Recortes de Prensa Domingo 17 Abril 2022

 

Putin activa su 'Plan B' para arrasar Ucrania

Óscar Sainz De La Maza. vozpopuli. 17 Abril 2022

 

Hostigadas por la novedosa estrategia militar de los ucranianos, las tropas rusas se despliegan hacia el frente oriental a fin de lograr una victoria militar parcial

 

Dos viejos ucranianos de cara curtida juegan al ajedrez en una mesita de un parque de Kiev. Uno de ellos mueve el alfil negro. El otro, ataviado con una boina, le observa con rostro inescrutable. Como ellos, el resto de habitantes puede ahora jugar al ajedrez porque -de momento- la ciudad ha dejado de jugar a la guerra. Muchos residentes regresan a la capital, arrastrando sus coloridas maletas de ruedines a través de las puertas de la estación. Les espera un paisaje con muchos más boquetes de los que tenía cuando lo abandonaron, pero que al mismo tiempo comienza a volver a la vida. Algún que otro café reabre sus puertas; en su interior se respira el ambiente chic que podría verse en cualquier lugar de Malasaña aunque, eso sí, sus primeros clientes son los soldados de un puesto cercano. Lejos quedan -aunque cerca en el tiempo- los días de las sirenas de bombardeo, de los refugios que tiritaban bajo las bombas y de las mesas repletas de cócteles molotov a la espera del ejército invasor. Y es que ese mismo ejército invasor ha hecho lo impensable: se ha retirado de la capital.

 

Si hubiera que resumir esta guerra en un puñado de aforismos breves dignos de Baltasar Gracián, podríamos dividirla en tres sencillas fases. La primera fue un blitzkrieg ruso, un ataque quirúrgico y fulminante que pretendía una ocupación express de la capital y una pronta conclusión de la guerra. La segunda fase, no obstante, fue la del estancamiento militar, lo que excitó la impaciencia de los mandos rusos, que desataron verdaderas tormentas de artillería sobre ciudades clave como Kiev, Kharkov o Mariupol, resistentes al invasor. Finalmente, la guerra entró en una tercera fase con la que pocos analistas contaban: el 25 de marzo, el Estado Mayor ruso anunciaba, en medio de un trabalenguas de eufemismos, que sus tropas se centrarían en la "liberación del Dombás"; es decir, el frente oriental, donde la población les resulta mucho más afín. Los invasores, con las fuerzas ucranianas royéndoles aún los tobillos, levantaron el cerco a la capital y se retiraron cabizbajos. En otras palabras, los rusos renunciaban por primera vez a sus objetivos iniciales, y apostaban por lograr una victoria incompleta, a fin de poder negociar una salida con cierta dignidad.

 

La curiosa estrategia militar de Ucrania

¿Por qué no ha podido imponerse la inmensa maquinaria del ejército ruso al ucraniano, al que superaba ampliamente? La explicación no tiene sólo que ver con el ánimo resistente de los defensores (y la moral más bien baja de los atacantes). Los ucranianos, pertrechados con potentes armas occidentales, han sabido poner en marcha un estilo de guerra cortado a medida para un ejército menor como el suyo. Evitan enfrentarse frontalmente a la marea de acero rusa y, conociendo bien el terreno, utilizan unidades pequeñas y ligeras con aroma de guerrilla. Sus oficiales, además, saben tomar la iniciativa en medio de la batalla sin aguardar órdenes de un superior. Ahora, los comandantes serían cabezas pensantes, no meras cabezas de turco sin voluntad propia. El "general de hierro" Valeriy Zaluzhnyy, cerebro de la defensa del país, dijo querer alejarse "de las órdenes de batalla de 1943."

 

A todo esto ayudó el entrenamiento que proveyó la OTAN desde 2014, que transformó radicalmente aquel ejército ex-soviético; corrupto, anticuado e inflexible. También ayudó la experiencia militar acumulada durante la brutal guerra civil que asoló el Dombás durante aquellos años. Y este ejército modernizado se ha centrado en lograr tres cosas durante la invasión.

 

La primera, negarle a Rusia el control de los cielos, derribando sus aeronaves con misiles guiados por calor que las sorprenden en pleno vuelo como letales serpentinas de humo. De este modo, la fuerza aérea rusa puede bombardear a los ucranianos de cuándo en cuándo, pero no patrullar continuamente el territorio si no quiere correr demasiados riesgos. Esto permite que los defensores puedan moverse por el terreno con cierta seguridad, y que su propia fuerza aérea -apenas un puñado de potentes cazas MiG y drones turcos Bayraktar- golpee a su vez los convoys del enemigo.

 

En segundo lugar, los ucranianos se han fortificado en las grandes ciudades como los irreductibles galos de los cómics de Asterix. Impedir que los rusos las conquisten hace que estos no puedan trasladar a sus tropas por ferrocarril hacia el interior del país. Las ciudades que resisten tras las líneas, además, siempre pueden lanzar ataques por la retaguardia.

 

Sin líneas férreas, los rusos se ven forzados a desplazarse por las carreteras -sólo las pavimentadas, para evitar quedarse estancados en el pegajoso barro ucraniano que frena históricamente al invasor- y eso les hace vulnerables. Aquí entra en juego el tercer punto de la estrategia ucraniana: los interminables convoys de camiones y blindados rusos se ven hostigados con furia eslava por enjambres de drones Bayraktar, obuses de artillería, ataques convencionales y comandos de fuerzas especiales, cuya profesionalidad no deja de ser un tributo a la CIA, que comenzó a entrenarlos discretamente desde el año 2015. Estos ataques desangraron a las fuerzas que se suponía debían tomar Kiev, deterioraron su moral, e hicieron que la logística rusa, ya de por sí mala, se atragantara: resulta llamativo el número de vehículos que los atacantes han abandonado en el camino sin una sola gota de carburante en el depósito.

 

Rusia, por su parte, también se había estado preparando para la ocasión desde su invasión de Georgia en el 2008; una especie de réplica de lo ocurrido en Ucrania, en la que Moscú ganó la partida pero sufrió numerosas bajas. El Kremlin revisó sus tácticas: ahora, sus fuerzas no irrumpirían con sus tanques en las ciudades, dejándose enredar en un costosísimo combate urbano, y minimizarían las salidas de su aviación para reducir el número de derribos, compensando esto con el uso de mortíferos misiles disparados desde buques o camiones. Pero lo cierto es que su logística seguía siendo lamentable y -al contrario de lo que ocurre en el ejército ucraniano- la estructura de mando es demasiado rígida y piramidal, sin autonomía de movimiento. Al más puro estilo ex-soviético.

 

Los ucranianos parecen ser conscientes de ello, y buscan acabar con los generales y coroneles enemigos que, en una demostración de valentía, se acercan sin problemas a la línea de frente cuando la situación se pone difícil. Los temidos francotiradores ucranianos cazan a los comandantes rusos con facilidad, haciendo uso de los viejos fusiles Dragunov soviéticos, siempre fiables, a los que se añaden otros de gran calidad donados por checos y holandeses e incluso un puñado de potentes fusiles Barrett americanos, cuya munición del 0.50 puede llegar a atravesar un motor de un disparo.

 

Perder a comandantes de alto nivel nunca resulta recomendable en una guerra, dado que es difícil sustituir su abultada experiencia militar en el corto plazo. De manera algo surrealista, los ucranianos logran cazarlos gracias a la señal de sus móviles. Sin poder utilizar señales encriptadas y con los ucranianos interfiriendo las comunicaciones electrónicas, muchos militares rusos han recurrido al teléfono móvil como solución a sus problemas; cosa que no es particularmente prudente.

 

La señal definitiva de que los ucranianos habían logrado resistir el embate llegó el 1 de abril. Un vídeo grabado en Belgorod, una ciudad fronteriza rusa, muestra como, en una suerte de súbito Pentecostés nocturno, varias ráfagas de llamaradas caen sobre un depósito de combustible: un ataque con cohetes lanzado por dos helicópteros (ucranianos, se supone). El depósito se ilumina con una deflagración cegadora y no tarda en envolverse en la espesa nube negra que emana del combustible ardiendo. El portavoz del Kremlin Dmitry Peskov se quejaría -en un gesto algo irónico para quien ha sembrado ciudades enteras de escombros humeantes- de que este incidente "no crea condiciones confortables para la continuación de las negociaciones" y anunció acciones legales. El presidente ucraniano Zelensky, por su parte, prefirió negar la autoría y evitó hablar del tema.

 

La Brigada Internacional 2.0

Espoleados por la tesis de Zelensky de que el ataque ruso es "el inicio de la guerra contra toda Europa" (una aformación dudosa pero contundente), y buscando ayudar a una Ucrania junto a la que ninguna nación ha querido luchar directamente, no pocos voluntarios extranjeros -de 52 países- se desplazarían hasta allí, recordándole a no pocos analistas el que fuera el mayor movimiento de tropas voluntarias en la Europa contemporánea hasta la fecha: las afamadas Brigadas Internacionales, que acudieron a defender al gobierno español durante su guerra civil, allá por los lejanos años treinta. Apenas tres días después de la invasión, Zelensky afirmó que recibiría a los voluntarios con los brazos abiertos, y pronto se creó una Legión Extranjera para aglutinarlos. Para mediados de marzo, Kiev anunciaría -quizás con cierto optimismo- que su número alcanzaba los 16.000-20.000 efectivos.

 

Sin embargo, los voluntarios no tardarían en sufrir un duro encontronazo con la realidad. En primer lugar, Kiev filtraba duramente a los recién llegados -teniendo cuidado, por razones obvias, de expurgar a "nazis o yihadistas"- y rechazaba a aquellos que no tuvieran experiencia militar previa. Contar con ella, por otra parte, no garantizaba nada: pronto se enfrentarían a un tipo de combate muy distinto al que conocían en Afganistán o Irak. Ahora, había que aguantar dentro de un hoyo congelado mientras los cielos se resquebrajaban bajo la artillería rusa. "Los militares de EEUU y la OTAN están malcriados", decía un voluntario americano, antiguo operativo de Contrainteligencia en Afganistán y Medellín. "Tienen apoyo aéreo, evacuación médica, logística ... Aquí, en Ucrania, no teníamos nada. "La primera oleada no tardó en volver a casa, casi al completo, sin desfiles o medallas. Alguno, posteriormente, se lamentaría online de la falta de munición y comodidades. Otro de ellos, un carpintero polaco, recordaba no poder ayudar a un compañero achicharrado que había perdido las dos manos. "Sabes que ya está muerto", reflexionaba, "que sólo sigue funcionando por la adrenalina." Y concluía: "Estuve expuesto a muchas más cosas en mis primeros tres días en Ucrania que en todo mi servicio en Afganistán." Esta dureza, por otra parte, sirvió para cribar a los voluntarios: sólo se quedarían a pelear los más endurecidos y valientes.

 

Muchos voluntarios tendrían que vencer, también, la resistencia encarnizada de sus propias familias, poco deseosas de perder a un pariente en nombre de una causa lejana. En cuanto a sus gobiernos, reaccionarían de forma dispar ante todo este asunto: en Letonia, Alemania o Canadá, por ejemplo, parecían apoyar a los voluntarios. En Reino Unido, sin embargo, la ministra de Exteriores les apoyaría mientras que el Ministro de Defensa y el propio Primer Ministro desaconsejarían viajar a Ucrania. Cuatro soldados británicos, incluido un jovencísimo guarda de la Reina, decidirían hacer caso omiso y saltarse el papeleo: desertaron directamente de su unidad para viajar al frente. El gobierno americano también recomendaría a sus ciudadanos mantenerse bien lejos de la guerra.

 

Moscú, por su parte, quiso emular a Zelensky y anunció, a mediados de marzo, que los extranjeros serán bienvenidos entre sus filas, afirmando que 16.000 ciudadanos de Oriente Medio -el mismo número de voluntarios extranjeros que anunciara Kiev- estaban listos para acudir a su llamada. Quizás se refirieran a los sirios, dado que su presidente, el dictador Bashar al-Assad, le debe a Moscú el hecho de seguir en el poder. Más allá de estas afirmaciones algo cuestionables, los rusos ya han movilizado a la Compañía Wagner, una corporación de mercenarios cuyos operativos siempre tienden a aparecer, con sospechosa puntualidad, allí donde Moscú tiene una cuenta que saldar.

 

El Starstreak entra en juego

Ucrania cuenta con voluntarios de sobra (literalmente); lo que realmente necesita es equipo y armamento. Josep Borrell, representante de Exteriores y Seguridad de la Unión Europea, lo resumió con su estilo característicamente directo: "Zelensky necesita que le digan menos que es un héroe y más armas." Una de las claves de la resistencia ucraniana, de hecho, es el lanzamisiles antiaéreo guiado por calor Stinger, y sus voluminosos homólogos antitanque, el NLAW y el Javelin; todos ellos donados por Europa o EEUU.

