este último caso
deja clara la saña con la que se emplearon los comités de milicias
locales que se desplazaron hasta el municipio de Yepes, donde
Ricardo Marín se encontraba detenido, para ser ellos quienes le
asesinaran. También murió, en esa persecución religioas el capellán
del marqués de Cañadahonda, junto al marqués, a su hijo y a su
yerno.
Ahora, después de haber intentado humillar a los 180 asesinados por
los partidos del Frente Popular, entre ellos el PSOE que ahora
gobierna el Ayuntamiento, han quitado la placa y los símbolos que
había en la cruz.
Una placa cuya retirada no ampara la Ley de Memoria Histórica porque
no cumplía ninguno de los requisitos marcados en su articulado. En
su artículo 15 establece que “Las Administraciones públicas, en el
ejercicio de sus competencias, tomarán las medidas oportunas para la
retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones
conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la
sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la
Dictadura. Entre estas medidas podrá incluirse la retirada de
subvenciones o ayudas públicas”.
Como queda claro, la placa era un recuerdo a las víctimas de la
represión republicana. Ni era una exaltación del franquismo, ni de
la sublevación militar, ni de la Guerra Civil y mucho menos de la
Dictadura, porque las 180 víctimas de Los Yébenes fueron asesinados
antes de acabar la contienda.
Esta circunstancia deja patente que la única razón por la que se ha
decidido quitar el reconocimiento a los caídos es, una vez más, el
afan de revancha y ocultar los crímenes cometidos por uno de los
bandos, al que admiran los partidos de izquierdas en España.
******************* Sección "bilingüe"
***********************
La pieza de Navarra
Cayetano González Libertad Digital 6 Junio 2017
PP y PSOE no son conscientes de lo que supone para el proyecto
nacionalista cobrarse la Comunidad Foral.
Los miles de navarros que el pasado sábado salieron a las calles de
Pamplona para manifestarse en defensa de su bandera sabían
perfectamente que estaban defendiendo y defendiéndose de algo más:
de los incansables afanes anexionistas de los nacionalistas de uno y
otro signo que gobiernan Navarra desde hace dos años apoyados por
Podemos.
La integración de Navarra en la Comunidad Autónoma Vasca, junto a
los tres territorios ubicados en el sur de Francia, daría forma a
esa Euskadi idílica y pastoril que en su día diseñó el fundador del
PNV, Sabino Arana. Un objetivo, junto a la ruptura de España,
también compartido por ETA y por el que esta banda terrorista ha
asesinado a 857 personas, 42 de ellas en la Comunidad Foral.
Cuando hace dos años la nacionalista de Geroa Bai Uxue Barkos logró
hacerse con la Presidencia de Navarra, gracias al apoyo de Bildu y
Podemos –lo mejor de cada casa–, algunos alertamos del peligro que
eso suponía para el mantenimiento del actual estatus político del
territorio como comunidad foral diferenciada del País Vasco.
Pero los intereses partidistas, por un lado, y la ceguera política
de los dos grandes partidos nacionales, por otro, hicieron que el
foco de atención del PP y del PSOE se pusiera en otros frentes.
Mientras, los nacionalistas, que a constantes y persistentes no les
gana nadie, empezaron en Navarra a hacer su trabajo en el terreno
educativo, cultural, social. Lo último ha sido ese acuerdo del
Parlamento Foral para derogar la Ley de Símbolos y permitir que los
ayuntamientos navarros que así lo decidan puedan colocar la
ikurriña. Una bandera que, conviene recordar, era y es la del PNV,
que este partido impuso como bandera oficial del País Vasco cuando
se elaboró el estatuto de autonomía de Guernica. Es un paso más, en
el terreno de los símbolos, que va en la dirección de presentar como
normal algo que evidentemente no lo es.
Los nacionalistas nunca han sido mayoría en Navarra. De hecho, el
PNV, el partido mayoritario y hegemónico en la Comunidad Autónoma
Vasca, ha tenido siempre una presencia residual en ese territorio, y
cuando sufrió su escisión, en 1986, quien se quedó con esa parte del
electorado fue Eusko Alkartasuna, partido ahora integrado en la
coalición Bildu. Tampoco hay una mayoría nacionalista, ni social ni
política, actualmente. Lo que ocurre es que el PP no existe, y el
PSOE ha dado tantos bandazos que se ha hecho irreconocible para un
electorado de izquierdas que quiere que Navarra siga siendo Navarra.
