España, hacia el fondo
Alejo Vidal-Quadras. vozpopuli 20 Diciembre 2020
Nuestro Gobierno, desde que tomó posesión, está empeñado en mudarnos
a estratos cada vez más bajos en la comunidad internacional
De forma sorpresiva, sin que aparentemente ni nuestros servicios de
inteligencia ni nuestra embajada en Washington tuvieran la más
mínima sospecha, los Estados Unidos -los Estados Unidos, no Trump,
porque Biden no hará marcha atrás en esta decisión estratégica- han
reconocido la soberanía marroquí sobre el Sahara Occidental,
mostrando un ostensible desprecio por la que es todavía potencia
administradora y por reiteradas resoluciones de la ONU. A cambio,
Marruecos restablecerá relaciones diplomáticas plenas con Israel.
Nuestra inefable ministra de Asuntos Exteriores, este ser
evanescente a medio camino entre funcionaria de ventanilla y monja
seglar, interrogada sobre el asunto durante una visita precisamente
a Israel y Palestina, declaró con patética sinceridad: “Nos ha
pillado por sorpresa”. Hay muchas formas de hacer el ridículo, pero
González Laya las borda todas.
En paralelo a su fortalecimiento en el plano internacional, nuestro
vecino meridional no cesa en sus movimientos de acoso a España. Si
en el espacio de unas cuantas semanas llegan a Canarias decenas de
miles de marroquíes en pateras acercadas a nuestras costas por
buques nodriza fletados por mafias de tráfico de personas y son casi
todos hombres, jóvenes, robustos, saludables, con teléfono móvil,
dinero y algunos luciendo tatuajes de unidades militares alauitas,
el mero pensamiento de que son inmigrantes en busca de asilo provoca
hilaridad. Se trata de una invasión por ocupación perfectamente
planificada y ejecutada. La respuesta del brillante equipo formado
por Marlaska, Escrivá, Robles y de nuevo la carismática González
Laya, ha sido alojarles en hoteles vacíos por el covid, construirles
un campamento, darles una paga para sus gastos y trasladarlos
clandestinamente a la península en vuelos comerciales sin avisar a
las comunidades afectadas ni a la Policía. Toda una muestra de
firmeza y coraje ante una agresión flagrante.
No queda aquí la cosa. Ante el ahogo económico que Marruecos aplica
a Ceuta y Melilla suprimiendo el comercio transfronterizo por valor
de miles de millones de euros la reacción del Gobierno español ha
consistido en una mezcla de lloriqueo ante unas autoridades
marroquíes que se ríen en su cara y la pasividad resignada. Como
colofón, Marruecos ha ampliado sus aguas territoriales, 200 millas
la Zona Económica Exclusiva y 300 millas la plataforma continental,
solapándose con las nuestras y abarcando áreas con valiosos recursos
minerales y energéticos. La cláusula de que la delimitación
definitiva se hará mediante una negociación con España demuestra que
al Rey Mohammed VI le encanta acompañar sus afrentas de finos rasgos
de humor magrebí.
Lengua y vagancia
Pasemos a otro asunto: frente a un ingente esfuerzo en educación de
determinados países asiáticos, en especial China, donde la búsqueda
de la excelencia y el reconocimiento del mérito en el estudio
alcanzan proporciones espectaculares y de los excelentes sistemas de
enseñanza de algunos EEMM septentrionales de la UE, en España una
mayoría iletrada del Congreso ha aprobado una ley en la que se
tritura la calidad, se fomenta la vagancia, se relaja el control y
se destruye la escalera social, con el original aditamento de
eliminar la lengua española, utilizada en el mundo por quinientos
millones de hablantes nativos, como vehicular en las aulas de seis
comunidades autónomas. Hazaña sin duda notable de un Gobierno cuyo
presidente cree que Antonio Machado nació en Soria, su
vicepresidente segundo emplea el verbo “infringir” por “infligir” y
atribuye la teoría de la relatividad a Isaac Newton y cuya
vicepresidenta primera alaba la “expertitud” del notorio inútil que
dirige las emergencias sanitarias.
Tampoco hay que escatimar relevancia a la edificante actuación de un
expresidente del Gobierno que ocupa las horas de su retiro en
defender a capa y espada en el escenario internacional a una
narcodictadura asesina, violadora sistemática de los derechos
humanos y saqueadora de los recursos ingentes de su país hasta
condenar a sus conciudadanos a la miseria o al exilio. Un personaje
de perfil tan repulsivo sin duda contribuye también a prestigiar la
imagen de España en el planeta.
Un Rey padre de agitada vida sentimental expuesta sin el menor
recato y receptor de opulentos obsequios fiscalmente opacos,
obligado a regularizar su situación ante la Agencia Tributaria desde
un dorado pseudoexilio en tierras de la lejana península arábiga no
aporta demasiado valor añadido a la consolidación de nuestro sistema
institucional en momentos en que se encuentra bajo el ataque
implacable y avieso de los enemigos declarados de la Nación.
Otra fuente de buena reputación es el intento de superar ampliamente
a Hungría y Polonia en sus maniobras para limitar la independencia
del poder judicial, así como la de gobernar con el apoyo de los que
tienen como propósito confeso la liquidación de la existencia de
España como objeto político, económico, cultural e histórico
reconocible. Este prudente y sabio método de asegurar la estabilidad
gubernamental sentándose sobre un barril de pólvora con la mecha
encendida ha despertado la admiración de todas las cancillerías
desde el Báltico al Mediterráneo y desde el Atlántico al Danubio.
Cierres y parados
Por supuesto, la genial idea de subir inmoderadamente el SMI,
incrementar casi un punto los sueldos de los empleados públicos y
las pensiones, crear nuevos impuestos a la vez que se empujan al
alza los existentes y disparar el gasto corriente en un período
brutalmente recesivo con las empresas cerrando a miles, los parados
multiplicándose y los autónomos al borde del colapso, es otra de las
asombrosas aportaciones del dúo Sánchez-Iglesias a la economía
política moderna.
La comunidad internacional es un edifico de distintos niveles
caracterizados por su PIB per cápita, la solidez de sus
instituciones, su porcentaje de ocupados, su sistema de protección
social, su salario medio, su paz interior, su seguridad en las
calles, su civilidad y la madurez de criterio de sus ciudadanos. En
el más alto habitan Canadá, Luxemburgo, Nueva Zelanda, Suiza,
Singapur y similares, los demás vecinos se reparten en orden
descendente por los diferentes espacios y en el sótano sin ventanas
ni ventilación reptan Estados fallidos como Haití, Irán, Siria,
Iraq, Venezuela, Nicaragua, la República Centroafricana o Burundi.
Nuestro Gobierno desde que tomó posesión está empeñado en mudarnos a
estratos cada vez más bajos, pero lo realmente preocupante no es que
nos arrastre hacia el fondo, sino que parece deleitarse en
revolcarse en su fétido lodo.
