Recortes
de Prensa Martes
8 Julio
2025
Trump
dice estar decepcionado con Putin y anuncia el envío de más armas a
Ucrania
la Razón. 8 Julio
2025
El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó este lunes que su Gobierno enviará más armas a Ucrania para que pueda "defenderse" de Rusia, luego de que el Pentágono paralizara temporalmente algunos envíos debido a una revisión rutinaria. “Tenemos que enviar más armas. Debemos hacerlo para que sean capaces de defenderse. Están siendo atacados muy duramente”, declaró Trump ante la prensa durante una cena con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en la Casa Blanca.
El mandatario precisó que el armamento será "principalmente defensivo". Trump reiteró su frustración con el presidente ruso, Vladímir Putin, por su negativa a aceptar una tregua y detener los bombardeos sobre territorio ucraniano.
"No estoy para nada contento con el presidente Putin", dijo Trump, quien ya se había expresado en términos similares la semana pasada, tras mantener una conversación telefónica con el líder ruso. "Yo detengo guerras y odio ver morir a la gente", añadió el presidente republicano.
La Casa Blanca aseguró este lunes que la pausa en ciertos envíos de armas a Ucrania, anunciada la semana pasada, es temporal y se debe a una revisión rutinaria del programa de asistencia militar a aliados extranjeros.
Entre el material afectado por la suspensión se encuentran interceptores para los sistemas de defensa aérea Patriot, proyectiles de artillería de precisión y misiles lanzados por aviones F-16 de fabricación estadounidense, según funcionarios del Pentágono citados por medios locales.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, anunció el viernes que, tras una llamada con Trump, ambos acordaron trabajar conjuntamente para reforzar las capacidades de defensa aérea de Ucrania.
Ni
misiles ni láseres: la sorprendente defensa de bajo coste que logra
neutralizar drones rusos en Ucrania
La hélice de los
vehículos no tripulados queda enganchada en este material, que a
menudo pasa desapercibido para los mismos
Marta Gallardo. la
razon. 8 Julio
2025
Los drones se han convertido en un arma fundamental en el transcurso de la guerra de Ucrania. Estos vehículos no tripulados han sido protagonistas de numerosas ofensivas, ya que contribuyen a reducir el riesgo para los soldados, así como los costes económicos. De hecho, en los últimos días, los aeropuertos de algunas de las principales ciudades rusas han registrado más de dos mil cancelaciones y aplazamientos por motivos de seguridad, tras detectarse numerosos drones ucranianos en sus proximidades, lo que ha obligado a cientos de pasajeros a buscar alternativas.
Una noticia que, como apuntan desde EFE, llega después de que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, anunciara acuerdos con Estados Unidos y Dinamarca para incrementar la producción de drones. Paralelamente, en las últimas semanas, Rusia ha estado intensificando sus bombardeos sobre territorio ucraniano, lanzando a finales de la semana pasada uno de los mayores ataques combinados de toda la guerra.
En este contexto, ambos bandos continúan buscando alternativas para lograr neutralizar de forma eficiente estas aeronaves. El New York Times se ha hecho eco de una de las tácticas más llamativas empleadas por el gobierno ucraniano: el uso de redes de pescar.
Redes sobre posiciones estratégicas
Estas redes, como apunta el rotativo, son desplegadas sobre posiciones estratégicas próximas al frente, como los puestos de control militares y las posiciones de artillería, con el fin de frenar los ataques de drones rusos que buscan causar daños impactando diversos objetivos. Los aparatos quedan atrapados en las redes y neutralizados; una solución que, aunque simple, ha demostrado ser muy eficaz frente a aquellos drones que, debido a su velocidad, no pueden ser derribados fácilmente con otras armas.
Cabe recordar que ha crecido el uso de drones conectados mediante cables de fibra óptica, precisamente para evitar interferencias. Sin embargo, estos también son susceptibles de quedar bloqueados por las redes, muchas de las cuales se fabrican en Ucrania, mientras que otras son donaciones de países aliados.
Kiev no ha sido el primero en implementar esta estrategia. Ya en 2024, la agencia de noticias TASS desveló que el ejército ruso en la región de Kupyansk había comenzado a instalar redes de pesca para "cubrir las rutas de vehículos" y crear corredores seguros. "Los drones se enredan en ellas y luego son neutralizados por zapadores", sin llegar a detonar, apuntaban. Asimismo, se indica que a menudo no son detectadas por los drones debido a la baja resolución de sus cámaras, lo que dificulta que sean esquivadas.
