El balance letal de la pandemia que Moncloa trata de ocultar: un
español muerto por coronavirus cada 5 minutos
La segunda ola ya ha matado a más gente en
España que los admitidos por Sánchez en la primera
Pelayo Barro okdiario 1 Enero 2021
El contador de ciudadanos españoles muertos por la pandemia del
coronavirus se ha cerrado a 31 de diciembre con alrededor de 82.000
fallecidos, según los datos que ofrecen los registros civiles y el
cálculo del exceso de mortalidad que elabora el Instituto de Salud
Carlos III (ISCIII). Teniendo en cuenta que el primer fallecido
oficial de la pandemia, según Sanidad, se registró el pasado 3 de
marzo, el goteo constante de muertos por el virus deja una defunción
cada cinco minutos.
Desde el inicio de la pandemia, concretamente desde que el contador
de fallecidos anotó su primera víctima mortal del Covid (el 3 de
marzo en Madrid), España ha perdido alrededor de 82.000 personas. De
ellas, el Gobierno y el Ministerio de Sanidad tan sólo han
reconocido oficialmente (datos a 29 de diciembre) a 50.442.
Fuera de esa cifra se han dejado a miles de ancianos muertos por la
pandemia en residencias de ancianos, o incluso a casos sospechosos
de hospitales, pacientes que contaban con todos los síntomas del
Covid pero que al no haber sido sometidos a un test por la falta de
pruebas diagnósticas no pasaron a engrosar la factura letal del
virus.
Doscientos setenta al día, 11 cada hora
El contador se ha detenido este 31 de diciembre. Habrán pasado, en
total, 303 días desde la primera muerte. Tomando como referencia los
cerca de 80.000 fallecidos que recopila el sistema MoMo, que analiza
los periodos de exceso de mortalidad y elabora semanalmente el
ISCIII, el ritmo de fallecidos diario, de media, alcanza las 270
defunciones. El pico mortal se produjo el 31 de marzo, con 849
fallecidos.
Esos 270 fallecidos diarios suponen 11 personas muertas cada hora en
España por causa del coronavirus. Un muerto cada poco más de cinco
minutos. Por ejemplo, en los 90 minutos que dura un partido de
fútbol pierden la vida entre 16 y 17 personas.
España, líder en mortalidad
Según el análisis de los datos de mortalidad mundiales recogidos
durante la pandemia, España, con 1.687 muertes por millón, tomando
los datos del INE, mantiene su posición tras esta segunda oleada del
virus como el país con mayor tasa de mortalidad de todo el mundo.
El resumen de los datos de muertes por millón en todos los países da
una idea del alcance letal de la gestión del coronavirus en España.
El segundo país en mortalidad es en estos momentos Bélgica, con
1.526 fallecidos por millón de habitantes. El tercer puesto lo ocupa
San Marino, con una cifra armonizada al millón (ya que su población
es mucho menor) de 1.414. En cuarto lugar figura Perú, con 1.106. En
quinto lugar aparece Italia, con 1.035. Todos los países restantes
también están por debajo de España, líder en tasa de mortalidad.
Es más, hasta los países mas criticados internacionalmente por su
nefasta gestión -incluso recibiendo criticas del mismísimo Gobierno
de España, que encabeza el ranking-, como Reino Unido o Estados
Unidos, podrían presumir de su posición frente a España. Así, Reino
Unido muestra un dato en estos momentos de 930 y Estados Unidos, de
882.
Ocultando muertes
Desde los primeros momentos de la pandemia, el Gobierno ha
maquillado las cifras de mortalidad sin ningún pudor para poder
ofrecer un balance menos agresivo del virus y minimizar el impacto
de la letalidad en la gestión del Ejecutivo de coalición. De esta
manera, Sanidad dejó fuera de sus cálculos a muchos colectivos,
principalmente a los fallecidos en residencias que nunca ingresaron
en un hospital o una planta UCI por la saturación de las primeras
semanas de la crisis.
