Recortes
de Prensa Domingo
8 Junio
2025
Del
hundimiento del buque insignia ruso 'Moskvá' a la incursión de
Kursk: los otros grandes ataques de Ucrania
Andrea
Polidura. el debate. 8
Junio 2025
«Lo más importante que ha demostrado la Operación Telaraña es que la guerra causa daños y pérdidas significativas, incluso al agresor. Y este es el restablecimiento de la justicia, y esta es la imposición de la paz real», aseveró este miércoles el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, en un mensaje en su cuenta de Telegram.
El último y sorprendente ataque ucraniano de este domingo contra cuatro aeródromos rusos diferentes, situados a miles de kilómetros de la frontera del país invadido, ha evidenciado que Kiev puede asestar duros golpes contra Rusia.
Unas decenas de aviones no tripulados, escondidos en camiones y programados con inteligencia artificial, fueron suficientes para, según Ucrania, dejar fuera de servicio hasta 41 aviones estratégicos rusos —canales afines al Kremlin rebajan ese número hasta 13. Sea como fuere, se trata de un golpe devastador para la moral y el ego ruso en su guerra contra el país vecino.
Después de este Pearl Harbor ruso, tan solo 48 horas después, los Servicios de Seguridad de Ucrania (SBU), liderados por el teniente general Vasyl Maliuk, atacaron el puente de Kerch, que une la península de Crimea —anexionada ilegalmente por Moscú en 2014— con la Rusia continental.
El propio Maliuk reconoció la autoría ucraniana de la ofensiva del martes en un mensaje en redes sociales: «El puente de Crimea es un objetivo completamente legítimo, sobre todo considerando que el enemigo lo utilizó como arteria logística para abastecer a sus tropas. Crimea es Ucrania, y cualquier manifestación de ocupación recibirá nuestra firme respuesta», aseveró.
El Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) colocó hasta 1.100 kilogramos de explosivos en uno de los pilares de la infraestructura, lo que provocó que las autoridades ocupantes tuvieran que cerrar el puente al tráfico durante unas horas por miedo a que colapsara.
En estos más de tres años de guerra, la 'Operación Telaraña' destaca por su preparación —18 meses— y astucia. Zelenski llegó a decir que el ataque del domingo se estudiará en los «libros de historia». Aun así, este no es el único gran golpe que ha asestado Ucrania a su gran enemigo durante el conflicto. Entre sus operaciones más reseñables hay que recordar el ataque contra el buque de guerra insignia ruso 'Moskvá', en abril de 2022, o la incursión de la región rusa de Kursk, en agosto de 2024.
Ataque al puerto de Berdiansk
En marzo de 2022, las fuerzas ucranianas atacaron el puerto de Berdiansk, destruyendo el buque de desembarco ruso Sarátov y dañando otros dos navíos. Como consecuencia, Kiev logró detener las operaciones logísticas rusas en el sur de Ucrania.
Hundimiento del buque insignia ruso 'Moskvá'
Ucrania, cuya fuerza aérea y naval es incapaz de competir con la rusa, consiguió hundir en abril de 2022 —tres meses tras el inicio de la invasión rusa— el crucero lanzamisiles 'Moskvá', considerado el buque insignia de la Flota del Mar Negro rusa.
El Ejército ucraniano impactó contra el Moskvá dos misiles antibuque R-360 Neptuno, provocando la mayor pérdida naval rusa desde la Segunda Guerra Mundial. Esta operación fue una de las primeras grandes victorias para Ucrania en la guerra.
Ataque al cuartel general de la Flota del Mar Negro en Sebastopol
El cuartel general de la Flota rusa del Mar Negro, ubicado en Sebastopol, era, hasta el pasado mes de septiembre de 2023, uno de los edificios mejor protegidos de la ocupada península de Crimea. Ucrania consiguió lanzar varios misiles que alcanzaron la fortificación, dejando en evidencia, una vez más, a los servicios de seguridad rusos.
Ataques al puente de Crimea
El puente de Kerch ha sido objetivo de las fuerzas ucranianas hasta en tres ocasiones. El primer ataque contra esta infraestructura crítica para Rusia se remonta a octubre de 2022. Una explosión, atribuida a un camión bomba, provocó daños significativos en la estructura del puente.
Casi un año después, en julio de 2023, varios drones marinos ucranianos atacaron el puente, causando daños adicionales y matando a dos personas. La última ofensiva en esta localización ha tenido lugar este martes.
Incursión de Kursk
Sin duda, una de las grandes operaciones de las Fuerzas Armadas ucranianas fue la incursión en la región rusa de Kursk, en agosto de 2024.
El pasado verano, el Ejército de Kiev logró, en una ofensiva sin precedentes, romper la línea de frente rusa y llevar la guerra hasta su propio territorio. En apenas unos días, Ucrania llegó a penetrar hasta diez kilómetros en el país vecino, ante la pasividad de los uniformados rusos. Moscú, ante la magnitud de los hechos, se vio obligado a decretar el estado de emergencia en la región.
Ucrania logró mantener estas posiciones hasta el pasado mes de mayo, cuando el presidente ruso, Vladimir Putin, dio por reconquistado Kursk.
Ucrania
evidencia las debilidades de Rusia
Aunque Moscú se
esfuerza por mostrar represalias a la operación «Telaraña», esta
semana ha quedado patente la fortaleza y modernidad de la estrategia
de Kiev
Rostyslav Averchuk. Leópolis. la razon. 8
Junio 2025
La operación «Telaraña» asestó un grave golpe a la aviación estratégica rusa. Unos 13 aviones fueron destruidos por drones ucranianos de corto alcance lanzados desde el interior de camiones rusos, y más de 40 resultaron dañados en total. La pérdida de estas aeronaves irreemplazables, vitales tanto para los ataques con misiles de Rusia contra Ucrania como su escudo nuclear, ha debilitado gravemente las capacidades aéreas de Moscú, mermando su proyección de poder. Solo un día después el ataque al puente de Crimea puso de manifiesto de nuevo la debilidad rusa.
Y las represalias no se han hecho esperar. Rusia respondió el viernes al lanzar «un ataque» con cinco bombarderos Tu-95 y dos Tu-160 que dispararon 36 misiles. Sin embargo, los analistas no tardaron en notar señales de una escasez de aviones operativos: cada aeronave transportó unos cinco misiles, un aumento notable frente a los uno a tres habituales en operaciones previas. De mantenerse esta tendencia, el desgaste acelerado de estos activos estratégicos agravará el impacto a largo plazo. Además, al menos cinco personas fallecieron y más de 27 resultaron heridas durante la noche del viernes al sábado en las ciudades ucranianas de Jersón y Jarkov como consecuencia de nuevos ataques aéreos rusos.
Moscú intenta compensar con estos ataques los reveses sufridos ya que las repercusiones de la operación ucraniana trascienden el impacto inmediato. Durante casi dos años, Ucrania y Rusia han librado una agotadora guerra de desgaste, buscando agotar al adversario mediante presión militar, económica y psicológica. Rusia, respaldada por avances territoriales graduales en el este de Ucrania, aún considera su posición favorable. Algunos analistas sostienen que Moscú seguirá adelante mientras pueda sostener estos avances, a pesar de pérdidas humanas colosales, cercanas al millón de bajas. Estas pérdidas, a cambio de menos del 1% del territorio ucraniano capturado en este período, no han disuadido a los líderes rusos. Cada mes, el Kremlin recluta suficientes soldados para reponer sus filas y confía en la superioridad numérica para mantener el impulso.
