España, abandonada
EDITORIAL Libertad Digital 26 Mayo 2018
Aún no es posible saber si lo ocurrido este viernes ha sido una mera
representación que no va a llevar a ningún resultado real o si, por
el contrario, estamos a las puertas de un gobierno social-comunista
apoyado por los separatistas que, obviamente, podría ser
catastrófico.
Pero una cosa sí ha quedado fuera de toda duda después de las
múltiples declaraciones y comparecencias que han jalonado uno de los
días políticos más intensos de los últimos meses: que ninguno de los
cuatro grandes partidos está en este momento trabajando para España
y los españoles.
En mayor o menor medida todos se limitan a los movimientos que creen
que les convienen de cara a una próxima convocatoria electoral o, en
su defecto, a intentos más que evidentes de alcanzar el poder al
coste que sea.
En algunos casos el interés partidista puede coincidir más con lo
que sería deseable para el conjunto de la nación que con otros, es
evidente que la llegada al poder de Iglesias y los partidos
separatistas es un riesgo inasumible aunque sea a través de un
presidente interpuesto como Sánchez, pero eso tampoco justifica la
estrategia de Rajoy que nos ha llevado hasta este punto: con una
gestión desastrosa del golpe independentista en Cataluña,
renunciando a afrontar el problema separatista que se extiende por
varias comunidades de España y, muy al contrario, entregando -a
través de una serie de pactos vergonzantes- la gobernabilidad a un
PNV que ha tardado 48 horas en traicionarle.
Ciudadanos tampoco sale bien parado del análisis objetivo de su
actuación: si bien es cierto que, tal y como defienden ahora los de
Rivera, lo mejor sea la convocatoria de elecciones, la oportunidad
de lograrlo estuvo a su alcance esta misma semana negándose a apoyar
unos Presupuestos desastrosos y llenos de concesiones al
separatismo.
Argumenta el partido naranja que la sentencia de la Gürtel marca un
antes y un después, pero lo cierto es que no hay una razón objetiva
para que esto sea así: por un lado, todos conocíamos ya esas
prácticas corruptas del PP; por el otro lo cierto es que el único
miembro relevante del partido condenado es Bárcenas, expulsado hace
mucho tiempo y, además, la sentencia asegura que se actuó sin el
conocimiento de la dirección genovesa. En resumen: no hay ninguna
novedad.
Y qué decir de un PSOE que se ofrece como opción regeneradora pese a
los tremendos casos de corrupción que arrastra y, además, está
dispuesto a llegar a Moncloa de la mano de partidos que no son sólo
golpistas, sino que en Cataluña han participado de, o protagonizado
la corrupción más escandalosa de Europa.
La apuesta de Sánchez es un despropósito que tampoco se justifica
por una sentencia que puede que haya sido más contundente de lo
esperado, pero que no ha revelado nada que no fuese de público
conocimiento. El secretario general socialista está lanzando un
órdago muy atrevido que puede darle unos meses de poder, pero a un
coste enorme no sólo para España, sino también para un PSOE que en
las últimas semanas parecía haber entendido que el asunto esencial
en la política española es ahora y va a ser en los próximos años la
cuestión nacional, y que manda ahora un mensaje dramático al
electorado aupándose a los hombros de Torra y Puigdemont para llegar
al gobierno.
El único coherente ha sido Podemos: los de Iglesias llevan desde
hace cuatro años trabajando para destruir el tejido institucional y
social que define y sustenta nuestro país, seguros de que sólo un
desastre mayúsculo puede llevarlos al poder. La crisis que podría
abrirse ahora podría ser esa debacle, es cierto, pero si esa
coherencia es innegable no lo es menos que a ellos, como a todos los
demás, les dan igual el futuro y los ciudadanos de una España que,
hoy más que nunca, parece abandonada por su clase dirigente.
Lo peor que puede pasar es que no pase nada
Editorial EL RUGIDO DEL LEÓN elespanol 26 Mayo 2018
Pedro Sánchez ha hecho lo que debe hacer el líder del principal
partido de la oposición tras la demoledora sentencia del caso
Gürtel: presentar una moción de censura contra Mariano Rajoy, un
presidente del Gobierno marcado por la corrupción y a quien el fallo
de la Audiencia Nacional tilda de mentiroso. Un hombre perdido que
ya no cuenta ni con la autoridad política ni con la autoridad moral
para seguir al frente del país.
Rajoy ha rozado este viernes el patetismo cuando ha intentado
ponerse por encima de la Justicia, amparándose en el buen momento
económico y en los recientemente aprobados Presupuestos Generales
del Estado. Vamos, como si con ello pudieran borrarse de golpe las
verdades contundentes que contra su partido –“eficaz sistema de
corrupción institucional”– pueden leerse en la sentencia. O como si
los votos eliminaran todas las tropelías que se describen a lo largo
de más de 1.600 folios.
Sánchez, todo o nada
La continuidad de Rajoy sería la demostración palpable del fracaso
de las instituciones. El pavor que le produce al presidente su
horizonte judicial cuando salga de la Moncloa –y pierda su condición
de aforado– le hace aferrarse al sillón sin importarle si con ello
arrastra a la Presidencia del Gobierno a unos niveles de deterioro y
devaluación incompatibles con nuestra democracia.
La apuesta de Sánchez, que busca obligar a definirse a Albert
Rivera, es a todo o nada en un momento en el que su partido no
despierta más que indiferencia, el peor de los sentimientos en
política. El líder del PSOE cree que con la posibilidad de ser
presidente, que entusiasma a quienes le auparon a la secretaría
general hace ahora un año, su partido volverá a tener un espacio
propio.
Ciudadanos es consciente de que Rajoy no debe seguir al frente del
país. Pero no quiere darle a Sánchez esos meses que el socialista
quiere vivir en Moncloa antes de convocar elecciones; ni se unirá a
nada que cuente con el apoyo de los independentistas. Por el
contrario, la solución del partido naranja pasa por que sea el
propio presidente del Gobierno el que dé por finalizada la
Legislatura y llame a la urnas.
Contubernio ingobernable
La mejor solución para España pasa por un acuerdo entre Sánchez y
Rivera. Sánchez debería añadir a su moción de censura una fecha
electoral concreta y cercana, exactamente lo mismo con lo que estuvo
de acuerdo cuando se activó en Cataluña el artículo 155 de la
Constitución. Y Rivera, apoyar este escenario y permitir el acceso
del socialista a la Presidencia del Gobierno aunque sea por unos
pocos meses.
Si no se produce este acuerdo, a la moción de censura sólo la salva
un contubernio formado por PSOE, Podemos y todos los grupos
separatistas, incluido el de Puigdemont y Torra. Sería inenarrable
que después de apoyar los PGE y sacarle al Gobierno hasta las
entretelas, el PNV se fuera ahora con Sánchez. Éste conglomerado
desalojaría a Rajoy pero a cambio dejaría un parlamento
ingobernable. Y esto ni lo desea la ciudadanía ni lo permitiría un
sector del PSOE que probablemente se revolvería contra su secretario
general. Ciudadanos también teme que este escenario pudiera
facilitar el indulto de los golpistas catalanes.
Lo peor que podría pasar es que no pasase nada y Mariano Rajoy
volviera a sobrevivir a sus miserias. PSOE, Ciudadanos y Podemos
–que ya ha dejado claro su apoyo para desalojar al PP– deben aparcar
sus diferencias para que se convoquen elecciones generales ya.
Armarios
Los fantasmas de la corrupción estaban mal enterrados. La dura
sentencia Gürtel devuelve la legislatura al colapso
Ignacio Camacho ABC 26 Mayo 2018
Dieciocho horas le ha durado al Gobierno el impulso de los
Presupuestos; si en la política todo se ha vuelto volátil, en el PP
ya no hay nada más fugaz que un éxito. El mayor logro de Rajoy en lo
que va de año, casi de legislatura, no le ha alcanzado para una
pizca de merecido lucimiento. La sentencia Gürtel, por esperada que
fuese, representa mucho más que un nuevo contratiempo: tiene un
efecto acumulativo devastador en el mismo día que a Zaplana lo
metían preso. El partido vive en estado de angustia, sin tregua ni
resuello. Los dirigentes reaccionan con un ánimo desganado,
escéptico; salen a explicarse por pura rutina pero sin la menor
confianza en sus propios argumentos. La teoría de los «casos
aislados» suena ya ridícula, como un tirito de pistola para
defenderse de un bombardeo. Y todavía quedan los juicios de Púnica y
Lezo, más el de los papeles de Bárcenas, en el que el presidente
podría quedar directamente expuesto. La corrupción no estaba
amortizada, sólo dormía un sueño de legajos polvorientos. Los
fantasmas del pasado han vuelto a escaparse entre inquietantes
crujidos de armarios abiertos.
Esta vez es la propia organización la que sale malparada de la
condena. Las siglas, el mayor patrimonio de un partido, han quedado
en evidencia. Sí, lo del «título lucrativo» tiene matices atenuantes
y las penas son más duras que por homicidio, pero el ruido es
demasiado atronador para combatirlo con cuestiones técnicas. El
veredicto de la Audiencia es un regalo en bandeja para Cs y la
izquierda, dueña de la opinión pública desde que el Gobierno
instituyó un duopolio televisivo contra el dictamen de la Comisión
de Competencia. Rajoy resistirá el huracán todo lo que pueda pero
esta vez tiene un problema: está en minoría parlamentaria, a merced
de una oposición que puede presentarle otra moción de censura o
abrasarlo a fuego lento en la hoguera. Y la perspectiva de unas
elecciones anticipadas conduciría el conflicto separatista –¿sería
posible un 155 en funciones?– a la tormenta perfecta.
El momento político se ha vuelto dramático y lo de menos es la
ruptura con Ciudadanos. La colaboración, ya muy agrietada, se acabó
de hecho el miércoles con el pacto presupuestario y el objetivo de
Rivera consiste ahora en ensanchar su espacio. La cuestión es que el
país se queda en manos de un Gabinete escondido de sí mismo, bajo
una sensación creciente de interinato y acosado en las sedes como en
los tiempos del «pásalo». Este mandato, que hace dos años se
prometía razonablemente estable, ha entrado en colapso. Al
marianismo sólo le queda la posibilidad de autorrescatarse del
naufragio mostrando en Cataluña su voluntad de liderazgo. Ése es el
único plano en que el presidente aún puede encontrar un mínimo y
desconfiado consenso constitucionalista en torno a la defensa del
Estado. Si los adversarios no lo desalojan antes asaltando el poder
por un atajo.
Rajoy furioso y asustado
Pablo Sebastián republica 26 Mayo 2018
Las trituradoras de papel del Palacio de la Moncloa van a ser
engrasadas y puestas a punto para que el día de la mudanza de
Mariano Rajoy, que está al llegar, no queden rastros de los secretos
que se tramaron en la residencia de la Presidencia del Gobierno de
España. La que Rajoy ejerció los últimos ocho años con implacable
autoritarismo (incluso con los suyos), sin respeto a la democracia y
libertades y sentado sobre un barril repleto de pólvora de
corrupción del PP.
La vomitona de insultos y descalificaciones que ha lanzado Rajoy en
contra de Pedro Sánchez por haberle presentado una merecida moción
de censura tras conocerse la sentencia del caso Gürtel y el
repugnante argumentarlo del PP prueban de la furia y miedo de Rajoy
a perder el poder y a sentarse ante un juez por la corrupción.
Acababa de conseguir don Mariano un ‘triunfo político’ con la
aprobación de los Presupuestos de 2018 haciendo concesiones a los
nacionalistas que ahora demoniza como aliados de Sánchez. Pero,
ironía del destino, esos Presupuestos se pueden convertir en un
seguro para que Sánchez pueda agotar la legislatura como presidente
del Gobierno hasta mediados de 2020.
Los Presupuestos de Rajoy fueron flor de un día. Y puede que no
habrían sido aprobados si la sentencia de Gürtel (secuestrada unos
día por Rajoy), se hubiera publicado antes como estaba previsto.
Pero a pesar de esas precauciones la gran fiesta de la corrupción
del PP se les disparó con la detención de Zaplana que dejó lívidos a
Urkullu y Rivera (compañeros de Presupuestos) a los que desde La
Moncloa les dijeron que Zaplana -que fue portavoz de Rajoy en el
Congreso- era de la ‘pandilla de Aznar’.
Pero tras el ingreso en prisión de Zaplana estalló la sentencia de
Gürtel y se desataron todas las alarmas. Y Rajoy, experto en no
tomar decisiones y en cobardía (como cuando no se atrevió a aplicar
el artículo 155 en Cataluña el día 7 de septiembre, impidiendo el
referéndum del 1-O y la declaración de la independencia) se tomó a
chufla la sentencia de Gürtel y repitió el mantra de ‘los casos
aislados de corrupción del PP’ -que más bien es una epidemia-,
convencido que el tiempo la enterraría, como su SMS a Bárcenas de
‘Luis se fuerte’.
Incluso cuando, al calor de la indignación nacional por Gürtel, se
empezó a hablar en la tarde del jueves de la moción de censura
(Pablo Iglesias se la pidió a Pedro Sánchez) y en el Gobierno y el
PP empezó a circular el pánico, Rajoy se lo tomó a broma y descartó
un inmediato adelanto electoral antes de que Sánchez presentará en
el Congreso (con astuta premura) la moción de censura contra Rajoy,
que lo puede llevar a la Presidencia del Gobierno.
Pero cuando Iglesias y varios partidos nacionalistas le ofrecieron a
Sánchez su apoyo a la moción, entonces empezaron a sonar todas las
sirenas en de La Moncloa y el PP. Y Rajoy, preso de ira y de miedo,
anunció que caerían sobre España todas las plagas de Egipto en el
caso de que Pedro Sánchez fuera elegido -democráticamente, por
cierto- Presidente del Gobierno.
Y en estas estamos, con Rajoy despavorido y casi haciendo las
maletas, y con un Albert Rivera desconcertado e indignado al ver que
Sánchez puede llegar a La Moncloa antes que él. Motivo por el que
Rivera pide elecciones inmediatas y renuncia a castigar la
corrupción del PP (a cuyo hedor ya está habituado) con la misma
dureza con la que linchó de implacable manera a Cristina Cifuentes
en Madrid por un máster irregular en nada comparable a la sentencia
de Gürtel.
La sumisión de Rivera a Rajoy empieza a ser escandalosa y obscena
por cuanto nos advierte que lo único que importa a Rivera es ser el
sucesor de Rajoy y quedarse con los votos del PP. Olvidando Rivera
que apoyó la fallida investidura de Sánchez en marzo de 2016, tras
firmar un programa conjunto de Gobierno con el PSOE que calificó de
‘momento histórico’. Pero a Rivera se le han subido las encuestas a
la cabeza y sus principios y compromisos democráticos se le han
caído a los pies.
Aunque eso, que hace ya algún tiempo que lo venimos apreciando en
Cs, es poca cosa si lo comparamos con los desesperados bramidos de
Rajoy que se escuchan en toda España y en Europa como un ancestral
lamento que emana de la cripta de esa casa de los horrores que se
llama La Moncloa. El lugar donde las máquinas trituradoras de papel
parecen estar a punto de arrancar su función de eliminar rastros y
huellas de su último inquilino por lo que pudiera pasar.
Naturalmente hasta el rabo todo es toro. Y Rajoy ya salió ileso de
otras dos pruebas anteriores: la fallida investidura de Sánchez con
el voto en contra de Podemos; y su investidura a finales de 2016
tras la caída de Sánchez en el PSOE y la abstención de los
socialistas en la investidura de Rajoy. Ahora da la impresión, visto
el apoyo inicial de Podemos a Sanchez, que la pelota está en el
tejado nacionalista y sería asombroso que a Rajoy lo salvara en
última instancia Puigdemont.
bárcenas y su mujer deben pagar 50,4 millones
La factura de Gürtel: la época 'dorada' de
la trama costó 123 millones al erario público
Las multas impuestas por la Audiencia se elevan a 105,6 millones. A
eso hay que sumar la responsabildiad civil de 6,2 millones y el
decomiso de 11,8 millones de comisiones ilegales
David Fernández. Beatriz Parera elconfidencial 26 Mayo 2018
La sentencia del caso Gürtel no solo deja 29 condenas que suman 351
años de prisión, sino que conlleva además para una veintena de los
procesados una serie de sanciones económicas que buscan resarcir el
daño causado. Los condenados tendrán que rascarse el bolsillo. Las
multas ascienden a 105,6 millones de euros y las responsabilidades
civiles suman otros 6,2 millones. Además, hay que añadir una tercera
cantidad. La sentencia también exige que se decomise a los acusados
dinero y bienes por valor de 11,8 millones por las comisiones y
regalos que recibieron gracias al amaño de adjudicaciones públicas.
