Recortes de Prensa Lunes 6 Octubre 2025

Ucrania lanza uno de los mayores ataques con drones: Rusia afirma haber derribado 251 durante la noche
Alberto Mas. el mundo. 6 Octubre 2025

El intercambio de ataques con drones se intensifica. El Ministerio de Defensa de Rusia informó en la mañana de este lunes del derribo de 251 drones ucranianos durante la noche, una de las cifras más altas desde el inicio del conflicto en febrero de 2022.


"Anoche, los sistemas de alerta de defensa antiaérea interceptaron y destruyeron 251 vehículos aéreos no tripulados de ala fija ucranianos", señaló el ministerio ruso en su canal de Telegram.


En concreto, las fuerzas rusas derribaron 40 drones sobre Crimea, la península anexionada por Moscú en 2014, y 62 sobre el mar Negro; uno de ellos en dirección a Moscú. Además, decenas de aparatos más fueron abatidos sobre las regiones rusas de Kursk y Bélgorod, fronterizas con Ucrania, según el ministerio.


No ha habido información oficial sobre posibles daños causados por los ataques ni sobre el número de drones lanzados por Ucrania.


Rusia lanza habitualmente andanadas de drones y misiles, en especial contra la infraestructura energética de Ucrania, desde el inicio de la ofensiva lanzada en febrero de 2022.


Ucrania comenzó a responder con bombardeos a refinerías petroleras y otras infraestructuras energéticas rusas.


En ese juego de intercambio, los drones ucranianos han inutilizado durante los dos últimos meses 21 plantas de un total de 38 grandes complejos existentes, algunas situadas a miles de kilómetros de Ucrania. El objetivo es asfixiar la economía de guerra rusa con sus 'drones sancionadores' contra sus refinerías.


9:02

Una refinería de petróleo en Krasnodar, uno de los objetivos alcanzados por los drones ucranianos

Según avanza la mañana, se van conociendo los primeros objetivos del nuevo ataque con drones de Ucrania. La refinería de petróleo Tuapsé, controlada por Rosneft, en la región de Krasnodar, en el sur de Rusia, fue atacada por drones ucranianos durante la pasada la noche, provocando un incendio en un edificio para el personal de seguridad que fue rápidamente apagado, dijeron el lunes las autoridades regionales en declaraciones recogidas por Reuters.


8:50

Rusia ataca con misiles y drones otra infraestructura energética en el norte de Ucrania

El Ejército ruso ha alcanzado otra infraestructura energética en la región de Cherníguiv, al norte de Ucrania, según ha informado este lunes la compañía eléctrica regional.


"Por desgracia, ha habido de nuevo un impacto en una infraestructura energética", se lee en la nota de la empresa, cuyos empleados trabajan para restablecer lo antes posible el servicio.


Rusia ya atacó durante la noche del sábado al domingo infraestructuras energéticas de varias regiones ucranianas con más de 50 misiles y unos 500 drones.


El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, condenó en su discurso a la nación de anoche el ataque y advirtió de que Rusia está tratando de destruir las infraestructuras gasísticas y eléctricas ucranianas de cara al invierno


8:05

Un ataque de Ucrania a Belgorod (Rusia) corta el suministro eléctrico a miles de personas

El bombardeo nocturno de Ucrania contra la región rusa de Belgorod dañó la infraestructura eléctrica, cortando el suministro eléctrico a miles de clientes, señaló el lunes el gobernador de la región fronteriza con Ucrania. Aunque los ingenieros y los servicios de emergencia restauraron el suministro eléctrico a casi 34.000 consumidores el lunes por la mañana, alrededor de 5.400 personas en 24 áreas municipales seguían sin electricidad, dijo el gobernador Vyacheslav Gladkov. Belgorod y otras regiones adyacentes a Ucrania se han enfrentado a persistentes bombardeos transfronterizos y ataques con drones, mientras la guerra que Moscú desató contra Kiev en 2022 se ha extendido a suelo ruso, alterando la vida civil y dañando infraestructuras críticas. Ucrania no ofreció comentarios inmediatos sobre el ataque. Ambas partes dicen que sus ataques en el territorio del otro tienen como objetivo destruir infraestructura clave para el esfuerzo bélico general.


Por qué Putin necesita continuar la guerra
Roberto Starke. el debate. 6 Octubre 2025

Hace poco más de un mes, Vladimir Putin y Donald Trump se encontraron en Alaska, en una cumbre que hoy ha quedado en la historia como un cascarón vacío. Algunos recordarán que, en los albores de su segunda administración, Trump debilitó como nunca la posición de Ucrania. El episodio en el que él y su vicepresidente, J. D. Vance, reprendieron públicamente a Volodímir Zelenski en el Salón Oval marcó un punto de quiebre. Aun así, ni en esa breve enemistad entre Kiev y Washington, ni en las generosas concesiones ofrecidas en Alaska, el Kremlin pareció dispuesto a cerrar el conflicto.


De hecho, hoy se sabe que Trump ya ofreció más de lo que Ucrania estaría dispuesta a ceder: entrega total de los territorios ocupados, renuncia definitiva al ingreso a la OTAN e incluso reconocimiento sobre la soberanía rusa en Crimea. Y, sin embargo, Rusia rechazó el paquete completo.


A esta altura, incluso los sectores más aislacionistas del trumpismo apuntan contra Putin. ¿Por qué prolonga una guerra incluso cuando el mismo Estados Unidos cedería a todas las pretensiones de Moscú? ¿Por qué tentar la paciencia de un líder tan volátil como Trump? La respuesta más plausible no está en el plano militar, ni siquiera en el geopolítico, sino en el panorama doméstico ruso: una paz ahora sería un harakiri para el Kremlin.


El sostén de la guerra en Ucrania se ha convertido en un pilar imprescindible del poder de Putin. Su supervivencia política ya no se juega en el tablero global, sino en el interior de un sistema de favores, rentas y lealtades que se reconfiguró por completo a partir del conflicto.


Según estimaciones del Atlantic Council, las fábricas rusas producen hoy más armamento que todos los países de la OTAN juntos. La industria militar no solo sostiene el empleo en varias regiones del país, sino que también genera sueldos récord, moviliza inversión estatal y alimenta una narrativa nacionalista que legitima la concentración de poder.


En paralelo, el retiro de empresas occidentales abrió un mercado cautivo que fue rápidamente ocupado por oligarcas y empresarios locales, desde cadenas de comida rápida hasta ropa, servicios y plataformas digitales. La guerra le ha dado al régimen una estructura corporativa inédita, funcional, altamente dependiente del conflicto, pero tremendamente eficaz para sostenerse en el plano interno.


Este fenómeno va más allá del oportunismo económico. Lo que se ha consolidado en Rusia es una forma de capitalismo nacionalista, parapetado en un relato de autonomía económica y resistencia a las sanciones extranjeras. Se trata de un nuevo orden prebendario que ha reemplazado el antiguo contrato social ruso —seguridad a cambio de pasividad— por uno mucho más brutal: obediencia a cambio de acceso a los nichos rentables del mercado cautivo.


Este sistema no necesita popularidad. Necesita continuidad. La base del poder ruso no es la aprobación ciudadana, sino la estabilidad de un entramado de intereses que, sin guerra, se desmoronaría.


Y si los incentivos internos obligan a prolongar el conflicto, el tablero externo tampoco favorece la paz. Rusia invadió Ucrania para frenar el avance de la OTAN. Tres años después, Suecia y Finlandia se sumaron a la Alianza, dándole a Bruselas control total sobre el Báltico. Además, Polonia y Alemania aprobaron los planes de rearme más ambiciosos desde la Guerra Fría. Moscú no solo perdió su objetivo estratégico, sino que ahora sus hipótesis de conflicto han empeorado considerablemente.


