Recortes de Prensa  Domingo 15 Enero 2023

Un ataque ruso sobre un edificio residencial en Dnipro deja al menos 20 muertos

El Confidencial. 15 Enero 2023


La cifra de fallecidos en Dnipro tras el ataque ruso a un edificio residencial asciende a 20 personas. "Veinte víctimas inocentes...", dijo el gobernador de Dnipro, Valentyn Reznichenko, en la aplicación de mensajería Telegram, después de publicar que 73 resultaron heridos y que "la operación de rescate continúa. Se desconoce el destino de más de 40 personas", según recoge la agencia de noticias AFP. El edificio ha sido alcanzado por, al menos, un misil ruso.


Tras esto, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha planteado la necesidad de que sus aliados occidentales le entreguen más armas para combatir el "terror de los misiles" ruso, en referencia al último proyectil que ha matado a doce personas en la ciudad de Dnipró.


"Esas armas que están en los almacenes de nuestros socios y que están esperando nuestros soldados" son, según Zelenski, la mejor forma de "parar a los rusos". "Desgraciadamente no hay otra forma de frenar a los rusos si no es en el campo de batalla, en Ucrania", ha argumentado.


Las claves del momento:

Rusia lanza un misil sobre un edificio residencial en Dnipro

Nuevo bombardeo ruso en el centro de Kiev

El Ejército ucraniano asegura que los rusos no han tomado Soledar

El Kremlin modifica la dirección de Zaporiyia y la supedita a Moscú

Putin se plantea movilizar a "nacionalizados"


Hace 11 minutos 09:28

El gobernador de Dnipro confirma 20 muertos de momento y más de 40 personas desaparecidas

La cifra de fallecidos en Dnipro tras el ataque ruso a un edificio residencial asciende a 20 personas. "Veinte víctimas inocentes...", dijo el gobernador de Dnipro, Valentyn Reznichenko, en la aplicación de mensajería Telegram, después de publicar que 73 resultaron heridos y que "la operación de rescate continúa. Se desconoce el destino de más de 40 personas", según recoge la agencia de noticias AFP.


Hace 1 horas 12 minutos 08:27

Asciende a 18 el número de fallecidos tras el ataque ruso en Dnipro

El número de víctimas mortales tras el ataque de Rusia a un edificio residencial en Dnirpo, al este de Ucrania, ha aumentado a 18, según ha confirmado gobernador de la región de Dnipro, Valentin Reznichenko.


"Esta mañana han muerto 18 personas por un misil ruso en su propia casa en Dnipro. Hay 73 heridos; más de 40 de ellos están hospitalizados, cuatro de ellos en cuidados intensivos", ha compartido el gobernador a través de Telegram.


El edificio ha sido alcanzado por, al menos, un misil y hay un número todavía indeterminado de personas que se encuentran bajo los escombros.


Hace 1 horas 20 minutos 08:18

Doce muertos en un ataque ruso contra un edificio residencial en Dnipro

Las autoridades ucranianas han denunciado al menos doce muertos y 64 heridos tras un ataque ruso contra un edificio residencial en la ciudad de Dnipro, en el este del país.


"Un misil ruso se ha llevado ya la vida de doce inocentes", ha publicado el gobernador militar de la región de Dnipropetrovsk, Valentin Reznichenko, en su cuenta en la red social Telegram.


Previamente, el propio Reznichenko había informado de nueve fallecidos, entre los que hay una niña de 15 años, así como de los 64 heridos, de los que 59 están hospitalizados. El resto están recibiendo atención en sus propias casas.


"El misil ruso ha traído el pesar a decenas de familias de Dnipro", se ha lamentado. El edificio ha sido alcanzado por, al menos, un misil y hay un número todavía indeterminado de personas que se encuentran bajo los escombros.


Si algún mercenario Wagner no sigue una orden o intenta rendirse lo matan ellos mismos”

Yevhen, “comandante del batallón “Svoboda” desplegado en la línea del frente en Donetsk cuenta cómo los combates se recrudecen: “Es un infierno”

ROSTYSLAV AVERCHUK. la razon. 15 Enero 2023


Yevhen, el comandante del batallón “Svoboda” (“libertad” en ucraniano) de la Guardia Nacional de Ucrania. Ha estado luchando durante meses cerca de Bajmut, junto con otros ucranianos que no tenían experiencia militar antes de la invasión rusa.


“Lo de Bajmut es un infierno”, cuenta a LA RAZÓN sobre la ciudad que ha sido el epicentro de los combates más crudos durante los últimos meses en Donetsk. Habla con voz cansada pero tranquila, lo que solo sirve para subrayar el contenido escalofriante de sus palabras.


“Oigo los disparos, la artillería rusa nos bombardea, nos disparan desde tanques, los drones del enemigo nos sobrevuelan todo el tiempo”. Yevhen siempre está cerca de su gente al borde mismo de la línea del frente.


Habiendo luchado en algunas de las batallas más sangrientas de esta invasión, Yevhen, que era empresario antes de ofrecerse como voluntario para ayudar a defender Kyiv en febrero, ya está acostumbrado al peligro constante. Sin embargo, lo que ve en Bajmut le sigue impactando.


“En otros lugares no había tanta carne de cañón, ni tanto combate de contacto. No hubo tanta muerte y tantas pérdidas, de nuestro lado y del de ellos”.


Para Yevhen es mucho peor que cualquier cosa que haya presenciado en Severodonetsk o incluso en Irpin, Bucha o Hostomel. “Daba miedo ver a los niños asesinados, pero solo en Bajmut vi a tanta gente zombificada que sigue perdiendo su vida en los ataques a nuestros muchachos, que defienden con sus últimas fuerzas”.


Según Yevhen, el 99% de las fuerzas rusas cerca de Bajmut son mercenarios de Wagner.


“Atacan en oleadas de pequeños grupos. Primero, 6-8 soldados menos experimentados se mueven contra nosotros. Mientras les disparamos y los matamos, sus comandantes estudian nuestra posición, averiguando dónde tenemos una ametralladora, dónde tenemos un lanzagranadas, etcétera”.


El siguiente grupo generalmente consiste en los soldados más profesionales. Primero, atacan a los ucranianos con artillería, morteros o tanques. Luego disparan con ametralladoras y lanzagranadas y tratan de avanzar. Si fallan, se retiran y envían un nuevo grupo de soldados menos preparados.


Yevhen recuerda que cuando no hacía tanto frío como ahora, los rusos literalmente enviaban gente con las palas al frente, ordenándolos de cavar las trincheras para los que vendrían después.


“Los rusos no saben qué están haciendo aquí, por qué pelean. Simplemente sacrifican su vida. Todo se basa en el miedo y la falta de información”, explica Yevhen, quien habló con muchos mercenarios rusos capturados. “Si alguien en Wagner no sigue una orden, si intenta rendirse o retirarse, simplemente lo matan ellos mismos”.


Si bien esta táctica significa que muchos rusos están muriendo, los nuevos reclutas llegan sin cesar. “Se enteran de lo que está pasando solo cuando ven los cadáveres de sus predecesores. Y hay muchísimos de ellos aquí”.


Aun así, Yevhen subraya que sus tropas no subestiman al enemigo porque tiene algunos soldados muy profesionales con gran experiencia y equipos superiores en algunas unidades.


