Recortes de Prensa Lunes 22 Septiembre 2025
La
Fuerza Aérea ucraniana derriba 132 drones enviados por Rusia
El
Ministerio de Defensa ruso ha catalogado como "ataque
terrorista" un incendio en Yalta originado por la caída de
fragmentos de un dron derribado
Alejandro Bonilla. Madrid. el
mundo. 22
Septiembre
2025
La ofensiva rusa continúa, dejando al menos tres muertos este lunes en un bombardeo ruso en la ciudad ucraniana de Zaporiyia. Bombas aéreas guiadas han impactado contra infraestructuras civiles y viviendas comunes, resultando dañados quince edificios y diez casas particulares.
Las regiones de Donetsk, Dnipropetrovsk, Sumy, Kiev, Járkov y Jersón también han sufrido ataques durante esta madrugada. Se han lanzado más de 140 drones, algunos de ellos "shaheds". En Sumy, una panadería, una escuela y una guardería han sufrido importantes daños en su infraestructura. También se han registrado destrozos en una escuela enMalotaranivka, en la región de Donetsk.
Serguéi Aksionov, el jefe de Crimea apoyado por el Kremlin, ha confirmado que Ucrania habría perpetrado tres nuevos ataques, uno de ellos sobre la localidad turística de Foros, dañando los terrenos cercanos a un sanatorio y un edificio escolar. El segundo ha sido catalogado por las autoridades rusas como un "ataque terrorista", registrado en la ciudad de Yalta a causa de la caída de fragmentos de un dron derribado.
También varios drones ucranianos han impactado sobre la región rusa de Krasnodar, en la localidad de Staraoderevyankovskaya. Los servicios de emergencia rusos no han notificado ningún herido en el incendio, que se habría confirmado con posterioridad.
10.09
Berlín defiende la ONU como foro que une al mundo: "Putin se opone a todo lo que representan las Naciones Unidas"
El ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, Johann Wadephul, ha defendido este lunes a la ONU, antes de que dé comienzo en Nueva York la Asamblea General de dicha organización, como un foro único para la cooperación en un mundo marcado por los conflictos internacionales.
"Las Naciones Unidas son el único foro indispensable que reúne al mundo. Para ello se necesita una organización fuerte y capaz de actuar", ha afirmado en un comunicado recogido por Efe, consciente de que en Nueva York se debatirán soluciones a crisis como la guerra de Rusia contra Ucrania o la de Israel contra la organización islamista palestina Hamás.
"Hoy en día, son los enjambres de drones, los desfiles de misiles y las amenazas nucleares los que pretenden socavar la fe en la fuerza de la ley", planteó el ministro alemán antes de aludir a la guerra de agresión de la Rusia del presidente Vladímir Putin contra Ucrania.
"Con su guerra de agresión contra Ucrania, contraria al derecho internacional, Putin se opone a todo lo que representan las Naciones Unidas", concluye.
9.42
Los soldados ucranianos utilizan vehículos teledirigidos en las misiones más complicadas
En un campo de batalla plagado de mortales drones rusos, los soldados ucranianos recurren cada vez más a vehículos blindados controlados a distancia que pueden realizar distintas tareas y evitar que las tropas se enfrenten a misiones potencialmente mortales.
El ejército ucraniano está especialmente interesado por desplegar lo que los soldados llaman "robots sobre ruedas" ya que enfrenta una escasez de soldados en una guerra que se ha prolongado por más de tres años y medio. Los vehículos parecen tanques en miniatura y pueden transportar suministros, despejar minas y evacuar a los heridos o muertos. Informa AP.
"No puede reemplazar completamente a las personas", confirma el comandante de un pelotón de la 20ª Brigada Lyubart, que utiliza el apodo Miami y habló bajo condición de anonimato de acuerdo con las normas militares. "Lo diría de esta manera: una persona puede entrar allí, pero para un humano es, a veces, demasiado peligroso".
Los vehículos robóticos son fabricados principalmente por empresas ucranianas y su costo varía desde aproximadamente 1.000 dólares hasta 64.000 dólares (54.464 euros), dependiendo de su tamaño y capacidades.
9.23
Ucrania acusa a Rusia de responder con asesinatos a la celebración de la Asamblea General de la ONU
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha acusado este lunes a Rusia de responder con asesinatos a la celebración de la Asamblea General de la ONU en Nueva York que comenzará el martes, después de que un ataque ruso haya dejado tres muertos en la ciudad de Zaporiyia. Informa Efe.
"Esta es la cuarta vez que Rusia acompaña con asesinatos uno de los eventos diplomáticos más importantes del mundo", ha confirmado Zelenski en su cuenta en la red social de Telegram sobre la celebración de la Asamblea General de la ONU y las consecuencias del ataque ruso contra Zaporiyia esta madrugada.
9.00
Zelenski, sobre los ataques de esta noche: "Nuestros equipos están actuando sobre el terreno donde es necesario"
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha confirmado los nuevos ataques rusos perpetrados en territorio ucraniano. Bombas aéreas guiadas han impactado sobre infraestructuras civiles y viviendas comunes. A su vez, quince edificios de apartamentos y diez casas particulares han resultado dañados
"Las regiones de Donetsk, Dnipropetrovsk, Sumy, Kiev, Járkov y Jersón también han sufrido ataques con drones durante la noche. Se lanzaron más de 140 drones, algunos de ellos 'shaheds'. En Sumy, una fábrica de pan, una escuela y una guardería han resultado dañadas, así como una escuela normal en Malotaranivka, en la región de Donetsk".
El mandatario ha asegurado que, tras los ataques de esta madrugada, los quipos ucranianos están actuando sobre el terreno".
8.37
Ucrania derriba 132 drones en un ataque ruso
La Fuerza Aérea de Ucrania ha confirmado el derribo de 132 drones enviados por Rusia en un ataque durante la madrugada de este lunes en el que se han producido nueve impactos en siete localizaciones, mientras que en Zaporiyia, en el este ucraniano, se han registrado nuevas víctimas por bombas guiadas.
En un parte publicado en su canal de la red social Telegram, la Fuerza Aérea ucraniana ha asegurado que Rusia lanzó contra Ucrania 141 drones de ataque, unos 80 de ellos modelos Shahed, de tecnología iraní, y de tipo Gerbera, entre otros. Informa Efe.
8.18
1.102.570 pérdidas rusas en combate desde el inicio de la invasión
La cuenta oficial 'Defense of Ukraine' ha publicado este lunes la cifra total de pérdidas rusas en combate notificadas desde el 24 de febrero de 2022 (inicio de la invasión de Rusia a Ucrania) hasta el 22 de septiembre de 2025.
La cifra total asciende a 1102570 pérdidas rusas en combate.
7.58
Un ataque ucraniano de drones deja tres muertos en Crimea
Un ataque ucraniano con drones ha matado esta madrugada a tres personas en Crimea, la península anexada por Moscú. El jefe de Crimea apoyado por el Kremlin, Serguéi Aksionov, ha asegurado que Ucrania atacó la localidad turística de Foros, dañando los predios de un sanatorio y un edificio escolar. Informa AFP.
"Según la información actualizada, tres personas murieron y 16 fueron heridas como resultado del ataque", ha publicado Aksionov en la red social Telegram. Los fragmentos del dron derribado también han causado un incendio cerca de la ciudad de Yalta.El ataque ha sido catalogado por el Ministerio de Defensa ruso como un "ataque terrorista".
