El hundimiento provocado de la hostelería,
ocio, comercio y turismo
José María Rotellar okdiario
13 Febrero 2021
El conjunto de los países de la Unión Europea, pero especialmente
España, están ensañándose con la hostelería, el comercio y el
turismo como si fuesen los culpables de la propagación de los
contagios, cuando es absolutamente falso. No hay ningún dato técnico
que avale que en un restaurante, cafetería u hotel -los pocos que
ahora funcionan o cuando lo hacía un número mayor en verano- se
hayan producido más contagios que en cualquier otro lugar. Todo lo
contrario: son lugares seguros, como lo son los colegios y las
universidades, pues las normas establecidas se guardan en todos
ellos de manera escrupulosa y ejemplar con carácter general, mucho
más que en muchos otros ámbitos.
Mientras se prohíbe que se reúna un número determinado de personas
en un restaurante, no se prohíbe en las oficinas, en el Congreso o
en los consejos de ministros o de gobierno regionales, como si en
esos lugares el virus no actuase. Es más, se da la incoherencia de
que unas personas que trabajen juntas pueden estar en una reunión en
la oficina de quince personas, por ejemplo, pues la norma exceptúa
el límite cuando se trata de temas laborales o institucionales, pero
si después de la reunión se van a comer antes de reanudar su jornada
por la tarde, no pueden hacerlo juntos.
En lugar de reconocer la seguridad de estos lugares, muchos
políticos -con algunas excepciones- les imponen cada vez más
restricciones y atemorizan a la población, que en gran parte deja de
ir en los horarios establecidos para ello. Es más, si una región,
como es el caso de Madrid, trata de ser menos dura en las
restricciones -aunque debería flexibilizarlas mucho más, por todo lo
antes explicado- los dirigentes de otras regiones llegan a decir que
a ellos eso no les parece responsable, pero no justifican dicha
afirmación con una tasa de contagios inferior derivada de las
prohibiciones. En lugar de prohibir y atemorizar así, los políticos
deberían dar ejemplo y dejarse ver comiendo y cenando en bares,
cafeterías y restaurantes. Ya que a muchos de ellos les gusta tanto
la propaganda, ésa sería una propaganda que haría el bien.
La hostelería, el comercio y el transporte cayeron un 24,1% en 2020,
mientras que la actividad más relacionada con el ocio y el turismo
lo hizo un 24,2%. Casi cien mil locales de hostelería han cerrado y
difícilmente volverán a abrir en un corto plazo, mientras que muchos
empleados -más de trescientos mil- de esta rama de actividad se
mantienen en ERTE, sin saber si finalmente podrán reincorporarse, y
muchos otros corren el gran riesgo de perder su empleo si su empresa
se ve obligada a cerrar. Lo mismo sucede en el comercio y en el
turismo.
Todos ellos, han agotado sus recursos financieros: han llegado al
límite y no pueden aguantar más sin trabajar a pleno rendimiento. El
Gobierno ni les ha dado una compensación por imponerles el cierre o
las diferentes restricciones, ni les ha condonado impuestos, ni los
ayuda.
España no puede seguir así: necesita una reapertura de la economía
de manera urgente, pues la crisis económica ya es mucho más grave
que la sanitaria, y no hemos visto todavía todo lo grave que puede
llegar a ser la caída económica. No es contraponer economía con
sanidad, pues, como he dicho muchas veces, sin economía no hay
sanidad, porque un empobrecimiento general nos llevaría a contar con
menores recursos para ello y produciría más muertes por todo tipo de
enfermedad, sin contar las secuelas psíquicas, y también físicas por
problemas circulatorios, por ejemplo, que va a haber tras esta
crisis.
España tiene que organizar eficientemente la campaña de vacunación
para vacunar con celeridad en cuanto las farmacéuticas hayan
reajustado sus plantas para producir en masa. Debe ser movilizado el
ejército para que ayude -o dirija, incluso- en la vacunación, y debe
dejarse al sector sanitario privado que contribuya también en la
campaña. España necesita una reapertura total, con especial
intensidad en estas actividades de interacción social, pues el
comercio, el turismo, el ocio y la hostelería son uno de los grandes
motores de nuestra economía, y si se hunden el hundimiento económico
irá en cascada, con estancamiento durante muchos años acompañado de
paro masivo. Es decir, o se cambia esta forma de gestionar, o nos
llevará a la ruina.
Cataluña: infierno (político y fiscal) y
ruina
EDITORIAL Libertad Digital
13 Febrero 2021
La economía catalana lleva años en caída libre. Desde el golpe de
Estado separatista de 2017, las finanzas de la región se desangran.
Por culpa del nacionalismo, Cataluña se ha convertido en sinónimo de
marasmo, incertidumbre, inseguridad –también jurídica–. El
desmoronamiento de su imagen internacional es formidable y digno de
estudio.
La fuga de empresas sigue siendo una realidad terebrante. En 2017 y
2018 huyeron a otros predios 4.300. Las multinacionales y las
grandes entidades bancarias fueron los primeros en escapar. Y no
parecen tener la menor intención de volver. En términos netos, en
2020 Cataluña perdió otras 341, mientras que Madrid ganó 572
empresas en ese tiempo.
Atrás quedó la época en que Cataluña era concebida como el motor
económico de España. El sorpasso de Madrid se produjo en 2018,
cuando la región hoy gobernada por Isabel Díaz Ayuso alcanzó el
19,2% del PIB nacional, dos décimas más que el Principado pese a
tener 1,5 millones de habitantes menos. En 2019 la brecha se agrandó
con Madrid aglutinando el 19,3% del PIB y Cataluña repitiendo la
cifra del año anterior.
No hay mejor manera de resaltar la decadencia de Cataluña que
compararla con Madrid, cuya política económica es totalmente
contraria a la de los separatistas. La estrategia de la Generalidad
está basada en más intervención, impuestos y despilfarro, lo que ha
convertido a su territorio en un pavoroso infierno fiscal. Tal es el
afán de los secesionistas por esquilmar a loa contribuyentes, que
Cataluña ha sido una de las pocas regiones que se han atrevido a
subir los impuestos durante la crisis del coronavirus, empezando por
el de Sucesiones.
Cataluña es una de las autonomías más manirrotas y endeudadas. En la
última década, la deuda pública en manos de la Generalidad se ha
disparado desde los 35.616 millones de euros a los 78.292 millones.
En términos de deuda sobre el PIB, el 35,9% que exhibe sólo es
superado por Valencia y Castilla-La Mancha.
El colmo es que más del 80% de la deuda catalana se financia gracias
al Tesoro Público español que tanto detestan. Si la Generalidad
pretendiera que los mercados aportaran un solo euro por sus
obligaciones financieras, se encontraría con un profundo fracaso.
Por ejemplo, tendría que explicar a los potenciales inversores cómo
es posible que Cataluña se haya convertido en un paraíso de la
okupación, con casi la mitad de los delitos por este rubro que se
suceden en todo el país.
El futuro no se presenta esperanzador: gane quien gane en las urnas
el próximo domingo, los catalanes tienen por delante tiempos muy
duros.
Que el domingo no se quede ni un demócrata
catalán en casa
Rosa Díez okdiario
13 Febrero 2021
Por lo que más quieran, demócratas catalanes, tomen precauciones
como lo hacen para ir a la compra, para salir a trabajar quienes aún
pueden, para recoger o llevar a los niños al colegio… y vayan a
votar.
Por lo que más quieran, no tiren la toalla, no se crean las
encuestas que se elaboran y publican para orientar el voto y
promover el desestimiento vaticinando de forma interesada que los
facinerosos, golpistas y asociados ganarán las elecciones. Vayan a
votar.
Por lo que más quieran, piensen en sus hijos, que merecen una
oportunidad. Para que ellos puedan vivir en una sociedad libre y
plural seguir ejerciendo el derecho al voto que nosotros
conquistamos en 1978, vayan a votar.
Por lo que más quieran, piensen en sus padres, que su sacrificio
para construir la sociedad plural y democrática no haya sido en vano
y que la herencia que ellos nos dejaron se la podamos traspasar a
nuestros hijos. Vayan a votar.
Por lo que más quieran, no permitan que, por el desestimiento de los
buenos, esa gentuza que pacta con terroristas y golpistas el futuro
de España gane las elecciones. Vayan a votar.
Por lo que más quieran, no consientan que les engañe quien aparenta
ser moderado y constitucionalista y promovió desde el Gobierno de
España una Ley de Educación para excluir la lengua común en la
enseñanza, lo que supone robar una herramienta de competitividad
esencial para todos pero particularmente para las clases más
desfavorecidas; no permitan que les engañe un tipo que impulsó una
ley para legalizar que se extienda por toda España el
adoctrinamiento y la educación en el odio y en la mentira que son
las norma en las autonomías gobernadas por los nacionalistas. Vayan
a votar.
Por lo que más quieran, no permitan con su autoexclusión del proceso
democrático que triunfen quienes quieren derogar el orden
constitucional, quienes desprestigian las instituciones, quienes
conspiran contra el Estado. Vayan a votar.
Por lo que más quieran, movilícense para que no ganen quienes
recrudecen sus ataques contra la Jefatura del Estado porque saben
que esa institución y quien la encarna –el Rey Felipe VI, a quien
declararon la guerra tras su memorable discurso del 3 de octubre de
2017- constituye una enorme dificultad para que sus planes
involucionistas tengan éxito. Vayan a votar.
Por lo que más quieran, no desprecien la fuerza y el valor de cada
uno de sus votos. Ser ciudadano significa tener derechos y también
asumir deberes. Y uno de los deberes que tenemos, sobre todo en
momentos cruciales como este, es defender las instituciones
democráticas. Tardamos muchos años en poder ejercer el derecho a
elegir a nuestros representantes; por favor, no lo olviden. No
deleguen en los malos, en los usurpadores, en los enemigos de la
democracia, porque todos ellos están movilizados y todos ellos irán
a las urnas y utilizarán el proceso democrático para robarnos la
democracia. Vayan a votar.
