Recortes de Prensa  Sábado 18 Junio 2022


ONU: La situación humanitaria en Ucrania es «extremadamente alarmante»

Agencias. https://rebelionenlagranja.com/. 18 Junio 2022


La situación humanitaria en Ucrania después de casi cuatro meses de la invasión rusa es motivo de gran preocupación, advirtió la la Agencia de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), este viernes.


«La situación humanitaria en toda Ucrania, en particular en la región oriental de Dombás, es extremadamente alarmante y sigue deteriorándose rápidamente», dijo la organización en un comunicado.


Según la OCHA, la situación es «particularmente preocupante dentro y en los alrededores de Severodonetsk», ciudad del este de Ucrania donde los combates no ceden desde hace semanas y donde se cree que cientos de civiles están atrincherados, algunos de ellos refugiados en una fábrica química.


Asimismo, advirtió sobre un decreciente «acceso a agua potable, comida, servicios médicos y electricidad» en la ciudad.


La OCHA lamenta que las partes en conflicto «no hayan logrado un acuerdo para facilitar la evacuación de los civiles o permitir el acceso de la ayuda humanitaria» en Severodonetsk y la ciudad vecina de Lysychansk.


El organismo también afirma que los combates siguen aumentando en el este de Ucrania y que la guerra se está cobrando un «enorme» número de vidas de «civiles, incluyendo trabajadores humanitarios».


Ucrania se lo merece

SERHII POHORELTSEV. la razon. 18 Junio 2022


A finales de febrero, Europa, la comunidad atlántica, y junto con ellas el mundo, se vieron succionadas por la fuerza a una zona de máxima turbulencia no vista desde el colapso de la Unión Soviética y el bloque comunista.


En un abrir y cerrar de ojos se disiparon todas las ilusiones que las democracias occidentales profesaron durante décadas en cuanto al proyecto de creación de una Europa (o Eurasia) liberal de Lisboa a Vladivostok.


Tras el ataque frontal que emprendió Putin, Ucrania se encontró en el epicentro de una batalla global entre dos visiones del futuro –la del siglo XXI en la cual todos los esfuerzos se suman y cada país, por grande o pequeño que sea, gana, y la del «zero sum game» (o sea «un juego de suma cero») de la época casi por completo olvidada y obsoleta.


El atropello de las costumbres de la guerra y las atrocidades cometidas por las tropas rusas en Bucha y otras localidades en las afueras de la capital ucraniana tuvieron el efecto revelador y despertador.


En sólo un mes, Occidente completó la transición mental drástica que culminó con la admisión de lo evidente –los valores europeos no van más allá de la frontera entre Ucrania y Rusia-. Los europeos se dieron cuenta de que, aunque todavía perfeccionable, Ucrania puede ser un aliado confiable y, de hecho, convertirse en el flanco oriental de Occidente.


Reticente hasta hace poco, Occidente empezó a suministrar armamento a Ucrania no limitándose sólo a las expresiones de solidaridad y al envío de material de carácter humanitario.


El suministro de las modernas armas pesadas por parte de Estados Unidos y sus aliados europeos es un indicador explícito del nivel de confianza entre Ucrania y la OTAN por un lado y la evaluación de las capacidades de las Fuerzas Armadas de Ucrania por otro. Sin adherirse formalmente a la Alianza Atlántica, en muchos sentidos -en particular en lo que se refiere a la transición a los estándares y el armamento- Ucrania pudo lograr la compatibilidad y la «integración de facto» en la Alianza Atlántica.


Esta situación también es reflejo del hecho que los políticos europeos en algunos casos, especialmente cuando se trata de la ruptura de paradigmas habituales, no están a la altura de la opinión pública.


En general, la historia de continente europeo contemporánea está repleta de ejemplos cuando las élites políticas reaccionan con una asombrosa lentitud en situaciones que evolucionan dinámicamente y las decisiones que toman no alcanzan las demandas públicas y tampoco responden adecuadamente a los desafíos de hoy.


El Consejo Europeo que a finales de junio va a considerar si otorgar a Ucrania el estatus del país candidato a la adhesión a la Unión Europea nos demostrará si la clase política europea ha aprendido las lecciones del pasado reciente o, subestimando la importancia de este paso y siguiendo la inercia habitual, nos dará otro ejemplo de políticas erróneas y resoluciones tardías.


El visto bueno requiere unanimidad de los Estados miembros, adoptada previa consulta con el Parlamento Europeo y la Comisión Europea.


Aunque en juego está no sólo el futuro de Ucrania sino también el del continente Europa, parece que no faltan los escépticos.


No todos tienen tan claro que la guerra contra Ucrania y el resto de Europa continuará mientras la clase política y militar rusa crea que Ucrania no tiene perspectivas europeas. Otorgarle a Ucrania el estatus de candidato a la adhesión a la UE sería un paso político clave, además de armas y sanciones, que haría que el señor del Kremlin reflexionara sobre el sentido de continuar con esta agresión.


Además de las consideraciones de carácter estratégico y militar, hay toda una serie de argumentos que los gobernantes europeos deben tomar nota.


