La pesadilla es Sánchez
EDITORIAL. https://gaceta.es 8 Abril 2021
Desde el pasado verano, el presidente del Gobierno de lo que queda
de España, Pedro Sánchez, nos ha anunciado no menos de media docena
de veces con su cursilería anestésica habitual (y en interminables
alós presidente llenos de lenguaje inclusivo e inclusiva) que ya
estábamos ante «el comienzo del fin de la pesadilla». Resulta
evidente que la distancia mental que separa al doctor (?) Pedro
Sánchez de la mayoría de sus pobres gobernados, es abismal.
Lo que para él es una pesadilla, la pandemia, para la mayoría de los
españoles es su gestión de la pandemia.
Más de cien mil muertos por su negligencia ideologizada y su
irreflexiva improvisación; uno de los mayores desastres del mundo en
términos absolutos y también en los relativos; con una economía
hundida, un estado de excepción disfrazado de alarma que por más que
el Tribunal Constitucional haga dejación política de funciones es
inconstitucional. Un sistema público de empleo inaccesible y todo
ello, absolutamente todo, con el apoyo de hombres de paz como son
los herederos de ETA y de la Fiscalía General del Estado que bloquea
cualquier posibilidad de investigar en los Tribunales la
responsabilidad criminal de la Administración Sánchez en este caos.
La pesadilla fruto de esta indigestión de socialismo inepto y
maquillado con nuestro dinero que anuncia otra estrategia de
vacunación masiva después de tres fracasos y que juega con nuestro
dinero como si no fuera de nadie o como si España fuera del viento,
ha sometido a millones de españoles a un estado de ansiedad
colectiva ante el futuro que nos aguarda. Las consecuencias de la
gestión de la pandemia por parte del peor Gobierno que los siglos
han visto en España van a dejar un rastro de desafección general, de
enfrentamiento estúpido y programado entre regiones y de
polarización política. Pero no entre izquierdas y derechas, sino
entre sumisos y críticos, entre lo público y lo privado, entre
globalistas y soberanistas, entre lirones subvencionados y parados
insomnes.
El auténtico principio del fin de la pesadilla sólo llegará cuando
los españoles seamos convocados a las urnas en unas elecciones
generales y, si los medios de comunicación controlados, sometidos o
subvencionados nos permiten recordar, echemos al pandémico
socialismo sanchista al rincón de la historia, previo paso por los
tribunales de Justicia.
Madrid, el próximo 4 de mayo, debe ser la primera señal de lo que
está por venir. Para ello, será importantísimo que VOX no le permita
al Partido Popular caer de nuevo en el estado de amnesia y sumisión
a la superioridad moral de la izquierda en la que siempre chapotea,
feliz y centrado, cuando llega al poder.
El Estado de derecho y el fin del estado de
alarma
EDITORIAL. Libertad Digital 8 Abril 2021
No se trata de seguir confinando a los ciudadanos, sino de
vacunarlos con la mayor celeridad y seguridad posibles.
Ya resultó lamentable que el Gobierno aprobara en su día un estado
de alarma que no pocos juristas de prestigio calificaron de “estado
de excepción encubierto”. Más bochornosa todavía fue su decisión de
prorrogarlo durante seis meses de una tacada, decisión
clamorosamente inconstitucional por mucho que a estas alturas el
Tribunal Constitucional no haya tenido la decencia de pronunciarse
al respecto. Aun así, más escandaloso sería ahora prorrogar la
vulneración de derechos fundamentales que conllevan los
confinamientos, los toques de queda y los cierres perimetrales
generales una vez haya concluido –tal y como ha anunciado Pedro
Sánchez– el estado de alarma el próximo 9 de mayo.
Y es que, sencillamente, no es posible limitar de manera extensiva y
general el derecho fundamental a la libertad de movimiento por el
territorio nacional ni prohibir la circulación en determinadas
franjas horarias basándose sólo en decisiones gubernamentales, por
muy consensuadas que estén entre las distintas autonomías. Para ello
es imprescindible que esté activado el artículo 116 de la
Constitución, que contempla los estados de alarma, excepción y
sitio.
Pese a lo anterior, no faltan representantes autonómicos de todos
los partidos –excepto Vox– interesados en prorrogar este demencial
estado de cosas una vez haya expirado el estado de alarma, que, aun
de forma artera, ha venido amparándolo.
Existen leyes y reglamentos en materia sanitaria y en el ámbito de
la lucha contra las enfermedades infecciosas que, con oportunas
reformas que los dotaran de mayor claridad y precisión, podrían
permitir ciertas restricciones puntuales, sin llegar a los extremos
que estamos padeciendo. Este fue de hecho el plan B que Pablo Casado
planteó hace casi un año como alternativa al estado de alarma, que,
aun así, el PP respaldó o no rechazó. Y, ciertamente, por aquellas
fechas en las que todavía no se disponía de material de protección
suficiente, en las que no se avistaba todavía la posibilidad de una
vacuna y en las que sólo cabía aislarse para evitar el contagio,
hubiera sido una alternativa válida.
A estas alturas, en las que no falta ni material de protección ni
posibilidad de analíticas y en las que ya hay varias vacunas en
circulación, no se trata de encontrar la vía jurídica adecuada para
seguir confinando a la ciudadanía y paralizando la vida laboral y
cotidiana, sino de inmunizar a la población con la mayor celeridad y
seguridad posible. Esta es la batalla que la oposición debería estar
librando contra el Gobierno, no la de insistir en confinamientos y
restricciones que no solucionarían el problema sanitario,
perpeturarían la crisis económica y harían necesario, para cada
caso, el aval de los tribunales, si no se quiere incurrir en la
mayor de las inseguridades jurídicas.
Pero, en fin, hay políticos que no aciertan ni cuando rectifican.
Vox abre su campaña en Vallecas bajo una
lluvia de piedras y con la desprotección de Marlaska
La ultraizquierda se lanza a por Vox en Vallecas al grito de «¡A por
ellos como en Paracuellos!»
Pelayo Barro.okdiario 8 Abril 2021
Vox da el pistoletazo de inicio a su campaña electoral en Vallecas.
Toda una declaración de intenciones en la estrategia del partido
para captar el voto de los barrios más humildes el próximo 4M.
Santiago Abascal y Rocío Monasterio han protagonizado el acto, que
ha tenido que ser suspendido en varias ocasiones por el lanzamiento
de piedras y palos contra los simpatizantes de Vox por parte de
ultras de izquierda que han intentado reventarlo. «Marlaska es un
ministro criminal y debe dimitir», ha asegurado Abascal. El balance:
trece heridos y dos detenidos.
La plaza de la Constitución en Vallecas, tradicional bastión de la
izquierda madrileña, se ha teñido de verde este miércoles para
acoger el acto de presentación de Vox en Madrid. Un encuentro
rodeado de tensión y amenazado por colectivos de ultraizquierda que
se han convocado en la zona. Los radicales han llegado a agredir a
la Policía que se había desplegado para proteger a los simpatizantes
del partido de Abascal. En los instantes previos del acto se han
escuchado gritos como «¡A por ellos como en Paracuellos!», en
referencia a la matanza acometida por el bando republicano en este
municipio madrileño en 1936.
Pero lo peor no se ha quedado ahí. La lluvia de piedras, objetos y
palos contra los simpatizantes y los dirigentes de Vox ha sido
constante durante una hora.
«¡Los barrios también son nuestros, las calles también son nuestras
y Vallecas también es nuestra!», han sido las primeras palabras del
líder de Vox, Santiago Abascal, al ponerse frente al micrófono.
Pasaban las siete y media de la tarde.
Santiago Abascal ha querido dejar constancia de la cercanía a la que
se encontraban los ultraizquierdistas que buscaban reventar el acto.
Durante su discurso han comenzando las cargas policiales y el líder
de Vox se ha bajado de la tribuna para acercarse al lugar donde
ocurrían los disturbios. «Dieciocho pasos hemos tenido que contar
hasta acercarnos a esos miserables. Esto es lo que ha conseguido
Grande-Marlaska. Que 13.000 vallecanos no puedan expresarse con
libertad», ha criticado.
Tras Abascal ha llegado el turno de Rocío Monasterio. Desde el
estrado, la candidata de Vox al 4M ha asegurado que «creemos en la
libertad, estamos en España. Hoy estamos aquí para defender a los
barrios que lo están pasando peor. Porque sabemos que en estas
calles es donde se está sufriendo más las causas de la pandemia».
«La izquierda caviar»
«En estas calles hay muchos comercios cerrados. Las familias lo
están pasando mal. Y mientras, la izquierda caviar ¿dónde está? ¡En
Galapagar! Ya no le preocupan los pequeños comercios», ha advertido
Monasterio.
«Necesitamos la dignidad de una buena vivienda, poder abrir los
comercios, ganarte el pan, que es lo que no nos deja Pedro Sánchez.
¡No podemos aguantar más!», ha recordado la candidata.
Tras ello, Abascal ha vuelto a subir al estrado visiblemente molesto
con los altercados que se estaban produciendo en las
inmediaciones.»Marlaska, eres un ministro criminal. No nos sirve de
nada tu helicóptero para evitar que nos lancen objetos como este»,
ha gritado el líder de Vox, con un palo de grandes dimensiones en la
mano. Un objeto que minutos antes había golpeado a un simpatizante
del partido.»¡En pie españoles de Vallecas!», ha arengado.
