Recortes de Prensa Martes 19 Agosto 2025

Trump y Zelenski acuerdan reunirse con Putin para cerrar un "acuerdo de paz"
Libertad Digital. 19 Agosto 2025


El presidente ucraniano evade responder sobre una posible cesión territorial para llegar a un acuerdo con Rusia.


El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo ucraniano, Volodimir Zelenski, han respaldado este lunes celebrar una reunión trilateral junto con el mandatario ruso, Vladimir Putin, para intentar cerrar un acuerdo de paz que ponga fin a la guerra de Ucrania, que comenzó en febrero de 2022.


"Creo que si todo sale bien hoy, tendremos una (reunión) trilateral y creo que (con ello) habrá una posibilidad razonable de terminar la guerra cuando lo hagamos", ha subrayado el presidente republicano frente a Zelenski desde el Despacho Oval.


En este sentido, Trump ha instado a trabajar tanto con Kiev como con Moscú para cerrar un acuerdo que permita poner fin a los combates en el frente ucraniano. "Vamos a tener una paz duradera. Espero que sea inmediata. Espero que no tengan que continuar (los ataques)", ha argüido el presidente estadounidense.


Asimismo, ha abogado por un acuerdo de paz más amplio en vez de por una tregua más corta. "Me gusta el concepto de un alto el fuego por una razón: porque se deja de matar gente inmediatamente", ha indicado, reiterando que espera que cesen los ataques.


Zelenski evita hablar de cesiones territoriales

Por su parte, Zelenski ha dicho que Ucrania "está lista" para llevar a cabo una reunión trilateral. "Creo que hemos demostrado que somos gente fuerte y apoyamos la idea de Estados Unidos, personalmente del presidente Trump, de detener esta guerra", ha resaltado en declaraciones a la prensa.


El mandatario ucraniano ha instado a proporcionar más armamento a Kiev, fundamentalmente baterías Patriot, a través de un programa financiado por aliados europeos, en medio de un aumento de los ataques por parte de Moscú. "Agradecemos este programa y esta oportunidad", ha dicho.


Por otro lado, preguntado por las garantía de seguridad a Kiev, Trump ha explicado que este punto todavía está en fase de negociación con los aliados de la OTAN, pero que Washington "se involucrará" en el proceso. "Lo vamos a discutir hoy, pero les brindaremos muy buena protección y seguridad", ha argüido.


Sin embargo, el presidente ucraniano ha evadido una respuesta directa a la cuestión de si está dispuesto a realizar cesiones territoriales para llegar a un acuerdo de paz con Rusia y prometió que se celebrarán elecciones en Ucrania tras un alto el fuego tan pronto como las condiciones lo permitan.


"Vivimos bajo ataques rusos constantes. Como Ustedes saben hoy ha habido muchos ataques y muchos heridos, con un niño entre los muertos, de un año y medio. Tenemos que poner fin a la guerra, detener a Rusia, y necesitamos apoyo", contestó a la pregunta de un reportero.


Llamada telefónica a Putin

El presidente de EEUU ha informado además de que mantendrá una conversación telefónica con Putin tras las reuniones que mantendrá durante la jornada con Zelenski y con el grupo de líderes europeos que le acompañan, entre los que se encuentra el presidente francés, Emmanuel Macron; el canciller alemán, Friedrich Merz; la primera ministra italiana, Giorgia Meloni; así como el secretario general de la OTAN, Mark Rutte.


Trump también ha elogiado durante la rueda de prensa a Zelenski por llevar un traje negro en lugar de su habitual ropa militar, tal y como criticó durante su última y bronca reunión en febrero. En la sala, junto a los dos líderes, estaban presentes el vicepresidente estadounidense, JD Vance; el secretario de Estado, Marco Rubio, así como el enviado especial, Steve Witkoff.


Al principio de la reunión, Zelenski ha compartido una carta de su esposa Olena para la primera dama estadounidense, Melania Trump, después de que esta tuviera el mismo gesto con Putin en una misiva en la que pedía poner fin al conflicto por el bien de los niños.


Washington reabre el tablero diplomático

Trump promete a Zelensnky garantizar militarmente la seguridad futura de Ucrania, si acepta el acuerdo territorial que exige Putin
El presidente estadounidense plantea al atribulado ucraniano un acuerdo territorial para poner fin al conflicto, prometiendo la seguridad ucraniana si Kiev acepta ceder Crimea y Donbás
Periodista Digital. 19 Agosto 2025

El tablero de la guerra en Ucrania ha vuelto a girar inesperadamente.


La reciente propuesta de Donald Trump a Volodímir Zelenski ha devuelto los focos a la negociación territorial como vía para terminar el conflicto.


El presidente estadounidense se ha comprometido públicamente a “garantizar la seguridad futura de Ucrania” si el país accede a un acuerdo con Vladímir Putin que incluya la cesión de Crimea y Donbás.


Trump no sólo ha puesto sobre la mesa una hoja de ruta concreta, sino que se ha ofrecido como mediador directo tras reunirse con el presidente ucraniano en Washington.


A día de hoy, 18 de agosto de 2025, el debate internacional gira en torno a las implicaciones de este posible pacto y las consecuencias para el equilibrio geopolítico en Europa del Este.


La reacción inicial del gobierno ucraniano ha sido de cautela, evitando declaraciones categóricas mientras se evalúa el calado del ofrecimiento estadounidense.


De convidados de piedra y en teoría valedores de Zelensky estuvieron siete líderes europeos.


Al socialista español Pedro Sánchez ni siquiera se le invitó.


El presidente ucraniano entregó al estadounidense una carta escrita por su esposa, Olena Zelenska, dirigida a Melania Trump.


La misiva fue un gesto de agradecimiento por la labor de Melania en defensa de los niños ucranianos afectados por la guerra, especialmente tras la carta que ell envió a Putin pidiendo la protección de los niños y el retorno de los menores ucranianos deportados


La clave: Crimea y Donbás, el núcleo del conflicto

Desde que Rusia anexionó Crimea en 2014 y avivó la insurgencia separatista en el este ucraniano, estos territorios han sido el epicentro del enfrentamiento.


Para Moscú, Donbás es “el objeto de deseo”, como lo define la prensa internacional, y mantenerlo bajo influencia rusa representa tanto una victoria estratégica como simbólica.


El control sobre estas regiones permite a Putin afianzar su poder interno y proyectar fuerza frente a Occidente.


Crimea alberga la estratégica base naval rusa en Sebastopol.

Donbás concentra recursos industriales clave y una población rusoparlante significativa.


Para Ucrania, renunciar oficialmente supondría reconocer un cambio de fronteras por la fuerza, sentando un peligroso precedente.

Sin embargo, la guerra ha desgastado profundamente a ambas partes, pero de forma más grave -como es lógico por sus dimensiones- a Ucrania.


Las líneas del frente, que apenas se habían movido durante los últimos meses, comienzan a curvarse a favor de los rusos.


Y el coste humano y económico sigue creciendo.


Trump reabre el tablero diplomático

La irrupción de Trump ha cambiado el tono habitual de Washington hacia Kiev.


Durante su encuentro con Zelenski, no solo le propuso un pacto territorial sino que elogió públicamente su “nuevo atuendo” y su disposición al diálogo.


En palabras del republicano: “Si eres valiente para cambiarte de ropa también puedes serlo para cambiar el destino de tu país”, frase que ha sido interpretada como una invitación a asumir riesgos políticos.


Trump asegura que, si Kiev acepta negociar con Putin desde la base de Crimea y Donbás para Rusia, él se comprometería personalmente a garantizar la seguridad futura ucraniana mediante:


Un tratado bilateral EEUU-Ucrania.

Apoyo militar sostenido frente a nuevas amenazas.

Integración acelerada en estructuras occidentales no militares.


El líder estadounidense sostiene que solo una solución negociada puede evitar una escalada mayor o el enquistamiento indefinido del conflicto.


Reacciones y escenarios posibles

Las primeras reacciones internacionales han sido variadas:


Europa se muestra dividida: algunos países centrales temen un debilitamiento del sistema de seguridad europeo si se acepta un rediseño forzado de fronteras.

Polonia y los países bálticos rechazan cualquier acuerdo que legitime las conquistas rusas.

Francia y Alemania piden prudencia pero ven en la propuesta un posible punto de partida para reducir la tensión.

En Ucrania, las voces críticas advierten del riesgo político que supone ceder ante Moscú tras años de resistencia y miles de bajas civiles y militares.


