Recortes de Prensa Jueves 12 Mayo 2022
“Putin busca utilizar el chantaje de una guerra nuclear para ganar más territorio de Ucrania”
El experto Kanishkan Sathasivam analiza para LA RAZÓN el discurso del presidente de Rusia en el Día de la Victoria
KANISHKAN SATHASIVAM. la razon. 12 Mayo 2022
En su discurso del Día de la Victoria, el presidente Vladimir Putin no despejó las grandes dudas que persisten sobre la invasión de Ucrania. En resumidas cuentas, se limitó a culpar a Occidente y a la OTAN de forzar a Rusia a iniciar una agresión contra Ucrania. Kanishkan Sathasivam es profesor de Relaciones Internacionales y director del Centro William H. Bates de Asuntos Públicos y Globales en la Universidad de Salem, explica algunas de las claves de la posición del Kremlin.
¿Cree que Putin ha renunciado a invadir toda Ucrania después del discurso en el Día de la Victoria?
Creo que, desde un punto de vista puramente militar, se da cuenta de que no tiene otra opción, al menos por ahora, que centrar su invasión sólo en el Donbás debido a su debilidad e ineptitud militar. Tampoco hay indicios de que haya dejado de intentar apoderarse de zonas del sur de Ucrania en torno a Jersón.
Pero este es el mayor problema que tenemos ahora con Putin, sobre todo teniendo en cuenta que es el líder de un país con más de 5.000 armas nucleares: sus palabras ya no significan nada y no se puede confiar en ellas ni lo más mínimo. Incluso cuando hace una declaración o promesa directamente a otro líder mundial, no significa nada. Este es el verdadero peligro. Durante el apogeo de la Guerra Fría, la Unión Soviética ya comprendió que no podía tomarse a la ligera sus declaraciones y promesas, y que si decía algo sus palabras debían tener credibilidad. Pero Putin no parece entender esto en absoluto.
Putin dijo que la OTAN y las potencias occidentales estaban a punto de atacar a Rusia. ¿Realmente piensa eso o es sólo propaganda?
Bueno, esto es, en sí, propaganda para intentar que su gente esté de acuerdo y apoye sus acciones, especialmente en este día en particular en el que está intentando establecer paralelismos entre lo que hizo la Alemania nazi en 1940 y lo que está ocurriendo en Ucrania ahora. Pero, exactamente, dijo que fue Occidente quien estaba tratando de invadir Rusia antes de sus acciones en Ucrania, y no que Occidente está a punto de invadir Rusia ahora.
¿Se atreverá Rusia a utilizar su capacidad nuclear si su Ejército fracasa en Ucrania?
En esta pregunta creo firmemente que sí, que Putin estará dispuesto a utilizar armas nucleares para lograr sus objetivos finales. Esto se refleja incluso abiertamente en los planes de guerra de Rusia publicados anteriormente. Lo que hará Putin es arrebatar a Ucrania todo el territorio que pueda antes de que su ejército pierda su potencia bélica. Entonces, cuando su ejército no pueda seguir atacando y los ucranianos empiecen a lanzar contraofensivas para recuperar su territorio perdido, Putin exigirá a los ucranianos que detengan sus contraofensivas o, de lo contrario, utilizará armas nucleares contra Ucrania.
Este es el objetivo final de Putin, utilizar el chantaje nuclear para consolidar sus ganancias territoriales en Ucrania y poner fin a la guerra en sus términos amenazando con un ataque nuclear si los ucranianos se niegan a aceptar sus condiciones. Entonces, por supuesto, todo dependerá de si los ucranianos se echan atrás y aceptan la pérdida de su territorio ante el chantaje nuclear de Putin.
Mi opinión es que no lo harán, y para ser honesto, si yo fuera el presidente ucraniano rechazaría totalmente aceptar el chantaje nuclear de Putin. Así que Putin tendrá que decidir si sigue con su amenaza de chantaje nuclear, o si, de lo contrario, acepta la derrota y la pérdida de prestigio. Y todo lo que sé sobre Putin me dice que preferirá iniciar una guerra nuclear antes que aceptar la pérdida de prestigio, porque para él nada es más importante que su propio ego y narcisismo y la imagen de sí mismo como gran líder. Por ello, estará dispuesto a matar a cientos de miles de personas si es necesario.
Kanishkan Sathasivam es profesor de Relaciones Internacionales y director del Centro William H. Bates de Asuntos Públicos y Globales
Putin, su ejército y sus mentiras
ANTONIO GARCÍA FUENTES. periodista digital. 12 Mayo 2022
Sí, es su ejército como Rusia es suya; el pueblo no existe nada más que como “carne de cañón”; el pueblo y en general para todos los gobernantes, es, “el fregón que todo lo justifica y limpia”; pero en realidad no pintamos nada en absoluto; y ello es así, por cuanto todo cuanto ocurre es de espaldas a los pueblos; los que nos manejan son los responsables de todo lo que ocurre. Veamos lo que dice este tirano, en el “día grande de todas las Rusias comunistas de cuando la URSS”, que es lo que celebran.
“Rusia celebra el 77 aniversario de la victoria soviética sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial y ha desplegado un desfile militar en la Plaza Roja de Moscú en plena contienda en Ucrania. Vladímir Putin, que ha presidido el acto, ha rescatado el discurso sobre la presencia de nazis en el país vecino para justificar la invasión. El presidente ruso concretamente ha manifestado el interés de sus tropas por ocupar el este ucraniano. Ha afirmado que «las milicias del Donbás luchan junto al Ejército ruso en su propia tierra» y ha asegurado que las tropas de Donetsk y Lugansk «están combatiendo por su patria, por su futuro, para que nadie olvide las lecciones de Segunda Guerra Mundial, para que no haya sitio para los nazis». Putin ha manifestado que «nuestro deber es recordar a aquellos que aplastaron el nazismo y hacer todo lo posible para que no se repita el horror de una guerra mundial». (Diario PÚBLICO 10-05-2022)
La verdad es otra muy diferente; veamos. Putin junto con el resto de “jerarcas procedentes de la URSS”; han robado todos los bienes de todas las “Rusias”, se los han apropiado y los emplean como plenos propietarios de ellos, cosa que igualmente han hecho “sus similares” de todo el conglomerado que fuera la “URSS” (o “Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas”) y como insaciables avaros y Putin es el ejemplo, jefe y paladín de “la nueva sociedad” (el pueblo no pincha ni pinchamos nada en estos fabulosos enjuagues del más alto nivel, de los latrocinios que en el planeta, se hicieron y hacen, hoy en día también).
Putin no es sólo el asesino y máximo criminal de la actualidad, sólo con la devastación en Ucrania; lo es también, de todas las consecuencias que ha provocado y que nos empobrece a la inmensa mayoría de la población mundial, con las subidas abusivas de costos de todo lo que necesitamos o consumimos, puesto que, “los demás buitres de todo pico y plumaje”, han aprovechado la ocasión para robar todo lo que puedan del indefenso consumidor, que somos el resto fuera de “los bandidos y ladrones que nos siguen saqueando”, día a día, y minuto a minuto.