7.54
Dos muertos tras un bombardeo ruso en la ciudad ucraniana de Zaporiyia
Al menos dos personas han muerto este lunes en un bombardeo aéreo ruso contra la ciudad de Zaporiyia, en el sur de Ucrania. El ataque ha dejado dos heridos, uno de los cuales se encuentra en estado grave, tal y como ha confirmado en la red social Telegram el jefe de la administración regional de Zaporiyia, Ivan Fedorov. Informa AFP.
Otros ataques rusos entre la noche del domingo y el lunes dejaron un herido en Kiev y otro en Sumi, según autoridades de esas localidades.
7.52
Un ataque con un dron ucraniano incendia una subestación eléctrica rusa de la región de Krasnodar
Los restos de varios drones derribados han provocado un incendio en una subestación eléctrica en la región de Krasnodar, en el sur de Rusia, tal y como han confirmado los servicios de emergencia y ha recogido Reuters.
El incendio se habría desatado en la subestación de la localidad de Staraoderevyankovskaya, al este del mar de Azov, dejando algunos heridos.
«esta declaración no fomenta la paz, sino que por contra desestabiliza aún más la región»
Israel,
tras el reconocimiento de varios países de Palestina como Estado:
«Es una recompensa al terrorismo»
Redacción.
gaceta. 22
Septiembre
2025
El Gobierno israelí ha expresado este domingo su rechazo al reconocimiento del Estado de Palestina anunciado por Reino Unido, Canadá y Australia porque supone una «recompensa al terrorismo».
«Los líderes de Hamás llaman a esta declaración ‘los frutos de la masacre del 7 de Octubre’ y supone no solo una recompensa por la mayor matanza de judíos desde el Holocausto a manos de una organización terrorista que pide y actúa para la aniquilación de Israel, sino que además solidificael apoyo con el que cuenta Hamás», ha denunciado el Ministerio de Asuntos Exteriores israelí en un mensaje publicado en su cuenta en X.
Para Israel, «esta declaración no fomenta la paz, sino que por contra desestabiliza aún más la región y afecta a las opciones de lograr una solución pacífica en el futuro». En concreto considera «destructivo» separar la cuestión del estado palestino del resto de cuestones del estatus final que es necesario abordar la para paz.
«Esta acción va en contra de la lógica de negociación para lograr un acuerdo entre las dos partes, por lo que aleja aún más la deseada paz», ha argüido el Gobierno israelí.
En cuanto a la Autoridad Palestina, Israel resalta que «no ha cumplido ninguno de sus requisitos y obligaciones», entre los que ha mencionado el «cese de la incitación a la violencia, la política de pagos por asesinatos (…) o la lucha contra el terrorismo», y cita como ejemplo el hallazgo de cohetes la semana pasada cerca de Ramala.
Genocidio
contra la verdad
Fran Carrillo. okdiario. 22
Septiembre
2025
Cuando iniciaba mis estudios de Historia, terminando el siglo pasado, la mayoría de historiadores bebían de la comunista escuela que adoctrinaba Manuel Tuñón de Lara en la España que aceptó sin rechistar las leyes de educación socialista y el primer revisionismo histórico, primero de los muchos que sufrimos como sociedad desde entonces. En aquellos tiempos, la guerra civil se contaba desde la visión que la LOGSE impuso sin oposición, y de los conflictos internacionales se informaba a partir de los límites y patrones morales que la izquierda consideraba relevantes. Las mentiras que hoy recibimos sobre la guerra en Gaza las escuchaba yo en boca de docentes de puño en alto y doctrina fértil sobre las matanzas de Sabra y Shatila. Aquellos asesinatos a palestinos en Beirut por parte de la falange libanesa se debatían en clase sin dar oportunidad al intercambio de ideas. Porque el malo siempre era Israel.
Recuerdo a un profesor negarme en plena refutación de doctrina que aquellas matanzas fueron la respuesta al asesinato que los terroristas palestinos de la OLP (Organización para la Liberación de Palestina) perpetraron contra los cristianos maronitas libaneses y otros ciudadanos inocentes. La verdad no (le) importaba. Él estaba ahí, no para enseñar historia, que lo hacía a medias, sino para instruir en la moral adecuada a los alumnos. Ha pasado mucho desde aquellas discusiones que se acababan desde la auctoritas impuesta por quien amenazaba al discrepante con un verano de estudio. El germen de la mentira, la intoxicación y el bulo sigue vigente en las aulas españolas.
Poco después de aquella primera experiencia de instrucción progre, vino la guerra de Irak. Y la infoxicación, continuaba. Nos obligaban a parar las clases los mismos que no acudían a ella, por culpa de una guerra que ni entendían ni les importaba, como la actual en Gaza. Pero vieron la oportunidad de contaminar de engaños y fraudes a esa población que consideraba entonces -aún hoy- que la izquierda representa el pacifismo y la derecha la guerra. En ese tablero moral que han ocupado y expropiado, los zurdos de uno y otro lado del mundo escenifican una preocupación por el pueblo palestino sólo cuando pueden rentabilizar su tragedia, porque los derechos humanos les importan de manera fija discontinua, como los datos y la verdad. Ahora repiten «genocidio» como un moderno «no a la guerra», mantra tan falso como resultón con el que quieren aliviar sus conciencias de pesebre y manifiesto.
Lo que sucede en Gaza no es un genocidio, porque no hay un dolo manifiesto para exterminar a una población palestina que no ha dejado de aumentar en dicha región y en Cisjordania en las últimas décadas. Tampoco hay una negación de la necesidad de constituir dos estados, plan que siempre han auspiciado todas las partes (Israel, Estados Unidos, Unión Europea y ONU) salvo la palestina. Porque en Palestina no hay democracia, algo que obvia a sabiendas la siniestra hiprogresía, sino un régimen de terror que lleva desde 2006 sometiendo a la población a una pobreza controlada, a la que utiliza como escudos humanos para repelar ataques, mientras ellos, los terroristas de Hamás, se esconden en algún agujero entre los más de setecientos kilómetros de túneles que pueblan Gaza y que han sido financiados por las teocracias que apoyan su continuidad.
Lo que pasa en España empieza a oler a dos mil cuatro, cuando la izquierda usó una guerra que no le importaba para salpicar a sus medios dóciles de la importancia de unificar en torno al PSOE el descontento sobre una mentira creada para movilizar a la acrítica y estabulada militancia. Aquello acabó con el hoy asesor de narcodictaduras en el poder, el desplazamiento de España como socio prioritario de Estados Unidos y la sumisión a los intereses de Berlín, París y Rabat. Aún seguimos bajo la férrea disciplina de quienes articularon el 11M con el objetivo de sacar a España del núcleo decisor geopolítico. Ahora, para todo, dependemos de lo que nos suministren los demás: energía, industria, tecnología, productos primarios (la Unión Europa privilegia a Marruecos en detrimento de España) y en esa felicidad de lo pobre, el socialismo genera su mayor clientelismo, que se indigna por una guerra que no conoce ni le importa mientras la nación agoniza.
