Recortes de Prensa Lunes 22 Abril 2024


El Ejército ruso anuncia la toma de una localidad ucraniana cerca del bastión de Chasiv Yar en Donetsk

Adriana López. el confidencial. 22 Abril 2024


El ejército ruso anunció este domingo la toma de la localidad de Bogdanivka, que se encuentra en las inmediaciones del estratégico bastión de Chasiv Yar, importante cruce de caminos en la región ucraniana de Donetsk.


Según el Ministerio de Defensa ruso, unidades de la Agrupación Sur se hicieron el domingo con el pleno control de dicho pueblo, habitado antes de la guerra por menos de un centenar de personas.


Además, los soldados rusos rechazaron dos contraataques de la brigada mecanizada 93 del ejército ucraniano y mejoraron sus posiciones en dirección a Chasiv Yar, según la fuente.


Las claves del momento

Rusia anuncia la toma de una localidad ucraniana en Donetsk

Al menos 9 muertos en un “ataque masivo” ruso contra Dnipropetrovsk

El G7 de Exteriores busca acelerar el apoyo a Ucrania

El OIEA confirma un nuevo ataque a la central nuclear de Zaporiyia

Rusia lanza drones contra infraestructuras críticas del oeste de Ucrania


Hace 40 minutos 09:13

Rusia advierte de que responderá a la confiscación de sus activos en EEUU

El presidente de la Duma del Estado o Cámara de Diputados de Rusia, Viacheslav Volodin, ha advertido este lunes de que Moscú responderá a la confiscación de los activos rusos congelados en Estados Unidos.


"Ahora nuestro país tiene todos los fundamentos para adoptar medidas simétricas respecto de los activos extranjeros", escribió Volodin en su canal de Telegram.


Denunció como un "robo" el proyecto de ley aprobado el pasado sábado por la Cámara de Representantes de EEUU que faculta a la Casa Blanca para confiscar y transferir activos rusos congelados en Estados Unidos a Ucrania.


Hace 1 horas 49 minutos 08:04

Rusia anuncia la toma de una localidad ucraniana cerca del bastión de Chasiv Yar

El ejército ruso anunció este domingo la toma de la localidad de Bogdanivka, que se encuentra en las inmediaciones del estratégico bastión de Chasiv Yar, importante cruce de caminos en la región ucraniana de Donetsk.


Según el Ministerio de Defensa ruso, unidades de la Agrupación Sur se hicieron el domingo con el pleno control de dicho pueblo, habitado antes de la guerra por menos de un centenar de personas.


Además, los soldados rusos rechazaron dos contraataques de la brigada mecanizada 93 del ejército ucraniano y mejoraron sus posiciones en dirección a Chasiv Yar, según la fuente.


La deuda pública supera por primera vez en la historia los 1,6 billones de euros

Beatriz Triguero. vozpopuli. 22 Abril 2024


La deuda de las administraciones públicas superó los 1,6 billones de euros por primera vez en la historia el pasado mes de febrero, según los datos difundidos este lunes por el Banco de España (BdE). Justo un año y medio después de que se sobrepasara la barrera del billón y medio, en septiembre de 2022. En concreto, con los datos de avance disponibles, la deuda pública ascendió a 1.602.662 millones de euros en febrero de 2024, con una tasa de crecimiento del 5,4% en términos interanuales.


El saldo de la deuda del Estado se elevó en febrero a 1,442 billones, también récord histórico, con un incremento interanual del 6,9%. En las Otras Unidades de la Administración Central el saldo fue de 39.000 millones, lo que representa una disminución del 8,3% respecto al dato del año anterior.


La deuda de la Seguridad Social se mantuvo relativamente estable situándose en los 116.000 millones, un 9,4% más que un año antes. Ya creció con fuerza a finales del 2022, cuando superó la barrera de los 100.000 millones. A finales del año pasado, con la paga extraordinaria, sufrió otro repunte, hasta los 116.000 millones actuales. El BdE explica que este incremento se debe a los préstamos concedidos por el Estado a la Tesorería General de la Seguridad Social para financiar su desequilibrio presupuestario.


Respecto a las administraciones territoriales, la deuda de las Comunidades Autónomas creció hasta los 328.000 millones en marzo de 2023, con una variación interanual del 3,2%, mientras que la deuda de las Corporaciones Locales se situó en 23.000 millones en este mes, lo que supone un 0,7% más que el saldo registrado en marzo de 2022.


El riesgo de que la deuda pública de España se vuelva insostenible a medio plazo es alto. Lo dice la Comisión Europea en su último informe sobre Sostenibilidad Fiscal, un nuevo varapalo para el Gobierno que se suma al de la OCDE. Bruselas, que espera recibir la hoja de ruta planteada en nuestro país en septiembre, anticipa así la necesidad de llevar a cabo fuertes ajustes a partir de 2025, cuando volverán a reactivarse las reglas fiscales.


España tiene mayores niveles de deuda pública y déficit público que antes de la pandemia. Las administraciones públicas cerraron el 2023 con un endeudamiento del 107,7% del PIB, 9,5 puntos más que en 2019, cuando la ratio ya se situaba en el 98,2%. De esta forma, si se tiene en cuenta el objetivo de deuda pública del 60% que marcan las reglas fiscales, España lleva 13 años incumpliéndolo. A cierre de 2023, pese a la mejora manifestada por el Gobierno, estaba 48 puntos por encima de ese objetivo.


Dentro de sólo seis meses España tendrá que presentar a Bruselas la hoja de ruta fiscal que seguirá en los próximos años, coincidiendo con la presentación del Proyecto de Presupuestos para 2025. El Ejecutivo debería garantizar ajustes del 0,6% del PIB anual durante el periodo 2025-2028, pero se podrían reducir al 0,4% y extender hasta el 2031 si se justifica que hay reformas e inversiones en marcha que apoyan el crecimiento y la sostenibilidad.


Sánchez dispara con pólvora del Rey

Ignacio Ruiz-Jarabo. vozpopuli. 22 Abril 2024


Con independencia de si es cierta o no la leyenda urbana que atribuye la expresión “disparar con pólvora del Rey” al modus operandi de los antiguos Tercios españoles que, según el tipo de operativo militar que abordasen actuaban con munición costeada por ellos o a cargo al Rey de España, actualmente se utiliza para referirse a aquel administrador de recursos ajenos que, carente de la mínima responsabilidad, los emplea con una desmesura y un despropósito exagerados, cosa que no haría con los suyos.


Así entendido, ya sabíamos que Sánchez administra los recursos de los españoles como si estuviera disparando con pólvora real. La evolución de la deuda pública durante su mandato es la mejor y la más objetiva prueba de lo afirmado, pues es él quien ostenta el dudoso récord de endeudarnos a la mayor velocidad de nuestra historia, 75.000 euros anuales como media desde que gobierna. Ha conseguido elevar nuestra deuda hasta el estruendoso importe de 1,6 billones de euros que es la cifra que ya debemos los españoles, 32.656 euros por cabeza, 78.374 euros por familia. Y todo esto pese a llevar seis años subiéndonos los impuestos de modo inclemente y con todo tipo de artimañas ayunas de ética y plenas de “para legalidad”. Pues bien, de mantenerse este ritmo de aumento y de agotar Sánchez la legislatura, como es su propósito, finalizará su actual mandato con el “mérito” de dejar una España endeudada en 1.850.000 €. Y si fuera reelegido en 2.027, en solo dos años nuestra deuda pública superaría ya los dos billones de euros, casi nada.


Claro que la pólvora que utiliza Sánchez para disparar tan alocadamente no la paga él, pues la carga de la deuda recae sobre el conjunto de los españoles que somos los que durante un largo periodo de tiempo tendremos que hacer frente a la devolución del principal y al pago de los intereses, poca broma. Para situarnos en la relevancia de la cifra que debemos, basta con considerar que el importe actual de la deuda pública -los citados 1,6 billones de euros- equivale a la recaudación de la Agencia Tributaria durante seis años. Y que el importe anual del interés que hemos pagado por ella en 2.023 -32.000 euros- supone el 40% de lo recaudado por IVA durante un año.


Ante este panorama de la España ferozmente entrampada que nos va a dejar es inmediato preguntarse ¿Dónde estará Sánchez mientras nosotros y nuestros hijos arrastremos la cruz que supone la deuda que ha generado? ¿En Venezuela? ¿En la República Dominicana? Todo apunta a que él y su entorno han sembrado, abonado y regado lo suficiente para vivir tranquilamente en ambos destinos. Pero quizás tenga que permanecer en España expiando sus culpas en sede judicial.


