Recortes de Prensa Domingo 3 Diciembre 2023
Rusia avanza en el este de Ucrania y Zelenski anima las tropas de cara a una larga defensa
El Confidencial. 3 Diciembre 2023
La guerra entre Rusia y Ucrania se ha estancado y las tropas se preparan para un nuevo (y duro) invierno. La contraofensiva ucraniana ha perdido fuelle mientras el Ejército invasor mantiene la presión a lo largo de todo el frente, con avances en las regiones de Járkov y Donetsk, en el este del país. Vladímir Putin está comenzando a reunir efectivos para una nueva ofensiva y el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, trata de animar a sus soldados, cada vez más desmoralizados, de cara a una prolongada defensa.
Según declaró a la televisión ucraniana el teniente general Ígor Romanenko, Ucrania ha pasado cada vez más a la defensiva. "En estos momentos tiene lugar una guerra de posiciones con contraataques nuestros en distintas direcciones. Es preciso reforzar todo esto con obras de ingeniería y fortificaciones. Es necesario crear un sistema de defensa", indicó. Según Romanenko, "tenemos que ganar tiempo para prepararnos para el año que viene", ya que los planes para 2024 "dependerán de las capacidades que podamos acumular ahora".
Las claves del día
Rusia avanza en el este de Ucrania y Zelenski anima las tropas de cara a una larga defensa
Reino Unido denuncia maniobras de supresión del Kremlin contra las protestas de las mujeres de los militares
Zelenski promete una reforma del servicio militar obligatorio en Ucrania
Putin ordena aumentar en casi 170.000 militares el personal de las Fuerzas Armadas rusas
Kiev asegura que los bombardeos rusos han matado a 2.000 civiles en Ucrania en lo que va de año
16:41
Rusia avanza en el este de Ucrania y Zelenski anima las tropas de cara a una larga defensa
Rusia mantiene la presión a lo largo de todo el frente, con avances en las regiones de Járkov y Donetsk, en el este de Ucrania. "En el sector del frente de Kúpiansk, las unidades del grupo Occidental mejoraron sus posiciones en las cercanías de la localidad de Sinkivka de la región de Járkov y repelieron 18 ataques del enemigo", informó este sábado el Ministerio de Defensa ruso en su parte de guerra semanal.
Mientras, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha visitado el sector de Kúpiansk para darle ánimos a las tropas de cara a una prolongada defensa. El mandatario llamó a los militares a "ser fuertes, no perder la iniciativa, defender la región de Járkov, Kúpiansk, cada localidad, cada metro cuadrado de nuestro país".
Mientas tanto, según declaró a la televisión ucraniana el teniente general Ígor Romanenko, Ucrania pasa cada vez más a la defensiva. "En estos momentos tiene lugar una guerra de posiciones con contraataques nuestros en distintas direcciones. Es preciso reforzar todo esto con obras de ingeniería y fortificaciones. Es necesario crear un sistema de defensa", indicó. Según Romanenko, "tenemos que ganar tiempo para prepararnos para el año que viene", ya que los planes para 2024 "dependerán de las capacidades que podamos acumular ahora".
12:16
Rusia informa de avances en los frentes de Járkov y Donetsk
El Ministerio de Defensa de Rusia informó hoy de avances del Ejército ruso en las regiones ucranianas de Járkov y Donetsk, en su parte de guerra semanal.
"En el sector del frente de Kúpiansk las unidades del grupo Occidental mejoraron sus posiciones en el frente en las cercanías de la localidad de Sinkivka de la región de Járkov y repelieron 18 ataques del enemigo", indicó la dependencia castrense.
10:06
Reino Unido denuncia maniobras de supresión del Kremlin contra las protestas de las mujeres de los militares
El Ministerio de Defensa británico cree "muy posible" que las autoridades rusas hayan emprendido una campaña de supresión contra las protestas de las mujeres de los militares rusos que combaten en el frente de Ucrania.
Esta campaña, según recoge la Inteligencia militar británica, comprendería sobornos a las mujeres para que dejen de protestar, así como mensajes de desprestigio en las redes sociales, en una maniobra decidida tras las protestas a pequeña escala que las mujeres protagonizaron en Moscú el mes pasado.
08:16
Un segundo grupo de unos 70 soldados ucranianos termina su entrenamiento en Patriot en Alemania
El Ejército de Alemania, la Bundeswehr, ha entrenado a un segundo grupo de soldados ucranianos, formado por unos 70 hombres y mujeres, en el manejo del sistema de defensa antiaérea Patriot.
Esta formación está a punto de concluir más de seis semanas su arranque. Los soldados que han participado en ella son un pequeño porcentaje de los alrededor de 10.000 ucranianos que la Bundeswehr y sus socios pretenden haber formado en diversas tareas para finales de año.
08:15
Zelenski promete una reforma del servicio militar obligatorio en Ucrania
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ha asegurado este viernes que impulsará una reforma de las leyes de reclutamiento y del servicio militar obligatorio que preverá las condiciones para la posible desmovilización de algunos de los combatientes de la guerra contra Rusia.
"Todo el mundo en Ucrania entiende que se necesitan cambios en este ámbito", ha manifestado el mandatario ucraniano en una publicación en su canal de Telegram.
EL REPASO
Alfonso Rojo: «Todos los días son negros en España, desde que nos cayeron encima Sánchez y su peste»
Contaminando, que es lo suyo
ALFONSO ROJO. periodista digital. 3 Diciembre 2023
Titulan los medios de comunicación no adictos al Régimen, haciendo balance de lo mal que va España, con una frase lapidaria: ’Jueves negro para Sánchez’.
Como periodista, discrepo; aunque sólo parcialmente.
Todas los días son negros, desde que nos cayó encima esta peste.
Partiendo de la evidencia de que la mayoría de las cosas son oscuras en el sanchismo, hay que reconocer que la de ayer fue una jornada particularmente lóbrega para el jefe del PSOE y sus compinches.
El Tribunal Supremo anuló el nombramiento a dedo de la la exministra socialista Magdalena Valerio, como presidenta del Consejo de Estado.
El Consejo del Poder Judicial, por primera vez en su Historia, rechazó el nombramiento de un fiscal general, subrayando que el socialista García Ortiz no es persona idónea para para el cargo.
Israel, que ha reanudado en Gaza la batalla contra los terroristas de Hamas, retiró su embajadora en Madrid, tras escuchar como desbarraba en TVE el antisemita Sánchez.
El Gobierno italiano criticó la Ley de Amnistía Sánchez-Puigdemont, porque amenaza el Estado de Derecho en España.
Más o menos en línea de lo que hicieron, el veterano socialista Felipe González y Francisco Pérez de los Cobos, expresidente del Tribunal Constitucional.
El Tribunal de Cuentas desveló que ha detectado un descontrol del carajo de la vela en los contratos de la fundación que preside la vicepresidenta Nadia Calviño.
En otras palabras, que los socialistas siguen a lo de siempre, que son los puticlubs con tarjeta oro oficial y pillar a dos manos en la caja a la que van los impuestos de todos los españoles.
Repsol amenazó con llevarse a Francia o Portugal inversiones de 1.500 millones, por la falta de seguridad jurídica y fiscal que esparrama la Coalición Frankenstein.
La lista es mucho más larga, pero no son estos tiempos de lamento, sino de lucha y debemos centrarnos en lo importante, que para mi, ahora, es esa negociación secreta que Sánchez y el PSOE perpetran en Ginebra, con Puigdemont y los golpistas catalanes, bajo la supervisión ‘anónima’ de los bien pagados representantes del mal llamado Centro para el Diálogo Humanitario Henri Dunant.
Digo pagados, porque encima pagaremos nosotros sus orondos emolumentos.
Para ponerles a ustedes en perspectiva, recordar que esos fulanos son los que se lo llevaron crudo mediando y haciendo de testigos en las negociaciones entre los narcoguerrilleros de las FARC y el Gobierno de Colombia o entre las bandas que protagonizaban la carnicería en Libia.
Sánchez que acaba de lanzar su ‘Ministerio de la Verdad’, creando una dirección general de ‘Discurso y Mensaje’ en La Moncloa, etiquetó en TVE a estos de la Henri Dunant, como ‘acompañantes’.
Eso, cuando nos enteramos de que planea ascender a número 2 de la Policía Nacional al comisario Manuel Soto Seoane, quien como jefe Superior en Madrid se encarga de reprimir a porrazos, con gases y pelotas de goma la protesta diaria de los ‘indignados’ ante la sede del PSOE en Ferraz.
Y que el Gran Ecologista, el supuesto azote del Calentamiento Global, moviliza un Airbus, un Falcon y un Super Puma para irse a pontificar en la Cumbre del Clima de Dubái.
Contaminando, que es lo suyo.
¿A quién engañará Sánchez, a sus socios de gobierno o a Bruselas?
El presidente del Gobierno deberá elegir si no cumple sus compromisos con sus aliados para la investidura o con las exigencias de la Comisión Europea
DANIEL LACALLE. LR. 3 Diciembre 2023
España es el segundo país de la Unión Europea que más ha aumentado la deuda pública desde 2019 hasta el primer trimestre de 2023, y no por poco. Más del doble que la media de la UE, 14,6 puntos del PIB comparado con 6 puntos del PIB de nuestros socios.
La acumulación de deuda en este periodo asusta. Los pasivos totales de las administraciones públicas, deuda que se debe y se paga, según el Banco de España, superan los dos billones de euros, un récord de 1,57 billones de euros de deuda según el protocolo de déficit excesivo, con una tasa de crecimiento del 4,9% anual. A ello hay que añadir que el Estado pagará 10.000 millones de euros más en intereses de deuda entre 2023 y 2024. España no crece, se endeuda.
Muchos dicen que eso le pasa a todo el mundo, pero España se endeuda tres veces más que la media de la UE para generar una unidad de PIB y seis más que EE UU.