Esta táctica fue reprendida en varias ocasiones por la Organización
Mundial de la Salud (OMS) y por la el Centro de Control de
Enfermedades de la Unión Europea, que advirtieron a España que
deberían contabilizarse como muertes por coronavirus todos aquellos
casos que presentasen un cuadro médico sospechoso o que encajase
dentro de los síntomas del Covid.
Tras resistirse a ello, finalmente el Gobierno y el Ministerio de
Sanidad admitieron este cambio en el conteo y comenzaron a aplicarlo
en noviembre. De esa manera, las estadísticas oficiales empezaron a
actualizar sus series históricas, provocando un alarmante efecto
colateral: los datos de mortalidad que se sumaban a diario durante
la segunda ola eran muy superiores a la cifra real de fallecidos, ya
que a cuentagotas debían sumarse miles de muertes que quedaron fuera
del cálculo durante la primera ola del coronavirus.
Esto fue especialmente significativo el pasado 24 de noviembre,
cuando Sanidad sumó 537 muertes a las estadísticas. La mala
interpretación del dato, generalizada mediáticamente, llevo a la
opinión pública a hablar de récord letal de la segunda ola y a
replantearse el futuro de las fiestas navideñas en vista a la
agresividad que mostraba el virus. Sin embargo, como podía
comprobarse en otro de los datos que ofrecía Sanidad en sus
estadísticas, la cifra de muertos por la pandemia en 24 horas había
sido tres veces inferior: 169 fallecidos.
El Gobierno, sin embargo, no rectificó ni matizó esta cifra, que le
permitía mantener su sistema de actualización de la serie histórica
que reparaba, día a día, el desaguisado que cometió contabilizando
muertos durante la primera ola.
Coronavirus en directo: sigue en directo la última hora de la vacuna
y las medidas de Nochevieja
UN AÑO DE CORONAVIRUS
Los héroes caídos de la pandemia: 152
personas murieron en España combatiendo el virus
Dieron lo mejor de sí mismos para salvar vidas y lo consiguieron,
aunque el Covid les arrebató a ellos el bien más preciado
OKDIARIO ha querido rendir tributo a estos fallecidos tras recopilar
los datos de colegios, asociaciones y fuerzas de seguridad
Segundo Sanz okdiario 1 Enero 2021
Todo homenaje es poco para reconocer el trabajo de los profesionales
que han combatido el coronavirus desde la primera línea en un aciago
2020. Dieron lo mejor de sí mismos para salvar vidas y lo
consiguieron, aunque hubo al menos 152 casos en que el virus les
arrebató a ellos el bien más preciado. La muerte les sorprendió en
la trinchera con escasez de medios, pero son los héroes caídos de
esta pandemia. OKDIARIO ha querido rendir tributo a los fallecidos
en tales circunstancias tras recopilar los datos recabados por
distintos colegios y asociaciones del ámbito sociosanitario, las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y el Ministerio de Defensa.
Médicos
Son el colectivo que registró más bajas. Hasta 83 médicos perdieron
la vida en estos meses, según el registro oficial del Consejo
General de Colegios de Médicos (CGCOM) y la información manejada por
la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM). En este total
se incluyen médicos que se encontraban ejerciendo su actividad
profesional tanto en hospitales como en centros de salud y otras
instalaciones sociosanitarias, entre ellas las residencias de
mayores, los puntos más golpeados por el virus.
El primero de ellos fue el médico de familia Francesc Collado Roura,
de 63 años, que falleció el 18 de marzo en el Hospital de Barcelona
a consecuencia del Covid-19, según explicó su hijo a Efe. Trabajaba
como cirujano del Hospital de Bellvitge Francesc, pasaba su consulta
privada en el barrio de Sants y ejercía también en la unidad de
cuidados paliativos del Hospital de Barcelona para la mutua
Asistencia Sanitaria. No sufría patología previa.