A Putin le importa un rábano la población ucraniana y es mentira que quiera argüir que defiende la unión o reunión de “los rusos dispersos”; lo que quiere es apoderarse de todas las riquezas que hay en el suelo ucraniano, para unirlas a las que ya posee y con ellas, manejar o jugar con el resto del mundo, empujado por una insaciable sed de poder y dinero, que sólo hay en mi recuerdo un personaje histórico; que me recuerde a éste; fue, “un tal Craso que vivió en la Roma Republicana y antes de Cristo, al que al final lo ajusticiaron, derritiendo oro y echándoselo por la garganta, para que así, se le apagara su sed de oro y poder”; está en la historia y lo puede comprobar el que quiera, por lo visto en aquel juicio, actuó, “la ley de causa-efecto o del Karma”.
Putin lo que quiere, son entre otros bienes hoy valiosísimos, “las montañas de litio (imprescindible para las batería de las nuevas gamas de coches eléctricos y no sé cuántas cosas más) que hay en Ucrania, las producciones inmensas de cereales, girasol y sus grasas; y vete a saber cuántas más materias estratégicas, se encuentran en suelo ucraniano. Es por lo que no quiere, que todo ello pase al sector “enemigo” de los europeos de la “Unión” (“y otros en la sombra”), en los que también existe el afán de contar con ellos, por defensa de intereses, que como siempre, serán de parte, pues los pueblos, ya lo he dicho, nos quieren para trabajar, producir y pagar impuestos; a la hora de la verdad, “tenemos buitres carroñeros” en todas las latitudes, aunque estos permanezcan camuflados, pero seguro que cada cual de ellos, espero su parte de pitanza”… ¿los muertos, heridos, empobrecidos o vilipendiados? Esos los pone y como siempre, “el manoseado pueblo, sea de la latitud que sea, pero pueblo indefenso, al fin”. Amén.
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen-ciudad.es (Aquí mucho más)
La cloaca de Sánchez
JOSÉ MANUEL SÁNCHEZ FORNET. Okdiario. 12 Mayo 2022
El día antes de anunciar la Declaración Unilateral de Independencia (DUI), Puigdemont recibió a un colaborador de Putin. El artículo 581 y siguientes del Código Penal recoge el delito de traición. ¿Y la fiscalía? La democracia española es un esperpento; se indulta a los independentistas, se cambia el Tribunal de Cuentas para ahorrarles millones de euros, se alcanza el gobierno gracias a los votos de los que quieren acabar con el Estado, el servicio secreto los investiga legalmente y organizan una cortina de humo para cesar a su responsable.
Sánchez destituyó a la directora del CNI cediendo a los independentistas, como tantas veces. Los hackeos al presidente y ministros son una excusa. Obama, Merkel, Macron y otros líderes sufrieron el mismo ataque y ni lo difundieron, ni cesaron al responsable de sus servicios secretos. Si no fuéramos un país de chichinabo, este cese no se habría producido. Margarita Robles salvó los muebles exigiendo nombrar a una persona de su confianza. Los diputados españoles (los que defienden la Constitución, la Transición y la democracia) suman menos que nunca en el Congreso, pero serán más porque el PSOE no podrá mantener sus pies en las dos orillas, la constitucional y la que defiende la ruptura del régimen del 78. Los independentistas seguirán presionando y humillando al presidente, con él a todos los españoles y la ciudadanía se defenderá votando.
España es una charanga, un país de mentiras y corrupción con demasiadas páginas sucias. Desde instituciones del Estado se defiende romper la nación vulnerando la ley. Si la nación está en riesgo, la democracia también. El nivel democrático se mide por diversos parámetros y la coherencia, hacer lo que se dice, no mentir y predicar con el ejemplo están en los libros de estilo de las democracias de primer nivel, la mayoría europeas. ¿Cumple España con estos requisitos? Rotundamente, no. En España la política es el arte de la mentira; lo que dicen y cómo lo dicen la mayoría de la clase política parece dirigido a menores de edad, analfabetos funcionales que es como la élite política feudal nos ven a la ciudadanía. El Gobierno plantea cordones antidemocráticos a partidos de centro y derecha (Cs, PP, VOX), que en situación de crisis lo tienen que apoyar frente a sus socios independentistas y bolcheviques. La corrupción, el cáncer más dañino para las democracias, es silenciada si ocurre en la secta propia y difundida exigiendo dimisiones si es en otra. Prácticas que a quienes vivimos la transición nos aleja de esta falsa democracia, transmutada en partidocracia o corruptocracia por los inmorales comportamientos y mentiras de su casta política.
El lema turístico de la década de los 60, España es diferente, sigue plenamente vigente. Existen muchas razones para controlar al CNI, pero no por vigilar al independentismo. No olieron las urnas, molestar a la querida del Emérito y las maniobras contra policías que nunca fueron corregidas. Tras el 11M destruimos los trenes en 48 horas y hoy, 30 años después, se buscan datos en dos coches del crimen de las tres niñas de Alcàsser. Un informe de un organismo con independentistas y financiación opaca permite atacar al Gobierno, humillarlo, amenazarlo sin derribarlo porque lo quieren como está, debilitado. Destituyen a la directora del CNI por intervenir legalmente teléfonos de quienes pretenden romper la unidad nacional contra la ley. Tras tantas decisiones inquietantes, si los independentistas aforados siguen maniobrando, incluso con gobiernos extranjeros para romper el Estado y la nación, se abren las puertas del infierno: ¿serán vigilados por el CNI o tendrán patente de corso concedida por el presidente del Gobierno?
Las empresas no son felizmente democráticas
MIGUEL ÁNGEL BELLOSO. Okdiario. 12 Mayo 2022
La vicepresidenta Yolanda Díaz, esa señora iletrada con ínfulas que pretende aglutinar a toda la izquierda de la izquierda tras la agonía que vive Podemos desde que Ayuso se cargó a Iglesias no deja pasar un día sin escupir ideas económicas descabelladas. Después de subir de manera inconveniente el salario mínimo, de prohibir los despidos o de impedir los contratos temporales contra la lógica del mercado, ahora va a poner todo su empeño en democratizar la vida de las empresas a partir de la entrada de los trabajadores en los consejos de administración de las compañías.
No hay precedente de una ocurrencia de esta naturaleza. Es verdad que en Alemania los empleados participan en un llamado consejo de vigilancia de las sociedades, que no es lo mismo que el de administración, y a los simples efectos de observar y ser informados de la adecuación del desarrollo del negocio a los planes previstos y de escrutar el cumplimento de los programas sociales que todas las grandes empresas hacen explícitos cada ejercicio. Nada más. Aunque fuera de otra manera, el sentido común aconseja copiar solo los buenos ejemplos, no los desaconsejables.
Por eso lo que plantea Díaz rebasa cualquier experiencia internacional y carece de sentido por la sencilla razón de que la empresa no es felizmente una democracia. El empresario es el que tiene la idea, arriesga su capital, solo o en compañía de otros accionistas, y busca a los trabajadores necesarios para ponerla en marcha. Si es inteligente se rodeará de los empleados con más talento y ambición. Definitivamente animosos. Con ganas de comerse el mundo. Pero la dirección del negocio le corresponde en exclusiva, igual que las penalidades que afronta cuando la coyuntura se tuerce, que a veces llega a acabar con su patrimonio.
