Recortes de Prensa Domingo 19 Marzo 2023
Putin visita por sorpresa Mariúpol para "inspeccionar algunos lugares"
El Confidencial. 19 Marzo 2023
El presidente ruso, Vladimir Putin, ha viajado este domingo a la ciudad ucraniana de Mariúpol en una "visita de trabajo" para "inspeccionar algunos lugares de la ciudad y hablar con los residentes", según ha informado TASS.
El presidente habría viajado en helicóptero, según ha explicado el servicio de prensa del Kremlin a la agencia de noticias rusa, y habría conducido un vehículo por las calles de la ciudad, haciendo varias paradas en diferentes lugares.
Por otro lado, según ha informado el servicio de inteligencia de Reino Unido, "es probable que las autoridades rusas se estén preparando para facilitar un reclutamiento militar más amplio para satisfacer sus necesidades militares". El 13 de marzo de 2023, los diputados de la Duma rusa presentaron un proyecto de ley para cambiar el tramo de edad para el servicio militar obligatorio a hombres de 21 a 30 años, de los 18 a 27 actuales. Es probable que la ley se apruebe y entraría en vigor en enero de 2024.
Las claves del momento:
La CPI emite una orden de arresto contra Putin por la deportación forzada de niños ucranianos
Erdogan anuncia vía libre para el ingreso de Finlandia en la OTAN
La ONU acusa a Moscú de tener un "desprecio brutal" por los civiles
Polonia enviará 4 aviones de combate a Ucrania "en los próximos días"
Eslovaquia enviará trece cazas MiG-29 a Ucrania
Kiev detecta movimientos rusos en el mar Negro tras un suceso con dron de EEUU
El presidente chino realizará la semana que viene una visita oficial a Rusia
Así hemos vivido la jornada 386 de la guerra de Ucrania
Hace 1 horas 4 minutos 09:00
La UE espera cerrar el lunes un acuerdo para mandar sus propias municiones a Ucrania
La Unión Europea espera cerrar este lunes un acuerdo a nivel de ministros de Exteriores y de Defensa para mandar las municiones de sus propios arsenales a Ucrania y avanzar en el plan de compras conjuntas para reponer los stocks y garantizar el suministro sostenible de munición de 155 milímetros que necesita Kiev para librar la batalla contra el Ejército ruso en el este de Ucrania.
En la reunión de Exteriores y Defensa de este lunes, se espera que los ministros europeos den el visto bueno al paquete de apoyo extraordinario de 1.000 millones propuesto por el Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, para financiar, con una cuota de hasta el 60% a través del Mecanismo de Paz Europeo, el envío de munición de artillería de los arsenales de los ejércitos europeos.
Hace 1 horas 49 minutos 08:15
Vladimir Putin hace una "visita de trabajo" sorpresa a Mariúpol
El presidente ruso, Vladimir Putin, ha viajado este domingo a la ciudad ucraniana de Mariúpol en una "visita de trabajo" para "inspeccionar algunos lugares de la ciudad y hablar con los residentes", según ha informado TASS.
El presidente habría viajado en helicóptero, según ha explicado el servicio de prensa del Kremlin a la agencia de noticias rusa, y habría conducido un vehículo por las calles de la ciudad, haciendo varias paradas en diferentes lugares.
Después ha visitado la ciudad de Rostov del Don, situada en el sur de Rusia, cerca de la frontera con Ucrania, para una reunión con el jefe de las Fuerzas Armadas, Valeri Gerasimov, y varios comandantes militares.
Putin, criminal
VICENTE TORRES. periodista digital. 19 Marzo 2023
La Corte Penal Internacional ha emitido una orden de captura contra Putin, con lo que éste ha adquirido oficialmente la condición de criminal. Las pruebas son contundentes.
Aunque los rusos aleguen que no reconocen a la CPI y se ríen de las consecuencias que pueda tener esta orden, no tienen más remedio que darse cuenta de que Rusia está mucho peor que antes de invadir Ucrania y que para estar en condiciones de recuperar aquella situación tienen que cambiar muchas cosas y uno de los requisitos indispensables es la entrega de Putin.
Otra de las consecuencias de dicha orden es que el presidente ruso ya no puede ser aceptado como interlocutor por nadie, y que los intentos de los rusos de justificar la invasión o de contar las cosas al revés ya no son posibles. Ya las cartas están boca arriba y el engaño ha dejado de ser posible.
En el caso de España, la parte del gobierno que está a favor del criminal ruso ha quedado con las vergüenzas al aire, no obstante y dado que ni los podemitas ni el resto de los ministros tienen vergüenza es posible que hagan como que no se han enterado.
