Recortes de Prensa Viernes 26 Septiembre 2025



Rusia acusa a la OTAN y a la UE de librar una "guerra real" contra ella a través de Ucrania
Las tensiones han aumentado a lo largo del flanco oriental de Europa, donde Estonia ha acusado a Moscú de enviar tres cazas a su espacio aéreo, una semana después de que aviones de la OTAN derribaran drones rusos en Polonia
Carlos Garcés. Madrid. el mundo. 26 Septiembre 2025

Además de con drones y misiles, la guerra de Ucrania se sigue librando también con palabras. El máximo diplomático ruso acusó a la OTAN y a la Unión Europea de utilizar a Ucrania para declarar una "guerra real" contra su país, en un discurso ante las Naciones Unidas este jueves que el Reino Unido calificó de "distorsiones de un mundo de fantasía falso".


Habló en una reunión de ministros de Exteriores del G20 en la ONU, dos días después de que el presidente estadounidense Donald Trump señalara una postura más dura hacia Moscú, elogiando el esfuerzo bélico de Ucrania y diciendo que los aliados de la OTAN deberían derribar los aviones rusos que entren en su espacio aéreo.


Pero algunos diplomáticos europeos han advertido que las declaraciones de Trump podrían indicar que se está preparando para dejar que Europa cargue con el peso del apoyo a Ucrania. A pesar de la intensa presión por parte de Europa y Ucrania, Trump no ha impuesto nuevas sanciones severas contra Rusia. En cambio, ha aplicado aranceles a productos de la India por comprar petróleo ruso y ha planteado la posibilidad de medidas similares contra China.


9:11

Los ucranianos en Polonia, amenazados por la precariedad

En Varsovia, el distrito financiero está en pleno auge, reflejo de la buena salud de la economía polaca. A menudo, en los comercios situados entre las torres de vidrio y acero, se encuentran trabajando ucranianos, informa Reuters.


Economistas y empresarios coinciden: los refugiados que huyeron de la invasión rusa en Ucrania han contribuido significativamente al crecimiento económico de Polonia, pero esa contribución hoy está en riesgo.


La ley que regula el estatus de protección para los ciudadanos ucranianos expira a finales de este mes, y el presidente Karol Nawrocki debe firmar un proyecto de ley para renovarla. Sin embargo, el mandatario nacionalista ya ha rechazado una versión anterior del texto, por considerarla demasiado generosa a ojos de parte del electorado.


Sus vacilaciones sumen a los ucranianos en la angustia y a muchas empresas en la incertidumbre.


8:30

Derriban un dron a menos de un kilómetro de una planta nuclear del sur de Ucrania

Un dron fue derribado y detonó a unos 800 metros del perímetro de la central nuclear del sur en Ucrania, situada a unos 350 kilómetros al sur de Kiev, informó este jueves el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, informa Efe.


Los inspectores del OIEA, estacionados en la planta cerca de la ciudad de Pivdennoukrainsk, detectaron 22 aeronaves no tripuladas en torno a la central, algunas de ellas a solo medio kilómetro de las instalaciones atómicas.


Según Grossi, este incidente vuelve a poner en evidencia los riesgos constantes para la seguridad nuclear en medio de un conflicto militar, en referencia a la invasión de Ucrania por parte de Rusia en febrero de 2022.


8:00

Trump le dice a Erdogan que le gustaría que Turquía "dejara de comprar petróleo" a Rusia

El presidente de EE.UU., Donald Trump, dijo este jueves durante una reunión en Washington con su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, que le gustaría que Turquía "dejara de comprar petróleo" a Rusia para dejar de apoyar al Kremlin en su guerra contra Ucrania, informa Efe.


"Me gustaría que dejara de comprar petróleo a Rusia mientras Rusia continúa con su agresión contra Ucrania", aseguró a los medios Trump en el Despacho Oval de la Casa Blanca al inicio de la reunión bilateral, en la que el republicano afirmó que ambos mandatarios tratarán también temas comerciales y la posible venta de cazas F-35 y F-16 a Ankara.


