Recortes
de Prensa Sábado
10 Mayo
2025
Macron
pide "conversaciones directas" entre Ucrania y Rusia en el
marco de un alto el fuego de 30 días
Los líderes de
Francia, Reino Unido, Alemania y Polonia, se encuentran en Kiev con
Zelenski, para exigir a Rusia una tregua incondicional de 30
días
Isabel Velloso. Madrid. el mundo. 10
Mayo 2025
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, recibe en Kiev al primer ministro británico, Keir Starmer, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y el canciller alemán, Friedrich Merz, y al polaco Donald Tusk, con el que abordarán las posibles garantías de seguridad que pueda recibir Ucrania una vez se firme la paz y lanzarán un mensaje dirigido al presidente ruso, Vladimir Putin, para que declare la tregua de 30 días que le exigen ucranianos, europeos y estadounidenses.
Starmer, Macron y Merz han viajado juntos en tren hacia la capital ucraniana y allí se han encontrado con Tusk. Los cuatro forman parte de la llamada coalición de los voluntarios, que trabaja en la posible creación de un contingente militar de paz que se despliegue en Ucrania al término de esta guerra para disuadir a Rusia de lanzar una nueva invasión en el futuro.
Macron, en entrevistas con medios franceses antes de su llegada a Kiev, pide "conversaciones directas" entre Ucrania y Rusia en el marco del alto al fuego de 30 días.
Los mandatarios europeos advirtieron de más sanciones contra Rusia si no se alcanza un acuerdo. A diferencia de la administración Trump, ellos exigen que este implique un regreso a las fronteras ucranianas de antes de la guerra.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, defendió que Rusia no cesará el fuego si antes no terminan los suministros de armas de los países occidentales a Ucrania, en una entrevista al canal televisivo estadounidense ABC.
09.43
Macron pide "conversaciones directas" entre Ucrania y Rusia con un alto el fuego de 30 días
El presidente francés, Emmanuel Macron, pidió el sábado "conversaciones directas" entre Ucrania y Rusia, en el marco del alto al fuego de 30 días que Estados Unidos, Ucrania y los europeos exigen a Moscú, en una entrevista a las cadenas francesas TF1 y LCI, informa Afp.
En caso de que haya una tregua de 30 días, Macron expresó su voluntad de ayudar para que se entablen "conversaciones directas entre Ucrania y Rusia", declaró en la entrevista realizada en el tren de camino a la capital ucraniana. Si Moscú no acepta el alto el fuego, "habrá sanciones adicionales (...) mucho más duras", advirtió.
09.12
Primera vez que los líderes de Francia, Alemania, Polonia y el Reino Unido llegan juntos a Kiev
Es la primera vez que los líderes de de Francia, Alemania, Polonia y el Reino Unido viajan juntos a Ucrania, mientras que Friedrich Merz realiza su primera visita a Ucrania como nuevo canciller de Alemania, informa Ap.
Junto con el presidente Donald Trump, Keir Starmer, Emmanuel Macron, Donald Tusk y Friedrich Merz están presionando para que Rusia acepte un alto el fuego de 30 días que permita entablar conversaciones de paz para poner fin al conflicto.
"Reiteramos nuestro respaldo a los llamamientos del presidente Trump en favor de un acuerdo de paz y pedimos a Rusia que deje de obstruir los esfuerzos para garantizar una paz duradera", afirmaron los líderes en un comunicado conjunto. Merz, Macron, Starmer y Tusk llegan a Kiev para mostrar su respaldo a Ucrania
09.07
Macron pide "conversaciones directas" entre Kiev y Moscú
El presidente francés, Emmanuel Macron que se encuentra en la capital ucraniana, junto con el jefe del gobierno alemán, Friedrich Merz, y los primeros ministros polaco y británico, Donald Tusk y Keir Starmer, que mantienen un encuentro con el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ha pedido "conversaciones directas" entre Kiev y Moscú para poner fin a la guerra de Ucrania, según la entrevista que el mandatario galo ha mantenido con medios franceses, informa Afp.
08.57
Keir Starmer, Emmanuel Macron y Friedrich Merz, en el tren destino a Kiev
El primer ministro británico, Keir Starmer (i), el presidente de Francia, Emmanuel Macron (c), y el canciller alemán, Friedrich Merz (d), posan a bordo de un tren con destino a Kiev, en Shegyni, Ucrania, el 9 de mayo de 2025.
08.14
Trump tiene un mensaje para Rusia y Ucrania: "Acaben con esta estúpida guerra"
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, envió este viernes un contundente mensaje a Rusia y Ucrania ante la guerra que hace tres años mantienen estos países: "Acaben con esta estúpida guerra", informa Efe.
Trump hizo el comentario durante su habitual encuentro con la prensa en el Despacho Oval tras ser preguntado por una advertencia de la Embajada de EE.UU. en Ucrania de un posible ataque ruso a la capital, Kiev.
"Tengo un mensaje para ambas partes: que acaben con esta guerra", sostuvo el líder republicano, que había prometido durante su campaña electoral poner fin a este conflicto dentro de los primero 100 días de su segundo mandato.
Acto seguido, dijo que 5.000 soldados mueren cada la semana, "soldados rusos y ucranianos, y también otras personas", como resultado del conflicto. "Y yo digo: que acaben con esta estúpida guerra. Ese es mi mensaje para ambos", agregó.
08.14
Líderes europeos viajan a Kiev para exigir a Rusia una tregua incondicional de 30 días
Los líderes de Alemania, Francia, Polonia y Reino Unido visitan este sábado Kiev para respaldar al presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, y exigir a Rusia una tregua incondicional de 30 días, informa Afp.
El viaje del presidente francés, Emmanuel Macron; el jefe del gobierno alemán, Friedrich Merz, y los primeros ministros polaco y británico, Donald Tusk y Keir Starmer, ocurre un día después de unas fastuosas celebraciones en Moscú por los 80 años de la victoria sobre la Alemania nazi.
Con una veintena de dirigentes internacionales presentes, el presidente ruso, Vladimir Putin, supervisó un multitudinario desfile militar y rindió homenaje a los soldados desplegados en Ucrania por "su valentía y determinación".
