El drama del paro incrementa las colas del
hambre
José María Rotellar Libertad Digital 8 Febrero 2021
El azote del hambre se deja sentir desde hace meses en una parte
importante de la clase media, que ha perdido su empleo y no puede,
literalmente, comprar absolutamente nada.
EsRadio y Libertad Digital, así como el diario El Mundo, relataron
la semana pasada el drama auténtico que se ve cada día en la vuelta
a España de las colas del hambre. Diariamente, puede comprobarse en
cada uno de los comedores de beneficencia que tiene la Iglesia -que
es quien principalmente está auxiliando, como siempre hace, a estas
personas que pasan por un momento terrible-, así como en los
comedores sociales de otras organizaciones.
El azote del hambre se deja sentir desde hace meses en una parte
importante de la clase media, que ha perdido su empleo y no puede,
literalmente, comprar absolutamente nada, y se extiende por las
ciudades más prósperas de España, como pueden ser Madrid o Palma de
Mallorca, por poner dos ejemplos de las capitales de provincia de
dos de las regiones con mayor poder adquisitivo en el conjunto
nacional.
La Comunidad de Madrid es la única región que está tratando de
perjudicar lo menos posible a la economía, aunque incluso en dicha
región las restricciones son excesivas y están haciendo mucho daño
económico, pero en comparación con el resto de España es un oasis de
libertad que permite que la actividad económica no se hunda del
todo. Eso es responsabilidad, que alguno debería aplicarse cuando
critica las medidas de Madrid por lo que considera que es un nivel
escaso de restricciones, y no lo es el cerrar absolutamente todo y
generar pobreza y miseria.
No obstante, pese a ese mejor comportamiento de las medidas
madrileñas, la mala gestión del Gobierno de la nación en toda la
crisis derivada de la pandemia está dejando ya sin capacidad de
aguante económico a muchas familias, que se ven abocadas a vivir de
la caridad.
En Mallorca, el desastre es completo, pues a la caída del turismo
por no haber viajes se une el cierre completo de la hostelería, que
sólo permite el reparto a domicilio. Allí, la ruina ha llegado ya.
La situación de desempleo derivada de los cierres impuestos a
determinadas actividades económicas, especialmente la hostelería, el
turismo, el comercio y el ocio, está agotando los recursos de muchos
ciudadanos, de manera que todo ese paro que se está provocando con
tanta restricción tendrá unas consecuencias peores que el
coronavirus no sólo en términos de riqueza, sino de mayor número de
enfermedades y fallecimientos por todo tipo de patología, como
sucede en toda sociedad que se empobrece, al no poder tener tantos
recursos para sanidad. Adicionalmente, el quebranto económico para
los ciudadanos se hará insoportable, como empezamos a ver con estas
colas del hambre que crea e incrementa el paro, cuyos datos pasamos
a analizar.
El paro sube en 76.216 personas, que supone un incremento mensual de
un 1,96%. De esa forma, la cifra de parados registrados se queda a
las puertas de los cuatro millones, con 3.964.353 desempleados.
Es más, en términos interanuales, que eliminan la estacionalidad, se
ha incrementado en 710.500 personas, un 21,84%. Es el mayor
incremento desde el año 2010.
Son, además, once meses consecutivos de fuertes incrementos
porcentuales del paro en tasa interanual.
De la misma manera, sube en todos los sectores económicos, salvo una
pequeñísima bajada en construcción, y se incrementa con fuerza en el
sector servicios, donde sube el paro en 78.089 personas, que denota
que el mercado laboral se está deteriorando más en el sector
principal de nuestra economía, que hace que su incremento sea más
preocupante.
También lo hace en ambos sexos y en los mayores de veinticinco años,
que dificulta su retorno al mercado laboral.
Bajan los contratos:
Descienden un 26,20% interanual en el mes (462.408 contratos menos).
Los contratos indefinidos caen un 30,61% interanual en el mes.
La afiliación a la Seguridad Social cae en enero, en términos
mensuales, en 218.953 personas. Junto con el dato de enero del año
pasado, donde ya empezaba a verse la crisis que estaba en ciernes y
que las restricciones del coronavirus ha acelerado y agravado, es el
peor dato mensual de un mes de enero desde 2013.
De esa manera, en los tres meses de enero en los que ha gobernado
Pedro Sánchez (enero de 2019, enero de 2020 y enero de 2021), se han
destruido más de 200.000 empleos cada uno de esos meses.
Y el dato en términos interanuales se remonta, en negativo, a los
peores momentos de la anterior crisis. De esa manera, los afiliados
en tasa interanual caen en 335.014 personas, que es el peor dato
interanual de un mes de enero desde 2013.
Del mismo modo, el número de empresas con código de cuenta a la
Seguridad Social han descendido en 101.258 desde febrero de 2020.
Estas cifras, que son terribles, podrían ser todavía más negativas
si no fuese, como antes se ha señalado, por el efecto de los ERTE,
que ortodoxamente, por criterio estadístico, no se contabilizan como
paro registrado y se mantiene al trabajador dado de alta en la
Seguridad Social, de manera que si dichas personas, que realmente no
están trabajando y están cobrando una prestación por desempleo, en
términos oficiales, se incluyesen en el número de parados y en los
afiliados perdidos, nos encontraríamos con casi cinco millones de
parados y con escasos dieciocho millones de afiliados.
Adicionalmente, de esas 738.969 personas que se encuentran en ERTE,
el 68,47% se concentra en la hostelería, los servicios de
alojamiento, el comercio, las actividades de ocio y las agencias de
viajes, que con las medidas actuales y el penoso ritmo de vacunación
tienen un horizonte más sombrío.
La mala gestión gubernamental, con restricciones constantes, están
hundiendo al tejido productivo, especialmente a restaurantes, bares,
cafeterías, comercio y turismo, de manera que, de seguir con esa
política, puede dejar, desgraciadamente, todavía un mayor número de
personas en el paro a lo largo de 2021.
Violencia separatista y riesgo de pucherazo
EDITORIAL Libertad Digital 8 Febrero 2021
Pocos procesos electorales se han desarrollado en un clima de tanta
violencia y fuertes sospechas de irregularidades como las elecciones
al parlamento de Cataluña que tendrán lugar el próximo día 14.
La violencia callejera contra VOX sigue desatada sin que las
autoridades catalanas pongan coto a las hordas de independentistas
que agreden a altos cargos y simpatizantes de la formación de
Santiago Abascal. El propio líder conservador fue acosado y agredido
cuando trataba de intervenir en un acto de su partido celebrado ayer
en la localidad gerundense de Salt gracias, sobre todo, al ridículo
dispositivo de seguridad desplegado por la policía nacionalista, una
situación insólita que jamás se habría producido si las piedras y
los golpes fueran contra los candidatos de otros partidos.
También el secretario general de la formación conservadora y el
candidato a la Generalidad sufrieron en sus carnes este pasado fin
de semana las agresiones y el acoso violento de centenares de
separatistas, que actuaron con plena tranquilidad aprovechándose del
escaso despliegue de agentes diseñado intencionadamente por las
autoridades nacionalistas y su policía política.
La situación de permanente violencia callejera contra un partido
político, propiciada por el Gobierno regional nacionalista, es una
anormalidad democrática que cuestiona muy seriamente la limpieza de
un proceso electoral. Todos los partidos deben concurrir a la cita
con las urnas en igualdad de condiciones y con plena libertad para
llevar a cabo sus actos de propaganda electoral. No es eso lo que
está ocurriendo en Cataluña, como vemos día tras otro en las
imágenes vergonzosas que retratan muy bien a las recuas
separatistas, pero también a sus líderes.
A ese clima intolerable de ataques callejeros contra un partido
legal y sus simpatizantes hay que añadir la situación anómala
provocada por la pandemia de la Covid-19, en plena tercera oleada de
contagios. El miedo al virus y los estragos que está produciendo en
miles de afectados, muchos de ellos convocados a formar parte de las
mesas electorales, son otro impedimento para que las elecciones
catalanas se desarrollen con normalidad. Tan es así que hasta los
responsables del Gobierno regional de Cataluña dudan de que vaya a
ser posible hacer el recuento la noche de las elecciones, otra
anomalía vergonzosa que socialistas y separatistas están dispuestos
a asumir con total normalidad.
Lo único sensato hubiera sido retrasar la convocatoria electoral
hasta tener controlada la pandemia, pero la urgencia política de
Sánchez para situar a Illa en el Gobierno de la Generalidad y la
incomprensible complacencia de la Junta Electoral ha permitido que
asistamos a una cita con las urnas convertida, como todo lo que toca
el separatismo, en un execrable esperpento más.
Hay que parar la violencia contra Vox
Pedro de Tena Libertad Digital 8 Febrero 2021
La izquierda española sigue sin aceptar la democracia parlamentaria
como única forma civilizada de gobierno.
Lo ocurrido el hace dos días en Vich no es nuevo. Ni en su forma ni
en su fondo. No es Vox el primer partido contra el que una izquierda
separatista cada vez más totalitaria tira piedras, o acosa a sus
representantes o ataca domicilios y locales. Le ha ocurrido al PP y
a Cs. Tampoco ocurre sólo en la Cataluña rota de hoy. Lo que se
vivió en la Cataluña de la transición y en el País Vasco durante
décadas, con centenares de asesinados, fue un genocidio de diseño
del comunismo separatista contra las fuerzas del orden, el centro
derecha e incluso contra miembros del PSOE. Memento Múgicas y
memento Ryan. El caso es que hay un sector muy importante de la
izquierda que ve necesario, e incluso bueno, eliminar por la fuerza
la presencia de conservadores, liberales e incluso socialdemócratas
en la vida política española. Es decir, que no cree en la
democracia, en el derecho y en la convivencia. Mucho menos en la
tolerancia y el respeto.
Normalmente, los ataques se limitan al tatuaje ideológico y al
linchamiento verbal en el foro público. Se comprenderá con un
ejemplo no relacionado con la política, para hacerlo más llevadero.
Claudio Sánchez-Albornoz fue uno de los grandes historiadores
españoles, de esos que estudiaron de verdad y a fondo. Su libro
sobre la España musulmana, en sus textos islamistas y cristianos,
fundamentó su tesis sobre el enigma español, consecuencia de una
reconquista necesaria para España y para Europa, como hoy es
reconocido. Recuérdese cómo Chesterton, por ejemplo, cantó la
victoria de Lepanto.
Pero los que no investigan ni estudian sino que aplican fórmulas
huecas a todo, primero lo etiquetaron como historiador conservador
que “deformó” la historia de España con su fe en la nación española
y con su fe cristiana. A partir de ahí, ya se le pudo condenar como
reaccionario, fascista (aun siendo presidente de la II República en
el exilio) e incluso como ignorante. Porque deformar, ya saben, sólo
deforman los que creen en la España nacional y exploran su futuro
desde el liberalismo. Los que dicen que fue la ¿monarquía Hispánica?
la que ¿invadió? el ¿tolerante? Al-Andalus – hasta Américo Castro se
revuelve en su tumba -, no deforman. Tal vez sea cierto, porque más
que deformar eliminan la historia que no les gusta, como hacen con
la II República y, si es preciso, borran al historiador como Stalin
borraba las figuras de sus purgados en las fotos oficiales.
