Recortes de Prensa Sábado 23 Agosto 2025

Putin continúa su ofensiva con 448 ataques sobre Zaporiya mientras paraliza la cumbre con Zelenski
El ejército ruso no cesa en su agresión sobre territorio ucraniano y deja hasta 16 civiles heridos en un ataque contra la región de Jersón
Ismael Poveda. el mundo. 23 Agosto 2025

La ofensiva de Rusia contra Ucrania no cesa. El ejército liderado por Vladimir Putin ha realizado 448 ataques contra 17 asentamientos situados en Zaporiyia en los últimos días. Según el jefe de la administración militar de dicha región, Ivan Fedorov, hubo ataques aéreos, con drones y misiles, y se recibieron 37 informes sobre la destrucción de apartamentos, casas, edificios agrícolas e infraestructura.


Mientras tanto, desde Moscú, el interés por que Putin se vea con Zelenski comienza a desvanecerse y, ahora, retrasan la cita a la creación de una agenda que constituya el orden de la misma. "El presidente estará dispuesto a participar en una reunión cuando esté lista una agenda para la cumbre, pero, por el momento, no está para nada lista", expresó el canciller ruso, Serguéi Lavrov.


El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, por su parte, sí que está totalmente dispuesto a participar en la cumbre y acusó a Rusia de intentar "evadir" el encuentro para "continuar con sus ataques masivos contra Ucrania y sus feroces asaltos a lo largo de la línea del frente".


Este tira y afloja ha provocado el hartazgo del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. El magnate se ha dado dos semanas para decidir cuál será su siguiente movimiento como mediador en este conflicto, después de reunirse con ambas partes durante la última semana. "Será una decisión muy importante, y serán sanciones, aranceles masivos o ambos, o no haremos nada y diremos: 'Es su lucha'", estableció como las dos únicas opciones que baraja.


9:52

Putin "ve la luz al final del túnel" en su relación con Estados Unidos tras el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, se ha declarado convencido de que el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca ha abierto una perspectiva favorable para el futuro de las relaciones bilaterales con Estados Unidos, aunque reconoce que "los socios europeos" son un factor a la hora de normalizar el diálogo.


"Con la llegada del presidente Trump, creo que por fin ha comenzado a aparecer la luz al final del túnel", ha declarado en una reunión con trabajadores de la industria nuclear una semana después de la cumbre bilateral entre ambos en Alaska.


Putin ha descrito el encuentro, al igual que hizo el sábado pasado, como una reunión "significativa y franca".


Sobre los posibles avances de cara a un acuerdo con Ucrania, se ha limitado a decir que "continúan los contactos a nivel de nuestros ministerios, departamentos y organizaciones". En términos generales, Putin expresó su deseo de que la cumbre sea el preludio de nuevos acercamientos: "Espero sinceramente que los primeros pasos dados sean solo el comienzo de una restauración completa de nuestras relaciones".


9:44

Ucrania reporta 448 ataques rusos en Zaporiya y ataques en otras regiones

Las autoridades ucranianas han reportado 448 ataques rusos contra 17 asentamientos de Zaporiya. Según ha explicado el jefe de la administración militar de la región, Ivan Fedorov, ha habido ataques aéreos, con drones y con misiles, y se han recibido 37 informes sobre la destrucción de apartamentos, casas, edificios agrícolas e infraestructura. .


En la región de Jersón 16 civiles han resultado heridos debido a la agresión rusa, según la administración militar de la zona.


Los rusos han atacado infraestructuras críticas y sociales, así como barrios residenciales de asentamientos en la región. Por ello, 11 casas particulares han resultado dañadas, además de un oleoducto, un garaje privado y numerosos automóviles.


En Kiev se ha declarado una alerta aérea debido a la amenaza de ataques con drones pero esta se levantó esta madrugada después de 32 minutos.


Los drones cambian el tablero
Trump vuelve a dar ‘un par de semanas’ a Putin sin señales de avance en las negociaciones de paz en Ucrani
La tropas rusas siguen presionando en todos los frentes y avanzan en el Donbas
Periodista Digital. 23 Agosto 2025

La diplomacia internacional ha entrado en una fase de alta tensión tras la reciente ronda de declaraciones de Donald Trump sobre la guerra en Ucrania.


El expresidente estadounidense, que ha asumido un papel central en los intentos de mediación, ha declarado que dará “un par de semanas” a Vladimir Putin para tomar una decisión sobre un posible avance hacia la paz.


Sin embargo, a día de hoy, 23 de agosto del 2025, no existen señales reales de que las negociaciones entre Moscú y Kiev estén cerca de materializarse en un alto el fuego.