¿Qué puede ocurrir ahora?

La posición negociadora ucraniana dependerá en gran medida del respaldo que reciba tanto interna como externamente:


Si Kiev percibe aislamiento o fatiga occidental, podría verse presionado a negociar.

Si Trump gana las elecciones estadounidenses, su propuesta podría convertirse en política oficial.


Putin podría aprovechar cualquier apertura negociadora para exigir más concesiones o consolidar su control sobre los territorios ocupados.

Por otro lado, una negativa rotunda por parte de Zelenski podría enquistar aún más el conflicto o llevar al Kremlin a intensificar las hostilidades.


Escenario .. Riesgo principal .. Posible resultado

Acuerdo territorial.. Legitimación anexión rusa.. Seguridad garantizada pero pérdida territorial

Negativa ucraniana.. Prolongación guerra.. Fatiga internacional, más presión sobre Kiev

Negociación parcial.. Estancamiento.. Congelación conflicto sin acuerdo definitivo


El papel personalista de Trump

El protagonismo personal asumido por Trump añade un elemento inédito: por primera vez desde el inicio de la invasión rusa en 2022, un líder occidental plantea ejercer como mediador directo entre Kiev y Moscú. Trump promete reunirse con Putin “cara a cara” para buscar un entendimiento inmediato tras su hipotética vuelta al poder.


Este estilo rompe con la diplomacia multilateral tradicional e introduce nuevos riesgos: cualquier compromiso adquirido dependería en gran medida del propio Trump y su entorno inmediato, lo que genera incertidumbre sobre su viabilidad futura.


Un futuro incierto para Ucrania y Europa

La propuesta lanzada este lunes por Trump obliga tanto a Ucrania como al resto de Occidente a replantear sus estrategias. Si bien podría abrirse una ventana para poner fin al conflicto armado más sangriento en suelo europeo desde 1945, también podría sentar bases peligrosas para futuras crisis territoriales.


En este contexto fluido e incierto, todo apunta a que las próximas semanas serán cruciales. Mientras tanto, millones de ucranianos siguen pagando el precio diario de una guerra sin final claro. El desenlace aún está lejos pero hoy más que nunca depende del delicado equilibrio entre diplomacia, intereses nacionales y presión internacional.


Donbás, la región clave que enfrenta a Rusia y Ucrania
Ucrania se niega a ceder Donetsk porque allí reside su línea de defensa ante otra invasión rusa
Rostyslav Averchuk. Leópolis. la razon. 19 Agosto 2025

Las acciones rusas en Ucrania demuestran que Moscú no renuncia a sus planes. Mientras Washington presiona a Kiev para «poner fin a la guerra», las fuerzas rusas han intensificado sus ataques, dejando siete muertos en Járkov y tres en Zaporiyia.


Cinco drones rusos atacaron un edificio residencial de nueve pisos en Járkov, la segunda ciudad más grande de Ucrania, situada a 30 kilómetros de la frontera, a las 5 de la mañana, cuando los residentes dormían. Parte del edificio colapsó, sepultando a sus habitantes bajo el hormigón y matando al menos a siete personas, incluida una bebé de año y medio, según las autoridades locales. En Zaporiyia, otra gran ciudad, tres personas murieron y 30 resultaron heridas, mientras que drones rusos también destruyeron un edificio universitario en Sumi. «Este fue un ataque ruso absolutamente deliberado y cínico», reaccionó Volodimir Zelenski, señalando que Rusia buscaba aumentar la presión sobre Ucrania antes de la reunión en Washington.


Rusia también está movilizando sus reservas a lo largo del frente mientras se prepara para intensificar su ofensiva en el sur de Ucrania, en la región de Zaporiyia, según Oleksandr Sirski, comandante en jefe del Ejército ucraniano, en una entrevista. Señaló que tras sufrir una «derrota»en la región de Sumi, donde las fuerzas ucranianas recuperaron recientemente parte del territorio perdido en la ofensiva rusa de primavera, Rusia sigue decidida a capturar por completo las regiones que considera suyas tras un referéndum ilegal en 2022. Ucrania aún controla alrededor del 1% de la región de Lugansk, así como aproximadamente el 30% de Donetsk y porcentajes similares de las regiones de Jersón y Zaporiyia.


El foco de los ataques rusos sigue siendo Donetsk, un centro industrial de un tamaño algo menor al de Cataluña, donde la ciudad de Pokrovsk es el objetivo clave. Tras no lograr capturar la ciudad en meses de asaltos frontales, Rusia intenta ahora cortar sus líneas logísticas. Aunque Moscú avanza lentamente en algunas zonas, el destino de la ciudad está lejos de estar sellado, cree Sirski, que recuerda que se predijo que caería ya en 2024.


Incluso si Pokrovsk cae, el ejército invasor enfrentará una ardua batalla por el cinturón de ciudades fuertemente fortificadas, incluidas Druzhkivka, Sloviansk y Kramatorsk, que han resistido la captura durante más de once años de combates en Donetsk. Rusia preferiría obtenerlas sin lucha, ahorrando cientos de miles de vidas de sus soldados y recursos incontables.


Si Rusia obtuviera estos territorios, sus fuerzas avanzarían unos 82 kilómetros hacia el oeste, una distancia que, de otro modo, les tomaría años capturar, según analistas militares. Ucrania perdería las defensas que ha estado construyendo desde 2014, tras la recuperación de Sloviansk desde las manos de grupos de operativos secretos rusos. En su lugar, tendría que invertir miles de millones en nuevas líneas defensivas en condiciones mucho menos favorables en las regiones cercanas de Járkov y Dnipropetrovsk, según el Instituto para el Estudio de la Guerra.


Además de la falta de recursos, organizar la defensa allí sería un desafío. El terreno ofrece menos obstáculos naturales, como ríos, que frenan o limitan los avances rusos en Donetsk. Hay menos ciudades y pueblos con grandes plantas industriales que han servido como fortalezas para los soldados ucranianos en la región oriental.


Desde Sloviansk y Kramatorsk, Rusia podría amenazar Izium, una ciudad clave en la región de Járkov, liberada por Ucrania en septiembre de 2022. Si esto ocurre, Rusia tendría pocos obstáculos en su camino hacia la capital regional. Con Pokrovsk y el resto de Donetsk bajo control, Rusia también podría centrarse en invadir Dnipropetrovsk, llegando potencialmente al centro de Ucrania.


Ceder Donetsk también sería un duro golpe para la moral del Ejército ucraniano, que cuestionaría el esfuerzo invertido en la lucha por esta región si se entregaran al enemigo 6.000 kilómetros cuadrados del territorio con tanta facilidad.


Nada sugiere que Rusia esté dispuesta a abandonar sus planes de subyugar a Ucrania. Si obtiene Donetsk, tendrá una posición mucho más fuerte para lanzar un nuevo ataque cuando perciba una oportunidad, mientras que Ucrania quedaría debilitada y tambaleándose por no haber salvado esta zona, hogar de casi 400.000 personas antes de la invasión, muchas de las cuales aún permanecen allí.


Pararle los pies a Putin
La paz justa pasa por garantizar la soberanía, la integridad territorial y la independencia de Ucrania

Gorka Maneiro. Vozpópuli. 19 Agosto 2025


Los aplausos que Donald Trump dedicó a Vladimir Putin este pasado viernes en su recepción en la base militar de Anchorage en Alaska no son un buen presagio de lo que pueda deparar el futuro en relación a Ucrania, que sigue peleando democráticamente por zafarse de las garras del criminal ruso. Ni los aplausos ni la alfombra roja por la que el autócrata caminó antes de estrechar la mano del presidente norteamericano son una buena noticia para el mundo libre sino todo lo contrario: son una ignominia para cualquier demócrata que se precie, y suponen, de facto, y a la espera de lo que nos deparen las futuras negociaciones que se sigan fraguando, la rehabilitación de Putin en la esfera internacional, el autócrata ruso sobre el que pesa una orden de arresto de la Corte Penal Internacional por los crímenes cometidos en suelo ucraniano durante estos más de tres años de invasión ilegal e ilegítima. Y ello sin contar el resto de crímenes cometidos en otros países y en el suyo propio, donde cualquiera que le lleve públicamente la contraria aparece muerto.