¿Qué fue de Ucrania?
Florentino
Portero. el debate.
8 Julio 2025
La invasión rusa de Ucrania produjo un cataclismo estratégico en el Viejo Continente. El velo de la realidad se descubrió y obligó a reconocer lo evidente: la guerra había vuelto a Europa. La idea de que la paz se había consolidado estaba infundada, como lo estaba el mito de que a Rusia no le interesaba reabrir conflictos imperialistas por temor a las consecuencias económicas que podrían ocasionar. La política que se había seguido, realizando concesiones injustificadas a Rusia, había tenido el efecto contrario al deseado. Se había estado alimentando la confianza del Gobierno de Moscú en que el riesgo era asumible, por lo que tenía sentido seguir adelante en su objetivo de establecer un ámbito de influencia sobre territorios que en otro tiempo fueron de soberanía. Europa era culpable por haber hecho exactamente lo contrario de lo que debía.
Ante el nuevo escenario se carecía de las capacidades mínimas para ejercer disuasión o para ayudar a Ucrania a defenderse. Europa era vulnerable. Ni tenía un marco institucional y organizativo propio ni capacidades nacionales. Estados Unidos aprovechó la circunstancia para tratar de revitalizar a la moribunda OTAN. El «concepto estratégico» aprobado en Madrid trataba de dar un renovado sentido a la Alianza. De nuevo había una amenaza reconocible: Rusia. Junto a ella surgía China, considerada como reto sistémico.
A partir de ese momento, ayudar a Ucrania a defenderse se convirtió en el primer objetivo de seguridad. Tanto en el marco de la OTAN como de la UE se repetía el compromiso con «la soberanía e integridad territorial» de aquel país. Un mantra que en Moscú no se creyeron y el tiempo les dio la razón. Los analistas rusos valoraron acertadamente la desunión de europeos y norteamericanos, situación que afectaba por igual a la relación entre estados como entre ciudadanos. El renacido nacionalismo ruso no era un fenómeno singular, por mucho que Putin repitiera que la Federación respondía a una civilización propia, distinta de la occidental. El nacionalismo resurge por todas partes. Es una característica de un tiempo en el que las viejas certezas e instituciones colapsan ante los efectos de la globalización y de la Revolución Digital. El «sálvese quien pueda» gana adeptos por todas partes, aunque finalmente no resuelva nada. Bien al contrario, acaba complicándolo todo.
Una nueva Administración norteamericana está dejando caer a Ucrania. Es muy posible que sus principales dirigentes no sean plenamente conscientes de sus consecuencias, pero de lo que no hay duda es de que el Gobierno de Moscú está aprovechando la oportunidad que se le está brindando para ganar posiciones en el campo de batalla y en el ámbito diplomático. Las iniciativas de Trump no han sido consideradas por el Gobierno de Putin. La promesa de lograr un alto el fuego y una paz negociada carecía de fundamento. Era, no más, que una quimera. Ahora Trump critica a Putin, pero limita drásticamente la ayuda militar a Ucrania, un sinsentido estratégico que no hace más que convencer al Gobierno ruso de que tiene que seguir avanzando en el campo de batalla.
La guerra de Ucrania protagonizó la cumbre de Madrid y el intento de reconstrucción de la OTAN. Sólo tres años después los aliados reunidos en la cumbre de La Haya apenas si se refieren a Ucrania o a Rusia en sus declaraciones. El foco se centra ahora en la retaguardia, en mantener la Alianza viva, a pesar de sus muchas fracturas, y en lograr que cada uno de los estados disponga de los medios necesarios para defender su territorio de soberanía y para aportar, llegado el caso, a la seguridad común.
Ucrania fue un medio para dar satisfacción a Rusia, mientras sus ambiciones fueron limitadas. Ucrania fue el instrumento para dotar a la Alianza Atlántica de sentido. Antes y ahora Ucrania es la víctima de nuestra irresponsabilidad e incoherencia. Europa tiene buenas razones para sentirse avergonzada por la gestión de su dimensión internacional en las últimas décadas. Sólo cabe esperar que sea capaz de aprender de la experiencia.
¿Quién
está detrás de nuestra islamización?