La experiencia enseña, además, que las interferencias que provoca la presencia sindical en las empresas son enormes. Son la causa, por ejemplo, de que no haya en nuestro país más grandes compañías -que suelen ser más productivas, eficientes y rentables- dada la obligación de tener un comité de empresa a partir de una plantilla superior a cincuenta trabajadores. Las pymes huyen de esta exigencia legal como de la peste, y así renuncian a ganar dimensión y posibilidades de negocio. Ya sería de nota que, además de estos privilegios, los sindicatos enredaran en la gerencia y en la dirección estratégica.
Dice la ministra de Trabajo que no hay ningún lugar en el que la democracia se ejerza de manera más directa que en las empresas, «ya que es el único espacio en el que los trabajadores eligen directamente a sus representantes» -aunque no le parece suficiente y quiere todavía más, es decir, que sus amigos las asalten por decreto-. Bueno, bueno… Siendo esto cierto, el asunto de la elección del comité de empresa, hay mucho por matizar. Mi experiencia en el mundo laboral, desempeñando durante casi dos décadas tareas directivas, es que los que se apuntan a las listas para formar parte del comité son, salvo honrosas excepciones -que las hay-, los empleados menos productivos, los más vagos, los más reivindicativos de causas ridículas. Los peores. Para la mayoría de ellos, el objetivo no es defender a los trabajadores, sino blindarse ante un eventual despido, frecuentemente merecido por falta de rendimiento y de compromiso con el proyecto, así como pasar a la buena vida del liberado, que cobra sin desempeño digno de sustancia.
Y los sindicatos, por su parte, lo que quieren es el dinero asociado a su representatividad, así como el poder negociador correlativo, algo que les subyuga por completo y es su única razón de existir. Por eso, las pymes españolas se consolidan desgraciadamente como pymes -para eludir esta plaga de alborotadores sin escrúpulos que rinden cuentas a agentes externos básicamente enemigos de la productividad y del beneficio-, y la economía española está tan lejos de los parámetros europeos del mundo de los negocios.
Como antigua abogada laboralista, como hija de un sindicalista destacado de Comisiones Obreras, la señora Díaz está convencida de que las empresas obtienen «beneficios suculentos» cuando lo cierto, por desgracia, es que gran parte del tejido productivo está en pérdidas y afronta enormes dificultades para no tener que echar la persiana. Ella cree que en este país no hay margen para bajar o moderar los salarios, que se puede reducir la jornada laboral y que lo que conviene es mejorar la vida de las personas, ignorando que lo único que la puede mejorar es un puesto de trabajo estable, acorde con su competencia, y un salario en línea con la aportación de valor añadido del empleado a la facturación de la compañía.
Como no se entera de nada, va de oídas en todo menos en perjudicar al sector productivo y le llegan apuntes vagos de lo que ocurre en otros países como Estados Unidos, también quiere abordar el fenómeno conocido como la Gran Dimisión, con el que se define la auto expulsión de muchos trabajadores del mercado laboral hastiados con su desempeño corriente. Yo no conozco a fondo el fenómeno en América, pero lo que tenemos en España es decenas de miles de empleos sin cubrir, a pesar de una tasa de paro escandalosa, y eso no tiene nada que ver con el capricho inducido por intelectuales aviesos en favor de una vida más amigable, ecologista y pretendidamente humana sino con la falta alarmante de formación de nuestros jóvenes como consecuencia del sistema educativo criminal instaurado por el socialismo desde que tuvo la oportunidad de gobernar y cuya tarea Sánchez quiere completar hasta llegar a la muerte civil de nuestros jóvenes, a los que quiere sólo aptos para votarle a él.
Cuando pase un poco el tiempo y tengamos la oportunidad de comprobar fehacientemente los efectos nocivos que está ya implícitamente provocando toda la mierda legal impulsada por esta ministra chic, bien aseada y vestida, pero intelectualmente vacía e incapaz de construir una izquierda de todo aquello a la izquierda del PSOE porque carece de la cultura más elemental y porque sus recetas son antiguas -y han fracasado probadamente a lo largo de la historia-, veremos en toda su dimensión el daño que puede causar dejar el Ministerio de Trabajo en manos de una comunista que, sin despeinarse, ahora se propone llevar la democracia al corazón de las empresas. ¡Ella, una comunista!
La democracia es el mejor sistema que se ha inventado hasta la fecha para elegir a los gobernantes sin derramamiento de sangre. Que no es poco. Pero no basta para procurar el bienestar común. Este se logra, entre otras cosas, cuando las empresas no son democráticas, ni la educación o la Universidad -que también ha asaltado la izquierda-, o cuando por ejemplo la política monetaria, el control de la competencia o de los mercados de valores está a cargo de profesionales independientes y libre del voto de generalmente unos indocumentados.
Bilingüismo
JOSÉ MARÍA MARCO. la razon. 12 Mayo 2022
En medio de la descomposición del Gobierno, teledirigida por los socios y los aliados del PSOE, destaca alguna buena noticia. Un ejemplo es la orden cursada por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) a la Consejería de Educación de la Generalidad para que ejecute en un máximo de quince días la sentencia del pasado 16 de diciembre, que obliga a impartir al menos un 25 por ciento de las horas lectivas en español. Así como la sentencia ha tropezado con toda clase de dificultades, también las encontrará esta orden, cursada a instancias de la AEB (Asamblea por una Escuela Bilingüe), con el apoyo de 1.643 madres, padres, tutores o estudiantes mayores de edad, socios de la AEB. La orden ha tenido que superar una última barrera, según la cual estos ciudadanos no estaban legitimados para cursar la petición al TSJC, por mucho que estén obligados a someterse a las decisiones de la Generalidad.
Ahora la situación ha quedado clara. Un movimiento que las autoridades nacionalistas tildaban de minoritario no lo era tanto y ha logrado una fuerza propia. Sobre todo, ha conseguido que los tribunales fallen en pro de lo que es justo. Y de lo que también es de sentido común, porque lo es que la enseñanza en Cataluña se imparta en cualquiera de las dos lenguas oficiales y propias de la Comunidad, como son el catalán y el español. El límite del 25 por ciento indica lo lejos que estamos aún de que ese sentido común se decline en plenitud. Venimos de un diseño institucional según el cual hay regiones que tienen una lengua «propia» más propia que el español, secundaria precisamente por ser común a todos, extranjera por tanto. Así es como se ha hecho de la lengua una palanca política para conseguir ventajas y acabar con aquello que todos compartimos.
Sea lo que sea, el paso es gigantesco. Y aunque se redujera a lo simbólico –que no es el caso– resultaría crucial: los nacionalistas han convertido la lengua en un símbolo político, y siempre han dado a los símbolos la importancia que tienen, a diferencia de las fuerzas políticas nacionales, que los han despreciado y han preferido atenerse a realidades más palpables, por así decirlo. El resultado ha sido el previsible. Por un lado, la lengua es hoy por hoy la clave que distingue al verdadero catalán del que no lo es. Por otro, y como siempre ocurre, quien domina los símbolos domina el resto. Por eso hoy nos encontramos en la peculiar situación de que el gobierno central está rendido a los nacionalismos. Y por eso la sentencia del TSJC tiene también efectos en otro plano. Habrá que ver si el Estado central cumple ahora con su deber y se pone a trabajar en el cumplimiento de la sentencia. El resultado, todos lo sabemos dada la naturaleza de la cuestión lingüística para el nacionalismo, sería un choque frontal entre la Generalidad y el Gobierno central. Con el descrédito programado del CNI, el Gobierno ha demostrado hasta dónde está dispuesto a llegar para congraciarse con los nacionalistas. Hay pocas esperanzas de que cumpla lo que se le exige. Se lo exige la justicia, sin embargo. Y el símbolo del bilingüismo no es menos fuerte que el de la «lengua propia».