El Instituto Juan de Mariana ha publicado un informe excepcional en el que resalta el estado desastroso de las cuentas públicas. La deuda pública crece en España a un ritmo de 164,8 millones de euros cada día, lo que supone 6,8 millones por hora, 114.155 euros por minuto y 1.903 euros por segundo. Por comunidades autónomas, el peor resultado es el de La Rioja, donde el Día de la Deuda llega el 17 de noviembre. Galicia, por el contrario, es la mejor situada, ya que agota sus ingresos el 28 de diciembre. A partir del 30 de noviembre, el Estado paga todos sus compromisos aumentando deuda. Además, la Seguridad Social registra el mayor déficit de caja de la UE. La deuda del sistema público de pensiones se ha triplicado con Sánchez.
Sánchez ha contado con el mayor estímulo fiscal y monetario de la historia desde 2019. Un apoyo sin precedentes del BCE, un aumento de deuda de más de 350.000 millones, déficit sin control porque las reglas fiscales de la UE están suspendidas y además es el segundo mayor beneficiario de los fondos Next Generation. Y con esas balas de rey deja la tercera peor recuperación de la UE, el segundo mayor aumento de deuda, la mayor tasa de paro oficial y eso sin contar un millón de demandantes de empleo que no aparecen en las listas, una inflación acumulada del 16,8% y la mayor pérdida de poder adquisitivo, dejando a España a 15 puntos en renta per cápita ajustada por poder adquisitivo comparado con la media de la UE cuando estábamos a 8 antes de su Gobierno.
El tema del paro es muy preocupante porque, según Fedea y BBVA Research, «mientras que el paro registrado se redujo en unas 155.000 personas entre los meses de octubre de 2022 y 2023, el ‘paro efectivo’, que se define como la suma del paro registrado y de los demandantes con relación laboral, experimentó un aumento de 10.000».
¿A quién engañará?
Ahora se acaban los mal llamados estímulos, que en realidad han sido disfraces, y la pregunta es a quién va a engañar, a Bruselas o a sus socios de coalición.
Bruselas exige un ajuste fiscal de casi 10.000 millones en 2024 y califica la situación fiscal del país como «muy difícil». Los socios de coalición han firmado con Sánchez compromisos de investidura que incluyen fuertes aumentos de gastos en un año en el que los ingresos ya caen y no van a poder pasarles a los ciudadanos un efecto inflacionista como el de 2021 y 2022.
A los primeros a los que va a engañar son a sus votantes. Ya les ha subido los impuestos a la electricidad, al gas natural, a los seguros y al ahorro, mientras les dice que van a pagar los ricos. Intentarán decirle a Bruselas que la consolidación fiscal vendrá vía ingresos inflando las cifras de recaudación estimadas, como siempre, y a la vez intentarán engañar a sus socios retrasando los compromisos de gasto y disfrazándolo con fondos europeos como ya han hecho. El problema es que todo eso termina en empeoramiento para familias y empresas.
YA HASTA EN LOS FUNERALES
BRUTAL ABUCHEO: Corren a ´gorrazos‘ al socialista SÁNCHEZ en la capilla ardiente de Concha Velasco
MARIO LIMA. periodista digital. 3 Diciembre 2023
Ira popular.
Y ya hasta en los funerales y eso que era el de una artista magnifica como Concha Velasco, estupenda actriz de cine, que en su juventud y cuando mandaba Franco era muy del régimen y no se perdía una en el Palacio del Pardo y ya talludita, como casi todos, se hizo muy progre, muy del PSOE, muy de la ‘zeja‘ de Zapatero y no de perdía otra en el Palacio de La Moncloa.
Como no podía ser de otra manera, brutal abucheo al socialista Pedro Sánchez cuando se presentó este sábado, 2 de diciembre de 2023 en la capilla ardiente de Concha Velasco, montada en el teatro La Latina.
La artista falleció este sábado a los 84 años de edad.
El personal no ha dejado apenas hablar al aturdido Sánchez.
El jefe del PSOE, cuyos ‘sicarios‘ estaban a esa hora pasteleando con los del fugado Puigdemont en Ginebra la ilegal amnistía a los golpistas catalanes y un referéndum separatista en esa región de España, ha sido recibido por la multitud allí congregada con abucheos y gritos de ¡¡fuera, fuera!!.
Sánchez, fiel a su estilo y con la caradura habitual, he intentado victimizarse ante los medios de comunicación, diciendo con cara de pena que personas ‘intolerantes‘ no le dejaban hablar y es «difícil hacer unas declaraciones» en esas condiciones».
A pesar de que algunos simpatizantes del capo socialista han querido apoyarle con aplausos, los pitidos y los abucheos superaban con creces los esfuerzos de los ‘adictos‘.
El ‘traidor’ Sánchez no puede pisar la calle sin recibir abucheos.
Es rara la ocasión en la que, pese a ir acompañado de sus palmeros, no recibe algún pito o grito.
Un detalle relevante, que indica que la indignación ciudadana y las constantes protestas están haciendo mella, es que al líder del PSOE se le quebró este sábado la pose de sonriente indiferencia con la que, hasta ahora, ha reaccionado a los abucheos cuando ha aparecido en un acto público.
Sánchez se desencajó, calificó de ‘intolerantes’ a los muchos que le mostraron su descontento y remató con un patético: «No me dejan hacer una declaración tranquilo«.
El socialista llevaba semanas blindándose de la calle, esquivando cualquier aparición que le expusiera a ciudadanos de a pie.
Desde que se anunció la entrega del PSOE a las exigencias de los independentistas –amnistía, condonación de 15.000 millones de deuda catalana y negociaciones secretas en el extranjero con mediador internacional–, la indignación social se ha disparado.
Botón de muestra son las manifestaciones que cada noche se repiten ante la sede central del PSOE en la madrileña calle de Ferraz, tomada por la Policía.
Más allá de sus contadas apariciones en actos de partido o institucionales, en suelo amigo, la de este sábado en la capilla ardiente de Concha Velasco era la primera exposición de Sánchez a pie de calle.
Y los espontáneos abucheos le sobrepasaron.
Fue increpado por ciudadanos, cuando los micrófonos de los medios de comunicación se disponían a tomarle unas declaraciones, y lo ha visto y oído toda España, menos la que se alimenta ovina de las mentiras que propagan Cadena SER, LaSexta, TVE y otros ‘pesebreros‘
El sobredimensionamiento del Estado
José Luis Feito. vozpopuli. 3
Diciembre 2023
Por sobredimensionamiento del Estado ha de entenderse una situación en la que el gasto público supera con creces los ingresos públicos que la economía puede generar recurrentemente. A veces también se utiliza este término para referirse a la existencia de un exceso de regulaciones e intervenciones en los mecanismos de mercado por parte de los diversos niveles del Estado que lastran el crecimiento económico. Otros, más finos, consideran que el Estado está sobredimensionado cuando los beneficios que procura a la sociedad son netamente inferiores a los costes que acarrean los impuestos y la burocracia necesarios para financiarlo. Esta dos últimas definiciones, sin embargo, se subsumen en la primera, ya que el menor crecimiento económico que provocan los excesos regulatorios e intervencionistas y los elevados niveles impositivos se termina traduciendo en un menor crecimiento de los ingresos públicos.
En la mayoría de los países occidentales el tamaño del Estado se ha adentrado en esa zona de sobrecarga como consecuencia de las respuestas fiscales a la Gran Recesión y a la pandemia, por una parte, y de la normalización de la política monetaria por otra. Durante los últimos años, los tipos de interés excepcionalmente bajos, junto con las compras de deuda por parte de los Bancos Centrales, han compensado artificialmente el aumento del gasto público estructural mediante la reducción de la carga de intereses de la deuda pública, al tiempo que han facilitado la colocación de las nuevas emisiones y renovación de vencimientos de dicha deuda. Si bien todo esto ha ocurrido en la mayoría de países, la situación es más delicada en unos que en otros. España, en concreto, se encuentra entre los dos o tres países europeos con peor situación fiscal, entre los dos o tres con un mayor sobredimensionamiento del Estado, debido esencialmente a las medidas adoptadas (y a las no adoptadas) desde el cambio de gobierno de 2018. En efecto, mucho más que a la pandemia, la desaforada expansión reciente del Estado en nuestro país obedece a la ideología que se encaramó al poder a partir de la segunda mitad de 2018.
Un sobredimensionamiento del Estado implica que, antes o después, se tendrá que recortar o al menos reducir sustancialmente el ritmo anual de avance del gasto público, ya que la acumulación de deuda pública que entraña el diferencial persistente entre gastos e ingresos públicos será antes o después insostenible. La insostenibilidad no se alcanza únicamente por la aparición de dificultades crecientes para renovar vencimientos o colocar nueva deuda, o por tener que hacerlo a tipos de interés muy superiores a los que disfrutan países con relativamente poca deuda pública. Aunque no hay que desdeñar la influencia de estos factores en 2024, cuando Italia tendrá que renovar vencimientos de deuda por un importe cercano al 25% del PIB y España por importe no muy por debajo del 20%. En el pasado no muy lejano, antes de las compras de deuda por parte de los Bancos Centrales, montos de vencimientos superiores al 15% del PIB constituían una señal de alerta para los mercados de deuda. La insostenibilidad se puede alcanzar también por el desplazamiento, la erosión, de la actividad privada, o por el peso creciente de la carga de intereses en el gasto público, o bien por la violación de las reglas de gobernanza de la eurozona, ya sean las antiguas o las nuevas, que serán de aplicación en 2024. La erosión de la actividad privada se produce tanto por las presiones al alza de las emisiones de deuda pública sobre los tipos de interés que soportan familias y empresas como por las subidas de impuestos directos con las que, infructuosamente, se intenta generar ingresos públicos suficientes para cubrir el disparatado nivel de gasto público. La carga de intereses de la deuda pública, que en nuestro país alcanza ya el 3% del PIB y aproximadamente el 12% del gasto público, en ausencia de medidas correctoras, se disparará en los próximos años por la normalización de la política monetaria.