En cualquier caso, por conocer los datos expuestos hasta ahora, ya conocíamos que Sánchez es el prototípico mal administrador de recursos ajenos. Pero hace unos días, se ha hecho público un estudio técnico de la Comisión Europea que confirma lo que muchos dijimos y el Gobierno negó: la reforma Sánchez-Escrivá del sistema de pensiones es la garantía de su futura ruina. El estudio constata el error que ha supuesto la eliminación del factor de sostenibilidad, el mantenimiento agravado de una tasa de reemplazo injustificable -la más alta de la Unión Europea- y la utilización de unas proyecciones fantasmagóricas sobre el comportamiento futuro de la población y del PIB. Incorporando el necesario realismo ausente en las idílicas previsiones de Escrivá, los técnicos europeos calculan que el déficit de nuestra Seguridad Social seguirá creciendo impulsado por un desorbitado gasto en pensiones que será el más alto de la Unión en términos relativos sobre el PIB, hasta alcanzar un 17%.


De manera que el legado que Sánchez dejará a los españoles es la ruina colectiva. Nosotros y nuestros hijos sufriremos durante un largo periodo su nefasta gestión del dinero público, ése que no es de nadie, según la iluminada visión de la no menos iluminada vicepresidenta primera que tuvo a bien nombrar en su primer Gobierno.


A mí no me cabe duda alguna. Si España fuera una sociedad mercantil, Sánchez estaría incurriendo de pleno en el ilícito penal de administración desleal. Como no lo es, lo que constituye su gestión económica es un auténtico fraude a los españoles. Se está bebiendo todo lo que entra en la caja del Estado y todo lo que, sin llegar a entrar, consigue a base de endeudarnos más y más. Pero él no paga ninguna ronda, la pagamos y la pagaremos todos y durante mucho tiempo, tanto como el que nos estaremos acordaremos de él esté entonces en Venezuela, en Dominicana o examinado por un Tribunal español.


Dime de lo que presumes...

Jesús Banegas. vozpopuli. 22 Abril 2024


Llevan tiempo, los socialistas y sus corifeos, manejando cifras positivas sobre la marcha de la economía, que, sin ser necesariamente falsas, se caracterizan -todas ellas- por ser parciales, coyunturales y descontextualizadas. Pero si levantamos la vista para ver más lejos y además profundizamos en la realidad, podemos aplicar el viejo refrán: “Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces”.


En la crisis financiera anterior España fue el país que más se retrajo, un 13% acumulado entre 2009-2015 y el que más años tardó en recuperar su renta per cápita previa: seis años frente a uno de Alemania y dos del resto de países ricos, con la excepción de Italia con tres.


El principal autor de aquella lamentable hazaña fue Zapatero, en cuyo mandato la renta per cápita –en $ constantes 2010- pasó de 31.059 $ a 29.264$. Para Jordi Maluquer, en su España en la economía mundial (2016), “la peor trayectoria española corresponde al periodo 2007-2014, con una caída media anual de la renta per cápita del 1,47%, frente a los siguientes peores periodos: 1929-1935 con un 1,30% y 1935-1950 con un 1,06%”.


Para que no queden dudas de ¿quién es quién? durante las últimas décadas de la economía española, en el cuadro se pueden observar las tasas de crecimiento de la renta per cápita de España y la UE. En el periodo considerado, los distintos gobiernos, aun cosechando resultados dispares todos consiguieron logros positivos, mejores y peores. Zapatero y Sánchez han sido los únicos gobernantes que han cosechado siempre, sin una sola excepción, derrota tras derrota en la competición por el crecimiento económico. Si con la crisis del 2008, Zapatero logró que España tuviera el peor comportamiento de la UE y la OCDE, con el COVID, Sánchez repitió el fracaso: entre 2020-2022, España fue el único país de la UE con crecimiento acumulado de PIB negativo.


Sánchez, en el tiempo que lleva gobernando y tras la recuperación lograda por Rajoy, ha conseguido un crecimiento acumulado de la renta per cápita minúsculo con una media anual ¡diez veces! inferior a las registradas en todas las etapas previas de gobierno, sin contar con el simpar Zapatero. Pero comparados con la UE, incluso lo ha batido, hasta situarnos por debajo del 80% de su media; algo inaudito desde los años 60 del pasado siglo. El socialismo español del siglo XXI, nos ha alejado -a medias entre Zapatero y Sánchez- de Europa a una velocidad inusitada, camino de Argentina, cuya trayectoria económica llevamos tristemente replicando sin cesar.


El crecimiento acumulado del PIB entre 2019 y 2023 ha sido del 3,3 % frente a una media del 5,67% de la UE:


La renta disponible ha sufrido un retroceso de 20 años: de los 19.800 € de 2008 hemos pasado a 19.200 en 2023.


El poder adquisitivo, en el periodo 2018-2022 ha disminuido un 5,5% frente a un aumento del 1,3% de la UE.


En materia de empleo, los datos no pueden ser peores:


Antes de 2008, al menos siete países tenían más desempleo que España; desde 2021 somos solitarios líderes de la UE y de OCDE.


Desde 2010 siempre hemos más que duplicado la media de la UE, incluso con más empleo público que privado y el reciente -y bien conocido- falseamiento estadístico del gobierno.


La productividad -palabra tabú para el Gobierno- ha descendido en lo que va de siglo un 7,3%; el peor dato de todos los países de la OCDE, con EEU en cabeza con +16,5%.


La presión fiscal, en el periodo 2019-2022, aumentó 14,5 veces más que la media de la UE: un 2,9% del PIB frente a un 0,2%, mientras que los países más ricos la reducían. Nuestro esfuerzo fiscal -presión fiscal versus per cápita- es un 17,8% superior a la media de la UE. En el ranking de competitividad fiscal de Tax Foundation, España que ocupaba la posición 23 en 2019, había descendido en 2022 once puestos, hasta el 34 entre 38 países. El peor comportamiento registrado.


La deuda pública, en vez de disminuir con el exorbitante aumento de los impuestos, ha seguido creciendo. Desde 2007, España, es el país que más la ha aumentado -UE & OCDE- sobre el PIB: 2,6 veces. Si en el 2007 equivalía a un 38% del salario medio, en 2022 superó el 110%.; el socialismo del siglo XXI la ha multiplicado por tres, algo sin precedentes en el mundo civilizado. Somos el cuarto país de la UE que mayor coste paga por sus deudas, junto con Italia, Hungría y Grecia: 40.000 millones de euros para 2024, el doble que en 2010.


El crecimiento exponencial de las pensiones generado por Sánchez es insostenible, mientras que las subvenciones públicas, que en la UE descendieron un 35% tras el COVID, aumentaron en España un 20%.


El sector exterior, que venía produciendo magníficas noticias en balanza de pagos e inversión directa extranjera, también está empeorando con los gobiernos de Sánchez; solo se salvan las exportaciones.


La inversión pública se sitúa un 55% por debajo de 2009, incluso con los fondos Nueva Generación de la UE y la privada se encuentra 3 puntos por debajo del nivel prepandemia, y mostrando un estancamiento en los últimos tres años. A finales de 2023, la Formación de Capital Fijo por persona en edad de trabajar se situó en 2.217 euros, un 5,3% menos que en 2001. Por el contrario, en la UE27 alcanzó los 3.282 euros, un 35,6% más que en 2001 y un 48,0% más que en España.


Los datos citados explican nuestra baja productividad y junto con la sobrepresión fiscal y el creciente deterioro de nuestra calidad institucional, los pésimos datos de crecimiento económico obtenidos por el socialismo del siglo XXI.


Las políticas del actual gobierno han dado lugar a muy significativos episodios contra el desarrollo de la función empresarial, lo que se refleja en los datos de creación de empresas: si con Rajoy se crearon 17.788 cada año de su mandato, con Sánchez la cifra se ha reducido a 2.498; siete veces menos. Entre 2018 y 2023 desaparecieron 15.000 empresas. La presión fiscal empresarial española supera en nueve puntos la de la UE.


Los trabajadores privados suman una cifra equivalente a la suma de pensionistas, empleados públicos y desempleados. Unos datos cada vez más argentinos.


A todo ello hay que sumar la emigración de ¡centenares! de miles de jóvenes profesionales -algo nunca acontecido antes- rumbo a otras naciones europeas, en busca de puestos de trabajo acordes con sus cualificaciones profesionales, cuando aquí podrían y deberían mejorar nuestra productividad. ¿Alguien ha escuchado alguna vez a la sonriente ministra de trabajo hablar de esto?


El persistente deterioro de nuestra economía, ampliamente mostrado con datos tan elocuentes como incontestables , se encuentra, a su vez, relacionado con un creciente quebranto institucional y un cuestionamiento del Estado de Derecho, incluida nuestra Constitución, que se realimentan cada vez más peligrosamente, hasta generar una imagen internacional de incertidumbre y desasosiego, que amenaza nuestro futuro.


A la sociedad española se le están agotando los plazos para evitar la irreversibilidad de las malas noticias que se han reseñado. Los años electorales son propicios para presumir de logros y hacer promesas, pero cada vez es más evidente, e incluso patética, la distancia que separa lo que se dice y lo que de verdad sucede.

Ahora solo hace falta que los electores se den cuenta de ello y actúen en consecuencia.


