Recortes de Prensa Lunes 25 Agosto 2025


Putin y la señal identitaria rusa: la mentira
No quiere la paz, ni terminar esta guerra, no se lo puede permitir, la derrota significaría su muerte como líder ruso
Jorge Gómez. el debate. 25 Agosto 2025

Oficial de la Armada en la Reserva. Exmiembro del CNI


La mentira ha acompañado la historia rusa desde sus inicios más remotos. Toda su narrativa, todo su relato, toda su propaganda, durante la época de los zares, la soviética y la actual Rusia de Putin se ha basado en la mentira permanente. El ciudadano ruso necesita un gobernante, un zar que les someta y les mienta, pero les libere de la angustia de que nuevamente se produzca el caos.


Mijail Shishkin, autor del interesante libro Mi Rusia. La guerra o la paz, escribe: «Rusia ha regresado a los tiempos soviéticos de la mentira total. En esa época el poder firmó un contrato social con sus súbditos que ha regido las vidas de los rusos durante décadas. Sabemos que mentimos y sabemos que vosotros mentís, pero continuamos mintiendo para poder sobrevivir. Varias generaciones de rusos han crecido bajo el efecto de este contrato social. La mentira era omnipresente. Mentían los periódicos, la televisión, los maestros. El Estado engañaba a los ciudadanos. Los ciudadanos engañaban al Estado. Estas eran las reglas del juego que todos conocían y en este escenario de la mentira nacieron y crecieron todos los actores que hoy en día representan la Rusia actual».


Si somos capaces de comprender que históricamente barbarie, mentira y violencia han sido señas de identidad del sistema ruso, y han sido las características sobre las que los representantes políticos apuntalaban su poder, comprenderemos que Vladimir Putin es un líder respetado por su pueblo porque coincide con exactitud milimétrica con aquello que necesitan.


Putin es un líder mesiánico que tuvo que pasar por la humillación de ver a su país sumido en la irrelevancia internacional, en la miseria económica y en el caos total y absoluto y eso le marcó profundamente. Se derrumbó el Muro de Berlín, se desintegró la Unión Soviética y la esencia rusa salió a la luz. Los más salvajes y carentes de escrúpulos, los más mafiosos, los más miserables expoliaron el país mientras la población pasaba a carecer de los productos más esenciales. El pueblo pasó de malvivir a intentar sobrevivir día a día. La imagen característica de las ciudades rusas en esa época eran las interminables colas a la caza de cualquier producto y esto pude observarlo en primera persona.


En el año 1991, el signo característico marcado en el rostro de la mayoría de los ciudadanos rusos era el miedo y la incertidumbre. Su barco había naufragado y nadie sabía qué iba a ocurrir al día siguiente. El color negro marcaba su futuro y el caos se había apoderado del país. En aquel momento los ciudadanos comenzaban a pensar que tenía que aparecer un nuevo dictador, un nuevo zar que les liberara de aquella angustia, aunque el precio de ello fuese perder la libertad.


Y no estaban confundidos porque su nuevo zar ya existía, ya tenían un nuevo dictador dispuesto a someterlos para liberarlos del caos, se llamaba Vladimir Putin y en 1991 renunció a su carrera como espía para pasar a la vida política y en 1996 unirse al equipo de Boris Yeltsin. Su nuevo zar, desde sus primeros pasos, se había jurado a sí mismo «recuperar» la grandeza perdida, recuperar todo aquello que, en su opinión, le habían arrebatado los occidentales, especialmente Estados Unidos y Europa, los principales enemigos, pero también los países traidores que habían huido para abrazar a Occidente, especialmente Polonia y Los Bálticos.


Y allí, en ese momento, comienzan realmente nuestros problemas, porque utilizar el verbo recuperar significa que existe alguien que tiene que «perder». Y en su idea de futuro, no está respetar a aquellos países que tomaron decisiones soberanas, su idea, como siempre, es el sometimiento de los demás, un líder ruso en toda su esencia, un líder peligroso para nosotros. Este líder, dicen que es el representante de la «misteriosa alma rusa», algo que Winston Churchill sintetizó en su: «Rusia es un enigma envuelto en un misterio dentro de un secreto». Yo, con total humildad diría que se le olvidó el término más importante a Churchill y es que es todo ello, pero acompañado de la mentira permanente.


Vladimir, en el año 1999 en su artículo «Manifiesto del Milenio» apuntaba a que Gorbachev y Yeltsin eran los culpables de haber puesto a Rusia de rodillas al permitir que los países que pertenecían a la URSS y al Pacto de Varsovia rompiesen sus pactos. Su misión, tal y como el mismo la percibía, era restaurar a Rusia en el puesto que le correspondía en el escenario internacional. En el año 2007 ocupó una parte del territorio de Georgia, en el año 2014 invadió Crimea e inicio la Guerra del Dombás y en el año 2022 lanzó su invasión sobre Ucrania.


Esta invasión, la denominada «Operación Militar Especial», estaba diseñada como una operación militar muy rápida en la que tres días serían suficientes para izar la bandera rusa en Kiev. La operación se convertiría así en un elemento de propaganda interna en el que se vendería el haber asestado al enemigo occidental una derrota importante, pero lamentablemente el resultado dista mucho de ser el esperado y Putin no puede permitirse una derrota en esta guerra, sería un desastre para la imagen que ha intentado transmitir tanto a sus ciudadanos como a los occidentales, se caería su castillo de naipes.


Su intento de transmitir que Rusia volvía a ser fuerte se ha visto afectado en los últimos tiempos no solamente por la guerra de Ucrania sino al observar, sin poder hacer nada, como Azerbaidzhan arrebataba a Armenia la zona de Nagorno Karabaj, al ver caer a su socio Baser al-Assad y al observar como Israel y Estados Unidos golpeaban sin piedad a Irán, relegándole a la mera posición de espectador.