Durante estas conmemoraciones, Putin declaró una tregua unilateral en Ucrania. Kiev la consideró insuficiente y propuso un alto al fuego incondicional de 30 días al que se sumó el presidente estadounidense, Donald Trump.
"Junto a Estados Unidos, instamos a Rusia a aceptar el alto al fuego total e incondicional de 30 días completo para crear un espacio para conversar sobre una paz justa y duradera", dijeron los líderes europeos en un comunicado conjunto al anunciar su viaje a Kiev.
"Estamos preparados para respaldar las conversaciones de paz lo antes posible, para hablar sobre la implementación ténica del alto al fuego y preparar un acuerdo de paz global", agregaron.
Los mandatarios europeos advirtieron de más sanciones contra Rusia si no se alcanza un acuerdo. A diferencia de la administración Trump, ellos exigen que este implique un regreso a las fronteras ucranianas de antes de la guerra.
En una entrevista al canal televisivo estadounidense ABC, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, defendió que Rusia no cesará el fuego si antes no terminan los suministros de armas de los países occidentales a Ucrania.
De otro modo, una tregua sería "una ventaja para Ucrania" en un momento en que "las tropas rusas avanzan" en el frente, dijo Peskov, quien no ve a Ucrania "preparada para negociaciones inmediatas".
08.05
Llegan a Kiev los líderes de Francia, Reino Unido, Alemania y Polonia
Los líderes de Francia, Reino Unido, Alemania y Polonia llegaron este viernes por la mañana en tren a Kiev para reunirse con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, con el que abordarán las posibles garantías de seguridad que pueda recibir Ucrania una vez se firme la paz y lanzarán un mensaje dirigido al Kremlin para que declare la tregua de 30 días que le exigen ucranianos, europeos y estadounidenses, informa Efe.
Francia, Reino Unido, Alemania y Polonia forman parte de la llamada coalición de los voluntarios, integrada por los países que trabajan en la posible creación de un contingente militar de paz que se despliegue en Ucrania al término de esta guerra para disuadir a Rusia de lanzar una nueva invasión en el futuro
De
héroes a mercenarios: el ocaso del Día de la Victoria en la Rusia
de hoy
Vladislav Inozemtsev. la razon. 10
Mayo 2025
El 9 de mayo, Rusia celebra su propio Día de la Victoria, que marca el fin de la Segunda Guerra Mundial en Europa. Esta fecha tiene su razón de ser: tras la rendición formal de la Alemania nazi -primero en Reims el 7 de mayo de 1945 y al día siguiente en Karlshorst-, las fuerzas soviéticas continuaron su lucha contra las tropas alemanas en Praga y sus alrededores, donde los disparos cesaron al final de la tarde del 9 de mayo. Además, dado que cuando se firmó el Acta de Rendición cerca de Berlín el 8 de mayo, ya era la madrugada del 9 de mayo en Moscú, los soviéticos decidieron establecer el Día de la Victoria en esa última fecha. Diría que este cambio, aunque en su mayor parte fue accidental, simboliza una diferencia significativa entre el impacto y las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial para la Unión Soviética y el resto del mundo.
No cabe duda de que la URSS sufrió pérdidas increíbles durante la guerra: alrededor de 42 millones de personas perecieron, y la devastación de los territorios ocupados fue comparable, diría yo, solo a la de Polonia y algunas regiones de Alemania. Durante mi juventud en Bielorrusia, recuerdo muy bien mi paseo diario a la escuela en el pequeño pueblo de Gorki, que pasaba junto a un monumento erigido para conmemorar a los hasta 2.000 hombres y mujeres judíos y bielorrusos ejecutados entre 1941 y 1943. A 16 kilómetros de distancia había un pueblo llamado Lenino, donde en octubre de 1943 los regimientos comunistas polacos formados en la Unión Soviética entraron en combate por primera vez contra las fuerzas nazis.
El recuerdo de la guerra estaba por todas partes, pero en la época soviética, el Día de la Victoria solía estar lleno de horror y tristeza, ya que los veteranos, ya mayores, preferían no recordar el tiempo que sobrevivieron en las trincheras bajo feroces ataques enemigos. Además de las enormes bajas, la Segunda Guerra Mundial para la Unión Soviética fue diferente, también porque siempre estuvo plagada de enormes mentiras. Es bien sabido que Stalin se alió con Hitler en 1939 para la partición de Polonia, y que los servicios secretos soviéticos ejecutaron a miles de oficiales polacos en 1940; pero esto nunca se debatió hasta el final de la era soviética.
Cabe recordar también que, tras el inicio de la guerra, muchos soldados y ciudadanos soviéticos, humillados por los comunistas durante la época de la colectivización y las purgas, se rindieron a los alemanes o incluso cambiaron de bando: más de 600.000 de ellos aún servían en regimientos auxiliares alemanes en 1944, cuando su número comenzó a disminuir tras las grandes pérdidas, y nunca se ha mencionado en la época soviética. Los comandantes soviéticos fueron increíblemente crueles con sus hombres: mientras que en el ejército británico solo 40 militares fueron condenados a muerte por tribunales militares y ejecutados durante toda la guerra, en el ejército soviético esa cifra ascendió a 157.593 (!) soldados. Otras decenas de miles de soldados soviéticos (unos 118.000, para ser precisos) que sobrevivieron a los horrores del cautiverio alemán fueron enviados a campos de concentración del Gulag y nunca regresaron a casa. Así que había muchas razones para no estar demasiado contentos ni siquiera en el Día de la Victoria.
Pero con el paso del tiempo, la festividad se volvió más alegre, convirtiéndose en casi el único día que unía a todo el pueblo soviético; y para la época de la Perestroika, ni siquiera la apertura de los archivos soviéticos ni la reescritura de la historia oficial habían mermado su importancia. El colapso del comunismo tampoco lo ha logrado: en 1995, a las celebraciones en Moscú asistieron el entonces presidente Bill Clinton y más de 50 jefes de estado de todo el mundo, y durante años el Día de la Victoria de Rusia se ha celebrado en toda la antigua Unión Soviética desde que se recordó que no fue Rusia, sino la URSS, la que ganó esa brutal guerra.