COMUNIDAD DE MADRID
Ayuso exigirá que la Ley de Universidades no discrimine a Madrid por no tener lengua cooficial
PAULA BAENA. Okdiario. 12 Mayo 2022
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, no ceja en su ofensiva contra el Gobierno de Pedro Sánchez en materia educativa. Tras publicar los currículos autonómicos de ESO y Bachillerato con importantes modificaciones respecto a los del Ejecutivo Central, la Consejería de Educación madrileña última el de Primaria, que, tal y como ha podido saber OKDIARIO también introducirá sustanciales cambios, y ha abierto un nuevo frente: el anteproyecto de Ley de Universidades.
El ministerio que encabeza Joan Subirats, ex concejal del Ayuntamiento de Barcelona en el Gobierno de Ada Colau que defendía que la solución al «conflicto catalán» tenía que pasar irremediablemente por un referéndum de autodeterminación, ha hecho público esta semana el anteproyecto de su nueva Ley de Universidades en la que se contempla que las universidades en comunidades donde existan lenguas cooficiales reciban mayor financiación.
Un extremo que no ha gustado nada al Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, que ya ha adelantado que mostrará su negativa a este aspecto de la Leu de Universidades y otros puntos del anteproyecto en la próxima reunión sectorial de Educación que se celebrará el próximo 31 de mayo.
El documento contempla una «financiación adicional» por «necesidades singulares» que engloba la «pluralidad lingüística de los programas, incluyendo las lenguas cooficiales». De esta forma, las universidades de Cataluña, País Vasco, Galicia, Valencia e Islas Baleares, obtendrían mayor financiación del Estado que las situadas en Castilla y León, Andalucía o Madrid.
Una discriminación en la Ley de Universidades que no tiene intención de tolerar el Gobierno liderado por Ayuso, que, además, está analizando minuciosamente el texto porque, sospecha, puede estar incurriendo en inconstitucionalidad en algunos de sus contenidos. De constatarlo, el Ejecutivo madrileño ya ha adelantado que presentará el correspondiente recurso.
El consejero de Educación de la Comunidad de Madrid, Enrique Ossorio, opina que el anteproyecto de ley «incrementa la politización de las universidades» y es «contraria al pensamiento libre» de los estudiantes.
Asimismo, critica que el texto «reduce el grado de excelencia de los docentes» y que no «soluciona los problemas reales de las universidades, que existen y debería abordarse en esta ley».
Para Ossorio, la ley que perfila Subirats da una «excesiva participación a los estudiantes en planes de estudio y guías docentes», legitima «los paros académicos y que no pueda haber exámenes durante los mismos» algo que califica como un «despropósito para el sistema universitario».
«Todo encaja con ese ataque a la cultura del esfuerzo y del mérito que se promulga desde el Gobierno», ha ahondado el consejero y portavoz del Gobierno de Díaz Ayuso, que también ha puesto el foco en que «se rebajan los requisitos para ser rector» y en que «se rompe con los criterios de ámbito nacional para los docentes».
De esta forma, se abre la posibilidad
de convenios para que sean las comunidades autónomas las que
acrediten a los docentes, algo que, lamentan, provocará
mayores diferencias entre unas regiones y otras.
Por otra parte, el anteproyecto de la Ley de Universidades plantea que la financiación en gasto universitario alcance un mínimo del 1% del PIB, lo que supondría para Madrid duplicar la inversión en universidades que actualmente, apunta el consejero del ramo, es de 1.000 millones de euros. «Pero no dicen de donde va a salir ese dinero», inquiere.
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Las ventanas rotas de España
EDITORIAL. LGI. https://gaceta.es/. 12 Mayo 2022
En la inservible sesión de control al Gobierno, la portavoz del PP, Cuca Gamarra, acusó al presidente Sánchez, a propósito de la destitu… sustitución de la directora del CNI, de provocar el deterioro de las instituciones, como si las instituciones que forman la arquitectura de la nación hubieran estado niqueladas hasta la llegada de Sánchez. Y no lo estaban.
El deterioro —es decir, el paso de un estado a otro peor— de las instituciones comenzó hace mucho tiempo y todos los Gobiernos de la democracia han colaborado de manera activa o pasiva en la degradación no sólo de las altas instituciones del Estado, sino de todos los organismos públicos.
El deterioro de España y de su arquitectura de gobierno ha seguido los principios de la Teoría de las Ventanas Rotas que sostiene que los signos visibles del abandono en un vecindario, como un cristal roto en un edificio, fomentan la delincuencia y el desorden. Esto es, con exactitud, lo que ha ocurrido en España desde hace décadas. Para que un partido político llegue a intentar un golpe de Estado, primero ha habido que permitir a ese mismo partido que incumpla la ley a menor escala. Si no hubiera habido una ventana rota y no reparada como la que, por ejemplo, consintió que la bandera española fuera arrinconada en la mayor parte de los ayuntamientos catalanes y vascos en los primeros años de la democracia, los regidores independentistas que de inmediato no fueron multados e inhabilitados —ventana reparada— no se habrían atrevido a pasar al siguiente nivel. Item más: no se comenzó asaltando el Tribunal de Cuentas para que autorizara que todos los españoles pagáramos con dinero de nuestros impuestos las multas a las que fueron condenados los sediciosos malversadores catalanes, sino que se empezó consintiendo que el Gobierno catalán multara a los pequeños empresarios por rotular sus comercios en español.
Ventana rota a ventana rota y jamás reparadas, el edificio institucional español se parece hoy a una antigua fábrica abandonada en la que se permite que vivan okupas y ese tipo de chusma —proetarras en la Comisión de Secretos Oficiales—. Si bien es cierto que los destrozos y la acumulación de basuras se aceleraron desde la llegada por atentado interpuesto de Rodríguez Zapatero a La Moncloa, el deterioro institucional ya era más que evidente y el Partido Popular no puede acusar a Sánchez de deteriorar lo que ya estaba deteriorado por dolo del PSOE y culpa de todos los populares que antecedieron a Feijóo y ya veremos por dónde nos quiere conducir el galleguista.
El PP se equivoca al acusar al presidente Sánchez de deteriorar las instituciones. Sánchez no las socava. Sánchez destruye lo que queda de ellas, solo o en compañía de otros. Y las destruye en un elaborado plan de desconstrucción de España al servicio de su propio narcisismo, de agendas exteriores que no se deciden aquí, y con la excusa de unas instituciones europeas llenas de ventanas rotas desde dentro.
Si cualquier lector recuerda cómo llegaron a ser de fuertes los muros de la patria nuestra, hoy ya desmoronados y no sólo deteriorados, convendrá en que Sánchez jamás habría conseguido llegar a los pilares que soportan el Estado para dinamitarlos si otros, todos los Gobiernos anteriores, no hubieran robado las puertas o despedido al vigilante de noche.
Llegará el día, y ojalá que sea pronto, en el que habrá que reconstruir las instituciones hoy derruidas. Será una prueba hercúlea. Si el PP quiere participar en esa reconstrucción de la nación, y ojalá quiera, lo mejor será que empiece a reconocer la culpa. Al menos la culpa in vigilando, que por más que sea de Derecho Civil —y no Penal, que eso está reservado para Sánchez—, no deja de ser culpa.