Esto en relación a las formas, que en democracia son esenciales; en cuanto al fondo y al contenido de lo que en Alaska se trató, la cosa puede ser todavía más hiriente y peor. De momento, lo que ya sabemos es que Trump, un narcisista sin conocimientos históricos, que cambia de opinión constantemente y que no respeta los mínimos procedimientos diplomáticos y democráticos, ha promovido y protagonizado nada menos que una negociación sobre el futuro de Ucrania sin el presidente democrático del país invadido, pero con el criminal que lo ha ocupado a sangre y fuego, al que además recibió con honores, como si fuera un dirigente democrático. Además, aceptó negociar un acuerdo en los términos que Putin viene defendiendo desde que inició su ofensiva expansionista, y ha desechado la exigencia de un alto el fuego para negociar una paz que pueda llamarse de tal forma sin que se nos caiga la cara de vergüenza. Justo lo que Putin pretendía. Y todo para tratar de obtener réditos políticos y económicos en su beneficio. No es sólo un mal presagio para el futuro de Ucrania sino para el futuro de toda Europa.


Ya nadie cuenta con Sánchez

Tras la reunión de Alaska, Trump citó a Zelenski en la Casa Blanca, adonde acudió este lunes apoyado por los principales países occidentales. Ante el panorama que se cierne sobre Europa y con el objetivo de que Putin no salga victorioso de su invasión de Ucrania, los principales líderes europeos consensuaron su posición, otra vez sin el paria Sánchez, que no pinta nada en el concierto internacional, alrededor de dos principios democráticos muy sencillos de entender: que Kiev tenga la última palabra sobre sus territorios y que Moscú no pueda vetar su ingreso en la UE y en la OTAN. A la cita, el ucraniano acudió respaldado por una delegación europea formada por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el secretario general de la OTAN, Mark Rütte, los presidentes de Francia y Finlandia, Emmanuel Macron y Alexander Stubb, y los jefes de Gobierno de Alemania, Reino Unido e Italia, Friedrich Merz, Keir Starmer y Giorgia Meloni. Con Sánchez, un apestado, ya nadie cuenta.


Una de las exigencias de Putin es la anexión de territorios que no son suyos y que ha ocupado por la fuerza, lo que supondría, de facto, la rendición de Ucrania. Sin embargo, la ruptura de la unidad territorial de Ucrania es inasumible e inaceptable desde un punto de vista democrático, más si se tienen en cuenta los miles y miles de muertos provocados por Putin para lograr ese objetivo. Rusia pretendía desde el inicio hacerse con todo o al menos parte del territorio ucraniano, su desarme, su renuncia a entrar en la OTAN y un cambio de gobierno, o sea, la rusificación obligatoria de Ucrania y la sustitución de Zelenski por un títere a su servicio, todo lo cual vuelve a estar encima de la mesa por obra y gracia de Trump, que ha logrado acabar con el aislamiento internacional del criminal ruso. El inquilino de la Casa Blanca quiere que Zelenski acepte las exigencias de Putin porque "Rusia es una potencia muy grande, y ellos no", o sea, que impere la ley de la fuerza. Y es lo que las potencias europeas deben tratar de impedir, por decencia democrática y para defender sus propios intereses geoestratégicos, que esta vez coinciden. Y para que la historia no se repita.


La conversación de Trump con Putin en Alaska vino a ser como la de Chamberlain con Hitler y su política de apaciguamiento con quien no quiere apaciguarse, sino engañarte y seguir ampliando su territorio por la fuerza de las armas. Entonces fue la entrega de los Sudetes checoslovacos a la Alemania nazi, que ya se había adueñado de otros territorios, para que no invadiera el resto de Checoslovaquia ni atacara a otros países europeos, cosa que terminó haciendo, lo que dio lugar a la Segunda Guerra Mundial, el mayor conflicto de la historia. Ahora Putin pretende que Ucrania le entregue el Donbás tras ocupar Crimea, que ya considera suya, a cambio de dejar de bombardear a civiles y conquistar más territorio. Y Trump no ha dicho que no, lo cual da alas a Putin.


Zelenski y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ya adelantaron que es imposible que Ucrania entregue voluntariamente parte de su territorio a Rusia. Y el resto de líderes del mundo libre deberían insistir en esa idea. Ayer, hoy y mañana, porque Europa se juega mucho y Putin no ha alcanzado aún la victoria que ansía. Y es buen momento para que alce la voz y dé un golpe encima de la mesa para parar a Putin. En la guerra se dirime la defensa de la democracia liberal frente a la brutalidad de las autocracias y los dictadores que pululan por el mundo. La paz justa pasa por garantizar la soberanía, la integridad territorial y la independencia de Ucrania. Si no se garantiza, la historia puede volver a repetirse. Y Europa volverá a estar en peligro.


Trump quiere imponer una reunión a tres con Zelenski y Putin para que Ucrania ceda a cambio de paz
El presidente estadounidense ha asegurado que hay que discutir "posibles intercambios de territorio" en Ucrania
Guillermo Rodríguez Pérez. Vozpópuli. 19 Agosto 2025

Donald Trump ha interrumpido la reunión que mantiene con Volodimir Zelenski y otros líderes europeos en la Casa Blanca para llamar a Vladimir Putin, según el diario alemán Bild.


El mandatario estadounidense afirmó, tras su reunión bilateral con Zelenski, que llamaría al presidente ruso -con quien se vio hace unos días en Alaska- para avanzar en las negociaciones de paz en Ucrania. Sin embargo, ha realizado la llamada en mitad de la reunión con los demás líderes europeos, que ha finalizado poco después.


Donald Trump y Volodimir Zelenski han protagonizado este lunes un nuevo encuentro en la Casa Blanca, donde Trump anticipaba "gran día". En su primera rueda de prensa conjunta, antes de la reunión, Trump ha asegurado que este "no es el final del camino, están matando gente y queremos detenerlo", y que queda mucho trabajo por hacer; por su parte, Zelenski ha asegurado que la meta principal es "parar a Rusia" para que termine esta guerra.


"Creo que hemos tenido una muy buena conversación con Trump. Muy buena. Realmente ha sido la mejor. O, perdón, quizás la mejor será en el futuro. Pero ha sido muy buena", ha declarado posteriormente Zelenski junto a los líderes europeos.


La primera imagen que ambos han trasladado, contestando a las preguntas de los periodistas, es de cordialidad. Incluso entre chascarrillos, uno de los reporteros ha elogiado el traje de Zelenski; ese mismo periodista criticó duramente al presidente ucraniano en su anterior visita a la Casa Blanca por no ir vestido con un traje y sí hacerlo con ropa militar.


Trump ha asegurado a los periodistas que "si todo va bien hoy" podrá celebrarse una cumbre a tres bandas entre ambos mandatarios y Putin para tratar de alcanzar la paz en Ucrania. "Creo que si todo sale bien hoy, tendremos una trilateral. Y creo que habrá una posibilidad razonable de terminar la guerra cuando lo hagamos".


"Soy optimista de que, colectivamente, podemos llegar a un acuerdo", ha dicho más tarde Trump junto a los líderes europeos. "Creo que en las últimas dos semanas probablemente hemos avanzado más en el fin de esta guerra que en los últimos tres años y medio", ha apostillado.


Posibles intercambios de territorios

Zelenski ha asegurado que Ucrania "está lista" para llevar a cabo una reunión trilateral. "Creo que hemos demostrado que somos gente fuerte y apoyamos la idea de Estados Unidos, personalmente del presidente Trump, de detener esta guerra".


Ademas, Trump ha asegurado que es necesario hablar de "posibles intercambios" de territorio en Ucrania, en referencia a las exigencias planteadas por Moscú para alcanzar la paz. "Debemos discutir los posibles intercambios de territorio, considerando la línea de contacto actual. Esto significa la zona de guerra, las líneas de guerra que son bastante obvias, y muy tristes, de hecho".



Entre medias, Trump ha aprovechado para sacar pecho sobre las medidas de seguridad que ha impuesto en Washington D.C. para hacerlo "safe again" ("seguro de nuevo"), con un eslogan en referencia a su lema de campaña de "Hacer America Great Again" ("Hacer Estados Unidos grande de nuevo").


Un ejército de aliados europeos con Zelesnki

Zelenski ha acudido a la capital estadounidense arropado por un grupo de líderes europeos aliados. Esta cita viene poco después del encuentro que mantuvieron Trump y el presidente ruso Vladimir Putin en Alaska, donde el estadounidense compró el marco del ruso sobre la ofensiva en Ucrania, un precedente que no deja nada fácil a Zelenski en este encuentro.