Sin embargo, en las últimas décadas, el significado del evento ha cambiado significativamente. En primer lugar, el Kremlin lo ha convertido en una festividad rusa por excelencia; los elementos soviéticos se vieron disminuidos y el papel de otras "Naciones Unidas" fue prácticamente silenciado. En segundo lugar, ha cambiado su significado, pasando de ser una festividad mayoritariamente popular a un "día de gloria militar" (en la época soviética, solo se celebraron cuatro desfiles militares en este día entre 1945 y 1990, mientras que desde 1995 se organizan anualmente).
En tercer lugar, se empezó a utilizar principalmente para la glorificación del Estado, no de las personas (e incluso cuando en 2011 los ciudadanos de la ciudad siberiana de Tomsk inventaron un nuevo ritual de marcha por las calles con retratos de sus padres o familiares que lucharon o murieron en la guerra, el Kremlin "privatizó" la práctica, regulándola por completo). Y, por supuesto, el estallido de la guerra con Ucrania en 2014 cambió por completo el panorama, ya que la propia Rusia adquirió muchas características de un estado fascista clásico, incluso cuando su gobierno tipificó como delito la "rehabilitación del nazismo".
Hoy, debo decir que fue más que una mera coincidencia que el Día de la Victoria rusa no se corresponda con el "europeo" (y ahora, tras la reciente decisión de Donald Trump), también "estadounidense". El lema "Nunca más", que se asoció con las celebraciones occidentales, se opone directamente al actual lema ruso: "¡Podemos repetir!". Los veteranos de la Segunda Guerra Mundial (cuyo número oficial en Rusia cayó por debajo de los 7.000 en 2025) pronto serán reemplazados en los desfiles por los participantes de las fuerzas de ocupación rusas en Ucrania, por aquellos que están asesinando a los hijos y nietos de los soldados ucranianos soviéticos con quienes los rusos lucharon codo con codo hace 80 años.
El 9 de mayo ha sido durante décadas una festividad única de amistad y hermandad, y no puede sobrevivir a las políticas actuales de Putin (este año, incluso Kazajistán, una antigua república soviética que contribuyó enormemente a la victoria conjunta al convertirse en la potencia industrial soviética durante la guerra y enviar a más de 1,3 millones de sus habitantes al frente, donde aproximadamente la mitad cayó y 98 kazajos étnicos fueron condecorados como Héroes de la Unión Soviética, ordenó la prohibición total de todas las festividades en todo el país).
Hoy en día, en Rusia, el Día de la Victoria es una festividad oficial del estado que, en mi opinión, difícilmente sobrevivirá al régimen de Putin. Quienes participaron en esa guerra pronto estarán todos muertos; el ejército ruso parece ahora una fuerza brutal compuesta por mercenarios y criminales convictos (según las leyes recientemente aprobadas, casi cualquier persona condenada por un tribunal o aún investigada por un delito puede firmar un contrato de servicio militar y obtener la disolución de su causa penal); cualquier sentimiento de amistad entre Rusia y las antiguas repúblicas soviéticas parece disminuir rápidamente.
Estos acontecimientos parecen una tragedia para un pueblo que, de hecho, carece de cualquier otro punto de referencia en su historia moderna: nadie considera seriamente que el "Día de la Independencia" de Rusia, el 12 de junio de 1991, y el día de la Revolución de Octubre de 1917, ampliamente celebrado en la época soviética, sean ideológicamente divisivos. Putin, diría yo, está convirtiendo a Rusia en un país sin amigos, sino también sin una historia de la que enorgullecerse. Quizás, en algún momento, cuando Rusia reconsidere su destino europeo y abrace los valores occidentales, vuelva a celebrar el 9 de mayo, ahora como el Día de Europa, pero este cambio podría llevar décadas en lugar de años.
Putin
celebra el Día de la Victoria con la tregua en Ucrania en el aire
El
presidente ruso usa el desfile para mostrar músculo militar mientras
Trump vuelve a lanzarle un ultimátum: tregua de 30 días o más
sanciones a Rusia
Natalia Duarte. Moscú. la razon. 10
Mayo 2025
La conmemoración del final de la Segunda Guerra Mundial, el 9 de mayo, siempre fue la fiesta soviética por excelencia. En el momento de la desaparición de la URSS, hace ya 33 años, todavía podían salir a la calle a celebrarlo miles de veteranos y ciudadanos que habían sufrido los horrores de aquella guerra que se cebó con la vida de más de diez millones y medio de personas. La Rusia de hoy ya no cuenta con esos testigos directos aunque sí con millones de ciudadanos que escucharon los relatos de sus padres y abuelos. Uno de ellos, Vladimir Putin, presidió ayer en la Plaza Roja el desfile rodeado de la plana mayor del ejército de su país y acompañado por jefes de más de veinte estados, como los presidentes de China, Xi Jinping; de Venezuela, Nicolás Maduro; de Cuba, Miguel Díaz-Canel; de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; de Serbia, Aleksandar Vucic; y el primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, entre otros. La fiesta de ayer era mucho más que la celebración del final de la gran guerra mundial. Putin lo sabía y por eso se calculó todo al milímetro para que saliera perfecto. El mundo iba a verlo a través de la televisión y oportunidades como esa Rusia no ha tenido muchas desde que empezara sus ataques en suelo ucraniano.
Más de tres años han pasado. Rusia tiene presente que es un país en guerra y no dejó escapar la oportunidad para reafirmarse en su campaña militar en el Donbás. Así lo recordó Putin en su discurso afirmando que «todo el país, la sociedad, el pueblo apoya a los participantes en la operación militar especial». Haciendo hincapié en que la gente a la que representa «se siente orgullosa de su valentía». Por último, el mandatario ruso ha dicho con contundencia que «Rusia ha sido y será una barrera indestructible contra el nazismo».
