Recortes de Prensa  Martes 26  Abril 2022

Excusas intervencionistas del Gobierno

JOSÉ MARÍA ROTELLAR. Okdiario. 26 Abril 2022


Pedro Sánchez sabe que el Gobierno hace aguas por los cuatro costados. Además de las disputas internas que mantiene la coalición en la que se sustenta, la crisis económica puede llevarse por delante su proyecto de larga estancia en La Moncloa, ya que un sinfín de perturbaciones económicas y financieras están golpeando a nuestro país.


Ante ello, ha decidido responsabilizar de todos los problemas a la guerra de Ucrania, que es cierto que los ha intensificado, pero que, en primer lugar, no ha creado los desequilibrios de nuestra economía, sino que los ha acentuado y que, sobre todo, los ha sacado a la luz. En segundo lugar, en estas circunstancias difíciles es cuando se ve si un gobernante tiene ideas, capacidad de gestión y resolución. Sánchez no sólo es que no tenga esas cualidades; es que ni siquiera ha intentado diseñar un plan que acometiese un importante conjunto de reformas estructurales y que pudiese perdurar en el tiempo sin incrementar el gasto público y estropear todavía más las cuentas públicas, con un nuevo endeudamiento.


Ahora, tras afirmar que la inflación, la ralentización económica, los problemas en los suministros de ciertos materiales -como los semiconductores- son debido a la guerra, como si antes de ella no se diesen dichos problemas, quiere imponer un intervencionismo mayor en la economía, con, además, un mayor coste, sin saber cómo se pagará.


En este sentido, el plan aprobado por el Gobierno por Decreto -cuya convalidación se debatirá este jueves en el Congreso- es un auténtico despropósito, pues va contra la libertad de empresa, prohibiendo el despido, por ejemplo; contra la propiedad, impidiendo una revalorización de los alquileres más allá del 2%; contra la libre empresa, al establecer topes en los precios de la energía; y contra la sostenibilidad de las cuentas públicas, al incrementar el gasto. Todo ello, envuelto en los fuegos de artificio de los préstamos ICO, al igual que en lo más duro de la pandemia.


Ninguna de esas medidas demagógicas solucionará el grave problema que vivimos, pues es un problema estructural y no se remedia con parches subvencionados; es más, lo agravará más, pues como seguimos viviendo en una liquidez abundante, los cuellos de botella son financiados y por eso, por dicho fenómeno monetario, la inflación se dispara, de manera que intensificar con más gasto público dichos cuellos de botella sólo cebará la presión inflacionista y hará más probable que la proyección de inflación a medio plazo se intensifique y que el BCE tenga que tomar medidas todavía más duras -con la consiguiente subida de cuotas hipotecarias, que ya se está dando por aumento del euríbor hipotecario, que disminuye también el poder adquisitivo de los ciudadanos- de las que debería empezar a implantar ya.


En su demagogia, el Gobierno se niega a bajar los impuestos, salvo el mantenimiento de la aplicación del tipo reducido de IVA a los precios de la energía, de la rebaja en el impuesto especial a la electricidad o la suspensión del impuesto de generación eléctrica, nada nuevo -productos energéticos que no es ya que tengan una doble imposición, sino que sufren una sobreimposición, porque un impuesto se grava sobre el otro-. No rebaja el margen que tiene -cinco céntimos- los hidrocarburos, ni pide a Bruselas permiso para bajarlos más o reclasificarlos al IVA reducido.


Tampoco toma la decisión, para la que no necesita autorización de Bruselas, sino una mera comunicación, de reducir el tipo impositivo del IVA general para todos los productos y servicios de dicho grupo, no sólo para los hidrocarburos, con el límite del 15% (tiene margen desde el 21%). Una vez más, incumple su palabra, esta vez dada en la Conferencia de Presidentes, y no bajará los impuestos.


Tampoco reforma el mercado energético, en el que debería apostar por la energía nuclear y por el fracking, que nos permitirían ser mucho menos dependientes y reducir la factura de la energía y, con ello, la de toda la cadena de valor, haciendo a nuestra industria más competitiva. Se niega a abandonar la cruzada absurda y extremista de la sustitución de fuentes energéticas sin tener preparadas otras y sin apostar por las fuentes de generación de energía antes citadas, en su horizonte 2030 en el que, a este paso, todos seremos mucho más pobres.


Todo lo basa en repartir subvenciones directas, con cheques ridículos para el montante en el que suben los precios: si un taxi llena su depósito con 100 euros, 57 euros se van en impuestos, mientas que le va a compensar con 300 euros una única vez. ¿Cuántas veces llena el depósito un taxista? Muchas, de las que se nutren las arcas públicas. Paralelamente, la subvención de 20 céntimos por litro es, eso, más gasto, no una bajada de impuestos, obligando, además, a las empresas petroleras a que costeen 5 céntimos de esos 20. ¿Cómo lo van a hacer? ¿Con qué precio de referencia? Lo mismo en el sector energético, con el incremento del perímetro de aplicación del bono social. ¿No sería mejor que no se incrementase el gasto y que, además, se beneficiase a todos los ciudadanos con una rebaja de dichos desmedidos impuestos? Sería lo racional y lo que menos distorsionaría la economía, sin que hubiese transferencia de rentas, además, de quienes no emplean un vehículo hacia quienes sí que lo utilizan, pero el Gobierno se niega en redondo.


En cuanto al mercado de trabajo, abocarán a muchas empresas a su quiebra al impedirles ajustar plantilla, si lo necesitan, imponiéndoles los ERTE, que son buena herramienta si la empresa puede continuar a futuro con dicha plantilla, pero no son una solución si han de hacer un ajuste para salvar el grueso de los puestos de trabajo, bajo la amenaza de obligarles a devolver las ayudas recibidas. El Ejecutivo, en lugar de resolver el problema del paro con reformas estructurales que flexibilicen el mercado de trabajo, parece que se ha dispuesto a prohibir por ley el desempleo.


En el mercado de alquiler, impone la ya mencionada limitación de revalorización del precio de los alquileres en un 2%. ¿No se da cuenta de que muchos propietarios de viviendas en alquiler la tienen como un complemento de su salario o, en muchos casos, pensión? ¿Han de sufrir ellos una pérdida de poder adquisitivo por esta intervención pública en el mercado?


En el sector empresarial, no sólo va a fijar precios máximos, sino que, además, limitará los beneficios empresariales, todo, además, trufado de nuevas medidas regulatorias para el impulso de las energías renovables que está demostrado que no tienen capacidad suficiente para proporcionar una menor dependencia energética en España.


En resumen, con la excusa de la horrible guerra, el Gobierno quiere hacernos ver que los problemas económicos sólo se derivan de la misma, cuando no es cierto, y, sobre todo, la emplea para atenazar a la economía española de un intervencionismo atroz, que nos hará más pobres, más inseguros jurídicamente, menos sostenible a la economía por sí misma, más dependientes energéticamente y que nos dejará más endeudados y con los problemas no ya sin resolver, sino acrecentados.


Estas medidas que propone el Gobierno en su Decreto no son lo que necesitan ni los ciudadanos ni las empresas, porque no son más que un inmenso parche, una excepcionalidad más que hace que, excepción tras excepción, una intervención profunda en la economía se esté convirtiendo en la tónica, ahora utilizando la guerra como excusa.


Vergüenza de Gobierno, vergüenza de PSOE

ROSA DÍEZ. Okdiario. 26 Abril 2022


Uno de los mayores éxitos del sanchismo en el proceso de demolición de la democracia ha sido conseguir que resulte impopular, incluso molesto, hablar de ETA. Sé que esto no es nuevo, que hace tiempo que nos bombardean a derecha e izquierda pidiéndonos que olvidemos “el tema”, que hace tiempo que se viene extendiendo un velo para cubrir nuestra historia más reciente mientras buscan en el pasado más remoto hechos que permitan enfrentarnos nuevamente a los españoles. Pero es el régimen del caudillo Sánchez el que de una forma planificada ha decretado que sea políticamente incorrecto hablar de ETA y/o de sus víctimas porque los protagonistas del terror y sus socios/protectores aún están entre nosotros, les podemos señalar con el dedo, les podemos exigir responsabilidades, les podemos dejar de votar. Y es que recordar la historia de terror de ETA y la asignatura pendiente que tiene con la democracia con sus víctimas nos lleva inmediatamente a cuestionar la calidad democrática del partido que sostiene a sus albaceas y que limpia desde las instituciones su historia criminal.


Los que aún tenemos vida y memoria estamos obligados a dar la voz a las víctimas, lo que inexorablemente nos lleva a señalar a quienes hoy son cómplices de la ideología criminal y terrorista que les arrebató la vida para intentar que en España no triunfara la democracia. Por eso voy a insistir en el último episodio protagonizado por el sanchismo ante las instituciones europeas que desvela la bajeza moral del gobierno de Pedro Sánchez Castejón y, particularmente, del Partido Socialista Obrero Español.