Lo que parece increíble es que sigamos creyendo y asumiendo los discursos e interpretaciones rusas, sabiendo que todo forma parte de su propaganda, de su esencia, la mentira. ¿Nada tienen que decir ahora los que afirmaban que Putin quería la paz y nosotros no? ¿Nada tienen que decir sus propagandistas a sus continuas mentiras? Pues, como es lógico, no, callan y se preparan para difundir la siguiente mentira que se le ocurra al supremo líder.


Putin considera que Ucrania es territorio ruso, que le pertenece, y por eso ha mandado sus tropas sobre su territorio. Putin no quiere la paz, ni terminar esta guerra, no se lo puede permitir, la derrota significaría su muerte como líder ruso y para lograr su objetivo mentirá, cometerá crímenes de guerra, saqueará e incumplirá todo lo que esté a su alcance, pero sobre todo someterá a su propio pueblo a todo tipo de miserias. Su misión está por encima de su pueblo, su vida le pertenece y hará con ellos lo que considere oportuno.


Rusia afirma haber capturado otra aldea en la región ucraniana de Dnipropetrovsk
Carlos Garcés. Madrid. el mundo. 25 Agosto 2025

Continúan las hostilidades pese a que Rusia y Ucrania intercambiaron 146 prisioneros de guerra de cada bando este domingo. Las defensas rusas han derribado dos drones de ucranianos cerca de Moscú y otros 19 en otras regiones.


Los intercambios de prisioneros a gran escala han sido el único resultado tangible de tres rondas de conversaciones entre las delegaciones rusa y ucraniana llevadas a cabo en Estambul entre mayo y julio pasado y es una de las pocas áreas de cooperación entre ambos países desde el inicio de la ofensiva de Rusia en 2022.


En el campo de batalla, mientras el ejército ruso continúa avanzando en el frente, el comandante en jefe de las fuerzas ucranianas, Oleksandr Syrsky, aseguró el domingo que sus soldados habían recuperado tres aldeas en la región oriental de Donetsk.


9:30

Las relaciones entre Rusia y Europa dependen de la paz en Ucrania, afirma Finlandia

El presidente de Finlandia, Alexander Stubb, declaró el lunes que el establecimiento de relaciones entre Rusia y el resto de Europa, de una u otra forma, solo será posible tras el logro de una paz justa y duradera en Ucrania, informa Reuters.


8:40

El presidente de la Duma rusa llega a China con respuesta a las sanciones en la agenda

El presidente de la Duma o cámara de diputados de Rusia, Viacheslav Volodin, llegó este lunes a China, al frente de una delegación de legisladores, para participar en la décima reunión de la comisión interparlamentaria entre Rusia y China, en cuya agenda figuran "la respuesta a la presión de sanciones" y a las "interferencias externas".


Imágenes distribuidas por el medio ruso Russia Today, en su cuenta oficial en la red social china Weibo, muestran la llegada de Volodin a la capital china en la mañana de hoy.


China, que se ha opuesto repetidamente a las sanciones occidentales contra Rusia, ha mantenido desde el comienzo del conflicto con Ucrania una postura ambigua con respecto a la invasión, pues ha pedido respeto para la integridad territorial de todos los países y atención para las preocupaciones de seguridad de Moscú.


8:00

"Ucrania puede contar con Alemania"

El presidente ruso, Vladimir Putin, debe ser consciente de que el apoyo de Alemania a Ucrania no está disminuyendo, declaró el lunes el ministro de Finanzas y vicecanciller alemán, Lars Klingbeil, a su llegada a Kiev, la capital de Ucrania, en una visita sorpresa, cuenta Reuters.


"Putin no debería hacerse ilusiones de que el apoyo de Alemania a Ucrania pueda desmoronarse", declaró Klingbeil, líder del Partido Socialdemócrata, socio menor del gobierno de coalición conservador del canciller Friedrich Merz.


"Al contrario: seguimos siendo el segundo mayor apoyo de Ucrania a nivel mundial y el primero de Europa", añadió Klingbeil. "Ucrania puede seguir contando con Alemania". Klingbeil instó a Putin a demostrar interés en un proceso de paz en la guerra más mortífera de Europa en 80 años, que estalló en febrero de 2022.


Trump devuelve legitimidad a Putin y lo coloca como figura clave en el tablero mundial
Para muchos analistas occidentales, la cumbre de Alaska fue una concesión estratégica. En cambio, para los propagandistas del Kremlin fue una gran victoria
Amador Guallar. Los Ángeles. la razon. 25 Agosto 2025

Al aterrizar en Anchorage (Alaska), Vladimir Putin no tuvo que preocuparse por la orden de arresto emitida por la Corte Penal Internacional que pesa sobre él por la invasión de Ucrania. Cuando el avión presidencial ruso se detuvo, el pasado día 15, en la pista de la base militar estadounidense de Elmendorf-Richardson, al final de la escalera de embarque le esperaba una alfombra roja, saludos militares, la limusina presidencial de Donald Trump y el estruendo de los cazas del Ejército sobrevolando la base para darle la bienvenida. «Occidente vuelve a recibir a Putin como un jefe de Estado legítimo», informaba la televisión estatal rusa. Y no se equivocaba.