En el mes de mayo, y como prueba de que la calamidad que asoló a los
centros de mayores, el Colegio de Médicos de Jaén lamentó
profundamente el fallecimiento de Francisco Luis García Rodríguez,
médico de 61 años que desempeñaba su labor en la Residencia
Geriátrica Mixta de Linares y que no pudo superar la infección
ocasionada por el coronavirus dejando viuda y dos hijas.
Enfermeros
Al menos 9 enfermeros murieron también en el campo de batalla a
consecuencia del Covid-19, según indicó a este periódico el
Sindicato de Enfermería SATSE, mayoritario en la Sanidad. El primer
profesional de Enfermería fallecido en la Comunidad de Madrid fue
Esteban Peñarrubia, de 57 años, trabajaba en la Unidad de Cuidados
Intensivos (UCI) del Hospital Severo Ochoa de Legánes, donde su
mujer también ha sido enfermera. «Seguimos luchando, continuamos
dejándonos la piel y, en tristes ocasiones, también la vida, pero no
dudéis que conseguiremos vencer», fue el mensaje que remitió el
hospital a los medios con las condolencias también a la familia.
Más de 90.000 sanitarios se han contagiado en España por
coronavirus, 40.000 de ellos entre el 11 de mayo y el pasado 10 de
diciembre. La mayoría de estas infecciones se originaron en los
propios centros de trabajo.
Otro personal sociosanitario
Ante la falta de datos del Ministerio de Sanidad, la Asociación de
Médicos Unidos por sus Derechos (MUD) sí que se ha interesado por
glosar aquellas otras muertes de personal sociosanitario que se
produjeron en combate contra el virus. Así, desde MUD apuntaron
también el fallecimiento de auxiliares de enfermería, celadores,
conductores de ambulancia o limpiadores, entre otros. Esta
asociación también recoge el caso de la joven odontóloga Judith
Domínguez Cabezas, de 39 años, que ejercía para el Servicio
Madrileño de Salud (SERMAS), o el de Julio Vivas, de 83 años,
sacerdote claretiano y capellán en el Río Hortega de Valladolid.
Gonzalo Fernández, vicario general de los Claretianos le recordó
así: «Podríamos decir que fue un accidente laboral en pleno
ejercicio de su ministerio de acompañamiento a los enfermos y
moribundos».
Policías
Según los datos oficiales del Ministerio del Interior, fueron 10 los
agentes que fallecieron a causa del coronavirus, que se contagiaron
durante acto de servicio. Buena parte de ellos se infectaron durante
las difíciles semanas del estado de alarma de la primera ola, cuando
los agentes debían salir a patrullar las calles con una importante
escasez de material de protección. Faltaban guantes, mascarillas
-incluso se utilizaban algunas caseras realizadas y entregadas
voluntariamente por ciudadanos- y geles hidroalcohólicos.
A diferencia de lo que ocurre en Defensa, que considera a sus
muertos como «acto de servicio», el departamento que dirige Fernando
Grande-Marlaska aún no reconoce a todas sus fallecidos esta
categoría.
Guardia Civil
La familia de la Guardia Civil también ha sufrido pérdidas humanas
en este difícil 2020. En total, nueve miembros en activo de la
Benemérita perdieron la vida a consecuencia del Covid, además de
otros dos agentes que murieron por causas relacionadas con su
trabajo en pleno estado de alarma. El balance de contagios asciende
a 1.000 agentes.
Entre los fallecidos por el coronavirus se encuentran figuras muy
conocidas y respetadas en la Guardia Civil. Ese es el caso del
teniente coronel jefe del Grupo de Acción Rápida (GAR), Jesús Gayoso
Rey, que falleció a finales de marzo a los 48 años de edad víctima
del Covid-19, motivo por el que estuvo varios días hospitalizado.
El GAR es una unidad de élite de la Guardia Civil con sede en
Logroño. El fin de semana del 7 y el 8 de marzo se desplegó en Haro,
La Rioja, para confinar a un grupo de vecinos y contener uno de los
primeros brotes de coronavirus en España.