Tiranía covidiana

JESÚS LAÍNZ. gaceta. 22 Abril 2024


Por obvias razones de espacio, vamos a olvidarnos hoy de las muchas razones médicas para desconfiar de las vacunas anticovid. También nos vamos a olvidar de la férrea censura que, mientras duró la pandemia, impidió a miles de médicos, virólogos y otros científicos de todo el mundo explicar sus argumentos contrarios a dichas vacunas. Olvidemos asimismo los cientos de miles de casos de efectos perniciosos que se van conociendo y que poco a poco van rompiendo el muro de silencio levantado en torno a ellos.


Centrémonos solamente en la vertiente jurídico-política del asunto, que es suficientemente grave. Porque, de instancias médicas, judiciales y políticas de todo el mundo, aunque poco de ello alcance los medios de masas, van llegando lenta y silenciosamente informaciones tan inquietantes como la confirmación por parte de la Comisión Europea de 11.977 muertes espontáneas tras la vacuna anticovid hasta septiembre de 2023. En nuestro país, la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios ha certificado por primera vez la relación de causalidad entre la inyección de una de las vacunas y la miocarditis grave. Pero la ministra de Sanidad, Mónica García, se ha apresurado a lavarse las manos con el argumento de que «se la pusieron voluntariamente».


Hagamos un poco de memoria. El presidente Sánchez declaró que «la libertad hoy es vacunarse». Y que «sabemos cuál es el remedio: mascarilla y vacunación». Y que «todas las vacunas son seguras».


Su compañero de partido Juan Fernándo López Aguilar, exministro de Justicia y profesor de derecho constitucional, propuso imponer la vacunación obligatoria porque «no existe ninguna cláusula constitucional que lo impida». Debe de ser que este jurista ignora la existencia del artículo 15 de la Constitucion, ése que instituye como primer derecho fundamental de los españoles el derecho a la vida y la integridad física. Aunque probablemente no yerre demasiado López Aguilar, porque si el aborto es posible cualquier cosa es posible, diga lo que diga la inútil Constitución.


El también exministro socialista Miguel Sebastián declaró que el objetivo del pasaporte Covid era «hacerles la vida imposible a los que no se quieren vacunar. Que no puedan ir ni a los gimnasios, ni a los restaurantes, ni a los conciertos, ni al fútbol, ni viajar en avión, ni viajar en tren y, si me apuras, incluso ni viajar en metro o en autobús».


El PP y el PSOE votaron juntos en el Parlamento Europeo, como en la mayoría de las materias, a favor de la vacunación obligatoria.


Varios presidentes autonómicos plantearon e incluso aprobaron normas, suspendidas por el Tribunal Constitucional, estableciendo la obligatoriedad de vacunarse, entre ellos Urkullu, Revilla —que propuso la vacunación obligatoria «por las buenas o por las malas, por lo civil o por lo militar»— y Núñez Feijoo.


Y la Fiscalía del Estado pidió al Tribunal Constitucional que avalase la vacunación obligatoria de niños e incapacitados.


Concluyamos aquí la lista de declaraciones e iniciativas políticas, que podría prolongarse durante muchas páginas, y pasemos a los medios de comunicación. Porque periodistas, opinadores y saltimbanquis metidos a oráculos clamaron por tierra, mar y aire que los no vacunados eran unos ignorantes, gilipollas, delincuentes, locos y asesinos a los que había que imponerles una identificación visible para que todo el mundo pudiera evitarlos como a los leprosos de siglos pasados, a los que había que negar el tratamiento en los hospitales y a los que había hacer la vida imposible para que no pudieran salir de casa. Y la mayoría de los españoles (el 66% según una encuesta de enero de 2022) compartían la misma opinión liberticida.


Quienes, a pesar de tener pleno derecho a no vacunarnos, sufrimos el acoso por parte de todos —políticos, periodistas, vecinos, amigos, familiares— nunca lo olvidaremos. Bien claro quedó que en el corazón de las masas anida el gusano del totalitarismo. Sólo faltó llevarnos a vacunar a punta de pistola. Pero no hubo obligatoriedad, no. Ahora todo el mundo mira para otro lado.


El tiempo seguirá poniendo a cada uno en su sitio. Porque, desgraciadamente, los casos seguirán llegando, tanto los evidentes y actuales como los menos llamativos, pero no por ello menos graves, que probablemente vayan manifestándose paulatinamente tanto en los que hoy son adultos como en los niños que lo serán dentro de pocos años.


Y mientras tanto, los políticos seguirán impunes. Porque los ungidos por las urnas gozan del tiránico privilegio de que no haya motivos ni morales ni legales para que paguen por sus desmanes.


******************* Sección "bilingüe" ***********************


ETA, Bildu y el triunfo del apartheid sociológico

FRAN CARRILLO. okdiario. 22 Abril 2024


Nunca hubo un día después de ETA. O mejor dicho, sin ETA. Porque ETA no murió aquel 20 de octubre de 2011. ETA, desde ese día, dejó de matar, al menos físicamente. Pero no desapareció, ni abandonó sus propósitos como movimiento terrorista, ni abdicó de sus totalitarios planteamientos políticos e ideológicos. ETA era y es mucho más que los que disparaban a la nuca o daban el soplo de manera cómplice y cobarde. Durante décadas, lo que llaman izquierda aberztale construyó, junto a los asesinatos y el chantaje a inocentes, una arquitectura educativa, mediática, cultural y social que les ha hecho concurrir a las elecciones bajo una marca (la enésima) blanqueada, tolerada e integrada en el espacio común democrático del conjunto de los partidos del Estado.


ETA dejó de matar porque empezó a vislumbrar el triunfo de su apartheid sociológico. Eso es lo determinante en los resultados que vemos hoy en el País Vasco, lo que explica su apabullante apoyo acrítico y su triunfo social. Ya han pillado electoralmente a su máximo rival interno, pero hasta llegar a este escenario, tuvieron que limpiarlo de rivales del otro lado de las ideas. No tienen competencia porque la eliminaron. Con complicidad, silencio y cobardía, propia y ajena. Primero quitaron de en medio a políticos y guardias civiles, policías y magistrados, profesores y empresarios y después provocaron el exilio de miles de familias vascas que, por miedo, y por esa necesidad imperiosa de vivir, se vieron obligados a dejar sus tierras y su tierra y ahora ven desde lejos el triunfo de quienes sacudieron el árbol y recogieron las nueces, tanto monta, monta tanto, de ignominia y perversidad.


Que Bildu sea la segunda fuerza política más votada (si no alcanza el poder esta vez, será la siguiente) allí donde debería ser un reducto prohibido mientras sigue siendo lo que es, constituye una anomalía que sólo en España podría ocurrir, con la connivencia de quienes fueron víctimas hasta no hace tanto. Porque a Bildu le han ayudado a crecer la aceptación miserable de quién un día fue partido nacional, hoy convertido en reducto de intereses personalistas devenidos en plataforma de obedientes embusteros. Pero también por el abandono a sus principios, votantes y compañeros de quienes se avergüenzan de dar la batalla al nacionalismo por miedo a desaparecer, sin darse cuenta de que allí hace mucho que no existen.


Al PSOE y a la izquierda antiespañola les vino bien que ETA anunciase aquel alto el fuego definitivo y definitorio. Dejaban de matar, pero no de mandar. Creyeron que así podían incorporar a una bolsa legalizada de votantes sin contar que el miedo y el odio mueven mucho más que la razón. Toda la estrategia y trampantojo político y retórico creado desde entonces sobre la incorporación de ETA a la política e instituciones tiene hoy como contrapunto que el secesionismo, con sus diferentes máscaras soberanistas, alcance hoy el 75% de voto, un imposible sociológico para quienes aún defienden la Constitución, la libertad y el español en las aulas.


Ya nadie duda que el Estado no existe en Vascongadas, cuando hace tres lustros gobernaba (PSOE con apoyo del PP, con Patxi Nadie desaprovechando la oportunidad) con mayoría. El plan de Zapatero, continuado por Sánchez, es decir, el PSOE y nada más que el PSOE, alcanza hoy su cenit más abyecto y siniestro: la ETA sociológica y política gobernando las calles, y pronto las instituciones, la misma que llenó de sangre y oprobio durante décadas a una nación que hace treinta años rendía homenaje a sus héroes con unidad y determinación. Como bien lo ha definido Savater, el proyecto de Bildu, del PNV y del PSOE, no era sacar Euskadi de España, sino España de Euskadi. Y lo han conseguido. Las elecciones las ganaron el día que se legalizó su limpieza étnica y su apartheid sociológico. Mañana seguirá mandando el PNV en España y volverá a ser cosa de fachas hablar de ETA.


Sánchez y Ortuzar encumbran a ETA/Bildu

Pablo Sebastián. vozpopuli. 22 Abril 2024


Aunque el PNV haya resultado ganador en votos y empatado con EH Bildu en escaños (27 cada uno) el vencedor moral de los comicios vascos de este 21 de abril ha sido ‘la organización’ -así la llaman ellos- filo terrorista de EH Bildu que ha subido 6 escaños y más de 80.000 votos respecto al resultado que obtuvieron en 2020.