Por lo que más quieran, no consientan que quienes han arruinado la
vida y la convivencia entre catalanes sigan mandando en esa
comunidad. Vayan a votar.
Por lo que más quieran, no se dejen engañar por un candidato que
aparenta moderación y tiene ya el pacto suscrito con los eternos
enemigos de la democracia, los que hicieron presidente a Sánchez
para que él le nombrara después ministro y ahora candidato. Vayan a
votar.
Por favor, no se dejen engañar por ese falso cinturón sanitario que
aparentan haber acordado los independentistas. Es todo un juego de
trileros, un engañabobos, como lo fue la promesa de Sánchez de que
no pactaría con Iglesias. Déjense guiar por los hechos, no se fíen
de quienes ya han demostrado que no son de fiar. ¿Acaso no son Illa
y cía. quienes han creado el clima para que un terrorista y un
golpista hagan mítines durante la campaña? Vayan a votar.
Por lo que más quieran, no pierdan de vista que esto no va de
derechas versus izquierdas. Que esto va de democracia frente a
totalitarismo; que esto va de igualdad y libertades frente a
sectarismo, de unidad entre demócratas frente a quienes promueven la
ruptura de la convivencia entre españoles. Vayan a votar.
Por lo que más quieran, no renuncien a ejercer sus derechos como
ciudadanos españoles, no permitan que les arrebaten el derecho al
voto que conquistamos con la Constitución del 78.
Aunque las elecciones estén amañadas desde origen, aunque no se den
todas las condiciones democráticas exigibles, piensen que la
consecuencia de quedarse en casa dará el triunfo a quienes las
convocaron en este momento. He vivido muchas elecciones en el País
Vasco en las que los demócratas éramos acosados por los enemigos de
la democracia; y sé, por experiencia, que quedarse en casa no es la
solución. Vayan a votar.
Por lo que más quieran, recuerden que voto a voto los demócratas
pueden dar el sorpasso a quienes llevan años destruyendo la
convivencia entre catalanes y entre y con el conjunto de los
españoles. Ciudadanos libres de Cataluña, ayúdense unos a otros,
sumen demócratas frente a totalitarios, no piensen en las siglas,
elijan la que más les guste o la que menos les disguste del bloque
constitucionalista –del que se autoexcluyó el PSC el mismo día que
trabó sus alianzas con los golpistas y terroristas- y vayan a votar.
Por lo que más quieran, no renuncien a ejercer su derecho de
ciudadanía, su libre albedrío, no se rindan por anticipado. Por lo
que más quieran, tomen precauciones sanitarias y también
democráticas. Pónganse la mascarilla y, por favor, vayan a votar.
“Siempre llega un momento en la vida en el que hay que implicarse,
en el que no cabe comportarse como idiotés, ese vocablo que, como
suele recordarnos Fernando Savater, utilizaban los antiguos griegos
para señalar a quien no se metía en política y terminaba manipulado
por todos. (…) Hemos de elegir entre la Constitución o el caos,
entre la democracia o el despotismo”. Este es un párrafo de mi
último libro, La Demolición. Eso es lo que está en juego este
domingo en Cataluña. Así que, por lo que más quieran, no sean
idiotés y vayan a votar.
Estado, estatistas y estatólatras
Sergio Brabezo Libertad Digital
13 Febrero 2021
Es de noche y no hay nadie en la calle. Acelero el paso para llegar
a mi casa cuanto antes porque siento el cansancio de un largo día de
trabajo. Tras cerrar la puerta, me quito la mascarilla y respiro
profundamente. Después de una ducha caliente, intento relajarme
mientras ceno lo que he encontrado en la cocina.
Consulto Twitter. Grave error. Empiezo a leer diversos mensajes y
veo la petición de un mayor Estado para actuar contra la crisis
económica. Visito la web de un periódico de tirada nacional y leo
que varios partidos políticos reivindican una intervención severa de
la Administración para evitar la fuga de youtubers. Pero me doy
cuenta de que, lea lo lea, se pide un Estado más grande para que sea
omnipresente y omnipotente, una especie de bálsamo de Fierabrás que
curará todos los males.
Los que proponen el uso permanente del Estado para resolver todos
los problemas, incluso los más nimios inconvenientes, obvian que la
intervención del Estado también presenta externalidades negativas.
Por ello, quiero poner de relieve cuatro problemas que pueden
provocar el uso y abuso de políticas intervencionistas estatales.
El primero es que limita la iniciativa social. La borrasca Filomena
fue un gran ejemplo porque evidenció dos comunidades de vecinos
diferentes. Unos, los que ante el desbordamiento de los recursos
públicos ante una crisis de magnitud extraordinaria lideraron la
retirada de nieve de sus portales y calles y se organizaron para
hacer compras urgentes o facilitar transportes para otros vecinos
que lo necesitaban. En cambio, a otras comunidades se les acumulaba
la nieve y sus problemas se multiplicaban. Una sociedad con
iniciativa propia es una comunidad que, mediante la cooperación
social, reacciona frente a una crisis de manera rápida y eficaz sin
dejar a nadie atrás.
En segundo lugar, se reduce la invención colectiva. Si un país tiene
que innovar para buscar soluciones a nuevos retos, es siempre más
eficaz que lo haga toda una sociedad en su conjunto que no solo el
político mesiánico. Las ideas rupturistas y eficaces nacen en
sociedades amplias que retan las normas, rompen con el statu quo o
trazan nuevos caminos para superar los desafíos que tiene por
delante, no son propias de una oligarquía política.
En tercer lugar, limita el control al Ejecutivo y al Legislativo.
Una sociedad fuerte es capaz de controlar al Gobierno y sus
representantes, corregir sus decisiones y cambiarlos de forma
democrática, sosegada y pensada. Una sociedad fuerte obliga a los
servidores públicos a ser unos perfectos representantes de su
comunidad.
Por último, el aumento de la intervención estatal recorta los
recursos de las personas y, por ende, parte de su libertad. Los
recursos estatales empiezan y acaban con el esfuerzo, el sudor y el
trabajo de los ciudadanos. Por lo tanto, más Estado es igual a
personas con menos medios para inventar, crear y aportar a su
comunidad. Además, uno de los ejes fundamentales de la libertad es
la propiedad. Así que cuando el Estado cercena parte de las
posesiones de los individuos, la libertad se resiente.
En conclusión, el Estado debe estar al servicio del ciudadano para
proteger y, en su caso, potenciar todo aquello que ofrece una
sociedad libre. Ante la crisis económica y social provocada por la
covid-19, el papel del Estado es el de hacer de palanca para la
recuperación (los fondos Next Generation de la UE son el mejor
ejemplo de ello), no el de intervenir el mercado ni hacer a los
ciudadanos rehenes de las subvenciones.
Si rompemos un sano equilibro entre sociedad civil y Estado, podemos
acabar con un Estado autoritario dirigido por autócratas o, por lo
contrario, si anulamos toda presencia imperará el anarquismo. Hoy
algunas personas proponen un intervencionismo estatal duro, pero
olvidan que esa decisión puede arrinconar e inhabilitar a una
comunidad. España necesita una sociedad cohesionada,
intelectualmente crítica y con iniciativa propia si quiere salir de
esta crisis, así que es el momento de devolver el protagonismo a la
sociedad civil.
******************* Sección "bilingüe" ***********************
La doble pandemia que azota a España: la
Covid-19 y el socialismo que nos argentiniza
Daniel Lacalle elespanol
13 Febrero 2021
"I said from the first, I am the worst", Keith Richards.
La ministra de Hacienda y la de Sanidad repiten constantemente que
esto le está pasando igual a todo el mundo, mientras justifican las
devastadoras cifras de España bajo la excusa de la "pandemia
global".
¿Igual?
Irlanda cerró 2020 con un crecimiento (sí, aumento) del PIB del 3%,
gracias al avance de la inversión y las exportaciones de los
sectores de tecnología y sanidad. Lituania solo cayó un 0,9%,
Polonia un -2,8%, y Suecia y Estonia, ambas un -2,9%. Alemania cayó
solo un 5%, Portugal un -7,6%, Francia un -8,3%, Italia un -8,8%.
Hasta Grecia cayó menos que España (un 10%). Reino Unido creció un
1% en el cuarto trimestre y terminó 2020 cayendo bastante menos que
España, un 9,9%.
Si vemos la paleta de países, se desmonta rápidamente la demagogia
del gobierno. España termina 2020 con el peor desempeño económico,
la peor evolución del paro y los peores datos de gestión de la
pandemia de sus comparables. Algunos países con enorme exposición a
servicios, a turismo, otros países con mucho menor gasto en sanidad,
y muchos países con muchas más desventajas de partida lo han hecho
mucho mejor.
Pero siguen con la propaganda de que "esto le está pasando a todo el
mundo".
¿Se han dado cuenta de que el socialismo ha dejado de hablar del
"milagro portugués"? Porque Portugal, con un gobierno de izquierdas,
ha implementado medidas liberalizadoras, contención de gasto y
mantiene impuestos atractivos para rentas altas, capital y empresas.
Irlanda, por su lado, vuelve a mostrar que es un ejemplo, pero lo
que quieren es derribarlo, porque esta nueva casta de aristócratas
del gasto político no tiene como objetivo el progreso, sino el
control.
España termina 2020 con el peor desempeño económico, la peor
evolución del paro y los peores datos de gestión de la pandemia de
sus comparables.
Por eso quieren destruir cualquier ejemplo que lo haga mejor que
nosotros sin expoliar a empresas y familias. Por eso Portugal ha
pasado de ser un milagro a un malvado paraíso fiscal en la mente de
estos extractores de rentas.