Militares
Las Fuerzas Armadas españolas han jugado un papel clave en la lucha
contra la pandemia. Lo han hecho a través de la Operación Balmis -y
su posterior reactivación en la Operación Balmis II-, que llevó a
los efectivos de los tres Ejércitos y de la Unidad Militar de
Emergencias (UME) a descontaminar residencias de ancianos, edificios
públicos, estaciones de tren y autobús y aeropuertos. Y también
ellos han sufrido el alcance letal de la pandemia.
La primera muerte en las Fuerzas Armadas se produjo el 30 de marzo.
Ese día falleció aquejado del Covid el subteniente José Manuel
Palencia Calzada, destinado en la base aérea de Cuatro Vientos. Tras
él, fallecerían otros dos militares durante la pandemia. Los tres
han sido señalados como héroes por el Ministerio de Defensa que
dirige Margarita Robles. Fallecieron en acto de servicio, como
considera oficialmente su departamento.
TVE censura la bandera de España en la
Puerta del Sol durante la retransmisión de las campanadas
La cadena pública estatal recorta planos y coloca un inmenso recurso
floral para ocultar la enseña nacional
OKDIARIO 1 Enero 2021
Televisión Española censuró anoche durante la retransmisión de las
campanadas del Año Nuevo la bandera de España que proyectó la
Comunidad de Madrid sobre la fachada de la Real Casa de Correos de
la Puerta del Sol. Con la argucia de recortar planos y poner un
inmenso recurso floral en el balón desde donde Ana Obregón y Anne
Igartiburu despidieron el año y dieron la bienvenida a 2021, TVE
evito difundir la imagen del edificio de la Puerta del Sol con la
gigantesca bandera.
Sólo cuando la televisión pública nacional ‘pinchó’ la imagen de
Telemadrid para ofrecer unos planos de la actuación de Nacho Cano en
directo, se pudo atisbar por unas décimas de segundo la enseña
nacional proyectada.
Al ver esas cortísimas imágenes muchos espectadores se dieron cuenta
del malabarismo de TVE para ocultar la bandera nacional. Entonces
Twitter empezó a llenarse de protestas ante la censura de la cadena
pública estatal.
Entre ellas destaca la de la Plataforma TVE Libre, que denunciaba a
través de las redes el «el lamentable sectarismo de extrema
izquierda. Su mensaje aseguraba que «fracasa el miserable cierre de
plano y la censura floral de @rtve para tapar la bandera de España
en puerta del Sol. Lamentable sectarismo de extrema izquierda en la
noche del año 20/21. Da pena la tv pública»
La Plataforma TVE Libre denunciaba así el «miserable cierre de plano
y la censura floral» de la Bandera por parte de TVE «para tapar la
bandera de España en puerta del Sol».
La ‘alerta’ sobre la ‘oscura pretensión’ de la presidenta de la
Comunidad de Madrid la lanzaba Ignacio Escolar en otro tuit anterior
en el que anunciaba, como si aventase una dramática última hora:
«Atención a esto -> Ayuso ordena proyectar la bandera de España en
la Puerta del Sol durante de la retransmisión de las campanadas».
Pero rápidamente el periodista y publicista Rafael Núñez Huesca, le
contestaba con ironía con un: «Intolerable! ¿Adónde vamos a llegar?»
y a continuación varias imágenes de edificios icónicos de Europa
donde se proyectaban con luces las enseñas nacionales de sus
correspondientes países: la alemana sobre la Puerta de Brandeburgo,
la union jack sobre el Parlamento británico, la italiana sobre el
Coliseo romano y la francesa sobre la Torre Eiffel.
La pelota que lanzaba la Plataforma TVE Libre, que citaba en uno de
sus mensajes a PP, Ciudadanos y Vox, era recogida en seguida por el
diputado por Vox de Badajoz, Víctor Sánchez del Real, quien
aseguraba que «tendremos que preguntar @MariscalZabala en comisión
de control de @rtve @RTVE_Com qué razones técnicas pueden alegar
para todas las triquiñuelas “floreadas” empleadas para ocultar la
bandera de España en Sol durante las campanadas». Y criticaba que la
«RTV de Mateo y Sánchez no quiere ser española».
