Recortes de Prensa Sábado 27 Diciembre 2025

Kiev sufre un nuevo ataque con misiles y drones mientras se aceleran las negociaciones sobre la guerra
Las defensas antiaéreas entran en acción en la capital ucraniana en una madrugada marcada por las alertas en todo el país
Redacción. El Debate. 27 Diciembre 2025

Potentes explosiones sacudieron la ciudad de Kiev durante la madrugada de este sábado, en un nuevo episodio de la ofensiva rusa contra la capital ucraniana. Las autoridades confirmaron que la ciudad se encontraba bajo amenaza de ataques con misiles y drones, lo que obligó a activar las defensas antiaéreas y a ordenar a la población que buscara refugio.


Los estallidos se escucharon por primera vez alrededor de la 01:30 hora local y se repitieron aproximadamente media hora después. Poco antes, la Fuerza Aérea de Ucrania había advertido en redes sociales del movimiento de drones y misiles en varias regiones del país, incluida la capital, tal y como confirma AFP.


El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, informó a través de Telegram de que se estaban produciendo explosiones en la ciudad y de que los sistemas de defensa aérea estaban operativos. En el mismo sentido, el jefe de la administración militar de la capital, Timur Tkatchenko, instó a los ciudadanos a permanecer en los refugios ante el ataque enemigo.


Las alertas aéreas no se limitaron a Kiev. Poco después de las dos de la madrugada, las autoridades activaron avisos en todo el territorio nacional, reflejando el alcance del ataque y la persistente amenaza que afronta Ucrania casi cuatro años después del inicio de la invasión rusa a gran escala.


Este nuevo bombardeo se produce en un momento especialmente delicado desde el punto de vista político y diplomático. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, tiene previsto viajar a Florida para reunirse el domingo con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en un contexto de intensificación de los contactos para explorar una posible salida al conflicto.


En las últimas semanas, las negociaciones se han visto impulsadas por la presentación de un plan promovido por Trump. Aunque la propuesta inicial fue recibida con recelo tanto en Ucrania como en Europa por considerarse favorable a los intereses de Moscú, Zelenski presentó esta semana una versión revisada.


El nuevo planteamiento contempla un congelamiento de la línea actual del frente, sin abordar de forma inmediata las reclamaciones territoriales de Rusia, que mantiene ocupada más del 19 % del territorio ucraniano. Mientras continúan los esfuerzos diplomáticos, la guerra sigue dejando su huella diaria en ciudades como Kiev, sometidas a ataques que mantienen en vilo a la población civil.


Rusia ataca Kiev con misiles y drones y deja varios heridos y miles de hogares sin calefacción antes de la reunión entre Ucrania y EUUU
Un menor de 16 años figura entre los heridos del ataque, que afectó a siete puntos de la ciudad
El Mundo. 27 Diciembre 2025

Rusia atacó la capital de Ucrania con misiles y drones a primera hora del sábado, dejando al menos ocho personas heridas y alrededor de 2.600 de hogares sin suministro eléctrico un día antes de las conversaciones entre Ucrania y Estados Unidos, informaron las autoridades locales.


Explosiones resonaron por toda la capital durante horas mientras misiles balísticos y drones impactaban en la ciudad. El ataque comenzó en las primeras horas de la mañana del sábado y continuaba al amanecer. Un menor de 16 años figura entre los heridos del ataque, que afectó a siete puntos de la ciudad de Kiev, según informó el jefe de la Administración Militar, Tymur Tkachenko, en un comunicado publicado en Telegram.


El ataque se produjo cuando el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, se prepara para reunirse el domingo con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para mantener nuevas conversaciones en un intento de poner fin a la guerra, que está a punto de cumplir cuatro años. Zelenski dijo que prevén abordar cuestiones como las garantías de seguridad y los asuntos territoriales en las regiones de Donetsk y Zaporiyia.


9:25

El último ataque ruso deja 320.000 viviendas en Ucrania sin suministro eléctrico

El ataque ruso a Ucrania ocurrido en la mañana de este sábado ha dejado sin suministro eléctrico a alrededor de 320.000 viviendas residenciales, recoge la agencia Reuters de las autoridades locales, que siguen actualizando las cifras de afectados por el último ataque ruso.


Sólo en Kiev se contabilizan 2.600 edficios afectados, 187 guarderías y 138 escuelas. La interrupción del suministro implica que miles de familias han quedado sin calefacción en pleno invierno y cuando la temperatura media es de alrededor de 0 ºC.


En varios puntos de Kiev los ataques alcanzaron edificios industriales y residenciales, según el Servicio de Emergencias de Ucrania. Se han notificado varios incendios en distintos distritos, como Dnipro, Darnytsia, Obolon y Holosiiv.


Entre los daños personales, hasta el momento se contabilizan al menos ocho heridos, entre ellos un menor de edad.


8:55

Polonia cierra temporalmente dos aeropuertos por los ataques rusos contra Ucrania

Los aeropuertos de Rzeszow y Lublin, en el sureste de Polonia, fueron cerrados temporalmente después de que las fuerzas armadas polacas desplegaran cazas debido a ataques rusos contra Ucrania, informó este sábado la Agencia Polaca de Servicios de Navegación Aérea en la red social X.


8:30

Rusia derriba siete drones ucranianos en uno de los ataques de menor intensidad del año

Las defensas antiaéreas rusas derribaron este sábado siete drones ucranianos, todos en el sur del país, en uno de los ataques menos intensos del año en curso.


"Durante la noche, los sistemas de defensa activos derribaron siete drones ucranianos", reza el parte del Ministerio de Defensa publicado en Telegram. Cuadro drones fueron abatidos sobrevolando la región de Krasnodar y otros tres sobre Adigueya.


Las autoridades locales informaron posteriormente del cierre de varios aeropuertos, así como del paso terrestre a través del puente de Crimea, que une la península ucraniana, anexionada por Rusia en 2014, con la región de Krasnodar. Del mismo modo, en la ciudad de Sebastopol sonaron las alarmas antiaéreas.


8:00

Rusia ataca Kiev con misiles y drones y deja al menos 8 heridos antes de una reunión entre Ucrania y EEUU

Rusia atacó la capital de Ucrania con misiles y drones a primera hora del sábado, dejando al menos ocho personas heridas un día antes de las conversaciones entre Ucrania y Estados Unidos, informaron las autoridades locales.


Explosiones resonaron por toda la capital durante horas mientras misiles balísticos y drones impactaban en la ciudad. El ataque comenzó en las primeras horas de la mañana del sábado y continuaba al amanecer.