“Es extremadamente difícil luchar contra ellos. No importa lo gran guerrero que seas, cuando te atacan 10 profesionales y éstas también 8 o 10 soldados en las trincheras, es muy difícil porque trabajan de manera muy coordinada”.


Subraya que el 80% de sus soldados ni siquiera empuñaron un arma antes de la invasión. “Eran simples trabajadores, tractoristas, gerentes de oficina. Simplemente estaban motivados y querían proteger a su país del invasor”, explica Yevhen.


Los meses de defensa contra tales “olas humanas” o “olas de carne” rusas están cobrando su precio psicológico y físico.


La moral

“Nos falta infantería”, dice Yevhen antes de desvelar que el 80% de los efectivos son “300″ (que significa “heridos” en el argot militar). Algunos han sido alcanzados por metrallas, otros tienen conmociones cerebrales, heridas, enfermedades crónicas que se han vuelto más difíciles por el estrés constante. Muchos sufren de fiebre y bronquitis mientras pasan 3-4 días seguidos en las trincheras frías donde se les congelan los pies y los brazos ya que las temperaturas alcanzan ya -15 grados.


Yevgen subraya constantemente que la motivación es muy alta y que los soldados hacen todo lo posible para proteger a su país y no dejar pasar al enemigo. “Nuestro batallón vio lo de Bucha y Hostomel y no quiere que las matanzas vuelvan a suceder en nuestras ciudades y pueblos”.


Aun así, la voluntad humana tiene un límite. Yevhen espera que los muchachos no se derrumben física y moralmente. “Están aguantando con las últimas fuerzas. En los últimos días, están mostrando algunos esfuerzos sobrehumanos”.


Un gran problema es que la unidad carece de suficiente potencia de fuego para detener al enemigo más lejos de sus trincheras y así evitar bajas entre la infantería ucraniana. “Más armas ayudarían mucho”, subraya el oficial.


Más HIMARS y tanques

“Necesitamos tanques, necesitamos artillería, necesitamos más HIMARS, necesitamos aviones de combate, necesitamos drones capaces de volar de noche sin interrupciones. Necesitamos transportes blindados de personal para sacar a la infantería de las posiciones para salvar vidas”.


Los analistas ucranianos subrayan que lo que está sucediendo en Soledar y Bajmut es cómo Rusia va a usar los cientos de miles de soldados, tropas tratadas como material prescindible. Si Ucrania no tiene los medios para detener esta horda, sus defensas podrían verse abrumadas.


Cuando se le pregunta sobre el futuro de Bajmut, responde que sí dice “no podemos aferrarnos a Bajmut”, él mismo podría comenzar a creerlo y, por lo tanto, influir en sus soldados.


“Solo puedo decir una cosa. Vamos a proteger Bajmut y destruir al enemigo. Haremos todo lo posible para que no vuelva nunca más. Estamos haciendo lo que hacemos para que mis hijos, que se encuentran actualmente en Kyiv, nunca más tengan que presenciar la muerte, ver armas, una guerra con sus propios ojos. Es por eso que la mayoría de nuestros soldados están aquí”.


Yevhen subraya que Rusia es un “estado terrorista” y hay que derrotarlo para que deje de ser una amenaza tanto para Ucrania como para el resto del mundo.


El 'pumpidazo' y el cáncer de la casta política

Federco Jiménez Losantos. libertad digital. 15 Enero 2023

En apenas tres días hemos podido ver cómo el Gobierno de Sánchez consumaba su asalto a la Justicia y enterraba por nueve años los restos de Montesquieu, que eso significa el pumpidazo, y cómo la dizque oposición a Sánchez se unía al PSOE para legitimar otro desvergonzado asalto a la Ley, apoyando que Griñán no entre en la cárcel mientras se trata el cáncer de próstata, algo que hacen a diario sin dejar su trabajo cien mil españoles. Y el apoyo al responsable del mayor robo de la historia de España y Europa lo ha protagonizado el mismísimo presidente de la Junta de Andalucía, Moreno Bonilla. Primero, a título personal, citando a su padre. Y después como gobierno de todos los andaluces a los que robó 640 millones Griñán.


La complicidad del PP con el PSOE

Sánchez consuma la derrota del Estado de Derecho, para garantizar que sus delitos queden impunes. El PP, en la segunda institución más importante en su poder, la Junta de Andalucía, respalda abiertamente que en la nueva situación del pumpidazo, toda la casta política quiere la misma impunidad. Y esa unidad de casta en defensa de sus privilegios legales está por encima de ejercer el Gobierno o la Oposición. O sea, que, consumado el pumpidazo, que nadie cuente con el PP para tratar de frenar las fechorías del Vichinski del TC para blindar el golpe de Estado en Cataluña, las leyes anticonstitucionales perpetradas a lo largo y ancho de esta legislatura y, lo más importante, para asegurar a los socios etarras y golpistas de Sánchez, la legalidad del referéndum que desmantele el Estado y liquide la unidad nacional, que es, no lo olvidemos nunca, la base del orden constitucional.


¿Por qué es tan importante el gesto, a medio camino entre la mafia y el Padre Ángel, del presidente de Andalucía en favor de su predecesor? Por algo que el emplazado Marchena tendrá que resolver esta semana, tras el auto del juez Llarena manteniendo y reforzando el delito de malversación y la pena de inhabilitación para cargos públicos de Puigdemont y Junqueras. La Sala Segunda del Supremo, la de la gran traición al Rey, a España y a la Constitución en su sentencia de la "ensoñación" del golpe en Cataluña, que condenó por sedición el delito de rebelión contra el orden constitucional, va a tener la oportunidad de reparar en parte aquella fechoría por unanimidad, dándole esta vez la razón al juez instructor y a los cuatro fiscales que de forma también unánime, pero en decente, defendieron el delito de rebelión.


La oportunidad de arrepentimiento de Marchena

La importancia de la decisión de Marchena, que, si quiere limpiar un poco su nombre antes de jubilarse, debería coincidir con Llarena y con sus propios argumentos contra los indultos a los sediciosos del golpe de 2017, es comprobar si en los tribunales se va a mantener la defensa de la Ley o toda la administración de Justicia se une a la dictadura Sánchez-Pumpido. Es decir, si en año electoral, con la opinión pública especialmente sensible, los jueces, los políticos y los medios que no aceptamos nunca la tiranía de los ropones de extrema izquierda y los políticos culpables de alta traición, vamos a trabajar, cada uno en su sector y en su medida, para romper este rodillo liberticida que amenaza con llevarse por delante el régimen del 78.


La elevación a actuación oficial de la opinión personal del presidente andaluz coincidió en día y casi en hora, con el auto de la Audiencia de Sevilla que, para muchos, es un alarde de prevaricación que supera a la suelta de Bolinaga por Fernández Díaz, cumpliendo el pacto Zapatero-Rajoy para mantener la política proterrorista del Gobierno. Se recuerda, al hilo del nombramiento del Vichinski de Stalin Sánchez, cuando detuvieron a Otegui y éste dijo, con sorpresa: "¿Pero esto lo sabe Conde Pumpido?" .


Era evidente la complicidad entre gobiernos del PP y el PSOE, que se rubricó en la reunión de cuatro horas de Fernández Díaz, una nulidad cuyo único mérito era ser amigo de Rajoy, con Zapatero en el ministerio. La cuestión es si, de nuevo, ante la consumación del cambio de régimen por Sánchez y sus secuaces, el PP se opone de frente o se pone de perfil.