 

A esto se le ha sumado, en marzo, una nueva adquisición mucho más sofisticada: el lanzamisiles británico Starstreak, también antiaéreo y disparable desde el hombro, pero cuyo operador ha de guiarlo con láser hasta su objetivo. La señal es casi imposible de bloquear, y el hecho de que los proyectiles no sigan automáticamente una fuente de calor impide que puedan distraerse con las bengalas que los helicópteros y aviones escupen a fin de protegerse. Una vez en el aire, el proyectil alcanza tres veces la velocidad del sonido (convirtiéndolo en el misil tierra-aire más rápido del mundo) y expide tres dardos de duro wolframio que, como tres flechas explosivas, se entierran en sus objetivos antes de detonar de forma retardada, a fin de reventar a su desdichada presa desde dentro.

 

El funcionamiento de esta nueva arma es lo suficientemente complicado como para que Londres haya tenido que enviar también a un puñado de instructores que aleccionan a los ucranianos desde el lado seguro de la frontera. Aparentemente, el Starstreak ya ha entrado en acción: un vídeo tomado en la región oriental de Lugansk recoge el momento en que un helicóptero ruso -una silueta digna de Apocalypse Now frente al horizonte amarillento- se parte literalmente en dos al ser alcanzado por el misil.

 

La combinación de tácticas y armas novedosas frente a un invasor rígido y desmoralizado ha provocado una cifra de bajas dolorosamente elevada entre las fuerzas rusas. Si cruzamos diversas fuentes fiables (y dejamos a un lado las cifras siempre complacientes del propio Kremlin), esta podría rondar los 7000-15.000 muertos: resulta difícil distinguir entre caídos, capturados y desaparecidos. Se han destruido muchos centenares de tanques rusos y más de un millar de vehículos de combate (los ucranianos, respectivamente, habrían perdido un centenar de los primeros y trescientos de los segundos). Copiando el ejemplo de los americanos en Vietnam, Afganistán o Irak, muchos tanquistas rusos han colocado jaulas protectoras con la forma de un tejado de dos aguas para proteger las torretas de los blindados (es sabido que los misiles Javelin y NLAW se elevan hacia los cielos y caen verticalmente sobre ellas) pero las continuas imágenes de tanques descabezados parecen indicar que el invento resulta más bien poco eficaz. Los rusos han perdido, asimismo, varias decenas de aeronaves, como también le ha ocurrido a los ucranianos. Hay que tener en cuenta, por otra parte, que Rusia cuenta con más efectivos en la reserva y sus pérdidas son relativamente menos graves.

 

Disensión en Rusia, unión entre sus enemigos

Con los ataúdes llegando a casa, envueltos en la tricolor de la Federación Rusa y rodeados de parientes lacrimosos -algunos de los cuales recuerdan que sus hijos no sabían siquiera que iban a ser desplegados en una guerra-, el Kremlin reaccionó rápidamente a fin de asfixiar la protesta en la cuna. Para mediados de marzo había arrestado a 12.700 manifestantes anti-guerra. El 4 de ese mismo mes, el parlamento ruso aprobaba una ley draconiana que penaba con un máximo de 15 años de prisión cualquier información que contradijera las afirmaciones del Kremlin, lo cual incluía utilizar palabras como "guerra" o "invasión." Los ciudadanos que compartieran esa información en redes sociales también serían multados. La líder de la Unión de Comités de Madres de Soldados se disculparía ante los corresponsales por no poder hablar con ellos: lo consideraba "demasiado peligroso."

 

Mientras tanto, algunas organizaciones civiles que se negaban a aplaudir las acciones del Gobierno veían como eran calificadas legalmente de "agente extranjero." Pero no sólo en la sociedad civil se notaba el puño de hierro del Kremlin: dentro de la V Sección del FSB -el servicio de Inteligencia del Interior, heredero de la KGB-, muchos operativos han sido detenidos o expulsados, probablemente como cabeza de turco a cuenta de los recientes fracasos. La V Sección, como encargada que era de los territorios ex-soviéticos, había sido la responsable de ganar aliados y recabar información crucial dentro de Ucrania de cara a la invasión.

 

Pero si se silencia a la oposición, en el bando progubernamental, por el contrario, se vive un verdadero carnaval de histrionismo: el Kremlin daba medallas a los caídos y sus prohombres locales lo celebran con discursos grandilocuentes. La "Z" de las tropas rusas aparece, como símbolo de apoyo, pintada en trenes, estaciones de autobús y en manifestaciones afines. Las pantallas de televisión muestran a tertulianos que se refieren invariablemente al Batallón Azov ucraniano -un conjunto de 2000 ultranacionalistas de corte fascistoide- para tratar de tildar al conjunto del ejército ucraniano de "nazi"; como, por cierto, hacen también los defensores de Rusia en el extranjero. Un presentador de televisión razonaba que, de no haberse "intervenido" en Ucrania, esta habría conquistado Crimea primero, y luego el sur de Rusia. Muchos rusos creen a pies juntillas este guión. Parece haber, eso sí, un cisma generacional: los más mayores, que aún recuerdan el salvaje descontrol de los años 90, apoyan más al presidente Putin y sorben ávidamente su propaganda. Los más jóvenes tienden más al cinismo o la protesta.

 

La guerra ha agitado las aguas dentro de Rusia, pero ha logrado precisamente lo contrario en Estados Unidos, donde gracias a ella, la izquierda y la derecha han logrado, cosa inimaginable, un punto de acuerdo. También ha dado alas a la imagen de Zelensky; actor convertido en presidente, y ahora de nuevo en actor -en un rol que podría costarle la vida-, cuyos vídeos virales le han hecho ganarse oleadas de alabanzas (y más de un piropo subido de tono). Envuelto en fuertes medidas de seguridad, Zelensky recibe a políticos como el Primer Ministro británico, los presidentes de Polonia, Estonia, Letonia y Lituania o los altos cargos de la UE; vetando, eso sí, al presidente alemán a cuenta de los tratos energéticos entre Alemania y Rusia. Un rechazo quizás excesivo, dado que Alemania ha cambiado (notablemente) sus posiciones al respecto.

 

Zelensky aparece también en pantalla frente a los escaños ornamentados de los parlamentos occidentales, cuyos diputados escuchan y aplauden sus discursos, cuidadosamente elaborados para apelar a las sensibilidades nacionales de cada país: ante el parlamento francés, comparó el asedio de Mariupol con la batalla de Verdún de 1916; ante el británico, parafraseó a Churchill y a Shakespeare; ante el estadounidense, se refirió a Pearl Harbor, Martin Luther King y el Monte Rushmore. Y ante el español, citó el cruel bombardeo de Guernica en 1937 perpetrado por la Legión Cóndor nazi que auxiliaba al bando franquista en la Guerra Civil. Esto molestó a Santiago Abascal, líder de Vox, quien, a pesar de apoyarle públicamente, se quejó vía Twitter: "Habría sido más acertado hablar de Paracuellos."

 

La guerra de las galaxias

El conflicto ha alcanzado un lugar que aún se presuponía libre de hostilidades humanas: el espacio exterior. Ofuscado por las duras sanciones económicas que ha sufrido su país en respuesta a la invasión, el jefe de la agencia espacial rusa, Dimitri Rogozin -un veterano adicto al Kremlin-, amenazó con paralizar la cooperación entre agencias espaciales en la Estación Espacial Internacional, preguntándose en Twitter: "Si bloquean la cooperación con nosotros, ¿quién salvará a la EEI de una órbita incontrolada y de su caída en Estados Unidos y Europa?" Calibró también la opción de que el formidable artefacto cósmico cayera sobre India o China. "La EEI no vuela sobre Rusia, así que todos los riesgos son vuestros."

 

No tardó en obtener su respuesta: Elon Musk, el billonario dueño de la compañía espacial americana Space X, replicó publicando el logo de su compañía. Si hasta el año 2020, los únicos capaces de proveer las viejas (pero fiables) lanzaderas Soyuz que transportaban a los astronautas hasta la estación espacial eran los rusos, en esa fecha se produjo el primer lanzamiento exitoso por parte de Space X de una lanzadera con rumbo a la estación. El administrador de la NASA, en todo caso, no parecía preocupado por las bravatas de Rogozin. "Es Dmitry Rogozin", se encogió de hombros. "Estalla de cuándo en cuándo. Pero al final del día, siempre ha colaborado con nosotros."

 

Elon Musk, por su parte, ya había jugado un papel importante a favor de Ucrania. Durante los primeros días de la ofensiva, a finales de febrero, el Ministro de Transformación Digital ucraniano le dirigió una desesperada petición de ayuda en Twitter -"Mientras usted intenta colonizar Marte, Rusia intenta ocupar Ucrania. Mientras sus cohetes aterrizan exitosamente en el espacio, los cohetes rusos atacan a la población civil ucraniana"-, pidiéndole que conectara el internet ucraniano a los satélites Starlink de la compañía; una opción mucho más segura que el internet por cable en caso de invasión terrestre. Musk accedió de inmediato, y los drones ucranianos pronto pudieron utilizar la red Starlink para informar de las posiciones enemigas a la artillería.

 

A mediados de marzo, no obstante, Musk decidió ser algo más directo y, en uno de sus célebres ataques de excentricidad tuitera, desafió a Vladimir Putin a un "combate singular" para resolver el futuro de Ucrania. Tuvo suerte de que este no respondiera a su oferta: a pesar de contar 69 años, el presidente ruso fue luchador de judo y recibió en su día entrenamiento de la KGB.

 

Con la invasión, Rusia pretendía asegurarse un cinturón de territorios afines en torno a su masa continental y alejar la posibilidad de que Ucrania ingresara en la OTAN. También pensaba demostrar su fuerza militar, así como la debilidad de sus oponentes. Irónicamente, lo único que ha hecho hasta el momento ha sido revelar la vulnerabilidad de sus ejércitos y unificar a sus adversarios como nunca se viera antes, desde la OTAN a la UE. Todo ello ha hecho que, por primera vez, se haya planteado lo que parece ser un "Plan B." Este consistiría en abandonar la posibilidad de controlar Ucrania entera y centrarse en conquistar los territorios orientales (que, recordemos, le son afines), lo que le proporcionaría igualmente su anhelado colchón territorial y le permitiría sentarse en la mesa de negociaciones con una victoria parcial para compensar su estancamiento en el norte de Ucrania.

 

El plan parece estar funcionando. Mientras escribo estas líneas, la ciudad de Mariupol, que ha sido sistemáticamente reducida a cascotes por la artillería rusa, está a punto de caer. Ucrania, por su parte, podría lograr también una victoria parcial si aguanta en el resto del país, dado que, aunque ha renunciado a entrar en la OTAN, podría hallar un refugio seguro en la Unión Europea: el 8 de abril, la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Van der Leyden, visitó a Zelensky y, en una rueda de prensa memorable, se comprometió a acelerar el ingreso de Kiev en la organización. Por primera vez, parece vislumbrarse una solución al conflicto; no del gusto de todos, pero solución, al fin y al cabo.

 

Todos estos cambios, sin embargo, han pasado algo más desapercibidos de lo normal para la opinión pública europea y americana. Esta se ha visto sacudida por un episodio de violencia aún más escandaloso; uno que, si acaso por unos días, ha logrado distraer a los probos ciudadanos de Occidente de la devastación que corroía sin tregua al lejano país eslavo. En plena gala de los Óscar, Will Smith abofeteó a Chris Rock y luego se deshizo en lágrimas. Las audiencias ya tenían una nueva tragedia a la que aferrarse.

