Recortes
de Prensa Lunes
23
Junio 2025
atacados edificios recidenciales
Al
menos siete muertos y 19 heridos en un nuevo ataque ruso contra Kiev
y sus alrededores
EFE. el confidencial. 23
Junio 2025
Al menos 7 personas murieron la pasada madrugada en la capital ucraniana y sus alrededores en un nuevo ataque en el que Rusia empleó drones y misiles, según informaron las autoridades ucranianas. Según ha explicado el alcalde de Kiev, Vitali Klichkó, en el distrito de Shevchenko de Kiev han muerto 6 personas y otras 19 han resultado heridas. Los servicios de rescate trabajan en uno de los edificios residenciales alcanzados en el ataque. Klichkó ha informado también de daños materiales en otros tres distritos capitalinos. La séptima víctima mortal ha perdido la vida en la localidad de Bila Tserkva, unos 90 kilómetros al sur de Kiev, según ha informado el ministro del Interior ucraniano, Igor Klimenko.
Rusia ataca prácticamente cada noche territorio ucraniano con drones. En las últimas semanas ha incrementado la cantidad de aparatos no tripulados que utiliza en este tipo de ataques.
Rusia lanzó anoche contra territorio ucraniano 352 drones y 16 misiles, según informaron la Fuerza Aérea ucraniana y las autoridades civiles de Ucrania. Once de los misiles eran misiles balísticos Iskander-M o su variante norcoreana, KN-23. Las defensas aéreas ucranianas lograron derribar 146 drones de ataque Shahed y neutralizaron con interferencias electrónicas otros 193 drones. De todos los misiles lanzados por Rusia, los ucranianos derribaron 7 misiles balísticos y 5 misiles de crucero Iskander-M.
ATAQUE DE ESTADOS UNIDOS CONTRA IRÁN
Operación
Martillo de Medianoche: 125 aviones y 7 bombarderos B2 fantasma que
lanzaron 14 bombas antibúnker
Marta Torres.
okdiario. 23
Junio 2025
La Operación Martillo de EEUU contra las tres instalaciones nucleares de Irán durante la noche del sábado 21 de junio se formó con 125 aeronaves y un señuelo, según han informado este domingo funcionarios del Pentágono. Los siete bombarderos furtivos fantasma B2, escoltados por cuatro cazas, que atacaron salieron desde Misuri. Mientras, otro grupo de B-2 voló hacia el oeste sobre el Pacífico para desviar la atención de Irán. Las tres instalaciones, Fordow, Natanz e Isfahán sufrieron graves daños. Aquí a continuación se detalla cómo ha sido la operación.
La operación comienza con un señuelo
La operación comenzó con un engaño, según el general Dan Caine, jefe del Estado Mayor Conjunto. Los siete bombarderos B2 de EEUU que atacaron volaron desde Misuri, mientras que otro grupo de B2 voló hacia el oeste sobre el Pacífico para desviar la atención de Irán.
EEUU despejó el espacio aéreo con el ejército israelí y aprovechó lo que Caine denominó «trabajo preparatorio» contra los israelíes, en referencia a sus ataques contra las defensas aéreas de Irán durante los días previos.
El ataque contra instalaciones nucleares iraníes se ha hecho con más de 125 aeronaves estadounidenses, incluyendo siete bombarderos furtivos B-2 y 14 bombas antibúnker de 13.600 kilos y cuatro cazas. Como se ha explicado este domingo por la mañana desde el Pentágono, los B2 atravesaron el Atlántico, pasaron por el sur de España, donde Estados Unidos tiene la Base de Rota, por el Estrecho de Gibraltar y después atacaron Irán.
¿Cómo EEUU engañó a Irán?
Dos grupos de bombarderos B2 despegaron de la Base Aérea Whiteman en Misuri desde la medianoche del viernes 20 de junio hasta la mañana del sábado 21 de junio, según informó el general Dan Caine, jefe del Estado Mayor Conjunto.
El primer grupo voló hacia el oeste como señuelo, mientras que los siete aviones que participaron en el ataque principal volaron hacia el este en un vuelo de 18 horas hacia Irán. Las aeronaves repostaron varias veces durante el trayecto.
Un submarino lanzó dos docenas de misiles
Justo antes de que los bombarderos entraran en Irán, un submarino estadounidense en Oriente Medio lanzó más de dos docenas de misiles de crucero Tomahawk contra Isfahán, según Caine. Cuando los bombarderos entraron en el espacio aéreo iraní, Estados Unidos desplegó aviones de combate en primera línea «a gran altitud y alta velocidad» para defenderse de los cazas enemigos y las amenazas de misiles tierra-aire. Estados Unidos también utilizó señuelos para proteger a los bombarderos.
La maniobra permitió a Estados Unidos desplegar sus bombarderos sobre Irán con mayor rapidez y menor riesgo de detección. El momento elegido también contribuyó a ocultar el objetivo de la misión. En los últimos días, Trump ha declarado que tardaría hasta dos semanas en decidir si atacaría para dar tiempo a la diplomacia. No se había dado ninguna orden para preparar un ataque con B-2, según informaron las autoridades el sábado por la mañana.
Los cazas lanzan fuego preventivo
A medida que los bombarderos se acercaban a Fordow y Natanz, los cazas lanzaron fuego preventivo contra cualquier amenaza potencial de misiles tierra-aire iraníes, declaró Caine. El Pentágono desconoce que los iraníes hayan disparado contra los aviones estadounidenses, añadió.