Lo de Moreno con Griñán es de Feijóo

Lo de Moreno Bonilla, el más poderoso de los sorayos que han vuelto en masa a copar la dirección del nuevo pero viejo PP de Feijóo, no puede ser algo personal, porque, si lo fuera, se hubiera quedado en las declaraciones gemebundas de Moreno recordando a su padre, un dislate que hubiera pasado por demagogia ternurista o resaca post-navideña. Que además se registrara como iniciativa de la Junta, sin venir a cuento, y que coincidiera con el auto de la Audiencia de Sevilla en favor de Griñán, lo convierte en algo más: un signo de la estrategia de Feijóo, que, como ya ha dicho, aspira a llegar al poder con permiso del PSOE, y no con una sólida mayoría junto a Vox para derogar todas las leyes anticonstitucionales ahora recurridas y cuyo destino depende de la troika Pumpido-Montalbán-Sáenz.


Los jueces españoles de los altos tribunales son, como todo el mundo sabe, acrisoladamente independientes. Tanto, que sabemos lo que van a votar antes de que lo hagan, según el partido que los colocó. Por supuesto, por su valía profesional. Pero desde el primer asalto al Poder Judicial por el PSOE felipista, la LOCGPJ/85, hemos aprendido a adivinarlo con certeza. La experiencia demuestra, sin embargo, que también esa independencia se ve matizada, a veces de forma decisiva, por el clima político. Y en este año, repito, electoral, y tras el pumpidazo, está a flor de piel la sensibilidad de los jueces que por su valía, pero de la mano de los partidos políticos, han llegado a los Altos Tribunales de Justicia regionales, al Supremo y hasta al Constitucional, antaño de la cantera del Supremo, hoy de la del Gobierno.


Y como, aunque González Pons y Feijóo hayan hecho el más espantoso de los ridículos en sus negociaciones con Moncloa sobre el Constitucional, cuando tras meses renunciando a la más mínima dignidad gritaron, sorprendidísimos, que Bolaños los había engañado, porque les aseguró que jamás abolirían los delitos de sedición y de malversación, y es sabido que Bolaños, como Sánchez, es hombre de palabra, se retiraron fingiendo dignidad, la que habían pignorado en la chirlata del Gobierno.


Pero detrás de aquella negociación había un plan político, que era y, visto lo de Griñán, sigue siendo, la de tener como aliado preferido al PSOE por omisión antes que a Vox por acción. Vamos, que Feijoo sigue soñando, o actúa como si soñara, que para el caso es lo mismo, con que Sánchez le dejaría formar gobierno en minoría con tal de que no lo formara con Vox.


Y ahí es donde toma todo su significado ese pacto de casta política en favor de Griñán. Es un adelanto de que, pese al pumpidazo, Feijóo sigue creyendo que PP y PSOE deberían entenderse tras las elecciones generales. Y qué mejor prueba que demostrarlo en su propio perjuicio defendiendo que el mayor ladrón socialista de la historia de Andalucía sea recomendado a la Justicia, que lo ha aceptado, rauda y veloz, por el primer presidente andaluz del Partido Popular. De aquel sorayo Partido P´ ayudar… al PSOE.


La diferencia del Caso Griñán y el de Zaplana

Lo de Moreno con Griñán y el auto de la Audiencia es una vergüenza y un alarde de lo que en un país decente se consideraría prevaricación. Para el tratamiento de radioterapia contra el cáncer de próstata sólo hace falta una cosa: tener completamente vaciado el intestino. Tras unos minutos de radiación, el enfermo se viste y se va a su casa. Y cuando el cáncer remite, como en la inmensa mayoría de los casos suele hacerlo, de ahí que no se hable de quimioterapia o cirugía, el tratamiento prosigue con hormonas durante el tiempo, entre un año y tres, que el médico prescriba al paciente.


Sin haber sido juzgado ni condenado, a Zaplana, con una leucemia grave, lo llevó esposado la policía a tratarse desde la cárcel, devolviéndolo luego a su celda. El PP no lo defendió, porque no le convenía. Lo peor de todo es que el PP cree que ahora le conviene defender a Griñán. Parece animar a Marchena a hacer también lo que le conviene y no lo que debe.


MISMAS TÉCNICAS DISTRACTIVAS DEL CHAVISMO

El silencio mediático, principal arma del golpismo socialista

DANIEL LARA FARÍAS. gaceta. 15 Enero 2023


Por supuesto que voy a repetir lo que digo cada vez que el socialismo español ejecuta acciones chavistas: vengo del futuro y quisiera contárselo.


En esta ocasión, siento que llevo ventaja. Con motivo de la publicación de mi primer libro, he estado varias semanas en territorio español participando en una serie de eventos en varias ciudades de este país que quiero tanto. Y entre tanto, he hablado, he visto, he escuchado y he leído in situ como están pasando las cosas. Escribo estas letras desde un rincón del aeropuerto de Barajas, mientras espero mi vuelo a Londres. Y sinceramente debo decir que lo que he visto estos últimos días me ha dejado más preocupado que antes. Al parecer a la distancia no se ve tanto el peligro que sí se logra ver de cerca.


Los grandes peligros que amenazan a España

Dos señales de preocupación claras vienen por el mismo flanco. Se trata de la opinión pública y su posicionamiento ante los hechos que están ocurriendo en España en el poder judicial y las avanzadas de Sánchez de inicio de año. Nos pilla el arranque de 2023 con embestidas de fin de legislatura y cumplimiento forzoso de pactos electorales que se creían, erróneamente, olvidados. Todo parece indicar que los pactos del PSOE con sus aliados electorales fueron elaborados incluyendo los tiempos y momentos. Es decir, se orquestó el momento de la aplicación y las fórmulas a utilizar, pero el cumplimiento era garantía. Las amnistías a golpistas y terroristas, la liberación de delincuentes, la intervención del poder judicial, etc.


Y en esa aplicación de una agenda cuyo alcance al menos yo no conozco del todo en cuanto a posibilidad de triunfo final, ocurre una curiosa situación que en términos absolutamente venezolanos podríamos llamar «explosión de pote de humo». Así, cuando medios y opinión pública deberían estar conmovidos y dedicados a la derrota fundamental de Sánchez al aplicar una rebaja de impuestos que había tachado de ridícula, burguesa e innecesaria, el tema en tendencia ese día era la separación de doña Isabel Preysler y Don Mario Vargas Llosa.


Por supuesto, no tienen los recientemente separados ni la culpa ni son copartícipes de la situación. Por supuesto que no. Pero cuando el Gobierno socialista ha decidido que no puede más con la presión social que genera un bolsillo cada vez más golpeado por la inflación y decide aplicar una rebaja impositiva denostada un año antes por ellos mismos cuando fue propuesta por la oposición, la demolición de los argumentos del socialismo debería estar ocurriendo a toda hora y en todo momento en los principales medios. Debería ser el tema de debate principal. La agenda debió ir alrededor de ese tema, sin duda alguna.


Pues no. Incluso el propio discurso de Sánchez en el pleno pasó casi desapercibido. Una ligera revisión de los medios ese día me dejó perplejo ante la particular dinámica que se estaba desarrollando: las redes de los principales medios de comunicación dedicados al cotilleo. A Presyler, su ex pareja, su hija, la ex pareja de la hija, la reconciliación de la hija con su anterior pareja.


La rebaja de impuestos que llegó un año después de lo requerido, fue tema de unas pocas horas. Y ya se olvidó.