Mientras el PNV perdió 4 escaños aunque mantiene su liderazgo en votos y la posibilidad de seguir gobernando con el PSE que ha mejorado en 2 escaños hasta los 12 diputados. Mientras el PP solo subió un diputado hasta los 7, Vox mantuvo su único escaño en Vitoria y Sumar logró uno de los 6 diputados que tenía Podemos, partido que sale de la Cámara vasca.


De lo que se desprende que en estas elecciones del País Vasco tanto Pedro Sánchez como Andoni Ortuzar han encumbrado en Euskadi a ETA/Bildu y a su líder Arnaldo Otegui, para oprobio de sus víctimas del terror y los demócratas de este país. Un desastre político para España y un fracaso para el PNV de Ortuzar que acabó empatado con Bildu en escaños aunque el PNV conserva la primacía vasca en votos a tan solo 30.000 electores de Bildu y la posibilidad de renovar el gobierno con el PSE.


Dijo Sánchez hace poco que ‘los demócratas derrotaron a ETA’ pero ahora ha sido el propio Sánchez quien le acaba de regalar a ETA un notable triunfo del que el presidente del Gobierno y el PSOE tienen una altísima responsabilidad por el blanqueo de Otegui y los pactos con Bildu (en Navarra y Pamplona).


A igual que tienen responsabilidades Andoni Ortuzar y el PNV en este su ya histórico empate con Bildu en escaños el por blanqueo dé Otegui y el giro soberanista de Ortuzar, tras la senda de Puigdemont. Y qué decir del ridículo ‘harakiri’ de la extrema izquierda de Podemos y Sumar en Euskadi. Los que, tras enviar sus votantes a Bildu en plena trifulca de Iglesias y Díaz, añaden esta derrota (perdieron 5 de sus 6 escaños en Euskadi) a su expulsión de Galicia y van camino, en lo que llevamos de año, de un tercer y un cuarto fracaso en los comicios de Cataluña del 12 de mayo y en los europeos del 9 de junio.


Elogios al corrupto Pujol

Porque muy pronto, en apenas 20 días, asistiremos a un nuevo espectáculo en las elecciones catalanas del 12 de mayo. Donde se aprecia una notable novedad en el PSC de Salvador Illa desde donde se están lanzando elogios reiterados a los pasados gobiernos del corrupto ex honorable president de la Generalitat Jordi Pujol (y familia).


Illa, el candidato favorito del 12-M catalán, está buscando votos de la antigua Convergencia, ‘indultando’ políticamente y públicamente a Jordi Pujol (a quien nadie se atreve a sentar en el banquillo de un esperado juicio que no acaba por llegar), para que los nacionalistas no sumen mayoría absoluta en el Parlament. Y para que Junts, el partido de Puigdemont, no resulte el partido más votado del nacionalismo catalán por delante de ERC.


Porque si eso ocurriera Puigdemont, insaciable con la ley de la amnistía, le exigirá al PSC la presidencia de la Generalitat en justa correspondencia con el apoyo de Junst a la investidura de Sánchez en Madrid.


Y a no olvidar en esta asombrosa secuencia: los indultos que ya concedió Sánchez a los golpistas catalanes condenados por el Tribunal Supremo, la eliminación del delito de sedición (que deja indefenso al Estado ante el riesgo de otra declaración unilateral de la independencia de Cataluña), y la ley de amnistía cuyo trámite en el Congreso acabará a principios del mes junio en plena campaña electoral del Parlamento de la UE.


De manera que para permanecer en el poder, el presidente Sánchez tiene que sentar a su mesa de La Moncloa a dirigentes golpistas, corruptos y también filo terroristas. Y todavía espera salir airoso en las elecciones al Parlamento Europeo del 9 de junio.


Las que el PP pretenderá convertir en un plebiscito sobre la ley de amnistía, y el PSOE en test sobre el liderazgo de Alberto N. Feijóo como líder de la Oposición. El mismo Feijóo que debería acabar con sus flirteos temerarios con Junts y PNV, y hablar a los españoles alto y claro sobre lo ocurrido en el País Vasco y lo que está al llegar en Cataluña, sin descartar el altavoz de la moción de censura, si resulta claro ganador en las elecciones del Parlamento Europeo.


Lo que está por ver visto el buen resultado de Sánchez en el País Vasco y la esperada victoria de Illa en Cataluña con el PSC. Y no precisamente por los méritos políticos de Sánchez sino más bien y sobre todo por la eficacia y la amplitud de su enorme y bien engrasado aparato de comunicación. Algo de lo que carece el PP como carece de una meditada estrategia, lejos de toda ocurrencia e improvisación.


De momento, en el País Vasco EH Bildu dio un salto de gigante y Sánchez ha reforzado la dependencia del PNV de los 12 diputados del PSE, porque los 7 del PP no le sirven para nada a las huestes de Ortuzar, que salieron mal paradas y merecidamente trasquiladas en esta tan importante ocasión.


Euskadistán se encabrita

José Alejandro Vara. vozpopuli. 22 Abril 2024


Los electores vascos, como los fumadores en pipa de La caída de Camus, que contemplaban eternamente la misma lluvia cayendo en el mismo canal, depositan la misma papeleta en la misma dirección desde hace cuarenta años. Salvo el trienio bobo de Patxi, el nacionalismo ha dirigido siempre los destinos de esta región, ora en solitario o apoyado en formaciones diversas. Una secta unánime basada en un discurso xenófobo y reaccionario que antepone el pueblo al individuo y que cosecha indestructibles adhesiones evitando la razón y agitando un victimismo supremacista y paranoico.


Este domingo, los vascos han apostado por lo de siempre, por el separatismo, esa gran ciénaga de aguas estancadas de la que emana un hedor pestilente, ahora aún más intenso. Al cabo, la gran novedad de estos comicios ha sido el enorme apoyo que han recibido los herederos de ETA, la formación que reniega de condenar el terror, el repugnante orfeón que anima y ensalza esa vileza criminal que costó la vida de casi mil españoles y que obligó al exilio de 200.000 que nunca más han podido volver a casa.


El espectacular ascenso de Bildu -un empate a 27 escaños con el PNV- se asienta en la política de pactos desarrollada con afabilidad y cariño por Pedro Sánchez, que ha blanqueado sin rubor a estos concubinos de las capuchas, que no han dudado en presentar a criminales en sus listas, a cambio de su apoyo en los sortilegios parlamentarios, es decir, de permanecer en el poder el tiempo que sea preciso.


El PSOE perdió casi todo su poder territorial el pasado mayo y se encamina ya a su práctica extinción en gran parte de las principales comunidades y municipios. Se ha convertido en una mera plataforma para aposentar votos de la extrema izquierda y del separatismo de cara a los comicios generales, a cambio de todo tipo de concesiones inasumibles e inconstitucionales a sus socios de Frankenstein. Una estrategia que a Sánchez le funciona, puesto que le facilita su continuidad como presidente pero que convierte a su partido en un artefacto subsidiario que desaparece del mapa autonómico y no conserva más fuerza que la que le prestan la caverna xenófoba y los ultras a la hora de investir al gran narciso del progreso. Así actúa Sánchez. Blanquea a los concubinos del terror, agasaja al golpista de Waterloo, canoniza a las turbas antiespañolas y criminaliza al Partido Popular para arrojarlo fuera del tablero político. Sólo quedarán en pie el autócrata colorado y sus pirañas depredadoras. España, entonces, habrá cambiado de régimen y habrá sanchismo durante décadas. Madurismo cañí en gestación. Y sin freno.


El PSOE, pese a su tímido ascenso de dos escaños, sigue relegado al mero papel de palafrenero, otra vez con el PNV, pese a su empate agónico a escaños con los filoetarras. Bildu viene predicando la teoría de la 'paciencia estratégica' y cabe pensar que no reclamará la Lehendakaritza por el momento. Su proyecto es más a largo plazo, en tanto que sus frailunos rivales se encuentran ya en plena fase de decrepitud, con un sendero muy despejado hacia la extinción. Es cuestión de tiempo. Los discípulos del racista Sabino Arana, un mastuerzo con txapela que convenció a los vascos de que son lo que no son, quedan ahora relegados a su feudo en Vizcaya, una especie de El Álamo de estos carlistas fariseos que retroceden cuatro escaños en tanto que sus rivales ganan seis.


Se llama Bildu, su rostro es Otegi, su programa político es el de ETA y su ambición, bien lo predica, es demoler lo que queda de España

Los vascos hoy han arrojado sus papeletas al mismo lodazal de siempre, al del nacionalismo xenófobo y divisorio, pero con mayor empeño en su variante más perversa, esa que deja un regusto al sabor del fuego del infierno. Se llama Bildu, su rostro es Otegi, su programa político es el de ETA y su ambición, bien lo predica, es demoler lo que queda de España. Este domingo, el extremismo violento ha dado un paso fundamental en el camino en convertir el País Vasco en Euskadistán.


