Recortes de Prensa Lunes 6 Marzo 2023


Kiev reconoce que la lucha por el Donbás es "una de las más difíciles" y Moscú presiona en Bajmut

El Confidencial. 6 Marzo 2023


El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha afirmado que la batalla del Donbás es "una de más difíciles, dolorosas y complicadas" de la guerra mientras continúan llegando noticias de intensos enfrentamientos en la estratégica localidad de Bajmut. Zelenski ha destacado que pese a las dificultades, los "defensores" han logrado resistir otra semana y con ello Ucrania está una semana más cerca de la victoria. Mientras, el portavoz portavoz militar, Serhii Cheravati, ha subrayado que continúan aguantando posiciones en la localidad. "Ningún ejército del mundo anuncia sus acciones tácticas, pero las fuerzas ucranianas resisten defendiendo Bajmut. La información de que nuestras tropas se han retirado de la ciudad es falsa", ha afirmado Cheavati en declaraciones al Canal 24 ucraniano recogidas por la agencia de noticias Ukrinform.


Por su parte, las unidades mercenarias del Grupo Wagner aseguran haberse hecho con el control total de la estación ferroviaria de Stupki, al norte de Bajmut. "El asalto y la limpieza de la estación de Stupki en el suburbio norte de Artiomovsk (nombre ruso de Bajmut) ha concluido, el barrio está bajo el control total de los combatientes del Grupo Wagner", relata un comunicado de la milicia de la autoproclamada república popular de Donetsk, publicado en Telegram.


Las claves del momento:

Kiev reconoce que la lucha por el Donbás es "una de las más difíciles"

Wagner afirma controlar la estación de trenes al norte de Bajmut

Ordenan la evacuación obligatoria de varias zonas de Járkov

Fuentes ucranianas informan de ataques en Mariupol y Jersón

Wagner pide a Zelenski que deje salir a niños y ancianos de Bajmut

Ucrania promete una "respuesta militar" tras el ataque en Zaporiyia

Así hemos vivido la jornada 375 de la guerra de Ucrania


Hace 30 minutos 08:20

Ministro de Defensa ruso inspecciona los trabajos de reconstrucción en Mariúpol

El ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigú, inspeccionó los trabajos de reconstrucción en Mariúpol, ciudad en sur de autoproclamada república de Donetsk que el año pasado fue escenario de encarnizados combates, informó hoy la oficina de prensa de su cartera.


"En la ciudad de Mariúpol de la república popular de Donetsk el titular de Defensa inspeccionó edificios ya entregados y la marcha de los trabajos en edificios e instalaciones en construcción", señaló Defensa, que publicó en su canal de Telegram un vídeo con imágenes de la visita de Shoigú a la ciudad.


Rusia se hizo con el control de Mariúpol el 20 de mayo del año pasado, tras casi tres meses de combates, cuando se rindieron los defensores ucranianos atrincherados en la planta metalúrgica Azovstal.


Hace 1 horas 1 minutos 07:48

Destruidas dos bases rusas en Melitopol con cientos de muertos, según el alcalde de la ciudad

Las fuerzas militares de Ucrania destruyeron dos bases militares rusas en la localidad ucraniana de Melitopol y causaron cientos de muertos entre los soldados ocupantes, informó esta noche el alcalde la ciudad, Ivan Fedorov. "Se escucharon dos poderosas explosiones en los distritos del norte de la ciudad. Tenemos información de que dos objetos, donde estaban estacionados los 'rusistas', fueron destruidos", dijo el alcalde de Melitopol durante el teletón de noticias nacional, según la agencia local Ukrinform.


Según información preliminar, cientos de soldados ocupantes "fueron asesinados", agregó el edil. La agencia ucraniana recuerda que las autoridades ocupantes emitieron una orden para designar Melitopol como el centro administrativo de la capturada de la región de Zaporiyia.


Hace 1 horas 13 minutos 07:37

Zelenski reconoce que la del Donbás es "una de las más difíciles, dolorosas y complicadas"

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha afirmado este domingo que la batalla del Donbás es "una de más difíciles, dolorosas y complicadas" de la guerra mientras continúan llegando noticias de intensos enfrentamientos en la estratégica localidad de Bajmut. Zelenski ha destacado que pese a las dificultades, los "defensores" han logrado resistir otra semana y con ello Ucrania está una semana más cerca de la victoria.


Zelenski ha mencionado a una serie de unidades militares, a los voluntarios y a los sanitarios "que salvan vidas y cuidan la salud de nuestros soldados". Los últimos datos apuntan a avances rusos en cinco frentes: Kupiansk, Limansk, Bajmut, Avdiivsk y Shajtarsk. En Bajmut en particular un portavoz militar, Serhii Cheravati, ha subrayado que continúan resistiendo.


"Ningún ejército del mundo anuncia sus acciones tácticas, pero las fuerzas ucranianas resisten defendiendo Bajmut. La información de que nuestras tropas se han retirado de la ciudad es falsa", ha afirmado Cheavati en declaraciones al Canal 24 ucraniano recogidas por la agencia de noticias Ukrinform.


Así ha cambiado la batalla de Bajmut el manual de guerra ruso

La batalla de Bajmut ha obligado el Ejército ruso a cambiar sus tácticas de combate para adaptarse a la escasez de soldados y equipos y así desactivar las defensas de Ucrania

Giulio Maria Piantadosi. Ernesto Torrico. el confidencial. 6 Marzo 2023


¿Qué ha aprendido el Ejército de Rusia en un año de guerra? Poco o nada si miramos al fracaso de Vuhledar. En esta ciudad minera del Donbás, situada en la primera línea del frente, se ha producido uno de los mayores choques entre tanques. Desde finales de enero, las tropas rusas han intentado avanzar durante más de tres semanas.


La batalla de Vuhledar ha sido uno de los mayores esfuerzos de la nueva fase de la ofensiva rusa, pero aquí también, como en las fases anteriores de la guerra, el avance se ha deshecho frente a la resistencia de ucrania. El ejército de Moscú habría sufrido entre 150-300 bajas diarias y las perdidas de 130 tanques, según la versión de Kiev. Sin embargo, la estrategia de Rusia se está viendo condicionada por la reducción de su arsenal, que está obligado a racionar el uso de municiones y a incorporar algunas de las tácticas empleadas por el Grupo Wagner en Bajmut. El largo asedio, empezado el pasado agosto, ha mermado los recursos del ejército privado de Prigozhin que ha tenido que reducir sus formaciones a escuadrones de asalto cada vez más reducidos. Esto ha garantizado un avance mínimo pero constante al precio de numerosas vidas humanas. Las principales víctimas se contarían entre los expresidiarios reclutados para la guerra a cambio de la promesa de la libertad. Ahora, según la foto de un manual de guerra ruso publicada por un milblogger ucraniano en Twitter y analizada por el Instituto para le Estudio de la Guerra, el ejército ruso habría reordenado el despliegue de sus tropas en unidades de asalto más pequeñas que irían a sustituir el batallón de combate táctico o BTG, la formación estándar de batalla. Una de las principales diferencias es que cada compañía, en lugar de disponer de tres tanques, solo contaría con un tanque relegado en una posición más retrasada con tarea de fuego de soporte. El avance recaería así sobre los soldados, en su gran mayoría reservistas.