Y en medio de ese olvido, por supuesto, ya el golpe judicial estaba montado. Como si un pequeño globo de ensayo se hubiese lanzado con la complicidad de medios sojuzgados, entregados o simplemente controlados de forma directa. De forma similar, la toma de control que el socialismo español ha hecho del poder judicial, quedó sepultada en pocas horas en medios y redes, gracias a el «salpicón» de Shakira, que se apoderó de los «trending topics». ¿Y el golpe? ¿Y los peligros que se asoman? ¿Y la participación del principal partido de oposición en el arreglo que convierte al Tribunal Constitucional en la oficina de asuntos jurídicos del chavismo español?


Pues de eso, nada.


Otra señal para quien viene del futuro

Yo vi caer a la democracia venezolana a cámara lenta, pero no sabía que se estaba cayendo, hasta que la vi en el suelo.


Siento que todo empezó cuando los ciudadanos decidieron que todos los políticos eran iguales y hacían lo mismo cuando llegaban al poder, pactaban y se arreglaban a espaldas del electorado. Entonces surgió un cuestionamiento básico: si todos son iguales y todos harán lo mismo ¿Para qué voy a votar?


Empezó entonces el fenómeno del divorcio entre el problema y el voto como vía para la solución. Es decir, si necesito que se resuelva el problema de la delincuencia, mejor me compro un arma porque ir a votar por quien me ofrece más seguridad no va a resultar. No resultará sacar a un partido para que gobierne otro, porque los dos son lo mismo. Empezó entonces a crecer la abstención como fenómeno en una democracia que se preció de alcanzar hasta el 90% de participación en sus años iniciales, para fenecer de a poco hasta llegar a una abstención que supera hoy el 80% en cada evento electoral.


¿Estamos ya en eso en España? Quizás sí, quizás no. Pero el camino está construido ya, con colores rojos y azules bien combinados.


Lo de los medios ya es de chiste. No es necesario decir que fueron los principales medios venezolanos los escenarios donde se libró la batalla contra la democracia venezolana, siendo mayoría los que se alinearon con Chávez, aunque luego les tocó arrepentirse. Andan incluso en España los editores de aquellos medios que creyeron que regalándole a Chávez las primeras planas y el prime time televisivo y radial, le hacían un favor al país. Por allí andan expropiado, con sus medios cerrados, algunos no hablarán por vergüenza, otros por complicidad aun en desarrollo. Pero así fue y la historia está aún por contarse plenamente,


Habría que hacer una simple revisión del número de periodistas en los altos niveles del chavismo durante todos estos años. El chavismo fue eminentemente un fenómeno mediático desde el momento en que unos altos mandos traidores permitieron al golpista Chávez aparecer uniformado en directo en las pantallas de televisión para anunciar que se rendía aquel febrero de 1992 cuando usó las armas de la República para asesinar a la República. Fue a través de los medios, en cadena nacional que Chávez gobernó. En vivo y directo expropió, ordenó reprimir, arrasó con tribunales, parlamento, gobernaciones, alcaldías. Fue en televisión nacional que anunció que se reelegiría eternamente. Y fue en televisión nacional que nos hizo vivir, cual reality show, su enfermedad, agonía y hasta sus pompas fúnebres.


Hay muchas evidencias hoy sobre lo que está haciendo el chavismo español. Pero lo que de verdad debería preocupar es que el interés de la sociedad está en otra parte y no en las amenazas.


Está abierta entonces la vía para que un liderazgo real y genuinamente comprometido se encargue de señalar que el chavismo español está desnudo.


Ojalá aún haya tiempo.


Nos duele España

EDUARDO INDA. okdiario. 15 Enero 2023


Como buen librepensador, Miguel de Unamuno era una mosca cojonera. Se los tocó a Primo de Rivera, y fue desterrado a Canarias, y volvió a hacer lo propio con los protagonistas del levantamiento militar de 1936 y Millán-Astray le espetó una lamentable frase para la historia: «Muera la inteligencia, ¡viva la muerte!». El genio bilbaíno contraatacó con otra que, sobra recordarlo, se cumplió. Vaya si se cumplió: «Venceréis pero no convenceréis».


Su otra gran sentencia la pronunció a propósito del Desastre de Annual que vino a ser la gota que colmó el vaso de la paciencia de los españoles tras ese otro apocalipsis que se produjo en 1898 con la pérdida de las últimas colonias a manos de los Estados Unidos: Filipinas, Guam, Cuba y Puerto Rico. «Me ahogo, me ahogo, me ahogo en este albañal y me duele España en el cogollo del corazón», escribió el autor de Niebla y La Tía Tula en una misiva dirigida a un amigo residente en Argentina.


La España de Pedro Sánchez representa la consumación del diabólico y no sé si masónico proyecto que puso en marcha un José Luis Rodríguez Zapatero que concebíamos inempeorable. Los atentados del 11-M son a la España contemporánea lo que supuso a la de la Restauración ese Tratado de París del 10-D de 1898 que consagró la entrega a los entonces pujantes Estados Unidos de las últimas colonias.


Zapatero vino con el encargo de hacer saltar por los aires el Pacto del 78, ese milagro en este país cainita que consistió en que los que se enfrentaron en la Guerra Civil se daban la mano para tirar adelante olvidando los terroríficos agravios del pasado. Gente como Manuel Fraga, que había sido ministro franquista, y Carrillo, que era el demonio genocida que había asesinado a 6.000 personas como mínimo en Paracuellos, se dieron la mano con el superlativo Adolfo Suárez como gran maestro de ceremonias.


El sentido común que nos ha regalado los 45 mejores años de nuestra historia en términos de convivencia y modernidad se está yendo al carajo. Zapatero arrumbó la España constitucional dando pábulo a los independentistas catalanes, efectuando mil y una concesiones a ETA -el fin era loable; los medios, despreciables- y alumbrando una Ley de Memoria Histórica que se antoja un golpe de Estado intelectual. Entre otras razones, porque enfatiza la perogrullesca barbarie franquista pero olvida, relativiza o aplaude el terrorismo que implantó la izquierda desde la mal llamada Revolución de 1934. Una España en la que los católicos, los votantes de derechas, los curas, las monjas y hasta los indiferentes eran enemigos a batir. Por no hablar de esa Guerra Civil que, tal y como subraya permanentemente el gigantesco Stanley G. Payne, fue una contienda «de malos contra malos».


Pero el presidente más tolerante con los medios que he conocido, al César lo que es del César, es una hermanita de la Caridad o San Francisco de Asís redivivo al lado de este personaje que conquistó el poder sin que lo hubiera elegido nadie. Sánchez es el caballo de Troya perfecto de todos los enemigos de España: desde Marruecos, que le tiene cogido por los bemoles del móvil y por los business de Begoña Gómez, que es la que hace caja, hasta la narcodictadura venezolana que cuenta con cinco embajadores en el Consejo de Ministros, pasando por ETA, los golpistas catalanes o esa Cristina Fernández de Kirchner que no es ajena al asesinato del fiscal Nisman y que sólo ha robado 1.000 millones de dólares.


Sánchez ha traicionado la promesa a la Constitución que formalizó tras llegar a la Presidencia tras una sentencia Gürtel que en cualquier democracia de calidad hubiera propiciado una investigación de la Fiscalía. Un presidente constitucional de verdad jamás pactaría ni se postraría de hinojos diariamente con quienes protagonizaron un golpe de Estado hace cinco años. Y nunca, nunca, nunca, absolutamente nunca, tendría de socio principal a ETA, la banda terrorista que asesinó a 856 compatriotas, 12 de ellos correligionarios suyos.