Por su parte, José Miguel Blanco, del Grupo Popular de Usera en
Madrid, ha reseñado también la manipulación: «Pública en la
financiación pues la pagamos todos, pero partidista en sus
contenidos», se quejaba.
Sánchez renuncia a pedir Gibraltar cuando
más fácil tiene recuperar su soberanía
ESdiario 1 Enero 2021
El Brexit da la oportunidad histórica de recuperar algo que es de
España. El acuerdo provisional alcanzado renuncia a esa posibilidad
por la tibieza del Gobierno y de Bruselas.
España y el Reino Unido alcanzaron un acuerdo sobre Gibraltar apenas
horas antes de que el lamentable Brexit fuera definitivo, algo que
ha ocurrido esta medianoche para desgracia de la Unión Europea y
desde luego de las Islas Británicas.
En tiempos de emergencias tan extremas, destrozar alianzas por
razones emocionales inducidas por los gobernantes ingleses es una
lamentable manera de añadir problemas muy serios, de largo alcance y
hondas consecuencias socioeconómicas, a los ya existentes, de enorme
gravedad.
Y quién sabe si con efectos secundarios en otros países de la Unión
que, en tiempos de crisis, recurran a los mismos argumentos que
Boris Johnson para tapar sus errores con una fuga absurda.
El caso del Peñón refleja un poco esa tibieza europea, agravada por
la falta de peso de una España instalada en el ensimismamiento
ideológico de Sánchez: lo dice todo que el acuerdo no haya llegado
hasta el último minuto, lo que en sí mismo denota una frustrante
supremacía británica. El país que se marcha no está para exigir; y
la obligación de Bruselas y de Madrid era y es mantener sus
posiciones y no transigir con casi nada.
España ha desaprovechado el momento histórico del Brexit para
reclamar lo que es suyo: la soberanía de Gibraltar
Pero eso es lo que ha pasado en Gibraltar, que seguirá siendo una
anacrónica colonia dentro de territorio europeo y español, con una
metrópoli que se ha marchado del grupo de mala manera y, sin
embargo, mantendrá la soberanía sobre un territorio que no es suyo.
Y lo hará, además, disfrutando de las reglas y normas europeas de
las que se ha librado en todo lo demás.
Sin duda el acceso al Peñón de los miles de trabajadores españoles
que se desplazan a él a diario es importante. Y en ese sentido,
acabar con la verja y pactar el tránsito libre es relevante. Pero
mucho más lo es acabar con el paraíso fiscal, político, histórico y
económico que supone mantener una embajada británica sin controles
en espacio geográfico ajeno.
Aunque aún hay seis meses para negociar un acuerdo definitivo, el
alcanzado ahora entre España y el Reino Unido supone renunciar a
reclamar la soberanía de Gibraltar en un momento en el que más
fácil, dentro de la complejidad, era lograrlo: el Reino Unido se ha
marchado, de mala manera. Y nunca tendrán más fácil España y Europa
reclamar lo que es suyo y negociar con la dureza que haga falta para
recuperarlo.
Por fin acaba el maldito 2020: ¿hay razones
para el optimismo?
EDITORIAL Libertad Digital 1 Enero 2021
Si este Gobierno califica de sobresaliente su pésima gestión y no
reconoce uno solo de sus numerosos y funestos errores, ¿qué motivo
tienen los españoles para imaginar un 2021 promisorio?
Sería lógico que, tras un año tan desastroso como ha sido 2020 en
los ámbitos político, sanitario, económico, social e institucional,
muchos españoles albergasen la esperanza de una mejoría que, por
leve que fuera, hiciera de 2021 uno mucho mejor. Así podría ser si,
para empezar, el Gobierno partiera de un diagnóstico mínimamente
realista de la terrible situación, reconociese los errores cometidos
y mostrara un decidido propósito de enmienda.