Según el Instituto para el Estudio de la Guerra, un Ejército ruso estructurado en formaciones más pequeñas, con menor experiencia y escasez de equipamiento, difícilmente llevará a progresos significativos y rápidos. De hecho, podría significar que los generales asumen, o apuestan, a una estabilización del frente a la espera de nuevas tropas y como forma de ahorrar armamento a la espera de nuevos suministros. Sacrificar la vida de sus ciudadanos para proteger tanques es, en definitiva, la apuesta a largo plazo de Putin.


El aburrido discurso de un dictador

JUAN RODRÍGUEZ GARAT. La Voz. 6 Marzo 2023

ALMIRANTE RETIRADO


El reciente discurso de Putin a su pueblo y al mundo sobre la guerra en Ucrania ha sido decepcionante para muchos rusos. Putin les ha asegurado que Rusia es invencible, pero no les ha dicho cómo piensa vencer. Ha sido, además, aburrido para los analistas occidentales que, para sacar un titular de la hora y media de espesa intervención, han tenido que exagerar las repercusiones de la «suspensión» de un tratado de control de armas nucleares, el nuevo start, que en la práctica ya estaba suspendido.


Si Maquiavelo, el maestro de quienes aspiran a destacar en la popular asignatura de hacer política sin escrúpulos, hubiera podido escuchar a Putin, probablemente no le habría puesto mucho más que un cinco. «Aplicado, pero le falta originalidad», imagino oírle decir desde el más allá.


En solo doce palabras de su obra El príncipe, el politólogo florentino, que ejercía su profesión antes de que se inventara tan feo término para describirla, explica mejor que Putin las verdaderas razones de la invasión: «Nada le proporciona mayor estimación a un príncipe que las grandes empresas». Maquiavelo pone como ejemplo la conquista del Reino de Granada por Fernando el Católico. Ucrania, para Putin, tiene un papel parecido.


No le reprocharía Maquiavelo a Putin haber mentido para ocultar su verdadera ambición. El italiano comprendería mejor que nadie que era necesario hacerlo porque, cinco siglos después de la toma de Granada, la humanidad ha proscrito el derecho de conquista. Pero sí le reprocharía al líder ruso su falta de imaginación. Porque todo lo que expuso Putin en su discurso lo ha dicho algún dictador antes que él.


Putin asegura que, cuando se vio obligado a ordenar la invasión, Ucrania amenazaba la seguridad de Rusia. Este es en verdad un argumento más absurdo que original. Stalin, cuando invadió Finlandia en 1939, ya había alegado que lo hacía por razones de seguridad. La frontera entre ambos países estaba entonces a 32 kilómetros de San Petersburgo y ¿quién le iba a asegurar a él que Finlandia no albergaba la intención oculta de arrebatarle a la pobre Unión Soviética la gran ciudad del norte?


Por cierto que el carácter humanitario de la invasión, del que hoy alardea Putin, también lo explotó Stalin en su momento. Si hoy Lavrov insiste en que Rusia no ataca a los civiles, el entonces ministro de exteriores soviético, el igualmente infame Molotov, aseguraba que el bombardeo de las ciudades finlandesas no era tal, sino que los aviones rusos dejaban caer sobre ellas los víveres que el pueblo necesitaba para sobrevivir.


¿Qué decir del equilibrio en las relaciones internacionales? Putin dice querer un papel relevante para Rusia en el nuevo orden. La cosa, sin ser tan absurda como la hipotética amenaza de Ucrania a una nación con 6.000 ojivas nucleares, sigue sin ser original. Esa fue la justificación que dio Mussolini para invadir Abisinia: la necesidad de encontrar un papel para la Italia fascista en el mundo de entonces. No voy a disculpar a Mussolini, pero al menos él lo hacía cuando el colonialismo todavía encontraba cierto apoyo en un supremacismo racista —sobre los africanos entonces o los ucranianos ahora— que hace un siglo ni siquiera estaba mal visto.


De todos los pretextos que utiliza Putin, el de la defensa de los ciudadanos de etnia rusa en Ucrania es el más gastado. Por dar una única referencia, el trato a los ciudadanos germanos en los Sudetes fue también el pretexto argüido por Hitler para justificar la invasión de Checoslovaquia, uno de los capítulos del prólogo de la Segunda Guerra Mundial.


¿Y los presuntos derechos históricos? Nada nuevo hay tampoco en este pretexto. Como el mundo ha dado muchas vueltas, siempre hay un Rus de Kiev —o un califato de Córdoba— para justificar cualquier guerra. Todos sabemos por qué invadió Kuwait Sadam Huseín, por más que él nos asegurara que esa tierra había pertenecido al Valiato de Basora, y que fueron los británicos quienes impusieron su independencia. Poco más o menos lo que dice Putin de Ucrania y los bolcheviques.


Pero si hay un dictador realmente parecido a Putin en su discurso, ese es Slobodan Milosevic. Fue el criminal de guerra serbio quien con más convicción combinó el supremacismo nacionalista que, hacia su pueblo, amparaba el sueño de la gran Serbia, con un discurso victimista cara al exterior, con el que acusaba al mundo de «serbofobia» en un vano intento de descalificar las acusaciones sobre sus desvaríos políticos y sus crímenes de guerra.


No solo aconsejaba Maquiavelo a los príncipes que mintiesen para encubrir la naturaleza de sus actos, sino que les prometía impunidad: «Los hombres son tan simples y se someten hasta tal punto a las necesidades presentes que quien engaña hallará siempre alguien que se deje engañar». Un texto así ha dado aliento a muchos malos gobernantes. Demasiados ya. ¿No habrá llegado la hora de que seamos los ciudadanos, y no los príncipes, quienes le llevemos la contraria a Maquiavelo?


Ferrovial: bulla y silencios

Iván Vélez. gaceta. 6 Marzo 2023


El traslado de la sede social de Ferrovial a los Países Bajos ha dado lugar a una previsible catarata de manifestaciones en contra de una decisión que, sin duda, debilita el tejido industrial español, o lo que queda de él después de que su desmantelamiento fuera el precio pagado por entrar en el club europeo. Los ataques más feroces recibidos por la empresa crecida durante el franquismo y recrecida bajo la democracia coronada han venido del bando de Unidas Podemos, cuyos globalistas miembros cultivan la imagen tópica e infantil del empresario déspota y explotador. En la ofensiva desplegada por los rigoristas de la deslocalizadora Agenda 2030 ha destacado la ministra Ione Belarra, que ha adelantado que su grupo llevará al Congreso una ley para que Ferrovial, a la cual ha llegado a calificar de pirata en el curso de una ceremonia de consumo interno, devuelva las ayudas estatales percibidas durante la última década.


Ocurre, no obstante, que la maniobra de Ferrovial se ajusta a la aplastante lógica que el propio Gobierno de coalición impulsa con su política de difuminación de fronteras y su beatería europeísta. En este contexto, lo lógico es que la decisión de Ferrovial fuera aplaudida, aunque fuera de un modo silencioso en recuerdo de aquellos primaverales días del 15M, desde la Moncloa y los círculos podemitas, pues es seguro que la empresa, que factura un 90% fuera de España, se ajustará a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, aquellos con los que difícilmente pueden cumplir las pymes y los esforzados autónomos españoles, potenciales agresores del planeta a bordo de sus contaminantes furgonetas.