Era la primera vez, desde 2015, que el jefe del Kremlin pisaba territorio estadounidense. Y la primera visita a un país occidental desde febrero de 2022. La victoria diplomática de Putin sucedió en cuanto puso un pie en el suelo de la potencia rival. El preciso instante en el que fue recibido supuso el fin del aislamiento internacional al que lo habían condenado Washington y Bruselas desde la escalada del conflicto ucraniano. «No se han celebrado cumbres en más de cuatro años. Las relaciones cayeron a su punto más bajo desde la Guerra Fría. Tarde o temprano, era necesario corregir la situación y pasar de la confrontación al diálogo», explicó Putin.


Sobre la mesa, el objetivo era encontrar un camino hacia la paz en Ucrania. «Para que el futuro acuerdo sea duradero necesitamos eliminar todas las causas de ese conflicto, y considerar todas las preocupaciones legítimas de Rusia», informó Putin a su llegada. Sin embargo, la cumbre de Alaska no trajo la paz en Ucrania ni alivió las sanciones rusas, sino que otorgó una legitimidad simbólica al neo zar ruso que vale tanto como cualquier concesión territorial. En geopolítica, las imágenes pueden ser tan poderosas como los acuerdos. Y en Anchorage, estas jugaron a favor del Kremlin, gracias al trato preferente que le otorgó el presidente estadounidense, Donald Trump.


Para muchos analistas occidentales, el recibimiento fue una concesión estratégica. En cambio, para los propagandistas del Kremlin fue una gran victoria. El trato dispensado por el magnate neoyorquino reforzó la idea de que Estados Unidos reconoce la relevancia de Putin como interlocutor indispensable. Así, el viaje del premier ruso cambió su marco narrativo para pasar de ser el agresor excluido, al actor con quien hay que negociar. Y, para satisfacción del ruso, la cumbre volvió a marginar a Ucrania y a Europa del proceso negociador. A pesar de que, luego, Volodímir Zelenski y diversos líderes europeos fueron invitados a la Casa Blanca, Bruselas sigue asistiendo atónita y maniatada al alineamiento de Washington con Moscú, en vez de con la postura conjunta del bloque occidental.


La victoria simbólica de Putin en Alaska se produjo porque consiguió romper el cerco diplomático al que había sido sometido, tras ser aislado de foros internacionales como las cumbres del G20, así como varios encuentros de la OTAN, motivo por el que solo viajaba a países aliados o no alineados con Occidente. De facto, la cumbre fue un reconocimiento de que Europa y sus aliados no pueden excluir indefinidamente a Rusia del tablero internacional.


Tras el triunfo, la maquinaria propagandística de Moscú se puso a trabajar a destajo en casa. La televisión estatal celebró la cumbre como «el fin del aislamiento». Más aún, para el público ruso, las imágenes de su presidente recibiendo honores de Estado son un triunfo de la resistencia ante las sanciones económicas, bloqueos y acusaciones en La Haya. «Estados Unidos se ha visto obligado a reconocer que Rusia es indispensable», informó Dmitri Medvédev, expresidente y número dos del Consejo de Seguridad ruso.


Mientras el neo zar ruso regresó a Moscú reforzado, algunos medios estadounidenses alzaron el grito al cielo. Nunca un inquilino de la Casa Blanca se había mostrado tan en línea con el líder absolutista de una potencia hostil. «La reunión ha supuesto un triunfo propagandístico para Putin», informó Politico. Asimismo, el director del Carnegie Russia Eurasia Center, Alexander Gabuev, sentenció: «Putin se aseguró la legitimidad internacional interactuando directamente con el presidente Trump y sin sufrir sanciones adicionales.»


En cuanto a la cumbre, la realidad es que fue un fracaso. «No lo logramos», indicó el presidente estadounidense durante la conferencia de prensa conjunta. «Tuvimos una reunión extremadamente productiva y se acordaron muchos puntos. Hemos avanzado. Pero no hay acuerdo hasta que haya un acuerdo», añadió Trump. Luego, en sus redes sociales, volvió a claudicar ante las demandas del Kremlin: «la mejor manera de poner fin a la terrible guerra es llegar directamente a un acuerdo de paz y no a un simple alto el fuego».


«Es muy importante que nuestros países pasen página. Espero que el encuentro de hoy sea el punto de partida no solo para la solución del problema ucraniano, sino también para unas relaciones serias y pragmáticas entre Rusia y Estados Unidos», indicó Putin. Luego, volvió a lanzarle el anzuelo al super ego del inquilino de la Casa Blanca, que, irremediablemente, picó. «Hoy escuchamos al presidente Trump decir que, si él hubiera sido presidente, no habría habido guerra. Creo que ese habría sido el caso. En general, el presidente Trump y yo hemos forjado una muy buena relación seria y de confianza», explicó. «La próxima vez en Moscú», añadió durante el cierre de la rueda de prensa. «Eso es interesante. Me lo puedo imaginar», respondió Trump con una sonrisa. Mientras, la invasión rusa de Ucrania continúa con la anexión ilegal de territorios y los bombardeos indiscriminados contra la población civil.


Política obscena
Jorge Buxadé. okdiario. 25 Agosto 2025

Oprime el sol al mediodía en más de media España como cuando éramos niños. Es la misma tierra y el mismo sol que alumbró la victoria en las Navas frente a los agarenos y en Bailén frente a los gabachos. España despellejada por una silenciosa y obscena lacra inmigratoria. Lo camuflan de humanitarismo. Pero su humanitarismo siempre tiene cifras en los presupuestos, que pagas tú. En verano de nuevo declaraciones prefabricadas cuya única finalidad es encubrir, esconder, ocultar la realidad de nuestra Patria y engañar a los españoles. Los populares son un donde dije digo, todos los días.