Alejandro
Espinosa Solana. el debate.
8
Julio 2025
¿Quién tiene el poder para acallarnos y hacernos tragar con una tasa delictiva muy superior a la autóctona y a la de otros inmigrantes? ¿Con sus perennes quejas y exigencias, su abuso de ayudas y servicios sociales, y con una insolidaridad laboral en el nuevo país al que voluntariamente llegan cuando huyen de los suyos? ¿Con su desafecto y hostilidad, y con su segregación voluntaria del resto de las sociedades occidentales a pesar de acusarnos de discriminarles? ¿Con su expansión en nuestro territorio, y la imposición de sus costumbres arcaicas y contrarias a nuestras leyes y valores? ¿Con su constante amenaza yihadista? …
En 2018 Jean-Frédéric Poisson, miembro de la Asamblea Nacional francesa, escribió el libro El Islam a la conquista de Occidente, en el que, a partir de un documento aprobado en el año 2000 por la Organización del Mundo Islámico para la Educación, la Ciencia y la Cultura —rama cultural de la Organización para la Cooperación Islámica—, describía la estrategia de los estados musulmanes para islamizar Occidente. También en octubre de aquel año, el príncipe heredero saudí, Mohamed Bin Salman, declaró en la televisión emiratí Al Arabiya: «Creo que la nueva Europa será Oriente Medio (…) Esta es la guerra saudí, esta es mi guerra, la cual acepto personalmente, y no quiero morir antes de ver Oriente Medio a la vanguardia del mundo».
La todopoderosa Liga Islámica Mundial (LIM) es un instrumento de la familia real saudí para ostentar el monopolio del islam a través de su enorme influencia mundial, pretendiendo expandir su fundamentalismo wahabista entre todos los fieles musulmanes del mundo. La LIM forma parte de un complejo entramado internacional de muchísimas otras estructuras con amplia presencia en cada país occidental: la Organización del Socorro Islámico (Islamic Relief), la Asamblea Mundial de la Juventud Musulmana, la Organización de la Conferencia Islámica, … La Universidad Islámica de Medina para la formación de imanes también forma parte de ese entramado proselitista: un 80% de sus alumnos son becarios musulmanes de países occidentales que después volverán a sus países de origen para inculcar entre sus correligionarios aquella interpretación wahabista radical del islam.
'Qatar Charity' está vinculada al Estado y a la familia real qatarí, apoya financieramente a los Hermanos Musulmanes en el extranjero, y les da cobertura en su cadena de televisión Al Jazeera. Hasta 2014, Qatar había invertido unos 72 millones de euros en 113 proyectos en Europa. En 2016, su director, Al Hammadi, confesaba haber establecido 138 centros islámicos en Europa, Canadá y EE.UU. para introducir y salvaguardar la identidad islámica. Las destinatarias de esos fondos son asociaciones, mezquitas, escuelas, y centros culturales o islámicos de la Hermandad Musulmana. También aspiran a la recuperación de territorios que consideran suyos, como Sicilia o Andalucía. Aunque es difícil probarlo, Qatar Charity pudiera haber apoyado a organizaciones terroristas: su director, Al-Hamadi, ya lo hizo con terroristas en Chechenia y los Balcanes, así como con grupos islamistas en la guerra civil siria.
El Gobierno turco, por su parte, fomenta su propio islam oficial entre su diáspora en Europa —unos 6 millones de turcos— a través de la Unión Turco Islámica para Asuntos Religiosos (Ditib), directamente dependiente de la Dirección para Asuntos Religiosos del gobierno: Diyanet. Sólo en Alemania administra más de 850 mezquitas y un millar de imanes, representando a 800.000 fieles. Existe, además, la red Millî Görüş, un movimiento político panislamista ultraconservador que ya en 2005 alegaba tener 87.000 miembros en Europa.