Sólo unos minutos después el acto ha vuelto a interrumpirse por el
lanzamiento de piedras. A su vuelta al estrado, más enfadado aún,
Abascal se ha despachado contra los violentos alborotadores. «Esto
es lo que os representa. Esta es vuestra única fuerza. Hoy podría
haber habido aquí muertos. Vamos a estar aquí hasta el final. Me
dirijo al jefe del dispositivo, para que evite que se sigan lanzando
objetos y podamos decir hasta la última palabra. Este acto no
acabará hasta entonces».
«Esto no pasa en Europa»
«Esto que está permitiendo Marlaska no pasa en ningún lugar de
Europa. En un barrio donde el 12% de los vecinos nos han votado.
Marlaska debe pagar por los delitos electorales que se están
cometiendo aquí», ha denunciado Abascal.
El acto, llegado ese punto, ha quedado suspendido durante
aproximadamente quince minutos, mientras Abascal reclamaba
públicamente al jefe del dispositivo de Policía Nacional que
garantizase la seguridad. «Hay personas heridas», ha clamado,
mientras anunciaba que la diputada Macarena Olona estaba tratando de
contactar directamente con el ministro del Interior para pedirle que
tome cartas en el asunto.
El mitin se ha reanudado unos minutos después. Con una relativa
calma, y con los agresores ya algo más lejos, Abascal ha proseguido
su discurso, dándolo por finalizado alrededor de las ocho y media de
la tarde. Poco después se ha conocido el balance: 13 heridos, y tan
sólo dos detenidos.
La batalla por Madrid, una parte de la
guerra sucia orquestada desde La Moncloa
Análisis preelectoral de las elecciones en Madrid
Rafael Bardají. https://gaceta.es 8 Abril 2021
En política, por desgracia, las cosas casi nunca son lo que parecen,
tal es el nivel de fingimiento, deshonra y sinvergonzonería que
caracteriza a nuestra actual clase política, una auténtica casta al
servicio exclusivo de sus propios intereses, cada día más alejados
de sus ciudadanos a los que, en teoría, deberían servir. Un ejemplo
más de esta perversión de la política son las próximas elecciones
regionales de Madrid del 4 de mayo.
Unas elecciones a una autonomía, construcción supuestamente erigida
para una mejor gestión y solución de los problemas de una región,
han pasado a ser, por mor de las circunstancias e intereses de los
políticos de turno, un remedo de las elecciones generales.
Por un lado, tenemos al contrincante mayor, aunque formalmente fuera
del tablero de juego: Pedro Sánchez. Para él, Madrid es la gran
espina que lleva clavada desde que entró en la Moncloa. La
presidente de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, no sólo es del PP, sino que
ha enseñado una actitud mucho más irredenta y menos acomodaticia a
sus designios que el propio líder de su partido, Pablo Casado.
Doblegar Madrid, que no la curva, es la obsesión de Pedro Sánchez y
la parte que controla de su Gobierno. Es a la vez una cuestión
irracional de orgullo de un narcisista incorregible y una apuesta
política de reválida de su poder, que querría omnímodo. Mezquindades
como impedir la visita del vicepresidente de la Comisión Europea al
Zendal son las manifestaciones de una guerra que sólo puede ser
sucia puesto que las emboscadas y escaramuzas orquestadas desde y
por la Moncloa sólo pueden ser invisibles. Porque institucionalmente
no pueden ser de otra forma y porque, llegado el caso de una derrota
del PSOE en Madrid, Sánchez tiene en su candidato al perfecto chivo
expiatorio.
De Pablo Iglesias poco tengo que decir, pues está todo bien claro:
si no baja al lodo electoral en el que tan bien sabe moverse,
Podemos se arriesgaba a desaparecer en la Comunidad de Madrid y con
él, todo su proyecto personal. Así pues, lo suyo es salvar su
culebrón o como se decía antes de las series, los muebles. Lo mejor
que le podría pasar a España es que fuera condenado a quedarse
sentado ante su amado televisor repasando una y otra vez Juego de
Tronos.
El segundo contrincante es el PP encarnado en esta ocasión por dos
actores con ambiciones, necesidades e intereses diferentes: la
Génova de Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso. Pablo Casado sabe que,
en la oposición, la dirección del partido manda todo lo que los
barones regionales en el ejercicio del poder le dejan. Y si bien ya
contaba con la presencia en la sombra de personajes históricos del
PP, como Feijoó, lo que no se esperaba cuando designó a Ayuso y
Almeida para Madrid era que ambos iban a crecer más que él porque
han encarnado mejor que él la oposición a los caprichos totalitarios
del gobierno y su pésima gestión de la pandemia. Es Ayuso quien
puede plantear esta batalla política como “comunismo o libertad” y
no un PP nacional que ha apoyado sin excusa alguna un estado de
alarma usado por el Gobierno como arma política y sin conexión con
la salud de los españoles.
El pulso sin fin entre Génova y Ayuso se ve en pequeñas cosas como
que Génova le niegue ser la presidenta del PP de Madrid. Por no
decir nada sobre la composición de la lista electoral donde le han
colado a Ayuso a quienes Casado o Teodoro han querido. La
contradicción existencial de Génova es que necesita una victoria de
Ayuso, porque eso es lo único que podría darle un balón de oxígeno a
una dirección del partido que estaba muerta tras el fiasco de las
catalanas. Al mismo tiempo, Génova querría que Ayuso no dependiera
del apoyo de Vox para formar gobierno, puesto que eso echaría por
tierra su renovado -y agotado- “giro al centro” y pondría de relieve
que la nueva vieja estrategia de Casado, fracasada en Cataluña,
fracasaría también en Madrid y estaría condenada al fracaso en unas
generales.
El tercero en liza es VOX. Pero no VOX como un partido alternativo,
sino como lo que es realmente, una idea alternativa de España. Una
idea donde impera el sentido común, tradicional y fácilmente
reconocible de un Sancho. Una idea y concepción de España abandonada
y traicionada por todos los demás partidos y líderes, de Pablo
Iglesias a casado; de Sánchez a Ayuso. Una España sencillamente
donde la ley es igual para todos y donde, sobre todo, se cumple. No
como sucede ahora que se ignora. Una España de ley y orden donde la
seguridad de las personas esté salvaguardada. No como ahora, donde
las chiquillas y mujeres son asaltadas por manadas de inmigrantes e
hijos de inmigrantes que no quieren estar aquí para trabajar y pagar
nuestras pensiones, sino para buscar sus satisfacción al precio que
sea; una España tolerante, en la que cada cual haga lo que quiera
sin tener que imponer sus opciones o preferencias como el modelo a
seguir, libre de los chiringuitos de género que sólo alimentan el
odio para engordar sus arcas; una España donde hombres y mujeres
disfrutan de los mismos derechos y obligaciones, sin privilegios por
sexo y donde no hay género víctima ni opresor, sino personas; no
como ahora, con todo un montaje que inspira denuncias falsas como
método de vida; una España donde se reconoce lo importante y deja
las tonterías para los tontos, si no seguiremos condenados a que se
suspenda un partido de futbol y se monta la de San Quintín por un
supuesto insulto racista pero que no pase nada si en la final de la
Copa del Rey, paradojas de la afición, se grita muerte al monarca y
su familia.
Mucho se está diciendo estos días sobre si muchos de quienes votaron
a VOX en las anteriores elecciones se inclinarán ahora por el PP e.
Incluso, que a causa del “efecto Ayuso” VOX hasta podría quedar
fuera de la Asamblea de Madrid. Para mi que esas ideas son productos
de campañas de desesperación de Génova. Los votantes de Vox se ha
mostrado entre los más fieles y, además, también se ha visto que, en
las encuestas, siempre hay un significativo voto oculto al partido
de Abascal. Mal harían los madrileños, creo yo, en dejar de votar en
lo que creen por una supuesta utilidad. Con todo, el objetivo de Vox
no debe ser crecer en escaños (aunque bienvenido sea todo
crecimiento), sino ser determinante con sus votos para garantizar
que Ayuso pueda formar gobierno y que, durante la legislatura, sus
políticas se acercan más a las de Vox que a las de Génova. De lo
contrario, perderá Madrid y perderá España. Esa es la verdadera
batalla de Madrid.
Sánchez, el ‘vendevacunas’
OKDIARIO
8 Abril 2021
OKDIARIO muestra hoy dos informes que confirman que Pedro Sánchez es
un truhán, un charlatán de feria y un personaje con una propensión
genética a la mentira. Su intervención para anunciar la llegada
masiva de vacunas fue más propia de un prestidigitador sin
escrúpulos que de un presidente del Gobierno comprometido con la
verdad. Un día antes de su comparecencia, el lunes 6 de abril, el
informe del Gobierno con el detalle oficial de vacunas adquiridas
por el Gobierno no ofrece dudas: 69,12 millones de dosis. Cuando
Sánchez empieza hablar, se crece y, por arte de magia, eleva el
número de dosis: de los 69,12 millones pasa a los 93,50 millones.
¿Se le fue la lengua? ¿Cómo es posible que en un plazo de 24 horas
las vacunas adquiridas crecieran nada menos que en 24,37 millones de
dosis?
Los dos informes que muestra hoy OKDIARIO plasman el milagro de
Sánchez. Entre uno y otro hay una diferencia abismal. Dado que no
parece lógico pensar que el primer informe se olvidara de incluir
24,37 millones de vacunas, la pregunta es obvia: ¿ese segundo
informe responde a la verdad o están hinchado para mayor gloria del
presidente del Gobierno?
Pero aún hay más: en cuanto a dosis recibidas, el antes y el después
de las palabras de Sánchez pasa de los 9,70 millones de dosis
recibidas a los 11,91 millones anotados un día después: el de la
rueda de prensa. Y en dosis administradas se pasa de 8,74 millones a
9,02 millones. Da la sensación que la factoría de propaganda de la
Moncloa consideró que las cifras del primer informe no eran lo
suficientemente buenas y se ordenó, a toda prisa, elevarlas para que
Pedro Sánchez hiciera su particular faena.