Putin se encuentra encerrado en una arquitectura de poder que él mismo diseñó, pero que ahora lo condiciona. Cualquier horizonte de paz desactivaría los resortes que sostienen su hegemonía: las redes oligárquicas, el aparato militar, los empresarios reconvertidos al «capitalismo de trinchera» y, sobre todo, la idea de una Rusia asediada por Occidente que justifica cada restricción, cada censura, y cada nueva purga dentro del gabinete.


Dicho de otro modo: Putin no puede terminar la guerra porque este sería el principio del final para su carrera política. Además, ninguno de sus aliados internos tiene incentivos para forzar ese desenlace. ¿Quién le presiona para que termine la guerra? ¿Qué costo asume al someter a la población a un peor contexto económico? ¿Quién le reclama por las millones de familias rusas (por no sumar también las ucranianas) devastadas por sus jóvenes caídos?


Rusia acumula casi un millón de bajas, intercambiando la vida de miles de jóvenes por menos de un tercio de Ucrania, y todo apunta a que Moscú vive hoy una paradoja crítica: Putin ganó un poder en el conflicto de Ucrania que ahora no podría sostener sin él.


El zar del siglo XXI posiblemente haya evaluado, en las negociaciones previas a Alaska, que incluso con las mejores condiciones posibles, la paz no le permitiría proyectar el talante avasallante e implacable que hoy ejerce sobre Rusia. Porque el putinismo —si es que tal cosa existe— no necesita construir consensos: necesita mantener la fricción. Como si se tratara de una reedición pos-soviética de la «revolución permanente» de Trotsky, el poder solo se ejerce sobre el conflicto. Y sin guerra, no hay conflicto. Y sin conflicto, no hay Putin.


*Roberto Starke es socio director de Infomedia Consulting y director de Contexto Político


¿Por qué Putin no puede detener la guerra de Ucrania?
Al arrastrar a Rusia a un conflicto bélico largo y costoso, el presidente ruso ha generado un estado de emergencia que bloquea el camino de regreso
Vladislav Inozemtsev. la razon. 6 Octubre 2025

El reciente ataque de Rusia –y, probablemente, deliberado– a Polonia ha reavivado profundas preocupaciones sobre las aspiraciones geopolíticas de gran alcance del presidente Putin y su revisionismo estratégico arraigado. Muchos observadores admitieron que los académicos que, como John Mearsheimer, todavía creen que Rusia persigue una agenda puramente geopolítica, o, como Jeffrey Sachs, piensan que el Kremlin se siente avergonzado por la falta de respeto por parte de Occidente, podrían tener razón, y que Putin intenta escalar la situación para asegurar mejores concesiones en Ucrania o para socavar a la "hostil" Europa.


Estaría de acuerdo en que Putin, obsesionado con delirantes doctrinas históricas y odiando al mundo occidental por su compromiso con la ley y la democracia, fue impulsado por razones geopolíticas en el momento en que comenzó la guerra con Ucrania en 2022. Ucrania, que ha constituido parte del ámbito ruso/soviético durante siglos, ha sido considerada por él como un elemento esencial del "mundo ruso" que desea promover como una especie de sustituto del antiguo soviético. La importancia de Ucrania para el Kremlin parece enorme: mientras que el Dr. Brzezinski una vez dijo que "sin Ucrania, Rusia deja de ser un Imperio Euroasiático", yo añadiría que en este caso se reduciría a la antigua Moscú que existía antes de mediados del siglo XVII. Por supuesto, el avance de la OTAN hacia las fronteras rusas en caso de que Ucrania se pase al Oeste, fue otra cuestión de preocupación para el Kremlin, así que, estaría de acuerdo con aquellos que creen que Putin podría haber sido impulsado por consideraciones geopolíticas cuando decidió invadir Ucrania en 2014 (el ataque de 2022 fue solo otro episodio de su guerra), pero en mi opinión, incluso si fue el caso más probable para el inicio de la guerra, podría no ser la principal traición para su continuación actual.


La guerra de Rusia en Ucrania ya dura más de 3 años y medio, y podría volverse más prolongada que la guerra soviética con Alemania entre 1941-1945 si continúa después de principios de enero de 2026. Rusia soporta costos humanos y financieros enormes –y crecientes– mientras libra esta guerra, aunque parece incapaz de superar significativamente sus capturas territoriales. Pero tanto con los intensificados bombardeos de las ciudades ucranianas como con las incursiones en los estados miembros de la OTAN, el Kremlin demuestra que no tiene intención de detener la guerra. El presidente Trump tuvo una prueba contundente de esto, ya que hizo todo lo posible por "pacificar" a Putin ofreciéndole buenas condiciones para la paz y dándole la bienvenida en Anchorage.


Por lo tanto, es hora de reflexionar sobre qué impulsa a Putin a continuar, ya que parece que no es capaz ni de conquistar Ucrania en su totalidad ni de expandir sus esfuerzos bélicos a Europa. Algunos expertos argumentan que, dado que la economía rusa ya se ha convertido en una economía de guerra, existe un "efecto bicicleta": si paras, caes: el complejo militar-industrial perdería empleos, el estímulo presupuestario se secaría, los militares se verían privados de sus exorbitantes salarios que no pueden ser igualados dentro de Rusia. No estoy de acuerdo con tal enfoque, ya que parece que la economía rusa ha estado acogiendo con agrado cada movimiento que pueda llevar a la paz, al menos desde febrero de 2025, y posee muchos recursos para recuperarse con fuerza si termina la guerra. Por lo tanto, en mi opinión, hay diferentes razones que impulsan a Putin hacia adelante, arraigadas en el ámbito político, más que en el económico.


Durante 3 años y medio del actual conflicto militar, el Kremlin obtuvo una calidad radicalmente nueva de control sobre la sociedad rusa. Ha aplastado y aniquilado toda disidencia política y social, con decenas de miles de disidentes huyendo del país; ha introducido una censura militar, cerrado docenas de medios impresos y prohibido cientos de sitios web y blogs; casi ha anulado los derechos de propiedad confiscando activos tanto de empresarios extranjeros como nacionales; ha creado un sistema donde las leyes se adoptan en cuestión de horas y uno puede ser condenado a más años de prisión por una publicación en redes sociales que por un asesinato premeditado. Se adoptaron docenas de normas contra las minorías, incluidas aquellas dirigidas a grupos religiosos y sexuales; se construyeron nuevas cadenas de mando, miles de burócratas se convirtieron en millonarios en dólares. Cientos de miles de personas se están alistando gustosamente en un ejército mercenario para ser asesinadas por dinero, ya que las gratificaciones por muerte combinadas con un bono de inscripción ahora equivalen a un salario promedio de 20 años en el país (yo suelo llamar a este sistema "Deathonomics").


La construcción de una sociedad orwelliana está en pleno desarrollo, ya que el Gobierno prohíbe la libertad de comunicación privada, reduce el uso libre de la web y prohíbe las llamadas en servicios de mensajería extranjeros como WhatsApp y Telegram, prohibiendo a las empresas de redes sociales mundiales como Meta y imponiendo multas irrealistas a otras – como, por ejemplo, Google, que ahora debe a las entidades rusas una suma que supera significativamente… el producto bruto mundial. Si la tendencia persiste, Rusia podría convertirse en una sociedad digitalmente controlada en los próximos años, y las autoridades parecen estar bastante contentas con tal perspectiva.