Una desvergüenza, España por los suelos
CARLOS DÁVILA. okdiario 12 Mayo 2022
Tomo prestadas para escribir las siguientes palabras de un altísimo responsable financiero del país: «Toda la incertidumbre económica que estamos sufriendo (inflación, subida de tipos de interés, controversia sobre salarios y pensiones…) está condicionando seriamente la vida política, de forma que se puede afirmar que existe una grave crisis institucional que, lejos de afrontarse de frente y por derecho, se está agravando por días». También un muy significado miembro directivo de los empresarios asegura a este cronista que nuestro caos interno, con un Gobierno dedicado a crear problemas, no a resolverlos, tiene como consecuencia inmediata nuestro creciente descrédito exterior: «Fuera no nos preguntan por la fortaleza de nuestras compañías, sino por la de España, por lo que está ocurriendo en España».
Desde luego que la crisis de los espías no ha endulzado precisamente esta situación. El Centro Nacional de Inteligencia era la última gran entidad pública que a Sánchez y a su Gobierno social-leninista les quedaba por arrasar. Ahora, para complacer a sus conmilitones secesionistas, Sánchez, con una desvergüenza extrema, ha destituido a la directora del CNI, una proba funcionaria que sólo ejecutaba las órdenes que le llegaban del Gobierno. Hay que proclamarlo así. Sánchez es un auténtico miserable: ejecuta a su directora para salvarse él. Repulsivo sujeto. Ya no queda nada que estos perdularios no hayan tocado para someter a todos a su totalitaria disciplina. «En el CNI -le asegura al cronista un cauteloso agente de mayor o menor confianza- hay una mezcla de preocupación, indignación y espanto ante lo que el Gobierno ha hecho con el Centro y su directora». Y añade: «Ya estamos notando en estos días cómo nuestros colegas extranjeros nos miran con recelo, más después de la humillación de Paz Esteban, no se explican cómo un Gobierno ha revelado nuestras actividades profesionales; eso no se ha visto en los Servicios de país occidental alguno».
Tras una semana de devenires insólitos, los mismos (Bolaños) que adjudicaron el espionaje al propio Sánchez y a su ministra de Defensa, Margarita Robles, a supuestas fuerzas «externas» no las han identificado (o si lo han hecho, no lo dicen) ha crecido pues la sospecha -o casi la seguridad- de que Bolaños con aquella revelación interesada e irresponsable estaba señalando directamente al Reino de Marruecos. Los filoetarras de Bildu y los separatistas rabiosos de Rufián y demás calaña saben más de lo que ha pasado que los propios investigados, la oposición o el atónito país que aún no se explica cómo un Gobierno de este jaez no ha dimitido por pura dignidad. Menos aún Robles, que sigue impávida en su puesto después de haber respaldado «absolutamente» a su subordinada del CNI. Robles ha cavado su tumba: ahora irán a por ella, los independentistas y su jefe Sánchez.
Uno de estos informadores citados señalaba que, sin embargo, no todo es malo en el panorama nacional. Decía chuscamente: «La ventaja es que ya se atisba con fundamento una gran posibilidad de cambio político». Es, desde luego, una previsión optimista que conviene poner en asterisco, porque es tal la maldad política que pueden desarrollar personajes como el propio Sánchez, Bolaños, Marlaska y sus socios comunistas, que está por ver, ¡cuidado!, lo que pueda salir de sus perversas mentes de aquí al 19 de junio, fecha de celebración de las elecciones andaluzas. El 23 de este mes de mayo hará cuarenta años de los primeros comicios en esta región. Dos días antes, el entonces candidato socialista a la Presidencia de la Junta, Rafael Escuredo, formulaba dos advertencias igualmente expresivas: primera, «nosotros venimos para quedarnos en el poder» y, segunda, «el objetivo del PSOE es precisamente éste detentar (dijo detentar sin ajustarse a la RAE) el poder». Más claro el agua.
En estos momentos, el PSOE de Sánchez se está aprovechando de la insólita generosidad del Supremo que ha aplazado hasta después del 23-J la publicación de la sentencia que debe refrendar, según todas las opiniones jurídicas, la condena de los expresidentes del partido y de la Junta de Andalucía, Griñán y Sánchez. Y la pregunta es: ¿Cómo es que un tribunal independiente, en este caso nada menos que el Supremo, espere más de un mes para difundir su decisión? ¿Qué es eso de que no quiere «contaminar» la campaña electoral? ¿Dónde se ha visto que un Tribunal esté pendiente de los resultados de unas elecciones para pronunciarse judicialmente sobre un caso? Puestos en este trance: ¿Por qué no se suspenden hasta el día señalado todas las decisiones que todos los tribunales del país puedan adoptar? No hay forma de entender esto.
En la relación antedicha de problemas económicos y financieros que están doblegando también la sucia actividad política general, se ha quedado la mención a dos avisos realizados por nuestros comunicantes. Uno: es seguro que en el último semestre de este 2022 se va a producir un alza muy importante de los tipos de interés, lo cual va a perjudicar más seriamente aún a nuestra economía. Dos: ya nadie desmiente que si continúa, como parece, la invasión criminal de Putin sobre Ucrania, pueden ser inevitables serias restricciones de energía. Sumados estos dos pésimos pronósticos a la ya irreversible negativa del Banco Central Europeo a seguir comprando nuestra deuda, desde luego, en el «cambio de ciclo» que ya se aventa, la crisis económica va a tener un papel preponderante. ¡Pobre Partido Popular, si es que gana, lo que se le viene encima!
Esta España por los suelos, víctima de un desvergonzado, ¿puede aún caer más bajo? La respuesta unánime de grandes expertos como los citados es naturalmente que SÍ, ¡claro que puede desembocar en el precipicio! Y esto por una sola razón: porque, contra todas las luces de la razón y de la decencia, este narcisista patológico no se va a marchar ni con los GEO persiguiéndole. Sigue, como Robles, sigue. Le ha vendido España a los etarras de Bildu, se dispone a darles todo, y no sólo la cabeza de Paz Esteban, lo que les queda por reclamar a los secesionistas del golpe, les continuará llenando de dineros a los comunistas de Podemos, y sólo le quedarán dos acontecimientos para sacar pecho: la reunión de la OTAN en Madrid («OTAN, de entrada no», ¿se acuerdan?) y la Presidencia de la Unión Europea. Ninguna de ellos se debe a su gestión; tocan por riguroso turno. Al frente de las organizaciones está además Bolaños, así que póngase en lo peor. Estos tipos no desmayan.
Vergüenza, sumisión y peligro
Pedro Sánchez y Margarita Robles firman uno de los capítulos más oscuros de la democracia con la destitución de la responsable del CNI para contentar a los principales enemigos de España.
Editorial. ESdiario. 12 Mayo 2022
Pedro Sánchez ha escrito uno de los episodios más bochornosos de la democracia española al destituir, por exigencia de ERC con el respaldo de Podemos y Bildu, a la directora del CNI que, en el cumplimiento de sus obligaciones constitucionales y con pleno respaldo de la ley, había dirigido la investigación de 18 líderes independentistas cuya trayectoria amenazaba la seguridad nacional.