La decisión de Ferrovial no es sino un movimiento lógico dentro del tablero internacional en el que se mueve. Huelga recordar, por otro lado, que las empresas multinacionales fabrican donde los costes son menores, razón por la cual el grupo presidido por Rafael del Pino ha decidido poner rumbo a un lugar donde la carga impositiva es menor, alejándose, de paso, de contribuir a la financiación, por vía impositiva, de algunas de las estructuras marcadamente ideológicas que mantienen redes clientelares sobre las que se asienta el actual Gobierno, estrategia que ya desveló en su día Íñigo Errejón.


Las críticas vertidas por la Belarra o la Díaz, a las que se ha sumado el doctor Sánchez, que tanto debe al IBEX 35, contrastan poderosamente con omisiones perfectamente predecibles. Silencios propios del mundo de contradicciones, dogmas y complejos en el que se mueven, con excelentes dividendos para sus cuentas corrientes, los, las y les podemitas. El rigor aplicado a Ferrovial contrasta con la ausencia de comentarios acerca del blindaje del Concierto Económico Vasco, agravio asentado en supuestos derechos históricos. Las críticas a la multinacional conviven también con un mutismo sepulcral acerca del mayor intento de privatización y expropiación, a obreros y empresarios, que se cierne contra lo común. Me refiero, naturalmente, al intento de secesión, de robo, en suma, que tratan de consumar los secesionistas catalanes, antes los cuales se postra la grey podemita. El clamor contra Del Pino, choca, por último, con el silencio que Unidas Podemos y el mundo que orbita a su alrededor guarda en relación a la banda terrorista ETA, que en 1991 asesinó al directivo de Ferrovial, José Edmundo Casañ, y que en 2009 hizo explotar un coche lleno de explosivos en la sede central de Madrid, hechos ante los cuales la memoria democrática se desvanece.


Sin Ferrovial y sin democracia

AGAPITO MAESTRE. libertad digital. 6 Marzo 2023

Es comprensible en términos abstractos, estrictamente intelectuales, la decisión de Ferrovial de largarse de España. El capital como el miedo es libre. Lo extraño no es la medida en sí, absolutamente justificada en el orden lógico e incluso ontológico, sino que haya tardado tanto en llegar. Dicen que el dinero, principal medio de desarrollo del sistema económico de una sociedad, es a veces demasiado conservador para aguantar los niveles de indeterminación, incertidumbre e inquietud que caracterizan a las democracias occidentales. Cierto. Pero el problema en España no creo que sea de carácter democrático; al contrario, el Gobierno de Sánchez ha hecho de la persecución de las instituciones democráticas, especialmente de la Oposición, su principal programa de acción. Un Gobierno, en efecto, con escasa legitimación de origen y ninguna de ejercicio, incluso ha sido condenado varias veces por el Tribunal Constitucional, está acabando con las bases de la democracia, pero los españoles seguimos funcionando como si la carencia de legitimidad del Ejecutivo fuera asunto normal.


Eso es lo que necesitamos urgentemente explicar, especialmente para saber si esto, la España balcanizada, tiene una salida democrática o, por el contrario, tenemos que seguir soportando un autoritarismo de alcantarillas en un sistema político que confunde permanentemente el ámbito del poder con la esfera del derecho. Creo que el nivel de encanallamiennto de nuestra sociedad, o sea, hacer de la anormalidad una costumbre, no tiene parangón con ninguna otra sociedad europea. En pocas palabras, el autoritarismo, el ordeno y mando, está por todas partes; sin embargo, el Gobierno de Sánchez lleva cuatro años ocultándolo con agitación y propaganda; y, seamos realistas, en cierto modo lo ha conseguido. Muchos actores sociales y políticos han colaborado con el Gobierno de Sánchez para "hacer como si esto fuera normal", o sea, han contribuido a eclipsar los valores democráticos tanto los grandes como los medianos empresarios, las patronales, los sindicatos "de clases", los medios de comunicación, las universidades, las academias y mil instituciones dependientes de las dádivas de Sánchez. También la empresa Ferrovial ha jugado a llevarse bien con el autoritarismo sanchista. Por eso, precisamente, resulta extraño que a poco menos de tres meses de unas elecciones locales y autonómicas, y a escasos diez meses de unas elecciones generales, Ferrovial cambie su domicilio social a Holanda. ¿Es tanta la presión del Gobierno de Sánchez sobre la empresa que no puede aguantar unos pocos meses más para ver cómo se aclara el horizonte político? ¿Por qué una de las empresas de referencia del Gobierno, incluso con miembros relevantes de su Consejo de Administración vinculados a tradiciones socialistas, toma una decisión tan importante de salir de España? ¿Por qué Ferrovial ha querido dejar claro ahora, precisamente a pocos meses de las elecciones, que el Gobierno de Sánchez es un enemigo acérrimo de la libre empresa, o peor, es ya un peligro para el nivel de vida de todos los españoles? Porque nunca debemos dar nada por sabido en política, y sobre todo sí somos partidarios de vivir en democracia, es menester responder esas preguntas.


El Gobierno de Sánchez pensó que todo los grandes empresarios españoles comían en su mano. Nadie se atrevería a rebelarse. No le faltaba razón a un Ejecutivo basado en el palo y la zanahoria. La prueba es que llevan cuatro años en el poder a pesar de las mil tropelías cometidas, incluso pretenden agotar la legislatura, y ¿quién sabe si todavía tienen capacidad y trampas suficientes para "ganar" las próximas elecciones generales? Las predicciones en democracias de baja calidad como la nuestra deben hacerse con cuenta gotas. La incertidumbre manda. En fin, cuando la libertad de mercado, permítanme la generalización exagerada, está en peligro en España, las grandes empresas buscan cobijo en otro lugares más seguros para seguir creando beneficios para sus dueños, accionistas y, quizá indirectamente, para sus trabajadores. Es el caso de Ferrovial. Se van a Holanda y dejan España. El dinero, como dicen los castizos, no tiene patria. Está bien. Mil son los motivos que pudieran haber llevado a Ferrovial a salir de España, pero, seamos sinceros, hay uno que no puede descartarse: no se fían de que los españoles seamos capaces de echar a este Gobierno.


Sí, nuestra sociedad dista mucho de ser una comunidad política desarrollada civil y moralmente; si lo hubiera sido, no creo que este Gobierno hubiera durado tanto tiempo. Una mirada hacia esa zona de penumbra, entre lo cultural y lo político, entre lo moral y lo institucional, que se ilumina cuando se presta una atención pormenorizada a las ideologías, a las memorias compartidas por los grupos políticos, a las lecturas preferidas de su miembros, al vocabulario o a las formas específicas de sociabilidad, a los gustos de una sociedad sin criterios claros, no da para tener muchas esperanzas. O sea, los de Ferrovial se han largado por que no tienen claro que pueda llegar el cambio político.