La meta final está puesta en el cierre de agosto, cuando el líder
socialista confía en tener inmunizados a 33 millones de españoles.
Para ello, haría falta inocular un total de 57 millones de dosis.
Como el ritmo de vacunación vaya parejo al ritmo de incremento de
los datos de los informes del Gobierno, Sánchez vacunará al planeta
entero.
Celaá, la corrupia que quiere devastar a
nuestros hijos
Miguel Ángel Belloso. okdiario 8 Abril 2021
De pequeño fui a la escuela pública. Guardo de ella un gran recuerdo
gracias a maestros inolvidables como don Inocente, don José María o
don Carmelo. En aquellos tiempos, en un pueblo de la ribera de
Navarra, los chicos éramos lo más parecido a las bestias, de manera
que los profesores de los que hablo repartían hostias justificadas a
discreción a fin de someternos y encauzarnos para que, una vez
calmados, pudiéramos aprender algo de provecho. Luego enseñaban e
instruían como no he visto jamás. Don Inocente era mi favorito. El
primer día de clase nos enseñaba una vara de madera. Al primer golpe
sobre su mesa debíamos levantarnos, con dos sentarnos, y si nos
portábamos mal, que era muy frecuente, teníamos que ir al estrado
desde nos propinaba un varazo con nuestra mano abierta. Si la
retirábamos, eran dos golpes, o sea que no compensaba. En aquella
época, y dada la turba reinante, la disciplina era básica. Pero lo
importante es que nunca aprendí mejor matemáticas que con este
hombre recto, cariñoso y enciclopédico en un pueblo tirando a
mezquino.
Si tales sucesos hubieran ocurrido en estos tiempos modernos, y
estos señores majestuosos todavía vivieran, la teoría dominante me
conminaría a denunciarlos por maltrato. Yo en cambio los venero. Y
no soy masoquista. Nunca aprendí tanto y tan bien. Jamás he visto
tanto respeto por el alumno y por su formación. Desgraciadamente, la
ministra Irene Montero -ministra por ser pareja del macho alfa-
nunca comprenderá lo que digo, y Celaá, la rica bilbaína progresista
y feminista, tampoco.
Después mis padres se empeñaron, por razones que sería largo de
explicar, en llevarme al Colegio de los Sagrados Corazones de la
villa, regentado por monjas. La buena noticia es que las monjas
repartían también guantazos irreprochables con la misma generosidad
si tu comportamiento era punible, o sea que estaban igual de bien
orientadas en el terreno de la disciplina. A estas también las
adoro. A Sor Pilar, la directora, que me dio en una ocasión un
bofetón de aúpa, tremendamente merecido, y a Sor Mariví, que nos
daba clases de todas las materias imaginables con un pundonor y una
eficacia similar a la de don Inocente. Cuando les cuento estas cosas
a mis hijos se ponen a ver el móvil.
Ya he dicho muchas veces que el socialismo lleva décadas
corrompiendo la educación de nuestros hijos. Desde los tiempos de
Franco. Ahora, Vox primero y el PP después -como siempre rezagado
cuando se trata de asuntos de principios- han recurrido con causa la
nueva ley que ha elaborado la ministra Celaá -esa corrupia
desabrida- aduciendo que posterga al español como lengua vehicular,
que castiga a la escuela concertada y que impide la educación
especial que tanto beneficia a los niños con problemas. Pero la ley
Celaá va mucho más allá. Representa la puntilla para todo lo que la
educación tiene de mérito y de sacrificio, permitiendo el pase
indiscriminado de curso, desafiando la colosal ‘Parábola de los
Talentos’.
La norma está consagrada a un igualitarismo extremo que condenará a
la gente con menos recursos al ostracismo y, en fin, tiene ese aire
hediondo de fin de época para todos los que aspiramos a la
excelencia. El de ser un engranaje de terrible efectividad en el
cumplimiento de una agenda antropológica e ideológica que la
historia ya ha sepultado por los horrores que ha provocado allí
donde se ha hecho y todavía se hace realidad.
Como remate de este ejercicio de delincuencia común, el Ministerio
de Educación presentó la semana pasada el nuevo currículo para los
estudiantes de Primaria y de Educación Secundaria, en el que se
liquida el aprendizaje memorístico y acumulativo en favor de una
“propuesta competencial”. Una de las expertas progres que ha
asesorado a la ministra en este despropósito dice que “se considera
que una persona es competente en la medida en que adquiere un nuevo
conocimiento que le lleva a actuar en el mundo de manera distinta”.
¿Y qué diablos quiere decir esto?
Minusvalorar la memoria y los contenidos que forman parte de la
instrucción no es una buena idea, porque son la base de todo. El
diario ‘El Mundo’ publicó el pasado 28 de marzo un editorial muy
apropiado en el que decía: “Pretender desbancar la importancia de la
memoria durante el proceso de formación obligatoria es un dislate
más en aras de abrazar una pseudo pedagogía que se dice progresista
y que consiste en aprender a aprender, que por supuesto nadie sabe
en qué consiste. Menos aprender y estudiar, todo lo demás”.
Mi amiga y gran experta en educación Alicia Delibes escribió hace
tiempo un artículo memorable en la Red Floridablanca que no me
resisto a reproducir parcialmente. En él afirmaba que “una educación
humanista no tiene que ver solo con las asignaturas de los planes de
estudio, sino también con los valores que se pretende transmitir a
los niños y jóvenes durante los años de formación. Una educación que
persiga la más completa formación humana debería al menos ocuparse
del desarrollo de las tres potencias del espíritu que Santo Tomás
tomó de Aristóteles: la memoria, el entendimiento o inteligencia, y
la voluntad. Pero la memoria, no sólo como método pedagógico, sino
también como la facultad de aprender de nuestros antepasados,
conocer sus hechos, sus pensamientos, su ciencia y su arte está hoy
totalmente desprestigiada”.
“Se comenzó por decir que no se debía dejar que el niño aprendiera
las cosas de memoria porque entonces no razonaba. George Steiner,
uno de los pocos gigantes que quedan entre nosotros, ha alabado la
memoria como la facultad que hace más libre el entendimiento y la
conciencia del hombre. En su opinión, si la memoria no se ejercita,
como ocurre con los músculos, acaba por atrofiarse”. “Un buen
profesor -como los míos de la escuela pública y las monjas de
después- consideraba que su tarea era conseguir que sus discípulos
aprendieran cuanto más mejor. Por sentido común sabía que no a todos
los niños se les podía exigir lo mismo porque no todos tenían la
misma facilidad para aprender, pero era muy consciente de que su
responsabilidad era lograr que todos sus alumnos desarrollaran al
máximo sus capacidades intelectuales”.
“Un día empezó a decirse que el desarrollo del intelecto individual
podía ser fuente de desigualdades. Que las diferencias intelectuales
no eran producto de la naturaleza sino consecuencia de las
diferencias sociales. Esa idea de que una auténtica igualdad de
oportunidades solo se logra si todos estudian lo mismo ha llevado a
censurar cualquier método de enseñanza que pueda distinguir a los
que aprenden más de los que aprenden menos”.
“Eliminados de la escuela el fomento de la memoria y del
entendimiento nos quedaría la educación de la voluntad. Por voluntad
entendemos la capacidad que tiene cada persona de hacer aquello que
quiere o cree que debe hacer. La formación de la voluntad exige, sin
duda, sacrificio y disciplina. Pero estas son dos palabras malditas
en el lenguaje educativo de nuestro tiempo”.
“El niño ha de ser feliz, ha de serlo desde su nacimiento y a su
felicidad no se debe poner límites. Esto es lo que psicólogos y
pedagogos han estado mucho tiempo enseñando a padres y profesores.
Continuamente surgen nuevos métodos pedagógicos que aseguran que se
puede aprender mediante el juego, sin esfuerzo alguno. Métodos que,
una y otra vez, padres y maestros aceptan de buen grado pensando que
alguien ha conseguido descubrir el jarabe milagroso que les librará
de tener que cumplir con la responsabilidad de exigir a los niños”.
“Pero esa pedagogía moderna que ha condenado el valor del esfuerzo,
de la disciplina y del sacrificio no sólo puede dejar al joven
indefenso ante los problemas y dificultades, sino que puede dejarle
incapacitado para tomar las riendas de su propia vida”. Después de
lo escrito, a la señora Delibes habría que ponerle un monumento.
Sor Mariví, esa monja a la que admiro, que ya no sé si seguirá viva,
me transmitió una enseñanza fundamental: “Saber es recordar a
tiempo. Jamás acabarás sabiendo si no has practicado la memoria”.
Pero no la memoria selectiva que despliega el socialismo, y que sólo
conduce al resentimiento, al rencor, al ‘guerra civilismo’, sino la
memoria sobre todo aquello de bueno que nos han legado nuestros
antepasados y que sigue siendo perfectamente válido porque es
sencillamente eterno.
La enemistad colectiva
Amando de Miguel. https://gaceta.es 8 Abril 2021
La vieja distinción amigos/enemigos se ha trasladado, cada vez más,
a las relaciones entre las naciones, los Estados, los regímenes
políticos, los grupos sociales más amplios. Me interesa destacar el
lado negativo, porque es el que se suele ocultar, por decoro. Se
trata, más bien, de un “sentimiento de enemistad”, dirigido hacia un
país, una cultura, una etnia, una religión, una ideología política.