Para cualquier español de bien es una vergüenza que una comisión del Parlamento Europeo tuviera que venir a España a investigar los motivos por los que en un país de la Europa democrática hay 379 crímenes de ETA que aún no han sido juzgados. Es una vergüenza que el Parlamento Europeo haya constatado que no hay sentencias en el 44% de los crímenes cometidos por ETA, crímenes cometidos durante y contra la democracia (46 durante la dictadura, hasta 812 durante la democracia). Es una vergüenza que el Parlamento Europeo se vea obligado a señalar que el 70% de los crímenes no resueltos se perpetraron entre 1978 y 1987, un 85% de ellos en el País Vasco y Navarra. Navarra, esa comunidad en la que gobierna el sanchismo con el permiso y a las órdenes de Otegi, el terrorista.


Es una vergüenza que el PE se haya visto obligado a pedir a las autoridades del un país miembro de la UE que se modifique la legislación para que los condenados por terrorismo no puedan acceder a beneficios penitenciarios si no colaboran en la resolución de todos los atentados de los que tengan conocimiento. Es una vergüenza que hagan esa recomendación porque saben que el Gobierno de España está acercando terroristas a las cárceles vascas -para que luego el PNV los suelte- sin que los asesinos se hayan arrepentido ni mucho menos colaborado con la justicia. Es una vergüenza que en el informe elaborado por los diputados tras visitar nuestro país se constate que hasta la fecha ningún terrorista beneficiado por el Gobierno ha colaborado en el esclarecimiento de los crímenes. Es una vergüenza que se tenga que decir al Gobierno que las autoridades han de evitar el enaltecimiento público de los terroristas.


Es una vergüenza que el PE haya constatado que hay instrumentos para esclarecer los crímenes que no se están utilizando y se sienta obligado a pedir al Gobierno de España que se agoten las posibilidades interpretativas de la ley para que los crímenes de ETA no prescriban ni puedan ser amnistiados porque se consideran crímenes contra la humanidad.


La cuestión es qué va a ocurrir ahora, después de que el PSOE, ante el fracaso de su veto para evitar que se aprobara el informe, cambiara de voto entre el miércoles y el jueves. Ahora que el Parlamento Europeo ha declarado solemnemente que los crímenes cometidos por ETA son crímenes contra la humanidad, ¿va a romper Sánchez sus alianzas con los herederos de ETA? ¿Va a mantener las alianzas con quienes defienden la ideología en cuyo nombre se instauró las víctimas, va a mantener sus acuerdos con los defensores de crímenes de lesa humanidad para gobernar en Navarra y en el conjunto de España? ¿Va a seguir beneficiando a presos terroristas aunque no colaboren con la justicia para esclarecer los 379 crímenes de ETA que aún no han sido juzgados?


El sanchismo se ha llevado por delante lo mejor de la historia del partido socialista; y no es que lo lamente por ellos – al fin y al cabo Sánchez es culpable, pero los afiliados del PSOE son responsables porque le están dejando hacerlo- sino por las consecuencias que tiene para nuestra democracia. Porque aunque parezca ciencia ficción, esto no ha sido siempre así. Hubo un tiempo, no tan lejano, en el que los diputados socialistas y populares en el Parlamento Europeo trabajaban juntos para sensibilizar al conjunto de los poderes políticos y a la sociedad europea de que ETA era un drama para España y a la vez un problema de Europa. Hubo un tiempo en el que ambas formaciones políticas iban juntas en Bruselas para echarles la bronca a las autoridades de los países miembros y a la propia comisión exigiéndoles que hubiera acción común y no solo discursos de solidaridad tras cada atentado. Hubo un tiempo en el que en el marco del acuerdo por las libertades y contra el Terrorismo que se aprobó en España en diciembre de 2000, una delegación de los dos grupos parlamentarios nacionales visitaron el Parlamento Europeo y se reunieron con todos los grupos para pedir acción contra ETA. Y en ese contexto se aprobaron las decisiones marco sobre la definición común del delito del terrorismo y la orden de detención y entrega en 2001 y 2002, respectivamente.


O sea, hubo un tiempo en el que los demócratas españoles trabajábamos juntos para defender nuestras instituciones, para derrotar al terrorismo (no solo para detener a los criminales, sino también para deslegitimar su ideología y su historia de terror) y para que se hiciera justicia a las víctimas. Hubo un tiempo en el que España consiguió respeto y acción común del resto de las instituciones y países de la UE. Y entonces llegó Zapatero al Gobierno y rompió todos los consensos, incluido el pacto por las Libertades y contra el terrorismo. Y después llegó Sánchez. Y ahí se terminó de pudrir todo.


Decía Primo Levi que puesto que comprender es imposible, recordar es un deber. Recordemos; que la vergüenza que nos provoca nuestro Gobierno se convierta en resistencia ante la infamia y la traición.


De traidores y secretos oficiales

EDITORIAL. LGI. https://gaceta.es/. 26 Abril 2022

A estas alturas de la Historia, nadie podrá negar que permitir a los enemigos del Estado vivir de ese Estado, medrar en él y alcanzar puestos de poder por delegación del mismo Estado al que quieren destruir, ha servido para poco, tirando a nada. Más bien, nada. Si acaso, sólo para que una enorme parte de la población se distancie de la clase política que le ha llevado la contraria a Roma y que sí paga a traidores.


España es una nación compleja con problemas territoriales que esa misma clase política —la del bipartidismo, para más señas— no ha querido solucionar y que han ido creciendo desde hiperregionalismos de base apócrifa (Arana, Almirall, Martínez Risco, Blas Infante…) a pesadillas terroristas, golpistas, racistas y siempre nacionalistas. A lo largo de último siglo ha habido oportunidades para dar por cerrado ese problema territorial, por ejemplo con la incorporación de España a la Unión Europea. Pero en este caso, como en otros anteriores, lo que nos vendieron como solución ha pasado a ser parte esencial del problema de la tensión territorial española por la debilidad del Estado y su sumisión a poderes supranacionales que hace tiempo que decidieron que no nos ayudarían. A nada. Esta es la verdad y no es poliédrica.


También es verdad, y no poliédrica, que quizá no merecemos ayuda alguna porque el consenso que gobierna España muestra un empeño extraordinario en ayudar a su destrucción. Por ejemplo, modificando reglamentos para que los traidores al Estado, herederos de terroristas y golpistas condenados, indultados y activos, tengan acceso a la Comisión de Secretos Oficiales del Congreso de los Diputados.


En esta ocasión, y aunque los editorialistas de La Gaceta de la Iberosfera somos refractarios a las frase-citas, no creemos que haya un pensamiento más completo que la siguiente cita del presidente Ronald Reagan extraída de un discurso pronunciado el 29 de junio de 1985: «Debemos poner nuestra inteligencia y determinación a trabajar, y debemos tratar con severidad a aquellos que traicionan a nuestro país… no hay una solución rápida para este problema. Sin histeria ni acusaciones, actuemos con calma y deliberadamente juntos para proteger la libertad».


Dicho queda.


Dos cabalgan juntos

FERNANDO SÁNCHEZ DRAGÓ. https://gaceta.es/. 26 Abril 2022


Hoy incrustaré en el fuste de esta columna algunos nombres propios. Suelo evitarlos como medida cautelar para no caer en la pecaminosa tentación de que mis argumentos lo sean ad hominem.


Creo que fue hace seis o siete años, quizá alguno más, quizá alguno menos, cuando Kiko Méndez-Monasterio, gran persona, buen escritor (y editor) y excelente periodista al que conocía desde la época en la que fui tertuliano díscolo en las emisiones televisivas de El gato al agua, me propuso compartir un almuerzo con Santiago Abascal.


Acepté de inmediato. VOX era por aquel entonces un proyecto de regeneración política y moral que había saltado poco antes a la arena movediza del ruedo ibérico. Su ideario coincidía, grosso modo, con el que yo iba desgranando línea a línea en las columnas de El Lobo Feroz publicadas por el diario El Mundo. En algunas de ellas, bogando como siempre a contracorriente, me había hecho favorable eco de la formación política que estaba dando sus primeros y tímidos pasos y que da ahora zancadas de gigante en las encuestas y en las urnas.


Aquel almuerzo se celebró en el siempre hospitalario mesón de Lucio y a él, además de Kiko y de Abascal, asistió Adolfo Prego, hijo de un reputado crítico teatral con el que yo había mantenido respetuosa relación de alevín de escritor en mis años mozos y ex magistrado del Tribunal Supremo. La conversación fue larga, intensa, enérgica, eléctrica, divertida, emotiva, impulsiva, ilustrada y cordial. Salí de ella convencido de que acababa de conocer a un líder que se disfrazaba de político, pero que nada tenía que ver con sus supuestos congéneres, y de que el partido por él fundado y capitaneado iba a llegar tan lejos como, en efecto, ha llegado, y lo que te rondaré, porque su espectacular cabalgata está aún en los primeros tramos y acaba de saltar en Castilla y León la primeras valla de un recorrido cuya meta natural y, a mi juicio, inevitable es la Moncloa. La segunda valla, que ya se acerca, está en Andalucía.