En una comparecencia posterior, Trump incluso llegó a decir sobre su propuesta "si yo quiero, él (en referencia al presidente turco) lo hará", para después añadir que cree que Erdogan "dejará de hacerlo", en referencia a la compra turca de petróleo y gas procedente de Rusia.


7:30

Ucrania neutraliza 128 drones rusos y otros 26 impactan en distintos lugares del país

Las defensas aéreas ucranianas neutralizaron anoche 128 de los 154 drones de larga distancia, entre vehículos no tripulados de ataque y réplicas de estos que los rusos emplean para confundir al enemigo, que Rusia lanzó contra territorio de Ucrania, según informó la Fuerza Aérea ucraniana en su parte de este viernes, cuenta Efe.


Otros 26 drones impactaron en nueve localizaciones distintas no especificadas por la Fuerza Aérea ucraniana.


Los drones neutralizados fueron interceptados sobre varias regiones del norte, el sur, el este y el centro de Ucrania.


VOX denuncia que el PP es «cómplice» del despilfarro institucional «en beneficio del separatismo»
LGI. gaceta.. 26 Septiembre 2025

VOX ha denunciado la decisión de la Diputación de Barcelona de conceder una subvención de 1,6 millones de euros al Consorcio para la Normalización Lingüística (CPNL), «un auténtico chiringuito separatista dedicado a imponer el catalán y a marginar el español en la vida pública».


La propuesta, impulsada por el bloque separatista, contó con el voto favorable del Partido Popular, una postura que VOX considera «inaceptable». «El PP es cómplice del despilfarro institucional en beneficio del separatismo».



El diputado provincial de VOX Jordi de la Fuente ha denunciado que una vez más ven cómo las instituciones controladas por los socialistas «siguen engordando una red clientelar a costa de los bolsillos de todos los barceloneses». «Este consorcio no es más que una maquinaria ideológica que busca excluir el español (…). Resulta incomprensible que el Partido Popular se preste a blanquear este gasto inútil votando a favor de regalar dinero público a quienes atacan la libertad lingüística de los catalanes»..


VOX recuerda que la misión real del CPNL es «sostener» un entramado ideológico que alimenta el proyecto rupturista y la división social «con sueldazos por parte de los puestos a dedo». La gerente de esta entidad cobra más de 81.000 euros al año; directores de área cobran unos 68.000, etc. «Cada euro que se destina a este tipo de organismos es un euro menos para garantizar la seguridad en nuestros barrios, mejorar las infraestructuras y servicios públicos que pagamos todos o para ayudar a las familias trabajadoras en situación de riesgo», ha concluido.


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Ucrania y las clases de genocidio
Carlos Martínez Gorriarán. Vozpópuli. 26 Septiembre 2025

Hasta ahora había, podría decirse, dos clases de genocidio: los conocidos que escandalizan a la opinión pública, y los olvidados, como el británico de los nativos de Tasmania, el alemán de hereros, namaquas y bosquimanos en África meridional, ambos del siglo XIX, y el mucho más reciente de los yazidíes en Irak por Estado Islámico. A estas dos clases hay que añadir el de los genocidios inventados como arma política. Ucrania, viejo país europeo, tiene la mala suerte de sufrir las tres clases.


Una información selectiva e interesada

En España, el único genocidio que escandaliza ahora es el atribuido a Israel en Gaza. La opinión pública es sumergida día tras día en imágenes e informaciones de denuncia en todos los medios de comunicación de masas, casi todas de la misma fuente única: Hamás y sus aliados. Otras operaciones de exterminio de población sistemáticas, que quizás merecen la calificación de genocidio, padecen el eclipse informativo bajo el monopolio de esa masacre escogida: contra los cristianos africanos del Sahel y Nigeria, los uigures musulmanes en China, o los armenios expulsados en masa de Nagorno Karabaj por Azerbaiyán. Y hay otros casos aún más olvidados. Hay que denunciar los genocidios y detener a sus autores, sí, pero todos y no sólo los escogidos: no escasean ni escasearán, porque el siglo XXI amenaza con ser un fiel aprendiz, o más, de los genocidas siglos XIX y XX. También hay que denunciar el posible genocidio perpetrado ahora mismo en Ucrania tras más de tres años de invasión rusa, la llamada por Putin, con cínico eufemismo, “operación militar especial”.