Sin embargo, oh, milagro del doble rasero y de la hipocresía, los
“¿fascistas?”·, “ultras”, “antidemócratas” y “violentos” son, ahora,
los afiliados, militantes y votantes de Vox que son precisamente los
golpeados, acosados y perseguidos por los “demócratas” de la
izquierda separatista que no tiene inconveniente en hacer
desaparecer a la más de media Cataluña que se siente también
española. Ya hace casi un año desde que un grupo de amigos,
filósofos, historiadores, escritores y amigos levantamos la voz y
proclamamos el derecho de Vox, como partido democrático con cabida
en la ley española y europea, a existir políticamente. Y añadimos:
Constatamos que Vox no defiende ni practica la violencia como forma
de actuación política que sí han consentido y consienten algunos
grupos, ni es impulsor ni ejecutor de golpes de estado que sí han
perpetrado otras siglas ni busca instaurar una dictadura como hay
quien reconoce abiertamente, ni ha sido imputado, ni siquiera
implicado, en casos de corrupción como lo han sido casi todos los
demás.
La violencia política es incompatible con la democracia. Si ésta es
algo, es un modo de organizar la vida pública de manera que la
sustitución de un gobierno por otro es posible y no conlleva ni
exige la aniquilación de los adversarios. Pero no, la izquierda
española sigue sin aceptar la democracia parlamentaria como única
forma civilizada de gobierno, a pesar de sus defectos, muchos de
ellos provocados desde la propia izquierda o desde algunas derechas.
O se para la violencia contra Vox o estará justificada la legítima
defensa ante la tibieza de las reacciones y la inutilidad de las
instituciones para la salvaguarda del derecho constitucional.
¿Qué se va a hacer cuando Vox consiga el próximo domingo grupo
parlamentario en Cataluña y, en su momento, en el País Vasco?
¿Atacar a casi 4 millones, y creciendo, de votantes? Esta izquierda,
además de fanática e intolerante, es políticamente estúpida.
Los ataques a VOX
EDITORIAL https://gaceta.es
8 Febrero 2021
Los ataques continuos a VOX en la campaña electoral catalana son un
ejemplo perfecto de la corrupción que asola esa parte de España, y
no sólo esa parte. Corrupción económica, que quizá a estas alturas
sea la menos importante, corrupción gubernamental, corrupción del
lenguaje y corrupción de los grandes medios de comunicación al
servicio (remunerado) del difunto bipartidismo.
Nuestro sistema constitucional del gobierno representativo sólo
puede funcionar cuando el valor de los votos se mide en el acceso de
los votantes a información libre sobre los candidatos. Dentro de ese
proceso de maduración del pensamiento, la celebración en paz y en
libertad de todos los actos de los partidos en el marco de una
campaña electoral es una parte fundamental porque mide, mucho mejor
que cualquier otro parámetro, la temperatura democrática de la
sociedad en su conjunto y, por ende, el valor de los votos.
En el caso catalán, y ya lo adelantamos, esa temperatura democrática
está por debajo del punto de congelación.
La corrupción gubernamental en el caso de los ataques continuos a
VOX es palmaria. La desidia y la inacción de las fuerzas de
seguridad catalanas a la hora de prevenir, reprimir y detener a los
saboteadores violentos de un acto democrático como es un mitin de
campaña, es un acto de pura corrupción de los mandos de la policía
catalana al servicio de intereses partidistas que buscan vincular a
VOX, aunque sea la víctima, con la violencia. Esta técnica perversa
se completa presentando a la otra parte, la criminal —la que ataca,
la que no es reprimida, la que se mueve en la impunidad más
absoluta—, con nombres genéricos positivos como «antifascistas» o
«activistas» que luego muchas de su señorías de la izquierda
comunista incluyen en sus currículos profesionales yermos como un
páramo desolado.
Esta corrupción del lenguaje, consentido, cuando no protegido, por
los grandes medios de comunicación, es miserable. Nada tenemos que
decir de los medios al servicio directo del nacionalismo separatista
porque en su caso no hay corrupción del pensamiento, sino coherencia
con su mensaje permanente de estulticia. Pero sí que tenemos que
decir, y mucho, de medios de comunicación que dicen defender la
Constitución —preámbulo, Título Preliminar y Título I—, la unidad de
España como bien moral superior, el imperio de la ley y que se
llenan la boca con apelaciones a la libertad de expresión, pero sólo
a la suya.
La vieja costumbre corporativista del oficio de periodista (perro no
come carne de perro) no debe impedirnos dirigirnos a esos colegas
que redactan artículos de condena ligera de «las actitudes
violentas» y en los que siempre hay una pirueta estupenda para que
la izquierda —la que subvenciona con nuestro dinero, la que invita a
tertulias pagadas, la que colocan miembros de consejos de
administración, la que promociona los libros de los periodistas o
los hunde— y a veces el centrismo moderado no puedan acusarle de
haber sido blando con VOX. Ataques ad hominem incluidos.
A esos compañeros, algunos amigos, que de vez en cuando se preguntan
frente al micrófono, frente a la computadora o en un reservado de
algún hotel periférico cómo es posible que la democracia española
haya llegado a este grado de corrupción, les invitamos a echarse una
larga mirada frente a un espejo fiel y no deformado. Insistimos: una
mirada larga, honrada y sincera.
Feijóo y el enredo permanente
Miguel Ángel Belloso okdiario 8 Febrero 2021
El presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, es un personaje
singular. Es un tótem del PP, a la manera en que lo fue en su época
Manuel Fraga. Ha conseguido cuatro mayorías absolutas consecutivas.
Ha demostrado una inteligencia y una eficacia sobrenaturales. Pero a
diferencia de Fraga, que cuando nombró sucesor a José María Aznar,
se apartó por completo de la política nacional, y lo dejó hacer,
Feijóo es alérgico a la abstinencia. Como no es un barón cualquiera
ni se resigna a su papel al fin y al cabo secundario, no pierde la
oportunidad de hacerse notar, de que todo el mundo perciba el
mensaje de que allí está él, por si acaso.
Feijóo tuvo la oportunidad de ser presidente del PP en las Primarias
que se celebraron al efecto y que ganó Casado, pero no quiso. No
quiso porque en el fondo no deseaba unas Primarias sino una suerte
de aclamación, porque no tuvo el coraje de enfrentarse al veredicto
de una militancia siempre imprevisible o porque en Galicia se vive
como Dios, sobre todo si eres lo más parecido a un emperador. El
caso es que pese a haber declinado la competencia por el liderazgo
del PP, luego ha tratado de ejercerlo desde la sombra. De modo que
su comportamiento ha sido siempre discutible e incluso reprochable.
Digamos, de una manera suave, que no ha sido el mejor compañero de
Casado.
Ha tratado de condicionarlo cuanto ha podido para vincularlo
inmarcesiblemente al centrismo, donde está convencido de que se
ganan las batallas, hizo todo lo posible para defenestrar a Cayetana
Álvarez de Toledo al frente de la portavocía parlamentaria del Grupo
Popular, y ahora su nuevo objetivo es debilitar a la presidenta de
Madrid, Isabel Díaz Ayuso, a la que no quiere ni en pintura como
presidenta del PP de la comunidad y sobre la que tiene una actitud
desleal, que parece ser una especie de tentación a la que no
renuncia.
Su inclinación por el enredo es inquietante, porque otros barones de
menor enjundia, como los presidentes de Castilla y León, de Murcia o
de Andalucía, los señores Alfonso Rodríguez Mañueco, Fernando López
Miras o Juan Manuel Bonilla manejan gobiernos de coalición frágiles
y pendientes del apoyo de Vox, y porque dadas las circunstancias,
prestan una atención inusitada a Feijóo, el faro de la Costa de la
Muerte. Pero la luz que alumbra el Napoleón de Galicia no contribuye
precisamente a garantizar la paz, la concordia y la unidad
estratégica del partido.
El último charco que ha pisado el gallego tiene que ver con las
políticas impulsadas por los diferentes gobiernos de la cuerda para
afrontar la pandemia, entre las que destaca por su atrevimiento, por
su determinación, pero también por su resultado, las de la señora
Díaz Ayuso, que se resiste con uñas y dientes a cerrar los bares y
restaurantes, a clausurar los comercios y a acelerar la ruina de
tantos pequeños empresarios que están al borde de la asfixia
económica y de la depresión, que es tan nociva en términos de salud
como el virus chino. Es natural que tal ejercicio de osadía y de
ambición espolee a los adversarios políticos sin recursos para el
combate, es decir, a los socialistas y comunistas con mando en
plaza, pero que al mismo tiempo aliente la envidia, el resentimiento
y la perfidia de los propios, es decir, que impulse el fuego amigo,
es verdaderamente notable. Resucita los peores tiempos de la derecha
cainita.
El señor Feijóo ha sugerido que es una irresponsabilidad la manga
ancha de Madrid en los horarios de las aperturas de la hostelería y
en los toques de queda. Luego lo ha matizado, ¡claro!, diciendo que
cada comunidad toma sus decisiones en relación con la situación en
su territorio, pero el mal ya está hecho. La ponzoña está servida.
La diferencia entre teóricos compañeros de viaje se ha constatado y
es indeleble. El oxígeno para el sectarismo televisivo nacional,
debidamente acreditado.
Como se sabe, Madrid fue el centro de la pandemia durante los meses
de plomo. Luego gracias a una estrategia destinada a cerrar sólo las
zonas sanitarias con mayor nivel de contagios, permitiendo la
movilidad en el resto de la capital, los efectos han sido
espectaculares. Durante mucho tiempo, y aún ahora -en que las cosas
van momentáneamente peor, aunque tienden a mejorar- la señora Ayuso
ha permitido la apertura de los comercios y de la hostelería lo
máximo posible. Y ha declarado su voluntad de intensificar la dosis
de libertad en el futuro.
Los empresarios del sector, que viven la crisis más aguda de la que
hay conocimiento público, le están muy agradecidos. En Cataluña y en
otros lugares de España, la gente ha salido con pancartas en las que
se podía leer “Ayuso vente aquí”. En Albacete la han sacado en
procesión. Mi amigo Chema, el dueño de la taberna Aolmar, junto a la
Ciudad de los Periodistas, hace tiempo que propone a sus clientes
procesionar a la presidenta.
Como el enojo y la penuria de este sector de actividad crucial en un
país como España, que vive del acercamiento social, de la
convivencia en la calle y de la barra de bar, es legendario, Ayuso
ha puesto en un brete a otros gobernantes más apocados, menos
decididos y hasta quién sabe si más estúpidos. De una u otra manera,
Ayuso los ha situado en el disparadero antes sus eventuales votantes
y esto es algo que llevan muy mal, hasta el punto de cuestionar a
una compañera de partido que sólo trata de hacer bien su trabajo.
Que Ayuso pueda tomarse estas libertades que molestan tanto a la
izquierda como a la derecha es porque ha impulsado una política
económica que ha abierto el margen de maniobra fiscal posible para
ponerlas en marcha. Sus gestas heroicas como la habilitación
sanitaria del recinto de Ifema y ahora la construcción en tiempo
récord del hospital Isabel Zendal no habrían sido posibles sin la
ejecutoria consuetudinaria que ha seguido siempre la Comunidad de
Madrid, de bajos impuestos, de gasto contenido y de déficit público
a raya.