¿El Sr. Putin pudo llevar a cabo la misma transformación sin librar una guerra? Tal vez –pero yo argumentaría que la situación actual le resulta extremadamente favorable por una sola razón principal. Sin la guerra con Ucrania, los disidentes rusos habrían permanecido como personas con su propia visión del futuro del país y nada más– pero después del inicio del conflicto actual, todos aquellos que se oponen a su Führer de guerra y expresan su solidaridad con Ucrania o el pueblo ucraniano son considerados traidores y enemigos del estado (hace poco, una joven fue condenada a 22 años de prisión por fundar y gestionar una ONG feminista llamada "Ejército de Bellezas" que entregaba ayuda humanitaria a los ucranianos necesitados) sin importar cómo sean sus lazos con Ucrania. Una división tajante entre "los nuestros" y "los de ellos" – esencial para cualquier sociedad fascista u otra totalitaria – facilita la tarea de Putin de gobernar la sociedad rusa, ya que se siente mucho más cómodo gobernando mediante una especie de ley marcial en un país donde la vida cotidiana sigue siendo en general notablemente "normal". Tal situación increíble hace que el régimen actual sea extremadamente sólido y duradero.


Por lo tanto, concluiría diciendo que el Kremlin parece estar sujeto a una trampa seria debido a su incapacidad para regresar a una política interna liberalizada. Durante un cuarto de siglo, Putin llevó a Rusia solo en una dirección, temiendo cualquier retroceso, hasta que la empujó a una guerra con su intento más profundo de establecer una dictadura completa y sin restricciones. Pero como logró introducir un estado de emergencia, el camino de regreso parece estar bloqueado, mientras que la continuación del curso actual parece ser extremadamente costosa. Cómo podría ser la fuga de esta trampa –y si es posible en absoluto– está por verse…


*Vladislav Inozemtsev es cofundador y miembro del Consejo Asesor del Centro de Análisis y Estrategias en Europa en Nicosia (Chipre)


Rusia pone en riesgo la seguridad en Zaporiyia
Sin electricidad desde hace dos semanas, Moscú planea conectar la mayor central nuclear de Europa a su red eléctrica
Rostyslav Averchuk. Leópolis. la razon. 6 Octubre 2025

La situación sigue tensa en la central nuclear de Zaporiyia, la mayor de Europa, ocupada por Rusia y sin suministro eléctrico externo desde hace casi dos semanas, un récord desde su captura hace más de tres años y medio, mientras Ucrania acusa a Rusia de planear "robar" completamente la planta.


El suministro eléctrico es crucial para mantener refrigerados los seis reactores, actualmente inactivos, para minimizar riesgos de un incidente nuclear. Durante toda la invasión rusa, Ucrania ha proporcionado electricidad desde su propia red. En nueve ocasiones anteriores, las interrupciones breves se repararon rápidamente a pesar de los riesgos de bombardeos. Sin embargo, no se han intentado reparaciones desde que la última línea, ubicada en territorio controlado por Rusia, sufrió daños el 23 de septiembre, a pesar de la disposición de Ucrania para enviar equipos de reparación.


“Rusia cortó deliberadamente el suministro eléctrico a la central nuclear de Zaporiyia. Fue una desconexión manual realizada como prueba mientras Rusia se prepara para reconectar la planta ocupada a su propia red eléctrica”, subrayó Andri Sibiha, ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania.


Rusia niega las acusaciones, alegando que un ataque ucraniano dañó la línea. Sin embargo, una investigación de Greenpeace y McKenzie, una firma analítica con sede en Londres, revela que no hubo ataques de drones ni artillería en la zona en el momento del incidente, concluyendo que Rusia “saboteó” deliberadamente la línea.


Sin suministro eléctrico externo, la planta depende de generadores diésel de respaldo, creando una situación impredecible para la planta y la comunidad internacional. Uno de los generadores ya ha fallado, según informó el presidente ucraniano Volodímir Zelenski a los ucranianos. “Ningún terrorista en el mundo se ha atrevido a hacer con una central nuclear lo que Rusia está haciendo ahora”, denunció.


El riesgo de un incidente radiactivo es bajo por ahora, ya que los generadores pueden suministrar electricidad durante semanas, explicó Volodímir Omelchenko, experto en energía del Centro Razumkov de Kiev, a LA RAZÓN. “Rusia está alimentando deliberadamente los temores sobre una posible fuga radiactiva para justificar la conexión de la planta a su propia red eléctrica, aunque podría reconectarla fácilmente a la red ucraniana”, subrayó.


Para Rusia, la central nuclear es tanto un activo valioso como un método de presión sobre Ucrania y sus socios, según expertos. Sus planes para integrarla a su red eléctrica, liderados presuntamente por Sergi Kirienko, un leal a Vladímir Putin, son conocidos desde hace tiempo. Durante más de un año, Rusia ha construido nuevas líneas eléctricas y otras infraestructuras en las áreas ocupadas del sur de Ucrania, extendiéndose al menos 200 kilómetros, según Greenpeace.


Técnicamente, Rusia podría necesitar varias semanas para conectar la planta a su red. Reiniciar al menos un reactor, como parece ser su plan, tomaría más tiempo. “El próximo paso de Rusia será aún más peligroso: reiniciar un reactor bajo ocupación, sin refrigeración adecuada, sin licencia, fuera de cualquier supervisión”, advirtió Sibiha, denunciando el plan como “un movimiento imprudente solo para demostrar el presunto poder de Putin”.


Reiniciar un reactor en medio del conflicto en curso y con escasez de personal calificado sería irresponsable y conllevaría enormes riesgos de fuga radioactiva, añadió Omelchenko. “Es en este modo de operación de los reactores donde ocurrieron todos los accidentes peligrosos registrados en la historia de la energía nuclear”, señaló.


La mayoría del personal ucraniano, conocedor de todos los detalles del funcionamiento de la planta, ha abandonado el lugar tras al menos 78 detenciones ilegales y casos de tortura por parte de los servicios especiales rusos, según una reciente investigación de la ONG Truth Hounds.


Moscú utiliza la planta nuclear como arma, señaló Sibiha, en un país profundamente marcado por la tragedia de Chernóbil de 1986. Recordó también el ataque ruso contra una subestación clave que suministra energía a la central de Chernóbil, que dejó su Sarcogfago, que impide la filtración de material radiactivo al entorno, sin electricidad durante 16 horas el miércoles.


Ucrania ha instado repetidamente al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y sus estados miembros a tomar “todas las medidas posibles” para garantizar la restauración de un suministro eléctrico confiable en Zaporiyia. El OIEA asegura estar trabajando con ambas partes para encontrar la solución, pero el enfoque de su director, Rafael Grossi, genera creciente incomprensión entre expertos ucranianos.


Esa misma semana, mientras la planta seguía sin electricidad, Grossi asistió a un gran evento organizado por Rosatom, la agencia nuclear rusa, elogiando la contribución de Rusia al desarrollo de tecnologías nucleares, señaló Omelchenko. Mientras, Ucrania espera del OIEA una condena inequívoca de las acciones rusas y mayor presión contra Moscú, que continúa expandiendo sus proyectos nucleares globales pese a su ocupación ilegal de la mayor central nuclear de Europa.


Permitir que Rusia conecte la planta a su red crearía un alto riesgo de un incidente nuclear, recompensaría “el terrorismo ruso” y fomentaría más comportamientos similares en el mundo, subrayó Omelchenko a LA RAZÓN.