En paralelo, el campo de batalla ucraniano se transforma a una velocidad inédita debido al uso masivo de drones, especialmente tras los recientes ataques rusos y ucranianos, que han redefinido la naturaleza del conflicto y dificultan aún más cualquier acercamiento político.


Trump, Putin y Zelensky: negociaciones bloqueadas

En los últimos días, la Casa Blanca ha sido el escenario de reuniones de alto nivel entre Trump, Zelensky y representantes europeos. Trump ha intentado forzar un encuentro directo entre los presidentes ruso y ucraniano, primero proponiendo una cita trilateral y luego apostando por una bilateral entre los dos líderes enfrentados.


Según sus propias palabras, “Vamos a averiguar sobre Putin en las próximas semanas. Eso sí te lo puedo decir”. Sin embargo, el Kremlin ha enfriado las expectativas y exige participar activamente en cualquier esquema de garantías de seguridad, mientras niega que Putin vaya a reunirse con Zelensky a corto plazo.


El debate sobre las garantías de seguridad para Ucrania sigue siendo el principal escollo. Kiev exige protección al estilo del artículo 5 de la OTAN, algo que ni Moscú ni Trump ven viable.


Trump ha descartado el despliegue de tropas estadounidenses en Ucrania, aunque abre la puerta a apoyar con capacidad aérea y a coordinar un marco de garantías junto a los europeos.


La presión de Trump para acelerar las negociaciones responde, en parte, al temor de que el conflicto se siga cobrando decenas de miles de vidas en cuestión de semanas.


Pero la realidad es que, a pesar de las declaraciones optimistas y los gestos diplomáticos, ni Moscú ni Kiev han mostrado disposición a ceder en los puntos fundamentales: Rusia exige la cesión de territorios y la renuncia de Ucrania a la OTAN, mientras que Zelensky mantiene que no habrá concesiones territoriales ni cambios en la soberanía nacional.


El papel de los drones: de arma táctica a elemento estratégico

En el trasfondo de la diplomacia bloqueada, el uso de drones por parte de ambos bandos ha adquirido una dimensión central y está cambiando el curso de la guerra.


En los últimos meses, Rusia ha intensificado sus ataques con drones sobre infraestructuras, posiciones logísticas y columnas de suministros ucranianos. Las innovaciones en UAV (vehículos aéreos no tripulados) permiten a las fuerzas rusas realizar ataques más precisos y frecuentes, especialmente en la región de Pokrovsk, donde las líneas de suministro ucranianas se han convertido en un objetivo prioritario.


Los efectos de estos ataques son devastadores:

Las tropas ucranianas han tenido que abandonar el uso de vehículos en ciertas zonas, recurriendo al transporte a pie para evitar ser objetivo de drones.

El “kill zone” o zona de muerte causada por drones rusos se ha expandido en 2025 hasta los 10 kilómetros desde el frente, frente a los 500 metros o dos kilómetros del año pasado.

El 70% de las bajas recientes en la región de Pokrovsk se atribuyen a drones FPV (First Person View), según datos de hospitales locales.

Esta presión constante sobre la logística y los relevos complica enormemente la defensa ucraniana y amenaza con romper el equilibrio en el frente si no se desarrollan contramedidas efectivas.


Por su parte, Ucrania ha respondido con una ofensiva tecnológica sin precedentes. La operación Spiderweb en junio supuso el mayor ataque de drones lanzado hasta la fecha por Kiev: 117 drones FPV, lanzados desde territorio ruso, lograron dañar o destruir 41 aeronaves rusas en cinco bases aéreas clave, incluyendo bombarderos estratégicos Tu-95 y Tu-22 y aviones de vigilancia A-50.


El impacto de estos ataques ha sido múltiple:

Reducción de la capacidad de bombardeo estratégico rusa en un 34% según estimaciones ucranianas.

Pérdidas materiales superiores a los 7.000 millones de dólares.


Alteración del equilibrio de disuasión nuclear de Moscú y debilitamiento de su percepción de invulnerabilidad estratégica.


Además, Ucrania ha empleado drones marítimos y terrestres para hostigar a la Flota del Mar Negro y para abastecer o evacuar a sus tropas, consolidando una nueva doctrina de guerra centrada en la tecnología y el bajo coste operativo.


Escalada sin tregua y perspectivas inmediatas

A pesar de algunos gestos diplomáticos, la escalada militar no se detiene. El 21 de agosto, Rusia lanzó un ataque combinado de casi 500 drones y misiles sobre Ucrania, como respuesta a la ofensiva dron de Kiev. Aunque la intensidad de los ataques rusos ha disminuido ligeramente en agosto, la tendencia es hacia una guerra cada vez más automatizada y menos predecible, donde la superioridad aérea y la capacidad de innovación serán decisivas.