A partir de aquel almuerzo, al que siguieron otros, cambió el rumbo de mis columnas, en las que dejé de hablar de «Vox sin voto» para hacerlo de «Vox con voto», e intenté persuadir a mis amigos, que mayormente eran de mi cuerda y votaban al PP, nunca al PSOE y menos aún a Podemos ni a los separatistas, de que más les valdría apostar por el único partido español que no está inmerso en la mugre socialdemócrata, que planta cara a los delirios de la progresía Woke y que entiende la patria, a la manera de Ortega, como un proyecto sugestivo de vida en común.


Grande fue, sin embargo, mi sorpresa, no exenta de cierta decepción, al comprobar que todos aquellos amigos (Federico Jiménez Losantos, Luis Herrero, Luis Alberto de Cuenca, Fernando Rodríguez Lafuente, Luis Racionero, que ya no puede rectificar, et alii) e incluso quien a la sazón era mi novia ‒Anna Grau‒ se pitorreaban de mí, pese al paralelismo de nuestros respectivos idearios y preferencias, decían que si me había vuelto loco y sostenían que VOX nunca llegaría más allá de la punta de la nariz de su jefe de filas. Hoy, casi todos ellos, si no todos, se toman muy en serio, en público y en privado, lo que a tanta risa socarrona, vulgo cachondeo, los movía cuando yo intentaba convencerlos de que VOX llegaría más allá de la punta de la nariz del mismísimo Pinocho y de que Santi Abascal sería algún día Presidente del Gobierno.


Aquella tarde, la del día del almuerzo en Casa Lucio, sugerí a Luis Herrero, bajo cuya batuta intervenía yo en su programa vespertino de Es.Radio junto a Luis Alberto de Cuenca, José Luis Garci y Elia Rodríguez, de que los cowboys de medianoche dedicaran una de sus sabrosas tertulias a la película de John Ford Dos cabalgan juntos. Lo decía, megalómano que soy, por Santi Abascal y por mí, aunque fuera salvando todas las distancias existentes entre un escritor de a pie y un futuro jefe de gobierno.


Sobra añadir que Luis Herrero no me hizo caso, que yo sepa, y sobra también decir que todas las personas citadas siguen siendo amigas mías y yo de ellas.


Pero algo ha cambiado: ya no somos dos quienes cabalgan juntos, aunque ya entonces lo hacían Rocío Monasterio, Iván Espinosa de los Monteros, Kiko, Hermann Tertsch, Morante, Macarena… Somos millones.


Luis Herrero, para resarcirme, debería dedicar ahora un capítulo de los Cowboys de Medianoche a El nacimiento de una nación, de Griffith. Con esa película nació el cine. Con VOX no nace España, pero sí renace. No tendrá bautismo, pero sí confirmación, y tras ella no necesitará extremaunción.


Las consecuencias económicas de la guerra y la política económica de Pedro Sánchez (1)
MIKEL BUESA. libertad digital. 26 Abril 2022

A raíz de la pandemia del coronavirus, una vez pasadas las primeras oleadas del contagio, la economía mundial experimentó un trastocamiento considerable. Con el inicio de la recuperación post-covid, el comercio mundial colapsó, los precios de los fletes experimentaron alzas notorias, lo mismo que el alquiler de contenedores, la demanda de algunos bienes industriales –singularmente los semiconductores– no pudo satisfacerse y ello derivó en severas rupturas de las cadenas internacionales de suministro. A su vez, el aumento de la demanda de combustibles indujo un alza de los precios del gas natural y del petróleo, que se multiplicaron a lo largo del año 2021, con el consiguiente empobrecimiento de los países consumidores, entre ellos España, dependientes del exterior para su abastecimiento. Esto tuvo efectos indirectos sobre el precio de la electricidad, que quedó vinculado al del gas al operar el sistema marginalista europeo para su determinación; y desde ahí se fue trasladando hacia el resto de las economías, desencadenándose un proceso inflacionista que confundió a los gestores de la política económica, quienes equivocadamente lo consideraron un fenómeno transitorio y de corto plazo, sin reparar en los estragos que podría llegar a ocasionar.


Y luego vino la guerra. La invasión de Ucrania por Rusia, inadmisible para los países del eje atlántico, acentuó la configuración negativa de la coyuntura económica, no sólo por los problemas de suministro que planteó en los mercados energético, agrario e industrial –pues Rusia y Ucrania son uno de los principales suministradores de gas, hidrocarburos, cereales y metales–, sino por el paquete de sanciones que tanto Estados Unidos como Gran Bretaña y la Unión Europea se vieron impelidos a arbitrar para tratar de frenar –infructuosamente, de momento– al Gobierno ruso.


Pero la guerra no sólo realzó los problemas de suministro con su imponente reflejo inflacionista, sino que también evidenció la fragilidad del vigente modelo de relaciones económicas entre los países del mundo, basado en una globalización que se creía bien asentada sobre el derecho y los acuerdos internacionales, pero que quebró ante el empuje bélico de Rusia y el descompromiso de una China crecientemente volcada en su desarrollo interior. En la Unión Europea, este reflujo de la globalización se evidenció en la Declaración de Versalles, en la que los jefes de Estado o de Gobierno plasmaron todo un programa de cambio para el futuro inmediato, basado en una reducción de las dependencias exteriores y en un afianzamiento de las capacidades internas para dar continuidad y solidez al crecimiento económico.


El 28 de marzo, después de varias semanas de indecisión pese al acelerado deterioro económico interno, Pedro Sánchez anunció un paquete de medidas por valor de 16.000 millones de euros que al día siguiente se plasmaría en el real decreto ley 6/2022, que contenía su Plan de respuesta a las consecuencias de la guerra en Ucrania. Un plan que me propongo examinar con cierto detenimiento en esta serie de artículos y que refleja de un modo nítido tanto las rémoras ideológicas del Gobierno como su concepción sobre la situación actual de la economía española.


Ésta es, sin duda, meramente coyuntural. Para Sánchez y su Gobierno, la inflación y los problemas de suministro constituyen obstáculos en el corto plazo para una economía en pleno proceso de recuperación tras la crisis post-covid. Ello fundamentalmente porque, según se señala en el decreto, "España está entre los Estados Miembros de la Unión Europea menos expuestos a los efectos directos de la invasión de Ucrania", debido a la "diversificación de las fuentes de suministro de gas" y a la modestia de la "relación con Rusia". Y de ahí que el paquete de medidas del Plan –cuyo monto, por cierto, no es de 16.000 sino de 15.635 millones de euros, según lo publicado— se circunscriba a "limitar los costes económicos y sociales de la distorsión de naturaleza geopolítica en el precio del gas, atajar el proceso inflacionista y facilitar la adaptación de la economía a esta situación de naturaleza temporal". Subrayo este aspecto porque todo o casi todo en esta norma que se extiende sobre 160 páginas del Boletín Oficial del Estado está concebido para actuar durante uno o dos trimestres, o como mucho hasta finales de año, tal como tendremos ocasión de ver en las sucesivas entregas de mi análisis.


El cortoplacismo es manifiesto en prácticamente todo el planteamiento de las ayudas que se desgranan en el decreto y en una parte sustancial de su contenido regulador –que es mucho–. Pero, dejémoslo claro desde el principio, no en todo; y singularmente en lo referente al sector energético, donde el vuelo es de más largo alcance, eso sí, profundizando en la apuesta por las fuentes renovables –curiosamente a partir de una relajación de sus exigencias medioambientales– y descartando cualquier otra posibilidad. Y nada más allá: ninguna reforma estructural, ninguna apuesta por el desarrollo industrial interior, ninguna mención a las posibilidades que para el cambio hacia la electrificación y la transición digital ofrece la riqueza minera de España, en tanto que proveedora de los metales sobre los que sustentan sus tecnologías, ninguna adaptación al reto geopolítico que la Unión Europea ha sabido ver tempranamente en Versalles, tal como antes he señalado. El mundo de Sánchez es plano, corto de alcance y severamente sesgado por los compromisos políticos sobre los que se sustenta y de los que depende crucialmente para que a finales de abril su decreto pueda ser convalidado en el Congreso de los Diputados.


Cordón sanitario ya... ¿contra Vox?

SANTIAGO NAVAJAS. libertad digital. 26 Abril 2022


¿Qué es mejor, equivocarse con Otegi o tener razón con Santiago Abascal? O, dicho de otro modo, ¿es mejor brindar con los legatarios de ETA y los golpistas de Puigdemont o pactar con el partido de Ortega Lara?


En 1955, Raymond Aron publicó El opio de los intelectuales, una denuncia del marxismo tanto en su versión teórica como en su praxis política. El reino del Terror de Stalin estaba recientísimo y la mayor parte de los intelectuales de izquierda no sólo justificaban a Stalin sino que levantaban un cordón sanitario contra aquellos que, como Aron, Russell, Popper y Hayek, denunciaban los crímenes del comunismo. El comunismo era para los intelectuales orgánicos del marxismo el único camino legítimo para que la clase proletaria alcanzase el Paraíso prometido por Marx, por lo que no permitían ni la duda y, mucho menos, la disensión. Por supuesto que Sartre conocía los crímenes de Stalin, pero consideraba que la más mínima crítica no sería sino una manera de darle munición a los enemigos de la causa del proletariado.