Sí, es una guerra, cruel y horrible, que se produce a miles de kilómetros de España, donde tenemos problemas tan graves que más vale que empecemos a ocuparnos de ellos. Empero, a la izquierda de humanidad temporal, lo que hizo China con el pueblo uigur, Turquía con los kurdos o Marruecos con los saharauis, sin guerra de por medio, no les merece la atención que sí muestran por una batalla que se inició por el asesinato de civiles inocentes y el secuestro de rehenes, cuya liberación, junto al desarme de Hamás, daría por finalizado el conflicto. Pero sobre ello no hablan los propagandistas del engaño. Porque, en verdad, «genocidio» no es el concepto que retrata la realidad, sino la excusa que busca tapar la delincuencia infame de un gobierno corrupto y financiar la servidumbre voluntaria de quienes reciben cada día su cheque mediático y cultural por ejercer de bufones a tiempo completo de esta impostura moral y cívica llamada socialismo.
El suicidio palestino
Juan
Carlos Girauta. el debate.
22 Septiembre 2025
Seguir con la cantinela de los dos Estados es pereza intelectual. Ese callejón sin salida llegó a contar con el entusiasmo de Israel. Pero los «palestinos» no querían dos Estados; querían borrar uno del mapa y establecer el suyo sobre los muertos. ¿Dos Estados? El israelí existe desde 1948. Casi medio siglo después, tras vencer varias guerras defensivas (faltaban las intifadas y la actual) afloraron las verdaderas y únicas intenciones del egipcio Arafat, cleptócrata sin Estado cuya capacidad de seguir acumulando poder y riquezas personales dependía, justamente, de no alcanzar nunca el supuesto objetivo. Un poco como los separatistas catalanes, que no buscan la independencia sino el mantenimiento indefinido del independentismo, fuente de oscuras fortunas, patente de corso para delinquir sin consecuencias y excusa eterna para un trato de privilegio sobre el resto de españoles. Lo de Palestina es eso en plan bestia.
Los representantes de «Palestina» servían al mundo árabe en la medida en que podían exhibirse como incombustible agravio. Con un Estado funcional, perdían ese comodín. Con el correr de los años, los países árabes siguen sin querer un Estado palestino, pero ahora se nota más la verdadera razón: los «palestinos» son una fuente de conflictos allá donde se instalan. Llevan la guerra consigo, el deseo inextinguible de venganza que les han inoculado con la complicidad de UNRWA. Incluso si esa agencia de la ONU estuviera gestionada por gente pacífica centrada en beneficiar al «pueblo palestino», su existencia seguiría siendo anómala. Todos los refugiados del mundo dependen de otra agencia, consagrada a que aquellos logren sacudirse su condición. Mientras, UNRWA se dedica a hacer exactamente lo contrario: se ocupa en exclusiva de los refugiados «palestinos» y trabaja denodadamente para que nunca dejen de serlo, y para que la condición de refugiado la hereden hijos y nietos. Así sucede.
Los refugiados iniciales tras la guerra de 1948, desatada por todos los vecinos de Israel (que no aceptaron la solución de los dos Estados de la ONU), eran unos 700.000, número similar al de los refugiados judíos. Solo que a estos los absorbió Israel y a los primeros los han macerado en el odio. Ascienden ahora a más de cinco millones. Tuvo hace 19 años Gaza su administración, su territorio, sus elecciones, su generosa financiación occidental (y oriental). Obtuvo la retirada de todos los judíos de la franja. Los gazatíes quisieron votar a Hamás conociendo las consecuencias: no votar más. Los recursos se han dedicado a cavar túneles, comprar armas y formar terroristas. El tiempo y UNRWA, a regar de odio escuelas y programas infantiles de tele. El 7 de octubre de 2023 se suicidaron, consciente y voluntariamente.
(No voy a dedicar una sola línea a refutar la patraña del genocidio. El populacho ignorante llama genocidio a la guerra, llama guerra al terrorismo, llama terrorismo a la violencia machista y llama violencia machista a criticar a una ministra. El único genocidio en esta guerra fue el que la desató. Lo perpetraron «palestinos» salpimentados con funcionarios de UNRWA).
Las verdades incómodas sobre Israel,
Hamás y la guerra en Gaza
Ángel
Mas. el debate.
22 Septiembre 2025
En España se habla mucho de Gaza, de «genocidio», de la «causa del pueblo palestino» y del «sufrimiento de los civiles». Pero se olvidan asuntos tan esenciales como incómodos. Estas son las verdades que casi nadie quiere discutir:
Verdad 1: la responsabilidad de la población. Los «inocentes civiles» de Gaza.
En 2005, Israel se retiró de Gaza, expulsando a todos los judíos y dejando modernas industrias agrícolas. La población gazatí las saqueó y destruyó.
Un año después votaron masivamente a Hamás, una organización yihadista. En 2007, Hamás masacró a su oposición, Fatah, arrojando militantes desde azoteas y arrastrándolos en motocicletas. Durante años, desde Gaza se lanzaron decenas de miles de misiles contra poblaciones israelíes, sin que la comunidad internacional levantara la voz.
Con dinero de Qatar y de la Unión Europea se construyeron 500 km de túneles bajo hospitales y mezquitas. Todos lo sabían. Nadie lo denunció.
El 7 de octubre no fue «solo Hamás»: multitudes de civiles acompañaron a los terroristas, participaron en violaciones, saqueos y asesinatos. Recibieron con júbilo los cuerpos destrozados de israelíes y festejaron los intercambios de rehenes demacrados o asesinados como victorias.
Muchos rehenes han relatado que estuvieron secuestrados en casas de médicos, periodistas o profesores. Esos eran los supuestos «civiles inocentes». Los terroristas, además, no siempre llevan uniforme: se esconden entre la población. Sin embargo, la narrativa internacional presenta como víctimas civiles a combatientes disfrazados. Se da por hecho que cualquier mujer o menor no puede ser terrorista. Pero pueden serlo, y lo son.
Como con los «inocentes alemanes» del nazismo, conviene mucho cuidado con esa etiqueta.
Verdad 2: La narrativa tóxica.
Desde el minuto uno se desplegó un vocabulario perverso. Se exigió contención y proporcionalidad a Israel cuando ni siquiera había recogido los restos de sus muertos.
Se habló de escasez de alimentos, electricidad y agua, mientras Gaza mostraba una población bien alimentada, con móviles cargados y decenas de hospitales en funcionamiento. Ahora la retórica insiste en palabras como «genocidio», «exterminio», «masacre». Son términos diseñados para invertir la realidad y culpar al agredido.
Cuando políticos y comunicadores que deberían tener criterio adoptan esas mentiras dictadas por Hamás y amplificadas por un Gobierno intoxicador, dejan huérfanos a millones de españoles que solo reciben un monólogo de bulos. La oposición, plegada al marco impuesto, contribuye a hundir cualquier esperanza de escapar de este tiempo dominado por la propaganda.
Verdad 3: los tibios y los cómplices.
Lo más dañino no es la propaganda de Hamás, sino la cobardía de quienes la repiten. Políticos supuestamente moderados, periodistas, intelectuales que saben lo que significan «genocidio» y «exterminio» y aun así lo pronuncian con ligereza.
Un genocidio no es una guerra dura ni un drama humano. Es un plan deliberado para exterminar a un pueblo entero. Nada de esto ocurre en Gaza. Repetir ese mantra solo demuestra mala fe.