El ataque se produjo cuando el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, se prepara para reunirse el domingo con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para mantener nuevas conversaciones en un intento de poner fin a la guerra, que está a punto de cumplir cuatro años. Zelenski dijo que prevén abordar cuestiones como las garantías de seguridad y los asuntos territoriales en las regiones de Donetsk y Zaporiyia.


Un menor de 16 años figura entre los heridos del ataque, que afectó a siete puntos de la ciudad de Kiev, según informó el jefe de la Administración Militar de la Ciudad de Kiev, Tymur Tkachenko, en un comunicado publicado en Telegram.


El viaje de VOX
Javier Torres. gaceta. 27 Diciembre 2025

Aún no conocemos el techo de VOX ni cuánto tardará en ser la segunda fuerza nacional, pero sí lo que va dejando por el camino. En primer lugar, el mantra de la pinza con Sánchez cae por su propio peso. El PSOE baja y VOX sube en Extremadura. ¿Pero no había un pacto Abascal-Bolaños? ¿Cómo es posible que los socialistas pierdan 10 escaños y el PP sólo suba uno y se deje diez mil votos? Los campeones del dato mata a relato podrían tomar estos números, reflexionar y, llegado el caso, concluir que el resultado es una refutación absoluta de la lógica bipartidista de vasos comunicantes.


A veces pareciera que la cosa no va con ellos, con quienes insuflan respiración artificial a la arcadia feliz bipartidista que ya sólo existe en sus cabezas. Es como si el tiempo no pasara ni el mundo hubiera cambiado nada porque sus coordenadas son las correctas y a cada hecho, por supuesto, sólo cabe aplicarle las premisas de hace medio siglo. Sucede que la historia tiene la mala costumbre de no avisarnos sobre sus planes, por eso al PP le cogieron con el pie cambiado las victorias de Milei y Meloni, a los que luego mendiga atenciones para hacerse perdonar que nunca les apoyó.


El caso es que el viejo andamiaje bipartidista se vino abajo hace tiempo. Los manuales de Historia que estudien nuestros hijos recogerán que 2016 es el año que certifica la defunción del bipartidismo en Occidente. En Estados Unidos Trump gana las elecciones y los británicos votan Brexit. En España el proceso es más lento, pero el cambio se abre paso en las andaluzas de 2018, que expulsa al PSOE del poder y, aún más importante, fulmina la teoría del voto útil. El PP jamás había gobernado sin rival a su derecha y lo hace cuando Moreno Bonilla saca los peores resultados de la historia de su partido en esta región. El desplome socialista es, en gran parte, gracias al empuje de VOX.


Han pasado casi diez años y la adiposa industria del bipartidismo sigue igual o más despistada que entonces. A mitad de camino entre el desprecio y la ceguera, el ejército oficialista siempre ha creído que VOX es flor de un día que acabará como Ciudadanos y Podemos. Y que su irrupción obedece al hartazgo por la corrupción y los problemas de comunicación del PP, que es incapaz de transmitir todas las cosas buenas que hace por España… y eso que tiene un ejército de tertulianos, periódicos y radios afanados en ello 24/7.


En el último año, sin embargo, este ecosistema comienza a titubear y las dudas se traducen en un redoble de ataques contra un partido al que considera un intruso al que expulsar de la fiesta. Pasada la etapa de los insultos, la demonización y la manipulación más burda (desde los viñetistas de El Mundo hasta las terminales del golpismo, desde Atresmedia a la Cope) ahora le encargan al rey que haga el trabajo sucio por ellos. Todas las alarmas contra el populismo justo cuando España está gobernada por una mafia que pacta con Otegui y el golpista prófugo Puigdemont, tiene el récord de paro juvenil de Europa, la inmigración asola barrios y colapsa servicios públicos, el acceso a la vivienda sólo está al alcance de unos pocos, la industria autóctona retrocede y el sector primario agoniza. Este es el contexto y VOX es señalado como el principal enemigo.


Claro que nada es casualidad. Abascal ha logrado sacar al partido del bloque izquierda-derecha y ha situado el debate en los mismísimos cimientos del sistema. Desindustrialización, inmigración, impuestos abusivos, pacto verde, vivienda, comunidades autónomas, partidos separatistas… De todo ello había un consenso que ahora es discutido y eso incomoda a quienes gobiernan juntos en Bruselas y aquí viven instalados en el ‘y tú más’.


Extremadura también ha confirmado que el crecimiento de VOX es calcado al de muchos otros partidos europeos que se disparan en las zonas rurales y en los barrios más depauperados por la inmigración masiva, el colapso de los servicios públicos y la falta de oferta en la vivienda. Son los perdedores de la globalización que sufren las políticas de unos partidos que aspiran a sustituirles como pueblo. En Estados Unidos —como denuncia J.D. Vance en sus memorias— les tachan de hillbilly o redneck (paletos) y hasta white trash (basura blanca) o deplorables, que así insultó Hillary Clinton a los votantes de Trump. En España acabamos de ver esta misma película con los extremeños a los que presentan como criaturas de museo procedentes de una España en blanco y negro.


Claro que el subidón extremeño jamás habría llegado si antes no abandona los gobiernos autonómicos con el PP, lo mejor que ha hecho VOX desde su fundación. Esta decisión plasmó la distancia real que hay entre ambos en el plano teórico, no así en el sentimental, pues en las cenas de Navidad los abuelos piden a hijos y nietos que vuelvan al redil que es, a estas alturas, no haber entendido nada.


Al menos en las casas hay conversación y diálogo, pues en la esfera pública VOX padece la hostilidad de un conglomerado de lo más variopinto donde pululan organizaciones secretas, los proteicos CNI boys, sociedad civil reciclada en nuevas siglas para reflotar al PP y la inestimable ayuda que aportan los medios de la Iglesia y el ayusismo de zambombas, palillos y panderos que a tanta buena gente tiene engañada.


En fin, podríamos decir que VOX, sobre todo, ha retratado a la derecha y a su ecosistema destinado a mantener al PSOE con vida. Al bueno. Al que sólo ellos conocen y dedican los piropos que nadie más recibe a menos que uno salga de VOX. En ese instante tiene a su disposición todas las cabeceras y micrófonos que cinco minutos antes le acusaban de ser un machista, un homófobo o engrosar las filas del Ku Klux Klan. Uno diría que todo esto es un poco sospechoso, pero vaya usted a saber.