Los olivos que se desplegaban en orden de combate aquel día del Carmen de 1808 para proteger a un pueblo que se alzaba por su libertad son hoy huertos de placas solares, huertos de silicio, plástico, vidrio, estaño, aluminio o acero que convierten en estéril la tierra de un pueblo al que ya le expropiaron su industria. En Bailén, como contó don Benito Pérez Galdós, cientos de presidiarios y maleantes, indultados de hecho y liberados de sus penas, salieron al campo y se unieron al ejército popular y nacional, duros y a pecho descubierto, a liberar su Nación, España. Hoy, los presidiarios son liberados por el vecino del Sur y pronto estarán en nuestras calles, haciendo lo que saben hacer. No faltará una oenegé dispuesta a acogerle, camuflarle y dotarle de todo, a cambio de un módico precio, que sale de tus bolsillos. Obsceno.


Sánchez, el sátrapa, bloquea el espacio marítimo de su lugar de vacaciones para bucear con la pentaimputada – gracias a la querella de VOX – en el mismo océano donde Salvamento Marítimo coopera activamente con el negocio de las mafias, yendo a buscar a los ilegales al cabo de Buena Esperanza y haciendo la última entrega hasta el puerto donde hay una oenegé dispuesta a acoger a los ilegales, camuflarles jurídicamente y dotarles de todo, a cambio de un módico precio, que sale de tus bolsillos. Obsceno.


Pero Sánchez no es una excrecencia anómala en un sistema sano sino la pústula que alerta de una infección generalizada. González, en el 85, empezó a cavar la tumba de la independencia judicial; ni Aznar ni Rajoy hicieron nada por revivirla; al contrario. Y luego vino Zapatero, el responsable de relaciones internacionales del cártel de Maduro, que va a caer, Dios lo quiera. Y fueron González Pons y Bolaños quienes rubricaron con conocimiento y consentimiento de Bruselas, comisario corrupto mediante, la estafa a la democracia hace unos pocos meses. Obsceno.


El bipartidismo ha despellejado la piel de España, piel de toro, piel de olivos, piel de bosques interminables que arden mientras populares y socialistas se echan las competencias, los reglamentos y los presupuestos a la cabeza. Un bipartidismo pirómano de Pacto Verde y agendas digitales vacías. Cientos de españoles que han perdido todo; sus tierras, su ganado, sus pertenencias, su casa incluso. Desprotegidos. Populares y socialistas los han dejado abandonados, y ahora se pelean por el artículo no sé qué de no sé qué reglamento. Obsceno.


Todo Estado es un Estado de Derecho, pero cuando el Estado renuncia a su función primera, la que le da vida y fundamento, la cual es asegurar la indisoluble unidad de la Nación española, deviene en una máquina para el expolio. Los impuestos justos se convierten en robo. A mitad de agosto, el Día de la liberación. Hasta el 18 de agosto, los españoles trabajamos para nutrir los bolsillos del Estado de las autonomías, empresas públicas, oenegés, subsidiados del cuento, inmigrantes ilegales, sindicatos marxistas y organizaciones empresariales. Pero la indisoluble unidad de España es limpiar los bosques y hacer cortafuegos en invierno. Obsceno.


Y mientras pasa todo esto, González Pons escribiendo en Lo País sobre pechos de adolescentes. ¿Ven como Sánchez es sólo el síntoma de algo más profundo?


Progresía a la carta
Fran Carrillo. okdiario. 25 Agosto 2025

La previsible salida del narcodictador Maduro de Venezuela, gracias a la intervención de Estados Unidos, quien le ha incluido el primero en la lista de los delincuentes más buscados del mundo, está suscitando declaraciones, cuanto menos curiosas, entre los opinadores del zurderío estomagante. Sobresalen entre ellas las pertenecientes a esa élite de formadores de conciencias, clase social que no es ni alta, ni baja, ni media, sino todo lo contrario, aquellos profesores de la nada y pedagogos de todo lo que sea susceptible de ser manipulado y manejado: hablamos de la progresía, esa izquierda biempensante (si se me permite el oxímoron) trufada de principios a la carta e ideología pragmática, cuyo análisis de la realidad oscila entre la crítica no fundamentada y la opinión interesada. Esa misma progresía que sigue la propaganda terrorista de Hamás, tan falsa como peligrosa, y brama cuando Israel se defiende legítimamente del acoso, que no derribo, de sus enemigos totalitarios, pero calla consecuentemente (con su ideología a la carta) cuando el gobierno iraní patrocina la represión en las calles de Teherán o cuando el hoy capitalista, ayer maoísta y siempre comunista gobierno chino aprueba y promueve el asesinato de minorías étnicas como la musulmana uigur (aquí no hay alianzas de civilizaciones que valga).


Es la misma progresía que justificó en el pasado la intervención del ejército en Turquía cuando el orden constitucional que impuso Kemal Ataturk a principios del siglo pasado se vio amenazado, pero a la Venezuela bolivariana que no la toquen. Es siempre esa progresía, esa izquierda fanática y sectaria, que justifica cualquier acto irresponsable del socialismo del siglo XXI, o sea, del socialismo del siglo XX y del XIX, con idéntico esquema siniestro y parecidas propuestas unificadoras que hoy acaudillan, aquí en España, el lobista Zapatero, su marioneta Sánchez y los golpistas que les apoyan.


Repiten los esquemas conocidos: la instauración de la mentira, que repiten en consonancia con la máxima goebbelsiana para, seguidamente, usar y abusar de la proyección freudiana, es decir, proyectar los defectos propios sobre los demás para que parezcan defectos ajenos. La combinación de ambas tácticas, lo vemos cada día patrocinado por el sanchismo social y político -también mediático- y ese universo woke en el que conviven los colectivismos de la causita, conformando una estrategia a largo plazo manifiesta y calculada (calculadora también): la instauración en la mentalidad occidental de un esquema de valores y una moral absoluta que deben regir los comportamientos y actuaciones de todos los ciudadanos. Y no se admiten ni críticas ni cuestionamientos previos sobre el planteamiento maniqueísta.