En el mundo actual, lo llena todo, desde una animosidad, más o
menos, disimulada contra los foráneos o ajenos, hasta la “guerra
santa” de los islamistas. Las posibles víctimas de esos últimos
pueden verlos como una forma de terrorismo.
El rechazo social de ese sentimiento de enemistad colectiva o grupal
sería el “amor a la humanidad”, sin distinción de naciones, etnias o
ideologías. Se trata de un hermoso ideal, aunque, difícil de
mantener. Paradójicamente, puede permanecer activo dentro de un
grupo íntimo de fieles, con tendencia a parecerse a una secta.
La izquierda dominante ha desatado un remolino de enemistad
colectiva, bajo el amparo de la legislación sobre la “memoria
histórica”
Lo normal es que a una persona le caigan bien o mal los colectivos
de extranjeros o foráneos, los grupos considerados como diferentes,
lejanos. ¿Por qué no va a ser natural menospreciar al adversario
político, dentro de un país, y no a otros países, a otros conjuntos
humanos distantes de la cultura del sujeto? Lo malo es que tal
sentimiento puede llevar a la violencia.
Al menos, se considera justificado que el Gobierno del país propio
trate con condescendencia a los Estados amigos y con animadversión a
los demás. Es el sentido natural de la figura de los “aliados” en
las guerras. En el orden internacional, no existe nada parecido a la
igualdad, la que, teóricamente, se cultiva dentro de cada Estado,
sobre todo, en las democracias. Sobre lo cual se admiten muchos
grados.
A pesar de los razonamientos anteriores, en nuestro tiempo, se
impone un insulto favorito: la “xenofobia” (literalmente, rechazo
del extranjero, del foráneo). Se quiere indicar que no debe haber
ningún tipo de enemistad colectiva o grupal, especialmente, si
propicia la violencia. Se impone la vieja ideología del amor a la
humanidad sin distinciones. La contradicción lógica y moral es que
se suele tachar de “xenofobia” a los otros, a los adversarios, sin
ver la paja en el ojo propio.
Se revela un odio étnico hacia los castellanoparlantes de Cataluña.
Se trata de una larvada forma de violencia
En la España actual, la izquierda dominante ha desatado un remolino
de enemistad colectiva, bajo el amparo de la legislación sobre la
“memoria histórica”. En este caso, los foráneos no son los
extranjeros, sino los mismos españoles, uno de los bandos de la II
República. El propósito larvado, mediante una ley, es convencer a
los españoles de que “la guerra civil de 1936 la ganaron los
republicanos”. El objetivo último es conseguir que media España siga
odiando a la otra mitad. Para eso, si hace falta, se reescribe la
historia. La fantasía de Orwell se queda chiquita al lado de esta
insensatez.
Dentro de la España actual, las autoridades secesionistas de
Cataluña se han empeñado en reducir, al máximo, la enseñanza del
idioma español y su utilización pública. En gran parte, lo han
conseguido. No deja de ser un disparate, por lo que tiene de
violencia. Ese idioma, el común para la población española y la
hispanoamericana, es en el que los catalanes se pueden comunicar con
el resto de España y gran parte del mundo. Además, es la lengua
familiar de la mitad de los habitantes de Cataluña. Nos encontramos
ante un estrambótico caso de xenofobia cultural y étnica, pues, para
los que mandan en Cataluña, los castellanoparlantes son metecos. Es
decir, se revela un odio étnico hacia una buena parte de los
habitantes de Cataluña. Se trata de una larvada forma de violencia.
Pues bien, nadie del Gobierno de España se atreve a criticar esa
taimada forma de xenofobia.
El CIS y otras publicaciones satíricas
Itxu Díaz. https://gaceta.es/
8 Abril 2021
Debería ser posible un centro de investigaciones sociológicas en
España. Pero no lo es. Y no lo es por el empeño que los socialistas
han puesto en convertirlo en una alocada casa de apuestas, en donde
el caballo ganador siempre es el mismo, incluso aunque sea cojo y
tuerto. No hay unanimidad en la opinión de los sociólogos sobre si
estos disparados resultados del CIS benefician realmente al Gobierno
de cara a unas elecciones. Pero lo cierto es que buscan ofrecer a la
opinión pública una imagen falsa de la realidad política española.
El CIS de Tezanos es un ejercicio de sociología-ficción, al que
pueden ustedes eliminar lo de “sociología”. El Pulpo Paul, después
de tres noches sin dormir y tres botellas de whisky, es más preciso
en sus profecías que este organismo que pagamos entre todos.
Hace tiempo que ya no examino sus apuestas electorales. Si se trata
de dedicarme un rato a la novela, personalmente, prefiero a Evelyn
Waugh que a Tezanos. Pero es igual. Cada vez que el CIS saca de la
cocina un nuevo pastel, lo ofrecen durante horas en todas las
televisiones y radios, con los alaridos propios de la novedad, y con
el señuelo y el aura de imparcialidad que se oculta siempre detrás
del instituto sociológico. No deja de asombrarme que después de lo
que hemos vivido durante la pandemia, haya todavía tanta reverencia
a todo aquello que huela a ciencia, incluso aunque sea sociológica;
todavía una extraña pasión cientificista inunda aún los hogares
españoles, como si fuera lo mismo Louis Pasteur que Fernando Simón.
El único hito de imparcialidad sociológica que podemos encontrar en
la maraña institucional es el INE, y no siempre, ya que por lo
general los datos, servidos así en frío, no se dejan fácilmente
someter a las ideologías. Pero en esa amplísima amalgama de grises
que ofrecen los estudios de opinión o de intención de voto, es
difícil no ceder a la tentación de convertir el CIS en un aparato
propagandístico capaz de dibujar ilusiones progresistas, por si
acaso despiertan por imitación simpatías nuevas a la causa. Así, la
misteriosa resurrección de Pablo Iglesias desde el lujo de Galapagar
será caso de estudio en los congresos internacionales de sociología,
tan pronto como terminen de discernir el material incorruptible del
que parece hecha, a juzgar por los hallazgos del profesor Tezanos,
la efigie del presidente del Gobierno.
Por otra parte, los socialistas son buenos pagadores. Lo malo es que
suelen pagar a los más miserables por hacer los favores más
perniciosos. Algo de eso debió haber cuando Sánchez subió de nuevo
el presupuesto del CIS hasta los 9,12 millones de euros para mejorar
su eficacia, y lo único que mejoró es la valoración que el organismo
otorga a Su Persona.
Se puede discutir si tiene sentido o no una televisión pública que,
de un modo u otro, siempre va a estar al servicio del poder, excepto
cuando llega el PSOE, que entonces se confunde con el poder. Habrá
quien argumente que informar y moldear la opinión pública son dos
acciones separadas por una línea borrosísima. Pero es difícil
defender la existencia de un CIS cuyo principal servicio público es
embellecer día tras día la imagen de su amado líder ante la opinión
pública, así como promover sus intereses partidistas sin el menor
asomo de rubor, sin un atisbo de vergüenza torera profesional.
Y si de todos modos van a seguir aportando piezas de ficción a la
realidad española, sería de agradecer que ofrecieran los resultados
sin realizar las encuestas. Tampoco vamos a notar la diferencia y al
menos tendríamos el consuelo de estar tapando parte de ese agujero
negro en los presupuestos. La otra opción es reconvertir el CIS en
una publicación satírica, sector de larga y gloriosa tradición en
España. Quiero decir, anunciarlo oficialmente. Así al menos
podríamos reírnos de lo gracioso que es Tezanos sin tener la
sensación de que nos toma por idiotas a todos los españoles, y con
nuestro propio dinero. Le veo futuro. Si un día La Codorniz triunfó
declarándole la guerra a Inglaterra, no creo que sea menos ocurrente
que el CIS haya declarado abiertamente la guerra a la demoscopia.
Humor caro, pero humor al fin.
El rescate de los jóvenes, prioridad y
vergüenza nacional
Agustín Valladolid. vozpopuli.es 8 Abril 2021
Es insensata la indiferencia con la que se asume el naufragio vital
de sucesivas generaciones de españoles, la ausencia de una política
que permita reconducir el negro porvenir de millones de jóvenes
De aquí al 4 de mayo nos vamos a hartar de hablar de Madrid, de
elecciones, de manipulaciones varias, de barro y miserias, de que
nos quieran tomar por idiotas; de micropolítica, en definitiva. Una
vez más quedará fuera del debate casi todo lo que es esencial, lo
que realmente puede cambiar, a mejor, o a peor, la vida de la gente.
En el intercambio de golpes que se avecina -todavía no hemos visto
nada-, apenas habrá sitio para la verdad, nadie tendrá el coraje de
decirnos lo que no queremos pero debiéramos oír. De modo que,
aprovechando el resquicio informativo por el que se cuelan cada mes,
de forma fugaz, los dramáticos datos del paro, voy a desgranar en
estas líneas algunas reflexiones sobre el que considero es uno de
los más graves problemas de España, sino el que más, y sin duda el
que en mayor medida puede lastrar nuestro futuro: la falta de una
política con mayúscula que permita reconducir el negro porvenir que
aguarda a millones de jóvenes; la insensata indiferencia con la que
estamos asumiendo por la vía de los hechos el naufragio vital de
sucesivas generaciones de españoles.
El sábado 1 de mayo es el día del trabajo. Recta final de la campaña
electoral. Será difícil que alguno de los candidatos dedique al
asunto poco más que las habituales obviedades. En el mejor de los
casos, se tirarán encima las vergonzosas cifras de desempleo, que en
un año, desde que nos cambió la vida la pandemia, marzo de 2020, se
ha incrementado en un 23 por ciento entre la población general y en
un 40,14 en el tramo de los menores de 25 años. Prácticamente, uno
de cada dos jóvenes está en el paro. Si aumentamos el rango de edad
hasta los 30, la estadística mejora algo, pero sigue siendo
desoladora. España es el país de la OCDE con mayor paro juvenil, muy
por delante de los demás. Y no sé si es más obsceno el dato en sí o
la naturalidad con la que aquí sobrellevamos la catástrofe. Todos.