El fin de la estafa progresista
Carlos Martínez Gorriarán. Vozpópuli. 27 Diciembre 2025

La alternancia de partidos de gobierno es un “cambio de ciclo”, pero si cambia el sistema mismo de partidos es otra cosa: un cambio de era política y de otras cosas. Es el proceso en que estamos inmersos. La agonía del sanchismo, larga y peligrosa, será nuestra modalidad del cambio de era que afecta a toda Europa, también llamado “derechización” porque amenaza jibarizar a la vieja izquierda. Hablemos ahora lo justo de los cambios puramente políticos para explorar la lógica cultural del proceso que bien podemos llamar el fin de la estafa progresista. Las elecciones autonómicas de Extremadura confirman que ya es un proceso imparable. Lo más relevante no son los resultados de María Guardiola y los tropiezos de su campaña, sino que la suma de PP y Vox supere el 60% de los votos en un feudo donde el PSOE acostumbraba recibir del 45% al 55%. Y atención al 66% de Badajoz, porque los cambios radicales de tendencia comienzan en las ciudades. Así que la ciudad extremeña anticipa lo que está por venir.


Una pregunta habitual es la razón de la larga permanencia del sanchismo. A menudo se atribuye a la abulia popular o la indiferencia política, pero más bien responde a la actitud complaciente o medrosa del establishment de todas las esferas. Para trascender la pataleta, las rebeliones ciudadanas necesitan el liderazgo de una élite emergente capaz y ajena al sistema. Si no hay una élite creíble, alternativa al viejo establishment (lo contrario a la campaña del PP de 2023, que ofrecía continuidad), el cambio será lento y producto de la lenta evolución de la opinión pública, hasta que tome masa crítica, acelere y dé un vuelco como el que ha barrido Extremadura. Sin duda alguna por el escándalo diario de la corrupción, pero también por otros factores menos evidentes aunque muy activos.


Un cóctel tóxico

El cambio consiste en que muchos han llegado a la conclusión de que todo lo que el PSOE viene prometiendo desde Zapatero es, simplemente, una gigantesca estafa. Y como los socialistas decidieron exigir la exclusiva de las “políticas de progreso”, no solo han perdido el antiguo electorado que se siente estafado, sino provocado el rechazo del concepto mismo de progreso, como expresa la conversión de “progre” en mote peyorativo. España tiene notables precedentes de estos giros bruscos precedidos de larga incubación. Por ejemplo, el hundimiento del franquismo a partir de 1970, con el rechazo de sus conceptos de “paz”, “moral” y “nación”. Cuando se extendió, los antifranquistas pasaron de ser una pequeña minoría marginada (y perseguida) a la nueva mayoría difusa y democrática, simpatizante de la izquierda y en la que nadie reconocía o recordaba su conformidad con la dictadura. Pues bien, estamos cerca de que lo mismo pase con el sanchismo, solo que ahora en perjuicio de la izquierda y el progresismo.


En estos siete años han acabado por converger la crisis de la cultura progresista (fuera de las élites ministriles que la monopolizan), y por otro la corrupción sistémica del PSOE y sus aliados, tanto económica como política e institucional. La cultura progresista ha consistido en un cóctel tóxico de ideologías izquierdistas posmodernas, wokismo importado, hispanofobia, antiliberalismo y atribución de fascismo a toda oposición o resistencia al pensamiento único oficioso. Su lógica identificación con la corrupción política y económica, hasta formar cara y cruz de la misma falsa moneda, es la tormenta perfecta para el naufragio de la izquierda. Ser progre ya no es solo sostener la autodeterminación de género, el derecho a la okupación o la confederación de repúblicas ibéricas, también es ser cómplice de la corrupción. El uso de un feminismo oficial farsante para encubrir su adicción al sexo de pago y al cobro de peajes sexuales a las compañeras es la imagen insuperable de la fusión sanchista de impostura, mentira, vicio y crimen.


El fin de las ilusiones

El progreso era entendido como avances en tres frentes: material o económico, cultural y moral, y sociopolítico. El objetivo era una sociedad más segura, abierta, próspera y culta, idónea para una vida más libre e igualitaria. Pero la sociedad actual se percibe más insegura, desarticulada, empobrecida y desinformada; la libertad peligra y la igualdad retrocede obscenamente. Por primera vez en mucho tiempo, la nueva generación parece condenada a un futuro peor que el de sus padres y abuelos. La falsificación del progreso convierte el cambio político en una rebelión contra el establishment progresista y su sistema, que naturalmente beneficia a partidos con esa bandera, como Vox (y antes, Podemos).


Esto no es responsabilidad exclusiva del sanchismo, pues viene de muy atrás, pero sí lo es la farsa de un supuesto “gobierno de progreso” presentado como único adalid del avance en todos los campos, de la economía a los “escudos sociales”, mientras se organizó desde el inicio como una mafia corrupta que saquea, destruye y falsifica lo que toca. También ha convertido a los terroristas en gente de paz, al golpismo en política legítima de éxito, y al nacionalismo más reaccionario en modelo a imitar. ¿Cómo no iba esa izquierda a ser acusada, con toda la razón, de matar las viejas ilusiones? La profecía de Pablo Iglesias sobre que la derecha nunca volvería a gobernar ha resultado ser un bumerang.


Un tiempo político agotado

Por otra parte, nada es para siempre: la división ideológica entre derecha e izquierda se remonta, como tantas cosas, a la revolución francesa, y la alternancia de izquierda y derecha democráticas, es decir, de socialdemócratas o laboristas con liberales o conservadores, solo se normalizó después de 1918; entró en crisis muy pronto, con el auge de los totalitarismos de entreguerras, y volvió en 1945, en nuestro caso en 1978. Así que el sistema tradicional de partidos e ideologías políticas tiene poco más de dos siglos. En la agitada y turbulenta historia del mundo salido de la revolución liberal e industrial eso es mucho tiempo. Todo indica que es un tiempo político casi agotado y de que entramos en un cambio parecido al paso de la era victoriana al mundo posterior a la Gran Guerra. Un mundo en que la vieja izquierda sea un anacronismo, la cultura progre un paréntesis desdichado en la historia de ciencia y pensamiento, y donde el antagonismo fundamental sea entre democracia liberal y autoritarismo rampante.


Desde 2008 hemos creado casi 700.000 puestos de trabajo gracias a que tenemos 1 millón más de empleados públicos
José Ramón Riera. el debate. 27 Diciembre 2025

El grave problema que tenemos es que todos los años el Gobierno necesita recaudar más para pagar la costosa burocracia generada


Como ya he escrito, el INE acaba de publicar recientemente la Contabilidad Regional de España, con los datos actualizados al 2024. En esta información están los datos de empleo desde el 2000 hasta el 2024, por los diferentes sectores económicos.


Como el empleo es uno de los verdaderos talones de Aquiles de nuestra economía, porque cada día este Gobierno se inventa una milonga para tratar de explicar que vamos como un cohete en la generación de empleo y afiliación a la Seguridad Social, he decidido hacer una comparación entre donde estábamos en el 2008 y donde estamos en 2024.


