Socialdemocracia de diseño
Ignacio Camacho ABC 7 Junio 2018
Más allá de ciertas frases estrambóticas de Carmen Calvo, que la
perseguirán toda su vida por culpa de su locuacidad irremediable, ni
siquiera la mala leche de guardia en las ciberredes ha logrado sacar
punta cáustica al Gabinete que ha formado Pedro Sánchez. Un grupo de
gente razonable y sensata, con bastante experiencia política e
institucional y en general provista de currículos impecables. Una
alineación de socialdemócratas de manual con un fuerte acento de
feminismo militante, el toque ideológico que la izquierda
contemporánea utiliza para distinguirse tras la asunción por la
derecha de muchos de sus postulados sociales. Y sin esa clase de
coqueterías mediáticas -astronauta aparte- o pinceladas
extravagantes con que Zapatero gustaba de significarse. Un equipo
business friendly, diseñado para transmitir un mensaje
tranquilizador a los mercados, a la alta empresa y a Bruselas, sin
aristas susceptibles en apariencia de inquietar a nadie. El
«Gobierno bonito» (copyright Colmenarejo) con el que el PSOE ha
vuelto al poder… para quedarse.
Y no para quedarse unos meses, sino seis años. Seis, no uno ni dos,
porque Sánchez traza un horizonte a plazo largo. Aspira a ganar las
elecciones y puede lograrlo ante un PP en estado de shock tras su
desalojo y ante el desconcierto de Cs, al que la moción de censura
ha trastocado el paso. Bajo su traza apaciguadora, este Gobierno
alberga un perfil político de sesgo muy marcado y la determinación
suficiente para conducir a la oposición al colapso. El
arrinconamiento del centro-derecha es el pegamento de la coalición
negativa sobre la que se ha proyectado, el elemento que dará
cohesión parlamentaria a su minoría de 85 escaños. Habrá políticas
derogatorias, mucha memoria histórica, fuerte inflexión en la
igualdad de género y un claro énfasis laico. Si logra bajar los
decibelios del conflicto catalán desactivará el principal argumento
de Ciudadanos. A ese respecto el reparto de papeles está muy
pensado: el federalismo de Carmen Calvo, la mano tendida de
Meritxell Batet y la firmeza jacobina de Borrell para vender en
Europa su sentido de Estado. Además, la influencia de Garzón -la
longa manus de la sentencia Gürtel- en Justicia sugiere la intención
de mantener al posmarianismo acorralado, pendiente de los efluvios
de una corrupción que aún ha de supurar en diversos sumarios.
La partida va en serio. El sanchismo ha accedido al poder por una
puerta falsa pero aspira a instalarse en él bastante tiempo. No será
fácil removerlo: flota a favor de la corriente sociológica dominante
-la autodefinición de centro izquierda mayoritaria en los sondeos-,
tiene instinto resuelto, maneja bien la comunicación y habla un
lenguaje moderno. Un Ejecutivo de diseño que hereda del denostado
Rajoy una economía en patente crecimiento. Aunque, por descontado,
en cuanto pueda subirá indefectiblemente los impuestos.
Frankenstein eres tú
Cristina Losada Libertad Digital 7 Junio 2018
Ahora que todo el mundo está agradablemente sorprendido por la
composición del Gobierno de Pedro Sánchez, no es el momento. Tampoco
hay ocasión, porque a Frankenstein no se le ve el pelo en un
Gabinete que es puro PSOE, salvo el astronauta, que viene de fuera.
Pero el momento de la sorpresa agradable pasará, como pasan todos
los momentos y sorpresas agradables, y llegará el instante adecuado
para que aparezca el monstruo con su siniestra fisonomía y su
amenazante personalidad. Es decir, llegará el instante propicio, o
así lo pensarán en el PP, para sacar de nuevo a escena a esa
criatura caótica y peligrosa que tan útil le ha resultado para
contener las fugas de votantes y erigirse en única alternativa a un
desorden letal para España.
En estos años de fragmentación política, Frankenstein ha sido el
gran ayudante electoral del PP. Apareció oculto en aquel pacto
secreto entre Sánchez e Iglesias que denunciaron los populares
cuando el intento fallido de investidura del socialista y justo
después. Tomó la forma despreciable de "coaliciones de perdedores",
dispuestos a ganar en los despachos lo que habían perdido en las
urnas. Y se encarnó en posibles cuatripartitos o tripartitos varios
que asomaban su inquietante rostro detrás de unas u otras urnas
autonómicas. Por lo general, la criatura cumplió bien su papel, y el
PP pudo salir de los difíciles trances sin sufrir pérdidas tan
cuantiosas como las que se habían pronosticado. Es lógico, por
tanto, que volviera a recurrir al monstruo en cuanto Sánchez, con el
concurso de Podemos y los nacionalistas, cantó moción de censura.
El último discurso de Mariano Rajoy como presidente del Partido
Popular, su testamento político, por así decir, ofrece de hecho un
buen compendio de los Frankensteins descritos. Están los perdedores
de elecciones, que llegan, ahora sí, al Gobierno. Está la
continuidad entre aquel pacto secreto y lo que acaba de ocurrir: "El
señor Sánchez nunca renunció a su idea del Gobierno Frankenstein
desde que empezó a negociarlo en el año 2016". Aparecen las amenazas
de "futuro muy incierto", "debilidad extrema", "inestabilidad",
"bloqueo" y "dificultades para la gobernación". No faltan las
alusiones a los "pésimos compañeros de viaje" y se alerta de que
"resulta inquietante la fragilidad política del nuevo Gobierno
cuando la situación de Cataluña y sobre todo, en las calles de
Cataluña, dista mucho de estar calmada". Lo dice el mismo Rajoy que
apremiaba a los separatistas para que formaran Gobierno y así dejar
de aplicar el 155. O el mismo que no puso freno a tiempo a lo del 1
de octubre.
El PP cree que va a disponer ahora del Frankenstein perfecto: el que
tiene piezas separatistas. Perfecto para situarse como valladar
último de las pretensiones nacionalistas más extremas. El problema
es que no puede dar lecciones en esa materia. Para el PP los
nacionalistas son muy malos cuando son otros los que pactan con
ellos. Cuando el PP pacta con los nacionalistas, entonces, ocurre el
milagro de que contribuyen a la gobernabilidad y a la estabilidad de
España. Acaba de suceder con el PNV, que ha pagado el pacto
presupuestario con la moneda de la moción de censura. Pero ha
sucedido antes. Ha pasado muchas veces. No es sólo que los partidos
nacionalistas más poderosos no hubieran llegado a tanto poder sin la
colaboración de los dos grandes partidos. Es que ambos partidos han
asumido, en el ámbito autonómico, elementos básicos del
nacionalismo.
Los PP autonómicos, igual que los socialistas correspondientes, han
vindicado las singularidades y las identidades en competición con
los nacionalistas propiamente dichos. Han cultivado, como ellos, las
diferencias y relegado lo común, deteniéndose solamente justo antes
de llegar a esa recta final en la que los nacionalistas salen de
España. Han contribuido a que falacias históricas y culturales del
nacionalismo sean dogmas sagrados sobre los que asienta la
legitimidad del poder autonómico. Han colaborado en la forja de una
visión de España como una nación artificial en la que sus partes lo
son todo y el conjunto, nada. Ese es el Frankenstein que el PP –que
ahora se pondrá otra vez a gritar "¡España!"– naturalmente olvida.
No lo ha creado Sánchez. Lo han ido creando, paso a paso, de la
manita, durante años, el PSOE y el Partido Popular.
Reconstruir la derecha
Óscar Elía Mañú gaceta.es 7 Junio 2018
No solo Aznar acierta, sino que acierta de pleno cuando advierte de
la necesidad de reconstruir el centro-derecha español.
Ha habido revuelo, pero en verdad, sólo desde tres posiciones
políticas se puede disentir con él: primero desde la izquierda,
porque la frustración y desmovilización actual del
liberal-conservadurismo español están siendo la condición necesaria
para la consolidación de la agenda progresista; segundo, desde el
partido Ciudadanos porque con buen olfato sus dirigentes aspiran a
heredar intacto al electorado del PP, ya instalado en la mansedumbre
del “mal menor”, y tendente a buscar sólo un leve cambio de siglas
pero no de ideas; y tercero, desde aquellos que, como Rajoy,
confunden su partido político con la derecha política, y ésta con la
derecha social. Es decir, desde la partitocracia estatista de
derechas.
Que el centro-derecha político español –entendido como todo aquello
que no se reconoce abiertamente como izquierdista- está fracturado
es una evidencia: lo está entre dos partidos con presencia
parlamentaria, el Partido Popular y Ciudadanos, y uno que la tendrá
en breve, VOX.
Pero la gran cuestión, que dramáticamente escapa a la visión de
Rajoy y su equipo, es el hecho de que hay, en segundo lugar, una
quiebra de la base social liberal-conservadora, si es que aun existe
algo que pueda llamarse así. Ciertamente, aquí el legado de Rajoy es
devastador: a partir de 2004 la oposición a las políticas de
Zapatero había dinamizando una verdadera sociedad civil
caracterizada por su carácter popular y espontáneo. Una nueva
derecha española, cívica y democrática. Dos legislaturas después,
todo esto ha sido atacado con saña por Moncloa y Genova: incluso el
reciente estallido patriótico que siguió al referéndum catalán ha
sido ahogado y sofocado desde el Partido Popular, todo ello en base
a cálculos electorales de partido. El PP no ha dejado sitio en la
derecha para nada que no fuese él mismo. El resultado es que, ahora,
desalojado el PP del poder, en plena crisis interna, y con una
izquierda agresiva en el Gobierno, no existe posible oposición
social a lo que se avecina. Este vacío es lo que diferencia
peligrosamente la España de 2018 de la de 2004.
Pero no toda la culpa es del marianismo-sorayismo: la derecha social
española sigue siendo enormemente estadista y dependiente de los
partidos políticos: fundaciones y think tanks, asociaciones cívicas,
medios de comunicación, grandes empresas, todos tienen el deleznable
hábito de vivir a la sombra del poder político, dependiendo de él y
recibiendo de él limosnas o prebendas. Cuando éste -como ha sido el
caso del Gobierno de Rajoy- los traiciona, caen en el abismo de la
irrelevancia y la frustración. Pero caen al olvidar una y otra vez
que su lugar no está junto a los partidos, sino al margen de estos:
incluso frente a éstos cuando de intereses y de ideas se trata. Pero
no es así: la derecha social española sigue sin abandonar la
adolescencia, lo que explica que Rajoy la haya arrastrado en su
caída. Por eso no termina en absoluto de funcionar.
En lo que Aznar se queda corto es en limitar el alcance de la crisis
a la derecha social y política. La reconstrucción pendiente no se
limita a la crisis política y la desorientación social. El principal
problema de la derecha española estriba en la destrucción de un
tejido cultural e intelectual conservador en España: esta
destrucción, en apenas tres décadas, se ha producido con inusitada
rapidez: máxime cuando nuestro país ha dado intelectuales
conservadores de importancia a lo largo de la historia. Pero en
pocos años, los valores conservadores han sido barridos del mundo
educativo, del mundo de la cultura, de la comunicación. Las buenas
ideas referidas al hombre, a la libertad, a la razón, a la religión
han sido barridas literalmente de la vida pública. El mundo de las
ideas es incapaz de animar a la derecha social, y desde luego es
inútil para influir sobre la derecha política.
Así se explica que medios de comunicación situados “a la derecha”
sean incapaces de escapar a la agenda del marxismo cultural,
limitándose a refugiarse como Rajoy en la gestión económica y
lloriqueando ante la llegada de los de Sánchez, participando en lo
sustancial de las ideas de éste. Las grandes empresas, incluidos los
gigantes del IBEX, se presentan tan ávidas de ganancias como ayunas
de valores, impulsan a través de publicidad, subvenciones y ayudas
la agenda destructiva del progresismo: participan en el intento de
sustituir al ciudadano español por un consumidor irresponsable por
un lado, y un siervo estatalista, por otro. Mientras esto ocurre, la
intelectualidad liberal-conservadora es maltratada, incluso
amenazada legal o ilegalmente cuando se trata de los temás
prohibidos: ideología de género, inmigración o patriotismo. Las
ideas conservadoras en España son hoy perseguidas sistemáticamente.
Aquí el PP de Rajoy no sólo es verdugo: es también víctima de la
cobardía intelectual y del acomodatismo ideológico de periodistas,
escritores, profesores o intelectuales. Y aquí no cabe sólo acusar a
Rajoy de cobarde -¿Qué político no lo es cuando se trata de la
opinión pública?- sino de falta de virtudes básicas de aquellos que
desde fuera de la política se niegan a librar la tan repetida
“batalla de las ideas”. Son los intelectuales los primeros en
desertar de la lucha por la verdad y la libertad: ¿por qué iban los
políticos a librarlas por ellos?
En fin: la necesidad de reconstruir la derecha es evidente, salvo
que uno crea que el rajoyismo es la derecha o salvo que uno no crea
necesario que la derecha sobreviva. Pero la reconstrucción no se
limita al campo de lo político: éste, a fin de cuentas se asienta
sobre un tejido social y sobre unas ideas, de las que debe depender
y ser reflejo. Ciertamente el rajoyato ha sido devastador en este
ámbito: pero lo ha sido porque la sociedad y las ideas están
fallándo en sí mismas, y no sólo por efecto del PPpop.
Son precisamente esos dos ámbitos, el social y el intelectual, los
que es necesario reconstruir o construir. La política llegará
después.
Políticos de cola peluda
RAÚL DEL POZO El Mundo 7 Junio 2018
El hombre es el homínido más carnívoro cuando lucha por el poder;
por el poder traiciona, finge, mata. En estas últimas semanas,
España -era considerada como una nueva democracia surgida del
consenso de los dos bandos- ha vuelto a ser, sin que hayan doblado
las campanas, una jungla. Los principales leñazos se los han dado
los secesionistas y constitucionalistas, lo cual ha sido analizado
por el New York Times, que es la Biblia, como que la democracia
española está en proceso de desintegración. Ya se sabe que el diablo
cita las Escrituras para sus propósitos; es posible que no lleguemos
al caos, pero la crisis catalana se agrava progresivamente a pesar
del nuevo Gobierno. Eduard Pujol de JxCat acaba de decir: "El
Gobierno del PSOE debe pedir perdón a Cataluña".
Están convencidos los separatistas de que el ataque que han sufrido
de España escribirá este siglo. El racista Torra amenaza a Sánchez
con una lucha continua en la que no se van a rendir. Ese fanatismo,
esa hemiplejía moral, esa forma de ser imbécil según Ortega, el no
ver más que las propias razones, no se da sólo en el supremacismo
catalán, sino en todas las broncatas que hemos presenciado en las
últimas semanas.
Los nuevos partidos han pretendido revolcar al bipartidismo y lo han
resucitado. La derecha desahuciada intenta enterrar a José María
Aznar y lo ha relanzado. En las grabaciones clandestinas del Comité
Federal que publica OK diario, dirigentes del PP tratan a José María
Aznar, fundador de lo que son, como a un renegado. Todas las fuerzas
que tan estúpidamente nos dividen han ido a destruirse unas a otras.