Babel y los agelastas
Elena Alfaro. vozpopuli
20 Diciembre 2020
Para algunos, ejercer los derechos lingüísticos es una forma de
darse el gusto de comportarse como energúmenos y sacarle brillo a la
conciencia en un solo gesto
Cuenta el Génesis que, tras el diluvio, los hombres formaban un solo
pueblo y hablaban una única lengua en toda la tierra. Llegaron a una
llanura en la región de Sinar y decidieron cocer ladrillos para
construir una torre que llegara hasta el cielo. El Señor, ante el
desafío y la arrogancia, quiso confundirlos: “Será mejor que bajemos
a confundir su idioma, para que ya no se entiendan entre ellos
mismos. De esta manera el Señor los dispersó desde allí por toda la
tierra, y por lo tanto dejaron de construir la ciudad”. Babel, en
hebreo, suena como el verbo balbucear.
Hace años mi hija asistía a clases de chino. Era pequeña, el idioma
resultaba endiablado y su aprendizaje desesperantemente lento. Había
por aquel entonces un supermercado cerca de casa regentado por una
familia de origen chino. La madre, mayor, no hablaba nunca. Se
sentaba en la caja y se limitaba a señalar el importe a pagar en el
luminoso de la máquina. El hijo hablaba español fluido con un
marcado acento y siempre se mostraba dispuesto a pegar la hebra con
los clientes mientras colocaba productos en los lineales. Un día, en
un arrebato de osadía, mi hija dirigió unas palabras en chino a la
mujer mientras yo ponía los productos en la bandeja de la caja. La
mujer la miró sin verla y siguió tecleando. Ella, muy sonrojada,
insistió repitiendo despacio aquellas palabras. Creo recordar que
trataba de decir “buenas tardes, ¿cómo está usted?”, aunque vaya
usted a saber qué dijo realmente. No hubo respuesta. Desde detrás de
los estantes se escuchó al hijo riendo y diciendo algo a voz en
grito. La cara de la mujer se iluminó y soltó un torrente de
palabras. Resultó que estaba tan acostumbrada a no entender una
palabra de lo que le decían los clientes españoles que su cerebro no
había reconocido aquellas palabras mal pronunciadas en su propio
idioma: creía que le hablaban en español. El hijo le había gritado:
¡mamá, la niña habla chino! Después de esa epifanía, le ayudó a
mejorar la pronunciación y le enseñó nuevas palabras, silabeando muy
despacio para que mi hija las repitiese.
Hace unos días, en un restaurante italiano de Barcelona, un señor
decidió que quería sentirse agraviado por una mujer que ha montado
su negocio y ha hecho el esfuerzo de aprender una de las dos lenguas
que se hablan en la ciudad en la que vive. Entendía la segunda, si
le hablaban despacio. Esa mujer ignoraba que las lenguas no sirven
para entenderse, sino que hace algún tiempo ya que son herramientas
de poder. Un poder mezquino, de frutos envenenados, que algunos
disfrutan ejerciendo sobre el humilde o el ingenuo de buena fe. Lo
llaman derecho a que se dirijan a nosotros en nuestro idioma. Es un
derecho extraño y un tanto arbitrario. No aplica igual al camarero
que te sirve que al niño, al que sirves, cuando se escolariza. Es
algo que se puede usar para moldear una sociedad y crear categorías,
señalar al extranjero o al despistado, reírse del débil y cortejar
al fuerte. Una norma creada para proteger a las personas, evitar la
pérdida de información valiosa y la aculturación forzosa, que ha
pervertido su aplicación y se invoca para conseguir aquello que
debía impedir.
Pienso muchas veces en la anécdota de la mujer del supermercado. En
esa sensación de agradecimiento cuando, fuera de tu país, algún
desconocido trata de ser amable chapurreando tu idioma. Esa
gentileza condensa el uso más puro de la lengua, el verdadero:
comprender al otro y hacerle sentirse bienvenido.
Algunos parecen haber aprendido muy bien la lección de la primera
parte en el mito del Génesis: en el momento en que las lenguas
proliferan la gente olvida a qué pueblo pertenece. Eran un solo
pueblo con una única lengua. No han seguido leyendo y no se han
enterado del final de la historia. Fue cuestión de tiempo que esos
hombres dispersos empezaran a comerciar -o lo que es lo mismo,
iniciar nuevos proyectos comunes- y necesitaran hacer el esfuerzo de
aprender, y usar, la lengua del otro.
El pasado jueves el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña
sentenció que todos los colegios de Cataluña debían impartir un
mínimo del 25% de las clases en castellano. Lo mismo aplica para el
catalán -el tribunal considera que es un “mínimo por debajo del cual
no se puede entender que el uso vehicular de la lengua alcanza la
condición de normal dentro del sistema”- es decir, ningún colegio
podría decidir tampoco impartir las clases íntegramente en
castellano, pero eso no “ofende” a nadie. Lo hace después de
constatar que el uso era residual y solo un 2% de los colegios de
primaria y un 12% de los centros de bachillerato cumplían el marco
jurídico vigente. Ya han anunciado que recurrirán la sentencia y que
no tendrá efecto. Hemos llegado al absurdo de tener que legislar
sobre minutos porque ya no se busca comunicarnos ni aprender. Para
algunos, ejercer los derechos lingüísticos es una forma de darse el
gusto de comportarse como energúmenos y sacarle brillo a la
conciencia en un solo gesto.
Daniel Gascón citaba a Kundera en Miserias de la mente
literal-Letras Libres, enero 2018- para explicar que el agelasta es
“el que no ríe (...) están convencidos de que la verdad es clara, de
que todos los seres humanos deben pensar lo mismo y de que ellos son
exactamente lo que creen ser. Pero es precisamente al perder la
certidumbre de la verdad y el consentimiento unánime de los demás
cuando el hombre se convierte en individuo”.
Mentes literales y derechos lingüísticos. Agelastas y Torres de
Babel.
Feliz Navidad. Ría, disfrute y dé gracias por tener cerca personas
que, quizá, todavía le quieren hable la lengua que hable.
Hasta la vuelta.
******************* Sección "bilingüe" ***********************
La Derecha mentirosa y sus penosos
publicistas
Federico Jiménez Losantos Libertad Digital 20 Diciembre 2020
Al asimilar a Abascal y Blas Piñar, Quintanilla asimila su rigor
intelectual al de Adriana Lastra; y deja por fascista o por tonto a
Casado.
Hay veces en que un artículo político de encargo revela sobre el
partido que lo ha pedido más que un tratado completo o una confesión
de su líder. No tiene que ser brillante -los alquilones no suelen
serlo-; basta con que muestre con claridad los meandros del
razonamiento que llevan a esa fuerza política a tomar una
determinada posición. O a cambiarla.