La Audiencia Nacional quiere esa cantidad para repartirla entre las
administraciones víctimas de los delitos: la Comunidad de Madrid, la
Junta de Castilla y León y los ayuntamientos de Madrid, Pozuelo de
Alarcón, Majadahonda y Estepona.
En total, 123,7 millones de euros que dan una idea de la época
dorada que vivió la trama en los años juzgados (1999-2005). Y eso
que todavía queda una segunda parte por enjuiciar (2006-2009) y la
pieza de los 'papeles de Bárcenas'. Ahora habrá que ver si los
condenados pueden hacer frente a sus condenas económicas. Para
hacernos una idea de los tejemanejes de la trama, la sentencia deja
claro que el cabecilla de la misma, Francisco Correa, "percibió por
contratos públicos adjudicados a sus empresas la cantidad aproximada
de 8.400.000 euros". Además, Correa ingresó "2.850.000 euros en
concepto de comisiones por su intermediación en favor de empresas
ajenas a su grupo". Todo en contratos amañados. Es decir, que por
cada 220.588 euros que Correa se llevó irregularmente ha sido
condenado a un año de cárcel.
La sentencia incluye 23 multas económicas que suman 105,6 millones
de euros. Casi la mitad de esa cantidad, 50,4 millones, deberá ser
abonada por el matrimonio que forman el extesorero Luis Bárcenas y
Rosalía Iglesias (44.816.000 euros él y 5.600.000 euros ella). Para
pagar la pareja tendrá que recurrir al dinero que tiene bloqueado
judicialmente en el extranjero y a sus propiedades, como la lujosa
vivienda de Baqueira Beret (Lleida) que ambos compraron en 2008 por
941.000 euros. El sumario del caso revela que entre los años 2000 y
2013 Bárcenas e Iglesias manejaron 41,46 millones de euros en
diversas cuentas abiertas en bancos suizos y españoles.
Los últimos datos aportados por la Fiscalía suiza remitidos en marzo
de 2017 a la Audiencia Nacional señalan que el dinero allí bloqueado
sigue rentando a la pareja. Los 19,4 millones bloqueados
inicialmente habían crecido gracias a los intereses a los 20,7
millones en diciembre de 2016, un aumento del 6%. Otro de los
extesoreros de AP, Ángel Sanchis, y su hijo han sido condenados a
dos multas que suman 12 millones euros por blanqueo de capitales y
ayudar a Bárcenas a aflorar su patrimonio.
La multa puesta a Francisco Correa no es tan alta como la de
Bárcenas. Tendrá que pagar 6,1 millones de euros. Y su mano derecha,
Pablo Crespo, 2,79 millones de euros. Ambos también tienen dinero
bloqueado en el extranjero. Correa suma 22,8 millones de euros en
varias cuentas suizas y Crespo solo 1,8 millones de euros. El dinero
también les ha rentado. El patrimonio bancario del cabecilla de la
trama se ha visto incrementado en cinco millones de euros entre 2009
y 2016 y el de Crespo en 500.000 euros. El primero ha empezado a
resarcir algunas cantidades.
En septiembre de 2016 Correa pidió a las autoridades suizas que
liberaran 2,2 millones de euros en concepto de responsabilidad civil
pocos días antes de que comenzara el juicio sobre la primera época
de la trama, que le ha supuesto una condena de 51 años de prisión.
En total Correa ya se ha mostrado dispuesto a pagar cinco millones
de euros para hacer frente a las responsabilidades civiles en cuatro
piezas en las que está imputado. Su exmujer, Carmen Rodríguez,
tendrá que pagar 1,5 millones. Las multas también han sido altas
para sus colaboradores en la trama, según la sentencia una "empresa
criminal". El que fuera su contable, José Luis Izquierdo, tendrá que
abonar 3,7 millones de euros y el asesor que le creó todo el
entramado empresarial en el extranjero, Luis de Miguel, 6,4 millones
de euros.
Los exalcaldes madrileños que se concertaron con Correa para amañar
contratos públicos también han salido mal parados en las sanciones
económicas. Guillermo Ortega, que dirigió el Ayuntamiento de
Majadahonda, tendrá que pagar 9,4 millones de euros. Y el de
Pozuelo, Jesús Sepúlveda, 1,3 millones de euros. Su exmujer, la
exministra Ana Mato, ha sido condenada como partícipe a título
lucrativo y tendrá que abonar 27.857,53 euros por disfrutar de
regalos de la trama. Otro de los condenados es el ex viceconsejero
madrileño Alberto López Viejo, una de las 'ranas' de Esperanza
Aguirre. Pagará 3,2 millones y su mujer otro millón de euros.
La sentencia también incluye un apartado de responsabilidad civil al
margen de las multas económicas. Aquí los condenados se reparten
6.280.116 euros. Por último, la Sala de lo Penal que ha enjuiciado
el caso ordena que se decomise otros 11,8 millones de euros que
obtuvieron los condenados en algunas prácticas delictivas, de manera
que esos fondos pasarían a las arcas del Estado que luego sería
repartido entre las administraciones víctimas del delito. Contra la
sentencia de la Audiencia Nacional cabe recurso ante el Supremo, por
lo que hasta que no haya un dictamen firme la administración
judicial no podrá tocar el dinero y los bienes de los procesados,
salvo que estos lo autoricen.
Un final con desmemoria y manipulación
Ángeles Pedraza estrella digital 26 Mayo 2018
Corren malos tiempos para las víctimas del terrorismo. Muchos
afirman que estamos ante el final de ETA, un final que llevamos
reclamando desde hace mucho, mucho tiempo. Pero no así. Durante
estos meses hemos sido testigos de cómo se permitía a los
terroristas dirigir su propio proceso de disolución haciendo una
obscena propaganda de su actividad terrorista privándonos a las
víctimas del terrorismo de la tan ansiada y reclamada foto de la
derrota.
Soy víctima del terrorismo desde que el 11 de marzo de 2004 unos
sanguinarios terroristas me arrebataran a mi hija Miryam con tan
solo 25 años. Hablo con conocimiento de causa cuando digo que en
España hay muchas vidas rotas por el terrorismo, que merecen un
final real. Un final en el que los terroristas colaboren con la
justicia para esclarecer todos los casos sin resolver, en el que
entreguen todas las armas, en el que pidan perdón a todas las
víctimas sin hacer ningún tipo de distinción, en el que reconozcan
el daño causado y en el que condenen los medios y los fines
perseguidos durante décadas.
El final que merecemos las víctimas del terrorismo es uno con
Verdad, Memoria, Dignidad y Justicia. Un final en el que nuestro
relato sea el que se imponga, y no el de los terroristas. Un final
en el que se tenga presente la memoria de nuestros seres queridos,
porque como he dicho siempre, solo muere quien es olvidado. Yo no
puedo soportar que los asesinos, ya sean los de mi hija u otros, me
vean débil. Así ganarían doblemente la batalla. Por supuesto que yo
no voy a perdonar nunca, eso está en cada uno, pero tampoco voy a
vivir en el odio y en el rencor. Voy a utilizar toda mi energía en
luchar y en no rendirme nunca, porque todas las víctimas a las que
les arrebataron la voz merecen que nosotros, los vivos, les hagamos
justicia.
Ya nos arrebataron lo más querido, pero no podemos permitir que sean
ellos los narradores de lo ocurrido. Porque el relato que debe
permanecer en la calle, en las instituciones y en los tribunales es
el de las víctimas del terrorismo. No permitamos que sean los
verdugos quienes manipulen el relato con palabras como guerra,
pueblo oprimido o víctimas que no tenían una participación directa
en el conflicto. Las generaciones venideras tienen que saber qué
pasó realmente para que no vuelva a repetirse y para que todos los
muertos sean honrados y recordados como verdaderos héroes.
Un final del terrorismo basado en la manipulación, en la desmemoria,
en el reconocimiento a los terroristas y en la impunidad será
siempre un falso final o un final sucio. Quedan demasiadas cuentas
pendientes para que podamos hablar de final real.
No podemos hablar de un final de ETA cuando los que les apoyan y les
jalean están en las instituciones, y tampoco podemos hablar de pasar
página cuando hay miles de familias que aún no saben qué pasó
realmente con ese ser querido al que le arrebataron la vida. Quedan
muchas heridas por cerrar, y para eso, tenemos que colaborar todos.
Los políticos deben ofrecer la justicia y la verdad que las víctimas
merecemos, pero también la sociedad debe responder. No podemos mirar
hacia otro lado. El terrorismo no es de ricos ni de pobres, de
izquierdas o de derechas. Cualquiera podía ir en ese tren de
Cercanías a trabajar esa lluviosa mañana de marzo como mi hija
Miryam. Todos somos parte de esta historia en la que hay, y ha
habido, verdugos y víctimas.
LE RESPONDE TRAS SUS ‘MENTIRAS’
Abascal: ‘Arcadi Espada ha mentido con la
misma rabia que un podemita’
La Gaceta 26 Mayo 2018
Santiago Abascal ha asegurado que Arcadi Espada se ha sumado “a la
obsesión por VOX de Iglesias, Sánchez o Echenique en las últimas
semanas” tras decir que ha hecho bien Ciudadanos “en quitarle la
bandera española” a su formación.
Tras denunciar la censura del diario El Mundo a un párrafo de su
tribuna, ha colgado el texto íntegro en la red social Facebook. En
él señala que dejó de apreciar intelectualmente a Espada “el día que
escribió que habría que denunciar a los padres de bebés con
discapacidad”.
Ha acusado a Espada de mentir “con la misma rabia que un podemita” y
ha recordado que en VOX desean que enarbolen la bandera con el mismo
orgullo todos los partidos de España, y se oponen “a los que quieren
liquidar la Unión Europea para convertirla en un nuevo Reich donde
desaparezcan las soberanías nacionales”.
A continuación, el post íntegro:
Arcadi Espada se ha unido con entusiasmo a esta obsesión por VOX de
las últimas semanas, como Pablo Iglesias, o Pedro Sánchez o
Echenique. Tal para cuales, porque ha mentido con la misma rabia que
un podemita. O quizá sólo se lo han encargado.
Dice Espada que Ciudadanos hace bien en arrebatar la bandera
española a VOX. Esto no es mentira, es sólo una mamarrachada.
Primero porque la bandera española no es un eslogan electoral (lo
único que obsesiona a los estrategas naranjitas) y porque
precisamente lo que más deseamos en VOX es que la enarbolen con el
mismo orgullo todos los partidos de España. Tampoco miente cuando
dice que en VOX queremos suprimir las autonomías, es del todo
cierto. El sistema autonómico ha roto la unidad política y de
afectos, ha destruido la igualdad, la libertad y la prosperidad de
los españoles, nos ha regresado a la peor historia nuestra -la de
los caciques regionales-, y encima resulta tan caro como
ineficiente. Claro que no se puede cambiar de golpe, cualquiera lo
entiende, y de momento nos conformamos con que se devuelvan las
principales competencias, como educación, sanidad, seguridad y
justicia.
Lo demás son casi todo embustes: por ejemplo cuando afirma que en
VOX queremos salir de la Unión europea. Mentira. En VOX nos
oponemos, precisamente, a los que quieren liquidar la Unión Europea
para convertirla en un nuevo Reich donde desaparezcan las soberanías
nacionales. Queremos que la UE sea un club de socios y aliados,
donde se respete a todos los estados miembros, y que por tanto no
permita -como sucede ahora- la afrenta que Alemania y Bélgica están
propinando a España, protegiendo a golpistas ante el silencio
cobarde de este gobierno… y de Ciudadanos.
Miente también Arcadi cuando trata de equipararnos con los
nacionalistas. Esta falsedad es muy malvada y muy obvia, y habrá
conseguido la sonrisa de más de un lector: hay que ser torpe para
calumniar de esa manera precisamente a VOX, que ha dado la batalla
contra el golpe cuando los demás se escondían, y que sigue dándola
cuando los demás ya están pensando en como pactar. Sí, es malvado y
torpe acusar de eso a VOX, que hicimos nuestra la voz de la calle al
gritar “Puigdemont a prisión” mientras los intelectuales naranjas
decían que gritar eso era “propio de turbas romanas”. Pero esta
burda mentira se entiende para camuflar una verdad incómoda: que los
separatistas y los estrategas de Ciudadanos sí que tienen una gran
coincidencia: los dos pretenden liquidar el artículo 2 de nuestra
Carta Magna. Este artículo dice que “ la constitución se fundamenta
en la INDISOLUBLE unidad de la nación española, patria común e
indivisible de todos los españoles”. Indisoluble, Arcadi, Albert, no
lo olvidéis. No sólo indivisible, también indisoluble. Lo habéis
leído muchas veces para responder a los separatistas, ahora
aplicároslo vosotros, que cuando Garicano escribe: “No somos
soberanistas: apoyamos la fusión de soberanías en la UE”, está
anunciando un planteamiento tan anticonstitucional como el de Quim y
Puigdemont y los rufianes, es decir, estáis apoyando la disolución
de la soberanía española en un Reich suparanacional. Y esa es una
traición al pueblo español (que es el depositario de esa soberanía)
tan grave como la que pretenden los golpistas. Es muy importante
saber esto para entender por qué PP, PSOE, CS, Podemos y los
separatistas suelen votar juntos en Europa en temas como ignorar la
invasión islámica, ocultar la amenaza yihadista, o imponer de forma
totalitaria el modelo multicultural o laideología de género.
Así que si Ciudadanos quiere ondear la bandera española
“constitucional” -cosa que nos alegra porque sabemos que a ellos les
gustaría ondear sólo la azul o la francesa- debe tener la
responsabilidad de mirar en qué se fundamenta la Constitución. Y una
vez entendido, que la defienda. Les estaremos esperando, como cuando
salimos a las calles y ellos seguían en los despachos.
Dejé de apreciar intelectualmente a Arcadi Espada el día que
escribió que habría que denunciar a los padres de bebés con
discapacidad, porque, según él, al no abortarlos nos cargan a
nosotros con su coste sanitario. Decir algo tan aborrecible sirve
para imaginar la Europa que quiere este señor, un IV Reich donde,
como en su predecesor, no importen las soberanías nacionales, ni las
constituciones de los países, ni las vidas de los discapacitados, y
donde los aprendices de mengeles puedan lamer con fruición las
suelas de la Merkel de turno. Allí sí que no nos encontrarán nunca.
Ah, y sobre lo de la bandera, que se me olvidaba una cosa: quede
claro, como ya dije antes, que ojalá la enarbolaran todos… pero en
cualquier caso, al leer el comienzo del artículo donde dice “Hace
bien Rivera en arrebatarle la bandera de España a VOX”. Estoy seguro
que Albert se ha reído, murmurando para sus adentros: “Sí, claro.
Anda, Arcadi, vete tú a arrebatársela, y luego me cuentas cómo te ha
ido”.
El agotamiento civilizacional de Europa
Giulio Meotti lagaceta.eu 26 Mayo 2018
En una profética conferencia celebrada en Viena el 7 de mayo de
1935, el filósofo Edmund Husserl dijo: "El mayor peligro para Europa
es el cansancio". Ochenta años después, la misma fatiga y pasividad
siguen dominando las sociedades europeas occidentales.
Es el tipo de agotamiento que vemos en el descenso de las tasas
natalidad europeas, la multiplicación de la deuda pública, el caos
en las calles y la negativa de Europa a invertir recursos en su
fuerza de seguridad y militar. El mes pasado, en un suburbio
parisino, la Basílica de Saint Denis, donde están enterrados reyes
cristianos de Francia, fue ocupada por ochenta migrantes y
activistas pro inmigración ilegal. La policía tuvo que intervenir
para liberar el lugar.
Stephen Bullivant, profesor de Teología y Sociología de la Religión
en la Universidad St. Mary de Londres, publicó hace poco un informe:
Europe's Young Adults and Religion (Los adultos jóvenes de Europa y
la religión):
"El cristianismo por defecto, como norma, ha desaparecido, y
probablemente para siempre, o al menos para los próximos cien años",
dijo Bullivant.