 

Cuando el apaciguamiento trae la guerra

Alejo Vidal-Quadras. vozpopuli 17 Abril 2022

 

Mientras los cohetes rusos destrozan sistemáticamente las ciudades ucranianas -se calcula que los daños ya causados alcanzan el billón de euros- el proceso de negociación entre el P5+1 (Estados Unidos, Reino Unido, Francia, China, Rusia y Alemania) y la UE sobre la reanimación del casi difunto acuerdo nuclear con Irán, conocido como el Joint Comprehensive Plan of Action, JCPOA, continúa en marcha incomprensiblemente. Un primer motivo de asombro en el contexto actual es que las potencias occidentales insistan en llegar a un entendimiento con el régimen teocrático iraní, siendo éste como es un aliado fiel de Vladimir Putin. De hecho, se ha conocido recientemente que los ayatolás están introduciendo armas de alta capacidad ofensiva en Rusia burlando las sanciones internacionales. Así, han proporcionado a las fuerzas armadas rusas un sistema de misiles Bavar 373 fabricado en Irán, muy similar al S-300 ruso, y han devuelto a Rusia con el fin de reforzar el poder de destrucción del ejército invasor uno de estos equipos que habían recibido en el pasado. No es extraño que un gobierno que ostenta el récord mundial de ejecuciones per cápita, que practica regularmente la tortura, que ejerce la más despiadada misoginia y que promueve el terrorismo internacional allí donde puede, apoye a un sátrapa de la crueldad y la falta de escrúpulos del primer mandatario ruso. Putin cuenta con la simpatía y la colaboración de Corea del Norte, Venezuela, Cuba, Irán y Bielorrusia, es decir, lo más granado de las tiranías del planeta. Por consiguiente, cualquier acción que fortalezca a uno de sus amigos en estos momentos en los que se trata de presionarle al máximo para que detenga el martirio que está infligiendo al pueblo ucraniano, es simplemente absurda y contraproducente.

 

Se ha sabido que los negociadores norteamericanos y europeos del JCPOA están considerando seriamente ofrecer a los clérigos de Teherán el levantamiento de sanciones por valor de cien mil millones de dólares y la retirada de la Guardia Revolucionaria iraní de la lista de organizaciones terroristas internacionales. Teniendo en cuenta que esa enorme suma de dinero se empleará en financiar a Hamas, Hezbolá, los hutíes yemenís y las milicias fundamentalistas en Irak y Siria, además de colmar los ya abultados bolsillos del Líder Supremo Alí Jamenei, del presidente Ebrahim Raisi y de sus secuaces, resulta increíble que semejante equivocación pueda caber en cabezas mínimamente racionales.

 

Un segundo elemento digno de reflexión es que la experiencia ha demostrado que la parte iraní de acuerdos pretéritos sobre desnuclearización nunca los ha cumplido y que ha mentido, ocultado actividades e intentado destruir pruebas una y otra vez con total desfachatez. Por consiguiente, la resurrección del JCPOA, herido de muerte tras la retirada de Estados Unidos del mismo por Donald Trump, únicamente conducirá a que Irán disponga a medio plazo de armas nucleares y vectores para lanzarlas y encima pagadas por aquellos que tratan de evitar tal desgracia. En Cataluña tenemos un dicho al respecto relacionado con la infidelidad matrimonial y quién se hace cargo de la cuenta que no repito aquí por no entrar en la procacidad.

 

Es curioso a la vez que desmoralizador ver como Occidente ha venido repitiendo el mismo error a lo largo del último siglo ignorando la evidencia más que probada de que el apaciguamiento no funciona con interlocutores que no se dejan apaciguar, sino que aprovechan las treguas pusilánimes que se les brindan para rearmarse a tope y preparar mejor el siguiente golpe traicionero. Basta recordar los prolegómenos de la Segunda Guerra Mundial o más recientemente la guerra de Siria para advertir que determinados intentos de complacer al enemigo son percibidos por éste como debilidad y le animan al ataque. Si, además, cuando se emplea la fuerza se hace mal, a destiempo y fuera de la legalidad, como en Serbia en 1999 y en Irak en 2003, todavía con más razón los malvados de este mundo no te respetan y en cuanto pueden te atizan sin piedad en el convencimiento de que te vas a arrugar. Desde una perspectiva más doméstica, cuarenta años de complacencia con los separatistas catalanes, lejos de tranquilizarles, les estimuló a pisotear la Constitución el 1 de octubre de 2017.

 

Desconsuela pensar qué hubiera ocurrido si, tras la ocupación desaprensiva de Crimea en 2014, Ucrania se hubiese incorporado a la OTAN y un intimidante contingente de la Alianza Atlántica hubiese entrado en este país para realizar unas maniobras conjuntas por tierra, mar y aire con el ejército ucraniano al igual que Rusia hizo a continuación en Bielorrusia. Por el contrario, Estados Unidos y la UE se dedicaron a amagar y no dar mediante represalias económicas que cosquillearon sin mayores consecuencias la espesa pelambre del oso ruso. Putin les tomó la medida y preparó cuidadosamente el horror que vivimos actualmente. Estas conjeturas vienen al caso con relación al temor de que el dictador encubierto del Kremlin recurra a su arsenal nuclear. La forma segura de invitarle a apretar el botón rojo consiste en situarle en el convencimiento de que la OTAN no se atrevería a responder por temor a un Armagedón de dimensión universal. Las fieras huelen el miedo, su aroma las embriaga y las induce al zarpazo.

 

Los dineros públicos

LUIS ASÚA. https://gaceta.es/ 17 Abril 2022

 

“La soberanía nacional reside en el pueblo español” proclama la Constitución. Pero también es el pueblo español quien paga la fiesta estatal.

 

Muchos políticos —y no sólo de izquierdas— hablan del dinero público como si fuera algo esotérico que viene del cielo. No es rara la expresión, en boca de algún gobernante, que afirma que hay que gastar el dinero presupuestado porque, si no, se pierde. Desde el Gobierno se pone mucho énfasis en el dinero a fondo perdido, el que viene de Europa y de manera gratuita, pero aunque supongo que tanta propaganda provoca un tic psicológico reconfortante, la realidad es que supone una parte muy pequeña de lo que gasta el Estado. Gasto que en su abrumadora mayoría hay que sufragar con impuestos.

 

Carlos Rodríguez Braun abogaba hace poco por acabar con las retenciones y también pronosticaba que se montaría una revolución si la gente tuviera que ir a pagar de golpe todo lo que le han retenido a lo largo del año. Pero es que aunque dedicamos ya mucho más de la mitad de nuestro año laboral a apechugar como desgraciados a base de retenciones, parece que no nos enteramos o no nos queremos enterar.

 

Hace poco el Tribunal Constitucional tuvo a bien —era lo justo— reformular el impuesto de la plusvalía municipal, pues éste se pagaba hubiera o no ganancia, que es lo que ésta supone. Pero como tenemos unos tribunales demasiado timoratos, el alcance de la decisión fue sólo legislativo, en el sentido de que no se dijo a los ayuntamientos: “¡Cumplid con la sentencia y devolved el dinero”! Al contrario, sólo sirvió para que los ayuntamientos ajustaran el impuesto para que no se les escapara un céntimo. La sentencia no paso de ser una advertencia.

 

Nuestra mentalidad de esclavitos “apechugadores” se rebela poco ante un Estado que empieza a ser de una inutilidad flagrante. Despilfarra en las autonomías y su corolario de personal y altos cargos mientras sigue siendo el peor pagador del Reino. No garantiza sus funciones básicas, como son la seguridad (con un gasto militar ridículo y un problema permanente en las fronteras con la inmigración ilegal que afecta también a la seguridad interior), la educación (tenemos los peores ratios de occidente en todos los tramos educativos) o la capacidad de garantizar las pensiones después de haber contribuido durante décadas a un sistema que se cuestiona constantemente y que puede acabar siendo un timo colosal. Pero es que, además, donde interviene en lugar de ceder protagonismo al sector privado, lo encorseta como hace con el mercado de trabajo provocando récords de paro. Sólo se salva la Sanidad y porque, según los expertos, es relativamente reciente, pero puede acabar convirtiéndose en una bomba de relojería de gasto y despilfarro.

 

Lo único que de verdad funciona en España son las agencias recaudatorias de impuestos. El sadismo fiscal de la Agencia Tributaria y sus semejantes se está convirtiendo en apocalíptico. Es incomprensible que le queden a alguien ganas de iniciar una aventura empresarial. Vivimos un auténtico infierno fiscal donde muy pocos pagan mucho, pues la población activa española es muy reducida y muchos de los que trabajan lo hacen en precario y con apenas sueldos de subsistencia, por lo que la carga tributaria cada vez recae más sobre las espaldas de las clases medias, que menguan a una velocidad brutal. Y además está volviendo a aparecer la corrupción. Debería solicitarse de inmediato una investigación a todos los niveles de las compras de Equipos de Protección Individual (EPI) durante la pandemia. Me temo que el caso de Medina y su amiguete no va a ser el único, ni mucho menos.

 

Sufrimos una gestión del Estado, paradójicamente dado su tamaño y por desgracia, a imagen y semejanza de su máximo representante, Pedro Sánchez. Una gestión arrogante, sin criterio, cortoplacista, una rémora para el bienestar, el progreso y el futuro de los españoles. Urge revisarlo, urge cambiar la actitud del Estado hacia sus sufridos ciudadanos.

 

España: tan lejos de Suecia y tan cerca de Argentina

Jesús Banegas. vozpopuli 17 Abril 2022

 

Suecia pasó de un Estado de Bienestar a un Estado Posibilitador: reduciendo desde 1990 el gasto publico, los impuestos, el déficit y la deuda pública y abriendo a la competencia privada la provisión de los servicios públicos

 

La geografía y la historia sitúan a España entre Suecia y Argentina, dos países en las antípodas no solo en el espacio físico, sino también en el progreso económico y social. Si se repasa la trayectoria histórica comparada de los tres países en los ámbitos económico e institucional, las conclusiones que se obtienen son muy clarificadoras para saber de donde venimos, donde estamos y hacia donde nos estamos dirigiendo a gran velocidad.

 

Hacia finales de los años 60 del pasado siglo, España tenía una renta per cápita equivalente a la de Argentina y la mitad que la de Suecia. Desde entonces, mientras que Argentina se estancaba y retrocedía en su comparación con España, nuestro país recortaba su divergencia con Suecia con tasas de crecimiento muy superiores hasta alcanzar una mínima distancia en los años noventa coincidiendo con la grave crisis que padeció la economía nórdica, fruto de sus excesos socialistas.

 

Con Zapatero la divergencia con Argentina se contrajo mientras que se volvió a ampliar con Suecia. Desde entonces hasta ahora, con la salvedad del periodo de gobierno de Rajoy en el que volvimos a acercarnos a Suecia y separarnos de Argentina, España –como muy bien refleja el siguiente gráfico- ha emprendido, decididamente y con la imprescindible contribución de Sánchez, el camino argentino que nos aleja cada vez más, no sólo de Suecia; también de Europa.

 

La frase atribuida a Eva Perón “toda necesidad social es un derecho”, sin reparar en su razón de ser ni en su viabilidad económica ni financiera, se ha venido practicando en aquel país

 

Demostrada la consistente evidencia de la convergencia de España con Argentina y al mismo tiempo el alejamiento de Suecia, que los empecinados Zapatero y Sánchez han venido protagonizando sin descanso y con sumo aprovechamiento, es pertinente analizar las trayectorias de ambos países para vislumbrar el camino de vuelta al lugar que nos corresponde en el mundo, antes de que el actual Gobierno consume su devastadora labor.

 

El caso argentino se resume en un Estado fallido, con reiteradas suspensiones de pagos de las deudas que no cesa de contraer, que siendo extraordinariamente rico en recursos naturales y uno de los países con mayor renta per cápita del mundo hace un siglo, ha venido decayendo para ser ampliamente superado por países de dimensión equivalente como Corea del Sur, Australia y España y también -aunque con menores diferencias- por Brasil, México y sobre todo Chile, antaño mucho más retrasados. La política que inspiró tal desastre se resume en una muy conocida frase atribuida a Eva Perón: “Toda necesidad social es un derecho”, que sin reparar en su razón de ser ni en su viabilidad económica ni financiera se ha venido practicando allí, para ser imitada en España por el socialismo gobernante del siglo XXI, con equivalentes resultados.

 

La historia de Suecia es muy relevante porque, a diferencia de Argentina, tras experimentar un siglo –1870-1970– de sinigual éxito que culminó en un grave fracaso veinte años después, protagonizado por su socialismo gobernante, fue capaz de cambiar de rumbo y reemprender el buen camino; constituyendo así un excelente ejemplo a imitar. En la encrucijada actual de España, es mucho lo que podemos aprender de Suecia y sobre todo debería ser practicado por un próximo -el actual bastante trabajo tiene en seguir agudizando la crisis– gobierno desde su primer día.

 

Entre 1870 y 1970, Suecia vivió su “siglo de oro”, no cultural como el español, sino económico aumentando más que ningún otro país la renta por hora trabajada. Para lograrlo se llevaron a cabo reformas institucionales favorables al libre mercado y el desempeño de la función empresarial.

 

Entre 1910 y 1970 los impuestos sobre la renta estuvieron por debajo de los de EEUU, mientras que los ingresos fiscales en porcentaje del PIB eran similares; es decir, bajos.

Entre 1920 y 1980 Suecia duplicó su gasto público, que pasó del 31 al 60% del PIB, mientras que el empleo público se triplicaba. El zénit del gasto se alcanzó en 1993 con el 72,4% el PIB.