El uso de drones no solo ha incrementado el número de víctimas entre militares y civiles, especialmente en ciudades como Jersón, sino que ha generado una ola de terror y ha desplazado a miles de personas. Según informes recientes, los drones han sido responsables del 70% de las bajas civiles en determinadas regiones en lo que va de año.


El futuro: guerra de desgaste y diplomacia en punto muerto

El bloqueo diplomático y la evolución tecnológica sugieren que la guerra en Ucrania entra en una fase de desgaste prolongado. Ni Putin ni Zelensky muestran disposición a ceder en sus exigencias clave, y los incentivos para negociar siguen siendo escasos mientras la balanza militar no se incline claramente hacia uno de los bandos.


La presión de Trump para acelerar un acuerdo de paz no ha conseguido, por ahora, alterar la dinámica de fondo. La guerra de drones, en cambio, sí está modificando las reglas del juego y podría precipitar cambios inesperados en el equilibrio de fuerzas. Sin embargo, mientras los civiles ucranianos y rusos sufren las consecuencias, el desenlace sigue siendo incierto y el calendario marcado por Trump parece más un acto de presión mediática que un plazo realista.


En este contexto, la única certeza es que el tiempo juega en contra de la estabilidad regional y que cada semana sin avances diplomáticos supone nuevas víctimas y una mayor destrucción. El tablero de la guerra en Ucrania, a día de hoy, se mueve más por el zumbido de los drones que por los discursos de los líderes.


Ucrania planea llevar la guerra a Rusia con su nuevo misil de largo alcance "Flamingo FP-5"
Rostyslav Averchuk. Leópolis. la razon. 23 Agosto 2025

Mientras los drones y misiles rusos continúan atacando Ucrania y Moscú demuestra su negativa a pausar la guerra, Ucrania espera que sus propios ataques de largo alcance contra el territorio enemigo puedan eventualmente obligar a Vladimir Putin a sentarse a la mesa de negociaciones.


Centros ferroviarios clave, refinerías de petróleo y oleoductos, así como importantes empresas de producción militar, son blanco de los drones ucranianos, decenas de los cuales recorren cientos, o en algunos casos miles, de kilómetros en territorio ruso cada noche.


Equipados con entre 40 y 60 kg de explosivos, vuelan relativamente despacio, pero a menudo logran evadir las defensas aéreas del vasto país. El daño que causan es limitado, pero varias refinerías de petróleo rusas clave están actualmente en reparación, lo que ha generado pérdidas de cientos de millones de dólares y colas en las estaciones de servicio en Rusia.


La eficiencia de estos ataques está creciendo, con Ucrania acumulando experiencia y apoyándose en la cooperación con empresas extranjeras. Según estimaciones del ejército ucraniano, los daños causados solo en 2025 podrían alcanzar el 4% del PIB ruso.


Sin embargo, Kyiv espera que sean los misiles, mucho más potentes, los que transformen su campaña implacable para llevar la guerra al suelo ruso. El año pasado, el presidente Zelenski anunció varios híbridos entre drones y misiles, y el país también está produciendo y utilizando varios tipos de misiles de crucero, además de trabajar en su propio misil balístico.


Por ahora, el misil “Flamingo” FP-5 parece ser el candidato más prometedor. Su existencia fue revelada esta semana por varios medios ucranianos y extranjeros, incluida la agencia AP. Zelenski confirmó el miércoles que, con un alcance de al menos 3.000 km, es actualmente “el misil más exitoso” que tiene Ucrania, capaz de volar mucho más lejos que la mayoría de sus drones. Advirtió contra revelar más detalles antes de que Ucrania tuviera “cientos de estos misiles”, señalando que su producción en masa está prevista para comenzar este invierno.


Según su fabricante, Fire Point, el misil lleva una ojiva de 1.150 kg y es capaz de impactar con gran precisión, impactando a menos de 14 metros de su objetivo. Su peso estimado de 6 toneladas lo hace difícil de ocultar ante las defensas aéreas enemigas, pero los materiales utilizados en su producción intentan contrarrestar esto, explica la consultoría militar ucraniana Defense Express. Lanzado desde tierra, no requiere preparaciones prolongadas, lo que es crucial dado que los drones rusos están volando más lejos en territorio ucraniano.


El alcance del misil convierte a toda la parte europea de Rusia, el corazón de su economía, en un objetivo, ya que el potente misil podrá destruir la mayoría de las refinerías de petróleo y empresas militares rusas. Para que esto ocurra, Ucrania necesita producir cientos de misiles al mes, lo que está dentro de las proyecciones de la compañía.