El B-2 líder lanzó dos penetradores de artillería masiva GBU 57 (bombas antibúnkeres) sobre Fordow, añadió Caine. En total, los bombarderos lanzaron 14 bombas contra dos objetivos nucleares. Los tres objetivos de infraestructura nuclear iraní fueron alcanzados entre las 18:40 horas y las 19:05 horas en Washington (00:40 y 01:05 horas en Madrid). Los misiles Tomahawk fueron los últimos en impactar «para asegurar que conserváramos el factor sorpresa», añadió.
el
mensaje estratégico es claro: EEUU no permitirá que Irán cruce el
umbral nuclear
Carlos Rioba. gaceta. 23
Junio 2025
Con un despliegue sin precedentes, Estados Unidos ha asestado un golpe demoledor a las instalaciones nucleares de Irán en la llamada Operación Martillo de Medianoche. Un total de 125 aeronaves, incluidos los temibles bombarderos furtivos B-2 Spirit, un submarino lanzamisiles, cazas, aviones espía, aviones cisterna y sofisticados señuelos de distracción, participaron en una ofensiva planificada durante meses para neutralizar la amenaza atómica del régimen iraní.
El secretario de Defensa norteamericano, Pete Hegseth, acompañado del jefe del Estado Mayor, el general Dan Caine, ofreció los primeros detalles de esta operación histórica. Según explicó el alto mando militar, el ataque fue «quirúrgico», diseñado con precisión para «destruir el corazón del programa nuclear iraní sin provocar una guerra abierta». El despliegue incluyó el primer uso en combate de las bombas penetradoras masivas GBU-57 —conocidas como MOP—, cada una de ellas con un peso de 15.000 kilos, capaces de perforar las instalaciones subterráneas más protegidas.
«No buscamos la guerra, pero actuaremos con rapidez y decisión cuando nuestros intereses o los de nuestros aliados se vean amenazados», advirtió Hegseth, recordando la posición firme del presidente Donald Trump, que desde el inicio de su mandato dejó claro que no toleraría un Irán nuclearizado.
Una operación milimétrica de 18 horas
El ataque principal se ejecutó bajo el máximo sigilo. Siete B-2 despegaron desde la costa Este de Estados Unidos, cruzaron el Atlántico y penetraron el espacio aéreo iraní tras múltiples repostajes aéreos. Simultáneamente, otro grupo de bombarderos salió hacia el Pacífico en un movimiento de distracción cuidadosamente calculado para mantener la sorpresa táctica. Todo el operativo fue concebido para evitar cualquier detección de los sistemas de defensa iraníes.
A las 18:40 hora de Washington (1:40 de la madrugada en España), el B-2 líder lanzó las primeras MOP sobre el complejo nuclear de Fordow, seguido por el resto de bombarderos que atacaron los objetivos designados en Natanz e Isfahan. En paralelo, un submarino estadounidense lanzó decenas de misiles de crucero Tomahawk para destruir infraestructuras clave de superficie.
Los responsables militares subrayaron que ningún caza iraní despegó y los sistemas antiaéreos no llegaron a detectar la incursión. En total, se emplearon aproximadamente 75 armas guiadas de precisión, de las cuales 14 fueron las temidas superbombas penetradoras.
El mayor bombardeo estratégico desde el 11-S
El Pentágono destaca que esta es la mayor operación aérea de este tipo desde los ataques posteriores al 11 de septiembre de 2001. La maniobra requirió una sincronización exacta de múltiples plataformas militares repartidas en varios continentes, un ejercicio de coordinación global con comunicaciones mínimas durante las casi 18 horas de vuelo.
Aunque las evaluaciones finales de daños aún están en curso, las primeras estimaciones apuntan a «daños extremadamente graves» en los tres enclaves nucleares iraníes. Tanto el presidente como el vicepresidente norteamericanos han sido aún más contundentes, calificando el resultado de «pulverización total» y un «golpe final al programa nuclear» del régimen de Teherán.
Mientras en Washington se destaca la contundencia del operativo, el mensaje estratégico es claro: Estados Unidos no permitirá que Irán cruce el umbral nuclear. El ataque se presenta como una advertencia definitiva frente a cualquier represalia que pudiera intentar el régimen de los ayatolás.
terminó tan insignificante como comenzó
La
insoportable irrelevancia del G7: Cuando Israel hace lo que Occidente
no puede
Karina Mariani. gaceta. 23
Junio 2025
La última cumbre del G7, que Donald Trump abandonó precipitadamente, quedó completamente eclipsada por el conflicto en Oriente Medio que, por primera vez desde 1979, amenaza seriamente con hacer colapsar el régimen dictatorial de los ayatolás.
Hace una década, las potencias europeas sellaron con Irán el Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC), un acuerdo nuclear que no desmanteló la red terrorista iraní, por el contrario, la legitimó y fortaleció. Bajo ese paraguas, Irán mantuvo la opresión feroz de su pueblo, el patrocinio de Hezbolá en el Líbano y de Hamás en Gaza, así como con el régimen asesino de Bashar al-Ásad en Siria, responsable de una guerra civil que mató a un millón de personas, desplegó armas químicas y exilió a Europa a millones produciendo uno de los desequilibrios demográfico, económico y de seguridad más importantes de la historia.
Paralelamente, Irán mantuvo su apoyo a los terroristas hutíes en Yemen, quienes también vienen sosteniendo una guerra civil prolongada y cruenta, aunque ignorada en el resto del mundo. A los hutíes, Irán les proveyó armamento que ha servido no sólo para amenazar el comercio petrolero mundial al poner en jaque el transporte marítimo del Mar Rojo, sino que los ha usado para desarrollar una red de piratería y secuestro, además de ser responsables de derrames petroleros criminales para el ecosistema local. Todo este entramado monstruoso no sólo fue tácitamente permitido, sino que fue financiado con miles de millones de dólares en alivio de sanciones.