Campaña bolivariana de Sánchez contra Ferrovial

EDITORIAL. libertad digital. 6 Marzo 2023

La polémica fabricada por el Ejecutivo social-comunista para atacar al presidente de Ferrovial ha llegado en los últimos días a unos extremos inauditos en un país miembro de la UE. Ya no se trata solamente de los exabruptos habituales de la facción bolivariana del Gobierno, caracterizada por sus insultos a los empresarios españoles de mayor éxito para excitar el rencor de sus votantes más cerriles, sino de todo un presidente del Gobierno arremetiendo contra una empresa que ha decidido, legítimamente, trasladar su sede a otro país de la Unión en busca de una mayor seguridad jurídica y un mejor tratamiento fiscal.


En la minigira europea de esta pasada semana, Sánchez ha aprovechado las ruedas de prensa celebradas en compañía de sus anfitriones finlandeses y daneses para atacar personalmente a Rafael del Pino, presidente de Ferrovial, al que ha acusado de antipatriota por trasladar la sede de su empresa tras haber amasado "la cuarta fortuna de España" gracias, "en buena medida, a la contribución de los españoles", un argumento idéntico al de sus socios podemitas para condenar al dirigente de una de las empresas de mayor éxito internacional en el sector de la obra civil. Arropado por Nadia Calviño, convertida en otra hooligan bolivariana cuando hace un año elogiaba el "liderazgo inspirador" del presidente de Ferrovial, Sánchez ha dejado estupefactos a los dirigentes europeos al atacar con nombres y apellidos a un ciudadano español que, como cualquier europeo, puede fijar libremente su residencia personal, empresarial y fiscal en cualquier otro país dentro o fuera de la UE.


La ofensiva del Gobierno social-podemita contra una empresa española retrata perfectamente la degradación populista del Ejecutivo de Sánchez y convierte a España en un país poco recomendable para invertir con una mínima seguridad. El espectáculo siniestro brindado por Sánchez a los mercados, amenazando desde el exterior a una empresa que trata de evitar el infierno fiscal en el que ha convertido a España, es el penúltimo capítulo de una operación política de tintes chavistas, orquestada para amedrentar a los empresarios que no aplauden a este Gobierno letal, con amenazas directas de los ministros y, ahora también, del propio presidente.


La campaña contra Ferrovial es un aviso gubernamental contra cualquier otra empresa que pretenda ejercer su derecho, protegido por la legislación comunitaria, a trasladar su sede fiscal a cualquier país de la UE. El estrambote de todo este penoso asunto es la ocurrencia podemita de castigar mediante una ley ad hoc a las empresas que se vayan de España a devolver las ayudas públicas recibidas en la década anterior. La propuesta podemita es la explicación perfecta de por qué hay empresarios que buscan trasladar sus sedes a otros países con seguridad jurídica para seguir invirtiendo y haciendo crecer sus negocios.


Finalmente, los ataques ad hominem de Sánchez al presidente de Ferrovial retratan con toda su crudeza a un personaje siniestro, populista y sin escrúpulos, que ha encabezado con total desparpajo esta sucia campaña de acoso a un empresario español a menos de tres meses de acceder a la presidencia de la UE.


El desorden moral del sanchismo

Jesús Banegas. vozpopuli. 6 Marzo 2023

El actual escándalo del club del futbol Barcelona está poniendo de manifiesto en toda su crudeza los degradantes valores morales progre-nacionalistas, cada vez más presentes en la vida social española. Nos dicen los implicados en el obvio delito de pagar mucho y reiteradamente durante muchos años para ganarse el favor de los árbitros -una evidente aberración antideportiva- que ellos no son los únicos que lo hacen; por tanto sería algo común a todos los demás participantes en sus competiciones, lo que manifiestan sin prueba alguna, es decir, calumniando.


Cuando comenzaron a descubrirse las primeras corruptelas políticas en Andalucía, los socialistas esgrimían que ellos no eran los únicos y además se trataba de cuantías relativamente pequeñas. Según el Barcelona y sus acólitos, así como los socialistas andaluces, solo si Adán hubiese sido condenado por sus mismos delitos ellos deberían seguir su misma suerte. Y desde luego, mientras que todos los potenciales emuladores de sus delitos no hayan pagado, en todo tiempo y lugar, por ellos, no cabe responsabilizarlos de nada; se supone que hasta el “juicio universal” bíblico al final del mundo. La irresponsabilidad personal alcanza aquí un apoteósico Everest.


Recientemente, la legislación progresista ha exculpado del delito de corrupción, si tras él no media provecho personal. Se les olvidó que cuando alguien se apropia de algo que no es suyo, desposee de ello a su legítimo propietario -ya sea privado o público-, lo que supone un robo que desde los tiempos más remotos de cualquier orden civilizador siempre fue considerado un delito, cual fuera el destino del mismo.


Imaginemos que unos atracadores de un banco son pillados con “las manos en la masa” y detenidos por la policía. Y camino de la comisaria reclaman su liberación porque ellos no son los primeros ni los únicos ladrones, y además, la cuantía de su robo es inferior a otros que se hayan podido producir. La ilegítima ocupación de viviendas con protección legal, defendida a capa y espada por el populismo de izquierdas y asumida por el socialismo, revela unos principios morales prehistóricos previos a cualquier civilización, pues no hay noticia de ninguna sin derechos de propiedad. La reciente chapuza de los trenes cántabros que no caben en los túneles, ha sido resuelta por la ministra del ramo señalando que “estaba segura que no se había producido “intencionadamente”; menos mal!


Para este progresista gobierno, los delitos sexuales merecen la mayor benevolencia política, pues según confiesan “la justicia feminista no es punitiva”, lo que se está traduciendo en reducciones de penas, porque para la ideología socialista la culpa de estos delincuentes no les corresponde a ellos, sino a la sociedad -capitalista- que les induce a cometerlos.


La confusión educativa de los buenos y malos estudiantes con la expulsión de las notas de las aulas, junto con la autoridad del maestro, está envuelta en argumentos pedagógicos defendidos por quienes no sabiendo “qué” enseñar quieren imponer a los que “sí saben” como deben hacerlo. Toda una enmienda a los más obvios y antiguos principios educativos comunes a todas las civilizaciones.


La meritocracia basada en el esfuerzo y el talento personal, que siempre sirvió para soslayar las aristocracias y las castas que bloqueaban el ascenso y acceso de los mejores a las altas responsabilidades del Estado, despreciada como elitismo por políticos habitualmente fracasados en su vida civil, ha sido sustituida en este gobierno por mediocres afines políticos mediante un singular proceso de selección inversa. Las jerarquías, que son increíblemente antiguas según demuestran la biología evolutiva y la neurociencia, son despreciadas por las izquierdas.


La negación de la biología, que desmiente el supuesto de personas moldeables como la plastilina y su sustitución por la concepción, tan absurda como perversa, de la recreación de la naturaleza humana, no encaja en ningún orden moral a lo largo y ancho de la historia. El énfasis progresista en la igualdad, una vez generalizada la única civilizada, ante la ley, niega las desigualdades que están enraizadas en la naturaleza, mientras ignora los desastres humanos cosechados allá donde se estableció por imposición política.