Los peores enemigos del PP están en sus propias filas.
«Le doy gracias -le dice Darwin a Marx- por el honor que me hace al
enviarme su gran obra sobre El capital". Marx admiró a Darwin porque
liberó al mundo del opio de la religión, aunque era creyente, y
porque se aproximo al marxismo, sin saberlo, en la defensa en la
dialéctica del cambio continuo. Donde no vio Marx esperanza alguna
fue en la España de pronunciamientos con los políticos que
descienden, más que en otros sitios, de ese cuadrúpedo de cola
peluda que descubrió Darwin. Mandaban y aún mandan gobernantes
oportunistas en regiones mal cosidas después de una larga y nada
gloriosa putrefacción.
Los marxistas rechazaron el social darwinismo como reaccionario por
su teoría de que ganan los más fuertes. Aquí sobreviven no los más
fuertes sino los más bribones. Nietzsche criticó el darwinismo
diciendo que la voluntad de poder es aún más fuerte que la lucha por
la vida y la selección natural. Tenia razón: en España la política
es más sádica que la naturaleza.
La voladura de un proyecto político
Vicente Baquero gaceta.es 7 Junio 2018
Estamos asistiendo a un final de régimen, un régimen que con gran
ilusión y esperanza se instrumentó al final de una larga dictadura
tras una cruenta guerra civil, que en su última etapa fue abriéndose
a posibilidades democráticas siguiendo modelos occidentales basados
en la instauración de partidos políticos que se alternaban en el
poder en base a un sistema de sufragio universal.
Con anterioridad a la dictadura, un sistema de partidos ya se había
experimentado en varias ocasiones, y en todas ellas había resultado
un sistema fallido que precisamente nos fue conduciendo una y otra
vez a soluciones dictatoriales que en mayor o menor medida,
garantizaran el orden público y la gobernabilidad del país.
En esta ocasión la idea común generalizada y propiciada por la
comunidad internacional, tanto EE.UU. como Europa Occidental era que
dicho régimen, en esta ocasión, sería viable, gracias al consenso y
acuerdo entre las distintas facciones del panorama político español:
que se respetarían las reglas del juego y que prevalecería el
interés común frente a los partidistas y personales.
Con el tiempo hemos venido asistiendo a un deterioro del sistema,
originalmente diseñado para que prevaleciera la voluntad colectiva,
se ha transformado en un mecanismo de acceso al poder excluyente a
favor de unos partidos, que se materializó primero en una
“partitocracia”, en la que acuerdos de despacho y un sistema
electoral no equitativo, fueron privando de capacidad censora a los
discrepantes, para terminar por convertirse en un ejercicio personal
de poder en que unas personas concretas en los propios partidos. Por
ejemplo Pedro Sánchez, por pura y descarada ambición personal,
repartiendo lo que haga falta con tal de ocupar la presidencia, y un
Mariano Rajoy por razones parecidas poniendo sus intereses por
delante de la propia idea de España, han dinamitado cualquier
legitimidad que pudiera tener el actual sistema de sufragio
universal.
Pues si ya el concepto en sí del sufragio universal, como mecanismo
de distribución de poder en una sociedad, tiene detractores, ni que
decir tiene cuando unas minorías acceden al poder sin representar
siquiera a esa mayoría, mediante encajes de intereses sin
escrúpulos, reparto del poder y puestos así como sueldos y
prebendas.
Con ello lo que se acaba de gestar es el principio del fin del
régimen del 78 sembrando la disolución de España como nación de
individuos libres e iguales, proyecto que con tantos afanes y
trabajos se consiguió establecer en España para volver al puro y
duro acoso y derribo de camarillas para dominar al país.
Qué se omita por favor en todo discurso inteligente que estamos ante
una democracia, si por ello entendemos que se trata de la opinión de
la mayoría, este no es el caso, ni se le parece, baste ver las
últimas elecciones en Cataluña en que la mayoría de los votos relegó
al vencedor a la oposición excluyéndola de todo control sobre el
parlamento o sobre la gobernabilidad del mismo, para dejarlo en
manos de una coalición de al menos cinco partidos, dirigidos
verticalmente cuya representatividad es mínima a nivel nacional; lo
único que tenían en común era cerrarle el paso a la mayoría y
reventar a toda la nación española; lo mismo podríamos decir de la
actual votación del moción de censura, que supone un alianza entre
22 micro grupos políticos a escala nacional y el PSOE : ¿Qué
gobierno puede surgir de semejantes contradicciones ideológicas? Lo
único que les une es el interés destructivo ¿¿¿Democracia???
Por incapacidad, desidia, cansancio, corrupción, desilusión en una
parte sustancial de la clase política, el hecho es que el régimen
ideado en el 78 se ha ido al garete, los partidos mayoritarios se
han ido al garete, y con ellos la credibilidad del sistema, al menos
para la mayoría que no entiende de sutilezas. De momento mientras la
economía y el banco Central Europea provean el maná que mantiene la
maquina en marcha, la situación puede durar indefinidamente, hasta
un punto en que alguien rompa la baraja, no a nivel español sino
europeo, en que está locura administrativa económica política y
territorial se vaya al traste por insostenible… .
Estamos ante la necesidad de configurar un nuevo modelo de acción
política: una izquierda romántica que tiene su problemática
esquizofrénica, entre sus “ideales” colectivistas y la naturaleza
humana, mientras la realista es tan trepa como el que más, y una
derecha que debe reconocerse a sí misma, sin vergüenza ni complejos,
y hacer un discurso político no rendido a intentar captar a todo la
sociedad que defienda decisivamente la libertad y la propiedad ante
el asalto colectivista.
Sobre la base de lo periclitado nada bueno ni esperanzador podemos
construir, los socialistas deben centrarse, alguien tendrá que
ponerse al frente que les imprima coherencia, y si no desaparecer
para ser sustituidos por una forma de socialismo menos agresivo: los
de Cs. El PP, debe integrar a Vox y volver a su ideario original
encabezado por individuos no comprometidos con la actual
desintegración, nada inspiran personajes que durante estos últimos
años, estuvieron silentes ante los errores monumentales del
Presidente, no se necesita gente tan pusilánime para reconvertir a
un grupo.
Si no se invierte esta tendencia irresponsable y suicida, la lucha a
partir de ahora, por culpa precisamente de estas fuerzas decadentes,
será a cara de perro, no tardaremos en ver, si no se le pone
remedio, cosa que dudo que se haga por las buenas, se formarán en
ambos espectros grupos de interés sin consideración alguna hacia la
opinión de mayorías o minorías…Ha ocurrido en el pasado en muchas
ocasiones y en muchos lugares del mundo. La paciencia de la
ciudadanía tiene unos límites y unas prioridades.
Es deprimente asistir a este intercambio de favores y apaños entre
políticos para llevarse el poder, sin consideración alguna a esa
ciudadanía a la que deben sus puestos y que de alguna manera han
delegado en ellos la representación del interés y el honor nacional.
Cuando el ciudadano tiene la impresión de que estos son seres
aparte, que viven en su propio mundo, y que solo se acuerdan de
ellos cuando se aproximan las elecciones para ofrecer chantajes o
compras descaradas de votos, lo que se erosiona es a la misma
esencia de una democracia bien entendida. La desmoralización de los
“votantes” es casi mayor que la de los actuales dirigentes
contemplando las miserias que afloran en los partidos. Que nadie se
lleve a engaño, la realidad última se impone, cuando el electorado
pierde la confianza en el sistema, el régimen tal y como ha venido
materializándose salta por los aires, y es sustituido por un sistema
o de izquierda radical o una forma de autoritarismo de derechas que
acaba ocupando el poder. Lo que nadie aguanta mucho tiempo es la
anarquía política hacia la que estamos derivando, por la acción de
unos y la inacción de otros.
Es imprescindible para impedir al menos a corto plazo el desastre,
resolver la cuestión de fondo tardaría mucho más, el daño hecho por
el sistema autonómico que ha encandilado los separatismos no
desaparece de la noche a la mañana, que se convoquen unas elecciones
que aunque no resuelvan casi nada a corto, por lo menos permitirán
establecer unas bases coherentes para con sentido de estado
recomponer el panorama político.
Lo que no es aceptable y se puede cargar al propia concepto
idealizado de “democracia” es que unos grupos concertados
minoritarios estén gobernando al país aliados con partidos, a su vez
minoritarios, que se aúnan para precisamente destruirlo.
Un Gobierno Okupa e ilegítimo.
Vicente A. C. M. Periodista Digital 7 Junio 2018
PEDRO SÁNCHEZ INFLACIONA SU GOBIERNO CON CUATRO MINISTERIOS MÁS.
Si tenemos que deducir algo del extenso Gobierno que Pedro Sánchez
hizo público finalmente ayer fue que se trata efectivamente de un
Gobierno inflacionista en cuanto a Altos Cargos, un signo
característico del socialismo más sectario de hacer administraciones
inflacionarias. Y en segundo lugar el carácter populista y
demagógico al recuperar Ministerios de claro signo político como el
de Igualdad, o unificar en plan Bolchevique Defensa y el mando del
CNI, o no saber qué hacer con una subcartera como la del Deporte y
endosársela a un nada deportista periodista tertuliano televisivo en
el Ministerio de Cultura. O segregar la Educación entre dos
Ministerios el clásico de Educación y Formación profesional y la
creación del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades. Una
especie de distinción entre lo que es la enseñanza obligatoria hasta
la prueba de acceso a la Universidad y la vía de la F.P., y por otro
lado la vida académica de las Universidades, posgrados e
investigación (I&D).
Otra conclusión que se puede sacar es que en esta elección Pedro
Sánchez ha tenido que contar con un gabinete de asesores que han
demostrado tener un notable “olfato político” a la hora de proponer
carteras, atribuciones y nombres para esos cargos. No me creo que
Pedro Sánchez haya sido capaz de hacer este trabajo por sí mismo,
aunque haya querido marcar ciertas pautas como la escora hacia el
feminismo, incluso pasándose de frenada, al nombrar a once Ministras
frente a los seis Ministros, es decir los dos tercios del Gabinete
son mujeres. La lista completa de carteras queda como sigue:
• Ministerio de Defensa: Margarita Robles
• Ministerio del Interior: Fernando Grande-Marlaska
• Ministerio de Cultura y Deportes: Màxim Huerta
• Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades: Pedro Duque
• Ministerio de Industria, Comercio y Turismo: Reyes Maroto
• Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación: Luis Planas
• Ministerio de Justicia: Dolores Delgado
• Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social: Magdalena
Valerio
• Ministerio de Educación y de Formación Profesional y ministra
portavoz del Ejecutivo: Isabel Celaá
• Ministerio de Economía y Empresa: Nadia Calviño
• Ministerio de Igualdad, Vicepresidencia y ministra de Presidencia
y Relaciones con las Cortes: Carmen Calvo
• Ministerio de Hacienda: María Jesús Montero
• Ministerio de Fomento: José Luis Ábalos
• Ministerio de Política Territorial y Función Pública: Meritxell
Batet
• Ministerio de Asuntos Exteriores, de UE y de Cooperación: Josep
Borrell
• Ministerio de Transición Ecológica: Teresa Ribera
• Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar social: Carmen Montón
Un Gobierno que parece más pensado para una legislatura larga que
los escasos dos años que quedan antes de las nuevas elecciones
generales. Y eso si no concurren circunstancias que obliguen a un
adelanto táctico a fin de aprovechar el desconcierto del PP tras la
dimisión de Mariano Rajoy y su más que probable retirada de la
política. Lo que es indudable es que, aparte de esa clara tendencia
inflacionaria, existe un cambio de nombres de marcado signo
demagógico y populista, como lo del “Ministerio de transición
ecológica” que debiera ser una simple subcartera del Ministerio de
Industria responsable del impacto medio ambiental, o bien la más
lógica dependiente de ese nuevo “Ministerio de Ciencia, Innovación y
Universidades” dando la pauta a seguir para paliar el problema del
cambio climático.
Por otro lado, está la deriva sectaria evidente en los nombramientos
de radicales en Ministerios tan señalados como Defensa (que además
se apropia de los servicios del CNI), el de Justicia, con una Fiscal
progresista y próxima al defenestrado y prevaricador juez Baltasar
Garzón, o el populista y restituido Ministerio de Igualdad. Del
resto de Ministerios, salvo el de Fomento que ha sido una manera
generosa de pagar la lealtad, poniendo al mando a un sindicalista
como José Luís Ábalos, un personaje sectario fiel ariete
propagandístico de la candidatura de Pedro Sánchez, son todos de
claro signo técnico. Aunque hay que hacer un inciso en esa
denominación de Josep Borrell en el área de exteriores como
contrapeso a esa labor de zapa y desprestigio en Europa que lleva la
Generalidad de Cataluña y los fugitivos de la Justicia responsables
del golpe de Estado. Es por eso que el sectario y radical
independentista Presidente del Gobierno de la Generalidad, Joaquim
Torra, ha dicho en referencia este nombramiento lo de “empezamos con
mal pie”. Una señal del profundo desagrado que les produce Borrell,
declarado anti independentista.
Sería muy extenso analizar aquí uno por uno a todos los designados,
por lo que esta labor la dejo para los siguientes días. Y aquí ya
veremos si en los casos más representativos se confirman las
sospechas de esa deriva sectaria que caracteriza a algunas y algunos
de ellos. Lo que también hay que estar atentos es a los próximos
movimientos que determinará cuales son las verdaderas intenciones y
el cumplimiento de los más que seguros pactos alcanzados para
garantizarse los apoyos a la moción de censura. Por lo pronto, los
del PNV no tienen nada que temer ya que el PP ha declarado que no
recurrirá la partida de fondos que pactaron y que ha sido asumida
por Pedro Sánchez. En este caso Roma paga a traidores, en este caso
a este doble agente que lo mismo pacta con el PP que con el PSOE
como el típico mercenario que es. Y es que el nacionalismo
independentista lleva décadas sacando provecho de su situación de
privilegio gracias a una ley electoral injusta que beneficia el voto
en esos territorios y facilita la hegemonía de esas formaciones y su
influencia en la política y gobernabilidad de todo el Estado. Una
situación aberrante que debe terminar de una vez.
No espero nada bueno de este Gobierno que accede sin merecerlo tras
una moción de censura y haber contado con el apoyo de radicales y
golpistas. Un Gobierno “okupa” que además parece querer aprovechar
esta circunstancia para imponer una doctrina y una política que no
ha sido aceptada por los ciudadanos en las urnas. UN Gobierno que
pretende gobernar en mucha más minoría que la que tenía el del PP
con 137 escaños en vez de los 85 con los que cuenta el PSOE.
Esta situación solo ha llegado por la actitud irresponsable de un
partido nacionalista mercenario como el PNV que ha llevado a España
a una etapa de inestabilidad al haber propiciado un vuelco en el
Gobierno cuyas consecuencias están por verse. Lo lógico era haber
impulsado la disolución de las Cámaras y haber convocado elecciones
generales para que hubiéramos sido los españoles los que nos
pronunciáramos en las urnas. Una traición más que sumar a este
nacionalismo hipócrita que dice no aspirar a la independencia, pero
hace lo posible por destruir a España y lograrla tras su
fragmentación e inviabilidad.
