Recortes de Prensa Miércoles 27 Agosto 2025


Trump amenaza a Rusia con una "guerra económica" si Putin no accede a un alto el fuego en Ucrania
Henar Andrés. Madrid. el mundo. 27 Agosto 2025

Superados los tres años y medio desde que comenzó la guerra en Ucrania, Donald Trump ha asegurado que está dispuesto a imponer sanciones económicas a Rusia si Vladimir Putin no accede a un alto el fuego. "No será una guerra mundial, pero sí una guerra económica, y una guerra económica va a ser perjudicial. Va a ser perjudicial para Rusia, y no quiero eso", ha declarado durante una reunión con miembros de su gabinete en la Casa Blanca.


Las declaraciones del presidente de EEUU llegaron después de que la prensa le preguntara sobre si existía un plazo para que el dirigente ruso aceptara reunirse con Volodímir Zelenski antes de imponer las sanciones con las que amenazaba. "Es muy serio lo que tengo en mente", ha insistido Trump, que también ha destacado que el presidente ucraniano, con quien "ahora" se lleva "bien", "no es inocente", y valora como un punto a favor que tiene "muy buena relación" con Putin.


Y en el campo de batalla, la Fuerza Aérea ucraniana ha informado de que ha interceptado 74 de 95 drones rusos de tipo 'Shahed' o kamikaze, así como drones réplica. Se registraron, sin embargo, 21 impactos en nueve emplazamientos diferentes. En Jersón , una mujer de 81 años murió a consecuencia de un ataque de la artillería rusa y otra persona fue herida, mientras que en Zaporiyia dos personas resultaron heridas.


9:40

Rusia derriba 26 drones ucranianos sobre cuatro de sus regiones

Las defensas antiaéreas rusas han derribado esta pasada noche 26 drones de ala fija ucranianos sobre cuatro regiones del país, según ha informado el Ministerio de Defensa de Rusia en su canal de Telegram.


Según el parte castrense, más de la mitad de los ataques aéreos de la pasada noche se registraron en al región meridional de Rostov, sobre cuyo territorio fueron abatidos 15 aparatos no tripulados.


Los drones restante fueron derribados sobre las regiones de Oriol (4), Bélgorod (3), Briansk (2) y Kursk (2), estas tres últimas también colindantes con Ucrania.


9:25

La Fuerza Aérea ucraniana afirma haber neutralizado 74 de 95 drones rusos

La Fuerza Aérea ucraniana aseguró en su parte matinal que en la madrugada de este miércoles ha conseguido neutralizar 74 de 95 drones rusos de tipo 'Shahed' o kamikaze, así como drones réplica, en el norte, sur y este del país. Se registraron sin embargo 21 impactos en nueve emplazamientos diferentes, informa Efe.


En la región central de Poltava, el gobernador Volodímir Kohut informó de un ataque ruso masivo que afectó a una empresa del sector energético. El edificio administrativo, los vehículos y el equipamiento de la empresa sufrieron daños y se registró un incendio en las instalaciones, mientras que también hubo cortes de luz que afectaron a particulares y empresas a consecuencia del ataque, afirmó.


En la región central de Dnipropetrovsk, un edificio de cinco plantas fue dañado y se declaró un incendio en una explotación agrícola como resultado de los ataques con drones, según las autoridades regionales.


En Sumi (noreste), los ataques rusos produjeron cortes del suministro eléctrico que afectaron también el abastecimiento de agua de la capital regional homónima, de acuerdo con la administración militar regional.


9:15

Un muerto y dos heridos en ataques rusos en Jersón

Una mujer de 81 años murió por un ataque ruso con artillería contra la ciudad ucraniana de Jersón, que dejó también dos heridos, informaron el miércoles las autoridades locales.


Una investigación preliminar señala que el ejército ruso atacó Jersón, en el sur del país, en horas de la madrugada con disparos de artillería, indicó la fiscalía de la ciudad en Facebook.


Una mujer de 81 años falleció y otra de 53 años resultó herida y fue trasladada al hospital, agregó.


La administración militar de la región de Jersón informó de que un hombre de 56 años también resultó herido en un ataque con drones en el centro de esa ciudad.


9:00

Trump: "Una guerra económica va a ser perjudicial"

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha advertido este martes sobre "una guerra económica" si su homólogo ruso, Vladimir Putin, no accede a un alto el fuego en Ucrania, y ha afirmado que tenía en mente consecuencias "muy graves" si el conflicto continúa.


"No será una guerra mundial, pero sí una guerra económica, y una guerra económica va a ser perjudicial. Va a ser perjudicial para Rusia, y no quiero eso", ha declarado durante una reunión con miembros de su gabinete en la Casa Blanca.


Las declaraciones de Trump han tenido lugar después de que la prensa le preguntara sobre si existía un plazo para que Putin aceptara conversaciones cara a cara con el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, antes de imponer las sanciones con las que amenazaba.


"Es muy serio lo que tengo en mente, si llega a ser necesario", ha dicho, citando el número de muertos en la guerra, que según dice se contabilizan en miles cada semana. Durante su intervención, ha reiterado que Zelenski, con quien "ahora" se lleva "bien", "no es inocente", mientras que considera que es un punto a favor que tiene "muy buena relación" con Putin.