Gobierno, Oposición, organizaciones empresariales y sindicatos.
No hay por qué preocuparse: el descomunal paro juvenil, uno de los
más graves problemas de España, no será objeto de debate durante la
inminente campaña electoral
Empezaré por estos últimos, porque las centrales sindicales son
cómplices necesarios de esta vergüenza nacional. Convenientemente
engrasadas, dedican sus energías a defender su espacio de poder y a
garantizarse la correspondiente cuota de apoyo de los que tienen una
nómina y derecho al voto en las elecciones sindicales; a incrementar
la presión para promover una contrarreforma laboral que incremente
su peso e influencia en las empresas; a obstaculizar la
imprescindible actualización de un modelo de pensiones que de no
modificarse a tiempo acabará siendo insostenible. A eso destinan los
sindicatos lo mejor de sus esfuerzos, sin que se conozcan
iniciativas de similar intensidad cuando de lo que se trata es de
sacarle los colores al poder político y exigirle el diseño y
ejecución de una estrategia global que sitúe como prioridad nacional
el rescate de las nuevas generaciones.
¿Qué decir de las organizaciones empresariales (no confundir con los
empresarios)? Pues más de lo mismo. Son, en esta materia, igualmente
colaboradores necesarios, casi siempre por omisión, de la
incomprensible pasividad de los poderes públicos, por cuanto hace
tiempo que su objetivo se ciñe en lo fundamental al papel de
contrapeso corrector de normas legales (de los gobiernos del PP y
del PSOE) crecientemente intervencionistas. No mucho más. La CEOE ya
no es aquella de la Transición que hacía propuestas para la
modernización del país. La CEOE de hoy más bien parece un ministerio
más cuya función es la limitación de daños y su integración en el
engranaje del poder impide a sus responsables alzar demasiado la
voz. Que Pepe Álvarez (absurdamente empeñado, por cierto, en el
blanqueamiento de Otegi) y Unai Sordo no den un puñetazo en la mesa
de Pedro Sánchez en defensa de los jóvenes, es lamentable pero hasta
cierto punto explicable; que Antonio Garamendi y otros líderes
empresariales no denuncien, día sí y día también, una situación que,
además de injusta e injustificable es el germen de la
descapitalización de muchas empresas, es además de incomprensible
poco inteligente.
¿A qué está Yolanda Díaz, a parados o a espías?
El paro que afecta a los mayores de 50-55 años es un drama personal,
familiar y social, pero sobre el que se puede actuar con medidas
puntuales más o menos eficaces según sea el ciclo económico. El paro
masivo de los jóvenes menores de 30 años, por sistémico, es un
problema de país. Un problema inquietante que exige reformas de
fondo y largo alcance en terrenos diversos pero vinculados, como la
conexión empresa-sistema educativo, la legislación laboral o la
política de vivienda; un grave problema que ya está derivando en
bolsas de desafección política que en algunos lugares son
oportunamente explotadas por los enemigos de la convivencia y la
democracia (“Nos habéis enseñado que ser pacíficos es inútil”; leído
en una pancarta durante una manifestación en Barcelona); un problema
de enorme transcendencia sobre el que ya han alertado instituciones
que aún conservan prestigio y márgenes de autonomía, como el Banco
de España o el Consejo Económico y Social, pero al que los partidos
no dedicarán apenas atención en la inminente campaña electoral.
Los ingentes recursos que consume la crisis sanitaria provocada por
el Coronavirus amenazan con frenar la hasta ahora única herramienta
paliativa conocida, de nombre efectista (como todo lo que sale de la
fábrica de eslóganes monclovita), el Plan de Choque por el Empleo
Joven, pero de resultados altamente inciertos y de dudosa eficacia
frente a la mayor amenaza que se cierne sobre el futuro de las
jóvenes generaciones: el gasto desbocado, la desmesurada deuda
acumulada que opera como lastre inmanejable, como implacable certeza
de futuras penurias. Porque no hay ni habrá plan de choque
verosímil, ni para los jóvenes, ni para los jubilados presentes o
futuros, ni para la sanidad pública, ni para ningún vector esencial
del país, si no se aborda antes el verdadero problema, que no es
otro que la ausencia de un pacto de Estado que confronte en serio
nuestra realidad con un plan de reformas conectadas entre sí, de
largo alcance, con un programa realista de viabilidad de nuestra
economía, cuyo paso primero debiera haber sido la presentación de un
proyecto consensuado de utilización de los fondos europeos en el que
ocupara un lugar preeminente el rescate de las generaciones que
están quedando descolgadas.
Hay serias dudas acerca de la capacidad de este Gobierno para
gestionar los fondos de la UE. Y no es de extrañar. El año pasado,
un estudio del Tribunal de Cuentas Europeo nos ponía en evidencia al
desvelar que España apenas gasta el 39% de las ayudas a las que
tiene derecho, el tercer peor resultado de la UE-27, solo por
delante de Croacia e Italia. Que sepamos, la indecorosa revelación
no provocó la menor respuesta en el seno del Ejecutivo, ni el menor
movimiento que sugiera una modificación urgente de los mecanismos de
gestión de los fondos europeos. De pena. Claro que, a partir de
ahora, todo va a cambiar (paso al modo ironía). La integración de la
ministra de Trabajo en la comisión que supervisa el CNI le va a dar
la vuelta al calcetín. Yolanda Díaz es un caso único en Europa. Debe
ser la única titular de Trabajo a la que le falta tiempo para
arreglar el problema del paro pero le sobra para controlar a los
espías. Pues eso, de pena; o de risa.
El descrédito del conocimiento
Xavier Pericay. vozpopuli.es 8 Abril 2021
A veces uno quisiera creer que estamos ya en el último peldaño, que
más no se puede caer. Y entonces surge una noticia, como por ejemplo
esta que nos informa sobre la voluntad del candidato Pablo Iglesias
de formar al profesorado madrileño en lo que él y la Lomloe
denominan “educación afectivo-sexual” y de otorgar a esa clase de
contenidos la condición de asignatura troncal, y no le queda más
remedio que admitir que está en el error, que caer más sí se puede.
En la caída libre en que se ha convertido desde hace años el sistema
educativo español, no hay último peldaño, sólo penúltimo.
Las ocurrencias del todavía líder de Podemos han venido a coincidir
con las de la todavía ministra de Educación, Isabel Celaá, a
propósito del trato que merecen la Educación Especial y quienes
defienden la necesidad de seguir contando con centros
especializados. Unos dislates parecidos, manifestados con una misma
arrogancia y mala educación. Pero, en paralelo a estas noticias, se
ha abierto en la esfera pública un debate –hasta donde es posible
abrir debates en España, claro– acerca de la pretensión del
Ministerio de aligerar el nuevo currículo educativo y de hacerlo a
costa del llamado aprendizaje memorístico.
Exceso de contenidos
Vayamos por partes. Que los contenidos constitutivos del currículo
pueden ser excesivos y en alguna medida prescindibles, no lo dudo.
Hay mucha, mucha paja en lo que se enseña, empezando por el fárrago
de la educación afectivo-sexual que tanto preocupa al candidato
Iglesias y siguiendo con esa “asignatura de feminismos” que figuraba
como medida en el programa con que Podemos concurrió a las últimas
generales y permanece hoy por hoy en la recámara. Ahora bien, en
cuanto al exceso de contenidos, habría que analizar el asunto etapa
por etapa. Así, es muy probable que ese desbordamiento sí se dé en
Bachillerato. Pero aquí el problema viene de raíz. O sea, de la
Logse. Con sólo dos cursos de Bachillerato –esa anomalía española–,
difícilmente pueden pedirse peras al olmo.
Y en cuanto a la memoria, no deja de resultar significativo que un
gobierno que ha hecho de la llamada “memoria histórica” una bandera
a la vez vindicativa y victimista sea tan renuente a promover la
memoria entre los niños y jóvenes que pueblan las aulas del país y
cuya formación debería ser decisiva con vistas a la España del
mañana. Semejante contradicción arroja unas cuantas conclusiones. De
entrada, que al actual Gobierno sólo le interesa la memoria en la
medida en que puede moldearla a su gusto. Luego, que, fiel al
cortoplacismo con que el presidente Sánchez y su gurú cortesano se
conducen desde el día que pisaron la Moncloa, a este Gobierno los
ciudadanos del mañana le importan un higo. Y, en fin, que poner en
valor la memoria como método de aprendizaje supone poner en valor el
conocimiento, y eso sí que no.
Desposeídos de la autoridad
Desde que la educación pública de este país cayó en manos de
pedagogos y psicólogos, y hace de ello por lo menos tres décadas,
los contenidos han sido arrumbados de forma grosera. Se ha puesto el
acento en el cómo –en el “aprender a aprender” de los breviarios de
los movimientos de renovación pedagógica, favorecidos por el ensueño
constructivista– y se ha guardado el qué en el baúl de los malos
recuerdos. Ese descrédito del saber, de la transmisión de los
contenidos, ha tenido un efecto lacerante no sólo para los alumnos,
a los que se ha privado del alimento y del placer del conocimiento,
sino también para los maestros y profesores, que han sido
desposeídos de la autoridad que comporta ser depositarios de un
saber y de la potestad de legarlo a las generaciones futuras.