Las próximas etapas, en fiel colaboración con el narciso planetario, será la suelta de los presos etarras y el referéndum de autodeterminación, quizás en paralelo con Cataluña. Como última fase de la peregrinación hacia el suicidio colectivo, aparece la revisión de la forma del Estado, es decir, la Corona, el último bastión -junto a algunos estamentos judiciales- que queda en pie en defensa de la pervivencia de la Constitución. La sociedad española mientras tanto, parece que seguirá, como los personajes de Camus, mirando las musarañas y fumando apaciblemente en pipa.


¿Qué habría votado Miguel Ángel Blanco?

Miquel Giménez. vozpopuli. 22 Abril 2024


Pueden decirse muchas cosas respecto a las elecciones vascas. En diferentes tertulias, ayer noche se escuchaban teorías más o menos traídas de casa, entiéndanme lo que quiero decir, que caminaban sobre la maroma de la nada y el progresismo oficial del que no hay que apartarse ni un milímetro si no quieres ser estigmatizado. La mayoría eran, francamente, de una bajeza moral terrible. Escuchar cómo se analizaba la pugna entre PNV y Bildu como si se tratase de la lucha entre Torys y Laboristas, tratando a dichas formaciones con la normalidad democrática del país en el que no pasa nada, era de vergüenza ajena. Alguna tertuliana llegó a decir que Bildu era un partido progresista, feminista, ecologista y que, claro, por eso su nicho de votos estaba entre votantes de izquierdas con menos de cuarenta años. Lo de ETA y que el candidato bilduetarra se haya negado a condenarla era un tema menor, porque ETA era cosa del pasado, decían en otra tertulia. Hablar de Franco, sí, hablar de ETA, no.


Es el signo de la política sanchista, ocultar el terror bajo una pátina de respetabilidad. Gracias, Sánchez, por blanquear la imagen de aquellos que llevan en sus listas a etarras y omitir que es una formación con los pies hundidos en un barrizal de sangre, dolor y sectarismo. Cuando alguien, tímidamente, apuntaba que Ochandiano se negaba a decir que ETA era una organización terrorista salían rápidamente hablando de la vivienda, de las cuestiones sociales, del apoyo a la juventud, de la defensa de los derechos de las mujeres. Era de locos escuchar semejantes enormidades que intentaban ocultar la única realidad que va más allá de tantos por ciento, sorpasso entre separatistas y batallitas entre Sumar y Podemos. Los partidos de la banda sanchista han sepultado bajo toneladas de consignas que hoy tienen capacidad de decisión quienes ayer mataban a sus conciudadanos. Esa es la verdad. Que exista una mayoría de gente en aquellas tierras que los voten demuestra lo inextirpable del cáncer y el flaco servicio que Sánchez ha hecho a la convivencia, dándoles un protagonismo exactamente igual que el de cualquier otro partido democrático, leal a la Constitución, decente y con las manos limpias de sangre.


Que exista una mayoría de gente en aquellas tierras que los voten demuestra lo inextirpable del cáncer y el flaco servicio que Sánchez ha hecho a la convivencia

Escuchaba, decía, tertulianos y tertulias y me vino a la cabeza una pregunta: ¿qué habría votado Miguel Ángel Blanco?¿Sabe Pedro Sánchez quien era aquel joven afiliado al PP vasco que, después de que lo secuestrase ETA, sí, esa misma ETA de la que han mamado los de Bildu, fue asesinado inmisericordemente cerca de Lasarte la tarde de un doce de julio? Digo más, ¿le importa a Sánchez aliarse con quienes celebraron aquel horrendo crimen – a mayor juventud del asesinado, mayor es la gravedad porque le quitas la vida a una persona que tenía años y años por delante suyo – y ha pensado siquiera un instante en los miles de muertos por el terrible calibre nueve milímetros Parabellum o la siniestra goma dos, palabras que provocan un estremecimiento de horror entre los españoles de bien? ¿Qué habría votado ese chico nacido en 1968 y que hoy, seguramente, estaría pleno de vida si los criminales etarras no se la hubieran arrebatado la existencia de manera rastrera, cobarde y vil? Nunca lo sabremos. Sí podemos afirmar que seguiría plantándole cara al terror, a la capucha y a la bomba lapa.


Por eso, a servidor lo único que le interesa de estas elecciones es que existe mucha gente que, o no recuerda lo que fueron aquellos años de plomo, o ya les parece bien lo que pasó, o se ha vuelto completamente loca. La última posibilidad, con ser pavorosa, es la que menos miedo me da. Porque al menos la locura tiene tratamiento.


El blanqueamiento perfecto de los asesinos

RAMÓN PÉREZ-MAURA. el debate. 22 Abril 2024


A la vista de cómo han sido los últimos seis años, lo único que puede frenar a Bildu es que no haya en el Gobierno de la nación un partido que rinda cualquier posición que los veteranos terroristas asedien


Bildu ganó las elecciones en el País Vasco. No fue la fuerza que obtuvo más escaños. Pero, huelga decirlo, su subida espectacular la convierte en un referente inevitable. Con toda lógica se va a repetir el Gobierno de coalición de PNV y PSOE. Sánchez sabe que no tiene alternativa a la hora de buscar aliado allí y eso no es por razones éticas o morales sobre la trayectoria de Bildu y ETA. Sánchez sabe que tiene que formar esa coalición con el PNV porque si se desmarca ellos y forma gobierno con Bildu, los nacionalistas son capaces de echarlo y poner a Núñez Feijóo en el Gobierno. Incluso votando con vox. Bromas, las justas.


Es interesante ver el cambio porcentual en los partidos que ya tenían representación y repitieron ayer. Al 99 por ciento del recuento, la comparación con las elecciones de 2020 el PNV perdía 3,83 puntos; EH Bildu ganaba 4,6; el PSOE ganaba 0,57; el PP sumaba 2,45 y Vox crecía un modesto 0,08.


La gran cuestión ahora es cuál es el futuro al que va Vasconia con Bildu en la posición en la que se encuentra. Bildu ha llegado hasta esta cima en su respaldo electoral con el PNV y el PSOE en el Gobierno. Con la repetición de esa coalición ¿Hay alguna razón para pensar que Bildu no va a seguir creciendo? A la vista de cómo han sido los últimos seis años, lo único que puede frenar a Bildu es que no haya en el Gobierno de la nación un partido que rinda cualquier posición que los veteranos terroristas asedien.


El independentismo ha logrado casi el 70 por ciento del voto emitido. Por poner un punto de comparación a partir del cual todo ha sido ir para atrás, en las elecciones de 2001, el nacionalismo –entonces no hablaban de independentismo– logró el 58,42 por ciento de los votos, mientras el constitucionalismo del PP de Mayor Oreja y el PSOE de Nicolás Redondo Terreros sumó el 41,02. Con esos porcentajes el nacionalismo se quedó con 43 escaños y el constitucionalismo con 32. Vistos los de ayer, es evidente que el constitucionalismo ha hecho algo muy mal. Su representación ha quedo reducida a los 8 escaños sólo uno más de los que tenían PP y Vox la legislatura pasada, el que ha sumado el PP.


El primer error para llegar a esta lamentable situación ha sido el del PSOE sanchista con su empeño de blanquear a los etarras a los que ha convertido en legítimos integrantes de la mayoría gubernamental en Madrid y en Navarra y les ha entregado el ayuntamiento de Pamplona. Con estos actos, el PSOE ha abandonado el constitucionalismo, preocupado sólo por garantizar la butaca de Sánchez en Moncloa y por los réditos electorales inmediatos. Que tampoco lo son tanto. El patético intento, esta semana, de recordar que EH Bildu es la continuación de ETA sonaba poco creíble. ¿Sólo en las elecciones de ayer y no mañana en el Congreso de los Diputados? El blanqueamiento político ha convertido a Bildu en una fuerza limpia del presente de cuya historia el PSOE no permite hablar. La Memoria Democrática que nos quiere imponer el sanchismo y sus adláteres es que ETA no existió pero que el franquismo sigue vivo. Con un par y la bandera de Tafalla.


Y si la actitud del PSOE ha sido inverosímil, más lo ha sido la de un PNV que, sabiendo que su primera prioridad es gobernar en las Provincias Vascongadas, ha contribuido de forma insuperable a aupar al otro partido que le disputa el dominio del nacionalismo devenido teórico independentismo –que en realidad sólo quiere el 23 por ciento de los votantes–, según sondeo del propio Gobierno vasco.


La realidad incontestable es que, si comparamos estas elecciones con las de 2001, de todos los partidos que existían entonces y perviven hoy el único que mejora resultados es la franquicia de ETA, (distinto nombre, mismas capuchas).