Además, el líder ucraniano ya pasó bajo la apisonadora de Trump en su visita de hace unos meses, donde le abroncó tras la reunión delante de los periodistas y quienes seguían el encuentro.


Sin embargo, esta vez, Zelenski no acude solo: se ha armado de un ejército de aliados europeos como la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, el canciller alemán, Friedrich Merz, los presidentes de Francia, Emmanuel Macron, de Finlandia, Alexander Stubb, la jefa del Gobierno italiano, Giorgia Meloni, el primer ministro británico, Keir Stamer, y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte.


"Nunca hemos tenido a tantos líderes europeos al mismo tiempo. ¡Es un gran honor!", ha proclamado Trump en su cuenta de la red Truth Social, desde la que ha señalado que ahora están por ver "cuáles serán los resultados" de esta inédita cita.


"Obligar a Rusia a la paz mediante la fuerza"

Por su parte, Zelensky ha agradecido al General Keith Kellogg, enviado de EEUU para Ucrania, "la reunión y el trabajo conjunto con nuestro equipo". "Esta es la primera reunión en este formato y es muy seria. Cuando se habla de paz para un país europeo, significa paz para toda Europa. Estamos dispuestos a seguir trabajando con el máximo esfuerzo para poner fin a la guerra y garantizar una seguridad fiable", ha añadido.


"Hablamos de la situación en el campo de batalla y de nuestra sólida capacidad diplomática: la de Ucrania, la de toda Europa y la de Estados Unidos. Solo se puede obligar a Rusia a la paz mediante la fuerza, y el presidente Trump la tiene. Tenemos que hacer todo lo posible para que la paz sea una realidad", ha dicho Zelenski.


Previamente, Kellogg ha tenido un encuentro con Rutte, el embajador estadounidense en la OTAN Matt Whitaker.


Las cinco claves de la reunión de Trump con Zelenski y los dirigentes europeos
Aunque no hubo ningún resultado concreto, sí se avanzó en varios temas de cara a un alto el fuego en Ucrania
​Hugo Marugán. el debate. 19 Agosto 2025

Después de la cumbre del pasado viernes en Alaska entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo ruso, Vladimir Putin, los acontecimientos se están acelerando hacia un acuerdo de paz en Ucrania. Ayer, la reunión multilateral que se celebró en Washington entre el propio Trump, Volodimir Zelenski y hasta siete líderes europeos (Ursula von der Leyen, Mark Rutte, Friedrich Merz, Keir Starmer, Emmanuel Macron, Giorgia Meloni y Alexander Stubb) no finalizó con ningún resultado concreto ni inminente, pero sí pasos hacia la paz y un acuerdo.


Esta cumbre, que se alargó durante más de cuatro horas y se dividió en dos bloques —primero una reunión de Trump con Zelenski en solitario, y luego otra más a la que se unieron los dirigentes europeos—, sigue sin resolver las causas del conflicto y las distancias, aparentemente insalvables, que alejan a Rusia y Ucrania. Hubo avances, pero, aunque Trump aseguró en el inicio que esperaba un resultado esa misma noche, eso tendrá que esperar.


Una cumbre trilateral con Putin y Zelenski

El avance más palpable, tal como avanzó el propio Trump en su red social, Truth, es que se espera, en un plazo de dos semanas, una cumbre trilateral entre los mandatarios de Estados Unidos, Rusia y Ucrania, un requisito indispensable para la paz. Según avanzó el anfitrión en la Casa Blanca, «llamé a Putin y comencé los preparativos para una reunión, en un lugar aún por determinar, entre Putin y Zelenski. Después de que esa reunión tenga lugar, habrá una trilateral entre ellos dos y yo».


Posteriormente, en una rueda de prensa, Zelenski confirmó que espera una reunión «sin condiciones» con Putin en las próximas dos semanas. «Es posible que para que esto se requiera de la presión de Estados Unidos», añadió el líder ucraniano. Desde Moscú, donde llevan meses bloqueando cualquier posibilidad de reunión entre los mandatarios, los comentarios se limitaron a un mensaje del asesor del Kremlin, Yuri Ushakov, que aseguró que, durante la llamada entre Putin y Trump, se barajó «explorar la posibilidad de elevar el nivel de representantes de las delegaciones».


Alto el fuego previo, ¿sí o no?

Uno de los puntos discordantes entre los presentes ayer fue si es necesario declarar un alto el fuego antes de que las reuniones entre Putin y Zelenski tengan lugar. En las reuniones que ha tenido estos días el líder ucraniano con los dirigentes europeos se ha abordado este paso como algo esencial si se quiere avanzar hacia la paz, y así lo expusieron ayer, especialmente el canciller alemán, Friedrich Merz, y el presidente francés, Emmanuel Macron.


Sin embargo, Trump no confirmó en ningún momento que dicho alto el fuego tenga que producirse, afirmó que «no sabe si es necesario» y se limitó a decir que es necesario que los dirigentes de Rusia y Ucrania se encuentren lo antes posible. En su reunión con Putin en Alaska, el mandatario ruso ya expuso su condición para congelar la línea del frente: el reconocimiento de Ucrania del Donbás como territorio ruso.


Las garantías de seguridad para Kiev

Uno de los aspectos en los que más se avanzó fue en las garantías de seguridad para Ucrania en caso de futuros ataques rusos. Trump confirmó a Zelenski que Estados Unidos ayudará a garantizar la seguridad de Ucrania y, cuando fue preguntado por la prensa, no descartó que dichas garantías incluyan tropas estadounidenses en el terreno.


En una rueda de prensa posterior, Zelenski afirmó que parte de la garantía de seguridad implicaría un acuerdo de armas por valor de 90.000 millones de dólares (algo más de 77.200 millones de euros) en armamento del país norteamericano a través de la financiación de aliados europeos, a cambio de las comentadas garantías de seguridad. Por su parte, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, aseguró que las garantías de seguridad para Ucrania tomarán como «modelo» el Artículo 5 de la OTAN, que establece el principio de defensa mutua entre sus miembros.


Rusia, que insiste en sus condiciones en negar la entrada de Ucrania en la OTAN, rechazó rotundamente el emplazamiento de fuerzas de la OTAN en Ucrania tras un eventual cese el fuego.


Los esfuerzos de Zelenski para contentar a Trump

Una de las grandes prioridades del presidente ucraniano era evitar a toda costa lo vivido hace seis meses, cuando su visita a la Casa Blanca acabó en una bronca televisada en vivo con Trump y el vicepresidente J.D. Vance. Buscando todos los medios para evitar un destino similar, esta vez el mandatario viajó a la capital estadounidense acompañado de varios líderes europeos, quienes le ofrecieron varios consejos para tratar con el líder republicano.


Uno de esos consejos fue cambiar la vestimenta, para evitar lo vivido en febreró cuando se le reprochó su estilo informal. Zelenski llegó a la Casa Blanca vistiendo una chaqueta oscura, lo que causó buena impresión de primeras a Trump. Además, los europeos también recomendaron al ucraniano ofrecer cumplidos constantes al estadounidense y darle algún regalo. Dicho y hecho. Zelenski aseguró en repetidas ocasiones lo «agradecido» que estaba por los esfuerzos de Trump para acabar el conflicto y le dio una carta escrita por su mujer, Olena Zelenska, para la mujer de Trump, Melania, de quien también se deshizo en elogios.


¿Cederá Ucrania territorio?

El elefante en la habitación presente en todo momento en la reunión, y que los presentes rechazaron comentar directamente, es si Zelesnki estaría dispuesto a ceder territorio a Rusia. Es la condición que ponen desde Moscú para congelar la línea del frente, el reconocimiento de la soberanía rusa en el Donbás, es decir, las provincias de Lugansk, casi por completo bajo control ruso en la actualidad, y de Donetsk, que las tropas rusas controlan en un 70 % aproximadamente.


Que Ucrania se abra a ceder estos territorios sería también una de las condiciones que le habría puesto Trump para ofrecer las garantías de seguridad. Sea como fuere, Zelenski no está capacitado para tomar una decisión así, pues la Constitución ucraniana se lo prohíbe. Un ejemplo claro de que, aunque se ha avanzado hacia la paz, el camino hacia la misma sigue siendo largo y tortuoso.