Por lo demás, la mengua a la que se va a someter el currículo en sus
partes presuntamente más memorísticas se verá agravada por la cada
vez más liviana presencia en él de las enseñanzas comunes. Si hoy en
día ya resulta difícil establecer unos mismos parámetros de
evaluación de los conocimientos en el conjunto de España –piénsese
tan sólo en la imposibilidad de comparar, autonomía por autonomía,
el dominio de la lengua oficial del Estado, por no hablar de la
flagrante y dolosa inexistencia de una única prueba evaluativa al
término del Bachillerato–, ¿qué cabe esperar de un mañana en que la
formación de cada ciudadano español va a depender del capricho con
que en su respectiva comunidad autónoma hayan manejado las tijeras?
Y recuerden: no hemos llegado aún al último peldaño.
El presidente del TC intenta restringir la
libertad de información atacando a LD en una nota oficial
El TC presidido por Juan José González Rivas dedica uno de los tres
párrafos del comunicado en el que se anuncia la renuncia de
Conde-Pumpido a LD.
Miguel Ángel Pérez. Libertad Digital 8 Abril 2021
El presidente del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas,
ha intentado restringir la libertad de información atacando a
Libertad Digital en una nota oficial. En el artículo 20 de la
Constitución Española se reconocen y protegen los derechos "a
comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio
de difusión".
Este diario publicaba este martes que González Rivas estaba
"presionando" a los magistrados del Alto Tribunal para mantener al
progresista Cándido Conde-Pumpido en la causa sobre el golpe del
1-O, después de que los golpistas hubieran pedido su recusación por
una intervención realizada en el Congreso de los Diputados en
noviembre de 2017. El magistrado conservador Antonio Narváez decidió
apartarse de la misma causa hace apenas un mes y medio por unas
declaraciones sobre el referéndum ilegal del 1 de octubre similares
a las de Conde-Pumpido.
Sólo habían pasado 15 horas desde la publicación de LD, cuando el
Tribunal Constitucional distribuía una nota de prensa oficial en la
que anunciaba que "el magistrado Cándido Conde-Pumpido Tourón ha
presentado esta mañana al Presidente del Tribunal Constitucional,
Juan José González Rivas, el escrito de abstención en los recursos
de amparo promovidos en la causa especial nº 20907/17 seguidos ante
la Sala Penal del Tribunal Supremo".
Lo sorprendente del comunicado de apenas tres párrafos se encontraba
en el último de ellos, donde se atacaba a Libertad Digital por su
información sin mencionarla directamente: "Este hecho desvirtúa la
noticia publicada hoy en un medio digital que afirmaba, con
rotundidad, que el Presidente de la institución estaba presionando a
los magistrados para mantener a Conde-Pumpido en la causa del 1-O".
El ataque del presidente del Tribunal Constitucional a Libertad
Digital reafirma su posición de referente informativo, al acaparar
uno de los tres párrafos del comunicado oficial del TC. Además,
dicho ataque ha causado sorpresa entre los propios magistrados del
Alto Tribunal.
Fuentes del TC consultadas por este diario aseguran que
Conde-Pumpido pidió "una o dos semanas" para reflexionar sobre su
situación personal en la causa del 1-O. Sin embargo, sólo 15 horas
después de que LD publicara las "presiones" del presidente González
Rivas a los otros magistrados para salvarle, se precipitaba su
renuncia.
Las mismas fuentes del TC consultadas aseguran que González Rivas no
sólo "presionó" a los magistrados para no apartar a Conde-Pumpido en
la causa sobre el 1-O, si no que llegó incluso a "tantear" a algunos
de ellos la posibilidad de rechazar de plano la recusación contra
Conde-Pumpido sin tramitarla siquiera, planteamiento que se topó con
la negativa de los magistrados.
Los lazos de González Rivas con Conde-Pumpido
Juan José González Rivas es magistrado del llamado sector
conservador y de hecho se postuló como candidato a presidir el
Consejo General del Poder Judicial CGPJ y el Tribunal Supremo de la
mano del Partido Popular. No obstante, la posible presidencia de
González Rivas del Gobierno de los jueces aglutinaba muchos
detractores en el mismo sector conservador.
Fuentes jurídicas consultadas por este diario consideran que es una
"persona muy blanda e influenciable", que mantiene una relación
demasiado estrecha con el magistrado progresista Cándido
Conde-Pumpido, fiscal general del Estado con el Gobierno socialista
de José Luis Rodríguez Zapatero. Este hecho levantó la desconfianza
en sus propias filas, ya que se podría convertir en "un aliado
accidental de la izquierda judicial y ser manipulado por
Conde-Pumpido".
En los últimos meses, tal y como publicó LD, Conde-Pumpido llegó a
maniobrar en el sector progresista para que González Rivas se
convirtiera en el nuevo presidente del CGPJ y el Tribunal Supremo, a
cambio de que la esposa del propio Conde-Pumpido, Clara Martínez de
Careaga, fuera designada vicepresidenta de González Rivas en el
Supremo. Mientras tanto, Conde-Pumpido continúa con sus aspiraciones
de presidir el Tribunal Constitucional en el plazo de dos años, tras
una presidencia breve conservadora.
******************* Sección "bilingüe" ***********************
Escándalo y bochorno democrático en
Vallecas
Redacción. https://rebelionenlagranja.com 8 Abril 2021
El mayor bochorno democrático de los últimos años lo ha vuelto a
protagonizar la extrema izquierda.
Se han cometido varios delitos electorales, de manera
ininterrumpida, ante a la pasividad policial, en Vallecas. Gritos,
insultos, intimidación, incitación al crimen, apología del
terrorismo, violencia, lanzamiento de objetos. «A por ellos como en
Paracuellos». «Gora ETA». Vallecas ha sido tomada por el odio. No se
oían cosas así desde hacía mucho tiempo en España. En Paracuellos
fueron masacrados más de 4000 inocentes, mediante sacas, a sangre
fría, el crimen por el crimen. ETA ha asesinado a casi 900
españoles, en pleno régimen democrático.
Es la herencia de Pablo Iglesias.
No solo es un delito de odio, es la apología del crimen, del
genocidio, la exaltación del terrorismo. Iglesias lleva sembrando
todos estos vientos desde que entró en política. Estos son los
frutos. Y el Gobierno lo tolera con gozo.
La ultra izquierda ha querido impedir que Vox pudiera desarrollar su
acto electoral. «Los brigadistas de Pablo Iglesias», ha dicho
Abascal, han desatado su ira. En Vallecas se ha visto la
batasunizacion de esa izquierda podemita que gusta del jarabe
democrático, de los escarches, de las herriko tabernas, de Otegui.
Un dispositivo policial irrisorio. Una estrategia de no actuar para
impedir el delito electoral. Marlaska, dice Abascal, es el
responsable. Les arrojan huevos, piedras, ladrillos adoquines.
Abascal los enseña desde la tribuna y baja a pecho descubierto, se
dirige a los manifestantes y al jefe del dispositivo para pedirle
que se garanticen los derechos electorales de los asistentes al
mitin.
Los de Vox sacan el mitin adelante. No importa lo que digan. Lo que
importa es que han vuelto a ganar la batalla de la libertad
«mientras Iglesias, la izquierda pija, abandona Vallecas para ir a
Galapagar» y el sicariado ataca a los de Vox.
Vox ha entrado en campaña por la puerta grande. Abascal conoce el
paño, porque tiene mucha mili de cuando los etarras atentaban contra
él y su familia, y asesinaba a sus compañeros y amigos.
Pablo Iglesias, por si acaso, ha salido del lugar del crimen.
Mientras en Vallecas se asalta la libertad y brota la discordia, él
se ha vuelto a Galapagar, a refugio. «El fantasma de Galapagar», en
palabras de Abascal.
Todo estaba preparado. El distrito madrileño ha amanecido con
carteles en contra de la formación.
Vox había denunciado ante la Delegación de Gobierno y la Junta
Electoral Central la «amenaza de boicot» y exigió garantizar la
celebración del acto sin impedimentos.
Dos asistentes al mitin han resultado heridos, con la cabeza
abierta. Un diputado de Vox ha sido evacuado al hospital.
Cada piedra que tiran les retrata
OKDIARIO
8 Abril 2021
Resulta sencillamente intolerable que la presentación de la
candidatura de Vox a las elecciones madrileñas del 4M se haya visto
alterada por la actitud violenta de un grupo de personas que, al
grito de «fuera fascistas de nuestro barrio», han lanzado adoquines
contra Santiago Abascal, Rocío Monasterio y Macarena Olona. Lo
vivido en Vallecas es consecuencia de esa estrategia de
criminalización política perpetrada por la izquierda contra un
partido con el que se puede estar o no de acuerdo, pero que ha
demostrado una lealtad constitucional incuestionable. Resulta un
sarcasmo que un totalitario como Pablo Iglesias y alguien como Pedro
Sánchez, que ha perpetrado la mayor traición a España y los
españoles arrodillándose ante golpistas y proetarras, sean capaces
de dar lecciones de democracia y estigmatizar a una formación que ha
sido votada por 3,6 millones de españoles.
El retrato de esta España en la que la ultraizquierda se arroga la
condición de defensora de la democracia y siembra el odio por las
esquinas contra los partidos constitucionalistas es la demostración
de que el socialcomunismo ha volado los puentes de la convivencia,
una estrategia marcada por el sectarismo más recalcitrante y
reaccionario. Si para Iglesias y Sánchez la democracia consiste en
estrechar lazos con independentistas y los herederos políticos de
ETA y abonar el camino de odio e inquina para que los mamporreros
del régimen tiren piedras a Vox, habrá que convenir que su forma de
entender la democracia rezuma totalitarismo por los cuatro costados.
