Recortes
de Prensa Martes
6 Mayo
2025
El daño está hecho pero ya llueve menos
en Ucrania
Juan
Rodríguez Garat. el debate.
6
Mayo 2025
Almirante (R)
Para cualquiera que tenga dos dedos de frente, el fanatismo debe de ser agotador. Todavía me divierte recordar que, en los primeros meses de combates en Ucrania, muchos rusoplanistas ajenos al mundo militar se preguntaban cómo había podido llegar a almirante un marino que, al contrario que cualquiera de los que compartían sus redes sociales, parecía incapaz de darse cuenta de que la victoria de Rusia era inminente.
Tres años después, supongo que algunos seguirán en sus trece; pero es obvio que también hay rusoplanistas agotados de justificar a quienes les engañan y dispuestos a rectificar. Entre los conversos destaca el vicepresidente Vance, un exmarine que, después de defender públicamente que Ucrania debería rendirse para evitar una rápida derrota, acaba de reconocer públicamente que «la guerra no va a terminar pronto».
Bien es cierto que lo que digan los inexpertos miembros de la Administración Trump en estos meses en los que están dando sus primeros y titubeantes pasos en el tablero geoestratégico global no tiene por qué ser relevante. Sin embargo, parece innegable que la persistente negativa de Putin a aceptar el cese de los combates, aunque solo fuera durante un mes, ha despertado al presidente norteamericano de uno de sus sueños de gloria. No será él quien lleve la paz a Ucrania. Tampoco a Gaza, donde Trump presumía de que había sido él y no Biden quien había impulsado el acuerdo ya roto entre Hamás e Israel. Ni siquiera al Yemen, donde los hutíes siguen lanzando misiles de procedencia iraní sobre Israel sin importarles mucho que Trump haya redoblado los bombardeos que, esta vez sí, comenzó el presidente Biden.
El daño provocado por el paso en falso de la administración norteamericana es irreparable. Putin se siente otra vez presidente de una gran potencia en lugar de paria internacional. El pueblo ruso ha visto como Trump se unía al dictador del Kremlin en sus acusaciones a Zelenski de provocar la guerra. Incluso si el magnate quisiera rectificar —que tampoco es su estilo— sus palabras no llegarían a la prensa amordazada por el Kremlin.
En el resto del mundo, las decisiones norteamericanas también han hecho daño a la causa ucraniana. China, que en su día propuso un plan de paz mucho más ventajoso para Kiev —al menos de palabra, Xi Jinping respetaba la soberanía y la integridad territorial de Ucrania— ve ahora respaldada su pragmática política sobre el conflicto. ¿Quién puede ahora presionar a Pekín o Nueva Delhi para que ellos, a su vez, influyan en las decisiones de Moscú? Xi Jinping, y como él Narendra Modi, se abstuvieron de condenar la invasión; pero nunca votaron a favor de Rusia en la ONU como ha hecho Trump. Al contrario que el norteamericano, ninguno de ellos se ha mostrado dispuesto a reconocer la anexión de Crimea.
Quizá lo peor de todo es que las tácticas de trilero de un Trump que creyó ser más listo que los demás han dañado su propia imagen y la de los EE.UU. Sus amenazas ya no dan miedo. Para muestra, nada mejor que el titular del Komsomólskaya Pravda que copio de la pantalla de mi móvil: «Estados Unidos está a punto de imponer duras sanciones a Rusia; pero solo si Trump no cambia de opinión, como suele hacer». La fotografía del magnate que el periódico de mayor tirada de Rusia escoge para ilustrar la noticia no necesita comentarios: se ha terminado la luna de miel entre Washington y Moscú.
¿Vuelven las aguas a su cauce?
Aunque el mal ya esté hecho, por lo menos las aguas parecen volver a su cauce. Y no ha sido Zelenski quien lo ha logrado. El presidente de Ucrania se enfrentó a Trump en su anterior mandato y, seguramente por esa razón, está en la lista negra del magnate. Tampoco han sido los líderes europeos. Aunque algunos de ellos sí hayan sido escuchados por el republicano, es obvio que nada de lo que hubieran dicho podría hacerle variar su postura un solo milímetro. Del cambio de rumbo de la política norteamericana, por otra parte todavía por confirmar, solo cabe culpar o agradecer —según la perspectiva de cada uno— a la soberbia de Putin.
Es probable que la historia reconozca lo ocurrido como uno más de los graves errores estratégicos del dictador del Kremlin. Tenía casi todo en la mano: un 20% de Ucrania y el reconocimiento por los EE.UU. de la anexión de Crimea. Casi todo, es verdad, pero faltaba la gloria, que Putin habría tenido que repartirse con Trump si hubiera sido el presidente norteamericano el que lograra poner fin a la guerra. Sin embargo, ya se ha perdido la oportunidad. Y, aunque quizá no sirva para otra cosa, ha sido el acuerdo sobre la explotación de minerales que por fin han firmado norteamericanos y ucranianos el que viene a certificar al cambio de rumbo de los EE.UU.
Es verdad que el texto del tratado no ofrece ninguna garantía de seguridad para Ucrania. Sin embargo, sí incluye dos cláusulas con las que Zelenski no podía haber soñado hace solo unos pocos días. La primera, el reconocimiento de la invasión rusa. Parece elemental, pero la Administración Trump venía negándola desde que comenzaron sus negociaciones con el Kremlin, con la excusa de que llamar a las cosas por su nombre podía dificultar un acuerdo.
La segunda, desde luego más importante, es la confirmación de que Washington volverá a vender armas a Kiev. Se acabó el breve deshielo entre Rusia y los EE.UU. Y, como se puede ver en la primera plana del Izvestia que me atrevo a añadir al artículo, el dictador ruso lo sabe.
Ucrania
pone en jaque a Moscú con nuevos drones que cierran aeropuertos a
tres días del gran desfile de Putin
Isabel Velloso.
Madrid. el mundo. 6
Mayo 2025
Al cumplirse 1168 días de guerra en Ucrania, los drones ucranianos apuntan de nuevo a Moscú, donde dentro de 72 horas, el presidente ruso, Vladimir Putin, celebrará el 80 aniversario de la victoria soviética sobre la Alemania nazi con un desfile militar en la Plaza Roja, donde se espera a una una veintena de dirigentes extranjeros.
Unos 19 drones fueron interceptados por la defensa antiaérea cuando se dirigían a la capital rusa por segundo día consecutivo. En esta ocasión, cuatro aeropuertos de Moscú impusieron restricciones temporales y algunos cerraron todas sus pistas. También afectó a otros aeropuertos rusos de grandes ciudades sobre el Volga como Ninzhi Novgorod, Samara o Volgogrado.
Restos de estos aparatos sin tripulación cayeron sobre una avenida grande al sur de Moscú. Medios rusos divulgaron imágenes de la ventana agrietada de un supermercado y la fachada ennegrecida de un edificio residencial.
El Ejército ucraniano afirma que sus fuerzas siguen combatiendo desde hace 24 horas en la región fronteriza rusa de Kursk, que Rusia dio por liberada en abril.
Dos nuevos ataques rusos contra las ciudades ucranianas de Odesa y Járkiv dejan un muerto y cuatro heridos, respectivamente.
08.37
El ataque a Kursk: tres muertos y siete heridos
Las fuerzas ucranianas atacaron a civiles en Kursk, matando a tres personas e hiriendo a siete, según declaró el martes el gobernador de la región, informa Reuters.
08.34
Xi viaja a Moscú para cerrar filas con Putin
El presidente chino, Xi Jinping, viaja mañana a Moscú para asistir al desfile por el 80º aniversario de la victoria soviética sobre la Alemania nazi y reunirse con Vladímir Putin, con quien se espera que cierre filas contra la guerra comercial de EEUU y las críticas de la UE, que ve en Pekín un "facilitador clave" del conflicto, informa Efe.
Xi, que visita el país por undécima vez desde 2013, mantendrá una "comunicación estratégica" con Putin "sobre el desarrollo de las relaciones sino-rusas" y sobre "una serie de importantes cuestiones internacionales y regionales", según Pekín.