Todas las grandes y exitosas empresas suecas: Ikea, Volvo, Tetra Pak, H&M, Ericsson, Alfa Laval fueron fundadas antes de 1970.

Desde 1970, la renta per cápita creció mas lentamente que en EEUU, mientras que las políticas keynesianas de gasto público fracasaron: la legislación laboral aumentó los costes haciendo decaer la competitividad internacional, los impuestos de la renta crecieron sin parar, la inflación se disparó, en 1982 se devaluó la moneda, los constantes cambios legislativos deterioraron la seguridad jurídica y el desempleo creció como nunca, hasta el punto de que entre 1970 y 1995 los adultos desempleados se duplicaron alcanzando el 20%.

Entre 1970 y 1995 se estancó el crecimiento del PIB y la creación de puestos de trabajo; todos públicos, ninguno privado.

En 1970 Suecia era el 4º país más rico del mundo, en 1980 el 6º, en 2000 el 11º y en 2010 el 10º tras un arsenal de reformas liberalizadoras.

El experimento socialista sueco en las décadas de 1960 y 1970 fue un paréntesis de fracaso en la historia del país.

En 1992, para detener la devaluación de su divisa, el Banco Nacional de Suecia subió el interés al 500%. De este modo, como señaló alguien, “Suecia se había transformado en una república bananera…pero sin siquiera tener bananas.”

Tanto en Suecia como en los demás países nórdicos, el mayor crecimiento se consiguió antes del Estado de Bienestar, que según el prestigioso académico sueco Assar Lindbeck, “deterioró la responsabilidad individual y destruyó los valores éticos”.

Suecia, a diferencia de Argentina y España, enfrentó su crisis con lucidez y valentía mediante reformas tales como:

 

Educación: cheque escolar y competencia público privada, con crecimiento privado a costa del sector público

Sanidad: externalización de servicios de los centros públicos, cheque sanitario y libre competencia publico-privada.

Pensiones. Sistema mixto reparto & capitalización. Las generaciones futuras están exentas de pagar las pensiones previas: no se paga lo que no se ingresó antes. Retiro libre desde los 61 años con pensión según contribuciones realizadas durante toda la vida laboral.

Fiscalidad: reducción de los impuestos al trabajo y abolición de los impuestos sobre la riqueza y la herencias. Entre 1996 y 2013 Suecia fue el país que más disminuyó su presión fiscal seguida de Finlandia, Holanda y Dinamarca.

Trabajo: Los funcionarios -salvo jueces, militares, etc- no tienen más derechos -incluido el despido– que los trabajadores del sector privado y el subsidio de desempleo está condicionado a buscar activamente trabajo.

Suecia pasó de un Estado de Bienestar a un Estado Posibilitador: reduciendo desde 1990 el gasto publico, los impuestos, el déficit y la deuda pública y abriendo a la competencia privada la provisión de los servicios públicos. Las reformas las hicieron los liberales –la “ultraderecha” para Sánchez y sus socios– y han sido respetadas por los socialistas cuando han gobernado.

 

Obviamente, las citadas medidas han consolidado a Suecia como un país con la cuentas públicas ejemplarmente saneadas y una economía pujante, siendo un buen ejemplo a seguir. Justo lo contrario que Argentina. Y sin embargo, Sánchez, siguiendo la senda tercermundista que iniciara Zapatero sigue haciendo todo lo posible para seguir alejándonos de Suecia y acercarnos a Argentina.

 

¿Hasta cuando permirán los españoles tamaño despropósito?

 

¿Seguirá el PSOE existiendo tras las próximas generales?

Jesús Cacho. vozpopuli 17 Abril 2022

 

"Nunca los socialistas se han enfrentado a una catástrofe semejante", aseguraba el pasado domingo noche, pocas horas después de cerrados los colegios electorales, uno de los colaboradores habituales del diario Le Figaro. La candidata socialista, Anne Hidalgo, alcaldesa de Paris, apenas había alcanzado el 1,73% de los votos emitidos en las presidenciales galas. El peor resultado de la historia del Partido Socialista Francés. "Sé lo decepcionados que estáis esta noche", reconoció Hidalgo desde su cuartel general, instalado en una antigua estación de tren transformada en bar de moda en el distrito 14. "Haremos todos juntos el balance de lo ocurrido de manera objetiva, pero ya os advierto que yo nunca me rindo y que seguiré poniendo toda mi energía en la conquista de una Francia republicana más fuerte y más bella, porque es más justa". Nada de irse a su casa y abandonar la política tras batacazo tan monumental.

 

Ella no se rinde y no está dispuesta a abandonar la dirección del partido socialista, a pesar de la evidencia de que han sido los votantes franceses los que han abandonado al partido socialista. Lo hicieron ya hace mucho tiempo, porque de François Mitterrand a esta parte el PSF no ha dejado de perder terreno en el corazón de la izquierda gala hasta convertirse en un partido testimonial. Lo mismo ocurrió hace ya mucho tiempo en Italia con el Partido Socialista Italiano de Bettino Craxi, exprimer ministro italiano entre 1983 y 1987, el político que terminó sus días en el exilio de Túnez tras huir de la justicia italiana por la trama de corrupción Tangentopoli. Desde entonces el PSI ha desaparecido del mapa, como ha desaparecido la Democracia Cristiana, el otro gran partido sobre el que se vertebró la vida política italiana tras el final de la II Guerra Mundial. Lo mismo ocurrió en Grecia con el PASOK, el partido socialdemócrata que gobernó el país durante gran parte de los ochenta y los noventa del siglo pasado, convertido hoy en un cadáver imposible de encontrar salvo en las hemerotecas. En el arco mediterráneo, solo el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) sobrevive a la liquidación por derribo de unas formaciones que hace mucho tiempo que dejaron de representar los intereses de aquellos a quienes teóricamente decían defender.


Porque el Partido Socialista Portugués (PSP), al menos a las órdenes de su actual secretario general, Antonio Costa, hoy primer ministro portugués, sigue siendo fiel a los postulados de esa socialdemocracia que, unas veces gestionada por la izquierda y otras por la derecha, gobernó Europa tras la derrota del nazismo y hasta fecha muy reciente. Todo eso, sin embargo, es ya reliquia del pasado. En Italia desde luego, pero también en Francia. El PS está en trance de desaparición, cierto, como también lo está Los Republicanos (LR), el partido heredero de la derecha gaullista que, con el propio PS, dio vida a la V República. Entre los grandes países de la UE, el socialismo solo resiste en España. Solo resiste el PSOE como una auténtica excepción, aún más llamativa tras los desastres que los Gobiernos del puño y la rosa han significado para la democracia y el nivel de vida de los españoles. Justo es reconocer en los primeros de Felipe González una significativa aportación del socialismo democrático a la extensión de derechos sociales a casi todas las capas de población, además de contribuir a la consolidación de la democracia. Sin embargo, el final del felipismo en el año 96, precedido por la mayor cadena de escándalos que ha conocido la Transición, y hemos conocido unos pocos, dejó las instituciones convertidas en un solar sobre el que muchos entonces pensaron que jamás volvería a ondear la bandera del puño y la rosa.

 

De desacreditar el vaticinio se encargaron los atentados del 11-M, aquella masacre que tan decisivamente cambió la historia de España, más los groseros errores cometidos por José María Aznar en su segundo mandato con mayoría absoluta. El recuerdo de la herencia dejada por los Gobiernos de Rodríguez Zapatero está muy presente en el imaginario colectivo como para que merezca la pena entrar en detalles. Convertido hoy en un simple comisionista del régimen criminal de Maduro y de otros de similar porte en Iberoamérica, Zapatero imprimió en el PSOE un giro de 180 grados a la praxis socialdemócrata que había presidido la vida de tantos partidos socialistas europeos, para convertirlo en una izquierda radical empeñada en la reinterpretación de la Guerra Civil, y la impugnación del gran pacto de reconciliación entre vencedores y vencidos plasmado en la Constitución del 78. Nueva vida a "las dos Españas" y puerta abierta a los viejos demonios familiares históricos de los españoles que la Carta Magna parecía haber encerrado bajo siete llaves. Su herencia en el terreno económico no puede calificarse sino de desastrosa, poniendo a España al borde de un rescate financiero del que el Gobierno Rajoy escapó por los pelos.

 

Que fue quizá lo único bueno del Gobierno de una derecha que volvió al poder por una motivo casi de física elemental. Porque no había nadie más que pudiera llenar el vacío de poder dejado por la debacle zapateril. De la tragedia que para la España urbana, culta y sedicentemente liberal significó el fracaso de la segunda mayoría absoluta de que dispuso esa derecha para haber acometido las reformas de fondo que reclamaba el país ya desde mediados de los noventa, no hay mucho que escribir a estas alturas, porque está casi todo dicho. Alguien ha escrito estos días que Mariano Rajoy, a quien el PP sigue sacando en procesión cuando la ocasión lo requiere, no pasaba de ser "un vago atornillado a un sillón con la única virtud de la paciencia". Lo peor del personaje, no obstante, consistió en abrir la puerta al Gobierno de un buscavidas de la política, un descuidero enfermo de egolatría sin oficio ni beneficio y sin una ideología muy clara, si bien emparentado con la llegada al poder en otros países no muy lejanos de auténticos autócratas poco o nada escrupulosos con la ley y la dignidad de las instituciones.

 

Zapatero, Rajoy, Pedro Sánchez, incluso el pobre Casado recientemente defenestrado de la dirección del PP, no son sino evidencia de la degradación de los modernos "partidos del turno", PSOE y PP, responsables de haber conducido el brillante proyecto constitucional nacido en 1978 hasta el albañal de su actual degradación. De algún modo, España resulta hoy una anomalía en el panorama político de la UE. Ya se ha aludido a la compleja situación por la que atraviesan los dos partidos que construyeron la V República y dominaron la política gala durante más de medio siglo. La candidata de LR, Valérie Pécresse, consiguió el domingo pasado el peor resultado electoral de la historia de las derechas francesas con el 4,79% de los votos. Del pozo sin fondo en el que Anne Hidalgo y su 1,74% han hundido al socialismo francés ya se ha dicho casi todo. Un partido dividido entre quienes propugnan una especie de refundación y quienes son partidarios incluso de crear uno nuevo, olvidándose de las viejas siglas e incluso del socialismo, sustituido por un mejunje de ideas, entre ecologismo y feminismo, tan familiares a oídos españoles. Una España en la que PSOE y PP siguen, con todos sus achaques, manejando a su antojo el aparato del Estado, "anomalía" que algunos atribuyen a nuestro retraso en incorporarnos a las grandes corrientes de la historia, a ese terrible siglo XIX que España vivió aislada y ensimismada, enfangada en guerras civiles que impidieron su conexión con el naciente constitucionalismo europeo, y a una crisis del 98 que no hizo sino aislarnos aún más, aislamiento que no logró romper la llamarada fugaz de la República ahogada en el desorden que no supo reprimir.

 

PSOE y PP. Ambos muy malitos, muy castigados por las deserciones, muy enfermos por la corrupción crónica. Del árbol hendido por el rayo de la incuria de los Gobiernos de Rajoy se desgajó su parte más liberal para formar Ciudadanos como expresión de protesta contra la renuncia criminal de la derecha a dar respuesta constitucional contundente al separatismo catalán. Mientras tanto, la parte más conservadora se refugiaba en unas nuevas siglas que hoy reciben los más furibundos ataques de los beneficiarios de un sistema que se cae a pedazos pero del que viven millones de gorrones aferrados a los bajos de la subvención. Lo de "facha" es el calificativo más suave que se puede leer diariamente en la prensa. La realidad es que en Vox, cúpula al margen, militan millones de españoles cabreados hasta la náusea con la quiebra de un país que lo es también de su proyecto vital, el de su familia, y el del futuro de sus hijos y nietos. La partida entre Santiago Abascal y Alberto Núñez Feijóo está por decidir y todo dependerá de la habilidad del gallego para pescar en caladeros de centro izquierda do mora mucho socialista avergonzado, manteniendo inhiesto el dique de contención que representa Díaz Ayuso frente al crecimiento de Vox.