En esa tribuna de Lenin estaban presentes militares llegados de ese nuevo conflicto que el Kremlin no ha dejado de comparar con la Segunda Guerra Mundial por su lucha contra el fascismo. En el desfile participaron más de 10.000 soldados rusos acompañados por militares de trece países. En honor al presidente chino Xi Jinping, invitado de honor de Putin, una guardia de honor china desfiló delante de los allí congregados. 183 equipos militares, algunos utilizados hace más de ochenta años, que atravesaron la Plaza Roja acompañados por otros que se encuentran en funcionamiento en la actualidad en esa Operación Espacial. El acto lo encabezaron los famosos tanques T-34 y las unidades de artillería autopropulsadas SU-100, aunque sin duda las estrellas del mismo fueron los misiles balísticos intercontinentales Yars, que tienen un alcance de hasta 12.000 kilómetros. También desfilaron drones de última generación, como los Gueran-2 o los drones espía Orlán. La fiesta se ha preparado a conciencia en todo el país y los desfiles se han llevado a cabo en las principales ciudades rusas. Las medidas de seguridad han sido extremas por la amenaza de que Ucrania lanzara algún ataque. El gobierno de Kiev ha descartado cualquier intento de atentar contra la celebración lamentando que Rusia no está cumpliendo con el alto el fuego decretado unilateralmente durante los tres días de celebración del día de la Victoria hasta mañana.
Desde Ucrania han comunicado que su presidente, Volodimir Zelenski, y su homólogo estadounidense, Donald Trump, han mantenido una conversación en la que habrían acordado llegar a una tregua de, al menos, 30 días, en el conflicto del Donbas, con medidas sancionadoras extraordinarias por parte de Washington si el Kremlin se negara a aceptarla. La propuesta ha sido vista con buenos ojos por parte de la Unión Europea, pero falta la decisión de Putin que debería responder en las próximas horas.
Por otra parte, el Kremlin confirmó ayer que Rusia y Estados Unidos han abordado durante sus negociaciones de normalización la posible reanudación de los suministros de gas a Europa, suspendidos desde el comienzo de la guerra en Ucrania hace más de tres años. «Estamos tratando ese tema», dijo Yuri Ushakov, asesor internacional del Kremlin, a medios locales.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, aseguró esta semana que la Unión Europea (UE) debe hacer «todo lo posible» para mantener en pie su negativa a importar gas ruso con el fin de consolidar la posición de Ucrania de cara a unas futuras conversaciones de paz.
«Algunos siguen diciendo que deberíamos reabrir los grifos del gas y el petróleo ruso. Esto sería un error de proporciones históricas y no permitiremos que ocurra», afirmó Von der Leyen en un discurso ante el plenario del Parlamento Europeo.
La funcionaria se refería a la postura de Hungría y Eslovaquia que quieren seguir importado energía rusa.
Los
líderes de Alemania, Francia, Polonia y Reino Unido viajan a Ucrania
con este mensaje para Putin
Zelenski, Starmer, Maronm
Merz y Tusk quieren abordar el plan de EEUU y Europa para una tregua
de 30 días a la que Rusia se niega
Afp. la razon. 10
Mayo 2025
Los líderes de Alemania, Francia, Polonia y Reino Unido visitan este sábado Kiev para respaldar al presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, y exigir a Rusia una tregua incondicional de 30 días. El viaje del presidente francés, Emmanuel Macron; el jefe del gobierno alemán, Friedrich Merz, y los primeros ministros polaco y británico, Donald Tusk y Keir Starmer, ocurre un día después de unas fastuosas celebraciones en Moscú por los 80 años de la victoria sobre la Alemania nazi. Macron ha pedido en Kiev "conversaciones directas" entre Ucrania y Rusia, en el marco del alto al fuego de 30 días que Estados Unidos, Ucrania y los europeos exigen a Moscú. En caso de que haya una tregua de 30 días, Macron expresó su voluntad de ayudar para que se entablen "conversaciones directas entre Ucrania y Rusia", declaró en la entrevista realizada en el tren de camino a la capital ucraniana. Si Moscú no acepta el alto el fuego, "habrá sanciones adicionales (...) mucho más duras", advirtió.
Vladimir Putin no está por la labor. Con una veintena de dirigentes internacionales presentes, el presidente ruso supervisó un multitudinario desfile militar y rindió homenaje a los soldados desplegados en Ucrania por "su valentía y determinación". Durante estas conmemoraciones, Putin declaró una tregua unilateral en Ucrania. Kiev la consideró insuficiente y propuso un alto al fuego incondicional de 30 días al que se sumó el presidente estadounidense, Donald Trump.
"Junto a Estados Unidos, instamos a Rusia a aceptar el alto al fuego total e incondicional de 30 días completo para crear un espacio para conversar sobre una paz justa y duradera", dijeron los líderes europeos en un comunicado conjunto al anunciar su viaje a Kiev. "Estamos preparados para respaldar las conversaciones de paz lo antes posible, para hablar sobre la implementación técnica del alto al fuego y preparar un acuerdo de paz global", agregaron.
Los mandatarios europeos advirtieron de más sanciones contra Rusia si no se alcanza un acuerdo. A diferencia de la administración Trump, ellos exigen que este implique un regreso a las fronteras ucranianas de antes de la guerra.
En una entrevista al canal televisivo estadounidense ABC, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, defendió que Rusia no cesará el fuego si antes no terminan los suministros de armas de los países occidentales a Ucrania.
De otro modo, una tregua sería "una ventaja para Ucrania" en un momento en que "las tropas rusas avanzan" en el frente, dijo Peskov, quien no ve a Ucrania "preparada para negociaciones inmediatas".
Posible fuerza europea de paz
Merz, Macron y Starmer llegaron conjuntamente en un tren procedente de Polonia el sábado por la mañana, constató la AFP. Para el alemán, es el primer viaje a Kiev tras asumir la jefatura del gobierno esta misma semana. Los dirigentes europeos expresarán a Zelenski "su fiel compromiso con Ucrania", afirma el comunicado. También reiterarán el "apoyo a los llamados del presidente Trump para un acuerdo de paz y el llamado a Rusia para dejar de obstruir estos esfuerzos".
Después de la cita con Zelenski en la mañana, los cuatro dirigentes organizarán una reunión virtual con otros líderes europeos para abordar la posible creación de una fuerza continental que garantice la seguridad de Ucrania en un eventual escenario de paz. Tal contingente "ayudaría a regenerar las fuerzas armadas de Ucrania después de un acuerdo de paz y fortalecería la confianza en cualquier paz futura", dice el texto conjunto.