En primer lugar, la opinión pública en la UE ahora es claramente favorable a la adhesión de Ucrania a la UE. Al respecto, el estado de ánimo del pueblo ucraniano está en sintonía completa con las emociones predominantes en Europa.


La idea de la integración europea tiene la mayor demanda en la sociedad ucranianaalcanzando el apoyo del 91% de la población, la cifra más alta en la historia de la Ucrania independiente.


El apoyo público a las aspiraciones europeas de Ucrania en la UE también se encuentra en un nivel récord.Hoy, el 71 % de los ciudadanos de la UE consideran a Ucrania parte de la familia europea y el 66% comparte la opinión de que Ucrania debería convertirse en un miembro de la UE.


La inmensa mayoría de los españoles, como demuestra el barómetro del CIS de marzo, apoya la candidatura de Ucrania a la adhesión. Casi el 85% de los encuestados se mostró a favor que se le concediese a Ucrania la oportunidad de entrar a la Unión.


A la espera del dictamen de la Comisión Europea y la Cumbre de los jefes de Estado y Gobierno de la UE a finales de junio sobre la cuestión de otorgar a Ucrania el estatus del país candidato, la clase política española dejó de lado las diferencias y olvidó su fragmentación habitual para demostrar una unidad sin precedentes en apoyo a las aspiraciones europeas de Ucrania. Al menos este estado de ánimo de las fuerzas políticas con la representación parlamentaria quedó plasmado en los resultados de la votación en el Congreso de los Diputados de España el pasado 26 de mayo sobre los «puntos ucranianos».


Cuando se trata de procedimientos democráticos es muy importante para los gobernantes hacer caso a la voluntad popular y los hechos tan elocuentes.


Además, uno debe ser sincero y reconocer abiertamente que la adhesión de Ucrania a la UE no está en la agenda en este mismo momento. Para alcanzarla, Ucrania necesitará recorrer un arduo camino en la implementación de la legislación comunitaria y reformas fundamentales, así como completar las negociaciones con todos los países miembros, que no prometen ser nada fáciles. Tampoco los procedimientos de la UE prevén alguna «vía rápida» para Ucrania, de adhesión acelerada. Somos conscientes de que dependerá exclusivamente de Ucrania cómo de rápido seremos capaces de recorrer este camino de reformas y transformaciones para cumplir con los requisitos establecidos.


Esto significa, nada menos, que antes de que se tome la decisión de abrir las negociaciones con Ucrania ésta primero debe ser reconocida como candidato a la adhesión. Sólo una vez completados estos pasos, se llevarán a cabo las negociaciones sobre 35 capítulos en materia de las políticas que pondrán nuestra legislación nacional y su aplicación de conformidad con las normas y prácticas comunitarias, siendo las siguientes etapas, la firma del Tratado de Adhesión, su ratificación y, finalmente, su entrada en vigor.


Ucrania ya cumple con los requisitos y criterios básicos necesarios para su reconocimiento como candidato. Nuestro país lo merece. No esperamos ningún trato privilegiado o preferencias por parte de la UE.


La integración europea de Ucrania no comenzó con la entrega de la solicitud de ingreso en la UE en febrero pasado. Desde hace más de 20 años Ucrania está adoptando su legislación a la comunitaria en virtud del Acuerdo de Asociación y Cooperación, y luego en cumplimiento del Plan de Acción UE-Ucrania en el marco de la Política Europea de Vecindad.


La integración europea de Ucrania aceleró sustancialmente tras alcanzar los criterios del régimen libre de visados y avanzar en el cumplimiento del Acuerdo de Asociación firmado en 2014. En los últimos ocho años, Ucrania se ha esforzado mucho para cumplir los criterios de Copenhague para la adhesión a la UE.


Cualquier decisión que aplace artificialmente este paso, resultaría perjudicial tanto para Ucrania como para la UE. La idea de ofrecer a Ucrania algún sustituto provisional como «candidato potencial» es sumamente nociva y debe ser descartada rotundamente. Una decisión de esta especie sólo retrasaría las reformas posguerra en Ucrania, socavaría la democracia en otros países, aumentaría la carga del presupuesto de la UE y alimentaría una nueva inestabilidad en el continente.


Algunos gobernantes en la UE se inquietan por que el reconocimiento a Ucrania como candidato a la adhesión repercuta negativamente a los Balcanes Occidentales y ralentice su integración europea.


Sin embargo, desde mi punto de vista, el enfoque debe ser individualizado en función de los méritos de cada país.


El cumplimiento de los criterios de Copenhague por parte de Ucrania es comparable con aquellos países en los Balcanes Occidentales que ya fueron reconocidos como candidatos. A propósito, ésta es la conclusión del Centro de Estudios Políticos Europeos de Bruselas (CEPS).


En los Balcanes Occidentales el estatus del país candidato a la adhesión fue concedido a Macedonia del Norte en 2005, Montenegro en 2010, Serbia en 2012 y Albania en 2014.