Cuando algo viene de la izquierda, el significado que se adquiere y difunde es radicalmente distinto que cuando viene de la derecha. Así, Chávez era un revolucionario, Evo Morales, un líder de los pobres indígenas, y la Kirchner, una Juana de Arco moderna, mientras que Álvaro Uribe era, decían, un terrorista al servicio de la CIA, Bukele un fascista avant la lettre y Milei un nazi con peluca. Pero sigamos. Israel es un estado genocida y asesino mientras Hamás preside un Estado democrático, garante de las libertades y respetuoso con los derechos humanos. Como Marruecos, como Irán, como Rusia, China y tantos otros, cuya seña de identidad común es su oposición a los valores occidentales, la democracia y la libertad.


Por eso, la actual progresía y la izquierda sectaria, mimetizadas en wokismo iletrado, siguen fieles a la tradición que ya marcaron, cual senda redentora, Gramsci, Lukacs, Münzenberg o el mismo Goebbels, partidarios todos de explotar a la cultura de masas mediante la propaganda por el hecho, “el terrorismo cultural” (Lukacs dixit) o la subversión manifiesta. Casualmente, o no, todos tenían en común una cosa: ser de izquierdas. Sí, Goebbels también, a pesar de los intentos de la progresía por borrarlo de su nómina de ideólogos y atribuírselo a los liberales y conservadores actuales. Los nazis, esos socialistas (como Mussolini, como Lenin, como Stalin), copiaron de los soviéticos algo más que los campos de concentración y exterminio. También las consignas para lavar y centrifugar las mentes de los súbditos a los que se dirigían como pastores a su rebaño.


Conviene no olvidarlo. La ingeniería social progre de hoy repite los parámetros que los gurús de antaño fabricaban como mantras de consumo. El objetivo sigue siendo el mismo: erosionar, eliminar y desterrar los modos de vida occidentales, los valores judeocristianos sobre los que se ha basado dicha civilización, los principios de propiedad privada como elemento rector de la economía y la familia como sostén social predominante. A cambio, se impondría el relativismo moral, la pereza intelectual al servicio de los intereses de la maquinaria política ideal, o sea la progre, la instauración de un mundo sin responsabilidades y al servicio del libertinaje más totalitario. Los “tontos útiles” de entonces se transforman en los “tontos inútiles” de hoy, meras sombras que no se cuestionan ni se plantean el paradigma ideológico que fluye constantemente por su paniaguado cerebro. Entendemos así que, a pesar de las muertes y el exilio, aún haya millones de incautos que sigan apoyando el socialismo como protectorado ideológico, aunque resulte un fracaso político, económico, cultural y sobre todo, moral.


Fuego a discreción contra la cohesión nacional
Jesús Cuadrado. Vozpópuli. 25 Agosto 2025

Fotos para lavar la imagen de siete días sin reacción frente a una emergencia nacional de libro. Fuera de la realidad, en el primer posado, el de Orense, Sánchez se equivocó de planeta. Tras siete años de pactos contra el Estado firmados con los independentistas, propone ahora un acuerdo nacional para abrir un debate sobre cambio climático, para que “las víctimas puedan recuperar la normalidad”, solemnizó. ¿Un pacto de Estado? Si de evitar incendios en territorios poco poblados y con grandes extensiones forestales se trata, ya existe y obliga al Gobierno.


Ese pacto está escrito, negro sobre blanco, en la Ley de desarrollo rural de 2007, en la que se mandata al Gobierno la elaboración de un Programa plurianual, con la memoria económica correspondiente, que incluya, entre los objetivos básicos, “prevención contra incendios, con especial detalle para la protección de los núcleos de población del medio rural y las áreas de montaña”. En siete años de sanchismo, ¿alguien ha visto el programa y la memoria económica en los presupuestos? Como se ha comprobado, no es una broma para un país con 27 millones de hectáreas forestales y de matorral que coinciden con los territorios más despoblados.


Desarrollo sostenible en el medio rural y planes forestales que nunca formaron parte del ideario sanchista, ni de sus prioridades de gasto. Estaban a otras cosas. Esa ley ignorada por Sánchez no deja margen alguno para enredos competenciales, especifica que el Gobierno “aprobará” el plan estratégico nacional que responda a las necesidades objetivas de una transición rural en la que se ha pasado de un espacio organizado por sociedades agrícolas y ganaderas a otro en el que pequeñas poblaciones no pueden asumir la gestión de un territorio que desborda sus capacidades. Es difícil encontrar un asunto más propio de una política de Estado.


La biomasa acumulada provocó “fuegos que no se pueden apagar” y que solo se podrían haber evitado con la aplicación de los programas anuales y planes forestales, inexcusablemente nacionales, que la ley exige al Gobierno. Casan mal siete años de absoluta desidia con el activismo fotográfico -de estudio, sin público- al que se dedica estos días Sánchez en las zonas afectadas. Entre foto y foto, le podrían recordar que la ley señala “los Presupuestos Generales del Estado contendrán los créditos” destinados a limpiar los bosques para evitar incendios.


Sánchez se enreda con el calentamiento global y además vuelven a despreciar a las víctimas. El senador socialista de Zamora y alcalde de Puebla de Sanabria, José Fernández, en la visita del presidente, llamó “energúmenos” a vecinos indignados a los que impidieron acercarse a la comitiva. Ese parlamentario, que apoya el cupo catalán, en vez de insultarles, podría haber explicado a los sanabreses por qué el Estado debe financiar una “embajada” de Illa en China, pero no la política rural y forestal de Sanabria o Picos de Europa, a pesar de ser, esta sí, una obligación legal para Sánchez.