La tercera humillación
Florentino Portero. el debate. 19 Agosto 2025

Las hemerotecas de todo Occidente recogen la preocupación que la cumbre ruso-americana convocada en Alaska había despertado. Nadie confiaba en Trump, por eso a nadie le ha sorprendido el resultado. Temíamos un desastre y ocurrió, con el agravante del ridículo de tender la alfombra roja al agresor y de humillar a la víctima y a los aliados. Rusia ha sido reconocida como un actor responsable con el que hay que entenderse a cambio de humo. Putin no se ha comprometido a nada.


Rusia decidió atacar por tercera vez a Ucrania, en esta ocasión de manera definitiva, cuando consideró que no había elementos disuasorios que aconsejaran mayor prudencia. El vínculo trasatlántico estaba en crisis; los europeos no habían reaccionado ante los sucesos de Moldavia, Georgia, Crimea y Donbás; Francia y Alemania se encontraban en procesos electorales; Alemania dependía del gas ruso y nadie quería líos con Rusia, mucho menos por un Estado como Ucrania, corrupto e inestable. Rusia cometió todos los errores imaginables. Su despliegue militar fue bochornoso, su número de bajas una auténtica vergüenza, empujó a estados como Finlandia y Suecia a entrar en la OTAN y a Alemania a revisar en profundidad los fundamentos de su acción exterior. Siendo todo esto cierto, la gente de Putin acertó en lo fundamental: los estados occidentales no harían nada definitivo para ayudar a Ucrania.


Con Biden en la Casa Blanca una OTAN comprometida formalmente con la defensa del territorio de soberanía ucraniano se limitó a tratar de desgastar a Rusia, el estado con mayor capacidad de resistencia del mundo, que además contaba ya con el pleno respaldo de China. Con Trump ni siquiera eso. Hoy Estados Unidos ha abandonado los principios rectores de su acción exterior, seguidos desde la postguerra mundial, para retrotraerse a un tiempo pasado que no fue mejor. Nacionalismo, neomercantilismo y proteccionismo son las armas con las que quiere defender sus intereses nacionales en un entorno definido por la globalización y la Revolución Digital. Prescinde de los aliados, ya convertidos en potenciales vasallos, para mantener un pulso directo con China, preocupado por disponer de los suministros necesarios para poder producir y del acceso a los mercados donde situar sus productos.


Para la Administración norteamericana Ucrania es un estorbo a la hora de reanudar las relaciones con Rusia, importantes para llegar a acuerdos sobre el Ártico que eviten un conflicto indeseable; poder acceder a las ingentes reservas de materias primas, en especial tierras raras; y, en la medida de lo posible, revertir el hoy íntimo vínculo establecido entre China y Rusia. La negociación iniciada por el equipo de Trump con el Gobierno de Moscú pasará a la historia como un ejemplo de ignorancia y soberbia. Personas no cualificadas han llevado el peso de unas conversaciones que tuvieron como único resultado convencer a las elites moscovitas de que se encontraban ante el mejor escenario imaginable. Los diplomáticos rusos han administrado la golosina de unas mejores expectativas comerciales para mantenerse firmes en la cuestión ucraniana. Putin no ha variado su posición desde el 2022, prueba de su profesionalidad, en contraste con el papel representado por un lamentable grupo de aventureros norteamericanos. El resultado está a la vista, Trump ya ha aceptado el grueso del argumentario ruso: Ucrania deberá ser dividida y lo que quede no podrá entrar en la OTAN.


Europa fue humillada por Estados Unidos en la cumbre Atlántica de La Haya, con la exigencia de un arbitrario 5% sobre PIB de inversión en defensa. Una humillación merecida, pero que no dejaba lugar a dudas sobre el estado en que la Alianza se encontraba. Fue de nuevo humillada, esta vez con mucha menos razón, con la imposición de un marco arancelario igualmente arbitrario. En Alaska, por tercera vez, asistimos a otra humillación, en esta ocasión por el incumplimiento norteamericano de una política acordada entre los estados de ambas orillas del Atlántico. Nuestra responsabilidad es grande, porque enviamos a Rusia el mensaje equivocado, al tiempo que prescindimos del necesario dispositivo de disuasión. No se trata de descargar la responsabilidad en el atrabiliario equipo de Trump sino de reconocer que el vínculo trasatlántico está irremediablemente dañado y que el futuro está sólo en nuestras manos.


Necesitamos una defensa que garantice nuestra independencia y una economía plenamente integrada en la Revolución Digital. En el mejor de los casos tardaremos años en conseguirlo, pero la alternativa es la decadencia, con el consiguiente fin de nuestro modelo de Estado de bienestar y de nuestra propia independencia. Por ahora nuestros dirigentes tratan de ganar tiempo. Es comprensible, pero no suficiente. Necesitamos urgentemente una estrategia conjunta para salir del agujero en el que libre y estúpidamente nos hemos metido.


Puro Sánchez, pura infamia
Antonio Pérez Henares. el debate. 19 Agosto 2025

Su comportamiento queda aquilatado y definido a la perfección por aquel «Si quieren ayuda que la pidan» pronunciado cuando la dana y reiterado ahora ante el fuego devastador por boca de su lacayo Marlaska. Esa frase retrata su doctrina, su miseria personal y su despreciable concepto del poder


La cronología de la infamia perpetrada por Sánchez estas dos semanas infernales de fuego y destrucción desatadas dejan una diáfana conclusión para quienes no están abducidos y convertidos ya en secta político-caudillista: este tipo solo es presidente del Gobierno de España para venderla a cachos y poder seguir durmiendo en Moncloa y vacacionar en la Mareta como un emir, pero que deja de serlo en cuanto llega la calamidad. Entonces abjura de su deber de socorrer a la población, se encueva cobardemente y espera a ver cómo le puede cargar los muertos a los demás. Lo hizo con la riada y lo ha hecho y lo seguirá haciendo ahora con los terroríficos incendios que están socarrando nuestra patria.


Su comportamiento queda aquilatado y definido a la perfección por aquel «Si quieren ayuda que la pidan» pronunciado cuando la dana y reiterado ahora ante el fuego devastador por boca de su lacayo Marlaska. Esa frase retrata su doctrina, su miseria personal y su despreciable concepto del poder. Tanto la suya como la de todo su gobierno y sus cómplices.


La secuencia la comenzó, ¿como no?, su mulo cocero favorito, Óscar Puente, cuando las llamas ya comenzaban a arreciar hace dos semanas, insultando y señalando por doquier y exculpándose de cualquier responsabilidad como Gobierno. Completaría su participación en la trama acompañado del otro gran cachicán del Ejecutivo, Bolaños, compareciendo impolutos como dos blancos palomos cuyas trazas y acicalamiento dejaban claro, es sarcasmo, que venían de primera línea de fuego y de pelear a brazo partido contra las llamas. Los tizonazos y el sudor por el esfuerzo prueban su coraje y que se estaban «dejando la piel» en «la lucha final». Vamos, lo mismito que su Amado Líder hacía sin tregua ni descanso en «su» palacio de Lanzarote. Me vino a la cabeza, como niño de pueblo que fui un día y de la que saco aún hoy mucha enseñanza, que si asomaran por alguno de los muchos lugares que están sufriendo en sus carnes, bienes y tierras la tragedia, lo suyo sería tirarlos al pilón. Sin agua, claro está, que esa es muy necesaria y ahora más que nunca para cosas útiles.


El siguiente paso fue lanzar como argumentario la patraña que el ínclito emir de la Mareta no podía decretar el grado 3 de emergencia si no se lo pedían las CC.AA. Mentira cochina. Puede hacerlo de motu proprio él y también incluso el ministro del Interior. Y la petición no solo puede hacerla una comunidad, que de hecho la hicieron tres sin que les hicieran caso alguno, sino su propio delegado del Gobierno en cualquiera de ellas.


No lo hizo y sigue sin hacerlo, sencillamente porque no le da la gana y como con la dana por miserable y ruin cálculo político. Y esa fue la orden dada a sus capataces ministeriales. Y con ello, la falsa imposibilidad de actuar como consigna, el paso siguiente del sanchismo fue lanzar a todos sus orcos a las redes a berrear contra todo aquel que osara señalar la evidencia de la total dejación de funciones de su Amado Líder y presunto presidente del Gobierno de España ante la tragedia que ese terrible agosto de 2025 está socarrando a España.