Si Israel hubiera querido exterminar a los palestinos, en dos semanas Gaza no existiría. En cambio, ha perdido centenares de soldados porque combate casa por casa para evitar bajas civiles. Incluso aceptando las cifras de Hamás —30.000 no combatientes muertos—, están lejos de un genocidio. Todas esas muertes son atribuibles a Hamás: bastaría con que entregaran a los rehenes y se rindieran para que la guerra terminara.
Verdad 4: las banderas de Palestina.
En España se ondean banderas palestinas como símbolo de solidaridad. La realidad es otra: esas banderas no representan a la Autoridad Palestina ni a los dos millones de árabes israelíes que viven en paz en Israel.
Representan a Hamás y a Gaza. El 7 de octubre fueron asesinados también árabes israelíes y beduinos. Los civiles gazatíes secuestraron y mataron a árabes igual que a judíos. Quien agita esa bandera hoy no muestra solidaridad con «los palestinos», sino con los asesinos de mujeres y niños.
Verdad 5: la responsabilidad de la comunidad internacional.
La comunidad internacional fracasó una y otra vez:
No reconoció Gaza como un Estado terrorista en manos de Hamás. Permitió que sus ayudas financiaran túneles y armas. Cada vez que Israel respondía a ataques, exigía contención. Desde el 7 de octubre pedía «proporcionalidad» antes de recoger a los muertos. Impidió la evacuación de civiles, perpetuando su uso como escudos humanos. Canalizó ayuda a través de Hamás, reforzando su control.
Hoy, en vez de exigir la liberación de los rehenes y la rendición de Hamás, presionan a Israel para que no acabe el trabajo.
En conclusión.
Israel, como en su día los aliados frente a Hitler, no puede detenerse en Bruselas. Debe empujar hasta la victoria.
Es como si en 1944 se hubiera pedido a Eisenhower que no bombardeara Alemania para no dañar a los civiles, que no llegara a Berlín, que no capturara a los jerarcas nazis. Y que, además, se hubiese formado un coro en la opinión pública internacional con el fin de retrasar la victoria sobre el mal.
El mundo debe elegir: seguir hostigando a Israel y dando oxígeno a Hamás, o contribuir a la derrota definitiva de los criminales de Hamás y al fin de esta horrible guerra.
Ángel Mas es presidente de Acción y Comunicación en Oriente Medio (ACOM)
Por qué
fracasan las naciones
Jesús Banegas. Vozpópuli.
22 Septiembre 2025
La ciencia económica experimentó un gran auge a partir de los años 50 del pasado siglo cuando el gran economista austriaco Joseph A. Schumpeter descubrió la singular importancia de la innovación tecnológica, a través del proceso que denominó destrucción creativa, como palanca del crecimiento económico. Pocos años después otro brillante economista, Robert Salow, soportó empíricamente la hipótesis schumpeteriana al atribuir al capital y al trabajo apenas un 15% del crecimiento de la economía y el resto a la innovación tecnológica. Por ello, recibió el premio Nobel de Economía en 1987. Este trascendental descubrimiento, abrió enseguida la puerta a una pregunta: ¿Cómo se podía potenciar la innovación tecnológica?, lo que conllevaba a saber de qué factores dependía. La década de los años 60 del pasado siglo fue muy rica en investigaciones y análisis de dicha interrogante, con una conclusión común y vigente: el desarrollo de la innovación tecnológica depende del marco institucional, o reglas de juego que afectan al libre ejercicio de la función empresarial. El Estado de Derecho, el marco constitucional y las regulaciones que afectan a los mercados, explican muy bien el éxito o el fracaso de las naciones.
En los años 60 del pasado siglo, un amplio elenco de grandes economistas se ocupó de investigar este gran tema, logrando una gran cosecha de premios Nobel de economía por el camino: Hayek (1974), Buchanan (1986), Coase (1991), Becker (1992) y North (1993). Este último, quizás el más relevante de todos, sintetiza así la visión institucional de la economía: “Las instituciones son el elemento central que explica el éxito o fracaso económico de los países. El progreso no depende únicamente de acumular capital o tecnología, sino de contar con un marco institucional que garantice derechos de propiedad, reduzca los costes de transacción y promueva la cooperación social”, es decir, el desarrollo de la función empresarial. Más recientemente otros dos economistas, Daron Acemoglu & James A. Robinson, también recibieron el premio Nobel de 2024 por sus estudios empíricos y teóricos que exploran -en términos históricos- las causas de las diferencias en la prosperidad de las naciones. Dicha concesión fue precedida de su libro: Why Nations Fail (2012) -del que se ha tomado el título de este artículo- en cuya presentación en Madrid en julio de 2012, Acemoglu señaló: “Lo que explica el éxito o el fracaso de un país son las instituciones políticas”.
Extraña metamorfosis política
Veamos entonces cómo han evolucionado dichas instituciones políticas y sus consecuencias para la prosperidad económica en el último siglo en España. Como ya se ha señalado con datos en esta columna, España a principios de siglo XX venía experimentando desde 1850 un muy notable crecimiento económico junto con el más acusado descenso de la desigualdad económica de Europa; y ello sucedía en un marco político -la Restauración monárquica basada en la Constitución de 1876- comparable a los mejores de Europa. En tales circunstancias, se produjo una muy extraña -por injustificada- metamorfosis política que sustituyó el régimen monárquico vigente por una república. La ilegítima, aún pacífica revolución institucional, que trajo la II República, debida al abandono de sus responsabilidades de los partidos conservadores así como del monarca, no contó con la voluntad popular. En las elecciones municipales que sirvieron de excusa para la proclamación de la república, la mayoría de los españoles -salvo en las grandes ciudades- estuvieron en contra. Literalmente fue un golpe de Estado, pacífico, que se sumaría a los ocho siguientes que tiene muy bien ilustrados el exfiscal general del Estado Eligio Hernández. Aquella república puso en pie una nueva y muy sectaria constitución, sin consenso ni político ni social, copiando literalmente de otras como la soviética -su artículo 3º, aquí fue el 1º: ..”república de trabajadores de todas clases”, la búlgara y la del México revolucionario. De la norteamericana -la verdadera democracia- no hubo noticias. En ella se otorgó poder a su presidente -no elegido por el pueblo, sino por apaños parlamentarios- para formar gobiernos -como en 1933- ajenos a los claros ganadores de las elecciones. Los gobernantes republicanos de izquierdas, además de cerrar centros educativos privados, prohibieron el uso de maquinaria en el campo, entre otras muchas decisiones contra el progreso económico y social.
La experiencia republicana convirtió España en un “estado fallido” en lenguaje contemporáneo, justo lo que está ensayando aquí el actual gobierno, confeso admirador de aquel fracaso histórico. Nuestra actual democracia, ésta verdadera, por estar sostenida por una constitución políticamente consensuada e integrada en las mejores prácticas internacionales, que el Colegio Libre de Eméritos ha juzgado, reciente y muy motivadamente, como “menguante”, se encuentra cada vez más amenazada por una coalición de declarados y activos enemigos de la misma. El actual PSOE, con la excusa de gobernar a cualquier precio, ha renunciado a su lealtad institucional para sumarse, sin recato, a las fuerzas políticas -comunistas, secesionistas y filoterrroristas- cuya razón de ser es la desaparición de la nación -según Julián Marías- más antigua del mundo. Mientras tanto, los indicadores mundiales de gobernanza del Banco Mundial señalan a la España actual en la cola de la democracia europea, cuando antes de Sánchez estábamos en cabeza. En otros rankings, como The Economist, Freedom House y The Rule of Law, también salimos mal parados. Y además, Sánchez lidera el violento boicot del final de la vuelta ciclista a España, alentando así el abandono del mundo civilizado, camino de los estados fallidos.