Inversiones en masas forestales

Por si queda alguna duda sobre financiación “singular”: Castilla y León tiene cinco millones de hectáreas forestales totales, con poco más de dos millones de habitantes, en tanto Cataluña tiene una población cuatro veces mayor y dos millones de hectáreas. Por eso se aprobó una ley para comprometer una política nacional que compensara esos desequilibrios territoriales. Pero el PSOE se ha dedicado a hacer políticas de cohesión al revés, con más financiación para Cataluña y menos para Castilla y León o Extremadura. Y con el voto favorable de parlamentarios como el senador socialista zamorano.


El sanchismo ha provocado que el Estado haya ido desapareciendo del territorio nacional como la luz durante un eclipse. En siete años de Sánchez -mesa de la vergüenza en Suiza incluida- han desaparecido las políticas nacionales, a pesar de contar con 23 ministros. Entre ellos, Luis Planas y Sara Aagesen -antes la inefable Ribera-, responsables de una inédita gestión de las políticas rurales y forestales que están en el origen de los estallidos de incendios en media España. Sería incomprensible que en un nuevo sistema de financiación autonómica no se contemplara la urgencia de las inversiones en masas forestales en riesgo que representan más de la mitad del territorio nacional.


Del sanchismo, político y mediático, a la vista de la reacción frente a los incendios, nada se puede esperar. Como con la Dana, su única preocupación se concentra en reflotar a un Sánchez hundido sin remedio. Lo saben: si cae él, caen todos.


Daniel Lacalle, economista, predijo cuál iba a ser el mayor problema de 2025: "Ni EE. UU., ni India, ni China, el mayor problema será..."

Daniel Lacalle, economista jefe de Tressis, alerta que el principal desafío para los mercados en 2025 es el "muro de vencimientos" de deuda de los países emergentes, quienes han aumentado su pasivo
Marta Rodríguez Cacheda. la razon. 25 Agosto 2025

Daniel Lacalle, economista jefe de Tressis, ha lanzado una seria advertencia sobre el panorama económico global de cara a 2025. Según su análisis, el principal foco de preocupación no reside en las grandes potencias como China, Brasil o Estados Unidos, sino en la Eurozona, a la que señala como el epicentro de los futuros desafíos económicos.


Asimismo, Lacalle ha identificado el "muro de vencimientos" de deuda de los países emergentes como un desafío para los mercados en el próximo año. Estos países experimentaron un considerable aumento de su deuda entre 2020 y 2024, lo que les sitúa ante un grave problema tanto fiscal como monetario. La situación se agrava por la depreciación de sus monedas y la elevada proporción de deuda denominada en dólares.


Por otro lado, el economista de Tressis no ha dudado en señalar directamente al Fondo Monetario Internacional. Lacalle asegura que la recomendación del FMI de promover un mayor gasto público en 2020 fue un catalizador directo que condujo a una acumulación de deuda insostenible para estas naciones.


La Eurozona en el centro de la fragilidad económica

En este sentido, la Eurozona se enfrenta a un desafío considerable: la necesidad de refinanciar deudas que fueron emitidas en un entorno de bajos tipos de interés. Esta tarea se antoja compleja en el actual contexto de mercado, con tasas en ascenso. Esta situación representa una de las mayores vulnerabilidades para la región, según el medio Negocios TV.


Además, Lacalle ha expresado una crítica contundente hacia la actuación del Banco Central Europeo. A pesar de las sustanciales inyecciones de liquidez realizadas, el BCE no ha logrado contener la situación, lo que a su juicio subraya la fragilidad intrínseca que caracteriza a la economía de la eurozona. Esta ineficacia resalta la complejidad de los retos que se avecinan.


En definitiva, las advertencias de Daniel Lacalle trazan un panorama de interconexión entre los desafíos de la Eurozona y la crisis de deuda que afecta a las economías emergentes. La confluencia de estas "paredes de deuda" y la aparente incapacidad de las políticas monetarias y fiscales actuales para ofrecer soluciones duraderas, plantean una urgencia de cara a 2025 que exige una atención prioritaria por parte de los líderes económicos y políticos.


Casi otros 30.000 millones más de deuda pública en junio
José María Rotellar. libertad digital. 25 Agosto 2025

Se han publicado los datos de deuda de las AAPP de junio de 2025, que confirman, un mes más, el aumento desmedido de gasto, déficit y deuda públicos.


Los datos publicados son los siguientes:


En junio, la deuda subió en 27.645 millones de euros y mantiene, así, su tendencia creciente, como ha hecho Sánchez durante todo su mandato.


La deuda supera los 1,6 billones de euros, aproximándose a los 1,7 billones, que casi toca, y se sitúa en junio en 1,690800 billones de euros de endeudamiento, con 533.000 millones de euros de incremento desde que gobierna Sánchez (533.463 millones), según las notas iniciales de deuda de las AAPP emitidas por el Banco de España con carácter mensual.


De esta forma, la deuda sigue incrementándose en alrededor de 200 millones de euros al día (206,21 millones) -casi 1.500 millones a la semana, 6.000 millones al mes, 8,5 millones cada hora- desde que gobierna Sánchez.


O dicho de otra manera, Sánchez incrementa la deuda cada minuto en 143.201 euros.


Es decir, mientras un ciudadano hace una pausa de quince minutos para tomarse un café por la mañana, Sánchez habría incrementado la deuda en más de 2 millones de euros.


Y durante una jornada laboral completa, en la que un ciudadano habrá estado trabajando duramente ocho horas, generando actividad económica, empleo y pagando sus impuestos, Sánchez habrá aumentado la deuda en casi 70 millones de euros.