El PP decidió en la primavera de este año cambiar su estrategia para
llegar al Poder. De apostarlo todo a unificar al centro derecha pasó
de golpe a pretender encabezarlo acabando con la segunda fuerza, que
es Vox, y absorbiendo a la tercera, Ciudadanos. La pretensión,
acertada o errónea, es discutible. Pero presentar un cambio tan
radical como imperativo moral exige coherencia intelectual y
argumentación sólida. Dos herramientas de las que carece Miguel
Ángel Quintanilla, encargado oficial de justificar las depuraciones
y volteretas del partido.
Lo ha hecho en El Mundo con dos piezas violentas y resbaladizas:
una, contra Cayetana Álvarez de Toledo, sin atreverse a nombrarla,
pero atacando a Libres e Iguales; la otra, presentando la agresión
personal a Abascal y la declaración de guerra a Vox como una heroica
defensa de la democracia frente a los defensores de la dictadura
-que ya no son Sánchez e Iglesias sino los socios del PP en Madrid y
Andalucía-. Pero ese acto de desprendimiento sería también una
astuta táctica para llegar al Poder. ¿Un sacrificio ventajoso, una
ética el contado, una vela al Diablo y otra a Dios? La 'Teodicea'
pepera está alumbrando una clerecía de lo más hipocritona.
¿Defendió Vox la dictadura o miente el PP?
El argumentario quintanillero asume la manipulación podemita de la
frase de Abascal contra el Gobierno socialcomunista: "el peor en 80
años". Pero, con las prisas del que llega tarde, va mucho más lejos
que socialistas y comunistas, empeñados en derribar el régimen
constitucional que Vox intenta defender. Lo que "demócratas" como
Sánchez, Iglesias o Ábalos llaman sólo "nostalgia del franquismo",
el vocero pepero interpreta: "una provocación que puede ser leída
legítimamente así: "valdría la pena ser gobernados por Franco con
tal de no ser gobernados por Sánchez".
Cualquier talento mediocre, sin la obligación de argumentar como un
comunista, pero disfrazado de liberal, diría que la frase de Abascal
"puede ser leída legítimamente" como una afirmación de que la
ideología no compensa una mala gestión y que un ministro de Franco
-por ejemplo, Fraga, el del PP- fue mejor que cualquier ministro de
este Gobierno. ¿Eso significa que este régimen sea peor que el
franquista? No. ¿Que aquellos ministros, por su nivel cultural, eran
mejores gestores? Sí.
Los comunistas chinos proclamaron que los tomates crecían por la
correcta lectura de Mao; y Lissenko impuso bajo Stalin que existía
una ciencia proletaria y otra burguesa. Frente a esa primacía de lo
ideológico, el PP defendía su capacidad de gestión como un valor que
lo distinguía de la Izquierda. ¿Si un régimen es bueno lo son todos
sus ministros? Por cierto, ¿es bueno un régimen que prohíbe estudiar
en español? Cuando Rajoy y el primer Casado juraban liquidar la Ley
de Memoria Histórica, ¿no buscaban reconocer lo que de bueno y de
malo tiene nuestra historia, sin sectarismos? ¿Qué defiende ahora
este escriba genovés? ¿Que cualquier ministro en una democracia es
mejor que cualquier ministro o presidente en una dictadura? ¡Sí, ese
es el argumento de Iglesias o Sánchez cuando llaman fascista al PP!
La mentira descarada
Quintanilla defiende lo que digan. Y dice que Abascal ha dicho lo
que no ha dicho: "Mediante esa frase se borraba cualquier diferencia
de principio entre un Gobierno elegido democráticamente y otros que
no lo fueron". Eso es, simplemente, falso.Y a diferencia de
Quintanilla, cuya trayectoria política es un renglón, la de Abascal
lo demuestra. Pero sigue: "El candidato creía poder hacer dos cosas
simultáneas: primero, negar el valor superior de la democracia como
principio político, dando así continuidad a la costumbre de cerrar
sus mítines de campaña con las palabras con las que Blas Piñar cerró
también alguno de los suyos; y, segundo, pedir confianza en su
acreditado compromiso democrático para devolver la palabra a los
españoles de inmediato".
Dejemos esta oscuridad contradictoria y vayamos a la clara mentira.
No es verdad que Abascal termine sus mítines como Piñar. ¿Qué
significa "alguno de sus mítines"? ¿Cuántos? ¿Cómo? Al asimilar a
Abascal y Blas Piñar, Quintanilla asimila su rigor intelectual al de
Adriana Lastra; y deja por fascista o por tonto a Casado, que ha
defendido innumerables veces el carácter democrático de Vox. En esa
época tan lejana, tres meses, Casado decía que no se puede asumir,
como quiere la Izquierda, que todo lo que hizo el franquismo fue
malo, desde los pantanos a la política de becas y el desarrollo que
permitió doblar la renta per cápita y crear la clase media; o
nombrar sucesor a Juan Carlos I. Lo mismo hasta escribió eso
Quintanilla.
Una frase de Antonio Machado que repiten mucho los socialistas es la
de "todo necio confunde valor y precio". En su viaje hacia el
socialismo, que eso supone el interminable viaje al centro de la
derecha acomplejada, Quintanilla va más allá. Tan allá, que tiene
que tomar todo este impulso:
"La frase mencionada, por limitarnos a ella, es una sobresaliente
declaración de relativismo moral, relativismo cuyo opuesto no es el
absolutismo moral, sino la moralidad. Por eso es sorprendente que
desde posiciones y trayectorias políticas aparentemente alejadas de
esa se haya pretendido relativizar la importancia de una declaración
así en un momento así, para insistir en que al PP lo que le interesa
es colaborar con Vox para desalojar a Sánchez.
Pero el relativismo, este y cualquiera, se combate con una
afirmación sencilla: lo que tiene valor no tiene precio. Echar a
Sánchez al precio de que el PP relativice su compromiso democrático
no es aceptable en ningún caso, y no funcionaría en ningún caso. Lo
que la nación hizo en la Constitución fue declarar solemnemente que
su única forma digna de existencia es como democracia, y la voluntad
de la nación, en cuyo nombre tantas veces se pretende hablar, no
tiene precio, tiene valor".
Como acostumbra el centrismo de alquiler, Quintanilla importa una
necedad del marxismo tardío, resumida en la oposición falaz de tener
y ser. No se puede tener sin ser y no se puede ser sin tener, salvo
que te lo quiten, como sucede en el comunismo, pero incluso entonces
moralmente se tiene. Eso de que "lo que tiene valor no tiene
precio", ¿supone que no se puede poner precio a nada que tenga
valor? ¿Luego nada con precio vale nada? Uno tiene la impresión de
que Quintanilla toma clases de Monedero hasta que cae en la cuenta
de que escribiría una cosa y la contraria porque todos sus valores
tienen un precio. Vamos, que está dispuesto a venderlos todos.
¿Elegiría el PP a Sánchez o a Abascal?