«Es muy serio lo que tengo en mente si llega a ser necesario»: Trump avisa a Putin si no hay alto el fuego
EEUU todavía importó bienes de Rusia por valor de 3.000 millones de dólares
María Ruiz. okdiario. 27 Agosto 2025

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que prometió poner fin a la guerra de Rusia en Ucrania en su primer día en el cargo, ha advertido a su homólogo ruso, Vladímir Putin, con una guerra económica si el ruso no accede a pactar un alto el fuego en Ucrania: «Es muy serio lo que tengo en mente, si llega a ser necesario», ha dicho.


Durante una reunión con miembros de su gabinete en la Casa Blanca, Trump ha amenazado a Putin con «una guerra económica» si no paraliza la guerra para negociar la paz. «No será una guerra mundial, pero sí una guerra económica, y una guerra económica va a ser perjudicial. Va a ser perjudicial para Rusia, y no quiero eso», ha declarado, para añadir que tenía en mente consecuencias «muy graves» si el conflicto continúa.


Las declaraciones de Trump han tenido lugar después de que la prensa le preguntara sobre si existía un plazo para que Putin aceptara conversaciones cara a cara con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, antes de imponer las sanciones con las que amenazaba.


Trump quiere recuperar la pena de muerte para asesinos en WashingtonHorario GP de Holanda de F1: a qué hora es, dónde ver gratis y en qué canal la carrera ...A qué hora juega Carlos Alcaraz contra Bellucci y dónde ver gratis en directo online y ..."Es muy serio lo que tengo en mente si llega a ser necesario": Trump avisa a Putin si n...El ladrón de ancianas de Tarragona las asaltaba en portales por el método del "tirón"


«Es muy serio lo que tengo en mente, si llega a ser necesario», ha dicho, citando el número de muertos en la guerra, que, según dice, se contabilizan en miles cada semana. Durante su intervención, ha reiterado que Zelenski, con quien «ahora» se lleva «bien», «no es inocente», mientras que considera que es un punto a favor que tiene «muy buena relación» con Putin.


Trump prometió poner fin a la guerra de Rusia en Ucrania en su primer día en el cargo pero el conflicto no se ha resuelto ni siquiera tras la histórica cumbre entre Trump y Putin celebrada el 15 de agosto en Anchorage (Alaska) y considerada como un posible avance.


Estados Unidos y Europa siguen realizando intercambios comerciales de miles de millones de dólares con Rusia, aunque es sólo una mínima fracción del comercio que existía antes de la guerra.


Las relaciones comerciales entre Rusia y Estados Unidos han caído alrededor de un 90% desde que el Kremlin lanzó su invasión a gran escala de Ucrania, aunque el año pasado EEUU todavía importó bienes de Rusia por valor de 3.000 millones de dólares, según los datos más recientes de la Oficina de Análisis Económico (BEA, por sus siglas en inglés) y la Oficina del Censo de Estados Unidos.


Ucrania presiona a Orban para que deje de bloquear su integración en la UE
Rostyslav Averchuk. Leópolis. la razon. 27 Agosto 2025

Ucrania intensifica la presión sobre Hungría para que cese de obstruir su proceso de integración europea en un momento crítico, mientras Kiev y Budapest intercambian amenazas veladas tras ataques con drones contra un oleoducto que transporta petróleo ruso hacia Hungría a través del país invadido.


"El presidente Zelenski ha amenazado abiertamente a Hungría. Admitió que están atacando el oleoducto Druzhba porque no apoyamos su adhesión a la UE", escribió en redes sociales el primer ministro húngaro, Viktor Orban, después de que el conflicto diplomático entre ambos países vecinos se intensificara en las últimas semanas.


En tres ocasiones, drones ucranianos dañaron estaciones en territorio ruso que garantizan el flujo de petróleo a través del oleoducto que atraviesa Ucrania rumbo a Hungría y Eslovaquia, ambos grandes importadores. Ucrania se abstiene de reconocer a los ataques al más alto nivel político, pero insinúa su disposición a continuar con estas acciones si Budapest persiste en su postura “prorrusa”.


"Siempre hemos apoyado la 'amistad' entre Ucrania y Hungría, y ahora la existencia de esa 'amistad' depende de Hungría", bromeó Zelenski el domingo, jugando con el significado del nombre del oleoducto “Druzhba” ("amistad" en ucraniano).


Durante los más de tres años y medio de invasión, el gobierno de Orban, considerado un socio clave de Vladimir Putin en Europa, ha bloqueado el apoyo financiero y militar al país invadido.


El bloqueo a la integración europea de Ucrania es una piedra angular de su política. Culpa a Kiev de los problemas de Hungría y ha centrado su campaña electoral para las elecciones del próximo año en esta cuestión, según escribe el periodista ucraniano Sergi Sviridenko en el medio Evropeiska Pravda.


El motivo oficial es su deseo de que la guerra termine con el menor impacto directo para Hungría, lo que, en la interpretación de Budapest, implica que Ucrania acepte los ultimátums rusos a cambio de un alto el fuego incierto. Contrario a las aspiraciones de Ucrania, Budapest ve a este país como un "estado tapón" entre Occidente y Rusia.


Sin embargo, Budapest depende en gran medida de los suministros de petróleo ruso que fluyen a través del oleoducto Druzhba, que han continuado a pesar del combate. A diferencia de otros países europeos, Hungría se ha negado a diversificar sus importaciones, vinculando su seguridad energética a Rusia.


Según expertos ucranianos, el suministro previsible de petróleo ruso, que representa más de la mitad de las importaciones de petróleo por Hungría, es clave para el poder de Orban. Hasta ahora, el gobierno ucraniano ha ignorado los llamados a detener el tránsito, aparentemente reacio a romper completamente las relaciones con Budapest.