Los Hermanos Musulmanes poseen otro importantísimo y muy nutrido entramado de redes, asociaciones y federaciones a nivel nacional e internacional en diferentes ámbitos y sectores. Su modus operandi es la infiltración en diversas instituciones, partidos políticos, universidades y organizaciones de Occidente para influir en ellas desde dentro, además de expandir su pensamiento salafista radical entre sus correligionarios. Hace un par de semanas, los servicios secretos franceses confirmaban —una vez más— esa infiltración desde las capas más bajas de la sociedad y de sus feligreses (asociaciones, barrios, municipios, … incluso clubes deportivos) para que ese islam radical y rupturista gobierne todos los aspectos de sus vidas. En 2021 la Hermandad fue prohibida en Austria y un informe de la Seguridad del Estado belga definía sus objetivos como: «la islamización progresiva de la sociedad europea en todos sus componentes». La Oficina Federal para la Protección de la Constitución —los servicios secretos alemanes— advertía del incremento de su actividad en el país «con el fin de dividir a la sociedad». El Tesoro de EE.UU. ha acusado a varias organizaciones radicadas en Francia y Suiza vinculadas con la Hermandad de ser parte de la 'Union of Good', una red que proporciona fondos a Hamás y que está respaldada por Qatar y Turquía.
Pero no sólo practican un proselitismo de cara a sus fieles, sino también una promoción y blanqueamiento del islam político de cara a los propios occidentales. Así, por ejemplo, entre 2001 y 2023 Qatar donó 4.700 millones de dólares a varias universidades angloamericanas: Georgetown, Carnegie Mellon, Harvard, el Instituto de Tecnología de Massachussets, la de Texas A&M, Yale, y la Johns Hopkins. Arabia Saudí también financia muchas universidades de élite como Harvard, Yale y Stanford, públicas como la de Michigan o Berkeley, estatales como la Eastern Washington y la Ball State. Fondos saudíes han donado en un año 270 millones a 144 universidades angloamericanas.
Esa financiación está condicionada a la creación de centros de estudio, cursos de licenciatura y másteres dedicados a la promoción de la cultura islámica, y a la contratación de profesorado favorable al islam. Así, las universidades más islamizadas de EE.UU. son también aquéllas en las que están más arraigadas la ideología woke, la LGTBQ+, y un fuerte activismo pro Palestina y antisemita entre su alumnado, como en UCLA. En realidad, la contradicción es sólo aparente: el proyecto islámico de conquista de Occidente fomenta la destrucción de nuestra sociedad y cultura occidentales a través de la ideología woke.
Mientras no queramos darnos cuenta de que no se trata sólo de flujos migratorios, sino de una estrategia islamista global diseñada, fuertemente financiada, e implementada durante décadas por potencias extranjeras y organizaciones islamistas para la ocupación de Occidente, no seremos capaces de afrontar debidamente este enorme desafío.
Alejandro Espinosa Solana es autor del libro: 'Hacia una Europa Islamizada'
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China
no quiere que la guerra de Ucrania acabe
Pedro F.
Barbadillo. okdiario. 8
Julio 2025
En España, donde la política exterior es preocupación de una minúscula minoría, ya nos hemos olvidado de la guerra de Ucrania. Una vez concluido el insólito intercambio de misiles entre Israel y Estados Unidos, por un lado, e Irán, por el otro, el discurso público está acaparado por el calor (¡sorprendente en julio!), la corrupción de los socialistas, el declive de Pedro Sánchez, la aparición del «PSOE bueno», el auge del PP, que acaba de celebrar su XXI congreso, y las encuestas.
Del exterior, sólo nos llegan las decisiones de Donald Trump y la guerra en Gaza. Incluso a la polémica sobre el aumento del gasto militar a un 5% del PIB exigido por la Casa Blanca y al acuerdo de Madrid con Londres sobre la colonia de Gibraltar los ha engullido la agonía de la banda del Peugeot que hace siete años se apoderó del Gobierno nacional, gracias a partidos antiespañoles como Bildu, PNV, Junts y ERC y al célebre equipo de opinión sincronizada.
Sin embargo, los muertos siguen amontonándose en Ucrania. Moscú y Kiev no sólo despliegan sus soldados en los frentes, sino que bombardean sus ciudades con misiles y, sobre todo, con drones. Vladímir Putin desprecia los intentos de Trump de alcanzar un armisticio; Estados Unidos reanuda los envíos de armamento a Ucrania; y los países europeos cercanos a Rusia preparan a sus poblaciones y sus fuerzas armadas para un probable conflicto.