Este gasto, algo inferior al presupuesto de educación y cerca de la mitad del de sanidad, ya está cercenando el gasto en inversión pública del Estado y lo hará aún más en los años venideros. En cuanto a las reglas de gobernanza de la eurozona, se apruebe lo que finalmente se apruebe, será imposible seguir teniendo déficit públicos corrientes o estructurales superiores al 3%. Según la Airef, España cerrará 2023 con un déficit corriente del orden del 4,1% y un déficit estructural cercano al 5%, los mayores de la UE. Que esto esté sucediendo a pesar de tres años de crecimiento económico sustancial y por encima de la media de la UE, del todavía reducido impacto de las subidas de tipos sobre la carga de la deuda, de las subidas impositivas y del extraordinario aumento de los ingresos públicos por la elevada inflación de estos años es la prueba irrefutable del sobrepeso, de la obesidad mórbida diría yo, del Estado en nuestro país.
Frustración social
De la incertidumbre inherente al “antes o después” que se mencionaba antes, de la imposibilidad de los conocimientos económicos para fechar con relativa precisión este incierto ámbito temporal, se suele aprovechar la clase política evitando actuaciones impopulares hasta que no sea inevitable adoptarlas. Esto ocurre a veces por incompetencia, a veces por cálculos electorales y otras veces por profesar ideologías reñidas con la disciplina presupuestaria y el bienestar económico. Pero, como reza el adagio, Mors certa, hora incerta. El no saber o el no querer hacer a tiempo lo que se debe hacer incrementa los costes y la frustración social que habrá que afrontar cuando llegue el ineludible momento de hacer lo que hay que hacer.
Franquito Sánchez
EDUARDO INDA. okdiario. 3 Diciembre 2023
Si en algo coinciden Francisco Franco y Pedro Sánchez es que a los dos les costó lo suyo llegar al poder. El general ferrolano fue despreciado por sus conmilitones en sus inicios porque era bajito, tirando a enanito, por su voz aflautada, por su beatería y por su parquedad verbal. No se mojaba ni a los pies de un manantial aplicando esa otra vieja máxima que hizo suya: «Uno es dueño de sus silencios pero esclavo de sus palabras». Le apodaban «Franquito». La historia del actual presidente del Gobierno es en este sentido clónica: nadie daba un duro por él en el partido, hasta 2014 no pasó de ser un concejal del montón en Madrid y más tarde un diputadillo al que no conocían ni en su casa y, para más inri, en Ferraz le llamaban «El Guapo» con la perogrullesca intención subliminal de presentarlo como una cara bonita en cuyo interior había poco más que serrín.
Franco llegó a la condición de número 1 del Ejército sublevado contra todo pronóstico. Acumulaban muchos más boletos los infinitamente más carismáticos Emilio Mola, alias El Director, y José Sanjurjo, pero casualmente —o no— ambos murieron en sendos accidentes de aviación. Y eso que el hombre que mandaría luego en España con puño de hierro durante casi cuatro décadas había sido el general más joven de la historia, gentilhombre de cámara de Alfonso XIII, amén de acumular un sinfín de medallas por méritos de guerra en Marruecos.
Al César lo que es del César: lo de Sánchez tuvo indiscutible mérito porque tanto en su primera elección como secretario general en 2014 como en la reválida de 2017 tenía al aparato y a los apparatchik en contra. En la primera noqueó a un Eduardo Madina auspiciado por el hasta entonces número 1, el genial Alfredo Pérez Rubalcaba. La segunda fue el más difícil todavía al ganar a todos y contra todos tras ser desahuciado de mala manera de su despacho en la cuarta planta del cuartel general socialista por su celebérrimo «no es no» a la investidura de Mariano Rajoy.
A su antagonista en las Primarias de hace seis años, Susana Díaz, la respaldaba todo hijo de vecino: desde Felipe González hasta Alfonso Guerra, pasando por José Luis Rodríguez Zapatero y el perejil de todas las salsas, Rubalcaba. Sin olvidar a un Ibex que veía con buenos ojos la irrupción de una socialdemócrata de verdad en el principal partido de la izquierda tras los años de desasosiego zapateril que nos legaron la mayor crisis económica de nuestra historia. Las dos gestas de Sánchez tal vez deberían haber sido objeto de estudio por parte de la vaticana Congregación para las Causas de los Santos, la encargada de determinar si un hecho sobrenatural reviste la condición de milagro o no.
El desdén de los suyos generó en el uno y ha generado en el otro un mix de resquemor y rencor que en el primero de los casos dejó mucha sangre por el camino y en el segundo muchos muertos, civiles naturalmente. Franco siempre dio la sensación de estar mosqueado con el mundo y de Sánchez cabe colegir tres cuartos de lo mismo. La única diferencia es que el primero no se inmutaba cuando se enfadaba con alguien, lo mandaba al ostracismo o al otro barrio sin que se le mudase el rostro, y el segundo es elefantiásicamente iracundo. De hecho, acostumbra a lanzar toda clase de objetos por los aires cuando se le cruzan los cables —dicen que más de un móvil ha hecho vuelo sin motor en su despacho— o directamente ametralla a insultos a su víctima como le ocurrió a Félix Bolaños, entre la estupefacción de sus compañeros de Consejo de Ministros, 24 horas después de quedar en ridículo en la Puerta del Sol por obra y gracia de esa Manuela Malasaña que es la jefa de protocolo de Ayuso.
Pero no son los únicos parecidos con la realidad que no resultan coincidencia entre los dos. Sus modos y maneras se asemejan por momentos. Lo sucedido esta semana en la Fundación Pablo VI provoca miedo por no decir pavor a quienes amamos la libertad por encima de todas las cosas. Cuando la gente se autocensura, como vimos en el comunicado de esta fundación previo a la visita de Pedro Sánchez, es que nos encontramos ya en la antesala de un régimen no precisamente democrático. De hecho, una de las características de las autocracias, que es lo que técnicamente es España en estos momentos, reside en la circunstancia de que la gente tiene miedo a expresar su opinión.
Eso de pedir a los estudiantes y al personal que mantengan la boca cerrada, por miedo a «sanciones administrativas», recuerda peligrosísimamente a lo que ocurría en el franquismo. Como franquista era gasear a los manifestantes que se enfrentaban en la calle a los grises para exigir libertad tras 39 años de dictadura y como franquistoide es repetir jugada medio siglo después con ciudadanos que han cometido el delito de protestar en Ferraz por la amnistía y el sinfín de cesiones a quienes protagonizaron el alzamiento del 1-O en Cataluña.
Franco perseguía con saña a los periodistas que se saltaban la censura y Sánchez lo hace con denuedo como, por cierto, confesó en una rueda de prensa en la pandemia ese general de la Guardia Civil empotrado en Moncloa llamado José Manuel Santiago: «Trabajamos para minimizar en la red todo el clima contrario a la gestión de la crisis por parte del Gobierno». Lo que traducido al castellano viejo significa que ficharon a todos los españoles y medios críticos con la gestión de una plaga que se tradujo en más muertos e infectados per cápita que nadie y en la eliminación de libertades y derechos que tanta sangre, esfuerzo, sudor y lágrimas habían costado conseguir tras 40 años de dictadura.
La frase del general Santiago, al que apartaron propinándole una patada hacia arriba tras su rapto de sinceridad, hubiera hecho las delicias del autoproclamado Caudillo de todas las Españas. Que no sabemos a dónde nos lleva este pájaro exactamente está claro, tanto como que no es un lugar precisamente bueno. La creación de una Dirección General de «Discurso y Mensaje» en Moncloa recuerda peligrosamente al Ministerio de la Propaganda de ese asesino canonizado por la memoria histórica que es Largo Caballero y al del genocida Goebbels.
He de recordar que, con dos pelotas, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) del malversador de José Félix Tezanos preguntó a los españoles durante la pandemia si eran partidarios de «limitar la libertad de información y canalizarla sólo por fuentes oficiales». Una iniciativa que a ningún gobernante anglosajón, escandinavo, germano o francés se le pasaría siquiera por la cabeza porque no figura en sus coordenadas éticas, mentales e intelectuales. Constituiría un imposible físico y metafísico para un demócrata de verdad. Y si en algún momento sucumbiera a la tentación, la idea pasaría a mejor vida en milésimas de segundo por miedo a que le cayera la del pulpo o por simple vergüenza torera.
A Sánchez le importa un carajo ser el presidente menos votado de la España del 78. La prueba del algodón la tuvimos también en el apogeo del virus chino cuando sucumbió a la tentación de gobernar a lo Franco: sin ningún tipo de control. El inconstitucional cierre del Parlamento y los igualmente ilegales estados de alarma certifican, más allá de toda duda razonable, que le molestan los contrapesos inherentes a cualquier democracia digna de tal nombre. Transformó el Congreso y el Senado en un remedo de las Cortes franquistas que existían como meros elementos de atrezzo de una tétrica obra dirigida en exclusiva desde el Palacio de El Pardo. La mítica frase de Franco, «haga como yo, no se meta en política», le casa como anillo al dedo a nuestro otro protagonista. No se meta en política, que de eso ya me encargo yo, Pedro Sánchez, en exclusiva.
Franco tenía por costumbre defenderse de las críticas inventándose enemigos externos e internos. Sobra decir que era un conspiranoico nato. Su satán particular era la masonería. Sánchez pasa de la masonería, básicamente porque pinta en España lo mismo que un vendedor de neveras en el Polo Norte. Pero Su Sanchidad coincide con Su Excelencia —como era obligado llamar al dictador— en su enfermizo odio a Israel, en llenarse la boca de conjuras mediáticas y en exhibir su aversión al capitalismo, al menos de puertas afuera. Dos frases les retratan como almas gemelas en esta materia:
—Repugnamos {sic} el capitalismo porque odiamos el abuso de los poderosos—, afirmó el sátrapa en 1949.
—Algunas grandes empresas aumentan sus beneficios año tras año, pagan bonus millonarios a sus ejecutivos, pero no suben un céntimo a sus empleados—, se descolgó el autócrata 74 años después.