He escogido el 2008 porque era el año en el que se inició la crisis financiera en España, cuando las cajas de ahorro empezaban a caer una detrás de otra y cuando los sectores de la construcción e inmobiliaria empezaron a colapsar. La caída de las cajas de ahorro se produjo fundamentalmente porque pillaron a las cajas con préstamos a la promoción inmobiliaria que no se pudieron devolver a causa de la crisis económica y que llevó el paro en 2013 a casi seis millones de personas y a la desaparición de la mayoría de las cajas regionales.


El 2008 fue el comienzo de una crisis que duró hasta finales de 2013, cuando llegamos a lo más hondo del agujero económico y a partir de ahí empezó la recuperación y, en teoría, según este Gobierno estamos en el mejor momento de la historia nuestro país.


Hemos salvado las cifras de empleo contratando desde el Estado, no hemos generado suficiente empleo desde la iniciativa privada, lo cual demuestra el parón real de nuestra economía


Pero no hay mejor cosa que poner los datos encima de la mesa y veremos cómo, de nuevo, las cosas no son como las cuenta el Gobierno. Para ello voy a utilizar los datos del INE de mi querida Elena Manzanera, que ya saben ustedes que no me fío nada de lo que cuentan, pero razón de más para poner las cifras en su justo contexto.


Según el INE, a cierre de 2008 teníamos 21,3 millones de personas trabajando, en donde podíamos ver que el Comercio, tanto al por mayor como al por menor, daba trabajo a 6,156 millones de personas, el segundo mayor empleador era la Administración Pública con 3,851 millones, la Industria mantenía 2,926 millones de puestos de trabajo, la Construcción ocupaba a 2,459 millones y las Actividades Profesionales ocupaban a 2,289 millones.


Entre los cinco restantes sectores, la Agricultura, la Informática y las Telecomunicaciones, la Banca y los Seguros, las Actividades Inmobiliarias y las Artísticas y Recreativas, empleaban en total a 3,632 millones, casi igualaban entre los cinco a la Administración Pública de aquel momento.


En 2024 la foto no se parece en nada. Hay cuatro sectores que han destruido empleo: la Agricultura que ha perdido 87.000 puestos con una bajada del 10,2 %, la Industria que ha pasado al cuarto lugar, perdiendo 419.600 puestos lo que supone una bajada del 14,3 %, la Construcción que se ha dado un batacazo cayendo al sexto lugar, perdiendo 868.200 puestos, el 35,3 % del empleo que tenía en 2008, y la Banca y Seguros que pierde otros 47.200 puestos con una bajada del 11,4 %.


Según el INE, al cierre de 2024, ocupamos a 22 millones de personas, que equivalen a tener 689,200 puestos más, lo que supone que en 16 años hemos crecido en empleo un 3,2 %.


En esta foto, el Comercio se mantiene en el primer puesto, con 6,334 millones y una ligera subida del 2,9 %, la Administración Pública, que los salarios de esos empleados se paga con los impuestos, se ha ido a 4,839 millones, subiendo en 988.100 empelados más, es decir ha crecido un 25,7 %, las Actividades Profesionales han pasado a ocupar el tercer puesto desplazando a la Industria, con 2,889 millones de empleos y una subida del 26,2 % y las Actividades Artísticas y Recreativas también ha superado a la Industria con 1,736 millones de trabajadores.


Con esta foto, lo que tenemos más que claro es que en este período de 16 años, los grandes perdedores de nuestra economía han sido la Industria y la Construcción y los grandes ganadores han sido la Administración Pública y las Actividades Profesionales.


Si la Administración Pública se hubiese quedado como estaba, en lugar de haber creado empleo habríamos destruido empleo, así que lo que podemos sacar como corolario de esta foto es que, gracias al empleo público, hoy parece que estamos mejor, pero lo que sucede es que hoy tenemos que pagar casi un millón más de salarios con nuestros impuestos, por eso el grave problema que tenemos que todos los años el Gobierno necesita recaudar más para pagar la burocracia que hemos generado.


Este es el gran drama de nuestra economía. Hemos salvado las cifras de empleo contratando desde el Estado, no hemos generado suficiente empleo desde la iniciativa privada, lo cual demuestra el parón real de nuestra economía, cada día más endeudada, con más impuestos, con menor productividad y un elefante que se nos va a llevar por delante: el gasto público.


'La Década Perdida: Crónica de una nación secuestrada', el libro que acusa al sanchismo de normalizar la decadencia
Un análisis del libro La Década Perdida que retrata una década de cesiones políticas, corrupción y deterioro democrático en España de la mano de Pedro Sánchez
Mariano Galindo. Vozpópuli. 27 Diciembre 2025

La Década Perdida: Crónica de una nación secuestrada, de José. Castro, con prólogo de Mercedes Zarzalejo, no es un libro cómodo. Tampoco pretende serlo. Desde su planteamiento inicial, la obra se presenta como una denuncia frontal de lo que su autor considera el periodo más oscuro de la democracia española reciente. No se trata de un ensayo académico ni de una crónica neutral: es un relato político deliberadamente combativo, construido con nombres propios, episodios concretos y una tesis clara, como es la de que España ha vivido una década de degradación institucional sostenida.


La recepción inicial del libro confirma precisamente eso: no deja indiferente. En medios digitales afines a la crítica al Gobierno, como Diálogo Digital, se define la obra como “un bisturí que disecciona la mentira institucionalizada, el relato del poder y la manipulación mediática que ha caracterizado al sanchismo”. Para este medio, el valor del libro está en que “no se refugia en abstracciones”, sino que pone sobre la mesa decisiones políticas, silencios comprados y cesiones estratégicas que, según el autor, explican cómo se ha mantenido el poder “a cualquier precio”.


Uno de los aspectos más comentados por los reseñistas es el tono. La Década Perdida no adopta una voz distante ni técnica. Al contrario, apuesta por una narración directa, a ratos casi acusatoria, que busca interpelar al lector. En redes sociales, varios lectores han coincidido en describirlo como “un libro incómodo porque señala lo que otros prefieren callar”. Esa incomodidad no es accidental: Castro plantea que el mayor peligro para una democracia no es el golpe súbito, sino la normalización progresiva de prácticas que erosionan el sistema desde dentro.


El prólogo de Mercedes Zarzalejo refuerza esta idea desde el primer momento. Zarzalejo, diputada de la Asamblea de Madrid, enmarca el libro como una advertencia cívica más que como un simple ejercicio de crítica política. En su texto, denuncia “la anestesia moral” de una sociedad que se ha acostumbrado a escándalos, pactos impensables y contradicciones flagrantes sin apenas reacción. Algunos analistas han señalado que el prólogo funciona casi como un manifiesto político, lo que refuerza el carácter militante de la obra, pero también su impacto inicial.