El incremento del endeudamiento puede poner en peligro a la economía española, tanto por su capacidad para financiarla si el BCE deja de comprar deuda, como por la repercusión de sus intereses en el presupuesto, que mermará recursos para servicios esenciales y que, a su vez, incrementará el gasto.


Así, sobre la base de unos ingresos coyunturales, se ha ido asumiendo un incremento del gasto anual en el sector público, especialmente en el Gobierno de la nación, que nos lleva a una situación de insostenibilidad: con una recaudación adicional de más de 30.000 millones en 2022, el déficit sólo se redujo 2 décimas sobre el objetivo, que denota el importante incremento del gasto que se está produciendo (tres décimas si empleamos la revisión del PIB, pero no es comparable con la previsión inicial, realizada con un PIB estimado menor, al no haberse revisado entonces). Además, la IGAE detectó un pequeño incremento del déficit posteriormente, que se come una décima. En 2023, el gasto siguió aumentando y si el déficit disminuyó se debió sólo al incremento de ingresos por aumento de la inflación, al igual que en 2022. En 2024, el saldo se redujo también por incremento extraordinario del PIB en su revisión. El Gobierno también fía todo a los ingresos en 2025, ya que el gasto se encuentra disparado, como hemos podido ver con el techo de gasto no financiero que previó para 2025 (pese a no presentar, finalmente, PGE), donde cada vez se vuelve más estructural. Si cumple el objetivo, será por el impulso inflacionista de la recaudación y del PIB nominal, revisado de manera extraordinaria por el INE, incrementado en 35.000 millones por dicha revisión, no por crecimiento sano ni por ajuste del gasto, que sigue creciendo. Sin embargo, es probable que el aumento de gasto eleve el déficit por encima de lo previsto.


Este endeudamiento se agravará, con mayor crecimiento de gasto, que incrementará el gasto estructural y el déficit estructural, con presiones de gasto adicionales muy importantes como el desequilibrio existente en la Seguridad Social, que con la reforma del Gobierno se desajusta todavía más, al presionar fuertemente al gasto.


Adicionalmente, si se termina de aplicar el concierto catalán anunciado el pasado lunes, la Administración General del Estado puede perder decenas de miles de millones de euros de ingresos, con el agravamiento de dicho déficit, al tiempo que tendría que cubrir los servicios esenciales de las CCAA receptoras de fondos ante la insolidaridad del cupo catalán, tal y como distintos organismos han publicado.


De esa manera, el déficit estructural español se sitúa alrededor de cuatro puntos porcentuales sobre el PIB, elemento que señala un grave desequilibrio de la economía española. Déficit estructural que es la gran preocupación de la Comisión Europea.


La tendencia, así, sigue siendo alcista -y así seguirá mientras siga habiendo déficit, pues la deuda no es más que el sumatorio de los distintos saldos presupuestarios de cada ejercicio- con la aportación de inestabilidad a la economía que ello supone, como también ha sucedido en 2022, 2023 y 2024 pese al incremento extraordinario de recaudación motivado por la inflación, situando el gran problema en la actualidad, donde la ralentización económica -más allá del impulso artificial del efecto base estadístico- será mayor y los ingresos podrán cubrir todavía peor los gastos. La propia AIReF ha advertido de la aceleración del gasto y ha pedido que se tomen medidas para corregirlo en alrededor de 5.000 millones de euros.


La deuda con esos 1,690 billones de euros, supone el 103,4% del PIB español según el Banco de España, pero sólo por el efecto del incremento extraordinario del PIB en la revisión de 2021…


…sin esa revisión, sería del 105,8% del PIB. Es decir, la revisión extraordinaria del PIB rebaja en casi 2,5 puntos el cociente, pero la deuda sube con fuerza en valores absolutos:


En el agregado de los últimos cuatro meses, la deuda sobre el PIB asciende a 103,5%, una décima más que el porcentaje sobre la previsión.


Aunque es obvio que el efecto del denominador derivado del crecimiento del PIB mitiga el cociente, como vemos, seguirá siendo muy elevado porcentualmente y, lo que es más preocupante, creciente en valores absolutos.


Todo ello, nos lleva a que desde que gobierna Sánchez la deuda se ha incrementado en 533.463 millones de euros. Durante el primer año, aumentó en 38.688 millones, y al cabo de seis años y medio de mandato el incremento es de 533.000 millones de euros, según las notas mensuales iniciales publicadas por el Banco de España sobre la deuda de las AAPP.


Así, si durante el primer año creció la deuda por persona en 828,03 euros, en los más de siete años de mandato de Sánchez la deuda por persona ha aumentado en 10.932 euros (más de trece veces el incremento del primer año).


O visto de otra manera: en el primer año, la deuda se incrementaba a un ritmo de 105,99 millones de euros al día. Ahora, tras casi siete años de Gobierno de Sánchez, la deuda crece 206,21 millones de euros cada día.


De esa forma, seguimos con un incremento exponencial del gasto, siendo los últimos de la UE que conseguimos recuperarnos, pese a la revisión extraordinaria al alza que ha realizado el INE y al impulso que los últimos siete años le ha dado el gasto público al PIB, en un entorno económico complicado.


Esto impulsa el crecimiento a corto plazo, sobre unos cimientos muy débiles, que perjudican, además, a la estructura económica del medio y largo plazo, debido a la composición insana del crecimiento, donde crece el gasto público en detrimento de la inversión, que no crece como debería, dándose un efecto expulsión de la inversión privada por parte del gasto público.


Este empobrecimiento se plasma en el retroceso en el PIB per cápita español al ser comparado con la media de la UE.