Los ataques con drones, lanzados por fuerzas bajo el mando de un húngaro étnico en el ejército ucraniano, Robert “Magyar” Brovdi, contra partes del oleoducto en territorio ruso, señalan un cambio. Aparentemente, Kiev busca presionar a Budapest para que cambie su postura antes de que se tomen decisiones clave en Bruselas sobre el futuro de la integración europea de Ucrania.


Actualmente, Ucrania y Moldavia avanzan juntas en las negociaciones para su futura membresía en la UE. Con todo el trabajo preparatorio concluido, ambos países están listos para iniciar negociaciones formales en el primer "clúster" de temas. Para que esto ocurra, todos los países de la UE deben dar su aprobación.


El veto de Hungría ha llevado a algunas capitales europeas a considerar separar los caminos de Moldavia y Ucrania hacia la membresía, una idea que ha encontrado fuerte oposición en Kiev. Más que una solución temporal, esto podría marginar a Ucrania y obstaculizar su proceso de integración a largo plazo, advierte Sviridenko.


"Si se produce esta separación ahora, ayudará a Rusia a sembrar desesperanza y pérdida de fe en el futuro entre los ucranianos", escribe, destacando el papel crucial de la futura membresía en la UE para los ucranianos, que anhelan ver la luz al final del túnel y temen quedar atrapados en un limbo geopolítico a pesar de todos los sacrificios realizados.


Queda por verse si los ataques al oleoducto cambiarán la postura de Orban, quien hasta ahora ha optado por una respuesta confrontacional.


"Las palabras de Zelenski tendrán consecuencias a largo plazo", amenazó Orban en respuesta al comentario sobre "amistad" de Zelenski. Su ministro de Exteriores, Péter Szijjártó, quien ha viajado a Moscú en varias ocasiones durante la guerra, ya señaló que Hungría podría cortar el suministro de electricidad a Ucrania a través de su territorio.


Orban también quiere aprovechar sus cálidas relaciones con Donald Trump, quien recientemente citó la afirmación del líder húngaro de que Rusia no puede ser derrotada en el campo de batalla. Orban envió una carta de queja a Trump la semana pasada, calificando un ataque ucraniano como un gesto hostil, y supuestamente recibió una respuesta en la que el presidente estadounidense expresó estar "muy enfadado" por el incidente.


Kiev, por su parte, espera que Washington pueda presionar a Orban para que deje de bloquear su integración europea. Si habrá algún cambio se verá en tres semanas, cuando el Consejo de la UE se reúna para tomar una decisión formal sobre el futuro de las negociaciones para Ucrania y Moldavia.


Entrevista a Maria Kucherenko

El enfoque de Moscú va más allá de lo militar: "Rusia quiere presentar a Ucrania como un Estado terrorista"
Olena Removska (Suspilne. Kiev). el confidencial. 27 Agosto 2025

"Algunos colegas se lamentan que a los analistas ucranianos no nos preguntan sobre Rusia". No es el caso de Maria Kucherenko, analista sénior de la asociación ucrnaiana Come Back Alive, especializada en la investigación de las élites rusas y sus servicios de seguridad, que utiliza nombres y apellidos para señalar las dinámicas más claves detrás de cada movimiento negociador o militar ruso en Ucrania y Europa. En esta larga entrevista, publicada primero en el medio Suspilne y traducida para El Confidencial, Kucherenko habla de los esfuerzos ucranianos para contrarrestar la narrativa rusa en medio del confuso proceso de negociaciones.


PREGUNTA. Desde inicios de 2025 estamos siendo testigos de los intentos por involucrar a Rusia en algún tipo de proceso de paz. Pero la pregunta pertinente es, ¿quiere Putin poner un fin a la guerra?

RESPUESTA. Los intentos por involucrar a Rusia en un proceso de paz llevan más de 11 años en marcha. Ucrania ha intentado constantemente involucrar a la Federación Rusa en distintos formatos de negociación: hemos trabajado juntos para liberar prisioneros, para establecer corredores humanitarios y para acordar treguas, aunque fueran temporales. Pero el resultado siempre ha sido el mismo: en el Grupo de Contacto Trilateral, el Formato de Normandía y las dos etapas de las conversaciones en Estambul, Rusia no mostró ningún interés genuino en un solución de seguridad. Así que mi respuesta es no: Putin no está interesado en poner fin a la guerra. De lo contrario, bastaría con que diera la orden. Sin embargo, sí está interesado en las negociaciones como táctica. Este ha sido el enfoque de Rusia durante años: una vez que Putin entra en las conversaciones, exige inmediatamente el levantamiento de las sanciones y el reconocimiento de su peso negociador, sin ningún esfuerzo tangible por mejorar las condiciones de seguridad.

P. Lo que puede sorprender es que mientras Rusia asegura, en Estambul o por teléfono con Trump, estar dispuesta a negociar, también vemos ataques coordinados contra Kiev y otras ciudades.
R. Nuestro "paciente" Putin es un veterano del KGB. En 2022, se metió en un terreno desconocido: una operación puramente militar. Esto no le reportó nada a Rusia ningún éxito: la presión de las sanciones aumentó considerablemente y la creación de alianzas alternativas se volvió mucho más difícil. Por eso, a finales de 2022, comencé a advertir sobre que Rusia pronto cambiaría esa "operación militar especial" por una "operación antiterrorista". Esta nueva operación ya no está subordinada al Estado Mayor, sino al FSB (Servicio Federal de Seguridad de la Federación Rusa).