Sólo está dando la batalla Unión del Pueblo Navarro (UPN), cuya
razón de ser y de existir es precisamente la defensa del estatus
actual de Navarra. Y, de los nuevos partidos, Ciudadanos no ha
conseguido cuajar en el territorio foral.
Dentro de esa dejadez de los dos grandes partidos nacionales,
destaca con luz propia el que Rajoy no haya cumplido una promesa
electoral que hizo antes de lograr la mayoría absoluta en 2011:
derogar la Disposición Transitoria Cuarta de la Constitución, que es
la que regula el mecanismo para la incorporación de Navarra a la
Comunidad Autónoma Vasca. No tiene ningún sentido que esa puerta
siga abierta casi cuarenta años después de aprobarse la Carta Magna.
Y como los nacionalistas, insisto, son muy tozudos y perseverantes,
ahí seguirán hasta que logren sus objetivos.
Desgraciadamente, seis siglos después sigue teniendo plena
actualidad el lema del escudo de armas del príncipe Carlos de Viana,
que contenía una representación de dos perros royendo un hueso con
la siguiente frase: Utrimque roditur, "por todas partes me roen". Lo
grave es que eso suceda gracias la pasividad del PP y del PSOE, que
no son conscientes de lo que supone para el proyecto nacionalista
cobrarse la pieza de Navarra.
La Generalitat contra Cataluña
Editorial La Razon 6 Junio 2017
Carles Puigdemont fue elegido presidente de la Generalitat el 11 de
enero de 2016 con 70 votos a favor y 63 en contra. Su nombramiento
fue una solución improvisada –era el número tres de la lista de
Junts pel Sí por Gerona– para poder recibir el apoyo de la CUP, un
grupo anticapitalista, independentista y de militancia antisistema,
que pedía la cabeza de Artur Mas. La honorabilidad de lo que quedaba
del viejo partido de Pujol estaba por los suelos con tal de no dejar
el poder. La condición para este apoyo no era otra que la de llevar
a Cataluña a la secesión, con o sin referéndum, acordado o sin
acuerdo.
Por lo tanto, Puigdemont, JxS y sus socios circunstanciales
nunca han querido negociar y abrir una vía de diálogo, ni han
querido escuchar a la mitad –por lo menos– de la sociedad catalana
que buscaba otras opciones antes que la de romper con el resto de
España. Pusieron 18 meses de plazo y no tenían más objetivo que
cumplirlo, aunque fuese con retraso. Por delante se llevaban a la
Constitución y al Estatuto.
Al Gobierno de Mariano Rajoy no le
quedaba más solución que aplicar la Ley. Ni medidas «coercitivas»,
ni la de la «fuerza» que con tanto interés reclaman los
independentistas. Sólo se ha aplicado la fuerza de la Ley. Rajoy no
tenía más salida que aguantar el envite separatista con los valores
de la democracia. En la hoja de ruta trazada por la Generalitat y el
magma asociativo que sustenta el «proceso», estaban claramente
marcados los pasos y unos hitos que rompían abiertamente con la
legalidad.
El primero era modificar el reglamento del Parlament que
permitiese aprobar sin debate la llamada Ley de Transitoriedad
Jurídica, que es en esencia una declaración de independencia. El
segundo es la convocatoria de un referéndum, cuya misión es levantar
la bandera del «derecho a decidir» –eufemismo de autodeterminación–,
consigna con la que atraer a los que, aun estando en contra de la
independencia, quieren votar «no», y de paso construir un bloque más
amplio en el que puedan incluirse al nuevo partido de Ada Colau y a
Pablo Iglesias, que, por supuesto, también se ha apuntado.
Esta
semana Puigdemont puede hacer pública la fecha para el referéndum y
la pregunta («¿Quiere que Cataluña sea un Estado independiente?»,
aunque a ERC le gustaría «¿Quiere que Cataluña sea una República
independiente?»). El Gobierno ya ha anunciado que recurriría de
forma inmediata al Tribunal Constitucional cuando el anuncio se
publique en el Boletín Oficial de la Generalitat. Hará valer el
artículo 161.2 de la Constitución, pero cree que es necesario que en
estos momentos se dé un paso más y que la Abogacía del Estado
reclame ante el TC que, en caso de incumplimiento, que Puigdemont,
como máximo responsable de la organización del referéndum, sea
suspendido.