Los ciudadanos necesitan que el Gobierno les aligere de cargas, como, por ejemplo, la deflactación del IRPF, y la bajada de impuestos, no que los endeuden más.


Es imprescindible, por tanto, reducir el gasto ineficiente, porque es el origen del problema y vuelve insostenible el mantenimiento de la estructura económica con semejante endeudamiento, incrementar la inversión tractora del desarrollo económico y fomentar, especialmente, la inversión productiva privada, eliminando el efecto expulsión que supone el desmedido gasto público estéril, y devolver a los ciudadanos la recaudación extra que el Gobierno está consiguiendo gracias a la inflación, que asfixia a los españoles, les hace perder poder adquisitivo y les impide llegar a fin de mes y poder competir, en el caso de las empresas, en los mercados. Es decir, se necesita una política económica radicalmente distinta a la de Sánchez, que es confiscatoria e incrementalista de déficit y deuda, en suma, empobrecedora, como se ve con la pérdida de posiciones en la UE en PIB per cápita en paridad del poder de compra. Seguimos como todos los meses, desgraciadamente, con más gasto, más déficit, más deuda y más impuestos.


******************* Sección "bilingüe" ***********************


Una polémica DellaOstia
Iván Vélez. gaceta. 25 Agosto 2025

La pasada semana, la pareja de Guillem Roma, concejal de distrito de ERC en el barrio barcelonés de Gracia, pidió un helado de «xocolata i maduixes», es decir, de chocolate y fresa, en la heladería DellaOstia, propiedad del argentino Leandro Rincón. La empleada que en ese momento atendía a la clientela, y que lleva poco tiempo en la Ciudad Condal, dijo no conocer el significado de «maduixes». En ese momento, Rincón terció en la conversación para recordar que en Cataluña hay dos idiomas oficiales, el español y el catalán, antes de afirmar que «en última instancia, estamos en España». Oída la palabra tabú, la clienta llamó «imbécil» al argentino. Al día siguiente, como represalia ante tamaño agravio, la heladería amaneció vandalizada. Como detalle histórico-narcisista, hemos de recordar que hace una década, los secesionistas, que creían acariciar con los dedos su ansiada república, publicitaban esta como una Cataluña en la que habría «helado de postre cada día», sin aclarar si este contendría «maduixes». La república en la que, tal y como recordó aquel mozo de escuadra, muchos idiotas creyeron, duró menos de lo que tarda un helado en derretirse, sin embargo, los efectos de décadas de adoctrinamiento persisten en amplios sectores de la sociedad catalana.


Como es sabido, los secesionistas siempre han intentado, y medio lo han conseguido gracias a la figura del diplomático salvadoreño Francisco Galindo, mediador entre Junts y el gobierno de Sánchez, internacionalizar el «conflicto». Pues bien, lo ocurrido en la heladería DellaOstia lo ha conseguido, ya que el diario argentino Clarín se ha hecho eco de la actitud cerril de estos embrutecidos representantes del seny que ahora tratan de hundir el negocio de Rincón.


Como es lógico, desde mi perfil en X salí en apoyo de la heladería con el siguiente mensaje: «En España, lo más cercano al totalitarismo, idea límite, es la inmersión lingüística obligatoria en Cataluña. Con sus chivatos, sus multas y sus paniaguados».


La reacción de la horda secesionista fue la previsible. Unos me pedían que me metiera en mis asuntos que, al parecer, se circunscriben a lo que ocurre en mi Cuenca natal. La mayoría de los mensajes estaban en catalán y empleaban, con buen criterio, el vocablo «Conca», en lugar de Cuenca. Repare el lector en lo que ocurre en el caso contrario: los hostigadores de DellaOstia exigen que los topónimos catalanes se mantengan en catalán incluso cuando se habla en español. En apoyo de este error, a menudo emboscados en argumentos leguleyos —el nombre oficial y tal— acuden siempre los progres útiles. Por supuesto, no han faltado insultos de todo tipo y alusiones al franquismo, monomanía de muchos catalanistas que deben gran parte de la prosperidad arruinada por ellos mismos, al general gallego.


Satisfecho del resultado obtenido, hacer ver la xenofobia y el supremacismo de estas gentes, un día después publiqué otro mensaje en el que aludía al presidente de la Generalidad, callado cual mascarilla ante el comportamiento de algunos de sus gobernados: «No veo ningún mensaje de apoyo de @salvadorilla a la heladería vandalizada por fanáticos catalanistas. Esta es la convivencia tan cacareada por el @PSOE».


El tono de las respuestas fue el mismo. Más xenofobia y más insultos, la mayoría de ellos formulados por esos sujetos que viven «en catalán» y ante los que no pierdo el tiempo en responder a sus bramidos, salvo en el caso de un personaje especialmente chulesco, un tal Sergi Maraña.


Estas pequeñas tormentas en un vaso de agua, desencadenadas por personajillos que se ocultan bajo nombres tan ficticios como esa Cataluña ajena a España en la que fantasean con vivir, son elocuentes del nivel de odio que se ha inoculado en parte de esa sociedad, envenenada por los efectos de un cóctel que mezcla falsedades históricas con altas dosis de adulación. El resultado es el descrito: un colectivo narcisista que desprecia a quienes considera enemigos. A la cabeza de este proceso que busca privilegios y otorga títulos de buen catalán, figura un presidente apoyado en unas siglas, antaño engañacharnegos, que hoy constituyen la herramienta más poderosa para alcanzar los objetivos del catalanismo de toda la vida.


Mientras todo eso ocurre, X nos permite mantener el combate frente a esta horda que berreará su victimismo y su odio el próximo 11 de septiembre, fecha ideal para escribir nuevos mensajes.


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