El muro frente a quienes no piensan como él que prometió en su investidura hubiera puesto muy cachondo a Francisco Franco Baamonde -sí, sin h, la h es postiza—. Básicamente es lo que él practicó durante 39 años: gobernar para los que habían ganado la Guerra Civil con él y situar en tierra de nadie a quienes la habían perdido, que tuvieron que optar entre exiliarse o vivir cual apestados en España. Un modus operandi que nos retrotrae al «ustedes no se volverán a sentar en la mesa del Consejo de Ministros» con el que amenazó Pablo Iglesias apuntando con su sucio dedo índice a la bancada del PP y que tiene ligeras reminiscencias con el «ésta es la última vez que este hombre ha hablado en el hemiciclo» que salió de la boca de Pasionaria semanas antes de que el aludido, José Calvo-Sotelo, fuese acribillado por los escoltas de Indalecio Prieto. Una suerte de versión 3.0 del fascistoide Pacto del Tinell, en definitiva.
El intento de asaltar, apabullar o amilanar al poder judicial es otro de los paralelismos entre el franquismo y el sanchismo. Franco no sólo creó una nueva estructura judicial sino que hizo saltar por los aires la legislación existente para confeccionar ex novo una a su medida. El marido de Begoña Gómez imitó a Franco y, sobre todo, a Maduro, cuando lanzó el inquietante globo sonda de modificar el vigente sistema de mayorías reforzadas —tres quintos del Parlamento— por uno de simple mayoría absoluta para elegir el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), lo cual hubiera dejado al PP en evidente fuera de juego. Un proceder calcado del que implementó el narcodictador Hugo Chávez para someter a unos jueces que se negaban a cumplir sus designios. La bronca fue mayúscula intramuros, Europa puso el grito en el cielo y el autócrata se guardó sus tiránicos deseos para mejor ocasión.
El nombramiento de Magdalena Valerio como presidenta del Consejo de Estado fue otra cacicada más propia del franquismo que del periodo democrático. El Tribunal Supremo la ha anulado por una razón de cajón: carece del «prestigio jurídico» que marca la ley para el puesto. La ex ministra socialista es una persona de consenso, querida por todos, a izquierda y derecha, pero no pasa de ser una mera licenciada en Derecho con una oposición menor. Anteriores presidentes como Landelino Lavilla, Miguel Herrero de Miñón y José Manuel Romay son letrados del Consejo de Estado, Rubio Llorente era catedrático, es decir, ADNs a los que el cargo viene como anillo al dedo. Y Teresa Fernández de la Vega es magistrada, por el cuarto turno, es verdad, pero magistrada al fin y al cabo. El varapalo al fiscal general del Estado por parte del CGPJ, que lo ha calificado de «no idóneo» por primera vez en 40 años, muestra y demuestra lo que está perpetrando Sánchez con la separación de poderes.
Donde sí que vuelven a ser un solo hombre Franco y Sánchez es en otro procedimiento cuasiinfalible para someter por la vía de los hechos a la Judicatura: la aprobación de leyes injustas que los encargados de impartir justicia se ven obligados a aplicar sí o sí. El dictador lo hizo con una retahíla interminable de normas y el autócrata está imitándole con esa Ley de Amnistía que no podrá sortear ni el más osado de los magistrados. Lo mismo aconteció con ese Sólo sí es sí que dejó con las manos atadas a unos tribunales que, contra su elemental criterio, se vieron impelidos durante meses a poner en libertad antes de tiempo a los más deleznables violadores, pederastas y abusadores.
Que Sánchez no es el más listo de la clase, lo sabemos, pero nadie le puede discutir que atesora el instinto criminal que le falta a sus rivales, que no le duelen prendas a la hora de dejarse asesorar por gente notablemente más preparada que él y que su total y absoluta falta de principios le permite saltarse todos los límites éticos, morales y legales habidos y por haber. Lo cual facilita notablemente las cosas. Y con este amoral cóctel pretende perpetuarse en el Falcon más allá incluso de los 13 años y medio que ostenta el presidente más longevo: Felipe González. Por eso me permito rescatar la parrafada que Miguel Cabanellas, general coetáneo de Franco, al que conocía seguramente mejor que nadie, echó en cara a sus iguales cuando designaron al ferrolano «generalísimo» en 1936:
—Ustedes no saben lo que han hecho porque no le conocen como yo, si ustedes le dan España, va a creerse que es suya y no dejará que nadie lo sustituya en la guerra o después de ella hasta su muerte—. Cualquiera diría que estaba hablando de Franquito Sánchez…
Inda antifranquista
Nota del Editor. 3 Diciembre 2023
Vaya por donde ahora resulta que Inda es antifranquista. Comparar a Franco con el dr cum fraude es otro fraude.
Yo no sé quien le deformó las neuronas para convertirlo en antifranquista a estas alturas de la historia. pero anda sobrado de mala bilis contra todo lo que hicieron los españoles en tiempos de Franco.
La mentira como opresión
Alejo Vidal-Quadras. vozpopuli.
Diciembre 2023
Si hay una frase célebre sobre la verdad es la atribuida a Jesús en el Evangelio de San Juan que reza “La verdad os hará libres”. En una típica inversión diabólica, el mononeuronal José Luis Rodríguez Zapatero la cambió en un mitin en 2009 por “La libertad os hará verdaderos”. Esta traslocación es, efectivamente, demoníaca, porque equivale en el campo del pensamiento a la colocación del crucifijo cabeza abajo en una misa negra. A mí siempre me ha sorprendido que se le atribuya a ZP buen talante, naturaleza bondadosa y disposición amable. Siempre le he visto como una combinación letal de estulticia y maldad que aplicó con escasas luces, pero contumaz perseverancia, a poner las bases de la España dividida, desnortada, insegura y convulsa que hoy padecemos.
Tanto la sentencia del Nuevo Testamento como la socrática sobre la capacidad liberadora del conocimiento van en la misma dirección. Si no tenemos información suficiente y correcta, si nuestros interlocutores nos ocultan o deforman la realidad de los hechos, si se nos presenta lo falso como auténtico, nuestra libertad queda cercenada y somos, por tanto, objeto de opresión. Desde esta óptica, el que nos miente deliberadamente nos aherroja en una celda oscura, nos tiraniza y nos somete perversamente a su voluntad sin respetar la nuestra.
Estas consideraciones de apertura las hago después de haber leído con asombro la entrevista realizada a Pedro Sánchez el pasado jueves en el programa matinal de la primera cadena de Televisión Española. Es sabido que una de las exigencias más irrazonables de los golpistas catalanes en sus negociaciones con el PSOE para prestarle su apoyo en el Congreso, análoga a la que le planteó en su día a Zapatero la cúpula de ETA, consiste en la designación de mediadores, verificadores, facilitadores, elíjase cuál de estos eufemismos es más equívoco, internacionales, que hagan un seguimiento de las negociaciones y que garanticen su cumplimiento. La intención de los separatistas al plantear semejante condición es obvia, humillar al Estado español, haciéndole reconocer tácitamente que el proceso de diálogo entre el independentismo y el Gobierno de la Nación tiene lugar de igual a igual entre dos entes soberanos. Al aceptarla, Sánchez nos obliga a todos a rebajarnos hasta el escarnio delante de unos delincuentes condenados por graves delitos que se recrean así en la contemplación del que perciben en sus delirios como su mayor enemigo, doblando la cerviz ante su omnímodo triunfo.
Pues bien, en uno de sus impúdicos volatines dialécticos, que dejan en mantillas los triples mortales en el vacío de Pinito del Oro, el ocupante de La Moncloa tiene la desfachatez inusitada de decir que el trabajo de estos vigilantes del enjuague que se cuece con el prófugo de Waterloo, son necesarios porque es él, Sánchez, el que no se fía de Puigdemont y que, en consecuencia, el mecanismo de tutela de los eventuales acuerdos ofrece la gran ventaja de proteger al Gobierno de España ante posibles trucos de su contraparte secesionista. En su aparición televisiva, nuestro apolíneo jefe del Ejecutivo transforma su vergonzosa rendición en una inteligente astucia para ir mejor armado a la mesa del trapicheo. Hay límites en la exhibición de caradura que un ser humano, incluso uno con el rostro bien cubierto de cemento, no tiene arrestos de traspasar. Pedro Sánchez sí puede. Bastaría esta inaudita pretensión para demostrar que estamos en manos de un individuo cuyo equilibrio psíquico brilla por su ausencia y que representa, por tanto, un peligro existencial para el conjunto de sus conciudadanos.
Tras esta muestra de virtuosismo en la falacia, nuestro presidente del Gobierno, interrogado sobre la posible existencia de lawfare en la política española, demuestra cuajo insuperable al comunicarnos con su habitual rostro pétreo que “sí se han instrumentalizado instituciones públicas”. Un tipo que ha nombrado magistrados del Tribunal Constitucional a su antiguo ministro de Justicia, a su antiguo Fiscal General y a una oscura funcionaria de su total confianza, que designó Fiscal General del Estado a otra ministra de Justicia que pasó de un cargo a otro sin solución de continuidad, que eligió para presidir el Consejo de Estado a una de sus exministras, nombramiento recientemente anulado por el Tribunal Supremo por no ajustarse a la ley, que ha sustituido al Letrado Mayor del Congreso, un jurista de indiscutida preparación y competencia, por un títere suyo que lleva grabadas a fuego las siglas del PSOE como Milady de Winter la infamante flor de lis, un chapucero de tal calibre, se permite acusar sin recato a los jueces de incurrir en sesgo partidista. Sánchez no es que carezca de la mínima noción de decoro, es que la palabra vergüenza hace tiempo que se borró de su vocabulario.
Cuando se dice que Sánchez nos arrastra hacia un sistema totalitario por su invasión permanente de los órganos constitucionales y reguladores, se señala una deriva evidente, pero no debemos olvidar que son su recurso permanente a la mentira descarada y su atropello inmisericorde a la verdad sin recato ni freno, los que nos aprisionan en la peor y más cruel de las dictaduras.
Dictaduras y sanchiduras
Nota del Editor. 3 Diciembre 2023.
En tiempos de Franco, estas cosas no ocurrían, por el contrario, España la reconstruían todos los españoles con su esfuerzo.