No cesaré en reclamar elecciones generales y en considera a este
Gobierno del PSOE como ilegítimo, aunque sea escrupulosamente legal
y constitucional.
¡Que pasen un buen día!
A ver a quién aplicamos el 155
Enrique de Santiago okdiario 7 Junio 2018
No tengamos miedo, dejemos pasar los 100 días de rigor de todo
Gobierno, esperemos las actuaciones del nuevo presidente del
gobierno, como hemos hecho con todos, no se me pongan nerviosos
señores de la izquierda, no se me aceleren personas de la derecha y
no alcen la cabeza señores del naranja que ustedes fueron los que
dieron por finalizada la etapa de Rajoy abriendo la puerta a lo que
hemos visto y, ahora, quieren pasar desapercibidos lanzando la
piedra y escondiendo la mano. ¡A lo hecho, pecho! y todos,
absolutamente todos, han errado en su modo de actuar o, al menos, no
nos han tenido en cuenta a los “perritos sin alma”. Hemos vivido una
moción de censura legítima y democrática, cuya legalidad es dudosa
por hacerse en manifiesto abuso de derecho, pues en España la moción
de censura tiene carácter de “constructiva”, es decir, no es contra
nada ni contra nadie, sino en favor de algo nuevo y, de este modo,
exige la presentación de un programa de Gobierno alternativo. En el
presente, fue una moción “contra” Rajoy y, además, no se presentó un
programa de Gobierno.
En cualquier caso, hemos de aceptar, con resignación cristina —otros
carecen de ella— y entereza democrática —tampoco la poseen aquellos
que carecen de la anterior—, el resultado de la votación y esperemos
del nuevo inquilino de la Moncloa su demostración de talante
democrático pues, aunque nos pueda parecer escaso cuando todo su
sostén negociador es “no es no” y el proyecto programático es “fuera
Rajoy”, tan sólo existe un asunto en el que dicha cortesía debe
resultar inexistente y la vigilancia extrema: el secesionismo en
Cataluña que, por excepcionalidad e importancia, requiere de una
visión excepcional e importante. Con la aplicación del artículo 155,
se decía que no era aplicable hasta que no se realizase algún tipo
de acción infractora de la legalidad; pues bien, con nuestro nuevo
presidente, por más que tengamos prejuicios y adoptemos precauciones
mentales, no debemos de aplicar criterio crítico hasta que no actúe;
pero, de hacerlo, la intervención, la reacción, deberá de ser
sólida, solvente y adecuada a la agresión que se pretenda llevar a
efecto.
El miedo que le tengo al nuevo presidente no es otro que sus frases
sobre la nacionalidad de naciones en la nación única que componen un
Estado Federal, pues cuando todos estamos viendo que el problema se
encuentra en un gasto desmesurado de una división del Estado en
Comunidades Autónomas y la duplicidad que ello supone, que desde
Bruselas se nos pide adelgazar la administración, los ciudadanos ya
esqueléticos clamamos porque la austeridad se la apliquen nuestros
políticos, llega el señor Sánchez y amenaza con el Federalismo…
¡Pero coño! ¿Dónde vamos? En lugar de tanta magra política,
federalismo, secesionismo y chorradas varias para que cuatro
politicastros nos coman por una pata, apliquemos los criterios de
prevención de riesgos que les intentamos imponer a las empresas con
el artículo 31 bis del Código Penal a los partidos políticos, que
resulta sorprendente y vergonzoso que todos hablen de trasparencia y
pulcritud y ni uno sólo tenga en su seno los modelos de prevención
de riesgos penales. ¡Qué vergüenza!
Exijamos que cuando alguien se acerque a la vida pública venga ya
con una profesión, una actividad, una vida que aportar, de forma que
vengan a servir y no a servirse o que al menos vengan comidos y no
tengamos que engordarlos con nuestros impuestos.
RÉPLICA A UNA ANTIGUA AFIRMACIÓN
Abascal a Núñez Feijóo: ‘La única nación de
los gallegos es España’
La Gaceta 7 Junio 2018
El presidente de VOX, Santiago Abascal, ha rescatado en Twitter unas
declaraciones en las que Feijóo se refería a Galicia como ‘nación
sin Estado’
Una de los mejor posicionados para sustituir a Mariano Rajoy como
presidente del Partido Popular es el presidente gallego, Alberto
Núñez Feijóo. A pesar de que se haya presentado a éste como un
político sin mácula alguna, lo cierto es que su pasado está lleno de
sombras. Entre ellas, hemos de mencionar su connivencia con el
nacionalismo gallego – al que no ha combatido – y sus estrechos
vínculos con el colectivo LGTB.
En este sentido, el presidente de VOX, Santiago Abascal, ha
rescatado en Twitter unas declaraciones en las que Feijóo se refería
a Galicia como ‘nación sin Estado‘: ‘Nosotros históricamente tenemos
muchos elementos para denominarnos, utilizando la terminología
habitual, nación sin Estado’.
En su publicación tuitera, Abascal ha aprovechado para responder
cáusticamente al presidente gallego: Para Nuñez Feijoo, igual que
para Pedro Sánchez, Galicia es una nación sin Estado. ¡Qué se sepa!
Si crees que la única nación de los gallegos es España, RT.
Roca Barea: «Que sean catalanes es
irrelevante. Los nacionalistas son una secta internacional»
César Cervera ABC 7 Junio 2018
En su monumental libro «Imperiofobia y leyenda negra» (Siruela), un
auténtico fenómeno editorial con más de 100.000 ejemplares vendidos,
María Elvira Roca Barea demostró ser completamente ajena a la
corrección política o, dicho en plata, no tener pelos en la lengua a
la hora de criticar (acaso matizar) a tótems de la cultura europea.
Porque la hispanofobia es hoy el único racismo que goza de prestigio
intelectual y cuenta con una salud de hierro en la ficción.
Los fanáticos recurrentes de la literatura europea, incluida la
española, siguen siendo preferiblemente morenos y católicos,
inquisidores españoles perversos; o codiciosos conquistadores, tan
obsesionados con matar indios como con acuchillar a los suyos. Tal
vez harta de esta ficción descuidada con la verdad, la filóloga
malagueña se sumerge ahora en la literatura con «6 relatos
ejemplares 6», una recopilación de relatos sobre aspectos poco
conocidos de la historia europea. El reverso de héroes reverenciados
como Guillermo de Orange o Calvino, tan ambiciosos y brutales como
suelen ser los advenedizos, los que sueñan con ocupar el puesto de
los opresores.
¿Por qué ha decidido saltar a la ficción?
Escribiendo Imperiofobia me tropecé con historias en terrenos poco
frecuentados por la historiografía europea. Fui anotándo estas
historias.... Me he cansado de que España sea un tema literario,
siempre en la misma clave. ¿Por qué no se puede emigrar con esa
misma perspectiva a otros territorios?
¿Cuándo se convirtieron los españoles en los malos de la literatura?
España fue transformada en un tema literario en el siglo XVII,
fundamentalmente en el teatro, con cientos de obras; y la literatura
español absorbió, a su vez, esta visión de los españoles planteada
al otro lado de los Pirineos. Desde entonces, no hemos sido capaces
de salir de ahí. Hemos perdido el impulso creativo y siempre vamos
detrás de lo que marca la literatura inglesa, la francesa e incluso,
en menor medida, la alemana. El malvado monje español es un clásico
de la literatura, pero a nadie se le ha ocurrido crear al malvado
predicador anglosajón o contar la quema de brujas a miles en el
centro de Europa. Es lo que les pasa a los pueblos que pierden su
creatividad y su confianza; se ven arrastrados a asumir lo que
fabrican otros.
Una de las historias que cuenta usted en el libro es la de Ana de
Sajonia, la vapuleada segunda esposa de Guillermo de Orange. Parece
claro que para las mujeres la Reforma no trajo precisamente
modernidad.
Los luteranos trajeron modernidad porque lo han dicho ellos y usted,
que será un crédulo, se lo habrá creído. Yo sé perfectamente que no
fue así, para nada, y menos para las mujeres. El protestantismo dejó
a las mujeres en la situación previa a la venida de Jesucristo al
mundo y al matrimonio monógamo, que es una de las grandes conquistas
del feminismo cristiano. Colocar a las mujeres en la situación en la
que se vio Ana de Sajonia, Catalina de Aragón y otras muchas fue
todo menos modernidad. Machacaron a estas esposas porque podían;
porque ya no tenían que responder ante la Iglesia o ante alguien
superior. Las destrozaron e incluso hubo cierto coqueteo en el mundo
luterano con la poligamia.
Sin embargo, hoy la percepción es que el mundo católico es más
machista que el protestante.
Mire, eso pregúnteselo a la Iglesia católica, ¿qué es lo que le ha
estado contando a la gente? ¿Quién es el que ha contado una versión
de la historia así para que los católicos, creyentes o no, hayan
absorbido esta versión del mundo? Desde luego, la Iglesia tiene gran
responsabilidad en ello. Lutero conserva tanto prestigio en Europa
porque no leen sus textos.
Señala usted que Guillermo de Orange, mitificado padre de la nación
holandesa, era más poderoso que Lutero.
Era más poderoso y más listo que Lutero. Solo hay que leer a Lutero
para ver qué clase de persona era. No sus biografías, sino la fuente
original. Lutero era compulsivo, ciclotímico, con una personalidad
propensa al fanatismo. Pensaba las cosas poco y cambiaba brutalmente
de opinión. Sin embargo, Orange era mucho más listo y frío, durante
toda su vida cultivó cuidadosamente su imagen. Aparte de que Lutero
era un lacayo de los príncipes alemanes, mientras Orange solo servía
a su propósito personal.
Usted criticó que el Papa colocara una estatua de Lutero en el
Vaticano, ¿cuando llegue el aniversario de Guillermo de Orange
también pondrán una estatua suya?
No me cabe la menor duda (ríe). La jerarquía eclesiástica intentará
estar a bien con todos y dejará a sus hijos a su suerte. Los
españoles son los primogénitos de Dios, decía un autor humanista. Yo
añadiría que de Dios tal vez, pero de la Iglesia no. La Iglesia ha
recibido todos los beneficios que de España le han venido, que han
sido muchos, y ni siquiera le ha dado las gracias.
Uno de los relatos del libro versa sobre el régimen de terror que
impuso Calvino en Ginebra y su negativa a tratar a los enfermos de
peste, como llevaban haciendo siglos los monjes católicos. ¿Qué
clase de fe tenía Calvino?
Pues una con la que había conseguido el predominio social que no
tenía antes. Era un enfermo de poder, sin más, y después de haber
desatado una persecución brutal en Ginebra tiene hoy una estatua de
gran talla en el Parque de los Bastiones. También él fue un criado
útil, en su caso de los franceses, sin los cuales no podría haberse
hecho con el control de la ciudad. Es evidente que hubo un grupo muy
amplio de habitantes que le apoyaban, que se beneficiaron con las
confiscaciones de las iglesias, pero es una cortina de humo creerse
que fue la fe o el apoyo del pueblo la razón de su éxito. El tipo de
fe que tienen se demuestra en que eran predicadores que cambiaban
treinta veces de opinión en función de lo que dijera el predicador
de enfrente. Cada uno se estaba inventando una iglesia y necesitaba
diferenciarse con algo. Todo el contenido es ridículo y es increíble
que alguien se lo haya creído.
Al final al Imperio español le vencieron estos nacionalismos
camuflados de reforma religiosa, ¿se puede repetir hoy la victoria
de los nacionalismos excluyentes?
Creo que usted plantea el problema desde un punto erróneo. Es todo
lo contrario; España sufrió y sufre hoy las consecuencias de un
éxito enorme, no de un fracaso. No ha habido otro así en la historia
de Europa. La digestión de aquel imperio es tremenda. Las versiones
de la historia de Europa que dieron los distintos pueblos que
lucharon férreamente contra el Imperio español durante siglos está
en su ADN. Se han construido una forma de estar en el mundo basada
en su lucha contra España y no pueden renunciar a ella. No pueden
sacarse la sangre de las venas.
¿Es el caso de Inglaterra?
Pues le pongo un ejemplo muy gráfico. El libro con el que te tienes
que examinar para conseguir la nacionalidad inglesa hoy, entre las
nociones imprescindibles, incluye la Armada Invencible. Se le ocurre
a uno que a los que llegan nuevos a Inglaterra habrá que enseñarles
nociones básicas del sistema político y de su historia, no empezar
por la Armada invencible... Estas cosas recuerdan que aquellos
episodios son esenciales para su pervivencia como nación. Es
asombrosa la dependencia que tiene su autoestima como nación de
denigrar al contrario, mientras que el Imperio español no necesitó
denigrar al contrario para construirse.
Lo que quiero decir es, si el Imperio español, con toda su
fortaleza, no fue capaz de defenderse, ¿tiene las de perder esta
España más débil frente al desafío de los nacionalistas catalanes?
Primero hay que recordar que catalanes no son. Ellos son
nacionalistas. El nacionalismo siempre es el mismo; ser catalanes es
accesorio y absolutamente irrelevante, puesto que no piensan en el
bien común y solo en sus intereses personales. Y tampoco es un
problema catalán, sino un problema que tiene España y Europa en
muchos territorios. El nacionalismo es una secta internacional.
Existía antes de que les regaláramos un título completo de la
Constitución y también hace 100 años, pero a nadie en Europa se le
había ocurrido antes crearles una estructura administrativa para que
prosperasen y entregarles todos los recursos del Estado. Aquí se
construyó una administración territorial que no demandaba nadie, que
se hizo para dar gusto a unos cuantos vascos, unos cuantos catalanes
y muy pocos gallegos. Treinta millones de españoles aguantamos una
estructura para dar acomodo a los que en su momento eran pocos, que
no llegaban a un millón.
Su anterior libro enmendaba la plana a algunos hispanistas y autores
españoles, a los que cita con nombre y apellido, de Pérez-Reverte a
Josep Perez. ¿Le ha retirado la palabra alguno?
Si les ha sentado mal me resulta indiferente. ¡Contaba con ello! El
mundo académico está lleno de rituales y territorios que se respetan
entre sí, pero yo no pertenezco a ese mundo y defiendo el derecho a
la marginalidad. En los últimos tiempos, uno no puede ser marginal,
hay que estar integrado en el sistema. Yo no lo estoy; ni quiero. La
marginalidad me da una enorme libertad, con la que hago lo que me
place.
En general en sus obras no ha dudado en atizar a los autores más
intocables del Humanismo y de la Ilustración, cuya hispanofobia es
más que evidente.
El que hayamos hecho intocables a algunos intelectuales del
Humanismo y la Ilustración es uno de los motivos por los que Europa
anda perdida desde hace bastante tiempo, y ahora concretamente en
una situación de suicidio demográfico. Hay que plantearse quién está
al mando ideológicamente en la Europa occidental durante esta
situación crítica. Estamos como los del Titanic, con la orquesta
tocando en la cubierta y el barco hundiéndose… sin preguntarnos
quién está al timón. Europa ha tenido una dependencia exacerbada en
la «intelligentsia». La eliminación de la religión dejó a los
intelectuales casi como los únicos administradores de la moral.
Cualquier cosa es posible desde entonces.