Según Bullivant, muchos jóvenes europeos "serán bautizados y después
no volverán a asomarse por la puerta de una iglesia. Las identidades
religiosas culturales ya no se están transmitiendo de padres a
hijos. Directamente se les saca de la cabeza..." Y sabemos que la
tasa de natalidad musulmana es más alta que la de la población
general, y que tienen tasas de retención [religiosa] mucho más
altas".
Richard Dawkins, ateo y autor de El espejismo de Dios, respondió a
la publicación del estudio tuiteando para sus millones de seguidores
en Twitter:
Antes de festejar la agonía de la relativamente benigna religión
cristiana, no olvidemos los amenazadores versos de Hilaire Belloc:
"Mantén siempre a raya a la enfermera / por temor a otra cosa peor".
Dawkins está aparentemente preocupado de que tras la desaparición
del cristianismo en Europa no haya una utopía ateísta, sino un islam
en auge.
Ese es el principal argumento de Philippe Bénéton en su libro Le
dérèglement moral de l'Occident (El desorden moral de Occidente): el
islam está llenando el vacío cultural de una sociedad sin hijos y
que cree —equivocadamente— que no tiene enemigos.
Según Radio Sweden, se está bautizando a menos recién nacidos en el
país a causa del cambio demográfico. Para 2050, casi una de cada
tres personas será musulmana en Suecia, según un informe reciente
del Pew Center.
La mentalidad en los medios europeos parece ahora creer que el "mal"
sólo proviene de nuestros propios pecados: el racismo, el sexismo,
el elitismo, la xenofobia, la homofobia, la culpa del varón blanco
occidental y heterosexual, y nunca de las culturas no europeas. Así
que Europa postula ahora una idealización infinita del "otro", sobre
todo del migrante. La herencia y el legado de la civilización
occidental se trocea pedazo a pedazo para que no quede nada;
nuestros valores son objeto de burla y nuestro instinto de
supervivencia es inhibido. Es un proceso de descomposición en el que
las autoridades políticas parecen haber decidido mediar, como si
fuese inevitable. Ahora, la Unión Europea espera a recibir la
próxima ola de migrantes, de África.
En el importante discurso de la canciller alemana, Angela Merkel, en
el Bundestag, tras un proceso sin precedentes, largo y difícil, de
formar un nuevo gobierno, empleó un tono conciliador sobre la
inmigración mientras ofrecía un mensaje inclusivo sobre el islam.
"Con 4,5 millones de musulmanes viviendo entre nosotros, su
religión, el islam, también se ha convertido en parte de Alemania",
dijo.
La política más poderosa de Europa claudicó: evidentemente se olvidó
(otra vez) de la diferencia entre los derechos civiles de las
personas, de los cuales gozan los ciudadanos musulmanes en Alemania,
y las fuentes de la identidad nacional, sobre las que se basa
Europa: los valores humanistas y judeocristianos. La comprensión de
esta idea podría explicar por qué una semana antes el nuevo ministro
de Interior alemán, Horst Seehofer, dijo que "Alemania ha sido
moldeada por el cristianismo", y no por el islam.
El cansancio de Europa también se puede ver en un conflicto
generacional encarnado en el alarmante aumento de la deuda pública.
En Italia, el establishment político se vio hace poco sacudido por
la elección de dos importantes partidos populistas. Se trata de un
país con una deuda de 40.000 euros per cápita, y una carga fiscal
equivalente al 43,3% del PIB. La edad media de la población es la
tercera más vieja del mundo, junto con una de las tasas de natalidad
más bajas del planeta, una de las edades de jubilación más bajas de
Europa, y la mayor proporción entre gasto en seguridad social y PIB
del mundo occidental. También es un país donde las pensiones suponen
un tercio de todo el gasto público y donde el porcentaje de
pensionistas respecto a los trabajadores crecerá del 37% actual al
65% en 2040 (de tres trabajadores que sustentan a un pensionista a
los tres trabajadores que sustentan a dos pensionistas).
Un desafío islamista a esta sociedad cansada y en declive podría ser
decisivo. Sólo la población cristiana de Europa es infértil y está
envejeciendo. La población musulmana es fértil y joven. "En la
mayoría de países europeos —incluidos Inglaterra, Alemania, Italia y
Rusia— las muertes de cristianos superaron a los nacimientos desde
2010 a 2015", escribe The Wall Street Journal.
Seguirá habiendo ataques terroristas en Europa. Hace poco, en
Trèbes, en el sur de Francia, un yihadista tomó rehenes en un
supermercado y juró lealtad al ISIS. Parece que las sociedades
europeas se consideran a sí mismas tan fuertes, y su capacidad para
absorber la inmigración masiva tan amplia, que nada les impedirá
creer que pueden asimilar y manejar los actos terroristas como los
accidentes de tráfico o las catástrofes naturales. El cansancio
también parece explicar por qué estos países no toman medidas
significativas para derrotar al yihadismo, como cerrar las mezquitas
salafistas o expulsar a los imanes radicales.
Los extremistas musulmanes entienden esta ventaja: mientras logren
evitar otra enorme masacre como la del 11-S, podrán seguir
asesinando a gente y debilitando a Occidente sin despertarlo de su
inercia. El escenario más probable es que todo continúe: la fractura
interna de Europa, dos sociedades paralelas y la devaluación de la
cultura occidental. Pieza por pieza, la sociedad europea parece
estar desmoronándose irremediablemente.
******************* Sección "bilingüe"
***********************
La hora de la catarsis
Enrique Navarro Libertad Digital 26 Mayo 2018
En su esfuerzo por eliminar a la oposición interna, Rajoy ha dejado
al PP con una lista de candidatos tan ligados a él que no son
alternativa.
España es un país singular que necesita de catarsis para progresar,
incapaz de mantener la perseverancia y la honestidad durante largos
periodos de tiempo. Ocurrió en 1923 y en 1898 con escaso éxito y en
1976 con indudables resultados. Ahora en 2018, estamos ante otra
oportunidad histórica; el modelo político de la Constitución de 1978
está agotado; el sistema de partidos como acumuladores del poder
hace aguas; la ley electoral pierde representatividad y el modelo
autonómico está claramente en cuestión. Después de 40 años de
Constitución, poco hemos avanzado en el modelo de cohesión
territorial, lastre que llevamos acumulado desde los tiempos de la
Reconquista.
La corrupción no es nueva en nuestro sistema político, es más, ha
sido consustancial al gobierno desde los tiempos del duque de Lerma.
Lamentablemente más que un lastre ha sido un elemento esencial del
sistema político hasta el punto de que, con prebendas, se han
conformado gobiernos y alianzas durante siglos. Sin embargo, la
democracia con su modelo de representación tiene un objetivo básico:
acabar con la corrupción política y económica, y esto tiene mucho
que ver con la macrocefalia del estado, con las estructuras de
partidos y con un sistema electoral que se empeña en establecer
obstáculos entre representantes y representados.
La condena de la Gürtel me parece una anécdota, creo que no
justifica una catarsis; porque esta condena no puede ser una
sorpresa para nadie. El PNV y Ciudadanos han apoyado estos
presupuestos conocedores de la sentencia en sus principales
aspectos. Ni la detención de Zaplana ni de otros altos cargos del PP
añaden nada nuevo. Creo que la sociedad ya ha descontado que muchos
han llegado al PP y se han aprovechado de sus altos cargos para su
beneficio personal, mientras exigían a los ciudadanos sacrificios, y
aunque se depuren responsabilidades, han sido muchos los casos y con
muy altos niveles de responsabilidad para mirar hacia otro lado.
Solo ver como se detienen a personas humildes por robar arroz en los
supermercados y como una presidenta de comunidad, candidato in
pectore a la residencia del gobierno y responsable de hacer cumplir
la Ley en Madrid, hurta unos botes de crema en un supermercado, es
mucho más sangrante porque nos da el nivel del sistema y cómo
posibilita que este tipo de personas puedan llegar tan alto en una
estructura política. ¿En manos de quién hemos estado? Sin embargo,
no podemos obviar nuestra mayor fortaleza, en España no hay más
impunidad porque las propias detenciones y condenas son la mejor
prueba de que el estado derecho funciona contra la corrupción y
contra el independentismo.
Pero desde el punto de vista político, Rajoy tiene una
responsabilidad histórica. Estamos en esa encrucijada en la que el
país puede ir camino del esperpento o del conflicto permanente como
ocurrió en Italia tras la caída de Bettino Craxi o en Grecia, o ser
conscientes de que el sistema debe ser preservado y hacer una cura
profunda de todos los errores; y eso pasa por modificar aspectos
esenciales de nuestra vida política. Echar a Rajoy para que venga
otro del PP, o Rivera o Sánchez con este modelo, nos llevará al
camino equivocado, porque la sociedad es la misma y los males siguen
enquistados en nuestro modelo político.
La ciudadanía tiene la percepción creciente de que todos son
corruptos y que todos quieren aprovecharse de estas debilidades para
sus réditos electorales. Podemos necesita la censura para superar el
chaletgate, Pedro Sánchez para superar su paralización y Ciudadanos
quiere elecciones ahora no vaya a ser que algo le acabe salpicando a
medio plazo y se acabe la luna de miel. Bildu también necesita el
cambio para avanzar en su modelo confederado y los secesionistas ven
la oportunidad para conseguir una ilegítima independencia. En
definitiva, el todos contra Rajoy está muy bien, pero cuidado porque
esta puede ser una alianza para destruir España. Un voto de
afirmativo de Bildu o de Rufián a Pedro Sánchez sería la muerte
política del PSOE, y si Podemos apoya a un gobierno de Psoe y
Ciudadanos, se enterrará políticamente; de manera que hay que tener
mucho cuidado con no precipitarse por barrancos de los que no hay
retorno y todo para terminar hundiendo al país.
Rajoy ya hace tiempo que está muerto políticamente. Es como un
espectro que se pasea por la Moncloa esperando el momento de subir a
los cielos de la expolítica; que en su afán por conservar una
posición ha cometido el delito de llevarse por delante a su partido.
En su legítimo esfuerzo por eliminar a la oposición interna, ha
dejado al Partido Popular con una larga ristra de posibles
candidatos, todos ligados en su destino a Rajoy de una manera tan
sólida que son inválidos para ser alternativa.
Estamos en ese momento histórico en el que no bastan con
contubernios o componendas; es el momento de los valientes y de
adoptar decisiones que nunca se pasó por la cabeza adoptar. Y por
eso es absolutamente imprescindible que Rajoy dimita; que un nuevo
candidato del PP asuma el gobierno para pactar con Ciudadanos y el
PSOE una agenda de reformas con tres objetivos: sistema electoral;
ley de partidos y modelo autonómico, y quizás sea el momento de
plantear otras reformas de mayor calado que nos hagan de una vez un
país moderno que supere modelos que debieron desaparecer en 1789.
Necesitamos regenerar España, no poner un parche.
Con unas nuevas normas, el país estará en condiciones de votar un
nuevo Congreso y después afrontar una agenda reformista, que hoy en
día sólo puede liderar Albert Rivera, superando el dilema PP/PSOE y
articulando reformas de consenso que definan el modelo de país para
el siglo XXI.
Disolver las Cámaras y convocar elecciones sería el mejor escenario
para los enemigos de España; por eso la propuesta de Ciudadanos por
mucho que le beneficiara, no sería en interés de todos.
Para que el sistema político y la nación sobrevivan es necesario que
el PP y el PSOE encuentren nuevos líderes, que lejos de los
radicalismos o los nacionalismos, contribuyan a una agenda de cambio
que prime los valores de la igualdad, del estado de bienestar y la
economía de mercado; los fundamentos ineludibles de cualquier estado
democrático y que destierre de una vez para siempre la corrupción
política y nos aleje de los radicalismos nacionalistas y políticos,
que son la principal amenaza que debemos combatir para seguir
construyendo España.
Ha llegado la hora del cambio, no ya para salvar al PP, sino para
salvar a España, y la llave de esta nave la tiene Rajoy. Presidente,
tu retirada sería hoy tu mayor contribución al futuro de este país
que tanto quieres y al que tanto has servido. Hoy España te demanda
el más noble de todos los servicios que un político debe prestar: tu
dimisión.
Orden de prioridades
La peor corrupción es el golpismo contra
España
Hermann Tertsch ABC 26 Mayo 2018
Pasan tantas cosas y tan graves en España que surge el agravio al
tratar unas u otras. Por eso es importante establecer prioridades y
criterio de valoración para tratar el acontecer cotidiano. No
esperen que los medios coincidan. Tienen otros intereses. Muchos son
partícipes, cuando no protagonistas, de agendas lucrativas en esta
peligrosa galerna que hace crujir todas las cuadernas de España.
Algunos son parte de las causas de una ya posible tragedia nacional.
No conviene confundir productos por muy revueltos que se sirvan. No
es lo mismo asaltar el poder en un gobierno regional español para
destruir el Estado y la Nación y quizás abocarnos a una guerra civil
que robar en comisiones ilegales. No es lo mismo. Y lo primero es
peor. Las tramas de ladrones de la Gürtel o de la más grave y menos
penalizada de los ERE andaluces serían asumible y corregible
corrupción del sistema de partidos en la larga historia delictiva
española si no tuvieran un terrible efecto debilitante sobre el
Estado en un momento de riesgo existencial para España.
Como la corrupción bipartidista y las mezquinas agendas privadas de
dirigentes del PP han dejado en manos de fuerzas antiespañolas las
televisiones, es muy difícil transmitir a la población esa escala
elemental de valoración de los hechos. Un ejemplo, lo más
escandaloso del caso de corrupción aun no demostrada del jubilado y
enfermo Zaplana, de nula relevancia política, es que él fuera
enviado ayer a la cárcel con la misma leucemia que sacó a un asesino
múltiple como Bolinaga. Pese a ello, no puede ser difícil transmitir
a la sociedad que no es lo mismo robar al Estado que destruir dicho
Estado. Ni matar que robar. Algunos condenados de la trama Gürtel
reciben mayor pena que los secuestradores y asesinos de Miguel Ángel
Blanco. Casi todas son superiores a lo cumplido por los etarras por
cada uno de sus asesinatos.
El Gobierno de Rajoy ya está definitivamente condenado a concluir su
mandato con similar oprobio que su antecesor. Lo peor por supuesto
no es ese oprobio que se ha ganado a pulso. Lo peor es su debilidad
frente a los enemigos del Estado que nos ha llevado a un permanente
deterioro de la legalidad y ya ha desencadenado la primera
violencia. Esta, nadie lo dude, se extenderá durante este verano. La
colisión está ya programada entre el rodillo de la agresión
separatista antiespañola en plena marcha y la reacción de
autodefensa que apenas ha comenzado. El separatismo llama a la lucha
final.
España no tiene hoy un gobierno que la defienda en Cataluña. Pero
tiene aquello lleno de españoles que lo harán porque se niegan a que
les arrebaten su vida en su patria. Lo que el Estado debió hacer
hace mucho, poner coto al separatismo, y se pudo hacer con poder
coercitivo, ya no va a ser posible sin el uso de la fuerza. Y sin
complejos ante unos aliados que lo habrían hecho ya hace tiempo en
estas circunstancias. Cuanto más tarde el Estado en hacerlo más alto
será el precio y la fuerza necesaria. Pero se hará inevitable al
estallar la violencia cuando la agresión permanente del separatismo
reciba respuesta en las calles de los españoles no separatistas.
Habría sido mejor que Albert Rivera hubiera negado el voto a Rajoy
en presupuestos por su lamentable conducta en Cataluña y su
cambalache con el PNV en que relega los intereses de España a la
garantía para sus dos años de supervivencia. Pero mal puede Rivera
retirar por una sentencia de ladrones un apoyo que otorgó pese a la
urgencia de un cambio de política ante la emergencia existencial de
España.
La Gürtel es peor que El Golpe
Javier Somalo Libertad Digital 26 Mayo 2018
El leal Sánchez quiere echar a Rajoy acompañado de golpistas de todo
pelo. En Ciudadanos no saben dónde poner el pie para pisar tierra
firme
Por mucho estupor que produzca, ahora resulta que la Gürtel es la
causa mayor para derribar al gobierno de Rajoy de un día para otro.