Los desesperados insultos a los empresarios por parte del gobierno, incluido su presidente, utilizando los anacrónicos y ridículos argumentos de los chistes de Chumy Chúmez en La Codorniz franquista, ya no se escuchan ni en Cuba, ni han formado parte nunca de la política de los países que lideran el progreso económico y social del mundo.


Todo lo dicho, una mera y muy limitada muestra de disparates, en manos de los Marx -los hermanos, no Carlos- serviría de guion -sin añadir ni una coma- para una película de las suyas; solo que, no estamos ante una vulgar comedia, sino ante una grave y muy preocupante deconstrucción del orden moral y la civilización política cristiano-occidental responsables del extraordinario progreso de los países vertebrados en torno a sus fundamentos y principios.


Sostenía el sabio David Hume y sigue teniendo completa vigencia, que las tres leyes fundamentales –antes de que existiera Gobierno- de la vida en sociedad son: la estabilidad de la propiedad, el intercambio por consenso y el cumplimiento de las promesas. Tales preceptos han asentado las bases del progreso económico y social de las mejores naciones de la historia, mientras son típicamente inobservados por los países más desastrosos del mundo, ahora y siempre.


La actual etapa de gobierno está caracterizada por un desorden moral inaudito, orientado a la desaparición de la responsabilidad personal, seguida de la libertad, para así construir un nuevo orden totalitario –falsamente democrático- basado en súbditos de plastilina dependientes del Estado. “La libertad no ha florecido nunca sin la existencia de hondas creencias morales” sostenía Friedrich Hayek.


En las últimas décadas una miríada de ensayos han puesto unánimemente de manifiesto que las reglas morales practicadas en las sociedades, seguidas de instituciones –reglas de juego políticas y económicas– apropiadas, son determinantes del éxito de las naciones. Un reciente, muy vasto y profundo ensayo, que está gozando de muy amplio reconocimiento académico, debido a Joseph Henrich, se titula: Las personas más raras del mundo. En él se demuestra que las reglas morales -la “moral pública”– que ya están presentes en el Código Hammurabi mesopotámico y continuaron en la Grecia y la Roma antiguas, para proseguir a lo largo de la historia y consolidarse en nuestra cultura cristiana-occidental, han sido determinantes de la prosperidad de las naciones.


El rotundo fracaso histórico de los gobiernos de Zapatero y Sánchez en materia económica: descenso de la renta per cápita, divergencia económica con la UE, liderazgo en desempleo y deuda pública desbocada, que hace reír a las ministras de economía y trabajo, se sustenta en el desorden moral progresista y el consiguiente deterioro de nuestras instituciones.


Hasta ahora, la política española con sus deficiencias, no había apostado tan fuerte por la destrucción de nuestros mejores logros históricos, que han sido muchos. Con Zapatero y el actual gobierno Frankenstein, el desorden moral se está adueñando de la educación y las normas de conducta social, la economía está registrando una marcha atrás sin antecedentes próximos, las principales instituciones del Estado -gobierno, parlamento, justicia- están cada vez más deterioradas, e incluso la Constitución y la unidad de la nación están en entredicho.


Un próximo gobierno, paradigmáticamente alternativo al actual, no podrá conformarse solo con reparar la economía; estará obligado además a reconstruir nuestro orden moral e institucional, para que España regrese a la senda civilizada de progreso que el socialismo del siglo XXI lleva demasiado tiempo poniendo en cuestión.


¡Fusilad a los empresarios!

Ignacio Ruiz-Jarabo. vozpopuli. 6 Marzo 2023

Contemplar cómo en una comparecencia de prensa celebrada en el exterior y acompañado de líderes extranjeros que le miraban atónitos, el presidente del Gobierno agraviaba con ferocidad a una empresa y a un empresario españoles es un espectáculo bochornoso que jamás imaginé llegar a contemplar. Mi indignación es tan grande como mi vergüenza pues imagino que, a estas horas, en las cancillerías de Europa ya han percibido el nivel de respeto democrático, de tolerancia y de buenas maneras que se gasta nuestro presidente con los españoles, todo ello unido a las necedades que salían de su boca.


Es obligado afirmar que las palabras dedicadas por Sánchez y los suyos a la compañía Ferrovial y a su presidente son absolutamente inadmisibles y, por ello, bien están las críticas absolutamente justificadas que han recibido en estos últimos días. Pero no hay que engañarse, los agravios pronunciados por Sánchez buscaban un efecto claramente identificable: que pasen al segundo plano informativo tanto el sucesivo goteo de delincuentes sexuales beneficiados por el Gobierno, como los detalles que se van conociendo del escándalo calificado como “caso Tito Berni”. Confiemos en el buen criterio de todas las “personas de bien” para que sepan conjugar adecuadamente los tres hechos sin olvidar ni dejar de considerar la trascendencia de ninguno de los tres.


El carrusel de memeces y atrocidades que estos días han escupido Sánchez y los suyos ha evidenciado, una vez más, su ignorancia y su escaso sentido democrático. No es baladí repasar algunas de las lindezas que se han atrevido a vomitar. El propio presidente ha manifestado que el Gobierno investigará la legalidad de lo proyectado por Ferrovial, desconociendo que el cambio de sede social es una decisión libérrima de la junta general de cualquier sociedad mercantil que en absoluto está sometida a ningún control de legalidad por parte del Gobierno. En cuanto a la modificación de la residencia fiscal, es siempre comprobada por la Agencia Tributaria cuando el que decide realizarla, sea persona física o jurídica, pasa de ser residente a no residente en territorio español. ¿En qué consiste entonces la investigación del Gobierno con la que amenazó Sánchez? Acusar de antipatriota a una decisión de localización empresarial, además de absolutamente naif, es de una ilógica preocupante. ¿Considera entonces Sánchez antipatriota a cualquier empresario que invierta en España en vez de hacerlo en su país de origen? ¿Es antipatriota cualquier inversión exterior en territorio español? Bonito modo de atraer la inversión extranjera. Finalmente, la propuesta de Podemos en orden a aprobar una ley que, con carácter retroactivo, obligue a Ferrovial a devolver las posibles ayudas públicas que hubiera recibido, proporciona una fidedigna imagen del respeto que tienen los proponentes al Derecho y a la democracia. Con su reacción han mostrado el nivel freático que está alcanzando la seguridad jurídica en España, dando así plenamente la razón a uno de los motivos por los que Ferrovial ha explicado su decisión.


La anterior es una de las lecciones que, si tienen capacidad para ello, deberían aprender Sánchez y los suyos. Como también debieran aprender que, tal como se les dice a diario, una fiscalidad agresiva ahuyenta la inversión. Y, de paso, sería conveniente que aprendieran también que insultar y agredir a los empresarios, junto a ser una injusticia, constituye un factor de disuasión a la entrada y a la permanencia de empresas en España. Como también es disuasorio el exceso de regulación o su carácter excesivamente intervencionista. Pero no, no lo aprenderán porque Sánchez y los suyos están en otra onda, en la que pretenden dividir a los españoles en buenos y malos adjudicándose ellos el papel de defensores de los primeros frente a los segundos y otorgando a los empresarios el rol de indeseables, explotadores, aprovechados, delincuentes, usureros, y ahora también antipatriotas.