Sin embargo, la creencia de que el tamaño de Rusia garantiza la victoria es un error profundo. «La guerra no es solo un enfrentamiento de poder militar; es, sobre todo, un choque de voluntades», afirma Oleksi Melnik, excoronel del ejército ucraniano y analista del Centro Razumkov en Kiev. La determinación para luchar y la percepción del enemigo sobre esa determinación suelen ser más decisivas para determinar el resultado. El experto explica que Rusia podría detener la invasión «mañana», al retirar sus tropas, sabiendo que Ucrania no busca su territorio. Para los ucranianos, sin embargo, rendirse no es una opción. Las atrocidades, deportaciones forzadas y el borrado cultural en los territorios ocupados por Rusia evidencian las consecuencias de una derrota: la aniquilación de la identidad ucraniana y la pérdida de vida y libertad para muchos. Frente a la superioridad numérica rusa, Ucrania ha abrazado la innovación tecnológica y la guerra asimétrica para infligir el máximo daño con recursos limitados. Ha diezmado la Flota del Mar Negro rusa, reabierto rutas comerciales esenciales y vuelto obsoletos los tanques rusos mediante el uso masivo de drones.
La operación «Telaraña» subrayó tanto su voluntad como su capacidad para golpear profundamente en territorio ruso, exponiendo las crecientes vulnerabilidades de Moscú. Durante un año y medio, Kiev planificó meticulosamente esta compleja operación en múltiples regiones rusas, involucrando una vasta red de operativos y colaboradores. La ausencia de filtraciones refleja no solo el profesionalismo operativo y fuerza de sus instituciones, sino también la profunda determinación para resistir, bien entrado el cuarto año de la invasión. En una guerra donde el apoyo y las percepciones externas son importantes, este ataque desafía la narrativa rusa de que Ucrania carece de iniciativa propia y depende del respaldo de Estados Unidos, Reino Unido o Europa. Voces belicistas en Moscú suelen atribuir todos los éxitos ucranianos a la ayuda externa, minimizando las capacidades de Kiev.
Sin embargo, esta operación, ejecutada con armas de fabricación propia, como destacó Zelenski, demuestra la creciente autosuficiencia de Ucrania. Realizada sin intervención extranjera directa y pese a restricciones occidentales para atacar suelo ruso, el ataque resalta la capacidad de Kiev para innovar y actuar de forma independiente. Para el Kremlin, esto evidencia su vulnerabilidad, pese a las bravatas de figuras como Medvedev, cuya retórica oculta una inquietud palpable que se extiende en Moscú, donde la imagen de superpotencia se tambalea.
La resolución de esta fase del conflicto puede aún tomar meses o años. El envejecido liderazgo ruso, obsesionado con una supuesta misión histórica de revertir el colapso soviético, percibe una ventana que se cierra para subyugar a Ucrania. Moscú teme que una pausa permita a Kiev fortalecer sus defensas. Sin embargo, si Ucrania continúa atacando los activos estratégicos de Rusia, como parece probable, la acumulación de pérdidas militares críticas podría obligar al Kremlin a reconsiderar sus ambiciones maximalistas. Aunque un cambio radical ruso supondría una sacudida interna, los éxitos ucranianos, junto a las crecientes presiones económicas, podrían acelerar esa transformación. Con drones y audacia, Ucrania está reescribiendo las reglas de la guerra moderna. Su capacidad para transformar el campo de batalla y las percepciones globales podrían inclinar la balanza a su favor.
Alvise
e Iván, los nuevos tontos útiles de Sánchez
EDUARDO
INDA. okdiario. 8
Junio 2025
El belga Victor D’Hondt no debía tener nada mejor que hacer en 1878 cuando se puso a darle al coco y parió la norma que 147 años después dirime la suerte electoral en España y en no menos de 30 países, entre ellos, varios socios comunitarios: Austria, Finlandia, Países Bajos, Polonia, Bélgica y Portugal. Lo curioso es que no era matemático, y eso que la fórmula D’Hondt es matemática pura, sino profesor de Derecho Civil y Fiscal en la Universidad de Gante. Sea como fuere, la palabra de don Victor ha sido ley en todos los comicios que se han celebrado en España desde la reinstauración de la democracia. Es un sistema de representación proporcional cuasipura que prima a los grandes partidos a la vez que alzaprima a los nacionalistas en circunscripciones pequeñas.
Este método se concibió con la mente puesta en asentar un sistema bipartidista que protegiera especialmente a las minorías nacionalistas. Una más de un proceso constituyente que firmó su sentencia de muerte el mismo día de su consagración al mimar a los independentistas no sólo con la Ley D’Hondt sino también con la cesión de las competencias en Sanidad y Educación. Estas últimas fueron claves para balcanizar España sin posibilidad de vuelta atrás toda vez que quien controla la Educación, controla el futuro. Si a los ciudadanos les lavas el cerebro desde niños construirás la sociedad que a ti, pequeño gran dictador, te dé la realísima gana. Los Pujol, Arzalluz y cía estaban encantados de la vida con unos ucedistas que, por muy catedráticos, notarios y abogados del Estado que fueran, eran unos pardillos de tomo y lomo. O unos acomplejados, quién sabe.
Durante 35 años la Ley D’Hondt garantizó la alternancia entre un gran partido de centroizquierda, el PSOE, y otro de centroderecha, primero la UCD, más tarde el Partido Popular de José María Aznar. Todo saltó por los aires con la mayor crisis económica desde la Guerra Civil, la provocada por Rodríguez Zapatero que arrasó nuestra economía durante seis años (2008-2014) que se nos hicieron eternos. La consecuencia del desastre fue la irrupción de varios outsiders: a la izquierda, Podemos, comandado por el delincuente de Pablo Iglesias, y en la derecha Ciudadanos con Albert Rivera a los mandos y Vox con Santiago Abascal como cabeza de cartel.
Nada volvería a ser igual. El sueño de las mayorías absolutas se desvaneció para mucho tiempo, tal vez para siempre. El mejor resultado que ha obtenido uno de los dos grandes partidos en estos 11 años son los 137 escaños de Alberto Núñez Feijóo, el hombre que ha ganado todas las elecciones a las que se ha presentado. Para que nos hagamos idea del mal estado de salud del bipartidismo basta recordar que esas 137 actas están a 39 de la mayoría absoluta. Los grandes partidos de antes son los grandes bloques ideológicos de ahora. La gente no se sale de su espacio ideológico, como mucho alterna entre las diferentes siglas a su alcance. Y a ello hay que unir el nada irrelevante hecho de cada vez menos votantes pasan del PSOE al PP y viceversa. Se suelen llevar el gato al agua aquéllos que más movilizan, a sensu contrario, quienes menos de los suyos se dejan en casa.
La moraleja de este cambio histórico es que ahora la Ley D’Hondt se resume en tres palabras: menos es más. Cuantos menos partidos luchen por el voto de su bloque ideológico, más posibilidades tendrá esa mitad de España de gobernar. A los hechos me remito: cuando en la derecha concurrían tres partidos (PP, Ciudadanos y Vox) y en la izquierda dos (PSOE y Podemos) las posibilidades de los primeros oscilaron entre cero y ninguna. Pablo Casado se estrelló dos veces anotándose, de paso, los peores resultados de la historia del PP.
El envite se equilibró considerablemente con la desaparición de Ciudadanos y la consiguiente consolidación del bipartidismo en la derecha. Fue un 2-2 (PSOE y Sumar por un lado y PP y Vox por otro). Las últimas generales son perfecto reflejo de ello. Los de Génova 13 vencieron de largo y Pedro Sánchez tuvo que pactar con lo peor de cada casa, incluida esa ETA que asesinó a 12 socialistas, para seguir volando en esa obsesión que es para él el Falcon. Si el PP no gobernó fue sencillamente por la pésima campaña que implementó y por los contradictorios mensajes que lanzó, que mandaron a la playa a decenas de miles de votantes.