P. ¿Qué significa esto en la práctica?

R. Aunque no ha habido ningún cambio formal, el énfasis ha pasado de los métodos puramente militares a un enfoque combinado. La presión en el frente continúa, pero se están dedicando más esfuerzos a desestabilizar la sociedad ucraniana, presentándonos como incapaces de negociar, incluso como terroristas, sugiriendo que los ucranianos utilizan métodos ilegales, que perturban el orden mundial y amenazan la seguridad de sus vecinos, etc. Desde finales de 2022, lo hemos visto en la práctica. Negocia con Trump mientras al mismo tiempo ataca objetivos civiles en Ucrania; es el mismo patrón de la Segunda Guerra Chechenia. El objetivo es presionar a la sociedad ucraniana con un eslogan sencillo: "Mejor un final horrible que un horror sin fin". Por eso los rusos atacan parques infantiles y hospitales, están golpeando los puntos más sensibles del corazón de la gente. Siempre insisto en lo mismo: no debemos describir al enemigo como estúpido o sin preparar. Rusia es un adversario muy sofisticado, por eso esta guerra se ha prolongado durante 11 años. Ahora nos conocen mucho mejor que en 2014. Los psicólogos operativos del FSB y del Estado Mayor saben exactamente lo que están haciendo.


P. ¿Y esos ataques son eficaces en empujar a los ucranianos a un acuerdo inmediato?

R. Los ataques por sí solos no pueden obligar al público a exigir acuerdos con Rusia. Pero la estrategia más amplia combina los ataques con operaciones informativas. Por ejemplo, tras el bombardeo del hospital infantil de Kiev (julio 2024), algunos sugirieron negociar porque "los niños están sufriendo". Rusia emplea estos métodos combinados para influir en la opinión pública Ucraniana. Al mismo tiempo, Rusia no pretende culpar a Ucrania de los ataques. Su objetivo es crear una ambigüedad al estilo de Dostoievski: una atmósfera de "no sé quién tiene razón y quién no", y difuminar las líneas entre agredido y agresor. Es psicología operativa y criminal en acción. "¿Y si me comporto de otra manera tal vez no me ataquen?". Por desgracia, en algunos segmentos lo consiguen. Por supuesto, no estoy diciendo que nuestra élite intelectual, el personal militar y sus familias piensen así. Pero hay un público que aceptará esa postura si no la sustituimos por una contranarrativa sólida.


P. Hablando de contranarrativas, ¿podría dar un ejemplo?

R. Imagina que se produce un ataque importante. Se podría responder: "La Federación Rusa ha lanzado este ataque. La Dirección Principal del Estado Mayor es la responsable. El jefe de su Estado Mayor es Igor Kostyukov. Unidad responsable: coronel X, comandante Y. Nuestros servicios especiales han neutralizado a tal y cual miembros de esta unidad. Ucrania no atacará la infraestructura civil en Rusia, pero se reserva el derecho a una respuesta militar proporcional". Ese nivel de especificidad elimina la narrativa de ser una víctima y socava cualquier argumento a favor de una negociación inmediata, ya que queda claro que la responsabilidad recae en los mandos militares rusos. Cuando se proporciona una lista detallada de quién es responsable de qué, resulta muy extraño sugerir que se llegue a un acuerdo con los representantes del Estado Mayor ruso.


P. ¿Cómo se relacionan estos ataques con la dinámica entre Trump y Putin?

R. Rusia actúa dentro de los límites que se le permiten. Moscú interpretó el formato de negociación "Witkoff-Dmitriev" [los negociadores principales de EEUU y Rusia] como una luz verde. Se les permitió salir del aislamiento cuando en ese momento no había contactos directos con los máximos representantes de Estados Unidos. Ahora, tieinen a oportunidad de discutir "cómo reiniciaremos las relaciones bilaterales", Rusia cree que, en esencia, se le ha dado permiso para bombardear Ucrania. Esto es un malentendido fundamental de las élites de seguridad rusas, que no entienden una negativa cortés. Interpretan cualquier ambigüedad como consentimiento. Si necesitan algo de ti o de otra persona, cualquier respuesta que no sea un claro "no, no me interesa, no, no cooperaré" se percibe como un "sí". La cuestión es que Rusia hoy en día no tiene verdaderamente política exterior, solo un concepto de seguridad que proyecta a nivel mundial. Desde 2021, con el artículo de Putin sobre la "unidad histórica de rusos y ucranianos" y el ultimátum del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, ¿qué estaban discutiendo realmente? La soberanía de Ucrania es una cuestión sin resolver de la seguridad interna rusa. Ellos escalan este concepto de seguridad a nivel mundial. Hoy es Ucrania, mañana será Europa y pasado mañana, quién sabe dónde. Todo porque se les ha permitido.


P. Al mismo tiempo, este es el segundo mandato de Trump, y ya tiene experiencia previa con Putin. Algunos creen que subestima o se niega a reconocer los errores del pasado. Incluso hay quienes afirman que Trump admira a Putin o está "encantado"por él. ¿Cómo interpretas esto?

R. Hay una admiración por la disposición que tiene Putin a romper las reglas. También hay un deseo de venganza: demostrar que, a pesar de la interferencia rusa en las elecciones estadounidenses, Trump es fuerte y puede negociar con Putin. Y no importa que durante el mandato anterior de Trump ya hubiera una guerra en curso y se intentaran nuevos formatos de negociación. Estaba el formato "Volker-Surkov", que difería significativamente del formato actual "Dmitriev-Witkoff". Volker [enviado especial de la primera administración Donald Trump para Ucrania] se comprometió específicamente con Surkov [exministro de Exteriores ruso] a poner fin a la guerra, con el objetivo de lograr un alto el fuego y establecer una línea de demarcación. No todas las ideas de Volker eran relevantes para nuestra situación ahora, pero creo que hay un deseo de demostrar que se "puede manejar todo a la vez". ¿Es correcto este deseo? Quizás. ¿Será posible llevarlo a cabo? Probablemente no.