La revelación del misil no es casual, ya que coincide con la visita de Volodimir Zelenski a Washington y los esfuerzos frenéticos de Donald Trump por hacer funcionar la diplomacia. Esta potente herramienta para atacar a Rusia es una de las cartas que Kyiv espera mostrar a Trump, tras sus dudas públicas sobre las posibilidades de Ucrania en el campo de batalla. “Ucrania demuestra que no tiene intención de rendirse y que tiene las herramientas para infligir dolor a Rusia, atacando tan lejos como los Urales o Siberia”, argumenta Oleksandr Kovalenko, analista militar de Odesa.


El misil podría convertirse en la mejor “garantía de seguridad” que Ucrania puede tener, escribe Fabian Hoffmann, un experto en misiles noruego. Si Ucrania logra acumular varios miles de estos misiles, capaces de destruir el 25% de la economía rusa, Putin nunca volverá a atacar, asegura.


Un ejército ucraniano fuerte debe ser la primera capa de las “garantías de seguridad” en las que sus socios extranjeros están trabajando actualmente, dijo el viernes el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, durante su visita no anunciada a Kyiv. En su reunión con Zelenski, Rutte también confirmó el compromiso de varios países para dar pasos adicionales que garanticen que Rusia no vuelva a atacar a Ucrania una vez que se alcance la paz.


Por su parte, Zelenski dijo que por ahora no está claro qué compromisos están dispuestos a asumir los aliados. El presidente ucraniano pidió garantías “como las del Artículo 5 del Tratado de la OTAN, que son garantías muy eficientes”, y afirmó que este “es el resultado que tenemos que alcanzar” en las negociaciones que están teniendo lugar.


Ucrania se unirá a la Alianza en algún momento, reiteró Rutte, aunque la oposición de algunos países, especialmente Estados Unidos y Hungría, lo hace imposible por ahora. Confirmó que Estados Unidos está participando en el proceso de acordar “las garantías” contra Rusia, lo que Ucrania considera una señal alentadora.


La estrategia de Rusia para ensanchar su imperio en el mar Negro
Aquilino Cayuela. el debate. 23 Agosto 2025

Tras su regreso como actor protagonista en la escena internacional, en la cumbre bilateral de Alaska, Putin puede seguir ensanchando su Imperio, porque la Rusia de Vladimir Putin no solo busca dominar Ucrania, quiere someter a sus intereses a los otros estados ribereños del mar Negro, así como a Moldavia, cuya Transnistria, ubicada entre el río Dniéster y la frontera oriental de Moldavia con Ucrania, y con salida al mar, es una unidad territorial autónoma que controla el Kremlin.


Moscú también aspira a utilizar el mar Negro como plataforma desde la que proyectar su poder e influencia en todo Oriente Medio, el Mediterráneo y el Cáucaso. La búsqueda de Rusia por convertirse en la fuerza dominante en el mar Negro es un elemento esencial de su estrategia para reafirmarse como gran potencia.


El Kremlin cree que, si no logra establecer una presencia dominante en la región, Rusia quedará expuesta a la invasión occidental, tendrá menos capacidad para influir en las zonas colindantes y se verán interrumpidas las exportaciones de materias primas que son fundamentales para la economía rusa.


Turquía es su mayor obstáculo para los objetivos rusos en la región, ya que es el único Estado del mar Negro que Rusia no ha dominado históricamente y es miembro de la OTAN. Pero incluso después del fin de la Guerra Fría, el Kremlin conservó considerables palancas de influencia sobre el espacio del mar Negro del antiguo imperio soviético en Bulgaria, Georgia, Moldavia, Rumanía y Ucrania, por eso Moscú quiere ejercer su derecho de veto sobre las decisiones que tomen estos países.


Rusia ha tratado de someter a estos estados ribereños del Mar Negro mediante una combinación de persuasión y coacción. El aumento de la presencia rusa en el mar Negro también es uno de los ejes centrales del plan que el presidente Vladimir Putin lleva décadas aplicando para resucitar el poder marítimo del país.


Si nos fijamos en la geografía, la situación se asemeja mucho a la presión de la República Popular China en el mar de la China Meridional: sobre Filipinas, Vietnam, Malasia y Brunéi. Rusia es tanto o más asertiva sobre cinco de los seis estados de la ribera del Mar Negro: Georgia, Ucrania, Rumania, Bulgaria y Moldavia.


Putin dio prioridad a la modernización de la Flota del mar Negro, cuyas intervenciones resultaron fundamentales para apoyar a la Escuadra Mediterránea de Rusia y su intervención en Siria en 2015. Putin ha ignorado las fronteras internacionalmente reconocidas para apoderarse de una gran extensión de la costa del mar Negro, incluyendo el territorio georgiano de Abjasia en 2008, la región ucraniana de Crimea en 2014 y la parte ucraniana de la costa del mar de Azov en 2022.