El escenario que los independentistas han dibujado es el
del enfrentamiento directo con el Estado y forzar al máximo la
situación como herramienta electoral. La pregunta es: ¿por qué la
Generalitat persiste en una posición que no tiene salida? ¿Por qué
insiste en mantener un plan independentista si no cuenta ni con el
apoyo de la mitad de los catalanes? ¿Por qué insiste en decir que el
nuevo Estado catalán no tendría que abandonar la UE? ¿Por qué no
dice a los catalanes que no han conseguido el apoyo de ningún país a
su plan? ¿Por qué, en definitiva, se empeñan en buscar la ruptura de
hecho con España y construir una Cataluña partida en dos?
En estos
momentos, se está viviendo un enfrentamiento político dentro del
independentismo entre, por un lado, el PDeCAT, que puede quedar en
la marginalidad política, y que necesita rentabilizar electoralmente
el conflicto, y, por otro, ERC, que ve cercano el momento de
situarse como fuerza central del nacionalismo catalán y alcanzar la
Generalitat. En medio, están los ciudadanos catalanes.
La traición del alcalde de Londres
Santiago Navajas Libertad Digital 6 Junio 2017
Hace unos meses me felicitaba en estas misma páginas por la elección
de Sadiq Khan como alcalde de Londres. Me parecía una buena noticia
que un musulmán llegase a tal cota de poder, tan real como
simbólico. Me equivoqué. Khan ha demostrado participar de la
doctrina apaciguadora del partido laborista que llevó a Chamberlain
a pactar con Hitler, poniendo el valor de la (supuesta) paz por
delante de la (real) libertad.
En su caso, el apaciguamiento se lleva a cabo respecto de los
musulmanes fanáticos que perpetran ataques terroristas. De las
declaraciones de Khan sobre los últimos asesinatos islamistas en
Londres sería imposible saber si tras el terrorismo que está
arrasando la capital británica, el resto de Europa y el mundo entero
se encuentran grupos marxistas-leninistas, anarquistas nihilistas o
herederos de los nazis que llevaron a Churchill a espetar a
Chamberlain:
Se te ofreció poder elegir entre la deshonra y la guerra y elegiste
la deshonra, y también tendrás la guerra.
Ahora al apaciguamiento se le denomina inclusividad, dentro del
paradigma multiculturalista que lleva a esconder la cabeza bajo
tierra y comerse la lengua para, como el alcalde de Londres y los
medios progresistas, jamás relacionar los atentados terroristas con
el islam. De manera parecida a cómo Gemma Nierga llamó a dialogar
con los etarras que acababan asesinar a Ernest Lluch, bajo el
síndrome político de que el grupo de extrema izquierda era de los
suyos (descarriados pero de la misma familia socialista). Con la
excusa de no propagar la islamofobia, están socavando los principios
liberales de las sociedades abiertas occidentales. Kahn, que en una
ocasión despreció a los musulmanes moderados tachándolos de ser como
el "tío Tom" (es decir, musulmanes que estarían sometidos a los
occidentales), debería haber encabezado desde su cargo político la
reforma del islam que propone Hirsi Ali para que triunfase la
versión más acorde con los valores de la civilización. Al mismo
tiempo, debería haber aplicado una tolerancia cero contra las raíces
religiosas del terrorismo, que no están en el Vaticano o en el
palacio del Dalai Lama sino en las mezquitas, madrazas y demás
centros vinculados con la versión más ortodoxa del islam, que es la
dominante en el mundo.
Por ejemplo, en Indonesia, el país con más musulmanes y que tiene
fama, aunque más bien es una leyenda buenista, de ser cuna de un
islam moderado y compatible con la democracia, se han introducido
leyes de acuerdo con la sharia que han permitido que se azote a los
gais mientras un público entusiasmado aplaude y pide que les golpeen
más fuerte. Además, a un candidato cristiano que tenía posibilidades
de llegar a ser presidente del país, el gobernador de origen chino
de Yakarta, lo han condenado a dos años de cárcel por haber
supuestamente blasfemado contra el islam, algo que solo sucedió en
la cabeza dictatorial de sus enemigos políticos y en la mente
esquizofrénica de los fanáticos islámicos.