"Confiamos en que los importantes consensos alcanzados entre ambos líderes profundizarán aún más la confianza política mutua, promoverán la cooperación pragmática en diversos ámbitos y brindarán mayores beneficios a los pueblos de ambos países", subrayó el pasado fin de semana un portavoz del Ministerio de Exteriores chino.
Según la cartera, Xi y Putin acordaron previamente que ambas partes asistan al desfile militar para "honrar a los mártires, defender los resultados de la victoria en la guerra y el orden internacional de la posguerra, y defender la equidad y la justicia internacionales".
La visita llega también marcada por las acusaciones de Bruselas de que Pekín sigue siendo "un facilitador clave para la continua guerra de agresión de Rusia", según declaró en los últimos días la portavoz de la CE Anitta Hipper en una rueda de prensa.
"Sin el apoyo de China a Rusia, Rusia no sería capaz de continuar su guerra de agresión contra Ucrania con la misma fuerza", destacó.
08.03
Un muerto y varios heridos en nuevos ataques rusos contra Odesa y Járkiv
Una persona murió en Odesa y otras cuatro resultaron heridas en Járkiv la pasada noche durante dos nuevos ataques rusos contra estas dos ciudades ucranianas del sur y el noreste del país, según han informado las autoridades regionales, dice Efe.
En el puerto del mar Negro de Odesa los drones kamikaze Shahed lanzados por Rusia provocaron daños en varias infraestructuras civiles e incendios en distintas partes de la ciudad, según el gobernador de la región homónima de la que es capital la ciudad, Oleg Kiper.
Kiper también informó del fallecimiento de una persona.
En la ciudad de Járkiv los drones rusos también alcanzaron zonas residenciales e hirieron a cuatro personas que han tenido que recibir atención médica, según ha informado el gobernador de la región del mismo nombre, Oleg Siniégubov.
08.02
Rusia cierra los cuatro aeropuertos de Moscú por motivos de seguridad
Rusia suspendió temporalmente los vuelos en los cuatro aeropuertos que operan en Moscú este martes, alegando motivos de seguridad, según anunció la Agencia Federal de Transporte Aéreo (Rosaviatsiya), citada por medios ucranianos, replica Efe.
Un quinto aeropuerto en Kaluga también fue cerrado, según The Kyiv Independent.
"Para garantizar la seguridad de los vuelos de aeronaves civiles, se han introducido restricciones temporales en la operación de los aeropuertos Sheremetyevo, Domodedovo, Vnukovo, Zhukovsky y Kaluga", declaró Rosaviatsiya.
La agencia no especificó la causa de los problemas de seguridad y, al parecer, todos los aeropuertos fueron reabiertos tras el cierre temporal.
Moscú ya había cerrado sus aeropuertos en medio de ataques con drones sobre la región. Ucrania lanzó su mayor ataque con drones contra Moscú en noviembre de 2024, recuerdan medios locales ucranianos.
07.25
Las unidades de defensa de Rusia destruyen 105 drones ucranianos
Las unidades de defensa aérea de Rusia destruyeron 105 drones ucranianos durante la noche, informó el martes la agencia de noticias RIA, citando datos del Ministerio de Defensa ruso, replica Reuters.
07.21
Ucrania ataca una central eléctrica en medio de informaciones sobre una ofensiva en Kursk
Las fuerzas de Kiev atacaron una subestación eléctrica en la región occidental rusa de Kursk, dijo el martes el gobernador regional, después de que los blogueros de guerra rusos informaran de una nueva incursión terrestre ucraniana en la zona respaldada por vehículos blindados y aviones no tripulados, informa Reuters.
Todavía no se había restablecido el suministro eléctrico en la localidad de Rylsk, de unos 15.000 habitantes y situada a unos 50 km de la frontera con Ucrania, después de que las fuerzas ucranianas atacaran la subestación a última hora del lunes, dañando dos transformadores e hiriendo a dos adolescentes, según declaró el gobernador de Kursk, Alexander Khinshtein.
"Queridos residentes, el enemigo, en su agonía, sigue lanzando ataques contra nuestro territorio", dijo Khinshtein en la aplicación de mensajería Telegram.
Las autoridades estaban evacuando a los residentes de las zonas cercanas a la frontera, ya que los ataques de drones ucranianos durante el último día se hicieron "más frecuentes", dijo la administración de la región de Kursk en Telegram a primera hora del martes.
Los blogueros de guerra rusos informaron de que las fuerzas ucranianas atacaron la región de Kursk el lunes, disparando misiles, rompiendo la frontera y cruzando campos de minas con vehículos especiales.
07.19
Ataque ucraniano en Kursk
En la región fronteriza de Kursk, un ataque ucraniano dejó a dos adolescentes heridos y provocó apagones, según el gobernador Alexander Jinstein, informa Afp.
Del lado ucraniano, un bombardeo ruso con drones dejó un muerto en la región de Odesa, indicó el gobernador Oleg Kiper.
Rusia anunció un alto el fuego de tres días del 8 al 10 de mayo por las conmemoraciones de la victoria sobre Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial.
Ucrania no ha revelado si acatará la tregua anunciada por Putin.
07.14
Restricciones y cierre de pistas en cuatro aeropuertos de Moscú por drones ucranianos
Cuatro aeropuertos de la capital- Sheremétievo, Domodédovo, Vnúkovo y Zhukovski- impusieron restricciones temporales por la noche y algunos cerraron todas sus pistas, según la agencia rusa de aviación civil, Rosaviatsia, informa Afp.
El funcionamiento de varios otros aeropuertos rusos fue interrumpido, en particular los de grandes ciudades sobre el Volga como Ninzhi Novgorod, Samara o Volgogrado.
Los gobernadores de las regiones sureñas de Vorónezh y Penza reportaron, respectivamente, que 18 y 10 drones ucranianos fueron interceptados sobre sus territorios sin dejar víctimas.
07.12
Un ataque con drones ucranianos obliga a cerrar aeropuertos en Rusia
Ucrania atacó el territorio ruso la madrugada del martes con drones dirigidos principalmente a Moscú, los cuales afectaron las operaciones de una decena de aeropuertos, informaron las autoridades rusas, informa Afp.
El ataque ocurrió días antes de las conmemoraciones en Moscú del fin de la Segunda Guerra Mundial, con un desfile militar en presencia del presidente Vladimir Putin y una veintena de dirigentes extranjeros.
El alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, dijo que 19 drones fueron interceptados por la defensa antiaérea cuando se dirigían a la capital.
Precisó que los escombros cayeron sobre una avenida grande al sur de Moscú y que inicialmente no se registraron víctimas.
Sin embargo, medios rusos divulgaron imágenes de la ventana agrietada de un supermercado y la fachada ennegrecida de un edificio residencial.
¿Hacia
dónde va la guerra de Ucrania?
Mira Milosevich. ABC.
6 Mayo
2025
Las guerras pueden terminar de tres maneras: por victoria de uno de los dos actores, compromiso entre ellos o desgaste mutuo. Desde hace más de dos años, la guerra en Ucrania está en fase de desgaste mutuo. Y hay poca probabilidad de que esto cambie en breve. Ninguno de los dos países ha cumplido sus objetivos políticos. Los motivos de Rusia para invadir Ucrania son muchos, pero destacan tres: Moscú, al no poder influir en Ucrania, decidió invadirla; el proceso de reimperialización del Kremlin se había iniciado en 2008, interviniendo militarmente en Georgia una vez fracasados tanto su proyecto de convertir a Rusia en un Estado-nación tras la desintegración de la Unión Soviética como su tradicional estrategia de crear 'buffer zones' ( 'zonas tampón') entre Rusia y un enemigo potencial. Por muy irracional que parezca suponer que la Alianza Atlántica iba a atacar a Rusia, tras la intervención de esta en Kosovo y Libia, el Kremlin comenzó a valorar seriamente la posibilidad de que la OTAN intentara cambiar el régimen ruso por la fuerza. El régimen de Vladímir Putin decidió entonces que sería aún más necesario convertir a Ucrania, Bielorrusia y Moldavia en una zona-escudo entre la OTAN y Rusia.