Ucrania ha impedido que Rusia se apropie de toda su costa del mar Negro, aunque Moscú ha desplegado minas navales y ha bloqueado y bombardeado puertos ucranianos para cortar el acceso de Ucrania al mar y minimizar la presencia de otras armadas.


Mientras la comunidad internacional y la prensa se ha centrado en la batalla de Rusia por Ucrania, Moscú ha avanzado a menudo en estos objetivos sin llamar demasiado la atención: prolongando la guerra, eludiendo las sanciones, perturbando los mercados y aumentando su influencia en Oriente Medio y el norte de África. Tengamos en cuenta que un bloqueo del mar Negro por parte de Rusia impediría que buena parte del grano y los cereales llegasen a las zonas de la tierra más vulnerables y ocasionaría hambrunas terribles para buena parte de la población mundial.


Otros líderes clave deberían colaborar con los países del mar Negro para construir una región más resistente a la presión rusa. De lo contrario, es probable que la guerra se prolongue, lo que facilitaría aún más las violaciones masivas de los derechos humanos por parte de Rusia, agravaría los flujos de refugiados y provocaría turbulencias en los mercados mundiales de energía y materias primas. A su vez, es probable que la inseguridad regional se extienda al Cáucaso, Oriente Medio y el Mediterráneo.


Durante siglos, el mar Negro ha sido un punto de unión fundamental para el movimiento de personas y mercancías. Rusia siempre ha creído que controlar el mar es esencial para su seguridad: en 1783, Catalina la Grande anexionó Crimea para aumentar el Imperio. Durante gran parte del siglo XIX, Rusia compitió con el Imperio otomano y las principales potencias europeas por la influencia en este mar. Durante la Guerra Fría, la Unión Soviética se convirtió en la potencia líder de la región.


Tras el colapso de la Unión Soviética, en 1991, Georgia, Moldavia y Ucrania se convirtieron en países independientes y buscaron estrechar sus lazos con Occidente. Bulgaria y Rumanía se unieron a la OTAN en 2004 y a la Unión Europea en 2007. Como resultado, Rusia perdió su acceso a partes de la costa del mar Negro. Por eso en marzo de 2014, Putin justificó la anexión de Crimea advirtiendo que, de lo contrario, «los barcos de la OTAN habrían acabado en Sebastopol».


Hoy en día, el mar Negro es centro neurálgico para el comercio energético de Rusia, también de su dominio geoestratégico. Si este frente se abriese y degenerase en un enfrentamiento con los Estados de la OTAN que bordean el mar Negro el acontecimiento tendría repercusiones insospechadas en los mercados de todo el mundo.


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País Vasco, antes la secesión que el chantaje
Juan-José López Burniol. el confidencial. 23 Agosto 2025

El pasado jueves día 14, durante la presentación del programa de estrategia contra las agresiones en el Aste Nagusia –Semana Grande–, el alcalde de Bilbao, Juan-Mari Aburto, declaró lo siguiente: "No quiero que Bilbao se convierta en ningún pueblo del sur del Estado. No quiero que no se tenga respeto a la Policía Municipal o a la Ertzaintza". En este texto se dejan meridianamente claras dos ideas: Primera. Que España no existe, sólo existe un Estado, que es una cárcel de naciones irredentas, que sólo esperan alcanzar la ansiada independencia para sacar, como decían las folklóricas, "todo lo que llevan dentro" y asombrar a propios y extraños con sus logros. Segunda. Que se quiere preservar la inmaculada pureza euskalduna, siempre en riesgo de ser mancillada por el influjo del viento del sur, de sus gentes, de sus costumbres, de sus fiestas, de sus bailes, hasta del aire que respiran. No sé cómo se dice en vasco "nosaltres sols", pero es igual, lo digo en catalán, que se presta perfectamente para ello. Lo que los nacionalistas vascos quieren se resume así: "Nosaltres sols".