Nadie lo sospechaba, había rumores… Es como si un alumno que no se
presenta a un examen se lamentara del suspenso y pidiera revisión de
nota. Más allá de que las condenas sean desorbitadas, que lo son, o
de que el PP sea condenado de aquella manera, o de que Rajoy
aparezca en la sentencia de la única forma posible, lo de la Gürtel
estaba más que anunciado. Como el golpe de Estado en Cataluña. Pero
Gürtel da mucho más juego, por lo visto.
De todos es sabido que la considerada como ley más importante de una
legislatura es la que más sirve para mentir. Se da por hecho que,
una vez aprobada, puede uno tumbarse a ver pasar el tiempo, ese bien
tan preciado en política. Sí, la Ley de Presupuestos Generales del
Estado es una suerte de miniplebiscito, una reválida para la clase
gobernante en la que no importan los presupuestos sino su mera
aprobación. Así que lo de menos es también quién te ayude a superar
la prueba: se paga el precio pactado y listo. Debería llamarse Ley
Hipotecaria Política porque de ella emanan posteriormente
autopistas, estatutos de autonomía inconstitucionales, financiación
vertebradora de golpes, amnistías y toda clase de prebendas en pos
de la estabilidad institucional y la tranquilidad ciudadana. Es la
política.
Algunos –políticos y periodistas– se felicitan porque la aprobación
de los Presupuestos supone la llegada de tan preciada estabilidad.
De igual modo, un gobierno en Cataluña, sea el que sea, supondrá esa
misma estabilidad de pelillos a la mar. Estamentos por encima de
todo, la legitimidad y la legalidad es lo de menos.
Resulta que, según Mariano Rajoy –colapso presidencial sin
precedentes–, Ciudadanos tenía que tomar nota de la "lealtad"
mostrada por el PSOE respecto a Cataluña y no ser "aprovechategui".
Sin embargo, fue el "aprovechategui" el que le aprobó los
presupuestos… con ayuda de un PNV que, horas antes, anunció un
Estatuto más racista si cabe que el de los golpistas catalanes a los
que tanto combate el "aprovechategui" . Y, en medio de todo, se nos
apareció imputado el secretario de Estado –un viceministro– de
Hacienda y aquí no pasa nada porque el último empujoncito de share
político-televisivo lo daría la detención de Eduardo Zaplana
retransmitida por el equipo de pre-crimen de La Sexta. Lo que sigue
importando es la estabilidad.
Pues no hay forma de soportar la mezcla de desvergüenza que se nos
brinda: todos ponen condiciones para apoyar o derribar pero nadie
las cumple o las hace cumplir. Se piden cabezas por botes de crema y
se perdonan vidas por todo lo demás. En Madrid y en Barcelona. Unos
y otros.
El leal Sánchez quiere echar a Rajoy acompañado de golpistas de todo
pelo. En Ciudadanos no saben dónde poner el pie para pisar tierra
firme y tiran de la operación Murcia como si fuera el invento
político del siglo pero aprueban esa Ley Hipotecaria Política con
mala cara, como si eso constara en acta y fuera vinculante. Van los
primeros pero parece que no quisieran serlo. En cuanto a Podemos, y
a la espera de las encuestas a pie de tinaja sobre la continuidad de
la familia de La Navata, la indignación sólo alcanzó a concentrar en
Génova 13 a los justos como para celebrar un cumpleaños de Morgan
Freeman.
Lo más sorprendente de todo es que nada nos debería pillar por
sorpresa. El historial aliancista de Pedro Sánchez sólo tiene
comparación con el de don Juan, capaz de buscar el concurso de
Himmler, de los comunistas o de quien fuera menester con tal, no ya
de echar a Franco sino de que Franco lo designara sucesor a él en
vez de a su hijo. Y eso que eran otros tiempos. El caso es que la
"lealtad" de Sánchez ya no le hace falta a Sánchez. Basta escuchar
su respuesta a Albert Rivera ante la petición de unas elecciones
generales:
"Hay que recordarle al señor Rivera que las mociones son
constructivas, son para darle un Gobierno al país. Convocaremos
elecciones, cuanto antes, por supuesto, pero antes de eso habrá que
recuperar la normalidad política e institucional, atender las
urgencias sociales y abordar una tarea de regeneración democrática".
¡"Cuánto antes", dice! Pues con esa tarea transitoria de salvación
nacional que se propone el leal socialista habría como para veinte
años con el 155, otros diez mientras se refunda el PSOE corrupto de
Andalucía, los necesarios para que dimita media clase política
española y otros cinco de cortesía. O sea que "no es no" otra vez y
ya se ve en La Moncloa, lleno de banderas.
Si rebobinamos un poco este episodio dramático de España nos
encontramos a un presidente en funciones que rechazó por dos veces
la propuesta del Rey de formar gobierno pero que ahora no quiere
irse por más que sea necesario. Veremos también al Rey tomando las
riendas del desánimo social con un discurso que el Gobierno, lejos
de aprovechar, quiso diluir en Cataluña. Y asistiremos al
espectáculo ofrecido por un partido fratricida que juega con frenesí
a los diez negritos. Pero ahora resulta que el PSOE incorruptible,
con los golpistas y quizá con los proletarios de finca va a
regenerar España gracias al inesperado estallido del caso Gürtel del
que nada se sabía, mientras Ciudadanos, única salida viable, busca
la fórmula para regenerar sin molestar, que es como lo de la
tortilla y los huevos.
Soraya Sáenz de Santamaría debió dimitir cuando dijo a Puigdemont en
octubre de 2016: "Nadie ha tenido tan fácil una respuesta y nadie ha
tenido tan fácil evitar que se aplique la Constitución". Era su
consejo ante la pregunta que el Gobierno formuló gentilmente al
rebelde sobre si había declarado la independencia o no. No es fácil
olvidar aquella afrenta: el Gobierno preguntando a Tejero si quizá
ha entrado en el Congreso pegando tiros y sugiriéndole que responda
que no para no revolver demasiado la cosa.
Cristóbal Montoro debió dimitir dos veces: La primera, por negar
desviaciones de presupuestos públicos para el golpe de Estado. Una
simple deducción de testimonio del ministro en entrevista con Jorge
Bustos animó al juez Llarena, pero el peso de la Ley es bien liviano
comparado con el del Gobierno. La otra, por llegar al debate de
Presupuestos con su viceministro imputado por hacer en Jaén lo que
debería perseguir en toda España.
Rafael Catalá debió dimitir por señalar a un juez discrepante en la
sentencia de La Manada pero acatar y respetar la humillación de un
juzgado provincial alemán avalado por una ministra que cobija al
golpista Puigdemont.
Íñigo Méndez de Vigo debió dimitir cuando dijo que el
adoctrinamiento en los colegios de Cataluña no existe o apenas llega
a casos aislados…
La lista podría hacerse más larga y en todos los casos debió dimitir
primero el presidente Rajoy. Pero ahora es la Gürtel lo que importa.
Cataluña siempre es lo de menos, es sólo un golpe de Estado
consentido.
España parece moverse por cuarentenas y estamos a punto de inaugurar
la tercera. Qué pena que no se celebren elecciones el próximo 6 de
diciembre, día de funeral.
La espoleta
Luis Herrero ABC 26 Mayo 2018
Adivina, adivinanza. ¿Quién dijo esta frase y a quién iba dirigida?:
«A este señor solo le interesa el poder a cualquier precio. Los
intereses de España le traen sin cuidado». Daré algunas pistas. La
frase no guarda relación con la renuncia a recurrir del voto
delegado de diputados catalanes prófugos de la Justicia. Tampoco con
el inopinado cambio de discurso sobre la sostenibilidad del sistema
de pensiones. Ni con el pacto suscrito con el socio de EH Bildu en
la defensa del derecho de autodeterminación de Euskadi.
En efecto. La frase no ha salido de los labios de ningún líder de la
oposición y no iba dirigida al presidente del Gobierno, que lleva
haciendo trueques a troche y moche desde hace meses en el mercado
negro de las enmiendas presupuestarias con el único objetivo de
poder agotar la legislatura. Al revés. Ha sido el propio Rajoy quien
la ha lanzado, como un salivazo despectivo, contra el rostro del
secretario general del PSOE. No digo que no tenga motivos para
haberla pronunciado. Los tiene. Pero aún tienen más sus adversarios
para utilizarla contra él.
Lo que me sale instintivamente es escribir que Rajoy carece de
credibilidad para acusar a los demás de cometer sus mismos errores,
pero enseguida caigo en la cuenta de que el concepto que él tiene de
credibilidad no se parece en nada al académico. Quedó de manifiesto
durante uno de los momentos más lamentables de su comparecencia de
ayer a mediodía. No importa que todas las encuestas, en un ejercicio
de rara unanimidad, estén reflejando la deserción masiva de los
votantes del PP, ni que ayer pidieran su dimisión los líderes de
todos los grupos parlamentarios, ni que los jueces de la Gürtel le
hayan acusado de ocultar la verdad para evitar el reproche social
que su conducta merece. Rajoy sigue sinceramente convencido de que
no hay nadie con más credibilidad que él para seguir al frente del
Gobierno. Y lo trágico del asunto es que, en términos literales,
acaso tenga razón.
Ni Sánchez ni Iglesias pueden acreditarla, salvo que se pongan
tornillos en el cuello y lubriquen sus monstruosas articulaciones de
Frankenstein con vaselina independentista. Rivera, por su parte, tal
vez podría lograrla en las urnas, a tenor de lo que auguran las
encuestas, pero para comprobarlo haría falta que los socialistas
estuvieran dispuestos -y ya han dicho que no lo están- a darle a la
moción de censura el carácter instrumental que Ciudadanos solicita.
Así que, después de todo, Rajoy está en lo cierto. ¿Quién expide los
certificados de credibilidad? Mientras no haya nuevas elecciones y
el Parlamento no avale a un candidato con mejores cartas, el único
certificado que vale es el que expidió el electorado en junio de
2016.
El argumento es válido, sin duda, pero solo se entiende si se apoya
en la premisa mayor de que el fin último que se persigue es la
permanencia en el poder. Tan cierto es que no hay opciones
aritméticas coherentes para proponer un candidato alternativo a la
presidencia del Gobierno como que la mayoría absoluta del Parlamento
rechazaría una cuestión de confianza si el presidente del Gobierno
se atreviera a plantearla. Es legal que no lo haga. No hay ningún
precepto normativo que le obligue a hacerlo. Pero al no hacerlo
renuncia a la verdadera legitimidad. Que otros no puedan acreditar
mejores credenciales que él para ocupar la cabecera del banco azul
no significa que él tenga las suficientes para seguir en el puesto.
La política española va camino de adentrarse en intrincadas
espesuras de descrédito y degradación jamás conocidas hasta ahora.
Llegaremos a parajes pavorosos. La predicción anuncia un gran
terremoto. La falla de Gürtel ha encabritado al sismógrafo y algunos
geólogos temen que solo sea el primer aviso del Apocalipsis. Pincho
de tortilla y caña a que en el templo del poder, ya ruinoso, no
quedará piedra sobre piedra cuando la hecatombe sobrevenga. A Rajoy
se le ha puesto, desde ayer, cara de espoleta.
Pactar con los separatistas sería la ruina
OKDIARIO 26 Mayo 2018
Pedro Sánchez vuelve a repetir los errores de su primera etapa como
líder del PSOE y retoma la senda de la irresponsabilidad al dejar
abierta la opción de pactar con populistas e independentistas con
tal de ser investido presidente del Gobierno. La moción de censura
del secretario general del Partido Socialista sólo puede prosperar
con el apoyo de los enemigos de España. Ciudadanos, que persevera en
su condición de garante del constitucionalismo, ya le ha dicho que
no trate de obtener a través de un “atajo” lo que debería luchar por
el camino de la democracia. Un camino que lleva ineludiblemente a
unas elecciones generales. Cierto es que la sentencia del caso
Gürtel contra el Partido Popular ha creado una inquietud que no
beneficia en absoluto a España.
No obstante, la propuesta de Sánchez puede provocar que sea peor el
remedio que la enfermedad. El líder socialista convierte la política
en egoísmo y, con tal de alcanzar el sillón de La Moncloa, parece
que no le importa llevarnos a la ruina. Porque eso sería justamente
lo que sucedería: nuestro país estaría abocado al desastre si en sus
planes infirieran los independentistas catalanes y los populistas de
Podemos. Formaciones ambas que no se han cansado de despreciar
nuestra Constitución y nuestro Estado de Derecho. El partido que
dirige Albert Rivera hace bien en imponerle condiciones férreas para
evitar semejante dislate. Desde el propio PSOE hay voces que no
entienden el movimiento de su cabeza visible.
Las palabras del exministro de Defensa José Bono sobre la moción de
censura que intentará Sánchez son significativas: “Con Bildu o los
separatistas no iría ni a misa”. Algo que también se ha reflejado en
el sector financiero, ya que desde que el secretario general
socialista anunciara dicha moción el Ibex ha caído un 1,7% y la
prima de riesgo se ha disparado desde los 92 puntos básicos del
jueves hasta los 106 de este viernes. Tras la aprobación de los
Presupuestos Generales del Estado, todos los actores políticos
deberían perseverar en la estabilidad nacional. Más, si cabe, con un
talibán de la política como Quim Torra al acecho en Cataluña.
Resulta curioso que Pedro Sánchez lo considere “el Le Pen español”
y, sin embargo, pida el apoyo de los partidos que lo sostienen: los
separatistas de ERC y PDeCAT. Si Sánchez insiste en transitar ese
camino, destruirá su carrera política, acabará con el PSOE y hundirá
el futuro de España.
Conmoción de censura: "Sánchez el ansioso"
Vicente A. C. M. Periodista Digital 26 Mayo 2018
PEDRO SÁNCHEZ LLEVA AL PSOE A UNA NUEVA TRAICIÓN A ESPAÑA CON LA
COMPLICIDAD DE LOS BARONES SOCIALISTAS / JOAQUIM TORRA PONDRÁ
QUERELLA CONTRA RAJOY POR NO PUBLICAR EN EL DOGC SU GOBIERNO DE
GOLPISTAS.
A Pedro Sánchez le traiciona el subconsciente y es incapaz de
disimular su ambición y su absoluta falta de sentido de Estado.
Ayer, a primera hora, a fin de cercenar cualquier iniciativa de
Mariano Rajoy, presentó su moción de censura con tan solo el apoyo
de su sector más cercano de la Ejecutiva, esa de la que se aseguró
su fidelidad tras la amarga experiencia de su defenestración por
intentar entonces lo que ahora parece tener vía libre: pactar con
los nacionalistas separatistas y PODEMOS para echar a Rajoy,
sustituirle como Presidente del Gobierno y gobernar con un programa
de corte social. Una moción perfectamente preparada que ni siquiera
tuvo la decencia de cumplir con las apariencias al presentarla sin
esperar a debatirla en la reunión de la Ejecutiva, sino que la
presentó como un “hecho consumado”. Lo peor es que fueron muy
escasas las voces de exdirigentes del PSOE, como José Bono, que
criticaron una moción que se apoyaba necesariamente en los votos de
los golpistas catalanes y de los proetarras de EH BILDU.
Ninguno de los “barones” del PSOE, al menos ninguno de los que no
fueron consultados de la moción de censura y se enteraron por la
prensa, criticaron ni la forma ni el fondo. Algo que solo se puede
achacar al miedo a ser defenestrado por una directiva de corte
totalitario que se parece mucho a la de su sosias ultraizquierdista,
PODEMOS. Extraña profundamente que dirigentes de la relevancia como
Susana Díaz, Fernández Vara o García Page hayan callado. Y ya se
sabe que quien calla, otorga. Pero lo que quizás para algunos tuvo
más relevancia fue la posterior comparecencia ante los medios de
comunicación del aspirante candidato a Presidente del Gobierno,
Pedro Sánchez. Y es que este hombre sería un pésimo jugador de
póquer. Todo la expresión de su cuerpo, sus tics, sus rictus, su
sonrisa apenas reprimida, contradecían sus palabras. Sobre todo,
aquellas en que decía que presentaba la moción de censura “para
recuperar la dignidad de la democracia”. Una actitud de impostado
empaque que comenzó de forma titubeante cuando dijo haber presentado
la moción “a lo largo del día de hoy” para luego rectificar y
reconocer que lo había hecho “a primera hora de la mañana”, antes de
la reunión de su Ejecutiva y su debate, una actitud prepotente y de
totalitarismo.