Los objetivos políticos del Kremlin que influyeron en la decisión de invadir al país vecino casan con estos motivos y se traducen en la ambición de hacer de Ucrania un Estado fallido, militarmente neutral, fuera de la Unión Europea y de la OTAN, con un gobierno «amistoso» (títere) en Kiev. Las exigencias de Rusia en las conversaciones con Steve Witkoff, enviado especial de la Casa Blanca, revelan que Moscú no ha abandonado tales objetivos. Tampoco Ucrania ha renunciado a los suyos, que son conservar su soberanía, independencia e integridad territorial con las fronteras de 1991, así como convertirse en miembro de la UE y la OTAN. Ninguno de los dos países ha obtenido una victoria decisiva en el campo de la batalla, aunque se pueda sostener que es una victoria para Ucrania haber soportado más de tres años de la guerra, conservando su gobierno democráticamente elegido y perdiendo solo alrededor del 20 por ciento de su territorio, o que Rusia, a pesar del fracaso de su plan de conquistar toda Ucrania, ha demostrado una extraordinaria capacidad de adaptación y ha ido avanzando, aunque muy lentamente. También hay que recordar que ninguna de las tres predicciones de la Administración Biden y de la UE se han cumplido: que Ucrania iba a ganar la guerra, que la economía rusa iba a colapsar y que habría un golpe de palacio contra el régimen de Putin que traería cambios sustanciales en la política exterior de Moscú.
La Administración Trump está presionando a ambas partes para conseguir un compromiso político que ponga fin a la guerra (aunque ya ha declarado que ahora «depende de ellos»), pero dicho compromiso sería tan vergonzoso para aquellos que la iniciaron como para los que resistieron. Por descontado, ninguna de las dos partes está dispuesta a renunciar sus objetivos políticos. En cualquier negociación, ya sea sobre la guerra o los negocios, ninguna parte admitirá que necesita un acuerdo o que no está preparada para salir del estancamiento. Las propuestas más importantes de EE.UU. van en contra de todos los objetivos políticos de Ucrania, pero tampoco satisfacen los objetivos políticos de Rusia ni su definición de la «victoria estratégica».
Washington propone que Ucrania reconozca Crimea como rusa, congelar las líneas del frente, prohibir el ingreso de Ucrania en la OTAN, vagas garantías de seguridad por parte de la Casa Blanca vinculadas al acuerdo sobre la explotación de los recursos naturales de Ucrania, levantamiento inmediato de las sanciones y la gestión de la central nuclear de Zaporiyia por EE.UU. El Kremlin, por su parte, pretende que el territorio conquistado y alguno no conquistado (como por ejemplo Odesa) se reconozca de facto y 'de iure' como ruso (no solo la península de Crimea), que disminuya el tamaño del Ejército ucraniano y no aceptaría la presencia de tropas de ejércitos occidentales en Ucrania como garantes de paz. Uno de los mayores errores de la Administración Trump es tratar esta guerra como un conflicto por territorio, porque no va solo de ello. Moscú no va a renunciar a otros objetivos, sobre todo el de desarmar y subyugar a Kiev. La propuesta de Ucrania y de la Unión Europea es incompatible con la de Washington y también con las exigencias de Rusia. Sus puntos más importantes son conseguir primero el alto el fuego (y solo después comenzar las negociaciones), no prometer por adelantado concesiones territoriales, mantener el derecho de Ucrania a ser miembro de la Alianza Atlántica, recibir garantías similares a las del artículo 5 y utilizar los activos rusos congelados para la reconstrucción de Ucrania.
Cuando el presidente Volodímir Zelenski aceptó el alto el fuego el pasado mes de marzo se resignaba tácitamente a la pérdida del territorio; pero Kiev no puede renunciar por completo a su territorio reconociendo 'de iure' la ocupación rusa, porque esto va en contra de sus objetivos políticos principales y de todo aquello por lo que han estado luchando durante más de tres años. Otro de los problemas para llegar a un compromiso político es que hay una ruptura entre los aliados occidentales: Estados Unidos pretende acabar la guerra pronto, mientras que la Unión Europea apoya por ahora las exigencias de Ucrania. Estas fisuras son bastante peligrosas y probablemente producirán la disminución del apoyo a Kiev en algunos países de los Veintisiete. Lo cierto es que Ucrania, sin el apoyo de Washington (sobre todo en Inteligencia, ya que Ucrania produce alrededor de 40 por ciento de su armamento) y solo con el soporte de la Unión Europea, no puede seguir luchando con éxito.
Esta es una guerra de agotamiento mutuo, lo que no va a cambiar a menos que el Ejército ruso evolucione rápidamente hacia una fuerza más efectiva, o que Estados Unidos y Europa envíen fuerzas masivas para contener a Rusia. Las líneas de frente están más o menos fijas. Aceptar tales realidades sería la condición principal para que las conversaciones de paz tuvieran éxito, así como otros hechos obvios: los ucranianos y los rusos seguirán luchando, probablemente hasta que se agoten mutuamente y ni EE.UU. ni los países de la UE irán a una guerra con Rusia por Ucrania, por mucho que hayan insistido, durante más de tres años, en que Rusia ha roto la arquitectura de seguridad y defensa europeas y ha destruido el orden liberal internacional creado después de la Segunda Guerra Mundial.
El autoaniquilamiento de Pedro
Sánchez
Santiago Navajas. libertad digital. 6
Mayo 2025
El vídeo de un minuto y medio con el que Pedro Sánchez conmemoró el 146 aniversario del PSOE revela más por lo que omite que por lo que muestra. En él abundan banderas del PSOE y de Cataluña, pero la de España apenas aparece, casi de soslayo. A los socialistas, qué le vamos a hacer, les incomoda España, a la que prefieren llamar "este país" o "el Estado", como si renegaran de él. Se diría que se sienten franceses atrapados en un cuerpo equivocado.
En las imágenes desfilan figuras como Guerra, González, Zapatero y Sánchez, pero no Ábalos, aunque sí Cerdán. El montador del vídeo debió esforzarse para excluir también a Koldo y Begoña. No hay rastro de Chaves ni Griñán, beneficiados por un controvertido fallo del Tribunal Constitucional que anuló su condena por corrupción en la Audiencia de Sevilla, un veredicto que esta última ha cuestionado, invocando al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE). Se destaca a Pablo Iglesias, pero se omite a líderes históricos de la Segunda República como Julián Besteiro o Fernando de los Ríos, probablemente porque el socialista medio no los reconocería. Sin embargo, la ausencia de Largo Caballero y Luis Araquistáin obedece a una razón más grave: ambos protagonizaron la página más oscura de la historia del PSOE.
En el tuit que acompañó el vídeo, Sánchez proclamó: "146 años de lucha, de conquistas sociales y de orgullo colectivo. El PSOE ha sido el motor de cambio y progreso en España y lo seguirá siendo. Con la fuerza de nuestra historia, seguimos construyendo el futuro".
Puesto que los socialistas no suelen reconocer las sombras de su pasado —que hoy perpetúan con amnistías a golpistas, pactos con filoterroristas, nepotismo, corrupción sin precedentes, apagones y autoritarismo de siempre—, recordemos su mayor infamia: su papel en la destrucción de la Segunda República.
Francisco Ayala, republicano intachable y exiliado durante el franquismo, lo dejó claro en su biografía, esa memoria democrática que Sánchez preferiría ignorar:
Revolución de octubre de Asturias. No escasearon las insensateces, encadenadas en series dialécticas. Una de las mayores fue, sin duda, la malhadada revolución de octubre de 1934. Si la responsabilidad por acontecimientos históricos de tal magnitud puede atribuirse a individuos concretos, en el caso de Asturias destacan dos nombres: Largo Caballero y Luis Araquistáin.
Ayala, cuya autoridad democrática nadie en el PSOE, y menos Sánchez, osaría cuestionar, explica que Largo Caballero impulsó un "proceso revolucionario violento a la manera soviética", cuyo objetivo era demoler la Segunda República en su carácter liberal. Sobre Araquistáin, Ayala relata cómo este le encargó un artículo para la revista Leviatán. Ayala lo escribió, posicionándose contra el movimiento revolucionario que se gestaba. Araquistáin, fiel a la tradición inquisidora del socialismo, lo censuró.