Y no olvidemos que hace apenas una semana, el mundo (incluyendo a la propia administración Trump) estuvo a punto de firmar un nuevo acuerdo nuclear, incluso más permisivo que el anterior. Pese a haber prometido Trump a viva voz que “habría consecuencias” si Hamás no liberaba a todos los rehenes antes de su asunción, meses después Jamenei se burlaba en la cara y el presidente estadounidense se mostraba dispuesto a negociar con el régimen. La misma Casa Blanca que hoy celebra los bombardeos israelíes, la semana pasada se preparaba para abrazar a Teherán.
Hoy los aviones de combate de las Fuerzas de Defensa de Israel vuelan impunes sobre los cielos iraníes y Trump saca pecho por ello. No hay un solo alto mando iraní que pueda dormir tranquilo. Lo que ha ocurrido en la última semana es de antología, una proeza de inteligencia, estrategia e infiltración militar sin precedentes, que será estudiada durante generaciones.
Y lo hace no por ambición, sino por necesidad. Durante demasiado tiempo, Occidente ha contemplado pasivamente la posibilidad de un fundamentalismo islámico nuclearizado. Israel no esperó: actuó. Jerusalén combate porque no tiene otra opción frente a un régimen que se autodefine como guiado por el objetivo de “borrar del mapa a Israel” . Ningún país puede permitirse la indiferencia.
A la vista de las declaraciones de G7, comprender ahora que los iraníes patrocinan el terrorismo y la inestabilidad mundial significa poco, menos aún mientras el régimen es duramente atacado. Tantas acciones pasadas podrían haber reducido el alcance del totalitarismo expansionista y el terrorismo iraní que duele haber desperdiciado toda oportunidad. La reunión de esta semana, con el G7 publicando llamamientos vacíos y de compromiso, vuelve todo mucho más penoso.
La cumbre del G7 terminó tan insignificante como comenzó, lo que acabamos de presenciar es nada menos que la desaparición de la influencia de las élites europeas. Como muchas instituciones internacionales nacidas en la Guerra Fría, el G7 ya no cumple función alguna. Su impacto en la política y economía mundial es nulo. En esta ocasión, sus líderes apenas lograron consensuar dos frases: pedir una desescalada y señalar a Irán como “principal fuente de inestabilidad regional”. Un comunicado que nadie leyó y que, como siempre, no alterará nada.
Un enorme desplazamiento del poder económico, político y militar desde Europa hacia otros continentes ha dejado al G7 con la apariencia de una asamblea de impostores disfrazados de estadistas. La relevancia debe ganarse, pero los políticos europeos han vivido demasiado tiempo en un mundo de fantasía del cual estas cumbres anuales son sólo una fachada decorativa. Esta atrofia de la fuerza estratégica se ha visto acelerada por la pérdida de confianza cultural de Occidente.
¿Cómo llegó el G7 a este nivel de irrelevancia? Desde el siglo XIX, las relaciones internacionales han oscilado entre el sueño de la gobernanza multilateral y el caos de la geopolítica real. La posguerra trajo una red de instituciones que, lejos de ordenar el mundo, degeneraron en burocracias parasitarias, plataformas de corrupción, vehículos de influencia para autocracias como China o regímenes africanos y árabes. La ONU, el FMI, el Banco Mundial, la OCDE, y las posteriores UE o el G7 no escaparon a ese destino.
Todas cayeron víctimas de las extralimitaciones de los burócratas, y de sus extravagancias institucionales, lo que condujo a un malestar de los ciudadanos del que sólo vemos la punta del iceberg. Malestar que se plasma en el surgimiento en toda Europa de opciones políticas que denuncias esta lacerante deriva. Una nueva élite jurídica internacional desató la guerra en nombre de los derechos humanos contra los mismos Estados nacionales que los habían creado, ejecutada por naciones donde esos mismos derechos son una farsa. Para ejemplificar la dimensión del drama, basta mencionar el caso del artículo 8 del Convenio Europeo de Derechos Humanos y la forma arbitraria en que se utiliza para sostener la agenda climática o inmigratoria del progresismo.
Muy pocos líderes en Europa se percatan del vaciamiento del orden de posguerra. Sin embargo, en los últimos siete días las élites occidentales muestran más respeto hacia Israel en la guerra contra Irán del que expresaron en todos estos meses de enfrentamientos contra Hamas y Hezbolá. Resulta que el enfoque israelí ha producido mejores resultados en esta semana que las inútiles negociaciones y acuerdos acumulados durante décadas.
Tras años de diplomacia fallida, de estrategias de palo y zanahoria para dictadores y terroristas, es evidente que el modelo se ha agotado. Las sempiternas objeciones europeas a las acciones israelíes sólo han servido de altavoz de todas las narrativas de propaganda pro-revolución islámica y antioccidentalismo. Francia, hoy y ayer, encabeza esta tendencia.
Al profanar esas narrativas progresistas, Israel está rescatando a Occidente de su propia estupidez, allí donde el multilateralismo fracasó y convirtió a Medio Oriente en un hervidero de terrorismo, matanzas de cristianos, expulsión de ciudadanos y contrabando de armas, energía, drogas y personas. Israel puede tener éxito donde la hegemonía socialdemócrata ha fracasado porque sabe «pensar en árabe»; sus líderes entienden a quienes los rodean y no se dejan intimidar por galimatías y campañas de opinión financiadas por Qatar que funcionan en Bruselas pero no en El Cairo o Damasco.
Un país minúsculo como Israel, está aniquilando en una guerra de larga distancia a una superpotencia regional territorialmente enorme y casi diez veces más poblada, mientras que prosigue en otros frentes la guerra que comenzó en 2023 cuando un proxy iraní invadió su territorio y masacró a sus civiles. Es difícil exagerar el rol de Israel en este momento y el servicio que le brinda a un Occidente suicida e impotente.