Aquí, rápidamente llaman "paraíso fiscal" a todo aquel que no es un
infierno fiscal como el que han creado en España.
La República Checa ha superado a España en PIB por habitante. Esto
no quiere decir que la República Checa sea más rica que España, pero
sí es una señal clarísima de que, mientras otros países mejoran
rápidamente gracias a una fiscalidad atractiva, apertura,
flexibilidad del mercado laboral y al espíritu emprendedor, España
se está quedando peligrosamente atrás en estos y otros elementos.
Esta semana, la Comisión Europea ha revisado sus estimaciones para
2021, dejando el rebote de la economía española en un 5,6%, muy
lejos de las expectativas del gobierno.
Un rebote técnico del 5,6% -si se da- después de un 11% de desplome
no es "el mayor crecimiento de la UE en 2021" como dicen algunos
miembros del gobierno. Crecimiento real es el de Irlanda que, tras
aumentar su PIB un 3% en 2020, crecerá otro 3% en las estimaciones
de 2021 de la Comisión Europea. He puesto varias veces la palabra
crecer a ver si pillan la diferencia entre rebotar y crecer.
Un rebote técnico no es "crecimiento".
¿Lo peor de las estimaciones de la Comisión? Que, como siempre, son
diplomáticas y, a pesar de ello, temen un aluvión de quiebras en
España por el peso de las pymes y la falta de ayudas directas.
Bruselas ha empeorado, de nuevo, las previsiones de Sánchez y
retrasa el inicio de la recuperación a la segunda mitad del año
2021, llevando la recuperación de los niveles de 2019 hasta 2023. Y
eso que el PIB va a "rebotar" por el disparo del gasto público. El
PIB de la economía productiva no se recuperaría hasta el 2024.
¿Qué nos hace ser los peores?
España sufre dos pandemias: La Covid-19 y el socialismo más
intervencionista y menos socialdemócrata, que está mutando a pasos
acelerados en un peronismo clientelar que nos acerca a otro país en
retroceso constante por culpa del freno político más destructor (a
nivel gubernamental y monetario) y la política fiscal extractiva y
confiscatoria, Argentina.
Podemos dar gracias a Dios de que este gobierno no cuente con
política monetaria, porque hoy estarían destruyendo el poder
adquisitivo de la moneda local igual que en Argentina y
empobreciendo a la mayoría.
La combinación es devastadora. España es el país que menos apoyo ha
dado al tejido productivo ante el destrozo creado por las decisiones
gubernamentales, y el único país de la UE que ha subido impuestos a
empresas y cuotas a autónomos en medio de la crisis.
Esta combinación es especialmente peligrosa ante la evidencia de que
se van a utilizar los fondos europeos como un enorme besamanos
liderado desde Moncloa en el que el gobierno utilizará el dinero que
llegará -si llega- de Europa poniendo a Moncloa y los ministerios
como filtro, freno y cadena de favores.
La probabilidad de que los fondos europeos se utilicen de manera
equivocada, clientelar y política no es alta, es
-desafortunadamente- casi una certeza. Ni siquiera se oculta desde
instancias gubernamentales. Primero, pretenden usarlos para cambiar
ventanas y un nuevo Plan E encubierto para "crear empleo
rápidamente". Segundo, para cubrir gasto corriente sin rentabilidad
real.
Nos debería preocupar la cantidad de entes públicos que están
descontando en sus presupuestos unos fondos que no existen todavía.
Se han repartido un pastel que ni se ha cocinado. Por ejemplo, el
presupuesto de la Generalitat de Valencia se cubre en un 60% por
esos supuestos fondos europeos que ni se han recibido ni se han
aprobado. Imaginen.
El peligro de usar mal y de forma política los fondos europeos
supera en mucho el mero despilfarro. Es una enorme transferencia de
rentas de los contribuyentes europeos, que financian estos fondos, a
políticos que están frenando proyectos de verdadero calado y con
rentabilidad económica real para crear, eliminando todo
procedimiento de control y transparencia.
Hablamos de decenas de entidades clientelares en donde desaparecerán
esos fondos sin impacto en la economía más allá de dejar más deuda y
que, el que venga detrás, sea "el malo" cuando cierre toda la
batería de empresas creadas para nada.
No solo es un problema de riesgo de despilfarro y mala asignación,
sino de efecto desplazamiento. Esos fondos son muy necesarios para
las empresas españolas que ya están sosteniendo el país. No solo se
va a utilizar mal el dinero, sino que se le quita a quien lo usaría
bien.
Un efecto desplazador que genera -como ocurrió en el pasado- efectos
negativos a medio y largo plazo. Menor crecimiento, menor
productividad, menor recuperación del empleo, y perder el tren de la
competitividad.
Iglesias, un politicastro repudiable
Jimmy Giménez-Arnau okdiario
13 Febrero 2021
Los conceptos del honor y la honra no estrechan lazos con el líder
de Podemos. Este agitador profesional ya llegó a la política fuera
de sus cabales, con el único fin de hundir a la gente que intenta
prosperar y ayudar a España aportando sueños y mucho trabajo,
mientras él sólo quiere someterla a su veleidad totalitaria. Como
sale de una cuna sin principios, no tiene otro cacharro que ofrecer
que su muy oxidada y ruinosa ideología. Tal indecente, mitad
oportunista, mitad infractor, intolerante con cada una de las
instituciones del Estado, debería irse a hacer gárgaras (enjuagues
bucales) y abandonar el mapa político, permitiéndonos vivir en paz,
evitándonos respirar el odio que expele y contagia un bicho tan
zafio, como inquietante e inútil.
The Economist asegura que “España sigue siendo una democracia
plena”, pero Iglesias -que nadie entiende qué pinta en el Gobierno-
jura que “la anormalidad democrática reina en España”. Las palabras
se vuelven contra su dueño y al hacerlo un antisistema, de vil
calaña comunista, todavía más. Por eso todos los ministros
socialistas se rebelan contra el dicharachero y urgen a Sánchez,
otro ególatra de enciclopedia médica, a que cese al papanatas.
Iglesias, politicastro repudiable, vive horas bajas a la espera de
un nuevo, rotundo fracaso en la pantomima de las elecciones
catalanas. Nacido bajo una carreta, sabe que nunca llegará más alto,
pues es un tupamaro de ley, con garantía de perdedor.
La España que reúne, plataforma de antiguos miembros del PSOE como
Nicolás Redondo y Joaquín Leguina, personas inteligentes y con dos
cojones, más algunos ex Ciudadanos”, también lúcidos, le ruegan a
Sánchez que saque del Ejecutivo, de modo inmediato, al tipejo que
encabeza este artículo, por ser “desleal con sus socios de Gobierno,
con todas las instituciones del Estado y la gran mayoría de
españoles”. Y añaden: “Cesar en la infamia: Pablo Iglesias debe ser
destituido” fulminantemente del cargo de vicepresidente segundo por
inútil, nocivo y traidor. Así que, al machito Alfa, sólo le queda
avisar a Irene Montero, empacar sus bultos y largarse a Venezuela a
bailar el joropo. Cualquier vía de escape es buena, con tal de que
no vuelvan y nos sigan jodiendo.
Ni los golpistas de Llenoders, ni los criminales amigos de Bildu,
les echarán en falta. En política, sólo interesa la pasta que le van
a sacar a Sánchez. Sin Iglesias de intermediario, al maniquí de La
Moncloa le pueden sacar casi el triple. Los votos para seguir en el
poder cuestan un pastón.
Cataluña, una carrera de fondo
Carmen Álvarez Vela https://gaceta.es
13 Febrero 2021
El día que Sánchez dijo que todos somos culpables de lo que ha
ocurrido en Cataluña, no se equivocó tanto. Bastaría con acotar ese
‘todos’. Le enmiendo la plana al presidente que padecemos y
reformulo la frase: el nacionalismo no es el único culpable de lo
que sucede -no ha sucedido, sucede- en Cataluña. No seré yo quien
disculpe a la banda sediciosa del supremacismo, la xenofobia, la
mentira, la violencia y el totalitarismo. La cuestión es que de los
‘malos’ no cabe esperar nada bueno, de los malos sólo se puede
esperar que hagan el mal. Y lo hacen. El drama de España es que los
supuestos buenos han sido cooperadores necesarios para que la
anomalía catalana, que es la anomalía española por extensión, haya
llegado al punto de desastre que ha llegado.
Muchos españoles esperamos -sentados- el día que alguien del PSOE o
del PP haga acto público de contrición y reconozca que su partido se
equivocó pactando durante décadas con el nacionalismo vasco y
catalán a cambio de 4 míseros años en el poder. Es necesario que
digan que el cortoplacismo los cegó; que vendieron España como si
fuera suya; que no quisieron entenderse entre los partidos
nacionales como hacen en otros países para enfrentarse a los
enemigos de España.
Recuperar Cataluña para la normalidad, la democracia y la
convivencia es una carrera de fondo, no los 100 metros vallas
En Cataluña, ambos partidos han desistido incluso como oposición. El
PSC nacionalista y acomplejado ante CiU durante años, que luego
quiso ser Esquerra Republicana, jamás ha ejercido como oposición
frente a los gobiernos nacionalistas. Considerar al PSC un partido
constitucionalista es absurdo. Qué decir del Partido Popular, que
vendió a sus votantes cuando entregó la cabeza de Vidal-Quadras -el
mejor líder que jamás ha tenido el PP en Cataluña- a Pujol en el
vergonzoso pacto del Majestic. Todo por el poder.
Arrimadas, la última esperanza fallida de los catalanes, ni siquiera
subió al estrado del Parlamento regional a defender su investidura
para dar voz al millón de catalanes que le había dado su confianza.