Se veía venir

Óscar Monsalvo. vozpopuli. 22 Abril 2024


Se veía venir, a pesar de que los principales responsables de lo que ha venido se hayan pasado años negando lo que era evidente. Se veía venir porque ya lo habíamos visto en el ámbito local. Galdácano eligió a Bildu hace dos legislaturas. Durante los primeros meses la casa de cultura municipal alojó una exposición con la obra artística del asesino Bienzobas. El alcalde corrió delante de las fotos de los etarras del pueblo en la Korrika. E incluso hicieron posible, con la inestimable y necesaria aportación de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, que los ilustres galdakaotarras Bienzobas y García Gaztelu -Txapote- fueran declarados víctimas del conflicto vasco. En las siguientes elecciones, Galdácano volvió a elegir a Bildu; esta vez con muchísimos más votos.


Nada de eso supuso un escándalo real para los socialistas. No les importó que el voto abertzale creciera unido a mensajes y acciones claramente filoetarras. Insistían en que Bildu era una fuerza progresista e ignoraban todo lo que revelaba su inmutable naturaleza. Cada vez que alguien denunciaba sus pactos con EH Bildu repetían el mismo mensaje: ETA ya no existe, basta ya de agitar el fantasma del terrorismo, ya está bien de usar políticamente el dolor de las víctimas, pasemos página. Con un breve paréntesis: de repente el martes hubo en España una revelación. Una caída del caballo colectiva y simultánea. Un descubrimiento de lo evidente al silbato del PSOE. Resulta que Bildu era un partido indecente. No es que no condenasen el terrorismo, es que se negaban a reconocer el significado de la palabra. Bastó la confirmación de que los abertzales se dirigían hacia un resultado histórico en las elecciones autonómicas para que el PSOE y sus terminales mediáticas hicieran suyo el mensaje que hasta el día antes denunciaban como algo propio de reaccionarios, fascistas y antidemócratas.


Lo que vimos la semana pasada fue uno de los espectáculos políticos más indecentes de los que se recuerdan en la historia reciente de España. De repente, porque es lo que le convenía al PSOE, había que volver a hablar de ETA. Había que fijarse en lo que Bildu llevaba años diciendo, pero había que hacerlo como si se tratase de algo nuevo. Y había que referirse a los abertzales con palabras gruesas: cobardes, negacionistas de la democracia, indecentes. Las declaraciones de los dirigentes del PSOE y de sus periodistas afines durante esta última semana fueron un vergonzoso e inútil intento por frenar el monstruo que ellos mismos habían alimentado. Un EH Bildu reconvertido en una fuerza progresista era un imán para el voto de izquierdas en el País Vasco. Y a pesar de que esta vez no vayan a poder llegar hasta Ajuria Enea, los resultados de ayer sólo retrasarán lo inevitable.


Todo esto es lo que se veía venir, pero ahora es momento de ocuparse de lo que vendrá. Creemos que sabemos lo que viene, pero probablemente estemos equivocados. Cuando Bildu consiga su victoria plena no habrá una excarcelación masiva de etarras ni una amnistía, al menos oficialmente. Y no la habrá porque no será necesaria. Los presos de ETA irán saliendo con terceros grados y reducciones de pena.


Tampoco veremos un gran acto público de homenaje cuando el último de los asesinos salga de la cárcel. Muchos creen que un País Vasco gobernado por Bildu supondría un permanente congreso de Nuremberg. Txapote daría su discurso anual, las calles recordarían con fotos y monumentos a los etarras más comprometidos y los más jóvenes se organizarían en cuadrillas para quemar banderas españolas y acosar a matrimonios de Zamora o Badajoz.


"Memoria poliédrica"

Pero no sería así, y el problema de la hipérbole y la estupidez es que todo lo que no sea eso será aceptable. El objetivo de Bildu no es el homenaje constante en el futuro cercano, sino la rehabilitación de su causa a medio plazo. Txapote tal vez no será un hijo predilecto de su pueblo, pero seguramente conseguirán convertirlo definitivamente en una víctima más del conflicto vasco. Y de nuevo, la responsabilidad principal no será de la fuerza abertzale. Gogora, el Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos del Gobierno vasco, hablaba hace muchos años de la necesidad de construir una “memoria poliédrica”. Una memoria que no se limitase a recordar la obra de ETA y de la izquierda abertzale, sino que incluyera, con la misma legitimidad, el relato de los hechos y el relato de Pello Otxandiano. Que recordase los efectos del terrorismo y que cuestionara el significado de la palabra ‘terrorismo’. Que transmitiera a los jóvenes vascos el horror que supuso ETA sin mencionar una sola vez la palabra ‘ETA’. Todo lo que hoy tememos que haga Bildu ya lo hicieron los gobiernos de PNV y PSE. Pasaron cosas; pasemos página.


Todo esto ha sido posible porque el gran objetivo de la alianza progresista ha sido desactivar a quienes para ellos representan a los enemigos de la democracia: Ciudadanos, PP y Vox. Una Euskadi en la que la derecha española apenas logra representación tenía que acabar siendo, por el peso de las cosas, una Euskadi en la que EH Bildu se dirige hacia la hegemonía política. Y al revés: una sociedad vasca liderada moralmente por EH Bildu será necesariamente una sociedad en la que lo español no tendrá cabida ni en las instituciones, ni en las calles ni en las aulas. Este último, el educativo, será sin duda el ámbito en el que más se notará la gran transformación hacia la que nos dirigimos.


Si Vox es el partido más indecente del arco parlamentario, ¿qué problema hay en pactar sistemáticamente con Bildu?

No podemos ahora fingir sorpresa ni escándalo. Si la derecha es la peor amenaza política a la que se puede enfrentar España, ¿qué problema hay en que las elecciones vascas las gane un partido de izquierdas? Si Vox es el partido más indecente del arco parlamentario, ¿qué problema hay en pactar sistemáticamente con Bildu? Y si los partidos de derechas son fascistas que van provocando por donde pasan, ¿qué problema hay en que los partidos de izquierdas movilicen a sus fieles para que les paren los pies?


La vasca es una sociedad moralmente derrotada. Estamos cansados, ha pasado mucho tiempo y no es bueno pasarse la vida recordando las muertes. No es bueno empeñarse en denunciar lo malo, lo desagradable y lo inaceptable. Sobre todo si lo malo, lo desagradable y lo inaceptable está cada vez más normalizado y te puede afectar en tu vida diaria. Empeñarse en no olvidar y en no callar hace que la convivencia sea muy incómoda. Mirar hacia otro lado, en cambio, es garantía de tranquilidad. Y además el Athletic acaba de ganar la Copa después de cuarenta años. Efectivamente, es tiempo de cambios.


Bildu ya está aquí, gracias Pedro

MAYTE ALCARAZ. el debate. 22 Abril 2024


El fantasma de ETA ha ganado las elecciones en el País Vasco. Sus herederos, sus cachorros, algunos de sus pistoleros, sus legatarios, aquellos que creen que aquello fue «un ciclo político» y los matarifes formaban parte de «una banda armada» han hecho historia. Con 27 escaños, siete asientos más que hace cuatro años, Bildu ha empatado por primera vez con el PNV, que se deja en el camino cuatro diputados, pero que seguirá gobernando con el apoyo del PSE, con el que suma 39 escaños, uno más de la mayoría absoluta. Eso sí, aunque Imanol Pradales sea lehendakari y Ortúzar venda que han sobrevivido y tienen más votos que Otegi, su partido está en una profunda crisis, seguramente en paralela al invierno demográfico de la población vasca, la cuarta Autonomía más envejecida de España y con una crisis industrial profunda.


Curiosamente, cuando la independencia menos interés suscita en la sociedad vasca –solo uno de cada cinco vascos la apoya– y la participación es bajísima –a 4 de cada diez votantes no les interesan estas elecciones– el soberanismo cosecha 54 de los 75 escaños del Parlamento. Una pésima noticia para España, cuyos dos Gobiernos de la alternancia han inflado el poder de los partidos separatistas tanto en País Vasco como en Cataluña a cambio de sus apoyos en el Congreso. La entrada de Vox, con un escaño, sumado a los 7 del PP, que crece en uno con un meritorio candidato, se convertirán en la única voz constitucionalista en el Parlamento vasco. Un discurso que se antoja testimonial frente a la potencia de los que quieren destruir España.


Bildu, convertido en el atrapatodo con una estrategia impostada, se ha nutrido del fiasco de Podemos, pero sobre todo de Pedro Sánchez, que le ha transferido el oxígeno necesario para engañar a todos todo el tiempo. Cuando ETA dejó de matar, los socialistas de Zapatero emprendieron el blanqueamiento de esa marca con la esperanza de que sirviera de comodín al PSOE para sumar mayorías en el Congreso; ahora, el actual presidente solo ha hecho que continuar esa política inmoral de vender la unidad de España a cambio de la aritmética parlamentaria que no logra sumar en las urnas.