Sería fácil replicar que el PP relativizó su compromiso democrático
votando con Bildu no a Abascal y sí a Sánchez. Pero es tan bajo el
nivel de este galeote del chaqueteo que me limitaré a hacerle una
pregunta, para que la contesten sus amos: si Abascal saca un escaño
más que Casado en las próximas elecciones Generales, ¿lo hará
presidente o preferirá a Sánchez?
Entrevista a Santiago Abascal
«Casado dio una patada a la esperanza de
una alternativa a Sánchez»
El líder del tercer partido de España cree que la moción de censura
fue «adecuada» y dice que la volvería a presentar a pesar de que
admite que no ha vuelto a hablar con Pablo Casado. Asegura que para
llegar a La Moncloa es más «eficaz» que PP y Vox concurran a las
elecciones por separado
Juan Fernández-Miranda ABC 20 Diciembre 2020
Las vías del tren que se divisan desde la cuarta planta de la sede
nacional de Vox se pierden en el horizonte. Es la estación de
Chamartín. Para llegar hasta esa panorámica, ABC se ha cruzado con
el Belén en la fachada, la bandera de España en la puerta y un
estand con «merchandising» en el vestíbulo. Vox luce orgulloso sus
pilares ideológicos y quiere que su gente los muestre sin complejos.
Santiago Abascal recibe a este periódico con buen tono, dispuesto a
señalar el horizonte de su proyecto para España y con el ánimo de
desmontar los clichés que cuelgan sobre sus espaldas. ABC quiere
saber hacia dónde se dirige un partido que está cómodo en la
confrontación, pero que se frustra cuando sus mensajes son
sepultados por el ruido.
—¿Se le ha pasado ya el enfado con Casado por su discurso en la
moción de censura? El disgusto, la decepción...
—En realidad es la preocupación. Casado dio una patada a la
esperanza de muchas personas que creían que sólo se podía construir
una alternativa al Gobierno de socialistas, comunistas y
separatistas con algún tipo de acuerdo entre el PP y Vox.
«Díaz Ayuso tiene mis respetos. Hasta tal punto ha sido el objetivo
a batir que parecía que el PP la abandonaba»«Casado se equivocó
profundamente, pero yo no me doy por ofendido. No tendrá
consecuencias políticas»
—¿Qué tipo de acuerdo?
—Nosotros entendemos que poselectoral. Casado escenificó una ruptura
con Vox, lo hizo de una manera brutal e innecesaria y creo que se
equivocó. Ha generado desesperanza en muchas personas.
—¿Habrá consecuencias?
—No tendrá consecuencias políticas para mí. Vox no va a cambiar sus
planteamientos, va a actuar con responsabilidad. No va a actuar
desde la vendetta política dejando caer gobiernos regionales.
Sabemos quién es nuestro enemigo y qué es lo que están esperando
millones de españoles: algún tipo de acuerdo para expulsar al
Gobierno de socialistas y comunistas.
—El PP les reprocha sus ataques, empezando por la «derechita
cobarde».
—El PP es un partido de efectos retardados, porque ese tipo de
referencias las habíamos hecho durante la campaña electoral, hacía
mucho tiempo, y no estábamos repitiéndolas sistemáticamente. No es
verdad que estuvieran respondiendo a un ataque que nosotros no
estábamos planteando.
—Lo que le dolió fue el ataque personal.
—Casado se equivocó profundamente pero yo no me doy por ofendido,
creo que cometió un error y que lo peor de lo que hizo es que generó
desesperanza en muchas personas que ahora piensan que el Gobierno de
Pedro Sánchez y de Pablo Iglesias puede durar más.
—¿Han vuelto a hablar?
—No.
—Pero antes hablaban a menudo.
—Sí.
—Visto lo visto, ¿cómo valora la moción de censura?
—Era absolutamente necesaria, ha sido clarificadora; desde algún
punto de vista de manera negativa, porque ha dado menos esperanza
para la alternativa por la actuación de Casado. Pero yo creo que las
cosas están claras y fue tan adecuada que la volvería a presentar.
—En su discurso yo encontré un ataque frontal a la Unión Europea.
Sin embargo, ustedes lo niegan. ¿Están ustedes a favor o en contra
de la UE?
—Agradezco la pregunta porque efectivamente hay una confusión de la
que nosotros podemos ser responsables en parte, porque probablemente
sólo hice la crítica a la UE, además cargando las tintas
innecesariamente sin ofrecer la alternativa que nosotros planteamos.
Nosotros no estamos en contra de la Unión Europea, no estamos a
favor de salir del euro. Lo hemos planteado con mucha claridad, y
sin embargo no obtiene el eco mediático, que sólo llega cuando
atacamos a los burócratas de Bruselas. Europa no son los burócratas
de Bruselas, no son las élites que hoy gobiernan Europa; otro modelo
de UE es necesario y es posible, más similar al del Tratado de Niza,
en el que los estados tengan una mayor soberanía. No somos enemigos
de la Unión Europea en ningún caso, pero no vamos a dejar de hacer
críticas independientemente de que nos granjeen la acusación
infundada de eurófobos, euroescépticos… lo que somos es
euroexigentes.
—Si usted fuera presidente, ¿qué primera medida tomaría?
—Depende de con qué mayoría.
—La suficiente...
—Plantearía una reforma constitucional para recuperar las funciones
esenciales del Estado: educación, sanidad, justicia, interior,
política exterior... que no haya embajaditas regionales por el
mundo. España tiene que recuperar la unidad, además de la concordia.
En eso es en lo que yo me empeñaría.
—¿Más Estado central?
—Más unidad. Nosotros no nos definimos como centralistas. Creemos en
un Estado unitario políticamente centralizado pero
administrativamente descentralizado. Pensamos que España es plural y
esa pluralidad puede tener expresión a través de las provincias, de
las diputaciones, que han recogido la pluralidad de España mucho
mejor que las autonomías, que se han convertido en pequeños focos
centralistas. La autonomía catalana, en rebeldía, o la vasca, en
proceso de rebeldía no sabemos para cuándo, son en realidad dos
entes centralistas que quieren hacer tabla rasa eliminando cualquier
tipo de diferencia entre sus respectivas provincias. Tarragona no es
igual que Lérida, ni Álava es igual que Guipúzcoa, pero los
separatistas imponen el euskera en Álava, donde la gente no habla
vascuence de la misma manera que lo hacen en Guipúzcoa.
—¿Usted eliminaría las autonomías?
—Nuestra posición de máximos es un Estado unitario, con un único
Parlamento, un único Gobierno, un único Tribunal Supremo que sea la
última instancia jurisdiccional, políticamente centralizado —con el
poder político concentrado en ese Parlamento nacional— pero
administrativamente descentralizado a través de los municipios y de
las provincias.
—¿Qué espacio deja usted a las lenguas cooficiales?