Macron, uno de los principales defensores de este proyecto, urgió el viernes a trazar rápidamente un plan entre EEUU y Europa para una tregua de 30 días, respaldado con "sanciones económicas masivas" si alguno de los bandos la vulnera. El presidente francés consideró que los "comentarios beligerantes" de Putin en el desfile en la plaza Roja demostraban que seguía estando "del lado de la guerra". Pero también abrió la puerta a hablar sobre la división territorial de Ucrania una vez empiece un alto el fuego.
Rusia ocupa alrededor de una quinta parte de Ucrania y reivindica su soberanía sobre cinco de sus regiones, incluyendo la península de Crimea anexionada en 2014. Trump ha señalado a Ucrania que no es realista pensar en recuperar todo el territorio perdido, pero a la vez el dirigente estadounidense se muestra cada vez más impaciente con las reticencias rusas a frenar los combates.
La UE y
cuatro países europeos firman un acuerdo para armar a Ucrania con el
dinero ruso "congelado"
Además de los
1.000 millones de euros que se destinarán a reforzar el Ejército
ucraniano, Kiev también recibirá 600 millones de euros para comprar
sistemas de artillería y munición
Agencia Efe. Leópolis. la
razon. 10
Mayo 2025
Los jefes de las diplomacias de la Unión Europea (UE), de Dinamarca, Italia, Países Bajos y Francia firmaron este viernes en la ciudad ucraniana de Leópolis un acuerdo para destinar 1.000 millones de euros generados por los activos rusos congelados a la producción de armamento en Ucrania que se enviará directamente al Ejército ucraniano.
"Dinero ruso para armas ucranianas", escribió el primer ministro ucraniano, Denís Shmigal, en su canal de Telegram al anunciar el acuerdo, que había sido adelantado la víspera por la alta representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Kaja Kallas.
"Se trata de una decisión histórica", ya que las armas para Ucrania se comprarán a través del Fondo Europeo de Paz con el dinero procedente de los activos rusos congelados.
Shmigal explicó que se comprarán las armas según el llamado "modelo danés" directamente a los fabricantes ucranianos y se enviarán directamente de la fábrica al Ejército ucraniano.
"De esta forma no sólo reforzamos nuestras capacidades defensivas, también estimulamos la economía y la innovación en nuestro complejo industrial y de defensa", declaró el primer ministro, que publicó fotografías de la firma del acuerdo.
Además de los 1.000 millones de euros que se destinarán a reforzar el Ejército ucraniano con este mecanismo del que fue pionera Dinamarca, Kiev también recibirá 600 millones de euros para comprar sistemas de artillería y munición.
Asimismo, dispondrá de más de 200 millones de euros para reforzar las defensas aéreas ucranianas.
"Agradecemos sinceramente a la Unión Europea por esta decisión visionaria, su liderazgo y su apoyo. Un agradecimiento especial a Dinamarca, Francia, Países Bajos e Italia, que realizarán compras de armas ucranianas por valor de 1.000 millones de euros", señaló Shmigal, quien recalcó que "juntos somos fuertes".
"Juntos garantizaremos una paz justa para Ucrania y seguridad para toda Europa", recalcó.
"Decenas
de millones" para recuperar Chernóbil: las consecuencias de un
ataque ruso que asumirá occidente
Carmen Oporto. la
razon. 10
Mayo 2025
El temor a un nuevo desastre nuclear resurgió en febrero, cuando el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, denunció un ataque con dron perpetrado por Rusia contra el sarcófago de Chernóbil. Según afirmó, el aparato no tripulado, equipado con una ojiva de gran capacidad explosiva, impactó directamente contra la estructura que cubre el reactor nº4 de la central nuclear. Esta envoltura de acero, conocida como Nuevo Confinamiento Seguro (NSC, por sus siglas en inglés), fue finalizada en 2017 como refuerzo de la protección inicial, construida tras la tragedia nuclear de 1986, con el propósito de contener la radiación residual del núcleo dañado.
Las autoridades ucranianas aseguraron que el ataque provocó "daños significativos" en la infraestructura, aunque descartaron que hubiera provocado un incremento de los niveles de radiactividad en la zona. Por su parte, el Kremlin negó cualquier implicación, a pesar de que las investigaciones apuntaron a un dron del modelo Shahed -de fabricación iraní y frecuentemente utilizado por el ejército ruso durante la invasión de Ucrania- como el responsable del impacto.
El medio británico The Guardian, basándose en análisis preliminares y fuentes especializadas, reveló recientemente los primeros cálculos sobre el coste de las reparaciones. Erich Schmieman, ingeniero que participó en la construcción del NSC, advirtió que una restauración integral podría tener un coste mínimo de decenas de millones de dólares, aunque no descartó que la cifra se dispare hasta los "cientos de millones". El proceso, señaló, podría prolongarse durante meses o incluso años, pero subrayó que "no hacer nada no es una opción".
La financiación de las reparaciones recaería en el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD), entidad que lideró la construcción del actual confinamiento y que ahora participa en el análisis técnico tras el ataque. Se espera que en las próximas semanas se haga pública una evaluación detallada de los daños. El BERD está conformado por 71 países, entre ellos España, además de dos organizaciones supranacionales.
En este sentido, el Ministerio de Protección Ambiental de Ucrania emitió un comunicado en el que expresó su preocupación por los recursos disponibles: "Es probable que eliminar las consecuencias de la agresión rusa requiera más fondos de los actualmente disponibles en la Cuenta de Cooperación Internacional para Chernóbil", en referencia al fondo de 25 millones de euros gestionado por el BERD. La situación ha reavivado no solo el temor a una catástrofe ambiental de alcance continental, sino también el debate sobre quién debe asumir los costes de reconstrucción cuando los ataques apuntan a infraestructuras que afectan a toda la humanidad.
Colón
contra el apagón de la democracia
Amalio de
Marichalar. okdiario. 10
Mayo 2025
Este sábado a las 12:00 horas tenemos todos los españoles, pensemos lo que pensemos, una cita por responsabilidad y obligación en Colón.
Llueva o truene y si es así, aún mejor, hemos de sacar lo mejor de nosotros mismos por la dignidad de España.
El apagón de nuestra democracia hemos de corregirlo este mismo sábado.