La izquierda y sus terminales mediáticas pusieron el grito en el
cielo hace días porque un grupo de neonazi increpó a Pablo Iglesias
durante un acto en Coslada. Ahora, cuando un grupo de extrema
izquierda exhibe sus instintos más violentos lanzando piedras contra
los dirigentes de Vox, dirán que lo ocurrido responde a una
provocación de Santiago Abascal por acudir a Vallecas. Lo mismo que
dijeron cuando acudió al País Vasco o Cataluña. Esta es la
democracia que enseña el socialcomunismo: a pedradas contra la
libertad
VOX toma Vallecas y la izquierda batasuniza
Madrid
el cinturón rojo es cada vez más verde
Javier Torres. https://gaceta.es 8 Abril 2021
Vivas a ETA en el barrio en que los terroristas vascos asesinaron a
seis personas con un coche-bomba en 1995. Lanzamiento de piedras,
adoquines, botellas, latas de cerveza y hasta un enorme palo de
madera patrocinados por Pablo Iglesias y la inacción del
¿prevaricador? ministro Marlasca. Todo esto y más se encontró VOX en
el acto de precampaña en Vallecas. Se escucharon cosas terribles (“A
por ellos como en Paracuellos” o “Arriba con la Goma 2 que Vallecas
se prepara, que Vallecas se prepara, ¡pim, pam, pum! la revolución”)
en un clima guerracivilista que todavía no parece preocupar a casi
nadie. La violencia es amparada por el Gobierno y eso no ocurría
desde 1936. El acto tuvo que interrumpirse varias veces por la
lluvia de piedras que caía indistintamente sobre las cabezas de
simpatizantes y líderes de VOX. 14 heridos -dos con la cabeza
abierta- y un policía pateado en el suelo fue el balance de lo que
la izquierda sigue llamando “lucha antifascista” para enmascarar su
vocación de terrorismo callejero. Madrid, qué triste es verlo in
situ, es ya tierra batasunizada en la que se pita el himno de
España.
Es probable que a este ritmo muy pronto veamos un muerto, sobre todo
porque quienes pueden evitar la violencia juegan con fuego. No hay
país civilizado que tolere que todo un vicepresidente del Gobierno
saliente jalee e instigue ataques contra un partido respetuoso con
la ley o que un ministro del Interior ate de manos a sus propios
policías. El dispositivo-Marlasca (qué diferente se mostró
impidiendo el acceso de simpatizantes de VOX al acto en Sevilla del
17 de marzo) convirtió la plaza de la Constitución de Vallecas en
una ratonera para VOX en la que Abascal -sin travestirse con una
sudadera de una serie de Nexflit- sorteaba las piedras que le
arrojaban cuando tomó la palabra en el atril. Media hora antes del
inicio del acto la plaza vallecana estaba rodeada por centenares de
cachorros de la extrema izquierda a las órdenes de Bukaneros, los
ultras del Rayo. La atmósfera fue calcada a la que sufrió VOX en
Cataluña y las provincias vascas: cordones policiales excesivamente
tolerantes con los violentos a los que apenas separaban unos metros
del escenario. Abascal bajó y contó 18 pasos.
En mitad de las pedradas Macarena Olona llamó a la presidenta del
Congreso, Meritxell Batet, para contactar con el ministro Marlasca y
exigirle cargar contra los violentos. En vano. Las piedras seguían
cayendo y acto seguido se vivió un momento surrealista: Olona, que
atendía en directo a un programa de radio, narraba cual reportera la
tormenta de odio y violencia desatada. Una piedra alcanzó la mano
del diputado por Guadalajara, Ángel López, que fue trasladado al
hospital.
Todo ello se podría haber evitado y bien que se intentó. Horas antes
VOX denunció ante la Junta Electoral y la Delegación de Gobierno a
los grupos de extrema izquierda que anunciaron sus amenazas. Nada se
hizo y Vallecas engrosa así la lista donde la violencia aplasta a la
libertad. A saber: Oñate, Sestao, Baracaldo, Vitoria, Bilbao, Vic,
Sabadell, Salt, Gerona o Reus. En ninguno de esos sitios VOX se pudo
expresar con normalidad. Igual que en el Arco del Triunfo de París
están grabadas las victorias de la Grande Armée, VOX podría enviar
al ministro del Interior una placa con todos los lugares en los que
sus derechos electorales han sido pisoteados.
Se corre el riesgo, sin embargo, de que la lluvia de piedras sepulte
logros realmente admirables como que Vallecas ya no es el coto
privado de nadie, que el cinturón rojo es cada vez más verde, que el
fin de Iglesias se acerca, que la equidistancia de la prensa con VOX
la ve cada vez más gente o que las encuestas que dudan de la entrada
de Rocío Monasterio en la Asamblea no se las creen ni Tezanos ni
Teodoro.
Abascal retrata a Marlaska bajo las piedras
Marcel Gascón Barberá. Libertad Digital 8 Abril 2021
Yendo a los lugares donde quiere vetarles la izquierda, Abascal y
los suyos nos dan una medida de lo amenazada que está la democracia
en España.
La izquierda, toda la izquierda y no solo la ultraizquierda como
pretenden algunos para seguir rescatando al PSOE, había preparado
convenientemente el terreno. En un manifiesto profundamente
totalitario, Más Madrid, el PSOE y Unidas Podemos expresaban su
apoyo a las protestas contra el mitin de Vox en Vallecas, uno de
esos barrios obreros que el rojerío acaudalado trata como reservas
de indios navajos.
Según el manifiesto, de inconfundible inspiración batasuna, Vox no
tiene derecho a hacer campaña en lugares como Vallecas. La presencia
de los de Abascal allí era por sí misma una provocación. Cualquier
incidente violento sería, por tanto, imputable a Vox, si bien los
firmantes pedían evitar encontronazos. No porque la defensa del
barrio del peligro ultra no mereciera algo de sangre, sino por el
rédito electoral que de los desórdenes pudiera sacar Vox.
Decenas, si no centenares, de agitadores hicieron suyo el argumento
de los partidos del Gobierno y Más Madrid concentrándose cerca del
mitin con una misión clara: que Vox no pudiera celebrar un acto al
que amparaban todos los derechos constitucionales. Tras pasarse la
tarde amenazando a los vecinos que votan verde con llamamientos
guerracivilistas al asesinato (“¡A por ellos, como en Paracuellos!”
es un buen ejemplo), estos agitadores itinerantes a los que los
medios siguen llamando "antifascistas" pasaron a la acción nada más
aparecer Abascal, Monasterio, Olona y Ortega Smith.
A pedradas y botellazos, y con el lanzamiento de otros objetos como
latas y palos, las fuerzas de choque del bloque de izquierdas
intentaron imponer la ley de exclusividad territorial sobre sus
supuestos feudos que, contra todas las leyes y principios del Estado
de Derecho, habían declarado sus jefes políticos en el manifiesto.
Las imágenes de un policía pateado y de simpatizantes de Vox
heridos, entre ellos un diputado, son una prueba del celo con que se
emplearon en la labor.
En ese escenario dantesco tomó la palabra Rocío Monasterio. En un
discurso vibrante y admirablemente articulado en medio del asedio,
la candidata de Vox a la Comunidad llamó “cobardes” a los acosadores
y les recordó lo evidente: que en su partido no tienen miedo. “No
nos van a quitar el derecho que tenemos a estar también en estas
calles, a discrepar, a disentir, a tener una opinión”.
Y después llegó un Abascal tremendamente sincero, como acostumbra,
esta vez en su muy justa indignación no ya por el puñado de
sectarios criminales o criminógenos al que ha plantado cara toda su
vida, sino por la vergonzosa complicidad de Interior con el acoso.
Mostrando los objetos que le llovían, y midiendo con pasos la
distancia de la turba, un Abascal pletórico de razón y verdad
interpeló directamente al ministro Marlaska por haber permitido que
los radicales con sus piedras se acercaran a menos de veinte metros
de la tribuna de oradores de Vox.
Mostrando el arma del delito, Abascal ilustraba la magnitud del
atropello que, por omisión deliberada, estaba cometiendo Marlaska.
Pero lo mejor fue su decisión de no seguir hablando hasta que el
ministro no ordenara dispersar como habría tenido que hacer desde el
primer momento. Abascal anunció entonces que Olona estaba llamando
personalmente al ministro para exigirle protección. Marlaska quedaba
así retratado en su cinismo potencialmente homicida.
Yo mismo me lo imaginé en su casa, lejos de Vallecas o en el
despacho donde se ha instalado la famosa cinta de correr, modulando
por teléfono la reacción de la policía a la violencia de los camisas
pardas frentepopulistas. Que no se acerquen del todo, que no da
bien, pero que estén lo bastante cerca como para que se vea que no
son bienvenidos y, sobre todo, que no acuda a aplaudirles más gente.
Para eso, exactamente, ha quedado el Ministerio del Interior bajo el
mando de quien un día más cercano de lo que parece fue un juez
respetado por su servicio a España y al Estado de Derecho.
La respuesta de Abascal a la encerrona fue, a mi juicio,
eficacísima, y tendría efectos sísmicos en el electorado de existir
en España una clase periodística seria. La que tenemos habla de
“tensión” entre bandos y habla de violencia “por un mitin de Vox”,
con lo fácil que sería escribir “contra un mitin de Vox”. Lo mismo
puede decirse de la reverenciada, y cada vez más desacreditada,
Unión Europa (¿han visto el trágala de la feminista Úrsula en Can
Erdogan?), abonada a ver la paja en el ojo húngaro mientras ignora
las vigas que radicales espoleados desde el Gobierno de España les
tiran a la ceja a las diputadas de Vox.