P. ¿Tienen realmente los socios de Ucrania las herramientas para obligar a Putin a poner fin a la guerra? ¿Estamos sobreestimando sus capacidades?

R. ¿Pueden obligarle a poner fin a la guerra? Probablemente no. ¿Se están utilizando todas las herramientas? Tampoco. Aquí me gustaría plantear otra pregunta: ¿está Europa haciendo todo lo posible para garantizar su propia seguridad frente a Rusia? La respuesta es muy clara: no. La Federación Rusa, que es como si los servicios secretos controlaran todo el país, y esá utilizando todos los métodos turbios contra Europa que puede, y Europa no está dando absolutamente ninguna respuesta. Y Estados Unidos tampoco tiene respuesta por el momento.


P. ¿Por ejemplo?

R. Los ataques del Grupo Wagner contra la UE, los intentos de sabotaje... Se trata de amenazas a la seguridad llevadas a cabo bajo bandera extranjera. Los rusos también contratan a personas con pasaporte ucraniano de los territorios ocupados desde 2014 para llevar a cabo acciones ilegales contra socios europeos. Luego, la Federación Rusa culpa a los europeos diciendo: "Dejasteis entrar a los ucranianos; ahí tenéis el resultado". Nuestros socios no tienen la respuesta adecuada. Una vez, en una reunión a puerta cerrada con representantes de la UE, enumeré varias operaciones del Grupo Wagner [en países europeos]. Al principio, se sorprendieron de que conociera los detalles. Luego dijeron: "Mire, como OTAN, no podemos responder directamente. Cuando esto ocurre, simplemente aumentamos nuestro apoyo a Ucrania". Aumentar el apoyo a Ucrania es necesario, pero insuficiente. Rusia solo se detendrá cuando se le detenga físicamente. Moscú percibe todo lo demás como una luz verde. Uno de los problemas más importantes es la renuencia de nuestros socios a llamar a las cosas por su nombre. Siguen etiquetando al Grupo Wagner como una "PMC", una empresa militar privada. Pero si es una PMC, que me muestren su entidad jurídica. ¿Dónde está al menos un contrato firmado? Wagner no es una empresa militar privada, sino que depende directamente del Estado Mayor ruso. Entonces, ¿por qué no respondemos adecuadamente a sus ataques? Es el miedo, y no la legalidad, lo que impide que den una respuesta adecuada.


P. En cuanto a "llamar a las cosas por su nombre", ¿entiendo correctamente que Europa debe reconocer que ya se le está declarando la guerra, aunque sea a un nivel híbrido?

R. Va más allá de la guerra híbrida. Rusia está actuando directamente en varios países, llevando a cabo actos de sabotaje. Tenemos que aceptar que el Mediterráneo ya no es seguro. Rusia está aumentando su presencia en Libia y no ha sido expulsada por completo de Siria. Aunque se han rescindido algunos acuerdos de inversión en puertos sirios, el contrato de arrendamiento de un puerto sigue siendo válido. Rusia también está consolidando su influencia en África. El continente se ha convertido en un "tablero de ajedrez", en el que Moscú aprovecha su influencia política y logística en lugar de desplegar grandes contingentes militares. Tras la proclamación de la "Alianza de Estados del Sahel", favorable a Rusia, su principal prioridad era obtener acceso al mar. Con las elecciones en Ghana, ganadas por un candidato educado en Moscú durante la era soviética, lograron el acceso que necesitban. El ganador de esas elecciones fue Petr Bychkov, jefe de la oficina administrativa del Grupo Wagner y estratega político responsable de todos los proyectos africanos. Figuras como Petr Bychkov demuestran cómo los estrategas individuales pueden ser más importantes que batallones enteros. Es habitual en nuestro discurso hablar de una "guerra entre las torres del Kremlin": el Estado Mayor contra el FSB, el Ministerio de Asuntos Exteriores insatisfecho con todo. Esto es solo una parte de la historia. Si bien existen luchas de poder en el Kremlin, el ejército, el FSB y el Ministerio de Asuntos Exteriores se coordinan bien cuando es necesario para ejecutar operaciones destructivas.


P. ¿Hay alguien en el entorno de Putin que pueda influir en él para que ponga fin a la guerra?

R. Lo dudo mucho. Solo la economía rusa podría persuadirle. Cuanto peor sea la situación, mayores serán las posibilidades de que logremos un alto el fuego o una tregua temporal. Ponerle fin a la guerra de forma definitiva simplemente no está en su agenda en este momento. En cuanto a las élites y el círculo íntimo de Putin: tras su llamada "entronización" en 2024 —utilizo ese término deliberadamente, porque no hubo una toma de posesión formal—, el patriarca Kirill [de la Iglesia Ortodoxa Rusa] deseó públicamente "que el fin del reinado coincidiera con el fin de la vida". Esa era la unción del zar. Desde entonces, los puestos clave siguen en manos del círculo más cercano, que antepone la ambición geopolítica al enriquecimiento personal. Por ejemplo, la sustitución de [Sergéi] Shoigu [exministro de Defensa] por [Andréi] Belousov supuso un gran problema para nosotros. Él es un "planificador estatal hereditario" que ha establecido procesos para nacionalizar todo lo posible. En determinadas reuniones de la junta del Ministerio de Defensa —a partir de mayo de 2025— declaró explícitamente que Rusia se está preparando para la guerra con la OTAN. Para Sergei Vakhrukov, antiguo adjunto de Nikolai Patrushev en el Consejo de Seguridad Nacional, se creó un departamento adicional en la Administración Presidencial para gestionar la seguridad marítima. El propio Patrushev supervisa ahora la Junta Marítima de la Federación Rusa, que incluye a ministros y gobernadores de regiones con acceso al mar. Bajo el mando de Patrushev, se formó una estructura masiva, diseñada esencialmente para desestabilizar la seguridad marítima mundial.