Por ello, el PSOE y Sánchez deberían pedir perdón a los españoles, a la Segunda República que traicionaron y a la democracia que hoy socavan. Cabe señalar que algunos historiadores afines al PSOE niegan que la Guerra Civil comenzara de facto en octubre de 1934. Para ello, pasan por alto las palabras de Ayala: "La rebelión socialista había comenzado. Ineluctablemente, se iniciaba la temida tragedia, cuyo desarrollo era demasiado previsible. Las mentalidades catastróficas que anhelaban y promovían la confrontación podían estar satisfechas: el abismo estaba abierto".
Ayala aventura una reflexión psicológico-moral sobre Araquistáin que también podríamos aplicar a Sánchez:
Dado que el desenlace de esa confrontación era previsible, uno se pregunta si, en el fondo de ideólogos como Araquistáin, que promueven y alientan tales crisis históricas, no subyace una secreta y oscura voluntad de destrucción, un deseo subconsciente de autoaniquilamiento.
Ese autoaniquilamiento arrastra a la nación hacia un apagón existencial y a la democracia hacia su debacle como Estado de derecho. Hay que reconocer, no obstante, la coherencia del PSOE: la misma que conecta a Pablo Iglesias, capaz de amenazar de muerte a sus rivales, con Largo Caballero y Araquistáin, de inclinaciones totalitarias, y con Pedro Sánchez, el nihilista por excelencia.
La nociva política energética de
Sánchez
José
María Rotellar. el debate.
6 Mayo 2025
El impacto en el PIB del apagón podría alcanzar los 1.162 millones de euros, con un efecto directo de 433 millones
El episodio sufrido el pasado lunes 28 en España, con el apagón generalizado en todo el territorio peninsular, en el que nos quedamos sin energía, sin metro, sin tren, sin teléfono, sin luz, sin comunicaciones, con el consiguiente desasosiego y, también, con el coste económico que conlleva, no tiene precedentes.
Unido a ello, la ausencia de declaraciones durante mucho tiempo tanto por parte de Red Eléctrica como del Gobierno, más allá de palabras con poca profundidad; la indeterminación en la respuesta y, sobre todo, la inexistencia de unas explicaciones claras sobre lo que ha ocurrido, convirtieron la jornada del lunes en desastrosa.
Y para más inri, la cerrazón del presidente del Gobierno a reconocer lo obvio, lo que cualquier experto afirma, que no es otra cosa que el exceso de renovables fue determinante en el apagón, por la falta de capacidad de dichas energías para adaptarse ante cambios de tensión, es lamentable. Dice Sánchez que no sabe por qué ha sido, pero que no ha sido por falta de energía nuclear y por exceso de renovables, y que quien sostenga esto, miente. Pues debe de estar mintiendo todo el conjunto de técnicos que sostienen, con datos, argumentos y estudios en la mano, que ése es el motivo, por mucho que le moleste al Gobierno.
De los 10.000 millones de euros de producción que pudieron perderse en las cerca de diez horas que duró el apagón generalizado, el impacto en el PIB que puede tener podría alcanzar los 1.162 millones de euros, con un efecto directo de 433 millones, uno inducido de 376 millones y un efecto renta de unos 353 millones de euros.
Sin desdeñar esas cifras, puede que no parezcan muy relevantes desde el punto de vista económico, pero sí que lo son desde el punto de vista de la fragilidad que implica en el sistema económico español que se pudiese repetir un problema de esta naturaleza. Ese impacto de casi 1.200 millones de euros en el PIB podría multiplicarse no sólo si se prolongase, sino también si se repitiese, pues la seguridad sobre la economía española se vería mermada al no poder asegurar su abastecimiento y suministro.
Más allá de las cifras de impacto económico, el verdadero problema, como digo, es que sucediese dicho siniestro, que pueda volver a suceder y las causas que lo provocaron y pueden provocarlo. Es cierto que todavía no está del todo claro, entre otras cosas porque quienes tienen que arrojar esa claridad —Red Eléctrica y el Gobierno— no lo hacen, pero también es cierto que el riesgo de un apagón como el que vivimos era alertado desde hace tiempo por algunas empresas energéticas y por distintos especialistas en la materia.
El problema es que tenemos un sistema energético sumamente frágil ante posibles picos de tensión que se puedan generar, y no por falta de tecnología o de saber hacer, sino por la intervencionista legislación basada en el fundamentalismo medioambiental, que desdeña la entrada de energías estables, preparadas para ajustarse ante los picos de demanda y oferta energética, frente a la apuesta por la participación preferente en el mix energético de las energías renovables, que no cuentan con esa capacidad para amortiguar esos picos de tensión.
Los gráficos que explican el apagón: 400 milisegundos en los que España se fundió a negro
Iberdrola, Endesa y EDP señalan a Red Eléctrica y exigen formar parte de la comisión del apagón
Así, las energías tradicionales, como la nuclear, el carbón, el gas y las hidroeléctricas (esta renovable es desdeñada por el fundamentalismo medioambiental), emplean grandes turbinas sincronizadas en su velocidad de rotación con la frecuencia de la red. Eso hace que esa energía rotacional actúe como amortiguador, de manera que ante un súbito incremento de la demanda o ante un exceso de generación de energía, dichas turbinas ceden o absorben energía, respectivamente, con la modificación de la velocidad de rotación, logrando mantener el equilibrio, que permite que se ajuste la producción eléctrica.
Sin la participación en proporción importante de estas energías, se carece de suficiente energía con inercia rotacional que corrija esos desajustes, de manera que se pueden provocar desviaciones en la frecuencia. ¿Cuáles son las energías sin esa capacidad de inercia rotatoria? Las renovables (salvo la hidroeléctrica).
Como la normativa introduce la priorización de la entrada de las renovables en el mix energético, en momentos de gran producción de energía renovable no hay suficiente energía tradicional que pueda estabilizar el sistema en caso de que se produzca una perturbación por cambios significativos en la demanda o en la generación de electricidad. Cuando se produjo el apagón, alrededor del 70 % de la energía generada procedía de las renovables, que impidió que el desajuste producido en la tensión fuese estabilizado por la inercia rotatoria de las energías tradicionales.
Esta obcecación en dejar fuera a la energía nuclear —que es por la que España debería apostar claramente, sin dejar al margen las otras fuentes— y al gas, basado en un fundamentalismo medioambiental que niega el carácter no contaminante de la energía nuclear, provoca incremento de costes, que deriva en subida de precios y en pérdida de poder adquisitivo de los agentes económicos, así como en merma de competitividad de la economía española; y, por otro lado, deja el sistema energético en una situación de fragilidad que nos puede llevar a situaciones tercermundistas como la vivida este lunes. Debe rectificarse con urgencia esta política energética y apostar por la energía nuclear y el gas dentro del mix energético, sin descartar el resto de energías. Sólo una persona inepta, soberbia, arrogante, fanática y carente de escrúpulos puede cerrar los ojos ante ello y llevar a su país al riesgo de sufrir más apagones, al tercermundismo energético, fruto del fundamentalismo medioambiental.
José María Rotellar es profesor de Economía y director del Observatorio Económico de la Universidad Francisco de Vitoria
Los
apagones del chavismo español
Al sanchismo solo le
interesa mantener un frentismo polarizador para ahorrarse la
obligación de rendir cuentas
Jesús Cuadrado. Vozpópuli.
6 Mayo 2025
Tiene escrito Rodríguez Zapatero que fue Monedero, asesor de cabecera del torturador Nicolás Maduro, quien le introdujo en el chavismo. Para mediar entre el régimen y la oposición, dice él; para ponerse al servicio de la dictadura, afirma la líder de los demócratas venezolanos María Corina Machado. Hoy el PSOE, con el expresidente como su principal “ideólogo”, reproduce todos los tics chavistas. De hecho, el apagón del lunes negro llevaba el sello del populismo iberoamericano.