Ante la cada vez más probable convocatoria de elecciones anticipadas, el 24 de julio de 2023 vaticiné que esta legislatura sería clónica de la 93-96 y no me estoy equivocando, Moncloa y Ferraz están desplegando sus más maquiavélicas armas, arte en el que dan sopas con honda a sus rivales. Y no hablo precisamente de esa fontanería del partido que es más torpe que las grandes estrellas de la TIA, Mortadelo y Filemón. El sanchismo no es ajeno al surgimiento de ese mangante que es Luis Pérez, más conocido por su alias, Alvise Pérez. Conviene no olvidar cómo el mismísimo presidente le citaba en sus mítines de las europeas de hace un año. Se me corregirá que lo hacía despectivamente pero a nadie se le escapa que el autócrata es un maestro de esa propaganda goebbelsiana entre cuyos principales preceptos figura el infalible divide et impera latino (divide y vencerás). Y lo que hacía implícitamente era dirigir el voto antisanchista a Se Acabó la Fiesta, un montaje financiado por el turbio mundo de las criptomonedas, los clubes de alterne y empresarios colombianos.
Consecuencia: el margen entre PP y PSOE fue exiguo hace un año menos un día, 22 asientos en el Europarlamento para el partido azul y 20 para los del puño y la rosa. Casi terminan en tablas. No fue más amplio porque la irrupción del faker a sueldo dividió el voto en la derecha. Ahora Ferraz continúa encantado de la vida con un Alvise al que ya detestan por delincuente hasta sus propios compañeros de candidatura europea y es igualmente la mano que mece la cuna del partido que lleva meses preparando Iván Espinosa de los Monteros de la mano de varios antiguos diputados de Vox, con Víctor González Coello de Portugal de gran lugarteniente. Vivir para verlo: dos posh de manual al servicio del sanchismo.
Espinosa de los Monteros coqueteó durante meses con el faker a sueldo, ahí está la imagen de ambos con el constructor Mariano Schoendorff, uno de los financiadores de Se Acabó la Fiesta, pero finalmente decidió emprender su propio camino. Y no será porque el eurodiputado que cobra en dinero negro no le haya pedido por activa y por pasiva aunar fuerzas. El marido de Rocío Monasterio ha llegado, incluso, a tocar la puerta del admirable Alejo Vidal-Quadras, que de momento ha declinado amablemente la oferta. Y tanto Iván como Víctor están pasando el cepillo ante empresarios que históricamente colaboraron con Vox. El más conocido de ellos es Ricardo Garrudo, un riquísimo emprendedor que presidió la Fundación para la Defensa de la Nación Española (Denaes) y la formación verde en su tierra, Cantabria.
Ahora mismo las encuestas conceden a la suma PP-Vox el 48,5% de los votos, un holgadísimo colchón que en todos los escenarios contemplados por la Ley D’Hondt representaría mayoría absoluta. El margen para alcanzar ese número mágico que son los 176 diputados es el 46% o el 46,5%, por debajo de ese umbral hay que cruzar los dedos para echar al mafioso y gobernar. Los insobornables datos no mienten: el 45,44% que obtuvieron PP y Vox el 23 de julio de 2023 resultó insuficiente para largar a Sánchez y a sus socios terroristas, comunistas, bolivarianos y sediciosos.
Conclusión: si el delincuente de Alvise y el niño bonito que es Iván Espinosa de los Monteros se presentan, las opciones del constitucionalismo disminuirán exponencialmente. Basta con que cada uno de ellos saque un 1,5% para que las posibilidades de acabar con la pesadilla sanchista se reduzcan a la minimérrima expresión. Constituiría una jugada genial del sanchismo: mantendrían al autócrata en la poltrona y a esos peligros públicos que son Alvise y su cuate Espinosa de los Monteros fuera del Parlamento. Con un 1,5% un partido nacional no tiene nada que hacer en la Carrera de San Jerónimo.
No son cuentos, son cuentas. Pedro Sánchez ya ha dado cuerda al faker a sueldo y a Espinosa de los Monteros, hijo por cierto del primer presidente de Iberia —entonces compañía pública— en época socialista. Ellos y nada más que ellos son el único obstáculo para que Feijóo sea presidente del Gobierno y para frenar la imparable subida de Santiago Abascal. Si hay dos contendientes en la izquierda y cuatro en la derecha —suponiendo, que es mucho suponer, que Alvise sea de derechas—, tendremos cuatro años más de Pedro y Begoña y la venezolanización de España devendrá en irreversible. Claro que siempre nos quedará el recurso de cruzar los dedos para que el otrora tonto útil del PP marianista, Pablo Iglesias, cuele una tercera papeleta en la oferta electoral de izquierdas. Visto lo visto, no nos queda otra que encomendarnos al compañero de la liberavioladores.
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Pradales, Esteban y el pudor
Jesús
Cacho. Vozpópuli.
8 Junio 2025
Un absurdo paraconstitucional. Una reunión que Rodríguez Zapatero, la cabeza de la serpiente, se inventó con la idea de santificar su proyecto de la España plurinacional, una nación de nacioncitas, toda llena de presidentes dispuestos a desfilar como maniquíes por la pasarela de la vanidad rodeados de un mar de banderas. Jamás la tal Conferencia ha servido para algo, desde luego no para mejorar la vida de Juan Español, pero a estos Estadistas en sus 17 Estaditos les encanta la farándula, les pone, ajenos al ridículo, oficiar esos discursos de Navidad que nos endosan cuando llega fin de año. No es un asunto para tomarlo a broma. En absoluto. La izquierda golfa (y los complejos de la derecha) que padecemos insiste en su pretensión de que Juan Español termine aceptando como normal lo estrafalario, acabe tragándose el sapo de ese Estado plurinacional y su deriva divisoria, a lo que contribuye también el lío de las lenguas, como el viernes se puso de manifiesto en el aquelarre de Barcelona. Se trata de oficializar la ruptura y entronizar la división so capa de diversidad, apuntalar la separación, todo aquello que vaya en contra de la unidad de la nación y del Estado, en contra también del sentido común como norma de conducta. La Conferencia de Presidentes es el sueño húmedo de un golfo comido por los escándalos familiares como Pedro Sánchez, una nueva ocasión para expandir tinta de calamar y confundir al personal. Al final, lo que evidencia este grotesco maremagnum es que mucha gente en este país se ha acostumbrado a vivir muy bien de este tipo de estafas. Cada vez más gente. El resumen grotesco lo puso el viernes el presidente asturiano, al iniciar su intervención en bable. Contra este sinsentido se rebeló Isabel Díaz Ayuso en Barcelona, al abandonar el salón de conferencias en Pedralbes cuando Salvador Illa e Imanol Pradales se dirigieron al colectivo en catalán y vasco respectivamente.