A la fecha de presentar Kyiv su solicitud a entrar la UE, Ucrania alcanzó la integración con la Unión más profunda que cualquier otro país que ya goza del estatus de candidato.


El Gobierno de Ucrania en sólo un mes logró responder al cuestionario de la UE.La velocidad con que Ucrania preparó y entregó sus respuestas sorprendió a muchos en Europa demostrando que, a pesar de la guerra a gran escala, las instituciones del Estado ucraniano seguían operando con estabilidad. Además, tal diligencia se debía en gran medida al trabajo previo realizado en materia de la integración europea.Después de todo, gracias a años de ensayos preliminares, logramos incluso sincronizar con la red eléctrica europea ENTSO-E durante la guerra.


Ejemplos de este tipo hay de sobra ya que el Tratado de Asociación entre Ucrania y la UE tiene una profundidad y ramificaciones sin precedentes. Este documento prevé un grado aún mayor de armonización legislativa e integración en el mercado común de la UE que los correspondientes Acuerdos de Estabilización y Asociación en los Balcanes Occidentales.


Como ya ha sido mencionado, Ucrania ha estado implementando el Acuerdo de Asociación durante más de ocho años y está integrada de facto con la UE en muchas áreas, empezando por el sector energético y hasta la política exterior.


La misma UE en sus informes anuales repetidamente ha reconocido «el progreso en el camino de las reformas» de Ucrania.


Otro argumento que sustenta el reconocimiento a Ucrania como país candidato es que tal estatus y el mismo proceso de adhesión a la UE es el mejor marco para reconstruir el país después de la guerra.


Al fin y al cabo, Ucrania y la UE tendremos que (re)construir juntos un país nuevo, mejor y más europeo de lo que era antes del 24 de febrero. Con todo esto en mente, las inversiones de la UE en esta reconstrucción resultarán más eficaces si éstas se promueven a base de los estándares europeos y con el compromiso de la UE, con la participación de las empresas europeas.


La única alternativa a decir «sí» a la candidatura de Ucrania, incluso disimulada en cualquier fórmula de carácter «transitorio» (o «provisional»), enviará una señal clara a la sociedad ucraniana de que la UE lo ve como un Estado de segunda, a pesar de todas las declaraciones oficiales y en contra de la opinión pública predominante en la UE.


De cara a tal decisión injusta, los euroescépticos se verían robustecidos, así como lo serían aquellos grupos de intereses en Ucrania que se oponen a las reformas estructurales, mientras los reformadores en el gobierno, en el Parlamento y en la sociedad europeísta en su conjunto quedaría deprimida y debilitada.


Tal paso resonaría también en otros países, especialmente en los Balcanes Occidentales, perjudicando a sus fuerzas europeístas. Sería difícil propagar un provenir europeo en una sociedad cuando a su lado un estado como Ucrania, que cumple obviamente con los requisitos para ser reconocido como candidato, lo tiene denegado. En Belgrado, Sarajevo o Skopje los euroescépticos recobrarían fuerza y peso político mientras que cualesquiera esperanzas geopolíticas en las capitales europeas de que Rusia se democratice se quedarían en el olvido.


Las trabas surgirían asimismo a nivel del uso eficiente de los fondos europeos destinados a la reconstrucción de postguerra de Ucrania. Los inversores europeos ven el reconocimiento a Ucrania como país candidato como el visto bueno para entrar con sus capitales en este mercado, el paso que reduciría la carga sobre el presupuesto comunitario y daría un impulso tanto a la economía ucraniana como a la europea.


La falta de determinación por parte de la UE de asumir el reto de reconocer a Ucrania como estado candidato a la adhesión facilitaría a la Rusia de Putin a conseguir su meta clave que es aprovechar esta incertidumbre para capitalizar la desconfianza hacia Occidente, frenar la democratización de la región y preservar la inestabilidad.


En cambio, los jefes de Estado y de Gobierno de la UE en su Cumbre a finales de junio pueden escoger el camino que beneficiará a todos. El reconocimiento a Ucrania como país miembro acompañado con la delineación de requisitos ambiciosos para conseguir una mayor adhesión serviría de una herramienta poderosa para reformar Ucrania, permitirá reforzar el ánimo europeísta y prevenir la depresión social en el continente, así como consolidar el papel de la Unión Europea como una fortaleza a escala global.


Serhii Pohoreltsev es embajador de Ucrania en España


Toca elegir el lado
EDITORIAL. https://gaceta.es/. 18 Junio 2022

Todos los que ya peinamos canas, incluidos los que se las tintan porque no quieren ver la realidad, no reconocemos a España. No ya la que vivimos, sino la que leímos en los libros de Historia. La heroica nación que antes se amotinaba por el precio de las patatas, la mala calidad del pan o por la largura de las capas, hace tiempo que duerme una larga siesta de principios mientras asiste, con la mirada indiferente de una sumisa vaca de prao, al paso de un tren de mercancías ideológicas averiadas y facturas sangrantes.