Como hemos dicho varias veces, la guerra que comenzó en el invierno de 2022 se ha extendido por todo el ámbito de la inmensa región que la geopolítica denomina la Isla del Mundo, es decir, Asia, Europa, África y sus islas adyacentes. Además, está obligando a la mayoría de los países a decantarse por uno de los bandos. A pesar de su triunfalismo, Putin no se ha atrevido a viajar a Brasil para asistir a la XVII cumbre de los BRICS por el miedo a que el gobierno de su supuesto aliado, el izquierdista Lula Da Silva, cumpla la orden de detención emitida por el Tribunal Penal Internacional contra el presidente ruso.
En esta guerra, uno de los principales actores es China, aunque con la prudencia que ha impregnado en las últimas décadas a la dictadura comunista ha conseguido que apenas se hable de su implicación y sus intereses. Y de la postura de Pekín acabamos de tener una declaración con motivo de la reunión el miércoles día 2 del ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, con la alta representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, la estonia Kaja Kallas, partidaria de apoyar a Ucrania hasta la derrota de Rusia.
Después de cuatro horas de conversación en Bruselas sobre diversos temas, desde Taiwán a la seguridad cibernética, el círculo del ministro Wang Yi reveló a unos periodistas el mensaje de Pekín a Bruselas. El Gobierno de Xi Jinping no puede aceptar que Rusia pierda la guerra, porque entonces Estados Unidos podría centrar toda su atención en China. Ya antes del primer mandato de Trump, las élites de Washington estaban convencidas de que sólo los chinos podrían sustituirles como la potencia hegemónica del planeta.
Esta es la explicación de las sucesivas promesas al régimen de Taipei de defensa de Taiwán, la firma del Tratado de defensa AUKUS (EEUU, Australia y Reino Unido) en 2021 y, con Trump de nuevo en la Casa Blanca, las medidas proteccionistas para devolver a Norteamérica las industrias que emigraron al otro lado del Pacífico y la presencia militar en el canal de Panamá.
Es decir, para China es un buen negocio que se acumulen los cadáveres de rusos y ucranianos para “entretener” a Estados Unidos, sus militares y su industria en Europa e impedirle trasladar su atención al Pacífico. A pesar de este interés, los chinos aseguran que ellos son neutrales y que proponen “negociación, alto el fuego y paz” para concluir la guerra.
Así de cínica y hasta de despiadada es la política internacional. Moscú ha reconocido al régimen de los talibanes afganos y ha permitido la apertura de una embajada. Los mismos talibanes que asesinaron a un aliado de la desaparecida URSS, el comunista Mohammed Najibulá, presidente del país entre 1987 y 1992. En un comunicado que indica la ligazón entre ambos países, el régimen chino felicitó a Rusia por este paso.
Por otro lado, en este año, Estados Unidos, Israel y la Unión Europea han reconocido al nuevo presidente de Siria, Ahmed al-Charaa, al que antes trataban como terrorista vinculado a Al-Qaeda; y también han levantado las sanciones que pesaban sobre su país, le han concedido créditos y hasta han colaborado con él en vencer a los grupos que aún combatían a sus milicias.
Entre los pocos pueblos que creen que las relaciones internacionales y la elección de amigos y de enemigos se basan en la bondad y la identidad ideológica se encuentra el español. Por eso, España se ha convertido en objeto de la política de otras potencias, en vez de sujeto soberano de la suya.
El
catalán en la UE: una batalla inútil
Rafael del
Moral. Vozpópuli. 8
Julio 2025
El Gobierno español ha solicitado que el orden del día del Consejo de Asuntos Generales de la Unión Europea, previsto para el 18 de julio, incluya la votación sobre la oficialidad del catalán, el vasco y el gallego. Pura comedia. No es una cuestión de lenguas sino de impulsar al separatismo catalán para que no retire los apoyos. No es cuestión de tres lenguas más, farsa igualitaria, se trata de azuzar el secesionismo catalán. Sánchez apoya la destrucción de la realidad constitucional española con los fondos de España. Lo de traducir al vasco o al catalán no lo necesita nadie.
No es nuevo. Ya fracasó el pasado mayo. Y Dinamarca, presidente de turno de la UE, no ve cambios en las posiciones expresadas por los Estados miembros. España necesita que el tema entre en orden del día para evitar que Junts se enfurruñe. Cosa de niños.
Dinamarca fue de los pocos países que se manifestó favorable a la oficialidad, pero tenemos, mejor dicho, tiene el gobierno (a los españoles no nos cambia nada) a siete países en contra, Alemania, Italia, Croacia, Austria, Suecia, Finlandia y Chequia. El peso de Alemania o Italia deja en suspenso la propuesta. Imposible llegar al consenso de los 27 estados miembros, aunque España asuma los costes.