Como esta estrategia ha proporcionado un aumento rotundo de los
ingresos fiscales, dando por buena empíricamente una vez más la
teoría de Arthur Laffer de que la reducción de los tributos acaba
proporcionando a la larga una mayor recaudación, genera atractivo
para la inversión y relocaliza los recursos que se fugan de destinos
menos hostiles, Madrid ha contado con el músculo financiero
imprescindible para gastar extraordinariamente en instalaciones
sanitarias que además están a disposición del resto de España.
El modelo liberal de bajos impuestos, de facilidad para las
empresas, de cariño hacia los emprendedores y de promoción de una
convivencia amigable acaba proporcionando una rentabilidad inmensa.
A pesar de lo que se diga en contra, la competencia fiscal es
intrínsecamente positiva. Contribuye a que baje la presión
tributaria, favorece la consolidación y el asentamiento del trabajo
y del capital en los lugares más hospitalarios, incentiva la
inversión y el consumo e impulsa a la vez el crecimiento económico y
la recaudación. El modelo liberal en favor de la responsabilidad
política y del ajuste de cuentas inevitable obliga a los gobiernos
que gastan a dar cuenta al tiempo de los impuestos que establecen,
para que luego las urnas dicten su veredicto inapelable. Esta es la
política que ha seguido por fortuna Madrid desde los tiempos de
Esperanza Aguirre. La política que sirve y mejora la vida de los
ciudadanos. La que da aliento a las empresas y genera la riqueza
correspondiente.
En sus años mozos, antes de ser ministro de Hacienda, Cristóbal
Montoro decía que la mejor manera de reducir el déficit público es
bajar los impuestos. Así es. La expectativa inicial de contar con
menos ingresos -aunque luego suele ocurrir lo contrario- ejerce como
un cinturón de castidad que sujeta el gasto público, conduce a su
eficiencia máxima y achica el desequilibrio presupuestario.
Esta es la norma que ha inspirado a la Comunidad de Madrid con el PP
al frente desde tiempo inmemorial, y la que la señora Ayuso practica
sin complejos, a pesar de las denuncias extemporáneas y absurdas
sobre eventuales paraísos fiscales que no sólo son falsas sino
grotescas: sólo tratan de enmascarar el fracaso sin paliativos del
socialismo, así como de esconder la podredumbre moral de sus
defensores.
Y esto, es decir, el éxito, es lo que no soportan los adversarios y
enemigos de la señora Ayuso, dispuestos incluso a cometer actos
criminales como los que están sucediendo con el hospital Zendal.
Pero lo importante, lo que se hace tristemente indigesto es que
algunos compañeros de partido, y entre ellos el señor Feijóo,
muestren un recelo inaudito y a veces una incomprensible
beligerancia hacia una compañera que no ha demostrado propósito
alguno de jugar en su liga, que como suele ocurrir con los gallegos
nunca se sabe de qué va.
Inteligencia y eficacia sobrenatural
Nota del Editor 8 Febrero 2021
Si el tal Núñez tuviera Inteligencia y eficacia sobrenatural, ya se
habría instalado en C/ Génova para enseñar la lengua regional a los
madrileños.
El tipo es un desastre en todos los aspectos, mantenido únicamente
por el reparto de prebendas del dinero esquilmado a la ciudadanía a
los medios de comunicación y su palabra no vale un ochavo.
El Covid 19, la excusa para disimular la
incompetencia del Gobierno
“En ausencia de una responsabilidad rigurosa, florece la
incompetencia. Se fomenta y se recompensa la falta de honradez” Al
Gore
Miguel Massanet diariosigloxxi 8 Febrero 2021
Se puede decir que estamos en una etapa de la Historia de nuestro
país en la que no pasa día, no existe tregua ni se nos da sosiego
para que los ciudadanos de a pie tengamos ocasión de serenar nuestro
espíritu, ordenar nuestras ideas y hacer un balance, más o menos
mesurado, respecto al estadio político en el que nos encontramos
ubicados o respecto a cuánto tiempo va a durar la situación de
inestabilidad en la que nos consideramos instalados. España ha
entrado en lo que se podría considerar un torbellino en el que se
pretende establecer un melted de ideas políticas que, a la vez,
reviertan en una justicia distributiva y, como tercera variable, que
redunde en una mejora de la situación económica del país y de la
ciudadanía en general, es decir, lo que se podría traducir como la
cuadratura del círculo.
Un periodista del periódico Hispanidad, con cuyas ideas solemos
identificarnos, nos ha sorprendido con un ataque frontal hacia el
señor Mario Draghi, el que parece que ha sido elegido por el
presidente de Italia, señor Matarella, para que intente formar un
nuevo gobierno para la nación italiana. Don Eulogio López se muestra
contrariado por el hecho de que, después de una serie de gobiernos
fracasados en el Estado, se haya elegido a un “tecnócrata” para
intentar sacar a flote un país que, como nosotros los españoles, ha
conocido en su historia tiempos mejores y que corre peligro de dejar
de ser, como lo ha venido siendo hasta hace poco, una de las
potencias económicas de la UE. Después de calificar al presidente
italiano Sergio Matarella, de “pedante insufrible” sobre lo que no
queremos opinar, se queja y se lamenta de que el señor Mario Draghi
haya sido un” banquero de inversión” lo que le hace identificarlo
como “amante de la especulación” para quien la política económica no
consiste en fabricar bienes sino en fabricar dinero.
No olvidemos que a quién califica con tanta ligereza el señor
Eulogio López, es un señor con el siguiente curriculum: economista
italiano, presidente del Banco Central Europeo desde 2011 hasta
2019; Entre 1985 y 1990 fue director ejecutivo del Banco Mundial, y
entre enero de 2002 y enero de 2006 fue vicepresidente, por Europa,
con cargo operativo, de Goldman Sachs, cuarto banco de inversión del
mundo. No da la sensación de que con semejante bagaje intelectual y
de experiencia en el ramo de la economía mundial, se lo pueda
calificar como no apto para ocupar el cargo que, por ejemplo, en
España ocupa un señor, el señor Pedro Sánchez, del que se dice que
copio su trabajo para conseguir el doctorado en económicas y que,
durante el tiempo que lleva al frente del ejecutivo, sus errores
garrafales no tienen otro parangón que aquellos que, el señor
Zapatero su correligionario, cometió llevando a España a una
situación de quiebra, que no se materializó gracias a que el señor
Mariano Rajoy supo evitarlo.
Muchos, en España, recordamos la llegada de los tecnócratas en
tiempos del gobierno del general Franco y lo que supuso para España
el cambio de rumbo que supieron darle a nuestra economía y lo que
representó para el país que hubiera un equipo económico solvente
capaz de corregir las evidentes equivocaciones de los políticos de
aquella época. No pretendemos decir que el país deba suprimir a sus
políticos, aunque es obvio que una buena criba de los que
actualmente están al frente del país sería de todo punto necesaria;
pero hay circunstancias, situaciones en las que si se apartaran los
políticos y dejaran trabajar a los verdaderos expertos en la materia
seguro que se hubiera agradecido por los ciudadanos que han tenido
que ver con estupor como unos verdaderos inexpertos, unos aprendices
ególatras y unos advenedizos completamente ignorantes en cuestiones
de epidemias, se han hecho cargo y, además, han tenido la temeridad
de pretender imponer, contra el parecer de los expertos, sus
conveniencias políticas y partidistas, aunque ello haya causado una
prolongación de la pandemia y un aumento de los contagios que nos ha
situado en los últimos lugares, en cuanto a las naciones europeas,
en lo que respeta a la incidencia y las muertes que se han producido
por el coronavirus.
Por desgracia no podemos entrar en disquisiciones sobre justicia
distributiva y lo que pretendió decir Aristóteles cuando la definió
como: “lo justo o correcto respeto a la asignación de bienes en la
sociedad”. Un tema que nos lleva, simplificando, a lo que sería la
distribución igualitaria estricta que propugna la asignación de
igual cantidad de bienes materiales a todos los miembros de la
sociedad, sin más distinciones o la que nos parece más justa y
adecuada fundamentada en en los recursos y principios distribuidos
en lo que las personas merecen a causa de su trabajo
(responsabilidad económica). La realidad es que lo que nos está
pasando en España, aparte de lo que nos está dejando la epidemia del
Covid 19, es que estamos en manos de quienes, argumentando que
defienden ideas de tipo humanitario y de protección de los
trabajadores, están dándole un vuelco a nuestro Estado de derecho y
llevándonos a un tipo de estado intervencionista, totalitario y
evidentemente de carácter comunistoide. Es lo que la señora Colau
pretende implantar en el municipio de Barcelona y que está siendo
desmontado por la Justicia que no para de darle en la cresta,
anulando todas sus decisiones meramente especulativas, con las que
quiere coaccionar a los dueños de inmuebles sin tener en cuenta,
para nada, nuestra legislación estatal y nuestra Carta Magna.
Y es que cuando nos hablan de defender “ideas” parece que siempre
estamos tratando de las que hacen referencia a las izquierdas, a sus
moralinas igualitarias, a su olvido de lo que es la naturaleza
humana y en su desconocimiento o así lo fingen, de que este mundo no
está hecho de santos ni de personas perfectas. Los hay pobres que
trabajan y se esfuerzan en mejorar, los hay también que no dan golpe
y viven de las subvenciones, así como también existen los
sinvergüenzas que no dudan en aparentar estar enfermos, para
conseguir la baja y es imposible que ignoremos todo ello,
insistiendo en que toda persona merece igual respeto y
consideración. ¿Por qué en lugar de defender ideas no hablamos de
defender valores? O ¿son más importantes las ideas o el conseguir un
nivel de vida aceptable?, ¿con actitudes revolucionarias o con
algaradas separatistas se ha conseguido mejorar la vida de los
catalanes o, por el contrario, en la actualidad la autonomía
catalana es la en la que el ciudadano paga más impuestos para
recibir menos servicios?, ¿Ideas que nos llevan a situaciones de
paro y pobreza o trabajo y bienestar social? No nos engañemos los
extremismos y los estados de tipo totalitario y anticapitalistas
siempre llevan como consecuencia el sometimiento de la ciudadanía y
la pobreza para todos.
¿El señor Mario Draghi? Sin duda alguna, pese al mal concepto que de
él tiene nuestro amigo de la Hispanidad, para España necesitaríamos
con urgencia que una persona de su perfil económico, de su honradez
y de su saber hacer para que pusiera orden y echara, de los
ministerios que ocupan, a los verdaderos culpables de la deriva
errónea que nuestro Gobierno está imprimiendo a nuestra nación, los
señores de Unidas Podemos y se descargara de sectarias,
irresponsables y flacas de memoria como la señora Calvo que se
olvida de que los ciudadanos españoles somos los que le pagamos el
sueldo y que ella, que forma parte del Gobierno, no lo hace
solamente para amparar a los suyos sino que se debe a todos los
españoles. Todos los españoles queremos conocer lo que dice el
informe del Consejo de Estado en sus 96 jugosas páginas que, según
el portavoz de Cs, Edmundo de Val “es demoledor para el Gobierno”.