P. Por un lado, decimos Putin que se le podría influenciar a Putin con el empeoramiento de la situación económica en Rusia. Por otro, menciona a este grupo de élites de seguridad para quienes el dinero es menos importante que mantener el poder y perseguir ambiciones geopolíticas. ¿No hay aquí una contradicción?

R. A estas élites no les importa la prosperidad nacional. Tienen su propia visión distorsionada de la idea del Estado, no son iguales al resto de la población en general, que simplemente quiere comer. No son iguales que las personas incluidas en la llamada operación militar especial. El potencial de movilización de la Federación Rusa se basa en gran medida en el hecho de que el servicio militar ofrece a estos hombres la única oportunidad de ganar el dinero que nunca podrían ganar legalmente en Rusia. ¿Qué es lo primero que compran con el "pago único" que reciben por alistarse? Por lo general, una chaqueta de cuero, una lata de whisky o algún otro artículo "de lujo". Pagan los préstamos hipotecarios. Y para pagos más cuantiosos, si alguien resulta herido o muere, a menudo solicitan una hipoteca. Básicamente, se trata de ingresos básicos. Si las autoridades rusas no pueden financiar este ejército, nadie permanecerá allí por voluntad propia. Los dirigentes rusos lo entienden perfectamente.


P. Entonces la pregunta pasa a ser la sostenibilidad. ¿Cuánto tiempo puede Rusia seguir repartiendo dinero, dadas las sanciones internacionales existentes y potenciales?

R. No soy economista, por lo que no puedo opinar desde un punto de vista profesional. Pero hay varios factores que influirán en ello. Durante los 12 días que duró la guerra entre Israel e Irán, el 19 de junio, los precios del petróleo alcanzaron su máximo. El crudo de los Urales se cotizó por encima de los 75 dólares por barril. Para Rusia, esos pocos días fueron una ganancia inesperada para el presupuesto estatal. Moscú todavía puede influir manualmente en los acontecimientos de Oriente Medio —y en otras situaciones mundiales— en su beneficio. Mucho depende de estas intervenciones. Las sanciones secundarias son dolorosas, pero difíciles de aplicar plenamente. Mientras tanto, las tendencias populistas están aumentando en todo el mundo. Los populistas (de extrema derecha, extrema izquierda o de cualquier otro tipo) siempre preguntan: ¿por qué debemos pagar por la guerra de otros? Rusia va a seguir explotando estas tendencias, y ya lo está haciendo de forma eficaz. En resumen, no hay una respuesta sencilla. Rusia está tratando de prolongar la vida del Estado en "modo manual", a pesar de que se encuentra en malas condiciones. Y, por ahora, estamos viendo los resultados.


P. ¿Deberíamos tener en cuenta entonces la opinión pública en Rusia? ¿Considera que el pueblo ruso o parte de la sociedad rusa pueden ejercer una influencia?

R. Por ahora, no. La única influencia posible sería a través de una revuelta por el hambre. No creo en los "rusos buenos" ni en los "rusos malos", ni en la supuesta rebelión de Prigozhin [el malogrado líder de Wagner] ni en la oposición rusa. Solo una revuelta por el hambre podría tener impacto. Y aún estamos relativamente lejos de eso.


P. Me gustaría referirme brevemente a las figuras políticas y activistas públicos rusos que se han ido al extranjero en la última década, pero principalmente en los últimos tres años. El punto de inflexión parece ser 2022. ¿Por qué?

R. Porque les conviene: pueden eludir su responsabilidad. De 2014 a 2022, cuando "bebían raf de lavanda en los estanques del Patriarca en Moscú", no tenían que rendir cuentas. ¿Crimea? Bueno, de alguna manera resultó que "Crimea no era un sándwich" [Kucherenko hace referencia a una frase del fallecido Alexéi Navalni, líder opositor ruso, sobre que Rusia no debría devolver Crimea a Ucrania].


P. ¿Considera que alguno de estos expatriados es, al menos, un aliado circunstancial de Ucrania?

R. Puede que haya aliados circunstanciales, pero solo aquellos con una postura muy clara sobre cuándo comenzó la guerra. El año a partir del cual cuentan el inicio de esta guerra determina su actitud hacia la integridad territorial y la soberanía de Ucrania. Por lo tanto, el difunto Navalni, su viuda y su círculo, que son ambiguos con respecto a Crimea, no, no son aliados. Garry Kasparov, para quien el inicio en 2014 está claro, sí, puede ser un aliado. Pero no puede liderar la oposición rusa seguida por aquellos que dicen: "¿De qué somos culpables? No lo sabíamos, somos gente sencilla". Él todavía no puede alcanzar ese público. En cuanto a muchos de los movimientos que afirman que podrían dividir Rusia o separar algo de ella, lo siento, pero su apoyo dentro de Rusia es insignificante. No niego que todos los pueblos tengan derecho a su lengua, cultura y tradiciones, que, para ser sincero, solo se apoyan a medias en Rusia, pero hoy en día no veo perspectivas realistas para estos movimientos.