Mientras el G7 debatía su insignificancia en Calgary, Israel enfrentaba lo que ninguna nación europea podría haber enfrentado. Ni las advertencias de Rusia ni la sombra de China detuvieron a Jerusalén. Moscú y Pekín están dispuestas a usar a Irán, pero no a defenderlo. Ni siquiera eso le queda a Teherán.
También Estados Unidos exhibe su poder gracias a la inesperada fama que cobraron sus armas únicas en el mundo. Trump podrá presumir de lo que hace una semana estaba desaconsejando. Las fuerzas del islamismo se encuentran en una debilidad histórica, sin intermediarios ni referentes, dependiendo de puñados de defensores que en el mejor de los casos se podrían calificar de ridículos. La murga estéril, desequilibrada, quejumbrosa y absurda que tan bien ejemplifican Greta Thunberg y su barco selfie o la brigada woke de la izquierda española despreciada hasta el asco por el pueblo egipcio. Esa es hoy su diplomacia.
Las élites occidentales deberían reconocer los beneficios mutuos de una Israel fuerte, único país que podría terminar con el programa nuclear iraní para que ya no represente una amenaza global. Sólo con eso, Israel habrá hecho del planeta un lugar mejor. Esas élites deberían apoyar que Jerusalén se convierta en líder regional con acuerdos con los estados árabes aliados para asegurar el comercio y la paz, únicas garantías que previenen el terrorismo y la inmigración masiva.
La irrelevancia del G7 no es solo un síntoma del declive de la vieja diplomacia, sino la prueba de que cuando las instituciones se alejan de la realidad, la realidad las abandona. Y mientras ellos hacen turismo diplomático para las fotos, otros están haciendo historia. Y el G7, una vez más, quedó fuera del cuadro.
Los
ayatolás no deben tener el arma nuclear
Editorial.
la razon. 23
Junio 2025
Estados Unidos ha intervenido en la guerra de Irán con ataques a sus instalaciones nucleares de Isfahán, Natanz y Fordo después de nueve días de conflicto entre Teherán y Tel Aviv. La Casa Blanca ha explicado que el objetivo era «la destrucción de la capacidad nuclear» del régimen de los ayatolás y ha amenazado con ataques «mucho mayores».
Nunca es una decisión simple enrolarse en un conflicto bélico, violar la soberanía de un país y prender en consecuencia una mecha bajo un polvorín como es Oriente Medio. La solución a los interrogantes que se ciernen en torno a cualquier operación de este calado la dan el análisis de las circunstancias, de todas las variables y las derivadas, de examinar los riesgos y los beneficios, de asumir, en definitiva, que el objetivo final resulta tan incontestable que justifica la lluvia de misiles sobre posiciones concretas y lo que esté por llegar.
Irán no es un régimen democrático, sino una dictadura teocrática, que ha ahogado a sangre y fuego a una ciudadanía castigada con crueldad. Y es también un reconocido patrocinador del terrorismo internacional y catalizador de grupos criminales como Hamás, Hezbolá o los hutíes con metas genocidas contra Israel, Estados Unidos y, en general, occidente.
Es un régimen que ha burlado y manipulado las oportunidades que se la han brindado para trabajar por la paz en una mesa de negociación, a la que físicamente compareció, pero nunca con la voluntad de alcanzar un punto de encuentro satisfactorio para todas las partes. Así que, conforme a estos parámetros, pensar que la tiranía de los clérigos chiíes progresaba con rapidez hacia el hito del arma nuclear abría un escenario potencialmente catastrófico para el mundo que era un deber atajar una vez asumido que Teherán nunca se avendría a las razones de la seguridad, la distensión y la colaboración.
Que un régimen criminal no disponga ni tenga a su alcance un arsenal definitivo debe ser considerado como una victoria del mundo libre y un paso que robustece la paz mundial. Evidentemente, como toda intervención drástica en el delicado mundo de la geoestrategia conlleva riesgos serios en distintos órdenes que tienen que ser contenidos. El de una escalada bélica es el principal, pero también el impacto sobre una economía mundial sometida ya a severas tensiones. La subida del precio del petróleo habrá que darla por descontado. Irán avisó ayer de que no se permitirá el paso de barcos de combustible por el Estrecho de Ormuz, donde transita el 20% del crudo mundial.
Que la dictadura teocrática no disponga del arma nuclear es un objetivo legítimo que debe concernir a todo Occidente y a sus aliados. El aislacionismo pacifista es una patraña en un mundo global. Se le ha dado al régimen un aviso que es una oportunidad. La alternativa es un camino sin retorno. En todo caso, nadie que crea en la libertad lamenta el fin de cualquier totalitarismo.
Operación
necesaria contra Irán, un régimen que combina ambición nuclear con
46 años de terrorismo
Gustavo de Arístegui,
diplomático. la razon. 23
Junio 2025
La operación “Martillo de Medianoche” contra las instalaciones nucleares iraníes de Natanz, Isfahán y Fordow, confirmada por el presidente Donald Trump el 21 de junio de 2025, marca un punto de inflexión en la lucha contra la amenaza nuclear de un régimen que, durante 46 años, ha sido el principal patrocinador, financiador, impulsor y ejecutor directo del terrorismo global. La evaluación que ha hecho la Administración Trump de las capacidades nucleares reales del régimen iraní están apoyadas por algunas de las voces más autorizadas como la del físico nuclear David Albright, presidente del Instituto para la Ciencia y la Seguridad Internacional, que advierte sobre la gravedad de la situación y los errores históricos que han permitido a Irán acercarse peligrosamente a la capacidad de fabricar armas nucleares.