Si es bueno, aunque no sea preceptivo que el Gobierno lo tenga en
cuenta ¿por qué se nos oculta al resto de partidos de la oposición y
a los ciudadanos? Lo que evidencia, señora Calvo, que no es que el
PP quiera agarrarse a un clavo ardiendo, sino que son ustedes que se
encuentran incómodos ante lo que sería dar publicidad a un escrito
que, con toda seguridad, les haría sonrojar. Así se empieza cuando
se pretende implantar una dictadura que, en realidad, es lo que Uds.
pretenden, recortando derechos, ocultando errores y engañando a los
más débiles haciéndoles creer que los van a enriquecer a todos, sin
trabajar, sólo recurriendo a las mamandurrias del estado proletario.
Sigan así y veremos dónde acabamos.
O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie,
nos estamos apercibiendo de que las féminas que ocupan puestos en el
Gobierno, quizá con la excepción de las ministras de Economía y la
del Ejército, el resto no hacen honor a lo que el feminismo pretende
hacernos creer a todos cuando nos habla de favorecer la llegada de
las mujeres al poder. Los ejemplos de la Calvo, la comunista Montero
(debiera caerle la cara de vergüenza de presentarse como defensora
del proletariado viviendo en la mansión suntuosa en la que vive y
ahora usando a una funcionaria de alto rango de la Administración
como niñera de sus hijos), la ministra de Hacienda Mº Jesús Montero
y la de Educación, Zeláa son ejemplo de lo peor que se les podría
achacar a los hombres que ocuparan los puestos en los ministerios de
los que ellas se han hecho cargo. Y, como de costumbre, una frase
que, en este caso, será de don José Antonio Primo de Rivera: “Pero…
una nación no es una lengua, ni una raza, ni un territorio. Es una
unidad de destino en lo universal. Esa unidad de destino se llamó y
se llama España”
La violencia islamista en las escuelas
francesas
Redacción https://rebelionenlagranja.com 8 Febrero 2021
En un artículo publicado por el intelectual italiano Giulio Meotti
en la web del Gatestone Institute, titulado «La transformación
religiosa en las escuelas francesas», se analiza la guerra de baja
intensidad que bulle en Francia y que pretende islamizar la escuela
y silenciar las críticas a la religión de Mahoma. Sólo desde el
pasado 6 de octubre se han registrado desde el Ministerio de
Educación del país vecino 800 «incidentes» violentos provocados por
los islamistas en los centros educativos franceses. La situación en
las aulas comienza a ser de auténtico terror y los alumnos y
familias sienten miedo y padecen la presión de unos islamistas cada
vez más crecidos y violentos.
La escuela francesa, tradicionalmente laica, se está transformando
en campo de batalla para los islamistas.
Los hechos relatados por el periodista Meotti ponen los pelos de
punta. Extraemos algunos de ellos:
1.-«Caroline L., profesora en la Facultad de Derecho de la
Universidad de Aix-Marsella, recibió incontables amenazas de muerte
por «islamófoba». El fiscal de Aix-en-Provence abrió una
investigación por «insultos públicos por pertenencia a una
religión». ¿Su delito? Caroline L. dijo lo siguiente a sus
estudiantes:
No hay libertad de conciencia en el islam. Si has nacido de padre
musulmán, eres musulmán para toda la vida. Es una suerte de religión
transmitida por el sexo. Uno de los mayores problemas que tenemos
con el islam, pero desgraciadamente no el único, es que no reconoce
la libertad de conciencia, lo cual es absolutamente estremecedor.
2.- El instituto Pierre Joël Bonté de Riom (Puy-de-Dôme) fue
clausurado el 11 de enero por «insultos y amenazas de muerte» al
profesorado. «Hemos decidido cerrar el centro por los insultos y
amenazas de muerte, para proteger a los estudiantes y al personal
docente», manifestó un portavoz. Pocas horas después, una profesora
de Toulouse, Fatiha Boudjahlat, pidió protección policial tras
recibir amenazas de consideración.
En 2015, el Estado Islámico proclamó que había que atacar las
escuelas francesas y alentó a sus seguidores a «matar a los
profesores». Según el experto en islamismo Gilles Kepel, «para los
partidarios del isñam político, la escuela se ha convertido en un
bastión que asaltar».
3.-«En octubre de 2020, Samuel Paty, profesor de Historia, fue
decapitado por un terrorista checheno por cumplir con su trabajo:
instruir a sus alumnos en el respeto a los valores fundacionales de
las sociedades occidentales y a las palabras que presiden sus
escuelas (libertad, igualdad, fraternidad) debatiendo sobre la
libertad de expresión y mostrándoles las viñetas de Mahoma
publicadas por Charlie Hebdo.
«La convivencia es una fábula», escribió Alain Finkielkraut tras la
decapitación de Paty. «Los espacios que pierde la República son
espacios conquistados por el odio a Francia. Los ojos se han
abierto, las pruebas ya no pueden seguir siendo ocultadas».
El ministro francés de Educación, Jean Michel Blanquer, reveló que
tras la decapitación de Paty se produjeron 800 «incidentes»
islamistas en los centros educativos del país».
4.-«En el Battières de Lyon, donde Paty empezó su carrera, un
docente fue amenazado físicamente. Este profesor de Geografía e
Historia había dado una clase sobre libertad de expresión siguiendo
el programa de la asignatura. Entre otras cosas, dijo que Emmanuel
Macron no es «islamófobo». El padre de uno de los alumnos –de quinto
grado– fue a verle y lo desafió delante de testigos. «Fue explícito
y muy intrusivo acerca de lo que se podía decir y no se podía decir
en las clases», dijo uno de ellos. Conmocionado, el docente fue dado
de baja por enfermedad y se le pidió que cambiara de centro.»
5.- «En un instituto de Caluire-et-Cuire, cerca de Lyon, un
estudiante amenazó a un profesor con «cortarle la cabeza».
6.- «En Gisors, una chica distribuyó entre sus compañeros una imagen
de la decapitación de Paty».
7.- «En Albertville, Saboya, la Policía amonestó a cuatro escolares
de diez años y a sus padres porque dijeron en clase que «ese
profesor merecía morir».
8.- «En Grenoble, un extremista musumám fue detenido por amenazar
con decapitar a un profesor de Geografía e Historia llamado Laurent
que sale en la TV. «Te cortaré la cabeza», le dijo. Laurent estaba
preparando un vídeo de homenaje a Paty».
9.- «En la escuela Pierre Mendès France de Saumur, un estudiante le
dijo a su profesor: «Mi padre te decapitará».
10.- «Una encuesta reciente da cuenta de los niveles de autocensura
entre los profesores franceses. Para evitar episodios como esos, la
mitad de los docentes admite que se autocensura en clase. Mediente
el miedo, el terrorismo y la intimidación, el islamismo está
cosechando lo que sembró».
11.-Mila, una joven de 16 años que ya no puede ni decir públicamente
donde estudia, rechazó a un chico islamista recibió todo tipo de
amenazas. Tuvo la osadía de decir: «El Corán es la religión del
odio; sólo hay odio ahí… » . Desde entonces, ha recibido unos 50.000
mensajes y cartas con amenazas de violación, degollamiento, tortura
y decapitación. Y ha tenido que saltar de un centro educativo a
otro.
Como señala el propio autor, es imposible elaborar una lista
exhaustiva de incidentes. «Ocurren todos los días». Y continúa:
«Cómo permitimos al islamismo penetrar en la escuela es el título
del libro que acaba de publicar Jean-Pierre Obin sobre el auge del
islamismo en los centros educativos franceses. Obin, exinspector
general de educación, coordinó en 2004 un informe sobre las
manifestaciones de afiliación religiosa en los centros. No era el
primer informe de un insider. Bernard Ravet fue, durante 15 años,
director de tres de las escuelas más problemáticas de Marsella. En
su libro ¿Director de colegio o imán de la República?, Ravet
escribió:
El fanatismo lleva golpeando las puertas de decenas de centros desde
hace más de diez años (…) Ha invadido el espacio físico de la
República, centímetro a centímetro, imponiendo sus signos y
parámetros.
El filósofo francés Robert Redeker escribió en 2006:
El islam trata de imponer sus normas en Europa, abrir las piscinas a
determinadas horas sólo para las mujeres, prohibir la
caricaturización de su credo, exige un menú especial para los niños
musulmanes, combate por el uso del velo en la escuela, acusa de
islamofobia a los espíritus libres.
Su artículo en Le Figaro se titulaba «¿Qué debería hacer el mundo
libre ante la intimidación islamista?». Pocos días después, empezó a
recibir amenazas de muerte. «No puedo trabajar y me he visto
obligado a ocultarme», afirmó. «De alguna manera, los islamistas
están consiguiendo castigarme en el territorio de la república como
si fuera culpable de un delito de opinión…Si los extremistas
consiguen intimidar a los colegios y universidades franceses, ¿por
qué no van a poder someter a toda la sociedad?»
«En un artículo en L’Express se señalaba trágicamente que los
centros educativos son objeto de violentas campañas islamistas en
todo el mundo. En 2014, 132 jóvenes murieron en un mortífero ataque
islamista contra una academia militar de Peshawar (Pakistán). Entre
2009 y 2012, el Talibán paquistaní atacó 900 escuelas, según un
informe de la ONG International Crisis Group. La premio nobel de la
paz Malala Yusafzai, conocida por su lucha por la instrucción de las
niñas, fue disparada en la cabeza por un talibán en Swat (Pakistán).
Boko Haram, responsable de numerosos ataques en Nigeria, reivindicó
el secuestro de 276 chicas en Chibok. En un ataque de islamistas
afiliados a Al Qaeda contra la Universidad Garissa de Kenia fueron
asesinados 142 estudiantes. En Burkina Faso se han clausurado más de
2.000 escuelas.
En Francia bulle una guerra de baja intensidad que tiene por objeto
radicalizar la escuela. Aunque muchos musulmanes no apoyen semejante
transformación, el asalto parece haber empezado en 1989, año del
bicentenario de la Revolución Francesa y de la publicación en el
Hexágono de la novela de Salman Rushdie Los versos satánicos. En
Creil, un centro educativo denegó la admisión a tres estudiantes por
llevar el velo islámico. Las autoridades francesas trataron de
rebajar la tensión mediante el diálogo y el apaciguamiento. No
obstante, en un llamamiento publicado por Le Nouvel Observateur y
firmado, entre otros, por Alain Finkielkraut y Elisabeth Badinter,
varios intelectuales denunciaron el «Múnich de la escuela
republicana».
La islamización de la escuela francesa está alcanzando un ritmo
vertiginoso. En 1989, el grito fue «¡Profesores, no capitulen!».
Desde entonces, algunos de los que se han negado a capitular lo han
pagado con la vida.»