La salida de Paz Esteban por hacer bien su trabajo, plenamente conocido y tutelado por el mismo Gobierno que ahora la despide, corona la historia de vergüenza y rendición de Sánchez ante el separatismo y consagra el peligro que supone tener un presidente en España que le debe todo a los mayores enemigos del país.
Lo que esconde la purga en el CNI: tablas en Moncloa por la "herencia" de Sánchez
Pero que sea un bochorno escandaloso no significa que no sea bien coherente con la trayectoria del personaje: es un capítulo más en la larga saga de inaceptables cesiones a los dirigentes y partidos a los que, como presidente, debía haberse opuesto y debería haber aislado: desde el traslado y liberación de etarras hasta el indulto a los golpistas catalanes, todo en Sánchez ha sido un burdo cambalache sustentado en su interés personal por llegar a La Moncloa y mantenerse en ella a cualquier precio.
Que incluya en ese juego a la Inteligencia española y castigue con oprobio a la responsable de tutelar la seguridad relativa a la cohesión territorial o las amenazas externas rebasa todos los límites y sitúa al Gobierno en un punto sin retorno: si es capaz de sacrificar hasta eso, es capaz de sacrificarlo todo.
Contra España
Porque el mensaje que se lanza a los servidores públicos es que no merece la pena cumplir con su misión y que, por hacerlo, pueden ser sancionados, relevados o intervenidos, como ha ocurrido con el CNI ahora o antes con el Tribunal Supremo. Y el que se le envía al separatismo, por contra, es a la inversa: nada puede negárseles si con ello se pone en jaque el triste trono de Sánchez.
Que alguien tan en principio respetable como Margarita Robles se haya prestado a este tristísimo enjuague resulta desolador: la misma ministra de Defensa que hace una semana defendió al CNI y su actividad, enmarcándola en el evidente derecho del Estado a protegerse, firmó la salida de su subordinada y se prestó a hacer de coartada del nefasto presidente del Gobierno. Su hoja de servicios queda así manchada de por vida. Veremos con qué consecuencias para España
Oriol Junqueras, Paz Esteban y Rabat
PABLO PLANAS. libertad digital. 12 Mayo 2022
Entre dar gusto a Oriol Junqueras o preservar la consistencia del Estado, Pedro Sánchez ha elegido lo primero. La cabeza de la directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Paz Esteban, reposa ya en la sala de trofeos de Esquerra Republicana. La disyuntiva era simple. A un lado, un golpista indultado y personajes del calibre de Gabriel Rufián, Marta Rovira o Pere Aragonès. Al otro, la responsable de los servicios de inteligencia del Estado, cuarenta años de carrera sin mácula sobre la que Sánchez y sus adláteres están vertiendo toneladas de infundios e insinuaciones en una brutal campaña de desprestigio y aniquilamiento civil. La bajeza es inmensa.
El diputado de Ciudadanos Edmundo Bal ha tenido a bien citar a algunos de los servidores del Estado purgados por Pedro Sánchez. Ahí figuran entre otros los coroneles de la Guardia Civil Pérez de los Cobos y Sánchez Corbí, la que fuera presidenta del Tribunal de Cuentas, Margarita Mariscal de Gante, o el propio Bal, abogado del Estado destituido por defender que el golpe separatista no fue sedición sino rebelión. Todos los citados se cruzaron en el camino del separatismo y, como la directora del CNI, fueron fulminados. Sánchez es mucho más peligroso de lo que parece.
Es opinión generalizada que el presidente del Gobierno ha sacrificado a Paz Esteban en una ignominiosa maniobra pilotada por Félix Bolaños a fin de prolongar la legislatura, pero el Gobierno superó la última votación en el Congreso, la del decreto de medidas económicas, con el apoyo de Bildu y el PNV, con lo que el peso de ERC es sustantivo pero no definitivo. Hay más razones y una de ellas es que Pedro Sánchez es el ejecutor sin miramientos de una venganza separatista contra los poderes del Estado que hicieron descarrilar el golpe de octubre de 2017. Los destrozos en el Tribunal de Cuentas, la Fiscalía, la Abogacía del Estado, el CNI o la Guardia Civil son las huellas de una operación derribo cuya finalidad es facilitar por desistimiento los planes separatistas.
El episodio apunta también a la ministra de Defensa, Margarita Robles, cuya dignidad ha sido pisoteada por Sánchez y Bolaños, quienes esperan que la pieza caiga como fruta madura. Están desatados, como se ha podido apreciar en sus respuestas y en sus modales durante la última sesión del Congreso. Llamar "mangantes" y "desgracia para la democracia" a los diputados del PP no parece precisamente una invitación a pactar con el partido liderado ahora por Feijóo nuevos enjuagues como la voladura del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).
Por un momento pudo parecer que Sánchez evitaría descabezar el CNI antes de la celebración de la cumbre de la OTAN, para no mostrar más debilidad ante las exigencias de sus indultados. No es que los antecedentes insinuaran esa posibilidad, pero la destitución de Esteban es una operación tan despiadada como torpe y a la vez innecesaria. ERC nunca cumplirá sus amenazas porque prefiere un Gobierno de Sánchez y Podemos que una coalición entre PP y Vox, o Vox y el PP a este paso.
Sánchez ha pulverizado la reputación de los servicios de inteligencia de España, acto que en el juego de espías en el que ha convertido la política española se entiende todavía mejor si se introduce el factor del amigo alauita, la graciosa cesión del Sahara con nocturnidad y alevosía y la estampa de Pedro Antonio y el sultán con la bandera nacional boca abajo en la cena del fin del Ramadán.
Es el propio Sánchez quien arguye que la señora Esteban ha sido destituida por un grave fallo en las comunicaciones del Gobierno. En esa hipótesis todas las antenas se dirigen a Rabat. Y el material supuestamente sustraído del móvil del presidente incluiría toda la información contenida en un teléfono: fotografías, vídeos, documentos, conversaciones, contactos, etcétera, etcétera, lo que abre tramas todavía más sugerentes que las derivadas de las conexiones rusas de Puigdemont. La destitución de Paz Esteban es un aviso a navegantes. Continuará...
Feijóo nos dice que los catalanes tenemos «nacionalidad» propia
TERESA GIMÉNEZ BARBAT. Okdiario. 12 Mayo 2022
¡Qué cansinos estos del PP! Tienen esa idea de que dando coba a nuestras “elites”, a los de siempre, a las 400 familias que prefieren incrustarse en la administración antes que montar empresas (bueno, las que vayan a recibir subvenciones, sí) van a facilitar ese “encaje” eterno que se persigue. Van a acabar con la “desafección” famosa que viene y va.
Y no funciona así. Les dieron a ellos, ¡y no a “los catalanes”!, todo lo que pedían, hasta lo más estrambótico. Les hicieron (y les hacen) la vista gorda durante años incluso cuando se saltaban la ley. Y el PP renovado nos trae más de lo mismo. Imagino que creen que la suya es una estrategia de lo más astuta. Pero Soraya se dejó sobar el hombro por Junqueras y luego llegó el 1 de octubre del 2017.