Pero al igual que los incendios se multiplicaron y su descontrol sembró el pánico a ellos también se les escaparon de las manos. El grado de repulsa creció a la misma velocidad que el galope de las llamas. Y al fin, al percibir lo que actitud provocaba, decidió por fin abandonar el palacio y activar el botón de las promesas, de las ampulosas soflamas de grandes pactos de ya te veré mañana contra cambios climáticos cuando ahora lo perentorio es apagar las amenazantes y colosales piras y poner en prisión a quienes en muchos casos las han provocado intencionadamente. Que esa es otra e igualmente horrorosa verdad que parece quererse ocultar también.


Finalmente Pedro Sánchez hizo el enorme sacrificio de comparecer en carne mortal pero tan alejado de las mortales gentes cuanto pudo para conceder algunas migajas y aceptar hacer lo que no quiso hacer y que se le llevaba exigiendo hacía largos días. Conceder que, amen de la UME, se incorporaran algunas unidades más del Ejercito. Y tras ello volvió a sus vacaciones y a rumiar cómo logra, es su objetivo principal ahora, denlo por seguro, descargarse de toda responsabilidad y cargar a los demás el desastre y los muertos.


Como siempre, puro Sánchez. Pura infamia. Porque no puede calificarse de otra manera el incumplimiento del deber de un gobernante, y el lo es al nivel máximo de nuestra nación, de socorrer a sus habitantes en los momentos de tribulación y angustia. Pero eso no va con este Pedro. Su prioridad es, de principio a fin, él y solo él mismo.


Historia de un insulto
Luis Ventoso. el debate. 19 Agosto 2025

Pasará a los anales del escaqueo y la irresponsabilidad. El 2 de agosto, Sánchez se recluyó en el palacete estatal La Mareta para relajarse de su agobio corrupto y ponerse moreno con la quíntuple imputada y la prole. Una especie de pulsera de todo incluido a cargo de nuestros impuestos (también para sus padres). Solo tres días después sufríamos ya serios incendios forestales en Ponteceso y Vilardebós (Galicia), y en La Bañeza, Zamora y el sur de Badajoz.


El domingo 10 de agosto se quemaron en un solo día 46.599 hectáreas, en gran medida por un pavoroso fuego entre León y Zamora. ¿Qué hacía el Gobierno al respecto? Nada. Estaban todos desconectados, como su jefe. Se habían largado y habían dejado de guardia a la ministra de la Seguridad Social, que es tan ducha que a esas horas sudaba para llevar a diez menores inmigrantes de Canarias a Gijón.


El día 11 sufríamos incendios en Las Médulas, Zamora, Ávila, Palencia y Tarifa. El problema comenzaba a copar los informativos. ¿Qué hacía el Gobierno? Todavía nada. Bueno, sí hacía algo: insultar. El día 11, para paliar su lamentable inhibición ante las averías ferroviarias recurrentes, que lo pillaron de fiestuqui y subiendo fotos de fuegos artificiales, al ministro mamporrero Óscar Puente no se le ocurrió nada mejor que salir a darle caña a Mañueco con unos chistecillos sobre los incendios.


El 13 de agosto, el Gobierno de la propaganda comienza a darse cuenta de que está dando el cante con su desdén ante los incendios. Toca disimular, fingir que hacemos. Bolaños, de vacaciones desde el día 2 como su jefe, y Puente comparecen vestidos de turistas bajo un viaducto almeriense, cerca de su lugar de asueto. Le dan cera al PP y alardean de que las crisis «siempre cogen a este Gobierno trabajando», un insulto a la inteligencia, pues la reacción sistemática de Sánchez consiste en arrendárselas a las comunidades.


Ese mismo día, Sara Aagesen, la vice posh, la de Transición Ecológica, ofrece su canutazo a los medios desde Vejer de la Frontera, delatando así que está por allí de vacaciones. En la comparecencia, la diva aclara que no piensa acudir a las zonas que se están quemando. No está para esas menudencias.


Marlaska disimula concediendo breves entrevistas en vídeo en medios públicos oficialistas, en las que aparece colorado y despechugado (evidentemente también en la tumbona y con pocas ganas de volver al tajo).


Sánchez tarda cinco días en tener a bien sentarse ante un ordenador y asistir a una reunión de coordinación. Para acudir a las zonas castigadas necesita ocho días. Lo hace con una gira relámpago y blindada, sin acercarse a los vecinos desesperados, por miedo a los abucheos.


En su comparecencia, el presidente más divisivo que hemos tenido aboga por un gran «pacto de Estado contra la emergencia climática». La frase puede parecer solemne, elevada. Pero si se disecciona resulta una estupidez hueca. ¿En qué consiste un «pacto de Estado contra la emergencia climática»? ¿Van a ponerse de acuerdo PSOE, PP y los separatistas para bombardear las centrales térmicas que siguen abriendo los chinos? ¿Va Sánchez a apagar el Falcón y el Puma para no contaminar? ¿Puede un país de 48 millones de habitantes hacer algo que marque diferencias ante lo que él llama «emergencia climática»? Evidentemente, no.


Lo que sí podría hacer es:


–Ejercer de presidente: declarar la emergencia máxima y tomar el mando.


–Movilizar por completo al Ejército (han ardido ya 300.000 hectáreas, se ha quemado el 9% de la provincia de Orense, y en Zamora, León y Extremadura la situación es atroz).


–Visto que la UME está desbordada cabría ampliar de cara al futuro su plantilla y material. Pero eso supone gasto extra, y para ello se necesitan presupuestos, algo que en el sanchismo no se estila.


–Podría haber pedido ayuda europea rápido y en serio. Con la mitad de pasión que ponen para solicitar el catalán en la UE la habríamos conseguido en tiempo y forma.


–Podría eliminar las trabas burocráticas que impiden limpiar el monte, y trabajar para ponerlo en pleno rendimiento. Es decir: levantar las restricciones obtusas de la fanática Ribera.


–Podría colaborar lealmente con las comunidades y anticiparse a sus demandas, en lugar del habitual tonillo perdonavidas y sectario.


–En esta crisis hay 30 detenidos y 100 investigados por quemar los montes. Podría reconocer que las quemas intencionadas hacen más daño que su cacareada «emergencia climática» y podría endurecer las sanciones.


–Podría haber dedicado a los montes una parte de unos fondos europeos que no logra que fluyan por pura ineptitud administrativa. Pero invierte el doble en su murga ideológica «de género» que en defendernos del fuego forestal.


En definitiva, podríamos haber tenido un Gobierno. Pero lo que tenemos es un instituto de propaganda y pastoreo de la ciudadanía, presidido por un impostor que no hace nada, porque no tiene ni equipos, ni nivel, ni patriotismo.


Si hubiesen ardido los montes de Gerona, el dinero y los medios llegarían a espuertas. Todos los ministros habrían acudido allí desde el minuto uno, con un Sánchez volcado y a la cabeza. Pero ha ocurrido en León, Orense, Cáceres, Zamora… La España que no cuenta. La España que no chantajea. La España leal y cumplidora, que recibe como pago la abulia de su Gobierno.


La conclusión es la de siempre: pueden hacer lo que les dé la gana. La mayoría del pueblo español está aplatanado, dormido, rendido.


La deuda pública sube como no lo hacía desde el covid: 70.000 millones en lo que va de año
Está cerca de alcanzar los 1,7 billones de euros, con un gasto en intereses también creciente
Beatriz Triguero. Vozpópuli. 19 Agosto 2025

Entre enero y junio, último mes sobre el que el Banco de España ha publicado datos, la deuda pública ha crecido en algo más de 70.000 millones de euros. Es un incremento no visto en un primer semestre desde la pandemia, cuando las administraciones se vieron obligadas a apoyar a familias y empresas ante la situación extraordinaria sobrevenida.


Hace un año, entre enero y junio de 2024, la deuda de las administraciones públicas aumentó en 50.000 millones respecto al cierre de 2023. Es decir, este año el endeudamiento ha sido 20.000 millones superior. Esto ha llevado el saldo total de deuda pública hasta los 1,69 billones a cierre del segundo trimestre, récord histórico.


Durante la pandemia la deuda pública escaló a un ritmo acelerando, rompiendo la barrera de los 1,3 billones en 2020 y de los 1,4 billones en 2021. En el primer semestre de 2020 aumentó en casi 102.000 millones, y en el mismo periodo del año siguiente, en la primera mitad de 2021, creció en algo más de 80.000 millones.


A partir de entonces el ritmo se moderó, pero la deuda pública siguió subiendo con más intensidad que antes de la crisis sanitaria, superando los 1,5 billones de euros a finales de 2022 y los 1,6 billones a principios de 2024. Los 1,7 billones se superarán, previsiblemente, en los próximos meses; marcando un nuevo máximo histórico.