******************* Sección "bilingüe" ***********************
Objetivo, laminar el idioma común
Editorial ABC 8 Febrero 2021
Las políticas de inmersión lingüística y de arrinconamiento del
idioma castellano que la Generalitat de Cataluña ha llevado a cabo
en las aulas a lo largo de las últimas décadas no responden -como
insiste en hacer creer el independentismo, y antes un nacionalismo
tachado de «moderado» de forma condescendiente y cómplice- a la
necesaria operación de rescate de una lengua supuestamente marginada
y perseguida. La imposición sistemática de las lenguas cooficiales,
no solo en las aulas de Cataluña, ha sido la base de un programa de
adoctrinamiento político cuya finalidad no era la presunta
rehabilitación de un idioma, sino la marginación de todo lo que
tenga que ver con la idea de España como nación, caldo de cultivo
para el refuerzo del nacionalismo en el que se apoya el PSOE. Fue
José Luis Rodríguez Zapatero el que formuló una ecuación política en
la que la suma del independentismo permitía a su partido instalarse
y mantenerse en el poder, estrategia que explica el papel del
socialismo para tolerar el atropello que ha sufrido el castellano en
las aulas y apoyar, dentro y fuera de Cataluña, cualquier programa
de inmersión, no solo lingüística, en una España tan diversa y
plural que sacrifica y excluye el principal elemento que la
articula, el idioma de todos.
ABC ofrece hoy el testimonio de un grupo de familias -de Baleares,
la Comunidad Valenciana, Galicia y el País Vasco, además de
Cataluña- que han apostado por un modelo de «resistencia cívica»
ante la imposición de las lenguas cooficiales en materias que
deberían ser troncales, ajenas a los procesos de inmersión que
llevan a cabo las distintas comunidades autónomas que disponen de
una lengua cooficial. Resulta esperpéntico que la lengua española,
una de las más habladas del mundo globalizado y cuya creciente
proyección internacional la convierte en herramienta privilegiada
para la comunicación, tenga que ser defendida en nuestro país a
través de movimientos de «resistencia cívica». El caso de una
estudiante valenciana de Primaria, detallado en páginas de Sociedad,
es revelador del modelo que desde Cataluña y con la aquiescencia de
un PSOE que se dice y proclama español se extiende al resto de
comunidades. Con un notable en la asignatura de Ciencias Sociales,
la menor fue suspendida por escribir «termómetro» en vez de
«termómetre» y «pluviómetro» en lugar de «pluviómetre». Desobedecer
el dictado del pensamiento disgregador tiene consecuencias. Lo
llaman cogobernanza, pero es simple táctica partidista. El
nacionalismo se instala en la escuela con el visto bueno de un PSOE
que sabe cómo rentabilizar el despropósito. El conocimiento y el
esfuerzo académico, imprescindibles para el verdadero progreso
social, se sitúan en un segundo plano, detrás de sometimiento a un
modelo que normaliza la anomalía y fortalece al nacionalismo en las
aulas en las que se forman los futuros ciudadanos.
La ley Celaá, obsesión de un Gobierno que aceleró su tramitación sin
miedo a ocultar su carácter prioritario en medio de la actual
crisis, viene a legitimar y robustecer un sistema en el idioma
castellano se reduce a anécdota. Su función vehiculadora, como
vertebrador de la nación, compuesta o descompuesta, desaparece para
que sean las lenguas cooficiales las que garanticen el
adiestramiento de los alumnos en sus respectivos hechos
diferenciales. El empobrecimiento cultural y científico no importa
al socialismo de Sánchez y Celaá, para quienes lo único relevante es
la generación, nunca espontánea, de un electorado con el que
resolver su propia ecuación de poder.
PP, Cs y Vox, a favor de una enseñanza
bilingüe en Cataluña y una selectividad única para toda España
Los tres partidos, junto al PSC, defienden una escuela catalana
«libre de adoctrinamiento», según una encuesta impulsada por el
sindicato de profesores AMES
Esther Armora. ABC 8 Febrero 2021
A poco menos de una semana para que se celebren las elecciones en
Cataluña, los principales partidos políticos que concurrirán en las
urnas refuerzan sus principales mensajes. En el tema educativo, no
hay excesivas sorpresas, según demuestra una encuesta impulsada por
el sindicato de profesores Acción para la Mejora de la Enseñanza
(AMES) a la que ha tenido acceso ABC y en la que se evidencia una
fuerte polarización ente las diferentes formaciones con respecto a
cuestiones capitales para la enseñanza como el sistema de inmersión
lingüística o la denunciada falta de neutralidad política en las
aulas catalanas.
Según la citada encuesta, PP, Cs y Vox se muestran a favor de que se
cumpla la reciente sentencia del Tribunal Superior de Justicia de
Cataluña (TSJC) que obliga a impartir en todas las aulas catalanas
al menos un 25 por ciento de clases en castellano; defienden también
que se garantice a las familias el derecho a escoger la lengua de
enseñanza (catalán, castellano, bilingüe) y que la educación
catalana esté libre de adoctrinamiento. Por otro lado, reivindican
también el derecho de los padres a elegir tipo de centro para sus
hijos (escuela pública, concertada) o, en el caso de necesitarlo,
tengan la posibulidad de optar a un centro de Educación Especial
para sus hijos. Defienden, igualmente, que esa elección no se limite
a una sola zona educativa sino que pueda escogerse un centro en toda
Cataluña y, con respecto a las escuelas que separan al alumnado por
sexos, piden que se mantega la oferta de estos centros. El consejero
de Educación, Josep Bargalló, (ERC) ha retirado el concierto a estas
escuelas, aunque les ha condecido un año de prórroga y la retirada
se hará efectiva el próximo curso escolar.
Una sola PAU para todas las comunidades
Las tres fuerzas coinciden también a la hora de pedir una prueba de
evaluación única para todas las comunidades autónomas, que permita
establecer un criterio común que permita a los alumnos optar en
igualdad de condiciones a cualquier universidad de España, y abogan
por que se realicen controles al final de la Educación Primaria y
Secundaria, cuyo resultado se haga público y compute en el
expediente del alumno. Por último coinciden al apoyar que a partir
de tercer curso de ESO se establezcan «diferentes líneas de
dificultad para poder atender mejor a los alumnos en función de sus
capacidades e intereses».
En contra de lo que apoyan PP, Cs y Vox, Junts, la formación
liderada por Puigdemont y Laura Borràs, se muesta en contra de que
se cumpla lo dictado por el TSJC en materia lingüística y también de
la libre elección de centro y de lengua. Tampoco se posicionan
contra el adoctrinamiento ideológico en la escuela y no apoya una
prueba de acceso a la universidad común para todas las comunidades
autónomas. De igual modo, no apoyan que se hagan públicos los
resultados de los controles externos realizados al final de Primaria
y Secundaria no que éstos computen en el expediente del alumnado.
Por último, el PSC defiende que la escuela sea un «espacio de
neutralidad política o de respeto del pluralismo» y proponen la
incorporación de una «materia para transmitir valores cívicos y
conocimiento de las leyes marco como son la Constitución o el
Estatuto, pero se muestran en contra de que las familias puedan
escoger la lengua de escolarización en la enseñanza. En este
sentido, subrayan su apoyo a lo que establece la Lomloe en cuanto al
dominio de las dos lenguas oficiales en Cataluña.
Con respecto a que las evaluaciones externas computen en el
expediente y sea públicas y a que se instaure una PAU única para
todas las comunidades, los socialistas catalanes se muestran en
contra. Lo que sí defienden es las familias puedan escoger si lo
necesitan «un centro de necesidades educativas especiales» para sus
hijos, aunque quieren fuera de la oferta educativa a los centros que
separan al alumnado por cuestión de sexo.
Las preguntas de la encuesta, a la que aún no han respondido ERC, la
CUP y Catalunya en Comú, fue remitida a las formaciones el pasado 25
de enero. Antonio Jimeno, presidente de AMES, reconoce que «en
líneas generales no me han sorprendido los resultados, a excepción
de la ambigüedad demostrada por el PSC en cuestiones capitales».
Alude, en concreto, a la sentencia del TSJC que obliga a impartir en
todo el sistema al menos un 25 por ciento de clases en castellano.
«Los socialistas se limitan a apuntar que aún no es firme», denuncia
Jimeno.
Bilingüe, no gracias
Nota del Editor 8 Febrero 2021
El bilingüismo con lenguas regionales es un disparate. Desde
cualquier ángulo que se analice es un disparate. El ángulo más
interesante es el de la riqueza que supone su lengua regional, así
que propongo que se la queden y que no traten de vivir a costa de
los demás con el cuento de la lengua regional.
La pugna del PP y Vox en Cataluña
Por otra parte, la izquierda es la primera interesada en el éxito de
Vox y es algo parecido a lo que le sucedía al PP con Podemos para
perjudicar al PSOE
Francisco MarhuendaLa Razón
8 Febrero 2021
Un aspecto muy interesante de estas elecciones está en comprobar si
Vox adelanta al PP provocando una gran alegría en Abascal, pero
sobre todo en La Moncloa. Las encuestas muestran una caída
espectacular de Ciudadanos que obtendría poco más de diez diputados.
Es verdad que se mantendría por delante del PP y Vox, pero es un
declive que parece irreversible, aunque su lentitud impide una
reestructuración de este espacio y permitir que exista una
alternativa viable al gobierno socialista-comunista. La división de
esos 11 millones de votos entre el PP, Cs y Vox hace imposible
conseguir la mayoría absoluta en las próximas elecciones generales.
Hay que tener en cuenta, además, que el PNV y otros partidos nunca
prestarían sus votos a una fórmula que incluya a Vox. Es curioso, en
cambio, que apoyen la presencia de los comunistas y los antisistema
en el gobierno mientras critican que el partido de Abascal apoye los
del PP y Ciudadanos. Esta doble vara medir es lamentable y muestra
un análisis muy poco objetivo y sectario. La campaña propagandística
del PSOE y Podemos ha tenido éxito, ya que ha conseguido
estigmatizar a Vox mientras ha blanqueado a los comunistas y los
bilduetarras.
Por otra parte, la izquierda es la primera interesada en el éxito de
Vox y es algo parecido a lo que le sucedía al PP con Podemos para
perjudicar al PSOE. A esto se añade la campaña de la kale borroka
independentista que impide que un partido constitucionalista pueda
desarrollar con normalidad la campaña electoral. Es lo mismo que se
hacía contra el PP o Ciudadanos. Es un partido legal y es una
vergüenza que nos hayamos acostumbrado a que las formaciones
constitucionalistas sean agredidas sistemáticamente en Cataluña.
Esta política propia de matones es la que sucedía en los años
treinta con la brutalidad de los nazis, los comunistas, los
anarquistas y los fascistas.
Es algo característico de las ideologías totalitarias que utilizan
la violencia contra aquellos que no piensan como ellos. La política
se ha polarizado en Cataluña por culpa del independentismo en la
misma medida que en la española por la irrupción de Podemos. Ha sido
la insólita llegada del comunismo y los antisistema al poder, algo
que no sucede en Europa, lo que ha cambiado todo para peor. La
crisis institucional que vivimos nace, precisamente, de estos dos
factores que han provocado una polarización tan deleznable como
inquietante.
La pugna del PP con la ética, honestidad,
verdad, amistad, España, etc.
Nota del Editor 8 Febrero 2021
El PP perdió los papeles hace mucho tiempo y ya es hora de que
desaparezca. Lo están haciendo bastante bien, aunque en sus
estertores moribundos sueltan alguna dentellada a Vox, rabiosos
porque su inutilidad no les ha servido para seguir en el
bipartidismo tan nefasto para España.