División de poderes
Si como es de suponer y sobre todo de desear, Sánchez no consigue consumar el fracaso de nuestra actual democracia, un nuevo gobierno estará moral y políticamente obligado a plantear abiertamente su reforma para fortalecer para siempre su defensa frente a sus enemigos. Además de cumplir los compromisos de su “Plan de Calidad Institucional”, el PP deberá afrontar la existencia de una efectiva la división de poderes, para que la democracia liberal -la única verdadera- funcione adecuadamente. Quien tengas dudas al respecto, las encontrará brillantemente resueltas por Pedro Schwarz, en su muy valioso libro En busca de Montesquieu (2006). En España, la justicia es realmente seria e independiente, también lenta y solo el órgano supremo de la misma -el CGPJ- fue politizado, mediante una ley -contraria a la letra constitucional- del PSOE en 1985, que el PP hizo suya. Gracias a la UE es posible remediar dicho desatino; no así el peligro -vigente- de convertir, en contra del Estado de Derecho, al Tribunal Constitucional en un ente político enmendante de sentencias judiciales al gusto del gobierno. El problema de fondo de la separación de poderes en España reside en nuestro sistema electoral de carácter proporcional y listas cerradas, que conlleva, necesariamente, a que quien manda en un partido político, en el caso de ejercer el poder ejecutivo, también tiene a sus órdenes la mayoría parlamentaria. La separación de poderes que realmente necesita nuestra democracia no es tanto entre el judicial -que estos días, incluso con sus limitaciones, está comportándose muy dignamente– y los demás; sino entre el ejecutivo y el legislativo. Depende, por tanto, del sistema electoral.
Una
trinchera en TVE
Editorial. ABC.
22 Septiembre 2025
Apenas ha pasado un año desde que el Gobierno asaltó RTVE con la aprobación del decreto ley que garantizó su control sobre el ente público: cambió la elección del consejo de administración, redujo la fuerza de los vocales que nombraba el Senado, controlado por la oposición, y las mayorías necesarias para designar a sus miembros para no tener que pactarlos con el PP. La Moncloa concedió a esta maniobra tal importancia que fue convalidada en el Congreso un día después del desastre de la riada del barranco del Poyo, en una sesión sonrojante. Con el paso de los meses se han hecho evidentes las motivaciones de este gesto: convertir la televisión pública en una trinchera a favor del Gobierno e ideologizar la parrilla de principio a fin, en un intento evidente de difundir el marco de pensamiento del sanchismo a través de una institución que debería servir a todos los españoles. En mayor o menor medida, todos los gobiernos han hecho uso de los servicios informativos para ofrecer una oferta favorable a sus intereses. Ninguno como Pedro Sánchez se ha atrevido a ir tan lejos, sin embargo, en la deformación de la pretendida pluralidad que debería tener una televisión que es de todos los ciudadanos, que hoy no cumple los mínimos a los que está obligada en su condición de servicio público, no gubernamental, y está financiada con impuestos, por cierto a través de un modelo ruinoso que cuesta al erario cientos de millones de euros.
La primera y sonada maniobra resultó el fichaje de David Broncano para el programa 'La Resistencia', a cambio de 28 millones de euros por dos temporadas, incorporación que no tenía otro objeto que neutralizar 'El Hormiguero' de Pablo Motos en Antena 3, molesto para La Moncloa. Pasado el primer impulso y el entusiasmo ideológico con que se promocionó el espacio, las audiencias le siguen dando la razón a Motos y su equipo, que mantienen el liderazgo. La segunda operación, más ambiciosa y transversal, ha consistido en 'salvamizar' de forma progresiva el resto de la parrilla de La 1, hasta convertirla en una interminable mesa caliente por la que van desfilando tertulianos que imparten doctrina con desenfado y cercanía.
Fue la pasada primavera cuando empezaron a surgir estos programas, con apariencia de informativos y diseñados para propagar sin pudor la línea argumental del Gobierno y su acción política de criminalización de la oposición, que tan cerca queda de las formas de los regímenes totalitarios. Si el fin de una emisora pública es el de formar, informar y entretener, en este caso los esfuerzos se centran en manipular a favor de La Moncloa, con desproporción editorial y formal. Estos magazines ocupan todas las franjas horarias y sirven de forma reiterada a propagar el argumentario gubernamental, a menudo a partir de noticias falsas, comentadas con sorna en unas tertulias donde la descalificación es norma, las malas formas se extienden y las posiciones que no sean estrictamente sanchistas son ridiculizadas. El debate sosegado y plural, en el que estén representadas con respeto y libertad las distintas visiones políticas de los ciudadanos, ha desaparecido, sustituido por una adhesión al líder que raya en lo norcoreano. Estos programas, pretendidamente informativos, han adoptado las peores costumbres de los formatos de la prensa rosa, aplicados ahora al análisis de la actualidad. Lo 'informativo' se limita a una defensa feroz del Gobierno, en tono desenfado, más digerible para una audiencia que asiste como espectadora a la contumaz defensa de los intereses del sanchismo, financiada con los recursos del contribuyente en un ejercicio que roza la malversación.
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A
Sánchez también le gusta la fruta
Iván Vélez.
gaceta. 22
Septiembre 2025
El 15 de noviembre, durante una sesión celebrada en el Congreso de los Diputados, las cámaras captaron a Isabel Díaz Ayuso, presente en la tribuna de invitados, pronunciando lo que muchos entendieron como «hijo de puta», frase que se trocó en un «me gusta la fruta», a decir de la presidenta madrileña contra la que el PSOE lanza continuos ataques. La herida del tamayazo sigue abierta. Desde entonces, son multitud los que se han desahogado, aireando su amor frutícola, en la creencia de que combaten ardorosamente al sanchismo. «¡Me gusta la fruta!», exclaman algunos, acompañando su afirmación con un mohín que busca complicidad.
Sin embargo, de un tiempo a esta parte, los sanchistas, pero no sólo, también han hecho un acto de exaltación frutícola. Así, desde el pasado verano, la sandía, por sus colores, se ha convertido en un símbolo vegetal de apoyo a la causa Palestina, indistinguible, a menudo, de la de Hamas, pues el lema «Desde el río hasta el mar» acompaña con frecuencia a la raja, evocadora de la franja.
«Y era tanta la grita y lloro de los niños y mujeres, que no había persona a quien no quebrantase el corazón». Así, como si de un corresponsal de guerra se tratara, se expresó Hernán Cortés hace medio milenio al describir la salida de los famélicos habitantes que abandonaron el asedio de Tenochtitlan por lo que hoy denominaríamos «corredor humanitario». La guerra deja siempre imágenes brutales y nuestro presente, pleno de cámaras, nos las ofrece con toda su crudeza, pero también con toda su edición, es decir, con su selección. Las violaciones, mutilaciones y brutalidad desplegada por los terroristas tras el ataque a la rave que desencadenó la ofensiva israelita, han quedado empequeñecidas por las que protagonizan niños gazatíes desnutridos, madres que lloran a sus hijos. El Guernica ha regresado a las paredes y la palabra «genocidio», puesta en circulación tras la II Guerra Mundial, no se cae de la boca de aquellos que no reclaman la liberación de los rehenes israelíes ni el desarme de la banda terrorista.