Aquella "dictadura" es incomparable con la sanchidura actual, entéramente dedicada a destruir lo poco que va quedando de España
Catalán, lengua impropia
Rafael del Moral. vozpopuli. 3
Diciembre 2023
No hay nadie en el mundo, salvo en Cataluña, que utilice la lengua menos comprensible con la intención de mostrar que existe. Es una necedad tan grande que los argumentos en defensa de ese uso espurio producen el efecto contrario, rechazo y desprecio. Desde siempre, y también hoy, la educación y la eficacia exige utilizar en cada momento la lengua adecuada. Si carecieran de nombre y las designáramos por números (lengua 27, lengua 36, lengua 15) dejarían de ser argumento de independentistas. Se entendería mejor que elegimos la más útil en cada momento, y santas pascuas.
Nadie elige país. Para las 370.000 criaturas que, según las estadísticas, van a nacer en las próximas 24 horas, la probabilidad de hacerlo desde el vientre de una mujer china es, aproximadamente, el 18%, y española el 0,6%. Nadie tiene el privilegio de la elección. Somos lo que somos. Tampoco elegimos lengua. Toca la que heredamos, pero la necesidad de conocer el inglés afectará, también según las estadísticas, al 25% de las nuevas generaciones. Las de hablar español, queramos o no, son solo del 7,5 %, que no está nada mal, pues se trata de la segunda lengua del mundo, y las de hablar catalán unos 10 millones de hablantes, el 0,013%. Pero como el catalán pertenece al grupo de lenguas que no pueden existir como únicas, la cuota de nacidos en familias que transmiten el catalán, aprenderá necesariamente castellano o francés para no quedarse socialmente aislados.
Cuesta entender que hay lenguas que viven solas y otras que no pueden sobrevivir sin compañía, que necesitan pareja. Su acompañante suele ser una de mayor calado o más útil en la comunicación. Se equivocan quienes dicen que el catalán es su lengua. Es imposible. No hay hablantes de catalán, sino de castellano-catalán o catalán-castellano, que viene a ser lo mismo, ambas inseparables. Y no porque sean muy estudiosos y les guste aprenderlo, sino porque es imprescindible como el francés para los bretones o el ruso para los tártaros.
Si me hablan en una lengua que no entiendo cuando pueden hacerlo en otra que ambos conocemos, puedo pensar que se trata de un estúpido engreído maleducado, y es imposible que yo entienda que lo que quiere es darme a conocer su lengua. Ni siquiera para que sepa que existe. Dicen algunos catalanes separatistas que “mi lengua es la catalana y, por educación, la gente que vive en Cataluña debería entenderla y hablarla.” No, mire usted. Su lengua no es la catalana, sus lenguas son dos y si prescindiera del español se quedaría medio mudo. Y desde hace siglos los catalanes hablan español de la misma manera que unas cuarenta lenguas europeas como el catalán cuentan con otra de apoyo, generalmente el inglés, el francés, el italiano o el ruso, pero también el alemán o el polaco.
Otro argumento ingenuo es la identificación de un territorio con una lengua en razonamientos del tipo “si yo me voy a Francia hablaré en francés y no voy a pretender que nadie me hable en catalán, ya que estaré en un territorio que hablan otra lengua.” Entonces si uno es de Bélgica hablará belga y si de Suiza, suizo… ¡Qué ignorancia! Las demarcaciones administrativas no coinciden con las lingüísticas. No hay país europeo donde la lengua de la nación sea única en su territorio. Ni siquiera Islandia donde parece como si el islandés fuera la lengua única de la nación y no es así, porque el inglés está presente en la vida de la mayoría de los islandeses.
Consideran algunos catalanes independentistas que para proteger a una lengua que está en peligro de extinción hay que machacar y forzar a quienes no la hablen. Se olvida de que las lenguas no se aprenden a la fuerza, sino cuando los hablantes se acercan libremente a ellas porque su uso resulta eficaz. El catalán no puede ser más eficaz que el español, ni siquiera en Cataluña.
Protección de la lengua
Los más exaltados apostillan que no hablan catalán para molestar a nadie, sino para defender su lengua en peligro porque no quiere que desaparezca. Mal favor le hacen al catalán. Nadie tiene la obligación ni la necesidad de hablar catalán ni siquiera en Cataluña, así como ningún español tiene la obligación de hablar español en España y, puestos a disparatar, ningún suizo está obligado a hablar suizo.
Cataluña es tierra de acogida. Ha recibido gente de todos los lugares que no ha aprendido a hablar catalán, porque los oriundos tenían a bien hablar castellano desde el siglo XVI, y les venía bien hacerlo, y escribirlo, como lo muestra la extraordinaria fecundidad de escritores catalanes en lengua española. Mientras tanto, habrá que decir que la protección de una lengua no pasa por restregarla en las narices de quienes no la entienden.
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«HOY EL PARTIDO SOCIALISTA DEJA DE EXISTIR Y PASA A SER EL PARTIDO SEPARATISTA DE CATALUÑA»
Garriga reivindica en Cornellá a VOX como «la única alternativa para devolver la libertad, la prosperidad y la seguridad»
LGI. gaceta. 3 Diciembre 2023
El secretario general de VOX y presidente del grupo parlamentario de VOX en Cataluña, Ignacio Garriga, ha advertido que «hoy el Partido Socialista deja de existir y pasa a ser el Partido Separatista de Cataluña”. Durante el mitin celebrado en el feudo socialista de Cornellá bajo el nombre Contra la traición del Partido Socialista, Garriga ha querido dejar claro que «existe una alternativa —VOX— para devolver la libertad, la prosperidad y la seguridad».
Garriga ha recordado que «hasta hace poco», muchos «pensaban que el Partido Socialista era la alternativa al separatismo clasista y que ofrecía un escudo social, pero lo único que ha hecho ha sido blindar sus propios privilegios». A su vez, lo ha tachado como un partido que «ha traicionado a la gente obrera, a la gente humilde», siendo «el mayor freno para dar paso a la Cataluña post-separatista y convirtiéndose en la muleta de los poderosos», ha destacado Garriga.
El secretario general ha advertido de que «ha llegado el momento de desenmascarar al Partido Socialista, de señalar su colección de traiciones, de decir basta«.
Entre las traiciones que ha señalado Ignacio Garriga hay: «La rendición ante el señor Pujol para darle más competencias y la cesión del 15% sobre la recaudación del IRPF, la reforma del Estatuto que excluía el español e invadía de competencias al Gobierno nacional, y la expulsión de nuestra lengua común de las aulas y las instituciones».
Y con Pedro Sánchez, «incapaz de miraros a la cara a todos aquellos que visteis cómo ardían vuestras calles», ha recordado Garriga, que en 2021 «indultó a los responsables del golpe de Estado, suprimió el delito de sedición y rebajó la malversación«. Y ahora, «está dispuesto a acabar con el Estado de Derecho, con nuestra democracia y con nuestra unidad nacional», ha sentenciado el secretario general.
Por todo ello, Garriga ha querido destacar la importancia de que VOX esté presente en los gobiernos e instituciones, porque «si no estamos nadie defenderá la identidad de vuestros barrios, si cada día no somos más».
Lanzando así un mensaje de esperanza y definiendo a VOX como la única fuerza que «defiende a la gente humilde, a la gente que quiere prosperar y que quiere un futuro en igualdad de condiciones». «Defendiendo esos problemas reales que ni unos ni otros llevan a debate público, ni en los ayuntamientos, ni en las diputaciones, ni en los parlamentos regionales, ni qué decir del Parlamento nacional», ha acabado.
Por su parte, el líder sindical de Solidaridad, Rodrigo Alonso, ha señalado que los sindicatos UGT y CCOO «deben sentir vergüenza por no salir a la calle a defender a los trabajadores de España frente al golpe de Estado». «Tan sólo han salido para defender el acercamiento de presos etarras al País Vasco, para defender el indulto a los golpistas y ahora han salido en favor de la amnistía al separatismo golpista», ha denunciado.
En cambio, Solidaridad «está al servicio de los trabajadores de España luchando contra los traidores y en favor de la unidad de España, del Estado de Derecho y sobre todo de la democracia, porque es nuestra obligación legar a nuestros hijos una España unida, con un Estado de Derecho fortalecido y una democracia férrea». Por último, ha sentenciado que «la patria es la única defensa que tienen los trabajadores de España«.
Por último, el diputado nacional, David García, ha destacado que está en VOX «porque es el partido de las ideas, es el partido de los valores, es el partido que se siente orgulloso por nuestra historia y es el partido que está defendiendo España«.
Sánchez al banquillo
Jesús Cacho. vozpopuli. 3
Diciembre 2023
Éric Dupont-Moretti, Ministro de Justicia francés, fue declarado inocente este miércoles por la Corte de Justicia de la República (CJR) en París. Un Ministro de Justicia enviado al banquillo por la justicia. Estaba acusado de haber usado el cargo para ajustar cuentas –supuesto conflicto de intereses, penado con hasta 5 años de cárcel y 500.000 euros de multa- con jueces y fiscales a los que se había enfrentado antes de su salto a la política, año 2020, como uno de los abogados más brillantes de Francia, un letrado polémico e histriónico, un tipo muy rico, un mal enemigo al que resultaba difícil enfrentarse en Sala. Si bien esperado, el fallo de la CJR (la instancia que entiende de los delitos cometidos por los ministros en el ejercicio de su cargo) ha sido recibido con polémica, particularmente por parte de la izquierdista Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc Mélenchon: “Aunque el proceso demostró sin la menor duda su culpabilidad, una mayoría de jueces parlamentarios ha optado por absolverlo. Estamos ante una decisión política del tribunal político donde se sientan sus amigos”. Emmanuel Macron respiró aliviado al conocer la sentencia. Un veredicto de culpabilidad hubiera acabado con la carrera política del titular de Justicia, provocando al tiempo una crisis de Gobierno en el peor momento en lo que a popularidad se refiere del presidente galo. Dupont-Moretti es una apuesta personal de Macron, casi un capricho. Pero no acaban aquí las preocupaciones del mandatario: en los tribunales tiene también al ministro de Trabajo, Olivier Dussopt, y al anterior ministro de Justicia, François Bayrou.