Por no hablar del acto de suprema prevaricación que supone derogar la sedición, legalizar los golpes de Estado en resumidas cuentas, y abaratar hasta la obscenidad el trinque de caudales públicos para continuar morando en Moncloa, veraneando en el palacio real de La Mareta y volando en Falcon. O el peligro cierto que acarrea para las 24 millones de mujeres que hay en España esa ley del sólo sí es sí que es un auténtico chollo para violadores, abusadores y pederastas. Basura humana que ve cómo gracias a la hipermachista Irene Montero les queda menos entre rejas o directamente han sido excarcelados. De momento, 185 depredadores sexuales han sido agraciados por la pareja del delincuente Pablo Iglesias.


Traía ayer a colación ese entrañable amigo que es Javier Ybarra un aserto de Montesquieu que viene que ni pintado para describir el tsunami institucional que asuela la vieja Iberia. «No puede haber libertad en donde el ejecutivo, el legislativo y el judicial están unidos en una o en un conjunto de personas porque debido a esta concentración surge el despotismo autoritario», afirmaba el barón francés hace tres siglos. Una aseveración más vigente que nunca por estos pagos y, desde luego, perfecta definición de la antítesis de la democracia.


Lo de esta semana en el Constitucional ha pasado de la categoría de desiderátum sanchista a objetivo cumplido. Este émulo de Pedro Castillo y Erdogan no sólo ha conseguido colocar a su hombre, Cándido Conde-Pumpido, en la Presidencia del Tribunal de Garantías sino que además se ha ciscado en una tradición que establecía que cuando el número 1 había sido nombrado por el PP, el número 2 era digitado por el PSOE, y viceversa. Al igual que la puerta giratoria Ministerio-Fiscalía General del Estado que cruzó Dolores Delgado sin solución de continuidad, la irrupción de Juan Carlos Campo en el Constitucional se antoja un hecho más propio de una república bananera que de un Estado que presume de hablar de tú a tú a los grandes países del mundo libre.


Sánchez ya tiene comiendo de su mano al gran tribunal que resolverá la legalidad de los indultos, de la rebaja de la malversación, de ese regalo a violadores y pedófilos que es la norma sí-sí, de la ley trans, de la de la eutanasia con la cual yo personalmente estoy de acuerdo, y de la ampliación de la del aborto. El punto final de España, ¿Expaña, tal vez?, sobrevendrá con ese referéndum de independencia que travestido o no se celebrará en Cataluña si este suicida continúa subido al Falcon cuatro años más.


Mejor dicho, referéndums o referenda que es como se expresa correctamente el plural de este término en latín. Ni un niño de teta alberga duda alguna de que este pollo convocará o permitirá convocar un plebiscito a los tejeritos catalanes con el consiguiente efecto dominó y la inevitable balcanización que conllevará. Pero Juan Español tiene meridianamente claro que la hoja de ruta de estos fascistoides contiene como punto final la abolición de la monarquía parlamentaria vía reforma de la Constitución y subsiguiente celebración de una votación con el adiós de Felipe VI como único punto del orden del día.


Sólo una victoria del centroderecha liberal en las próximas elecciones impediría o pospondría el desvencijamiento definitivo de la que, por mucho que esta banda de malhechores reescriba la historia, es la segunda nación más antigua de Europa sólo por detrás de Francia. Y cuidadín porque el PP está tristemente abonado a la costumbre de respetar las barbaridades cometidas por una izquierda extrema en el poder que nada tiene que ver con la socialdemocracia transversal de Felipe González. El paradigma fue la era Rajoy, de matrícula de honor en el apartado económico y de suspenso sin contemplaciones en el estadio de los principios.


Siempre elucubré que el fin de esta maravillosa nación que una vez fue un imperio en el que jamás se ponía el sol sería cuestión de siglos, de 100, 300 ó 500 años. La historia es inexorable: la impresionante Grecia clásica pasó a mejor vida, qué decir de Roma, de Al Andalus, de los visigodos o de aztecas, incas y mayas. Es la ley de una vida en la que no hay nada eterno excepto el mal. Lo que ni en la más cruda de mis pesadillas vislumbré es la posibilidad de que lo experimentaríamos en nuestra generación. Siempre, ya digo, tuve la convicción de que lo vivirían nuestros nietos, bisnietos, tataranietos o tatatatatataranietos. Cuatro años más de sanchismo y España pondrá en el escaparate el cartel de «cerrado por defunción». En nuestra mano está evitarlo.


Memoria, manos, votos y Vox

Nota del Editor. 15 Enero 2023


La memoria, el sentido común, deberían bastar para que todos los españoles voten a Vox y pueda España reparar los graves daños sufridos y por sufrir hasta ese momento


España sí tiene una presión fiscal real muy superior a la media de Europa

Daniel Lacalle. la razon. 15 Enero 2023


El Gobierno ha tenido la osadía de llamar «bulo» al informe del Instituto de Estudios Económicos y la Tax Foundation que muestra que España es uno de los países con una fiscalidad más agresiva contra el sector productivo. Como es normal, faltan a la verdad. Según el informe, España se sitúa en 2022 en la posición 34 del total de los 38 países analizados y es uno de los cinco países con peor competitividad fiscal de la OCDE. El esfuerzo fiscal, la presión fiscal normalizada en función de la renta, ya es un 53% mayor que el promedio de la Unión Europea.


Asimismo, el indicador de presión fiscal normativa (carga de gravamen que el sistema introduce al margen de la recaudación que obtenga) es un 16,4% más elevado que la media de la UE. Este exceso de gravamen se refleja especialmente en el Impuesto de Sociedades, entre los cinco peores de la OCDE y en la carga fiscal al patrimonio, que es la segunda peor de toda la OCDE tras Italia.


¿Y qué dicen para tildarlo de bulo? Que la presión fiscal medida por Eurostat no es tan elevada. Usan la presión fiscal sin ajustar a la realidad económica y de rentas, que es una ratio recaudatoria (ingresos fiscales sobre PIB). Aun así, la presión fiscal en 2022 aumentó masivamente al 39% de la riqueza nacional, que es muy similar a la de la media europea (41,7%), no «sensiblemente inferior», muy superior a Portugal, con una economía más parecida a la española, y en países más ricos, como Holanda, Luxemburgo o Irlanda, es más baja que el 40%. De hecho, España se sitúa en el podio de países de la OCDE con mayor alza de la presión fiscal en una década. Pero es que la comparación tiene truco. Que la recaudación sobre PIB sea 39% no significa que los impuestos en España sean bajos. España tiene elevadísimos impuestos, pero parece que ingresa algo menos por tres razones.


La primera, es que España tiene más del doble de tasa de paro (12,5%) que la media de la UE (6%), incluso por encima de Grecia (11,4%) y muy lejos del tercero (Italia, 7,8%), y la mayor tasa de paro juvenil (32,3%), más del doble que en la media de la UE (15,1%). Además, España tiene más demandantes de empleo que no aparecen en las listas de paro que nuestros comparables, por lo que la tasa de infra empleo también es la más elevada. Al tener más parados y sueldos bajos, la cifra de ingresos fiscales sobre PIB aparece ópticamente baja cuando los impuestos al trabajo (IRPF y cotizaciones sociales totales) son más elevados que la media.