Particularmente ofendidos por la decisión de la presidenta madrileña han sido el nuevo presidente del Gobierno vasco, el citado Pradales, y su jefe Aitor Esteban, hasta hace unas semanas portavoz del PNV en el Congreso y nuevo capo del Euzkadi Buru Batzar (EBB). El censo electoral de Villarmentero de Campos, Palencia, lo integran 16 personas, de las cuales apenas 6 viven actualmente en el pueblo. El resto son emigrantes que en la década de los sesenta lo abandonaron en busca de una vida mejor en el País Vasco (PV), tradicional imán de la inmigración palentina y burgalesa. En día electoral, los cuatro gatos de Villarmentero podrían reunirse después de misa para votar e irse después a la bodega a celebrar. Pero no pueden hacerlo porque cabe la posibilidad de que uno de esos “vascos” se presente por sorpresa cinco minutos antes del cierre de las urnas dispuesto a ejercer su derecho al voto. Ahora ya no hay misa los domingos en Villarmentero. Juan Carlos, el párroco de Frómista, no da abasto para atender a tantos pueblos como en la zona se han quedado sin cura y casi sin gente, sin vida. Algunos de los terroristas más sanguinarios de ETA fueron emigrantes o hijos de migrantes palentinos, gente acomplejada que, además de ganarse el pan de cada día, pretendió ganar también ese invisible pasaporte que otorgaba marchamo de genuino “vasco de toda la vida” a quien estuviera dispuesto a renegar de sus raíces. Luis Aitor Esteban Bravo, el presidente peneuvista, e Imanol Pradales Gil, el nuevo lendakari, pertenecen a esa especie. Ambos proceden de recia tierra burgalesa, algo que ocultan cuidadosamente en sus ccvv oficiales. Hasta 16 apellidos castellanos le ha encontrado Luis Ventoso al apuesto presidente vasco. Hijo de Manuel Pradales Bascones y de Rosa Gil Gutiérrez, en la mochila genética de Imanol hay Garcías, Díaz, Pérez, Martínez, Álvarez y, por supuesto, Gutiérrez. Imposible ser más carpetovetónico. Ahora, el hijo de Manuel y de Rosa dirige esa grey nacionalista que se autoproclama racial y hasta moralmente superior al laborioso labriego burgalés perdido en el duro páramo castellano.
Y lo hace con el entusiasmo del converso y la ceguera de alguien aparentemente ajeno al invierno demográfico que sufre la región y amenaza seriamente su futuro. Ya es la cuarta Comunidad más envejecida de España, con una muy baja tasa de natalidad. En 1976, un año después de la muerte de Franco, en el PV nacieron 41.100 niños. En 2024, casi 50 años después, solo 12.904, lo que representa una caída cercana al 70% (3,1% respecto a 2023), mientras fallecían 22.368 personas. La natalidad media regional se sitúa en 1,16 hijos por mujer, muy lejos de la tasa de reemplazo del 2,1. Pero es que, según Eustat, la tendencia se acentúa: en el cuarto trimestre de 2024 nacieron 3.232 niños, un 7,4% menos que en el mismo período del año anterior. El porcentaje de población mayor de 65 años es del 24%, un guarismo que no deja de aumentar. Cada vez más jubilados. Un estudio reciente realizado por Leguina y Macarrón para CEU-CEFAS augura que en 2100 la región habrá perdido la mitad de su población, con mínima presencia de jóvenes (74.000) y abrumadora de mayores (374.000 por encima de los 65 años). Los emigrantes y sus descendientes serán mayoría, pero no vendrán de Burgos ni de Palencia porque la imposición del euskera extendida cada vez a más ámbitos supone una intencionada barrera de entrada a los españoles de otras Comunidades. No es de extrañar que en el último Aberri Eguna, 27 de abril, el gran Aitor diera la bienvenida a un “Hassan o un Diop” como futuro lendakari, un descendiente de emigrantes magrebíes o subsaharianos en la tierra del xenófobo Sabino Arana. Además, el PV se muestra incapaz de retener a sus jóvenes, el grupo que tendría la llave para dar un impulso a la natalidad y a la economía de la zona. El 25% de los chicos con carrera universitaria busca su futuro fuera de la región, con Madrid en el punto de mira. Parte del desastre demográfico vasco hay que buscarlo en el éxodo de cerca de 200.000 personas que en la década de los 80 se vieron obligados a abandonar la región para salvar su vida ante la amenaza del terrorismo y la presión de una sociedad moralmente enferma que miraba hacia otro lado. «La evolución del sustrato humano, lo más valioso de la sociedad, ha sido un desastre colosal en las tierras vascas en estas casi cinco décadas», sostiene el informe de CEU. El problema, por ello, no es solo demográfico, sino también económico, además de naturalmente político.
La generación de riqueza, por ejemplo. Si en 1976 el PIB vasco representaba el 7,8% del total nacional (la actualización del Cupo en los años 80 utilizó como referencia el 6,24%), en 2025 ese porcentaje había caído al 5,9%. El PV aporta ahora al PIB nacional un 25% menos que a la muerte de Franco. En 2024, el PIB vasco creció un punto menos (2,2%) que el del conjunto de España, con una inflación un 0,8% más alta que en el resto del país. Pero en el PV se sigue viviendo “de puta madre”, según la expresión popular. La realidad es que el nivel de vida de los vascos solo es viable por las aportaciones que recibe del Estado a través del famoso Cupo. Son los impuestos de los españoles recaudados en otras regiones los que pagan las pensiones de los jubilados vascos, cuyo importe es cada vez mayor con menor número de contribuyentes. Mediante el llamado Concierto Económico, Vitoria recauda una amplia gama de impuestos (IRPF, Sociedades, Patrimonio, Sucesiones y Donaciones, IVA, impuestos especiales, etc.) gracias a un régimen foral que le otorga competencias fiscales propias, gravámenes con los que financia sus competencias. Los gastos comunes, también llamados “gastos no asumidos” o “cargas generales del Estado”, son aquellos que el PV no gestiona directamente (Defensa y Fuerzas Armadas, Deuda Pública, etc.), pero a los que contribuye económicamente a través del Cupo. Según los últimos datos disponibles, en 2022 el PV pagó un cupo 'oficial' de 1.468 millones. Esto no es el 6,27% (la cifra mágica del Concierto) de los gastos de la Administración del Estado, que ascendieron a 347.486 millones, sino apenas el 0,4%, muy por debajo del porcentaje de población (un 4%) y de su peso económico actual (5,95%). Un Cupo negativo básicamente por dos cuestiones: el ajuste del IVA y el escándalo de las pensiones.
En septiembre del pasado año, la presidenta navarra María Chivite y Pradales publicaron al alimón un artículo (“Responsabilidad, solidaridad y riesgo en la financiación de nuestro Autogobierno”) aparecido en 8 diarios de gran tirada ensalzando el régimen foral vasco-navarro y, sobre todo, su supuesta 'solidaridad'. Una pieza carente de lo fundamental cuando se trata de cuestiones económicas: las cifras. Ni una. Les contentó Francisco de la Torre, inspector de Hacienda, con una “Tercera” memorable en ABC (“El régimen foral y su insolidaridad”). “En 2022, el exceso de IVA percibido en el caso vasco, que se deriva del consumo en otros territorios, fue de 2.006 millones, cuantía superior en algo más de 400 millones al Cupo. Esto determina un Cupo negativo, es decir una subvención del resto de los habitantes del país (en donde se aplica IVA) a una comunidad más rica”, escribía De la Torre. En cuanto a las pensiones, “El déficit de las contributivas ascendió en 2022 a 33.438 millones, de los cuales 4.270 corresponden al País Vasco, la comunidad con las pensiones medias más elevadas y con el segundo mayor déficit tras Asturias. Este déficit se está cubriendo con los impuestos que pagan los ciudadanos del resto de los territorios del Estado”. Haciendo un cálculo de mínimos, el autor concluía que sería necesario incrementar el cupo en unos 1.600 millones para que el PV cubriese el 5,9% del déficit global de pensiones, lo cual nos lleva a un Cupo negativo mínimo de -2.000 millones.