Sin embargo, basta recordar el idílico balance que ha hecho el
presidente del Gobierno de este annus horribilis –como tan
acertadamente lo ha calificado Pablo Casado– para que el temor y el
desaliento cunda entre la ciudadanía. Porque si este Gobierno,
completamente desconectado de la pavorosa realidad, califica de
sobresaliente su pésima gestión y no reconoce uno solo de sus
numerosos y funestos errores, ¿qué motivo tienen los españoles para
imaginar un 2021 promisorio?
En política, como en cualquier otro ámbito de la vida, no existe
límite al deterioro y nada asegura, por muy malo que haya sido 2020,
que 2021 no pueda ser aun peor. De hecho, lo previsible es que sea
también tremendo, dado el declarado empeño del nefasto Pedro Sánchez
de seguir el mismo derrotero. El fatuo y narcisista presidente del
Gobierno no ha hecho absolutamente nada por distanciarse de sus
aliados de extrema izquierda, con los que quiere agotar la
legislatura, y separatistas, a cuyos sediciosos presos pretende
poner en libertad nada más empezar el año, bien mediante reformas
legislativas, bien mediante la concesión de unos indultos
especialmente infames.
De la ayuda que el Gobierno va a recibir de la UE, Sánchez sólo
piensa en las cantidades formidables de dinero que va a tener a su
disposición, no en someterse a la disciplina presupuestaria que
Bruselas demanda a cambio. Eso, por no hablar del arbitrario y
politizado reparto de fondos en función del color político de las
comunidades autónomas, tal y como se denuncia desde la agraviada
Madrid. El Gobierno está dispuesto a seguir desechando la austeridad
como si a los españoles, en vez de caerles encima una crisis
económica y sanitaria brutal, en gran parte por culpa del propio
Gobierno incompetente de Sánchez y su banda, les hubiera tocado la
lotería.
Sánchez parece igualmente decidido a consumar en 2021 su asalto al
Poder Judicial, tomando el CGPJ o concediendo la instrucción de las
causas penales a la prostituida Fiscalía comandada su lacayuna
exministra Dolores Delgado, intimísima del condenado prevaricador
Baltasar Garzón, que tanto daño ha hecho a la Judicatura nacional.
Para cebar el pesimismo, las tan esperadas vacunas contra el
covid-19 podrían no ser suficientes para acabar con la pesadilla
sanitaria, dado que el coronavirus podría volverse endémico, tal y
como acaba de alertar la por otra parte casi siempre sospechosa
Organización Mundial de la Salud (OMS) .
Si a todo lo anterior se suma un panorama mediático abrumadoramente
progubernamental y una oposición desunida e ignorante del coste
suicida que puede implicar su estéril cainismo, resulta muy difícil
encarar 2021 con ilusión sin ser un completo iluso.
******************* Sección "bilingüe" ***********************
El PSC y Vox darán la campanada
Sergio Fidalgo okdiario 1 Enero 2021
El fichaje de la ex candidata de Cs por el PP catalán, Lorena
Roldán, ha quedado eclipsado por un rumor que circulaba desde hace
meses en los mentideros políticos y que al final se ha hecho
realidad: Salvador Illa sustituye a Miquel Iceta como la apuesta del
PSC para presidir la Generalitat. Esto significa que los socialistas
catalanes creen que pueden ganar las elecciones al Parlament, y
juegan todas sus bazas. Aunque entre el electorado de centro derecha
Illa sea muy cuestionado por su gestión al frente de Sanidad, es
bien visto por los votantes catalanes de la izquierda no
separatista, dado que forma parte del sector más ‘españolista’ del
PSC, y junto a la número 2 del partido, Eva Granados, han ejercido
de contrapeso a las posturas más cercanas al nacionalismo no
independentista, que siguen teniendo peso en esta formación.