—El de la libertad de enseñanza. Que quienes quieran escolarizar a
sus hijos en las lenguas regionales puedan hacerlo. Por supuesto,
nos parece bien que exista una asignatura para que todos tengan unas
nociones mínimas de esas lenguas, pero creemos que no se puede
imponer a los padres que sus hijos sean escolarizados en lenguas que
no hablan, que no son las lenguas maternas o que no son las lenguas
del futuro desde la perspectiva de sus padres. Queremos libertad.
—¿El fenómeno de la inmigracion ilegal se puede afrontar en
solitario?
—No, y sobre todo porque aunque fuéramos capaces de controlar
nuestras fronteras marítimas podríamos recibir inmigración ilegal
por los Pirineos. No pensamos que vivamos aislados, pero España
puede tener una posición beligerante junto a otras naciones para que
Europa ayude a contener la inmigración ilegal y no para que la UE
contribuya al efecto llamada, que creemos que es en lo que están
todos los partidos políticos, desde el PP hasta Podemos, con su
cobardía a la hora de afrontar una crítica a la inmigración ilegal.
—El racismo...
—Es que es muy paralizante oponerse a la inmigración ilegal porque
enseguida uno se ve acusado de racista. Vox jamás ha hecho una
acusación racista. Al contrario: racista es el que les llama y les
promete un paraíso que no se puede ofrecer y les hace jugarse la
vida en el Mediterráneo. Ese es el que considera que esas personas
son inferiores a nosotros. Nosotros decimos que la inmigración debe
ser regulada en función de las necesidades de la economía nacional.
En estos momentos, con los niveles de paro, y especialmente de paro
juvenil que hay concretamente en Canarias, España no necesita más
inmigración.
—Muchos inmigrantes llegan a España con una mano delante y otra
detrás. ¿Cuál es el trato que usted cree que hay que darles?
—Primero, no hay que llamarles. En segundo lugar creo que hay que
impedir que lleguen con vigilancia marítima cerca de los puertos de
partida para que sean devueltos en ese mismo momento y que sean los
países de los que parten los que reciban la presión internacional
por no acoger a sus propios nacionales. En tercer lugar, si llegan,
deben estar en centros de internamiento de extranjeros mientras se
les identifica y se toman todas las medidas necesarias para intentar
repatriarlos a sus países. ¿Eso significa que de la noche a la
mañana vamos a conseguir con una varita mágica resolver el problema
de la inmigración ilegal? Sabemos que no. Pero creemos que si se
lanza el mensaje de que «quien llega ilegalmente a nuestro país no
va a poder regularizarse nunca» habremos hecho un gran servicio para
que las mafias de la inmigración ilegal no estén operando en el
Mediterráneo.
—Elecciones catalanas. A tenor de las encuestas, hay un repliegue
del voto pro unidad de España. ¿Cuál es su expectativa?
—Ser la fuerza de referencia en Cataluña. Ahora bien, ese es un
objetivo difícil de alcanzar todavía. Nuestro objetivo realista es
tener representación.
—En las elecciones de 2017 Ciudadanos consiguió un resultado
magnífico: ganó las elecciones con 36 diputados. ¿Qué ha hecho mal?
—Tirar la toalla. Ha dejado abandonado a muchos catalanes que
confiaron en ellos y les dieron una victoria en Cataluña, pero que
no fue una victoria sólo para Ciudadanos. Yo lo percibí como una
victoria propia, una victoria para la unidad nacional. Que un
partido como Cs consiguiera en aquel contexto ser la primera fuerza
política en Cataluña fue algo que no sólo muchos aplaudimos, sino
que nos alegramos sinceramente por dentro de que ocurriera. Pero eso
implica una responsabilidad. Antes de sustituir al señor Rivera, la
señora Arrimadas decidió venir a Madrid. Vox ha hecho lo contrario:
un diputado nacional vuelve a su tierra para encabezar la
candidatura con un claro mensaje: quedarse allí y luchar a largo
plazo para dar una alternativa.
—En Gerona o Lérida el voto constitucionalista es escaso. ¿Tiene
algún interés en que los partidos se unan para tratar de
rentabilizar ese voto?
—No hay ningún interés por parte del PP y Ciudadanos.
—Haga un llamamiento.
—Sería absolutamente estéril y me colocaría fuera de la realidad
política, máxime después de lo que ocurrió en la moción de censura.
Hay una tendencia a pensar que PP, Cs y Vox pueden obtener más votos
yendo juntos. Yo tengo la tendencia a pensar exactamente lo
contrario, incluso tenemos algunas pruebas de que ha sido mucho más
eficaz. El caso andaluz es el perfecto.
—¿Me está diciendo que la existencia de los tres partidos del centro
a la derecha incrementa las posibilidades de un Gobierno alternativo
en España?
—Eso se ha demostrado en Andalucía y también en Madrid, donde
tampoco estaba sobre la mesa que se mantuviera un Gobierno y ha
cambiado el Ayuntamiento. Realmente eso ha sido eficaz. Si PP y Vox
concurren separados hay más posibilidades de echar a Sánchez.
—¿Teme que Díaz Ayuso adelante las elecciones en Madrid?
—Ni lo temo ni lo dejo de temer. En muchas ocasiones he pensado que
era necesario que adelantase las elecciones ante la posibilidad de
una moción de censura del PSOE y las tentaciones de traicionarle
sistemáticas del señor Aguado.
—Díaz Ayuso es el enemigo a batir por el Gobierno.
—Tiene mis respetos. Ha sido hasta tal punto el objetivo a batir que
temporalmente parece que el PP la abandonaba. Ella ha actuado desde
la firmeza y eso ha sido relevante y aplaudido por muchos
madrileños. Queremos apoyar a un gobierno que actúe con firmeza y
sin complejos, y no un gobierno asustado ante la izquierda.
Nociones mínimas de lenguas regionales:
disparate mayúsculo
Nota del Editor 20 Diciembre 2020
A Abascal no tendría que recordarle que la constitución española no
establece deber de conocer lengua ragional alguna. Por eso asumir
que sea obligatorio el conocimiento de cualquier lengua regional es
un disparate mayúsculo. Como estamos en navidades, no tengo tiempo
de mirar el resto de comentarios.
La hoja de ruta de la «revolución roja»
Francisco Marhuenda larazon 20 Diciembre 2020
A los comunistas siempre les gustó utilizar el término rojo. El
ejército soviético se denominaba así y han usado banderas de este
color para identificarse junto al puño en alto y la Internacional.
No es mi color favorito, pero no tengo nada en su contra. Otra
cuestión distinta es mi rechazo por el comunismo, el populismo y el
anarquismo. Lo mismo me sucede, como es evidente, con cualquier
formación o ideología totalitaria. El problema es que ahora tenemos
a los comunistas sentados en el consejo de ministros, no sé por qué
algunos se molestan con la denominación de socialista-comunista.