De vez en cuando, muy de tarde en tarde, cuando logramos vencer el abotargamiento que nos produce el arrullo de la nana que nos cantan los medios de comunicación al servicio del poder, acertamos a abrir los ojos y vemos a España como está y como la han dejado. Fracturada, malherida, estanflacionada, corrupta, chiringuitera y sin identidad. Vemos los campos vaciados, las industrias claves deslocalizadas, las estructuras vitales que fracasan a la primera emergencia y la calidad de la educación en mínimos. Pero eso sí, mínimos inclusivos, sostenibles, subvencionados y ecofeministas para que tengan un aprobado general los niños que ya apenas nacen y que, cuando los dejan nacer, vienen al mundo con un pan sin sal y una deuda externa debajo del brazo.


Hace tres años y medio, una pequeña parte de la heroica y sesteante nación despertó. Cientos de miles de andaluces supieron cuánto hay de verdad en aquello que decía Spengler de que a la civilización siempre la salva un pelotón de soldados y confiaron sus votos a un pequeño partido con nombre de marca de altavoces que, no mucho antes, apenas tenía de tribuna una caja y un banco como si fueran oradores aficionados del Speaker’s Corner de Hyde Park…


Hace tres años y medio, Vox era aquel pequeño pelotón de soldados spenglerianos y los votos de aquellos 395.978 andaluces fueron los que despertaron una reacción que hoy ha consolidado al partido de Santiago Abascal como la tercera fuerza nacional y subiendo. Siempre subiendo hasta disputar la victoria con el PSOE y el PP; las dos fuerzas hegemónicas del bipartidismo que son los conductores del tren de mercancías averiadas que todavía, pero cada vez menos, los españoles ven pasar con la mirada profunda y lánguida de una vaca.


Este domingo vuelve a haber elecciones en Andalucía y sólo hay dos alternativas. O pacer indiferentes votando a todos los que nos prometieron el cambio para que nada cambiara (salvo sus nóminas y las de sus cónyuges), o votar a Vox para que ese pelotón de soldados salve el campo, la educación, la caza, la industria estratégica, la cultura, la soberanía, las tradiciones y la identidad, y acabe con todo lo que es inútil, archidemostradamente inútil, para el futuro de Andalucía.


En La Gaceta de la Iberosfera, como hemos hecho en todas las elecciones que se han celebrado en todos los territorios de la Hispanidad, apelamos a la responsabilidad individual. Es decisión personal y ojalá que intransferible de cada andaluz elegir en qué lado de la Historia desea estar. Si donde están los que pelean, con principios y valores nacionales, la prosperidad y la identidad de la Andalucía cristiana y española en todas sus provincias, o de los que prefieren pasar el día durmiendo el sueño del bipartidismo multicultural pa’ encontrar la felicidad.


Razones y votos pa asá una vaca

JAVIER SOMALO. libertad digital. 18 Junio 2022

PP y Vox deberían complementarse donde, en contra del sentir de los votantes, parece que quisieran destruirse.


Adriana Lastra podría ser una oración simple pero es el nombre de la vicesecretaria general del PSOE. Pide alertas antifascistas si las cosas, como parece, se le hunden. Por más que azucen el miedo a sus fantasmas huele a derrota en Andalucía. Guardemos arengas como esta por si hubiera que deducir testimonio:


Hace cuatro años, cuando se supo el resultado electoral, hubo una convulsión en Andalucía. Yo recordaba ayer en otro acto, cómo a mí me emocionaba ver a las mujeres por cientos salir a las calles de Andalucía a decirle a la derecha que no iban a permitir ni un paso atrás. ¿Sabéis lo que tenemos que hacer para que eso no vuelva a suceder? Votar en masa al Partido Socialista Obrero Español. ¡Eso, eso, para no tener que salir el lunes, salimos el domingo a votar!


Y Teresa Rodríguez dice que Vox son "los señoritos de siempre: tu jefe, tu casero, el cura reaccionario". ¿Será de Vox el jefe de Teresa? El casero será okupa, eso seguro. El cura reaccionario suena más a izquierda pero se refiere Teresa, más bien, al cura de Paracuellos, al fusilado. En todo caso se lo dice a los de Olona pero también al partido de donde ella salió, que en esto no se esconde la gaditana y ya se lo soltó a Irene Montero: "Todo el mundo sabe que no estoy en política por el dinero porque yo sí tengo un curro al que volver y la política no me cambió de barrio". Será por falta de señoritos en la izquierda…


¡Con lo bien que se robaba antes!

Como Pedro Sánchez guioniza sus encuentros casuales con Obama —telonero del inasequible Biden— en un photocall y como Felipe González prefiere no hacer campañas ajenas, el PSOE reservó el mitin del jueves para Mi Príncipe Zapatero, el único capaz de sacar a Griñán y Chaves como ejemplo de "personas honestas" por las que hay que sentir "orgullo". El orgullo del primero es de seis años de cárcel y 15 de inhabilitación por malversación y prevaricación. El orgullo del segundo es algo menor, nueve años de inhabilitación por prevaricación.