¿Europa oculta parte de su historia?
Hay muchos personajes borrados de la historia de Europa. Personajes
muy atractivos, cuya visión incomoda porque no se adecua a la puesta
en escena que una parte de Europa ha construido. Hay que borrar a
estos personajes molestos, como a los alemanes y a los holandeses
que estaban en los Tercios españoles. La Wikipedia cuenta que Felipe
Guillermo de Orange, primogénito del líder rebelde, estuvo
prácticamente secuestrado en España, pero no es cierto. Él era libre
para moverse a donde quisiera y Felipe II le montó una casa con
tratamiento de príncipe y jamás fue tratado por debajo de su rango o
linaje. Por eso él no quería irse de España a reclamar lo que era
suyo por derecho en los Países Bajos.
De vuelta al caso inglés, ellos tiene una maestría especial para
ocultar las partes menos agradables de su historia.
Allí una versión discordante con la historia oficial se somete a la
ley del silencio, que es algo que nosotros no sabemos hacer.
Inglaterra se come cada cierto tiempo a una parte de Inglaterra,
pero lo hace en escrupuloso silencio. Nosotros andamos en las plazas
dando gritos y criticándonos por habernos comido una uña del pie,
pero los ingleses cuando se comen una parte de ellos mismos deja de
existir para siempre. No hay marcha atrás. Con el Brexit he podido
comprobar que no discuten del tema, ni pío, no hay alusiones. Aquí
tendríamos la mundial montada. No en vano, tragarse las cosas sano
no es. Hay algo incómodo en el ambiente anglosajón. Algo asfixiante.
Digan las leyes lo que digan, uno es más libre en los países
católicos. La prueba es que los católicos no van por las buenas a
países protestantes y, sin embargo, los turistas británicos van
encantados a vivir el sur.
¿La posibilidad de que Shakespeare procediera de una de esas
Inglaterras devoradas, la católica, les asusta?
Shakespeare tiene tremendas desapariciones, con épocas en las que no
hay rastro de su existencia, y todo eso ha llevado a importantes
interrogantes y misterios que tratan de responder. El tema del
supuesto catolicismo de Shakespeare es algo que, hasta hace doce
años, nunca se nombraba. Había silencio y hoy los grandes expertos
todavía niegan que fuera católico. A partir de esa negación de algo
que parece claro empiezan las hipótesis tales como que Shakespeare
no era Shakespeare, o que Shakespeare no existió... Para ellos es
una teoría muy difícil de tragar, porque tendrían que aceptar la
tremenda persecución religiosa que se vivía en el supuestamente
maravilloso periodo de los Tudor. Sería difícil aceptar que la
gloria de las letras inglesas sea de la religión mala. Sin embargo,
si les a Shakespeare es evidente que está escrito por la misma
persona y, ya lo apreció Borges, que no sabía que fuera católico, es
raro es su contexto. En un elemento extraño en ese periodo porque no
había rastro de hispanofobia en su obra y sus metáforas eran
luminosas, de un estilo exuberante, cuando la literatura inglesa ya
había perdido ese tono tan característico del Mediterráneo.
LOS HABÍA VETADO
Primark cede a la presión y venderá
productos de la Selección en Cataluña
La Gaceta 7 Junio 2018
El gigante Primark había descartado la venta de material textil de
la Selección española de cara al Mundial de Rusia 2018 que comienza
esta semana.
Hace unos días aparecía una grabación de una usuaria llamando al
servicio de atención al cliente de la empresa en Cataluña. La
clienta le pregunta al teleoperador que ‘’cuándo va a llegar la
camiseta de España’’ a los establecimientos de la región, ya que
pudo percatarse de que todavía no habían llegado.
‘’No, camisetas de España no vamos a tener. No llegan a esta
tienda’’, responde el trabajador de la marca en Tarragona. ‘’Nos
dijeron que de España no llegaría a esta tienda. Lo que pasa es que
no querían traer ni a Barcelona ni a Tarragona porque había gente
que estaba molesta’’, responde ante la incredulidad de la usuaria.
Esta es la conversación completa:
En seguida las redes empezaron a movilizarse y los
constitucionalistas comenzaron una ofensiva para que Primark
vendiese productos de la Selección española.
El tuitero Pantolomeo colgó el siguiente mensaje:
Poco después, la marca decidió contestar al usuario de Twitter
confirmándole que los productos de España volverán a las tiendas
catalanas:
‘’Hemos vendido artículos con la Marca España antes en Cataluña. La
decisión inicial de no distribuir nuestra camiseta fue desacertada.
No queremos ofender a los fans de la Selección Española. Estos
artículos estarán pronto en Cataluña’’, respondió.
Pero el orgullo y los sentimientos de muchos ciudadanos han quedado
tocados y muchos ya han confirmado su boicot a Primark:
Francia pierde la batalla contra el
radicalismo islámico en las ciudades: Macron entierra el plan para
rehabilitar las “no-go zones”
www.latribunadelpaisvasco.com 7 Junio 2018
Artículo publicado Vía Gatestone Institute
El presidente Emmanuel Macron ha reducido sustancialmente los planes
para rehabilitar las banlieues (Zones Urbaines Sensibles -ZUS-) de
Francia —barrios lastrados por la pobreza e infestados de
delincuencia con un alto número de habitantes musulmanes—, y en su
lugar ha pedido a los alcaldes y asociaciones locales de la sociedad
civil que encuentren soluciones a nivel de base.
Este cambio de política se produce después de semanas de debate
interno acerca de si es mejor un enfoque de arriba abajo o de abajo
arriba para mejorar la vida en las problemáticas banlieues, que son
caldo de cultivo para el fundamentalismo islámico y a las que se
suele referir como zonas de exclusión, por las peligrosas
condiciones con que se encuentran allí la policía y otros
representantes del Estado.
En un discurso muy esperado en el Palacio del Eliseo el 22 de mayo,
Macron solo anunció varias iniciativas, sin asignación
presupuestaria, para las banlieues, incluido un plan para contratar
a más policías, mano dura contra el tráfico y un programa de becas
en empresas para jóvenes desfavorecidos.
Dirigiéndose a 600 asistentes, entre ellos abogados, emprendedores,
líderes de comunidades y residentes, Macron dijo que no anunciaría
otro “Plan Marshall para los suburbios”, como se llamó a un plan de
renovación urbana en 2008, porque al menos diez de las anteriores
estrategias han fallado:
“No anunciaré un plan urbano o suburbano porque esta estrategia es
tan vieja como yo. El primer plan lo presentó Raymond Barre [ex
primer ministro francés] más o menos cuando yo nací […] hemos
llegado al límite de lo que se puede conseguir con este método”.
Macron pidió una “movilización general” para sentar las bases de
“una política de emancipación y dignidad” basada en “una filosofía
de acción” y un “cambio de método” para liberar a los habitantes de
los barrios pobres del “arresto domiciliario”. En lo referente a la
seguridad, Macron pidió una “sociedad de vigilancia” construida con
prefectos, funcionarios electos y residentes donde “cada uno actúa
sobre la seguridad colectiva”.
Macron también pidió a las 120 empresas más importantes de Francia
que “hagan su parte” para combatir la discriminación contra los
africanos, árabes y musulmanes. “Vamos a ampliar las pruebas para
vigilar las conductas y asegurarnos de que no haya discriminación en
las contrataciones”.
Las propuestas de Macron están a años luz del ambicioso plan
anunciado hace menos de un mes por el exmiembro del gabinete
Jean-Louis Borloo, al que Macron ha encargado diseñar una gran
estrategia para las banlieues.
El informe “Vivre ensemble, vivre en grand: Pour une réconciliation
nationale” (Vivir juntos, vivir bien: Por una reconciliación
nacional), de 164 páginas y hecho público el 26 de abril tras nueve
meses de trabajo, enumeraba 19 propuestas dirigidas a producir un
“cambio radical”. Entre ellas, poner el foco en la educación, el
empleo y la renovación de edificios e infraestructuras en
decadencia. La implementación del plan costaría 38.000 millones de
euros.
“Para cuando se cumplan los cinco años de mi legislatura, quiero que
haya cambiado la cara de nuestros barrios, no porque hayamos
invertido una determinada cantidad de dinero, sino porque habremos
cambiado nuestros métodos”, dijo Macron. “No tiene sentido que dos
hombres blancos que no viven en esos distritos se intercambien
informes. Eso ya no funciona”.
La reacción inicial al discurso de Macron fue de decepción casi
unánime por la oportunidad perdida. “Esperábamos medidas políticas
concretas”, dijo el alcalde de Aulnay-sous-Bois, Bruno Beschizza.
“Por ahora, no hay nada en la práctica. Salí con las manos vacías”.
Stéphanie Daumin, alcaldesa de Chevilly-Larue, una comuna en la
periferia sur de París, tuiteó:
“Esperábamos acciones y compromisos fuertes y sólo hemos tenido
palabras. Un jarro de agua fría para los que trabajaron en el
#RapportBorloo y que quieren reequilibrar los territorios y volver a
la igualdad republicana”.
El líder de los republicanos de centroderecha, Laurent Wauquiez,
describió el discurso de Macron como “un espectáculo político de
palabras sin acciones”, y dirigido a “sacarse la foto”.
Éric Coquerel, diputado del partido de extrema izquierda La Francia
Insumisa, acusó a Macron de “enterrar” el informe Borloo y
“humillar” a los que han trabajado en él. Añadió que Macron había
propuesto una serie de medidas sin financiación, inversión o
novedad.
Stéphane Le Foll, exportavoz del gobierno socialista del presidente
François Hollande, tuiteó: “Estamos presenciando la liquidación del
plan Borloo”.
Marine Le Pen, presidenta del Frente Nacional, señaló que Macron no
había abordado los problemas de la inmigración y el islamismo.
"Apenas una palabra sobre inmigración, apenas una palabra sobre el
fundamentalismo islámico. Sabemos perfectamente que hay problemas
que en parte son el origen de las dificultades en los suburbios.
Negarse a ver la realidad es condenarse a uno mismo al fracaso".
Una cifra estimada de seis millones de personas —en torno a una
décima parte de la población de Francia— vive en 1.500 barrios
clasificados por el Gobierno como Zonas Urbanas Sensibles (zones
urbaines sensibles, ZUS), los objetivos principales de la renovación
urbana.
En octubre de 2011, un informe de referencia de 2.200 páginas,
Banlieue de la Républicque (Suburbios de la República) reveló que
muchos suburbios franceses se están convirtiendo en “sociedades
islámicas separadas” del Estado francés, donde las leyes islámicas
están desplazando rápidamente a las leyes civiles francesas. El
informe decía que los inmigrantes musulmanes están rechazando cada
vez más los valores franceses y sumergiéndose en el islam radical.
El informe, encargado por el influyente think tank francés
L’Institut Montaigne, fue dirigido por Gilles Kepel, un respetado
politólogo y especialista en el islam, junto con otros cinco
investigadores franceses.
Los autores del informe mostraron que Francia —en la que ahora hay
6,5 millones de musulmanes (la mayor población musulmana de la Unión
Europea)— están al borde del estallido social por la no integración
de los musulmanes en la sociedad francesa.
El informe también revelaba cómo el problema se está viendo
exacerbado por los predicadores musulmanes radicales, que están
promoviendo la marginación de los inmigrantes musulmanes con el fin
de crear una sociedad musulmana paralela en Francia regida por la
ley de la sharia.
La investigación fue realizada principalmente en los municipios de
Clichy-sous-Bois y Montfermeil de Seine-Saint-Denis, dos suburbios
que fueron la zona cero de las revueltas musulmanas en otoño de
2005, cuando turbas de musulmanes prendieron fuego a más de 9.000
coches.
El informe describía Seine-Saint-Denis como “un páramo de
desindustrialización” y dijo que en algunas áreas “un tercio de la
población de la ciudad no tiene la nacionalidad francesa, y muchos
residentes son atraídos a una identidad islámica”.
Otro municipio de Seine-Saint-Denis es Aubervilliers. A veces
referido como uno de “los territorios perdidos de la República
francesa”, más del 70% de su población es musulmana. Tres cuartas
partes de los jóvenes menores de 18 años son extranjeros o franceses
de origen extranjero, principalmente del Magreb o el África
subsahariana. Se dice que la policía rara vez se aventura en algunas
de las partes más peligrosas del municipio.
Un día antes del discurso de Macron, los canales de la televisión
francesa emitieron imágenes de hombres enmascarados abriendo fuego a
plena luz del día en la ciudad portuaria de Marsella, al sur de
Francia. Los asaltantes, vestidos de negro y armados con rifles de
asalto Kalashnikov, secuestraron a una persona, la introdujeron en
un coche y se alejaron ante la impotencia de la policía. Los
gánsteres, de los que se cree que están implicados en una lucha
territorial por el control del comercio de drogas en la ciudad, “no
temen ni a la policía ni a la justicia”, según un oficial, que dijo
que la policía “no tenía opciones”, porque les superaban en armas y
margen de maniobra.
De vuelta en París, Macron admitió que Francia “ha perdido la
batalla contra el tráfico de drogas en muchas ciudades”. Prometió
anunciar un nuevo plan para combatir el tráfico de drogas en julio.
******************* Sección "bilingüe"
***********************
Un Gobierno para no gobernar
EDITORIAL Libertad Digital 7 Junio 2018
Es innegable que Pedro Sánchez ha tenido que recabar el apoyo de los
marxistas-leninistas de Podemos, de los proetarras de Bildu y de los
separatistas de todo pelaje y condición para poder desbancar a
Rajoy, irresponsablemente reacio tanto a dimitir como a convocar
elecciones anticipadas. Y era de temer que el nuevo Gobierno
socialista fuese un claro reflejo de la variopinta y radical
composición de fuerzas que lo ha alumbrado.
Una cosa no implica necesariamente la otra por dos razones; primero,
porque es mucho más fácil aunar voluntades para sacar a alguien del
Gobierno que para gobernar; y, en segundo lugar, porque Pedro
Sánchez no parece dispuesto a que el PSOE compita en radicalismo
revolucionario y en entreguismo al secesionismo vasco y catalán con
una formación como Podemos en lo mucho o poco que quede de
legislatura. Más bien, se diría que estamos ante un PSOE dispuesto a
competir en algunos aspectos con Ciudadanos y a dar golpes de efecto
electoralistas aun a riesgo de acortar, por falta de apoyos, la
legislatura.
Obviamente, habrá que esperar un tiempo para poder hacer un juicio
más definitivo, pero parece, tanto por el sello socialdemócrata de
los Presupuestos Generales del Estado, que, aunque presentados por
el PP, el presidente socialista ha decidido hacer suyos, como por el
perfil moderado de la mayor parte de los nuevos ministros, que se
trata de un Gobierno de centro-izquierda bastante homogéneo y, en el
fondo, equiparable a lo que ha sido el Gobierno del irreconocible PP
de Rajoy o incluso lo que podría ser un Gobierno de Ciudadanos. Tal
es el perfil de ministros como Josep Borrell, Fernando Grande
Marlaska, Nadia Calviño e incluso del astronauta Pedro Duque, al
frente respectivamente de Asuntos Exteriores, Interior, Economía y
Ciencias y Tecnología. Y también es el caso de la ministra de
Defensa, Margarita Robles, y del ministro de Agricultura, Luis
Planas.