Capítulo a capítulo, Castro recorre los hitos que, a su juicio, definen esta “década perdida”. La gestión de la pandemia ocupa un lugar central. No tanto por el virus en sí, sino por lo que el autor interpreta como un uso político de la crisis: control del relato, ocultación de errores y utilización del miedo como herramienta de poder. En palabras recogidas en reseñas tempranas, el libro sostiene que “la pandemia fue el ensayo general de un modelo de gobierno basado más en propaganda que en rendición de cuentas”.


Otro bloque fundamental del libro aborda la cuestión territorial y la figura de Puigdemont. Para Castro, este episodio simboliza una humillación institucional que ha tenido consecuencias internacionales. Algunas reseñas destacan que el autor presenta este asunto como una línea roja cruzada, un punto de no retorno en el que el Estado aparece debilitado frente a intereses coyunturales. No son pocos los que han señalado que este capítulo es uno de los más duros del libro, tanto por el lenguaje empleado como por las conclusiones que extrae.


La corrupción, la inseguridad y las relaciones con regímenes autoritarios extranjeros completan el retrato. En este punto, La Década Perdida ha sido comparado por algunos expertos con otros ensayos críticos del poder, no por su rigor académico, sino por su voluntad de construir un relato global de decadencia. Alguien resumía así su impresión: “No es un libro para aprender datos nuevos, sino para ordenar los que ya conoces bajo una tesis clara”.


Esa tesis, sin embargo, es precisamente lo que ha generado críticas. En foros y comentarios de lectores contrarios al enfoque del libro, se repite la idea de que Castro “mezcla hechos con interpretación sin separar claramente una cosa de la otra”. Para estos lectores, La Década Perdida se sitúa más cerca del panfleto político que del ensayo equilibrado. Algunos señalan que el libro confirma convicciones previas más que abrir preguntas nuevas, y que su utilidad depende en gran medida de la posición ideológica del lector.


Aun así, incluso entre críticos, se reconoce que el libro ha tocado un nervio sensible. En un contexto de fuerte polarización política, La Década Perdida ha logrado algo que no todos los ensayos consiguen: convertirse en tema de conversación. No tanto por su calidad literaria —que rara vez es el foco del debate— como por su capacidad para articular un relato coherente del descontento de una parte significativa de la sociedad española.


En ese sentido, el libro funciona como un termómetro. Mide el grado de hartazgo, desconfianza y frustración de quienes sienten que la democracia española se ha ido vaciando de contenido sin un gran estallido, sino mediante pequeños pasos normalizados. De ahí que uno de los conceptos más repetidos en las reseñas sea el de “advertencia”. Para sus defensores, La Década Perdida no es solo una crítica al pasado reciente, sino una llamada a reaccionar antes de que la erosión sea irreversible.


Al final, la pregunta que deja el libro no es si se está de acuerdo con J. Castro o no. La pregunta es otra: ¿hasta qué punto una democracia puede permitirse ignorar durante años decisiones, pactos y escándalos sin pagar un precio? La Década Perdida ofrece una respuesta clara y polémica. El lector decidirá si la comparte, pero difícilmente podrá decir que el libro no se la ha planteado.


Guerra Civil

La brutal matanza republicana de los pozos de La Lagarta y Cantavieja: «Durante horas se escuchaban los gritos»
Una investigación del catedrático Javier Paredes documenta uno de los episodios más crueles de la Guerra Civil
Luis Balcarce. Director Adjunto de OKDIARIO. 27 Diciembre 2025

La represión en la retaguardia durante la Guerra Civil española dejó episodios de una crueldad difícilmente imaginable. Entre los más atroces se encuentran las matanzas de los pozos de La Lagarta y Cantavieja, en las localidades almerienses de Tabernas y Tahal, respectivamente, donde socialistas, comunistas y anarquistas asesinaron a 152 personas entre julio y septiembre de 1936. Una exhaustiva investigación del catedrático Javier Paredes, catedrático emérito de Historia Contemporánea de la Universidad de Alcalá, reconstruye con detalle lo ocurrido en aquellos días de terror.


Durante el mes de septiembre de 1936, los milicianos del Frente Popular llevaron a cabo siete sacas de prisioneros desde las cárceles de Almería y los buques-prisión, siendo el más tristemente célebre el mercante Astoy-Mendi. Las víctimas fueron transportadas hasta estos dos pozos, distantes entre sí poco más de 20 kilómetros, donde fueron ejecutadas y arrojadas a la profundidad.


El horror del pozo de La Lagarta

El pozo de La Lagarta, en Tabernas, era un antiguo pozo seco de noria que carecía de brocal. Esta característica convertía el lugar en un escenario de horror: las víctimas eran colocadas al borde del pozo, donde recibían la descarga de los fusiles y al desplomarse caían a las profundidades. Todos llegaron con las manos atadas a la espalda con cuerdas de esparto.


El método de ejecución resultaba especialmente cruel. Algunos prisioneros no morían por los impactos de bala y caían vivos al pozo. Durante horas, según documentan los testimonios recogidos por Paredes, adelantados en Hispanidad.com, se escuchaban los gritos de agonía que salían desde las profundidades del pozo, en un testimonio escalofriante del sufrimiento de aquellas víctimas.


Cuando el pozo de La Lagarta se llenó de cadáveres, los milicianos trasladaron a sus víctimas al pozo de Cantavieja. El hedor que emanaba del pozo de La Lagarta era tal que el alcalde de Tabernas ordenó taparlo con un camión de cal para intentar mitigar el olor a muerte que se extendía por la zona.


La exhumación: 26 metros de horror

En febrero de 1941, cuatro años y medio después de las matanzas, se procedió a la exhumación de los cadáveres del pozo de La Lagarta. El proceso reveló la magnitud del horror: el pozo tenía 26 metros de profundidad y en el fondo se encontró una capa de piedras cohesionadas con la sangre de los asesinados, que había escurrido hasta el fondo formando una macabra argamasa.


Los cuerpos fueron extraídos uno a uno para darles sepultura donde indicaran sus familiares. La identificación de los restos fue un proceso doloroso para los allegados, que acudieron a reconocer las ropas y pertenencias de sus seres queridos asesinados años atrás.

El alcalde de Tabernas, Rafael Gimeno, levantó acta detallada de cada exhumación, documentando las prendas que llevaban los cadáveres, las cuerdas de esparto con las que tenían atadas las manos y cualquier objeto personal que permitiera su identificación. Estas actas, conservadas en la Causa General de Almería, constituyen un testimonio estremecedor de lo ocurrido.