¿Con quien pactará el PP?
Hermann Tertsch. gaceta. 6 Octubre 2025

El PP no sólo va a pactar con el PSOE. Ha pactado. Mantiene los pactos y pactará con los socialistas el próximo gobierno a no ser que VOX sea lo suficientemente fuerte para que las cifras no les lleguen con el PSOE.


Pena inmensa que ya no sean los serviles amanuenses peperos de todos los confidenciales incluido el suyo, sino Jesús Cacho, el que se permita una mentira tan obscena como que no conoce a nadie del PP que quiera una alianza con el PSOE. Cacho conoce decenas de afirmaciones de Feijoo, Rajoy, Tellado y compañía que confirman preferir una alianza con el PSOE a una con VOX.


Pero además no se trata de que quieran. Sino que tienen amos, ellos sí, que les impondrán el bipartidismo en el gobierno nacional a poco que la aritmética electoral lo permita. Están en pánico y quieren forjarlos mientras sea posible. Porque en algunos países ya no pueden. El sábado se produjo el naufragio del Partido Popular en Chequia y la incontestable llegada al poder del partido hermano de VOX, que es ANO, de Andrej Babis. El PP quedó a 13 puntos del aliado de VOX. La izquierda deja de existir.


Los miembros del Partido Popular Europeo están gobernando con los socialistas en Alemania, en Austria y con toda la izquierda en Polonia pese a tener en todos estos países una opción de mucha más amplia mayoría en un pacto con los partidos a su derecha. Insisten en el bipartidismo, con resultados catastróficos, por cierto. Pero la voluntad del bipartidismo de bunkerizarse es clara. Antes y después.


Si Cacho hubiera leído la entrevista a Manfred Weber, jefe del Partido Popular Europeo, en la Süddeutsche Zeitung del pasado domingo 28 de septiembre, sabría que hay órdenes del PPE de hacer alianzas «en el centro», es decir, con los socialistas, mantener el bipartidismo en los gobiernos nacionales. También el PP y el PSOE, sí, el partido de Sánchez y el partido de Feijoo que mantienen en Bruselas esa alianza. Berlín y Bruselas quieren impedir a toda costa en España una coalición de PP con VOX. Lean aquí… Manfred Weber, jefe del Partido Popular Europeo: «(…) No tengo ninguna fe en que con la AfD se puedan resolver problemas de manera sostenible. Por eso también a nivel europeo haremos todo lo posible para mantener a los nacionalistas y antieuropeístas alejados de todos los cargos gubernamentales y parlamentarios. Vamos a mantener la muralla cortafuegos. Ahora debemos demostrar en Berlín y Bruselas que podemos resolver los problemas, en materia de seguridad económica, reformas sociales, migración y seguridad. Para ello dependemos del SPD (partido socialista)«.


Pero lo más triste para mí es que Cacho se preste a las insidias infames contra VOX del pobre Alfonso Ussía —ya que lo cita él, lo cito yo— metido en campaña pepera antiVOX con familiares asesores de Ayuso. Esos intentos de hacer daño a VOX pretendiendo desautorizar a Santiago Abascal son tan manidos como fracasados y desmentidos siempre.


Los esfuerzos por debilitar a Abascal, al único líder en España que planta oposición real y eficaz, en parlamento, juzgados y calles al déspota criminal, ayudarían a la banda sanchista socialista del crimen organizado que ha secuestrado el Gobierno y las instituciones, si no fracasaran siempre como los sufridos por otros líderes de fuerzas patriotas en Europa.


Ayudarían esas insidias a Pedro Sánchez y su banda delincuente si fueran algo más que patéticos intentos de ocultar el abismo existente entre un líder nacional de prestigio internacional como es Santiago Abascal y un torpe político de provincias, sin visión política, ideas propias ni convicción alguna, esclavo de la conveniencia que tantas veces le lleva a ayudar al criminal, véase la formación del Constitucional y otras instituciones. La verdad es terca. Incluso en España.


P$OE, un partido sobre valorado
Fran Carrillo. okdiario. 6 Octubre 2025

Ahora que las encuestas políticas de nulo rigor metodológico alteran las plantas nobles de los partidos, conviene recordar a quienes aspiran a suceder al autócrata de prostíbulos, que el apoyo sociológico no sobreviene como reacción a una cocina demoscópica, sino a la capacidad de ofrecer un proyecto alternativo que combine por igual un discurso ilusionante que aglutine la desazón general con el rumbo del país, y además sepa ofrecer una constante batalla cultural ante la propaganda mesiánica y cautiva con la que el socialismo de hez y martillo, de puño y trinque en el poder, somete a la población.


En esta España que la derecha cree de izquierdas, es conocido que el sujeto colectivo zurdo se sigue movilizando en torno a las causas que mejor le definen: el rencor y la envidia. En esa mezcla incorregible, las hordas siniestras se consideran tan importantes como para hacerle ver al mundo que «luchan» por solucionar problemas que tienen a miles de kilómetros, aunque dimitan de los que cada día sufren en su país, como buenos esclavos del pesebre. La izquierda callejera, donde se siente realmente feliz, es alrededor de la tribu, allí donde el hedor a odio triunfa entre cánticos baratos, en ese extremo que junta estupidez e ignorancia, conceptos por otra parte inocuos sin la subvención moral pertinente. Por eso no hay que prestar atención al alpiste que mueve su inteligencia.


La prueba de su indolencia cívica es que marchan por Palestina la misma semana que se destapa la contabilidad B del PSOE, esa presunta financiación ilegal que constituía una línea roja para los ídem cuando gobernaba el PP, pero que ahora supone una pequeña indignación política de los socios que mantienen la farsa, quienes se enfadan ma non troppo, porque la decencia no paga facturas ni el tren de vida que les mantiene en la poltrona vividora. Así, la corrupción, consustancial en la naturaleza humana, se convierte en permiso de vida para quien la cuestiona y condena según de donde provenga. Si dicha impronta delictiva se ejecuta bajo siglas socialistas, la indignada muchedumbre oculta sus ojos con palestinas y pañuelos de alhelí, como los capullos de los que hablaba Umbral.


Y el PSOE, ese partido sobre valorado que construye su historia y su relato en base a lo que no hace nunca ni a lo que nunca representa, esto es, en torno a lo contrario de lo que dice y hace, demuestra una vez más lo que es cuando se sienta en el poder: una organización saqueadora, corrupta y con evidentes tics autoritarios. Ahora, vuelve a las andadas, manipulando encuestas y ciudadanos, con el propósito de seguir delinquiendo en paz y sin miedo.


La derecha que venga a sustituir a este despropósito antidemocrático, si le deja la motorizada zurda que ya afila la guadaña del miedo, debe entender lo que le espera cada día, y por ello, no debe temblarle el pulso a la hora de buscar la justicia perdida, la libertad conculcada y el progreso arrebatado. Y sin complejos, tomar decisiones que alteren la paz que nunca tendrá con la ultraizquierda infiltrada por cada rincón del Estado. Empezando por las aulas y terminando por las leyes. El foco discursivo ya no es la flotilla, sino los sobres que empapelan la cueva de Alí Ferraz de permanente y consentida ilegalidad.


Ya lo dijo Sánchez en el discurso que justificó la moción de censura en 2018: «La corrupción actúa como un agente disolvente y profundamente nocivo para cualquier país, porque disuelve la confianza de una sociedad en sus gobernantes y debilita en consecuencia a los poderes del Estado». Lo que entonces se articuló como necesidad, hoy es de obligada exigencia impulsar. Con y sin apoyos, retratando con dureza inmisericorde a quienes apoyan por supervivencia lo que entonces denunciaron por interés. Si la oposición no está a la altura de lo que España necesita en estos momentos, mereceremos cuatro años más de sanchismo, lo que supondrá el definitivo final de la democracia liberal y parlamentaria.