 

Al PSOE le surgió por la izquierda una corriente muy potente tras el movimiento del 15-M. Pablo Iglesias, un vividor de la política, un charlatán con ínfulas de los muchos que pueblan la novela picaresca española, pudo dar la puntilla con Podemos a un PSOE muy castigado por el desastre del Gobierno Zapatero, pero el muy cretino descubrió demasiado pronto sus cartas: como buen comunista, él solo pretendía hacerse rico cuanto antes y habitar casoplón con piscina y jardín. Elemental. Sánchez llegó al poder mediante una sentencia manipulada por la mafia judicial que hoy se ha apoderado de la justicia española sin el menor recato, sentencia que sirvió para orquestar una moción de censura que exigió el apoyo de quien todos sabemos. Tras las primeras generales de 2019, el sujeto despreció un acuerdo con Cs que le hubiera otorgado una cómoda posición (180 diputados) para gobernar para a la mayoría de los españoles, algo que nunca entró en sus planes, porque él ya había elegido compañeros de viaje. Las segundas generales de 2019, de las que salió mal parado, le arrojaron en brazos de Iglesias y del resto de "especies protegidas" de la periferia. Todos constituyen "la banda" tan gráficamente denunciada por Albert Rivera en su día. Hoy, en efecto, nos gobierna una "banda" al frente de la cual se halla un tipo al que en el otoño de 2016 el propio PSOE expulsó de la secretaria general por miedo a que terminara aliándose para gobernar con los enemigos de la Constitución y de la nación de ciudadanos libres e iguales.

 

El PSOE de Sánchez no se parece en nada al que conocimos en la Transición. Es otro partido cuya relación con la socialdemocracia clásica es pura quimera. La crisis terminal del socialismo galo hizo surgir en el país vecino el movimiento de la "Francia Insumisa" que lidera Jean-Luc Mélenchon, lo más parecido a nuestro Podemos o el 21,9% del voto en la primera vuelta de las presidenciales. En España, a la crisis del socialismo ha respondido Sánchez haciéndose podemita, escorándose hacia la izquierda radical llevado en volandas por una militancia igualmente radicalizada que nada tiene que ver con las clases medias socialistas que prosperaron con la Transición. Los supuestos intentos de Sánchez por "centrarse" de que alardean sus relatores solo pueden mover a la risa. Es imposible virar al centro para quien tiene los socios que tiene, vive en el alambre de la mentira permanente y en el deterioro continuado del prestigio de las instituciones. Con una crisis de deuda en el horizonte cercano, algo que parece inevitable tras la decisión del BCE de subir tipos y dejar de comprar toda la deuda neta que emitimos a partir del verano, la necesidad de un ajuste salvaje de nuestras cuentas públicas más que una necesidad se presenta como una obligación forzada por nuestra pertenencia al euro. El punto de no retorno para este aventurero sin escrúpulos.

 

Si calamitosa es la situación de nuestras finanzas públicas, fenómeno agravado por las sucesivas crisis y la falta de crecimiento, peor lo es la pérdida de calidad de nuestra democracia a cuenta del deterioro constante al que están sometidas las instituciones desde junio de 2018. Tras el final del felipismo y su catarata de escándalos, tras el adiós del zapaterismo provocado por el hundimiento de la economía, parecía imposible asistir al experimento de un líder socialista todavía peor, más desvergonzado, más adánico. Lo hemos conocido, se llama Pedro Sánchez Pérez-Castejón. Es el gran enemigo de nuestra democracia, la amenaza de nuestras libertades. No lo es la pequeña élite de Podemos dispuesta a soportar cualquier desplante con tal de conservar una buena nómina, ni lo son esos millones de votantes de Vox que buscan restaurar su proyecto vital bajo la escarapela del respeto a la ley y a su modo de vida. Lo es este personaje a quien sostienen "esas élites culturales progresistas que han concentrado su energía intelectual y política en las minorías sexuales y étnicas generando unas violentas guerras culturales (…) mientras se olvidaban de los deseos, temores y necesidades de una mayoría de la clase media y obrera" (Eva Illouz, El gran retroceso). Lo es este personaje a quien aún parece respaldar el veintitantos por ciento del electorado. El presidente de casi todas las televisiones. Y el presidente del Ibex 35. John Adams, segundo presidente de los Estados Unidos, recordaba en una carta dirigida al filósofo John Taylor que "nunca ha habido una democracia que no se suicidara". ¿Acabará haciéndolo la española, o sabrá, urnas mediante, enviar a Sánchez y al PSOE por la senda que han seguido todos los partidos socialistas que en el arco mediterráneo han sido?

 

La ideologización de la enseñanza: de las matemáticas con perspectiva de género a la visión siempre negativa de España

La nueva Ley de Educación rezuma ideología "por todas partes". No se libra ninguna asignatura. "Es un delirio absoluto", sentencia Javier Rubio Donzé.

Yésica Sánchez. libertad digital. 17 Abril 2022

 

El Consejo de Ministros dio luz verde -el pasado 5 de abril- al Real Decreto que recoge las reglas y materias del nuevo Bachillerato. El Gobierno lo ha vendido como más diverso y flexible, haciendo hincapié en la ampliación de las modalidades, que pasan de dos a cuatro, o la posibilidad de obtener el título con una materia pendiente. Algo que, sin duda, ya sería cuestionable. Pero -como veremos a continuación- la cuestión de fondo va mucho mas allá.

 

La LOMLOE, promovida por el Ejecutivo de Pedro Sánchez, es "la ley más ideológica que ha habido en la historia de España". Así lo asegura el arquitecto Javier Rubio Donzé, cofundador de la plataforma de enseñanza Academia Play -que nació en 2015 y ya siguen alrededor de 5 millones de personas- y autor de tres libros divulgativos de historia.

 

Una vez leído en su totalidad el nuevo decreto de Bachillerato, a Rubio no le queda lugar a dudas: "Es un auténtico disparate y un delirio absoluto". "Mete ideología en todas las asignaturas, por todos lados", exclama. Así llegamos -por ejemplo- a las matemáticas "con perspectiva de género", la expresión que tanto gusta a la izquierda española del siglo XXI.

 

Las palabras importan

El decreto de ESO no es ajeno a esta tendencia. "Todo el rato hablan de enfoque socio afectivo de las matemáticas, es una cosa tremenda", asevera Rubio. Contemos pues -con mucho cariño- el número de veces que aparecen determinadas palabras, convenientemente elegidas y metidas con calzador, a lo largo de ambos decretos.

 

En el de Enseñanza Secundaria Obligatoria nos topamos con que la palabra respeto y sus derivadas inundan el texto: 216 veces; diversidad aparece en 142 ocasiones; género se indica en 140; emoción y derivadas, 113; compromiso y derivados, 92; igualdad, 86; desarrollo sostenible, 59; sexo y derivados, 58; empatía y derivados, 41; sentimiento, 29; resiliencia, 16; equidad, 14; la expresión memoria democrática (antigua memoria histórica), 6 veces; LGTBI y derivados, 5.

 

Atención al número de veces que encontramos las mismas palabras en el decreto de Bachillerato: hasta las 270 veces sube la palabra respeto y sus derivados; diversidad aumenta hasta llegar a 164; género repunta considerablemente, hasta las 203; emoción y derivadas lo hace ligeramente, a 113; compromiso y derivados experimenta un gran incremento, hasta 140; igualdad y desarrollo sostenible registran cifras similares, 95 y 56 respectivamente; sexo y derivados, baja a 22; empatía y derivados recala hasta las 57 veces; sentimiento se duplica prácticamente, al registrarse 55 veces; resiliencia, 20; equidad, 19; la expresión memoria democrática se mantiene en 6 veces, aunque memoria colectiva (que no aparece en el de ESO) se menciona en 40 ocasiones; LGTBI y derivados, 1.

 

El mensaje cala

Está claro que el texto incide en determinadas cuestiones intencionadamente, como el asunto de la perspectiva de género, que aparece 17 veces en el de ESO y 35 en el de Bachillerato. Por el contrario, minimiza otras. "Se habla mucho de actitud crítica, pero luego palabras como mérito o sacrificio no salen ni una sola vez", destaca Rubio. Sí se recoge el tema de "la dosificación del esfuerzo, no vayas a esforzarte demasiado" y también la idea de que "el avance científico es producto del esfuerzo colectivo y rara vez el resultado del trabajo de un solo individuo".

 

En el decreto de ESO, "la palabra España viene 27 veces pero casi siempre con un tinte negativo o un tinte ideológico", explica Rubio. Por ejemplo: "el reto demográfico en España" o "España ante la modernidad". Siempre que se hace referencia es para hablar "de aspectos complejos y problemáticos de la sociedad contemporánea y de la España de hoy".

 

En el de Bachillerato, el número de menciones aumenta hasta 89, pero suelen ir en la misma línea, destacando la singularidad de sus territorios o analizándola desde una perspectiva más global, en el marco de Europa. Estos no son más que un puñado de ejemplos pero es un reflejo bastante evidente de lo que estamos hablando: la ideologización del sistema educativo.

 

Sáhara: los errores del Polisario (II)

MIGUEL PLATÓN. libertad digital. 17 Abril 2022

 

La mayor parte de la opinión pública ignora los elementos básicos de la relación española con el Sáhara Occidental, condicionada por la agresividad marroquí y la torpeza del Frente Polisario.

 

El 15 de octubre de 1975 la comisión de Naciones Unidas que había visitado el Sáhara en primavera emitió su informe. La población saharaui les había recibido, en su gran mayoría, con banderas del Frente Polisario, vivas a la organización guerrillera y gritos de "Fuera España". Los manifestantes reclamaron la salida de los funcionarios civiles y las fuerzas armadas españolas antes de la celebración del referéndum. El contenido del informe era inequívoco:

 

"La comisión ha comprobado que la población, o por lo menos la casi unanimidad de las personas que ha consultado, se ha pronunciado a favor de la independencia y en contra de las reivindicaciones territoriales de Marruecos y Mauritania".

 

Al día siguiente se conoció la sentencia del Tribunal de La Haya. El párrafo clave decía así:

 

"Los materiales e informaciones proporcionados al Tribunal no establecen la existencia de ningún vínculo de soberanía territorial entre el Sahara Occidental por una parte y el Reino de Marruecos o el conjunto mauritano por otra. Por tanto, el Tribunal no ha comprobado la existencia de vínculos jurídicos de tal naturaleza que puedan modificar la aplicación de la Resolución 1.514 (XV), en cuanto a la descolonización del Sáhara Occidental y en particular la aplicación del principio de autodeterminación mediante la expresión libre y auténtica de la voluntad de las poblaciones del territorio".

 

Era un reconocimiento expreso de la posición española, cuya documentación enviada al Tribunal superaba con mucho la aportada por Marruecos y Mauritania, pero la sentencia señalaba también que antes de la colonización había lazos religiosos, económicos y culturales entre determinadas tribus saharauis y Marruecos, así como entre otras tribus y el conjunto mauritano. No era más que el reconocimiento de los lazos habituales entre poblaciones fronterizas, pero Hassán II se agarró a ello como a un clavo ardiendo. Apenas unas horas después de conocerse la sentencia, el rey de Marruecos pronunció un mensaje por radio y televisión en el que aseguró -falsamente- que el Tribunal Internacional había dado la razón a Marruecos, que España debía entregarles el Sáhara y anunció la organización de una Marcha Verde, por el color del Islam.

 

Por azar, la sentencia del Tribunal de La Haya coincidió con la última enfermedad de Franco. Este último amaneció con síntomas de gripe el domingo 12, pero a pesar de que el 14 su médico detectó síntomas de infarto el Jefe del Estado atendió las audiencias rutinarias del martes (miitares) y el miércoles (civiles), en este caso y entre otras una de la asociación política Unión del Pueblo Español, presidida por Adolfo Suárez, que le manifestó su adhesión. Todavía el viernes 17, cuando Hassán II ya había anunciado la Marcha, presidió el Consejo de Ministros. La primera referencia de prensa se publicó el sábado 18. Federico Ysart, en Nuevo Diario, dijo que Franco padecía "una afección gripal, acompañada posiblemente de algún trastorno habitual en su edad". El Generalísimo había cumplido el año anterior 82 años.

 

El martes 21 la Casa Civil anunció que Franco había sufrido "una crisis de insuficiencia coronaria aguda" y a partir de ese momento se sucedieron una serie de partes médicos que informaban de una evolución negativa de su estado de salud. Era un factor nuevo, que con toda probabilidad estimuló el órdago de Hassan II.

 

El sábado 18 el jefe del Alto Estado Mayor envió al jefe del Estrado Mayor Central del Ejército esta comunicación:

 

"Comunicó a V.E. la decisión tomada por el Presidente del Gobierno, estableciendo la fecha del diez de noviembre de mil novecientos setenta y cinco a las nueve horas para la iniciación de la operación Golondrina. Máximo secreto".