Por mal camino
Luis Herrero Libertad Digital 8 Febrero 2021
O el caudillo de la derecha es capaz de demostrar que ha recuperado
la confianza perdida de su electorado o su liderazgo quedará tocado
del ala.
En un lúcido ensayo que no me canso de recomendar desde que cayó en
mis manos (2017, ediciones Deusto), el investigador David Jiménez
Torres le sigue el rastro a la onda expansiva que provocó el golpe
independentista del 1 de octubre. Muchas de las consecuencias de
aquella machada independentista, que marcó un antes y un después en
la política española, están todavía por aflorar. Otras ya han salido
a la superficie. Una de ellas es el despunte de Vox.
"El auge de Vox —sostiene David Jiménez en su ensayo— fue también
una respuesta a la incapacidad del Partido Popular de Mariano Rajoy
de afrontar aquella situación de forma satisfactoria para muchos de
sus votantes". La idea que anidaba en el ánimo de aquellos electores
desencantados era que la defensa de la Constitución sólo se podía
garantizar desde posturas fuertes y desacomplejadas. Por eso, frente
a la tibieza meliflua de Rajoy emergió la energía testicular de
Abascal.
El desánimo no cundió solo entre el electorado del PP. También hizo
mella entre su militancia. "Cuesta pensar —escribe Jiménez Torres—
que Pablo Casado se hubiera impuesto a Soraya Sáenz de Santamaría en
las primarias de 2018 si no fuera por el enorme descrédito que para
ésta supuso, ante sus propios simpatizantes, la pésima gestión del
1-O".
Si aceptamos esa premisa, una de las grandes dudas que debe aclarar
el resultado electoral del domingo es si Casado, dos años y medio
después de haber llegado a la presidencia del principal partido de
la Oposición, ha sido capaz de borrar de la cabeza de su gente la
imagen de indolencia que proyectó, durante los peores momentos del
desafío independentista, el Gobierno de Rajoy. Por eso se antoja tan
importante lo que hemos dado en llamar "la batalla del sorpasso"
catalán.
Que el partido abascalista va a tener representación en el Parlament
es un fijo en la quiniela que no discute ninguna de las encuestas,
públicas y privadas, que han venido publicándose durante el último
año. Pero no es lo mismo que esa representación se quede a mucha
distancia de la que obtenga el PP —lo que podría interpretarse como
una consecuencia benéfica del efecto Casado—, o que se aproxime al
empate.
Dicho de otra forma: o el caudillo de la derecha es capaz de
demostrar que ha comenzado a recuperar la confianza perdida de su
electorado, manteniendo a raya al partido que surgió como
consecuencia del desencanto de los suyos, o su liderazgo quedará
tocado del ala. Y no sólo tocado, sino directamente maltrecho, o
incluso desahuciado, si llega a consumarse el temido sorpasso de Vox
que ya empiezan a pronosticar algunas encuestas.
El viernes se publicó una de DYM —dejemos al margen las de Tezanos
por higiene intelectual— que auguraba un espectacular cataclismo
para el principal partido de la derecha. Según ese instituto
demoscópico, que en otras contiendas electorados ha demostrado
bastante puntería, los de Abascal doblarán en escaños a los de
Casado (6-8 frente a 3-4) y les sacarán más de dos puntos en
porcentaje de voto (5’8 % frente a 3,5 %). El acabose.
Con todo, no es eso lo peor del vaticinio. Lo peor es que, si esos
datos se aproximan a la realidad del recuento, el PP no sólo no
habrá progresado una sola décima respecto al resultado de hace
cuatro años —el peor de su historia— sino que habrá retrocedido
siete. Casado no será la imagen del inicio de la remontada, sino la
del espeleólogo que hizo más profunda la sima de la debacle. No
quiero ni pensar en las consecuencias de tamaña hecatombe.
Vaya por delante, de todas formas, que a mí me cuesta mucho pensar
que ese pronóstico tan desastroso vaya a verificarse el 14-F. He
consultado con muchos de los gurús que escrutan los hígados de las
ocas y ninguno —¡ni siquiera Tezanos!— es tan extremadamente
pesimista. El PP, según la mayoría de los arúspices, tendrá mejores
resultados que Vox. Aunque eso sí: todos coinciden en que el margen
de sus marcas no será demasiado amplio. ¿Lo suficiente para que
Casado salve los muebles? Uffff, eso no está muy claro. Habrá que
verlo —sostienen— en la foto finish. La encuesta de Sigma dos que
hemos conocido este domingo avala esa tesis.
Cuando el PP decidió revolverse contra Vox en la moción de censura
del pasado mes de octubre, para solaz y regocijo de los barones del
PP, yo escribí que en mi humilde opinión se equivocaba de lugar y de
momento. Ponerle peros a la censura a Sánchez, por miedo a apoyar a
un candidato alternativo que no tenía ninguna posibilidad de ganar
la votación, me resultaba difícil de entender. Y más cuando vi que
la ruptura se producía en medio de una incandescencia dialéctica tan
tórrida.
¿Qué ganaba Casado promoviendo aquella acometida feroz contra
Abascal en vísperas de unas elecciones que iban a medir, meses
después, el equilibrio de fuerzas entre uno y otro, y además en el
territorio donde Rajoy había cavado su tumba? Venía de cargarse como
portavoz parlamentaria a Cayetana Alvarez de Toledo, epítome de la
fortaleza y la ausencia de complejos que reclamaban los electores
desencantados con la tibieza del PP a la hora de encarar el desafío
independentista, y encima se permitía el lujo de dar la sensación de
haber sido abducido por el discurso marianista que se suponía que
había venido a enmendar. Demasiado riesgo.
No sé si las urnas del próximo domingo me darán la razón o me
taparán la boca, pero salvo sorpresa mayúscula agazapada en el voto
oculto parece claro que, en todo caso, ratificarán que Casado no va
por buen camino.
Cataluña, comunidad fallida
Santiago Navajas Libertad Digital 8 Febrero 2021
Cataluña se caracteriza por su fracaso social, cultural, político e
incluso económico. Es una sociedad fracturada y corrupta,
acomplejada y miedosa.
Se ha discutido mucho sobre las fechas de las elecciones en
Cataluña. Que se realicen el 14F, amenazados los ciudadanos en las
urnas por la tercera ola de la pandemia, es uno más de los atentados
contra la salud pública que ha perpetrado el gobierno socialista en
general y Salvador Ílla en particular. Sin embargo, el verdadero
debate debería ser si se reúnen las condiciones necesarias para que
haya elecciones en absoluto, ya que la mitad de la población está
amenazada por una pandemia crónica que asola la comunidad hace
décadas, el nacionalismo.
Los ataques a Vox, la intimidación contra el PP, el acoso contra
Ciudadanos (que también se produce en el País Vasco) muestran que
Cataluña es una comunidad fallida. La combinación de casta
extractiva e ideología xenófoba, ambas el común denominador de la
derecha y la izquierda nacionalistas, produce una situación de golpe
de estado permanente y de sociedad en latente, cada vez más
explícita, guerra civil.
Cataluña se caracteriza por su fracaso social, cultural, político e
incluso económico. Es una sociedad fracturada y corrupta,
acomplejada y miedosa, que reacciona de manera intrínsecamente
autoritaria y del que se tienen que exiliar los disidentes de los
dogmas nacionalistas. Que en un país como España haya refugiados y
desplazados pone también en riesgo al país en su conjunto, que ha
vuelto a renovar la calificación de “democracia plena” a pesar de la
situación de extrema fragilidad que se vive en Barcelona o Gerona
pero también en Alsasua o San Sebastián.
La violencia nacionalista no sería posible sin la complicidad del
PSE que ante los ataques recibidos por Vox ha publicado un tuit en
el que afirman condenar “todos los actos violentos sea quien sea el
autor”. En la noche nacionalista de Cataluña todas las camisas son
pardas para los socialistas, que se ofrecen a dialogar con la
versión catalana del líder de la extrema izquierda vasca al que
convirtieron en “hombre de paz”.
Sentenció el Tribunal Supremo que el golpe de Estado por parte de
los socialistas había sido sólo una ensoñación, por lo que no
castigó a sus principales perpetradores por rebeldía sino únicamente
por sedición. Pero la auténtica ensoñación es la que vive la élite
política española, con Sánchez de oportunista sin escrúpulos y
Casado de fosilizado convidado de piedra, teniendo el Parlamento
sometido al chantaje permanente de los nacionalistas que en sus
territorios nativos se manifiestan con nocturnidad y alevosía,
mientras el Estado, cuyo principal función debería ser el monopolio
legítimo de la fuerza para proteger a los pacíficos y reprimir a los
violentos, se difumina hasta convertirse en un espectro, dejando a
los nacionalistas cancha libre para imponer la inmersión
lingüística, el terror electoral y, en el horizonte, otro referéndum
amañado e ilegal. Lo que para jueces cómodamente asentados en Madrid
es ensoñación para los ciudadanos de Tarragona y Lérida es
adoctrinamiento cotidiano en las escuelas, intimidación constante en
las calles y ofensas habituales desde las instituciones políticas
(entre ellas, TV3).
Explicaba el escritor catalán, tan brillante en catalán como en
español, Terenci Moix que el régimen del Imperator Pujol (como lo
llamaba) era una dictadura. Moix, que detestaba la “Catalunya”
profunda de butifarra y caganers se hubiese horrorizado ante la
deriva fascistoide, a la vez hortera y cursi, de su patria pequeña
reducida a ser un regímen híbrido, democrático en español,
dictatorial en catalán.
La prensa ante las pedradas a Vox
Marcel Gascón Barberá Libertad Digital 8 Febrero 2021
Las principales cabeceras no sólo no se han volcado en cubrir y dar
la importancia que merece a estos hechos, sino que los han escondido
y minimizado.
Me siento a escribir a las 21.42 del sábado, 6 de febrero de 2021.
Hace dos horas, a las 18.43 según los registros de Twitter, la
cuenta oficial de Vox ha hecho público un vídeo de un minuto y trece
segundos de su acto de campaña en la ciudad catalana de Vic. En la
primera escena de las imágenes se ve a una masa de centenares de
contramanifestantes concentrada en una plaza para impedir el acto de
Vox. Los contramanifestantes ondean banderas independentistas. La
policía les aleja de las decenas de simpatizantes de Vox, sin que
pueda impedir la lluvia de objetos hacia quienes hacen campaña en la
plaza.
El vídeo muestra a continuación la furgoneta negra con cristales
ahumados en la que se desplazan los líderes de Vox. Decenas de
jóvenes que, presumiblemente, habían participado en la
contramanifestación de antes persiguen a la carrera el vehículo y
arrojan contra el parabrisas y los demás cristales todo tipo de
objetos. De fondo se escucha una voz de lo que parece una chica
joven: “són els feixistes, són els feixistes”.
Minutos después de que se difundieran, el candidato de Vox a la
presidencia de la Generalitat, Ignacio Garriga, publicaba una foto
de la furgoneta en la que viajaba. Tiene las lunas rotas y está
gravemente abollada por los impactos de los objetos. Hace solo unos
minutos Garriga y otros dirigentes del partido viajaban ahí dentro.