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Lechuga, sol y chistorra
Iván Vélez. gaceta. 6 Octubre 2025

Poco más de doscientos habitantes, según el censo, tiene Maranchón. El pueblo, sin embargo, mantiene las huellas de su antiguo esplendor. Cuna de tratantes, la localidad alcarreña alcanzó renombre en el ya desaparecido mundo de la muletería. Su fama trascendió a la hoy llamada «Siberia española», con capital en Molina de Aragón. En su episodio nacional, Narváez, Galdós contó que los maranchoneros, de los que también habló Baroja, llegaron a emplear obligaciones de pago para facilitar las transacciones con sus clientes. Como ocurría con tantos otros oficios, los maranchoneros tenían incluso una jerga propia: la migaña —palabra que puede proceder de la expresión «me engaña»— para hacer sus tratos.


Hace mucho tiempo que el motor de explosión, hoy amenazado por el eléctrico, eclipsó a las acémilas. Sin embargo, la picaresca y su lenguaje, que tanto llamó la atención de Cervantes, goza de buena salud. Prueba de ello son las últimas revelaciones de la UCO, que nos han descubierto la jerga koldiana, pues al antaño portero del club Rosalex, se debe el renombre de los billetes de 100, 200 y 500 euros. Lechuga, sol y chistorra son los nombres que el navarro daba a un papel moneda que al contrario de lo que dice la copla, no corría como la falsa moneda, sino como jugosas retribuciones de difícil encaje contable. Cada cual tiene sus referencias, y si los Pujol hablaban de misales para referirse a los millones de pesetas que iban hacia sus cuentas andorranas, Koldo ha secularizado ese vocabulario para confeccionar un plato combinado similar a los que pudo degustar, junto al resto de peugeotnautas, mientras reconstruían a Sánchez. El escándalo cuenta, en este caso, con la imagen de sobres con el logotipo del PSOE, para los que la empresa radicada en Ferraz ha elaborado un contraargumento —se trataría de retribuciones limpias— que el tiempo y las togas se encargarán de avalar, con uve… o no.


Al cierre de esta columna, Sánchez tiene imputados a su hermano, del que hemos sabido que vivió como un topo en Moncloa para mejorar sus balances fiscales, a su esposa, a sus dos ex secretarios de Organización y al Fiscal General del Estado, al que le separan tres semanas de sentarse en el banquillo de los acusados. Los sobres vendrían ahora a «barcenizar» al PSOE y hemos de recordar que la imaginativa contabilidad genovesa fue la excusa para articular la moción de censura que llevó a Sánchez a un Palacio de La Moncloa que no abandonará sin usar cualquier recurso a su favor. Su demostrada amoralidad es su mayor fortaleza.


Mal harían quienes acarician con los dedos el fin del sanchismo. El PSOE es el principal constructor del régimen del 78 y las inercias de este son potentes. La exigencia de transparencia y de honradez, esa de la que tanto ha presumido el partido de Sánchez, son valores maleables sujetos al momento político. Hace siete años, la trama Gürtel, es decir, la de la financiación ilegal del PP, desbancó a Rajoy. Hoy, las noticias que vamos conociendo se asemejan mucho a un caso análogo. Sin embargo, los socios del Gobierno callan. Y las razones de ese silencio son bien conocidas. Sánchez es un auténtico filón para las sectas extractivas que la democracia «que los españoles se dieron» ha fomentado. Sólo él sería capaz de indultar y amnistiar a golpistas, de mantener abierto un canal de negociación con Puigdemont, de permitir el trato privilegiado que se da a los etarras o de dar una financiación privilegiada a la región que acumula más deslealtad.


Por todas estas razones, no cabe esperar ningún movimiento por de Sumar, EH Bildu, ERC, etc. Para los primeros, Sánchez, que los devorará, es la garantía de una supervivencia que se agotaría en unas elecciones inmediatas. Para los otros, el madrileño no es más que un español, es decir, un individuo en el que se concentran los contravalores del supremacismo que España financia con algo más que lechugas, soles y chistorras.


Amaia Martínez (Vox). Portavoz de Vox en el Parlamento Vasco

«El PNV es de lo más falso que te puedas encontrar en política, pero que dejen caer a Sánchez es complicado»

La portavoz de Vox en el Parlamento Vasco insta a tratar a Bildu «como lo que es, el brazo político de ETA»: «Ahora mismo no mata porque consigue más políticamente que a través de las balas»

Natalia Cristóbal. Madrid. el debate. 6 Octubre 2025


Cinco años lleva Amaia Martínez como portavoz de Vox en el Parlamento Vasco. Cuando se le pregunta qué siente siendo la única voz del partido de Santiago Abascal en la Cámara asegura que aunque está sola no se siente sola y está orgullosa del trabajo y de llevar la bandera de la formación «con valentía», en la región más hostil para Vox. «Siento que tengo un montón de gente detrás a la que no puedo defraudar y por la que tiro todos los días de frente y hacia delante», afirma en su conversación con El Debate.


Ve con preocupación la subida que parece tener Bildu, de la que culpa al blanqueamiento constante tanto del PNV como del PSOE: «Un ciudadano vasco que tiene que votar, entre Bildu y el PNV siempre va a elegir el original y no la marca blanca, y ahora mismo el original es Bildu, porque el PNV está caminando muy a la izquierda».


—En la legislatura pasada existía un cordón 'sanitario' contra Vox por ese acuerdo del PNV, PSE, Bildu y Podemos para limitar su actividad parlamentaria. Aunque el TC lo anuló, muchas de sus iniciativas eran rechazadas sin debate. ¿Cuál es la situación actualmente?

—Después de cinco años que llevo en el Parlamento la situación ha sido siempre la misma. Hay un cordón sanitario contra Vox por parte de todos los partidos a excepción del PP. No han podido hacer todo lo que querían contra nosotros, pero sí han mantenido ese cordón en cuanto a que presentamos iniciativas y no entran al debate, simplemente votan 'no'. Esa es la forma que han tenido de seguir manteniendo esto.


—¿Y en la calle? Hace unos meses veíamos las imágenes de acoso a una mesa informativa que habían instalado en Rentería...

—La situación sigue siendo hostil, sobre todo es mucho más hostil en pueblos muy cerrados, por ejemplo de San Sebastián o de Vizcaya. No así por ejemplo en Vitoria, donde sí sentimos ya cierta tranquilidad entre comillas. Siguen abucheándonos, seguimos teniendo el problema de que en determinados casos pasan y te insultan, pero no hay agresión. En el caso de Rentería hubo agresión, por eso se ha denunciado, y vamos a denunciar todos los ataques que se produzcan en cualquier mesa informativa de Vox.


Nos han votado en las elecciones autonómicas más que en las anteriores, más de 28.000 vascos; en las encuestas hay un incremento, eso quiere decir que hay gente que nos apoya. Lamentablemente esa gente está silenciada, no se manifiesta. Emiten el voto, que lo tienen muy claro, pero a la hora de acudir a una mesa informativa o a un mitin de Vox no van porque van a ser señalados y corre peligro su puesto de trabajo, su integridad personal…y no todo el mundo está dispuesto a renunciar a ello. Seguimos diciendo que no hay libertad en el País Vasco. A cualquiera le digo que vaya con una bandera española por el centro de Bilbao y veremos lo que le pasa. Ahora, si vas con una ikurriña te aplauden; si vas con una bandera de Palestina, también. No hay libertad para representar todo aquello que queremos los que nos sentimos vascos y a la vez españoles.