Para empezar, chavismo y sanchismo exhiben grados similares de ineptitud. En 2002-2003, el fundador del régimen, Hugo Chávez, expulsó a los experimentados técnicos de la industria del petróleo estatal y los sustituyó por inútiles y leales militantes chavistas. La producción pasó de 3,1 millones de barriles diarios a medio millón, y nunca se recuperaría. Si echas una mirada al Consejo de Administración de Red Eléctrica, el regulador controlado por el Gobierno, entiendes mejor el desastre del pasado 28. Como el dictador venezolano, Sánchez selecciona por lealtad, nunca por capacidad. Oyendo los balbuceos de Beatriz Corredor en La Ser, se entiende el apagón.
Hay más chavistas en Europa, como el británico Jeremy Corbyn, defenestrado en el Partido Laborista, o el político neocomunista francés Jean-Luc Mélenchon, pero solo en España están en el Gobierno. En México, Colombia o Venezuela, donde también mandan, el rasgo más común de este movimiento es la fabricación de culpables para justificar todos sus fracasos: embargo, sanciones, imperialismo, neoliberalismo, Colón, oligarquías, la casta. El catálogo es inagotable. El pasado 1 de mayo, Sánchez añadió “los de arriba”, después de apuntar a las eléctricas como responsables de un apagón del que él es responsable.
Como para los chavistas, el relato, los cuentos, son el arma de los sanchistas. En la amable entrevista con Barceló, Beatriz Corredor trampeó recurriendo de forma infantil a la correlación de hechos para evitar explicar las relaciones causa-efecto. Como no había ocurrido antes, descartó la necesidad de adaptar la red al aumento de renovables (mix suicida), un riesgo obvio anticipado por los expertos. Ahora, para ocultar la responsabilidad directa de Sánchez, recurren a trampas narrativas, como organizar una visita absurda de los agentes del CNI a las eléctricas o denominar “operadores privados” a Red Eléctrica. Una operación masiva del sanchismo mediático para intentar convertir en un cisne negro (imprevisto) lo que era un rinoceronte gris (previsible y anunciado) del tamaño de una catedral.
El apagón desenmascara de golpe un disparate propio de talibanes chavistas. Las consecuencias de la gestión durante seis años de Teresa Ribera, paradigma del empacho ideológico del sanchismo, irrumpieron en escena el pasado lunes. Con escasa preparación y mucho compromiso doctrinal, la exministra nunca fue capaz de entender la diferencia entre la sustitución de unas energías por otras y la transición energética, que exige un proceso de adaptación. Antes de su promoción a Bruselas, su otra herencia fue no ejecutar por dogmatismo las obras del barranco del Poyo que, como ponen de relieve los técnicos, habrían evitado la tragedia de la dana.
Campeones en fabricar pobreza
La conversión chavista del Partido Socialista provoca consecuencias chavistas. Recientemente Eurostat publicaba los datos de pobreza infantil y España, con un 29%, se pone a la cabeza de los 27 países de la UE en esta competición de la vergüenza. Nada identifica mejor a los políticos chavistas latinoamericanos que su capacidad para hacerse millonarios -¡izquierda caviar!- y a la vez ser campeones en fabricar pobreza, en Cuba o en Argentina. Aquí, los jueces españoles descubren sin parar cuentas y patrimonios ocultos y, por el boicot desde el Gobierno, a veces no tienen más remedio que recurrir al amparo de la Justicia europea.
El apagón evidenció otra similitud con el chavismo: la obsesión por colonizar desde el Gobierno las empresas privadas: el ”exprópiese” de Chávez. De libro, la medicina aplicada al presidente de Telefónica, citado, humillado y ejecutado por un simple asesor de Moncloa. Por ahora, las eléctricas se están haciendo respetar y no parecen dispuestas a librar a Sánchez de su responsabilidad, única e intransferible, en el mayor desastre eléctrico ocurrido en la Unión Europea. Aunque, como ha hecho siempre, intente traspasársela a otros, los expertos independientes le están diciendo: es toda suya, “doctor”.
Como al chavismo, al sanchismo solo le interesa mantener un frentismo polarizador para ahorrarse la obligación de rendir cuentas y huye de los pactos de Estado como de la peste, sea para reformular la política militar o para organizar la transición eléctrica. Resultado: España bloqueada.
A
oscuras y a lo loco
Sobrevivir a la era Sánchez sin
bajar los niveles de exigencia propios de personas adultas e
inteligentes ha resultado imposible
Ignacia De Pano. Vozpópuli.
6 Mayo
2025
Todos hemos visto las imágenes. Los grupos de jóvenes cantando y dando palmas en la calle alrededor de beatíficos abuelitos que se arrancan por sevillanas mientras un espontáneo saca una guitarra que lleva siempre encima por si se produce un apagón generalizado en España y hay que ponerse necesariamente a bailar. O esos alegrísimos pasajeros del AVE que se bajan del convoy parado por falta de electricidad en mitad del campo y tras descender por un peligroso terraplén se ponen a ensayar una coreografía tan torpe como animosa. Porque los españoles somos así, alegres, optimistas, siempre dispuestos al buen rollito y a ponerle al mal tiempo buena cara. Y es que es mucho mejor pasarse seis horas en un ascensor con tu vecino del quinto y poder por fin poneros a hablar de corazón a corazón, o ligar con desconocidos a la luz de las velas en una terraza que solo da cervezas calientes previo pago en metálico, que seguir con tu vida normal y tu luz y tu agua caliente y tus trenes a la hora y tus tarjetas de crédito. Todas esos avances calvinistas que en el fondo nos arrancan de nuestra naturaleza intrínseca de sureños pobretones y vitales y nos drenan la alegría de vivir a cambio de comodidades más o menos necesarias.
Eso sí, todas estas escenas tan de “que bello es vivir” las hemos visto porque alguien las ha grabado con el resto de batería que les quedaba en el teléfono móvil. Y es que lo esencial de estas escenas no es vivirlas, sino poder colgarlas en redes para que el resto de los mortales hundidos en la tristeza de sus casas con luz y calefacción en perfecto estado de revista, esos pobres niños ricos, puedan sentir envidia de la alegría y el duende de la españolidad. Que son tan pobres pero tienen tan buen ánimo y de todo hacen una fiesta. Teatrillo barato de lo más meta: se baila no para disfrutar del baile, normalmente ridículo, sino para que te vean bailar.
De lo que no se dan cuenta estos ciudadanos estupidizados es que en esos vídeos lo que de verdad se pone de manifiesto es la docilidad bovina con la que una gran parte de la población asume sin rechistar el continuo chuleo de un gobierno de ineptos que les exprime fiscalmente hasta extraerles la última gota como si fueran un limón y les acostumbra a no darles nada a cambio. Un gobierno de sobrinas de catálogo colocadas en empresas públicas, asesores a cientos, corrupción generalizada e ignorancia cósmica, con ministras adoradoras de Greta Thunderberg que no quieren entender que no puede dependerse casi en exclusiva de las renovables, que vienen a ser la lechuga que acompaña al filete de la energía hidráulica y nuclear, y ministros con el desarrollo neurológico parado en una adolescencia mostrenca que dedican su jornada laboral a pelearse a twitter con ciudadanos anónimos en vez de ponerse a trabajar. Un gobierno que ha dilapidado la herencia recibida, como la de un sistema de trenes de alta velocidad que era la envidia del mundo, y la ha malbaratado con su nefasta gestión.
Palmitas durante el apagón
Sobrevivir a la era Sánchez sin bajar los niveles de exigencia propios de personas adultas e inteligentes ha resultado imposible. Con sus mentiras y sus cuentos nos ha ido arrastrando a casi todos al fango de la vagancia y la aceptación de las ruedas de molino con las que nos obliga a comulgar a diario. Yo reivindico aquí al pasajero del AVE que se niega a cantar en mitad de la avería , al ciudadano que no se pone a tocar palmas por la calle durante el apagón, al legítimamente enfadado, al que no se ríe con el chascarrillo del animoso ecologista, al que recuerda las corrupción, al que no perdona las traiciones. Hagamos un elogio del que no se deja llevar y cabreado con una mona toma nota de todo para votar en consecuencia.