Si se desagregan los 70.230 millones de deuda pública adicionales que se han generado este año, según el Banco de España, la inmensa mayoría corresponde al Estado (61.000 millones), aunque también ha aumentado el endeudamiento de las comunidades autónomas (6.700 millones) y el de las corporaciones locales (500 millones).


La deuda, por encima del 100% del PIB

Desde el Gobierno defienden que la deuda pública se mide en relación al Producto Interior Bruto (PIB) del país, y como la economía viene creciendo a un ritmo incluso superior, la ratio de deuda/PIB se ha reducido a niveles próximos a los previos a la pandemia (97,7%). Actualmente se ubica en el 103,4% del PIB, tras el 124,2% que se alcanzó en 2020.


En todo caso, aún supera con creces el máximo que históricamente han marcado las reglas fiscales europeas, del 60%. En su última actualización de previsiones, la Comisión Europea advertía de que la deuda española no bajará del 100% en el medio plazo y se estancará por encima del nivel previo a la pandemia.


La razón es que el gasto en intereses crecerá más que el PIB a partir de 2026. La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) también ha alertado en sus últimos informes de que España entrará en una "bola de nieve" en la que el diferencial positivo entre el tipo de interés y el crecimiento económico agravarán la dinámica de la deuda.


El Gobierno, en su última actualización de previsiones macroeconómicas, planteó una rebaja de la ratio de la deuda de sólo una décima de PIB este año, del 101,8% en el que se cerró el 2024 al 101,7% en diciembre de 2025. Esto se traduce en 1,7 billones de euros. Además, según sus proyecciones, el gasto en intereses podría sobrepasar los 40.000 millones este año.


«El futuro es nuestro, es de los patriotas»
«Comienza la Reconquista», el lema de VOX para el encuentro ‘Europa Viva 25’: «Vamos a abarrotar Vistalegre de esperanza y patriotismo
»
LGI. gaceta. 19 Agosto 2025

«Comienza la Reconquista» será el lema de VOX para el encuentro «Europa Viva 25» que se celebrará los días 13 y 14 de septiembre en Madrid, un evento para hacer frente a la política globalista de Bruselas «que se impone sobre las naciones soberanas» y volver a demostrar que «el movimiento patriótico y soberanista» constituye «la fuerza política mundial y europea con mayor vitalidad».


«Volveremos a abarrotar Vistalegre de esperanza y patriotismo. Por una Europa nueva y decente», señaló VOX, que reitera que Patriotas es «la única alternativa real frente a las políticas globalistas de la UE que han debilitado la soberanía nacional, la prosperidad económica y la seguridad de Europa».


El encuentro servirá para continuar insistiendo en la defensa de la soberanía nacional, la libertad y la identidad europea, con especial énfasis en «la protección del legado cultural, el rechazo de las políticas climáticas que arruinan a la industria y al campo, y de la inmigración masiva que desestabiliza a las naciones y tensiona al límite los servicios público».


Dirigentes como Santiago Abascal, Viktor Orbán, Marine Le Pen, Geert Wilders o André Ventura comparten la idea de una Europa que «defienda su soberanía, su identidad y sus libertades frente a la deriva actual de Bruselas» y que «sirva de alternativa a la actual coalición entre populares y socialistas» liderada por Von der Leyen y que da soporte a Pedro Sánchez


EL PESO DE LA HISTORIA Y LA FRAGILIDAD DE LA MEMORIA

La Guerra Civil Española de 1936-39: horror y barbarie
Alfonso Rojo. periodista digital. 19 Agosto 2025

«Desde muy temprano me di cuenta de que no hay acontecimiento que sea correctamente relatado en un diario, pero en España, por primera vez, vi crónicas periodísticas que no guardaban relación alguna con los hechos, ni siquiera la que implica una mentira ordinaria.»


Este fragmento, extraído de la obra ‘Looking Back on the Spanish War’, es obra de George Orwell, uno de los notables escritores que siguieron de cerca la Guerra Civil española, y resume perfectamente la retorcida forma en que se cubrió la contienda.


Ningún otro conflicto moderno, ni siquiera el yugoslavo o el árabe-israelí, ha despertado emociones tan vehementes, compromisos tan hondos y lealtades tan desgarradas como la Guerra del 36.


Y ninguno se sigue intentando manipular con mayor persistencia, encono y falta a la verdad.


Se mentía antes, cuando mandaba Franco en España y se miente ahora, cuando la democracia lleva asentada en España casi medio siglo.


Los socialistas están promocionando la fantasía de que ellos crearon una Segunda República democrática y hasta lúdica, que funcionó sin problema alguno hasta que Franco vino a estropearles la fiesta.


Pero como esta versión ni enfervoriza ni convence a quien tenga dos dedos de frente, Pedro Sánchez ha echado mano de eso tan sectario que es la Ley de Memoria Historia.


Ahí nunca habrá ya un verdadero análisis de lo que fueron, por ejemplo, las siniestras ‘chekas’.


La checa fue el término con el que se designó a la sanguinaria policía soviética creada tras la Revolución de Octubre de 1917. Por este motivo, hay quien cree erróneamente que lo de las checas eran una franquicia que Stalin concedió al Partido Comunista de España.


Pues eso no fue así, porque como ha escrito el especialista de la Guerra Civil, el historiador Ángel David Martín Rubio, “las checas no son una organización exclusiva del Partido Comunista, sino de todas las organizaciones activas en la zona republicana. El uso del término es un indicio más del alto grado alcanzado por la influencia soviética en el caso de la revolución española”.


Las checas fueron cárceles privadas controladas por los partidos políticos y las organizaciones de izquierda, donde se torturaba y se asesinaba, bien dentro de la propia checa bien fuera de ella. La Causa General que se instruyó al final de la contienda, para investigar los crímenes durante la guerra, establece que solo en la ciudad de Madrid hubo 225 checas. Y podría pensarse que la cifra está hinchada, por la procedencia del dato y las circunstancias del momento.


Franco y sus generales, en Burgos.

Pero los recientes estudios elaborados por un grupo de historiadores de la Universidad del CEU, presentados en 2.000 páginas de una investigación financiada por el Ministerio de la Presidencia en la época de Rodríguez Zapatero, establecen el número de checas de Madrid en 345.


Hubo también otras checas en los pueblos de la provincia, lo que fue general en la zona republicana, pues ya vimos en un artículo anterior que hasta en Valdepeñas había una checa de nombre La Concordia, en la que a pesar de su nombre se tortura a los valdepeñeros, antes de asesinarlos. Pero en este artículo me limitaré a contar unos hechos, referidos solo a la ciudad de Madrid.


Y si a este dato de las 345 checas de la capital de España añadimos que en la ciudad de Madrid había otros 50 lugares para detenidos, además de las 23 prisiones oficiales, las 10 comisarías de distrito y los 25 lugares de ejecución donde se asesinaba a los presos, obtendremos una primera aproximación al paisaje de la represión y del terror del pretendido lúdico y democrático Frente Popular, en el que estaban integrados los socialistas.


De las 345 checas, los socialistas regentaban en exclusiva 49. Y en esto les ganaban los anarquistas, casi empatados con los comunistas, pues tenían el control de 90 y 89 checas respectivamente. Además, había otras 73 checas vinculadas a unidades concretas de las milicias y del ejército popular, en las que también tenían su cuota de dominio los socialistas junto con anarquistas y comunistas. Y lo mismo ocurría en los otros 44 restantes, donde se juntaban los integrantes de los distintos grupos de izquierdas, bajo el paraguas de denominaciones menos conocidas que los partidos políticos.


Una de las piezas más cotizadas por los sabuesos de los chequistas eran los archivos de las agrupaciones religiosas, donde figuraban los datos personales de sus componentes

Las detenciones realizadas por los pistoleros de las checas en buena medida se debían a denuncias anónimas, pero hubo casos en que no fue así. Veamos un par de ellos, realizados por los antecesores políticos de Pedro Sánchez, que además de ilustrar la época de entonces, ayuda a entender la necesidad que tiene el actual presidente de Gobierno de imponernos esa Comisión de la Verdad, para tapar esas páginas de la historia del PSOE que nada tienen que ver con esos cacareados cien años de honradez.