Entiéndame, Illa no es “Santiago y cierra España”, pero es lo más
alejado que hay en el PSC a dirigentes como Núria Parlón, la
alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet que encajaría perfectamente en
Esquerra o en los comunes de Colau.
Además, su labor como ministro le da un perfil menos catalanista que
el que tiene Miquel Iceta, lo que puede ser muy eficaz de cara al
gran objetivo del PSC, recuperar todo el voto prestado que le quitó
Ciudadanos en las áreas metropolitanas de Barcelona y Tarragona en
las autonómicas de 2017. De hecho, el fichaje de Rubén Viñuales esta
misma semana van esa dirección: en veinticuatro horas ha pasado de
ser el portavoz de Cs en el Ayuntamiento de Tarragona a ser el
número 2 de la lista del PSC al Parlament por esta provincia. En
plena época de vacunación, con la esperanza que eso genera, que Illa
sea el candidato le va a dar una inyección de popularidad que le va
ir muy bien al PSC. El poderoso aparato mediático de Ferraz se
pondrá sin duda a ello. Y de paso Pedro Sánchez vuelve a demostrar
su audacia: va a intentar demostrarle a Junqueras y Rufián que eso
de tenerle ‘cogido’ en el Congreso puede cambiar según lo que pase
en las elecciones catalanas.
Illa también va a intentar pescar en las aguas catalanistas, y por
eso mantiene su alianza con los restos de la Unió de Duran i Lleida,
Units per Avançar, formación que le ha dado pocos problemas en los
últimos años. Y la número 1 por Gerona, Silvia Paneque, gobernó
durante dos años el Ayuntamiento de Gerona junto a los
neoconvergentes de la actual alcaldesa, Marta Madrenas. El mensaje
es claro: el PSC va a vender al electorado que es el partido central
de la política catalana y que es la única formación que puede
intentar recoser las heridas que el separatismo ha abierto en esta
sociedad. No le servirá para pescar entre el electorado separatista
más radical, pero quizás lo consiga entre los soberanistas que estén
cansados de tanta agitación y deterioro de la economía.
El PSC jugará en todas las direcciones. En Cornellà o Hospitalet de
Llobregat pasearán al todavía ministro Illa, hablarán de las
‘políticas sociales’ de Pedro Sánchez e incluso, si conviene,
recordarán que apoyaron a Rajoy a la hora de aplicar el artículo
155. En Gerona o en Vic dirán que gracias a ellos el 155 no cerró
TV3, o que están a favor de los indultos, tal y cómo recientemente
insinuó Pedro Sánchez en una entrevista televisiva. Mientras,
Ciudadanos va sufriendo fugas por todos sus sectores, y el PP
desgasta la figura de su magnífico candidato, el mejor orador
constitucionalista en el Parlament, Alejandro Fernández, fichando a
Lorena Roldán, cuyo mayor mérito político fue participar en la Diada
separatista de 2013. Hay cosas que no se entienden por mucho que se
intenten explicar.
Así se las ponen a Vox, que será, y esto es afirmación, no opinión,
la campanada de las próximas elecciones autonómicas. Olvídense de
las encuestas que les dan entre cinco y seis escaños. Si de aquí al
día de los comicios no cometen graves errores, la formación de
Abascal conseguirá, como mínimo, diez diputados. Apunten esta cifra.
La bolsa de votantes cabreados y hastiados con el separatismo que en
2017 fue íntegra para Ciudadanos se está decantando de manera
mayoritaria por Ignacio Garriga. Conozco gente que va a votarles que
jamás me hubiera pensado que lo harían, que es justo lo que detecté
en 2017 con Inés Arrimadas. Si no meten la pata en las listas, o en
polémicas estériles, van a entrar con mucha fuerza en la cámara
autonómica catalana. Esto no significa que el PP saque un mal
resultado, sobre todo si se olvida de las ‘sorpresas’ y las campañas
de gatitos y perritos y da cancha libre a Alejandro Fernández, que
es un magnífico candidato.
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