Recortes de Prensa Lunes 13 Octubre 2025

Los ataques rusos provocan cortes de luz en siete regiones de Ucrania

Kiev lanza un intenso ataque con drones y provoca un incendio en un depósito de combustible en Crimea
Henar Andrés. Madrid. el mundo. 13 Octubre 2025

Con las conversaciones de paz estancadas en la guerra en Ucrania, los ataques contra la infraestructura energética se han intensificado en los últimos días en ambos bandos. El Ministerio de Energía de Ucrania ha anunciado cortes de electricidad en al menos siete regiones debido a los ataques rusos.


"Debido a la difícil situación en el sistema energético", provocada "por los ataques rusos (...), se han implementado cortes de electricidad de emergencia esta mañana en las regiones de Járkiv, Sumi, Poltava, Donetsk, Dnipropetrovsk, Zaporiyia (para los consumidores industriales) y Kirovogrado", indicó el ministerio en un comunicado.


Mientras, el Ministerio de Defensa ruso ha informado de que sus defensas antiaéreas han derribado este lunes 120 drones de ala fija ucranianos sobre cuatro de sus regiones y la anexionada Crimea, donde fueron derribados 54 aparatos no tripulados. Un dron ucraniano ha provocado un incendio en un depósito de combustible en Feodosia (Crimea).


Debido al ataque aéreo los aeropuertos de las ciudades de Astracán, Krasnodar, Volgogrado y Gelendzhik suspendieron temporalmente sus operaciones, que reanudaron una vez que cesaron las amenazas para la seguridad de los vuelos.


9:25

Rusia derriba 120 drones ucranianos

El Ministerio de Defensa de Rusia ha informado de que sus defensas antiaéreas derribaron durante la pasada noche y las primeras horas de esta mañana 120 drones de ala fija ucranianos sobre cuatro de sus regiones y la anexionada Crimea. Según el mando militar ruso, los ataques aéreos se produjeron entre las 23:00 horas de ayer y las 08:00 horas de hoy (GMT+3) y se concentraron contra la península de Crimea, anexionada por Moscú en 2014, donde fueron derribados 54 aparatos no tripulados.


Además, las defensas antiaéreas destruyeron 19 drones sobre el mar Negro y dos sobre el de Azov, cuyas aguas bañan la península de Crimea. Los aparatos restantes fueron interceptados y abatidos en la regiones de Astracán (26), Rostov (14), Bélogorod (1) y la república de Kalmukia (1), entidad federada rusa budista situada en el sur del país.


Debido al ataque aéreo los aeropuertos de las ciudades de Astracán, Krasnodar, Volgogrado y Gelendzhik suspendieron temporalmente sus operaciones, que reanudaron una vez que cesaron las amenazas para la seguridad de los vuelos, informa Efe.


¿Dónde está España?
Editorial. ABC. 13 Octubre 2025

La Fiesta Nacional de España, en la que se conmemora el Descubrimiento de América, es, además de un acto de memoria histórica nacional, una ocasión para recordar la vocación internacional que siempre ha tenido nuestro país. Que esa vocación se plasmara en el siglo XV como el anticipo de lo que habría de ser un imperio, idea hoy repudiada por el revisionismo con enfoque contemporáneo, no merma la dimensión de lo que entonces era un proyecto hispánico para el mundo conocido y aún por conocer. La plasmación de la Fiesta Nacional en un gran desfile militar, como el que ayer recorrió las calles de Madrid, también resulta coherente por la vinculación íntima de las Fuerzas Armadas con los compromisos internacionales más importantes que tiene contraídos nuestro país.


La pregunta que el panorama actual invita –u obliga, mejor dicho– a hacerse es dónde está España en el mundo actual. En apenas una semana, una sucesión de acontecimientos ha dado la medida de nuestra política exterior y la explicación de las razones por las que España se ha quedado fuera de los circuitos de confianza –distintos de los circuitos institucionales– de los países que lideran el mundo occidental. La servidumbre impuesta por Pedro Sánchez sobre esa política exterior se está cobrando un precio que no hemos hecho más que empezar a cuantificar. La obsesión antiisraelí del Gobierno ha despojado a España de su capacidad de interlocución con las partes enfrentadas, malversando aquel capital político adquirido desde el gobierno de Felipe González, anfitrión en 1991 de la Conferencia de Paz entre Israel y los países árabes, junto a Palestina, que allanó el terreno para los posteriores acuerdos de Oslo. Hoy España está descolocada ante el futuro de alto el fuego entre Hamás e Israel, por más que Sánchez haya recibido una protocolaria invitación de Egipto, tras el exitoso viaje de los Reyes de España a este país.