La Unión Europea cuenta con 24 lenguas oficiales, siete de ellas independientes. Son aquellas que cubren totalmente las necesidades de comunicación de sus hablantes porque están habilitadas para la vida social, cultural, universitaria y de investigación. Conservan un bagaje sólido, una literatura que ha hecho historia, publicaciones varias sin necesidad de subvención y suficiente arraigo. Son el Inglés, español, francés, portugués, alemán, italiano y añadimos el rumano, aunque su independencia sea menos sólida que en los otros casos.
Anglófonos en la universidad
Las diecisiete restantes son lenguas semi-independientes. Cubren la comunicación, pero no en su totalidad, pues para determinadas situaciones sus hablantes necesitan otra. Pertenecen a este grupo cinco lenguas germánicas noruego, sueco, danés y holandés e islandés, cuyos hablantes, casi mayoritariamente, añaden el inglés a su patrimonio como lengua materna sin que nadie lo imponga. Les interesa. Se enseña desde muy temprano en las escuelas y está presente en la universidad, en la cultura, en los negocios y en la televisión. Son con frecuencia anglófonos en la enseñanza universitaria los hablantes de polaco, checo, eslovaco, esloveno, croata, búlgaro, letón, lituano, estonio y húngaro, que se sirvieron del ruso en la época de la Unión Soviética y ahora cambian al inglés. Y gran presencia anglófona tiene el finés, y también el griego, que fue fuente de léxico para las lenguas europeas. Y añadiremos la única lengua semítica que se escribe con caracteres latinos, el maltés.
El resto de las lenguas de la UE son dependientes de otra que no es necesariamente el inglés. Sus hablantes necesitan utilizar dos lenguas en el día a día. Esta dependencia se instala en la mayoría de las lenguas del mundo. Carecen o tienen muy pocos hablantes monolingües. Los antepasados de los hablantes actuales añadieron una lengua a la propia para acercarse a los avances técnicos, sociales y culturales. La fuerza y utilidad de la añadida impide hoy recuperar la independencia de la condicionada. Los hablantes de sorbio y frisón se emparejan con el alemán. Los de provenzal, gascón, corso, bretón, alsaciano, vasco y catalán con el francés.
De la misma manera forman pareja con el italiano el sardo, friulano, napolitano-calabrés, siciliano, véneto, lombardo, piamontés y ligur. Y en España, no solo el catalán, gallego y vasco, sino también el asturiano y el aranés. Y en Portugal el mirandés. Y no son los únicos. La lengua indígena de los pueblos del norte de Finlandia (Laponia) es el sami, que tiene reconocimiento especial y es oficial en ciertos municipios del norte. Y en Polonia el casubio, lengua de la región de Pomerania, cerca de Gdańsk.
Y en Hungría y otros países el romaní. ¿Habría que concederle la categoría de oficiales a las lenguas dependientes de otra? ¿Tendrían que astillarse las conciencias de la UE porque no funda colegios y universidades para atender los derechos de los hablantes de turco? ¿Tendrían que añadir en Francia la enseñanza en árabe para los cuatro millones de franceses que lo utilizan en familia y en las mezquitas? Los grandes principios que pueden parecer moralmente intachables, pueden conducirnos hacia la ineficacia o la parálisis. Y sin embargo debemos actuar con respeto.
Hemos llegado al siglo XXI con este perfil, con los atuendos que conocemos, con los rasgos citados y no de otra manera más romántica o deseada. El ambilingüismo o uso diario de dos lenguas no es una moda contemporánea, sino una transición obligada en los cambios de lengua. La tendencia natural es que la lengua dependiente se debilite. Así sucede con el vasco y catalán hablados en el sur de Francia que se preparan para la extinción porque sus hablantes prefieren vivir en francés. Las lenguas condicionadas tienen la batalla perdida incluso en el caso de que se reconocieran como oficiales en la UE.
Y no pueden elegir
Mientras tanto los europeos, sin que nadie lo imponga, eligen el inglés como lengua vehicular porque las lenguas no funcionan con los sentimientos. Tan natural es el nacimiento de una flor como las lluvias torrenciales, y también la sombra de las lenguas fuertes sobre las débiles. Estas últimas van desapareciendo como las especies en medios hostiles y los paisajes en los cambios climáticos.