Cualquiera de las piedras que les lanzaron podrían haberles abierto
la cabeza. El conductor podría haber perdido el control del vehículo
y a estas horas podríamos estar lamentando heridas, como las que
sufrieron los afiliados agredidos en la plaza, o incluso muertes en
el ataque de la turba a la comitiva de Vox.
No es la primera vez que un acto de campaña de Vox es atacado con
violencia en España. Lo hemos visto casi a diario en la campaña de
estas elecciones catalanas, y lo vimos antes en otros rincones de
España donde la libertad de expresarse, manifestarse y pedir el voto
está reservada a los partidos de izquierdas. Pero pocas veces hemos
visto el nivel de agresión y violencia captado por los móviles de la
gente de Vox en Vic.
La gravedad de los hechos haría pensar que lo ocurrido en la capital
de la comarca de Osona sería la noticia protagonista en todos los
periódicos españoles, empezando por los catalanes. Pero no es así. A
las 22.03, cuando escribo esto, en la web de El Periódico de
Cataluña es la tercera o la cuarta, según se mire, en importancia.
En la portada digital de La Vanguardia ni siquiera aparece. En El
País es la segunda noticia de apoyo de un análisis sobre el panorama
electoral en Cataluña, en la cuarta línea de noticias. Algo más de
protagonismo le da El Mundo, que la pone en segunda línea pero la
relega a uno de los lados.
El posicionamiento es una vergüenza, pero aún más escandalosos son
los titulares. Empecemos por El Mundo: “Vox denuncia un ataque en
Vic con simpatizantes heridos y daños en la furgoneta de sus
representantes”. Hay imágenes incuestionablemente auténticas del
intento de linchamiento a Garriga y sus compañeros de partido en
Vic, pero el El Mundo escribe que “Vox denuncia”, como si el ataque
fuera una opinión y no el hecho incontrovertible que muestra el
vídeo.
“Un herido tras un enfrentamiento entre antifascistas y Mossos tras
un acto de Vox”, dice El Periódico, que bien podría haber escrito
que la pelea fue después de la victoria del Madrid en Huesca. De una
manera parecida enfoca el asunto La Vanguardia (al final he
encontrado una noticita en las catacumbas de su web):
“Enfrentamientos entre antifascistas y Mossos tras un acto de Vox en
Vic”. El titular va coronado con un encabezado en letras azules:
“Javier Ortega Smith”. La idea es dar a entender que lo del
enfrentamiento es una opinión de Ortega Smith. Y, para acabar, El
País: “Un grupo de manifestantes tira piedras y huevos en un acto de
Vox en Vic”. No contra los candidatos y afiliados de Vox en Vic; en
un acto de Vox en Vic.
Son las 22.28 cuando acabo de escribir este artículo. Han pasado más
de tres horas desde que se conociera el ataque en Vic de la turba a
Vox. Las principales cabeceras españolas no solo no se han volcado
en cubrir y dar la importancia que merece a estos hechos gravísimos.
Las principales cabeceras españolas los han escondido y minimizado
haciéndolo pasar una realidad inapelable y probada por una opinión
discutible.
Los ‘indepes' del califato
Carlos Mármol cronicaglobal 8 Febrero 2021
A muchos les parecerá increíble, pero siempre hemos pensado que las
caricaturas, sobre todo las que publicaban los periódicos
decimonónicos, son mucho más exactas que las fotografías.
Básicamente porque la realidad no es armónica y se nos presenta bajo
la caprichosa forma de una constelación de deformaciones. Cada uno
de nosotros tiene la suya. Es esa señal –léase el don, el defecto,
la virtud o el pecado– que nos define y nos distingue de los demás.
Nuestras taras pueden ser semejantes, pero ninguna de ellas se
conjuga de idéntica forma.
Viene todo esto al caso del asombro que nos provoca la capacidad del
nacionalismo para contagiar todo lo que toca. Basta repasar la
Historia de España desde finales del siglo XIX, que es cuando
cristalizan los identitarismos ibéricos en su formulación burguesa,
para darse cuenta de que nuestra realidad política no sería la que
es si hubiéramos fabricado a tiempo una vacuna cultural contra esta
pandemia. La España actual no se entiende sin estos antecedentes.
Tampoco se comprende si no se tiene en consideración el síndrome de
la compensación que los nacionalismos –ésta es su victoria– han
inoculado en parte del imaginario del resto del país, que piensa que
efectivamente hay un agravio histórico que debería solventarse
cuando lo único que existe es un relato interesado basado en la
industria victimismo. Ya saben: la eterna cuestión del encaje de
Cataluña en España.
Nuestro modelo de Estado (autonómico) es hijo de este capricho según
el cual tener una hipotética identidad diferencial faculta para
predicar la desigualdad, practicar la segregación o tener bula para
saltarse la ley, el único fiel de la balanza democrática. La fórmula
del café para todos –un invento chusco de Clavero Arévalo, el
ministro andaluz de la UCD– no ha logrado solventar las recurrentes
tensiones territoriales. En realidad, las ha amplificado. Dotar de
una autonomía a cada región, incluso a las que no lo pidieron, no ha
conseguido la pacificación entre los indígenas. Ha sido un caldo de
cultivo extraordinario para que resucite, si es que alguna vez dejó
de estar muerta, la España de los caciques; con la diferencia de que
en el siglo XIX eran una lacra natural en un país anclado en la
cultura agraria– y ahora gozan de las indudables ventajas, recursos
y proyección de lo institucional.
Si es llamativo que esta mentalidad se haya convertido en nuestra
mayor rutina política, que además la haya hecho suya la izquierda
entra dentro de la categoría de lo asombroso. Tal confusión sólo se
explica por los espejismos del tardofranquismo, ese momento
sonámbulo en el que determinadas élites decidieron inventarse
patrias alternativas, hechas a la medida de sus frustraciones, para
no tener que lidiar con la rotundidad de la España histórica. El
adanismo de esos años, sumado al olvido de la herencia cultural de
los exiliados, que nunca dejaron de creer en un único país, hicieron
que los planteamientos nacionalistas contagiaran al resto de
autonomías, cuyas estructuras de poder replicaron identidades
inventadas y regresivas. Cada una se ha fabricado su pasado. Cada
una cree que la política prevalece sobre la geografía. Cada una está
orgullosa de ser una taifa ensimismada.
Podemos, por tanto, establecer una equivalencia entre el mensaje de
los nacionalismos vasco y catalán y relatos tan surrealistas como el
que hace unos días pronunció en la tribuna de las Cortes Isabel
Franco, una diputada de Podemos que asombraba al mundo con un cuento
enternecedor según el cual Al-Andalus –que no significa lo mismo que
Andalucía– fue un jardín multicultural donde convivieron en paz y
armonía, llenos de algarabía, los judíos, los cristianos y los
musulmanes hasta que “la monarquía hispánica” cometió “un
genocidio”.
Lo inaudito de este discurso no es únicamente que sea falaz. Es que
sale de la boca de una parlamentaria que además lo identifica con
“el pueblo andaluz”, de la misma forma que los soberanistas hablan
de un sol poble. Que en Cataluña esta patraña haya arraigado y en
Andalucía sea apenas una anécdota no es más que una lotería. La
perversión de fondo es la misma: una memoria fabulada está
reemplazando el espacio público de la Historia. En la mente de
nuestros legisladores ambas cosas son lo mismo. Para los indepes del
califato los andaluces, como los catalanes, “no son castellanos y
son bilingües porque hablan “español y andaluz”. Da igual si el
independentismo elige para predicar sus falsedades la barretina, la
boina o el flamenco. Esto es lo de menos. Lo inquietante es que su
delirio comience en una ikastola, en el ateneo de una veguería o en
cualquier aula de antropología, árabe o catalán y termine,
indefectiblemente, en el totalitarismo de los aldeanos.
El Catalán, el «catañol» y la inmersión
lingüística: un poco de historia
A diferencia del modelo de tres tercios que opera en Galicia, en
Cataluña los alumnos solo estudian dos horas de castellano a la
semana. Salvo en los privados a los que envían a sus hijos la crema
indepe, donde la ley de normalización no entra.
Tomás García Morán La voz 8 Febrero 2021
Tengo una amiga uruguaya que lleva tres años viviendo en España. En
concreto, ocho meses en Barcelona y el resto aquí, trabajando en La
Voz. Hace unos días le hice la pregunta que yo he tenido que
contestar muchas veces fuera de Galicia desde que llegué aquí hace
23 años:
—¿Alguna vez el gallego ha sido un problema?
A esa pregunta yo siempre respondo con la misma ironía: «Es
dificilísimo. Como si llevara 23 años viviendo en Ucrania». La
respuesta de mi amiga fue contundente.
—Nunca. Jamás.
—¿Y el catalán en Cataluña?
—Bueno…
En Cataluña, a diferencia del modelo educativo que funciona en
Galicia, un tercio en gallego, otro en castellano y otro en lengua
extranjera, opera la denominada inmersión lingüística. ¿Cómo
funciona? Hay tres tipos de escuelas. En las privadas, el 4% de los
alumnos, la ley no entra. Pese a que el Estatut de Autonomía dice
que la lengua no puede ser motivo de discriminación, ni en los
colegios internacionales ni en los centros de superélite se hace
caso. El Ibex catalán lleva a sus hijos al Aula, el colegio en el
que estudió Artur Mas. Las familias de postín se aseguran de que sus
herederos dominen fluidamente el catalán nativo, el francés, el
inglés y el castellano. Y es al llegar al cole cuando los niños
aprenden que forquilla i gavinet en castellano se dice tenedor y
cuchillo.
En los públicos, una minoría de profes rebeldes enseña en castellano
a modo de protesta. El problema está en la gran mayoría de públicos
y en los concertados, subyugados por la Generalitat y siempre con
miedo a perder el concierto. Aquí, la inmersión es total: dos horas
de castellano a la semana y en el pati parlem català. En general,
los universitarios catalanohablantes son bilingües en castellano
oral, con graves carencias en vocabulario y gramática. Pero el
dominio formal de la lengua, la ortografía y la gramática no se
logran sin ir a un colegio de élite.
La maquinaria de fake news indepe suele decir que, de acuerdo al
informe Pisa, el nivel de castellano de los niños catalanes es
superior al de muchas comunidades monolingües. Obviando un pequeño
detalle: en el examen de Pisa no hay ni una palabra en español. Otra
gran trola es que la inmersión tiene el aval de Europa. Lo único
cierto es que España, de forma voluntaria, está adherida a la Carta
Europea de Lenguas Minoritarias, que por ejemplo jamás ha ratificado
Francia. Y que dice que la inmersión debe ser para los padres que la
quieran, y no obligatoria.
Pero la gran victoria histórica de Pujol es no solo atribuir la
inmersión al PSC. Sino que el mismísimo PSC la adopte como propia.
En la Transición, Pujol y Arzalluz estuvieron de acuerdo en que en
la educación hubiera dos líneas paralelas, a diferencia del modelo
gallego. Pero Marta Mata, pedagoga socialista impulsora de la
escuela pública, peleó para que no fuera así, con la intención de
evitar la estigmatización de los castellanohablantes. Y así nació la
primera ley de normalización de 1983. Lo que pasó después fue que
Pujol comenzó a encadenar mayorías absolutas y situó durante veinte
años al frente del Servei d’Ensenyament del Català a Joaquim Arenas.