—El blanqueamiento de Bildu ha sido tal que las encuestas reflejan un crecimiento de la formación de Arnaldo Otegi, que incluso podría llegar a dar el sorpasso al PNV en unas elecciones generales, según el último sondeo. ¿Es posible revertirlo?

–Es posible, claro que lo es, volviendo a dominar la educación, que en las clases a los niños se les informe de lo que ha sido ETA, de dónde ha venido y quien la conformaba. Otegi es el líder de EH Bildu y ha sido un etarra que ha estado encarcelado por pertenencia a banda armada; esto no lo saben los jóvenes vascos. No eran héroes, eran villanos.


En segundo lugar, hay que tratar a Bildu como lo que es, el brazo político de ETA, que ahora mismo no mata porque consigue más políticamente que a través de las balas, pero esto es simplemente un impás, puede cambiar en cualquier momento. Eso es lo que hay que volver a reforzar y señalar a Bildu con lo que ha sido y con lo que es. Todavía no han condenado los crímenes de ETA, no han condenado el terrorismo; creo que eso es una norma democrática fundamental.


No hay libertad en el País Vasco. Si alguien va con una bandera española por el centro de Bilbao, veremos lo que le pasa. Ahora, si vas con una ikurriña o una bandera de Palestina, te aplauden


—¿Qué se le pasa por la cabeza cuando oye, como hemos conocido esta semana, que el Gobierno vasco le ha concedido el tercer grado al etarra 'Gadafi'?

—Qué se me puede pasar por la cabeza…En la anterior legislatura el Departamento de Justicia estaba en manos del PNV, en esta legislatura quien lo lleva es el PSE. Nosotros pensábamos que el PSE, que también ha sufrido bajas por el terrorismo en sus filas, iba a tomar otras determinaciones y resulta que está haciendo lo mismo que el PNV, quizás porque se deba a ellos. Estamos viendo terceros grados a etarras, pero ya no solo eso, sino que víctimas del terrorismo tienen que ver cómo presos que han asesinado a sus familiares se pasean por las calles delante de ellos.


Hace poco tuvimos una reunión con asociaciones de víctimas y reclamaban que llevemos al Parlamento, y lo hemos llevado, que haya penalización económica para todas aquellas personas que hagan enaltecimiento del terrorismo. Se hizo una ley de memoria histórica, o de desmemoria como la llamo, en la que sí hay penas económicas para todos los que enaltezcan el franquismo, y lo han hecho muy rapidito porque le ha interesado a la izquierda.


—Este jueves se aprobó en el Parlamento Vasco la tramitación de una ley del PNV para blindar el euskera en las oposiciones del País Vasco. ¿Cuál es la reacción de la sociedad vasca ante la imposición de esta lengua?

—Menos de un 30 % conoce el euskera. Nuestra situación no tiene nada que ver ni con Galicia ni con Cataluña, donde el porcentaje de población que habla la lengua regional es muy elevada. Aquí menos del 30 % la utiliza. Hemos hecho preguntas al consejero de Salud, por ejemplo, sobre cuánta gente quiere ser atendida en sanidad en euskera, y tan solo un 15 % de la población quiere. La realidad sociolingüística que tenemos ahora es de hablar prioritariamente en castellano.


Entonces están haciendo una imposición lingüística en los colegios y eso está generando que tengamos los peores expedientes académicos de toda España. Ya han fastidiado la educación y ahora la administración. Quieren que todo aquel que acceda a una OPE en el País Vasco tenga que tener la titulación B2 en euskera; eso supone ya de entrada 15 puntos que el que no sabe no tiene. Van a generar una Administración pública vasca inservible porque el único mérito que va a haber es que los que están allí sean un nido de gente que conoce el euskera.


Cualquiera ve que es incongruente, porque las OPE son estatales. Se está generando una desigualdad total con el resto de España. Ansían su nación separada de España y lo están consiguiendo a través del idioma, una forma de poner barreras a que gente de otras provincias pueda ejercer y trabajar en el País Vasco.


—¿Qué va a pasar con el nuevo estatuto? ¿Hasta dónde van a llegar?

—Hasta donde les deje Sánchez. Ellos ahora mismo van a por todas. Si tanto PNV como Bildu están sosteniendo el Gobierno de Sánchez es porque les interesa; es cuando más competencias están recibiendo. Lo que piden Sánchez se lo da. ¿Los vascos tenemos más dinero por un autogobierno? No. ¿Quién tiene beneficios con el autogobierno y las competencias? Los partidos políticos de los separatistas, que son los que montan sus chiringuitos y colocan a su gente con el carné del PNV…pero al resto de los vascos nos importa un pepino el autogobierno. Lo que queremos es poder acceder a una vivienda sin embargarnos de por vida, tener un empleo digno, poder pasear por nuestras calles sin tener que ser asaltados por un delincuente o agredidas sexualmente, que nuestros mayores tengan derecho a una residencia…


—¿Cree que el PNV terminará por dejar caer a Sánchez en esta legislatura?

—El PNV es tan falso que no sé decir lo que va a hacer nunca. Esta misma semana pensábamos que iba a votar 'no' a la ley de Bildu porque el propio Gobierno había dicho que era una ley que no votaban favorablemente, pero han roto el consenso del voto. Después de haber pactado con Mariano Rajoy, en la moción de censura lo echan abajo. El PNV es de lo más falso que te puedas encontrar en política. Nunca vas a saber lo que van a hacer y todo lo que hagan lo van a hacer por interés propio. Es lo único que puedo asegurar. Ahora, que dejen caer a Pedro Sánchez es complicado porque saben que es una forma muy fácil de seguir solicitando todas esas competencias que ellos reclaman. Saben que con un Gobierno de Vox no lo van a poder hacer.


Otegi es el líder de EH Bildu y ha sido un etarra que ha estado encarcelado por pertenencia a banda armada; esto no lo saben los jóvenes vascos


—Hablemos ahora de la inseguridad, que es un tema que está en el debate y que ustedes vienen denunciando mucho tiempo, y lo vinculan a las políticas migratorias. A raíz de las declaraciones que ha hecho el Gobierno vasco reconociendo que «muchos de los que usan armas blancas en Euskadi son extranjeros sin arraigo», usted ha señalado que ya van tarde y que los barrios en el País Vasco son un estercolero multicultural. ¿Cómo se puede revertir?

—Es complicado revertirlo cuando no han cambiado las políticas migratorias. Yo llevo ya seis años hablando sola en el desierto, llamándome todo el mundo racista y xenófoba, porque estoy diciendo que no podemos abrir las puertas a todo el mundo, que yo cuando abro la puerta de mi casa tengo que saber quién llama, qué quiere y a dónde va y esto es una política de sentido común.


Las políticas migratorias que han llevado todos los partidos políticos a excepción de Vox han sido de puertas abiertas, de buenismo, de dar derechos a toda la inmigración sin pedir nada a cambio, sin pedirles obligaciones, y ahora tenemos una invasión migratoria, una inmigración ilegal masiva y descontrolada, y en el País Vasco concretamente, donde tenemos un efecto llamada total a través de la RGI, tenemos una inmigración que se está 'guetizando'. Hay barrios en Vitoria y en Bilbao que son totalmente de inmigración, y está habiendo peleas que no hemos visto en la vida con machetes y navajas.


Nos decían que la inseguridad era una percepción, nos llamaban locos. Llevo pidiendo datos de delincuentes detenidos y que nos diga la nacionalidad...ya me importa poco si son de Irún, de Rentería o del Magreb, quiero datos para hacerme una foto real del problema delincuencial que tenemos. No nos los ha dado porque los datos son tremendos.