Es cierto también que, por el contrario, los casos de las ministras
de Hacienda, Justicia y Administraciones Públicas resultan más
preocupantes. Así, la voracidad fiscal de María Jesús Montero podría
incluso superar, desgraciadamente, a la de su antecesor en el cargo,
Cristóbal Montoro. En cuanto a Meritxell Batet, se trata de una
nacionalista del PSC que bien podría reiniciar una nauseabunda
política de acercamiento a los golpistas catalanes como la que
emprendió Soraya Sáenz de Santamaría con su operación Diálogo.
Especialmente alarmante es el nombramiento de Dolores Delgado en
Justicia, amiga íntima del juez inhabilitado Baltasar Garzón que
estuvo en la célebre y siniestra cacería con el entonces ministro
Bermejo. Es difícil encontrar un perfil más inquietante para una
cartera tan sensible.
El tiempo lo habrá de confirmar, pero en principio lo que se
vislumbra es un Gobierno socialdemócrata no rendido, de momento,
pero sí irresponsablemente condescendiente con el nacionalismo, como
el que, mucho más desgraciadamente, hemos tenido bajo la siglas del
desnortado PP de Rajoy; un PP que hace tiempo que dejó de ser
referente para una derecha liberal que continúa huérfana.
Conviene recordar que el PSOE sólo tiene 84 diputados, y habrá que
ver cómo digieren sus socios en la moción de censura el nombramiento
de ministros como Borrell, Marlaska o Calviño, que defienden
planteamientos mucho más cercanos a Ciudadanos y al PP que a la
extrema izquierda. Todo indica que Sánchez está pensando ya en las
próximas elecciones y que intenta contrarrestar el auge de
Ciudadanos en las encuestas. El suyo es un Ejecutivo, en definitiva,
muy efectista, sin capacidad de gobernar y que supone más el inicio
de una larguísima campaña electoral que de un periodo de Gobierno.
Bruselas advierte a Sánchez que tiene que
recortar urgentemente 15.000 millones para 2019
Carlos Cuesta okdiario 7 Junio 2018
Bruselas da el primer aviso al nuevo Gobierno de Pedro Sánchez: en
2019 deberá recortar 15.000 millones. Y el primer asalto de ese
recorte deberá verse ya –en menos de un mes–, puesto que se tendrán
que ver lo mimbres en la aprobación de la ley de techo de gasto. Una
norma que se deberá negociar con los actuales apoyos del Ejecutivo
de Pedro Sánchez: Podemos, ERC, PDeCAT e incluso EH Bildu. En caso
contrario, Sánchez deberá negociar esa norma con PP o Ciudadanos,
algo que, a buen seguro, generaría el primer enfrentamiento entre el
bloque que permitió sacar adelante la moción de censura contra
Rajoy.
Bruselas considera que España no cumplirá con los objetivos de
déficit pactados con la UE. Que el déficit llegará al 2,7% frente al
2,2% del PIB fijado para este año. Traducido: que el Gobierno
español deberá realizar un ajuste adicional cercano a los 6.000
millones de euros. Pero es sólo el aperitivo.
Y es que para 2019 Bruselas prevé más déficit y, por lo tanto, más
necesidad de recortes adicionales. En concreto, similares al 0,65%
del PIB, más de 7.000 millones de euros. Es decir, que en total,
España tiene que preparase para un recorte adicional de casi 15.000
millones de euros hasta el cierre de 2019.
Esa es la razón, de hecho, de que la Comisión Europea haya mantenido
a España una vez más bajo el procedimiento de vigilancia denominado
como protocolo de déficit excesivo. De hecho, es el único país de
las grandes economías que se mantiene bajo este sistema de control.
No se trata de exigencias nuevas. Pero los cauces extraoficiales de
comunicación de la Comisión Europea han preferido recordar al nuevo
Ejecutivo que el nuevo Gobierno, por muy reciente que sea
conformación, tendrá que cumplir con esas exigencias. Y tendrá que
empezar a hacerlo ya porque la ley de techo de gasto tiene que ser
negociada con urgencia. Y negociada nada menos que con Podemos y los
separatistas.
Bruselas no dirá a España cómo debe realizar el ajuste. Es decir,
que si el Gobierno de Pedro Sánchez quiere hacer el ajuste por medio
de subidas de impuestos podrá hacerlo. Y si prefiere aplicar
recortes sobre las principales partidas de gasto –pensiones,
salarios, prestaciones sociales, parados, Sanidad o Educación–
también. Pero el camino será obvio: subida de impuestos.
Y es que las nuevas carteras de Trabajo y Hacienda ya han destacado
que la prioridad es el gasto social, aunque ello suponga un aumento
de la carga tributaria sobre los españoles. De hecho, el plan
preparado por Manuel Escudero para Pedro Sánchez antes de la moción
de censura recogía sin miramientos una subida de impuestos a lo
largo de una legislatura de 30.000 millones de euros, precisamente,
para poder asumir una escalada del gasto público.
El Señor de las Bestias y los nazis
José García Domínguez Libertad Digital 7 Junio 2018
Entre los nazis de antes y los catalanistas de ahora cabe constatar
parentescos espirituales que, por muy vergonzantes que resulten, se
antojan incuestionables.
Quim Torra, el Señor de las Bestias, anda estos días amenazando con
querellas ante la Justicia (española) a quienes insistan en
equiparar su pensamiento profundo con el de los nazis de antes. Y yo
estoy de acuerdo en eso con el Señor de las Bestias, aunque solo
fuera porque comparar a Torra con los nazis de antes es injusto con
ellos. A fin de cuentas, a los nazis de antes nunca se les hubiera
pasado por la cabeza redactar algo parecido a ese célebre manifiesto
Koiné que apadrinó entusiasmada la actual consejera de Cultura de la
Generalitat. Y es que a los nazis de antes les resultaba indiferente
el idioma en el que hablaran o dejaran de hablar las criaturas de
las razas inferiores sometidas a su dominio soberano. Por eso los
nazis de antes nunca intentaron normalizar ni someter a inmersión a
nadie dentro de las fronteras de su vasto imperio oriental. No, los
nazis de antes nunca hubieran suscrito un documento donde pudiera
leerse que urge denunciar la profunda anormalidad que significa que
en Cataluña (y en todos los demás países [sic] de lengua catalana)
la realidad lingüística normal en un país con inmigración aparezca
en cierta medida trastocada: la lengua de la inmigración (pero solo
la española) adopta a todos los efectos el rol de lengua por
defecto, de lengua del país, de lengua nacional, y contrariamente,
la lengua del país va deviniendo privativa de una comunidad cerrada,
que se va reduciendo y acabará desapareciendo, como suele pasar con
las lenguas de inmigración.
De lo cual no cabe precipitarse a inferir, sin embargo, que entre
los nazis de antes y el Señor de las Bestias existe una
discontinuidad absoluta en el plano digamos ontológico. Bien al
contrario, entre los nazis de antes y los catalanistas de ahora cabe
constatar parentescos espirituales que, por muy vergonzantes que
resulten, se antojan incuestionables. Pues incuestionable es que, a
imagen y semejanza de los nazis de antaño, los catalanistas de
hogaño tampoco admiten que el solo hecho de haber nacido en un
territorio y pertenecer a una comunidad lingüística local abra las
puertas a poder ser considerado miembro de pleno derecho de una
polis. Así, de nada les sirvió en su día a los judíos alemanes el
ser todos ellos germanoparlantes. Como es universalmente sabido, no
por haber nacido en Alemania y hablar alemán se les iba a considerar
ni mucho menos alemanes.
De idéntico modo, los catalanistas de ahora que tienen por último
guía y mentor al Señor de las Bestias tampoco consienten que alguien
como por ejemplo el leridano Josep Borrell pueda vindicar el derecho
a ser tenido por catalán. Para nada. De él, de Borrell, recuérdese,
sentenció Jordi Pujol en su día que únicamente es una persona nacida
en Cataluña. Solo una persona nacida en Cataluña. Apenas una persona
nacida en Cataluña. O sea, Borrell es un no catalán nacido en
Cataluña. Lo dijo el Gran Ladrón y nadie le replicó. Absolutamente
nadie. Todos asintieron. Porque en la comunidad moral catalanista se
antoja normal y pertinente que el jefe de la tribu, ya sea el Gran
Ladrón, el Payés Errante o el Señor de las Bestias, decida quién es
y quién no es catalán. ¿En qué se diferencian, pues, de los nazis de
antes? En el uniforme: el de los otros era más elegante.
El desafío vasco y catalán se agudiza
EDITORIAL El Mundo 7 Junio 2018
Uno de los principales retos a los que se enfrenta el nuevo Gobierno
es hacer frente al recrudecimiento de las pulsiones secesionistas en
el País Vasco y Cataluña. El PNV, tal como se refleja en la
propuesta competencial que ha entregado a los grupos del Parlamento
Vasco, exige la inclusión de la competencia de la Seguridad Social
en el nuevo Estatuto y que las instituciones vascas ejecuten las
materias que están reservadas al Estado. Entre otras el poder
judicial, lo que supone una grave amenaza para el mantenimiento de
la unidad jurisdiccional de España.
Por su parte, el independentismo catalán no esconde que su propósito
estriba en relanzar el procés. Torra aseguró que actuará "conforme
al mandato del 1-O" y confirmó que piensa restituir el Diplocat -el
servicio exterior destinado a difundir la propaganda secesionista- y
el despilfarro de las embajadas. Está claro que las autoridades
catalanas y vascas parecen decididas a abonar el enfrentamiento
institucional con el Estado. En consecuencia, la respuesta a esta
porfía constituirá la piedra de toque de la era Sánchez. El deber
del Gobierno no consiste solo en embridar estos embates, sino en
preservar la cohesión nacional y garantizar el cumplimiento de la
legalidad.
Pedro Duque y el 'procés'
Pablo Planas Libertad Digital 7 Junio 2018
La idea de España ha quedado en manos del PSOE, lo que significa
jugar a la ruleta rusa con un revólver a cuyo tambor sólo le falta
una bala.
Entre los parabienes a don Mariano Rajoy destaca el sentido epitafio
escrito por Pablo Iglesias en el pudridero de Twitter:
Al margen del tono machirulo está palmario que entre el registrador
de la propiedad y el hacendado de Galapagar había buen rollo,
química y conexión. Por otra parte, creer que el respeto de uno
mismo vale algo es cosa de nuevo rico con viejos modales de
prepotente, en la línea chulito poligonero del macho alfa morado.
Está claro. Iglesias se retrata solo. Un descenso a su Twitter da
como para masacrar diecisiete veces a Torra. Por eso mismo el trino
arriba referido es la estaca de madera en el corazón del vampiro.
Sólo unas palabras a favor de Rajoy por parte de Rufián habrían sido
más letales que esa cabeza de ajos contenida en el mensaje del
camarada propietario de un chalé con piscina y mucho más.
¿Qué le sugerirá a don Mariano el elogio funerario de su amigo
Pablo? Lo mismo le mola que a Iglesias le parezca que fue
"inteligente" y "elegante" no aplicar el 155 de verdad y sin
convocatorias electorales suicidas tras el referéndum ilegal en
Cataluña del 9 de noviembre de 2014, el de Mas, aquel "simulacro"
que no se había celebrado, según dijo todo ufano tres días después.
Cierto es que cuando el 1-O del 17 compareció nada más cerrar los
colegios electorales. "Ofrezco diálogo dentro de la ley", dijo.
Rajoy ha gobernado al gusto de los separatistas, mirando para otro
lado, cabeceando sin ton ni son al pairo de las audacias
nacionalistas, presumiendo de actitud con una intervención
administrativa en Cataluña de mano blanda, fofa, mema, pacata y
timorata que se le ha llevado por delante. Cómo habrá sido la cosa
para que el nombramiento de Pepe Borrell en Exteriores haya causado
más espanto que el malgastado artículo constitucional...
La idea de España ha quedado en manos del PSOE, lo que significa
jugar a la ruleta rusa con un revólver a cuyo tambor sólo le falta
una bala. En el Gobierno de las mujeres del hermoso Pedro destacan
dos estrellas. Todo el mundo tiene grandes palabras para Nadia
Calviño, pero brillan con luz propia Borrell y Pedro Duque.
Cabe constatar que el primero fue orador en las dos enormes
manifestaciones a favor de la unidad de España que se llevaron a
cabo en Barcelona en octubre del año pasado. El denominado látigo y
martillo de los separatistas se mostró mohíno cuando el pueblo
solicitó el ingreso en prisión del fugitivo Puigdemont, pero
coincidió en lo sustantivo con Vargas Llosa sobre el carácter
asesino del catalanismo.
En cuanto al sideral fichaje galáctico del dream team de Pedro
Sánchez, el ingeniero aeronáutico Pedro Duque, nuevo titular del
ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, nada consta, ni
en las redes sociales, de su opinión sobre el caso catalán. Es el
segundo español en llegar al espacio. El primero fue Miguel López
Alegría, tres años antes, en 1995. El último Colón, un astronauta.
¿A ver qué piensa del procés?
"El secesionismo ha unido el nacionalismo y
el populismo y ha dado un golpe de diseño"
José Antonio Zarzalejos EC 7 Junio 2018
En estos días de convulsión y de confusión, en los que muchos
ciudadanos siguen sin terminar de introducir la sonda al proceso
soberanista y lo que este golpe al Estado conlleva, es recomendable
aplicarse a algunas lecturas. Hasta el momento, la mayoría de los
ensayos de referencia sobre el proceso separatista en Cataluña
—fueran o no afectos a esa causa— procedían de autores catalanes y
redactados desde una lógica interna catalana. Uno de ellos, el del
ministro de Asuntos Exteriores de Sánchez: el de Josep Borrell,
titulado 'Cuentas y cuentos del independentismo' (editorial
Catarata): un gran texto.
Muy pocas reflexiones, útiles para la dialéctica política y para el
manejo del análisis periodístico, sin embargo, se han producido al
margen del racional catalán, catalanista o anticatalanista. Además
del relato histórico de Jordi Canal ('Con permiso de Kafka', editado
por Península), hay que prestar una especial atención a 'El golpe
posmoderno' (editorial Debate), del filólogo (en hispánica e
inglesa) y periodista Daniel Gascón, director de la revista 'Letras
libres'. Ayer se distribuyó en librerías otro prometedor relato
escrito con ojos extranjeros: el de la corresponsal de 'Le Monde',
Sandrine Morel, titulado 'En el huracán catalán' (editorial
Planeta).
El valor del ensayo de Gascón es que está escrito por un autor de 37
años, desprendido de prejuicios generacionales y poseedor de una
capacidad de observación limpia y sin adherencias. Su lenguaje es
preciso y claro, pero no resulta abrupto ni hostil. Se trata de un
libro con más carácter que temperamento y, por ello, especialmente
útil.