En Francia, la Justicia funciona. En Francia, un país asediado por problemas de todo tipo, la rendición de cuentas está a años luz del puerto de Arrebatacapas en que se ha convertido España. Nuestro país ha vivido otra semana convulsa por culpa de un Gobierno cuyos miembros se pasan la Ley por el arco de sus caprichos, empezando por el propio presidente. Un territorio sin ley. ¿Osaría alguien pleitear con alguno de los miembros de este Ejecutivo? ¿Sería posible sentar en el banquillo al propio Pedro Sánchez? Razones no faltan. Ayer sábado, Junts y el PSOE se reunieron en Ginebra, en lugar desconocido, para seguir discutiendo cómo se trocea España a espaldas de los españoles. El PSOE espera que el mediador salvadoreño contribuya “a alcanzar la solución política y negociada al conflicto”. Para el PSOE, España, nación de siglos, tiene un “conflicto” con unos delincuentes con los que hay que negociar. Preside la delegación socialista un antiguo electricista sin carrera conocida y cuyos méritos residen en haber sido el conductor del coche con el que nuestro pequeño sátrapa recorrió el país en su viaje de vuelta a la secretaría general del partido. Una vez concedida la amnistía, todo el mundo se malicia lo que está sobre la mesa: el referéndum de independencia para Cataluña. Y nadie duda que nuestro señorito, dispuesto a bajarse hasta donde sea menester esos pantalones que el otro día se subía, consumado patán, en presencia del rey Felipe VI, terminará tragando. Después de lo de ayer en lugar desconocido de Ginebra, lo de Sánchez y el PSOE es de juzgado y movilización, no de Parlamento. Nunca España se vio tan arrastrada por el barro, ni los españoles sometidos a tanto oprobio. Ni siquiera en las famosas “renuncias de Bayona” en las que Carlos IV y su hijo Fernando regalaron el trono a Napoleón Bonaparte se vio nuestro país tan humillado. ¿No hay aquí materia para acusar a Sánchez de un delito de traición?
El artículo 102 de la Constitución se refiere específicamente a esta cuestión: “La responsabilidad criminal del Presidente y los demás miembros del Gobierno será exigible, en su caso, ante la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo. Si la acusación fuere por traición o por cualquier delito contra la seguridad del Estado en el ejercicio de sus funciones, sólo podrá ser planteada por iniciativa de la cuarta parte de los miembros del Congreso, y con la aprobación de la mayoría absoluta del mismo. La prerrogativa real de gracia no será aplicable a ninguno de los supuestos del presente artículo”. Según regula el reglamento del Congreso (artículo 87.1) la votación es secreta. Sánchez ha comprado a Junts su investidura a cambio de amnistiar los graves delitos cometidos contra la nación y su Constitución por el líder separatista y sus cuates durante los episodios que rodearon el 1 de octubre de 2017. Al margen del acto de suprema corrupción que supone esa dádiva, la amnistía significa, escribía Jesús Rul aquí esta semana, “que políticos catalanes protagonistas del golpe contra España en 2017 no son responsables de estos actos, convirtiéndose en “ciudadanos libres de la ley” en flagrante contradicción con el Estado de Derecho, piedra angular del sistema constitucional”. De aprobarse la ley, Puigdemont pasaría a ser un “civis absoluti legibus”, (ciudadano libre de la ley), de acuerdo con la formulación realizada por el clérigo y filósofo Bossuet en su defensa del poder absoluto de Luís XIV. Pero la amnistía ha venido acompañada de toda una serie de gabelas adicionales entre las cuales cabe citar la condonación de hasta 15.000 millones de la deuda acumulada por los gobiernos nacionalistas de la Generalidad. Sánchez se ha comprado la presidencia con el dinero de los ciudadanos. Malversación de caudales públicos. ¿No es esto un acto de suprema corrupción? ¿No merecería delito tan grave ser llevado ante los tribunales de justicia?
Cualquier persona podría presentar ante la Sala Segunda del Supremo una querella por prevaricación o malversación sin autorización del Congreso. ¿Quién es el guapo que se atreve en esta España narcotizada por el miedo? ¿Cómo es posible que el mosso huido a Waterloo como escolta de Puigdemont siguiera cobrando su sueldo de la Generalitat? ¿Quién está pagando los viajes de Santos Cerdán para reunirse con el prófugo? ¿El desplazamiento del susodicho a Ginebra de ayer sábado se ha pagado con dinero público? ¿Quién va a correr con los honorarios del “mediador” salvadoreño y toda su cohorte? Sería interesante ver cómo interpretó esos supuestos delitos el actual Fiscal General del Estado, un tipo achicharrado después de que el CGPJ le declarara este jueves no apto para el cargo, cuando se desempeñó como Fiscal Anticorrupción en Galicia. En el caso de la Fundación Cela, acusó por malversación solo por pagar el despido del gerente lo que estipulaba el estatuto de los trabajadores. Si Álvaro García Ortiz aplicase los criterios de los que hizo gala en Galicia, debería proceder a querellarse contra Sánchez y toda su tropa por una acumulación de casos. En realidad no podría hacer otra cosa sino querellarse contra quien lo ha nombrado. Leído el viernes en Vozpópuli: “El PP busca acorralar a Bolaños por usar medios del Gobierno en funciones para redactar la Ley de Amnistía” (…) “El Gobierno maniobra para ocultar los viajes de los altos cargos de Yolanda Díaz y Magdalena Valerio en Trabajo” (…) “Sánchez coloniza los ministerios con cargos afines: `Este es el verdadero muro del PSOE´”. “El 60% de los receptores de los fondos UE son entes públicos, que además captan el 88% del dinero acumulado”. Prevaricación al por mayor. Malversación de cualquier cuantía.
Hoy es imposible asistir a una reunión de abogados donde no salga a relucir “la prevaricación de Sánchez” en el ejercicio de su cargo. Lugar común. Es cierto que delimitar la extensión del dolo para concluir si el presidente puede ser sujeto pasivo de una investigación penal solo puede ser materia de expertos, asunto que rebasa con mucho los límites de este artículo, pero sorprende en grado sumo el silencio de la sociedad civil a la hora de tomar alguna iniciativa en este sentido ante un personaje que está llevando a la nación a una situación límite, posiblemente de no retorno. Un país que parece haber agachado la cabeza acomodándose a su suerte con resignada indiferencia. Un país tan devastado por los escándalos, tan acostumbrado a la diaria serie de horrores, que parece haber perdido toda capacidad de reacción. Tenemos un ministro del Interior que presume de haberse ciscado en las sentencias favorables, incluso del Supremo, al coronel Pérez de los Cobos y ahí sigue alegremente triscando del cargo. La palabra que define la situación desde junio de 2018 es corrupción, corrupción política o la asociación perfecta entre delincuencia y política.
En este país se ha sentado en el banquillo a concejales chorizos por firmar una licencia de edificación al corrupto del pueblo, pero el gentío asiste indiferente al itinerario de un presidente que regala el Sáhara a Marruecos sin la menor explicación, que quiebra el Estado de Derecho, compra su investidura con dinero público, y rifa el destino del país en Suiza con “mediadores” de chichinabo, y nadie reacciona, nadie se mueve, nadie se rebela. Y todo lo hace por “bemoles”, pro domo sua, en su personal beneficio. Y no es que falten bufetes de postín con capacidad más que sobrada para jugarse el tipo en defensa de España, ni heroicos empresarios dispuestos a escurrir el bulto cuando de enfrentarse al signatario del BOE se trata. Silencio y cobardía. En Francia, la Justicia ha sentado en el banquillo a Dupont-Moretti; en España es Sánchez el que quiere sentar a los jueces en el banquillo. Pedro, en efecto, ha declarado la guerra a la Justicia. Algunas togas se han rendido ya, pero la mayoría se mantiene firme en la trinchera de la defensa del Estado de Derecho. Una guerra plena de significado, porque el jefe mafioso sabe bien que son los jueces los que pueden colocarle un día no lejano entre rejas. A él y a toda su banda. ¿Alguien se atreverá algún día a meter en la cárcel a Pedro Sánchez Pérez-Castejón?
Pedro Sánchez o el síndrome de Scarlett O’Hara
ROSA DÍEZ. okdiario. 3 Diciembre 2023
Comprender los motivos por los que Pedro Sánchez ha ido tomando determinadas decisiones a lo largo de su vida política y neutralizar las consecuencias de sus actos requiere que analicemos su personalidad, la pulsión que mueve a ese hombre y que nada tiene que ver con la ideología que confiesa o con la que gusta de adornarse.
Cada una de las decisiones políticas que ha ido tomando Pedro Sánchez ha estado precedida de solemnes desmentidos. Desde el compromiso de convocar elecciones de forma inmediata tras ganar aquella moción de censura destructiva hasta los socios con los que no iba a coaligarse (Podemos) o con los que de ninguna manera iba a suscribir acuerdos para lograr una mayoría que le permitiera alcanzar el poder (Bildu), todo ha sido mentira. Qué decir de los indultos generalizados con los que pagó el voto a los sediciosos y prevaricadores catalanes después de haber dado su palabra de que respetaría íntegramente las sentencias y los delincuentes cumplirían -también íntegramente- las condenas. La última -a día de hoy, que mañana ya veremos- es haber trasmutado el compromiso de traer a Puigdemont para que sea juzgado por los tribunales españoles en un acuerdo con el prófugo en base al cual se aprobará una ley de amnistía con la que el Estado español pedirá perdón a los delincuentes por haberlos juzgado, borrará los delitos que cometieron, declarará que España es una democracia de baja calidad que aplica leyes antidemocráticas y tiene tribunales prevaricadores, y constituirá comisiones de políticos que se dedicarán a juzgar a los jueces. Todo ello no es consecuencia de que él cambie de opinión; es que, como en la fábula de la rana y el escorpión, él es así, está en su naturaleza.