Quizás debieran fusilarlos a todos, pero eso sí, cobrando a sus familiares el coste de las balas como se hace -o hacía- en la China comunista. A ver después quien generaría empleo, quien alimentaría el PIB, quien engordaría la recaudación tributaria… Seríamos ya todos buenos e igualitarios, pero sin duda mucho más pobres. Ese es el cielo podemita al que definitivamente se ha apuntado el “Maduro” presidente español. Caretas fuera, Sánchez no es más que una versión aseada de Pablo Iglesias disfrazado de jefe de planta de El Corte Inglés. Es así pues con independencia del objetivo buscado de desparramar tinta para emborronar el caso de los violadores excarcelados y el de la pandilla del Tito Berni y sus calzones, la agresividad mostrada contra Ferrovial ha exhibido que sus postulados políticos están al mismo nivel tercermundista que tienen los de sus socios morados de Gobierno. Hace pocas fechas le preguntaba a Núñez Feijóo en el Senado: "¿Cree usted de verdad que el Gobierno español es bolivariano?" La respuesta a la pregunta nos la ha proporcionado él mismo. Sí, lamentablemente, España tiene un Gobierno y un presidente propios de una república bananera. Y así nos va.


La Generalidad continúa en la senda del despilfarro: su partida de gasto alcanza los 75.000 millones

JOSÉ RAMÓN RIERA. gaceta. 6 Marzo 2023


La Administración Pública española es muy compleja. Hay 22 ministerios que gastan todo lo que pueden y más… y 17 comunidades autónomas –de las que sólo alguna racionaliza el gasto– con más de 1.500 organismos autónomos. Hay también 49 diputaciones y cabildos insulares, más de 8.100 ayuntamientos. Y la Administración más cara de la Unión Europea. En el apartado de gastos de personal se alcanza el 24,9%, cuando Alemania está en un 16,2%. Pero el caso concreto de Cataluña es más que preocupante.


La Administración de la Generalidad cuesta 53.441 millones; el Sector Público Administrativo cuesta 18.258 millones; y el Sector Público no Administrativo cuesta 3.717 millones de euros. En conjunto, la administración catalana cuesta 75.416 millones de euros. Y mientras el Gobierno autonómico plantea para 2023 un presupuesto de gastos de personal de 15.000 millones de euros y lo quiere subir un 50%.


Esta partida da una fotografía fija sobre lo que está sucediendo en la región gobernada por Peré Aragonés con el dinero de los españoles. Se dedican a pagar unos salarios desproporcionados que les van a permitir mantener una organización paralela al Estado desde la que volverán a presentar, cuando quieran, un nuevo intento de independencia, tal y como nos han avisado.


Al mismo tiempo, una partida que demuestra el poco interés que tiene el Gobierno de la Generalidad en crear riqueza para los catalanes: la inversión real. Planteó un presupuesto de 1.892 millones de euros —un 2,5% del total–, pero 12 de diciembre sólo ejecutó 997,8 millones. La deuda, por su parte, ha llegado a 86.000 millones y supera con creces a todas las otras comunidades autónomas.


El presupuesto de gastos –75.000 millones de euros– es mucho más grande que varios de los pequeños estados de la UE como Bulgaria, Letonia, Estonia y Lituania. Esos 75.000 millones de euros es lo que costó la sanidad pública en España en el año 2021 para dar servicio a más de 47 millones de habitantes.


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TV3 y la osadía de hablar español en España

Isabel Fernández Alonso. cronica global. 6 Marzo 2023


Estos días hemos sabido que la Plataforma per la Llengua recibió en 2022 subvenciones de la Generalitat, sin mediar concurrencia pública, por valor de 512.000 euros, además de los 135.000 previstos en los presupuestos autonómicos. Un dinero que sirve para impulsar campañas tan surrealistas como la titulada “Aturem la castellanització de TV3”.


TV3, esa televisión pública (de todos los catalanes) en cuyo libro de estilo (manual de uso, punto 2.1.1.6.4) se dice que “en igualdad de méritos y cualidades, preferimos tertualianos que se expresen en catalán”, lo que constituye una coartada sutil para no invitar nunca a los castellanohablentes. TV3, esa televisión pública (de todos los catalanes) donde un periodista es capaz de retirar el micrófono a una ciudadana a la que se ha dirigido en directo porque esta le pide que le formule la pregunta en español. TV3, esa televisión pública (de todos los catalanes) donde una entrevistadora preguntó a Inés Arrimadas, tras ganar las elecciones de 2017, cuántas palabras había pronunciado en catalán en su discurso de celebración del éxito en aquellos comicios…


Los ejemplos serían infinitos, pero recientemente se produjo un hecho realmente ilustrativo, que fue denunciado en redes sociales por Escuela de Todos. El programa Tot es mou del 23 de febrero se hizo eco de un problema de falta de profesores en un instituto de Canet de Mar. Entrevistaron al jefe de estudios y este respondió en español. Tras despedir la conexión, todos los tertulianos censuraron esta “osadía”. En concreto, la periodista Gemma Aguilera, la más incisiva, afirmaba: “Perdonad. Querría matizar una cuestión… que un jefe de estudios de un instituto de Cataluña… no sea capaz de mantener una conversación básica en catalán, no sé si es una decisión propia de militancia política o es una cuestión de incapacidad lingüística. Pero me ha llamado mucho la atención que el jefe de estudios del centro sea incapaz de mantener una conversación de conceptos básicos en catalán. Y eso me preocupa porque luego estamos sufriendo por el 25% del castellano en las escuelas y tenemos personas que están al frente y que han. de alguna manera, entre comillas, dar ejemplo porque que yo sepa aún rige la inmersión lingüística en las escuelas. Solo quería decir que me preocupa bastante. No sé si es una decisión personal de no querer hablar en catalán o es que no sabe, pero en todo caso quería hacer este pequeño matiz”.


El comentario es inaudito. Y lo es por varios motivos. En primer lugar, porque Aguilera da a entender que alguien que es jefe de estudios en un centro de enseñanza secundaria de Cataluña quizás no sabe hablar catalán. En segundo lugar, porque acusa a una persona que ya no puede defenderse (se ha cortado la conexión), y ante una audiencia considerable, de actuar desde su cargo con una intencionalidad política de la que, obviamente, no tiene ninguna evidencia (piensa el ladrón…). Y, en tercer lugar, porque (a no ser que desconozca el tema) manipula a la audiencia al afirmar que todavía rige la inmersión lingüística, cuando la jurisprudencia es nítida al apuntar que todas las lenguas oficiales de España han de ser vehiculares en los centros de enseñanza de los territorios donde están reconocidas como tales. Todo esto sin que nadie replique.


¿Por qué suceden estas cosas? Porque se ha normalizado el desprecio institucional de la que para colmo es la lengua mayoritaria de los catalanes y que, en todo caso, es una de las lenguas de uso habitual en nuestra comunidad. Basta ver que las autoridades de la Generalitat (incluido José Montilla) jamás se dirigen a la ciudadanía en español.