Sarte, gurú, papa y dictador de la izquierda mundial, con Simone de Beauvoir haciendo de alcahueta buscándole jovencitas fascinadas por su fealdad de sapo y su verborrea de sofista, decretaba excomuniones como Robespierre sentenciaba a la guillotina. Aron y Albert Camus fueron algunos de los que tuvieron que soportar durante lustros el ostracismo impuesto por los amigos del genocidio en nombre del socialismo. El periodista Jean Daniel, uno de los corifeos que le hacían la pelota, sentenció:


Es mejor estar equivocado con Sartre que tener razón con Raymond Aron.


Volviendo a las preguntas que planteaba anteriormente, y a la luz de la abyección de Sartre y la mayor parte de la izquierda europea, cabe entender la miseria moral de socialistas como Eduardo Madina, el cual dice que desde que ETA dejó de matar han tenido una vida normal. Sabe perfectamente que no es así, del mismo modo que Sartre conocía los crímenes comunistas. Los auténticos demócratas, los herederos de Aron, siguen con el miedo provocado por el acoso y la intimidación de los nuevos aliados políticos y amigos personales de Madina, que llegó a apoyar la excarcelación del dirigente de la extrema izquierda nacionalista, sentenciado a varios años de cárcel por intentar reconstruir ETA. Pero no nos engañemos, para Madina hay que hacerle un cordón sanitario a todo aquel que se encuentre a la derecha del PSOE. También los de Ciudadanos son considerados de extrema derecha por los socialistas sectarios que justifican las agresiones contra sus dirigentes cuando van a Bilbao o Barcelona.


Lo que debería hacer el PP, en todo caso, no es no pactar con Vox sino no llegar a un solo acuerdo institucional con un PSOE que ha pasado de la superioridad moral al engreimiento liberticida de la mano de Pedro Sánchez, Carmen Calvo y Eduardo Madina.


En 1979, tras veinte años de distanciamiento, Aron y Sartre se volvieron a encontrar para pedir al presidente de la República apoyo a los vietnamitas que huían de la guerra. Aron seguía apoyando la libertad y la sociedad abierta. Sartre, sin embargo, había cambiado: ya no apoyaba al criminal comunismo estalinista. Arrepentido, había pasado a justificar al criminal comunismo maoísta. Sectario y figura hasta la sepultura, murió al año siguiente. Insiste Madina: "Hay que repetirlo. Al clavo que hay que darle tantas veces hasta que entre. Cordón sanitario ya". Esta táctica de mamporrero y propagandista es la que empleó Sartre contra Aron, Camus… Pero tomemos nota de la actitud del autor de Ensayo sobre las libertades que ofreció una mano amiga al autor de El ser y la nada que este despreció. El único cordón sanitario que cabe en una democracia liberal es contra los que emplean la violencia: contra los que agreden a Abascal en el País Vasco o a Cayetana Álvarez de Toledo en Barcelona. Por mucho que Madina mire para otro lado, silencie las agresiones y fomente el odio contra los que no son de su tribu política.


El español crece en EEUU y la comunidad hispana representa ya casi al 20% de la población del país

SEGÚN UN INFORME DE 'THE HISPANIC COUNCIL'

LGI. https://gaceta.es/. 26 Abril 2022


El español no deja de crecer en Estados Unidos. Ya son 57 millones de personas los hablantes en esta lengua, lo que le convierte en el segundo país del mundo con más hispanohablantes.


Así lo recoge el último informe del think tank The Hispanic Council, una organización que promueve las relaciones entre España y EEUU. Dedicada al análisis, la investigación y la divulgación histórica, esta institución acaba de publicar la tercera edición del informe sobre el español en EEUU.


En la actualidad, Estados Unidos es el país con el mayor número de hispanohablantes de entre todos los países en los que el español no es una lengua oficial. Son casi 42 millones de personas las que emplean el español de manera nativa. Una cifra que asciende hasta los 57 millones si tenemos en cuenta aquellos hablantes que tienen una competencia limitada del español.


De entre los más de 331 millones de habitantes contabilizados en Estados Unidos, más de 62 millones son de origen hispano, siendo la comunidad hispana el grupo minoritario con mayor peso electoral. Consecuencia de ello, el uso del español entre los representantes del Congreso y el Senado ha ido en aumento en los últimos años.


El uso del español en EE. UU.

El informe, haciéndose eco de los datos recogidos por el Instituto Cervantes, revela que el español es la lengua materna de más de 492 millones de personas en el mundo ―la segunda por número de hablantes, solo superada por el chino mandarín. La cifra de potenciales usuarios del español supera los 591 millones de personas.


El número de hispanohablantes, por tanto, representa un 7,5% de la población mundial, ya sea su uso materno, como segunda lengua o en calidad de lengua extranjera.


El Instituto Cervantes pronostica que, en el año 2060, el 27,5% de la población estadounidense será de origen hispano. Actualmente, 41,7 millones de personas dominan el español como idioma nativo en Estados Unidos. Una cifra que, sumada a los 15 millones de personas con competencias limitadas, asciende hasta casi 57 millones de hispanohablantes en todo el territorio norteamericano.


La evolución de la comunidad hispana en EE. UU.

De entre los más de 331 millones de habitantes del país, 62.080.044 de ellos son de origen hispano.En 2010, la comunidad hispana representaba un 16,3% del total de la población. En 2020, esa cifra alcanzó el 18,70%. Por lo tanto, esta comunidad ha crecido un 23% en 10 años, pasando de 50,5 millones en 2010 a 62,1 millones en 2020.


Los estados con mayor porcentaje de hispanos son Nuevo México (47,7%), California (39,4%) y Texas (39,3%). No hay un solo estado en el mapa de Estados Unidos en el que la población de origen hispano haya disminuido entre los años 2010 y 2020.


El español y la comunidad hispana en la política de EE. UU

El informe recoge el desarrollo que el uso del español ha tenido en la política estadounidense, a la que no entró hasta 1960, durante las elecciones que enfrentaron a John F. Kennedy y a Richard Nixon.


En líneas generales, el votante hispano ha preferido tradicionalmente a candidatos demócratas, pero los republicanos no han renunciado nunca a esa parte del electorado, cada vez más determinante en el país.


En las últimas elecciones presidenciales del año 2020 la cifra de votantes hispanos se situó por encima de los 32 millones de votantes. La comunidad hispana aglutinó, por tanto, el 13,3% del electorado y se consolidó como el grupo minoritario con mayor peso en la elección. Estos últimos comicios movilizaron al 60-65% del votante hispano cuando, tradicionalmente, la mitad de la población hispana no acudía a las urnas.

El uso del español en la Cámara de Representantes

La Cámara Baja del Congreso de los Estados Unidos está formada por 441 escaños. De esos 441 integrantes, 45 son de origen hispano, el 10,2% del total de los representantes.


Además, de entre los 441 representantes, 74 congresistas hacen uso del español en su comunicación digital; es decir, el 16,8% de la Cámara de Representantes: 64 de ellos pertenecen al Partido Demócrata (86,5%) y los diez restantes al Partido Republicano (13,5%).


No hay ninguna comisión de la Cámara donde no haya integrantes que hagan uso del español. 14 comisiones alcanzan el 15% de sus integrantes, siendo la de Ethics (30%), la de Energy and Commerce (24,1%) y la de Natural Resources (23,8%) las tres comisiones en las que más representantes hacen uso del español.


El uso del español en el Senado

El Senado de Estados Unidos está formado por un total de 100 senadores, dos senadores por cada estado. Del total de miembros del Senado, seis son de origen hispano: cuatro demócratas y dos republicanos. En total, el 6% de los senadores son de origen hispano.


Sin embargo, de los 100 senadores que conforman la Cámara Alta tras las elecciones presidenciales de 2020, un total de 28 senadores hacen uso del español en su comunicación digital. Es decir, un 28% del Senado.


De los 28 senadores que hacen uso del español, el 78,5% representa al Partido Demócrata y el 17,8% pertenece al Partido Republicano; el 3,7% restante lo representa un senador independiente.


Todas las comisiones cuentan con, al menos, un senador que hace uso del español. En 14 de las 24 comisiones los senadores que usan el español representan un 20% o más del total de senadores que la conforman.


El mayor truco del CNI

PABLO PLANAS. libertad digital. 26 Abril 2022

El mayor truco del diablo es hacernos creer que no existe, dijo Baudelaire. En las máquinas de café del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) se rumorea que el mayor truco de los servicios secretos españoles es hacernos creer que existen. De ser ciertas las acusaciones del independentismo sobre el supuesto espionaje masivo a sus líderes, ya se ha comentado que el CNI no habría hecho más que cumplir con sus funciones, pero hay detalles en la narración separatista que no cuadran, empezando por el inusitado crédito que se le otorga a una cosa llamada The Citizen Lab, que hasta la semana pasada era absolutamente desconocida. O sea que lo mismo podríamos estar hablando de la Fundación Homer Simpson de Springfield y el relato tendría la misma consistencia. Tampoco es una cuestión menor que uno de los investigadores del laboratorio sea un joven informático declaradamente independentista que hizo fortuna en Estados Unidos.