Eso sí, su aparición quiso transmitir inútilmente una imagen de
“hombre de Estado”, que irónicamente fue cuestionada por el portavoz
del PP, Maillo que le acusó de querer ser Presidente sin haber
ganado las elecciones; de ser un irresponsable por presentar una
moción para hacerse con el poder y gobernar y no para convocar
elecciones generales. Pero mucho más dura fue la respuesta de
Mariano Rajoy en una comparecencia insólita tras el Consejo de
Ministros, diciendo: “La moción va contra la estabilidad en España y
perjudica la recuperación económica. Es una moción que se hace en el
único interés del señor Sánchez que quiere ser presidente a
cualquier precio y con quien sea”. A continuación afirmó que la
moción de censura se presentaba basada en una falsedad, ya que: “no
se ha condenado a ningún miembro del Gobierno que se pretende
censurar”. Y en cuanto al tema de la “credibilidad” cuestionada por
dos de los jueces del Tribunal, preguntó “¿Quién reparte los
certificados de credibilidad en España?” Finalmente acusó a Pedro
Sánchez de estar dispuesto a pactar incluso con los golpistas
separatistas con tal de ser nombrado Presidente y aseguró que su
intención es finalizar la legislatura.
El caso es que una vez registrada la moción, la Mesa del Congreso
debe tramitarla y fijar de acuerdo con el candidato la fecha del
debate. Lo anterior impide cualquier movimiento del Presidente del
Gobierno en la dirección que le pide CIUDADANOS de disolver las
Cámaras y convocar elecciones generales. Aquí, ha sido la
“hiperventilada ansiedad”, como dice Maillo, de Pedro Sánchez, la
que le indujo a saltarse todas las reglas internas del PSOE (no es
la primera vez que lo hace) y presentar motu propio la moción de
censura “a primera hora de la mañana” en el Registro del Congreso de
los Diputados. Porque la realidad es que esa moción tiene el
exclusivo objetivo de alzarse con el poder e intentar aplicar un
programa político que no ha conseguido la aprobación del electorado.
Con solo 85 escaños y sin haber participado en las elecciones ni ser
elegido Diputado, Pedro Sánchez intenta usurpar un Gobierno y formar
otro tipo “Frankenstein”, donde precisa para gobernar el apoyo de
comunistas y ultra radicales de izquierda como PODEMOS y sus
confluencias, golpistas catalanes, y mercenarios nacionalistas
vascos junto a los proetarras. La auténtica escoria del panorama
político español que solo busca la destrucción de España y sacar
beneficio.
Pero nada de eso parece frenar la suprema ambición y egoísmo de este
despreciable sujeto que no dudó en traicionar a los suyos. Un
individuo que inexplicablemente no fue expulsado del partido cuando
le traicionó y que supo maniobrar en las delegaciones locales y
provinciales del PSOE para garantizarse lealtades y conseguir volver
a ser encumbrado como Secretario General. Una oposición de poder que
supo aprovechar para acallar a la disidencia y rodearse de una
“guardia de corps” leal que ha sido la que le permite ahora dictar
la estrategia del partido y provocar el cobarde silencio de los que
antes le criticaban. Y de dictar, viene lo de dictador, pues así es
como actúa quien es capaz de presentar sin consultar a su Ejecutiva
Federal una moción de censura. Ambición, egoísmo y soberbia, son los
signos de identidad de esta aspirante a derrocar al Gobierno del PP
de Mariano Rajoy. Y no digo que estos no se lo merezcan, pero no
para que sea Pedro Sánchez el que, sin merecerlo, usurpe el cargo
sin pasar por las urnas. Eso es absolutamente indigno y ningún
demócrata lo debe consentir. La normalidad democrática pasa por unas
elecciones y que sean los ciudadanos los que decidan a quienes
otorgan su confianza.
Pedro Sánchez intenta engañar diciendo por un lado que la moción
tiene como principal objetivo la convocatoria de elecciones “lo más
pronto posible”, pero lo condiciona a “recuperar la normalidad
política”. Es decir, aplicar su programa o el de otros como PODEMOS
que no se corta en insinuarlo, que derogue todo lo que el PP ha
conseguido aprobar, incluidos los Presupuestos Generales del 2018,
que por coherencia el PSOE votó en contra y puso enmiendas a la
totalidad, con lo cual no puede asumirlos como propios. Eso, junto a
la derogación de leyes varias y desobedecer en cuanto a la
limitación del déficit. Pedro Sánchez no quiere elecciones porque
sabe que las perderá y que no podrá formar Gobierno. Por eso busca
este atajo para garantizarse al menos dos años de legislatura y
conseguir su revancha personal no solo sobre el PP, sino también
sobre sus camaradas barones y baronesa díscolos. No olvidemos que el
año próximo hay elecciones locales y autonómicas y que él controla
la Ejecutiva Federal e impondrá las listas.
Pedro Sánchez se ha quitado la careta de falso estadista, y aunque
se ponga traje y corbata, y diga que se basa en el respeto de la
Constitución, está dispuesto a todo con tal de conseguir esta vez sí
su objetivo principal: ser presidente del Gobierno de España, sin
importarle si con ello arrastra al PSOE a su inanidad política y a
España a una situación dramática que pone en grave riesgo su futuro
como nación. Pedro Sánchez es hoy por hoy un enemigo político igual
o más peligroso que Carles Puigdemont y los golpistas instalados en
la Generalidad de Cataluña y su Parlamento.
Y como los enemigos de España no descansan en su intento de
destruirla, el ultra radical independentista y xenófobo Presidente
de la Generalidad, Joaquim Torra, ya dispone del informe de los
Servicios jurídicos y ha enviado una nueva carta a Mariano Rajoy
exigiéndole la publicación en el DOGC de los Consejeros designados
del Gobierno de la Generalidad. Y de no hacerlo, le amenaza con una
querella penal por prevaricación. Y la verdad es que esta acción
dilatoria en la publicación no puede sostenerse, salvo que exista
una inhabilitación, aunque sea provisional y que se emita por el
Tribunal Supremo con el Auto de Procesamiento ya firme. Lo que no
deja de extrañar es que esos Servicios Jurídicos vean “viable” el
que fugitivos de la justicia y presos a la espera de juicio por
graves delitos que llevan aparejadas penas de prisión elevadas y de
inhabilitación para el desempeño de cargo público. No se qué tipo de
Derecho manejan, pero su conclusión es cuanto menos, sorprendente.
Es verdad que, a fecha de hoy, en una especie de foto fija, aún no
se ha dictado inhabilitación. Pero de ahí a querer convencer de que
pueden desempeñar, sin ningún tipo de trabas y de forma
absolutamente normal, sus cargos de consejeros, es demasiado incluso
para quienes se atienen a la letra y no al espíritu de la ley.
Permitir ese nombramiento oficial sería un fraude de ley más dentro
de la estrategia de confrontación y de llevar al límite la
inconcreción de una legislación no prevista para contemplar casos
como este, donde la violación de la ley ha sido la tónica general de
los golpistas.
Creo necesario que de una vez por todas se emita la inhabilitación
de todos los procesados y se elimine así este falso debate de
legalidades.
¡Que pasen un buen día!
La disciplina mortífera
Eduardo Goligorsky Libertad Digital 26 Mayo 2018
¿No hay en ese bloque un hombre justo preocupado por el bienestar
colectivo de sus compatriotas o por el bienestar futuro de sus
hijos?
Siempre he desconfiado del uso peyorativo de la palabra
"chaquetero". En muchos casos se aplica correctamente para
descalificar al político o al intelectual que cambia de bando movido
por intereses económicos o de ascenso en la escala social. Sin
embargo, existen circunstancias en las que ese cambio de bando es
consecuencia de un imperativo moral, y en esos casos lo correcto es
hacer oídos sordos a las apelaciones autoritarias a la disciplina.
Es ejemplar la conducta de las figuras públicas que abjuraron de la
ideología nazi o comunista, en tanto que la de aquellos que se
mantuvieron fieles a esas aberraciones está inscripta en la historia
de la infamia.
Fruto del asco
Esta reflexión es fruto del asco que me causó la disciplina
compulsiva con que todos los diputados del bloque supremacista
obedecieron la orden que dictó, desde su búnker berlinés, el embrión
de Führer, y postrándose, convirtieron a un fascista impenitente en
usurpador transitorio de la Generalitat. Son públicas y notorias las
guerras intestinas que libran solapadamente los capitostes de ERC y
PDECat disputándose mendrugos de poder, pero ninguno de ellos, ni de
sus secuaces, tuvo el valor de apartarse de la tropa, aunque solo
fuera por interés, con el fin de preservar una cuota de decencia
para campañas futuras. La sumisión de estos genuflexos está
emparentada con la obediencia debida que alegaron muchos verdugos
para justificar sus crímenes de lesa humanidad.
Los tenebrosos antecedentes del candidato no dejaban margen para
equívocos. Rescato, aquí, la catarsis de un formador de opinión al
que a menudo he criticado por su empatía con el nacionalismo. Se
desahogó Antoni Puigverd ("¡Qué gran error!", LV, 16/5):
Torra no puede pedir perdón ni arrepentirse de unas ideas que
conforman la espina dorsal de su visión. Por si fuera poco, en el
artículo en que habla de "bestias" se inspira, literalmente, en el
mecanismo que, según Primo Levi, permitió a los nazis actuar como lo
hicieron, bestializando a los judíos. (…) Ahora bien, aquel artículo
es tan obsceno que le impide presidir dignamente la Generalitat,
aunque sea de manera vicaria o, como él dice, "custodia". (…) Un
tiro en el propio pie. En Madrid no se han creído el regalo hasta
que lo han leído en la prensa europea: la revolución de las sonrisas
escondía un huevo de serpiente.
(He aquí la prueba de la empanada mental que padecen todos los
nacionalistas, aunque se disfracen de equidistantes. Cinco días
después, el mismo Puigverd se traga el huevo de la serpiente y
afirma sonriendo, en su artículo "¿Supremacistas?", que Torra "no es
racista ni supremacista. Es un esencialista romántico".
¿Esencialista romántico? ¿Cómo sus compadres sentimentales del Ku
Kjux Klan?)
Mientras tanto, Ada Colau, cuya lengua viperina calificó de "facha"
al almirante Pascual Cervera, héroe de la guerra de Cuba contra
Estados Unidos, que falleció en 1909, solo atinó a definir a este
fascista contumaz sin apócope como representante de "el nacionalismo
más conservador y minoritario", con el que tiene prisa por negociar
sin interferencias del 155 (Suplemento "Vivir", LV, 20/5).
Los trágicos años treinta
Desde su puesto de mando en el somatén mediático, el experto en
intrigas palaciegas Enric Juliana encuadra a Torra en "Un
nacionalismo derechista" (LV, 15/5), aunque en el artículo lo asocia
con la venenosa diatriba antiandaluza de Jordi Pujol (1958), "un
texto que releído estos días vuelve a poner los pelos de punta".
Juliana subraya a continuación que los escritos de Torra lo muestran
como "un hombre intelectualmente sumergido en los años
treinta".También el predicador Francesc-Marc Álvaro titula su
artículo hagiográfico dedicado al invasor republikano: "Un activista
cultural de los años treinta" (LV, 11/5).
¿Qué tenían de especial los trágicos años treinta para concitar la
admiración del activista Torra? Pues nada menos que el apogeo del
pistolerismo fascista. Señala Santiago Tarín ("El peso de la
historia", LV, 21/5) que a Quim Torra ya se le conoce por sus
artículos, en varios de los cuales exalta la figura de los hermanos
Badía, una reivindicación cuando menos problemática. ¿Quiénes fueron
Miquel y Josep Badía? Según escribió Torra, "uno de los mejores
ejemplos del independentismo".
Mártires fascistas
Tarín sintetiza en su artículo la macabra trayectoria de estos
personajes patibularios, y sobre todo de Miquel, apodado "Capità
Collons" (Capitán Cojones) por la saña con que perseguía, torturaba
y asesinaba a los anarquistas de la CNT-FAI. Pero prefiero recurrir
a la obra clásica de Gabriel Jackson, La República española y la
guerra civil - 1936-1939 (Crítica, 1976), para situarme en el
contexto de aquellos trágicos años treinta que Torra toma como
modelo de su repúblika. Relata Jackson que Miquel Badía, fundador de
Joventuts d´Esquerra Republicana - Estat Català y de su fuerza de
choque, los escamots, fue la figura estelar del pistolerismo
rompehuelgas de los años 1930. Estuvo al frente de la Comisaría de
Orden Público de la Generalitat, y fue la mano derecha del consejero
de Gobernación Josep Dencàs, cuando el presidente Lluís Companys
montó el conato de insurrección del 6 de octubre de 1934. Explica
Jackson:
A pesar del Estatuto y de la gran popularidad de Companys, Cataluña
fue sacudida por una oleada de nacionalismo incontrolado. En la
universidad, los profesores castellanos veían cómo sus discípulos y
sus colegas catalanes se mostraban deliberadamente hostiles al uso
continuado del castellano en las aulas. Aparecieron octavillas
exhortando a los catalanes a no contaminar su sangre casándose con
castellanas. Más grave que tales síntomas era el crecimiento de un
movimiento casi fascista dentro de las filas juveniles de la
Esquerra. Llevando camisas verdes, llamándose a sí mismos escamots
(pelotones), y denominando a su movimiento Estat Català, hacían la
instrucción en formación militar, con fusiles anticuados o
inservibles, reconociendo como jefe a Josep Dencàs, consejero de
Gobernación de la Generalitat.
El final de aquella patochada lo conocemos todos: Companys preso, y
Dencàs y Badía chapoteando mierda en las alcantarillas para ir a
buscar refugio en la Italia de Mussolini. Ambos regresaron a
Barcelona tras el triunfo del Frente Popular, pero el 28 de abril de
1936, tres pistoleros asesinaron a Miquel y Josep Badía en la puerta
de su casa. Los anarquistas se cobraron viejas deudas y Quim Torra
cosechó dos mártires fascistas para idealizarlos en su panteón de
"mejores ejemplos del independentismo". Oriol Junqueras pidió que se
honraran sus nombres en el callejero de Barcelona.
¿Hasta cuándo?
Lo que ha colocado a la sociedad catalana a los pies de esta
pandilla de impresentables es la disciplina mortífera con que los
diputados del bloque supremacista votan a cualquier pastelero loco o
cavernícola montaraz ungido por el cacique de la tribu. Según la
leyenda bíblica, Sodoma y Gomorra se habrían salvado de la
destrucción si en ellas hubiera habido diez hombres justos. Bastaría
que a ese bloque le reste su voto un hombre justo para que la
sociedad catalana se salve de la invasión republikana, de la
fractura cainita y del descalabro económico que ya suma la fuga de
4.550 empresas. ¿No hay en ese bloque un hombre justo preocupado por
el bienestar colectivo de sus compatriotas o, si solo lo mueve el
egoísmo, por el bienestar futuro de sus hijos?
Si la respuesta es negativa, resulta obligatorio formular otra
pregunta: ¿hasta cuándo soportarán, los dos millones de catalanes
que votan a estos sinvergüenzas, las humillaciones y los despojos
que sufren bajo el yugo de los invasores republikanos, vástagos
anacrónicos del fascismo? Y entre esos dos millones de ciudadanos
maltratados, ¿cuántos hombres y mujeres justos habrá, resueltos a
cambiar de bando sin complejos y a votar en las próximas elecciones
a favor de la regeneración de Cataluña dentro del reino de España?
El tiempo apremia.
Ahora toca victimismo
Gregorio Morán cronicaglobal 26 Mayo 2018
Parece una variante de la ducha escocesa, del frío al calor, del
calor al frío. Pero en este caso aplicado a la vida social y con
escasa visibilidad política, si es que la política trata de afrontar
problemas. Primero te insultan, y lo hace nada menos que el
presidente de la Generalitat y de un modo como no se conocía en
España desde el nacionalcatolicismo virulento de los años cuarenta y
cincuenta, aquel que los viejos del lugar denominábamos preconciliar
para diferenciarlo de la Iglesia que evoluciona a partir del
Concilio Vaticano II de los sesenta.
Después de esa coz ideológica de racismo y xenofobia, toca el calor
ficticio de solicitar negociación, diálogo y buen rollo. Eso sí,
"sin condiciones previas", o sea que después de darte una patada en
los cojones del sentimiento, amén de dinamitar el frágil equilibrio
de una legalidad muy deteriorada, te proponen que “pelillos a la
mar” y que lo sienten si has interpretado los insultos como lo que
son, que ellos, la reserva de la raza aria, quieren hablar contigo
como de igual a igual, quizá porque dada tu naturaleza de ser
inferior no tienes razones que te obliguen ni principios a los que
atenerte.