Si conseguimos salir de esta, que está por ver, será gracias a ellos
Cacicada
contra Vox en el Tribunal de Cuentas
OKDIARIO. 6
Mayo 2025
La multa impuesta por el Tribunal de Cuentas a Vox por supuestas -y nunca probadas- donaciones irregulares es una de esas cacicadas que ponen de manifiesto cómo el organismo fiscalizador se ha movido por criterios políticos y no por lo que dictan las normas. Los 862.000 euros de castigo responden a la docilidad de los consejeros de izquierdas, pese a que uno de este bloque -cómo sería la cosa- se sumó a los consejeros que entendían que no existía base legal alguna para considerar que los ingresos por actividades promocionales del partido de Abascal constituyan donaciones irregulares.
Al final, ante el empate a 6 se impuso el voto de calidad del fiscal, que inclinó la balanza en un ajustado 7-6 favorable a la sanción. O sea, que funcionó, una vez más, aquello que dijo Pedro Sánchez: «¿De quién depende la Fiscalía? Del Gobierno, pues eso». En realidad, y según subrayaron los consejeros discrepantes, «no se ha podido acreditar, ni siquiera indiciariamente, que las cantidades recibidas por la formación política Vox por actividad promocional sean donaciones». Y más aún: se señala taxativamente que «la falta de regulación específica sobre las actividades promocionales impide considerar estas prácticas como infracciones sancionables».
Fuentes del Tribunal han reconocido a OKDIARIO que la sanción podría ser revocada por el Tribunal Supremo, dado el vacío legal existente en la regulación del merchandising político. Pero para cuando eso llegue, el daño ya está hecho, porque las terminales mediáticas de la izquierda no van a desaprovechar la ocasión de acusar a Vox de financiación ilegal.
Lo ocurrido es gravísimo, porque con la ley en la mano no hubo nada punible. Cosa distinta es que los consejeros afines al Gobierno cumplieran su papel de tontos útiles para servir a los intereses de Pedro Sánchez. Y sobre el voto de calidad del fiscal, poco más que decir: le faltó el cuajo necesario para poner en valor la verdad y se rindió a las presiones. Más o menos lo que viene siendo habitual.
Este sábado a las 12:00
Los
motivos de la concentración de Colón: más de 100 asociaciones
llaman a «tomar democráticamente la calle»
La
Plataforma por la España Constitucional apela a los españoles a
defender el presente y el futuro de España
Redacción. El
Debate. 6
Mayo 2025
Este sábado 10 de mayo, la Plataforma por la España Constitucional, que engloba a un centenar de asociaciones de la sociedad civil, convoca una concentración a las 12:00 en Colón para exigir la dimensión de Pedro Sánchez y la convocatoria de elecciones generales.
«Tomar democráticamente la calle, exteriorizar públicamente la indignación, exigir la dimisión de Pedro Sánchez y la convocatoria de elecciones, no son inútiles actos de desahogo, sino expresiones de un estado de opinión de la sociedad española con efectos palpables», afirman estas entidades en un comunicado. En este sentido, recalcan que con ello se demuestra que lo que está pasando en nuestro país «no es parte de la normal batalla política», despierta «conciencias anestesiadas», «refleja un espíritu de resistencia» ante los atropellos del Ejecutivo socialista, muestra a los políticos de la UE que España «sufre una crisis democrática» y «expone internacionalmente» el «frontal rechazo» de gran parte de la sociedad española hacia Sánchez.
La Plataforma convocante de la concentración denuncia la situación de «deterioro democrático y político» que atraviesa España y que el Gobierno está en un proceso de «deconstrucción constitucional», en una «red de cesiones y corrupción» y además con evidente debilidad parlamentaria y la dependencia absoluta de socios que tienen como fin destruir España. «No hay nivel del Gobierno, del actual Partido Socialista o de las Instituciones que no esté afectado por la sucesión de atropellos constitucionales, escándalos, manipulaciones, nepotismo y abusos de poder que están degradando nuestro país y nuestra convivencia», asegura.
En el comunicado, las asociaciones que organizar la concentración en Colón apelan a los que creen en una España «libre, democrática y constitucional» para que actúen y den un paso al frente, más allá de las sensibilidades ideológicas de cada ciudadano, recalcando que el presente y el futuro de España depende de cada uno de ellos.
En un vídeo difundido por los organizadores, recopilan una numerosa lista de motivos por los que hay que salir a la calle a reclamar a Pedro Sánchez que dimita y dé voz a los españoles en unas elecciones generales. Desde una amnistía entre otras cosas inconstitucional o una reforma a la carta del Código Penal para suprimir el delito de sedición o rebajar el de malversación como cesión a los independentistas o los indultos o el cupo catalán, hasta los «atropellos» al Poder Judicial, los escándalos de corrupción que afectan al partido del Gobierno y al entorno más próximo del presidente, los impuestos «confiscatorios», la inmigración descontrolada, la política energética del Ejecutivo y la desatención a las víctimas de la dana y del volcán de la Palma, entre otros.
Ya han confirmado su asistencia a la concentración el Partido Popular y Vox. «Nosotros creemos que desde el inicio de esta legislatura el Gobierno da motivos más que sobrados para que los españoles nos manifestemos en las calles», señaló este lunes el portavoz de los populares, Borja Sémper. Por su parte, desde la formación de Santiago Abascal, el secretario general, Ignacio Garriga, subrayó que su partido «siempre acude a cualquier concentración que sea para denunciar la corrupción del PSOE y la urgencia de la convocatoria de elecciones generales para que los españoles puedan elegir un nuevo rumbo», que a su juicio pasa por «la construcción de una alternativa política» que derogue las leyes impulsadas por el PSOE y ponga en marcha un «plan de reconstrucción nacional».
HISPANIDAD
El
fiasco de los nacionalismos hispanoamericanos
Javier
Bilbao. gaceta.
6 Mayo 2025
Cuentan los primatólogos que entre tribus de chimpancés recientemente escindidas en dos grupos tiende a haber una mayor hostilidad que respecto a otras tribus próximas. El aliado de ayer ahora es traidor, la línea fronteriza por novedosa debe ser reafirmada enfáticamente y, además, termina resultando más sencillo odiar a aquel a quien conocemos bien en sus defectos y del que, por lo estrecho del vínculo, ya acumulamos un largo repertorio de agravios. Es un sólido argumento contra la tentación de rendirse a las tensiones separatistas: «mira, que se independicen y así nos dejarán en paz» ¡Cuántas veces lo habremos oído! No parece que las relaciones entre Rusia y Ucrania ahora sean más cordiales que cuando formaban un solo país y se diría que los reproches de Hispanoamérica a España se han solidificado dos siglos después de las independencias, sucediéndose periódicamente los dirigentes de aquellos países, antes hermanados en un reino común, que exigen solemnes disculpas por nuestro pasado conquistador y encuentran en él la raíz de todos sus males presentes.
Por eso resultan tan refrescantes y necesarios libros como Malditos Libertadores, de Augusto Zamora Rodríguez, nicaragüense de fructífera trayectoria como profesor universitario y diplomático, donde expone sin ambigüedades que todas aquellas élites criollas luego mitificadas como padres de las patrias no pasaron de oportunistas carentes de todo proyecto político viable. No buscaron la independencia sino la servidumbre a otro imperio más extractivo, el inglés,ni «aspiraban a construir Estados nacionales, sino, simplemente, grandes haciendas bajo la forma de Estados, a los que gobernar y expoliar». Es un enfoque atrevido, quizá porque su autor es americano y entonces no necesita contemporizar, lo que contrasta con el de autores españoles previos cuya aspiración hispanista comenzaba reconociendo y aún aplaudiendo a los «libertadores» con ánimo conciliador.