Como el ministro de Interior, Fernando Grande Marlaska, desmintió que la Policía Nacional o la Guardia Civil dispusieran del programa que según los separatistas han utilizado el Gobierno, el Estado o las cloacas del Estado para espiarles, las sospechas recayeron en el CNI, el Ministerio de Defensa y su titular, Margarita Robles. No hay más pruebas de ello que las afirmaciones forenses del Citizen Lab, que dice haber detectado 65 teléfonos móviles jaqueados. Y sólo con eso, golpes en el pecho, desgarramiento de camisas y alaridos de cólera y victimismo, los partidos independentistas, Unidas Podemos, el periódico El País y los diarios editados en Barcelona han logrado convencer al propio Gobierno de que el CNI ha entrado a saco en los móviles de Puigdemont, Junqueras y compañía, de modo que la única duda es si el Gobierno estaba al tanto o los espías iban a su bola, con o sin preservativo judicial.


Los balbucientes explicaciones del ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, en una humillante visita a Barcelona en domingo, no sólo son una muestra de debilidad del Gobierno, en manos de unos grupos políticos que tienen agarrado a Sánchez por el cuello, sino que prueban que el Gobierno está dispuesto a cargarse todos los principios, leyes y protocolos relativos a la seguridad nacional para dar gusto a los separatistas y que Sánchez siga en la Moncloa. Así, y para empezar a hablar, Bolaños ha dicho que la directora del CNI comparecerá en la comisión de secretos oficiales y aportará documentación. Además, el Ejecutivo está dispuesto a desclasificar documentos oficiales y aportarlos a las denuncias separatistas. ¿Qué más quieren? La cabeza de Margarita Robles, el desmantelamiento del CNI, la amnistía para que vuelva Puigdemont y los indultados ocupen sus poltronas y la convocatoria de los referéndums de autodeterminación que sean necesarios para que gane el separatismo.


Han olido la debilidad de Pedro Sánchez y saben de la flexibilidad de las convicciones presidenciales. De manera incomprensible, el autor de Manual de resistencia ha empequeñecido ante la presión del separatismo catalán y está dispuesto a poner a la directora del CNI ante la tesitura de comparecer ante personajes como Gabriel Rufián. Si la señora Paz Esteban López tiene que acabar dando explicaciones al separatismo, será el desguace de eso que llaman "la Casa" los que se las dan de enterados. Y es que pocos servicios de inteligencia habrá más infradotados que el español, una minúscula porción de ese ejército de teletubbies con perspectiva de género en el que quieren transformar las Fuerzas Armadas Españolas elementos clave en el Gobierno de Sánchez como las confluencias putinejas y los separatismos catalán y vasco.


Es sabido que lo mejor para guardar un secreto en España es contarlo en un libro. Por lo demás, la intimidad es una quimera. Lo raro es que el independentismo no haya acogido al defensa Piqué, alias Geri y El Palos, en su lista de damnificados del Pegasus, un programa informático que permite monitorizar a través del teléfono móvil las actividades y conversaciones de sus víctimas. Los independentistas dicen que han espiado por ese procedimiento a 65 de los suyos, pero que podrían ser cientos, miles, puede que millones. También dicen que sospechan que el programa se compró a una empresa israelí con autorización de ese Estado en tiempos de Mariano, pero que están convencidos de que lo ha seguido utilizando Antonio, nombre en clave de Sánchez, Pedro Sánchez. En sus disparatadas ensoñaciones, el CNI es la TIA de Mortadelo y Villarejo nada más despertar y el KGB de Putin después del primer carajillo.


El derrumbe de Pedro Sánchez es extraordinario. Agacha la testa ante el separatismo, que amenaza poco menos que con llevarle ante la Corte Penal Internacional por crímenes contra la Humanidad catalana. La flojera de Sánchez no podría entenderse ni aunque el CNI hubiera accedido a los teléfonos de los separatistas, cosa que sería grave, pero no por haber jaqueado los móviles, sino por no haberse enterado de nada que no declaren a los medios los mismos sujetos. Que Sánchez dé pábulo a las acusaciones no significa que sean ciertas. Cabe la posibilidad, pero estamos hablando de los autores de grandes éxitos del género fake tan recordados como "España nos roba", "Cataluña es una nación", "Marta Dedos Rotos" o "Cervantes era catalán y escribió El Quijote en catalán, pero le obligaron a traducirlo".


Lo único cierto hasta el momento es que muchos agentes del CNI han dado su vida por España, en Irak por ejemplo. Y, por cierto, ya es coincidencia que el independentismo avente el supuesto escándalo Pegasus cuando es un clamor que el entorno de Puigdemont pidió ayuda a Putin para debilitar a España. "Tontos útiles" del Kremlin les llaman en Estrasburgo.


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Podemos, independentistas y Putin, amenaza real a nuestro sistema de libertades

ENRIQUE NAVARRO. libertad digital. 26 Abril 2022


En junio tendrá lugar en Madrid la primera cumbre en la historia de la Alianza Atlántica en guerra. La organización nacida para preservar la libertad e impedir que Rusia atacara Europa ha cosechado en Ucrania su mayor fracaso. La OTAN no nació para defender un área geográfica, sino para impedir que la tiranía y el totalitarismo reinaran en Europa, para evitar que volvieran las tinieblas de la barbarie. Hoy, una democracia soberana, uno de los nuestros, ve cómo sus ciudades son devastadas, sus niños asesinados, sus mujeres violadas en nombre de una acción libertadora. No se puede cometer semejante ofensa a los ojos de la moral alegando la defensa de valores nobles, que son sólo excusas inertes, herramientas del totalitarismo para ganar la batalla mediática y eludir su responsabilidad ante la historia.


La reacción de la organización militar que tiene el deber de defendernos frente al totalitarismo y la corte comunista ha sido la organización de una romería a Kiev de líderes occidentales más preocupados de la fotografía que de asumir responsabilidades que como baluartes del club de la libertad les corresponde. Es una ruidosa y detallada peregrinación con escasa devoción, que debería avergonzarnos. Zelenski es como esa virgen que nos pide más acciones y menos folclore, y que ignoramos porque nosotros estamos en la fiesta, y poco más.


En Ucrania combaten los mismos elementos antagónicos que protagonizaron el siglo XX: los liberticidas frente a los libertadores; los totalitarios frente a los ciudadanos, la libertad frente a la tiranía, pero en esta decisiva contienda no puede haber líneas grises ni neutralidades interesadas; no se puede estar en tierra de nadie esperando recoger los frutos del terror, y mucho menos confraternizar con el enemigo.


Frente a la cumbre de la OTAN, el socio del gobierno y sus pilares parlamentarios abogan por la cumbre de la paz, un invento del marketing totalitario que camufla bajo amables términos sus aviesas intenciones. ¿Cuál es la cumbre de la paz que ambicionan Podemos y la cohorte totalitaria que los escolta? No merecerían que nos hiciéramos esta pregunta salvo por dos hechos que son definitivos. Estos son los que sostienen, barnizan y condicionan la labor del gobierno de todos los españoles, convirtiéndose a menudo en sus principales voceros; y en segundo lugar porque la conservación de este galimatías es el objetivo electoral del presidente Sánchez.


¿Qué significado tiene la cumbre de la OTAN que tanta inquina e indignación produce en "los brazos de Frankenstein"?


La OTAN defiende el estado de derecho frente al mundo "Hobbesiano". La supremacía de la ley sobre las personas y las acciones abusivas de los gobiernos. El derecho es nuestro seguro de vida frente al totalitarismo, frente al abuso de autoridad, y nos garantiza la justicia. Pero los "chiripitifláuticos", con todo el respeto a aquellos maravillosos personajes de mi niñez, anteponen los intereses políticos y personales al imperio de la ley. Crean de la nada derechos de soberanía, de expropiación de la propiedad privada, de censura de la libertad de expresión, en definitiva un estado de la jungla en el que la ley es modelada como instrumento de extorsión de los ciudadanos cuando no sirve a los intereses de los totalitarios. El concepto de estado de derecho de podemitas y nacionalistas está más cerca de Putin que de Kant. Darle el poder a esta legión sería como haber entregado la Revolución Francesa a Jean Paul Marat.


La OTAN defiende la democracia, es decir la libre elección de los representantes políticos, mientras que la encantadora "divine gauche" promete incendiar las calles si el pueblo no decide que sean ellos los que gobiernen; incluso amenazan con sacar del sistema por "inconstitucionales" a los partidos con los que no simpatizan, lo que no se atrevieron a hacer con Batasuna, seguramente porque estaban pensando en el futuro.


Frente a Rousseau, los podemitas y nacionalistas imponen el modelo de partido único, el suyo claro.