A mí me parece que el principio del diálogo solo tiene sentido si no
se juega sucio. Insisto siempre en eso porque conviene recordarlo:
había un mantra entre los sectores más desconectados de la realidad
pero más beneficiados por ella que pedían diálogo con ETA incluso en
los funerales de sus víctimas. Diálogos sin condiciones previas, por
supuesto. Incluso un vicepresidente de la Generalitat, el eterno
funcionario Carod-Rovira, hijo a su vez de un servidor del Estado,
desarrolló un diálogo sorprendente e impune según el cual ETA podía
matar siempre que no fuera a catalanes.
Siento un desprecio ontológico hacia los actuales defensores del
diálogo sin condiciones, porque son los que crearon "las
condiciones". También fueron los mismos que predicaron la lucha
armada en aquellos años de plomo del franquismo, idénticos a los que
luego recogieron la falaz bandera de una sociedad catalana ideal,
con dos opciones ubicadas en la plaza de Sant Jaume, el Palau de la
Generalitat (Pujol) y el ayuntamiento (PSC). Ellos que sabían,
gracias a sus emolumentos, que eran lo mismo, que sólo cambiaban las
palabras, ni siquiera los pasados. Luego se lanzaron a la bonita
invención de una izquierda catalanista; cuanto más catalanista, más
de izquierda, aseguraban. Y ahora que ven amenazados los sueños de
su ambición han desaparecido como por ensalmo los catalanes
"emprenyats" (cabreados), es decir, ellos, y claman por un diálogo
que se visualizó como roto el día que el president Mas "el astuto",
según la zafia marinería del viaje a Ítaca que embarrancó, fue a
tratar con el Estado y dijo aquellas palabras que embelesaron a los
implicados: "O sí o sí".
¿Cómo se construye un clima de diálogo si empiezas insultando al
contrario? A esto hay que añadir que has puesto negro sobre blanco
unas condiciones inasumibles por el adversario sin dinamitar el
Estado de derecho. Un Estado de derecho muy flaquito y deteriorado
por los achaques desde que nació, sietemesino él, pero que un puñado
de racistas y xenófobos, aunque fueran la mayoría, que por cierto
están muy lejos de ser, no podrían tumbar por mucho Consejo Nacional
del Movimiento, lacitos y grandilocuencia. Una mitad parlamentaria
muy dada al compadreo y el miedo a palabras como "traidor" y
generosa con otras como "corrupto".
Una minoría bien engrasada está intentando silenciar, y últimamente
desterrar, a unos ciudadanos que se creían vivir en una sociedad
madura, valiente e integradora. En esa pelea estamos y en esa pelea
irán apareciendo elementos a los que no damos la importancia que
tienen. La exhibición de símbolos, por ejemplo, con tantas
reminiscencias fascistas y autoritarias. La amalgama de viejos
restos de todos los naufragios como es el caso de Ernest Maragall o
Toni Comín, el pianista sin teclado, célebres desconocidos si no
fuera por la usurpación patrimonial del apellido paterno. ¡Hay quien
dice que en Cataluña se puede vivir del apellido, como en Jerez de
la Frontera!
Y por si fuera poco, ahora gustan de llenar las playas de cruces
amarillas de buen tamaño, imagino que de madera o compradas a los
chinos como las urnas. El símbolo por excelencia del cristianismo
convertido en juguete de unos descerebrados que juegan a ser Ku Klux
Klan. Hasta a los ateos nos produce vergüenza ajena. Sería una
banalidad pensar que el Abad de Montserrat, que vive de eso, llamara
a abandonar la utilización torticera y fascista de una de las
metáforas más sensibles del mundo de los creyentes. Las playas,
cementerios. ¿Hay quien dé más?
Males muy graves, peores remedios
Alejo Vidal-Quadras vozpopuli.es 26 Mayo 2018
Tito Livio describió en las Décadas la crisis de la república romana
con una frase transida de desesperación: “Llegó un tiempo en que no
podía soportar sus males ni sus remedios”. Si el magnífico
historiador clásico hubiera vivido el final del sistema del 78, al
que estamos asistiendo angustiados los españoles, hubiera repetido
sin duda su lúgubre descripción de una situación en la que no sólo
lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no acaba de nacer, sino que lo
que está acabado se niega a reconocerlo y lo que está despuntando es
todavía demasiado prisionero de lo periclitado.
No es sólo el Partido Popular el que agoniza, es todo un edificio
constitucional, una estructura territorial y un entramado
institucional los que se derrumban mientras los encargados de su
correcta administración y funcionamiento, lejos de advertir la
gravedad sustancial de sus deficiencias y de intentar corregirlas
con un replanteamiento a fondo de la obra de la Transición que la
reoriente por completo sin destruirla, se enredan en maniobras
tácticas, se empecinan en proyectos tan nocivos como imposibles y
desperdician sus energías en enfrentamientos partidistas.
¿Cómo se desenreda este embrollo? Obviamente, con la convocatoria de
elecciones y que sean los españoles los que decidan a quién quieren
confiar el Gobierno"
Es innegable que el tiempo de Mariano Rajoy y de su equipo de
burócratas incoloros, inodoros e insípidos se ha agotado y que
España necesita urgentemente un liderazgo dotado de la claridad de
ideas, del vigor moral y de la firmeza de convicciones
indispensables para afrontar sin vacilaciones las amenazas
existenciales que la acechan: el desafío del golpismo separatista en
Cataluña que aspira a borrarnos del mapa y el sectarismo rencoroso
del populismo colectivista y liberticida que transformaría
aceleradamente el país en un erial.
Desde esta perspectiva general, la posibilidad de un Gobierno
encabezado por Pedro Sánchez y apoyado por el comunismo chavista y
el secesionismo racista produce escalofríos. El mero hecho de que el
Secretario General del PSOE contemple la opción de llegar al poder
aupado por los enemigos mortales de la Nación que aspira a gobernar
demuestra hasta qué punto ha perdido el norte y el ansia por ocupar
La Moncloa le nubla el entendimiento y disipa el poco patriotismo
que le quedaba, si es que alguna vez tuvo alguno. Afortunadamente,
sobreviven en la centenaria organización que dirige el suficiente
número de personas sensatas como para hacerle ver que semejante
disparate sería su tumba política y de paso la de sus siglas. El
precio que tendría que pagar, el indulto de los golpistas procesados
tras su condena y el levantamiento incondicional del 155, le
mancharía indefectiblemente con el estigma de la traición. En cuanto
al PNV, está pactando con Bildu un Estatuto que resucita lo peor del
Plan Ibarretxe y que el PSOE se vería obligado a aceptar para
disponer de los cinco escaños correspondientes. Ese es otro vórtice
que lo engulliría al abismo. En este contexto, sin el concurso de
los nacionalistas, Sánchez requiere, además del respaldo de Podemos,
de los votos de Ciudadanos para cuadrar una mayoría absoluta, pero
los morados y los naranjas son como el agua y el aceite, no
miscibles.
¿Cómo se desenreda este embrollo? Obviamente, con la convocatoria de
elecciones y que sean los españoles los que decidan a quién quieren
confiar el Gobierno en las difíciles circunstancias que atravesamos.
Después del espectáculo lamentable que han sufrido en esta
legislatura, no parece difícil predecir que los votantes se
inclinarán por fórmulas que les garanticen estabilidad y políticas
que conjuguen la racionalidad, el realismo y el coraje para
emprender las reformas estructurales sin las cuales el camino hacia
el fracaso seguiría imparable. Para que esta solución prospere,
Sánchez debería aceptar que su estancia en La Moncloa sea muy corta,
las semanas justas para llamar a las urnas. Por consiguiente, hay
una salida factible al complejo laberinto en el que estamos
encerrados que pasa por que el impulsor de la moción de censura
anteponga el interés nacional al suyo particular, aunque, teniendo
en cuenta todos los factores en presencia, a poco que reflexione se
dará cuenta de que ambos coinciden. Si concurre a las elecciones
como el hombre que ha dado a sus compatriotas la oportunidad de
ejercer su soberanía después de haber desalojado del puente de mando
del Estado a la borrosa figura que hoy encarna la suma de los vicios
de un ciclo histórico caduco, la sociedad española le premiará. Si
comete el error monumental de encaramarse a la Presidencia del
Gobierno a cambio de entregar su país a los que pugnan por hacerlo
pedazos, su propia infamia lo sepultará.
Los días que se avecinan pondrán a prueba la calidad humana, la
altura de miras y la talla ética de los protagonistas de nuestra
escena política. Es en las ocasiones de peligro extremo y de
exigencia máxima cuando se puede calibrar el fuste de cada cual y si
bien es verdad que algunos están de sobra retratados, no cabe duda
de que nos disponemos a contemplar acontecimientos que darán el
trazo definitivo tanto a perfiles castigados por los años como a
rostros de más reciente aparición.
Hacia un crisis como la del Frente Popular
Pío Moa gaceta.es 26 Mayo 2018
Hoy, viernes, comienza en el Centro Riojano de Madrid, Serrano 25,
el seminario sobre “España en Europa”, al que se refiere en parte el
artículo anterior. A las 7,30 de la tarde. Como en el anterior, la
entrada, simbólica, por las cuatro sesiones, será de 5 euros.
El dicho francés de que África empieza en los Pirineos revela una
mezcla de ignorancia y de presunción: ignorancia sobre África y
presunción de Francia como quintaesencia de Europa. Simplemente,
Francia termina en los Pirineos. Que España es parte de una Europa
mucho más amplia, variada y compleja que Francia, resulta una
evidencia y por tanto no precisa demostración. No obstante queda en
afirmación un tanto roma si no se examina la posición de España en
Europa y sus profundos cambios a lo largo de los siglos.
*********
Este domingo firmaré en la Feria del libro, de 12.00 a 14.00 horas,
en la caseta 301 (librería Fortuna)
La reconquista y España
*****************
Es posible que la justicia acabe con el duopolio oligárquico
PP-PSOE, como en Italia acabó con la corrupta democracia cristiana
mientras el PCI se hundía con la URSS. No sería otra cosa que el
final de una putrefacción política que viene arrastrándose
inexorablemente desde el triunfo del PSOE de ZP en 2004.
ZP logró imponer la ruptura que habían intentado la izquierda y los
separatistas en 1976, fracasando entonces estrepitosamente. No
obstante, una derecha que nacía olvidando la historia y sin señas de
identidad precisas, fue cediendo el campo de las ideas, de modo que,
subrayados por el terrorismo de la ETA, izquierda y separatistas no
han cesado de ganar terreno. Zapatero solo culminó ese proceso con
cuatro grandes medidas: 1) Operación rescate de la ETA, salvándola
del precipicio a cuyo borde la había llevado Aznar aplicando –por
primera vez desde la transición—la ley y el estado de derecho;
rescate en el que participó pronto el PP de Rajoy. 2. Imposición de
la ley de memoria histórica, ley totalitaria, falsificadora de la
historia y reivindicativa de los criminales del Frente Popular. 3.
Imposición de leyes lgtbi asimismo anticonstitucionales y
totalitarias, que intentan regular y censurar los sentimientos, algo
sin precedentes. 4. Declaración implícita de soberanía del
parlamento catalán y de un nuevo estatuto no pedido por casi nadie y
votado por una pequeña minoría: un paso decisivo hacia el famoso
“prusés”.
Se suponía que el PP, bajo dirección de Rajoy, corregiría tales
desmanes contra la Constitución, contra el estado de derecho, contra
la realidad histórica y contra la unidad nacional. Pero ocurrió lo
contrario. Rajoy y los suyos han colaborado abiertamente en todas
las medidas de ZP, aplicándolas a fondo, han financiado los
separatismos y prácticamente eliminado el estado en Cataluña y
Vascongadas; han terminado de convertir a la ETA en una potencia
política; han rendido pleitesía a la potencia invasora de nuestro
territorio por Gibraltar, a la que consideran “amiga y aliada” (y lo
es de ese partido, como del PSOE, pero ciertamente no de España);
han entregado ilegalmente “grandes toneladas de soberanía” a
Bruselas, etc.
Y todo ello bajo el único principio reconocible en ese partido: “la
economía lo es todo”. Lema muy aplicable a un burdel, y cuyo
resultado ha sido una radicalización de los separatismos, de las
injurias inglesas, de la pérdida de respeto y dignidad en la UE, de
avances del totalitarismo, del ataque permanente a la idea de España
y degradación de la justicia (afortunadamente no completa)… Todo
ello sin abandonar una corrupción endémica, tanto de ese partido
como del PSOE, la cual no deja de ser una manifestación más de “la
economía lo es todo”. Otra faena de ese partido, ante la acelerada
pérdida de intención de voto ya en su primera legislatura, fue la
promoción mediática de Podemos como un modo de provocar miedo social
y recobrar esos votos; al paso que bloqueaba cualquier alternativa.
Es obvio que esta visión “economicista” de Rajoy y los suyos muestra
entre otras cosas su total carencia de enfoque realmente político,
no digamos de visión de estadista, y de principios ideológicos, pues
en este terreno han asumido por entero o casi, la ideología del PSOE
de ZP . Creen que las muy relativas e inseguras mejoras económicas
alcanzadas en siete años de gestión compensan por los tremendos
empeoramientos de la democracia y la propia unidad nacional.
Así pues, el balance del PP es un profundo retroceso de la
democracia y una grave crisis de disgregación del país en medio de
una especie de golpe de estado permanente. El PP ha llevado a España
a una crisis semejante a la del Frente Popular.
Afortunadamente ese partido no ha logrado arrasar por completo toda
alternativa, y actualmente está despuntando VOX. No sabemos a día de
hoy qué papel desempeñará, pero es muy difícil que pueda ser peor
que el del PP. Asimismo ha surgido Ciudadanos, que al menos defiende
la unidad nacional, si bien con el propósito declarado de disolverla
toda entera en una UE utópica. Como quiera que sea, dos partidos
moderados y nuevos, como VOX y Ciudadanos, podrían superar la
profunda crisis de putrefacción que atraviesa una democracia
fallida. Pues el duopolio corrupto, antinacional y antidemocrático
PP-PSOE ya no puede hacer otra cosa que arrastrar al país al abismo,
a cuyo borde estamos llegando.
*******************
—Son recuerdos de toda clase, de infancia, del GRAPO, de juventud,
de viajes a pie… muchos de un tiempo ido definitivamente en España,
otros más reconocibles por
todos…”https://www.amazon.es/Adi%C3%B3s-tiempo-Recuerdos-sueltos-relatos-ebook/dp/B075L82G5B
… …
Cruces amarillas
Borja Gutiérrez gaceta.es 26 Mayo 2018
“Toda guerra es un engaño”, ya lo decía el gran maestro Sun Tzu en
El Arte de la Guerra. Un visionario, que supo acertar allá por el
año 500 a. C., muchas de las claves estratégicas más inteligentes y
valoradas por sus contemporáneos maestros en batallas, guerras y
victorias políticas. Afirmaba también el filósofo y militar chino,
que aunque no hay que atacar con cólera, ni con prisas, lo realmente
importante es la victoria, no la persistencia.
Hoy los españoles nos vemos obligados a participar en una batalla no
armada pero sí dialéctica, propagandística y judicial, que además de
abusar de la persistencia, es un engaño flagrante a los ciudadanos,
en toda regla. Los separatistas catalanes han embarcado a Cataluña
en una lucha permanente contra España, contra nuestro orden
constitucional y nuestras instituciones.
Un monumental engaño que han tejido durante décadas adoctrinando,
falseando la realidad y la historia y, lo más triste, sembrando la
semilla del odio y el rencor contra todo aquello que lleve implícita
la esencia de España.
Complicado panorama tiene Cataluña. Mientras el presidente Quim
Torra pretende formar un Gobierno que ocupe los sillones del
Parlamento tapizados con enormes lazos amarillos, los huidos
Puigdemont, Gabriel y sus secuaces, siguen anudando lazos con su
alargada sombra. Falsos lazos trenzados con la soberbia, la cobardía
y la mentira del disparate secesionista, y que transformados en
sogas, siguen tensando día tras días, tratando de asfixiar a España.