Ciudadanos desperdició una oportunidad de oro para que el
secesionismo visibilizara con claridad que pueden dejar de ser los
dueños del cortijo. Perdón, de la masía, que son muy sensibles para
sus cosas. Tiempo después, Inés se fue a Madrid en busca de una vida
más tranquila, cosa comprensible en lo personal —su vida en Cataluña
era un infierno—, pero que el catalán no nacionalista sintió como la
enésima bofetada. El abandono total.
Ante semejante panorama, me temo que el votante catalán ya no se fía
ni de los suyos. No es para menos. Sabe muy bien quién tiene
enfrente y cómo se las gasta, pero lo que desconoce es quién está de
su lado. ¿Hay alguien ahí capaz de hacer una oposición estable,
constante e inequívoca en el mensaje? Recordemos que unos minutos de
entrevista de Casado en la RAC bastaron para destrozar media campaña
de su candidato, Alejandro Fernández.
Hace falta trabajo, paciencia, inteligencia, estrategia a largo
plazo y valor. Lo que se ha llamado toda la vida ‘pico y pala’
Los resultados del domingo revelarán muchas cosas.
En primer lugar, si el defecto Illa es percibido como tal, un engaño
vergonzante que ha utilizado un Ministerio de extrema importancia en
un año de pandemia -con un resultado perfectamente descriptible-
para intentar conquistar la Generalidad.
Por otro lado, estas elecciones serán el test perfecto para
comprobar si la ciudadanía, agotada por la crisis sanitaria y
desangrada por el desastre económico, percibe a los partidos
independentistas como partidos capaces de lidiar con problemas
reales, no sólo como heroicos luchadores por republiquetas
imaginarias.
Por último, el domingo veremos qué oposición elige el catalán no
nacionalista y esto quizá sea lo más importante de cara al futuro.
Recuperar Cataluña para la normalidad, la democracia y la
convivencia es una carrera de fondo, no los 100 metros vallas. Hace
falta trabajo, paciencia, inteligencia, estrategia a largo plazo y
valor. Lo que se ha llamado toda la vida pico y pala y sacrificio
¿Os imagináis, amigos?
Javier Somalo Libertad Digital
13 Febrero 2021
Sabemos dónde está España con Podemos dentro del Gobierno pero no
porque la otra mitad defienda la Constitución ni mucho menos
Esta misma semana Libertad Digital recordaba un brevísimo vídeo —no
hace falta mucho más— en el que el presidente Sánchez decía, el 10
de octubre de 2019, esto:
¿Os imagináis, amigos, esta crisis en Cataluña, con la mitad del
Gobierno defendiendo la Constitución y la otra mitad del Gobierno,
con Podemos dentro, diciendo que hay presos políticos en Cataluña y
defendiendo el derecho a la autodeterminación en Cataluña?
[aplausos]. ¿Dónde estaría España y dónde estaría la izquierda?
Ya no hay hemeroteca, fonoteca o videoteca que pueda con un
político, de la misma manera que ya no hay vergüenza o precisamente
por eso. Pero lo importante es que la pregunta de Sánchez ya tiene
respuesta, no hay lugar para la imaginación.
Sabemos dónde está España con Podemos dentro del Gobierno pero no
porque la otra mitad defienda la Constitución ni mucho menos.
Sánchez nos dejó el insomnio a los demás por mucho que Margarita
Robles se ponga marcial al tener a las tropas delante. Nos dejó el
insomnio por más que Carmen Calvo —“porque le va la vida en ello”—
quiera aparentar ahora un feminismo responsable frente al desastre
mental consentido de Irene Montero. Y nos dejó el insomnio a los
demás con Marlaska y la ETA, con Ábalos y las maletas de Delcy, con
Rosa María Mateo o con Illa, el asintomático candidato o con Simón,
el anticristo de los bares amén de peligro para la salud pública.
Hay una mitad más salvaje pero las dos son nocivas para España, para
los ciudadanos. Pero es que además, entre las dos mitades no hacen
siquiera uno porque para completar la unidad de gobierno han hecho
falta ERC y Bildu, los firmantes del Pacto de Perpiñán por el que
ETA podía matar en cualquier sitio salvo en la Cataluña que vota
este domingo en plena pandemia. Y dice El País que los
independentistas le hacen el “cordón sanitario” a Illa. ¡Vaya, al
socio! Ni con un cordón se acerca el exministro a lo sanitario pero
Prisa tenía que medrar, que si no, no hay elecciones tradicionales.
Faltan los rusos, pero se les espera.
Que Pablo Iglesias diga que en España falla la democracia es tan
cierto como que es por su culpa. Algo tendrá que ir mal de veras
para que un bolchevique convencido y sin evolucionar, un tipo
referenciado política y pragmáticamente en Lenin y en Hugo Chávez,
sea vicepresidente del Gobierno. Y lo es gracias a esa otra mitad
que ahora se disfraza de puritana acodada en la barra del burdel.
¡Claro que la democracia española está de cuarentena! También
Cataluña es buena prueba de ello al arrastrar hasta la normalidad
todo un golpe de Estado. De “plena” y “ejemplar”, nada. Para serlo,
o emprender el camino de nuevo, Iglesias y su casero deberían estar
desahuciados y buscando piso en algún arrabal caribeño. Está muy
bien que defendamos la democracia pero habrá que sacar de ella al
que quiere nacionalizar los medios, las farmacias, los bancos,
formalizar la ocupación de viviendas ajenas, llevar las pistolas,
tener un Ejército a mano y, por lo demás, azotar hasta sangrar. Y
con él, a Sánchez, el presidente mas mentiroso y felón después de
Zapatero, origen de todos los males. ¿Os imagináis, amigos?
Sabemos perfectamente dónde está España. Y sabemos también dónde
está la izquierda: en el comunismo, que es el peor sitio donde puede
estar cualquiera porque, además, no se sale vivo.
Nos queda por saber dónde está la derecha aunque también se esfuerza
en que lo descubramos de inmediato. El recorrido del PP en Cataluña
desde Pujol hasta hoy es una caída libre que pasa por los Fernández
Díaz —con sus enormes diferencias—, Alejo Vidal Quadras, Josep
Piqué, Daniel Sirera, Alicia Sánchez Camacho… y por la perversa
afición de caer simpático al enemigo y destrozar sin piedad al
adversario, casi siempre interno o aledaño.
Pudo cambiar algo cuando el PP descubrió aquella “Vía Cayetana” en
Barcelona, que no se arredraba ante los energúmenos y que, desde una
escalinata o en la Plaza de Sant Jaume dejaba bien claro que un
ciudadano de Cataluña, como los interpelados por Tarradellas, puede
ser catalán, madrileño o argentino y, por supuesto español, y saber
qué decir de Cataluña. Nadie les iba a abandonar y casi todos lo han
hecho.
Alejandro Fernández y Cayetana Álvarez de Toledo… Sonó muy bien. El
primero dijo de la defenestrada y brillante portavoz:
La candidatura de Cayetana es siempre un acierto, en Barcelona, en
Madrid o en Tomelloso. Por formación, talento y capacidad de
trabajo.
Pues en la 13 Rue de Génova han preferido el tándem Casado-Bárcenas,
gracias a una inexplicable política de comunicación que acude a las
reboticas de la izquierda y del separatismo para que les saquen la
astilla de Vox, siendo suya, como lo era la de Iván Redondo. El PP
de Génova se ha electrocutado en los despachos y ahora está mirando
hacia Madrid, como la miran todos, por si Madrid fuera la salvación
o el cadalso.
Pablo Casado acabó pensando como Soraya, su rival en las primarias.
El estupor general, el segundo después de la traición a Abascal, le
ha obligado a justificar lo que él considera un malentendido global
porque —según dice— en realidad, sus declaraciones en Rac1 fueron
una “enmienda a la totalidad” de la política de Rajoy en Cataluña. Y
con Rajoy enmendaba a Aznar y, con el tiempo, ha terminado
enmendando a Pablo Casado y todavía no ha gobernado ni un
ayuntamiento.
Ciudadanos primero y Vox después, nacieron de vacíos del PP y de la
tristemente famosa Puerta de Elche, adonde Rajoy envió, en abril de
2008, las corrientes que unió, pero jamás cuidó, Aznar.
A partir del lunes postelectoral —si el lunes es postelectoral—
todos los partidos que quieran aportar algo a su país estarán
obligados a hacer un análisis que no puede reducirse a los
resultados en Cataluña porque es en Cataluña donde se ensayan los
golpes contra la democracia que los socialistas ven tan sana y
vigorosa. Las preguntas del presidente Sánchez están más que
respondidas. Falta que alguien lo reconozca de una vez.
Un voto por la Cataluña constitucional
Editorial larazon
13 Febrero 2021
Viene siendo habitual que cualquier convocatoria electoral en
Cataluña –sea local, autonómica, nacional o europea– se considere un
plebiscito siempre a favor de la independencia. Si por lo menos no
se consigue la mayoría, al menos que sea la opción más votada. Sus
dirigentes, que son muchos y verdaderos profesionales en engordar el
«conflicto» a cargo del presupuesto público, tienen recursos para
salir siempre vencedores. Dominan todo el tablero político, la
Generalitat, los resortes de poder de su inabarcable «sociedad
civil», los medios de comunicación públicos, de ahí que durante esta
campaña no se haya debatido sobre la gestión del actual gobierno
formado por ERC y JxCat, que, si se puede caracterizar por algo, es
por no haber existido, mientras toda las energía política se ha
puesto en «hacer república». De ahí que en la campaña electoral la
situación económica no haya tenido ningún espacio: que la caída del
PIB haya sido la más fuerte de todas las autonomías en los últimos
dos años, que más de 5.500 empresas se fueron de Cataluña después
del 1-O.