La segunda razón es que España tiene empresas mucho más pequeñas que la media comparable. La inmensa mayoría de las empresas de España son microempresas (94%). Las pymes soportan el 72% del empleo frente al 63,7% de Alemania o el 66,6% de la media europea, y su contribución al Valor Agregado Bruto (VAB) supone el 61,3%, mientras que en Alemania es del 54,4%, y del 56,4% en la UE, según datos oficiales. Al tener empresas más pequeñas y débiles, y unos beneficios empresariales comparativamente inferiores a la media de la UE, como muestra el Banco de España y la AEAT, los ingresos fiscales aparecen como aparentemente inferiores, pero en realidad la fiscalidad que soportan las empresas contribuyentes es muy elevada.


La tercera, es que España tiene más economía sumergida que la media de la UE. Un 20% del PIB, frente al 13% de promedio de la UE, según el FMI. Una enorme parte de esa economía sumergida simplemente no puede emerger por la elevadísima fiscalidad, incluyendo pequeños trabajadores que no pueden permitirse las altas cuotas de autónomos, por ejemplo. La economía sumergida cuenta en el PIB, pero no declara, y por lo tanto los ingresos fiscales sobre PIB aparecen relativamente bajos porque el denominador incluye una actividad no reglada mayor.


Así, los burócratas siempre nos suben los impuestos y, mientras pagamos cada vez más, nos dicen que recaudan poco. Es la paradoja argentina. Una fiscalidad que desplaza empleo, crecimiento y riqueza y encima se queja de que recauda poco. Si España tuviera una fiscalidad baja, como argumenta la ministra, seríamos los líderes en crecimiento, empleo y recaudación, como es Irlanda.


Montero no dice una palabra sobre el exceso de gasto improductivo, en un país que tiene más de 60.000 millones de euros anuales en ineficiencia en gasto público, según el mismo estudio de IEE. Implementar una fiscalidad extractiva y confiscatoria como la de España es muy cómodo para los políticos porque exprimen todo lo que pueden de los sectores cautivos –salarios y empresas nacionales– y siempre se escudan en que sus ineficiencias presupuestarias son un «problema de ingresos».


Esto es más preocupante ahora que la oposición parece abandonar la defensa del contribuyente y una fiscalidad orientada al crecimiento. Cuando lo mejor a lo que nos enfrentamos es «contener» los impuestos y los partidos con acceso a poder se rodean de personas que piensan que el sector privado es un cajero automático a disposición de un gasto político creciente, el resultado es una economía muy lejos de su potencial.


Por qué dejé de ser nacionalista

Alejo Vidal-Quadras. vozpopuli. 15 Enero 2023

El jueves pasado participé en la presentación en Madrid del libro Por qué dejé de ser nacionalista, editado por Libros Libres, este vibrante sello que dirige con tanta valentía como acierto Alex Rosal, y creo que no es ocioso reproducir aquí un extracto de las palabras que pronuncié en tal ocasión:


“Ante todo, quiero felicitar a Libros Libres y a los nueve valientes que han contribuido a que este libro viera la luz. Mi cordial enhorabuena a Salvador Sostres, Albert Soler, Anna Grau, Eva M. Trías, Júlia Calvet, Eva Parera, Miquel Porta Perales, Xavier Horcajo y Jesús Royo. Nunca, que yo recuerde, se habían reunido en un volumen tantos testimonios de un proceso de curación de una enfermedad grave, incluso en ocasiones mortal, como es el nacionalismo identitario. Contemplado desde fuera de su alienador magma, el nacionalismo de identidad aparece como una patología que se apodera de las mentes de sus víctimas y las conduce irremisiblemente a la violencia, a la frustración y al empobrecimiento material y cultural.


Una doctrina política que postula que la humanidad se divide en grupos disjuntos caracterizados por uno o varios elementos definidores, raza, lengua, religión, historia, geografía, costumbres, folklore o gastronomía, y que cada uno de estos grupos tiene derecho a un estado propio independiente y soberano, genera necesariamente tensiones, choques armados, vulneraciones de derechos y graves perturbaciones de la paz civil en las sociedades en las que se implanta y el discurso -más que discurso, testamento- de François Mitterrand en el Parlamento Europeo en enero de 1995 lo expresó de forma tan cortante como inapelable: Le nationalisme c´est la guerre. La razón es simple: las colectividades humanas a partir de un cierto volumen suelen ser multilingües, multiculturales, plurales en sus creencias y de orígenes geográficos varios, por lo que los intentos de hacerlas homogéneas de manera coactiva o de reclamar una estructura política soberana para cada región, subgrupo, comarca o barrio, conduce invariablemente a enfrentamientos internos o con pueblos vecinos que desembocan con frecuencia en conflictos sangrientos o, por lo menos, en fuertes tensiones que dificultan seriamente la vida en común.


Podemos, pues, concluir que el combate democrático contra el nacionalismo de identidad, excluyente, supremacista, totalitario y xenófobo, es la lucha de la razón contra el instinto, de la ilustración contra el fanatismo y de la libertad contra la imposición. Véase en este marco la imposibilidad de aplicar el principio de autodeterminación en estados democráticos. Cualquier intento de identificar el sujeto constituyente que se autodetermina es estéril por reducción al absurdo. El maravilloso invento de Tabarnia lo corrobora con tanto humor como eficacia.


La desagradable evidencia es, sin embargo, que el nacionalismo identitario cuenta con muchísimos adeptos, que sus seguidores lo practican con intensa convicción y que son muy difícilmente permeables a los argumentos que, si los analizaran objetiva y racionalmente, les apartarían de un planteamiento político e ideológico de efectos tan deletéreos. El motivo último del éxito del nacionalismo de identidad radica en que despierta instintos primarios muy arraigados en nuestro cerebro límbico desde tiempos prehistóricos, el instinto territorial, el instinto grupal y el miedo instintivo al extraño. Estas pulsiones primigenias son en general inconscientes y estrechamente ligadas a otro instinto primordial y básico, el instinto de supervivencia y, por tanto, extraordinariamente resistentes a cualquier llamada al análisis empírico de la realidad. Alguno de los asistentes seguro que está pensando que por qué no menciono también el instinto sexual. La verdad es que no lo cito porque no actúa en el caso que nos ocupa, aunque si se considera lo que los nacionalistas les hacen sistemáticamente con sostenido entusiasmo a los que no lo son, quizá habría que incluirlo en la ecuación.


En este contexto, los nueve relatos de Por qué dejé de ser nacionalista son sin duda reveladores. Prácticamente, todos ellos, partiendo de distintas vivencias y trayectorias personales, describen un itinerario de curación, una liberación consciente, de una adhesión inconsciente a un credo espiritualmente esclavizador.


Un rasgo común al conjunto de experiencias contenidas en Por qué dejé de ser nacionalista es el alto precio que se paga por la salida de la secta en forma de represalias, marginación, discriminación, reproches y agresiones verbales e incluso físicas. El regreso a la luz del pluralismo y la tolerancia desde la oscuridad opresiva del tribalismo identitario no es gratis y las listas negras, los desplantes, los insultos, las pintadas ofensivas, la pérdida de clientes, los despidos o las humillaciones que se desgranan en las nueve peripecias descritas en el libro así lo prueban.