La evaluación de David Albright: Una advertencia urgente
David Albright, uno de los mayores expertos en el programa nuclear iraní, advierte que, antes de los ataques israelíes del 13 de junio, Irán podía producir uranio de grado armamentístico para 11 armas nucleares en un mes y 22 en cinco meses. Los ataques han debilitado significativamente Natanz e Isfahán, pero Fordow, fortificado bajo una montaña, seguía siendo una amenaza. Albright subraya que, si Irán conserva su uranio enriquecido al 60%, podría fabricar material para nueve armas en un mes.
Albright critica los graves fallos de la inteligencia occidental, que desde 2007 afirmó erróneamente que Irán detuvo su programa nuclear en 2003. Esta complacencia, agravada por el desastroso acuerdo conocido JCPOA de 2015 (bajo los auspicios de Obama y la UE), permitió a Irán avanzar hacia un “umbral nuclear” mientras negociaba con Occidente. El acuerdo, que otorgó alivio de sanciones sin abordar violaciones menores, galvanizó a Israel, que, ante la incapacidad de distinguir si Irán preparaba o construía armas, optó por la acción militar.
Irán: el epicentro del terrorismo global
Durante 46 años, Irán ha sido el principal patrocinador del terrorismo, armando y financiando a grupos como Hamás, Hezbolá, los hutíes y milicias chiíes iraquíes (hoy por hoy uno de las principales amenazas para los intereses occidentales en ese inestable país) además de perpetrar ataques directos. Ejemplo paradigmático es el caso del diplomático iraní detenido en Alemania camino a París en 2018 con una bomba destinada a asesinar a opositores en un acto masivo. Este es solo un caso de centenares de gravísimos atentados y miles de asesinatos. Este historial de violencia, combinado con su ambición nuclear, justificaba la urgencia de neutralizar su programa.
Ataque anticipatorio o “preemptivo”, no preventivo: legalidad y moralidad
La declaración del presidente Trump anoche desde la Casa Blanca y el briefing del secretario de Defensa Hegseth y el presidente de la Junta de jefes de Estado Mayor General CAINE explicaron con todo lujo de detalles la operación Martillo de Medianoche. Los ataques a Natanz, Isfahán (30 misiles Tomahawk y 2 bombas GBU lanzadas por un B2) y Fordow (7 B2 y 12 bombas GBU57) son anticipatorios (preemptivos), no preventivos. En total 125 aviones de todo tipo, 75 misiles y bombas de precisión, y el apoyo a lo largo de toda la operación de cazas de 4ª y 5ª generación, y Submarinos lanzamisiles protegidos por sus flotas.
El secretario de Defensa Pete Hegseth explicó que esta operación confirmaba que EEUU recuperaba la disuasión como elemento central de su estrategia de defensa y que era un mensaje cristalino a los enemigos y adversarios de los EEUU, que “buscan la paz” pero que no vacilarán en defenderse con toda contundencia, protegiendo a su población, a sus Fuerzas Armadas, sus intereses y a sus aliados.
Un ataque “preemptivo” responde a una amenaza inminente y verificable, como la capacidad de Irán para producir armas nucleares en semanas, según Albright y otros muchos expertos o la misma OIEA (informe del 31 de mayo de 2025), en consecuencia legal desde el punto de vista del derecho internacional.
La precisión de los ataques, usando bombas GBU-57 y misiles Tomahawk, refleja la intención de minimizar daños colaterales y dejar abierta la puerta a la diplomacia. De hecho, fue un extremo subrayado por Hegseth, no sólo se preservó a la población civil, ni tan siquiera atacaron a tropas iraníes.
El mismo día de la operación “Martillo de medianoche” el ministro de Exteriores iraní, Abbas Araghchi, ofreció una rueda de prensa en Estambul tras una reunión de la Organización de Cooperación Islámica. Su tono, aunque desafiante, fue más cauto de lo que cabía esperar, afirmando que Irán “responderá” a EE. UU. “pero sigue abierta para una solución negociada”. Habrá que ver qué tipo de respuesta lanza Irán, pues se puede llevar un serio revolcón como ya le han advertido Trump y Hegseth.
La importancia de la precisión quirúrgica
La eficacia quirúrgica de los ataques es crucial para evitar víctimas civiles y fugas nucleares. Las bombas GBU-57 y los misiles Tomahawk minimizaron daños colaterales. Según el OIEA, no se detectaron fugas radiológicas. Esta precisión evita que el régimen capitalice el sufrimiento civil para galvanizar apoyo interno y refuerza la narrativa de una acción dirigida contra el régimen, no contra el pueblo.
La vía diplomática es aún posible
Los ataques han demostrado ser el medio más eficaz para presionar a Irán. La debilidad de Teherán, tras la decapitación de Hezbolá, la implosión del régimen de Assad y los golpes a los hutíes, debería forzarle a renunciar a sus posiciones maximalistas, lo que está por ver. Un arreglo diplomático requeriría que Irán abandone el enriquecimiento al 60%, con intención de llegar al 90% y que permita inspecciones exhaustivas de la OIEA y cese el apoyo a proxys terroristas, a cambio de un alivio gradual de sanciones en función de avances reales y verificables.