Los excesos habituales del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no deberían llevar al Gobierno español a equivocarse sobre el mensaje de fondo del republicano, cuando, en presencia del presidente de Finlandia, le sugirió que expulsaran a España de la OTAN por no llegar a un gasto en defensa equivalente al 5 por ciento del Producto Interior Bruto. Aunque se trate de un exceso del presidente Trump, sí demuestra que España está en la agenda conflictiva de los aliados atlánticos, fruto de la escasa o nula confianza que genera Sánchez entre ellos, al firmar un compromiso del que luego se desentendió. Para rematar su desprestigio en la política de seguridad colectiva, la Comisión Europea ha recordado al presidente del Gobierno que las inversiones contra el cambio climático no pueden computarse como gasto en defensa. Los juegos de trilero no funcionan con países que apuestan fuertemente por oponerse a la amenaza rusa.


Y si la proyección española en Oriente Próximo está anulada y si la confianza del eje atlántico en España está en precario, la concesión del Nobel de la Paz a María Corina Machado despoja de sus disfraces las complicidades de la izquierda española con la dictadura bolivariana que dirige Nicolás Maduro. El Gobierno español no ha sido capaz de felicitar a una líder democrática en el exilio, hispanoamericana, prisionero de sus vínculos directos e indirectos –pero todos pasados por el filtro de Rodríguez Zapatero– con un régimen señalado y tratado como un narcoestado. No hay área estratégica para España en la que no se identifique la huella del sectarismo sanchista, triste contraste con las aspiraciones españolas de universalidad que, con todas sus luces y sombras, sin fanatismos patrioteros, transmite la celebración del 12 de octubre.


España se entregó a la tarea de la creación del «nuevo mundo»

Apología de la Hispanidad: la mayor gesta espiritual y civilizatoria del mundo contemporáneo
Nehomar Hernández. Caracas. Gaceta. 13 Octubre 2025

«La Hispanidad creó la Historia Universal, y no hay obra en el mundo, fuera del Cristianismo, comparable a la suya».

Ramiro de Maeztu


Celebrar la hispanidad es, ante todo, celebrar una gesta cultural, espiritual y civilizatoria que hasta ahora no tiene parangón en la historia contemporánea del mundo, y esto resiste cualquier prueba o examen. Hablar de ella, sin más, es hablar del fenómeno que logró vertebrar a ambas orillas del Atlántico una cosmovisión anclada en la fe, la voluntad de crear instituciones y prácticas de vida y la consabida disciplina para hacerlas permanentes en el tiempo, incluso luego del divorcio que supuso la atormentada época de las independencias en América.


Las cosas no son casuales y las verdades, por más que traten de ocultarse o, directamente omitirse, siempre terminan saliendo a flote: esta misma semana Donald Trump reconocía en Washington la empresa que significó la llegada de Colón a América y el papel crucial que jugó la determinación personal de los Reyes Católicos en la construcción del Nuevo Mundo. En un comunicado de la Casa Blanca básicamente se exaltan las virtudes de un hecho que, con varios siglos de distancia, muchos hispanos aún nos resistimos a apreciar en su completa dimensión: la llegada de España con las carabelas a América supuso un «antes» y un «después» en el devenir de la humanidad.


Trump, que ha demostrado tener especial debilidad por los grandes momentos y figuras de la historia, ha traslucido así su admiración por el arrojo de una España que fue capaz de lanzarse a poner en marcha un proceso de conformación cultural sobre unos territorios que eran, hasta ese momento, desconocidos para el resto del orbe; y lo hizo con una entrega y una pasión como quizá hasta entonces no se había visto en ningún proceso similar en el planeta. Y vaya que de ello pueden hablar británicos y franceses, pero no nos detendremos en ello, porque las comparaciones siempre son odiosas, y en este caso lo son más.