Para Daniel Gascón, “el secesionismo catalán ha unido nacionalismo y
populismo”, afirmación clave para entender el éxito del fenómeno
separatista que lo hace contemporáneo pese a su anacronismo
decimonónico. De ahí que el proceso “haya sido un golpe de diseño”
en el que se ha “evitado la palabra revolución, pero contenía
elementos revolucionarios”. El autor desarrolla al efecto y
extensamente dos ideas igualmente medulares: el independentismo no
es de izquierdas (algo en lo que abunda también el último ensayo de
Jordi Gracia, titulado 'Contra la izquierda', editado por Anagrama)
y, por ello, entre otras razones, “no es del todo convincente” que
se trate de un “fenómeno popular”. Ni izquierdista ni popular:
exacto.
El nacionalismo catalán mutado a separatista ha “disimulado (…) sus
elementos anacrónicos, un poco decimonónicos y rancios, y su
sustrato supremacista [afirmación escrita antes de que Torra fuese
investido presidente de la Generalitat]", y este disimulo de
factores avejentados del fenómeno secesionista hace, según el autor
de este “golpe posmoderno”, que “el independentismo” sea “un
movimiento esencialmente narcisista” (lo que evoca a la tesis de
Adolf Tobeña, que califica lo que ocurre como un “auto
enamoramiento” colectivo de los catalanes soberanistas).
No obstante, Daniel Gascón desenmascara con elegancia “el discreto
encanto del supremacismo” (capítulo 9 del ensayo, cuya lectura es
particularmente instructiva). También tiene un cierto efecto
catártico la alusión a “numerosos expertos e intelectuales” que han
apoyado la opción separatista, “alineándose acríticamente con el
'procés”, mencionando igualmente a los “intelectuales 'finos' del
catalanismo” que “están imbuidos de cierta superioridad moral” y que
aunque “no apoyan la táctica del 'procés”, sí “comparten su relato
del agravio”.
Nuestro autor pone palabras a percepciones muy generalizadas e
inconexas en la conciencia colectiva. Como esta: "Conforme pasa el
tiempo, más inverosímil resulta que unas personas pretendieran
lograr la independencia con menos de la mitad de los votos, y que
todavía sigan empeñadas en ello. Pero también causa perplejidad que
costara tanto tiempo evidenciar este hecho”. Muy cierto.
Pero esa constatación hay que ponerla en relación con lo que Gascón
denomina “la mirada del mundo” sobre el fenómeno secesionista —una
mirada “orientalista”—, en la que “algo tiene que ver la desidia
comunicativa del Gobierno de Mariano Rajoy”, aunque este no sea el
único motivo sino también la visión “perezosa y condescendiente
anglosajona” que el filólogo y periodista explica con ejemplos de
publicistas que, como John Carlin, Jon Lee Anderson o Raphael
Minder, han desmentido con sus tesis el presunto cocimiento que
decían tener de nuestro país, su historia y su tránsito de la
dictadura a la democracia.
Daniel Gascón es constructivo en el remate de sus tesis —habrá que
negociar—, pero antes advierte de que “la realidad es terca” y que,
por tanto, el “simulacro se disuelve en contacto con la realidad”
que no consistió en un choque de trenes sino en “un golpe contra un
muro”, siendo lo más llamativo que “quien quisiera sabía que ese
muro estaba allí”. Debió advertirlo el catalanismo que, para el
autor, es otro de los “damnificados” del proceso porque se ha visto
arrastrado “a una apuesta inviable y excluyente”, y al que le va a
corresponder la “gestión de la frustración”.
Este ensayo está llamado a constituir un referente para la
comprensión del proceso secesionista y para el debate dialéctico en
el que los soberanistas —lo explica también Gascón— se han impuesto
privatizando conceptos y palabras a los que han alterado su sentido
auténtico.
Sabino Arana y el nacionalismo vasco:
venciendo desde el subsuelo
Antonio Escohotado Libertad Digital 7 Junio 2018
Acaba de aparecer 'El patriota Sabino Arana', una biografía breve y
actualizada de J. C. Franco sobre el padre del nacionalismo vasco,
que propugnó "ahogar en un baño de sangre" a españoles y liberales.
Acaba de aparecer El patriota Sabino Arana, una biografía breve y
actualizada de J. C. Franco sobre el padre del nacionalismo vasco,
que murió a los 38 años, en 1903, legando no solo una causa sino una
vida ejemplar en muchos sentidos. Hace pocos días, su principal
vástago –el PNV– demostró hasta qué punto el gobierno de España
puede depender de su voto, y no sobrarán dos palabras sobre don
Sabín, hijo de un terrateniente carlista lo bastante próspero como
para permitir que él viviera siempre de sus rentas agrarias, a
despecho de menguar con la industrialización y el gasto hecho en
favor del independentismo.
Tras empezar en Barcelona varias carreras –de letras y ciencias– sin
terminar ninguna, volvió de allí fascinado por el catolicismo
integrista del cardenal Sardá y Salvany, cuyo El liberalismo es
pecado le acompañaría siempre como libro de cabecera. Entretanto, un
vehemente amor a los vizcaínos le llevó a afirmar que siempre fueron
independientes en función de razones curiosas, porque su falta de
disposición al estudio le llevó a descartar obras de historia
general o local, y tampoco se avino a distinguir entre leyendas y
datos registrados, prefiriendo combinar esos cuatro elementos como
mejor conviniera a la voz interior que le mandaba expresar algo ya
sabido "gracias a Dios".
En 1894, con motivo de celebrar la primera asamblea nacionalista,
Arana propugnó "ahogar en un baño de sangre" a españoles y liberales
De ahí decir que desde el año 800, cuando fue coronado Carlomagno,
Vizcaya fue "una república soberana" hasta 1839, cuando "pasó a ser
provincia española, una parte de la nación más degradada y abyecta
de Europa". Está fuera de duda que durante ese milenio ocurrieron
muchas cosas, y ninguna vagamente parecida a la soberanía alegada;
pero la secuencia real le interesó tanto como al profeta Daniel
distinguir el imaginario israelita del iranio, o al Institut Nova
Historia la filiación de Leonardo, pues "el error histórico es un
factor esencial en la creación de una nación".
Dicha frase forma parte de la conferencia ¿Qué es una nación?,
pronunciada en 1882 por Renan, uno de los grandes historiadores
franceses de todos los tiempos, autor de la más conocida Vida de
Jesús. Disertando en la Sorbona, Renan pensaba en todo menos en las
Vascongadas al hacer su afirmación, aunque acabara resonando por
círculos informados de toda Europa, hasta consolidarse en una
fórmula todavía más contundente e intemporal: "Una nación es cierta
sociedad unida por un error común sobre sus orígenes, asegurado por
el odio común a sus vecinos".
En 1894, con motivo de celebrar la primera asamblea nacionalista –el
Bizcai Buru Batzarrra–, Arana propugnó "ahogar en un baño de sangre"
a españoles y liberales (en especial a estos últimos, "enemigos
jurados de Dios"), y redactó un reglamento digno de cita textual en
algunos pasajes, entre ellos el de que "no se podrán emitir ideas o
frases españolistas o anticatólicas, ni tampoco blasfemias ni cantos
impíos o españoles", y el de que "si un vizcaíno ve gritando y
ahogarse a un maketo en la ría, no le socorra y le conteste en
euskera: Nik eztakit erderaz (‘no entiendo castellano’)". También es
memorable pasar por alto factores orográficos/climáticos, sin los
cuales carece de sentido afirmar que "el bizkaino es laborioso (ved
labradas sus montañas hasta la cumbre); el español, perezoso y vago
(contemplad sus inmensas llanuras desprovistas en absoluto de
vegetación)".
Nunca llegó a hablar y escribir correctamente idioma distinto del
castellano.
Leer números del Bizkaitarra, matriz del superviviente Diario Vasco,
ayuda a comprender la combinación de titanismo y dislate implicada
en poner por escrito una lengua solo oral, cuando acomete la empresa
alguien sin nociones mínimas de lingüística comparada, que nunca
llegó a hablar y escribir correctamente idioma distinto del
castellano. Inventando neologismos a menudo sin apoyo real en el
euskera de su tiempo, sus Lecciones de Ortografía del Euskera
Bizkaino ofrecen soluciones como la desinencia ak para descontaminar
bancos, teléfonos, etcétera, o un destierro de la uve apoyado sin
saberlo en la Academia española, cuando decidió multiplicar las
dificultades ortográficas, y al tiempo empobrecer la fonética
castellana desterrando su diferencia con la be, algo por fortuna no
impuesto aún en Latinoamérica.
Paz en la guerra (1897), una novela de Unamuno, describe precozmente
el aranismo:
Del viejo fondo de la comunión carlista, nutrido de mera lealtad, de
terco apego a una tradición indefinible e indefinida, iniciábase ya
el desprendimiento de sus elementos componentes. De un lado, la
aspiración a una política íntegra y exclusivamente católica; de otro
lado, el regionalismo exclusivista y ciego a toda visión amplia, a
todo lo que del horizonte natural traspase.
Un año después, el rebrote patriótico que sigue a la guerra con los
USA siembra el terror en don Sabín, que tras esconderse algún tiempo
reemerge aliado con el sector vasco antes excluido por "fenicio"
–pues representa a industriales partidarios de la descentralización
económica y administrativa–, logrando un escaño en la diputación de
Bilbao.
ETA retradujo el mensaje de don Sabin como invitación a la guerra
revolucionaria, y el PNV navega desde Arzallus por las procelosas
aguas que llevaron al Pacto de Santoña
A partir de aquí renuncia a la autarquía agraria para defender la
industrialización como nueva prueba de la superioridad racial vasca,
y declara "seamos también nosotros oportunistas […] pues haciéndonos
españolistas convertiremos a los vascos en nacionalistas". El año
previo se casa con una aldeana –Nicolasa Achicallende–a quien conoce
trabajando la tierra con una azada, "no hermosa ni de cara ni de
cuerpo pero humilde, obediente y económica". Poco después anota:
"Son ya 126 los apellidos de mi futura esposa que tengo hallados y
puestos en cuadro sinóptico o árbol genealógico: todos ellos son
euskéricos. Procuraré suprimir el allende". Otro día explicará:
La mujer es vana, es superficial, es egoísta, tiene en sumo grado
todas las debilidades propias de la naturaleza humana: por eso fue
ella la que primeramente cayó. Pero por eso precisamente de ser
inferior al hombre en cabeza y en corazón, por eso el hombre debe
amarla: ¿qué sería de la mujer, si el hombre no la amara? Bestia de
carga, e instrumento de su bestial pasión: nada más.
Muere un año más tarde, teniendo 38 años, confortado por saber que
el PNV ha obtenido cinco concejalías en Bilbao. Tres décadas
después, a comienzos de la guerra civil, los obispos de Vitoria y
Pamplona reclaman lealtad a su memoria y ordenan al partido "no
oponerse a un movimiento que defiende a la religión". Bastantes
peneuvistas bilbaínos han defendido iglesias y conventos desde mayo,
cuando arrecian los incendios y violaciones, y el informal Pacto de
Santoña acuerda que el ejército nacionalista simule una derrota
militar a cambio del perdón para tropas y dirigentes.
Franco solo lo cumplirá a medias, y el retorno al "baño de sangre"
–con el cual Arana explicó la pervivencia de la "república soberana"
establecida a su juicio desde los orígenes hasta 1839– se anuncia
con el Vasconia (1963) del iluminado Federico Krutwig, un bilbaíno
de padre alemán, que tras traducir al euskera el Libro rojo de Mao
descubrió la identidad de guanches y vascones, y murió siendo
miembro de la Real Academia de la Lengua Vasca. ETA retradujo el
mensaje de don Sabin como invitación a la guerra revolucionaria, y
el PNV navega desde Arzallus por las procelosas aguas que llevaron
al Pacto de Santoña. Ahora, una vez más, su minúscula fracción
inclina la balanza del interés general hacia una alternativa
concreta, coincidente en todo con sus intereses particulares. Pero
solo ahora esos intereses son descaradamente contrarios a que en su
país, y en el de todos los españoles, la opinión pública sea
consultada.
Arana y el cardenal Sardá le saludan desde la tumba, complacidos por
su contribución a la causa de seguir pensando que el liberalismo es
pecado.
¿Está nuestro Estado constitucional en coma
terminal?
Ernesto Ladrón de Guevara latribunadelpaisvasco.com 7 Junio
2018
A cualquier observador mínimamente informado y con cierta
perspicacia, no mucha, no le puede pasar desapercibida la actual
situación de decadencia de las libertades, de desmoronamiento de la
superestructura jurídica que ahorma el Estado constitucional, el
control abusivo del tercer poder por parte de los partidos
políticos, bien en potencia o en acto, la degradación de la
democracia en su sentido formal, el desprecio a los derechos
individuales, el intervencionismo abusivo de todas y cada una de las
administraciones públicas en la vida privada de las gentes y en sus
condiciones de vida, las ingenierías sociales puestas en acción para
cambiar el sistema de valores, la estructura mental cognitiva de los
individuos que son absorbidos por las masas como agujero negro
cósmico que succiona toda materia a su alrededor, etc, etc.
La Constitución del 78 tuvo graves errores y muchos elementos
necesarios para preservar el orden social, las libertades públicas,
la vertebración política tras años de dictadura, y la puesta en
marcha de una democracia con muchas debilidades, pero que permitía
la reconciliación entre españoles tras una guerra fraticida y una
dictadura nacida del bando vencedor. Ello fue la base para crear las
condiciones que permitieran a generaciones venideras que no vivieron
la guerra, la posguerra ni la dictadura, una vida en paz y con unas
reglas de juego.
Los socialistas fueron parte fundamental para lograr ese marco de
convivencia en un contexto especialmente difícil que podría haber
derivado de otra manera en un tránsito traumático hacia un sistema
de pluralismo político, articulado a través de partidos políticos.
Todo se rompió con la llegada al poder de un personaje nefasto
llamado José Luis Rodríguez Zapatero, que rompió esas reglas de
juego resucitando el rencor mediante una Memoria histórica que
pretendía resucitar a los muertos y devolver el espíritu criminal de
la contienda a las mentes de las gentes, sobre todo a los que no
tuvieron ni remotamente conocimiento de lo acontecido en la fase
final de la II República y en la propia España en guerra.
Desde entonces España es un volcán en el que laten las tendencias
centrífugas, la insolidaridad territorial y una visión del Estado
constitucional próximo al Estado fallido, a la falta de una
superestructura territorial que ponga pegamento a sus partes y las
dote de unidad en un destino común.
Desde entonces, si no antes, los derechos individuales han sido
masacrados en virtud de enfoques feudales de la visión territorial,
en los que tienen fundamento y valor los dialectos no castellanos
derivados del latín, salvo una lengua residuo del iberismo que es el
euskera, de origen bereber según algunos especialistas; con absoluto
desprecio a la lengua común de los españoles. Y para hacer a esas
lenguas hegemónicas en sus respectivos territorios, sacando del mapa
institucional a la lengua de todos los españoles, no hay respeto ni
consideración a la lengua materna de la mayoría de los escolares, a
los derechos de los padres a elegir el tipo de educación que desean
para sus hijos ni a las circunstancias o necesidades de grandes
grupos de población escolar que requieren por su derecho a la
educación que no se les incluya en modelos de inmersión.