Los orgullos están condenados por la Audiencia de Sevilla y pendientes de resolución de recurso en el Supremo, sí, pero ¿y si fueran del PP? Ay, entonces… Pues eso, en el PSBRE están orgullosos del delito que les ha dado 37 años de gloria, subvenciones, dádivas, enchufes, chiringuitos, robos, putas y coca. Acuérdense: "Pa asá una vaca". Sólo Zapatero podía traer al pasillo de la fama a los hermanos Dalton y quedarse tan pancho.


Pero si ya no reparten, pues no les votan. Así que Espadas se queda sin despacho representando la Andalucía dormida, subvencionada, corrupta, de mano larga. La Andalucía de los auténticos señoritos de Teresa, sean jefes, caseros o curas reaccionarios, socialistas todos. Hoy, porque ya se han ido, Andalucía no es así. Un año más después de esos 37 años la habría hundido en la más profunda sima de miseria e indignidad. El orgullo salió muy caro.


Por esa razón —presidente Moreno— el PSOE no debe acercarse a San Telmo en otros tantos años como los que estuvo en el poder. Jamás devolverán lo robado así que, al menos, que estén lejos de la caja.


Es evidente, porque insiste en decirlo, que a Juanma Moreno le resulta difícil congeniar con Vox para gobernar, pero sería un error preferir al PSOE, razón de todos y cada uno de los males de los andaluces, y de los de media España, o repetir elecciones para hartar a los votantes, que también son ciudadanos. Si va a estar más cómodo con los del orgullo, los que robaron unos 700 millones de euros a costa de parados y despedidos que con los que no lo han hecho… no es buena señal para nadie. Moreno quiere probar, saber si se vuelve a avistar tierra de mayorías absolutas y si el primer paraíso podría ser Andalucía. A punto estuvo Madrid, con lo que es Ayuso. No se cose tan fácilmente ese roto del que no tiene culpa una base social intacta o incluso creciente frente a la izquierda.


Igualmente creo que Macarena Olona, que está incómoda con el PP y también lo admite, llegado el caso no debería reclamar una consejería y hasta la vicepresidencia por el mero hecho de favorecer un gobierno de Moreno aunque sea solo con un escaño, como han manifestado reiteradamente. Es una exigencia de poder y eso se puede (y se debe) hacer cuando se tiene mucho que ofrecer. Se entiende que Vox quiera poner esta vez la contrapartida: no apoyar sin estar, no abrir la puerta para dormir al raso. Y tampoco les falta razón aunque a veces estiren la crítica hasta donde se la merece más la izquierda a la que deben desalojar.


Lo de siempre: deberían complementarse donde, en contra del sentir de los votantes, parece que quisieran destruirse. Es un hecho incontestable que Andalucía está mejor ahora que en manos socialistas y podría seguir siendo así. Luego cada uno quiere pintar su propio azulejo, claro, pero la buena gestión no debería crear enemistades que lleguen al punto del bloqueo: el político ha de servir al ciudadano y sufrir de vez en cuando por él.


Un inciso obligado por la actualidad: ya que Adriana Lastra (nombre propio, no sujeto y verbo) desentierra las alertas antifa de Iglesias y llama al domingo pero sólo como víspera del lunes, recordemos otras alertas posibles para este u otro fin de semana cualquiera.


¿Dónde está la alerta feminista tras la imputación de Mónica Oltra, pata de Ximo Puig en el gobierno de la Generalidad valenciana? Hagamos lo de siempre: trasladar el escándalo a un matrimonio del PP o de Vox: él, condenado por abusar de una menor tutelada en un centro de acogida donde era educador; ella, vicepresidenta de un gobierno autonómico, investigada por encubrirle. ¿Para protegerle? Ni eso. Para que el escándalo del marido no perjudicara a su carrera política. Hoy no habría calles en España para albergar tanta manifestación contra el fascismo heteropatriarcal machista.


Pero nada, silencio. Oltra no se va ni la echan. Y además culpa a la "extrema derecha" y, no contenta con eso, se atreve a mucho más: "Cualquier comparación con el comportamiento corrupto del PP es odiosa". Ya ni siquiera tienen medida de la vergüenza.


Volviendo a Andalucía, que en realidad todo termina siendo lo mismo, el domingo parece que refrescará y que se puede quedar un día extraordinario para votar contra el orgullo de la corrupción, contra los que fueron señoritos de los ERE y jefes de los cursos de formación. Todo apunta a que perderán escandalosamente pero las encuestas son humo si no se vota el domingo. Ellos ya se preparan, como augura Lastra, para el lunes.


No cambian. Como en 1931, como en 1934, como en 1936. Como siempre. Es ponerles a votar y encuentran mil atajos.


Destruirse

Nota del Editor. 18 Junio 2022


Efectivamente, el pp tiene que terminar de destruirse, y de paso abandonar su bilis contra Vox y España, la de los millones de españoles traicionados.