España, lejos de dedicarse simplemente a colonizar extractivamente y a organizar paredones de fusilamiento racial —como se ha señalado en los tomos que componen la bibliografía negrolegendaria y como sí que lo hicieron otros países de Europa—, se dedicó a entregarle a América un sentido del ser, una razón para estar en el mundo, así como a cimentar el edificio de su proceso evolutivo hacia las sociedades modernas; todo ello sin negar que el camino estuvo lleno de obstáculos y dificultades.


En los días que corren se han tejido en el ciberespacio muchísimos y amplísimos debates sobre lo que implica realmente defender la hispanidad. En el reino de las opiniones cada quien puede creer que tiene la razón, pero quizá lo más conveniente para aproximarse desde un punto de vista certero a esta compleja, pero a la vez fascinante idea, sea recordar una de las premisas de don Ramiro de Maeztu en su ya clásica «Defensa de la Hispanidad», publicada en 1934:


«La Hispanidad, desde luego, no es una raza. Tenía razón el Eco de España para decir que está mal puesto el nombre de Día de la Raza al del 12 de octubre. Sólo podría aceptarse en el sentido de evidenciar que los españoles no le damos importancia a la sangre, ni al color de piel, porque lo que llamamos raza no está constituido por aquellas características que puedan transmitirse a través de obscuridades protoplásmicas, sino por aquellas otras que son la luz del espíritu, como el habla y el credo».


El legado de la magna obra está allí. En este y en el otro lado del océano hay millones de hombres y mujeres que asumen a Dios como su creador, que juzgan importante la vida y la familia, que procuran la búsqueda la libertad, que son compasivos con el otro; hombres y mujeres que, en pocas palabras, aman su cultura y harían todo por defenderla. Esa cultura que, sólo con algunas diferencias, permite que en Madrid, Quito, Bogotá, Buenos Aires, Caracas o Lima, exista una forma de ser común; un sentir que nos hermana.


Uno de los principales vehículos de esa empatía cultural es el lenguaje. Tal y como lo ha reiterado hasta la saciedad el profesor Carlos Leáñez Aristimuño, el español tiene intrínsecamente una perspectiva que quizá aún los propios hispanos no hemos dimensionado: en un mundo en el que existen cerca de unas 7.000 lenguas, se trata del tercer idioma más hablado en la tierra (existen unos 500 millones de hispanohablantes en todo el planeta). No es poco.


Esto es, por un lado, una muestra del peso histórico que cargamos sobre los hombros y, por el otro, una demostración inequívoca del gran potencial que tiene el mundo hispano de cara a los tiempos por venir si se asume como el gigante que definitivamente es. ¡Viva la Hispanidad!


Ya tienen bastante los médicos como para apuntarse a cursos chorras
OKDIARIO. 13 Octubre 2025

Ahora le ha dado al PSOE por inspeccionar a los médicos para saber si hacen los cursos voluntarios de lenguas cooficiales para «mejorar su capacidad de atención en la lengua propia del territorio», una demanda de las formaciones separatistas que mantienen políticamente vivo a Pedro Sánchez. De modo que la voluntariedad se convierte en otra cosa por la vía de presionar a los facultativos. Y es que el PSOE defiende que el manejo del catalán, vasco, gallego o valenciano permite una «comunicación efectiva entre pacientes y profesionales sanitarios» que consideran «clave para un diagnóstico preciso, una atención adecuada y un trato humanizado». Eso sí, al español lo tienen vetado.


Porque esa comunicación efectiva entre médicos y pacientes se rompe cuando a los facultativos se les obliga a saber vasco o catalán para ejercer en la sanidad pública, cuando perfectamente podrían alcanzar una comunicación efectiva en español. La estupidez argumental del PSOE es de aurora boreal, pues insiste en que, de no conocerse la lengua cooficial, se puede generar «una barrera en la asistencia». A ojos del PSOE, esto provocaría la «incomprensión en el paciente, dificultades en la transmisión de síntomas o instrucciones médicas y, en consecuencia, una merma en la calidad del servicio». E incluso subrayan que «la capacidad de expresión en la lengua propia puede influir de manera significativa en la confianza y la efectividad del tratamiento».