En el 2023, que es el último en que han publicado los datos, por algo será, en el País Vasco homicidios consumados: el 38 % extranjeros; agresiones sexuales con penetración: el 72 % de los detenidos, extranjeros; hurtos: el 75 % de los detenidos, extranjeros; robos con violencia: el 77 % de los detenidos, extranjeros. Cuando la población inmigrante representa alrededor de un 12 % de la población vasca.


Todo el que venga a delinquir, a arremeter contra nuestra cultura y el que venga de manera ilegal, a sus países de origen


Y lo que más nos preocupa son las agresiones sexuales con penetración, que se han incrementado en un 185 %, porque estamos importando una cultura en la que las mujeres somos un mero objeto, que se nos puede tapar con una cárcel de tela, que se nos quiere invisibilizar y, además, en sus países es típico agredir a una mujer. ¿Y vienen aquí con sus costumbres y tenemos que aceptarlas? Yo me niego a ello y voy a seguir peleando para que esto no sea así.


Está muy bien que venga la inmigración a trabajar, a integrarse, a respetar nuestra cultura y a respetar a las mujeres. Todo el que venga a delinquir, a arremeter contra nuestra cultura y el que venga de manera ilegal, a sus países de origen, lo decimos siempre muy clarito porque no tenemos miedo a decirlo.


—Le pregunto ahora por el escándalo que se ha conocido estos días sobre el campamento de Bernedo (Álava). Usted esta semana se ha trasladado hasta allí para denunciar lo que se hacía, según hemos podido conocer por las informaciones que han trascendido. ¿Qué iniciativas van a llevar a cabo para que se depuren responsabilidades?

—Hemos denunciado el hecho en sí y sobre todo la lavada de manos que se han hecho PNV y PSE, que son los que están ahora mismo gobernando en todas las instituciones, porque hay que tener en cuenta que las denuncias llevan ya desde 2019, y las denuncias que se han hecho este año llevaban paralizadas desde enero en el juzgado de Vitoria; esto es una vulneración de la libertad sexual de los menores y es muy, muy grave. Todo lo que hemos oído me helaba la sangre siendo madre. ¿Dónde vamos a llegar?


Yo esperaba que esos partidos tan feministas y tan defensores de los menores dijeran algo. Curiosamente Bildu no ha dicho ni palabra porque uno de los monitores es un personaje que pertenece a Bildu, Anier Peritz, y porque es un campamento feminista, abertzale y transgénero, «muy moderno» todo, y todo lo que sea «muy moderno», aunque vulnere la ley del menor, si es en euskera ya no hay delito para ellos. Y esto es tremendamente grave.


Hemos pedido la comparecencia en la Diputación de Álava de la consejera para que nos dé explicaciones de por qué no se ha hecho nada al respecto. Hemos preguntado también al consejero de Seguridad. En este caso, la Ertzainzta recibió las denuncias y las cursó de forma leal, lo que pasa es que se paralizaron en el juzgado de Vitoria, no sabemos por qué, es lo que vamos a indagar. Vamos a pedir también la comparecencia de la consejera de Justicia para que nos diga por qué se paralizaron y no siguieron su curso adelante para haber podido paralizar los campamentos este verano.


La ofensiva lingüística de Mazón incomoda al PP catalán
Varios miembros del partido reconocen la falta de fundamento filológico de la cruzada y apuntan que podría dificultar cualquier aproximación moderada al catalanismo
Àlex Cárcel. cronica global. 6 Octubre 2025

Mientras TV3 incluye a la ciudad italiana de l'Alguer en su mapa del tiempo de los Països Catalans, la Generalitat Valenciana de Carlos Mazón redobla su apuesta por una política lingüística que nunca antes había llevado a cabo el PP en la comunidad, destinada a promover que el catalán y el valenciano son idiomas distintos. Según apuntan algunos, para contentar a un Vox del que depende en Les Corts. Según otros, como cortina de humo por su polémica gestión de la DANA.


El caso es que el gobierno de los populares le ha declarado la guerra a la Acadèmia Valenciana de la Llengua estas últimas semanas. Mazón considera que esta institución, impulsada por el propio PP de Eduardo Zaplana, padre político del president, ha tomado una deriva "pancatalanista".


Un tránsfuga del PP catalán rompe la sanidad nacional al impugnar un concurso clave de Mazón

Y cree que merece un recorte presupuestario --como impulsará--, que se debe cuestionar su legitimidad como ente regulador e incluso cambiarle el nombre por Acadèmia de la Llengua Valenciana, imponiendo unas nuevas normativas ortográficas, explican, "menos catalanas y más cercanas a lo que habla el pueblo".


El cartel de la fiesta regional del 9 d'octubre –donde escribe Vixca con x y no con s como dictan las normas oficiales– o la obsesión de la alcaldesa de Valencia María José Català, también del PP, por cambiarle la tilde al nombre de la ciudad, son sólo algunos ejemplos de la cruzada.


Una deriva que los lingüistas condenan en su totalidad, pese a que los pseudofilólogos de Lo Rat Penat aseguren lo contrario, pero que no ha contado con ninguna oposición formal de la cúpula del partido en Génova.


El PP catalán, incómodo

Este silencio de Alberto Núñez Feijóo, que desde la formación justifican por "los días contados" que le quedan a Mazón, con la candidatura de Paco Camps impulsada desde Madrid como alternativa, supone un problema para el PP catalán. Una incomodidad, más bien, desde el punto de vista ideológico y desde el sentido común.


Tienen indicaciones de no entrar en la polémica que inunda las redes sociales estos últimos días y se limitan a repetir que "cada uno puede llamar a su lengua como quiera". Conscientes, en privado, de las "absurdidades" que promueve el president en contra de los consensos históricos del partido, que en Valencia tuvieron que ser muchos y transversales durante la Transición.


Añaden que tanto para su día a día político en Cataluña como para sus votantes se trata de un tema menor. Y muy probablemente lo sea más allá de que pueda perjudicar a cualquier aproximación amable a la cuestión lingüística doméstica, que sí supone un conflicto interno en Cataluña desde la muerte del procés. Tras la que el ala moderada del partido, encabezada por Xavier Garcia Albiol, parece haber abierto la veda a las cesiones en este ámbito.


La oficialidad en Europa

El alcalde de Badalona volvió a matizar ayer que el reconocimiento de las lenguas cooficiales en la UE no es una línea roja. Y lo hizo tras acercarse –reculando posteriormente– al Pacte per la Llengua del Govern, que sí supone un límite para Alejandro Fernández mientras la cuestión europea, tanto en Génova como en Cataluña, se valora como un as en la manga por si hay que pactar con Junts.


Este asunto, en cualquier caso, sigue enquistado en los despachos comunitarios pese a la insistencia del ministro José Manuel Albares, que presiona para cumplir sus acuerdos con el independentismo mientras acusa al PP de maniobrar con sus colegas para "bloquear los intereses del Gobierno", algo que Santi Rodríguez amagó con admitir hace unos meses. Y que no se ha podido comprobar.


"Si el independentismo no existiese, nadie en Valencia pondría en duda que, aunque cada uno con sus particularidades, hablamos el mismo idioma, como ocurre con el castellano en España, Argentina o Perú", explica la oposición socialista en Les Corts, favorable a la doble denominación.


El "rechazo" a Cataluña, que empuja a un considerable número de valencianos a asumir las tesis del Gobierno de Mazón, estaría íntimamente ligado al procés y a una "política anexionista" que perciben en muchos casos por parte de la Generalitat catalana, explican.