Un cambio de ciclo político

AMANDO DE MIGUEL. libertad digital. 18 Junio 2022

En la campaña andaluza, los voxeros pregonan un "cambio real". El adjetivo no es ocioso. El ambiente ideológico que predomina en Andalucía y en el conjunto de España es el de un vago progresismo, que ni siquiera el PP parece superar allí donde tiene oportunidad para hacerlo. Eso hace que la alternativa pepera no se haya atrevido a proponer sustanciales mejoras para transformar con inteligencia el código establecido de creencias. Me refiero a la memoria histórica, el cambio climático, la perspectiva de género y demás macanas de la izquierda hegemónica. Precisamente, en Andalucía se ha empezado a romper el maleficio que anuncia una modificación sustantiva del paradigma político. De ese territorio provino la Constitución de 1812, la Restauración canovista de 1876 y hasta la socialdemocracia felipista de 1982. Es la Andalucía innovadora.


Más que el oxímoron del "cambio real", yo veo ahora una auténtica modificación del ciclo político para toda España y me atrevo a suponer que para el resto de los países occidentales. La apoya el deseo de sobrepasar la situación de hecatombe económica en la que nos hemos metido de hoz y coz. Es patente que el Gobierno socialista (ahora, degenerado con la mezcolanza de separatistas y comunistas de la peor especie) se siente ayuno de ideas para superar el marasmo de la producción. La pertinaz subida de los precios no se logra contener con el círculo vicioso de más ayudas públicas y más impuestos. No puede ampliarse la ominosa carga de la deuda pública. No parece decente que el Gobierno de España reciba el apoyo de algunos políticos que no se consideran españoles. Una prueba mínima de tal anomalía es que en Cataluña no sea posible que la enseñanza obligatoria se pueda dar en el idioma común de los españoles. Ni siquiera se acepta ya la vergonzosa concesión de que los docentes impartan el 25% de las materias en castellano.


La idea de ciclo corresponde a una interpretación natural de la realidad histórica. Se contrapone a la imagen que dibuja el progreso rectilíneo, el desarrollo acumulado de la economía. Los ciclos dibujan una secuencia temporal con subidas y bajadas en todos los campos de observación. Digamos que la trayectoria cíclica es más realista. Es algo que se percibe en la evolución de la coyuntura económica, en la sucesión de las modas culturales, en el auge y declinar de los imperios, de las empresas. Se aplica, igualmente, a la vida de muchas instituciones; también, de las políticas. Las elecciones son una oportunidad mínima para alterar las cosas con una moderada aplicación del sentido común.


El cambio político que se avecina es de una escala colosal. España no debe subordinarse a los intereses expansionistas de Marruecos o a la ideología que impide la explotación de los yacimientos minerales. Habría que revisar el empecinamiento en basar la economía en el turismo, una actividad para la que abundan las ofertas en todo el mundo. Alguna vez nos hemos de percatar de la decadencia de la enseñanza, con las malhadadas leyes de educación, a cuál peor, que se han ido sucediendo en la etapa democrática. Todas esas desventuras son la consecuencia de un largo ciclo de hegemonía ideológica (no solo gubernamental) de la izquierda. Hora es ya de dar la vuelta a la tortilla para que no se pase.


Las elecciones andaluzas son la piedra de toque de las posibilidades de cambio de ciclo para el conjunto de España. Tampoco vayamos a creer que Andalucía se ha convertido en "la locomotora del desarrollo español", como aseguran sus gobernantes. Es un comprensible exceso de triunfalismo, como exige la retórica de la campaña electoral. La locomotora de alta velocidad corresponde, más bien, a Madrid, por primera vez en la historia. Pero el tren arrastra muchos vagones, aunque de momento el transporte parezca poco rentable.


El cambio de ciclo solo será seguro si se renueva la clase política de una forma sustancial. No basta con que sea honrada. Hay que añadir formación, competencia y capacidad de esfuerzo con dosis desconocidas. Lo que significa que muchos dirigentes políticos actuales tendrán que marcharse a su casa, si es que sus familiares se lo aguantan. Se impone una renovación de los partidos políticos, renunciando al maná del dinero público para sostener sus costosas organizaciones.


El cambio de ciclo político exige una valiente reposición de los que mandan en todos los órdenes de la vida nacional. La sensación que hoy producen es la de auténticas mediocridades, salvo raras excepciones.


Tralalá

Rafael L. Bardají. https://gaceta.es/. 18 Junio 2022


Decía el otro día Juanma Moreno que Vox no puede gobernar porque sus miembros carecen de experiencia y cualificación. Lo dice el que era un cadáver político en 2018, enfrentado a Casado, y que resucitó gracias a la responsabilidad de los 12 diputados autonómicos de Vox que le permitieron con generosidad sacar su candidatura como presidente regional adelante.