Lejos de la devastación, en nuestras calles, en nuestras carreteras, las de la Vuelta, pero no las de la Volta, las banderas palestinas han ofrecido una imagen que Sánchez, tal es la grandilocuencia del partido que en su día publicitó la reunión entre Zapatero y Obama como «un acontecimiento histórico planetario», quiere proyectar al mundo. Agarrado a la bandera evocada por las sandías, Sánchez trata de cerrar filas dentro del sector izquierdista en el que militan multitudes incapaces de enarbolar la rojigualda, pues, dicen, ese trapo de colores se lo ha apropiado la derecha, la ultraderecha, la extrema derecha, el fascismo irredento.
Mientras busca nuevas dádivas que entregar a sus socios golpistas y filoetarras, en su intento de zafarse de la marea de corrupción que le rodea, Sánchez, al que ahora también le gusta la fruta, busca una nueva causa, un nuevo Irak, un renovado «No a la guerra». Envuelto en una kufiya ética, Sánchez, que nada tiene que objetar a la existencia o, por mejor decir, inexistencia de las mujeres veladas, trata, desesperadamente, de activar a sus bases desde el que califica, no sin recordar que carece de armamento atómico, como «lado correcto de la historia».
Santoña,
traición del PNV a la República (II)
Nudo:
negociaciones con Franco, entrega de Bilbao y huida a Santander
Jesús
Laínz. gaceta.
22 Septiembre 2025
La fidelidad del nacionalismo vasco a la República fue cuestionada por numerosos dirigentes republicanos que siempre desconfiaron de un partido de derechas y clerical cuyo doble juego, sus contactos para firmar una paz por separado con Franco, y sus deserciones hacia el bando nacional entorpecieron gravemente el esfuerzo militar republicano.
Ante el avance de las tropas de Franco, el PNV buscó en repetidas ocasiones una paz a espaldas del gobierno de Madrid. Ya en enero de 1937 empezaron sus contactos con Franco a través del Vaticano y el gobierno de Mussolini. El motivo fue la batalla de Villarreal (hoy Legutiano) en diciembre de 1936. Partida la España republicana en dos, Azaña y Prieto pidieron a Aguirre (en la fotografía) que sus gudaris lanzasen una ofensiva para romper el frente en Álava, recuperando de este modo la continuidad territorial y dividiendo al mismo tiempo el campo enemigo. La idea contaba, además, con el atractivo añadido de conquistar las rebeldes Álava y Navarra para unificar triunfalmente la gran Euskalerría. Pero las tropas nacionales, muy inferiores en número y recursos blindados y artilleros, infligieron una tremenda derrota a los gudaris dirigidos por el lendakari a lomos de un caballo blanco especialmente escogido para tan solemne ocasión. Desde aquel momento Aguirre empezó a ser conocido, tanto entre sus aliados izquierdistas como entre sus enemigos nacionales, por el remoquete de Napoleonchu (Napoleoncito).
Los peneuvistas comprendieron que los republicanos tenían pocas posibilidades frente a la profesionalidad del ejército enemigo, de modo que comenzaron a abrir cauces de negociación. Las gestiones comenzaron en los primeros meses de 1937, y en ellas participaron el entonces cardenal Pacelli –futuro Pío XII–, el cardenal Maglione, el cardenal Gomá, el nuncio en España Antoniutti, el cónsul italiano Pietro Marchi, el canónigo Alberto Onaindía, Pantaleón Ramírez Olano, el delegado vasco en París, Iturzaeta, Francisco Horn, Julio Jáuregui, Andrés Irujo, Doroteo Ciáurriz (presidente del Euzkadi Buru Batzar, máxima autoridad del partido), Juan Ajuriaguerra y probablemente el propio Aguirre. Y por parte nacional, tomaron parte mandos tan altos como Mola y Franco.
En marzo, según documento entregado a Onaindía por sus compañeros de partido Garteiz y Rotaeche, algunos dirigentes no identificados propusieron a Franco la entrega de las armas y la colaboración económica e industrial con el ejército nacional a cambio de la amnistía de los delitos políticos y militares y el reconocimiento y respeto a la personalidad regional vasca, en concreto el régimen fiscal y administrativo condensado en el Concierto Económico y las peculiaridades del Derecho foral. Para ello sugirieron que la cesación de la lucha podría hacerse mediante la “alianza de las milicias requetés y nacionalistas” bajo mandos comunes.
El 8 de mayo el gobierno republicano interceptó un telegrama dirigido a Aguirre, procedente del Vaticano y firmado por el cardenal Pacelli, en el que se establecían los términos acordados por Franco y Mola para la rendición secreta de los gudaris: conservación de Bilbao intacto, salida de España de todos los dirigentes peneuvistas, libertad para los soldados que se rindieran, persecución judicial sólo para los responsables de devastaciones y destrucciones, y descentralización administrativa en la misma forma en la que la disfruten otras regiones.
El telegrama no llegó a su destino y el presidente Largo Caballero decidió ocultar su existencia al peneuvista Irujo y el esquerrista Aiguadé, ministros de los que no se fiaban sus compañeros de gabinete. La negociación no llegó a buen fin a causa del rápido avance de la contienda, que evidenció a Franco la innecesariedad de un pacto ante los continuos éxitos de sus ejércitos. Además, no confiaba en la capacidad de mando de Aguirre, como explicó el embajador italiano a su gobierno el 13 de mayo:
“Franco es escéptico. En su opinión, Aguirre hoy está completamente sumiso a la voluntad de los rojos y, aunque animado por las mejores intenciones para tratar la rendición, ya no tiene posibilidad de hacerla aceptar”.
Durante la guerra las tensiones con el gobierno republicano fueron continuas, como puede leerse con detalle, por ejemplo, en los diarios de Azaña, que temió continuamente la traición. Por ejemplo, el 31 de mayo, con el ejército de Mola avanzando imparable hacia Bilbao, escribió:
“Temo que Bilbao no se defienda cuando el enemigo esté a sus puertas. No me refiero sólo a las razones de índole militar (…), sino a los motivos de orden moral y político que tal vez produzcan el abandono de la villa (…) Cuando esté vencida la defensa en el campo, la villa no resistirá. Y temo aun otra cosa: caído Bilbao es verosímil que los nacionalistas arrojen las armas, cuando no se pasen al enemigo. Los nacionalistas no se baten por la causa de la República ni por la causa de España, a la que aborrecen, sino por su autonomía y semiindependencia”.
Similar fue la opinión del presidente del gobierno, Juan Negrín:
“Aguirre no puede resistir que se hable de España. En Barcelona afectan no pronunciar siquiera su nombre. Yo no he sido nunca lo que llaman españolista ni patriotero. Pero ante estas cosas, me indigno. Y si esas gentes van a descuartizar a España, prefiero a Franco. Con Franco ya nos las entenderíamos nosotros, o nuestros hijos, o quien fuere. Pero esos hombres son inaguantables. Acabarían por dar la razón a Franco. Y mientras, venga pedir dinero, y más dinero…”.