El martirio de los sacerdotes

La investigación de Paredes pone de manifiesto que buena parte de estas ejecuciones tuvieron el carácter de persecución religiosa. Entre las 44 víctimas del pozo de La Lagarta cuyos restos fueron documentados en las actas de exhumación, un número significativo eran sacerdotes, religiosos y seminaristas que fueron asesinados por el mero hecho de su condición.


El caso del padre jesuita Manuel Luque Fontanilla resulta especialmente conmovedor. Conocido en Almería como «el padre de los pobres», fue arrojado al pozo con 86 años de edad, con las manos atadas a la espalda. Su cadáver, identificado por las iniciales M.L. en sus ropas y por un diente de oro, fue reconocido por quienes habían compartido con él los últimos días en el buque-prisión Astoy-Mendi.


Otros sacerdotes mártires como Domingo Campoy Galvano sufrieron torturas tan crueles que el propio médico del barco-prisión quiso llevarlo al hospital, pero el sargento guardián respondió: «No hace falta, porque esta misma noche le voy a matar». Cumplió su palabra y luego se jactó: «¡Qué buena puntería he tenido, le he dado una muerte cruel, descargándole todos los disparos por la cabeza que se la he hecho saltar!».

El sacerdote José Gómez Matarín, antes de ser ejecutado, se giró hacia sus verdugos y les dijo: «No sabéis lo que hacéis, permitid que os bendiga». Enrique López Ruiz, cuando no pronunciaron su nombre durante una saca de sacerdotes, se puso en pie voluntariamente para identificarse como presbítero, diciendo: «No puedo, Cristo me llama».


El reconocimiento de la Iglesia

La brutalidad de estos asesinatos y el testimonio de fe de muchas de las víctimas ha llevado a la Iglesia Católica a reconocer su martirio. Un total de 27 de las víctimas del pozo de La Lagarta han sido beatificadas: la mayoría el 25 de marzo de 2017, tres hermanos de La Salle el 10 de octubre de 1993, y el padre dominico Tomás Morales Morales el 18 de junio de 2022.


Las cifras de la barbarie

En total, durante las siete sacas documentadas entre julio y septiembre de 1936, fueron asesinadas 152 personas. De ellas, 108 fueron arrojadas al pozo de Cantavieja y 44 al pozo de La Lagarta. Las fechas de las sacas fueron: 31 de julio (31 víctimas), 1 de septiembre (5), 3 de septiembre (2), 10 de septiembre (6), 13 de septiembre (21), 16 de septiembre (40) y 26 de septiembre (47).


******************* Sección "bilingüe" ***********************


España en la lona
Iván Vélez. gaceta. 23

Una lona de grandes dimensiones cubre un edificio de la Gran Vía madrileña. Sobre su fondo blanco destaca una frase en catalán: Poder posar un anunci en català enmig de la Gran Vía. Debajo de la leyenda, la doctrina: «La democracia es tu poder». En la base de la tela, el escudo nacional y la firma: «Gobierno de España». A su lado, el lema que explica el cubrimiento textil: «España en libertad. 50 años». Una libertad necrófila, pues lo que realmente se conmemora es el fallecimiento de Francisco Franco, ese que tanto favoreció la industrialización de Cataluña, el mismo que fue recibido con pancartas en catalán en Berga o Lérida. El que recibió, en tres ocasiones, las máximas condecoraciones del Fútbol Club Barcelona, «ejército desarmado de Cataluña», a decir de Vázquez Montalbán.


En las redes, esas que el Gobierno quiere limpiar de los bulos y las manipulaciones de las que, dicen, son víctimas, sobre todo, los jóvenes, ha aparecido la imagen de Salvador Illa contemplando la proeza. La foto no deja ver su rostro, que imaginamos emocionado. Tan sólo su poblado occipucio, levemente difuminado, empañado ante el brillo democrático de la pancarta.


La respuesta ha llegado a través de esas mismas redes, que le han recordado lo evidente: la imposibilidad de que se diera el caso contrario. El ejemplo es reciente. La réplica a la inmaculada lona, pagada con el dinero del contribuyente, fue la imagen de la barcelonesa heladería Dellaostia vandalizada por no pasar por el aro lingüístico que ha estrechado el propio Illa.


En efecto, el año pasado, el Gobierno de don Salvador hizo una caja superior a los 400 000 euros gracias a las más de 200 multas con las que sancionó a comercios por cuestiones lingüísticas. Un ejército de chivatos trabaja denodadamente para elevar la recaudación: 1200 denuncias presentadas durante el año dan fe del celo con el que se intenta, gracias a una legislación que Illa no ha tocado, impedir que el empresario rotule como le venga en gana. Un caso único en el mundo que cuenta con excepciones en la propia Cataluña: los denunciantes acusan una total miopía cuando la rotulación que omite al catalán no se hace en español.


La heladería Dellaostia no es el único caso de vandalismo hispanófobo. Hablamos español puede dar fe de ello, pues cuando osó poner en una señal publicitaria la leyenda «Que no te cambien tu lengua, forma parte de tu personalidad», al lanzamiento de pintura le acompañó este amable dilema: «Parla català o emigra». Repare el lector en lo que decía el cartel. En él no se concretaba la lengua que forma parte de la personalidad del hablante. Es decir, no se atacaba al catalán. Denunciaba, de forma sutil, el proyecto lingüísticamente totalitario impulsado por los Pujol, Maragall, Torra… e Illa, cuya prosodia seminarista no oculta un propósito que no llega a cuajar por la sencilla razón de que el español es una lengua universal. Huelga decir los motivos por los que lo es, probablemente insoportables para oídos tan piadosos como los del presidente de la Generalidad.


En la esperpéntica España de los pinganillos, aceptada por el bipartidismo, queda todavía hueco para el victimismo de las regiones con ínfulas nacionales, esas que han hecho de los «hechos diferenciales», muchos de ellos fabricados ad hoc, un resorte, una palanca para aumentar los privilegios, las singularidades. Sobre todo, por encima de todo, las económicas. Para el despliegue de este plan, es imprescindible la colaboración de Madrid, es decir, del Gobierno de turno. En el caso del actual, a su colaboración, por omisión, de la marginación del español en las calles y en la escuela pública, se une un trabajo ímprobo por conseguir que el idioma regional se convierta en oficial en la Unión Europea.