Así, tenemos por ejemplo a Unamuno comparando a Simón Bolívar con Don Quijote, nada menos, y proclamando que «como Diego Laínez se llenó de orgullo al ver que su hijo, el Cid, sintiéndose mordido en el dedo por el padre le amagó un bofetón, así nosotros, los españoles, deberíamos enorgullecernos de la heroicidad de aquellos hombres frente a las tropas de los torpes Gobiernos peninsulares y considerar una gloria de la raza las glorias de las independencias americanas». Mientras que Blas Piñar, por su parte, consideraba a aquél «criollo ilustre, español de temperamento y porte» y a su lucha secesionista como una causa justa pues «la España de comienzos del XIX era la hija mayor que había desfigurado su rostro, la ‘vieja y tahúr, zaragatera y triste’ (…) que repelía a la más noble juventud de América», ante la que la que no quedaba más remedio que romper amarras si querían preservar su legado, puesto que «las provincias españolas de América y de Asia, Hispanoamérica y Filipinas, repudiaron a esa España en metamorfosis que se había traicionado a sí misma, pero no repudiaron a la Hispanidad».
Bienintencionados en su propósito de restañar heridas y recuperar lazos comunes, pero no muy fieles a los hechos y por tanto fallidos en su resultado, pues ya dijo Benedicto XVI que «el amor siempre está vinculado a la verdad». Cargar con culpas que no nos son propias no ayudará a hacernos perdonar. Si queremos indagar en la realidad histórica entonces hemos de preguntarnos, como hace Zamora: «¿por qué Miranda, Bolivar o San Martín suplicaban la intervención británica? Porque sabían que, sin una intervención de la poderosa Albión, su movimiento sería derrotado». Y no porque hubiera una férrea oposición española —en realidad inexistente, dada la invasión napoleónica en curso que absorbía todo su esfuerzo— sino porque no existía en la población americana un apreciable sentimiento antiespañol, una voluntad separatista medianamente articulada.
Prueba de ello son los éxitos militares en América de la población local (España tenía muy pocas tropas desplazadas) frente a los diversos intentos de invasión inglesa, desde Cartagena de Indias en 1741 hasta Buenos Aires en 1807, pasando por casos como el de la hoy día heroína nacional de Nicaragua Rafaela Herrera, una criolla que lideró la defensa del fuerte de San Juan en 1762 al grito de «¡viva Carlos III!», quien le concedería luego una pensión vitalicia y tierras en reconocimiento. Bravura equiparable a la demostrada luego en 1797 en Puerto Rico por sus habitantes y a la de la mencionada capital argentina, que en 1806 repelió al mando de Santiago de Liniers a unas tropas enemigas que volverían a intentarlo infructuosamente al siguiente año, frente a las que invocaba a su vera a «todos los que llamándose españoles se han hecho dignos de tan glorioso nombre». Tres años después Liniers sería fusilado ante el temor de que su popularidad en Buenos Aires frustrase la maniobra independentista.
Por otra parte, si en la Declaración de Independencia de Estados Unidos se incluía una lista de agravios contra la metrópoli, que encorsetaba el desarrollo económico colonial para favorecer sus manufacturas, en el caso del imperio español no podía decirse lo mismo. Existía un mercado común indiano en el que productos agrícolas y manufacturas circulaban entre los virreinatos, mientras que las zonas más prosperas de la América española hacían envíos de dinero llamados «situados» a las más pobres pero que por su valor estratégico para la defensa del conjunto del reino eran apoyadas. Tenían lugar además pioneras campañas de vacunación masiva como la expedición Balmis en 1803, aunque ya desde la primera mitad del siglo XVI se venían construyendo hospitales y universidades y de la protección de la Corona a las poblaciones indígenas da cuenta, como ejemplo bien curioso, que en 2007 aquellas ubicadas en Nicaragua exigieran a su gobierno el reconocimiento de los títulos reales que les fueron concedidos allá por 1713. Algo en línea con un testimonio de 1848 desde México que recoge Zamora sobre que «la opinión común entre las gentes de su raza, que añoraban la época del dominio español, marcada por un gobierno paternal, y la contraponían a los tiempos que por entonces corrían y al estado de miseria, abyección y abandono en que se hallan, desde que por su mal fueron declarados ciudadanos libres».
Bolívar no solo era consciente de esta realidad, pues requirió la ayuda británica para poder lograr las diversas secesiones, sino que también estaba al tanto de sus intenciones: «no es interesante para Inglaterra que una nación europea como España mantenga una posesión como Perú en América. Prefiere que sea independiente con un poder débil y un gobierno frágil. Es por eso que, bajo un pretexto cualquiera, Inglaterra apoyará la independencia de Perú». Y eso es lo que obtuvo: un puzle de nuevos países de débiles gobiernos sin ninguna visión nacional, patriótica, que, si bien eran formalmente independientes, entregaron su naciente soberanía de tres formas. Abriendo sus mercados a los productos ingleses, erradicando así la producción local y cualquier posibilidad de industrializarse; convirtiéndose en meros exportadores de materias primas y productos agrícolas, sobre los que Gran Bretaña primero y EE.UU. después llegarían a tener un control directo; y, por último, en directa relación con lo anterior, endeudándose con créditos para pagar esos productos manufacturados e hipotecando sus riquezas naturales a cambio. A veces en condiciones extremadamente abusivas, como un crédito con Londres de Argentina en 1824, por ejemplo, que terminó de devolverse en 1904 por ocho veces el dinero prestado. Ni rastro, por tanto, de nacionalismo económico en todas esas nuevas pequeñas patrias, cuya oligarquía criolla ahora dirigente estaba a menudo infiltrada por la masonería. Es decir, anglófilos perdidos. Así les fue, y así les va. Ese es el origen de su pobreza ya cronificada y no su herencia cultural española.
Hubo que esperar al siglo XX para que llegaran al poder líderes con conciencia nacional, a menudo militares, que forjaran un Estado-nación cohesionado, moderno, soberano e independiente, introduciendo cambios estructurales significativos… hasta que el nuevo hegemón, ahora norteamericano, de forma más o menos directa optaba por desalojarlos. Fue el caso de José Santos Zelaya en Nicaragua, de Jacobo Arbenz en Guatemala, de Juan Bosch en la República Dominicana o de Perón en Argentina.Es significativo que, particularmente en este último caso, su nacionalismo argentino estuviera atravesado de hispanismo: si cada uno de esos países que eclosionaron del Imperio español tenía sentido como nación era reconociendo su origen y herencia ibérica, reconciliándose con aquella madre patria a la que se dio la espalda en su momento crítico de debilidad por la invasión francesa y echándose en brazos del rival inglés, renunciando la Leyenda Negra que había estado justificando durante tantos años aquellos procesos de ruptura y su posterior alienación. Se cerraba el círculo. Merece la pena concluir recordando para ello este apasionado discurso del General del 12 de octubre de 1947:
«Nuestro homenaje a la madre España constituye también una adhesión a la cultura occidental. Porque España aportó al occidente la más valiosa de las contribuciones: el descubrimiento y la colonización de un nuevo mundo ganado para la causa de la cultura occidental. Su obra civilizadora cumplida en tierras de América no tiene parangón en la historia. Es única en el mundo. Constituye su más calificado blasón y es la mejor ejecutoria de la raza, porque toda la obra civilizadora es un rosario de heroísmos, de sacrificios y de ejemplares renunciamientos. Su empresa tuvo el sino de una auténtica misión. Ella no vino a las Indias ávida de ganancias y dispuesta a volver la espalda y marcharse una vez exprimido y saboreado el fruto. Llegaba para que fuera cumplida y hermosa realidad el mandato póstumo de la Reina Isabel de ‘atraer a los pueblos de Indias y convertirlos al servicio de Dios’. Traía para ello la buena nueva de la verdad revelada, expresada en el idioma más hermoso de la tierra. Venía para que esos pueblos se organizaran bajo el imperio del derecho y vivieran pacíficamente. No aspiraban a destruir al indio sino a ganarlo para la fe y dignificarlo como ser humano.
(…)
Como no podía ocurrir de otra manera, su empresa fue desprestigiada por sus enemigos, y su epopeya objeto de escarnio, pasto de la intriga y blanco de la calumnia, juzgándose con criterio de mercaderes lo que había sido una empresa de héroes. Todas las armas fueron probadas: se recurrió a la mentira, se tergiversó cuanto se había hecho, se tejió en torno suyo una leyenda plagada de infundios y se la propaló a los cuatro vientos.