Este nuevo Frente Popular, aunque no se presentaron coaligados a las
elecciones como sí sucedió en 1936, es un auténtico espanto. No
sucedería lo mismo si fuera un gobierno del PSOE o si Podemos y sus
confluencias y aliados no quisieran acabar con la Constitución y lo
que denominan despectivamente «el régimen del 78». Hay que reconocer
que no lo han escondido y que les gustaría imponer un proceso
constituyente, porque saben que no dispondrán de una mayoría para
reformar la Constitución y hacer una nueva al estilo de Chávez y
Maduro.
Unas Cortes Constituyentes, como todo el mundo sabe, podrían
aprobarla sin necesidad de consenso, aunque sería un enorme
despropósito. Es fácil imaginar lo que sucedería si estuviéramos en
ese escenario con la actual mayoría que apoya al gobierno
socialista-comunista. No es algo ajeno a nuestra historia
constitucional, porque sólo los textos de 1876 y 1978 no fueron el
resultado de la imposición de una mayoría. Estos días estamos viendo
que el rodillo formado por socialistas, comunistas, antisistema,
bilduetarras e independentistas funciona como un reloj suizo. La
mitificada Constitución de 1931, junto con la antidemocrática ley de
Defensa de la República, es un ejemplo de la sensibilidad de la
izquierda revolucionaria. Por cierto, Manuel Azaña, hoy convertido
en modelo de virtudes democráticas, fue uno de los mayores
responsables del sectarismo y el fanatismo que impregnaba la vida
política de la Segunda República. Es difícil entender que se quieran
loar unos méritos y calidad humana que nunca tuvo. En esto se apunta
hasta nuestra acomplejada derecha, siempre necesitada de que los
periodistas de izquierdas le hagan algún mimo. Este mismo criterio
se puede aplicar a algunos dirigentes de la derecha y militares
golpistas de la época. Ninguno merece ni respeto ni admiración.
Los españoles somos muy proclives a repetir nuestros errores e
incluso a regodearnos en ellos. Ahora tenemos a los comunistas y
antisistema sentados en el Gobierno gracias a esa democracia que
rechazan, porque prefieren mejor el modelo populista de Maduro, Evo
Morales o los hermanos Castro. No es ninguna exageración. El
comunismo tiene una enorme capacidad de supervivencia gracias a la
simpatía de intelectuales y periodistas que siempre hacen
diferencias con los sistemas autoritarios de derecha o izquierda,
aducen en este último caso que la culpabilidad reside en las
personas y no en las ideologías. Es la típica basura de barniz
progre que llevamos décadas escuchando. Los que hace no tanto tiempo
gritaban en el movimiento del 15-M contra la democracia ahora han
pegado un subidón social gracias, precisamente, a ella.
El objetivo fundamental de una parte de este Frente Popular es
acabar con los poderes e instituciones del Estado que les impiden su
revolución. En este sentido, me temo que a Pedro Sánchez le puede
suceder lo mismo que el príncipe Lvov y Kerensky cuando consiguieron
acabar con el zarismo, porque al final los bolcheviques destruyeron
con el gobierno provisional que pretendía instaurar una república
democrática. En cambio, los radicales consiguieron hacerse con el
poder e impusieron un régimen comunista. Era impensable que el zar,
considerado como un «padre» por el pueblo ruso, abdicara y se
pusiera fin a la dinastía Romanov. Lo mismo pensaban muchos
venezolanos cuando llegó Chávez y todos sabemos la catástrofe que
vive esa gran nación. Y no recordamos lo que sucedió en Cuba con el
repugnante Fidel Castro, el gran héroe revolucionario, junto a la
colección de criminales e indeseables que le acompañaron como el Che
Guevara.
La ofensiva contra la Monarquía es fundamental para que los
revolucionarios consigan ahora sus objetivos. Hay mucha gente que
piensa que no es posible porque estamos en la Unión Europea y que
esto pasará, pero la realidad es que las encuestas muestran que este
nuevo Frente Popular revalidará su mayoría en las próximas
elecciones. Ahora toca imponer leyes que transformen a la sociedad,
establecer mecanismos para subsidiar a los votantes y mantener el
pulso populista. La estrategia para provocar la caída de la
Monarquía no será en esta legislatura, por supuesto, sino en la
siguiente. Es crear el clima de desprestigio necesario, algo que
domina muy bien la izquierda y sus terminales ideológicas. Por ello,
es tan importante destruir política y humanamente a don Juan Carlos
para acabar con la institución. No hay cortafuegos que aguante un
incendio tan enorme como el que están impulsando comunistas e
independentistas. No es la primera vez que lo hacen en España y en
otros países.
Todos los otros Covids
Teresa Giménez Barbat okdiario 20 Diciembre 2020
Algunos, muy de la tierra. Como nuestros separatismos endémicos. Y
lo más doloroso es que podrían ir de capa caída si el oportunismo de
Sánchez no diera alas a lo peor de su partido en cualquier parte de
España. Por ejemplo, en el País vasco esta semana. El grupo Euskal
Irrati Telebista (EITB) cuenta con dos canales de televisión
totalmente en euskera. También dos emisoras radiofónicas en esta
lengua y dos canales más que utilizan tanto el euskera como el
castellano. Hasta ahora, ETB2 era el único canal que entretenía a
los espectadores con contenido en castellano. Pues bien, van a tener
que fastidiarse. Hasta esto se les ha acabado gracias de nuevo a los
miserables haceres del Partido Socialista del País Vasco que junto a
Podemos y los nacionalistas vascos lo convertirá en un canal también
en euskera. Eso sí, “subtitulado”. No podía ser que continuasen los
espectadores vascos prefiriendo el castellano con una audiencia
cercana al 9,6% mientras que los canales en euskera no superaban el
2% de ‘share”. ¿Dónde está ese PSE que había llegado a denunciar el
sesgo ideológico nacionalista de los contenidos de los medios
nacionalistas? Búsquenlos en algún momento antes de su incorporación
al Gobierno de Urkullu en 2016.
¿Y qué decir de los socialistas de Baleares? El Gobierno balear ha
abierto una oficina lingüística para, según ellos, ‘curar’ el
«dolor» de no poder hablar en catalán. Varias organizaciones de
carácter separatista como Obra Cultural Balear, satélite de Òmnium
Cultural en las islas, ha celebrado que con ella se podrá «luchar
conjuntamente por los derechos lingüísticos de los ‘Països
Catalans’». Todo de la mano del conceller de educación, el
socialista Martí March, para quien esa Oficina de Derechos
Lingüísticos conseguirá que se visibilice “el problema que supone
que demasiado a menudo los catalanoparlantes tengan que renunciar al
uso (de su lengua)”
Nunca el separatismo ha tenido mejor aliado que Podemos y PSOE para
satisfacer esa hispanofobia que les caracteriza y que tiene al
español como objetivo prioritario. Sea a través de la nueva Ley
educativa (la llamada Ley Celaá) o también con su flamante
Proposición no de Ley que pretenderá eliminar el español como lengua
oficial y común en todos los ámbitos de la vida pública y
administrativa. Eso ocurre en este país: un niño no puede exigir
recibir la enseñanza en español en Cataluña, pero un gallego que se
pasee por la Almudia de Doña Godina podrá exigir que la multa que le
ponga un guardia civil de tráfico sea en gallego.