De igual manera, se han perseguido y se persiguen en ciertos ámbitos
territoriales a quienes se atreven a cuestionar las políticas
lingüísticas o simplemente exigir que se tome en cuenta a una parte
-por otro lado mayoritaria- de la población que piensa de otra forma
que la de los grupos de poder que han ocupado al asalto las
instituciones; lográndolo mediante políticas de exclusión, de
señalamiento, de marginación o de, incluso, persecución más o menos
sutil.
Determinados movimientos nacionalistas -que no partidos, que son
otra cosa- han hecho de la administración pública, de la selección
de personal funcionario y del entramado de sociedades económicas y
empresariales que crecen a la sombra de las instituciones, una “cosa
nostra” que se acerca a una visión mafiosa de la administración de
los bienes públicos. Y la corrupción que se desarrolla en ese
cultivo fétido del ejercicio faccioso del poder acaba siendo impune,
e, incluso no sale a la luz, pues es ocultada por los gobiernos de
España y sus instrumentos de fiscalización por si necesitan de su
apoyo parlamentario para sacar adelante o leyes -como la de
Presupuestos- o mayorías que permitan investiduras -lo acabamos de
ver estos días y en fechas nada distantes-. Aún recuerdo lo que se
me decía en un partido que abandoné hastiado por la falta del
sentido de la importancia de las cosas, que “el PNV es socio
preferencial” para formar mayorías que lleven a la Moncloa. Y de
esto hace ya casi 20 años, y suma y sigue.
La Educación, como servicio público, se ha degradado hasta límites
impensables, sin que nadie se proponga poner remedio eficaz y
corregir las enormes fallas en su funcionamiento. Y esto no es una
opinión, es una constatación a la luz de los informes de evaluación
de la OCDE de nuestro sistema educativo.
La Sanidad, en las comunidades autónomas, está siendo objeto de
control ideológico y de filtro, con actuaciones nepotistas y
supuestos fraudes en las oposiciones, cuando no con filtros
lingüísticos que priman la obediencia al sistema político al
servicio público esencial y a su calidad, sin que nadie ponga en
vereda este tipo de actuaciones en el ámbito judicial, quedando
también impunes.
Se construyen cientos de kilómetros de trenes de alta velocidad y
estructuras de comunicación que además de ineficientes son caras y
que están esquilmando en medio natural y extendiendo la mancha de
redes cuyo único objeto es la utilización de la inversión pública
para supuestos cobros de comisiones por adjudicaciones ilegítimas.
De esto hay ya abundantes sentencias que lo demuestran, pero mucho
me temo que se sigue haciendo, pues los controles brillan por su
ausencia y la corrupción no para. No puede parar así pues resulta
rentable para quienes practican estas formas de delito. Esto afecta
al conjunto de los partidos que han tocado poder, con el desmadre
del gasto público, el déficit de las cuentas desbordado, la deuda
disparada y la sensación de que cualquier día nos quedamos en paños
menores con algún tipo de corralito, pues esta dinámica es
insostenible en el tiempo. España es el país con más
infraestructuras innecesarias de todo Europa y del mundo occidental.
No hay más que viajar a EE.UU -que no se caracteriza por ser un
lugar deprimido económicamente- para comprobar que tienen una
proporción exageradamente inferior de infraestructuras de
comunicación en relación a la superficie territorial y a la
población en relación a España. Contrariamente a lo que se dice, la
cantidad de infraestructuras no es signo de progreso, sino indicio
de que se echa la mano a la cartera, porque según piensan algunos de
estos abusadores del poder, “el dinero público no es de nadie”.
Podría extenderme largamente refiriendo más aspectos de esta
degradación. No es necesario. Es más que evidente que España está en
coma. Y o se regenera mediante una reforma constitucional que
devuelva la unidad, y se vaya hacia otro modelo de representación
institucional, y se regenere la forma de ejercer la política
superando la partitocracia dominante con otros tipos de controles
más directos del elector respecto al elegido, y se articulen
fórmulas que permitan la independencia del poder judicial, las
garantías de protección de los derechos y libertades individuales, y
se acaben los cacicatos territoriales restableciendo la unidad
territorial de España, o nos vamos al garete.
He dicho.
El extraordinario caso del Doctor Jekyll y
Mr. Torra
Miquel Giménez. vozpopuli 7 Junio 2018
El President de la Generalitat insiste en dialogar y dialogar para,
a los cinco minutos, lanzarse por la pendiente desatada más
radicalmente separatista. ¿Está por aceptar la ley o no? ¿A quién
pretende engañar, a los separatistas, al Estado, a Puigdemont? La
respuesta: a todos.
Nadie sabe qué piensa el President
A estas alturas, nadie, ni sus más cercanos colaboradores, tiene
idea de hacia dónde se dirige la estrategia de Quim Torra. Es
evidente que está sumido en una serie de gestos simbólicos que no
tienen otra finalidad que satisfacer a su público. Visitar a
Puigdemont en Berlín o al resto de fugados en Bruselas, así como
acudir a las cárceles para ver a los ex miembros del gobierno, no
deja de formar parte del colosal juego de espejos en el que está
inmerso el separatismo catalán.
En ese juego de prestidigitación, Torra tiene muy claro que lo que
debe hacer, antes que nada, es consolidarse como líder, de ahí que
cultive las buenas relaciones con las CUP, tan necesarias para dar
la sensación de que la república catalana no es algo de derechas
exclusivamente. Al President lo respetan los cupaires, y éste lo
sabe. Sabe también que el equilibrio entre el PDECAT y Junts per
Catalunya se romperá a la que acabe de cuajar el proyecto político
que Agustí Colominas, ex dirigente de la fundación convergente
CatDem y asesor tanto de Artur Mas como del fugado en Bruselas, está
organizando: el Partido Nacionalista Catalán. Ahí pretenden llevar a
la ex Convergencia, a gente de Esquerra que no esté por retornar al
Estatut e incluso a cupaires desencantados.
El futuro partido, ya legalizado ante el ministerio del Interior, va
a ser el final de un largo camino, el que iniciara el partido de
Jordi Pujol para esquivar las acusaciones de corrupción montando el
PDECAT, y que ahora pretende cobrar nuevo impulso con esa formación
que intentará emular al Scottish National Party. Colominas y Torra
se entienden muy bien, ya que ambos conocen perfectamente los
diferentes nacionalismos en el Reino Unido. Tanto el escocés como el
galés, amén del tema de Irlanda, en el que Colominas es un experto.
Son conscientes de que el separatismo debe ir en una sola formación
a las elecciones, de ahí su deseo uniformizador y la creación de un
partido único, con todo lo que esto comporta.
Es una maniobra a medio y largo plazo, y como Torra no puede
aparecer ante sus socios de Esquerra anunciando que lo que desea es
que acaben disolviéndose en una formación de corte derechista y con
carácter caudillista, tiene que ir templando gaitas y acallando
suspicacias. Las de los de Oriol Junqueras no son pocas,
ciertamente, pero en Berlín no crean ustedes que no andan con la
mosca detrás de la oreja. Ese Torra que, ora aparece simpático,
agradable, divertido y conciliador, ora se convierte en
intransigente, totalitario y demonizador del adversario, causa no
poca perplejidad entre los suyos. Hoy parece aceptar la posibilidad
de un nuevo Estatuto y mañana dice que o, república, o nada. Y si a
los suyos los mantiene en ese estado dubitativo permanente,
imagínense a los que deben responderle desde Madrid. Nadie entiende
nada. Nadie sabe lo que oculta Torra. Y, sin embargo, no es difícil.
La funesta manía de querer pasar a la historia
Torra desea fervientemente que Cataluña sea independiente de una
España a la que ha calificado de todas las formas peyorativas que
puede uno imaginar. Lo demuestran sus artículos, sus tuits, sus
conferencias. Eso es indudable y, por tanto, toda otra variable le
llevará siempre al mismo lugar de llegada: la república catalana.
Que intente ganar tiempo con una comisión bilateral, con un nuevo
Estatuto, con pactar leyes impugnadas que afectan a cuestiones como
la pobreza energética, no son más que pretextos para ganar tiempo.
Un tiempo que necesita para rearmar al separatismo, poner orden en
sus filas, esperar que se inhabilite a los fugados y encarcelados y
que el frente judicial se despeje. Todo ello con gran profusión de
lo que se quiera: manifestaciones, indignación, lazos amarillos,
protestas, demandas judiciales y la caraba en verso, pero al
separatismo intelectual que representa Torra lo que le interesa
ahora es fundar una nueva organización política que asuma en un solo
puño al PDECAT, Junts per Catalunya, Esquerra, CUP, ANC, Ómnium,
CDR, amén del extenso y complejo entramado de sindicatos y
asociaciones separatistas. Torra lo quiere bajo un mismo manto, al
igual que hiciera Pujolcuando gobernaba. Al final, las decisiones
las tomaba él y solo él.
Torra, Colominas y el grupo de personas que están formando ese
embrión de nuevo partido están intentando evitar los errores del
pasado, las improvisaciones, los excesos de confianza. Tienen claro
que la independencia no va a llegar a medio plazo, de ahí que estén
trazando las vías para posibilitarla cuando llegue el momento
político más oportuno. Solo precisan de tiempo, dinero y una mayor
base social. Por eso Torra alterna sus estados de ánimo, porque
tiene que contentar a muchos frentes de muy diversa condición.
Tiempo. Eso es lo que necesitan. Tiempo que jamás podrían obtener si
no fuese por un 155 que se aplicó tarde y mal o por un PSOE que
parece más inclinado a contemporizar con el separatismo que actuar
en su contra. Que nadie se llame a engaño: si el nombramiento de
Josep Borrell ha provocado oleadas de indignación entre los de la
estelada es por el fenómeno de acción-reacción. Saben que Pedro
Sánchez está más que dispuesto a entenderse con ellos. Busquen en
internet un vídeo en el que el ex juez Santiago Vidal habla de una
reunión mantenida entre él, Sánchez y unos cuantos más y vean como
todo lo que está pasando se tenía más que previsto.
No es raro que Torra sea Jekyll o Hyde, según le convenga. Es el
juego favorito del nacionalismo catalán. El mismo Pujol que se
encaramaba al balcón de la Generalitat para decir que el Estado no
podía darle lecciones de moral aceptaba, al poco, ser español del
año. El mismo Pujol que continúa asistiendo a actos públicos en el
que se le recibe en triunfo – algún día deberemos hablar de a qué
ramas se refería cuando amenazó con sacudir al árbol – y que
mantiene su discreta pero eficaz tutela sobre los que ahora son
protagonistas de la escena política catalana. Un Pujol que amenazaba
y luego sonreía, que chantajeaba para luego hacer profesión de fe en
la constitución.
En argot policial, a eso se le denomina ducha escocesa, es decir,
ahora te arreo un par de soplamocos, ahora viene otro y te dice que
mejor que confieses porque ya ves como se las gasta el bestia de tu
compañero. Que Torra practique esa ducha escocesa en su misma
persona dice mucho acerca de lo poco que se fía de los demás.
Además, la ducha, insistimos, es escocesa, esa Escocia de la que
tanto gusta hablar al separatismo, pero de la que jamás se dice que
tiene muchísimas menos competencias que la comunidad autónoma de
Cataluña.
Ya lo ven, no es tan complicado saber qué piensa Torra y por donde
van a ir las cosas. Lo realmente difícil es adivinar como el Estado
parece no enterarse de nada. Ni antes con Rajoy ni ahora con
Sánchez.
‘SITUACIÓN INSOSTENIBLE’
Mossos por la Constitución, ‘señalados’:
‘Hay lista de buenos y malos’
Sandra Toro gaceta.es 7 Junio 2018
“Ciudadanos a los que se les ha marcado su domicilio por pertenecer
a determinado partido, fiestas populares teñidas de simbología y
discursos que invita a la fractura social”… Desde Mosos por la
Constitución relatan a La Gaceta la realidad que vive Cataluña.
“Superando muchos temores”. Así nació el pasado mes de abril la
Unión de Mossos por la Constitución, colectivo que engloba a
alrededor de 300 agentes de la Policía catalana que a través de
WhatsApp se organizaron para “atreverse a salir de las catacumbas en
las que quieren encerrarnos y normalizar el respeto al Estado de
Derecho”.
En declaraciones a La Gaceta, los miembros de la organización
denuncian haber sido señalados por parte de los mossos partidarios
de la secesión. “Se han creado listados de buenos y malos policías
por el simple hecho de no ocultar la opción política”, revelan.
– ¿Cómo les ha afectado el levantamiento del 155? ¿Son partidarios,
como ha pedido Ciudadanos, de que se vuelva a decretar el 155?
Pues está por ver. Es pronto aún para evaluar las consecuencias del
levantamiento del artículo. Mientras estuvo activado volvió en
cierta medida la estabilidad al cuerpo. Nosotros somos policías, es
lo que sabemos hacer y lo que queremos hacer. Nos debemos a la
Constitución Española y al Estatut d’Autonomía de Catalunya, normas
básicas que en su momento juramos cumplir y hacer cumplir, y tenemos
herramientas para llevarlo a cabo como el Código Penal, la ley de
Enjuiciamiento Criminal, y el resto de leyes de nuestro ordenamiento
jurídico. Cualquier orden superior que suponga una implicación
política por parte de los agentes está fuera de lugar. No nos
corresponde a nosotros opinar sobre la vuelta del 155; es un
artículo más de la Constitución y se ha de aplicar cuando la
situación así lo requiera.
– ¿Los mossos contrarios al separatismo han sufrido acoso por parte
de otros mossos partidarios de la secesión?
Acoso no sería la palabra correcta pero sí señalamiento. Muchos
hemos sido testigos de cómo nuestros nombres, fotografías e incluso
domicilios han corrido por grupos de Whatsapp y redes sociales
afines al separatismo, o se han creado listados de “buenos y “malos”
policías por el simple hecho de no ocultar tu opción política, por
acudir a actos de determinados partidos u opinar abiertamente en
redes sociales. Algunos compañeros incluso han sido apartados de
determinados servicios por tener una opinión diferente, o han sido
expedientados por ejemplo por redactar atestados en castellano. Y ya
ni hablamos de compañeros que han dejado de dirigirse la palabra por
una situación que no han provocado ellos sino nuestros dirigentes
políticos pero que al final indudablemente acaba afectado a la
seguridad de todos los ciudadanos.
– ¿Qué le espera a Cataluña con Quim Torra en la Generalitat?
El Molt Honorable President Joaquim Torra ha sido investido
Presidente de la Generalitat de Catalunya tras unas elecciones
autonómicas legales. Y como Presidente elegido democráticamente en
las urnas esperamos que haga todo lo que esté en su mano para poner
solución a los problemas que afectan a todos los catalanes, en los
diferentes ámbitos, económicos, en sanidad, en educación o en
seguridad. Respecto a la policía solo le pedimos que nos deje hacer
lo que sabemos hacer, trabajar para garantizar los derechos y
libertades de todos los ciudadanos, independientemente de su
condición económica, raza, religión u opción política.
– ¿Y que le espera a Cataluña con Pedro Sánchez en La Moncloa?
Pedro Sánchez siempre ha defendido la Carta Magna con norma suprema
de todos los españoles, como no puede ser de otra manera. Por
nuestra parte estamos a la espera de saber a quién designará como
Delegado de Gobierno en Cataluña para solicitarle un encuentro y
poder exponerle personalmente todas nuestras inquietudes. Que haya
una buena comunicación entre nuestra asociación, que representa a
miles de servidores públicos, y el Gobierno de la Nación repercutirá
indiscutiblemente en la seguridad, libertad y tranquilidad de los
ciudadanos.