Jesús Fernández-Villaverde y el propio De la Torre acaban de publicar una obra esencial (“La factura del cupo catalán. Privilegios territoriales frente a ciudadanía”, Ed. Esfera de los Libros) para entender el lío fiscal español y desmontar la falacia del Cupo, además de advertir de los riesgos letales que supondría su extensión a Cataluña, como nuestro semoviente presidente ha pactado con Junts. También clarificadores sus trabajos en El Confidencial (“El concierto para Cataluña: la atracción fatal del régimen foral”). Para Fernández-Villaverde, “el sistema de Convenio es un privilegio territorial injusto, y por eso no existe en ningún sitio del mundo donde ETA no puso muertos sobre la mesa de negociación”. Un tema tabú, un trágala ante el que la clase política agacha la cabeza y calla. La cuenta la pagan los españoles que no viven en el PV o Navarra. Por ejemplo, el PIB per cápita del PV en 2022 fue del 126,7% de la media de España, solo por detrás del 136,4% de Madrid. Sin embargo, en términos de renta disponible per cápita de los hogares el resultado se invierte: 130,17% en el PV frente al 121,53% de Madrid. Son datos del INE. ¿Qué quiere ello decir? Que el sistema de financiación le quita renta a Madrid (pasa del 136% al 121%), algo hasta cierto punto lógico dentro del objetivo de solidaridad interterritorial. Lo sangrante es que ese sistema de financiación prima la renta de la segunda comunidad más rica del país como es la vasca.
Más o menos lo mismo venían a decir las balanzas fiscales (como han puesto de manifiesto expertos del prestigio de Ángel de la Fuente, de FEDEA) que el Gobierno Rajoy mantuvo hasta 2017 pero que luego dejó de publicar porque dejaban en mal lugar al PV. El saldo favorable a Vitoria era entonces de un 5% (el de Madrid era de -10%). Ahora las diferencias son mucho más amplias por dos razones. Porque aquel mismo año Mariano Rajoy y su machaca Cristóbal Montoro tuvieron a bien reducir aún más el Cupo (el famoso cuponazo) y, sobre todo, porque el déficit de pensiones (4.500 millones en 2022 en el PV) se está pagando con los impuestos que abonan los ciudadanos que viven lejos de los territorios forales. En términos totales, el País Vasco puede estar recibiendo del resto de España una cifra comprendida entre los 9.000 y los 10.000 millones de euros, sobre un PIB regional de 87.857 millones en 2023. Estamos hablando de un 10% de renta, siendo el segundo territorio más rico tras Madrid. Estamos hablando de que el encomiable nivel de vida vasco es renta transferida en esa proporción desde el resto de España hacia esa Comunidad Autónoma. Estamos hablando de que son los contribuyentes españoles quienes pagan la fiesta de los Aitor e Imanoles, esos soberbios personajes desprovistos de todo pudor, acostumbrados a hablar al resto de los mortales desde la condescendencia del que cree sentirse superior porque sus 5 votos valen su peso en oro en el Congreso de los Diputados.
No es el momento de hablar de la responsabilidad de la derecha española, más que evidente, en la deriva suicida seguida por la democracia española en las últimas décadas. Nada comparable, en todo caso, a lo del PSOE y el delincuente que ahora lo preside. El nacionalismo vasco de derechas —el cinismo, la insolidaridad y la indecencia de haber estado durante decenios o bien apoyando a los asesinos o bien mirando hacia otro lado— parecía condenado a acompañar en silencio el declive imparable de la región, mientras el catalán se desfondaba hasta amenazar desintegrarse tras el fiasco de octubre del 17. Ambos volvieron a la vida, a la guerra contra la nación, cuando el 1 de junio de 2018 nuestro Erdogan (que muy bien podría ser un Putin si no fuera tan cobarde) llegó al poder dispuesto a apoyarse en lo peor de cada casa para gobernar. Y para robar. Ninguno de ellos llegará a nada, porque les falta talento y valor. Pero es hora de movilizarse. Díaz Ayuso ha mostrado el camino en Barcelona. Como ha escrito Ventoso, “el pinganillo es una pieza más de una tenaz campaña cultural, política y educativa para ir cuarteando España”. No es aceptable que en una reunión del presidente del Gobierno de España con sus colegas autonómicos, que además preside el Rey de España, no se hable en español. Con todos los respetos para la maravillosa lengua en la que escribió Espriu y para esa joya ignota que debe ser el euskera. Hay otra manera de derrotar al nacionalismo ramplón que padecemos y no es huyendo cual gallinas con el rabo entre las piernas a la manera de los Rajoys de turno. Es hora de darse a respetar. Hora de la confrontación democrática. Es mafia o democracia.
Lengua
oficial y lenguas cooficiales
Alejo Vidal-Quadras.
Vozpópuli.
8 Junio 2025
La utilización de las lenguas como arma de confrontación y movilización política ha estado presente en la reciente Conferencia de presidentes autonómicos que se ha celebrado en Barcelona con presencia del Rey y de Pedro Sánchez. Como si los problemas a tratar en esta reunión, financiación, vivienda, inmigración, energía, agua y otros de similar calado, no fueran suficientemente complejos y espinosos, no se les ocurre otra cosa a los nacionalistas y al Gobierno central que amenizar la sesión proporcionando pinganillos e interpretación simultánea para que los presentes se entiendan peor de lo que harían si cambiasen impresiones y argumentos en el idioma común que todos los participantes dominan a la perfección. Un argumento curioso que se ha utilizado para justificar este dislate es que así los hablantes de gallego, catalán y vascuence pueden matizar mejor sus palabras y afinar en la precisión de sus exposiciones.
El resultado de esta operación es exactamente el contrario: los presidentes catalano, gallego y vascohablantes sin duda se expresan con mayor riqueza léxica y corrección sintáctica en español que en sus respectivas parlas regionales, una de las cuales, por cierto, no está demasiado adaptada al acerbo conceptual y semántico elaborado por los tres mil años de civilización escrita que arranca en el Creciente Fértil y en Egipto. En cuanto a los primeros mandatarios que no gozan del privilegio de una lengua “propia” -curiosamente se denomina “propia” a la que no es la habitual de la mayoría de la población en dichos territorios, que sigue siendo el español-, la suposición de que pueden captar mejor las sutilezas del discurso nacionalista a través de un intérprete resulta bastante peregrina.
Los particularistas vascos se han indignado por “la falta de respeto” de Isabel Díaz Ayuso al ausentarse de la sala durante las intervenciones en lenguas distintas a la de todos. También se podría afirmar, con similar énfasis, que la desconsideración es de los presidentes vasco y catalán que obligan a sus colegas de las restantes quince Comunidades a colocarse en la oreja un molesto chisme como si estuviesen en la ONU o en el Parlamento Europeo y no en un trozo de la ancestral piel de toro. De hecho, la única que ha actuado con coherencia rebelándose contra una maniobra provocadora y absurda ha sido la presidenta madrileña. El resto de los gerifaltes del PP, como es costumbre de la casa, aguantando mansamente las ofensas secesionistas.
No se le oculta a nadie que la intención de los separatistas, tanto la subespecie artera como la golpista, al forzar el uso de interpretación simultánea en una conversación entre españoles, no es promover la diversidad ni promocionar su cultura local, sino hacer patente su flagrante deslealtad al orden constitucional, su negativa a aceptar a España como matriz compartida de historia conjunta y afectos mutuos, espacio de iguales derechos y libertades para todos los ciudadanos y entidad económica, jurídica y política reconocible por la comunidad internacional. No hay nada positivo ni constructivo en el recurso a los audífonos, únicamente el rechazo a lo que une y la exaltación de lo que separa, es decir, la búsqueda deliberada y maligna del conflicto y de la división, malgastando estúpidamente tiempo y dinero en una gesticulación simbólica que empeora la convivencia y atiza las llamas de la confrontación. Lo más indignante de estos comportamientos insolidarios es que son protagonizados por los representantes de nacioncillas inventadas con el exclusivo propósito de disfrutar de ventajas y privilegios a costa de los que son, mal que les pese, sus compatriotas.