No tardó en realizarse la previsión de Azaña:
“Esta tarde (29 de junio de 1937) ha estado aquí Prieto (…) me ha ampliado las noticias que ya tenía sobre la defección de los nacionalistas en Bilbao. Cinco batallones se pasaron al enemigo, entregándole la orilla izquierda del Cadagua. También se pasaron los que defendían Portugalete, dejando emparedados a los que querían defender Baracaldo”.
Tres días antes de la entrada de los nacionales en Bilbao, Prieto había ordenado al general Gamir Ulibarri, comandante en jefe de las tropas republicanas de la zona norte, “inutilizar cuantos elementos industriales no puedan ser trasladados” para que no cayeran en manos del enemigo. Pero los gudaris peneuvistas lo impidieron, cumpliendo así una de las condiciones impuestas por Franco.
Un importante testimonio de aquellos hechos nos lo ha dejado un testigo presencial, Miguel Amilibia, diputado socialista y presidente de la Junta de Defensa de Guipúzcoa. Amilibia, gudari de un batallón socialista, escribió en sus memorias (M. Amilibia, Los batallones de Euskadi, Ed. Txertoa, San Sebastián 1978) que los batallones peneuvistas vigilaron las fábricas para que no fueran destruidas en el último momento antes de huir.
“Se paseaban por las calles, en su mayoría ya sin armas, mientras los italianos y requetés se bañaban en las playas de Las Arenas y Algorta, al otro lado de la estrecha ría (…) Llegó la noticia de que un jefe italiano y varios requetés habían cruzado la ría en un bote y parlamentado con uno de los jefes de aquellos batallones. La confusa situación se prolongó un par de días más. Y de pronto, el enemigó reanudó su avance y ocupó sin lucha la zona industrial. Hizo de paso, naturalmente, miles de prisioneros. La oligarquía financiera vizcaína pudo respirar a sus anchas”.
Un mes después volvía a escribir Azaña:
“Hoy he recibido, del general Martínez Cabrera, la pequeña memoria que encargué sobre la campaña del norte hasta la caída de Bilbao (…) el documento es muy instructivo. En general, confirma lo que ya sabíamos (…) Todos los oficiales asesores del Gobierno vasco se han pasado al enemigo. Corrobora la defección de batallones nacionalistas, con sus mandos (…) A continuación, audiencia de los delegados socialistas (…) La conversación ha versado sobre los asuntos militares del norte. González Peña me dice: Retorciéndonos el corazón, tenemos que callar lo que sabemos, lo que hemos visto, para no hacer daño a la causa común. Están indignados por la presunción, el despego, la insolidaridad de los nacionalistas vascos y del gobierno (…) Les indigna que se haya dejado caer en manos del enemigo una cantidad de material inmensa”.
De nuevo el testimonio del socialista Miguel Amilibia:
“La Ertzaña fue (…) un buen refugio para que muchos jóvenes bilbaínos de familias distinguidas esperaran sin riesgos la hora de la liberación (…) Los de la Ertzaña se quedaron íntegramente en Bilbao. A recibir a los vencedores, a decirles que se les entregaba un Bilbao intacto y sin chusma alguna. No hay noticia de que los fascistas arrimaran a la pared a miembro alguno de la Ertzaña”.
Los requetés entraron en Bilbao sin lucha, entre las aclamaciones de la multitud y el respetuoso saludo militar de los gudaris. Al día siguiente, unos y otros comulgaron juntos.
El 25 de junio, seis días después de la toma de Bilbao, Juan Ajuriaguerra, con el acuerdo de Aguirre y Ciáurriz, se reunió con el general Ettore Bastico, alias Doria, en la sede recién instalada de las tropas italianas en Guecho para acordar la rendición definitiva que llegaría exactamente dos meses después con la toma de Santander y el Pacto de Santoña.
El cardenal Gomá, al informar al Vaticano de la toma de Bilbao, aprovechó para recordar las culpas de los peneuvistas, desde un punto de vista católico, por “haber faltado a sus compromisos de unión con las demás derechas (…) abandonándolas en los momentos decisivos en que se requería el concurso de todos ante el ataque comunista”, por haberse unido “en alianza guerrera con los enemigos de la religión y la patria” y por “sacrificar, por exigencia de su concordia con los comunistas, el compromiso que en el estatuto de Estella habían contraído de defender a la Iglesia”.
Tras la pérdida de Bilbao la desbandada de las tropas nacionalistas se aceleró. El Estado Mayor del Ejército del Norte intentó reaccionar, para lo que preparó dos ofensivas simultáneas, una contra Oviedo y la otra contra la ermita de Kolitza, estratégica cota en territorio vizcaíno. Los desmoralizados nacionalistas se negaron a luchar, con lo que se desbarató la operación. La dirección peneuvista solicitó un año más tarde un informe de lo sucedido. Los comisarios nacionalistas Lejárcegui y Ugarte, que habían organizado la rendición por orden de Ajuriaguerra, declararon lo siguiente en el informe que redactaron el 29 de agosto para la dirección peneuvista y los interlocutores italianos:
“La operación se inició pero, preparados oportunamente nuestros batallones de hacer que hacían y no hacer nada, fracasó, acompañado el fracaso de la falta de actuación de la artillería y de la aviación, que no cumplieron sus cometidos (…) El otro proyecto que tratamos con todo empeño que fracasase fue la ofensiva de Asturias, y al efecto nos movimos cerca de los partidos políticos y organizaciones sindicales, demostrándoles lo improcedente de dicha operación (…) Rápidamente instruccionamos a nuestros batallones en el sentido de no hacer resistencia, sino aparentar que hacían y aprovechar la primera oportunidad para replegarse hacia Euzkadi. El ataque enemigo originó desde el primer día una catástrofe en las líneas del ejército republicano. Tuvieron que actuar nuestros batallones y fuimos los primeros en lamentar las pérdidas que ello produjo a los italianos, e inmediatamente preparamos la retirada de nuestros batallones en repliegue hacia Euzkadi, mejor dicho a la parte ocupada por el resto de la fuerza vasca”.
Ante el avance del ejército nacional, miles de vascos, con el gobierno autónomo a la cabeza, se vieron obligados a huir hacia el oeste, a la provincia de Santander. Aguirre se llevó consigo a diecinueve rehenes elegidos entre lo más destacado del bando enemigo: hijos o hermanos de prominentes empresarios y de dirigentes carlistas, así como el hermano del general Solchaga, jefe de las Brigadas Navarras que constituían la vanguardia del ejército atacante. Estuvieron recluidos en un barracón próximo al chalé de Cabo Mayor en el que se instaló a Aguirre y sus colaboradores para que sirvieran de escudo humano en caso de bombardeo aéreo y de seguro de vida llegadas las circunstancias. Bajo continua vigilancia de un grupo de erzañas, a veces se les autorizaba a bañarse en la inmediata playa de Mataleñas.
El ambiente que encontraron los nacionalistas en su breve exilio santanderino, hasta la llegada de las tropas nacionales el 26 de agosto, no fue demasiado cordial. Por un lado, la población civil de una provincia notoriamente derechista –en las elecciones de febrero de 1936 las candidaturas de la derecha obtuvieron cinco diputados frente a dos de la izquierda– no veía con buenos ojos a quienes acumulaban las categorías de separatistas y de aliados de los marxistas. Y, por otro, sus aliados izquierdistas desconfiaban de un partido que, además de ser notoriamente derechista y clerical, había representado tan mal papel en el frente vasco y sobre el que crecían las sospechas de entendimiento con el enemigo, como se confirmaría pocas semanas después.