Ucrania tiene amplia experiencia en esta forma de tragedia. Entre 1932 y 1933, por decisión de Stalin, el Holodomor mató de hambre a entre 1’5 y 12 millones de personas; la enorme horquilla de víctimas se explica porque nunca se ha podido investigar a fondo (como tampoco los genocidios perpetrados por Mao Zedong en China). El pretexto fue la colectivización de la tierra, acabando con la propiedad privada para sustituirla por enormes granjas industriales colectivas (koljoses) terriblemente ineficientes. Pero es evidente que Stalin, uno de los mayores genocidas de la historia, quiso quebrar la posible resistencia de Ucrania, la segunda república soviética de aquella falsa federación que fue la URSS.


Del Holodomor a Mariúpol

El Holodomor nunca fue investigado como genocidio porque la URSS estaba en el bando vencedor de Alemania, había sufrido su propio genocidio a manos de los nazis -para ellos los eslavos eran oficialmente subhombres asesinables en masa-, y entre los aliados nadie creyó no ya oportuno, sino siquiera imaginable pedir a Stalin responsabilidades parecidas a las de los nazis por sus crímenes contra la humanidad. También jugaba a su favor el inmenso prestigio ganado en la guerra por la Unión Soviética en las sociedades aliadas, y especialmente entre intelectuales y periodistas que se negaban a reconocer los crímenes soviéticos de lesa humanidad, denunciados por muy pocos ante la mayoritaria indiferencia u hostilidad. El maniqueísmo siempre es muy eficaz: si los nazis eran lo peor, los soviéticos que tanto habían sufrido y los habían derrotado eran lo mejor. El delito de genocidio quedó pues vinculado al nazismo aunque, en realidad, comenzara con el imperialismo decimonónico y creció con el comunismo soviético; el exterminio de clases enteras, predicado por Lenin, no está muy lejos del concepto. Lo que quiere decir que, desde su propia concepción jurídica, el genocidio pasó a ser manipulado como arma discrecional del arsenal geopolítico, denunciado en unos casos e ignorado o encubierto en otros. Así, Japón se libró de la acusación, a la que hizo muchos méritos por sus masivas atrocidades en China, porque durante la Guerra Fría no interesaba debilitar al bloque occidental; por supuesto, la URSS jamás aceptó ninguna responsabilidad por su propio y rico historial genocida, mientras acusaba de perpetrarlo a las democracias. Como tampoco Turquía por el de armenios ejecutado por su antecesor, el Imperio Otomano.


Respecto a Ucrania, en 2022 el Parlamento Europeo aprobó reconocer el Holodomor como un genocidio, sobre todo por el impacto de la nueva invasión rusa de Ucrania, acompañada de crímenes contra la humanidad masivos. ¿Cuántas víctimas hay de esa guerra no declarada? Fuentes basadas en datos documentados calculan como mínimo más de un millón entre muertos y heridos. Cálculo que puede ser un dato conservador porque aún se desconoce qué ha pasado exactamente en los territorios ucranianos ocupados por Rusia, con pruebas incontestables de matanzas de civiles y prisioneros de guerra en Mariúpol y otras localidades. Estos mismos días se han encontrado nuevas fosas comunes masivas en la Ucrania temporalmente ocupada. Además, Rusia ha secuestrado a miles de menores ucranianos que pretende “reeducar” como niños de Putin al mejor estilo soviético, que sigue intacto en la vieja Rusia, otro acto de genocidio según el derecho internacional. Lejos de eso, Putin quiso justificar la invasión denunciando un falso genocidio de ruso-hablantes a cargo del gobierno de Zelensky.