Escenarios operativos y el riesgo terrorista
El mayor riesgo real reside en las represalias terroristas de lo que queda del nefando “eje de resistencia”. Aunque Hamás esté diezmado, Hezbolá descabezado y los hutíes debilitados, estos grupos conservan capacidad para atentados. La caída de Assad, principal instrumento de acoso iraní contra Israel, ha mermado la red terrorista. Sin embargo, es especialmente preocupante la red de milicias terroristas pro-iraníes en Irak que han demostrado su barbarie y su movilidad en el pasado, con acciones contra intereses estadounidenses y occidentales en Irak y en Siria. Además de lo anterior, Irán podría recurrir a ataques terroristas directos como ya los ha perpetrado en el pasado, hay quien teme incluso la utilización de bombas sucias contra los EEUU, Israel o cualquier otro aliado occidental. Irán acaba de anunciar el cierre del Estrecho de Ormuz, eso será respondido de manera contundente por propios y ajenos, no sólo EEUU, Arabia Saudí, Kuwait, EAU o Qatar no lo pueden permitir. Pero menos aun China ya el 45% de su suministro de petróleo pasa por el Estrecho (llegó a ser el 50% en 2022). 20 millones de barriles pasan por el Estrecho cada día el 84% con destino a los mercados asiáticos, parece que se han equivocado de víctimas.
Conclusión
Los ataques anticipatorios (preemptivos) contra el programa nuclear iraní, liderados por Israel y respaldados por EE UU, son una respuesta necesaria ante un régimen que combina ambición nuclear con 46 años de terrorismo. La precisión quirúrgica, la urgencia estratégica y la presión sobre Teherán abren una ventana para la diplomacia, pero requieren una postura firme de Occidente. Europa debe decir en público lo que piensa o dice en los pasillos, y la comunidad internacional debe apoyar una estrategia que combine presión militar y negociaciones para evitar un Irán nuclear y su recurso al terrorismo. La historia no perdonará la tibieza, la complacencia o la inacción.
No hay PSOE bueno, ni lo habrá
Fran
Carrillo. okdiario. 23
Junio 2025
En las sociedades modernas, celebramos una democracia imperfecta con la alegría contenida, hasta que nos preguntamos cómo perdimos nuestra libertad la mañana en la que nos despertamos bajo un régimen tiránico. La España que puso a Zapatero y lleva veinte años bajo los efectos del fentanilo moral que alimenta a los imbéciles del pesebre, ahora se indigna con la boca pequeña, porque si se excede en el cabreo contra los corruptos que están saqueando la nación, aparece la ultraderecha. Hay reflexiones merecedoras de que se le quite el derecho a voto para siempre.
Tenemos a ex presidentes haciendo de intermediarios de narcotraficantes y a presidentes capitalizando el delito en lo más alto del poder. Y España resiste porque el verano asfixia y las cañas no esperan. La libertad hace tiempo que es una quimera de despiste mientras los ladrones van a la oficina cada día a exigir su mordida social. Entre los vividores del Estado y los que buitrean su comisión política de lobistas consentidos, nos queda una pirámide invertida donde la producción depende de unos cuantos trabajadores y autónomos que financian la vidorra consiguiente de socialistas caraduras.
La actual legislatura debió terminar hace mucho tiempo. No debió iniciarse, de hecho. Montada sobre una farsa y construida en base a mentiras y delitos, agoniza en los últimos estertores del saqueo socialista mientras la UCO honra la democracia entre presiones y amenazas. Se ha demostrado lo que ha llevado una historia de más de cien años contar: que no hay PSOE bueno, ni lo habrá. No hay ya escándalo que resista una defensa ni delito que no deba someterse a juicio. La estrategia del gobierno de la rosa nostra es presentarse como digno cuando en él sólo resiste la putrefacción de una estafa piramidal que lleva toda una vida engañando a la nación que aún le vota. Ya nada impide una auditoría que explique cómo hemos permitido tanto ladrón continuado durante décadas, epílogo a una transición que nunca esperó fabricar monstruos como Zapatero y Sánchez. Ahora quieren buscar una cuestión de confianza cuando les queda la deshonra de un exilio político que pactarán con los mismos que llevan manteniendo el cotarro patrio desde que murió el otro dictador.
Begoña fue la primera en quitarse de en medio y ya está tramitando nacionalidad caribeña, Ábalos parece dispuesto a cantar La traviata y Koldo tiene grabado a medio país, con Cerdán ejerciendo de triángulo equilátero del chanchullo y Zapatero como eje del mal y verdadero número uno de toda la organización criminal que gobierna bajo siglas conocidas y consumidas. La conclusión es evidente: España necesita la desaparición del PSOE para volver a ser una nación respetada y respetable. Y evitar que la panoplia indecente, totalitaria y golpista que rodea al socialismo –desde el nacionalismo xenófobo hasta el comunismo sangriento– obtenga cuotas de poder nunca más.
La verdad padece y perece cuando está en manos de trileros. Sin una sociedad civil fuerte y autónoma, no hay sociedad política decente y vigilada. Por eso, la salida de Moncloa del todavía presidente del Gobierno no será suficiente. Ya no nos conformamos con dimisiones y convocatoria de elecciones anticipadas. Los ciudadanos que cumplimos la ley, pagamos impuestos abusivos y queremos que vuelva la confianza a la política y las instituciones, queremos juicios, condenas, sentencias y prisión. Sobre todo, mucha prisión. Empezando por Zapatero y acabando con Sánchez. Y sin perdón ni enmienda para la cueva de Alí Ferraz que acoge y recoge una centuria de robos, saqueos, golpes de Estado, asesinatos, terrorismo de partido, checas, torturas, corrupciones, pucherazos y mentiras.
El socialismo apenas sí existe, o es residual, en los países más prósperos del mundo. El partido socialista ha desaparecido en Francia, ni se nombra en Estados Unidos, es insignificante en Italia y Grecia, y en toda Europa está retrocediendo hasta la nulidad. Ya va tocando dejar de creer, por millones, que los del puño en alto vienen a defender al obrero, al pobre, a la mujer y demás zarandajas buenistas creadas para mantener a ovejas subsidiadas y argumentarios de camiseta. Cuando España y los votantes de fentanilo asuman que no hay PSOE bueno, ni lo habrá, podremos creer que tenemos solución.