Una de las piezas más cotizadas por los sabuesos de los chequistas eran los archivos de las agrupaciones religiosas, donde figuraban los datos personales de sus componentes. Eso es lo que le sucedió en Madrid con la Asociación de la Virgen de la Milagrosa, cuya lista de congregantes fue robada por Círculo Socialista del Norte. Con esa información, los socialistas asesinaron a cuantos encontraron de dicha asociación.


Otra manera para localizar a sus víctimas fue la utilizada en la checa del Palacio de Eleta, que estaba en la calle Fuencarral número 103. El control de esta checa estaba en manos de la Agrupación Socialista Madrileña que recibía el nombre de Comisión de Información Electoral Permanente (CIEP). Esta agrupación había sido la encargada del estudio del censo de los periodos electorales anteriores, y por lo tanto tenía dibujado en gran medida el mapa ideológico de los madrileños, y a partir de ahí era como pescar en una bañera.


En todas las checas se torturó a los detenidos de mil maneras y con los tormentos más atroces, aunque ya solo el hecho de ingresar en una checa era la peor de las torturas, porque se sabía que la checa era la antesala de la muerte. El grupo de historiadores al que antes me he referido ha elaborado una lista de 1.800 personas asesinadas en la ciudad Madrid, solo en las checas. Esas 1.800 personas son de las que constan datos fehacientes.


Pero como los asesinos no acostumbran a dejar rastros de sus crímenes hay otras muchas personas asesinadas por el terror del Frente Popular, que no se han podido localizar. Personas que se sabe que los llevaron a las checas, pero una vez dentro se perdió su rastro. En conclusión, los cálculos aproximados de los asesinatos cometidos solo en las checas de la ciudad de Madrid, varían según autores de los 2.600 a los 3.600.


Hay toda una geografía de las zonas de extermino en el Madrid del Frente Popular. Los comunistas, para asesinar a los detenidos de sus checas, solían elegir la Ciudad Universitaria, la Casa de Campo, la carretera del Pardo y Puerta de Hierro. Los anarquistas solían asesinarlos dentro de la checa. El mismo comportamiento que los anarquistas tuvo el socialista García Atadell, que regentaba dos checas una en la calle de La Montera y otra en la calle Marqués de Cubas, dentro torturaba y asesinaba y, después, abandonaba los cadáveres en las tapias de un cementerio o en la cuneta de una carretera.


El socialista García Atadell además era un ladrón y huyó de España con un importante botín que consiguió en los saqueos de sus víctimas.


Por su parte los socialistas de la checa de Marqués de Riscal asesinaban a sus víctimas en la Pradera de San Isidro. La checa de la Agrupación Socialista Madrileña de la calle Fuencarral 103, a la que antes me he referido, enterró sus crímenes en una gran fosa de Boadilla.



******************* Sección "bilingüe" ***********************


Ir de cañas en euskera
Rafael del Moral. Vozpópuli. 19 Agosto 2025

Conviene separar, en el debate sobre las lenguas y la cultura, la emoción del análisis. La historia muestra que no todas han contado con las mismas oportunidades de desarrollo en el ámbito técnico, científico o literario. El caso del euskera y del catalán, lenguas con un fuerte arraigo identitario, ilustra bien esta cuestión.


El euskera refleja la vida y el paisaje de sus hablantes: giros familiares, voces de la naturaleza, topónimos del terruño y un fondo cultural propio. Sin embargo, no ha alcanzado históricamente un grado comparable de especialización en el lenguaje técnico, científico, judicial o periodístico, ni ha generado una tradición extensa en literatura narrativa. No porque sus hablantes carecieran de interés, sino porque esas funciones se ejercían mayoritariamente en otra lengua también materna: el castellano. A lo largo de siglos, buena parte de la producción cultural de los euskaldunes se ha desarrollado en español. El hablante exclusivamente euskaldun es hoy una rareza; la situación más común en la Comunidad Autónoma Vasca es el monolingüismo castellano, el bilingüismo con escasa destreza en vasco, y el ambilingüismo vasco-castellano.


Recientemente, el lehendakari Imanol Pradales afirmó que no quiere vivir “en un país en el que puedes tomar cañas en libertad, pero no puedes hablar en tu idioma con la misma libertad”. Más allá de la polémica, el reto no es solo de libertad, sino de intercomprensión: si el objetivo es comunicarse con el conjunto de la ciudadanía, la elección de lengua se convierte en un acto de cortesía y eficacia comunicativa.


En la formación de un individuo, la lengua es la herramienta básica, pero no siempre la lengua familiar es la de cultivo intelectual. Quien nazca hablante de chuvasio probablemente se formará en ruso; de suajili, en inglés; de uigur, en chino. Del mismo modo, quienes heredan el euskera o el catalán suelen desarrollar su formación académica y profesional en castellano o francés. No es imposible llegar a ser artista o intelectual monolingüe en estas lenguas, pero la historia muestra que, por ahora, su bagaje cultural acumulado para sostener una carrera de proyección amplia es limitado. En 2024, por ejemplo, de 551 tesis doctorales defendidas en la Universidad del País Vasco, solo 92 se presentaron en euskera.


El valenciano vivió una etapa de esplendor cultural y monolingüismo antes del siglo XVI, pero desde entonces el castellano ha ocupado la mayoría de los espacios culturales, técnicos, científicos y económicos. El euskera aún no ha experimentado un periodo equivalente de uso intensivo en esos ámbitos.


A lo largo de la historia, las lenguas que han servido de vehículo para los grandes sabios han sido aquellas trabajadas, pulidas y enriquecidas hasta convertirse en instrumentos de alta precisión intelectual: el griego de Platón y Aristóteles, el latín de Cicerón, el italiano del Renacimiento que permitió a Leonardo da Vinci o Miguel Ángel alcanzar la cima artística. Otras lenguas coetáneas, como el íbero o el celta hispánico, no dejaron una huella literaria escrita comparable, aunque sin duda tuvieron tradiciones orales hoy perdidas.


Escribir en castellano

En el ámbito hispánico, numerosos autores gallegos, catalanes o vascos han alcanzado notoriedad internacional escribiendo en castellano: Rosalía de Castro, Emilia Pardo Bazán, Álvaro Cunqueiro, Valle-Inclán, Cela o Torrente Ballester, entre otros. Aunque en sus obras incorporaron referencias y sensibilidades propias de su entorno lingüístico, el vehículo fue una lengua de gran proyección. El caso inverso es poco frecuente, aunque existen notables excepciones en la literatura gallega, catalana y vasca contemporánea.


Algo similar ocurre en otras artes y disciplinas: Salvador Dalí, Joaquín Sorolla, Antoni Gaudí o Pau Gasol no se sirvieron del catalán o el valenciano para su proyección internacional; de no ser hispanófonos, lo más probable es que hubieran empleado lenguas de mayor alcance global como el francés o el inglés. Del mismo modo, Newton redactó sus Philosophiæ Naturalis Principia Mathematica en latín y Einstein difundió su teoría de la relatividad en alemán, no en romanche.


El canon literario universal ha sido alcanzado por un número reducido de lenguas: griego, latín, italiano, francés, inglés, ruso, chino, español y algunas más. Entre las grandes aportaciones de la literatura española se encuentran La Celestina, El Lazarillo de Tormes, Don Quijote y Don Juan.


Recuperación del hebreo

Esto no significa que las lenguas minoritarias carezcan de valor o potencial, sino que el acceso a la cultura universal requiere, de momento, apoyarse en idiomas con una tradición consolidada de producción científica, técnica y artística. El reto para el euskera y el catalán —y para otras lenguas en situación similar— es ampliar su campo de uso en esos ámbitos, no solo como símbolo identitario, sino como herramienta plena de creación y pensamiento. Las posibilidades para deshacerse del español, si miramos la historia o lo que sucede con otras lenguas que intentan abrir espacios culturales, son escasas. Ni la recuperación del irlandés, galés o córnico, a pesar de la ayuda institucional, surte efecto. Un caso excepcional en la historia es la recuperación del hebreo como lengua de transmisión familiar en Israel, pero la lengua de la Biblia goza del bagaje cultural de grandes lenguas como el latín, griego o sánscrito. Pero hay algo más. Los actuales hablantes de hebreo tienden a ser ambilingües con el inglés, sienten una necesidad ineludible, y lo son.


En un mundo multilingüe, la diversidad es una riqueza, pero para que todas las lenguas puedan actuar como vehículos de saber universal necesitan tiempo, recursos y una comunidad dispuesta a utilizarlas en todos los registros, desde la poesía hasta la física cuántica.


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