Ni tampoco la sanidad, ni la educación, ni los retos energéticos en
un mercado global... El marco mental impuesto es, como siempre, el
hecho identitario, algo que moviliza especialmente a su electorado
independentista, a la vez que se propicia el desafecto de los
ciudadanos no inscritos en el ideario nacionalista, prácticamente
expulsados del régimen. La excepcionalidad de la epidemia favorece
al independentismo y, de manera especial, al partido de Puigdemont.
Si, tal y como indican todos los sondeos, la participación se sitúa
en el 60% –que es el nivel medio del periodo pujolista–, el voto
constitucionalista se verá resentido. Sólo si la abstención es baja,
como en los comicios de 2017 que llevaron a Cs a ser la fuerza más
votada, con el 79% de electores movilizados, las opciones crecen.
Según la composición del Parlament y vaticinan las encuestas, todo
indica que el independentismo volverá a conseguir la mayoría, aunque
se desconoce quién puede ser el más votado y, por lo tanto, a quién
corresponde iniciar la formación de gobierno, posibilidad que se
resolverá en una guerra abierta entre JxCat y ERC. Por contra, si
Junqueras opta por un tripartito de izquierdas –pese a haber
renunciado– junto al PSC y En Comú Podem, a cambio de asegurar la
estabilidad del gobierno de Pedro Sánchez, asistiremos a un
extenuante espectáculo de guiñol de consecuencias políticas
desconocidas. El constitucionalismo no tiene más opción que llamar a
su electorado a las urnas ante una situación excepcional. Una parte
de los catalanes ha sido silenciada durante el «proceso» y relegada
a una ciudadanía de segunda clase, por lo que hay que romper ese
«cordón sanitario» impuesto contra el constitucionalismo. Un voto
contra lo que expresó el «gurú» del nacionalismo Lluís Llach: «Si no
votamos a los nuestros, vendrán los otros».
El voto útil en Cataluña
Francisco Marhuenda larazon
13 Febrero 2021
Los catalanes tenemos que reflexionar si queremos la continuidad
independentista o el cambio constitucionalista. Lo primero significa
mantener la sociedad y las instituciones en un bucle permanente, al
estilo del día de la marmota, que tan rentable resulta a los
políticos, los empresarios, los periodistas y los profesionales de
la subvención del mundo independentista. Todos viven muy bien a
costa de los presupuestos autonómicos, provinciales y municipales,
porque se ha creado una enorme industria de estómagos agradecidos.
Por ello, quieren una independencia en la que España siga siendo la
vaca que ordeñar y, por supuesto, sin salirse de la Unión Europea.
Hace siglos que las elites dirigentes catalanas y las acomodaticias
clases medias llevan chupando del bote del Estado. Han sido unos
yonquis del proteccionismo desde los tiempos de Felipe V y no están
dispuestos a desengancharse del chollo. Es verdad que hace unos años
buscaban para representarles a personas de un cierto nivel mientras
que ahora nos colocan al primer advenedizo con pretensiones como
Laura Borràs o Pere Aragonés. La aristocracia destinaba a los
segundones y tercerones a la milicia y la Iglesia para que hicieran
carrera mientras que ahora eligen a los menos espabilados para la
política. Un gobierno donde estén los independentistas seguirá
siendo una catástrofe.
Las trayectorias de políticos de ERC y JxCat hacen que el menos
preparado de los constitucionalistas sea más eficaz a la hora de
asumir responsabilidades de gobierno. Por ello, los catalanes tienen
que votar a los partidos que defienden el ordenamiento
constitucional y, sobre todo, no quedarse en casa. Esta no es una
opción. El PSOE quiere que un centro derecha dividido y destruido.
No busca un gobierno alternativo al independentismo. Una vez
cerradas las urnas y conocidos los resultados no será momento para
lamentaciones si el constitucionalismo opta por no acudir a votar.
No me importa si el presidente es Illa, Fernández o Carrizosa, ya
que me gustaría un gobierno de coalición que esté al servicio de
Cataluña y no del fanatismo irracional de ERC, JxCat, las CUP o En
Comú Podem. Estas cuatro formaciones son un desastre y tampoco es
una buena opción un tripartito con socialistas, comunistas,
antisistema e independentistas de izquierdas. No son partidos
fiables en la defensa de los valores constitucionales y la
convivencia. Cataluña se juega vivir otros cuatro años instalada en
el conflicto. Es la hora de desmantelar el sistema clientelar que
nació con el pujolismo.
Cuarenta años de votos inútiles
Nota del Editor
13 Febrero 2021
Ya he perdido la cuenta de los años transcurridos desde que voté en
contra de la constitución española, bodrio ilógico y que además ha
sido destrozada por el mal llamado, innecesario, mediocre,
politizado y traidor tribunal constitucional, y no me sirve que
hubiera votos particulares claramente constitucionalistas, pero más
razón para denominar tinglado infumable al truco este de la
constitución.
Ojalá votaran los muertos
EDITORIAL https://gaceta.es
13 Febrero 2021
El general Prim en la batalla de Tetuán (1865), del pintor Francisco
Sans Cabot; Museo Nacional de Arte de Cataluña
Los voluntarios catalanes que con la bayoneta calada siguieron al
general Prim en la batalla de Wad-Ras, los marineros del capitán
Deschamps que burlaron el bloqueo de Cuba en 1898, el diputado
liberal y barcelonés Antoni de Capmany i Montpalau que defendió en
las Cortes de Cádiz las corridas de toros “por ser expresión del
carácter nacional”; los sitiados de Gerona, los soldados de aquella
Compañía Franca de Cataluña que defendieron la bandera española en
Alaska, Agustina de Aragón, el ilerdense Gaspar de Portolá que
gobernó las Californias; aquellos voluntarios catalanes en el frente
del Voljov, el capitán Masip, Salvador Dalí, el primer presidente
republicano Pi i Margall, el guerrillero tradicionalista Carrió i
Serracanta que jamás dio cuartel a los franceses; Luis de Requesens,
mentor de Juan de Austria y su lugarteniente en la más alta ocasión
que vieron los siglos, El noi de la Riereta, Joaquín Bernadó
Bertomeu, que fue el mejor torero catalán de la Historia; Fusté
contra Alemania, Socías Humbert, el pintor de batallas Ferrer
Dalmau; Matute, Plá, Salisachs y esperemos que Falcones; araneses
contra el maquis, Rafael Casanova sin duda alguna, el tambor del
Bruch, Rosa María Rosas y los otros cuatro niños que asesinó la ETA
en la casa cuartel de Vich…
Podríamos seguir en una lista eterna citando a los catalanes que
desde hace mil años se reunieron en torno al proyecto de España y de
la Hispanidad y que sin renunciar al amor al terruño, que es amor de
bien nacido, se sintieron partícipes de la construcción nacional.
Que la deslealtad de aquellos industriales que se reunieron en torno
a las Bases de Manresa y que crearon de donde no había nada un
nacionalismo aldeano, no nos impida admirar el esfuerzo, las
lágrimas y el sudor de millones de catalanes que nos precedieron y
que jamás tuvieron duda de su españolidad.
En las últimas décadas, por desgracia, ese nacionalismo pueblerino
que ha dado la espalda a esos millones de catalanes tan españoles
como un burgalés o un melillense —y que ya sólo pueden defender su
obra y su legado a través de los libros que no se estudian en los
colegios catalanes—, ha tenido mayorías suficientes y poder real
para imponer sus desleales exigencias a todos los Gobiernos de la
nación y a sus ambiciosos presidentes. Gobiernos, todos, que han
disculpado traiciones, chantajes, imposiciones lingüísticas en
contra de la Cataluña real y que han consentido toda suerte de
corruptelas.
Tal ha sido la debilidad democrática de los Gobiernos de España y de
los partidos nacionales representados en el Parlamento regional
catalán, que hasta consintieron que del seny del dignísimo president
Josep Tarradellas se haya pasado a mancillar la Casa de los
Canónigos con pesadillas de la democracia como el fugado de la
Justicia Carles Puigdemont o el racista prototipo de la rauxa Quim
Torra, hijos políticos los dos del andorrano Jordi Pujol. Y hay más
conjuras de la mediocridad, como que se haya pasado de Solé Turá,
uno de los padres de la Constitución, a Salvador Illa y los 90.000
muertos que contempla su ineptitud. De tener un alcalde en Barcelona
como Mateu y Pla a soportar a Ada Colau hay un mundo tan vasto que
encontraríamos dragones…
Este domingo, en las urnas, para mayor anomalía democrática, el
partido de un fugado de la Justicia española luchará por el primer
puesto con el partido de un sedicioso y malversador convicto que lo
más recto que tiene es la mirada. Entre ellos, un partido socialista
que no quiere decirse español, presenta a un hombre desvergonzado
sin conciencia del enorme daño causado por su ineptitud.
Enfrente, el partido Ciudadanos, aquella gran esperanza que decidió
cabalgar ambiciones personales y contradicciones y que hoy debate su
propia inutilidad pie a tierra. El Partido Popular, cuna de héroes,
cama de tibios, el que firmó el infame Pacto del Majestic que
descabezó a un hombre lúcido como Vidal-Quadras y que luego alimentó
la indolencia del presidente Rajoy.
Y, al fin, por fin, VOX.
Ojalá votaran los muertos. De alguna manera sí que lo hacen cuando
el que va a depositar su voto tiene presentes a los millones de
hombres y mujeres catalanes que le precedieron en su afecto a España
y que murieron honrados como españoles leales. No votan,
desgraciadamente, cuando desde el poder nacionalista, socialista y,
para nuestro asombro (siglo XXI), comunista, se les hurta sus
nombres, sus hechos y hasta sus estatuas mientras se bautizan calles
con el nombre de racistas desquiciados como Sabino Arana.
Si votaran los muertos, la reconquista de un pedazo prodigioso de
España como es Cataluña, abandonada, corrompida y empobrecida por
tantos mediocres ambiciosos, sería más fácil. Sea como sea, cueste
lo que cueste, ahora, lo que hace falta el domingo es empezar la
reconquista.