Mientras escribo estas líneas, un enviado de Sánchez se reúne en Suiza con un enviado de Puigdemont para decidir entre ambos el futuro de España y de nuestras instituciones. Y para que la humillación al Estado y al conjunto de los españoles sea aún mayor, esas reuniones cuentan con un mediador internacional que verificará y tutelará las conclusiones de los acuerdos y su cumplimiento. Que esas reuniones se celebren en territorio extranjero resulta completamente coherente con la ley de amnistía y con los acuerdos suscritos en Bruselas entre PSOE y Junts; si ambos han convenido que los golpistas catalanes actuaron contra un falso orden constitucional porque en España no existe el Estado de derecho y los tribunales de justicia aplican leyes no democráticas, es normal que ni el PSOE ni Junts (el partido que preside el Gobierno y el que dirige un prófugo de la Justicia contra el que pesa una orden europea de búsqueda y captura) no reconozcan que las Cortes Generales son la sede en la que reside la soberanía nacional. De una sola tacada, Sánchez ha convertido a un prófugo en exiliado político y ha exiliado a las Cortes, anulando los efectos del artículo 1.2 de la Constitución: «La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado». Y el Artículo 66 al completo:
1. Las Cortes Generales representan al pueblo español y están formadas por el Congreso de los Diputados y el Senado.
2. Las Cortes Generales ejercen la potestad legislativa del Estado, aprueban los Presupuestos, controlan la acción del Gobierno y tienen las demás competencias que les atribuya la Constitución.
3. Las Cortes Generales son inviolables.
Y, como siempre que se juzgan los actos del personaje que preside el Gobierno de España, vuelve la pregunta de cómo es posible que sólo para mantenerse en el poder Pedro Sánchez haya llegado al extremo de deslegitimar al sistema que le ha permitido llegar al poder. La respuesta es bastante sencilla, pero para llegar a ella hemos de desechar los tópicos que se aplican a un político al uso. En primer lugar hemos de asumir que lo de este hombre no es de análisis sino de diagnóstico, pues la pulsión que mueve todos sus actos no obedece a su ideología sino que descansa en la confluencia de dos poderosas fuerzas de su personalidad. De una parte, su irrefrenable ambición de poder, propia de un narcisista de libro que le permite actuar con autocomplacencia, grandiosidad y arrogancia, pues se sobrevalora y desprecia a los demás y se vuelve agresivo ante la crítica; y de otra parte, la acumulación de frustraciones en los primeros años de su vida política en los que tuvo que soportar que en su partido no le reconocieran sus méritos. El narcisismo es de origen; la necesidad de venganza es consecuencia de los años en los que fue acumulando resentimiento.
Y es que, aunque poca gente lo recuerda, durante muchos años Pedro Sánchez fue un meritorio de los Pepiño boys que lo nombraban suplente en las tertulias, lo incluían en las candidaturas al Ayuntamiento o la Asamblea de Madrid en puesto de no salida, le encargaban que trabajara para recoger avales de uno u otra candidata, lo ponían en la lista del Congreso por Madrid en lugares en los que había de esperar meses o años a que se produjeran dimisiones para recoger el acta de diputado… Todo eso fue forjando al hombre que hoy conocemos, a ese personaje soberbio que necesita una permanente atención, a ese hipócrita frío cuyas relaciones interpersonales se caracterizan por la autopromoción y que ha dado sobradas muestras de ser capaz de destruir a quien no le muestre pleitesía o le rechace por haber descubierto lo que es.
Según diversos estudios científicos (a modo de ejemplo el articulo firmado en 2015 Frieder Wolfsberger publicado en Mente y Cerebro) puede afirmarse que quien posee los tres ingredientes de la personalidad denominada en Psicología como la Triada Oscura -psicopatía, maquiavelismo y narcisismo- está muy bien dotado para dedicarse a la política. Si a eso le añadimos la acumulación de resentimiento, nos salen las obras de Pedro Sánchez. Y no me refiero a los libros o tesis doctorales que le escriben otros y firma él sino a esos actos increíbles que jalonan su herencia política maldita para la convivencia entre españoles y para la seguridad y permanencia de nuestro Estado de derecho.
Así, degenerando y yendo siempre más lejos de lo que cualquiera, -incluidos quienes peor opinión sobre él- pudiéramos temer, es como Pedro Sánchez ha llevado a España a esta situación que comienza a presentar signos de ser límite. Porque él, cual Scarlett O´Hara, hace cada mañana un juramento: «A Dios pongo por testigo que no podrán derribarme. Sobreviviré, y cuando todo haya pasado, nunca volveré a pasar hambre, ni yo ni ninguno de los míos. Aunque tenga que mentir, robar, mendigar o matar, ¡a Dios pongo por testigo que jamás volveré a pasar hambre!». A la vista está que ese es el único juramento que guía a Pedro Sánchez: hacer lo que sea, con quien sea y como sea para mantener el poder.
No soy de jaculatorias, pero a lo mejor hemos de poner a Dios por testigo de que la España insumisa que ha salido a la calle para proteger a nuestras instituciones y la libertad e igualdad entre españoles no callará ni cederá en la defensa de la democracia y resistirá hasta triunfar sobre los abusos de poder del Gobierno de Sánchez y sobre su pretensión de romper la unidad de la Nación. Así que, por lo que a mí respecta, ahí va el juramento: Jamás volveremos a callar, jamás permitiremos que un tipo borracho de ambición de poder y un partido político que ha traicionado lo mejor de su historia democrática tiren por la borda la democracia que construyeron nuestros padres y que tenemos el deber de ceder a las nuevas generaciones. Jamás nos rendiremos.
La última legislatura de la democracia y la corte golpista instalada en Suiza
Federico Jiménez Losantos. libertad digital. 3 Diciembre 2023
En un discurso extraordinario, por su pulquérrimo respeto a la Nación y a la Constitución, el Rey abrió el miércoles 29 de noviembre la última legislatura de la democracia, si por tal entendemos el régimen que nace formalmente tras la masiva aprobación en referéndum nacional de la Constitución de 1978, necesariamente precedida por el referéndum para la Ley de Reforma Política en 1976 y las elecciones democráticas de 1977, ambas obra de Suárez, con el respaldo decisivo del Rey Juan Carlos I y el guion de Torcuato Fernández Miranda. La Transición se hizo "de la Ley a la ley". Nadie perdió con el cambio de régimen sus propiedades ni sus derechos civiles. En rigor, los aseguró en un Estado de Derecho plenamente europeo, que llenó los vacíos legales del régimen nacido de la Guerra Civil. Ese fue el milagro de la Transición, que el Rey supo evocar con melancolía.
Los valores perdidos del 78 y la corte de Puigdemont en Suiza
Esos valores del cuerpo político español, sujeto de nuestra soberanía en el régimen constitucional, han desaparecido, por obra y desgracia de Sánchez, un presidente del Gobierno que sólo ha llegado a serlo gracias a unos criminales cuyos delitos ha prometido borrar a cambio de sus votos. La cara de los reyes y la Princesa de Asturias, a pocos metros del Felón, tenían, como era obligado, un aire de funeral, de entierro, de despedida de una época extraordinaria de la historia de España, que los que la vivimos no olvidaremos, aunque el perjuro Sánchez tratará de borrar como sea.
No lo conseguirá. Pero, por si acaso, el Rey hizo bien en recordar las bases morales de aquel acuerdo nacional que ha durado 45 años, aunque su demolición por el partido de Zapatero y Sánchez empezara el 11M de 2004. Pudo rehacerlo Rajoy, con mayoría absoluta y más tras el golpe de 2017. No hizo nada, y la segunda parte de aquel golpe la estamos viviendo ahora. Sólo hay un cambio, pero sustancial: el presidente del Gobierno de España encabeza ahora el Golpe, y ha instalado en Suiza una corte en torno al rey Puigdemont y ha abierto por su cuenta un espurio período constitucional, cuya legitimidad ya no depende de los españoles, privados de su soberanía, sino de los golpistas de 2017 y de unos "verificadores internacionales", que siempre sirvieron al terrorismo etarra, gran aliado de Sánchez, y que, en la más grotesca clandestinidad, sólo les falta la capucha, sentarán las bases del régimen golpista. Todo esto sucede en España y la Unión Europea en 2023.
Un discurso del Rey para la historia
El discurso del Rey, tras el brutal eructo de Francina Armengol, fue una pieza de marquetería, habilidad carpintera de ensamblar piezas muy distintas con un propósito estético de conjunto, que, sin duda, consiguió. Pero su gesto y sus palabras tenían un aire testamentario, inevitable ante la presencia de Sánchez y la ausencia de sus cómplices en la demolición del orden constitucional y, por tanto, de la monarquía parlamentaria. Vale la pena leer sus partes sustanciales, por si fuera el último del régimen del 78.
Tras los saludos protocolarios al presidente del Gobierno, ministros y diputados, el Rey se refirió a la función esencial de la Corona, uniendo sutilmente el juramento de la Constitución por la Princesa de Asturias y el ejercicio del voto por primera vez en las elecciones generales y, ojo, antes en las municipales y autonómicas, que arrojaron un resultado muy distinto:
"Ante estas Cortes Generales, el pasado 31 de octubre, la Princesa de Asturias prestó el juramento previsto en la Constitución, como Heredera de la Corona. Asumió así la responsabilidad institucional que le corresponde y proclamó su voluntad permanente deservicio a los españoles. Y hoy quiero agradecer el afecto recibido en este hemiciclo, así como también todas las muestras de apoyo de los ciudadanos en un día de tanta trascendencia para España."
"Para la Corona, el juramento de la Princesa es condición de su continuidad en el desempeño de la misión asignada a la Monarquía Parlamentaria en la Constitución. Es, también, para el conjunto de las instituciones que integran el Estado, la celebración de un acto parlamentario mediante el que se hace pública la adhesión solemne de la Princesa a los valores y principios constitucionales. Significa, finalmente, para los ciudadanos, la certeza de estabilidad en el leal desempeño de las funciones de la Jefatura del Estado."
En las elecciones generales del 23 de julio, así como en las municipales y autonómicas del 28de mayo, miles de jóvenes de la misma edad que la Princesa ejercieron por 1ª vez su derecho de voto. Un hecho −siempre emocionante en el plano personal− que supone, desde el punto de vista social, la ampliación y renovación de nuestra comunidad política. Nuestra vida colectiva se debe enriquecer con sus aspiraciones, necesidades e inquietudes."