De ellos no podemos esperar nada, pero de nosotros sí. La actitud y
el emocionante discurso de libertad y resistencia al matonismo
totalitario de la izquierda que ha dado una vez más Vox son un
ejemplo y una inspiración para cada vez más gente. Yendo a los
lugares donde quiere vetarles la izquierda, Abascal y los suyos nos
dan una medida de lo amenazada que está la democracia en España. Y
al mismo tiempo nos enseñan qué podemos hacer para salvarla.
El frente radical progre en Vallecas
Han diseñado una campaña basada en actuaciones zafias y
barriobajeras
Francisco Marhuenda. larazon 8 Abril 2021
VOX es un partido que representa a millones de españoles y respeta
el ordenamiento constitucional. A pesar de ello tiene que sufrir la
permanente estigmatización de la izquierda política y mediática. En
este sentido, se les acusa de racistas, machistas, xenófobos,
homófobos, fascistas, ultras… No hay límites a la hora de mentir
mientras defienden a comunistas, populistas, independentistas y
bilduetarras. Es lo que vivimos ayer ante el vergonzoso intento de
jóvenes de la izquierda radical tratando de boicotear un acto de
Abascal y Rocio Monasterio en el barrio madrileño de Vallecas. Esos
«demócratas» se dedicaron a lanzar piedras y botellas. Por ello, fue
necesario que la policía lanzara cargas policiales. Los comentarios
que pudimos escuchar o leer en algunos medios de comunicación
muestran esa hipocresía de la izquierda que eran auténticas lágrimas
de cocodrilo. Mientras sus representantes políticos y mediáticos
decían que estaban en su derecho a la hora de hacer un mitin, se les
adjudicaba el paquete descalificador con esa alegre impunidad que
nunca he escuchado que utilicen contra los partidos que apoyan al
gobierno socialista-comunista. En demasiadas ocasiones hemos
escuchado en la boca de Iglesias y sus camaradas esa tontería de
«alerta antifascista» o los llamamientos para impedir que VOX pueda
desarrollar su actividad con normalidad.
Es muy significativo que sucediera lo mismo en la reciente campaña
para las elecciones catalanas. Estamos ante prácticas propias de
matones con el lanzamiento de botellas y adoquines. No es ninguna
provocación que un partido realice un mitin en cualquier punto del
territorio español. Fue triste y bochornoso, pero la izquierda no
tiene límites en su desesperada campaña contra el centroderecha. La
permanente manipulación sobre la pandemia y las vacunaciones es el
hilo conductor contra Ayuso, con mentiras vergonzosas, mientras que
se arremete contra VOX porque les asusta que pueda conseguir votos
en las zonas que consideran suyas. El PSOE, Mas Madrid y Podemos
pidieron que no se cayera en provocaciones, porque resulta que para
los radicales y los antisistema lo son que se pueda hacer un mitin
en Vallecas. ¿Hasta dónde llega esta indignidad? La realidad es que
no tiene límite y estas formaciones han diseñado una campaña basada
en actuaciones zafias y barriobajeras para intentar movilizar a los
votantes. Es la expresión de la desesperación que sufren ante una
contundente derrota electoral el 4 de mayo. Es lo que hay realmente
de fondo. Los candidatos de la izquierda saben que mienten, pero no
les importa.
Terrorismo
Nota del Editor 8 Abril 2021
Radical, en su cuarta acepción: partidario de reformas extremas (3ª
acepción excesivo, sumo, exagerado); terrorista: que practica actos
de terrorismo (vaya práctica!), terrorismo: dominación por el
terror; sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir
terror; actuación criminal de bandas organizadas, que,
reiteradamente y por lo común de modo indiscriinado, pretende crear
alarma social con fines políticos
La derrota tendrá padre: Sánchez
Carlos Dávila. okdiario 8 Abril 2021
Normalmente en España, sobre todo en el terreno político, las
victorias tiene padre y las derrotas son hijos espurios de los
demás. Durante un par de semanas -las que median entre los fiascos
de Murcia y Castilla y León, y ahora mismo- el grupo de asesores que
rodea a Sánchez ha intentado volcar sobre la dirección del PSOE en
Ferraz la responsabilidad total de esas dos aventuras que terminaron
en fracasos absolutos. Pero Abalos y sus ayudantes del partido no
han estado dispuestos en momento alguno a cargar en exclusiva con
esa culpa como, además y ahora mismo, tampoco piensan atribularse en
solitario con los resultados que, según todas las encuestas salvo el
mamoneo de Tezanos, le atribuyen al candidato Gabilondo en la
Comunidad de Madrid. Unos y otros, porque en eso no existen
diferencias, convienen en que el candidato no da la talla, como por
otra parte era de esperar. Los denuestos épicos, pavorosos, que
Sánchez está empleando para descalificar a Díaz Ayuso no cuajan: ni
en boca de Gabilondo son creíbles, ni en la de Sánchez son
aceptables. Es tanto el rechazo que el presidente del Gobierno ha
sembrado en un electorado, que quizá fue eventualmente suyo en otras
elecciones, que en estas del 4 de mayo no volverán a su buchaca.
Sánchez está nervioso porque, encima, los datos económicos no le son
propicios. Por más que algunos de sus voceros se prodiguen
anunciando la próxima reanimación de la economía, la realidad es muy
terca. Los organismos internacionales colocan España en la cola de
la recuperación. El Gobierno, en el que la única voz sensata que
existe, Nadia Calviño, no va a tener otro remedio que, a muy corto
plazo, revisar sus previsiones para todo este año. Si a esta
constancia se añade el hecho de que los fondos europeos van a tardar
en llegar a España más de lo debido, la situación para Sánchez no
puede revestir peores pronósticos. Desde Moncloa, el grupo de
asesores que rodea al ‘gurucillo’ Redondo se devanan los sesos para
hallar algún golpe de efecto que varíe los pronósticos. Hace unos
días, ya se se sabe, Redondo en persona inundó las redes amigas con
alertas sobre un episodio emocional que, en su opinión, iba a marcar
el curso de la precampaña: ideó Redondo una presentación “a lo
Tarantino” para ratificar los horrores de la “foto de Colón”,
aquella instantánea con los tres partidos del centroderecha juntos,
que Sánchez ha venido explotando durante todo este tiempo, Pues
bien: la ingeniosidad de la factoría monclovita no ha ofrecido
parabién alguno ni a Sánchez, ni al al decolorado Gabilondo que la
viene repitiendo sin cesar con la misma convicción de quien anuncia
nieves en agosto. Nada de nada
Lo que sí ha calado sin embargo es la bochornosa actuación del
ministro de Sánchez, Marlaska, no solo con la destitución ilegal que
hizo del coronel Pérez de los Cobos, sino con la vergonzosa campaña
de acercamiento de los asesinos de ETA al País Vasco, entre ellos
fulanos homicidas del calibre del asesino de Miguel Angel Blanco y
Fernando Buesa, García Gaztelu y de su propia amante, otra criminal
en serie. Este asunto, sobre el que curiosamente todavía no se ha
producido el escándalo que sería de desear, va a traer sin embargo
mucha cola. Fíjense que en el Aberri Eguna de este domingo pasado,
el presidente del PNV, Andoni Ortúzar, no hizo proclamaciones
reivindicativas muy especiales sobre el derecho a decidir, ni
siquiera sobre las aspiraciones del pueblo vasco, al que dice con
mucha demasía, representar, sino que el discurso y el mensaje
principal se centró en la competencia muy próxima de las prisiones.
Empíricamete todos los españoles creemos, por lo que esta ocurriendo
en Cataluña con los presos independentistas, que la gestión de las
cárceles por el Gobierno nacionalista, traerá consigo, con certeza,
una política que terminará con todos los criminales en la calle
como, por otra parte, ya está sucediendo sin que nadie se esté
alarmando demasiado.
No desde luego en el mundo de la izquierda y del leninismo de Pablo
Iglesias, pero sí en un espectro político de centroizquierda que
está abandonando a Sánchez y sin el cual, sin su consentimiento
directo o indirecto, nunca podrá gobernar. Este lunes mismo, un
analista que guarda estupenda información sobre lo que ocurre en
este ámbito, confesaba lo siguiente: “Lo más relevante que está
sucediendo en España es el rechazo evidente y muy importante que una
gran parte de la población siente ante el dúo Sánchez-Iglesias”. Y
añadía: “Y esto que es muy visible en toda España lo es más en
Madrid donde sin embargo se atiende con entusiasmo a los mensajes
potentes del PP de Ayuso”. A la presidenta de Madrid le están
sirviendo como útiles los continuos ataques que realiza contra la
gobernación socialista, ataques que el PSOE ya no es capaz de
contrarrestar.
El Gobierno del PSOE, por más que, dada su profundidad de
asentamiento en los medios no se descomponga públicamente, está
sufriendo una erosión muy notable. Si por fin, y como aventuran los
sondeos (los sondeos, no la basura encuesta de Tezanos), su
candidato Gabilondo sufre una traspiés importante en Madrid, la
derrota ya no tendrá la cara de los actores secundarios, los que en
las películas de Tarantino, por seguir la estela del ‘gurucillo’,
aparecen siempre como simples rellenos, sino del propio Sánn¡chez
que, desde que ha empezado el año no tiene una sola buena noticia
que llevar a su propaganda. Ni siquiera la de la vacunación sobre la
que tanto ha prometido y tanto no se está cumpliendo. La derrota
tiene la cara de Sánchez,
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