P. En cuanto al colapso de Rusia, creo que no es solo una cuestión del nivel de apoyo a estas figuras, sino también de cómo se percibe este tema en Occidente. Ustedes lo saben mejor que yo: cuando hablan con algunos analistas o políticos europeos y sugieren que quizás la única salida para Rusia sea el colapso, se quedan literalmente pálidos.

R. Y es aún peor con los estadounidenses. Yo iría más allá: para muchos ucranianos, este miedo fué el que estropeó las relaciones con ciertos funcionarios estadounidenses que, de otro modo, podrían influir en la situación. La cuestión no es solo que alguien se oponga al colapso de Rusia o esté atrapado en la narrativa del "Pollo Kiev" [Kucherenko se refiere a un discurso que pronunció el entonces presidente estadounidense George H. W. Bush en Kiev en 1991, catalogando su afán de declarar su independencia un caso de "nacionalismo suicida"]. Recuerdo el llamado motín de Prigozhin. Lo que más preocupaba entonces a mis colegas occidentales era el riesgo de controlar las armas nucleares. Todo el mundo entendía que una cosa es que el botón nuclear esté controlado por un "abogado de Leningrado" y otra muy distinta que esté en manos de un "criminal de Leningrado". Esa es la manera en la que Rusia intimidó a Occidente hasta un nivel casi irreal.


P. ¿Qué contraargumentos ofrece en respuesta a esos temores?

R. Hay un contraargumento claro: en el futuro, debe producirse el desarme nuclear de Rusia. El mundo no puede seguir viviendo bajo el cautiverio de esta amenaza, y cualquier acuerdo de posguerra debe comenzar con estos procesos. Esto sigue el principio estándar: desarme, desmovilización y luego reintegración en el mundo civilizado. De hecho, la democratización no puede producirse hasta que Rusia esté desarmada.


P. ¿Qué debería hacer Ucrania para ayudar a Occidente a comprender mejor lo que está sucediendo en Rusia?

R. Respuesta muy breve: mantener un conocimiento perfecto de los hechos. Cuando se habla de Rusia con un conocimiento detallado, citando documentos internos y aportando datos sobre cifras concretas, incluso de 2004, 2005 u otros años, hay menos margen para la duda. Algunos colegas dicen que a los ucranianos no se les pregunta sobre Rusia. No estoy de acuerdo, a mí, por ejemplo, me preguntan. Solo hay que hablar de forma adecuada.


P. Pero si se utilizan más datos, hay menos emociones. Y las emociones, hay que reconocerlo, a menudo están justificadas por nuestra parte y son difíciles de controlar.

R. Voy a compartir una historia personal. En 2015, tenía a una persona cercana en la guerra. Asistí a foros, escuelas y mesas redondas, y allí me decían: "No lo llames "guerra", es un "conflicto", o "¿Cómo puedes criticar los acuerdos de Minsk?". Durante el día asistía a estos eventos y por la noche lloraba sola en una habitación de hotel. Te destrozan porque se enfrentan a tu dolor: intentan convertir lo negro en blanco y hacerte aceptar el gris. La respuesta es sencilla: no aceptes su terminología, defiende tu posición con hechos. Presenta tantos documentos, historias, citas y subapartados como puedas. Llena el debate con hechos.


P. De cara al futuro, mencionaste que, a finales de 2022, viste la posibilidad de que la operación militar especial se convirtiera en una operación antiterrorista. ¿Ves zonas o grupos de riesgo potenciales que debamos vigilar ahora?

R. Sí. En primer lugar, la imagen internacional de Ucrania. Rusia está tratando de etiquetarnos como un Estado terrorista, y este esfuerzo se intensificará. En segundo lugar, las negociaciones siguen siendo un riesgo. Debemos mantener de forma coherente nuestra posición de siempre: la seguridad es lo primero. En tercer lugar, la cuestión del fin de las sanciones contra Rusia supondrá un reto para nuestros diplomáticos y negociadores. Debo elogiar al Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania: están haciendo un trabajo extraordinario, pero la presión aumentará. Los cambios en los gobiernos aliados también podrían aumentar la influencia del populismo en las decisiones. En este sentido, Ucrania tiene un valor añadido único: once años de experiencia en condiciones de guerra nos permiten ayudar a nuestros socios a contrarrestar las operaciones rusas "bajo bandera extranjera". Debemos destacar que Ucrania no solo consume ayuda, sino que contribuimos a la seguridad mundial. Y esto no es una exageración.


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La última indecencia de Sánchez para seguir en La Moncloa
editorial. ESdiario. 27 Agosto 2025

Pedro Sánchez ha alcanzado un nuevo abismo de degradación en su afán por mantenerse en el poder, demostrando que no hay límite ni escrúpulo que frene su estrategia de cesiones a los independentistas. Las últimas decisiones del Gobierno, reflejo de una desesperación política sin precedentes, incluyen tres agravios que evidencian su sumisión: el reparto desigual de menores inmigrantes, la aceleración del cupo catalán y la suspensión del Pleno del Congreso por la Diada. Cada paso es un golpe a la igualdad entre españoles y un regalo a sus socios separatistas.