"Los jóvenes son quienes más desarrollan las energías sociales, impulsados por la ilusión de quienes tienen por delante un amplio horizonte y una capacidad natural de adaptación a los nuevos tiempos. El futuro siempre es promesa de algo mejor y nuestros jóvenes, que serán sus protagonistas, aspiran con todo derecho a esa mejora. Pero, para afrontar ese futuro con confianza, para afrontar una época de grandes cambios y transformaciones precisan de un marco democrático –como el que representa la Constitución– que les permita convivir y prosperar en libertad, y necesitan recibir una España cohesionada y unida."
Para los etarras, comunistas y separatistas, la Transición fue un éxito de la nación española, que supo pasar del franquismo a la democracia sin desunirse. De ahí el elogio del Rey como modelo para nuestra democracia, que ni puede ni debe separarse de la continuidad nacional:
"Cada elección es resultado de un camino anterior; es la consecuencia de un devenir histórico en el que hemos ido configurando nuestra identidad. Desde hace siglos, España ha sido una realidad compartida y edificada por mujeres y hombres de diversa procedencia social o geográfica con ideologías distintas, pero con una idea común: un mejor país para todos."
"Un país que en 1978 alcanza su mejor expresión en el entendimiento mutuo sin imposiciones ni exclusiones y en la voluntad de integración que enriquece, con la diversidad y el pluralismo, nuestro proyecto común, nuestro vínculo emocional y solidario como Nación. Esto fue lo que hicieron los españoles hace 45 años. Nos dejaron una Constitución, que es el alma de nuestra democracia y libertad, con un espíritu inclusivo de ideales y convicciones y un propósito común como jamás habíamos tenido. Una España serena, ilusionada, confiada en su futuro. Debemos honrar ese legado; un legado de grandeza, responsabilidad y sentido de la Historia".
"Reivindicar el profundo significado de aquel gran pacto entre los españoles que está en el origen de nuestra democracia no es, en absoluto, mirar atrás con nostalgia; sí es, en cambio, una orgullosa y consciente reafirmación de nuestras mejores capacidades como país y del mejor logro que ordena, en nuestros días, la vida de la sociedad española: la Constitución. Y por ello, debemos honrar su espíritu, respetarla y cumplirla, para hacer efectiva la definición de España como un Estado Social y Democrático de Derecho".
Decir "Estado de Derecho" es mentar la bicha al sanchismo, que está empeñado en su disolución, pero el Rey subrayó su carácter fundamental:
"Tres dimensiones de nuestro Estado que, como señalé ante estas mismas cámaras, en la apertura de la legislatura anterior, son los tres pilares esenciales, inseparables e indisociables entre sí de una misma realidad histórica y política, que es España, y que garantizan nuestra convivencia colectiva".
En fin, antes de declarar abierta la legislatura, Felipe VI recalcó:
"Nuestra obligación, la obligación de todas las instituciones, es legar a los jóvenes una España sólida y unida, sin enfrentamientos ni divisiones."
Naturalmente, este discurso era una enmienda a la totalidad de la producción intestinal más que verbal de la presidenta del Congreso y al proyecto de Sánchez que, como ya se sabía entonces, sitúa la Jefatura del Estado en Suiza, en manos de un prófugo de la justicia y árbitros ocultos. Como si España no fuera Estado, sin Ley ni Rey, sino un baldío político en que edificar todas las fantasías totalitarias del Felón y de sus cómplices.
En general, no se apreció el discurso sino el gesto adusto del Rey, la reina y la Princesa. Pero yo creo que el mejor gesto del Rey fue su discurso.
Las crónicas diarias de la destrucción, como en la II República
Como sucede con las de la II República, sobre todo las de 1936, nada explica mejor la caída de un régimen que la crónica periodística que, al día, se hace de los sucesos políticos. Toda la prensa de derechas da cuenta, con todo detalle, del asalto a la legalidad por el gobierno del Frente Popular. Lo mismo sucede con el golpe de Sánchez al servicio de los golpistas de 2017. Estos son los impresionantes dos primeros párrafos de la crónica de las abdicaciones de Suiza, comparables a las de Bayona de 1808, que firmaban ayer en El Mundo Víctor Mondelo, Ángeles Escrivá y Manuel Marraco:
"El PSOE, el partido del Gobierno, inicia este sábado en Ginebra una negociación inhóspita e incierta con Carles Puigdemont sobre la celebración de un referéndum de independencia y la concesión de un concierto económico que permita a Cataluña recaudar el 100% de los impuestos para emanciparse fiscalmente del resto de España ya antes de lograr esa hipotética secesión, pues éstas son las exigencias "de máximos" con las que Junts acudirá a la cita.
Y con ello no sólo acepta la formación de Pedro Sánchez que la estabilidad del Ejecutivo descanse sobre un partido independentista radical dirigido por un prófugo de la Justicia que promovió el quebranto del orden constitucional para buscar la desmembración del Estado, sino que permite que la viabilidad de la legislatura dependa de los avances de unas conversaciones totalmente opacas, que se llevarán a cabo en el extranjero para impedir la detención de uno de sus promotores y que estarán supervisadas por un verificador dedicado a la mediación en "conflictos", como deseaban los secesionistas, para escenificar internacionalmente una negociación en plano de igualdad entre dos naciones."
Todo está ahí. El partido en el Gobierno, no cualquier partido, ojo, acepta negociar en la más absoluta ilegalidad, que eso es la clandestinidad, ante unos mediadores ocultos que ya sirvieron a la ETA y cuyo contacto entre la banda, el centro Henri Durant y Puigdemont ha sido durante años Josep Lluis Alay, jefe de gabinete del prófugo y contacto fijo de Putin en Cataluña. Y lo que negocia el Gobierno es algo que no se sometió a las urnas en las pasadas elecciones de Julio, en cuya campaña Sánchez y los suyos tacharon de ilegal e imposible una Ley de Amnistía. O sea, que este no es un Gobierno salido de las urnas para hacer esto, sino lo contrario.
Si bien se mira, en Suiza hay dos "verificadores": los que oculta el tinglado "Henri Durant" y Moscú, que está en todas partes. Todo se hace a espaldas de la Unión Europea, que considera a Putin lo que es, un brutal genocida, a espaldas de las Cortes y del Jefe del Estado, a espaldas de la oposición, a espaldas, en fin, de toda legalidad, española o europea. Nunca un Gobierno se ha zambullido más hondo en el fango del delito que este recién nacido de Sánchez, que dice que Israel está fuera de la legalidad internacional, cuando el que coloca a España fuera de la legalidad es él. ¿Desde cuándo España debe reunirse en otro país para negociar con una de sus regiones, Cataluña, su autodeterminación, como si fuera una colonia? ¿Desde cuándo somete a "verificación" por agentes ocultos, el futuro de su integridad territorial, su régimen legal y el pago de multas gigantescas?
Porque nadie sabe lo que tratan. Nadie sabe lo que esconden. Nadie sabe lo que aplazan. No hay luces y los taquígrafos van encapuchados. Y este trato entre unos delincuentes y un político desalmado, movido por simple interés personal, tiene como prólogo, sólo prólogo, esa Ley de Amnistía, que destruye la legalidad vigente y la independencia del Poder Judicial. Ha rebelado a toda la oposición, ha sacado a dos millones de personas a la calle en defensa de la Nación y a la Constitución, ha puesto en pie de guerra a todos los jueces, a todos los fiscales, salvo la minúscula secta roja que representa al 7% y ha copado 14 de los 17 últimos cargos; ha provocado una auténtica rebelión entre altos y bajos funcionarios, también entre los diplomáticos más importantes con gobiernos del PP y el PSOE, no hay institución mínimamente respetable que no proclame su oposición a la Ley Amnistía y al proceso de liquidación nacional que abre ¡en Suiza! Y todo este plan de traición a plazos, nos dicen que es "por la convivencia".
Sánchez, un mentiroso patológico
En una entrevista de una obscenidad inédita, incluso en Televisión Espantosa, Sánchez ha dicho que nunca habló de "levantar muros", que es una mentira de la Derecha. Fue el centro de su discurso de investidura y lo ha ampliado después a Israel, Argentina, Estados Unidos e Italia, cuyos jefes de Estado han sido todos elegidos democráticamente, o pueden volver a serlo, como Trump. No cabe presumir de ser el Sietemachos Antifascista y al mismo tiempo negarlo. Ni decir que no ha dicho lo que repite a diario.
Más difícil era defender sus tratos fuera de la Ley con Junts, que se ha presentado a todas las elecciones nacionales, regionales y europeas, pese a haber sido algunos de sus dirigentes juzgados y condenados por el golpe de Estado de 2017. La huida de Puigdemont y la inhabilitación temporal de Junqueras son distintas. Junqueras se sometió a la Justicia; el otro, no. Pero Sánchez equipara al fugitivo de Waterloo con Polifemo para justificarse ante los dos, y dice que están en una situación irregular, incómoda, y que todo eso y más lo solucionará él, con la Ley de Amnistía y lo que le cuelga, que es mucho, aunque no sabemos cuánto. No lo sabe ni él. Dice que todo lo hace para lograr la paz en Cataluña, esa que en Julio había conseguido.
El vértigo mentiroso de Sánchez no linda con lo patológico, es patológico. Y con este loco al volante, España va camino del barranco. No habrá más legislaturas constitucionales, porque a él le va mucho mejor sin Constitución. No habrá acuerdo duradero con los separatistas porque a los separatistas no les conviene, y él depende de ellos. Habrá amnistía para los etarras, porque la ETA quiere, y a cambio tal vez le deje compartir con ellos el gobierno vasco… si no prefiere al PNV, suicidado en el ara de Sánchez. Por donde uno mire, ve a los enemigos de España con todas las cartas en la mano para destruirla. Y ve a Sánchez dispuesto a cargarse la Nación, la Constitución, la monarquía, las Cortes, la economía y hasta el Museo del Prado. Pretende reescribir el pasado… al dictado. Y a gobernar a coces.
Lo que España ha llegado a ser, lo que ha parecido ser no hace tanto y en lo que se ha convertido en manos de este sujeto es casi inverosímil, pero rigurosa, ásperamente cierto. Ojalá el Rey pueda abrir otra legislatura en la que la Nación sea una, la Constitución esté vigente y gobierne la Ley. Por pedir que no quede. En tres semanas, Navidad.
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