Pero la batalla más triste, no es la que se libra en los juzgados o
en los escaños del Parlamento catalán, es la que se vive cada día,
de forma anónima en las calles, en las plazas y en las playas de
pequeños pueblos o de barrios metropolitanos de Cataluña. Son la
tensión, los insultos y los enfrentamientos entre los ciudadanos de
a pie, convertidos en víctimas de la fractura social provocada por
los gobernantes del procès.
El pasado domingo, la playa de Llanfranc lucía decenas de cruces
amarillas clavadas en la arena. Un espacio público que los
separatistas habían utilizado libremente, a su antojo, para
manifestar de esta forma tan gráfica su protesta sobre el
encarcelamiento de los mal llamados presos políticos en España.
Algunos las observaban con el entusiasmo propio de la exaltación
independentista y, otros muchos, miraban de perfil y seguían tomando
el sol como si nada pasara, quizás por indiferencia, por hastío
cotidiano o, tal vez, por miedo a las represalias. Pero, en un
instante, algo cambió. Un niño pequeño, atónito ante el espectáculo
de las cruces que emulaban un camposanto, preguntó inocentemente
quiénes habían muerto… Fue en ese momento cuando una vecina anónima,
absolutamente indignada ante tal situación y ante el avasallamiento
de un espacio público de ocio y descanso para el disfrute de todos,
comenzó a arrancar las cruces amarillas de la arena, gritando “Ya
está bien de agachar la cabeza, que pongan las cruces en su casa”.
Maribel Llorens se ha convertido, sin pretenderlo, en la cara
visible de tantos miles de ciudadanos catalanes que están cansados
del esperpéntico independentismo. “En España no hay “presos
políticos”, hay políticos presos” clamaba, mientras continuaba
arrancando cruces y se enfrentaba a las brigadillas separatistas que
las habían colocado.
Tras este incidente y otros más registrados en diversas playas de
Cataluña, el Delegado del Gobierno, Enric Millo, ha remitido una
carta a los alcaldes de los pueblos costeros donde se han plantado
cruces, para exigir neutralidad. Las repuestas que ha obtenido a su
misiva es ciertamente vergonzosa, un suma y sigue a este panorama
desolador. Entre ellas, la de Gerardo Pisarello, primer teniente de
alcalde de Barcelona, quien ha defendido “hacer compatible la
libertad de expresión y la convivencia pacífica de la ciudad.” Y, yo
le pregunto al señor Pisarello, si a él, le parece pacífica
convivencia que vecinos como Maribel Llorens, tengan que llegar
prácticamente a las manos, para reclamar un espacio de paz y
tranquilidad en la playa, en la calle… donde sea.
Desfachatez, desvergüenza y mentira. Puro engaño, como decía el gran
Sun Tzu. La sociedad catalana está fracturada. La mayor batalla de
los demócratas constitucionalistas que defendemos sin fisuras la
unidad de España, no es la que se libra necesariamente en los
tribunales ni en el Parlamento, es la que debemos librar cada día en
las calles, protegiendo a miles de ciudadanos frente al
hostigamiento secesionista y estableciendo todos los mecanismos
legales necesarios para contrarrestar desde la raíz el
adoctrinamiento y el engaño.
UN ANÁLISIS PROVOCADOR Y PRECISO
Por qué el independentismo catalán es de
corte 'nazi'
Isaac Parejo. ESdiario 26 Mayo 2018
¿Es supremacista, xenófobo y fascista el independentismo catalán?
Las coincidencias con las técnicas nazis de propaganda y
movilización son casi absolutas. Aquí se analizan una a una.
Llevamos años de insoportable y cansino procesismo. La buena noticia
es que parece estar llegando a su fin. Aún así, los líderes
independentistas no pararán hasta agotar a toda la población
española con su monotema diario. De modo que es importante seguir
machacando este agonizante procés hasta que no quede ni un ápice de
ese totalitarismo que unos pocos intentan imponer a la mayoría de la
población catalana.
Hace más de 80 años, un hombre dio con las claves para encandilar a
las masas a golpe de consigna y manipulación. Era el famoso ministro
de propaganda de Hitler, Joseph Goebbels, ¿que a qué viene este
impertinente dato? Pues muy sencillo.
Los líderes del procés han aplicado a la perfección y uno por uno
los once puntos que Goebbels desarrolló para la implantación del
fascismo en Alemania, para conseguir seducir a las masas y
manejarlas a su antojo, ¿os parece increíble que un proceso tan
democrático, como dicen los independentistas, tenga como referente a
todo un icono del fascismo? Ya veréis que no es tan descabellado.
Comenzamos:
Principio de simplificación
"Adoptar una única idea, un único símbolo"
Goebbels decía: “A las masas hay que darle algo simple y fácil de
recordar; a ser posible, reducir todo a un eslogan o símbolo (una
esvástica, por ejemplo)”.
Hitler hablaba de democracia como si lo que había antes de él no lo
fuera. Detestaba a los partidos tradicionales erigiéndose como
adalid de la libertad. Exactamente lo mismo que hacen los líderes
independentistas.
Este principio es muy fácil de aplicar al independentismo, ya que si
algo tienen para aburrir son símbolos, comenzando por la estelada y
pasando por el lazo amarillo y mil de pamplinas simbólicas como
meterse en una jaula para simular a los políticos presos o
disfrazarse de urna. Simplificarlo todo a la consecución de la
república catalana que será más libre y democrática que el estado
español en el que viven, sin dar ninguna explicación más.
Principio método del contagio y enemigo único
Goebbels decía: “Reunir diversos adversarios en una sola categoría o
individuo; Los adversarios han de constituirse en suma
individualizada."
Resumido en “un enemigo común nos une”. Goebbels enfocaba toda la
acción como un instrumento para derrotar al “enemigo de Alemania”,
sólo así podía unir a todos sus ciudadanos en una lucha común.
Y, ¿cómo lo aplica el independentismo? Pues el enemigo es el estado
español, los antidemócratas partidos constitucionalistas, los
carceleros, como los llama Rufián. Todo lo que no es independentismo
es enemigo del pueblo catalán. Los reúnen a todos en “españolistas o
unionistas” para identificarlos en uno solo, sin contar a los que
están a favor del referéndum pero en contra de la independencia, a
los federalistas, a los nacionalistas no independentistas, da igual,
todo el que no quiera la república catalana es el enemigo a abatir.
Principio de transposición
Goebbels decía: "Cargar sobre el adversario los propios errores o
defectos, respondiendo el ataque con el ataque. Si no puedes negar
las malas noticias, inventa otras que les distraiga.
Este principio consistía en tachar de violentos a los grupos
disidentes cuando los nazis realmente tenían a todo un ejército que
no dudaba en reprimir a todo el disidente y a una policía que se
dedicaba a espiar al que se atrevía a salirse del carril.
No hace falta decir cómo el independentismo aplica este principio a
la perfección: tachar de violento al Estado por la supuesta
represión policial y por el encarcelamiento de los golpistas, cuando
ellos no han hecho más que alentar la violencia desde las
instituciones y algunos, como los famosos CDR y los cachorros de la
CUP, a ejercerla activamente para después acusar de violentos a los
que estaban haciendo cumplir la ley.
De hecho, ellos mismos se denominan “la revolución de las sonrisas”,
ellos nunca ejercen la violencia sino que es el estado español el
que lo hace. Es un principio de transposición de manual.
Principio de la exageración y desfiguración
Goebbels decía: "Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea,
en amenaza grave”.
Goebbels aplicaba este principio principalmente a los judíos, a los
que acusaba de todos los males de la sociedad. El simple hecho de
tener tiendas rotuladas en otro idioma o vendiendo sus productos, ya
era una amenaza grave contra el país. Era algo que amenazaba con
desestabilizar la nación y dejar sin trabajo a todos los alemanes de
bien. Eran prácticas habituales señalar los comercios y a todo el
discrepante y, sobre todo, exagerar cualquier noticia, ya que la
exageración siempre es más creíble que la verdad y se vende mejor.
Sí, es justo lo que hace el independentismo: señalar al disidente,
al que se siente español y catalán, multar por rotular en
castellano, perseguir y señalar al que critica al independentismo y
sobre todo exagerar y desfigurar las noticias que consideran
ataques.
Por ejemplo, en la reciente final de la Copa del Rey, se retiraron
camisetas con simbología política que ellos vendieron como que el
estado español les había quitado aquellas camisetas solo por ser
amarillas. Y por supuesto el hecho de que los que intentaron dar un
golpe de estado estén en prisión lo han transformado en la
exageración que reza en el titulo de este principio: los han metido
en prisión por poner urnas.
Principio de vulgarización
Goebbels decía: “Toda propaganda debe ser popular, adaptando su
nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida.
Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el
esfuerzo mental a realizar”.
Libertat, presos políticos, democracia, prensa española
manipuladora, carceleros. Es fin un sinfin de consignas que se
recuerdan fácilmente y hacen más sencillo el que las masas puedan
marchar de manera homogénea. Y si algo tiene este procés es
vulgarismo y escenas ridículas por doquier:
Además, Goebbels también decía que “La capacidad receptiva de las
masas es limitada y su comprensión escasa y tienen gran facilidad
para olvidar”. No hace falta decir que las masas independentistas se
han olvidado por completo de la pasmosa corrupción de los que les
han guiado por todo este procés.
El caso 3% o el caso Pujol no son nada para ellos porque los líderes
independentistas lo han cubierto todo de procesismo, a pesar de que
todo este procés nació para ocultar la corrupción, tal y como afirma
una nota de los Mossos. Principio de vulgarización logrado.
Principio de orquestación
Goebbels decía: “La propaganda debe limitarse a un número pequeño de
ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde
diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo
concepto. Sin fisuras ni dudas”.
¿Creéis que algún independentista sabe los motivos por los que se
quiere independizar? Ya que el clásico España nos roba se acabó
desde el escándalo del chorizo confeso Jordi Pujol, ahora solo les
quedan las consignas. Tres ideas básicas en las que sustentan las
razones para conseguir la independencia:
Porque son una nación con una lengua e historia propia.
Por que dan a España más de lo que reciben y quieren racionalizar
sus recursos.
Porque quieren ser una República.
Y a mi que alguien me explique cómo la CUP, siendo internacionalista
según sus estatutos, puede ser a la vez nacionalista. Gracias.
Pero sigamos, porque aquí entra la famosa frase de Goebbels que
decía que “una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”.
Los embustes que repiten mil veces hasta intentar convertirlas en
verdad se cuentan por cientos: que si los líderes independentistas
está presos por poner urnas, que si el Estado no quiere pactar un
referéndum, que si el pueblo catalán es soberano, que si una
Cataluña independiente no saldría de la UE, que si el 1 de octubre
fue un éxito, que si hubo 1.000 heridos en la jornada de aquella
“votación”. En fin, un cuadro.
Principio de renovación
Goebbels decía: “Hay que emitir constantemente informaciones y
argumentos nuevos a un ritmo tal que cuando el adversario responda,
el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del
adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de
acusaciones”.
En resumen, este principio se refiere al bombardeo constante de
imágenes e informaciones para contrarrestar el ataque de adversario,
reinventarse constantemente. En este caso, los independentistas son
unos expertos ya que si algo saben es reinventar el procés.
Todos los días nos levantábamos con nuevas noticias sobre Cataluña y
nuevas informaciones sobre los movimientos de los separatistas. Si
no era sobre Puigdemont, era sobre la CUP. Excéntricas declaraciones
de sus líderes día sí día también, la independencia “sí pero no” en
aquel ambiguo discurso, las fugas de los políticos, la pretensión de
investidura de un Puigdemont huido, etc.
Al público no le da tiempo de asimilar el esperpéntico show porque
el procés se iba renovando a cada segundo. Sin hablar de las
entrevistas de los líderes en las que era tal el número de mentiras
por segundo que era imposible que el interlocutor las rebatiera.
Principio de la verosimilitud
Goebbels decía: “Construir argumentos a partir de fuentes diversas,
a través de los llamados globos sonda o de informaciones
fragmentarias”.
Esto consiste básicamente en inventarse apoyos a la independencia
que no existen. Han conseguido hacer creer que los líderes europeos
apoyan el procés cuando absolutamente todos apoyan al Gobierno de
España. Pero ellos lo sustentan en, efectivamente, fuentes diversas
para deformarlas y construir sus argumentos, por ejemplo, supuestas
entidades supranacionales de reconocido prestigio como Julian
Assange, Varoufakis o Pamela Anderson, recortes de periódicos
extranjeros que descontextualizan para hacer creer que gente
importante da su apoyo a la república catalana, declaraciones que
extraen de largas intervenciones, para con todo ello construir un
solo argumento de respaldo a su locuras.
Principio de silenciación
“Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y
disimular las noticias que favorecen el adversario, también
contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines”.
Medios de comunicación afines, esa es la clave de este principio. No
hace falta explayarse mucho en este punto, ya que todos conocemos la
maquinaria propagandística en los medios de comunicación catalanes
encarnada en su vergonzosa televisión pública y demás medios
subvencionados. Además, cuentan con varios aliados de fuera de
Cataluña a los que han soltado un buen fajo de billetes para apoyar
el independentismo, como cierta ex “miembra” del PSOE repudiada por
todos los partidos y de cuyo nombre no quiero acordarme.
Principio de transfusión
Goebbels decía: “ Establecer en la población una constante y
manifiesta actitud visceral de odio y resentimiento contra el
enemigo. La propaganda opera siempre a partir de un sustrato
preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y
prejuicios tradicionales; se trata de difundir argumentos que puedan
arraigar en actitudes primitivas”.
Y es que a veces no hace falta ni explicarlo porque los líderes
independentistas lo aplican todo casi al pie de la letra. Si algo
tiene el procés es sentimiento, odio, supremacismo, xenofobia.
Goebbels basaba este principio en que calara la idea del odio al
extranjero, del odio al judío, a los negros, a los homosexuales.
Grupos a los que los nazis consideraban el mal de la nación.
Pero además se dedicaban a inventarse la historia para así
justificar todas sus tropelías e infundir el odio en la sociedad.
Los líderes independentistas han aplicado esto de forma más que
evidente, infundiendo odio hacia todo lo que suene a español,
ayudado por sus medios de comunicación y una propaganda pagada con
dinero de todos los españoles.
Es el supuesto supremacismo de los catalanes frente a los que
algunos llaman “españolitos”, grabado a fuego, que a muchos les ha
hecho creer que realmente son genéticamente superiores. Ya lo dijo
junqueras: “los catalanes tienen más proximidad genética con los
franceses que con los españoles”. Y por supuesto inventarse la
historia, tal y como hacia Hitler.
Inventarse una historia de Cataluña que no existe para así sostener
con más vehemencia su relato. Prueba de ello es el “Institut de Nova
Historia” apoyado por la Generalitat y que se dedica a inventarse a
la historia de Cataluña afirmando que personajes como Miguel de
Cervantes o Leonardo Da Vinci, eran catalanes. Es espectacular.
Y llegamos al más importante:
Principio de unanimidad
Goebbels decía: “Llegar a convencer a mucha gente que se piensa como
todo el mundo, creando impresión de unanimidad”.
Este principio se aplica terroríficamente a la perfección. A los
independentistas pocas veces les habremos escuchado hablar de una
parte de Cataluña o del 48% de los catalanes. Ellos hablan del
pueblo catalán, todo el pueblo catalán que quiere “libertad,
república y democracia”.
Para su discurso no existe ese 52% de catalanes que no quiere la
independencia, lo que hace que sea una gran mayoría silenciosa la
que no se atreva a abrir la boca porque el principio de unanimidad
está perfectamente orquestado y se ha hecho creer que son todos los
catalanes los que quieren la independencia.
Como vemos, el procés y el independentismo tienen más de fascismo
que de democracia y el supremacismo y la xenofobia manchan todo el
movimiento hasta la médula. Pero, por suerte, ya está llegando a su
fin y no ha sido gracias al PP, ni a Cs ni mucho menos al PSOE. Ha
sido gracias al estado derecho y a que toda España se ha plantado y
por fin se ha dado cuenta de que no hay que avergonzarse por estar
orgulloso de pertenecer a este país.
Pero mientras tanto aún queda algo de procesismo agonizante y estoy
seguro de que nos deparará alguna sorpresa más, pues una de las
cosas buenas que tiene toda esta historia es que nos mantiene
entretenidos. Por tanto tenemos dos opciones: o cabrearnos por
intentar reírse de toda España o reírnos nosotros de ellos. Yo opto
por lo segundo.