Rusia les gusta, Israel no

¿Por qué todo esto apenas causa escándalo?: por una parte, Rusia es el modelo de régimen de una amplia coalición ideológica roji-parda que en nuestro caso va desde Falange Española a la caverna de progreso de Podemos, Sumar, Bildu, ERC y compañía; además, con Ucrania falta un reactivo de simpatía como el antisemitismo, y Rusia no es Israel: genera mucho menos odio. Putin ha tenido mucho éxito normalizando una agresión bélica que no molesta a sus aliados orientales, ni a Irán, los árabes y la India de Modi. Ucrania es parte del occidente democrático, es Europa, y por eso su tragedia no conmueve a quienes no simpatizan con nosotros, critican nuestra decadencia (al estilo Vance) o prefieren vernos sometidos, comenzando por el enemigo interior. La reacción divergente ante la tragedia de Ucrania y la de Gaza expresa una indecente doble vara de medir: sólo molestan los posibles genocidios que afecten a los nuestros. En los demás casos, indiferencia, encubrimiento o complicidad. No sólo no hemos avanzado nada, sino que estamos retrocediendo a épocas prematuramente dadas por superadas. Ha vuelto la fuerza ilimitada, y para entender su lógica es mejor leer a Tucídides y Maquiavelo, o a Lenin, que al ingenuo Kant de la paz perpetua.


España: del caos republicano al caos sanchista
Pedro Manuel Hernández López. el debate. 26 Septiembre 2025


La República -según Franco-era un Estado débil incapaz de garantizar orden, justicia, libertad y autoridad. Hoy día, la España de Sánchez lo es aún más: el orden público se relativiza si el que rompe la ley es separatista o afines «compañeros de viaje»


El discurso de Francisco Franco -en el que describía a España durante la Segunda República y en vísperas del Alzamiento Nacional- constituye un retrato de un país deshecho: una nación dividida en facciones irreconciliables, sin rumbo económico, desbordada por la violencia callejera, con la autoridad del Estado ridiculizada y una clase política instalada en la demagogia y el sectarismo. Su descripción no era un adorno retórico: respondía a la experiencia real de miles de ciudadanos que sufrían quema de iglesias, huelgas revolucionarias, pistolerismo sindical, una corrupción generalizada y un ineficaz desgobierno incapaz de garantizar el orden público.


Casi un siglo después -salvando las distancias históricas y los contextos políticos- es imposible no establecer un paralelismo inquietante con la España del socialcomunismo de Pedro Sánchez. Hoy, ya no hay pistoleros anarquistas en las calles, pero sí comandos de odio subvencionados que señalan, acosan y silencian a quienes disienten. No se incendian iglesias, pero se subvenciona a quienes ridiculizan la fe de millones de españoles. No se habla de revolución bolchevique en los ateneos, pero desde Moncloa se blanquea a etarras, se amnistía a golpistas y se entrega la soberanía nacional a los socios separatistas con tal de mantenerse en el poder.


Franco describía a la República como un peligroso y pernicioso régimen que había dinamitado la unidad de España. ¿Y qué otra cosa hace, ahora, Sánchez cuando entrega las llaves de la gobernabilidad a partidos cuyo objetivo confeso es romper la nación? La diferencia es que, en los años treinta, esa cesión era un error de cálculo y, hoy es una estrategia deliberada: Sánchez sabe que sin los votos de ERC, Junts y EH-Bildu no existe políticamente y, a cambio, está dispuesto a triturar la Constitución y a desarmar al Estado en Cataluña y el País Vasco.


El «dictador» acusaba a la República de arruinar a las clases trabajadoras y medias, convertidas en carne de cañón de la lucha ideológica. Hoy la receta es idéntica: impuestos confiscatorios, deuda disparada, juventud sin futuro, vivienda imposible y una administración clientelar que solo sirve para engordar chiringuitos ideológicos y sostener a los conmilitones leales al régimen. La España «progresista» y «democratica» presume de récords de empleo mientras oculta que son empleos precarios, fijos-discontinuos, temporales y mal pagados. Ayer era la crisis agrícola e industrial; hoy, son empresas que cierran o huyen por falta de seguridad jurídica y una fiscalidad asfixiante.