Lo señalaba hace unos meses al hilo de despropósitos similares al que acabo de comentar e insisto ahora: no solo no debemos acomplejarnos por ser castellanohablantes, sino que hemos de ser nosotros los que reaccionemos con contundencia ante este tipo de comportamientos absolutamente incompatibles con una democracia sana. Nosotros y los muchos catalanohablantes que apuestan con firmeza por la convivencia lingüística.


La labor de Ciudadanos en este sentido ha sido y es especialmente meritoria (a ellos se debe la normalización del uso del español en el Parlament), como también lo es la del movimiento cívico constitucionalista al que, como demuestran los informes del propio CAC, apenas se le da voz en TV3… Es evidente que todo buen proceso de uniformización busca demonizar (caso de Ciudadanos) o invisibilizar (caso de la Asamblea por una Escuela Bilingüe) a quienes no acatan el discurso oficial. De quienes concebimos las lenguas como instrumentos para el entendimiento, que somos muchos más de los que parece, depende el éxito o el fracaso del nacionalismo lingüístico. Exijamos sin complejos que la vida institucional sea reflejo de nuestra realidad social. Es un argumento imbatible.


C1, el requisito irrazonable

EDITORIAL. gaceta. 6 Marzo 2023

El vídeo tiktokero de una enfermera gaditana que trabaja con un contrato temporal en Cataluña y en el que expresa su rechazo al requisito obligatorio del nivel C1 de catalán para acceder a un puesto fijo en la función pública catalana, merece una reflexión serena.


Es evidente que en una región como la catalana en la que la realidad sociolingüística certifica el uso corriente de dos lenguas —una, el español, idioma que todo español tiene la obligación de conocer y otra, el catalán, lengua cooficial de uso generalizado—, su Gobierno puede establecer requisitos de conocimiento de la lengua catalana para el acceso a la función pública. Con la condición de que sean requisitos razonables que no vulneren de manera flagrante el derecho de acceso en igualdad de oportunidades a un puesto de funcionario.


En este sentido, y para el puesto de enfermera en el sistema de sanidad pública catalana, el requisito de nivel C1 de catalán es, sin duda, irracional y excluyente. El C1 es un nivel avanzado que certifica que una persona es capaz de entender cualquier contexto y registro, incluidos artículos técnicos, y lo habla con extraordinaria fluidez, de una manera estructurada y coherente, sin pausas y con un vocabulario extenso. Por decirlo de otra manera más sencilla: es un nivel de comprensión y comunicación tan alto que, si fuera el C1 de español, alguna ministra de este Gobierno no lo podría obtener.


Es evidente que el ejercicio profesional de la Enfermería, como ciencia de la salud destinada a la prestación de asistencia sanitaria a las personas, requiere, en general, la capacidad de entender al paciente y comunicarse con él. En este sentido, y con una lengua común como el español que todos los españoles tienen el deber de conocer según manda la Constitución, debería bastar que una enfermera graduada acreditase su competencia en español para poder ejercer en cualquier lugar de España. Pero convengamos en que puede haber un interés legítimo en proteger el derecho de las personas a relacionarse con la Administración en otra lengua cooficial de su preferencia.


Para ello, la experiencia de cualquier profesional de la asistencia sanitaria nos indica que bastaría con un nivel bajo (A2) o, todo lo más, intermedio (B1), que permitiera comprender al paciente obstinado en el uso de otra lengua diferente al español e informarle de forma cohesionada e inteligible sobre el diagnóstico realizado y el tratamiento o cura a realizar.


Esto sería lo razonable. Por desgracia, el sentido común, el difunto seny del que hacían gala los políticos nacionalistas catalanes, ahora es rauxa, la rabia fóbica separatista a todo lo español. De ahí el requisito irracional del C1 de catalán en las oposiciones a enfermera del sistema sanitario catalán, que no obedece al anhelo de conseguir la mejor atención sanitaria para un paciente, sino en la imposición de un requisito desmedido y abusivo que busca la exclusión como funcionario de cualquier profesional de la enfermería que no haya estudiado en Cataluña.


La mejor prueba para la defensa de la honradez de este análisis es la reacción que ha suscitado el vídeo de la enfermera y que ha sido atacada, señalada y despreciada con saña desmedida desde las filas del separatismo y de su fiel mayordomo, el socialismo catalán —incluido un sindicato como la UGT que de nuevo incumple su función esencial de protección del trabajador—, hasta causarle la baja por ansiedad.


A pesar de las formas usadas por la enfermera gaditana, propias de un vídeo desenfadado, el fondo de su queja es razonable y pertinente. La sanidad catalana sólo se mantiene, y a duras penas, gracias a miles de médicos y enfermeros de toda España a los que la administración sanitaria catalana agradece su competencia y su profesionalidad excluyéndolos de la posibilidad de obtener una plaza fija con requisitos irrazonables y discriminatorios.


Llegados a este punto de irracionalidad, lo único que podemos desear es que algún día, lo más pronto posible, por el bien de la enfermera gaditana, de sus pacientes y del conjunto de la sociedad catalana, haya por fin un Gobierno nacional que, sin complejos, impida el uso de las lenguas regionales como armas de adoctrinamiento y de exclusión de millones de españoles. Parece mentira que a estas alturas de la historia, la realidad nos obligue a anhelar lo obvio. Pero así están las cosas después de 45 años de sumisión.


Puto C1

Santiago Navajas. libertad digital. 6 Marzo 2023

Una enfermerita gaditana ha conseguido que toda España se entere de la mafia lingüística que tienen montada los compadres nacionalistas en Cataluña.


Que lo mejor de la política catalana en el último siglo proviene de Andalucía es un hecho. De Alejandro Lerroux a Inés Arrimadas pasando por una enfermerita gaditana que, salerosa y deslenguada como solo puede serlo una hija del Carnaval, ha conseguido que toda España se entere de la mafia lingüística que tienen montada los compadres nacionalistas en Cataluña para que pocos del resto de España puedan llegar a trabajar allí. Porque lo que ha mostrado la sanitaria con su exabrupto políticamente incorrecto, corrosivo y grosero nivel chirigota, es que hay que emplear dinero, tiempo y esfuerzo en alcanzar el requisito de un título de catalán con nivel C1 para presentarse a unas oposiciones. Lo que debería ser obvio, pero vivimos en la época que predijo Chesterton y hay que desenvainar una espada para defender que la hierba es verde.


La joven enfermera andaluza quizá nunca aprenda catalán con dulce acento gaditano ni en dos años, pero sí que ha aprendido en cinco minutos cómo funciona la máquina de triturar a los que no tienen ocho apellidos catalanistas: acosada, amenazada y expedientada. En Andalucía me he encontrado con docentes vascos, catalanes y de Baleares huyendo del sistema educativo nacionalista excluyente, tanto lingüístico como ideológico. Lo razonable en una comunidad bilingüe sería que el requisito idiomático fuese exigible a posteriori y tras un período razonable. Por ejemplo, un B1 a dos años vista, para posteriormente incentivar la consecución de títulos más elevados mediante complementos económicos. Si de lo que se trata, claro, es de favorecer la comunicación en lugar de expedir certificados de pureza lingüística.