Franco
y la cuarta generación
Jesús Laínz. gaceta. 23
Junio 2025
Hace casi un siglo que Pío Baroja escribió que la guerra que en aquel momento se estaba librando en España iba a encender «un odio escondido que no desaparecerá ni en cien años». Sabia precisión cronológica, la del guipuzcoano, porque esos cien años es precisamente el tiempo en el que llegan, pasan y abandonan este valle de lágrimas tres generaciones.
Todos sabemos en qué bando de aquella guerra estuvieron nuestros padres y abuelos. Pero ¿cuántos sabemos en qué bando de las guerras carlistas militaron nuestros bisabuelos y tatarabuelos? Muy pocos, entre otros motivos porque a nuestros padres y abuelos los hemos conocido y hemos hablado con ellos, mientras que casi nadie llega a conocer a sus bisabuelos y tatarabuelos. Por eso sus hechos nos resultan lejanos y ajenos.
Los jóvenes españoles de hoy engrosan las menguadas filas de la cuarta generación —menguadas porque tras el baby boom y los treinta gloriosos llegaron la píldora, el aborto y la dolce vita—, esa generación a la que la Guerra Civil le queda ya muy lejos. Y entre esa lejanía y la ignorancia sembrada en las aulas progresistas, aquel enfrentamiento bélico estaba dejando de tener utilidad para la política actual. Por eso la izquierda, con el inestimable precedente de Aznar en 2002, se apresuró a promulgar las leyes de memoria histórica para reavivar las brasas apagadas con el fin de extraer de ellas suculentos réditos electorales: no hay disparate, no hay desguace de la nación, no hay atentado contra el Estado de derecho, no hay desprecio a los españoles, no hay corrupción, no hay robos, no hay putiferio, no hay delitos que puedan anular el frenesí cainita de que Sánchez haya sacado a Franco del Valle de los Caídos. Por eso la fidelidad del votante socialista es religiosa y por eso nos encontramos con la aparente paradoja de que los jóvenes izquierdistas de hoy, nacidos muchos años después de la muerte de Franco, son más ardientemente antifranquistas que sus padres y abuelos.
Esta utilización política de la historia es la que impide el debate desapasionado sobre lo sucedido en España hace ya un siglo. Si a un profesor, escritor o político se le ocurriese manifestar que una victoria de Hermenegildo sobre su padre Leovigildo quizá hubiese sido más beneficiosa para el reino visigodo, nadie se ofuscaría ni le acusaría del nefando crimen de hermenegildismo. Si explicase que Juana la Beltraneja tuvo más derecho al trono que Isabel la Católica, nadie le acusaría horrorizado de ser beltranejista. Y a nadie le lincharían por borbónico o austracista por expresar en el siglo XXI sus opiniones sobre la Guerra de Sucesión, del mismo modo que no caerían sobre su cabeza acusaciones de carlista, cristino o alfonsino a quien tratara sobre las guerras carlistas. Por el contrario, hoy sigue siendo imposible decir una sílaba sobre la Guerra Civil sin ser fulminado por franquista si esa sílaba no concuerda con el evangelio revelado por el PSOE. La lamentable consecuencia del reavivamiento del odio es que la Guerra Civil sigue sin ser mera historia; su peso político, interesadamente aumentado, es todavía demasiado grande. El millar de asesinados por ETA, sin embargo, son historia y deben ser olvidados. Y quien los recuerde a ellos y a sus consecuencias políticas actuales es un rencoroso agitador de odio.
Pero no nos apresuremos a arrojarnos en brazos de la tan arraigada tradición española del nacional-masoquismo, ya que no somos los únicos ni mucho menos. La autodenigración de nuestro ser nacional no es más que la faceta española de un fenómeno general del senil Occidente. Indudablemente somos los maestros, los pioneros, los que más experiencia tenemos en sembrar y a la vez lidiar con esas plagas que solemos llamar leyenda negra y pesimismo nacional. Pero no hay país europeo que se salve, como se ha demostrado en los últimos años con la moda woke. Tras siglos de hegemonía mundial, los países europeos-blancos-cristianos, así como sus extensiones de ultramar, se han dedicado a cultivar el remordimiento hasta extremos alucinatorios.
Ahora tenemos que pedir perdón por todo: por la esclavitud aunque los europeos-blancos-cristianos no fuesen ni sus inventores ni sus únicos cultivadores pero sí sus abolidores, por la evangelización aunque implicase la terminación de los sacrificios humanos, por la colonización aunque implicase el progreso y la prohibición del canibalismo, por haber producido la inmensa mayoría del arte, la cultura, el derecho y la ciencia, etc. Y ahora tenemos que derribar las estatuas y borrar de los libros una infinidad de figuras que construyeron la historia a golpe de genio y voluntad.
Mientras que en Estados Unidos se vitupera a los antaño adorados Washington y Jefferson, y en todos los países de Europa se escupe sobre la memoria de sus grandes hombres, en España se odia a Colón, a los Reyes Católicos, a Felipe II y a cualquier otro representante de esa leyenda negra con la que tanto disfrutan los sostenedores del pensamiento progresista. Y Franco no es más que el último eslabón de la cadena.
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Apoteosis del trabajo sucio
Pedro
de Tena. libertad digital. 23
Junio 2025
No he podido evitarlo. Se me ha subido la intuición a la boca y me he dicho: "Estamos en la apoteosis del trabajo sucio". Cuando Estados Unidos ha atacado los poderes nucleares del Irán dictatorial y teocrático de los ayatolás, no ha hecho otra cosa que el trabajo sucio de una civilización, la nuestra, esa que no se atreve a defenderse y se escandaliza con cualquier gesto de machismo y homofobia aquí mientras consiente que millones de mujeres u homosexuales persas, que no son musulmanes ni quieren serlo, sean esclavizados civilmente por una clerecía antidemocrática.