La OTAN defiende la libertad, los derechos humanos, el libre desarrollo de la personalidad, pero para los totalitarios que soportan al gobierno, solo tienen derechos los que opinan como ellos; los que ejercen su libertad contra el poder son una amenaza al estado y merecen su destrucción, que es exactamente lo mismo que practica Putin en Moscú, Bildu en los pueblos de Euskadi y los secesionistas en los patios de los colegios catalanes. El objetivo: la desaparición de los diferentes porque son una amenaza a sus intereses; el lenguaje que usan a su servicio: acabar con los que abusan de los humildes, defensores de los ricos, de fascistas, de sanguijuelas de los trabajadores, de promotores de la desigualdad, en definitiva sujetos que merecen su "desnazificación".


Así que no nos debe extrañar que este espectro abogue por una cumbre alternativa, porque ellos representan aquello contra lo que luchamos, son la razón por la que creamos la OTAN. No lo son porque discrepen, sino porque el fundamento de su ideología es destruir el sistema que la Alianza Atlántica representa y defiende y que tanto nos costó conseguir.


La siguiente cuestión que nos podemos hacer es ¿por qué permanecen en el gobierno? No se equivoquen, no es por el apego al coche oficial o al sueldo que tan distante estaba de sus posibilidades en el mundo real. Continúan porque ese es su trabajo. ¿Cuánto nos cuesta en impuestos, en el cercenamiento de derechos, en debilitamiento del estado cada declaración atlantista del presidente? ¿Cuánto más habríamos hecho por Ucrania de no existir esta quinta columna? Su trabajo es aguantar hasta el último día y luego seguir cultivando su agenda ya sea en el gobierno, o manejando los hilos de la oposición-insurrección que ya se encargan de predecir.


España tiene hoy en día los más graves problemas de seguridad desde que las tropas francesas perdieron en San Marcial, y no estamos para mantener en el gobierno a los que obtendrían más ventajas de una España derrotada y débil que de una fuerte y libre. La pervivencia de nuestro sistema político y de Europa dependen de la derrota de Putin en Ucrania y de sus colaboradores y recolectores en el resto del continente. Quieren convertirnos en el país de las multitudes mudas y debemos reaccionar todos los que estamos a este lado, que seguimos siendo una inmensa mayoría.


Bochorno y vergüenza

CAYETANO GONZÁLEZ. libertad digital. 26 Abril 2022

El último responsable de todos estos dislates no es otro que Pedro Sánchez Pérez-Castejón.


No se entiende muy bien el empeño de seguir llamando "Gobierno de coalición" a lo que no es ni una cosa ni otra. El espectáculo que día sí, día también da este supuesto Ejecutivo de coalición PSOE-Podemos produce no solo bochorno, sino sobre todo mucha vergüenza.


El último numerito protagonizado por la ministra Ione Belarra en un acto por la paz junto a los herederos políticos de ETA, Bildu, y a los golpistas catalanes de ERC es de los que se inscriben en ese marco del bochorno y la vergüenza. Partamos de la base de que es una desgracia democrática que un personaje como Belarra llegue a sentarse en el Consejo de Ministros. ¿No sería conveniente que una organización independiente estableciera unos mínimos de preparación y competencia para poder acceder al cargo de ministro, y evitar así el bochorno que produce ver a gente como la citada Belarra, Irene Montero o Alberto Garzón? Tres ejemplos de personas que tendrían un complicado encaje laboral en un puesto de nivel medio en cualquier empresa.


Belarra hizo un llamamiento a las movilizaciones masivas a favor del diálogo y tachó de "hipócritas" a quienes se "esconden" detrás de "proclamas" de apoyo al pueblo ucraniano cuando en realidad "defienden fuertes intereses económicos". La ministra debió rememorar sus tiempos en la universidad y procedió a la citada deposición intelectual, más propia de una asamblea estudiantil de medio pelo que de una reflexión mínimamente seria de lo que todo el mundo está viendo que está pasando en Ucrania.


Fue otra ministra del desgobierno de Sánchez, Margarita Robles, quien a las pocas horas contestó a su compañera en el Consejo de Ministros. "Ojalá la señora Belarra pueda convencer a Putin de que pare esta masacre en Ucrania", dijo la titular de Defensa con toda la razón, aunque resulte muy difícil de entender que una persona como Margarita Robles, con una consistencia política, intelectual y ética infinitamente superior a la de Ione Belarra, continúe formando parte de un Gobierno con esos compañeros de viaje.


Pero como el desgobierno de Sánchez no descansa en el ejercicio de dar espectáculo, este domingo el ministro de la Presidencia, se supone que enviado por su jefe, no tuvo mejor plan que irse a Barcelona a presentar sus respetos y sus excusas al Gobierno de la Generalitat, integrado por los partidos ERC y Juntos por Cataluña, para intentar calmar su indignación al conocerse que dirigentes de ambas formaciones habían sido espiados durante el periodo en que estaban intentando dar un golpe de Estado.


Parece de cajón que, si hay que dar una explicación de una supuesta actividad ilegal de los servicios de inteligencia, se hacer en la sede de la soberanía nacional, es decir, en el Congreso de los Diputados. Pero no, como Sánchez necesita de sus socios catalanes para mantenerse en el poder, prefiere mandar a su fiel Bolaños a Barcelona en actitud genuflexa y poner en duda la labor del CNI.


Convendría no perder de vista que el último responsable de todos estos dislates no es otro que Pedro Sánchez Pérez-Castejón. Él fue quien optó por hacer la coalición con Podemos; él fue quien buscó con ahínco los apoyos de los golpistas catalanes y de los herederos políticos de ETA para su investidura; él es quien mantiene en el Gobierno a personajes como Belarra, sin hacer uso de la facultad que la Constitución le otorga de nombrar y cesar a los ministros. Con lo cual se pone de relieve, una vez más, lo urgente y necesario que es echar democráticamente a este personaje de la Moncloa para parar cuanto antes el inmenso daño que está haciendo a España.


 Golpistas y proetarras en la Comisión de Secretos Oficiales

EDITORIAL. libertad digital. 26 Abril 2022

La propuesta socialista de empotrar a Bildu y ERC en la Comisión de Secretos Oficiales es la enésima fechoría del PSOE, más que dispuesto a poner en jaque el orden constitucional con tal de seguir en el poder. Solo un partido que ha perdido todos los escrúpulos y ligado su destino a un arribista como Pedro Sánchez puede hacer una propuesta así, que dejaría al Estado a los pies de sus peores enemigos.


El Gobierno social-comunista, necesitado del apoyo parlamentario de los grupos separatistas para estirar lo máximo posible la legislatura, pretende dar carpetazo al escándalo fabricado por los golpistas catalanes a cuenta de un presunto espionaje a sus líderes haciendo concesiones impensables para cualquier gobernante con un mínimo sentido de Estado.


Pero no se trata solamente del escandaloso despropósito de que los enemigos de la Nación formen parte de una comisión parlamentaria donde se conocen y debaten asuntos estratégicos del mayor calado, algo que de por sí descalifica al Gobierno y al PSOE. Es que la presencia de golpistas y proetarras en un órgano donde se maneja información reservada, también de carácter internacional, convertiría a nuestro país en un apestado en las instituciones comunitarias y atlánticas y lo dejaría como un socio indigno de confianza del que no cabe esperar la menor lealtad.


Los demás países ya saben a qué atenerse con el Gobierno de Sánchez, formado por comunistas y apoyado por proterroristas y golpistas, precisamente en unos momentos en que la comunidad internacional reclama unidad para poner freno al criminal de guerra Vladímir Putin. España, para vergüenza de la inmensa mayoría de sus ciudadanos, tiene un Gobierno integrado y apoyado por movimientos radicales que defienden al tirano ruso y tratan de socavar la respuesta unitaria de las democracias en pro del pueblo ucraniano. No satisfecho con eso, Sánchez quiere ahora acabar con la integridad de una de las comisiones parlamentarias más sensibles, que quedaría completamente inservible si acogiera a dichos indeseables.


Solo la exigencia de una mayoría cualificada en el Congreso para aprobar semejante ultraje puede evitarnos la vergüenza de ver a bildutarras y golpistas sentados en una comisión que decide sobre temas de seguridad nacional o actividades del Centro Nacional de Inteligencia. Hará bien la oposición en prestar especial atención los próximos días a las maniobras de la presidenta del Congreso que, con toda seguridad, intentará desactivar esa traba reglamentaria para ponerse al servicio de Sánchez y sus enjuagues con los principales enemigos de España.


La violencia: el instrumento favorito del socialismo para alcanzar y conservar el poder

SIEMPRE SERÁ CONCEPTUALIZADA POR LA IZQUIERDA A CONVENIENCIA

Daniel Lara Farías. https://gaceta.es/. 26 Abril 2022


Fuerzas represivas del chavismo contienen una manifestación estudiantil en Venezuela. Europa Press

La izquierda asume la agitación de calle como el camino para la toma del poder. No son las elecciones la vía. La revuelta siempre es lo primero. Solo basta revisar los fenómenos de las protestas infames del 11-M frente a la sede del partido de gobierno o las acampadas y “marchas de la dignidad” del 15-M, para darse cuenta de que en ambos momentos se promovió una revuelta de calle con un objetivo político y partidista de corte electoral. En el caso de marzo de 2004, se organizó una agitación de calle que se aprovechara de la conmoción por los atentados terroristas y movilizar un voto manipulado que los llevara al poder.