La dignidad de una nación que es el marco que nos permite ser a todos iguales ante la ley, con los mismos derechos y obligaciones y en cualquier rincón.
La indignidad de no dar el pésame a las familias de los al menos cinco muertos por el apagón de toda España y que ayer indignamente el presidente del Gobierno citó tras un largo discurso y solo para compararlos con los 8000 del cambio climático. De no haberlo visto no lo hubiéramos creído que alguien muestre ese desprecio e ignominia cuando tenía que haber declarado el mismo lunes 28 de abril el luto nacional.
La indignidad de no pedir perdón ese mismo lunes a todos los españoles y a todos los portugueses. Es inaudito un presidente de Gobierno de España que no haya pedido perdón a Portugal y no haya llamado al primer ministro de Portugal para darle las verdaderas explicaciones y razones que por supuesto sabe. Y por supuesto, haberlo hecho públicamente.
La indignidad de no pedir perdón de inmediato a miles de españoles atrapados en los trenes este mismo lunes.
La indignidad de gobernar con terroristas y golpistas a los que compra corruptamente los votos necesarios.
La indignidad de no decir la verdad y de declarar una ley de amnistía inconstitucional y al día siguiente ser constitucional.
La indignidad de corromper las instituciones del Estado y usarlas a su libre albedrío.
La indignidad de un fiscal general del Estado imputado.
La indignidad del ataque desaforado al poder judicial, a los jueces y a los medios libres.
La indignidad de comprar empresas con dinero de todos los españoles sin consultar.
La indignidad de su mujer y su hermano imputados, y la corrupción de su gobierno y su partido al que ha engañado y traicionado.
La indignidad de quien es cómplice de un criminal y usurpador en Venezuela señalado por delitos de lesa humanidad por Naciones Unidas.
La indignidad de quien abraza a Ucrania mientras compra bienes al invasor.
La indignidad de quien vilipendia a las víctimas del terrorismo y sus familias.
La indignidad de quien está dividiendo y enfrentando a los españoles y traicionando el abrazo de reconciliación y perdón que nos dimos hace décadas.
Son tantas razones por las que gritar unidos todos los españoles este sábado en Colón a las 12, que no caben en una enciclopedia.
Son tantas razones para recuperar nuestra dignidad como españoles iguales ante la ley, que el presidente del Gobierno ha de dimitir y convocar elecciones libres y seguras, pues ya nadie, independientemente de sus ideas, cree lo más mínimo en él.
La dignidad de los españoles ha de clamar unida en Colón este sábado, llueve o truene y si es así, salir aún con más convicción. El presente y el futuro de España está solo en nuestras manos.
La dignidad de España está muy por encima de quien a diario y voluntariamente la está traicionando y la está apagando, ni más ni menos que desde la presidencia del Gobierno. La dignidad de España ante el mundo está en nuestras manos. Seamos consecuentes y defendámosla por encima de cualquier idea o situación. España es de los españoles y no de quien no cree lo más mínimo en ella. Salvemos nuestra dignidad, nuestra libertad y nuestra democracia.
¡Todos unidos a Colon el sábado a las 12, por la dignidad de España!
Después
de Sánchez sólo cabe la reforma
Guillermo Gortázar.
ABC. 10 Mayo
2025
Ni ruptura, ni continuismo. Después de Sánchez sólo cabe la reforma. O mucho me equivoco, pero considero que hay una percepción en la opinión pública de que asistimos a una crisis del régimen de la Transición. Después de 2004, el PSOE de Rodríguez Zapatero convirtió el adversario político (el PP) en enemigo y, lo que fue peor, Zapatero y Sánchez han destrozado, con la memoria histórica, la mejor operación política de encuentro y reconciliación del siglo XX que fue la Transición y la Constitución de 1978.
La ley de memoria histórica era y es la negación del gran acuerdo de la Transición: la Guerra Civil quedaba atrás, no se pasaba factura a ninguna de las dos partes de España divididas y enfrentadas en 1936 y nos disponíamos todos a mirar un futuro de España en paz, libertad y en democracia, sin exclusiones.
La ley de la memoria histórica vigente es justo lo contrario: mirar al pasado, pasar facturas y demonizar a una parte de la sociedad española a los que se pretende excluir del escenario político por no compartir una de las visiones de la historia reciente de nuestra patria.
Sin duda, las causas de la presente crisis política son numerosas y algunas proceden del ámbito internacional. Las dos principales crisis pasadas del régimen del 78 acontecieron contra el sistema, contra el Parlamento y el Gobierno: en 1981, con el golpe de Estado del general Armada y en 2017 con la crisis independentista catalana. Fueron dos ataques a la Constitución, desde fuera, que los reyes Don Juan Carlos y Don Felipe, respectivamente, pudieron neutralizar. La presente crisis, desde julio de 2023, es más compleja porque opera desde dentro del sistema, desde el mismo Gobierno y la mayoría parlamentaria.
La crisis es tan evidente y profunda que han saltado a la opinión pública dos hechos incuestionables. El primero es el cesarismo presidencial de Pedro Sánchez, dispuesto a gobernar a golpe de decretos, sin el Parlamento y sin Presupuestos; el segundo elemento es la dependencia del presidente del Gobierno sometido a cinco diputados nacionalistas vascos y otro siete catalanes, que no aceptan intromisión alguna del Gobierno de la nación en sus regiones y sin embargo ellos determinan la vida de 48 millones de españoles.
El cesarismo presidencial que Sánchez está ejerciendo con fruición tiene su inicio en 1977, con el traslado de la sede de la presidencia del Gobierno desde el número 3 del paseo de la Castellana al palacio de La Moncloa. Adolfo Suárez, quizá sin proponérselo, dio el primer paso hacia el presidencialismo. Lo que tenía que haber sido sólo un primer ministro de la monarquía parlamentaria derivó a una preponderancia del ejecutivo sobre el legislativo, el judicial y el dominio de todas las instituciones. Una preponderancia presidencial que todos los presidentes de Gobierno han incrementado o, cuando menos, han disfrutado.