Cada paso en la dirección de la fragmentación de la Nación, selecciones deportivas, inmersiones lingüísticas, exigencias presupuestarias, acción diferenciada en el exterior, incumplimiento de la ley de banderas, adoctrinamiento en las aulas, homenajes a asesinos, transformación de las Cortes Generales en asamblea babélicas, desplantes a la Corona y tropelías varias de los separatistas, consentidas por el PP y aplaudidas por el PSOE, nos arrastran de manera continua e implacable hacia la descomposición final, con los consiguientes empobrecimiento material, disolución espiritual y condena a la irrelevancia en el plano global.
Cuando uno lee que el director de Política Lingüística de la Xunta de Galicia, gobernada por el Partido Popular, ha declarado que “tenemos que esforzarnos en que en los colegios se hable más gallego, pero en el patio, cuando salen a jugar” a lo que ha añadido “tenemos que crear una sociedad que hable más gallego” y como remate, “yo entiendo a los nacionalistas porque el nacionalismo es una forma de conservar”, habría que recordarle: Y de saltarse la Constitución, de vulnerar derechos fundamentales y de buscar ventajismos mediante el chantaje, incluso de matar, más de ochocientas víctimas inocentes lo atestiguan en el macabro historial del nacionalismo etarra. Lo dejó claro en rotunda frase François Mitterrand en su mensaje final en Estrasburgo poco antes de fallecer: “Le nationalisme, c´est la guerre”. Valentín García se ha vanagloriado de que “mucha gente me pregunta si soy del BNG y cuando digo que soy del PP se quedan con los ojos como platos”. No es extraño que sus paisanos se asombren porque probablemente es allí, con sus verdaderos correligionarios, donde debería estar.
En la
Torre de Babel
Pilar Ferrer. la razon.
8 Junio 2025
Ante la palpable tensión que rodeaba la XXVIII Conferencia de Presidentes Autonómicos celebrada en Barcelona, así la relata un destacado «barón» del PP asistente a la misma: «Estábamos en la Torre de Babel». Acertada definición a propósito de la polémica por las intervenciones del presidente de la Generalitat, Salvador Illa, en catalán, y del lendakari Imanol Pradales en euskera.
Recuerda el dirigente popular la leyenda bíblica contada en el Antiguo Testamento, en el libro del Génesis, según la cual la citada Torre de Babel representó el origen de las diversas lenguas humanas y el castigo infligido por Dios a los descendientes de Noé por su soberbia al querer alcanzar el cielo y parecerse al Creador. El escenario de la Conferencia recordaba la mezcla lingüística narrada en la Biblia y, con el uso del pinganillo, tenía tientes de sainete.
Todos utilizaron el español en los jardines del palacio de Pedralbes entre ellos y con el Rey Felipe VI, incluido el lendakari vasco que fue uno de los más habladores y rendido en cortesía con el Monarca. Saludo institucional en el interior a cargo de Salvador Illa en catalán y en euskera por Imanol Pradales, lo que provocó la inmediata salida de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. Ella cumplió su palabra y volvió cuando de nuevo se hablaba en castellano.
En este «pupurrí» babeliano, algo grotesco, el presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, saludó en gallego para pasar luego al español. Y algo ridículas fueron las intervenciones de la navarra María Chivite con unas palabras en euskera, cuando en la Comunidad Foral prácticamente ni existe, lo que revela su rendición a los bildu-etarras gracias a los cuales gobierna el Viejo Reyno.
Por no hablar del socialista asturiano, Adrián Barbón, que se lució con unas palabritas en bable, dialecto que ni siquiera recoge el orden constitucional. Todo ello bajo el pecado de orgullo exhibido por Pedro Sánchez, distante, altivo y con forzada sonrisa, como si el vertedero de la corrupción y el tufillo de las cloacas no fueran con él. «Elecciones cuando toca, en 2027», advirtió con su habitual tono chulesco ante las peticiones unánimes de los presidentes populares, y de su compañero de partido, el castellano-manchego Emiliano García-Page, para un adelanto electoral ante el putrefacto espectáculo que nos invade. Ni de broma piensa el presidente del Gobierno ceder a tales pretensiones. «Ni con aguardiente de cien grados se va de Moncloa», dice un presidente popular, desencantado por completo con esta pantomima.
Nadie niega un total respeto a las lenguas cooficiales, pero centrar en esta polémica la Conferencia autonómica suena a maniobra de distracción. «Este es un gobierno a la fuga», opinan varios dirigentes del PP que ven a Pedro Sánchez noqueado, incapaz de controlar una situación que se le va de las manos. Con un PSOE a la deriva, cada día más acorralado por siniestras informaciones de bajos fondos manejados por mamporreras y picaruelos de quinta fila.
Los presidentes del PP han estado muchos días en permanente contacto con la dirección nacional de Génova trece para aunar una posición. La mayoría de ellos no eran partidarios del plantón por respeto institucional al Rey, pero además por no darle una baza al «sanchismo» y sus terminales mediáticas que, al unísono, habrían desplegado el discurso de la ultraderecha y su nulo sentido de Estado. Alberto Núñez Feijóo no puede caer en esa trampa y debe hacer un auténtico milagro de equilibrios entre una oposición muy dura y las reglas institucionales. Ya sabe el líder del PP, y lo ha sufrido en propia carne, cómo se las gastan desde La Moncloa y Ferraz, al canto de personajillos expertos en juego sucio. Tan importante como acertar es no cometer errores.
«Puro teatro y maniobra de distracción de Pedro Sánchez». Es la conclusión de los presidentes del PP tras esta fantochada de Conferencia, desde el principio abocada al fracaso. Cabe destacar el esfuerzo del presidente de la Generalitat, Salvador Illa, por intentar ser un buen anfitrión, y al menos, devolver la normalidad institucional a Cataluña con la presencia del Rey. En el ágape posterior a la reunión, los «barones» regionales pudieron degustar platos típicamente catalanes: el «xató» con lomos de bacalao, anchoas y ventresca de la Costa Brava, canelones con trufa negra de Osona, «suquet» de pescado y «fricandó» de ternera con setas de Girona.
Todo ello regado con vinos blancos del Priorat de Tarragona y un tinto de Abadal Picapoll de Bagés de Barcelona. No parece que la degustación fuera muy amable, pues según varios de los presentes la tensión seguía en el ambiente. La mayoría de los presidentes se marcharon nada más terminar sus ruedas de prensa con dos frases estelares. Una, la de Isabel Díaz Ayuso, negando su rendición a la humillación del español en un estado plurinacional. Y otra, la de Emiliano García-Page, un socialista honrado desde su más temprana edad, a quien Sánchez cortó la palabra. «No pensaba que me lo volvieran a hacer», dijo al recordar lo mismo que le sucedió en el anterior cónclave de Santander.
«Si nos hurtan el Parlamento saldremos a la calle». Es la consigna bajo la que se convoca hoy domingo la gran concentración en la Plaza de España madrileña, sin siglas de partido, como un gran llamamiento a la ciudadanía ante la degradación institucional que nos invade. Hace semanas que desde la sede central de Génova se ha contactado con organizaciones de la sociedad civil para que el acto sea un éxito masivo como un grito de desencanto hacia el actual gobierno. Impasible a toda la podredumbre que le rodea, bien lo definen algunos presidentes autonómicos del PP tras el fiasco de la reunión de Barcelona: «A Pedro solo le importa Sánchez». Nunca mejor dicho.