En definitiva, Por qué dejé de ser nacionalista es a la vez un alegato contra la doctrina política que, junto con el comunismo y el nazismo y en repulsiva conjunción con ambos, más daño ha hecho al mundo en la edad moderna y contemporánea, y una invocación a la esperanza. Lo que los nueve héroes y heroínas que han tenido el gesto valeroso y generoso de compartir con el resto de catalanes y de españoles en general su particular vía crucis de rotura de las cadenas que les mantenían prisioneros del nacionalismo, proclaman en sus respectivas y reveladoras autobiografías es que del nacionalismo identitario se puede salir, no indemne, pero sí entero, y dispuesto a seguir en la pugna por la libertad, la democracia, el imperio de la ley y el respeto a los derechos individuales que los nacionalistas tanto se empecinan, ojalá sea en vano, por liquidar.”


******************* Sección "bilingüe" ***********************


El día 21-E, ¡nos vemos en Cibeles!

Rosa Díez. vozpopuli. 15 Enero 2023

Tras escuchar el discurso del Rey que devolvió a los españoles de bien la confianza en nuestras instituciones, el 8 de octubre de 2017 más de un millones de ciudadanos procedentes de toda España salimos a las calles de Barcelona para a frenar el golpe contra la democracia que se había dado desde las instituciones autonómicas.


En aquel delicado momento para nuestra convivencia, los españoles fuimos conscientes de que las instituciones no se defienden solas y de que la democracia necesita de cada uno de nosotros, ciudadanos con derechos y también con deberes. Y nos dimos cita para reencontrarnos, para unirnos, para sentirnos mayoría, para frenar a los totalitarios que querían arrebatarnos la Nación, patria indivisa de todos los españoles.


Hoy, en enero de 2023, tras años de gobierno de Pedro Sánchez Castejón al frente de una coalición que pretende la ruptura y el enfrentamiento entre españoles y que para lograrlo se ha coaligado con los eternos enemigos de las libertades -los comunistas, los populistas radicales, los pro etarras, los golpistas y los nacionalistas identitarios- nuestras libertades se encuentran aún más amenazadas, pues hoy el golpe contra la democracia y las instituciones que la representan se dirige desde la Presidencia del Gobierno de España. Por eso llamamos nuevamente a los ciudadanos a salir a la calle unidos en defensa de nuestra democracia y de los valores que alumbró la Transición y consagró la Constitución de 1978.


Sabemos que en los tiempos que corren no es sencillo debatir racionalmente. Pero huimos de la confrontación estéril, de la división que Sánchez y sus socios quieren provocar entre españoles para poder mandar sin ningún tipo de control democrático sobre un país dividido y roto. Las asociaciones que convocamos a los ciudadanos a Cibeles el próximo sábado día 21 defendemos una España unida y próspera, la separación de poderes y las instituciones independientes. Y denunciamos que el Gobierno y sus socios están colonizando partidistamente instituciones y organismos, desde el Tribunal Constitucional a la Fiscalía General del Estado, para evitar el control democrático que es inherente a cualquier sistema democrático.


Las asociaciones convocantes de #Cibeles21E condenamos que se haya diseñado el Código Penal a la medida de los delincuentes; rechazamos que el Gobierno y sus socios políticos y parlamentarios hayan eliminado el delito de sedición cuando los sediciosos amenazan con volver a repetir los actos delictivos por los que fueron condenados; denunciamos que el Gobierno y sus socios tomen reiteradamente decisiones políticas para conceder beneficios penitenciarios a terroristas que no cumplen con los requisitos de colaboración con la justicia y petición de perdón a las victimas; condenamos que el Gobierno haya aprobado una ley para rebajar las penas por el delito de malversación de caudales públicos para proteger de esa manera a los políticos corruptos que utilizan el dinero de todos los españoles para financiar las campañas electorales de sus partidos y burlando el derecho constitucional de concurrir a las elecciones en igualdad de condiciones. Y denunciamos que, para obtener beneficio personal y mantenerse en la Moncloa, Sánchez, su gobierno y los diputados que lo han apoyado, hayan hecho un uso fraudulento de la potestad legislativa modificado el Código Penal para desmontar la sentencia firme del Tribunal Supremo respecto al golpe que se dio desde Cataluña. Y proclamamos que los ciudadanos no podemos permanecer callados ante todas esas tropelías, ante todos esos ataques a nuestro orden constitucional y a nuestra democracia y ante tanto abuso de poder.


Quienes convocamos a los ciudadanos a que acudan a Cibeles el próximo sábado día 21 sabemos que es mucho más lo que nos une a la inmensa mayoría de los españoles que aquello que nos diferencia; y que lo que nos diferencia no nos separa como españoles sino que nos enriquece como sociedad plural y democrática. Quienes os convocamos a salir a la calle ejerciendo nuestro derecho y deber de ciudadanía defendemos la pluralidad; y remarcamos que no es lo mismo el derecho a la pluralidad- propio de toda sociedad democrática- que la pluralidad de derechos, reivindicación propia de los movimientos identitarios a los que sirve el Gobierno de Pedro Sánchez. Por eso convocamos a los españoles a salir a la calle en defensa de la unidad de la Nación, instrumento imprescindible para garantizar la igualdad de derechos de todos los ciudadanos.


El próximo día 21 vamos a reencontrarnos una inmensa mayoría de españoles que caminaremos por las calles de Madrid- como en octubre de 2017 lo hicimos en Barcelona- unidos en la defensa de los valores y principios constitucionales y de la democracia que construimos entre todos. A ninguno de los asistentes le va a importar la opción ideológica, el proyecto vital o la procedencia territorial de quien se encuentra a su lado; porque quienes vamos a salir a las calles unidos, con alegría y sin miedo, seremos una aplastante mayoría de españoles cabales y sin complejos que aspiramos a legar a nuestros hijos un país más libre y más prospero. Una inmensa mayoría de españoles que también queremos honrar la memoria de nuestros mayores que con generosidad y sacrificio se unieron como hermanos para superar la confrontación de las dos viejas Españas y para impedir que en sus hijos y nietos se repitiera su historia.


El movimiento cívico tiene una cita para ti. El sábado nos vemos en Cibeles.


Un cuento navideño

Jesús Cacho. vozpopuli. 15 Enero 2023

Nada de lo que sigue aconteciendo en la rúa tiene ya excesiva importancia. Lo sabemos todo del personaje, sabemos lo ocurrido desde junio de 2018 y tememos lo que está por venir en los meses que restan hasta las generales, las doce plagas, el turbión de ceniza que suele traer aparejada la lluvia cuando cae sobre el bosque calcinado. Seguir rebuscando en el diccionario los términos adecuados para describir el naufragio es un ejercicio inútil, un esfuerzo estéril. El felón ya es presidente del Constitucional por persona interpuesta, ese Vyshinski (fiscal general de Stalin, para quien las leyes penales eran apenas una herramienta al servicio de la lucha de clases) de fidelidad perruna dispuesto a llevar la demolición del régimen del 78 hasta los cimientos. Todo el mal está hecho, casi todo está dicho y urge pasar página. Hay que empezar a olvidarse de este psicópata, este autócrata narciso aferrado a la arboladura del típico chulo de discoteca y empezar a pensar en el futuro inmediato, en este 2023 clave para el destino de un país al que una banda criminal ha conducido hasta la frontera misma de una humillante ruptura. El reto es mayo, se llama mayo, y a ese esfuerzo supremo deben dedicar los demócratas españoles todos sus esfuerzos a partir de ahora.