En el caso de 2011, la agitación de calle terminó en la constitución del partido Podemos para obtener las ganancias que dejaba también el reclamo de los “indignados” que al final solo eran manipulados unos y financiados otros. Y todo para llegar al mismo punto: la toma del poder.


La violencia es el instrumento

Arma de los que no tienen la razón o partera de la historia, la violencia será conceptualizada por la izquierda a conveniencia. Cuando están en el poder, quien usa la violencia carece de razón. Faltaba más. Pero cuando están en la cacería del poder, acechan desde las barricadas porque la historia tiene que nacer con kale borroka.


Hugo Chávez organizó y encabezó dos intentonas golpistas desde el ejército venezolano del cual formaba parte y cuyo juramento y uniforme ensució con su traición. Ordenó bombardear la residencia presidencial, donde se encontraba la esposa del presidente Carlos Andrés Pérez con sus hijos y nietos, pero sin el presidente. Más de cuatro centenares de asesinados, entre civiles y militares, en esos dos intentos fallidos de derrocar al gobierno democráticamente electo.


Pero la narrativa de la izquierda asume que eran rebeliones. Alzamientos patriotas y populares. No hubo descalificaciones para estos traidores, a los que ni se les llamó golpistas ni se les llamó gorilas. Pero cuando Chávez llega al poder, es electo por un electorado irresponsable y manipulado con las amenazas de violencia que el propio candidato asomaba en caso de no ganar. Y desde ese momento, cualquiera que hiciera una manifestación pública, concentración, marcha o diera un discurso crítico o escribiera un artículo censurando acciones del chavismo, se le calificaba de forma automática como “golpista”.


Golpistas quienes actuaban sin la violencia de la que hizo alarde el chavismo antes, durante y después de su llegada al poder. Ahí, los golpes eran malos. La violencia era la sin razón. Y si había represión, era “para proteger al pueblo” de las “amenazas de la ultraderecha golpista”.


No es necesario explicar las similitudes en los planteamientos, ayer y hoy, a ambas orillas del charco.


Perder la calle es una angustia

A todo gobierno le es difícil gestionar lo público y, a la vez, mantenerse en la calle. No tiene sentido una movilización permanente si se es gobierno, pues al éste estar haciendo bien su trabajo no tendrá a la gente en la calle reclamando nada.


A menos que se trate de la izquierda. Por esa razón, el socialismo secuestra las banderas de minorías que reivindican derechos reales o supuestos: comunidad gay, feministas, veganos radicales, animalistas, ambientalistas, separatistas, etc. Por eso, vemos ministras de izquierda acudiendo a marchas del día de la mujer para exigir derechos que deberían ser ellas las que estuviesen permitiendo a través de su labor legislativa y ejecutiva.


Pero todo eso se acaba cuando los bolsillos de los ciudadanos empiezan a resentirse. Cuando empieza a atacarse a propietarios, productores, comerciantes, empresarios, trabajadores, autónomos, contribuyentes en general, etc. Es lógico: se levantarán los oprimidos a los que la izquierda les ofreció el paraíso, y lo harán contra esa izquierda en el poder.


¿Qué ocurre en ese momento? En principio, arranca la descalificación moral contra todo aquel que manifiesta. Epítetos. Insultos. Infamias. Difamación.


Luego, empieza a enrostrársele a todo el que ejerce la crítica, incluso dentro de las propias filas, la etiqueta de ultraderechista, infiltrado de la ultraderecha o instrumento de ella. Y por supuesto, la ultraderecha de ese relato lo que quiere es derrocar al gobierno, hacer la guerra civil o fusilar al pueblo. O todo a la vez. Para esto, necesitan obviamente el concurso de medios de comunicación que impongan esa línea de opinión, donde todo lo que no es izquierda, es ultraderecha, fascismo, franquismo, etc. Y donde lo único posible ante los “embates de la ultraderecha” es la unidad “frente al fascismo”.


Pero lo que viene cuando todo esto fracasa, es la verdadera cara de la izquierda. La partera de la historia vuelve, pero desde el poder. No para llegar a él, sino para mantenerse con él a como dé lugar.


La represión es el siguiente recurso

Por supuesto, el discurso previo de descalificación a quien protesta, debe mutar para darle paso a la represión. Es allí cuando deja de descalificarse y empieza a criminalizarse la protesta. Porque si la ultraderecha representa el fascismo, entonces esos manifestantes son de ultraderecha y son fascistas. Es decir, criminales. Y la ley debe actuar contra ellos, sin ningún remilgo ni corta pisas. La ley debe imponerse.


La Venezuela del chavismo y la Nicaragua del Sandinismo. Antes, la Cuba del castrismo. Argentina, Perú, Honduras, Ecuador, Colombia, Brasil. Todo país donde el socialismo castro chavista quiere implantarse aplica la misma receta. Y siempre terminan en la represión. O más allá.


Porque siempre hay un punto adicional en el ejercicio de la violencia desde el poder. Se empieza con el gas lacrimógeno y se termina en la cámara de gas si no se les detiene. Se empieza con los juicios a los “esbirros del antiguo régimen” y se termina en las salas de tortura blanca, previo paso por las purgas de intelectuales no alineados, de “elementos perniciosos para la sociedad” y otras delicatesses como exilio forzoso, presos políticos, desaparecidos y asesinados.


¿Todo esto por qué? Porque cada ladrón juzga por su condición. Los socialistas toman la calle para subvertir el orden y derrocar gobiernos. Para crear agitación que ponga la opinión pública de su parte con fines electorales. Llevando con violencia agua a su molino de fines inconfesables. De esta manera, asume, con el razonamiento criminal que les caracteriza, que todo el que se le opone usa sus mismas técnicas y tiene sus mismos fines inconfesables.


Por eso, debe preocupar, en todo momento, cuando el socialismo sube el volumen a los denuestos contra las expresiones críticas de la ciudadanía. Sobre todo cuando se verifica la magnificación de ese discurso descalificador en sus medios afines. La idea machacada del “peligro de la ultra derecha”, con cada vez mayores decibeles y con los “Pedros J” ejerciendo de voceros del escándalo ante ese supuesto peligro, debe preocupar aún más. Porque podría ser la introducción sigilosa en la siguiente fase de la criminalización de la protesta.


El socialismo destructor jamás permitirá que la calle les reclame. Es precisamente por ello que debe ser la calle, con la protesta ciudadana activada de forma permanente, la que manifieste el descontento que finalmente tendrá que torcerle el brazo a quienes buscan imponer el relato de la angustia y el miedo a un enemigo inexistente. Porque al final, el verdadero enemigo es el gobierno empobrecedor y enemigo de las libertades. Y la ciudadanía debe hacérselo entender a algunos liderazgos que parecen estar muy cómodos en su labor de alineados como opositores de conveniencia, jugando también a los denuestos con fines electorales.

¡Tiembla España! Aragonés, el independentista, habla de Estado de derecho

“En el siglo XII no existía el término Cataluña ni los territorios del rey de Aragón (Ramiro II el Monje) y del conde de Barcelona (Ramón Berenguer IV) tenían fronteras en común”

Miguel Massanet. diariosigloxxi. 26 Abril 2022


Es evidente que no hay, en este mundo revuelto en el que nos encontramos, temas de mayor enjundia, problemas de mayor trascendencia o injusticias más graves que aquellas de las que vienen lamentándose los separatistas catalanes. La guerra de Ucrania, pché, una simple futesa; la crisis energética, cosa de simplones; las consecuencias de la pandemia del Covid19, manías de hipocondríacos y así podríamos ir detallando aquellos temas que, excepto para los separatistas catalanes, han venido siendo objeto de la preocupación de toda Europa y el mundo entero, pero que, a la vista está, en cuanto entramos en esta parte rebelde de la península Ibérica, que se conoce como Cataluña, dejan de ser materia de grave preocupación, para ceder ante problemas de la gran magnitud, la intolerable ofensa y la indescriptible trascendencia de que unos presuntos partidarios de independizarse de la nación española; unos señores que lo han dejado dicho en cada ocasión en que se les ha presentado y otros que participaron directamente, sin ocultar sus intenciones y usando para ello el Parlamento de Cataluña, tuvieron la osadía, siendo funcionarios públicos del gobierno español, de declarar, por unos momentos, la independencia de la “nación catalana”.


El señor presidente de la Generalitat catalana, don Pere Aragonés García ( no sé si su primer apellido es muy catalán pero, por lo que respeta al segundo, alguien podría dudar de su catalanidad), un político, como la mayoría de los actuales, de escasa talla intelectual, de pocas luces en cuanto a su forma de relacionarse con sus colegas españoles, de evidente complejo ante políticos como Tarradellas o el mismo Jordi Pujol; condicionado por otros partidos minoritarios, que forman junto al suyo este gobierno amalgamado, desavenido, enfrentado y, evidentemente, incapaz de gobernar al pueblo catalán con un mínimo de solvencia, sentido común, inteligencia y, por encima de todo, con la intención de conseguir mejorar su nivel de vida, algo que no viene sucediendo desde que el independentismo ha tomado las riendas de esta autonomía, que ha ido de Herodes a Pilatos, cada vez a peor, en manos de comunistas podemitas, separatistas y demás especies de este elemento disgregador,formado por el peor “lumpen” de baja estofa que, por desgracia, se va haciendo, poco a poco, con España.