Rehén de los golpistas y del PSC, Sánchez hace todo lo posible por contentar a las sectas catalanistas. Hasta ha redactado una ley de atención al cliente que obligará a las grandes compañías que operan en España a atender en catalán y en los demás idiomas cooficiales, cuyo número irá en ascenso, a los usuarios, incluso fuera del sus Comunidades Autónomas. Todo ello en aras de una España plurinacional y plurilingüística, que daría europeísta satisfacción a las citadas sectas, de las que forman parte no sólo políticos, sino también empresarios, docentes, sanitarios y una gran parte de individuos tan resentidos como henchidos de una vana suficiencia.


El supremacismo catalanista, al cabo, es producto de décadas de adulación por parte de sus pastores y de complejos por la de quienes debieron ponerle coto. El resultado de este proceso es una región en la que el hispanoparlante, desamparado por el gobierno de la nación, siempre dispuesto, ya en su variante roja ya en la azul, a mirar hacia otro lado, ve cercenados sus derechos lingüísticos.


La realidad, sin embargo, va por otros caminos. Pese a que Illa seguirá apretando el dogal y el narcisismo chantajista de la autocalificada gent de pau obtendrá nuevos privilegios que entenderán como hazañas ante el Estado opresor, el español sigue y seguirá siendo la lengua mayoritaria en la Cataluña no institucional. La pancarta, en definitiva, no es más que un nuevo hito en la eterna campaña de antifranquismo retrospectivo puesta en marcha hace dos décadas por Rodríguez Zapatero con su Ley de Memoria Histórica, hoy Democrática, a la que da continuidad Sánchez por motivos puramente tácticos.


En la España de 2025, Franco sigue siendo ubicuo y su caricaturización ha producido un efecto tan lógico como inquietante para el partido hegemónico del régimen del 78, ese que surgió al calor de la fórmula «de la ley a la ley»: muchos jóvenes, situados ante un negro futuro, no se tragan el cuento maniqueo.Nada hay de heroico en colgar pancartas en catalán en un Madrid cuyos viandantes caminan indiferentes por sus calles, ensimismados en calcular cómo llegar a fin de mes y esquivar el coliving y otros logros de la democracia que, dicen, nos hemos dado.


Juan Carlos Girauta: "No volveré a vivir en Barcelona. El nacionalismo ha dejado una sociedad enferma"
El histórico dirigente de Ciutadans es hoy diputado de Vox en el Parlamento Europeo, donde recibe a Crónica Global preocupado por la alianza PP-PSOE aunque convencido de que la ideología woke tiene los días contados, "sobre todo tras la última victoria de Trump"
Tras marcharse de Cataluña durante el procés, asegura que pasa las vacaciones en el Empordà pero no tiene intención alguna de dejar Toledo, su nueva ciudad
Àlex Cárcel. Estrasburgo. Cronica Global. 27 Diciembre 2025

Juan Carlos Girauta es un veterano de la política. Militante del PSC durante su juventud, pasó por las filas del PP antes de implicarse en Ciutadans, partido del que fue un miembro destacado tanto en Cataluña como en su posterior aventura nacional, que él mismo diseñó, siendo un negociador importante en la época en que los de Albert Rivera fueron decisivos para formar gobierno en España.


También conoció entonces la política europea, entrando como eurodiputado en el estreno del partido naranja en 2014. Diez años después, tras un periplo alejado de los focos, volvió a la Eurocámara de la mano de Vox, donde asegura encajar perfectamente como liberal. En el último pleno de 2025, entre votación y votación, recibe a Crónica Global desde su despacho en Estrasburgo.


¿Cómo ha cambiado la política europea desde que usted estuvo aquí la última vez?

Ha cambiado mucho porque ha cambiado mucho el mundo, especialmente occidente. En 2014 el gran tema era cómo se debían distribuir los refugiados. Fue la época en que Angela Merkel introdujo a más de un millón de refugiados sirios en su país. En aquella época lo que hoy se conoce como wokismo empezaba, pero sobre todo era una cosa de las universidades. Los “espacios seguros”, la elección de pronombre o la agenda verde era cosa de los verdes, y hoy se ha institucionalizado. La alianza entre socialistas, populares, verdes y pseudoliberales gira ahora en torno a estas causas. Aunque poco a poco vamos consiguiendo que retrocedan, especialmente desde el triunfo de Trump. Ahora hay una ola distinta que replantea estas cuestiones. La izquierda siempre presupone, como una renovación del marxismo, que hay opresores y oprimidos en todas las cuestiones. La izquierda tradicional desapareció, este es el gran cambio. Con ellos cabía la discusión racional, pero con el wokismo desaparece la posibilidad de entenderse en la medida en que ellos se basan en emociones.


Ciudadanos era un proyecto convencidamente europeísta mientras Vox acostumbra a poner en duda la utilidad de la Unión Europea. ¿Cómo se define usted en este sentido?

Yo soy absolutamente europeísta. Quienes no son europeístas son los que controlan las instituciones en la actualidad. Pasa un poco como en el pujolismo, que si lo criticabas decían que estabas criticando a Cataluña. Algunos lo sufrimos mucho en aquella época. Yo defiendo a ultranza los valores europeos y las alianzas entre soberanías europeas, y pienso que los que están acabando con Europa son personajes como Úrsula von der Leyen (presidenta de la Comisión, PP) o Josep Borrell (exministro de Exteriores, PSOE). En contra de toda la tradición de las democracias liberales, se van arrogando poder que no les corresponde. Está siendo fatal la confusión de Europa con esta Unión Europea.


¿La respuesta al complejo contexto internacional que dejan las guerras en Ucrania y Gaza debe ser el rearme? ¿Vamos a ver a los jóvenes europeos, por ejemplo, haciendo servicio militar obligatorio otra vez?

Hay países que ya gastaban más del 5% de su PIB en Defensa, como Grecia, mientras la norma de la OTAN era el 2%, y otros que gastaban menos. Ahora EEUU dice que se tiene que subir al 5% y España lo va a tener que cumplir. Si quieres la paz prepárate para la guerra. Si inviertes en defensa no sólo te haces respetar más en el plano internacional, sino que en la medida que esta inversión ha demostrado ser el acicate de muchísimas innovaciones tecnológicas que luego son de aplicación en todos los campos. El GPS, el Internet, la pantalla táctil. Invertir en defensa es un excelente negocio y la colaboración entre el campo de la defensa y el universitario, por ejemplo, ha funcionado muy bien en países como Israel.


¿Cómo se perciben en Europa los distintos escándalos sexuales y de corrupción que están salpicando al Gobierno de España?