El presidente que presume de que conoce España mejor que Feijóo ha sido el gran caracterizador de Otegi y los suyos: kilos de maquillaje para vender que Otxandiano era un remedo de Olof Palme –no en vano estudió en Suecia las estrategias de los socialistas nórdicos–, el mismo que iba a arreglar las pensiones a los mayores, construir viviendas para los más jóvenes –75.000 se ha incorporado al censo electoral– y que iba a trabajar para que las listas de espera en los hospitales pasaran a la historia. Con el Gobierno de España remando a favor de Bildu, el soberanismo, la hoja de ruta para la autodeterminación, ETA y la pulsión identitaria se ocultaba durante la campaña para cuando llegara el momento de exprimir a Sánchez a cambio de los cinco votos proetarras en el Congreso. Solo cuando al candidato de Bildu se le vieron las costuras en una entrevista en la Ser, se comprobó que los proetarras eran lo que todos imaginábamos: el partido que incluyó a 44 etarras en sus listas y nunca ha condenado los asesinatos.


No obstante, ese error de Otaxandiano le vino bien al PNV, que atizó el voto del miedo y llenó la bolsa, lo que ha impedido que el triunfo de Bildu haya sido el que pronosticaban las encuestas. Por eso, Feijóo dio orden de que no se participara de ese debate, sabedor de que esa estrategia solo beneficiaría al partido de Ortúzar. Todavía hay un electorado que se disputan PNV y PP en el eje de la derecha, votantes que probablemente han acudido al partido nacionalista en forma de voto útil para frenar las expectativas de Bildu.


Sánchez no gana unas elecciones desde que Illa lo hizo en Cataluña en 2021. Ha perdido las de Madrid, Castilla y León, Andalucía, las municipales del 28-M, las generales del 23 de julio, las gallegas de febrero y ahora las del País Vasco, aunque haya crecido en dos. Y cuanto más débil es, más claudicaciones nos esperan. Eneko Andueza, el candidato de Sánchez, le preguntó en el debate de la televisión vasca a Pradales si «¿van a volver a pactar con Bildu un proceso soberanista como en Cataluña? El candidato del PNV le enseñó al socialista un documento firmado por Sánchez con el PNV en el que se comprometía a “entrar con urgencia» en un proceso para cesiones al soberanismo. Y a Bildu, ganador moral, le dará el cambio legislativo que reclama para que los presos etarras -120 ya han sido acercados- puedan ir saliendo a la calle, descontándose los años que pasaron en las cárceles de Francia.


La vida sigue igual… por el momento. El PSE de Eneko Andueza, con dos escaños más, seguirá siendo la muleta del PNV, partido que gobierna desde el principio de los tiempos, salvo el paréntesis de Patxi López, Pedro Sánchez dormirá tranquilo en el colchón de Moncloa con la anuencia de PNV, Puigdemont y Bildu, el PP gana un escaño que no es suficiente para ser relevante, el constitucionalismo es cada vez más residual, Yolanda Díaz consigue un pírrico escaño que solo aplaza su entierro político, Podemos, que en 2016 ganó en las generales en el País Vasco, está muerto. No será hoy, pero dentro de cuatro años, Otegi –tan exultante anoche– y los suyos gobernarán esa región desde la que sembraron el terror en toda España. Los beneficios que no consiguieron con el tiro en la nuca los disfrutan ahora sus descendientes. Ya están aquí. Gracias, Pedro.


España tiene que defenderse del País Vasco (y de Cataluña)

ANTONIO R. NARANJO. el debate. 22 Abril 2024


Hasta aquí hemos llegado: décadas de privilegios y concesiones para, a cambio, recibir desprecio y aguantar a un presidente a las órdenes del separatismo


Ya da igual que Bildu gobierne ahora o mañana, que lo haga en solitario, con el PNV o el PSOE. Eso es irrelevante al lado de la dura realidad: ya ha ganado, qué más da si con unos votos por encima o por debajo de otros. Y lo ha hecho por la voluntad de los vascos, a quienes se supone memoria y, por tanto, se les puede señalar por complicidad.


Es cierto que al censo electoral le faltan los exiliados de su tierra desde 1977, hartos del horror: unos 180.000, según los cálculos más fiables. Es el triple de los que votaron al PP en 2020, un 33 % más de los que eligieron al PSOE y solo un 25 % de los que optaron por Bildu. Su impacto, de no haberse marchado, cambiaría probablemente el resultado.


Pero esto es lo que hay: los 1.8 millones de vascos con derecho a voto han decidido, con su papeleta o quedándose en casa, que el futuro de su tierra le pertenezca a un partido inspirado en Batasuna, dirigido por Sortu, encabezado en realidad por Arnaldo Otegi e incapaz de condenar el terrorismo, tildar de terrorista a ETA y ayudar a esclarecer los casi 400 crímenes de esos matarifes que aún siguen sin respuesta.


Es lo que han querido los vascos, y si se le añade el voto del PNV, que no cogía pistolas pero no recibía sus balas y aprovechó el terror para negociar su estatus y un sinfín de privilegios, el dictamen es abrumador.


España, pese a lo que digan las plañideras de la ikurriña y la estelada, ha hecho todo lo posible desde 1978 para integrar al nacionalismo periférico, en un esfuerzo generoso y algo estúpido que, lejos de calmar su delirio supremacista, lo hizo más voraz y legítimo: no se puede hacer más, por mucha verborrea confederal del sanchismo, que sirve más para intentar adecentar la pavorosa disposición del PSOE a apoyarse en él que para ofrecer un marco de futuro cohesionado y aceptado por todos.


Ya está bien, pues. La pregunta no puede seguir siendo qué hacemos con los vascos y los catalanes para que se sientan cómodos. Llevamos haciéndonosla, mejor o peor pero con idéntico resultado catastrófico, al menos desde la primera República: todos los regímenes desde entonces, incluyendo al de Franco, han priorizado hasta extremos humillantes los esfuerzos integradores, a cambio de lo cual solo hemos recibido desprecio, violencia y chantajes.


El separatismo siempre ha sido una enfermedad privativa de ambas regiones, un asunto doméstico que hemos asumido como propio, sin serlo, y hemos atendido con las mejores terapias, todas fracasadas a un precio inhumano en vidas, sangre, extorsión y dinero.


Ya no se trata, por eso, de defender la españolidad del País Vasco y de Cataluña, si en breve votan igual, sino la de la propia España. Porque el virus nacionalista no solo no ha retrocedido en su foco original, sino que ha hecho metástasis en el resto del país, condicionado hasta extremos insoportables por una enfermedad ajena que alcanza, sin embargo, a todas las extremidades del cuerpo.


No hemos podido salvar a las dos Comunidades, infinitamente menos históricas que Castilla, Aragón, Navarra o León, por citar solo algunas; y ahora se trata de acabar con el contagio, resumido en un contrasentido dañino como pocos desde 1978: no solo han premiado a quienes tenían las balas y no a quienes ponían las nucas; sino que además eligen quién es el presidente, cuál es el Gobierno y cómo, para qué y para quién se gobierna en España.


Hasta aquí hemos llegado: ellos son más radicales que nunca y, además, ponen a otro radical a gobernar al dictado de sus necesidades y caprichos, al que no le queda más remedio que cumplir para mantenerse en un poder que de otra forma nunca habría alcanzado.


España nunca ha atacado a nadie, pero ahora le toca defenderse. De esa tropa, de quienes le votan y de su mayordomo, Pedro Sánchez.


Gana la verdad

ENRIQUE GARCÍA-MÁIQUEZ. el debate. 22 Abril 2024


La gran subida electoral de Bildu es una noticia pésima, pero todavía podría ser peor. A Chesterton le divertía la anécdota de un niño al que preguntaron en el colegio los grados del adjetivo «malo». Contestó: «Malo, peor, y muerto». «Pésimo» le parecía que tenía un pase. Es un optimismo inoxidable el del niño, el de Chesterton y el mío. «¿Qué podría ser peor que un crecimiento brutal de los herederos de ETA?», me preguntarán ustedes. «¿Que ETA siguiese matando en vez de estar en las instituciones?». No, eso no sería tan malo, porque no significaría que los terroristas han sacado rédito de sus asesinatos y secuestros, y que buena parte de la sociedad vasca les aplaude.


Lo que sería peor es que no hubiésemos tocado fondo. Que Bildu, sin crecer hasta rozar la victoria, hubiese seguido marcando la agenda de la política vasca y del resto de España, forzando al gobierno de España a un continuo blanqueamiento y permitiendo que los medios gubernamentales y medio pensionistas mirasen hacia otro lado. Eso hubiese sido peor.


Con el puñetazo de Bildu en la mesa electoral, se ponen todas las cartas boca arriba. Los recogenueces se dan una castaña. Han empatado con Bildu en escaños, ganado en porcentaje y perdido en provincias 2-1. El PSOE, que creía que podría cabalgar al tigre, se encuentra que el tigre se le ha revuelto. El bochorno de un partido que incluye terroristas en sus listas y que crece el que más en la tierra misma que ensangrentó queda a la vista de todos; y ante Europa, tan ciega, sorda y muda para lo que no le interesa, pero esto lo tendrá que ver, aunque sólo sea para su propia vergüenza inmóvil e impotente.


Nada de esto es bonito, aunque es menos feo que una Bildu disimulada en un segundo plano y bajo la capa de supuestos apoyos puntuales parlamentarios. Que tendrán que seguir existiendo, si Sánchez pretende seguir en La Moncloa.