La traición de Kahn se explica en esta advertencia de Karl Popper,
que había visto cómo las repúblicas de Austria y Alemania eran
destruidas desde dentro por no haber querido combatir a los nazis y
a los comunistas que pretendían destruirlas:
Si extendemos la tolerancia ilimitada aun a aquellos que son
intolerantes; si no nos hallamos preparados para defender una
sociedad tolerante contra las tropelías de los intolerantes, el
resultado será la destrucción de los tolerantes y, junto como ellos,
de la tolerancia (...) Debemos reclamar el derecho de prohibirlas,
si es necesario por la fuerza (...) Deberemos exigir que todo
movimiento que predique la intolerancia quede al margen de la ley y
que se considere criminal cualquier incitación a la intolerancia y a
la persecución.
El triunfo de Trump es el nefasto y lamentable movimiento pendular
que respondió a la incapacidad e incompetencia de Barack Obama,
apoyado por unos medios que jaleaban su rendición conceptual ante el
avance de los intolerantes de extrema izquierda y el fundamentalismo
islámico. No necesitamos ni el simplismo xenófobo de Trump, que
identifica a los islamistas con los inmigrantes, ni la banalidad
multiculturalista de Obama y sus intelectuales, que defienden, como
Olivier Roy en Francia, que el islam no tiene nada que ver con los
yihadistas occidentales sino con el proceso de deculturación que
sufren los pobres chavales cuando pierden la conexión con sus raíces
y no se integran en nuestras sociedades. La culpa de que nos maten,
según esta perversa lógica progresista, es… ¡nuestra! Porque no
hemos puesto suficientes medios (más allá de una educación pública
gratuita, una sanidad gratuita y unas subvenciones sociales casi
infinitas…) para que estos rebeldes sin identidad se encuentren como
en casa.
Sería una farsa si no fuese una tragedia. Por supuesto, no
necesitamos a un alcalde de Londres musulmán incapaz de hacer
explícitos, combatiéndolos, los fundamentos islámicos del terrorismo
que asuela su ciudad, al tiempo que trata de hacer que nos
resignemos (¿cristianamente?) a que vivir en una gran ciudad
conlleve acostumbrarse a los atentados. Como si fuese igual que te
atropelle un conductor borracho que un tipo que se considera un
asesino de Alá. Nada que ver con la valentía y honestidad que
demostró David Cameron cuando tras un atentado pidió a los
musulmanes ingleses que ayudaran a la Policía a combatir a los
terroristas, al tiempo que recordó que los musulmanes son las
principales víctimas de los musulmanes y que, contra Obama o Roy, es
un error (y un crimen de lesa intelectualidad, añado yo) sostener
que el integrismo es fruto de nuestros errores o de la pobreza.
Sadiq Kahn no tiene ni la capacidad intelectual ni el talante
político necesarios, seguramente tampoco la voluntad religiosa, para
plantar cara a los intolerantes. Pero los que somos herederos de la
tradición liberal que venció a los totalitarios del siglo XX no nos
vamos a resignar, porque tenemos el ejemplo de los que, como Popper,
Hayek, Berlin, Camus, Aron o Russell, nos enseñaron que ante la
violencia no hay que poner la otra mejilla sino, por el contrario,
en primer lugar, llamar a las cosas por su nombre y, en segundo
lugar, hacer caer sobre los violentos todo el peso y la firmeza del
Estado de Derecho.
Terrorismo
Las cárceles se llenan de yihadistas en plena agonía etarra
Los fiscales de la Audiencia Nacional piden refuerzos a José Manuel
Maza para afrontar el aumento del terrorismo islamista, que tiene en
España a 228 reclusos, cuando el número de reos de ETA ha caído
hasta los 360
Tono Calleja www.vozpopuli.com 6 Junio 2017
La agonía de la banda terrorista ETA, que no ha cometido un atentado
desde marzo de 2010, ha coincidido con el auge del yihadismo. Y este
cambio en la sociedad española se detecta bien en el sistema
penitenciario, que en los últimos años ha protagonizado un aumento
exponencial del número de presos vinculados con el terrorismo
islamista, que ha llegado a 228.
De forma paralela, la población reclusa etarra disminuye año a año.
Los últimos datos conocidos de reos etarras elevan hasta 280 el
número de integrantes de la banda terrorista presos en España, a los
que habría que añadir otros 80 recluidos en 21 prisiones francesas:
360 en total.
Esta cifra supone casi la mitad del número de etarras que estaban
presos en las cárceles españolas y francesas el 20 de octubre de
2011, el día que la banda anunció el "cese definitivo de la
actividad armada". Ese día había un total de 703 miembros de la
organización encarcelados.