Pero no solo Moreno Bonilla debería ser un poco más prudente en sus afirmaciones/ataques. Que sepamos, él es diplomado en Protocolo, grado que, además, muchos dicen que le regalaron. Mientras, Macarena Olona, su rival en Vox, es abogado del Estado, uno de los cuerpos de la Administración de mayor prestigio, y ha ejercido su profesión con dignidad incluso después de que Rajoy la quitara como jefe de la Abogacía del Estado en el País Vasco en pago al PNV. Si se les exigiese a todos los candidatos experiencia previa en lo público, estaríamos afianzado un mandarinato. Otra cosa bien distinta es que se lex requiriera experiencia laboral y una cierta edad a fin de garantizar algo tan simple pero sensato como no depender de un salario del Estado y un mínimo de vivencias en lo personal, que hay muchos cargos públicos que no han sido nada antes y que no saben ser nada más en la vida.


Por desgracia, en España se ha decidido que vamos a contar mentiras, una tras otra, sin parar y que el español es un pueblo dispuesto a tragarse cualquier cosa sin reaccionar. Ya lo dijo Goebbels: “Repite una mentira con frecuencia y se convierte en verdad”. Y no quiero insinuar que Moreno Bonilla sea un heredero de Goebbels, que no lo es. Pero sí que forma parte de un entramado político, el del bipartidismo PP/PSOE, instalado en la mentira como pieza para conservar el poder.


Pero hay más, por desgracia. A la vieja política se le ha venido a sumar el asalto de la nueva izquierda, basado en gran medida en la manipulación lingüística como método de control. Por ejemplo, ahora que estanos en plena ola de calor, porque calor hace, se nos presenta el cambio climático como un apocalipsis cercano que hay que evitar con todo tipo de sacrificios personales, desde pagar la gasolina a 5 euros o el kilo de ternera a 50, no viajar, pagar el consumo de electricidad a precio de caviar y otras muchas lindezas. Esto es, que la lucha contra el cambio climático la paguemos las clases medias y bajas, porque a los ricos la inflación apenas les afecta.


De eso va la cacareada Agenda 2030. Y con todo desparpajo, la alcaldesa Colau vende que en Barcelona se han creado “refugios climáticos” para que los más desfavorecidos puedan lidiar con la caló. Y lo ilustra con un paseo por un parque de los de toda la vida, que estaba ahí antes de que ella se quitara el disfraz de abeja Maya y que, con suerte, seguirá ahí cuando los barceloneses le den puerta. Pero eso es lo que hacen los políticos actuales: renombrar y crear nuevas categorías mentales, no actuar. Salvo en la recaudación de impuestos y en el reparto de prebendas a sus amiguetes.


La política no busca ya el bien común, sino castigar a los adversarios y premiar a los propios (quien crea en el alarmismo medioambiental, que recurra a la hemeroteca. En 2001, los expertos aseguraban que La Manga y buena parte del litoral español estaría hoy sumergido… que es lo mismo que se dice ahora para dentro de otros 20 años; o lea el periódico Hoy de Badajoz y cuente cuántos veranos por encima de los 42 grados se han vivido en las últimas seis décadas.


No es asunto de risa, ni aislado. Hay una ofensiva contra todos nuestros valores que usa el clima, la raza y el sexo para acabar con nuestra forma de vida, con la familia, la convivencia y todo cuanto se arrastra desde la tradición judeo-cristiana, el humanismo del renacimiento y la igualdad y libertad de la Ilustración. Esto es, un asalto a nuestra educación, historia, valores y, para quien crea, la religión cristiana. Porque no nos engañemos, esta guerra cultural se lucha no en nombre del secularismo, sino contra nuestras raíces. El islam ni tocarlo.


Dice Daniel Pipes, famoso experto en islamismo, que Vox es un partido civilizacional, porque lo que defiende es la civilización occidental frente a quienes quieren acabar con ella. Y yo estoy básicamente de acuerdo. Es un partido del que se espera venga a cambiar las cosas y no sumarse a las componendas. El bipartidismo al que tanto se apega el PP ha sido la mayor causa de corrupción económica, perversión moral e inversión de las instituciones e ideales democráticos en nuestra historia reciente. Y hay que acabar con él, aunque sea a cachitos.


Por eso no hay que extrañarse de que sea esta una lucha sólo de Vox y de todos contra Vox. No hay más que ver las encuestas de todo tipo que se han ido haciendo públicas en estos días: todas coincidían en apuntalar el voto al PP, porque menos PP era más Vox, lo inadmisible. De ahí que si Vox logra el resultado que se espera, entrará a la fuerza en el Gobierno, si es que el PP y PSOE no se entienden. Y estoy seguro de que a nivel regional acabarían por entenderse, pero las repercusiones para las elecciones generales serían muy negativas para ambos partidos y lo que ellos querrían no parece realizable.


Vox es la única fuerza que puede aspirar a limpiar España y regenerar nuestra vida. Basta ya de contar mentiras.


La indecente decrepitud moral de la izquierda

OKDIARIO. 18 Junio 2022


El retrato de esta izquierda en la que el socialismo y el populismo se retroalimentan constituye un ejemplo del grado de ignominia y miseria ética que ha alcanzado el socialcomunismo español. El «caso Oltra» es la expresión más vigorosa la degradación de la política y de la perversión de los valores democráticos. La quintaesencia de la corrupción moral de una izquierda hipócrita, capaz de apoyar a una imputada por encubrir un delito de abuso sexual con el cínico argumento de que su situación procesal responde a una «persecución de la extrema derecha». Todas sus impostadas proclamas se desmoronan al comprobar la repugnante defensa que esta izquierda que presume de feminismo está haciendo de una política que ha llevado la indecencia a su grado más alto.