Sánchez seguirá en el gobierno con tres complicaciones añadidas. Una: la suma del PNV y Bildu, ambos independentistas, es abrumadora. Hay un fracaso patente de la llamada España constitucional. Dos: ¿impulsará Sánchez, si gobierna con el PNV, parte del programa de Bildu, para hacerse perdonar su preferencia por el socio de derechas? Sí, impulsará. Tres: ¿podrá seguir aunando los votos del PNV y de Bildu tras el inestable empate euskaldún? Cuesta trabajo pensar que sí. El PNV se sentirá amenazado por el crecimiento de Bildu y Bildu estará –lógicamente– crecido; y luego están sus votantes, muy de derechas, unos; muy de izquierdas, los otros.


Pudiera haber un entendimiento por el interés mutuo entre las élites de ambos partidos, pero las bases se van a ver muy confrontadas en su nueva vida cotidiana.


Blanqueando a Otegui y al entorno les ha salido el tiro por la culata. Parece que los blanqueados son los socialistas y los peneuvistas, pero no es eso: es que están pálidos. Era cuestión de tiempo, pero ni aun así lo vieron venir y ya lo tenemos encima. Ahora no se puede engañar nadie, ni siquiera los engañadores profesionales.


Gana ETA

EDITORIAL. libertad digital. 22 Abril 2024


Si la defensa de la Constitución y la Nación como comunidad política desaparece del País Vaso y Cataluña, el cambio de régimen será inevitable.


Los resultados de las elecciones celebradas en las tres provincias vascas este domingo confirman los peores augurios que no por previsibles dejan de ser trágicos. La marca política de la banda terrorista ETA ha conseguido un enorme éxito, con cerca del 35 por ciento de los votos y empatando con el PNV como el partido con más escaños en el Parlamento vasco. Bildu es Sortu, que es la Batasuna de toda la vida. Un partido al servicio de la ETA en el que mandan, como siempre lo han hecho, los pistoleros. Que no sólo justifica, sino que enaltece el terrorismo, con homenajes continuos a los asesinos. Un partido que lejos de disimular, presume de lo que es, incluyendo a terroristas en sus listas electorales. Y, en definitiva, un partido que sigue rentablizando décadas de terror, ya que su renuncia a la "lucha armada" fue únicamente estratégica, nunca ética, y aunque la banda fue muy debilitada desde el punto de vista operativo por la acción de las fuerzas de seguridad, no fue derrotada políticamente.


El miedo y los efectos de tantos años de terror no desaparecen de un día para otro y si a unas elecciones se presentan los mismos que pegaban tiros en la nuca con el mismo proyecto político resulta evidente que siguen rentabilizando el terror. Eso sin entrar en la alteración del censo electoral (hoy tenían derecho al voto 1.700.000 ciudadanos) con 200.000 personas que huyeron del terror nacionalista. Ahora bien los votantes son adultos y el retraro moral de la sociedad vasca es espeluznante. Está bien señalar la culpabilidad de Zapatero y Pedro Sánchez en el blanqueo de los asesinos pero la responsabilidad de cada voto es por encima de todo de quien lo emite.


Un serio aviso para el PNV que salva los muebles y el Gobierno vasco por los pelos. Pero, no nos engañemos, los grandes derrotados no son los peneuvistas. El nacionalismo es cada vez más hegemónico en el Parlamento vasco y la gran subida de Bildu ha sido en buena medida por la desparición de Podemos y no por un hundimiento del PNV, que sube en votos totales, pero por el aumento de la participación pierde 4 escaños y baja 4 puntos de porcentaje de voto.


Los derrotados, decíamos, son los partidos no nacionalistas. Con estos resultados no hya consuelo posible. Ni el escaño de Vox en Álava ni que el PP suba de 6 a 7 sirven absolutamente de nada. Ni mucho menos los dos que sube el PSOE, al que a día de hoy calificar de constiitucionalista parece muy aventurado.


La realidad es que el PNV y EH Bildu suman más votos, más escaños y más poder que nunca antes y los partidos no nacionalistas que a principios de este siglo competían con el nacionalismo se han convertido en una fuerza marginal, con 8 escaños (los 7 del PP y 1 de Vox), 5 de ellos en Álava, muy sobrerrepresentada por el sistema electoral, al tener los mismos escaños con mucha menos población que las otras dos provincias. De modo que con una distribución de escaños normal, los partidos que defienden la unidad de España serian prácticamente extraparlamentarios. Esto es lo verdaderamente transcendente --no las cábalas sobre si a Sánchez le beneficia más pactar con Bildu o con el PNV— y lo que debería preocupar y ocupar a PP y Vox. Si la defensa de la Constituciòn y de la Nación como comunidad política desaparece del País Vaso y Cataluña, el cambio de régimen será inevitable.


O racismo separatista o nacionalización de España

AGAPITO MAESTRE. libertad digital. 22 Abril 2024


No hay guerra en el norte de España. Las fuerzas políticas de la democracia se han rendido. Allí reina la paz de los cementerios. Las provincias vascas viven una dictadura subvencionada por los españoles de a pie. No son palabras. Son verdades. Es lo único que nos une. El resto, es decir, las razones de los politicastros, nos separa. Los resultados de las elecciones en el País Vasco solo sirven para seguir levantando acta de lo obvio: el terrorismo de ETA ha ganado otra vez. Los asesinados por la banda no volverán a la vida. Tampoco los dos cientos mil que expulsaron quieren saber nada sobre cómo regresar a una comunidad envenenada por el odio y el resentimiento a lo que les da vida: España.


El crimen y el racismo se han impuesto en una sociedad enferma. Normal. Todo era sabido. Predecible. Gobernará una vez más el partido racista PNV, sencillamente porque el sanchismo, la última versión del socialismo traidor a la nación, le dará la gobernabilidad. El sanchismo, sí, es el otro partido ganador. También era sabido: mientras que los etarras de Bildu nunca votarán para que caiga Sánchez, los traidores y racistas del PNV podrían fácilmente liarse con los peperos para hacerle una moción de censura al jefe de un gobierno que ha confiscado el entero poder público para su provecho personal. Sí, después de los etarras y los racistas, el partido sanchista lo tiene fácil, porque entregará sus votos al PNV y contemporizará con los etarras de Bildu. Y todos contentos para seguir viviendo de la cada vez más empobrecida España.


Los otros, los del PP y VOX, seguirán a lo suyo: quejas plañideras y a vivir del erario público. Cualquier cosa dirán y harán, salvo reconocer lo obvio: la fractura de España. El sistema político español no sirve, sencillamente, porque ni es español ni es sistema. Es un cambalache para mantener a miles de politicastros robándole a los españoles, en primer lugar, lo que les da sentido colectivo: España. El robo de la conciencia nacional es el primer delito de los políticos llamados nacionales. El segundo robo es la mentira, una enorme falsedad, permanente acerca de la definición de España como un sistema democrático. Esto es un régimen que no ejerce con normalidad el poder público sino que lo ha confiscado en todas las instituciones para ponerlas al servicio de los socialistas, los golpistas de Cataluña y los terroristas-racistas del País Vasco. Y el tercer robo, seguramente, el más obvio está a la vista de todos: el PP es un partido, realmente partido, y VOX no tiene otra política que culpar de todos su males al PP; estamos ante dos partidos sin estrategia ni táctica, o sea, son acéfalos, por decirlo suavemente. Defienden a España de boquilla, pero son incapaces de diseñar una mínima estrategia en común. Ni siquiera aceptan que en las provincias vascas y catalanas apenas existe España, o sea el Estado-nación, nada más que para ser esquilmada por los separatistas.


España está rota, abierta en canal, a las órdenes de un terrorista y un fugado de la justicia. En este contexto ya no hay vuelta atrás: o seguimos aceptando el marco de los terroristas de ETA y sus vasallos del PNV, o sea un Estado Asociado del País Vasco, o nos unimos a quienes traten de organizar un movimiento nacional para defender la unidad de España. O fragmentación o nacionalización. El resto son mandangas de políticos trincones. Mientras los terroristas y racistas tienen claras las cosas, los políticos del PP y VOX se dedican a ocultar el asunto con medidas de viejas plañideras. De los socialistas del PSOE ni se habla, porque ya están entregados por completo al proyecto racista de Otegui y el gentío del PNV.


Escribo esta columna el domingo a las 12:00 h. Ojalá los resultados electorales me obliguen a rectificarla.


La necesaria e indispensable desaparición del PP

Nota del Editor. 22 Abril 2024


Echarle la culpa a Vox como hacen todos los enemigos de España, resulta fácil, pero la historia reciente desmiente todas sus mentiras. El verdadero culpable de la destrucción de la hundida España es el PP que nunca ha tenido principios ni voluntad para defenderla. Han llegado un par de mafiosos filocomunistas y panzistas y antes de que la mentes "lúcidas" de muchos "pensadores" abrieran los ojos, en un tris tras se han cargado el tiendajo que resultaba ser España.


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