¿Algún día saldremos de este bucle? Esta semana los
constitucionalistas de Cataluña hemos tenido dos noticias. Una buena
y una mala. La buena ha sido que la nueva sentencia del Tribunal
Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) obliga a la Generalitat a
garantizar un 25% de clases en castellano como lengua vehicular a
todos los alumnos. Tras años de luchar por conseguir unos mínimos,
parece que ahora tenemos algún resultado. No es un 50% de las
materias, que sería lo más lógico. Pero por lo menos se podrá exigir
esa cuarta parte con la que nos venían mareando y solo cumplía un 2%
de las escuelas.
La mala es que ha ganado el separatismo el rectorado de la
universidad de Barcelona (UB). El catedrático de Psicología Joan
Guardia, alguien que ha defendido públicamente postulados en
sintonía con la ANC, ha ganado la segunda vuelta con un 54,28% de
los votos. Sale el catedrático de matemáticas Joan Elías, que ha
obtenido el 45,72%. Para reflexionar que hayan dado apoyo al
separatista el profesorado no permanente, el personal administrativo
y de servicios y los estudiantes. Personal docente e investigadores
permanentes, al contrario. Interesante.
¿La muerte de la inmersión lingüística?
José Antonio Sorolla cronicaglobal 20 Diciembre 2020
Algunos medios independentistas han reaccionado a la última
sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) sobre
la lengua destacando que la resolución acaba con la inmersión
lingüística en Cataluña. Pero, como diría Mark Twain, las noticias
sobre la muerte del modelo lingüístico catalán son prematuras. La
hipérbole, en este caso, tiene el objetivo de exagerar el peligro
para mejor defender el statu quo.
La Generalitat, sin embargo, no tiene ninguna intención de cumplir
la sentencia, que fija en un 25% el porcentaje de castellano en la
enseñanza y el paso de dos asignaturas en esta lengua a tres, con la
condición de que la tercera sea troncal y de materia no lingüística.
No la cumplirá, como ya hizo con anteriores sentencias, porque ya ha
anunciado un recurso ante el Tribunal Supremo y porque argumenta que
la entrada en vigor de la ley Celaá dejará sin efecto la resolución.
El recurso a la ley Celaá es muy discutible porque la nueva norma
educativa elimina el castellano como lengua vehicular, pero en
realidad deja la cuestión igual que estaba antes de la ley Wert, que
fue el primer texto legal que mencionaba el castellano como lengua
vehicular. Antes, ninguna ley educativa lo había hecho y esa
ausencia no influía para nada en las resoluciones de los tribunales
sobre la inmersión. La polémica lingüística nunca ha dependido de
una mención más o menos explícita sobre la condición del castellano
como lengua vehicular. Además, como la enseñanza es una competencia
exclusiva de la Generalitat, el sistema educativo se rige por el
Estatut y por la ley de Educación de Cataluña del 2009, que no se
han modificado en absoluto.
Es decir, que las cosas continuarán igual, aunque el recurso ante el
Supremo fuera rechazado porque ya ha habido sentencias del alto
tribunal en un sentido similar al de esta última del TSJC y tampoco
se han aplicado. La cuestión de fondo no son las sentencias ni los
porcentajes, sino la decisión de los partidos que gobiernan en la
Generalitat y de otros que no lo hacen, pero apoyan el modelo, de
mantener a toda costa el catalán como única lengua vehicular en la
enseñanza.
La inmersión lingüística es una cuestión muy delicada, que se ha
convertido en un tabú que es muy difícil romper porque ello comporta
descalificaciones inmediatas y procesos de intenciones sobre las
verdaderas razones de los discrepantes. ¿Que haya una tercera
asignatura en castellano es un brutal ataque a la escuela catalana,
como arguyen los defensores acérrimos de la inmersión? ¿El modelo
educativo y la necesaria promoción del catalán se quiebran porque se
introduzca un 25% de clases en castellano?
Además de la promoción del catalán como lengua minoritaria y
minorizada frente al castellano, el principal argumento para
implantar la inmersión fue que así se evitaba la ruptura de la
cohesión social. Pero este es un motivo tan elogiable como
manipulado. La cohesión social se rompería si se hubiesen
establecido dos redes escolares, una en castellano y otra en
catalán. Por eso todo el mundo aceptó que la red escolar debía ser
única. Ahora bien, esa red también podía ser una sola, sin separar a
los alumnos por la lengua, pero bilingüe. La cohesión social no
sufriría en absoluto si los alumnos asistieran a la misma aula con
dos lenguas en convivencia, aunque se primara el catalán por su
condición de minoritaria.
Pese a que no se reconozca, en la decisión de establecer el catalán
como lengua vehicular única se esconden una aspiración al
monolingüismo y el deseo de tratar al castellano, lengua materna de
al menos la mitad de los catalanes, como lengua de segunda. Por
cierto, quienes en el tardofranquismo reivindicaban justamente la
enseñanza en catalán por su condición de lengua materna hace muchos
años que olvidaron el argumento para el caso del castellano.
Estos intentos de relegar la jerarquía del castellano no se producen
solo en la enseñanza, sino también en el uso público oficial. Cuando
recientemente se le reprochó a la alcaldesa Ada Colau que utilizara
el castellano en Instagram “para llegar al máximo número de gente
posible”, uno de los razonamientos fue que nadie se imaginaría a la
alcaldesa de París, Anne Hidalgo, afirmando que no hablaba francés
para llegar a más gente o a la canciller Angela Merkel diciendo lo
mismo sobre el alemán (se supone que en referencia al inglés). Pero
esa comparación, que se repite en muchas ocasiones, olvida que el
castellano en Cataluña no es como el inglés en Francia o en
Alemania. Es un idioma tan oficial y tan propio de Cataluña como el
catalán y con el mismo derecho a usarlo.
Los proetarras amenazan a Cake Minuesa y a
la Policía tras el reportaje de OKDIARIO en Eibar
Amenaza de los proetarras a Cake Minuesa en Eibar.
Borja Jiménez okdiario 20 Diciembre 2020
Los proetarras amenazan a Cake Minuesa (CiudadanOK) tras expulsarle
de una manifestación en favor de los terroristas en Eibar. Al día
siguiente de la publicación del reportaje en OKDIARIO, aparecía
colgada en una casa okupa de la ciudad una pancarta con el siguiente
mensaje, en euskera: «Cake Minuesa enemigo del pueblo, la policía
también sois unos fascistas».