115 presos yihadistas
La paulatina disminución de etarras encarcelados, que poco a poco
cumplen sus condenas, contrasta con la actividad yihadista. A
finales de 2016, el número de presos yihadistas en España era de
115, a los que hay que añadir otros 33 reclusos que pese a no haber
sido condenados por terrorismo, han desplegado en las prisiones
"misiones de adoctrinamiento y difusión de ideas radicalizadas sobre
el resto de internos".
Asimismo, la Policía incluye a otros reclusos potencialmente
vulnerables a abrazar la causa yihadista, lo que eleva la cifra a
228 recluidos en la cárceles españolas. En agosto de 2015 el número
de presos islamistas o susceptibles de radicalizarse era de 186, lo
que supone un incremento de alrededor del 20%.
Precisamente este lunes, la Fiscalía de la Audiencia Nacional ha
anunciado que pedirá a la Fiscalía General del Estado que refuerce
su plantilla con al menos otros cuatro fiscales ante el aumento de
trabajo que ha supuesto desde 2014 la amenaza del terrorismo
yihadista, han informado a Efe fuentes fiscales.
"Enorme trabajo" para la Fiscalía
Esta decisión ha sido acordada en Junta de fiscales, integrada por
quince miembros de la Fiscalía de la Audiencia Nacional, y es la
primera reunión de carácter "operativo" que se celebra desde el
nombramiento de Jesús Alonso al frente de este departamento.El
acuerdo reclamando más fiscales, que Alonso elevará al fiscal
general del Estado, José Manuel Maza, ha sido adoptado al entender
que, al igual que se han reforzado las plantillas del Centro
Nacional de Inteligencia (CNI) o de la Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado, la de la Fiscalía también requiere de más
operativos ante el "enorme trabajo" que ha supuesto la amenaza
yihadista.
Por su parte, fuentes policiales consultadas por Vozpópuli, que son
críticas con la actual dirección de la Policía, hacen hincapié en
que la mayoría de las detenciones de yihadistas están vinculadas con
el delito de enaltecimiento del terrorismo. Este hecho haría más
difícil, siempre según estas fuentes, que los arrestados puedan ser
condenados, ya que los jueces y fiscales tendrían más difícil probar
la participación activa de los detenidos en "auténticas" actividades
terroristas.
Sin embargo, fuentes judiciales han rechazado cualquier exceso de
celo por parte de las autoridades judiciales y policiales españolas
a la hora de arrestar a yihadistas. En este sentido, explican que el
sistema jurídico español incluye entre los delitos vinculados al
terrorismo tanto el adoctrinamiento como el adiestramiento. Sin
embargo, la directiva europea de terrorismo solo incluye el
adiestramiento.
Para las mencionadas fuentes judiciales consultadas por Vozpópuli
esta diferenciación muestra que el sistema jurídico español está
"más avanzado", pues España ha sufrido el terrorismo etarra durante
décadas, lo que explicaría que la normativa española sea "más
eficaz" que la media comunitaria.
Los recientes ataques yihadistas realizados en Reino Unido y Francia
posibilitarán, siempre según las fuentes judiciales consultadas, que
ambos países, que ahora mismo no consideran delito el
adoctrinamiento, incorporen este supuesto a su ordenamiento jurídico
como mecanismo para luchar contra los terroristas antes de que hayan
dado el paso hacia el adiestramiento militar.
Un detenido en libertad
Por otra parte, el juez de la Audiencia Nacional José de la Mata ha
dejado en libertad a Abdelilah El Fadual El Akil, el marroquí
detenido el pasado jueves por la Policía reclamado por su país por
su presunta vinculación con el yihadismo y que fue juzgado por los
atentados del 11M.
Fuentes jurídicas han informado de la decisión del juez, adoptada el
pasado viernes pero conocida este lunes y que va en contra de la
opinión de la Fiscalía, que solicitó el ingreso en prisión del
detenido.
Abdelilah El Fadual El Akil, de 47 años, fue detenido en Madrid en
una operación de la Comisaría General de Información desarrollada
por la Orden Internacional de Detención dictada el pasado mes de
mayo por las autoridades marroquíes.
Se le buscaba por, presuntamente, haber pertenecido a una
organización terrorista para la preparación de actos violentos con
el fin de alterar el orden público, así como para la obtención de
fondos encaminados a la financiación de esas actividades.
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