El constitucionalismo, en depresión
Editorial ABC
13 Febrero 2021
La campaña electoral catalana más atípica se cierra con un
pronóstico incierto y con pésimas expectativas para partidos
defensores de la Constitución como Ciudadanos y el PP. La fractura
volverá a castigar al centro-derecha
Anoche se cerró la campaña electoral catalana más atípica de la
democracia. La judicialización de su fecha de celebración, la
arbitraria excarcelación de líderes separatistas para campar
libremente por los mítines, o la sustitución del ministro de Sanidad
en plena tercera ola de una pandemia que promete aumentar la
abstención, convierten el resultado de estas elecciones en muy
incierto. Con todo, lo más preocupante para la salud democrática de
Cataluña a partir de ahora es el previsible desinflamiento de los
partidos constitucionalistas, inmersos en una profunda depresión y
con expectativas muy a la baja. Ciudadanos, que ganó las últimas
elecciones con Inés Arrimadas -ni siquiera amagó con gobernar-, ha
visto desnaturalizado su proyecto. No goza del empuje y la
movilización de años atrás y los sondeos les penalizan hasta solo
una decena de escaños. A su vez, el PP está a la espera de que Vox
no le supere en escaños una vez que parece garantizado su acceso al
Parlament. Sería demoledor para el PP, un partido con vocación de
gobernar España, porque una presencia residual tanto en el País
Vasco como en Cataluña le dificulta todo sobremanera. Vox, por su
parte, ha vivido una campaña de agresiones a sus líderes impropia de
cualquier democracia. Ya los sufrieron en el pasado dirigentes del
PP y de Ciudadanos, acosados en mítines, en sus sedes, en negocios
de familiares, y hasta en sus domicilios.
Así de invasiva y tóxica es la atmósfera en la que sobreviven los
partidos constitucionalistas en Cataluña, y así de dramático será
que sus votantes tradicionales decidan, por desánimo, por
frustración o por pérdida de confianza, quedarse en casa y no acudir
a las urnas. El mal del centro-derecha constitucionalista reside en
no haber sabido aprovechar la potente movilización que llegó a tener
hace solo cuatro años frente al independentismo. Pero sobre todo,
reside en una fragmentación de la elección de voto, en una
competición de liderazgos tan legítima como absurda, y en su
incapacidad para presentar una única alternativa solvente y
homogénea en defensa de la democracia. El resultado es que el
separatismo y sus agresiones constantes al Estado de Derecho ganan
una batalla crucial en detrimento de las libertades y de la
supervivencia económica de Cataluña. Esa batalla se sustanciará
además en nuevas iniciativas, incluso unilaterales, para promover la
secesión de Cataluña y la fractura social, porque pese a la división
interna en el separatismo causada por el fracaso del ‘procés’, su
objetivo sigue intacto. Su obsesión -«lo volveremos a hacer»- no es
un simple lema de campaña. Es un compromiso real para volver a
tensionar a España.
Caso aparte es el PSC, al que tanto Pedro Sánchez como Salvador Illa
presentan como icono de una suerte de constitucionalismo comprensivo
con el soberanismo y tendente a implantar un modelo federal del
Estado. Sin embargo, no caben las medias tintas por muy dialogante
que se quiera ser. No se puede estar con la Constitución y cediendo
ante quien pretende derogarla. No se puede estar con la unidad de
España y pactar con quienes desean romperla. Y no es posible mezclar
fórmulas equidistantes que terminen concediendo a Cataluña la falsa
idea de que es una nación. El PSOE falla en todo. Aunque ahora
Miquel Iceta se haya disculpado, el PSC defendió el derecho a
decidir, algo que no está regulado y que es contrario a la
Constitución. Se comprende que tácticamente Illa quiera maquillar al
PSC y presentarlo como el sustituto de Ciudadanos. Pero a día de
hoy, la defensa que hace el PSC del constitucionalismo es nula
porque no se puede ejercer solo a tiempo parcial. Ya se encarga
Sánchez cada día de demostrarlo.
Mentiras y falsedades
Nota del Editor
13 Febrero 2021
Eso de que el PP es un partido con vocación de gobernar España no
tiene ni pies ni cabeza, es una mentira monumental. El PP no tiene
vocación para defender España. Su único interés es defender su
tinglado. Si el PP tuviera la más mínima idea, intención, principio
de defensa de España hace años que habría garantizado los derechos
humanos y constitucionales de los español hablantes que tienen
alguna relación con Galicia, como poco.
Al borde de la Ley
Carlos Dávila okdiario
13 Febrero 2021
¿Alguien duda de que los jefes de los golpistas del 23 de febrero de
1981 (cuarenta años se cumplen dentro de 10 días) no fue el espadón
Tejero sino el dúo de generales Milans-Armada? ¿A que no? Lo que
sucede ahora es esto: Sánchez es -lo repiten insistentemente los
psiquiatras- un psicópata narcisista que, por el poder, acepta ser
cautivo de su socio y conmilitón Iglesias Turrión. Consulten a los
escasísimos profesionales de TVE que no laboran bajo las órdenes del
líder leninista. Pregúnteles: ¿Quién o quiénes fueron los
responsables del rótulo contra la Princesa Leonor y la Corona? La
respuesta inequívoca: “La facción que obedece a Pablo Iglesias”.
Sigan preguntando: “¿Por qué durante dos minutos el director del
programa y la presentadora del mismo permitieron que el rótulo
permaneciera en pantalla?” Contestación: “La versión más suave es
que ninguno de los dos se atrevió a quitarlo, la más grave, y quizá
la más cierta, es que estaban ambos de acuerdo con lo que se decía”.
La fuente de TVE, muy cercana a uno de los candidatos que pretenden
presidir la corporación, añade: “Ahora eliminan al tonto que hizo el
rótulo, el guionista de la productora, pero los culpables siguen en
sus puestos para seguir sirviendo a su señor”.
Desde la propia cadena se ha intentado devaluar la gravedad del
episodio comparándolo con aquel, también en tiempos socialistas, en
el que con una imagen de Butragueño anotando un gol con la camiseta
de la selección nacional, aparecieron sospechosamente las siglas del
PSOE. Aquel incidente duró un suspiro, por tanto, aunque fuera
premeditado, que lo fue, distó bastante de ser tan zafio, tan
brutal, tan grosero, tan predeterminado como el de esta semana.
Porque, una cuestión más: un rótulo no aparece en la pantalla sin
que antes se haya escrito, no llega del éter y se cuela en el
receptor; no, se hizo para que saliera. En todo caso y sobre este
incidente que revela hasta qué punto la manipulación socialcomunista
es una constancia en la televisión gubernamental, hay que añadir
algo más: la presentadora del programa en el que se insertó el
desmán, es la misma que en la anterior etapa promovió que las
personas que comparecieran en público fueran vestidas de negro
riguroso. Ella, meteoróloga entonces, fue la primera en vestir de
luto. Ahora continúa silente como su primer y segundo jefe: Sánchez
e Iglesias Turrión.
Ambos son los autores de esta involución que se está produciendo,
gota a gota, en España. Ambos están armando una dictadura en la que
el dominio de la televisión es imprescindible para sus afanes.
Fíjense en el cuadro de felonías totalitarias que han perpetrado en
este largo año que llevan sometiendo a los españoles: han metido la
mano en la independencia del Poder Judicial para reducirla a un
negociado del Gobierno; se han cargado la transparencia de modo que
los actos del Ejecutivo y, sobre todo los de su presidente no puedan
ser fiscalizados; han manipulado durante ya doce meses las cifras
reales del Covid, tanto la de los infectados como la de los propios
fallecidos; se han ido adjudicando, paso a paso, poderes
excepcionales para mandar arbitrariamente durante sendos estados de
alarma, uno de los cuales, el último, durará hasta el próximo mes de
mayo; han gobernado con un abuso no ya excesivo, sino incluso ilegal
de los decretos leyes; han ninguneado al Rey y a la Corona, vejando
a la institución como hace Iglesias, y permitiendo las agresiones
como hace Sanchez; han intervenido el mercado inmobiliario que es
uno de los bastiones de la propiedad privada; han laminado las
entidades educacionales que dependen de la escuela concertada; han
prohibido el uso del español en territorios autónomos de España;
están preparando una ley que no sólo despenaliza los insultos a la
Corona, sino que incluso deja sin castigo las agresiones a las
víctimas del terrorismo hasta el punto de que quieren legalizar la
“okupación” permitiendo que los propietarios se conviertan en
sujetos pasivos de los delincuentes.
Este glosario de anomalías democráticas son la decantación
persistente de un proyecto que pretende barrenar la Constitución y
construir una nueva España, la que quiere Iglesias y refrenda
Sánchez, muy diferente a la que nació de la Transición, homóloga de
los regímenes comunistas iberoamericanos, y copiada de la Rusia del
espía Putin. En esta situación es rigurosamente imbécil adjudicar la
culpabilidad de esta regresión totalitaria por etapas al
insoportable Iglesias; no, el principal responsable es su tenedor,
el tipo que, contra todas las luces de la razón democrática,
amparándose en una exigua minoría parlamentaria de sólo 120 escaños
(la menor de toda la democracia) solivianta un país hibernado y
acallado por el virus, y no deja de él piedra sobre piedra. El golpe
del 23 de febrero de 1981 duró apenas doce horas; el cambio de ahora
mismo ya dura demasiado. Todo ocurre sin que los españoles parezcan
enterarse, sin que la postrada sociedad civil haga nada por
evitarlo. Nuestros gobernantes están al borde de la ley, cuando no
claramente vulnerándola. Este domingo, elecciones en Cataluña, esa
sociedad civil de la región que al parecer transpiraba seny por
todos los poros de su cuerpo, se dispone a votar a los secesionistas
feroces o al inútil Illa. Están en otra cosa; está en colonizarse
con quien gane y seguir sacándole la pela a cambio de su lanar
silencio y colaboración.