Sus relaciones con las autoridades republicanas santanderinas estuvieron marcadas por el desprecio que aquéllas no ocultaban. Ya desde antes de llegar a la capital montañesa, los peneuvistas se mostraron recelosos hacia las autoridades republicanas. El 29 de junio Aguirre envió al gobierno un telegrama desde el limítrofe Trucíos en el que se quejaba del ambiente de Santander, donde, en su opinión, la actitud de sus aliados izquierdistas parecía más propia de quintacolumnistas franquistas, pues se dedicaban a vejar a los refugiados peneuvistas a causa de su idioma, a detenerlos arbitrariamente, a ignorar la autoridad del gobierno vasco sobre sus ciudadanos y a apoderarse de transportes de intendencia. En el informe que escribió en 1938, Aguirre apuntó ofensas como las siguientes (J. A. Aguirre, Obras completas, Ed. Sendoa, San Sebastián 1981):
“Detenciones verificadas en plena calle por hablar el euzkera, las burlas a los soldados heridos porque tenían escapulario en los hospitales de Santander, la rotura de certificados de inutilidad extendidos por el Tribunal Militar de Euzkadi, de carnets expedidos por el Gobierno de Euzkadi, etc.”.
Anunció Aguirre que no estaba dispuesto a tolerar vejaciones al gobierno de Euzkadi y atribuyó la culpa de la derrota a las tropas izquierdistas y sus jefes, a los que calificaba de generales fracasados, inútiles, despechados e ineptos, mientras que afirmaba que los batallones peneuvistas habían sido los únicos en cumplir con su deber. Naturalmente, no escribió una sola palabra sobre las negociaciones de su partido con unos italianos ansiosos de conseguir algún éxito tras su derrota en Guadalajara.
Pero la hostilidad llegó hasta el asesinato. Varios peneuvistas aparecieron muertos en las cunetas o arrojados por el acantilado de Cabo Mayor, cercano al chalé del gobierno vasco, junto a otros muchos paseados locales. De ello fue testigo el general Gamir, que pudo ver en persona varios de estos cadáveres, como informó el 15 de julio al Ministro de Defensa, Indalecio Prieto:
“(…) los execrables paseos que continúan y que pude apreciar viendo los cadáveres en el mar el día que estuve en Cabo Mayor dirigiendo la operación combinada de baterías, submarinos y aviones para la entrada del Habana”.
El 12 de julio Aguirre escribió una extensa carta a Negrín en la que resumía así su experiencia en Santander:
“Desde que nuestra población y el Gobierno se encuentran en Santander, a las desgracias sufridas ha habido que agregar la vejación experimentada por nuestro pueblo, que se ha visto ultrajado por toda clase de injurias y persecuciones, que han culminado en el asesinato de numerosos compatriotas nuestros, amparado por personas que ejercen funciones de autoridad en Santander”.
Aguirre describió con detalle estos asesinatos:
“Al mismo tiempo comenzaron a llegar noticias bien desagradables. Habían sido asesinados varios vascos. Yo mismo soy testigo del espectáculo macabro que ofrecían cerca de las peñas cinco cadáveres desnudos recientemente asesinados. Esto cerca de la casa donde el Gobierno Vasco vivía en Santander, en el Cabo Mayor. Llamé al general Gamir. Le hice presenciar el espectáculo. El General se indignó con este motivo. Aquello no podía tolerarse. La americana de uno de los asesinados estaba en el jardín de nuestra casa con el agujero de la bala que lo había cruzado”.
Y continuó haciendo la relación de varios miembros de su administración asesinados en aquella ocasión: el médico donostiarra Zabalo; el redactor del periódico Euzkadi, Orueta; los empleados del Departamento de Comercio y Abastecimientos, Gorostiaga y Lasa; el Jefe de Impuestos de la Diputación de Vizcaya, Juan Luis de Biziola; y el chófer de un Consejero del Gobierno vasco (de nombre no recogido). Asimismo relacionaba Aguirre varios asesinatos cometidos por las diversas facciones izquierdistas entre sí, por ejemplo el de dos jóvenes socialistas vascos en Torrelavega, el de un miembro de Izquierda Republicana, de nombre Quílez, y el de dos policías a manos de un grupo de socialistas, también en Torrelavega.
Todos estos hechos hicieron que los soldados vascos estuvieran considerando pasarse al enemigo, lo que Aguirre explicó a Azaña:
“Los vejámenes que sufrían podían determinar de un momento a otro, o una acción violenta del ejército vasco, o su entrega lisa y llana al enemigo, porque se preguntaban los soldados quién era su enemigo, si el que estaba enfrente o el que estaba a sus espaldas”.
Y le propuso evacuar rápidamente el Ejército Vasco al frente de Cataluña, “de posición espiritual distinta de la de Santander”.
Otro importante testimonio de aquellos días fue el del sacerdote Txomin Iakakortexarena –Domingo Jaca Cortajarena antes de su sabinización–, activo militante nacionalista y capellán del batallón Araba. Así denunció en sus memorias (T. Iakakortexarena, Dos ideales en la vida, Seminario Vitoria-Gasteiz, 1993) las actividades de los izquierdistas santanderinos en la retaguardia:
“Mientras nosotros nos enfrentábamos en duras luchas contra los fascistas durante todo un largo año, ellos, en lugar de venir a ayudarnos, con la excusa de prender en la retaguardia a los enemigos, hacían toda clase de robos de dinero, detención de pobres gentes, torturas en los calabozos y hasta asesinatos de tanta gente inocente”.
Iakakortexarena y sus compañeros de huida acabaron siendo detenidos y encarcelados durante unas cuantas noches. Acompañó el recuerdo de aquellas jornadas con jugosas reflexiones:
“Todas las noches vaciaban el calabozo, dejando libre a los que pagaban el rescate y a los que no tenían dinero, llevándoles, como decían, a darles un paseo. Todos sabíamos lo que significaba esa palabra, llevarle a un lugar solitario y metiendo una bala en las sienes, mandarle para siempre a pasear al otro mundo. ¿Alguien los puede creer a esos afamados rojos que gritan en los mítines que hay que liquidar a los ricos y favorecer a los pobres, viéndoles de esta manera comportarse totalmente al revés, asesinando a los pobres y dejando en libertad a los adinerados? Estas conductas nos enseñan que ETA no la inventamos los vascos”.
Finalmente, pagando un buen rescate fueron puestos en libertad y pudieron llegar a Francia por mar.
Gamir explicó a Prieto la insistencia de los peneuvistas en salir de aquella ciudad. Los motivos eran varios: en primer lugar, el sordo enfrentamiento entre los supuestos aliados; en segundo, el que los peneuvistas no fueran bien vistos en Santander, “donde impera el españolismo ante todo”, y donde, además, era muy activa “la quinta columna, abundantísima en esta plaza y provincia”; y también señaló la sospecha de “la masa leal y republicanísima que aquí afortunadamente existe” sobre una posible traición de los peneuvistas, lo que podría conducir, en sus palabras, a “un acto de fuerza contra los vascos”.
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