Generalitat catalana
Illa
mantiene los 232 entes y empresas públicas del independentismo:
cuatro veces más que Madrid
Carlos Ribagorda.
okdiario. 8
Junio 2025
Salvador Illa, presidente de la Generalitat de Cataluña desde agosto de 2024, no ha reducido ni una sola empresa pública, ente o consorcio que tenían abiertos los diferentes gobiernos independentistas de ERC y Junts, según el Inventario de Entes de Comunidades Autónomas que elabora el Ministerio de Hacienda. La cifra, hasta el 1 de enero de 2025, fecha del último informe publicado esta semana, asciende a 232, mientras que la Comunidad de Madrid suma 54.
De acuerdo con el informe de situación de las empresas públicas a 1 de julio de 2024, antes de que Illa fuera investido la cifra era la misma, 232 entre entes, empresas públicas y consorcios. Cataluña tiene una empresa pública de aeropuertos, una Agencia Tributaria, o una agencia de energías renovables pública autonómica.
Además, Cataluña suma también casi 100 fundaciones en manos de la Generalitat, por poco más de 60 de la Comunidad de Madrid, la otra región con la que se puede comparar en actividad económica y población. En lo único en lo que se igualan es en número de universidades: Cataluña tiene siete y Madrid, seis.
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Por lo tanto, mientras Illa hace gestos de normalización política al asistir a actos con el Rey, por otro lado sigue adelante con las políticas independentistas y mantiene cientos de empresas públicas que elevan el gasto en la región catalana, que es una de las más endeudadas de España junto a la Comunidad Valenciana.
Mientras Cataluña multiplica por más de cuatro las empresas públicas de Madrid, Illa está impulsando con Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, la quita de parte de la deuda de la región, que será asumida por la Administración central, y la aprobación del llamado cupo catalán, que sacará de facto a Cataluña del régimen común de Hacienda.
Illa, empresas públicas
Salvador Illa y Pedro Sánchez. (Foto: EP)
De momento, en lo que los dos gobiernos están avanzando es en la cesión del impuesto del 100% de la Renta. Cataluña está en la fase de contratar más gente para su agencia tributaria, casi 200, para poder gestionar ya la totalidad de este impuesto a partir de 2026. La declaración de la renta de este 2025 ha sido un test para medir su capacidad de llevarlo adelante.
Otra de las cesiones que prepara Sánchez es la transferencia de las Cercanías de Renfe, que gestionará Rodalíes aunque los trabajadores seguirán perteneciendo a la empresa nacional de ferrocarril.
En cuanto a las polémicas embajadas que han ido abriendo los independentistas por todo el mundo, Illa está pensando en abrir una nueva en China, lo que elevaría la cifra total a casi un centenar -sumando las delegaciones comerciales-.
Además, según publicó ABC, Illa quiere añadir un cuerpo diplomático a las embajadas que ya tiene abiertas la Generalitat por medio mundo, para ampliar la presencia de Cataluña en el exterior. Otra estructura de Estado de las que hablaban los independentistas y que Illa no está desmantelando en su primer año en el Gobierno autonómico.
sólo un 36,2% de los jóvenes de entre 16 y 29 años se sienten «sólo catalanes»
VOX
arrasa entre los jóvenes catalanes frente al hundimiento del
separatismo
Carlos Rioba. gaceta.
8 Junio 2025
Una década después del arranque del procés, los jóvenes catalanes dan la espalda al separatismo. Según el informe Estado de la Juventud 2024, elaborado por la Agencia Catalana de la Juventud —dependiente de la propia Generalidad—, sólo un 36,2% de los jóvenes de entre 16 y 29 años se sienten «sólo catalanes» o más catalanes que españoles, frente al 57% que expresaba ese sentimiento en 2014. Es decir, un desplome de 20 puntos en plena generación pos-procés.
El estudio, basado en datos del Centre d’Estudis d’Opinió (CEO), también confirma que el cambio de paradigma arranca en 2017, coincidiendo con el fracaso del referéndum ilegal del 1-O. Desde entonces, los jóvenes catalanes han virado tanto en identidad como en ideología. Hoy, el votante joven en Cataluña se siente más representado por VOX o Aliança Catalana que por la CUP, y el giro a la derecha entre varones de 18 a 24 años es el más acusado de la serie histórica.
Fin de la hegemonía independentista entre los jóvenes
El viraje identitario no sólo refleja el hartazgo con el separatismo. También rompe con el relato catalanista que el separatismo lleva décadas imponiendo en escuelas y medios. Actualmente, el 44% de los catalanes se considera «tan español como catalán», un porcentaje impensable en los años álgidos del procés.
El uso del idioma también ha cambiado. Los jóvenes de entre 14 y 24 años son los que más usan el castellano en su ocio y los que más sitúan al catalán y al español como lenguas de identidad en igualdad (32%). En los mayores de 25, ese porcentaje nunca supera el 24%.
Un viraje ideológico
El mismo informe constata que los jóvenes catalanes se han desplazado ideológicamente hacia la derecha desde 2019. En una escala de 0 (extrema izquierda) a 10 (extrema derecha), la juventud se autoubica en un 4,3, la cifra más alta registrada. El giro es especialmente visible entre los varones de 18 a 24 años.
Este cambio generacional está pulverizando el llamado «consenso catalanista», el que daba por hecho que las nuevas generaciones serían más independentistas y más monolingües. Una década después, ni una cosa ni la otra. Los jóvenes catalanes rechazan el relato de la imposición identitaria, usan el castellano sin complejos y votan a los partidos que denuncian el desastre del procés.
Islamismo
Hanan
Serroukh (mediadora social): «La sharía ya está instaurada en
barrios de España»
Vicente Gil. okdiario. 8
Junio 2025
«La sharía ya está instaurada en barrios de España». Es la advertencia de Hanan Serroukh, mediadora y educadora social, hija de inmigrantes marroquíes de los años 60 plenamente integrados laboral y socialmente en aquella España, primero en Barcelona y después en Figueras (Gerona). Su vida cambió radicalmente cuando su padre murió en un accidente y su madre se casó de nuevo. La engatusó un salafista para obtener la documentación con la que venir e instalarse en nuestro país.
La infancia de Hanan Serroukh cambió entonces -dice ella- «con una violencia tremenda». Pasó de relacionarse con otros chicos y chicas de su barrio en Figueras (eran los años 70 y 80), ir a la playa, hacer deporte y natación y ver Los payasos de la tele o La bola de cristal a que el nuevo marido de su madre les prohibiera todo: «Eliminó la música y la tele en casa y nos obligó a no tener contacto con los que él llamaba infieles». A los 15 años, su padrastro trató de casarla con un adulto que le doblaba la edad. Era 1989. Hanan huyó de casa: «Cogí el primer tren que salió de Figueras. En Gerona me encontró la Guardia Urbana. Estuve tutelada por la Generalitat hasta los 18 años».
Hanan Serroukh ha plasmado su historia en un libro: Coraje. El precio de la libertad (Sekotia). Desde entonces trabaja en la mediación y educación social enfocada a combatir el islamismo: «Tenemos el deber de garantizar que las niñas [musulmanas] crezcan con la misma igualdad y libertad que el resto y proteger sus derechos».
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Hanan Serroukh fundó con 25 años la asociación Punt de Referència para acompañar a jóvenes sin red familiar, especialmente tutelados y ex tutelados, en su transición a la vida adulta. Hanan Serroukh colabora con los cuerpos y fuerzas de seguridad en la lucha contra el terrorismo yihadista y el islamismo radical. Ha participado en programas del Departamento de Estado de EEUU y Meridian International Center en la lucha contra la yihad.