Ahora bien, el alcalde, poco después de decir lo que piensa y vista la reacción –sólo verbal- que despertó en las redes sociales, tuvo la peculiarísima gallardía –marca permanente de la casa- de afirmar que "donde dije digo digo Diego", declarando que "No tengo problema en pedir disculpas: los pueblos del sur son extraordinarios". Así, sin despeinarse: "extraordinarios"; ¡Chúpate esa! No le demos vueltas: a los españoles del sur, del este y del oeste, sin olvidar a los del norte –que los hay, muchos y muy sufridos- Aburto nos toma por idiotas, se cachondea de nosotros. Pero no es nada nuevo. Como muestra basta otro botón. Con ocasión del último Aberri Eguna, Andoni Ortuzar –aún entonces mandamás del PNV- dejó muy claro lo que, según él quiere hoy el País Vasco: "Ser una nación europea pujante y reconocida" y no solo "un barrio desconocido de las afueras de no sé qué sitio". El "sitio" es, obviamente, España. O sea que, hoy, Euskadi es un "barrio desconocido" en las "afueras" del "sitio" en que está "la que no tiene nombre, la que a nadie le interesa, la perdición de los hombres, la que miente cuando besa". Es decir, España. España es "esa". Una España de la que los nacionalistas dicen que hay que irse. Y este pensamiento, profundamente vivido, subyace sin duda en las sentidas palabras con las que Aitor Esteban Bravo se despidió del Parlamento español hace unos meses: "Gora Euskadi askatuta", esto es, "Viva Euskadi libre", libre también de Soria. ¿Con urgencia? Eso, sábelo Dios.


Estos hechos no son episodios singulares, sino que tienen un valor general, pues definen muy bien la actitud de los separatistas respecto a España: desdén, rechazo y choteo. Tres ingredientes que, mezclados y agitados, son un cóctel de alta graduación, susceptible de provocar una fuerte borrachera en quienes lo prodigan. Tanto, que puede llegar a privarles de una correcta percepción de la realidad y de una ajustada valoración de las fuerzas en presencia.


Ante esta situación que, como toda perversión del corazón, es irreversible e incurable, sólo nos queda a los españoles una doble opción: a) O aguantarnos y tragar, tragar y tragar hasta que, perdida ya toda dignidad y, con ella, toda voluntad de resistencia, abdiquemos ante estos penosos y lamentables "tigres de papel" que son los llamados nacionalismos periféricos, y asumamos como cobardes la extinción de España como una entidad histórica viva y como un proyecto político de futuro. b) O abrir la puerta para que se independice aquella comunidad autónoma que de veras quiera irse, tras rechazar su integración en un Estado federal simétrico, sin singularidad alguna distinta de las reconocidas por la Constitución; lo que exigiría modificar ésta, para que las Cortes pudiesen autorizar un referéndum de secesión de la comunidad que lo solicitase con arreglo a la ley.


Ni que decir tiene que yo soy un firme defensor de esta segunda opción: qué se vaya quien quiera irse. Lo que defiendo con tres reflexiones:


1º. Mi postura no es fruto de un "calentón" sobrevenido. Vengo defendiendo esta opción desde, al menos, el año 2008, cuando publiqué "España desde una esquina", cuyo subtítulo reza: "Federalismo o autodeterminación". Quizá, en el fondo de mi pensamiento, opera una frase que escuché a mediados de los años 60: "Yo nunca quisiera hacer camino con alguien que no quiera ir a mi lado". Por tanto, si los vascos quieren irse, agur.


2º. Me niego a plantear este tema en términos económicos. De lo que estoy hablando no es de economía, ¡estúpidos! Es de algo más hondo y distinto. Nadie es imprescindible para nada. Ninguna comunidad. Y, además, por lo que hace al País Vasco, intuyo que Euskadi nos cuesta dinero al resto de los españoles. Ellos sabrán lo que hacen, si llega el momento. Aventuro que Deusto imprime carácter, y por eso no tengo claro que, una vez ponderado lo que perderían si se van, opten por irse. Pero no por esta razón soy partidario de admitir el referéndum. Lo hago para que se definan y dejen de chantajearnos de una vez.


3º. No olvido a los españoles que quedarían en una comunidad que opte por irse. Habrían de ser acogidos en España. No podríamos ofrecerles, en medida suficiente, unas ayudas de las que no disponemos, pero sí el pago de las pensiones si el gobierno vasco no lo hace (también se las pagamos ahora en buena medida a los vascos) y la concesión de exenciones fiscales significativas, que facilitasen su reubicación en sus lugares de origen o en el que elijan. Exenciones fiscales –por ejemplo- de los impuestos sobre la renta y el patrimonio durante varios años, y del de sociedades a las pequeñas empresas, decreciente, durante también un plazo amplio.


Hay que tener valor y salir de una vez de este calvario que nos corroe desde hace más de un siglo. Un auténtico cáncer. Repito lo antes dicho: no queramos hacer camino con alguien que no quiera ir a nuestro lado. Echémosle coraje, con la convicción de que nadie es necesario para nada. Mostremos un poco de autoestima. Digamos que hasta aquí hemos llegado. Tengamos claro que nuestra auténtica fuerza nos la da, como siempre, la libertad. La libertad, en este caso, de que se vaya de una vez quien dice que quiere irse. Dicho todo ello, por supuesto, "con muchísimo respeto", robándole este verso al alcalde de Zalamea.