 

Golondrina era el nombre clave de la evacuación española del Sáhara tanto de civiles como de militares, que había comenzado a prepararse tras la visita en mayo de la comisión de la ONU. Al mismo tiempo, sin embargo, el Ejército del Sáhara comenzó a organizar la defensa del territorio. El gobierno español emprendió iniciativas diplomáticas para neutralizar la crisis. El ministro secretario general del Movimiento, Jose Solís, viajó el 22 a Marrakech para entrevistarse con Hassán II. El ministro marroquí de Asuntos Exteriores, Ahmed Laraki, acudió el 24 a Madrid para iniciar negociaciones. El domingo 26 el secretario general de Naciones Unidas, Kurt Waldheim, se desplazó a la capital española para reunirse con el presidente Carlos Arias Navarro, pero la actuación de la organización internacional sería poco efectiva. El día anterior el Boletín Oficial de las Cortes había publicado un Proyecto de Ley de Descolonización del Sáhara, aprobado por el Consejo de Ministros el día 23.

 

Mientras tanto, los 20.000 hombres del Ejército del Sáhara tenían orden de impedir la ocupación del territorio por la fuerza. Hubo también una relativa aproximación al Polisario. El 21 de octubre se produjo en Mahbes, cerca de la frontera argelina, un intercambio de prisioneros, pero el Frente rehusó defender dicho puesto frente a una eventual agresión marroquí. Sus dirigentes -Lulei, Gali y Ali Beiba- confiaban en la promesa del dictador argelino, Huari Bumedian, quien había declarado pocas semanas antes al ministro español Pedro Cortina que consideraría casus belli la ocupación del Sáhara por Marruecos. Peor aún, la revista del Polisario, 20 de Mayo, condenó la ejecución en septiembre de dos terroristas de ETA y tres del FRAP, un grupo de extrema izquierda cuyo ideal político era la tiranía comunista de Enver Hoxha en Albania.

 

"Nuestro pueblo y sus vanguardias revolucionarias denuncian este acto criminal e inhumano cometido contra el heroico pueblo español, sus vanguardias revolucionarias y, particularmente, el FRAP".

 

No era el mejor modo de facilitar las relaciones con España, pero lo peor fue que el Polisario concentró a sus partidarios en El Aaiún, con la aparente intención de aprovechar la marcha de las unidades militares para hacer frente a la Marcha Verde. El 28 de octubre los soldados nativos integrados en las tropas españolas fueron desarmados y licenciados, se estableció el toque de queda y efectivos militares establecieron un control absoluto de la población. Al mismo tiempo comenzó la evacuación de civiles.

 

Los participantes de la Marcha Verde, siempre con organización militar, comenzaron a llegar a la frontera el 27 de octubre. El paso más importante, con carretera asfaltada, era el de Tah, a 42 kilómetros de El Aaiún. El Ejército del Sáhara, con refuerzos peninsulares, preparó una línea de defensa situada algunos kilómetros al sur de Tah, para aprovechar el terreno más favorable. Se establecieron líneas de alambradas y campos de minas mixtos -contra carros y personal- con unas 70.000 minas, la práctica totalidad de la reserva estratégica del Ejército. El responsable de su colocación fue el coronel de Ingenieros José Luis Aramburu Topete, veterano de la Guerra Civil y la División Azul. Los campos fueron colocados de acuerdo con las normas internacionales: letreros de aviso en árabe y español, así como mapas. Ni en su colocación, ni durante la Marcha, ni en el desminado se produjo un solo percance.

 

Los marroquíes carecían de posibilidades de superar las diversas barreras. En palabras del general Federico Gómez de Salazar, que actuó con inteligencia, moderación y un reconocido liderazgo, "nuestras fuerzas estaban mejor preparadas, tenían más potencia de fuego, mejor armamento y mejor instrucción, y la preparación física era muy superior a la de los marroquíes, y desde luego nuestra moral elevadísima, y creo que la de ellos no tanto… si el Ejército marroquí nos atacaba lo destrozaríamos en 48 horas".

 

La Marina tenía listo el Tercio de Armada para llevar a cabo, incluso, un desembarco en la retaguardia enemiga; la fragata Andalucía, dotada con misiles, patrullaba en estrictas condiciones de guerra; submarinos vigilaban la costa marroquí y los Phantom F-4C del Ejército del Aire con base en Torrejón de Ardoz (Madrid) estaban en alerta para actuar contra la fuerza aérea marroquí. La vigilancia del espacio aéreo de Marruecos era ejercida por los radares y sistemas de guerra electrónica de la Andalucía. Durante su despliegue punteó 512 trazas aéreas y se analizaron 96 emisiones electrónicas. Sus direcciones de tiro adquirieron 250 blancos. La fragata tenía orden de disparar si ea atacada, pero no hubo necesidad de hacerlo.

 

Otras unidades de la Armada también participaron en el despliegue. El 5 de noviembre partió de Cádiz casi toda la Fuerza Anfibia, con los transportes de ataque Aragón, Castilla y Galicia. Como escoltas los destructores Lángara y Lepanto y las fragatas lanzamisiles Baleares y Cataluña A bordo de esta última izó su insignia el almirante jefe de la Flota. El convoy llegaría a Arrecife de Lanzarote el día 8 y durante un par de semanas efectuó continuos ejercicios de instrucción, incluidos desembarcos en playas de Fuerteventura.

 

El objetivo básico, en cualquier caso, era asegurar la Transición. Después de casi cuarenta años en el poder, la salud de Franco empeoraba cada día y el Príncipe de España, Juan Carlos de Borbón, había asumido el 31 de octubre las funciones de Jefe del Estado. Su primer acto fue desplazarse al Sáhara el domingo 2 de noviembre, para manifestar su apoyo al Ejército del Sáhara. Vestido con uniforme de general de brigada del Ejército, fue emocionante descubrir la decisión y el liderazgo de un hombre joven que en poco tiempo iba a suceder a un anciano enfermo.

 

Al día siguiente, lunes 3, acudió a Madrid el primer ministro de Marruecos, Ahmed Osmán. Las conversaciones con el Gobierno español no interrumpieron la Marcha Verde, que se puso en movimiento el jueves 6. El rey de Marruecos, formalmente descendiente del Profeta Mahoma, había proclamado un componente religioso-patriótico. Gran número de manifestantes exhibían un ejemplar del Corán y rezaron con dirección a la Meca tras superar la frontera.

 

Los integrantes de la marcha penetraron unos nueve kilómetros en el territorio del Sáhara español, para detenerse ante las alambradas y los campos minados. Militares marroquíes cortaron parte de la alambrada, pero impidieron que los manifestantes se aproximaran a las minas. El viernes 7 habían cruzado la frontera unas 250.000 personas, de ellas 200.000 por el puesto de Tah y el resto por la zona de Hagunía, al este. El esfuerzo logístico marroquí era extraordinario. Para que la marcha fuera posible emplearon 7.813 camiones, 17.000 toneladas de víveres, 23.000 de agua, 2.590 de carburante, 220 ambulancias, 460 médicos y miles de tiendas con los colores de todas las regiones del país.

 

En Madrid las negociaciones no progresaban y el sábado 8 el ministro de la Presidencia, Antonio Carro, viajó a Agadir para entrevistarse con Hassan II. Madrid negaba la cesión de la soberanía y el rey de Marruecos consideraba innegociable la Marcha Verde. En manifestaciones posteriores, el ministro Carro señaló que en modo alguno podía aceptarse que la Transición se viera entorpecida por una guerra que podría tener serias repercusiones en la opinión pública y tampoco se debía causar a las Fuerzas Armadas un innecesario desgaste.

 

"No se podía permitir -manifestó Carro en 1985- que el Ejército español tuviera que enfrentarse a una marabunta de mujeres, ancianos y niños, por más que entre ellos estuvieran las tropas de Hassán. De modo que lo principal en mi misión era disuadir al rey y a sus ministros de culminar la Marcha. Creo que por su parte también Hassán deseaba encontrar una salida airosa a una situación que se le iba pudriendo en las manos. Nuestra principal preocupación tenía que ver con la consecución de una salida airosa de nuestras tropas en aquel territorio y para ello necesitábamos dos meses. Una vez llevado a cabo un repliegue ordenado y detallado, en el que los militares pudieron salir con sus banderas al aire y con sus muertos, la principal cuestión quedaba solventada. Así se lo prometí a Hassán y a cambio obtuve su promesa de que al día siguiente interrumpiría la marcha, como finalmente sucedió".

 

Tal y como había prometido, el domingo 9 Hassán II ordenó a los participantes en la marcha que regresaran a Marruecos y el repliegue sobre Tarfaya comenzó al amanecer del lunes 10. No se había producido ninguna baja mortal. Muy al contrario, se registraron once nacimientos. De manera expresa, un diez por ciento de los manifestantes eran mujeres y parte de ellas no sólo estaban embarazadas, sino en avanzado estado de gestación.

 

El mismo lunes 10 las Cortes iniciaron el debate en comisión del Proyecto de Ley de Descolonización del Sáhara, que resultó dictaminado al día siguiente con 40 votos a favor, dos en contra y una abstención. El 12 se reanudaron en Madrid las negociaciones hispanomarroquíes, que culminaron en unos Acuerdos suscritos el 14. España se comprometió a retirarse del Sáhara antes del 29 de febrero de 1976 y la administración del territorio sería cedida a Marruecos (el norte) y Mauritania (el sur).

******************* Sección "bilingüe" ***********************

Cinco CCAA gastan ya la mitad de su presupuesto en pagar nóminas públicas

Las comunidades autónomas dedican ya un 41% de sus gastos a pagar a sus empleados. La factura ronda ya el 50% en Castilla La Mancha, Extremadura, Murcia, Andalucía y Aragón

FRANCISCO NÚÑEZ. Vozpopuli. 17 Abril 2022

 

El coste de las nóminas de las comunidades autónomas sigue acumulando récords. En 2021 se ha vuelto a desbocar, como ocurre en todas las crisis sin que ningún gobierno regional haya tomado medida alguna para evitarlo mediante un proceso de adecuación de las plantillas o de reasignación de efectivos. Según los datos de la Contabilidad Nacional, estas Administraciones Públicas cerraron el año con un gasto en remuneraciones salariales (sueldos y cotizaciones a cargo del empleador) de 91.738 millones (un 5,6% más) frente a los 86.905 millones del año anterior y los 82.083 millones en 2019 antes de la pandemia.

 

Por tanto, desde el inicio de la crisis sanitaria y económica el crecimiento de esta partida es de más de un 11% (en casi 10.000 millones más) y la causa, además del aumento de las contrataciones para atender la demanda sanitaria, es la creación de más empleo en otras áreas como los servicios generales, la seguridad o la administración de los asuntos económicos.

 

La Intervención General del Estado señala en su informe anual que la remuneración de asalariados de las unidades que componen la sanidad ha subido un 6,9% (hasta los 36.824 millones) mientras que ha aumentado casi un 5% en el resto de subsectores (hasta 54.914 millones). Por tanto, la contratación de personal sanitario no ha sido la causa fundamental de este repunte, ya que ese 5,6% más en 2021 respecto al 2020 es incluso dos décimas inferior al que se produjo en 2019 respecto al 2018 cuando no había indicios de pandemia alguna (llegó al 5,8%). Lo que evidencia que las Administraciones Públicas, sobre todo las autonomías, se convierten en un refugio laboral (en muchos casos de contrataciones a dedo) durante los procesos de crisis económicas y que permanecen ajenas a cualquier tipo de ajuste, que queda para el sector privado.

 

Por ejemplo, en 2008, en plena gran depresión, se registró un alza del 11,2% del gasto en remuneraciones con un aumento de casi 70.000 empleados más en un año y en 2009 después se acercó al 7% con otras 65.000 contrataciones más. El número de empleados de las CCAA ha superado por primera vez en 2021 los dos millones (hasta casi 2,1 millones) y ya representa el 60% del empleo público en España. Se trata de un porcentaje hasta ahora desconocido. Desde 2007, año en que comenzó la peor crisis desde la guerra civil, las comunidades han aumentado en 482.000 sus nóminas (un 30% más) mientras que el gasto en personal ha crecido un 43% (en más de 27.000 millones)

 

Todo esto supone que dos tercios del gasto en nóminas de las Administraciones Públicas corresponden a las autonomías, que acumulan mano de obra intensiva en sectores como la sanidad y la educación mientras sigue aumentando el empleo también en otros sectores. Este incremento de masa salarial y de efectivos ha elevado la representación de este gasto en personal en los Presupuestos regionales dejando poco margen para activar otro tipo de políticas que eviten el proceso de desaceleración económica generalizada que ya se advierte. Así, si en 2019 el pago de nóminas públicas representaba en 39% del gasto regional total, ahora llega al 41%.