El decreto que permite a Cataluña y al País Vasco acoger menores inmigrantes, mientras el País Vasco se desentiende, deja al resto de comunidades en una posición de desigualdad, cargando sobre ellas la responsabilidad que Sánchez regala a sus aliados. Paralelamente, la ampliación de la Hacienda catalana para contratar funcionarios y aplicar el cupo "cuanto antes" responde a las exigencias de ERC, consolidando un privilegio fiscal que rompe la solidaridad interterritorial. La guinda la pone la solicitud de suspender el Pleno del 11 de septiembre, coincidiendo con la Diada, para complacer a Junts y ERC, evitando así perder votaciones clave y, de paso, eludir la incómoda declaración de Begoña Gómez ante el juez.


Estas maniobras no son improvisación, sino el culmen de un patrón aprendido en su entorno político. Sánchez prostituye la política, sacrificando la unidad nacional por un sillón en La Moncloa, un oficio que parece heredado de una familia política donde los intereses personales priman sobre el bien común. Los socialistas llegan a pedir la suspensión del Congreso por una fiesta autonómica, un precedente sin parangón en 47 años, mientras el PP denuncia la hipocresía y Vox apunta a una corrupción estructural.


Es urgente poner fin a esta pesadilla. La ciudadanía no puede seguir soportando un Gobierno que trafica con la dignidad de España para perpetuarse. La oposición debe unirse y los españoles exigir un cambio que restaure la igualdad y el sentido de Estado. Sánchez ha ido demasiado lejos; su tiempo debe terminar.


El futuro de España
Antonio R. Naranjo. el debate. 27 Agosto 2025

La última locura del Gobierno remata una deriva suicida de un país que se diluye poco a poco


El Gobierno ha tenido otra de sus ideas geniales y, sin que conste insolación de la titular del Ministerio de Inclusión, la sagaz Elma Saiz, pretende compensar la jubilación en los próximos años de casi seis millones de españoles con la llega de otros 3.5 millones de inmigrantes.


El subtexto del anuncio, soltado con la misma solvencia presente en el discurso climático de Pedro Thunberg Pérez-Castejón, es que como hace falta toda esa ingente nueva inmigración, no hay razón para preocuparse por la masiva inmigración irregular del momento, mezclando conceptos con la frivolidad habitual: no querer distinguir la diferencia entre lo que hizo España desde los años 50 hacia Alemania, Francia, Suiza, Estados Unidos o Argentina y lo que pasa en España desde África es tan temerario como reforestar a lo loco el monte expulsando del medio rural al ser humano y al sector primario. Al final, el incendio está asegurado.


La inmigración, en abstracto, es un fenómeno necesario e inevitable: la historia se escribe desde el nomadismo del hombre, en su búsqueda de mejores condiciones vitales, en el activismo comercial, en la curiosidad, la huida de zonas de guerra, la conquista de nuevos territorios y la defensa de los propios.


Pero ha de tener un orden, un sentido y una regulación para que sus efectos positivos no muten en perversos efectos secundarios en origen y en destino, como ocurre ahora: aquí se estimula el negocio de las mafias del tráfico de seres humanos, ligadas a menudo al fundamentalismo islámico; se aumenta la mortalidad en el mar entre los más desfavorecidos por el efecto llamada; se les condena a tantos de ellos a la marginalidad como paso previo a la delincuencia y se desborda la capacidad de acogida, provocando un temor legítimo sobre el coste económico, la seguridad ciudadana y la identidad y los valores genuinamente democráticos que nos ha costado siglos hornear.


Solo un tonto, un negligente, un perverso o todo ello a la vez sostiene, en fin, que los problemas laborales o demográficos de un país se subsanan estimulando la inmigración masiva, dejando en los migrantes la esperanza de aumentar la natalidad y de cubrir los puestos de trabajo que quedarán libres cuando se jubile la generación del «baby boom».


Que los más críticos con ese discurso sean, en Cataluña y el País Vasco, nada menos que Bildu y las CUP respectivamente, deja claro que la preocupación por las consecuencias de esa política kamikaze no es privativa de la «ultraderecha», como también lo hacen las políticas restrictivas de los Gobierno socialdemócratas del Reino Unido o Dinamarca.


Todos entienden, en el caso de los separatismos locales con sus gotas de racismo presentes ya en el desprecio a los españoles, que ninguna sociedad occidental puede reponerse con inyecciones masivas de foráneos, pues ello hace inviable el sostenimiento de las sociedades más avanzadas alumbradas por la humanidad, sustentadas en la separación entre la Iglesia y el Estado y nacidas de la tradición judeocristiana y grecolatina, origen de la civilización.


Que en el país con el mayor paro estructural de Europa, con una de las peores tasas de natalidad y una de las mayores de aborto, al Gobierno solo se le ocurra apostar por el efecto llamada, en una versión alocada y aumentada, deja claro en qué manos estamos: en España hay cuatro millones de desempleados reales, por mucho que la manipulación estadística maquille la cifra real; el 57 por ciento de los 6,6 millones de extranjeros residentes no cotiza en la Seguridad Social por edad o exclusión laboral; la tasa de delincuencia foránea triplica a la nativa y la imposibilidad de integración real con esas tristes evidencias se dispara, aumentada por la resistencia de algunos sectores a aceptar los valores europeos y la estupidez de las autoridades europeas de exigírselo sin complejos.


Luego dirán que sube la «extrema derecha», aunque en realidad en el País Vasco y Cataluña vayan a hacerlo la izquierda radical e independentista: lo que en realidad crece es la perplejidad del españolito medio con un Gobierno que le exige que le crea a él y a sus delirios pero tiene la mala costumbre de fiarse de sus propios ojos.


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