El delito de vender helados en castellano
Jesús Rul. Vozpópuli. el confidencial. 23 Agosto 2025

Los secesionistas, cuando tienen una lengua diferencial, como el catalán o el vasco, la utilizan como arma de identidad exclusiva (sólo ésta) y excluyente (no cabe otra) que alimenta el integrismo lingüístico, estructuralmente violento e incompatible con el orden constitucional y la cultura democrática.


El integrismo lingüistico inspira políticas y actitudes de imposición y defensa dogmática, esto es, irracional de las lenguas que consideran suyas, llegando incluso a conductas fanáticas al obligar a los demás a usarlas por todos los medios a su alcance, incluida la violencia como la reciente vandalización y destrozo Helados Dellaostia, establecimiento situado en el barrio de Gracia de Barcelona, con rotulación en catalán y español, pero atendían a los clientes en español. La máquina de odio y destrucción puesta en marcha: redes, asociaciones secesionistas subvencionadas por el gobierno Illa, Ómnium cultural, Plataforma per la Llengua y otros tienen identificado un enemigo a destruir, expresado en redes por Antonio Baños: "Este local es nuestro enemigo ¡Hasta que cierre!". Ahora se suma el partido Aliança Catalana: declara la guerra a los comercios que usan el español, tildados de anticatalanes. Un enjambre de fanáticos se ha lanzado a las calles en busca de culpables. En dos días han presentado más de 25 denuncias. Rememora, mutatis mutandis, el boicot judío totalitario de los nazis (Judenboykott).


Todo se basa en normas catalanas anticonstitucionales (Ley de Política lingüística de 1998, no recurrida al Constitucional por el Estado, y el Código de Consumo de Cataluña). Establecen que "los consumidores tienen el derecho de ser atendidos en la lengua oficial que escojan". Si se expresan en catalán se les debe atender en catalán lo que exige recursos de disponibilidad lingüística a los establecimientos, esto es, contratar solamente a trabajadores con dominio de las lenguas regionales. Esto crea obligaciones lingüísticas a los trabajadores en contra de su derecho constitucional, pues sólo hay deber de conocer el español como lengua oficial.


Persecuciones y multas

Durante más de cuatro décadas los secesionistas se han hecho fuertes en las autonomías, convertidas en feudos donde su poder prevalece en el territorio y sus habitantes. Han desarrollado políticas lingüísticas beligerantes de imposición de las lenguas regionales hasta excluir el español, pese a ser la lengua oficial socialmente mayoritaria.


Los hechos concretos son bien conocidos por una gran mayoría de españoles que soportan y padecen la prepotencia incivil de las políticas lingüísticas: se sienten agraviados por la exclusión del español en las instituciones, servicios públicos e incluso en empresas privadas; con sus impuestos se financia la educación, que excluye el español como lengua vehicular y de aprendizaje; los derechos de sus hijos son atropellados al imponerles la inmersión lingüística en las escuelas (directa en Cataluña e inducida en el País Vasco); las familias más atentas comprueban la manipulación ideológica a que someten a sus hijos en la enseñanza de la Historia; muchos ven limitados sus derechos laborales como ciudadanos españoles, por los requisitos lingüísticos exigidos; empresas y comercios sufren las multas por rotular en español, perseguidos por comisarios lingüísticos; los medios de comunicación (públicos y financiados) controlados por los secesionistas excluyen el español con menoscabo a la memoria común de unión entre españoles...


Estos hechos son pauta criminal "normalizada", no simples anécdotas. Han logrado crear una "frontera" lingüística de dominación interior y exclusión exterior de los españoles. Es la evidencia de la quiebra del orden lingüístico constitucional, ratificado por los españoles en referéndum nacional. Significa que los derechos lingüísticos de los españoles no rigen en Cataluña y País Vasco y se expande a otros territorios. En consecuencia, se vive una situación de excepción constitucional, es decir, totalitaria, de funestas consecuencias para la vida en libertad, pues la arbitrariedad es la norma. Ha sido posible y lo sigue siendo por acción de los secesionistas (también de otros partidos) y la dejación de responsabilidad del Estado (gobiernos, Cortes y Tribunal constitucional) que han dejado hacer e incluso han adoptado el marco conceptual de los secesionistas contra el orden constituido.


Nada de lo expuesto cabe en el orden lingüistico constitucional. Conviene recordarlo, se funda en dos principios básicos:


1. La Constitución establece el derecho de ciudadanía para el español: "Todos los españoles tienen el deber de conocerlo y el derecho a usarlo" (CE, 3.1).