 

Esta 'hipoteca' en el gasto presupuestario es especialmente llamativa en cinco comunidades, ya que dedican la mitad de su gasto total a pagar nóminas. Por ejemplo, Castilla La Mancha emplea el 50,1% de su presupuesto en abonar salarios (4.900 millones); a casi el 49% llega en Extremadura (2.551 millones) y en Murcia (1.690 millones). Mientras, en Andalucía (16.176 millones) y Aragón (2.919 millones) el pago de las nóminas alcanza el 48% de ese gasto total. Les siguen: País Vasco, que destina el 47% de su presupuesto a pagar a su plantilla (5.759 millones) mientras que Asturias llega al 46% (2.212 millones); y Cataluña (15.023 millones) y Cantabria (1.293 millones) superan el 44%. Las regiones que menos porcentaje de su gasto total dedican a personal son Baleares (31%), Madrid (33%) y Navarra (36%).

 

¿En qué CCAA suben más el pago de nóminas?

En términos relativos es Canarias (7,8%) dónde más ha crecido en el último año (y desde el inicio de la pandemia) esta partida. Le siguen: Cataluña (6,9%); Andalucía (6,1%); Madrid (6,1%); Murcia (5,9%) y Navarra (5,5%). Asturias y Aragón son las regiones con menos incremento porcentual (3,5%).

 

En términos absolutos, Andalucía, que tiene la mayor población, supera por primera vez los 16.000 millones. Lo mismo sucede con Cataluña, que registra más de 15.000 millones; y Madrid, que supera los 10.000 millones. Y, en términos del PIB, destaca que Extremadura emplea un 12,3% de su producción económica a remuneraciones públicas mientras que Canarias utiliza el 10,4% y en Castilla La Mancha y también Andalucía llega al 10%. Madrid, la primera economía regional de España, es la comunidad que menos porcentaje de su PIB destina a gastos de personal (4,5%).

 

Personal con cargos políticos

Y que las autonomías no han reducido su gasto de personal en los distintos subsectores, para atender la mayor demanda de contrataciones de la sanidad, lo demuestra el dato de que el coste en las nóminas de los servicios públicos generales (administración burocrática que incluye las nóminas de los cargos políticos y de asesores) ha subido un 5,2% (hasta casi 3.800 millones) pese al aumento de los procesos telemáticos y de teletrabajo. Destaca el alza del 8,8% en Asturias; del 7,6% en Cantabria y del 7,5% en el País Vasco. La Rioja es la única región que ha reducido el gasto (-8%) en nóminas en estos servicios para hacer frente al incremento de gasto en nóminas sanitarias.

 

En materia de orden público y seguridad, la subida en remuneraciones ha crecido casi un 5% (hasta casi 4.500 millones de coste). Destaca el alza en Cataluña (5,4%) y País Vasco (4,5%) como consecuencia del aumento de efectivos de Mossos y Ertzaintza. Además, más de un 4% ha aumentado el gasto de personal en la gestión de asuntos económicos de las CCAA (más de 4.900 millones) mientras que en la Comunidad Valenciana y en Cataluña supera el 5%.

 

La partida de remuneraciones destinada a protección del medio ambiente (unos 900 millones) ha subido casi un 4% en el conjunto de las regiones. Por encima del 4% ha crecido el coste de personal en la educación (más de 35.000 millones), y más de un 7% ha aumentado la destinada a protección social (2.500 millones). Sólo el subsector del ocio, cultura y religión (1.400 millones), como consecuencia de la ausencia de estas actividades durante la pandemia, registra una leve tasa negativa (-1%), así como el relativo a la vivienda (unos 500 millones) que cae un 5%.

ESPAÑA

Las nóminas públicas de la cúpula del PP: de los 110.000 de Gamarra a los 59.000 de Tellado

El PP no publica la carga de retribuciones de sus cargos orgánicos, pero todos los miembros de la nueva cúpula del partido perciben un sueldo público

REGINA MARÍN LATONDA. Vozpopuli. 17 Abril 2022

 

Ya ha comenzado la nueva era del Partido Popular (PP), con Alberto Núñez Feijóo a la cabeza, que busca, como publicamos en Vozpópuli, ser menos ideológico, más económico y reconciliado con la CEOE. Entre su directiva se encuentran personas de su máxima confianza en Galicia y ha querido girar a favor de sus grandes apoyos en el camino a la política nacional: Isabel Díaz Ayuso y el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno. Feijóo contará en esta nueva etapa con cinco vecesecretarías y ha sumado a su equipo a Cuca Gamarra como nueva secretaria general y al consejero andaluz Elías Bendodo como coordinador general.

 

Todos ellos llegan con el objetivo de regenerar y estabilizar el PP. Y como es de esperar, todos verán como sus sueldos aumentan. Sin ir más lejos, antes de presidir el partido a nivel nacional, Feijóo cobraba 79.651 euros anuales en el puesto de presidente de la Xunta, como se recoge en los presupuestos autonómicos para el 2022. Ahora, podría llegar a alcanzar los 103.523,86, según lo que se sabe que ganaba Pablo Casado, en función de lo que declaraba en el portar del Congreso de los Diputados.

 

La número dos del partido, Cuca Gamarra, ganaba como portavoz del PP en el Congreso 110.701,08 euros: 3.050,62 mensuales como diputada, a los que se le añadían los suplementos de 2.896,98 euros por ser portavoz y otros 1.959,62 euros en dietas. Ahora que será la nueva secretaria general no está claro cuánto ganará, puesto que el Partido Popular no publica una tabla salarial con las retribuciones que abona a sus cargos orgánicos.

 

Con Bendodo, el hombre fuerte de Juanma Moreno en el Gobierno andaluz, ocurre una situación similar. En su puesto de Consejero de la Presidencia, Administraciones Públicas e Interior ingresaba anualmente 68.150,30. Ahora que es coordinador general no se sabe cuánto va a ganar, porque durante la presidencia de Casado no existía esa figura.

 

El antiguo sueldo de los ahora vicesecretarios

El resto de la nueva directiva del PP la conforman los cinco vicesecretarios: Esteban González Pons, Miguel Tellado, Carmen Navarro, Pedro Rollán y Juan Bravo.

 

González Pons, ahora vicesecretario institucional del partido, ha sido senador por Valencia, vicesecretario general de comunicación con Aznar y más tarde vicesecretario general de Estudios y Programas. Desde el año 2014, hasta su reciente nombramiento, fue eurodiputado por el Grupo Popular. En ese último puesto recibía una retribución de 109.995,6 euros al año, tal y como se informa en el portal de Asignaciones y Pensiones del Parlamento Europeo. En esa página se señala que cada eurodiputado cobra 9.166,30 euros mensuales, sin contar el pago de impuestos.

 

Miguel Tellado será ahora el vicesecretario de Organización del partido. Desde el año 2016 ha sido la mano derecha de Núñez Feijóo como secretario general de la Xunta de Galicia. En su puesto como diputado gallego recibía un sueldo aproximado de 4.900 euros mensuales (sin incluir dietas y transporte), que corresponden a 59.424 anuales. Por su parte, Carmen Navarro, recién nombrada vicesecretaria de políticas sociales, era diputada en el Congreso por Albacete. En ese puesto recibía 86.024,96 anuales, desglosado en 3.050,62 euros base al mes, lo establecido por el Congreso, más 3.093 en suplementos y dietas.

 

El nuevo vicesecretario de Coordinación Autonómica y Local será Pedro Rollán, miembro de la Junta Directiva del Partido Popular en la Comunidad de Madrid y senador por la capital. Con él, Feijóo le da un lugar a la ejecutiva de Madrid. En este puesto llegó a cobrar 71.665,44. Por último, Juan Bravo Baena, que ocupará la vicesecretaría de Economía, cobraba como Consejero de Hacienda de la Junta de Andalucía 68.150,30, tal y como se puede consultar en la página web de la Junta de Andalucía.

 

¿Cuánto cobrarán ahora?

Establecer cuánto van a cobrar cada uno de los nuevos dirigentes del Partido Popular es muy complejo por una sencilla razón: no hacen pública una tabla salarial con las retribuciones que abona a sus cargos orgánicos. Esto hace que sea imposible saber cuánto ganan realmente los miembros del partido. Aunque se hagan estimaciones, nunca se va a tener la seguridad.

 

Lo que sí se sabe es que Feijóo se ha rodeado de un nuevo comité de dirección del PP en el que todos ellos cuentan con sueldos públicos. La secretaria general, el coordinador general, y los cinco vicesecretarios designados por el presidente popular cuentan con cargo institucional, tanto en los diferentes parlamentos como en el gobierno de la Junta de Andalucía.

 

Y no es casualidad. El partido atraviesa desde 2019 una delicada situación financiera y el nuevo presidente ha tenido en cuenta esa circunstancia a la hora de elegir a los integrantes del comité de dirección. Aunque Feijóo asegure que buscaba rodearse de personas con una importante trayectoria política, el factor económico también ha sido clave en su elección, porque "las cuentas del partido están como están y los honorarios de todos ellos no pueden depender del PP".

José Domingo: “Ninguna ley puede alterar las sentencias lingüísticas”

El presidente de Impulso Ciudadano señala que "no se puede hurtar" a los alumnos catalanes el derecho a ser escolarizados en las dos lenguas y habla de las consecuencias legales si ello no se cumple

RICARD LÓPEZ.  CRONICA GLOBAL. 17 Abril 2022

 

José Domingo (Barcelona, 1959) es letrado de la Seguridad Social y presidente de la asociación constitucionalista Impulso Ciudadano (IC), una de las entidades que, desde Escuela de Todos, reclaman la ejecución de la sentencia, ya firme, que insta a impartir al menos un 25% de las clases en castellano en el sistema educativo de Cataluña.

 

Exvicepresidente de Societat Civil Catalana (SCC), y ex diputado en el Parlament de 2006 a 2009, también es uno de los fundadores de Asamblea por una Escuela Bilingüe (AEB). Su activismo político en los últimos años se ha centrado en la defensa de los derechos constitucionales, del pluralismo político y cultural, y en la denuncia de los abusos del nacionalismo y de la política lingüística de la Generalitat.

 

Domingo conoce bien, por tanto, en qué punto se encuentra la ejecución de esa sentencia que, una vez ejecutada, pondrá fin a la inmersión lingüística monolingüe obligatoria en catalán. Un proceso que aún no ha acabado, pues el pasado martes, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) dio un plazo de diez días a la Abogacía del Estado y a la Consejería de Educación para que se pronuncien y presenten alegaciones frente a la demanda de ejecución forzosa de AEB para cumplir ese mínimo legal de castellano en las escuelas

 

- ¿En qué punto se encuentra esa demanda de ejecución de la sentencia sobre el castellano en las escuelas de Cataluña? ¿Cuándo la veremos aplicada?

Quedan varios pasos por dar. En esos diez días, la Generalitat y la Abogacía del Estado tienen que decir si consideran ejecutada la sentencia, y se entrará a valorar la legitimación de las partes que se han personado en la acusación como afectados. Después, el tribunal tendrá que resolver si considera que la Generalitat ha cumplido o no, y también valorar las partes que considera legitimadas para solicitar la ejecución. Si el tribunal no la considera ejecutada, tendrá que hacer los oportunos requerimientos y concretar cómo se ejecuta la sentencia, quién tiene que ejecutarla, las consecuencias que tiene si no se hace, el plazo para hacerlo… Calculo que a primeros de mayo podremos tener una resolución sobre la intención del tribunal.

 

- ¿Qué le parece la propuesta de reforma de la Ley de Política Lingüística planteada por ERC, PSC, En Comú Podem y JxCat? ¿Chocará con las sentencias si se aprueba en el Parlament a final de abril, es una estrategia para esquivarlas?

Nosotros entendemos que no, porque la sentencia del TSJC y la doctrina del Tribunal Constitucional y del Supremo es muy clara. Y se debe establecer que las dos lenguas deben ser vehiculares. El tribunal ha fijado un porcentaje razonablemente, y no lo ha hecho de una manera arbitraria, puesto que ese mismo criterio se está aplicando en la ley valenciana. No es una situación anómala. Sobre esa modificación de la ley, desconocemos cuál es la razón oculta por la que consideran que viene a dar cumplimiento a la sentencia, pues ésta se cumpliría si dijera lo que establece en sus términos literales, que es que al menos el 25% de la enseñanza debe hacerse en castellano o en catalán. Y eso [la reforma de la ley] no lo dice, únicamente dice que el castellano puede ser también lengua de aprendizaje en función de lo que digan los proyectos lingüísticos de los centros educativos. Y deja abierta la ejecución a los centros, con lo cual no concreta. No da satisfacción. La satisfacción la tiene que dar la Administración educativa, no una ley.