Es una cierta ironía de la historia el que la mayor herencia del franquismo (el enorme poder del presidente de Gobierno) procede de la Ley Orgánica del Estado: «Unidad de poder y coordinación de funciones». Los presidentes del Gobierno han sido y son tributarios de ese concepto y creen más en la unidad de poder que en la división de poderes que establece la Constitución de 1978. Los presidentes, por medio de leyes orgánicas, ordinarias y decretos leyes han modificado en la práctica el orden constitucional. La expresión más acabada y desinhibida de la unidad de poder que padecemos es la decisión de Pedro Sánchez de nombrar un ministro, Félix Bolaños, que reúne los tres poderes: Justicia, Relaciones con las Cortes y Presidencia del Gobierno.
Los medios de comunicación y la opinión pública (según todos los sondeos) comparten que nuestra democracia es deficiente y requiere una reflexión para el cambio. Para ello, sólo hay tres posibles salidas: el continuismo, la ruptura o la reforma. El continuismo se produjo en 2011 cuando once millones de votantes dieron al PP una mayoría absoluta para que procediera a terminar con la dependencia de los nacionalistas periféricos en el Congreso, cesara la corrupción y la colonización de las instituciones.
Nada de eso se hizo entre 2011 y 2017; después de 2013 se advirtió en diversos medios que estábamos próximos a padecer la «tormenta perfecta». Así fue: el PP se dividió en tres partidos, Sánchez ganó una moción de censura y los defectos de nuestro sistema político se agravaron con el nuevo Gobierno Frankenstein.
La experiencia demuestra que, si la próxima mayoría parlamentaria ejerce el continuismo, el disfrute del poder sin cambios significativos, el problema de desafección al régimen del 78 irá en aumento y la crisis será aún más profunda.
La ruptura del orden constitucional, cualquiera que sea el procedimiento, es el peor de los escenarios posibles: el golpe militar de 1923 abrió las puertas a la II República; el fracaso de la República condujo al golpe militar de 1936 y a la Guerra Civil. La excepción de un cambio político civilizado, sin exclusiones, por medio de la reforma de la ley a la ley se produjo entre 1975 y 1978.
Todo ello demuestra que, si queremos evitar tensiones mayores en el futuro, urge una reflexión sobre lo que ha funcionado bien desde 1978 y lo que precisa un cambio, una rectificación, una reforma. Para ello se precisa una nueva mayoría política con un proyecto de vocación reformista que convoque a todas las fuerzas con representación parlamentaria, sin exclusiones.
Lo peor que le puede pasar a un sistema político es la percepción de que el cambio, la alternancia en el poder y una eventual reforma es imposible. Afortunadamente en España no hemos alcanzado ese punto sin retorno propio de los caudillismos hispanoamericanos. Disponemos de oposición parlamentaria, una alternativa política reconocida, una prensa libre, un cuerpo de funcionarios independiente y profesional, los jueces se resisten en convertirse en correas de transmisión del Gobierno, tenemos cuerpos de policías vigilantes del cumplimiento de las leyes y, sobre todo, una institución (la Corona) prestigiada y respetada en la persona de Don Felipe VI y la Princesa de Asturias.
Está en la mano de los ciudadanos cambiar en las urnas la actual mayoría parlamentaria heterogénea, contradictoria y destructiva del prestigio de las instituciones. Se precisa una nueva mayoría que recupere la esencia de la división de poderes de la monarquía parlamentaria, termine con el cesarismo presidencial y la dependencia en el Congreso de los nacionalistas periféricos. Después de Sánchez, solo cabe la reforma.
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ESTE SÁBADO 10 DE MAYO A LAS 12 DEL MEDIODÍA
PP y
Vox se unen a la sociedad civil en la gran manifestación de la Plaza
de Colón para exigir la dimisión del corrupto Sánchez
Protesta
masiva convocada por 129 asociaciones bajo el lema "Por la
dignidad de España"
Periodista Digital. 10
Mayo 2025
Estamos ante el peor Gobierno de la historia reciente de España.
Esta panda de mangantes, l incompetentes y corruptos, liderado por un tipo que no ganó las elecciones y tiene a la mitad de su familia en los jugados por corrupción, okupa ele poder contra de los ciudadanos, cuestionando incluso la integridad territorial del país.
La decadencia de los servicios públicos, los problemas como apagones, trenes averiados o la pobreza creciente, reflejan el deterioro del sanchismo.
Pero lo más grave es la pérdida de calidad democrática: un líder que se mantiene en el poder con el patrimonio colectivo, erosionando la convivencia y resucitando tensiones que recuerdan al guerra-civilismo, radicalizando a la sociedad. España, referente en su Transición, se desliza hacia una democracia de baja calidad.
Acudir este sábado 10 de mayo de 2025 a la Plaza de Colón en Madrid es un deber moral para quienes desean un futuro mejor. ¿Queremos dejar a nuestros descendientes una España de inmigración masiva, pobreza o mentiras políticas? Debemos aspirar a ser buenos antepasados, legando una sociedad de paz, donde se respeten los consensos democráticos y no se impongan intereses minoritarios frente a la mayoría.
Hoy, ejercer el derecho a manifestarnos es esencial para defender la libertad y el futuro de España.
La Plaza de Colón de Madrid volverá a convertirse mañana sábado en el epicentro de la protesta política en España.
A las 12:00 horas, más de un centenar de asociaciones civiles, con el respaldo explícito de PP y Vox, se concentrarán para exigir la dimisión del presidente Pedro Sánchez y la convocatoria inmediata de elecciones generales, en lo que promete ser una de las manifestaciones más multitudinarias de los últimos meses.
La convocatoria, impulsada por la Plataforma por la España Constitucional que agrupa a 129 asociaciones civiles, llega en un momento de creciente tensión política y tras meses de acumulación de malestar en amplios sectores de la sociedad. Bajo el lema «Por la dignidad de España: Sánchez dimisión, elecciones ya», los organizadores han hecho un llamamiento a la ciudadanía para «tomar democráticamente la calle» y mostrar su rechazo a lo que consideran un deterioro sin precedentes de la democracia española.
La unión de la derecha política y la sociedad civil
El Partido Popular anunció a principios de esta semana su adhesión a la protesta, sumándose así a una convocatoria que inicialmente partía de la sociedad civil. El portavoz del PP en el Congreso, Miguel Tellado, ha sido uno de los más activos en redes sociales calentando el ambiente previo a la concentración con mensajes como: «El Gobierno está colapsado. Apoyamos la concentración de la sociedad civil este sábado».