2. Las lenguas cooficiales con el español, en algunas autonomías, son lenguas de uso normal (vehiculares), pero no preferentes.


La Constitución, por decisión expresa del poder constituyente (Comisión y Pleno del Congreso de diputados, 1978) situó al español en un plano diferente a las lenguas regionales cooficiales. En efecto, el pleno del Congreso constituyente aprobó, por amplísima mayoría de 278 votos a favor, 20 en contra y 13 abstenciones, rechazar la "exclusividad" del catalán y el "deber de conocerlo" (enmiendas 105 y 106, respectivamente, presentadas por el grupo de Minoría catalana).


Este acuerdo, aplicable por analogía a todas las lenguas regionales, es norma constitucional: determina el significado, alcance político e interpretativo del texto constituido CE, 3.2-3).


De ambos principios se infieren los siguientes criterios, útiles para discernir los hechos, normativos y fácticos, y las interpretaciones sobre lenguas cooficiales del Tribunal constitucional:


— EN TODA LA NACIÓN. Sólo el español es lengua oficial común de todos, en todo el territorio nacional. Todos los españoles tienen derecho a ser atendidos en español, oral y escrito, por todas las instituciones públicas estatales, autonómicas y locales y a usarlo sin limitaciones.


Todos los españoles tienen derecho a conocer el español como lengua culta y aprender en español materias principales no lingüísticas en el sistema educativo.

Los españoles no tienen el deber de conocer y usar las lenguas cooficiales regionales.

— EN LAS AUTONOMÍAS CON LENGUA COOFICIAL. El español y las lenguas cooficiales en sus autonomías son lenguas de uso normal de todas las administraciones autonómicas y locales.


Algunos españoles tienen derecho a usar las lenguas cooficiales con el español y a su enseñanza en el sistema educativo, sin preferencias, pues como españoles el español también es su lengua: no hay discriminación por atenderlos en español.

Las lenguas cooficiales son lenguas vehiculares de todas las instituciones autonómicas y locales. Bilingüismo institucional simétrico en ambas lenguas, salvo que la ley contemple zonas específicas de hablantes en español como, por ejemplo, en la Comunidad Valenciana.

El conocimiento y uso de las lenguas cooficiales con el español no son exigibles.

No puede imponerse el plurilingüismo obligatorio, esto es, aprender y usar las lenguas regionales, pues es voluntario.


— ES CONTRARIO AL ORDEN CONSTITUIDO. El monolingüismo en lenguas regionales, como la inmersión lingüística obligatoria o inducida, multar por usar el español, así como crear obligaciones, requisitos y exigencias de disponibilidad lingüística. Vulneran derechos, dividen y excluyen.


Es como una bola de nieve construida alrededor de privilegios de una élite, primero burguesa en el primer tercio del siglo XX y ahora pequeñoburguesa, política y funcionarial. Casi todos ellos viven, según formas distintas, de los recursos públicos


Estos principios y criterios de cooficialidad lingüística —entre una lengua común y otras regionales— coherente con nuestra historia lingüística ya no existen; han sido dinamitados por las políticas lingüísticas de los secesionistas, asumidos a la práctica por otros partidos, pese a ser políticas que vulneran derechos personales y dañan la convivencia. Estas políticas incompatibles con la Constitución no responden a motivos lingüísticos sino políticos, orientados a la secesión con la construcción de naciones antiespañolas.


El integrismo lingüistico instalado se orienta a este fin de ruptura, cuyo motor es el proceso secesionista, basado en el mito de una comunidad imaginada y, en su raíz, la violencia, núcleo interno fundacional del mito, pero, objetivamente son simples intereses de clase. Es como una bola de nieve construida alrededor de privilegios de una élite, primero burguesa en el primer tercio del siglo XX y ahora pequeñoburguesa, política y funcionarial. Casi todos ellos viven, según formas distintas, de los recursos públicos.


Revertir el integrismo instalado en las instituciones es un imperativo político de salud constitucional. Es condición necesaria para la convivencia lingüística en libertad, pero exige determinación e inteligencia. Exige un ley estatal del español garante de los derechos y deberes expuestos antes. Pero corregir la desmesura consolidada demanda actuar por la vía cultural (criterios e información) y la política, con sanciones administrativas (inhabilitación y multas) por incumplimiento, sin excluir las penales.


La olvidada Galicia
Nota del Editor. 23 Agosto 2025

Donde dice Cataluña... hay que añadir Galicia, pero parece que se pretende ocultar que en Galicia, los español hablantes sufrimos los mismos atropellos, eso si, propiciados por el PP.


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