 

- La exposición de motivos de la propuesta para modificar la ley alude a un concepto sobre el cual había hablado antes el Síndic de Greuges, que es la “holística”. Algo con lo cual éste parecía dar a entender que se deberían considerar como horas de castellano el uso de las lenguas en el patio, en el comedor y la que hablan los alumnos entre sí en clase. ¿Teme que se puedan burlar las sentencias de esta manera?

Eso es una trampa que no puede colar. Lo que hablen los alumnos en el patio o en las extraescolares no puede ser computado como actividad docente. Se está confundiendo el uso de la lengua con el conocimiento. La actividad docente está destinada a dar el conocimiento de las lenguas y a conocer las materias en esas lenguas. En cambio, el uso de las lenguas es una actividad privada. Imaginemos que en un colegio hay una presencia generalizada de niños ucranianos que hablan en ese idioma en el centro, ¿tendría que computarse ese uso lingüístico entre los niños como una actividad docente? Carece de sentido ese concepto “holístico” que ha aplicado el Síndic, siempre tan dispuesto a salvar al nacionalismo lingüístico y político de Cataluña. A efectos de cumplimiento de la sentencia no es aceptable.

 

- Sin embargo, desde el espacio de los comuns, por ejemplo, se ha llegado a decir que la reforma de la Ley de Política Lingüística sirve para reforzar la inmersión...

Es todo un paripé. No es verdad, la inmersión lingüística obligatoria monolingüe es ilegal. Estamos en una situación ridícula. Primero, porque se plantee un modelo como el de Cataluña, único en Europa, que impide a una de las lenguas oficiales ser vehicular. Y resulta que lo quieren llevar a una ley para hacerlo de una forma disimulada. No tiene ninguna posibilidad de prosperar esa tesis. Otra cosa es que quieran alargar una agonía. Las cartas están ya muy marcadas. Para lograr lo que pretenden, tendrían que reformar la Constitución.

 

- En los últimos días se ha especulado también con la posibilidad de que el Gobierno pacte alguna fórmula con la Generalitat para blindar esa inmersión lingüística. ¿A usted qué le parece?

Desconozco el contenido. Imagino que sería un pacto para cerrar los ojos, que el Gobierno central no haga nada, que no solicite la ejecución de la sentencia, y dejar a la Administración educativa catalana el terreno para hacer lo que quiera, e intentar engañar a los tribunales o, lo que es peor, a los ciudadanos. Porque, en definitiva, los grandes perjudicados de todo este proceso son los alumnos catalanes, que no ven garantizados sus derechos lingüísticos. Los alumnos catalanes tienen el derecho a ser escolarizados en las dos lenguas oficiales, ese derecho no puede serles hurtado. Ningún pacto que puedan hacer en la trastienda o con oscuridad va a impedir que aflore la luz constitucional, que en este caso es el bilingüismo integrador y el modelo de conjunción lingüística.

 

- ¿A qué se enfrentan las escuelas que no cumplan con ese mínimo del 25% de castellano que marca la sentencia?

Se pueden enfrentar a muchas cosas, dependerá de los términos en que establezca el tribunal que se ha de ejecutar la sentencia. Nosotros entendemos que la responsabilidad mayor puede ser del Consejo de la Educación por no ejecutar la sentencia en sus propios términos. Las sentencias deben cumplirse en sus propios términos, no pueden ser alterados, y ninguna otra ley va a impedirlo. Es un derecho adquirido por todos los alumnos catalanes, puesto que esa sentencia es firme y no va a haber ninguna posibilidad de hurtar ese derecho. Aparte de las consecuencias de tipo penal que puede conllevar si hay una desobediencia recalcitrante, o una prevaricación administrativa. Hay que tener en cuenta que la orden de ejecutar la sentencia afecta a todo el Departamento de Educación, desde el conseller hasta el último del personal administrativo, también a los directores de los centros educativos. Con lo cual, aquellos que impidan la ejecución de la sentencia, bien mediante la aprobación de proyectos lingüísticos que son contrarios a la norma, o bien mediante dictar resoluciones, o programar en contra de la norma, también son corresponsables. Y eso tiene unas consecuencias, la prevaricación administrativa, que es un tipo penal, previsto en el Código Penal. Esto puede tener este tipo de secuelas, lamentables a nuestro juicio, pues no tendría que llegarse nunca a esos extremos. Y además, unas responsabilidades económicas, por el daño que se está produciendo a los alumnos catalanes al no garantizar sus derechos lingüísticos, eso puede suponer responsabilidad patrimonial de la Administración, que tuviera que indemnizarles.

 

Es decir, pueden haber medidas de orden administrativo, como las multas, de orden penal, como la imposición de condenas, y además la responsabilidad patrimonial de la Administración. Hay una amplia cobertura frente a la actitud obstruccionista o contraria a la ejecución de la sentencia...

 

- ¿Les sorprende que hayan tenido que ser plataformas ciudadanas las que pidan ejecutar la sentencia del 25%, y que no lo haya hecho el Gobierno?

No nos sorprende, porque sabemos con qué estamos jugando. Los intereses partidistas muchas veces prevalecen sobre los de los ciudadanos. Es asombroso lo que está aconteciendo, o más bien decepcionante. Las Administraciones, el sector público en su integridad, están obligadas a cumplir la Constitución, la ley y las resoluciones judiciales. Uno de los principios de su funcionamiento es el de la buena fe, de desarrollar sus actividades conforme al buen fin. De hecho, los administrados confiamos en ellas para que eso sea así. Y sin embargo en España, y especialmente en Cataluña, tenemos algunas Administraciones que son desleales, que van contra la buena fe administrativa, son conscientes de que realizan actividades contrarias a la Constitución o a la ley, y siguen haciéndolo para dificultar el ejercicio de los derechos de los ciudadanos. En este caso, el derecho a la Educación en los términos planteados por los tribunales, en las dos lenguas. Y eso cuenta, no sólo con el beneplácito, sino con el impulso del Gobierno central, lo cual resulta desolador. De ahí que los ciudadanos tengamos que suplir esas carencias e ir a los tribunales.

 

- El otro día, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, decía que con estas sentencias que acaban con la inmersión está en juego “la nación” catalana. ¿Existe una instrumentalización nacionalista de la lengua?

 

La lengua catalana ha sido utilizada por el nacionalismo como estandarte de la “nación catalana”. Y la aspiración a la independencia se sustenta en que en Cataluña existe el catalán y que para salvarlo se necesita un Estado independiente. Eso carece de sentido. El catalán tiene ahora más hablantes que nunca, nunca ha sido tan conocido. Numéricamente, está mejor que nunca. Otra cosa es que en un mundo interrelacionado convive y coexiste con otras lenguas. Desde el momento en que tú quieres que la tuya sea la exclusiva, la única, pues te sientes frustrado, o se pueden sentir frustrados los nacionalistas, en la medida en que se ven obligados a compartir el espacio con más gente que habla otras. Ahora dicen eso del “derecho a vivir plenamente en catalán”… El derecho a vivir plenamente en una lengua no existe en ninguna, nadie tiene ese derecho, ni los españoles, ni los chinos, ni los ingleses, ni nadie. En un mundo plurilingüe, siempre hay alguien que a lo mejor no conoce tu idioma. Estamos ante una situación imposible, el nacionalismo tiene un componente hispanofóbico: lo que le molesta no es tanto la presencia de otros idiomas, sino que sea el castellano. No les gusta la realidad de la comunidad en la que viven, que es bilingüe. Y con esos términos se producen discusiones alarmistas, catastrofistas, que carecen de razón de ser. Es ridículo llamar a rebato y tratar de generar malos cuerpos, con una puesta en escena como si el catalán estuviera en peligro.

 

– Impulso ciudadano ha denunciado la falta de neutralidad de las instituciones catalanas, por ejemplo, personándose como acusación popular en el caso de Torra con las pancartas partidistas en la Generalitat, y los tribunales les han dado la razón… ¿Prácticas de desobediencia como estas están aún muy extendidas?

 

Cuando la Administración desobedece la ley, lo hace con una finalidad. La Constitución española en su artículo 4 obliga, por ejemplo, a que la bandera de España esté presente en el exterior de los edificios públicos y tenga una presencia preferente en el interior, en el salón de Plenos, además de una ley de banderas de 1981 que desarrolla cómo se tiene que ejecutar ese mandamiento. Eso, que a alguien le puede parecer una tontería, resulta que es desobedecido de una manera intencionada por parte de la Generalitat en salones principales, o cuando su presidente se dirige a la ciudadanía y sólo está la bandera de Cataluña. Con eso se está amputando la identidad de una gran parte de Cataluña. Y eso se proyecta de forma intencionada. En Impulso Ciudadano hicimos un estudio sobre los ayuntamientos de Cataluña, y observamos que casi el 90% no tenían la bandera de España. Es una barbaridad. Además, se obvia que el sector público y la Administración están destinados a respetar y a defender los intereses generales, de todos. Y no lo hacen. Y se atreven a poner en la fachada de los ayuntamientos e instituciones consignas políticas de corte partidista, cuando no todos los catalanes son independentistas. Por desgracia, tampoco Administraciones que deberían velar por el cumplimiento de la norma ponen interés en eso. Y vuelven a ser ciudadanos particulares o asociaciones como IC los que defienden ante los tribunales lo obvio: la neutralidad institucional. Se tiene que gobernar para todos, la Administración debe servir con objetividad, no puede tomar partido por una ideología haciéndola suya.

 

– Ustedes también elaboran informes en los que denuncian la existencia de violencia política en Cataluña por parte del nacionalismo, acentuada a raíz del procés. ¿Ha cambiado esta situación, o todavía es palpable?

La violencia en las calles ha bajado por razones obvias. La pandemia ha tenido sus efectos, los números cantan. En 2019, cuando se conoció la sentencia del procés, hubo una violencia enorme, esa semana de octubre fue trágica en cuanto a incidentes. Muchas veces habría que ver la espontaneidad de esos incidentes, porque me da la impresión de que están trabajados por detrás, y que no son tan espontáneos, sino que determinadas fuerzas trabajan para ello. Ahora se constatan menos actos de violencia, pero nos preocupa el aumento de la hispanofobia en redes sociales contra castellanohablantes o gente que se considera española. Por suerte, la violencia extrema de 2019, o en momentos puntuales como durante el ingreso en prisión de Pablo Hasél, se está reduciendo, y eso es positivo. Pero insisto, esa violencia muchas veces creo que tiene un origen trabajado por determinados sectores. Sobretodo, en el independentista. El 95% de esos incidentes están originados por personas u organizaciones que se sienten vinculadas a esa causa.

 

- ¿La Generalitat y otras instituciones catalanas protegen lo suficiente a quienes discrepan del nacionalismo y sufren esos episodios de acoso? ¿Hace la Generalitat todo lo que puede?

Pedagógicamente no, y tenemos muchos casos. Por ejemplo, no condenan de manera firme los incidentes que sufren las personas o entidades constitucionalistas o partidarias de la unidad de España. Hay una entidad machacada en ese sentido, que es la agrupación de jóvenes S’ha Acabat, que ha sufrido acosos permanentes y reiterados, y sin embargo no ha encontrado ni siquiera el respaldo ni la aprobación de resoluciones parlamentarias por parte de los grupos nacionalistas. Eso es triste. También se es muy huraño al condenar los ataques que sufren los rivales, en función de que sean más o menos afectos. Eso no tiene razón de ser. Estoy pensando, por ejemplo, en hechos ocurridos en las campañas electorales de PSC, Vox, Cs y PP. Ni siquiera el Síndic de Greuges, lo cual le desacredita como institución al servicio de los ciudadanos. Si quienes tienen que velar por la neutralidad y la libertad de expresión y participación no lo hacen...

 

– Ustedes hicieron un informe el año pasado, llamado “a más nacionalismo, menos servicios”, en el cual calculaban que la “construcción nacional” que hace la Generalitat cuesta 1.000 millones al año. Gastos como los destinados a medios, subvenciones a instituciones y entidades nacionalistas, a la lengua, al Diplocat, al Síndic… Y planteaba alternativas equivalentes a las que se podría destinar ese dinero. ¿Qué nos puede decir al respecto?

Eso es un muestreo, la cantidad puede ser superior. Es terrible que parte del Presupuesto público se destine al fomento de una causa. Por ejemplo, ahora que comienza la campaña de la Renta, se fomenta mediante la deducción de cuotas que se entregan a asociaciones que fomentan el catalán, pero no a otras: con eso se está alentando una discriminación, puesto que muchas de estas asociaciones no son especialmente independientes. Desde el punto de vista institucional, se dedican muchos millones de euros al fomento del independentismo. Y eso no es de recibo.

 

 

Recortes de Prensa Página Inicial