Por su parte, Vox también ha confirmado su participación, lo que supone un reencuentro simbólico entre ambas formaciones en una manifestación contra el Gobierno de Sánchez. No ocurría algo similar desde marzo de 2023, cuando 400.000 personas se concentraron en la Plaza de Cibeles para protestar contra la aprobación de la Ley de Amnistía.
La presencia de Santiago Abascal está confirmada, mientras que aún existe incertidumbre sobre la asistencia del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, quien ya estuvo ausente en la anterior gran movilización del 20 de octubre de 2024 en la Plaza de Castilla.
Los motivos de la protesta: un catálogo de agravios
Los convocantes han elaborado un extenso catálogo de motivos que, según ellos, justifican esta movilización ciudadana. En un manifiesto difundido durante las últimas semanas, denuncian que España atraviesa una situación de «deterioro democrático y político» sin precedentes, con un Gobierno inmerso en un proceso de «deconstrucción constitucional» y atrapado en «una red de cesiones y corrupción».
En el programa de Periodista Digital, 24×7, con Alfonso Rojo, desentrañamos este viernes 9 de mayo muchos de los motivos que pueden a todos los españoles motivar para salir a la calle:
Entre las principales razones esgrimidas para salir a la calle destacan:
La aprobación de la ley de amnistía para los independentistas catalanes
La reforma del Código Penal para suprimir el delito de sedición y rebajar el de malversación
Los escándalos de corrupción que afectan al entorno más próximo del presidente
La cesión de competencias de inmigración a Cataluña
Lo que califican como «impuestos confiscatorios»
La política energética del Ejecutivo
La supuesta desatención a las víctimas de la DANA y del volcán de La Palma
Carlos de Palma, coordinador de la plataforma Iniciativa 2028 y uno de los portavoces de la protesta, ha declarado que «la soberanía nacional reside en el pueblo español, y ese pueblo ya está harto de un modelo de poder ajeno a los intereses reales de los ciudadanos».
Una convocatoria con amplio respaldo organizativo
La manifestación cuenta con un importante despliegue logístico. Los organizadores han habilitado canales de transporte para facilitar la llegada de asistentes desde más de 30 provincias, con autobuses organizados desde Sevilla, Valencia, Zaragoza, Valladolid, Málaga o Alicante, entre otras ciudades.
Entre las personalidades que respaldan la convocatoria figuran Alejo Vidal-Quadras, Marcos de Quinto, Inma Castilla de Cortázar, Fernando García-Capelo, Amalio de Marichalar y el propio Carlos de Palma, quienes han firmado un comunicado conjunto en el que apelan a los ciudadanos a participar masivamente en lo que definen como un «acto de resistencia democrática».
La concentración, que ha sido comunicada legalmente a las autoridades, contará con presencia de dispositivos de seguridad coordinados por la Delegación del Gobierno en Madrid. Según fuentes de la organización, el acto será «pacífico, familiar y sin recorrido», limitándose a una concentración estática en Colón, con presencia de oradores, lectura de manifiestos y música en directo.
Antecedentes: una estrategia de presión en la calle
Esta no es la primera vez que la sociedad civil y los partidos de la oposición confluyen en una protesta contra el Gobierno de Pedro Sánchez. El pasado 20 de octubre de 2024, más de un centenar de asociaciones se concentraron en la Plaza de Castilla en una manifestación similar que, según la Delegación del Gobierno, reunió a unas 25.000 personas, mientras que los organizadores elevaron la cifra hasta 400.000.
Aquella concentración transcurrió con duras consignas como «¡Sánchez dimisión!», «¡Gobierno traidor!», «¡Pedro Sánchez a prisión!» o «¡Ni olvido ni perdón, los etarras a prisión!». La cita de mañana en Colón promete repetir o incluso superar esa afluencia, en un contexto de creciente presión social y judicial sobre el Ejecutivo.
Un momento político decisivo
La manifestación de mañana podría convertirse en uno de los momentos políticos más relevantes de los próximos meses, en un contexto de creciente polarización y con una oposición que multiplica sus críticas ante lo que consideran un deterioro democrático sin precedentes.
Los convocantes insisten en que la protesta no responde a partidos políticos y está dirigida «a ciudadanos de todas las sensibilidades» comprometidos con la legalidad constitucional. Sin embargo, el apoyo explícito de PP y Vox le confiere un evidente carácter político que podría marcar el inicio de una nueva etapa de confrontación directa con el Gobierno.
El éxito o fracaso de la convocatoria será medido con lupa por todos los actores políticos, en un momento en que el Ejecutivo de coalición atraviesa serias dificultades para sacar adelante sus iniciativas legislativas, como se ha visto recientemente con el rechazo del PP al plan de protección frente a los aranceles.
La Plaza de Colón, que ya fue escenario de históricas manifestaciones contra el Gobierno en el pasado, volverá a ser testigo mañana de un pulso ciudadano que podría tener importantes consecuencias en el tablero político español.
Datos curiosos sobre las manifestaciones en Colón
La Plaza de Colón tiene una larga tradición como escenario de manifestaciones políticas en Madrid. Su capacidad para albergar a grandes multitudes (hasta 45.000 personas según estimaciones técnicas) la convierte en un lugar emblemático para este tipo de concentraciones.
La primera gran manifestación en Colón contra Pedro Sánchez se produjo en febrero de 2019, cuando PP, Ciudadanos y Vox se unieron para protestar contra el diálogo con los independentistas catalanes. Aquella imagen de los tres líderes de la derecha española juntos pasó a la historia como la «foto de Colón».
Un dato llamativo es que la organización ha iniciado una campaña de financiación para sufragar los gastos de la manifestación, incluyendo una carta dirigida a empresas que en su día apoyaron iniciativas del entorno del presidente, buscando ahora su respaldo para esta protesta.
La concentración de mañana coincide, además, con un momento de especial debilidad parlamentaria del Gobierno, que depende de socios como Junts para sacar adelante iniciativas como la recién aprobada ley de reducción de la jornada laboral a 37,5 horas, lo que añade presión adicional al Ejecutivo en un contexto de creciente movilización social.
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