En el discurso de Franco se advertía del desprecio republicano hacia la legalidad y la justicia, sometidas al capricho de partidos y violentas facciones. Cualquier semejanza con la España de Sánchez no es casualidad: el Consejo General del Poder Judicial lleva años bloqueado, el Tribunal Constitucional se ha convertido en una sucursal gubernamental, la Fiscalía obedeciendo al presidente y las leyes redactadas a medida de los socios del poder. Si en la República la legalidad se desmoronaba con decretos y componendas, hoy se pervierte con reformas exprés, mayorías artificiales, decretazos-ley y un absoluto desprecio a la separación de poderes.


La República -según Franco-era un Estado débil incapaz de garantizar orden, justicia, libertad y autoridad. Hoy día, la España de Sánchez lo es aún más: el orden público se relativiza si el que rompe la ley es separatista o afines «compañeros de viaje»; la autoridad se utiliza solo contra el ciudadano común que paga impuestos, pero nunca contra el afin amigo político. Los mismos que persiguen con saña a agricultores que cortan una carretera o limpian de rastros los cortafuegos naturales... miran, para otro lado, ante cortes separatistas, okupas violentos o las graves y brutales manifestaciones de batasunos. Es el Estado al revés: «fuerte contra el débil pero, débil contra el fuerte».


No se trata de reivindicar una dictadura, sino de constatar que el diagnóstico de Franco sobre el desastre republicano encuentra ecos demasiado familiares en la España de hoy. El socialcomunismo de Sánchez ha convertido al Estado en botín, a la justicia en herramienta de partido, a la economía en máquina de expolio y a la nación en rehén de filoeterroristas y tenaces separatistas. Mientras tanto, se narcotiza a la población con propaganda subliminal, televisiones compradas y una catarata de bulos oficiales emitidos como verdades. La mentira es el cemento del régimen, como en su día lo fue la partidista demagogia republicana.


Franco denunciaba la persecución a la Iglesia -como símbolo del desgarro cultural y moral de la República- hoy, aunque no haya hogueras ni ardan las iglesias, se práctica una auténtica persecución laica, subvencionando el escarnio, marginando la educación religiosa y protegiendo cualquier credo, salvo el católico. La guerra cultural del sanchismo consiste en arrancar de cuajo las raíces religiosas, destruir todas las tradiciones, reescribir la historia y crear un ciudadano dócil, adoctrinado y super dependiente de los subsidios.


El resultado -es el mismo que entonces- una nación debilitada, enfrentada y desconfiada «de» y «con» sus instituciones y, muy vulnerable frente a las amenazas externas.


Porque -si en los años treinta, la sombra era Moscú y sus repúblicas soviéticas-, hoy la sombra es Bruselas, Rabat o Pekín..., con un Gobierno dispuesto a regalar su soberanía a cambio de supervivencia.


España vuelve a parecerse demasiado a aquella que Franco describió como «un cadáver político antes del Alzamiento», pero con una gran diferencia: en 1936 los generales se sublevaron; en 2025, el ejército y el pueblo parecen anestesiados y entretenidos en debates absurdos de género, de inclusión lingüística y, en el intenso bombardeo de demagógia y propaganda socialcomunista que, cada día, nos «escupe» la televisión pública.


La pregunta es si habrá ciudadanos dispuestos a levantar la voz y recuperar la nación, o si, resignadamente, dejaremos que Sánchez, «el megalómano», complete lo que la República no pudo culminar, gracias al dictador y al ejército: «la demolición definitiva de España».


Pedro Manuel Hernández López es médico jubilado, licenciado en Periodismo y fue senador autonómico del PP por Murcia


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