«Dicen que soy el enemigo del pueblo porque fuimos a una
manifestación que había por el acercameinto de presos frente al
Ayuntamiento de Eibar», señala Cake a OKDIARIO. «Fuimos a preguntar
qué pensaban ellos de las víctimas del terrorismo. Ahí estaba Ibon
Muñoa, el condenado por el secuestro y asesinato de Miguel Ángel
Blanco, entonces, cuando me acerqué a preguntarle a él, se volvieron
locos y fueron contra mí», relata.
Entonces, fue cuando comenzó la agresividad de los proetarras: «Nos
echaron a patadas, golpearon al cámara, me empujaron a mí…. menos
mal que teníamos un coche esperando muy cerca del ayuntamiento. Así
que nos subimos y, aunque también golpearon el coche, pudimos salir
de ahí».
Cake, además, denuncia que «no llegó a venir ni la Policía, ni la
Ertzainza, nadie…», y eso que «nos estaban pegando, empujando… Y
nada». Tras la publicación del vídeo en OKDIARIO, «aparecemos en una
casa okupa de Eibar, que yo sé que los eibarreses no son así, pero
la minoría violenta que sigue ahí nos amenaza diciendo que somos el
enemigo del pueblo. Pues nada».
«Seguiremos en OKDIARIO perseverando, seguiremos yendo donde haya
que contar la noticia desde la calle y seguiremos contando la verdad
porque por más que pacten con los socialistas y les blanqueen los
que son enemigos de España, nosotros sólo podemos decir la verdad,
que es lo que hacemos en OKDIARIO», afirma CiudadanOK, que concluye:
«Sólo hacemos daño a los que representan el mal, el asesinato y la
muerte».
Reportaje
El origen de la polémica radica en el reportaje de OKDIARIO en el
que Cake Minuesa se desplaza a Eibar, a mostrar una manifestación de
familiares de «esos terroristas que dicen que los quieren cerca de
sus casas». CiudadanOK recordaba entonces que «los familiares de las
víctimas sólo pueden ir a poner una flor en su ataúd y ellos tienen
a los suyos vivos».
En la Plaza del Ayuntamiento de la localidad de Eibar, y entre los
manifestantes por el acercamiento de los sanguinarios presos
etarras, denunciaba CiudadanOK en su reportaje que «estos son los
que dicen que ya no hacen uso de la violencia» mientras se acercaba
a ellos: les preguntaba qué pensaban de las víctimas de ETA a los
manifestantes, portando todos ellos el cartel con el eslogan del
acercamiento de presos, pero por respuesta sólo obtiene ataques:
«¿Qué es lo que quieres, tocar las pelotas?».
«Hay víctimas en todos los sitios», le llega a decir un manifestante
a Cake, «en la organización…». En ese momento, un grupo de hombres
encierra al reportero y le conminan, con malas formas, a largarse,
«lo que tienes que hacer es marcharte», mientras agarran la cámara.
«Tú me vas a decir quién eres y yo te voy a decir quién soy», le
espeta un individuo a CiudadanOK.
En ese momento fue cuando arreciaron los gritos de «fuera fascistas»
en euskera, mientras se escuchaban distintos gritos de gente
afirmando que «no nos puedes grabar sin permiso», a pesar de que se
trate de gente mayor de edad y en una vía pública, mientras iba
subiendo, con el paso de los minutos, el nivel de las amenazas
físicas: «Te doy una hostia…».
Los insultos no cesaron e incluso fueron en aumento: «¡Españoles de
mierda, facha, que eres un facha», mientras la muchedumbre,
finalmente, consiguió echar al reportero y a su cámara de la Plaza
del Ayuntamiento de la localidad guipuzcoana.
Ortega Smith pide "libertad" en Gerona tras
los ataques a las sedes y candidatos de Vox
Su intervención ha requerido de un fuerte dispositivo de protección
con hasta ocho furgonetas de la policía autonómica.
Agencias Libertad Digital 20 Diciembre 2020
El secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, ha visitado este
sábado la plaza 1 de Octubre de Gerona, donde ha clamado contra el
separatismo y ha pedido "libertad" ante los ataques sufridos por
candidatos y sedes del partido.
Rodeado de hasta ocho furgonetas de los Mossos d'Esquadra, que han
acordonado el punto en el que se han producido los discursos, Ortega
Smith ha denunciado agresiones a la oficina de su formación en la
capital gerundense y amenazas a su líder en la provincia, Albert
Tarradas, o en otros territorios como Lérida o Tarragona.
"Libertad para poder hablar en las calles de cualquier plaza sin
tener que estar rodeado de las fuerzas y cuerpos de seguridad del
Estado", ha reclamado.
Garriga pide unos comicios "libres y pacíficos"
El candidato de Vox en las elecciones catalanas, Ignacio Garriga, ha
acudido también a Gerona y ha recordado que su formación ha hecho
"un llamamiento a todos los medios de comunicación y partidos
políticos" para que se sumen a un manifiesto que reclama unos
comicios "libres, pacíficos y donde se condene todo tipo de
violencia"
La comparecencia de Garriga y Ortega Smith en la capital gerundense
se ha producido sin incidentes al no haberse anunciado públicamente
y ante el fuerte dispositivo policial desplegado.
Los proetarras ponen en marcha una campaña
de “aguinaldo” para los presos
Se trata de una extorsión social que año tras año se repite durante
las Navidades
J.M. Zuloaga larazon 20 Diciembre 2020
El entorno proetarra ha puesto en marcha una campaña con el fin de
recaudar fondos para los reclusos de la banda criminal. Se trata de
una extorsión social consistente en la distribución de sobres y
panfletos entre comerciantes y ciudadanos paras que.
“voluntariamente”. aporten dinero. El que no se presta al chantaje,
queda marcado, en especial en las pequeñas localidades.
Según han informado a LA RAZÓN fuentes conocedoras del asunto, se ha
detectado ya la distribución en varias localidades, entre ellas la
navarra de Echarri Aranaz. Incluso, se fija una fecha, el próximo
día 24, y un lugar público para la recogida del dinero.
Hace algunos meses, se realizó una campaña similar para que se
aportara dinero para costear los viajes, mediante la adquisición de
gasolina, de los familiares de los presos a las cárceles en las que
cumplen condena los terroristas.
Este particular “aguinaldo” es, en muchos casos, salvo que alguien
quiera dar dinero voluntariamente por ser de la “causa”, una pura
extorsión, según las mismas fuentes. Los que se niegan a contribuir
tienen que vivir el resto del año bajo la mirada de los proetarras
que en muchos pueblos ejercen, pese a que la banda ya no cometa
atentados, una influencia y presión considerable sobre los
ciudadanos.
La extorsión sobre comerciantes y ciudadanos nunca ha cesado del
todo pese a que ETA anunciara en su momento que dejaba de cobrar lo
que llamaba el “impuesto revolucionario”.
Los encargados de realizar la distribución de las misivas son
individuos de las organizaciones del entorno proetarra, en especial
de las juventudes. Comprueban que la víctima ha entregado la
cantidad que, en opinión de los chantajistas, le corresponde
«aportar a la causa».
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