Elecciones en Cataluña: Illá hará como
Sánchez y se entregará a Junqueras
Editorial Esdiario
13 Febrero 2021
Los catalanes que quieran salvarse del yugo independentista solo
tienen tres opciones constitucionales que no darán sorpresas una vez
se cierren las urnas.
Cataluña se enfrenta este domingo a Elecciones con la sensación de
que, de una forma u otra, difícilmente se librará del yugo
independentista pese a los estragos económicos, democráticos y
sociales que ha creado desde que hace casi una década emprendiera
una carrera suicida que la ha divido y enfrentado dentro de sus
límites y con el resto de España.
Casi ninguna encuesta pronostica una alternativa viable, pese a que
el constitucionalismo es mayoritario: la fragmentación hasta en
cuatro siglas de esa posición hace muy difícil que prospere un
Gobierno respetuoso con las reglas del juego, especialmente porque
el primero de ellos en votos, el PSC, dice en campaña una cosa pero
hace antes y después la contraria.
Porque no es creíble que apostar por Salvador Illa equivalga
precisamente a derrotar a este nacionalismo exacerbado: si Sánchez
ha permitido que la gobernación de España, sus presupuestos y su
propia investidura dependan de ERC o Bildu, ¿cómo no va a
facilitarle a ERC el acceso a la Generalitat, negado ahora hasta la
saciedad?
El PSOE de Sánchez ya depende de ERC en Madrid: es de ingenuos
pensar que no hará lo mismo en Barcelona
El PSOE sería una opción moderada razonable si no se hubiese
desdibujado desde que, a partir de la moción de censura, Sánchez
pusiera por delante sus objetivos personales a los intereses del
país y se entregara incondicionalmente a una doble intervención del
populismo de Podemos y del radicalismo nacionalista de Junqueras y
Otegi.
Ni la peor crisis económica y sanitaria de la historia reciente le
ha hecho variar ese rumbo, pese a los incontables Pactos de Estado
que le ha ofrecido a oposición y los constantes llamamientos de
Europa al diálogo entre los grandes partidos nacionales: votar a
Illa trasladará a Barcelona esa fórmula vigente en Madrid, y ya
encontrará el candidato argumentos para justificar el impúdico
volantazo. Sánchez, su mentor, lo ha hecho siempre.
Por eso, quien de verdad quiera un cambio en Cataluña, ha de superar
primero la tentación de quedarse en casa. Y después, optar por una
de las tres fuerzas constitucionales que no ofrecen dudas de qué
harán después del 14F. El resto, o son sospechoso de lo peor o
protagonistas de ello.
Putin y Bárcenas en Cataluña
Eduardo Goligorsky Libertad Digital
13 Febrero 2021
Solo los votos a favor de Cs, PP y Vox se alzarán contra la
intromisión de Putin y sus tentáculos locales en la política
española y europea.
Ni Vladimir Putin ni Luis Bárcenas están empadronados en Cataluña y
tampoco son candidatos en las elecciones del 14-F. Sin embargo,
ambos desempeñan un papel importante en la campaña disruptiva de los
movimientos supremacistas. Alerta Enric Juliana (“La semana de
Rusia”, LV, 7/2): “Rusia acaba de lanzar un directo a la mandíbula
de Josep Borrell, recordándole los sucesos del 1 de octubre del 2017
y los políticos catalanes encarcelados”. Miel sobre hojuelas para el
agitprop antiespañol. Que la panfletista Pilar Rahola aprovechó para
alardear de que cuando Borrell exigió, en nombre de la UE, la
libertad del líder opositor Alexéi Navalni, la respuesta del
ministro de Asuntos Exteriores ruso lo dejó “cual rey desnudo ante
su propia miseria” (“Borrell versus Navalni”, LV, 8/2).
Hasta aquí, la zancadilla de Putin. A continuación, la de Bárcenas.
Titular de La Vanguardia (8/2): “El juicio por los papeles de
Bárcenas pone al PP contra las cuerdas”. Torpedo independentista
contra la línea de flotación de una fragata del constitucionalismo.
Tumores separatistas
Vayamos por partes. El plan de Rusia para introducir cuñas en la
Unión Europea viene de lejos. Y sus estrategas tienen claro que
España es un terreno propicio, plagado de puntos débiles donde
maduran tumores separatistas. Cataluña es uno de ellos, enfeudado
por una panda de caudillos entre los que sobresale un tal Carles
Puigdemont, muy predispuesto a subastar sus servicios entre
patrocinadores foráneos. Escribió Lluís Foix (“Puigdemont, Rusia y
la UE”, LV, 24/1/2019):
Mientras en Aquisgrán se renovaba la alianza entre Francia y
Alemania, el ex presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont,
ofrecía una entrevista al diario ruso Komsomólskaya Pravda en la que
propiciaba “unas relaciones estrechas y amistosas con Rusia” cuando
Catalunya fuera un Estado. Puigdemont “lamentaba la reacción de la
Unión Europea ante una situación que ha llevado a los líderes
independentistas catalanes a la cárcel y al extranjero”.
Calificaba la actitud de la Unión Europea hacia Catalunya de
vergonzosa, lo que significa la completa destrucción de la entidad
moral de Europa que, a su vez, predica el respeto a los derechos
humanos. Aprovechaba la ocasión para calificar de fake news las
informaciones que han circulado sobre las hipótesis de que el
Kremlin estuviera detrás de los hechos de octubre.
Vista ahora la intervención del ministro de Asuntos Exteriores ruso
Serguéi Lavrov en temas relacionados con la política española, pocos
días antes de las elecciones catalanas, cabe aventurar que Carles
Puigdemont ha heredado el ADN ideológico, falaz y totalitario, del
dictador ruso. Casi como si fuera un hijo de Putin y de sus sicarios
envenenadores. Y lo mismo vale para el vicepresidente segundo Pablo
Iglesias Turrión, que pone en duda la calidad democrática del país
en cuyo gobierno participa. Aunque un poco de razón tiene, porque
algo -o mucho- falla en un país donde discípulos e imitadores, como
él, de sátrapas comunistas, ocupan puestos de mando.
Candidatos impresentables
La intervención de Luis Bárcenas en la contienda electoral catalana
marcha por otros carriles. Lo delata La Vanguardia al afirmar en un
titular de escándalo que el juicio por sus papeles pone al PP
“contra las cuerdas”.
Cuidado. ¿El PP contra las cuerdas mientras los trapaceros de la
dinastía Pujol cosechan aplausos en las calles de Barcelona y en la
platea y los palcos del Liceu? El Partido Popular, con sus vicios y
virtudes a cuestas, es uno de los que, junto a Ciudadanos y Vox, se
levanta en defensa de la sociedad abierta, de la integridad
territorial, de la fraternal convivencia entre personas libres e
iguales, del Estado de Derecho con todas las garantías
constitucionales y de la Monarquía parlamentaria. Quienes se
conjuran para ponerlo contra las cuerdas son los enemigos de todos
estos valores intrínsecos de nuestra civilización. Sancionar a
quienes abusaron de sus cargos infringiendo la ley, sí. Menoscabar
al partido, no. Cayetana Álvarez de Toledo y el retornado Alejo
Vidal Quadras aportan la garantía de rectitud y racionalidad en los
actos futuros.
La alternativa está a la vista, en una campaña electoral anómala,
poblada de candidatos impresentables, enfrentados entre sí pero
enrolados todos en la cruzada de odio contra la España de la que
ellos han renegado y contra sus compatriotas a los que juzgan
racialmente inferiores. El felón Pedro Sánchez trata de poner orden
en este circo de tres pistas con el auxilio del domador Iglesias,
cuya falta de escrúpulos típica del leninismo le facilita el diálogo
con todas las fieras del show.
Promiscuidad aberrante
Iglesias alterna su casoplón de Galapagar con el palacete de
Waterloo, adonde viaja para conchabarse con el prófugo rusófilo
Puigdemont. Después asume el rol de alcahuete para concertar el
amancebamiento del sedicioso malversador Oriol Junqueras con el
Drácula travestido de vegano Arnaldo Otegi y su séquito de vampiros
bilduetarras impenitentes. No se agotan aquí los vasos comunicantes.
El PSOE cohabita con Unidas Podemos, que cohabita con ERC, que
cohabita con Bildu, que cohabita con el PSOE, que cohabita con JxCat
a través del PSC en la Diputación de Barcelona. Se cierra el círculo
vicioso, que pesa como una loza sobre la candidatura de Salvador
Illa, fruto híbrido de esta promiscuidad aberrante.
El 14-F, solo los votos a favor de Ciudadanos, el Partido Popular y
Vox se sumarán en defensa de la Constitución y la integridad de
España, y se alzarán contra la intromisión rupturista de Putin y sus
tentáculos locales en la política española y europea.
¿La vida de un policía o un guardia civil
vale menos que la de un mosso o un ertzainza?
OKDIARIO
13 Febrero 2021
El pasado 10 de febrero, empezaba el proceso de vacunación de los
Mossos d’Esquadra. En abril todos sus agentes estarán vacunados.
También los miembros del Cuerpo de Bomberos y de Protección Civil
serán inmunizados junto a los policías locales de los distintos
municipios catalanes. Este lunes, los agentes de la Policía Autónoma
vasca empezarán también a vacunarse, empezando por los más de cinco
mil que tienen menos de 55 años y serán inmunizados con la vacuna de
AstraZeneca.