"Es una cuestión ideológica", añaden desde el PP catalán, "aunque no se debería mezclar con la realidad, que es que fueron los repobladores del Principado quienes llevaron la lengua al Reino de Valencia en la reconquista".


Cuando ETA utilizaba la ikurriña para tender trampas mortales a los agentes de las Fuerzas de Seguridad

Hoy se cumplen 50 años del asesinato en Oñate de tres guardias civiles que acudieron al Santuario de Aránzazu a retirar una bandera
J.M. Zuloaga. la razon. 6 Octubre 2025

Hay se cumplen 50 años. España estaba relativamente cerca de convertirse en una democracia y que las autonomías, con sus símbolos, fueran amparadas constitucionalmente. La ikurriña estaba, por lo tanto, prohibida por el régimen franquista y ETA la utilizaba, como hizo en los primeros años de la Transición hasta que fue legalizada, como una provocación para que las Fuerzas de Seguridad acudieran a retirarlas y atentar contra los agentes mediante trampas-bomba.


Ucurrió en Oñate, Guipúzcua. Un Land Rover de la Guardia Civil ocupado por un cabo, el conductor y tres jóvenes guardias segundos del puesto de Mondragón fue enviado esa mañana al santuario de Nuestra Señora de Aránzazu, próximo a Oñate, para retirar una ikurriña.


Los agentes inspeccionaron la zona ante el temor de que hubiera algún explosivo conectado. Descubrieron que estaba unida a un paquete que solo contenía arena, y procedieron a retirarla.


A las 13:45 horas, cuando regresaban al cuartel, una carga explosiva compuesta por dinamita y unos trescientos tornillos a modo de metralla fue activada al paso del vehículo policial. La bomba había sido ocultada a un kilómetro del santuario, en un talud situado en la parte derecha de la carretera. Los terroristas habían pintado una marca roja para activar el artefacto a distancia cuando el Land Rover pasara sobre ella.


El vehículo fue alcanzado de lleno en el costado y salió despedido a unos veinte metros de distancia, dando varias vueltas antes de detenerse completamente destrozado.


El cabo que mandaba la patrulla, José Gómez Castillo, y el conductor, Juan García Lorente, resultaron heridos de gravedad. Sus compañeros, Esteban Maldonado Llorente, Jesús Pascual Lozano y Juan Moreno Chamorro no tuvieron tanta suerte: los tres murieron al instante; dos de ellos quedaron tendidos en la carretera, y el tercero, con el cuerpo seccionado, en una cuneta.


Los primeros en llegar al escenario del atentado fueron varios padres franciscanos que procedían de Oñate y se dirigían al santuario. Ellos se ocuparon del traslado de los dos heridos a un centro sanitario, al tiempo que administraban los últimos sacramentos a los tres fallecidos. El 10 de octubre, se responsabilizó del atentado con comunicado enviado a la prensa de París.


El Juzgado Militar 2 de San Sebastián, en las Diligencias Previas 217/75 de la Autoridad Judicial de la 6ª Región Militar, procesó en rebeldía "por no ser hallados a los miembros de la banda terrorista ETA Isidro María Garalde Bedialauneta, Miguel Lujúa Gorostiola y José Martín Sagardia Zaldua, presuntos autores del hecho". Todos ellos se beneficiaron de la Amnistía de 1977.


El guardia civil Esteban Maldonado Llorente, de veinte años, era natural de la localidad de San Pedro de Mérida (Badajoz), y se encontraba destinado en el puesto de Mondragón. Había nacido el 3 de enero de 1955 y estaba soltero.


Jesús Pascual Martín Lozano, nacido el 2 de junio de 1950 en la localidad segoviana de Villaverde de Íscar, estaba soltero. Había ingresado en la Guardia Civil en el mes de febrero y su primer destino profesional fue el puesto de Mondragón.


Juan Moreno Chamorro, nacido el 8 de mayo de 1949 en la localidad de Villamesías (Cáceres), tenía veintiséis años cuando fue asesinado; estaba casado y era padre de tres hijos.


Las heridas del procés: un estudio confirma que los mejores médicos MIR llevan ocho años evitando Cataluña
Un estudio de la Universidad Carlos III constata la caída en la calidad del capital humano sanitario como consecuencia de la polarización política en Cataluña
Guillermo Altarriba Vilanova. el debate. 6 Octubre 2025

La polarización política causada por el procés independentista catalán provocó una notable pérdida de talento de médicos recién graduados –conocidos como residentes, o MIR–, debido a que los estudiantes que obtuvieron mayor puntuación evitaron viajar a Cataluña para trabajar. Así lo confirma un nuevo estudio publicado hace unos días en la revista Social Science Research Network, al que ha tenido acceso El Debate.


El trabajo, titulado Political Polarization and Human Capital Allocation («polarización política y distribución del capital humano»), ha sido llevado a cabo por los investigadores David Martínez-Miera y Carlos Sunyer, de la Universidad Carlos III de Madrid. Según este paper, el referéndum ilegal de 2017 –cuyo octavo aniversario se celebraba estos días– provocó una caída del 31% entre los MIR con mejores notas.


«Nuestro interés era analizar un aspecto del procés, como herramienta para medir el impacto de la polarización política en la calidad del capital humano, y el resultado es incontestable», explica a El Debate uno de los dos autores del trabajo, el profesor Martínez-Miera. Los datos analizados en el trabajo evidencian la rotundidad de la afirmación.


Como dejan patente estos, los MIR que eligieron hospitales catalanes después de 2017 obtuvieron de media puntuaciones más bajas en el MIR –la caída fue de 0,13 puntos en desviación estándar, cerca de un 8% de media–, y los estudiantes en el 5 % de mejores notas fueron los que más evitaron Cataluña como destino.


No fue una caída puntual

Además, esta caída se mantuvo estable durante al menos siete años tras el 1-O. «Nuestro argumento es que ha cambiado la percepción de la gente sobre la tensión social: cuando cambias una opinión en la psique del español medio, revertirla no es tan simple», explica Martínez-Miera.


Los investigadores, en esta línea, señalan a la polarización política causada por el proceso secesionista como la piedra de toque, y descartan otras hipótesis de polarización más general como la ideología nacionalista o incluso la lengua. De hecho, de forma algo contraintuitiva en este sentido, la Comunidad Valenciana fue la región que más absorbió el talento médico perdido por Cataluña.


Con todo, el propio Martínez-Miera señala que este no es un estudio de «sorpresa intelectual», sino que confirma una hipótesis de sentido común, la de la aversión al riesgo, y lo explica con una metáfora: «Si puede elegir entre dos casas, la gente –de media, y si el resto de factores se mantienen igual– prefiere ir a una donde la mitad de la comunidad de vecinos sí se hable con la otra».


El estudio, no obstante, sí concluye con un dato que ha hecho saltar más de una alarma: Cataluña registró a partir de 2017 un aumento del 6,9 % en la mortalidad hospitalaria ajustada por riesgo en infartos, insuficiencias cardíacas y neumonías. Sin embargo, los autores insisten en que no se puede trazar una relación causal entre la pérdida de la calidad del capital humano y la morbilidad hospitalaria.


«El problema con esta última parte es que cuando tú vas al médico, los MIR no son los únicos que te ven, y del resto de profesionales no tenemos datos», señala Martínez-Miera. Su co-autor, Carlos Sunyer, lo corrobora, y apunta sobre esta última parte: «Yo lo dejaría en una curiosidad académica».


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