«Enemigo silencioso»
La experiencia vital de Hanan Serroukh y su trabajo diario como educadora social en Cataluña y el resto de España le permite hablar con conocimientos sobre el terreno y solvencia de la progresiva, callada y peligrosa penetración en muy pocos años del islamismo en España y en Europa: «El islamismo es un enemigo silencioso con grandes aliados en Europa entre grupos políticos y sociales, que ha penetrado en la Administración y las instituciones y que no olvida su objetivo». Éste no es otro que imponer el Islam y cambiar el orden social europeo conforme a las reglas de la sharía: «Los islamistas van ganando terreno en España y en Europa y asentando el separatismo islámico».
El avance en pocas décadas ha sido notable. Hanan Serroukh recuerda: «Mi padre vino a España a trabajar. Tuve una infancia feliz, como la de cualquier otro niño en España en los años 70 y 80. Estudié la EGB, mis padres respetaban lo que el maestro de la escuela decía, mi madre se relacionaba con normalidad con el párroco del barrio… No había tensión ni rechazo. No había un ‘ellos y nosotros’. Convivíamos en un marco común, como unos ciudadanos más. Mis padres se sentían musulmanes, pero la religión no dirigía su vida. Nuestra realidad cultural de casa [marroquí] fluía de forma natural con la sociedad en la que vivíamos».
Hanan tiene claro que ella pudo huir de aquel matrimonio forzoso de su padrastro gracias a la formación de su padre: «Creía que hay un momento en que uno ha de dejar de ser inmigrante para ser ciudadano del lugar que te acoge respetando sus valores».
«La sharía en España»
Hanan Serroukh convive a diario hoy, como educadora social en muchos barrios, con una realidad muy alejada de la de su infancia de los 70 y 80: «En España están pasando cosas que nos escandalizan viéndolas en Afganistán, Irán o Siria». Es el progresivo control de los islamistas en barrios de España: «No hablo de Afganistán. Está ocurriendo en España en 2025».
Hanan Serroukh habla de matrimonios forzosos con niñas menores: «Se las llevan de España al país de origen para casarlas allí». El problema es tan real que los Mossos d’Esquadra han tenido que crear un grupo especializado en detectarlos. Hanan denuncia que muchos de esos matrimonios forzosos se están ocultando en las estadísticas como «violencia de género» si la niña menor no ha podido escapar y, ya adulta, termina denunciando al marido con el que la forzaron a casarse. Hanan Serroukh pide que las estadísticas no oculten el problema.
Hanan Serroukh es testigo de ablaciones de niñas y de la progresiva imposición en los barrios de un ambiente islamista en el que las mujeres son las peor paradas: lugares públicos a los que se les prohibe entrar, prohibición de cruzar la mirada con hombres, obligadas a bajar la voz si pasan por delante de una mezquita… «Es lo que ocurre -dice- cuando no hay cámaras de televisión y políticos hablando del multiculturalismo».
El velo islámico
Y, por supuesto, Hanan Serroukh denuncia la progresiva imposición del velo islámico: «Los islamistas han instaurado la idea absurda de que el velo es un elemento religioso que hay que respetar. La violencia y la misoginia del islamismo está blanqueada y normalizada en Europa. En las sociedades islámicas la mujer no existe. Es un mero elemento de reproducción y utilización del hombre».
Hanan Serroukh dice sentir «pena» por esas chicas que se manifestaron hace poco en Parla (Madrid) pidiendo que les dejen ir con hiyab al instituto público. La que lideraba la manifestación se declaró feminista: «Aquella joven defiende algo que no sabe qué es. Llevar el hiyab supone para una mujer estar sometida a la ley islámica». Hanan Serroukh lo tiene claro: «El hiyab es el primer paso para llegar al burka». Y denuncia: «La izquierda española ha asumido el islamismo».
Europa: «Separatismo islámico»
Europa empieza a verle las orejas al lobo del islamismo después de años de pasividad, connivencia y buenismo. Hanan Serroukh recuerda que «en Alemania, el servicio de Inteligencia lleva años advirtiendo del avance del islamismo y la desestabilización del país».
En Francia, el mes pasado, Macron se vio obligado a convocar el Consejo de Defensa Nacional tras difundirse un informe de los servicios secretos que advirtió de la penetración en las instituciones de los Hermanos Musulmanes, de su peligroso ascenso y de la amenaza que suponen «para la cohesión nacional». El informe decía que es una «amenaza directa a la República» y que el objetivo es implantar la ley islámica en Francia.
Francia ha acuñado el término «separatismo islamico». Para Hanan Serroukh los graves incidentes tras la victoria del PSG en la Champions no son casuales: «En Francia la fuerza del islamismo y su tejido social busca cualquier oportunidad para mostrar su poder. Cualquier gesta deportiva, cultural o política es una oportunidad. Hay una realidad social y política que, poco a poco, es evidente en aquellos barrios de Europa que los políticos han dejado en manos de organizaciones socioculturales islámicas. Ahora empiezan a verse las consecuencias. Son jóvenes nacidos en territorio europeo, y español, pero que han crecido bajo el control islamista en otros valores y en otro orden social, político, educativo y cultural. El problema está en manos de quién los dejamos».
Hanan Serroukh señala que los Hermanos Musulmanes están siguiendo el patrón que siguieron, de origen, en Egipto: «Donde no llegaba el estado estaban ellos. Las redes de financiación y adoctrinamiento de los Hermanos Musulmanes actúan en toda Europa bajo pantallas. Se blanquean como organizaciones multiculturales de refuerzo escolar, socio-educativas, de caridad y labor social, pero se dedican a extender el mensaje de la democracia occidental como un poder que corroe la moral».
Inmigración y yihad cultural
Hanan Serroukh aclara que el islamismo no usa la inmigración ilegal y descontrolada como vía de entrada, aunque sí señala que «la presión migratoria en las fronteras es un elemento de desestabilización y chantaje político y económico».
Viene a decir que el islamismo lo tiene mucho más fácil después de años de fronteras abiertas, buenismo y varias generaciones instaladas aquí: «Los islamistas usan a los hijos nacidos y crecidos en Europa de procedencia musulmana. Los Hermanos Musulmanes captan perfiles potentes de jóvenes musulmanes nacidos y formados en las escuelas y universidades de Europa. El gran poder de los Hermanos Musulmanes en Egipto fue aliarse con los jóvenes universitarios. Para el islamismo, tener hijos en Europa y entrar en los sistemas educativos con ONGs de pantalla es un arma».
Hanan Serroukh tiene claro: «Hemos combatido la yihad armada, pero no hemos hecho frente a la yihad intelectual, cultural y política. El islamismo es la corriente social y política que inspira al Estado Islámico o a Al Qaeda y que actúa ya en nuestro territorio e instituciones». Recuerda que «la propia Comisión Islámica de España [interlocutora principal con el Gobierno] tiene vínculos y perfiles peligrosos».
Cataluña
Serroukh lamenta ver la naturalidad con la que algunos partidos políticos «normalizan» el islamismo dando mítines en mezquitas o presentando a candidatas con velo, particularmente en Cataluña. El Parlament rechazó hace poco prohibir el velo islámico en los lugares públicos. La yihad ha encontrado en el independentismo catalán una puerta abierta: «El islamismo tiene una gran capacidad para detectar las fisuras en las sociedades occidentales donde penetra».
¿Volviste a ver a tu madre?, le preguntamos. Hanan responde escuetamente: «Sé de ella… Sufrí el repudio de mi familia y de la comunidad musulmana. Todos llevamos nuestras mochilas». Aunque Hanan Serroukh, la niña que huyó de un matrimonio forzoso con tan sólo 15 años, proclama, orgullosa, su gran victoria vital: «Mi hija es mi gran triunfo. Es una mujer dueña de su vida».
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