Y todo, con un propósito avieso. Porque la difusión de la leyenda negra, que ha pulverizado la crítica histórica seria y desapasionada, interesaba doblemente a los aprovechados detractores. Por una parte, les servía para echar un baldón a la cultura heredada por la comunidad de los pueblos hermanos que constituimos Hispanoamérica.
Por la otra procuraba fomentar así, en nosotros, una inferioridad espiritual propicia a sus fines imperialistas, cuyas asalariados y encumbradísimos voceros repetían, por encargo, el ominoso estribillo cuya remunerada difusión corría por cuenta de los llamados órganos de información nacional. Este estribillo ha sido el de nuestra incapacidad para manejar nuestra economía e intereses, y la conveniencia de que nos dirigieran administradores de otra cultura y de otra raza».
Alemania,
la memoria viva de la Segunda Guerra Mundial ocho décadas
después
Rubén Gómez del Barrio. Berlín. la razon.
6 Mayo
2025
El 8 de mayo de 2025 se cumplen 80 años del final de la Segunda Guerra Mundial. Ocho décadas después de la rendición incondicional del Tercer Reich, Alemania sigue enfrentando con reserva y profundidad las huellas del conflicto más devastador de su historia. La fecha, conocida en el país como el «Tag der Befreiung» (Día de la Liberación, en español), ha pasado de ser una jornada incómoda y silenciada a convertirse en un momento de reflexión nacional y de reafirmación democrática. En todo el país se celebran actos conmemorativos, exposiciones, discursos institucionales y encuentros. Sin embargo, más allá de los eventos oficiales, lo que llama la atención es cómo ha evolucionado la percepción de los alemanes sobre la guerra, la dictadura nazi y su responsabilidad histórica. La memoria colectiva ha cambiado, se ha diversificado y sigue siendo un eje fundamental de la identidad contemporánea de Alemania.
En las décadas inmediatamente posteriores al conflicto, la sociedad alemana vivió un proceso de reconstrucción en el que hablar del pasado era incómodo y, a menudo, se evitaba. No fue hasta los años 60, con el auge de los movimientos estudiantiles y la generación de los hijos de los soldados, cuando comenzó un verdadero cuestionamiento sobre el papel de los padres y abuelos en el régimen nazi. «Hubo un cambio generacional fundamental», explica la historiadora alemana Sabine Schlüter a la prensa alemana. «Los jóvenes empezaron a preguntar: ¿dónde estabas tú entre 1933 y 1945? Esa pregunta marcó un antes y un después en el tratamiento del pasado en Alemania». Desde entonces, el país ha hecho de la memoria un pilar cívico. El recuerdo del Holocausto y la denuncia del totalitarismo forman parte del currículo escolar y las visitas a campos de concentración como Dachau o Sachsenhausen son habituales para los estudiantes. Asimismo, monumentos y memoriales se integran en la vida cotidiana de las ciudades.
A diferencia de otros países, donde el final de la guerra se celebra como una victoria, en Alemania el 8 de mayo se vive con un tono de recogimiento. En 1985, el entonces presidente federal, Richard von Weizsäcker, dio un discurso que marcó un punto de inflexión: definió el 8 de mayo como un «día de liberación» del régimen nazi, y no como una derrota. Hoy, esa idea está ampliamente aceptada por la mayoría de los alemanes. Según una encuesta reciente del instituto Forsa, el 78% de los ciudadanos considera que es importante mantener viva la memoria de los crímenes del nazismo, y un 65% cree que su enseñanza en las escuelas debería incluso reforzarse. «Recordar no es una forma de autoflagelación, como a veces se dice desde fuera», comenta Matthias Krüger, profesor de historia en una escuela Secundaria de Hamburgo. «Es un acto de responsabilidad hacia las nuevas generaciones y una vacuna contra el extremismo». Sin embargo, el consenso sobre la necesidad de mantener viva la memoria histórica no está exento de tensiones. En los últimos años, el ascenso del partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) ha introducido discursos que cuestionan el enfoque «autocrítico» de la historia nacional. Algunos de sus representantes han llegado incluso a calificar el período nazi como «una mota en mil años de historia alemana», provocando indignación entre amplios sectores de la sociedad.
En 2017, Alexander Gauland, una de los líderes del partido, afirmó que «los alemanes tenemos derecho a estar orgullosos de las hazañas de nuestros soldados en dos guerras mundiales», lo que generó una fuerte ola de rechazo. Muchos interpretaron sus palabras como un intento de trivializar los crímenes del nazismo.
Según un estudio del Instituto demoscópico Allensbach, el 62% de los alemanes teme que el revisionismo histórico se extienda, especialmente en redes sociales. Ante ello, museos, fundaciones y asociaciones civiles han intensificado su trabajo para preservar una memoria crítica y abierta al diálogo. El reto actual es generacional. Los testigos vivos del Tercer Reich están desapareciendo, y con ellos, la conexión directa con los hechos. Para Sven-Felix Kellerhoff, historiador y editor del periódico «Die Welt», esto plantea el desafío de mantener viva la memoria en una era sin supervivientes. «Es imprescindible renovar la pedagogía de la memoria sin perder el rigor», asegura. Alemania ha desarrollado lo que muchos historiadores internacionales definen como una «Erinnerungskultur» única en el mundo: una cultura de la memoria que no busca glorificar su historia, sino enfrentarse con lucidez y responsabilidad a su legado más oscuro. Monumentos como el Memorial a los judíos asesinados de Europa, situado en pleno centro de Berlín, o las más de 100.000 «Stolpersteine» (piedras doradas conmemorativas en las aceras) repartidas por todo el país, simbolizan cómo el recuerdo se ha integrado en la vida cotidiana.
Más que homenajes, son advertencias silenciosas. Pero hay más. Los intentos de relativizar o banalizar el pasado han generado una reacción fuerte desde el ámbito educativo, cultural y político. Museos, universidades y asociaciones civiles trabajan activamente para reforzar el pensamiento crítico y combatir la desinformación histórica. «Hay un riesgo de fatiga de la memoria», advierte Schlüter. «Las nuevas generaciones no tienen un vínculo personal con los supervivientes del Holocausto o con testigos directos de la guerra. Por eso es tan importante encontrar nuevas formas de transmitir esa historia». En paralelo, una encuesta reciente de YouGov revela que, 80 años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, la sociedad alemana muestra una mezcla de preocupación, conmoción y fatiga respecto a su memoria histórica. Aunque una mayoría significativa considera el final de la guerra como una «liberación», estos términos pueden ocultar la responsabilidad colectiva, sugiriendo que los alemanes fueron principalmente víctimas del régimen nazi. Además, muchos encuestados tienden a minimizar la conciencia de la población sobre los crímenes del nazismo, estimando que solo alrededor del 40% sabía de las atrocidades cometidas.
Este aniversario es especialmente simbólico por su dimensión generacional. Con los últimos testigos directos del conflicto falleciendo, el relato del pasado depende cada vez más de archivos, museos y obras culturales. Al mismo tiempo, crece la conciencia de que el recuerdo no puede fosilizarse en rituales repetitivos, sino que debe dialogar con los desafíos del presente. El presidente federal, Frank-Walter Steinmeier, ha insistido en varios discursos recientes en la necesidad de «una memoria activa, que no se limite al pasado, sino que nos guíe en el presente». Por eso que el 8 de mayo no solo es una fecha conmemorativa, sino también una llamada de atención ante el auge del populismo, la polarización social y los discursos de odio en Europa.
A 80 años del final de la guerra, Alemania no olvida, pero tampoco se estanca en el pasado. Su enfoque de la memoria histórica ha sido observado y valorado en muchos países como un modelo a seguir y, en tiempos de incertidumbre y revisionismo, la sociedad alemana reafirma que el recuerdo de los horrores del pasado no es un lastre, sino una brújula.
******************* Sección "bilingüe" ***********************
Recortes de Prensa Página Inicial