Ya tengo ganas de ver cómo les van las próximas elecciones en Cataluña. No les entra en la cabeza que sólo los constitucionalistas (mejor dicho: los “anti nacionalistas”) votan PP. El catalán, que está convencido de que lo suyo es una “nación”, incluso el medio moderado que piensa que qué menos que ser una “nacionalidad” nunca va a votar PP. Hay una profunda superstición en Cataluña: el nacionalista cree (incluyo al progre sociata) que si alguna vez vota a la derecha española le pasará algo peligroso. Que todo el mundo llegará a saberlo y será expulsado de su paraíso.
Sólo votaría a un partido español el constitucionalista que se estremece de impotencia, precisamente, cuando oye a Feijóo hablando de “nacionalidades” y diciendo frases del Día de la Marmota como que “Cataluña debe recuperar el liderazgo”. Si aquí en Cataluña ya suena a recochineo, ¿qué deben de pensar en, pongamos, Valladolid? ¿Que van a tener que dejarse “liderar” eternamente por las razas superiores periféricas?
Quizá crean otra vez que este retorno a la casilla de salida les procurará complicidades en nuevas legislaturas. Pero nos vuelve a poner a los constitucionalistas catalanes a los pies de los caballos. ¡Y encima el Rey va a renunciar a venir a Gerona! Es una lástima que el abandono de Cataluña por parte de Ciudadanos nos haya dejado a los constitucionalistas sin opciones. Sí, ya sé que hay una. Pero vaya una. Y me molesta mucho que me obliguen a esas disyuntivas.
No está siendo una buena semana. Nunca el PP de Cataluña reeditará a nivel catalán la misma estrategia que empleó el líder popular en Galicia para “dejar sin argumentos” a los nacionalistas del BNG. Aquí está ya todo repartido en castas políticas que no se mezclan. Y que no tienen más razón de vivir que el Eterno Retorno. Y si no que se fijen bien en el catalangate. Los dispositivos de al menos 65 políticos independentistas y activistas catalanes fueron atacados o infectados con el spyware Pegasus, según investigación del laboratorio Citizenlab de la Universidad de Toronto. Pero al final se vio la mano de la Generalitat y de sus corifeos al formar parte el independentista Elías Campo de este laboratorio y de este estudio. El catalangate es un montaje propagandístico tramado desde hace meses. La ANC registró el nombre de esta web el 10 de enero en un portal que había creado la delegación de Òmnium Cultural en Bruselas un año antes.
Mientras que los inocentes que no aprenden pensaban que la cosa se iba enfriando, el tal Campo (“¡Pasi pel catalanitzador de noms!”, que diría Dolça Catalunya) iba tramando nuevos estropicios, aunque fueran de un mortadelismo apabullante. El chico, hasta ahora un simpático supervillano para los independentistas (en el FAQS de TV3 le entrevistaron durante una hora el 23 de abril y Elisenda Paluzié, presidenta de la Assemblea Nacional Catalana, dijo públicamente que sin él no hubiera sido posible el catalangate) está a un paso de dinamitar con sus toscas mentiras todo el complot. Y dejar a la universidad de Toronto también perjudicada por creerse milongas políticamente correctas sobre naciones/nacionalidades oprimidas en el seno de Europa.
La Operación Castell
JOSÉ GARCÍA DOMÍNGUEZ. libertad digital. 12 Mayo 2022
Denís Serguéyev un alto mando militar de los servicios secretos rusos especializado en operaciones encubiertas de desestabilización. Estuvo en Barcelona durante el golpe separatista de 2017.
Denís Serguéyev es el nombre de un alto mando militar de los servicios secretos de la Federación Rusa especializado en operaciones encubiertas de desestabilización en el extranjero. Así, en el muy amplio historial de la unidad que dirige Serguéyev figura, entre otros hitos, la organización de un golpe de Estado en Montenegro con el propósito de desplazar del poder a los partidarios de que ese pequeño país balcánico se integrase en la OTAN. Por lo demás, se trata del mismo Denis Serguéyev cuya presencia fue detectada en Barcelona solo 48 horas antes de que se celebrara el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017. Pero Serguéyev no fue el único ruso vinculado a los círculos del Kremlin más próximos a Putin cuya sombra se proyectó en Barcelona durante aquel animado otoño del 17.
Duma por Rusia Unida, el partido de Putin, y estrecho colaborador de Vladislav Súrkov, el hombre de Moscú encargado de las relaciones con los territorios secesionistas de las antiguas repúblicas soviéticas –los golpistas que patrocina la propia Rusia–, mantuvo varias reuniones durante aquella misma semana con un enviado personal de Puigdemont, Víctor Terredellas, tal como descubrió el periodista Marc Marginedas, de El Periódico de Catalunya. Por las mismas fechas, Xavier Vendrell, antiguo terrorista de Terra Lliure y ahora alto dirigente de Esquerra, fue grabado cuando exponía a un interlocutor desconocido a través de su teléfono móvil que "se necesitan cien muertos".
Era cuando en algunos despachos de la Plaza de San Jaime se hablaba de la operación Castell, un plan para arriar la bandera de España en el Palacio de la Generalitat durante la tarde del 27 de octubre, efectuar luego un llamamiento para que las bases independentistas rodeasen el edificio e iniciar acto seguido un proceso insurreccional en el que se esperaba contar con armas largas de origen exterior y la presencia de mercenarios extranjeros dispuestos a enfrentarse con las fuerzas de la Guardia Civil enviadas por el Ministerio del Interior. Mercenarios rusos, por más señas. Serguéyev no se dejó caer en Barcelona durante todo aquello por casualidad. Y tampoco por casualidad fue recibido por Puigdemont en su despacho oficial de la misma Plaza de San Jaime apenas doce horas antes de que se pusiera en marcha el golpe de Estado. Aunque lo más escandaloso e intolerable, huelga decir, es que al CNI se le ocurriera intervenir los teléfonos de todos esos caballeros del Gobierno de la Generalitat. Inadmisible, sin duda.
El tema catalán ha mutado de simple vodevil a astracanada separatista
En España estamos ante un sistema de autodestrucción, “alimentando”, “permitiendo” e “incubando” a uno o varios “estados” parasitarios
Miguel Massanet. diariosigloxxi. 12 Mayo 2022
“El pensador religioso honrado es como uno que baila en la cuerda floja. Al parecer camina en el mero aire. Su suelo es más estrecho que pueda pensarse. Y sin embargo puede caminar realmente en él”, Ludwig Wittgenstein.
Un gobierno de una nación tiene la obligación de mantener el cumplimiento de sus leyes, atacar cualquier forma de insurrección, defender a sus ciudadanos y sus derechos constitucionales, castigar a los culpables de delinquir y dar seguridad al pueblo de que el Estado de derecho se mantendrá en todos sus términos, para garantizar la supervivencia y unidad de la nación frente a posibles ataques de aquellos que intenten agredirla o perturbarla.
En España, no obstante, estamos ante lo que se podría entender como un sistema de autodestrucción, “alimentando”, “permitiendo” e “incubando” a uno o varios “estados” parasitarios que, como si fueran cucos políticos, van a intentar por todos los medios a su alcance lanzar, fuera del nido patrio, una Constitución que les impide tomar el control delo que queda de aquello que fue la gran nación española, respetada, admirada, temida y envidiada por el resto de naciones europeas y del resto de la civilización, durante muchos siglos. Gracias a la estulticia, a la incapacidad, el egoísmo, la cara dura y las actuaciones nefastas de un gobierno, que ha sacrificado la idea de una España unida, cohesionada, próspera, democrática y capaz de mantener una convivencia y respeto entre todos sus habitantes; a la pura conveniencia de determinadas facciones políticas, todas de la izquierda, que sólo tienen por objetivo desmontar el actual régimen de monarquía constitucional (el Rey está quedando como mera figura decorativa dentro de lo que está pareciendo ser un ensayo general de lo que no debe nunca debería ocurrir: un estado de tipo totalitario) para sustituirlo por un país amorfo, dividido, ingobernable y que, evidentemente, no va a tener un lugar dentro de la UE, a merced de ser fagocitado por aquellos que vienen pidiendo, desde hace siglos, el regresar a sus antiguos reinos en España.