Aquí hay representantes de 27 países, muchos de los cuales no tienen ni idea de lo que pasa en España. O si se enteran, les preocupa poco, porque ya tienen suficiente con lo que ocurre en sus casas. Este mes se ha votado que se investigaran desde aquí los casos de acoso sexual en el PSOE y esto sí que deja a los demás eurodiputados alucinando. Nosotros planteamos que se lleven a cabo comisiones para investigar la corrupción pero el PP no ha querido. Y la razón es que, a pesar de lo que se percibe en España, el PP y el PSOE son lo mismo. Son socios en Europa y la pasada legislatura votaron juntos el 90% de las veces.


¿No es positivo que haya grandes consensos entre los dos principales partidos?

¡Si fuera para cosas buenas sería maravilloso! Si el consenso es para destruir el sector primario con exigencias que son imposibles de cumplir cuando a la vez dejas entrar productos de terceros países que no aplican los controles que tu has pedido, entonces el consenso es malo. Si el consenso sirve para frenar la industria porque “el mundo se va a acabar por culpa del calentamiento global”, entonces es malo. Y normalmente es malo.


¿Vox está dispuesto a negociar con el PP y con Junts para una moción de censura?

Con Junts, no.


Es la única fórmula posible.

No estamos dispuestos a negociar nada. Otra cosa es que Junts y Vox voten en el mismo sentido. Pero no reconocemos a Junts como interlocutor en nada.


¿La amnistía es ya inevitable?

No. Es inevitable en una España bipartidista como la que ha sido hasta ahora. En una España donde nunca más va a gobernar el PP sin el apoyo de Vox, la amnistía no es inevitable. Esta ley se puede derogar. Está basada en un fraude a la ley. El Tribunal de Justicia de la Unión Europea ya dio la razón a un país, no recuerdo cual, que derogó una amnistía. Pero haremos todo lo posible. Empezando por sacar del Tribunal Constitucional al mercenario que lo preside.


¿Si Vox gobierna con el PP se compromete a forzar la derogación de esta ley?

Haremos todo lo posible para derogar la amnistía dentro de la ley o, en su defecto, atenuar sus efectos. Es inconcebible que se amnistíe a reos de un delito que dicen que van a volver a cometer.

No sé si el PP estará muy por la labor.

Si ellos tienen mayoría absoluta, seguro que no. Siempre que han gobernado han mantenido las leyes ideológicas del PSOE que cuando estaban en la oposición rechazaban. Lo llevan al Tribunal Constitucional, le dan la razón al Gobierno socialista de turno, y luego lo celebran. Pasó con el aborto, por ejemplo.


¿Le gustaría poder hablar en catalán en el hemiciclo del Parlamento Europeo?

No. Significaría el inicio del descuartizamiento de Europa. La Unión Europea está formada por naciones-estado con distintos regímenes lingüísticos internos. Y el más grotesco es el español, pues no se puede enseñar en el idioma común en algunos territorios. Cataluña hace muchos años que está gobernada por gente que quiere que se le trate como un Estado para acabar siendo un Estado. Y esto choca frontalmente con quienes defendemos un país indivisible. El PSC ha acabado imponiendo su visión de España dentro del PSOE, este es el problema. Lo que quieren es que el catalán se trate como la lengua de un Estado miembro, y como la última vez que lo intentaron por la fuerza acabaron en la cárcel, ahora buscan otros métodos. Aunque mi tesis última es que no quieren la independencia. Quieren el independentismo, que es lo que les da dinero, victimismo y poder para chantajear permanentemente. Hay catalanes profesionales, que van así por el mundo; y luego los catalanes que vamos con vergüenza. ¿Cómo podemos ir de víctimas? Hemos sido mejor tratados que nadie durante la restauración, durante el franquismo…


¿Cataluña fue la región mejor tratada por el franquismo, dice?

Absolutamente. La primera autopista se construyó en Cataluña. La primera gran factoría de automóviles, también. La mayor parte de la industria se instauró en Cataluña y el proteccionismo franquista hizo riquísimos a los empresarios, a la burguesía, a base de privarlos de competencia. Los padres y los abuelos de los independentistas de mi generación eran todos franquistas. Y es comprensible porque los anarquistas les habían quemado las fábricas. Lo que querían era que alguien pusiera orden, recuperar sus propiedades y cerrar el mercado a los productos extranjeros. Todo esto se lo dio Franco.


¿Por qué se han ido tantos líderes importantes de Vox en los últimos años? El último, Ortega Smith, expulsado de la Ejecutiva

No lo sé. Dicen que han echado a los liberales, pero yo soy liberal.


¿Hace mucho que no pisa Cataluña?

Voy de vacaciones al Empordà. Adónde no quiero ir es a Barcelona, que es mi ciudad de siempre, la que me ha formado, sobre la que he escrito. La experiencia de ver convertirse a mi ciudad en una ciudad llena de zombis, donde la mitad de la gente se volvió estúpida de repente, donde perdí amigos porque se volvieron idiotas y solo tenían un tema de conversación… fue monstruosa. Quise marcharme de allí.


Con el procés prácticamente muerto y un Govern no independentista, ¿Cataluña está ya preparada para que pueda usted volver a vivir?

No. No es una cuestión política. Es algo subjetivo, íntimo. Yo recuerdo en aquella época que intentabas hablar de cualquier tema, que no tenía nada que ver con la independencia, y lo llevaban ahí. Por ejemplo, tu decías, “no sé si será posible que algún día haya una colonia en marte”, y te decían: “Si Cataluña fuera un Estado y España no nos expoliara, aquí ya se habría desarrollado una tecnología para hacerlo”. El nacionalismo una enfermedad. Y llegó a un estado muy crítico. Tuve que romper amistades de toda la vida.


¿Por qué fracasó Ciutadans y por qué fracasó Ciudadanos?

Ciutadans fracasó porque fracasó Ciudadanos. Cuando Ciudadanos creció, Ciutadans ganó las elecciones en Cataluña; y cuando Ciudadanos cayó, arrastró a Ciutadans. Se me hace muy difícil distinguir ambos proyectos. Ciudadanos fracasó porque toda la prensa decidió de repente que éramos un partido bisagra y teníamos la obligación de pactar con Pedro Sánchez. Nosotros queríamos gobernar, y nos quedamos a 180.000 votos del PP. Pero era un partido vulnerable.


¿Qué valoración hace del auge de Aliança Catalana? ¿Le gustan algunas cosas que dice Sílvia Orriols?

Me parece que tiene un discurso monotemático. Y este tema está basado en un fenómeno como la inmigración descontrolada que en el caso catalán está muy ligado a la inmigración musulmana, que tiende a formar guetos y muchos de ellos quieren imponer sus costumbres… Ella parte de una base que nosotros hemos denunciado. Discrepo en la manera en que lo expone y luego, por supuesto, es independentista.


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