Importa la alternativa. Más allá del hundimiento de Ciudadanos y el destino de los restos de ese naufragio, importa saber si el PP de Núñez Feijóo será capaz de conservar/agrandar la distancia que ahora mismo le separa de ese PSOE escorado a la extrema izquierda; importa saber si Vox mantendrá el bloque de fortaleza de sus cincuenta y tantos diputados o incluso si sabrá aumentarlos, e importa, sobre todo, saber si la suma de ambos se transformará en una mayoría suficiente para gobernar, y si la derecha española, liberada de una vez por todas de sus atrabiliarios miedos al qué dirá la izquierda pobresista, será capaz de aunar esfuerzos para enderezar el rumbo de un país a la deriva.


Esta semana ha ocurrido algo que ha conmocionado las filas de esa derecha: el fichaje de Borja Sémper como portavoz del comité de campaña de Feijóo, incorporación que ha venido acompañada de otras, caso de Íñigo de la Serna, gente con mando en plaza durante los Gobiernos de Mariano Rajoy, encuadrada en las filas de ese genérico “sorayismo” que Casado se quitó pronto de encima porque suponía un peso muerto para el proyecto de rearme ideológico que pretendió al inicio de su mandato. Esas incorporaciones han encendido las alarmas entre los cientos de miles de antiguos votantes populares refugiados bajo el paraguas de Cs y de Vox que pudieran estar pensando, más por sentido de la responsabilidad que por gusto, en un regreso a la “casa del padre”, levantando al tiempo una oleada de comentarios críticos que posiblemente pequen de precipitados. Porque las cosas podrían ser de otro modo. Podrían.


Feijóo llegó a Madrid con lo puesto y el aderezo de una pequeña guardia de corps sin mucha idea del who’s who en los poderes del Estado. El gallego ha venido padeciendo el mismo mal que ya experimentó el palentino: la dificultad de incorporar talento a la estructura de Génova. En realidad, tanto uno como otro han sido víctimas de la criminal desidia de ese personaje nunca suficientemente maltratado apellidado Rajoy y su decisión de convertir al PP en un partido de tecnócratas tan reñidos con la ideología liberal como propensos a meter la mano en el erario público, asunto del que el partido aún se duele en los tribunales de justicia. Ningún aliciente, pues, capaz de concitar la incorporación de sabia fresca, de talento joven dispuesto a prestar un servicio al país. La llegada de Sémper es, por eso, la constatación del desierto en que ha quedado convertido el actual PP. Seamos realistas, si hay que recuperar a un tipo que salió despotricando de un partido –lo menos que pudo hacer, por otro lado- que ahora le hace su portavoz es que en la despensa de Génova no quedan ni ratones, es que ese armario está vacío.


Pero Feijóo conoce la valía de algunos de los que, entre la legión de secretarios y subsecretarios de Estado, sirvieron bajo el mandato de Rajoy y a quienes Casado canceló de un plumazo. De hecho, parece que nada más aterrizar en Madrid, pronto hará un año, intentó ya la vuelta de un Sémper a quien ofreció un puesto de relumbrón en la estructura del partido, oferta que el guipuzcoano rechazó. Padre de cuatro hijos, había empezado a ganarse bien la vida en la empresa privada. Pero el gallego no se rindió y el 6 de diciembre volvió a la carga. Las circunstancias han cambiado. Estamos de lleno en un año que se percibe como el más importante en mucho tiempo de historia española, y la perspectiva de un regreso al poder del PP se antoja más cerca que nunca.


El aludido ha pactado sus condiciones: reportar al propio Feijoo, depender en exclusiva de Feijóo. Y contar con todas las papeletas para ocupar un puesto importante en un futuro Gobierno de la derecha. Hay quien sostiene que el fichaje de Sémper es “la decisión más importante que ha tomado Núñez Feijóo desde que asumió la presidencia del partido”. Una iniciativa que refuerza sus opciones electorales y que abre paso a otras incorporaciones, incluso de independientes de prestigio, capaces de conformar el Gobierno de altura –moral e intelectual- que la situación reclama tras el paso de la basura que hoy se acumula en el consejo de ministros. “Borja es un tipo sensato y formado, que se expresa con criterio y que está bien relacionado con los medios, algo que descargará de mucho trabajo a Feijóo”.


Con esa incorporación, el líder del PP refuerza la línea estratégica de un “centrismo” dispuesto a pescar en los caladeros electorales de la izquierda moderada (si tal cosa existe hoy), gente encuadrada en las clases medias que tradicionalmente ha votado PSOE y que hoy puede estar razonablemente espantada ante el espectáculo de un aprendiz de sátrapa, simple rehén de quienes le mantienen en el poder, dispuesto a acabar con una Constitución que ha amparado el periodo más largo de paz y prosperidad que los españoles han conocido en siglos. El PP amplía su base electoral por la izquierda pero paga el precio de renunciar a recuperar el voto que huyó espantado del “sorayismo” y que hoy reclama políticas contundentes de regeneración, al tiempo que levanta un valladar entre los territorios electorales de PP y Vox, consolida de algún modo el voto Vox, asunto de la mayor importancia en la perspectiva de esa suma de fuerzas que se adivina como ineludible para que la derecha española pueda formar Gobierno. ¿Un cuento navideño?


Podría ser. Pero ese será el momento de la verdad. Conviene reiterar que, para millones de españoles, la presencia de Vox en un eventual Gobierno de centro derecha parece condición sine qua non para alejar la sospecha de un Feijóo convertido al final del camino en una versión actualizada del peor Mariano, un Ejecutivo débil dispuesto a arreglar la fachada de la economía sin tocar lo demás, para, a la vuelta de unos años, volver a servir el poder en bandeja al último aprendiz de sátrapa salido de las sentinas reaccionarias de este PSOE echado al monte de la extrema izquierda. No hay margen para esos jeribeques. Ninguno. La derecha democrática española no puede ya pensar en llegar a Moncloa para ocupar unas instituciones destrozadas y disfrutar pro domo sua de las prebendas del poder. Sobre los escombros del sanchismo hay que reconstruir la idea de nación y repensar el Estado entero, lo que implica no solo encauzar la situación económica y mandar al cubo de la basura algunas de las leyes salidas del magín de cuatro analfabetas comunistas, sino avanzar en una serie de reformas profundas destinadas, al final del camino, a poner el Estado al servicio de los ciudadanos y no al revés.


Ese Gobierno de coalición PP+Vox, respaldado por una mayoría cercana a los 200 diputados, sería la última oportunidad para salvar la democracia española tal como la hemos conocido desde finales de los setenta. Porque la posibilidad de un Gobierno del PP en solitario sostenido por la abstención de este PSOE radicalizado se antoja una quimera sin fundamento. Y hay quien ve en la estrecha amistad que une a Sémper con Santiago Abascal, compañeros de pupitre de juventud, una de las claves de ese posible acuerdo. Pero antes hay que ganar, ojo. Y para ganar en unas generales a la poderosa armada de la izquierda pobresista, separatista y bildutarra se necesita mucha más gente que para formar Gobierno. Y para ganar en noviembre hay que empezar por ganar en mayo. La cita es mayo, porque después de lo que ocurra en las municipales y autonómicas de mayo todo quedará visto para sentencia. Primero hay que ganar, para poder después formar gobierno. Primero, ganar.


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