Es una injusticia que los ciudadanos españoles de las Castillas, Canarias o Murcia, por ejemplo, no puedan acceder a las plazas de Cataluña, País Vasco y Galicia porque se han levantado barreras etno-lingüísticas. En Cataluña les convalidan el C1 a los estudiantes catalanes tras aprobar la ESO. Es decir, les regalan el título. Porque ni con el Bachillerato un estudiante tiene garantizado un nivel de conocimiento de la lengua como el que exige dicha titulación.


¿Qué deben hacer el resto de regiones españolas, introducir cursos de cultura "propia" para luego expedir títulos ficticios de conocimientos culturales con los que impedir de facto que los catalanes, vascos y gallegos viniesen a "robarles" plazas? Eso es lo que quisieran los nacionalistas de ocho apellidos catalanistas, convertir España (en sus labios, "Estado español") en unos reinos de taifas, en unos compartimentos estancos en los que el adoctrinamiento llevase al odio xenófobo o la asimilación subordinada de los que se plegasen como siervos a sus exigencias. Véase Gabriel Rufián como ejemplo de quien se rebaja a mascota charnega de sus amos catalanistas. Otra catalana "andaluza", Rosalía, publicó una canción en catalán sólo para verse automáticamente "cancelada" por su uso incorrecto de la gramática. No va la Rosalía y se pone a hablar en catalán de cumpleanys y bautitzo, por no hablar de la pronunciación. Que un catalanista de la Catalunya profunda ponga mala cara ante la pronunciación del catalán de Rosalía es como si un salmantino criticase el acento de un malagueño porque abrevia las terminaciones de las palabras. Un andaluz habla el español y el catalán como le da la real gana, véase Juan Ramón, llevándolos a su máxima expresión sonora.


Todo esto demuestra que si ancha es Castilla, estrecha es "Catalunya". Y que como en el cuento del emperador que presumía de un lujoso e inexistente traje al que sólo un niño se atrevió a señalar que estaba desnudo, ha tenido que ver una niña a mostrar que el presunto oasis catalán es en realidad un infierno de xenofobia, asimilacionismo y autoritarismo catalanista.


El somatén de TikTok

José García Domínguez. libertad digital. 6 Marzo 2023


Empezaron colocando espías en los patios de los colegios y ahora ya tienen un somatén vigilando durante las veinticuatro horas del día en TikTok. Así, gracias a la colaboración ciudadana de varios observadores encubiertos, se pudo dar a tiempo la voz de alarma. Y es que una chica veinteañera y parece ser que nacida en Andalucía —pues si fuera marroquí nunca se hubiera consentido publicar el nombre del lugar donde vino al mundo— compartió con docena y media de chavalas de su mismo entorno un vídeo con opiniones sobre los requisitos administrativos exigidos en unas oposiciones para acceder a plazas funcionariales de enfermera.


Lógicamente, una vez destapado el caso por los inspectores voluntarios, todos los periódicos, radios y televisiones de Cataluña, igual los públicos que los privados, procedieron de inmediato a movilizar a sus plantillas de periodistas, colaboradores y tertulianos a fin de dar la máxima difusión posible al escándalo. La Vanguardia, en un admirable ejercicio de periodismo comprometido, se apresuró a publicar grandes fotografías con el rostro de la joven andaluza tanto en su edición digital como en la de papel. Un esfuerzo profesional para lograr que la cara de la filoterrorista llegase a la totalidad de los hogares de Cataluña que fue secundado de inmediato incluso por la prensa gratuita. De ahí que en las paradas de metro de Barcelona los usuarios del transporte público pudieran recibir un ejemplar del 20 Minutos con el turbio semblante de la condenada meridional impreso en formato XXL.


Huelga decir que la televisión oficial de la demarcación, fiel a su compromiso con los valores liberales y democráticos que desde siempre caracterizan a la plaza, dedicó al asunto un programa de máxima audiencia, pieza dirigida por la señora García Melero, con el fin pedagógico de prevenir a la población frente a posibles actos de similar gravedad que acaso andasen maquinando otras andaluzas deslenguadas. Como no podría ser de modo distinto, el consejero de Sanidad del Gobierno de la Generalitat ha saltado raudo a la palestra a fin de evaluar los perturbadores hechos y anunciar que se tomarán medidas de inmediato. Por su parte, el intérprete melódico y jubilado Lluís Llach, un usuario habitual de los servicios sanitarios catalanes a causa de los achaques propios de la edad, ha reclamado que se expulse a la enfermera de su puesto de trabajo cuanto antes. E incluso el president emérito Puigdemont se ha visto obligado a efectuar una breve pausa en sus agotadoras jornadas de trabajo europeas para, al igual que el octogenario cantante calvo, exigir el despido sin contemplaciones ni indemnización de la insolente charnega. Mierda de País Petit.


Los 'precarios' enfermos de cáncer en Ibiza sin oncólogo: «Ojalá viniera un chino sin catalán para curarnos»

Pacientes del hospital Can Misses cuentan su odisea para ser atendidos: A Toño le han cancelado su cita del día 9; un año y siete meses para la revisión de Elena; sin consulta para el resultado de un TAC a Verónica hecho en noviembre

Mayte Amorós. ABC. 6 Marzo 2023


«Queremos médicos que sepan Medicina, no que sepan catalán». Elena Klusova agita su cartel de protesta a las puertas del hospital Can Misses de Ibiza, la zona cero de la precariedad laboral de la sanidad pública. «Los contratos inestables, la descomunal carga de trabajo, ligados a los problemas para encontrar un alquiler que no se 'coma' tres cuartas partes del sueldo hace que muchos trabajadores se quemen y abandonen la isla o directamente no quieran venir». Esta rusa lleva siete años trabajando como médico en el SAMU 112 de Ibiza y Formentera y en este tiempo ha perdido a decenas de compañeros. La puntilla es que «encima nos obliguen a tener un título de catalán».


Nadie quiere trabajar en este hospital ibicenco. La semana pasada se marcharon una decena de enfermeras. La anterior, una cardióloga, una traumatóloga y el jefe de servicio de anestesia; y sólo hay un oncólogo para toda la población. Faltan cardiólogos, anestesistas, reumatólogos... Se necesitan al menos 33 especialistas para completar el organigrama. Tampoco hay médico internista en Formentera y eso está obligando a trasladar a los pacientes en helicóptero hasta Ibiza. Más saturación.


La situación es especialmente delicada en oncología. Hace unos meses se fue Alicia Quílez a trabajar a Francia, y su colega María Iglesias está de baja. El jefe, Carlos Rodríguez, no da abasto para atender los casos de cáncer más graves, desde que el anterior jefe, Sergio Sánchez, se trasladara a Canarias desencantado con la gestión política; y aún siguen sin cubrirse las otras dos plazas de una plantilla de cinco. El Servicio de Salud llegó a ofrecer consultas telefónicas y está derivando oncólogos de Palma periódicamente pero no es suficiente. Citas anuladas sine die, revisiones anuales que se convierten en bianuales y listas de espera en el limbo. Sólo hay una cosa peor que trabajar en Can Misses, ser paciente de Can Misses.


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