¿Y los miembros de la Policía Nacional y de la Guardia Civil?, se
preguntarán ustedes. Nada. Tendrán que esperar a que el ministro del
Interior, Fernando Grande-Marlaska, se digne de una vez a velar por
la seguridad de los agentes. Parece obvio que el Gobierno
socialcomunista ha abdicado de su obligación de proteger la salud de
quienes están dando un ejemplo de abnegación y sacrificio,
trabajando en primera línea y asumiendo un riesgo evidente. Policías
y guardias civiles están recibiendo un trato indigno por parte de un
ministro que es insensible a las peticiones que le están haciendo
llegar las asociaciones policiales de ámbito nacional. Por lo que se
ve, Marlaska otorga a guardias civiles y policías un trato
discriminatorio en relación con los ertzainas y mossos, como si
fueran de peor condición.
El malestar entre los agentes con el Ministerio del Interior va en
aumento, ya que, si bien les parece comprensible que las policías
vasca y catalana se inmunicen, lo que no alcanzan a entender es la
razón por la que, otra vez, su ministro les ignora. Se conoce que
Marlaska entiende que la vida de un policía o un guardia civil vale
menos que la vida de los agentes autonómicos. Estamos ante una
situación claramente denigratoria de un colectivo que está siendo
vilmente ninguneado por un ministro que no atiende a razones y que
se comporta de manera obscena. Le falta sensibilidad y le sobra
soberbia. Se conoce que llevar el escudo de España en el uniforme
penaliza.
Dignidad real para los agentes de la
Policía
EDITORIAL Estrella Digital
13 Febrero 2021
Una de las quejas generales y más incuestionablemente fundadas de la
mayoría de españoles es la de verse obligados (vernos) a mantener un
Estado desproporcionado en su gasto de personal y burocrático. No de
recursos humanos esenciales (seguridad, justicia, sanidad,
educación), que esos están contados, sino de la denominada grasilla
de la Administración, ese colesterol malo en forma de ejércitos de
asesores y altos cargos, o de empresas públicas que crecen como
setas y engordan incansablemente su estéril presupuesto. No hay
derecho. Y sucede, en consecuencia, que cuando se malgasta el
dinero, éste escasea o no llega a lo importante. Peor todavía, no
solamente falta el cash sino los reflejos.
La imputación del director general de la Policía, Francisco Pardo,
por poner en riesgo la salud de los agentes ante el covid-19 debería
sacar los colores a más de uno, y no sólo al directamente afectado.
El hecho de que la Audiencia Provincial de Madrid esté tramitando la
querella presentada por una asociación policial por haberse
desatendido advertencias en materia sanitaria es, ocurra lo que
ocurra con el procedimiento en última instancia, sangrante.
Hace un año, precisamente el CNP, desde su Servicio de Prevención de
Riesgos Laborales, se adelantaba a todas las demás instituciones
avisando sobre el coronavirus, y se marcaba como objetivo seguir las
recomendaciones precisas y necesarias para la protección de todos
los agentes policiales, en especial los que desarrollaban su trabajo
en puestos fronterizos; esto, además de dar las indicaciones
pertinentes a la hora de interactuar con ciudadanos en momentos de
estrecho contacto, como revisión de documentación o cacheos. Pero
hay más: el autor del primer informe oficial que prevenía de una
pandemia que ha dejado decenas de miles de muertos en nuestro país
durante el último año era cesado de manera fulminante. De locos.
No se trata aquí de perseguir una actuación incompetente o
insuficiente, sino de establecer la posible responsabilidad penal de
quien tiró al cubo de la basura la guía con el criterio técnico de
un departamento policial especializado ante una amenaza mayúscula.La
cúpula política de Interior, desde el arranque de esta legislatura,
ha tenido días malos… y peores. Será ahora esa cúpula política la
que deba explicar en sede judicial, como investigada, por qué la
visión gubernamental arrolló la profesionalidad, la dignidad y la
cualificación acreditada de nuestros uniformados. Éstos, mande quien
mande, se han ganado y se ganan el respeto, por méritos propios, a
pulso.
Abascal augura un gran resultado de Vox:
«Las calles son nuestras, Cataluña es nuestra»
OKDIARIO
13 Febrero 2021
El líder de Vox, Santiago Abascal, ha cerrado este viernes en
Barcelona la campaña electoral apelando a los votantes de Cs, PSC y
PP, a quienes ha asegurado que «sólo queda Vox».
Se ha referido a los votantes de izquierdas que migraron desde otras
comunidades pero «la izquierda les negó poder votar a un partido
nacional y les obligó a votar esa sucursal nacionalista que es el
PSC».
También ha apelado a quienes consiguieron para el PP la mayoría
absoluta pero «no sirvió para parar un golpe de Estado y obligar a
un 155 duradero», y ha criticado que la líder de Cs, Inés Arrimadas,
se marchara al Congreso tras ser la fuerza más votada en el
Parlament, lo que ha considerado una oportunidad desaprovechada.
Al inicio de su intervención en la plaza Artós –cerca de la cual ha
se han agrupado en torno a un centenar de manifestantes en contra de
la formación– ha expresado en catalán: «Las calles son nuestras, los
barrios son nuestros y Cataluña es nuestra».
Ha celebrado que «Vox ha pasado por encima de amenazas y coacciones,
ha pisado cada pueblo de Cataluña» durante la campaña electoral, que
ha considerado la más difícil de ningún partido en Europa al
referirse a otras manifestaciones de rechazo a sus mítines.
«Encima para que luego digan que sólo queremos la foto y venimos a
provocar, por poner un pie en nuestra patria, en Cataluña», ha
reprochado también sobre las protestas en su contra durante la
campaña.
Abascal ha augurado un buen resultado en las urnas para la
formación, que será «la primera piedra de la Cataluña libre» que ha
dicho que deben construir.
«Hasta la última gota de sangre»
El candidato de Vox para el 14F, Ignacio Garriga, ha augurado este
viernes que las elecciones serán «un punto y aparte en la historia
de Cataluña y permitirán decir en el Parlament lo que nadie ha dicho
durante años».
«Os prometo que vamos a dedicar hasta la última gota de nuestro
aliento y de sangre si hiciera falta», ha dicho en el acto final de
campaña sobre los posibles diputados de la formación en el próximo
Parlament.
Garriga ha anticipado que van a «liderar una oposición como nunca
antes la ha habido en el Parlament», y ha sostenido que en unos años
serán una opción de gobierno en Cataluña.
Entre sus promesas, el candidato de Vox, ha dicho que dará voz a sus
votantes tras «décadas silenciados y pisoteados», y ha acusado a los
partidos independentistas de haberse apropiado de las instituciones.
Sobre la campaña electoral, ha valorado que «ha sacado la máscara al
separatismo totalitario y se ha visto su verdadera cara de odio y
liberticida».
«Cueste lo que cueste y nos llamen lo que nos llamen, iremos plaza
por plaza y calle por calle a recuperar lo que nos han arrebatado»,
y ha dicho que durante décadas han tenido que vivir sin libertad.
Ha animado a empezar a «construir todo aquello que los enemigos de
la libertad han intentado destruir y no lo han logrado».
VOX se querella contra el consejero de
Interior catalán por permitir la violencia separatista en sus actos
electorales
https://gaceta.es
13 Febrero 2021
DENUNCIA LA PASIVIDAD DE LOS MOSSOS
VOX ha presentado una querella ante el Tribunal Superior de Justicia
de Cataluña (TSJC) contra el consejero de Interior de la
Generalitat, Miquel Samper, por omisión del deber de perseguir
delitos, delito de prevaricación y delito electoral contemplado tras
la pasividad de los Mossos ante la violencia separatista en sus
actos de campaña.
En el escrito, solicita la averiguación de la identidad de los
autores materiales e intelectuales de los actos violentos para poder
proceder contra ellos.
A dos días de los comicios autonómicos, la formación liderada por
Santiago Abascal reclama que se investigue la actuación de los
Mossos por la “pasividad ante actos inequívocamente delictivos,
máxime en periodo electoral” y constatando que “ninguno de los
integrantes del dispositivo de seguridad procede a identificar,
detener, y en todo caso, desalojar a los agresores”.
VOX denuncia que es “claro y evidente el aumento del riesgo de
situaciones muy comprometidas“, incluso para la integridad física de
los participantes en los mítines de VOX, desde que se inició la
campaña.
Asimismo, afirma que la inadecuación de las medidas de seguridad
-cita los mítines en Salt (Gerona) y Vic (Barcelona). es el motivo
por el que se debe investigar, practicar diligencias para averiguar
lo ocurrido y, en su caso, depurar las responsabilidades penales que
hubiera lugar”.
COMPARTIDO POR IGNASI MULLERAS, DIRIGENTE DE VOX
El desprecio a una niña de cuatro años que
muestra el odio separatista en Cataluña
https://gaceta.es
13 Febrero 2021
Ignasi Mulleras, miembro de la dirección de VOX en Gerona, ha
compartido en un acto electoral de la formación un testimonio
familiar que muestra el odio en Cataluña a todo aquel que no
comparte el ideario separatista.
En Olot, su ciudad, es tradicional que cada 31 de diciembre los
niños salgan por las calles con ilusión en busca del L’home dels
nassos, un personaje mitológico, un cabezudo, para saludarle.
El pasado año, L’home dels nassos no quiso fotografiarse con una
niña de cuatro años por ser “hija de un miembro de VOX”, por ser su
hija. “Tengo el honor de que esa niña es mi hija, mi hija pequeña”,
ha relatado emocionado en un mitin frente al ayuntamiento.
La niña después volvió en brazos de su madre llorando a casa. “Ese
es el trauma que causa esta gentuza, esto es lo que ha conseguido
con su fanatismo este ayuntamiento de Olot (gobernado por Junts per
Catalunya)”, ha afirmado Mulleras, al tiempo que ha llamado a los
militantes de VOX a “seguir”. “Que no se piensen que nos van a
acobardar”.
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