– Miquel Buch, consejero de Interior; Joan Andreu Martínez,
directivo de TV3, previsible nuevo director de los mossos. ¿Les dan
miedo los nuevos nombramientos en la Consejería de Interior? ¿Creen
que la nueva cúpula seguirá la línea golpista de la anterior?
La mayoría de agentes del cuerpo de Mossos d’Esquadra hemos conocido
a decenas de altos cargos al mando de la Consejería de Interior.
Muchos han sido los consejeros y directores de ideologías diversas
que han pasado por los diferentes departamentos. Nuestro objetivo es
bien claro, dar protección y seguridad a los ciudadanos de nuestra
comunidad, usando las herramientas que la ley nos proporciona. La
ley es el escudo que nos ampara para poder trabajar con plena
libertad, independientemente de la persona que esté al cargo de la
consejería. Y no quepa la menor duda que ante cualquier injerencia
política la asociación UMC estará siempre al tanto de defender y
proteger la libertad de nuestros agentes. Sobre la línea política
que seguirá el nuevo Gobierno de la Generalitat no nos corresponde a
nosotros opinar al respecto.
– ¿Qué le dirían a los que dicen que no hay fractura social en
Cataluña?
Que salgan a la calle y abran los ojos. El conflicto está en todos
los ámbitos y a todas horas. El independentismo ha existido siempre,
pero nunca ha importado si nuestro compañero de trabajo era
independentista o no. Matrimonios que se separan, familiares que se
dejan de hablar o discusiones a diario en la calle por determinada
simbología que invade zonas comunes de todos los vecinos. Ciudadanos
a los que se les ha marcado su domicilio por pertenecer a
determinado partido, fiestas populares teñidas de simbología y
discursos que invita a la fractura social. Nuestros representantes
políticos no pueden permitir que esta situación insostenible se
alargue mucho más en el tiempo porque nos estamos haciendo mucho
daño.
TRAS EL CAMBIO DE GOBIERNO
Sociedad Civil abre la puerta a negociar
con los separatistas de ANC y Òmnium
La Gaceta 7 Junio 2018
“Y si Torra no tiene la valentía de hablar con sus ciudadanos se
está retratando, conteste o no conteste está comunicando” ha
precisado.
El presidente de Sociedad Civil Catalana (SCC), José Rosiñol, ha
pedido hoy una reunión pública con Òmnium Cultural y ANC para “bajar
la tensión social” y para demostrar que la entidad que preside no
niega a ningún independentista que defienda su programa “pero
siempre dentro de la ley”.
En un acto informativo organizado por Nueva Economía Fórum, Rosiñol
también ha dicho que el presidente de la Generalitat, Quim Torra,
está “dando largas” a su petición para tener un encuentro si bien ha
subrayado que “dar largas es comunicar”.
“Y si Torra no tiene la valentía de hablar con sus ciudadanos se
está retratando, conteste o no conteste está comunicando” ha
precisado.
Sobre la reunión con ANC y Òmnium Cultural, ha precisado que mañana
saldrá la carta en la que Sociedad Civil Catalana solicita el
encuentro y ha añadido que de ese evento espera una “foto de
cordialidad”.
En su intervención, Rosiñol también ha considerado que hay “una
oportunidad” para acabar con el desafío catalán y ha planteado que
el reto independentista se podría dar por terminado en las dos
próximas dos generaciones.
“Este no es un problema político, es un problema absolutamente
sociológico que se debe contemplar a medio y largo plazo y que viene
derivado de un programa de ingeniería social puesto en marcha por
Jordi Pujol” ha remarcado.
Respecto al nuevo Gobierno de Pedro Sánchez, Rosiñol se ha referido
en concreto al nombramiento de José Borrell como ministro de
Exteriores y ha dicho que está “muy contento”.
En este sentido, ha valorado que Borrell haya sido una figura
“clave” para visualizar que Sociedad Civil Catalana es una entidad
transversal.
A juicio de Rosiñol, el hecho de que Borrell sea ministro de
Exteriores es “un favor fantástico a España y a la democracia
española”.
Rosiñol ha subrayado que el Gobierno de la nación siempre será “el
que nos representa a todos, sea del PP, del PSOE o de Ciudadanos” y
aquí ha felicitado al presidente Pedro Sánchez, de quien ha
asegurado tiene un “compromiso total” con los planteamientos de
Sociedad Civil Catalana.
La portavoz de Gobierno de Sánchez: “Euskal
Herria existe, es un territorio común”
Luz Sela okdiario 7 Junio 2018
La nueva ministra de Educación, Isabel Celáa, defendió, al asumir la
consejería de Educación en el Gobierno de Patxi López en el País
Vasco (2009), mantener el polémico término ‘Euskal Herria’-heredado
de los nacionalistas- en el curriculum educativo. Celáa justificó su
intención de no eliminarlo-pese a la firme oposición del Ejecutivo
de Navarra- “por la sencilla razón de que Euskal Herria existe, es
el país del euskera y es un territorio de cultura y lengua común que
compartimos los vascos”.
“Euskal Herria es un territorio donde se conjugan siete territorios
distintos (entre los que se encuentran País Vasco, Navarra y tres
provincias francesas) y, por tanto, aparecerá una y otra vez en el
currículum vasco”, añadió.
No obstante, la acepción precisó que ‘Euskal Herria’ no se definía
como
“entidad jurídico-administrativa”, como hasta entonces aparecía en
el currículo. Celáa derribó el modelo educativo que imponía la
prioridad del euskera en la enseñanza, pero equiparándola en
relevancia al español.
El término, que ha condicionado las relaciones entre País Vasco y
Navarra, ha sido históricamente utilizado por el nacionalismo vasco
en su objetivo de autodeterminación y también ha formado parte del
acervo habitual de la banda terrorista ETA, que justificaba su
actividad para “liberar” este territorio.
La decisión de la política socialista irritó a la Administración
navarra, entonces en manos de Miguel Sanz (UPN), y que ya había
recurrido su utilización en tiempos del lehendakari Juan José
Ibarretxe. El Gobierno de Sanz mantuvo el recurso al considerar que
el anuncio suponía una “falta de respeto” hacia la comunidad, y se
advirtió además a Celáa de que no se harían “cesiones” en la
“defensa de la identidad de Navarra”. Desde el PP se reprochó al PSE
que insistiese con un término “viciado” e “imposible” de separar de
sus connotaciones políticas.
En 2010, el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) dio
la razón al recurso del Gobierno foral y determinó que esta
comunidad no podría aparecer dentro del ‘ámbito de Euskal Herria’ en
el curriculum vasco de Educación.
Según el juez, con su utilización “se menoscaba el reconocimiento de
la identidad propia de la Comunidad Foral de Navarra, diferenciada
de la Comunidad Autónoma del País Vasco, y por supuesto, de los
territorios franceses”.
Celáa ocupó el cargo de consejera de Educación, Universidades e
Investigación en el País Vasco entre 2009 y 2012. Durante su
mandato, rechazó la enseñanza prioritaria del euskera sobre el
español, como venía sucediendo con el anterior Gobierno
nacionalista.
Sin embargo, en la práctica, siguió dando impulso a la enseñanza del
euskera por encima del castellano, con un sistema de trilingüismo
que solo fijaba un mínimo de horas lectivas del 20 por ciento en
castellano, euskera e inglés, y que dejaba a los centros la libertad
de elegir el modelo y la distribución del 40 por ciento de las horas
restantes.
Celáa defendía entonces la “atención preferente” a la lengua vasca
para que su conocimiento estuviese “garantizado”.
7 DE JUNIO DE 1968
Pardines, medio siglo del día en que ETA
decidió matar
La Gaceta 7 Junio 2018
El guardia civil José Antonio Pardines Arcay, gallego de Malpica de
Bergantiños (La Coruña), de 25 años, regulaba el tráfico en Aduna
(Guipúzcoa) cuando un fatal cruce de destinos acabó con su cuerpo
con cinco disparos en el suelo, en medio de un charco de sangre, la
primera que la banda terrorista de ultraizquierda ETA derramó en el
País Vasco.
Este primer asesinato de ETA sucedió el 7 de junio de 1968, hace
ahora medio siglo, y significó el inicio de una trayectoria
terrorista que se ha prolongado durante casi cinco décadas y ha
dejado 853 víctimas mortales hasta su disolución definitiva este
mismo año.
Aquel mismo día murió también, abatido por la Guardia Civil, el
asesino de Pardines, el dirigente etarra Txabi Etxebarrieta, a quien
la izquierda abertzale convirtió en un mártir y un mito y al que,
aún hoy, 50 años después, sigue tributando reconocimientos y
homenajes con la connivencia de las instituciones.
El nombre de Pardines, mientras, pasó al olvido, como demuestra una
encuesta llevada a cabo el año pasado por el Euskobarómetro vasco,
que preguntó por la identidad de la primera víctima mortal de ETA,
cuestión que únicamente supo responder correctamente el 1,2% de los
encuestados.
Para recuperar su memoria, el Centro Memorial de las Víctimas del
Terrorismo ha editado este año un libro sobre el asesinato del
guardia civil, titulado “Pardines, cuando ETA empezó a matar”,
coordinado por el profesor Gaizka Fernández Soldevilla y por el
periodista y director del centro Florencio Domínguez.
Este monográfico, además de rescatar la memoria de Pardines, escruta
la causa judicial del asesinato, hallada en Galicia cuando se creía
ya extraviada y desmonta algunos de los mitos establecidos en el
País Vasco, a fuerza de ser repetidos por la izquierda abertzale.
Pardines, adscrito a la unidad de tráfico de la Guardia Civil, a la
que pidió incorporarse por su afición a las motos, regulaba la
circulación en una carretera local de Aduna cuando dio el alto a un
Seat 850 cupé con matrícula de Zaragoza en el que, para su
desgracia, viajaban Txabi Etxebarrieta y otro miembro de ETA, Iñaki
Sarasketa, ambos armados.
El guardia siguió al vehículo con su motocicleta y lo hizo parar a
la altura del kilómetro 446,5, tras lo que pidió al conductor
(Etxebarrieta) el permiso de circulación, que cotejó con el número
de bastidor del coche y, tras poner objeciones porque no coincidía,
fue asesinado sin que llegara a tocar su arma, a diferencia de la
versión que difundió la propia banda.
“El relato creado por ETA en 1968 es el de un duelo del salvaje
oeste, en el que Pardines había parado el coche y había echado mano
a su pistola para atacar a los dos etarras, pero ellos fueron más
rápidos”, destaca Fernández Soldevilla, quien añade que, de esta
manera, el nacionalismo radical “convirtió al asesino en víctima y a
la víctima en agresor”.
“Le dieron la vuelta a los hechos, tergiversándolos y de esa manera
intentan justificar todos los atentados que han llegado después”,
resalta el historiador.
Además de la sentencia sobre los hechos, el propio Iñaki Sarasketa,
único testigo de los hechos que sobrevivió a aquel 7 de junio,
refutó esta versión en varias entrevistas, en las que aseguró que
Etxebarrieta disparó contra el guardia cuando este, de cuclillas y
dando la espalda a los etarras, hizo ver que la documentación no
coincidía con el coche.
Sarasketa, fallecido el año pasado, aseguró también que sólo disparó
Etxebarrieta y que él sugirió desarmar al guardia y huir. Otro dato
que no había sido refutado pero que el expediente policial y el
análisis balístico ponen en duda, ya que las cinco balas que
acabaron con la vida de Pardines correspondían a dos pistolas
diferentes.
ETA no había planeado matar a Pardines, pero sí había adoptado la
decisión histórica de comenzar a asesinar. En concreto lo hizo
apenas cinco días antes del asesinato de Pardines, en una reunión de
su dirección en Ondarroa (Vizcaya), donde eligió a sus dos primeros
objetivos: los jefes de la Brigada de Investigación Social de
Vizcaya, José María Junquera, y de Guipúzcoa, Melitón Manzanas, al
que la organización mató dos meses después.
Cuando se toparon con Pardines “ya habían decidido matar” y disparar
sobre el guardia de tráfico “fue una decisión de los etarras, de
Txabi Etxebarrieta, que era un jefe de la banda”, subraya Fernández
de Soldevilla.
Aquel 7 de junio de 1968 apenas se sabía nada de ETA y la Guardia
Civil, que abatió a Etxebarrieta horas después en un enfrentamiento
en Benta Haundi, a las afueras de Tolosa, no conocía su identidad ni
relacionaba todavía el asesinato de Pardines con la organización
terrorista. Lo hizo al día siguiente, cuando fue detenido Sarasketa
en la localidad de Régil.
La memoria de Etxebarrieta la cultiva una asociación civil creada en
Bilbao, su localidad natal, que ha organizado esta semana actos de
recuerdo al asesino etarra.
“Es un ejemplo claro del peligro que corremos en el País Vasco. ETA
ya no mata, ha desaparecido, pero por debajo de esta normalidad
sigue un discurso de odio y sigue la tergiversación del pasado y el
hecho de que se esté glorificando después de 50 años a un asesino
indica que todavía tenemos un problema grave”, lamenta Fernández de
Soldevilla.
POR NO CUMPLIR LA ORDEN JUDICIAL
Vox se querella contra el jefe de los
Mossos y otros mandos por el 1-O
La Gaceta 7 Junio 2018
La querella acusa a los mandos de la Policía catalana de los delitos
de rebelión, sedición, desobediencia y denegación de auxilio.
Vox ha interpuesto este una querella en los juzgados de Cornellà
(Barcelona) contra del jefe de los Mossos de Esquadra, Ferran López,
y otros mandos de la Policía autonómica, al considerar que no
cumplieron con la orden judicial de impedir la celebración del
referéndum del 1-O.
Según ha informado este miércoles el partido liderado por Santiago
Abascal, la querella se dirige contra López, que sustituyó al mayor
Josep Lluis Trapero -imputado por sedición por la Audiencia
Nacional- tras su destitución al frente de los Mossos de Esquadra en
octubre pasado, así como contra los comisarios de la jefatura Emili
Quevedo y Joan Carles Molinero.
La querella acusa a los mandos de la Policía catalana de los delitos
de rebelión, sedición, desobediencia y denegación de auxilio, al
considerar que no ejecutaron las órdenes enviadas por parte del juez
de instrucción que estaba de guardia en Cornellà.
EN EL INFORMATIVO
El escalofriante testimonio de uno de los
ciudadanos agredidos en Mataró
La Gaceta 7 Junio 2018
Carlos también ha afirmado que uno de los agentes le dijo que era
independentista y “que es lo que había”.
El informativo de Intereconomía se ha puesto en contacto con Carlos,
uno de los agredidos en la manifestación por la unidad de España que
se celebró el pasado sábado en Mataró.
Este hombre ha asegurado segura que él y su mujer fueron brutalmente
agredidos por los Mossos. “Nos arrastraron por el suelo. Nos tiraron
piedras”, ha aseverado.
Carlos también ha afirmado que uno de los agentes le dijo que era
independentista y “que es lo que había”.
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