Los europeos que heredan en familia la lengua bretona o el calabrés, necesitan el francés o italiano respectivamente. Y los de catalán, el español. Y no pueden elegir. Son también lengua propia de sus hablantes de hecho y por derecho. Sería malintencionado decir que hay bretones o calabreses o catalanes que pueden construir su vida social solo en bretón, en calabrés o en catalán.
Dejemos que fluyan, que cada uno use y proyecte la lengua que más se acomode a sus necesidades, sin menospreciar ni marginar a la lengua que el vecino, con inteligencia o sin ella, considere que es más interesante usar en cada momento.
Cataluña
Los
nacionalistas acosan a una clínica oftalmológica por no atender en
catalán a una paciente
El Colegio de Médicos
respondió inmediatamente a la usuaria para facilitar un enlace y
poder hacer la correspondiente denuncia
Yolanda Canales.
Barcelona. el debate.
8 Julio 2025
Los radicales la han tomado ahora con el centro oftalmológico Institut Català de Retina (ICR) después de que una paciente denunciara que un médico no la quiso atender en catalán. Así lo ha denunciado en sus redes sociales, en un mensaje que se ha hecho viral, y que ha provocado airadas reacciones. Hasta el Colegio de Médicos de Barcelona respondió de forma inmediata, facilitando el enlace para «presentar una queja o reclamación por la actuación profesional de un médico colegiado».
Según denuncia esta usuaria, el doctor en cuestión, la expulsó a ella y a su hija de la consulta «por hablar catalán. Ofensivo y maleducado, no ha querido escucharnos diciendo que se acogía al derecho de uso de la lengua común». Avanza que ya ha presentado una queja al ICR y también habría presentado denuncia ante la Generalitat (que también respondió a través de X) y Plataforma per la Llengua, la llamada ONG del catalán.
Una de las reacciones más airadas es la de Santiago Espot, un activista independentista. Explica que el «protagonista» de la historia es un médico argentino «que se habría muerto de hambre si hubiera continuado en Argentina». Y, según él, lo que tendría que hacer este «energúmeno» es «besar los pies de esta madre y de esta hija y de todos los pacientes».
Considera que no es suficiente presentar denuncias para hacer valer los derechos lingüísticos de los catalanes, y para ello sería necesario defender la lengua «a capa y espada», también desde las administraciones. Y asegura que hay mecanismos para hacerlo y para «amargar» la vida a este centro oftalmológico, si permite que se repitan hechos como estos. Amargar a esta empresa en particular, pero, en general, a todas aquellas que vulneren, dice, esos derechos lingüísticos.
El que fuera vicepresidente del Parlament, Josep Costa ha lamentado que «mucho de lo que ocurre últimamente se explica por la simple idea de que somos un pueblo cansado de sufrir humillaciones, tanto de los enemigos como de los propios. En cada nuevo intento de humillación ves a más gente que se subleva y que se aferra a lo que sea que le permita recuperar algo de dignidad. Bien».
También ha llegado al insulto el actor Joel Joan, quien, como otros usuarios, ha señalado al profesional retuiteando o publicando su foto y ha puesto este mensaje: «el típico nazi-franquista de mierda. Te haremos caer, hijo de...». Eso sí, el doctor es de Argentina. En cualquier caso, los calificativos despectivos no han cesado. También alguna periodista considera que este médico «no puede seguir ejerciendo en Cataluña» y cree que estos profesionales que no entienden en catalán «deberían tener miedo».
Otros usuarios lo consideran catalanófobo, y también hay quien pide que «se le expulse» y que la empresa lo «despida» para contratar a «estupendos médicos catalanes». Pero ahí está uno de los problemas. Y lo ha reconocido el propio Colegio de Médicos. No hay suficientes facultativos y hay que contratarlos fuera de Cataluña e incluso fuera de España. Este déficit se debe, en parte, a la jubilación masiva de estos profesionales.
Pero es que también les ha molestado por «tibia» la reacción del ICR, que en un mensaje le ha explicado que «recogemos su queja. Estamos muy sensibilizados con la cuestión de la lengua y tomamos medidas en este sentido. Desde el servicio de atención al paciente nos pondremos en contacto con usted para manejar el tema».
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