Se ha perdido la vergüenza, se ha cedido a los chantajes, se han soportado las humillaciones y, sobre todo esto, se están cometiendo injusticias, desmanes, traiciones y se han permitido que, un grupo de insensatos, estén desarbolando todo el entramado de los organismos e instituciones que, hasta ahora, venían garantizando que la nación española conservara una democracia capaz de formar parte de la UE. Cataluña, señores, se está convirtiendo de una incómoda molestia, en algo más que un furúnculo en el trasero de la nación española. Hablamos ya de un tumor maligno en plena metástasis que amenaza al mismo Estado español, y de la forma en la que se va desarrollando puede, añadiendo los distintos intentos separatistas que se siguen larvando enEspaña, el vasco, el balear, el gallego etc., llegar a ser el principio, en manos de comunistas y nacionalistas y, con un gobierno débil y entregado, en lo que amenaza por ser el fin de la democracia, en nuestro país.
En Cataluña, los reyes de España no pueden entregar en Gerona los premios Princesa de Gerona porque dicen que no se puede garantizar su seguridad; en toda la región catalana no se puede conseguir que una sentencia del TSJC, la del 25% de lengua castellana en la enseñanza, se ejecute, simplemente porque a las autoridades de la Generalitat no les da la gana que se haga y ¿qué hace el Estado ante esta postura de un ente que depende de él y que manifiesta, abiertamente, una conducta insubordinada, optando por el incumplimiento de una sentencia de un tribunal? Nada, mira hacia otro lado y permite, cuando no apoya, que semejantes situaciones sigan produciéndose, con el claro efecto perturbador de la legalidad que ello comporta.
Aquí mismo, en tierras catalanas, se tiene que escuchar cómo, el señor Junqueras que estuvo en la cárcel por organizar una tangana independentista, indultado, con la particularidad de que no hubo arrepentimiento, antes bien, se manifestó en el sentido de que iba a continuar en su lucha por la independencia de Cataluña; endiosado y convencido que tiene en su poder al señor Sánchez, nuestro presidente, ya no tiene miramiento alguno y aprovechando este asqueroso y manipulado tema del CIS, lo va convirtiendo en el leitmotiv del maremágnum que han organizado los separatistas, intentando sacar fruto de algo que no tiene vuelta de hoja, si se tiene en cuenta que el Gobierno debe de estar enterado, por medio de su servicio de inteligencia, de lo que se está tramando en el backstage del nacionalismo catalán, si quiere evitar sorpresas desagradables. Pues bien, el señor Junqueras después de que, con sus aspavientos, sus quejas y sus reclamaciones, haya conseguido que ruede la cabeza de la señora Paz Esteban, jefe del CIS; parece que se va a conformar dejando de pedir la de la señora Robles, pero, todo ello, previa la siguiente advertencia admonitoria al Gobierno del señor Sánchez: “con la condición de que se den garantías de que no volverá a ocurrir”. En una palabra, que le ha perdonado la vida a Pedro, pero con una regañina para que no vuelva a reincidir en querer enterarse de los planes separatistas, para conseguir la independencia de Cataluña. ¡Vaya por donde!
Y una decepción. Si habíamos salvado a Margarita Robles de esta confusa situación de las escuchas telefónicas, lamentamos tener que rectificar. En una comparecencia ante la prensa, innecesaria, inoportuna y desafortunada, la señora ministra de Defensa se limitó a besar el trasero del señor Sánchez, agradeciéndole que no le diera la patada de Charlot y mostrándole su sumisión y lealtad; con lo que echó por tierra un comportamiento que se había considerado como bueno en relación al caso de las escuchas. Ahora ya sabemos que, cuando se trata de seguir de ministra, no hay impedimento alguno en hacer el peloteo pertinente, orgullo aparte. Lamentable.
No nos olvidemos que España tiene un compromiso, para de aquí a dos meses, de acoger la Asamblea General de la OTAN en Madrid. Qué duda cabe que lo que está pasando en nuestra nación, con el denominado “espionaje” a personajes del separatismo y, posteriormente, para alivio del señor Sánchez, de las escuchas telefónicas de su celular, así como las de otros ministros; es de general conocimiento, entre el resto de naciones de la OTAN, lo que sin duda alguna no va a beneficiar la confianza que puedan tener respeto a lo que se atrevan a tratar, públicamente, en dicha asamblea. Sin embargo, hasido algo que ha llegado oportunamente, como si estuviera preparado, para que el mismo Pedro Sánchez se haya incluido entre las “víctimas” de semejante atropello; una jugada burda, ad hoc, y si nos apuran, un medio nada sutil de esquivar responsabilidades, que es algo en lo que nuestro presidente tiene una habilidad inusitada acompañada, claro está, de un rostro de granito, capaz de aguantar todo lo que le echen sin inmutarse.
Y cambiando de tema. Parece que, si no se habla de ello la epidemia del Covid 19 ha dejado de existir. Callémonos y la epidemia se declarará en huelga. Pues no señor, la retirada de la mascarilla puede que se considere un gran avance en cuanto a que se evita la molestia inherente a llevarla puesta, pero lo que sucede y no parece que se quiera divulgar, es que los nuevos casos de infección de las últimas semanas parecen indicar que vuelve a haber un rebrote que, en Cataluña ya supera los 1.000 casos de ingresados y, en estos momentos, según datos facilitados por Sanidad, en España hay más de 7.300 personas ingresadas en los hospitales por dicha dolencia. Es cierto que, con toda seguridad, esta pandemia se irá repitiendo periódicamente y que, desde el punto de vista económico, industrial y social,constituye una perturbación importante para el funcionamiento de cualquier país, pero el no reconocerlo, el intentar desviar la atención de los ciudadanos del peligro que este virus representa, puede ser que, en un momento determinado, se produzca un repunte importante que acabe con la vida de muchos de quienes lo padezcan y luego, las lamentaciones de costumbre.
O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, no nos queda más remedio que seguir insistiendo en la unidad de las derechas y el centro, porque es evidente que, de lo que se viene deduciendo de las encuestas, demasiadas por supuesto y, a nuestro entender, poco creíbles cuando se habla de unas posibles elecciones que, salvo circunstancias extraordinarias, no van a tener lugar antes de un año, periodo lo suficientemente largo para que la opinión de los españoles cambie varias veces respeto al sentido del voto que van a emitir. De lo que ahora mismo se puede deducir de los estudios demográficos que se están llevando a cabo, respecto a quienes votarán los españoles, no dan datos claros ni precisos de lo que pueda suceder si bien, el PSOE, no demuestra tener el desgaste que, de acuerdo con su forma de gobernar, era previsible que tuviera a estas alturas. Algo sobre lo que pensar.