Ya jubilado, a sus 83 años es firmante junto a Borrás y Canadell del
Manifiesto Koiné, que considera colonos a los catalanes que hablan
español. El problema del PSC es que Marta Mata no puede desmontar el
gran bulo porque murió en el 2006. Sí lo puede hacer el ex president
Montilla, que llevó a sus hijos al Colegio Alemán de Esplugues. U
Orios Junqueras, cuyos vástagos, «por tradición familiar», irán al
Liceo Italiano de Barcelona, el mismo centro en el que estudió él.
Los tres tercios
Nota del Editor 8 Febrero 2021
En época de pandemia por el virus chino, con mutaciones británicas,
brasileñas, y demás, se me ha ocurrido entrar a ver la información
sobre las restricciones por razones sanitarias en Galicia, en la
página de la Chusma de Galicia, solapilla para elegir idioma, pincho
castellano y aparece todo en lengua regional, siempre, una tomadura
de pelo, un ataque contra la salud de los español hablantes.
Eso de los tres tercios en Galicia es un cuento chino, casi como un
visur chino, solo tiene que buscar algo en la Chusma de Galicia, en
cualquier ayuntamiento o pasearse por cualquier colegio, instituto o
universidad.
Mossos denuncian que se les dio orden de no
cargar contra los radicales que agredieron a Vox en Vic
Un separatista se sube al furgón de Garriga y lo destroza tras el
mitin de Vox en Vic
Pelayo Barro okdiario 8 Febrero 2021
Agentes de los Mossos d’Esquadra que participaron en el servicio de
protección al acto electoral de Vox en Vic (Barcelona) denuncian que
sus mandos les trasladaron verbalmente la orden de «no intervenir»
contra la horda de radicales que reventó el mítin y agredió a
algunos de sus participantes. No se dio instrucciones para proteger
al convoy en el que viajaba el candidato de la formación, Ignacio
Garriga, ni siquiera se instó a los agentes a realizar
identificaciones de los violentos. «Se quería evitar a toda costa
imágenes de detenciones a independentistas», denuncian agentes
autonómicos a OKDIARIO.
Las imágenes de cómo quedó la furgoneta que trasladaba al diputado
nacional y candidato Ignacio Garriga y al secretario general de la
formación, Javier Ortega-Smith, hablan por sí solas. Abolladuras,
lunas rotas por lanzamiento de vallas y piedras… y el vehículo lleno
de huellas de botas de las patadas recibidas por parte de los
radicales que persiguieron durante centenares de metros a la
comitiva, sin ningún tipo de oposición ni presencia de los Mossos
d’Esquadra. Un radical llegó a circular durante decenas de metros
subido al techo de la furgoneta y golpeándola con saña.
Lo vivido este sábado en Vic ha indignado profundamente dentro del
cuerpo de Mossos d’Esquadra. Especialmente a los agentes de las
unidades de intervención antidisturbios que participaron en el
operativo. Miembros de la Brigada Móvil (BRIMO) y de los ARRO
denuncian que recibieron órdenes verbales muy claras de sus mandos
para evitar un enfrentamiento directo con los independentistas
violentos que tomaron las calles de Vic.
Órdenes de no cargar
«Querían a toda costa evitar imágenes de detenciones de
independentistas. No querían cargas, se permitió todo. Se dieron
indicaciones verbalmente para no intervenir con contundencia, sólo
lo justo. Se permitió todo», explicaban a OKDIARIO tan sólo unas
horas después de finalizar este operativo, que se ha saldado varios
agentes heridos.
Analizando las imágenes de su actuación, los agentes de los Mossos
destacan que «no se cargó ni se ganó espacio cuando estaban
agrediendo a la gente». La distancia de seguridad insuficiente entre
violentos y simpatizantes de Vox fue, dicen, lo que permitió que se
«pudieran lanzar todo tipo de objetos».
Su descripción de lo que allí vieron muestra un nivel de violencia
«muy por encima de lo visto en los últimos meses», con lanzamiento
de objetos, amenazas de muerte y agresiones a militantes, como
denunciaba en sus redes sociales la diputada de Vox Macarena Olona.
«Pudo ser mucho peor»
Tal y como explican otras fuentes del cuerpo de policía autonómica,
la organización del operativo de seguridad fue muy deficitaria en
términos de efectividad. «El convoy debió salir acompañado de la
ciudad por unidades de Mossos, no como se ve en las imágenes que
iban al descubierto. Pudo ser mucho peor, no pasó nada más grave por
la pericia de los conductores de las furgonetas, porque si les
cortan el paso y les sacan del vehículo estaríamos hablando de algo
gravísimo, trágico», explican. Confirman lo dicho por otros agentes:
la orden era «no apretar» a los radicales.
La vigilancia de Mossos se limitó, explican, a establecer un cordón
estático y dinámico en varios momentos del acto y del traslado de
los protagonistas. Pero se permitió a los radicales «campar a sus
anchas», como demuestran las imágenes de unidades saliendo a toda
velocidad de la zona mientras son pateadas y perseguidas por los
violentos. Imágenes que rememoran el caos que reinó en Cataluña nada
más conocerse la sentencia condenatoria del 1-O.
Otra de las instrucciones que denuncian haber recibido de forma
verbal algunos de los agentes que participaron en el operativo les
animaba a «no realizar identificaciones». De esa manera, sin
detenciones ni siquiera identificaciones, «todo se salda sin
multas».
«Unos señalan, otros ejecutan»
Garriga ha denunciado estos hechos en una cadena de mensajes
publicados en Twitter: «La izquierda y los separatistas han atacado
a los vecinos que se han acercado a escucharnos en Vic. Han tirado
piedras, huevos y petardos. No hay libertad política en Cataluña.
Además, nos han atacado a nosotros y han destrozado las furgonetas.
Algunos vecinos han tenido que refugiarse en los alrededores. No hay
libertad mientras una minoría asfixia, con la complicidad de las
instituciones, a toda una mayoría de catalanes».
«No puede haber libertad mientras el resto de formaciones callan
ante las agresiones contra sus adversarios», ha añadido el candidato
de Vox, «Esta violencia es el resultado de un señalamiento
constante, desde las tribunas y los medios de comunicación. Unos
señalan, los otros ejecutan. Y los resultados son estos».
Ignacio Garriga ha advertido a los independentistas: «Abandonen toda
esperanza. No nos vamos a ir. No nos van a echar de nuestra tierra.
Nos vamos a quedar y desde el Parlament lucharemos para acabar con
la mafia separatista. Vamos a recuperar Cataluña y a devolverla a la
mayoría de los catalanes».
Abascal estalla ante un jefe de los Mossos
por su pasividad: «¿Vas a seguir permitiendo esto?»
Pelayo Barro okdiario 8 Febrero 2021
El líder de Vox, Santiago Abascal, se ha acercado visiblemente
molesto al jefe del operativo de los Mossos d’Esquadra activado para
proteger el mitin de la formación en Salt (Gerona) y le ha pedido
explicaciones por la inacción de los agentes ante el acoso y el
lanzamiento de objetos contra los simpatizantes de Vox. «¿Va a
seguir usted permitiendo esto? ¿Contra representantes públicos? ¿Va
a seguir usted permitiendo esto?», insistió Abascal ante el jefe del
operativo. «Ahora mismo estamos interviniendo», le replica el mando,
a lo que Abascal vuelve a insistir: «¿Han tenido que llenar a toda
la gente de huevos para que intervengan? Ustedes tienen una
responsabilidad pública», recuerda. La escena se produjo después de
una lluvia de objetos contra el lugar donde se celebraba el mitin de
Salt, repitiéndose las escenas de violencia y acoso que se
registraron el sábado en Vic (Barcelona), donde miembros de la
ultraizquierda atacaron con piedras y lanzaron vallas a los
vehículos de la comitiva de Vox.
Pagaza pide que no se “maquille” ni
“legitime” a los terroristas
Familiares y amigo han recordado al exjefe de la Policía Municipal,
Joseba Pagazaurtundúa, de Andoain asesinado hace 18 años por la
banda terrorista
Susana Campo larazon 8 Febrero 2021
Las restricciones de movimiento por la pandemia de covid-19 han
obligado este domingo a la familia de Joseba Pagazaurtundúa a
celebrar en Logroño el homenaje anual en su memoria, en un acto en
el que han reclamado que no se permita blanquear a los terroristas.
Los familiares de Joseba Pagazaurtundúa, que fue asesinado por ETA
en Andoain el 8 de febrero de 2003, residen desde hace años en la
capital riojana, donde huyeron por la presión de los terrorista
En su intervención, la hermana de Joseba, la eurodiputada Maite
Pagazaurtundúa ha pronunciado un duro discurso en el que ha pedido
que no se “maquille” ni “legitime” a los terroristas. Ha comenzado
diciendo que cada año vuelven a Andoain en el aniversario de su
muerte para que les escucharan “los que callaron a Joseba” y les
obligaron a marchar.
La hermana de la víctima ha cargado contra Arnaldo Otegi y la
portavoz parlamentaria de EH Bildu, Maddalen Iriarte, por ser “lobos
antidemocráticos”, ha señalado, que “lo ocultan menos ahora porque
se sienten más seguros”. En este sentido, se ha referido a dos
cuestiones concretas. Por un lado, la carta que envío hace unos días
Otegi a los terroristas diciendóles que “necesitamos de vuestra
experiencia”, un gesto que Pagaza calificó hoy de “forma de
legitimación bastante directa”.
Por otro lado, también se ha referido, a las palabras de Iriarte e
una entrevista en el Correo en donde aseguraba que “el daño estaba
reconocido”, a lo que la eurodiputada ha reaccionado con una
metáfora reclamando a las instituciones que defienda a las víctimas
frente a quienes no condenan el terrorismo. “Los pastores deben
proteger a las ovejas heridas y dar la espalda con claridad a los
lobos antidemocráticos o trazarles líneas rojas. Y no hemos visto
esto”, ha destacado.
Pagaza ha denunció además la “regresión” democrática que supone la
actual situación de maquillaje y legitimación del pasado violento
llevada a cabo por Bildu. “Si aceptamos o dejamos pasar que la
injusticia del asesinato y la persecución son relativas, destruimos
las bases de la política democrática. Consideramos que todo esto es
una regresión, porque disimulan menos el fondo antidemocrático al
que no renuncian y porque están avanzando en la legitimación del
pasado violento”, ha indicado.
“En la dialéctica de las voluntades no puede ser que la suya todavía
de fondo intolerante y antidemocrático se convierta en aceptable
porque renunciemos al sentido profundo de la Carta de Derechos
Fundamentales de los principios y valores constitucionales”, ha
añadido
”Buscar sentido a la tragedia, supone exigir la reparación posible,
evitar la impunidad y desincentivar nuevos ataques futuros a nuestra
convivencia. Tras la tragedia, ¿dónde encontraremos sentido para el
futuro? les preguntamos. ¿En el respeto a las líneas rojas cuyo
cumplimiento exigió el Tribunal Constitucional” ha planteado Pagaza.
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