Chorradas, porque la efectividad del tratamiento no depende de la lengua en la que se comuniquen médico y paciente y, en todo caso, el mejor idioma para comunicarse en España es el español. Que el Gobierno se plantee «evaluar de forma periódica la implementación y efectividad de estos planes formativos» controlando si los médicos hacen los cursos voluntarios es una forma inadmisible de presionar a unos profesionales que ya tienen bastante carga de trabajo como para perder el tiempo en chorradas que no llevan a ninguna parte.



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El Gobierno impondrá cursos ‘voluntarios’ de vasco o catalán a los médicos e inspeccionará su seguimiento
Rafael Molina. OkDiario. 13 Octubre 2025

El PSOE, principal partido del Gobierno, ha propuesto la realización de inspecciones periódicas para saber si los médicos hacen los cursos voluntarios de lenguas cooficiales que quiere poner en marcha para «mejorar su capacidad de atención en la lengua propia del territorio». De ese modo, la formación socialista se alinea con los partidos independentistas que la sostienen en el Gobierno.


El partido liderado por Pedro Sánchez ha presentado una proposición no de ley «sobre la formación lingüística del personal sanitario en territorios con lengua cooficial». Los socialistas defienden que el manejo del catalán, vasco, gallego y valenciano permite una «comunicación efectiva entre pacientes y profesionales sanitarios» que consideran «clave para un diagnóstico preciso, una atención adecuada y un trato humanizado».


Los socialistas inciden en que «no sólo es un derecho reconocido en los Estatutos de Autonomía» sino que es «también un factor determinante para la seguridad y el bienestar de las personas atendidas».


Por eso, aseguran que, de no conocerse la lengua cooficial, se puede generar «una barrera en la asistencia». A ojos del PSOE, esto provocaría la «incomprensión en el paciente, dificultades en la transmisión de síntomas o instrucciones médicas y, en consecuencia, una merma en la calidad del servicio». E incluso subrayan que «la capacidad de expresión en la lengua propia puede influir de manera significativa en la confianza y la efectividad del tratamiento».


Para lograr todo ello, la iniciativa subraya la necesidad de poner en marcha «planes de formación que permitan a los profesionales adquirir o mejorar sus competencias lingüísticas en las lenguas cooficiales del territorio donde ejercen». E insisten en que su acceso debería ser «de manera gratuita y voluntaria». También creen que se ha de poner en marcha «sin que ello suponga una sobrecarga en su labor asistencial».


«Avanzar en reconocer la diversidad»

El Ejecutivo se vanagloria de que «desde los gobiernos socialistas, tanto a nivel estatal como autonómico» se han venido impulsando medidas con el objetivo de «avanzar en el reconocimiento de la diversidad lingüística».


Sin embargo, la realidad es que en muchas ocasiones, este tipo de medidas nacen empujadas por las presiones de socios como ERC. Salvador Illa llegó a la Generalitat de mano de los republicanos y, como contrapartida, estos forzaron a los socialistas a apoyar, entre otras cosas, «el uso del catalán» en los «documentos sanitarios utilizados de forma habitual» en la Sanidad de la comunidad autónoma y a «implementar sistemas de seguimiento e inspección» que certifiquen que se cumple con la imposición de la lengua cooficial sobre el español en su sistema.


Ahora, la iniciativa del PSOE pone el acento en la necesidad de «promover» los «planes de formación lingüística dirigidos a los profesionales sanitarios» junto a las comunidades autónomas con lengua cooficial. Todo ello para «mejorar su capacidad de atención en la lengua propia del territorio».


Sin embargo, el Gobierno se plantea «evaluar de forma periódica la implementación y efectividad de estos planes formativos». Para ello, contará con «la participación de los profesionales sanitarios y las administraciones autonómicas». El objetivo es garantizar que se han seguido sus preceptos y que se ha logrado «su utilidad y adaptación a la realidad de cada territorio».


Para lograrlo, el PSOE propone que se firmen acuerdos con «universidades y colegios profesionales» para que se incorporen «módulos específicos sobre competencia lingüística en las lenguas cooficiales dentro de la formación de grado y posgrado en Ciencias de la Salud».


A su vez, la iniciativa de los socialistas también persigue «el desarrollo de materiales didácticos, recursos digitales y programas de formación adaptados a las necesidades del personal sanitario, facilitando su aprendizaje de manera flexible y compatible con su actividad asistencial».



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