Este enano político, Aragonés, que no había conseguido destacar de entre el resto de miembros de esta “casta”, supuestamente intelectual, que pretende convertir Cataluña en una especie de deshecho territorial, con sus intentos de catalanizarla; incurriendo en absurdos como el de la imposición manu militari del catalán, de la obstrucción anticonstitucional a la enseñanza del castellano; de las arbitrariedades legales para coaccionar a las familias que reclaman para sus hijos el castellano; de la violencia y el maltrato para quienes se sienten discriminados por ser castellano parlantes. Pues este mismo sujeto, ha visto de pronto el Cielo abierto y la ocasión extraordinaria para explotar este “vellocino de oro” o “zalea del carnero alado de Crisómalo” que, en forma de supuesta trama de espionaje mediante el uso del sistema israelí Pegasus que, al parecer, fue comprado por el Gobierno a los judíos. Parece que este supuesto espionaje, por parte de los servicios secretos españoles, ha afectado a 60 de estos señores que ahora se declaran ofendidos de que el Estado intentara averiguar lo que se proponían con sus manipulaciones, deslealtades, prevaricaciones y demás actos de rebeldía y traición a la patria, que fueron los que dieron lugar al referéndum ilegal del 1º de octubre del 2017 y, posteriormente a no pocos actos de naturaleza inconstitucional por parte de independentismo catalán.


Imbuido de una especie de impulso irreprimible, este señor se ha sentido, de pronto, como si se hubiera transfigurado en un nuevo honorable Jordi Pujol, adornado de unas imaginarias virtudes negociadoras, de las que carece, y dispuesto a utilizar esta “ofensa” al catalanismo para apretarle los tornillos a otro, que tampoco se encuentra como para tirar cohetes, el señor Pedro Sánchez, un presidente de Gobierno que está sin duda en sus horas bajas, asediado por todos los costados, buscando inútilmente una salida a los errores repetidos de su gobierno y sujeto, de pies y manos, por sus colaboradores gubernamentales, los rojos de Podemos.


Una situación que, si no fuera tan dramática, podría considerarse jocosa por lo ridícula, lo que tiene de burlesca, de oportunista y, evidentemente, de contradictoria en unos señores, los independentistas, que llevan años renegando de la justicia española, de sus leyes, de sus tribunales, de su Constitución y ahora, permítasenos que nos carcajeemos, nos sale este personaje risible, el señor Aragonés, lamentándose de que en España se “ha quebrado el estado de derecho” y, todo ello, sin que se le vea el menor gesto de cachondeo, ni se le asome la risa, dicho con toda la seriedad del mundo ¡Vamos hombre, ni que hubiéramos nacido ayer para que le consistamos semejante trola a este señor que, si tiene un sitio que deba ocupar, es uno de los que dejaron vacantes los que fueron indultados, de una manera alevosa y fruto del chantaje catalán, en alguna de estas “residencias” del Estado que habrán quedado desocupadas, ante la magnanimidad de los socialistas que tan de moda se ha puesto y, si no, díganselo a los numerosos etarras que están premiados, acercándoles a su tierra para ingresar en establecimientos penitenciarios que, para ellos, serán, sin duda alguna, hoteles de cinco estrellas.


En realidad, sunque nos lo tomemos un poco alegremente, lo que está sucediendo en España, la serie de cesiones que se les están dando al separatismo, tanco catalán como vasco y a otros nacionalismos periféricos, como el de Baleares, convertido en virtud de la papanatería de la derecha y los partidos más conservadores, en un dominio de los catalanes que allí hacen y deshacen a su antojo, como meros lacayos del catalanismo peninsular. No nos vayamos a creer que va a ser fácil para cualquier gobierno que no sea de izquierdas, en el caso de conseguir gobernar España, volver a establecer las leyes convenientes, los frenos necesarios y los cambios precisos para que, en España, se vuelva a restablecer en todos sus aspectos esta Constitución de 1978, salpicada, por motivo de las interpretaciones que posteriormente se han venido realizando por el TC y la práctica jurídica, de modificaciones , precisiones, sentencias del TS y demás normativas administrativas o policiales que, sin duda alguna han venido dando al traste con algunos de los preceptos que estaban destinados a salvaguardar a nuestra nación de caer en manos de gobernantes que , como se viene comprobando, no han dudado en utilizar toda clase de trucos y combinaciones legales, para ir preparando a España para un cambio de régimen, en el que están comprometidos la mayoría de partidos con representación en las cámaras, para lo que sería el asalto final, con la derogación de la actual Constitución de 1978, si consiguieran los votos precisos para derribarla.


Resulta decepcionante en lo que ha quedado convertido el artículo 8º de nuestra Constitución, debido a la habilidad, constancia, labor de cribado y organización del mando de las diversas unidades de nuestras FF.AA, llevados a cabo por los socialistas, de modo que ha sido posible, sin que un solo militar protestase, que se haya permitido situaciones como la que sucedió en Cataluña, sin que el Ejército haya dicho ni “mu”, completamente dominado por los políticos, que ya se habían ocupado de que no quedase ningún general capaz de discutirles su trayectoria anticonstitucional.


O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, nos reiteramos en cuanto al papel que, en todo este galimatías político creemos que le corresponde a esta derecha, que no sabemos muy bien en qué lugar se quiere colocar pues, si bien los últimos actos de la nueva directiva del partido quisieron dar una señal de unión y de restauración de los valores esenciales del PP, las subsiguiente actuaciones, a nuestro entender poco inteligentes, del señor Feijoo con respecto sus socios de VOX en Castilla y León, negándose a asistir por motivos pueriles a la toma de posesión del presidente Mañeco y las alusiones poco favorables al partido del señor Abascal, dan a entender que sus preferencias se centran en pactar con los socialistas, antes de intentar asentarse como fuerza de derechas en toda España, algo que le va a ser muy difícil de conseguir si no cuenta con el apoyo, al menos de momento, de VOX. Para este viaje ya tuvimos a Rajoy y su amarga experiencia como pacificador de Cataluña. No necesitamos una segunda parte y conviene que el señor Feijoo se aleje de intentos de colaboración que, como es sabido, el señor Pedro Sánchez es un experto en manejarlos de la forma que mejor le benefician.


Vargas Llosa, el conocido escritor peruano, nos ilustra sobre el independentismo: “El nacionalismo ha llenado la historia de Europa, del mundo y de España de guerra, sangre y cadáveres”.


La Generalitat contestó al alumno de Cheste que su centro tiene potestad para negarle los exámenes en castellano

J. L. Fernández. ALICANTE. ABC. 26 Abril 2022


La respuesta al alumno de Cheste al pedir el examen en español y la hoja de reclamaciones: «Esto no es un bar»

De la 'policía lingüística' al requisito: la estrategia del Gobierno de Ximo Puig para imponer el valenciano

La Generalitat Valenciana desestimó la solicitud de Andy Costa -el estudiante de FP en Cheste que pide los exámenes en castellano- porque la Ley de Plurilingüismo autonómica de 2018 da la potetad al centro educativo a negárselo con el fin de favorecer su aprendizaje de la lengua vehicular, en este caso el valenciano.


La respuesta de la Dirección General de Educación dirigida a varias peticiones, no solo a la de Andy, también a un grupo de compañeros suyos encabezados por el delegado de primer curso de Maquinaria, que reclamaban el pasado 21 de enero que «se proporcionen los contenidos de evaluación en castellano y valenciano al mismo tiempo a elección del alumno», no deja lugar a dudas.


«El uso de la lengua vehicular en los niveles no universitarios del sistema educativo valenciano está determinado por la Ley 4/2018, que establece el Programa de Educación Plurilingüe y Intercultural (PEPLI), que cada centro diseñará de acuerdo con sus necesidades con el objetivo de garantizar el logro de las competencias plurilingües y interculturales, a través de la elaboración de un proyecto lingüístico de centro, teniendo en cuenta las condiciones de tiempo de uso vehicular fijadas».


Cuotas de uso

Con estos fundamentos de derecho, la Generalitat precisa que en el CIPFP de Cheste y en ese ciclo de FP concreto, la enseñanza está diseñada con un 27,7% de valenciano, un 63,3% en castellano y 9% en lengua extranjera. Y en la etapa de formación profesional, el porcentaje mínimo en cada idioma es del 25%.


No solo los exámenes, todo el método educativo está definido así, aunque se trate de materias técnicas, como ocurre con estos estudiantes de Electromecánica de Maquinaria: «En las asignaturas no lingüísticas, la comunicación, tanto oral como escrita, se tiene que hacer en la lengua vehicular del área, materia o módulo. Además, los libros de texto y otros materiales curriculares y herramientas que se utilicen tienen que estar en la lengua en que se vehicule la asignatura».


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