"Rajoy miente absolutamente, sí se han
hecho concesiones a ETA"
LOS INTELECTUALES Y ESPAÑA .ROGELIO ALONSO
FERNANDO PALMERO El Mundo 26 Mayo 2018
Partidario de un final del terrorismo con vencedores y vencidos, no
dudó en dejar el ministerio del Interior cuando constató que Jorge
Fernández Díaz había decidido ejecutar el proyecto de disolución de
ETA que habían diseñado Rubalcaba y Zapatero tras su negociación con
la banda. En 'La derrota del vencedor' (Alianza) explica quiénes son
los responsables de este "final sucio y sin justicia política".
Considerado uno de los mayores especialistas europeos en materia
terrorista, Rogelio Alonso ha señalado en reiteradas ocasiones que
una democracia se convierte en indigna cuando decide negociar con
una organización armada. Y eso es lo que ha ocurrido en España,
asegura, con la colaboración activa de los dos principales partidos,
PP y PSOE. Si en Vidas Rotas (Espasa), escrito junto a Florencio
Domínguez y Marcos García Rey, Alonso rendía homenaje a las 857
víctimas mortales de ETA, ahora, en La derrota del vencedor
(Alianza), un título que ha tomado prestado de Aurelio Arteta,
denuncia que la versión oficial del fin del terrorismo es una
«mentira política organizada», como habría dicho Hannah Arendt. Y
para desmontarla, ha armado un texto riguroso y contundente que
utiliza por primera vez informes confidenciales y reservados sobre
ETA y la política antiterrorista. "Después de décadas de violencia",
afirma con rotundidad en las primeras páginas, "el proceso de
finalización del terrorismo de ETA presenta numerosos déficits que
demuestran que otro final era posible y que, desgraciadamente para
la democracia, la banda sí ha logrado importantes objetivos
políticos. Además, lejos de reconocer 'su derrota', ETA reivindica
la eficacia de su terrorismo".
¿Cuáles son esos objetivos políticos?
ETA ha dejado de matar y eso es un logro sin duda alguna para la
democracia, lo cual no quiere decir que ETA no haya logrado
objetivos significativos. Entre ellos, que la ideología por la que
ETA mataba, el nacionalismo, ha salido indemne, es decir, hoy en el
País Vasco, igual que en Navarra, hay todavía un clima de «exclusión
moral», utilizando el término de Susan Opotow, que afecta a los no
nacionalistas. Y eso es, desgraciadamente, un logro del terrorismo
al que los demócratas y el Estado de derecho no han opuesto la
resistencia necesaria.
Y que ha contado con la colaboración del PNV, ¿cuál ha sido su
responsabilidad?
El PNV nunca ha aceptado que el proyecto político nacionalista
necesariamente queda contaminado por la violencia terrorista, como
decía Mikel Azurmendi. El PNV, además, ha cuestionado instrumentos
de la política antiterrorista que eran fundamentales para proteger a
los ciudadanos no nacionalistas que estaban siendo intimidados y
aterrorizados por la organización terrorista, entre ellos la
ilegalización de partidos. El PNV ha legitimado implícita y en
ocasiones también explícitamente, a una organización terrorista como
ETA y a los cómplices de la organización terrorista. Y el PNV se ha
beneficiado de esa violencia porque la violencia lo que ha generado
es una sociedad en la cual los ciudadanos no nacionalistas se han
visto privados de derechos y libertades fundamentales.
¿Cómo pasó ETA de estar casi derrotada a conseguir un final tan
beneficioso?
En su documentación interna, ETA reconoce que si hubiera logrado sus
objetivos máximos, Euskal Herria aparecería en los mapas de Europa.
Pero al mismo tiempo reivindica la utilidad del terrorismo.
Lógicamente hay un componente propagandístico, pero también, por
desgracia, hay algo de verdad. Hoy nos encontramos con que la
organización terrorista fue legitimada con la legalización de sus
brazos políticos, Bildu y Sortu, cuando ETA aún no se había disuelto
y cuando su brazo político, lógicamente, no había condenado de
manera inequívoca el terrorismo. En el periodo de 2002 a 2004, ETA
reconoce que pueden desaparecer por aniquilación tanto ella como lo
que llaman la izquierda abertzale. Y ese proceso se revierte cuando
se producen las negociaciones con el Gobierno de Rodríguez Zapatero,
y luego con el Gobierno de Mariano Rajoy, que no tiene ni los
arrestos morales ni políticos para taponar esa indecencia. Porque de
haberse podido conseguir un verdadero final con justicia política
para sus víctimas directas e indirectas, hemos pasado a un final que
el propio Gobierno llama "sucio", porque no coincide con el modelo o
el proyecto que el PP presentó en un determinado momento y por el
cual sus propios concejales fueron asesinados. Hoy el relato ya está
escrito con los hechos: los sucesivos gobiernos, los partidos
políticos y las instituciones del Estado han aceptado la presencia
de los representantes políticos de ETA en las instituciones. Esa es
la impunidad real, que pone en evidencia la incoherencia de Rajoy
cuando promete que no habrá impunidad, difiriendo al futuro lo que
ya existe. Y el relato al que recurre el Gobierno, y para el cual
destina millones, por ejemplo a través del Memorial de Víctimas,
pretende lo que Sandrine Lefranc planteaba en otro contexto de
violencia: "Embellecer la impunidad".
Pero la legalización fue aprobada por el TC...
Esa decisión es muy importante y está relacionada con el tema del
dichoso relato, que al final se ha convertido en un pretexto para
encubrir errores y negligencias. Ese relato se centra en buscar una
explicación que sea cómoda y confortable para los partidos
democráticos. Sin embargo, estos mismos partidos, PP y PSOE, son los
que aceptaron y no hicieron nada cuando el TC tomó una decisión que
fue política, no cabe ninguna duda, porque como dijo el Supremo, los
brazos políticos formaban parte de la estrategia de ETA y por lo
tanto no podían ser legalizados. Además, tanto el PSOE, cuando se
legaliza Bildu, como el PP, cuando se legaliza Sortu, denuncian
hipócritamente, como repetía constantemente el ministro Fernández
Díaz, que ambos partidos habían traspasado las líneas rojas,
evidenciando que estaban incumpliendo los propios límites que el TC
les había planteado, pero no hacían absolutamente nada. Lo que la
documentación evidencia es que PP y PSOE aceptaron lo que el PSOE
negoció con la organización terrorista en Suiza y en Noruega. Frente
al relato dominante sobre el final de ETA que enfatiza la derrota de
la organización terrorista, hay que afirmar que a partir de 2008 hay
una negociación entre el Gobierno y el partido político que
representa a ETA a través de intermediarios, no sentados en una mesa
cara a cara como había ocurrido hasta entonces, una negociación,
gracias a la cual la organización terrorista consigue algunas de las
exigencias que planteó entonces: la legalización de su brazo
político, la abolición de la doctrina Parot, la excarcelación de
Josu Uribetxeberria Bolinaga...
¿O sea que mintió Rajoy cuando dijo que no se habían hecho
concesiones a la banda?
Rajoy miente absolutamente. Cuando el PP llega al Gobierno, acepta
la estrategia del PSOE. Y este es otro de los logros de ETA, el
hecho de que un gobierno democrático no tenga la decencia de ser
claro con sus ciudadanos, de que el gobernante utilice la mentira
frente al gobernado, porque el contrato social y político en
democracia exige decir la verdad. Sin embargo, el PP pone en
práctica una política que en público niega que esté siguiendo,
mientras que en privado la acepta y la defiende. Y los propios
dirigentes del PP reconocerán al cabo de los años que siguieron esa
estrategia y que por eso permanecieron en el ministerio del Interior
algunos asesores de Rubalcaba.
¿Por qué cambia de postura el PP?
Por una relevante ausencia de liderazgo tanto político como moral.
La lucha contra el terrorismo es enormemente complicada y exige
grandes sacrificios, pero el nuevo liderazgo del PP no está
dispuesto a asumir el combate ideológico, político y social que se
requiere para defender una determinada política que supusiera un
final muy diferente. Ya en los años 90, Juan Aranzadi plantea que el
final de ETA tiene una trascendencia práctica e ideológica, es
decir, es muy importante el modelo de final del terrorismo, porque
en función del que se adopte, el nacionalismo sufrirá o no sufrirá,
verá o no disminuida su responsabilidad por compartir una ideología
con la organización terrorista. Por eso, el PP de José María Aznar
asume que hay que arrebatarle el liderazgo político y moral al PNV,
que había ejercido un veto en la forma de abordar la lucha contra el
terrorismo. Y a partir de ese momento se aplica lo que los servicios
de inteligencia propusieron, que era un modelo contraterrorista
integral, orientado no al corto plazo, sino al medio y largo plazo.
En 2002 hay un informe reservado de la comisaría general de
información en el cual se explica cómo la política antiterrorista
del Gobierno Aznar, de la cual es parte fundamental la ilegalización
de partidos, complementada con otros instrumentos policiales y
judiciales muy relevantes, ha tenido efectos demoledores para la
organización. El documento señala que ETA estaba en una situación en
la cual si no ocurre lo que sucedió en el 92 tras la caída de la
cúpula de Bidart y no ocurre lo que en 1998, con el pacto entre el
PNV y ETA que da lugar a Lizarra, es decir, si el PNV no acude en
auxilio de la organización terrorista, puede llegar el colapso de
ETA y del complejo terrorista. Y lo que nos encontramos es que no
solo el PNV acude en auxilio de ETA. También el PSOE. Y
posteriormente el PP va a respaldar a quienes han acudido en auxilio
de ETA y van a aceptar ese modelo de final que rompe con el que el
PP había intentado introducir en el periodo de Aznar.
¿Está cometiendo el Gobierno en Cataluña los mismos errores que en
el País Vasco?
Sí, no hemos extraído las consecuencias. En un discurso memorable,
Ana Iríbar establecía una relación entre los motivos por los cuáles
su marido fue asesinado, el nacionalismo, y el nacionalismo que hoy
en Cataluña está utilizando otro tipo de violencia para subvertir el
orden constitucional. Gregorio Ordóñez, dijo Iríbar, entró en
política porque en esta sociedad se asesinaba a ciudadanos por
defender sus ideas, y entró en política para que se protegiera a los
ciudadanos que no estaban protegidos por el nacionalismo. ¿Qué hace
el Gobierno de la nación para proteger a otros ciudadanos que no
disfrutan de sus derechos y libertades, como consecuencia de la
intimidación nacionalista? Los dirigentes del PP, a los que se les
llena la boca prometiendo verdad, memoria, dignidad y justicia son
los primeros que vacían de contenido y significado político a sus
propias víctimas. Las víctimas fueron asesinadas por unos motivos,
por unas causas políticas y esos asesinatos tienen consecuencias
políticas, y esas consecuencias políticas interpelan al PP y al
PSOE. No se puede recordar a las víctimas sin exigir la
delegitimación de esos asesinatos y aunque lo verbalicen en algunas
ocasiones, no lo exigen con los instrumentos del Estado de derecho.
¿Por qué se le da tanta importancia al perdón?
En la operación de limpieza de la responsabilidad del nacionalismo
que implica este final del ETA, uno de los recursos es el perdón.
Por eso hay tanto interés por convertir una cuestión privada en una
colectiva y política, porque con ese perdón se lavan las
conciencias, con ese perdón la responsabilidad del criminal queda
diluida y se dificulta la aplicación de justicia. Es un instrumento,
como si el PNV quisiera llevar el traje a la tintorería para lavar
las manchas de sangre. Eso no es suficiente, hay que exigir una
rendición de cuentas, hay que denunciar el beneficio político que
han extraído quienes ahora reconocen que no han estado a la altura
de las circunstancias y pretenden con el perdón borrar esas
responsabilidades. El perdón, además, exige unas determinadas
condiciones, en ausencia de las cuáles lo que de verdad tiene una
superioridad moral es el resentimiento. Como planteaban Jean Améry o
Thomas Brudholm, el resentimiento, que no tiene que ser confundido
con sentimientos de venganza, es una denuncia política y moral de
las condiciones injustas que impiden ese perdón.
¿Por qué es tan crítico con 'Patria'?
Se utiliza Patria como si fuera un libro de Historia del País Vasco
o del terrorismo de ETA, pero el PNV es mencionado de manera
explícita en una sola ocasión, y la ideología nacionalista que hay
detrás del terrorismo de ETA y que el PNV continúa defendiendo
prácticamente desaparece. Lo que hay, además, es un relato en el
cual el familiar de la víctima es doblemente humillado, en primer
lugar, por el asesinato, y luego porque su único objetivo en la vida
consiste en conseguir que el asesino exprese su perdón, y cuando
éste llega, en forma de un párrafo muy sucinto, provoca la
satisfacción de la víctima. Y ya está. El libro focaliza las
exigencias de responsabilidades en un plano muy limitado y no se
pide responsabilidad a la ideología y las instituciones que
legitimaron los asesinatos.
¿Qué le parecen las políticas de memoria que está impulsando el
Gobierno para los estudiantes?
En las llamadas unidades didácticas para estudiantes de 4º de la ESO
se han eliminado a ¡Basta ya! y al Foro de Ermua, los dos
movimientos en torno a los cuales se va a vehicular una respuesta
cívica sin parangón en la sociedad vasca, quienes van a romper la
espiral del silencio que el nacionalismo había impuesto para
atenazar a los no nacionalistas, quienes van a ayudar a los
ciudadanos desprestigiados a sentirse algo protegidos. Movimientos
que no reivindicaban sólo la Paz, como Gesto por la Paz, sino la
Libertad, porque también en una dictadura puede haber paz.
La UDEF encontró a funcionarios de la
Generalitat destruyendo documentos en los registros por malversación
Carlos Cuesta okdiario 26 Mayo 2018
La UDEF encontró a funcionarios de la Generalitat destruyendo
documentos en los registros por malversación. La sorpresa de los
agentes policiales fue mayúscula al llegar a dependencias de la
Generalitat y detectar que había grupos de empleados públicos
destruyendo material desde, al menos, minutos antes, de su llegada.
La operación buscaba pruebas de movimientos de malversación por un
volumen de al menos 10 millones de euros. Una malversación que
habría acabado en el 1-O y todo el proceso separatista.
Efectivamente, el material probatorio incautado demostrará la
malversación en el caso. Pero los agentes temen que se podría haber
encontrado más material probatorio de no ser por la destrucción
detectada al entrar en las dependencias oficiales.
La UDEF coordinó desde primeras horas de la mañana del pasado jueves
un dispositivo policial de más de 300 policías que efectuó sus
registros en Barcelona, Gerona, Falset, Reus, Mataró, Manresa, San
Cugat del Vallés y Arenas de Mar. La operación sumó 19 registros en
despachos de sedes de la Generalitat y de la Diputación de
Barcelona, en la sede de fundaciones y asociaciones (CATmon e
IGMAN), en diversas empresas, así como en los domicilios de los
principales miembros de la organización, procediéndose a la
detención de más de 30 personas, entre ellos Jordi Castells Masanés,
entre otros investigados.
La investigación se centra en el posible desvío de dinero público en
subvenciones para ayudas en supuestos proyectos en países en
desarrollo y presuntamente revelaría que los fondos de tales
subvenciones transitaban de forma anómala entre las cuentas
bancarias de IGMAN, CAtmon y la sociedad mercantil Discatimar S.L,
para finalmente ser reintegrados en efectivo, destinados a sufragar
los gastos de la actividad del entramado criminal o a nutrir las
cuentas personales de diversos implicados en la trama.
En las actuaciones se ha procedido a la detención de Castells
Masanés, quien en el momento de la concesión de las subvenciones era
director de Relaciones Institucionales de la Diputación de Barcelona
y actualmente ocupa el cargo de subdirector general de Cooperación
Local de la Generalitat; a la del entonces presidente de la
Diputación, Salvador Esteve Figueras; al actual alcalde de Tordera y
Diputado Delegado de Hacienda, Recursos Humanos, Procesos y Sociedad
de la Información de la Diputación, Joan Carles García Cañizares; a
Víctor Terradellas Maré, quien fue Secretario de Relaciones
Internacionales de CDC, a responsables de PIMEC, así como a otros
directivos de fundaciones, asociaciones y empresas catalanas.
A los detenidos se les atribuye, en principio, la presunta comisión
de delitos de prevaricación, tráfico de influencias, malversación de
caudales públicos, falsedad documental y fraude de subvenciones.
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