El socialcomunismo se quita la careta y se envilece en una patética exhibición de grimoso sectarismo. El «caso Oltra» no es un hecho aislado, porque estos días hemos asistido a la insólita defensa que el PSOE ha hecho de José Antonio Griñán y Manuel Chaves, figuras clave en la trama de corrupción más grave de la historia de España, mientras la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, animaba a votar al PSOE de Andalucía «para no tener que salir el lunes a tomar las calles». Pero, ¿qué concepto de la democracia tiene quien es incapaz de animar de manera tan obscena a enfrentar las calles a las urnas?


El socialcomunismo en estado puro es eso: apoyar a una imputada por un delito de encubrimiento de abuso sexual; rendir homenaje a dos condenados en el caso de los ERE -la corrupción a granel- y animar a echarse a las calles si la izquierda pierde en las elecciones andaluzas del domingo. Todo es tan indecente, tan abyecto, tan vil que sólo cabe esperar que el pueblo español, en legítima defensa, les coloque en el lugar que se merecen: lejos, muy lejos de la vida pública.



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La Alta Inspección de Estado asegura que carece de "elementos y materiales" para fiscalizar el 25% de castellano en las aulas

GERMÁN GONZÁLEZ. Barcelona. el mundo. 18 Junio 2022


Indican que se han limitado a recibir información sobre la orden del TSJC al Departament de Educación pese a que el tribunal ordenó que este organismo del Estado verificase el cumplimiento de la medida


"Se carecen de más elementos y materiales que pudieran permitir otro conocimiento de la situación". Con esta frase, la Alta Inspección de Educación del Estado concluye su informe al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) sobre la aplicación de la sentencia que obliga a la Generalitat a cumplir un 25% mínimo de castellano en las aulas catalanas. El organismo, que recibió el encargo de los magistrados para que verificase el cumplimiento de la parte dispositiva" de la decisión judicial cuando acabó el plazo de 15 días para ejecutarlo, considera que sus funciones se limitan "a la solicitud de información y documentación" a la Generalitat y no a conocer si ya se aplica el castellano en la escuela en esta proporción.


La directora de la Alta Inspección de Educación en Cataluña, Josefa Beltran, explicó al TSJC que la Generalitat envió toda la documentación requerida sobre el cumplimiento de la sentencia, que es la misma que tiene el TSJC. Además, señala que "de conformidad con la reiterada doctrina del Tribunal Constitucional", las actividades de la Alta Inspección no están por encima de la Generalitat: "El poder de vigilancia no puede colocar a las Comunidades Autónomas en una situación de dependencia jerárquica respecto de la Administración del Estado, pues tal situación no resulta compatible con el principio de autonomía".


Por eso, el informe de la Alta Inspección del Estado se limita a trasmitir los documentos solicitados al Departament de Educación y que son "la fuente de información empleada para atender el requerimiento de ese tribunal", por lo que "se carecen de más elementos y materiales que pudieran permitir otro conocimiento de la situación y su comparación con la dispuesto en la sentencia".


De esta forma, el TSJC debe determinar si con la información conseguida la Generalitat pudo cometer una desobediencia al no aplicar el 25% de castellano en las aulas y limitarse a informar sobre el cumplimiento de un decreto ley que fija los criterios para elaborar y validar los proyectos lingüísticos de cada centro. Esta normativa garantiza, según el Govern, que "el alumnado alcance el dominio oral y escrito del catalán y el castellano al final de la enseñanza obligatoria".


Además, la administración catalana que existe una propuesta de ley en el Parlament que supuestamente daría cumplimiento a la orden del tribunal pese a que entidades a favor del bilingüismo se muestran reacias ya que no se reconoce que el catalán y el castellano, en igual proporción, como lenguas vehiculares en la escuela, tal y como sentenció el Constitucional.


La Asamblea por una Escuela Bilingüe de Cataluña (AEB) instó al Tribunal Superior de Justicia de Catalunya a que "deduzca testimonio de particulares ante la sala de lo Civil y Penal para exigir la responsabilidad penal del Consejero de Educación, Sr. González-Cambray" por presuntamente no cumplir con la orden del 25% de castellano en las escuelas. La entidad considera que hay "indicios de desobediencia y prevaricación" en la actuación del conseller.


Hablamos Español y Convivencia Cívica Catalana presentaron una denuncia contra Josep Gonzàlez-Cambray por presuntamente "desobedecer" y no aplicar la sentencia que obliga a impartir al menos un 25% de clases en castellano. El TSJC dictaminó que la magistrada Maria Eugenia Alegret debe analizar la denuncia y esperar el informe de Fiscalía antes de decidir si la admite a trámite. Lo mismo pasará con la querella de Vox contra el conseller de hace unos días interpuesta ante el TSJC por desobediencia.


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