Algunos como Podemos y su líder real, Pablo Iglesias, cabalgando contradicciones, incluso han llegado a trabajar para ella y a desarrollar proyectos políticos en España de la mano de los servicios, secretos o no, de la Persia ocupada por el más totalitario Islam. En la cúspide, Zapatero y otros artistas del trabajo sucio contra Occidente y sus democracias liberales, fraguaron una Alianza de Civilizaciones para facilitar la hegemonía iraní, o turca, o china o la que sea, con tal que no sea la nuestra.
¿Que qué es el trabajo sucio? Corleone lo sabía muy bien. Se trata de ese encargo necesario para aniquilar al enemigo con las peores artes, asesinatos incluidos, pero cuya autoría intelectual y moral debe quedar oculta para no dañar la reputación de los auténticos responsables. En su organización, mientras el Padrino reza hasta con el Papa, sus sicarios "sucios" asesinan a la curia molesta y a los que se pongan por delante. Se trata, como siempre, de mentir y aparentar que se es bueno, mientras se ejecuta el mal.
Incluso libros hay escritos sobre este desgraciado y tenebroso aspecto de la vida política, y no sólo de la política. En uno de ellos, el de Eyal Press, el de se dice que "este trabajo (sucio) lo acarrean los sectores más vulnerados, los cuales son los perpetradores de algunas atrocidades relacionadas con su función, a pesar de que cumplen órdenes de sectores sociales más elevados, a los que llama gente de bien."
¿Qué ha hecho Israel durante décadas tras su aparición como Estado después que los jefes palestinos islamistas pactaran con Hitler y otros canallas su exterminio? Negarse a ser eliminados de la Historia y, de paso, librar a Occidente del peligro de perder la fuente energética más importante entonces, el petróleo, además de combatir el terrorismo que se comenzó a extender como forma de guerra encubierta por todas democracias. Esto es, nos ha estado haciendo, y sigue haciendo, el trabajo sucio.
Trump nos ha hecho ese trabajo sucio, pero no lo ha hecho aparentando nada. No ha usado a ningún esbirro hediondo, como tampoco lo hizo la Thatcher con los asesinos del lRA. Ha decidido acabar con la amenaza de un arma nuclear en manos de una dictadura capaz de usarla, no sólo contra Israel, y ha decidido hacerlo por la vía directa. ¿Hay alguien que se atreva a decir que una Persia libre de los ayatolás será un mundo peor que un Irán chiita provisto de armamento nuclear? Sí, nos han hecho el trabajo sucio a quienes no tenemos fuerza moral ni patriotismo para defender nuestros intereses territoriales, económicos, sociales y de cultura y civilización.
¿Trabajo sucio? ¿Y qué ha hecho el PSOE desde el año 2004 cuando alguien decidió sembrar el terror en Madrid y en vez de alinearse con el gobierno democrático se adhirió a la interpretación que liberaba a los miserables autores reales de su responsabilidad? ¿Qué hizo Zapatero blanqueando a ETA desde el año 2000, traicionando a Nicolás Redondo junto con Juan Luis Cebrián y Felipe González? Trabajos sucios. Como el de Sánchez pactando con los lobos de Bildu y los enemigos de la España constitucional.
Y en esta nación sucia que nos toca vivir de una forma atosigante, ¿qué han hecho Koldo García, José Luis Ábalos, Santos Cerdán, el aún no ex Fiscal General, la Leire, el Illa, la Armengol, la Chivite y todos los que irán saliendo poco a poco? Trabajos sucios para un partido y un líder "bien" que ya comenzó su andadura adulterando elecciones internas y del que nadie cree ya que no falseara los avales con los que liquidó a Susana Díaz. (Ahora, tomen nota, se trata de aparentar pacifismo y antimilitarismo porque es el trabajo sucio que alguien necesita para desarmar a Occidente. ¿Al frente? El Puto Amo.)
Sí, señores. Vivimos una apoteosis del trabajo sucio como yo no había visto nunca antes. Dicen que pronto se conocerán listas de periodistas pagados suciamente por esta cadena de corruptos que es el PSOE. Ojalá. Una vez me dijo un altísimo cargo del PP que me sorprendería si supiese cuántos sobres tenía que repartir cada mes entre los opinadores del Reino. Dígalo, señor. Ardo en deseos de saberlo y de que todos lo sepamos. Eso es igualmente trabajo sucio, miserable, ruin.
No es nada nuevo. Nerón utilizaba a 5.000 efebos bajo pétalos de fango para ocultar la zafiedad de sus versos y sus crímenes. Hay quien llegó a creer alguna vez, benditos seamos, que la democracia iba a ser el final de toda esa porquería moral e institucional y que lo aparente coincidiría al fin con lo real. De ingenuos y bultitos manejables está lleno el mundo. Yo mismo no soy más que un bultito al que estoy seguro es sencillo manejar como a una marioneta, a pesar de mi voluntad de ser cabal. ¿Cómo serlo cuando no se sabe qué es verdad y qué no en un mundo donde la mentira es la reina?
No me pregunten si alguna vez será posible una alianza eficaz contra toda esta cochambre. No lo sé. Cada vez soy más pesimista. Pero prefiero la claridad de defender con uñas y dientes los intereses nacionales y civilizatorios propios. Claro que habrá víctimas. Claro que algunas serán inocentes. Pero tengo bien claro que tenemos derecho a vivir como queramos y podamos y no ser eliminados de la Historia por un puñado de miserables y fanáticos. (¡Qué desahogo!).
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