Putin hizo muy mal los cálculos. Se ha encontrado con dos héroes, algo con lo que no contaba. Uno es Zelenski, que ha demostrado que es de muy buena pasta. Dicen que ha sorprendido a todos, pero es seguro que quienes lo trataron de cerca en los años anteriores tenían que saberlo y si no es así es porque no se fijaron bien.
El otro es Navalny, cuya sola existencia es la prueba de que Putin es un asesino. Volvió a Moscú, en donde fue detenido, para dejar constancia de esta condición de su enemigo. Se sacrificó para beneficiar a Rusia y de paso al mundo entero.
Navalny ha derrotado a Putin, aunque éste no se dé cuenta.
¿Por qué en lugar de matarnos a impuestazos no gastan menos?
Eduardo Inda. okdiario. 19 Marzo 2023
Warren Buffett es el quinto terrícola más rico, además del primer accionista de una de las compañías de inversión más importantes del mundo, si no la más importante, Berkshire Hathaway. Este estadounidense de 92 años es el gran gurú del capitalismo mundial: siete de cada diez de sus apuestas bursátiles salen bien, lo cual suele provocar virtuosos efectos dominó porque el mimetismo que ejerce sobre los inversores es descomunal. Para muestra, un botón: metió 32.000 millones en Apple en 2016 y cinco años más tarde esas acciones valían 150.000. Movimiento que efectúa, movimiento que es replicado por millones de pequeños capitalistas en los cinco continentes. Cuando Berkshire apuesta por una empresa, las acciones se disparan exponencialmente, lo mismo que cuando se produce el proceso inverso los socios pueden darse literalmente por jodidos.
Buffett es el antidivo y el antibillonario. Vive en la misma casa de Omaha, la capital oficiosa de esa Nebraska en la que sólo hay vacas y ojivas nucleares, que compró en 1958 y cuyo valor de mercado actual no supera los 900.000 dólares. Una broma teniendo en cuenta que atesora una fortuna de 118.000 millones, que su empresa acumula 902.000 millones en activos, que el capital social está en 463.000 millones y que la facturación fue de 295.000 millones el pasado ejercicio.
Cuando en la infinidad de charlas que da le preguntan cuáles son las claves del éxito de un negocio, suelta sistemáticamente la misma sensata perorata:
—Gastar menos de lo que ingresas. Lo contrario, es decir, endeudarte, acaba mal la mayor parte de las veces—.
Pedro Sánchez, que es doctor en Economía pero tras robar su tesis, no ha debido hacer mucho caso al Oráculo de Omaha porque recogió España con una deuda pública del 98% del PIB, la llevó por encima del 120% y ahora la ha enderezado algo situándola en torno al 115%. España experimenta uno de los mayores desfases entre ingresos y gastos de Occidente: la deuda alemana está en el 68% del PIB, la británica en el 95%, la francesa en el 112%, la de Dinamarca por ejemplo en el 34%, la de Austria en el 82% y la de un socio comunitario similar en población como es Polonia en el 53%. Cierto es que Italia nos gana por goleada con su 150% pero la nación transalpina no es comparable, entre otras razones, porque nos dobla de largo en economía sumergida. Y allí las cuentas públicas tienen más trucos que las españolas y más trampas que una película de chinos. También es verdad que los Estados Unidos se encuentran en el 128% pero, claro, se pueden permitir esos lujos porque son la mayor economía mundial y pueden empeñarse casi hasta el infinito.
El todavía presidente circula por el camino inverso al recomendado por Buffett, es decir, que vamos hacia el desastre porque continuamos gastando infinitamente más de lo que ingresamos. La madre, el padre o la persona especial de todos los ejemplos es ese Ministerio de Igualdad, o Igual-da que suele decir Ayuso, que está concebido para que se forren el lomo los amiguetes de la liberavioladores Irene Montero. Los 573 millones de nuestros impuestos destinados al departamento de la pareja del delincuente de Pablo Iglesias sirven para que los de la mamandurria hagan estúpidos estudios sobre el machismo en los algoritmos o para certificar qué les gusta más a las mujeres, si la penetración o la masturbación, cuando practican ambos modos de satisfacción sexual.
Otro epítome del derroche sanchista, otro culpable de nuestra impagable deuda pública, es el número de ministerios. Con Mariano Rajoy había 14, ahora 23, conformando el que ya es de largo el Gobierno más elefantiásico de la democracia. Con una particularidad: con Aznar y con González nuestra pella nacional estaba notablemente por debajo del 40% del Producto Interior Bruto, es decir, tres veces menos que en una actualidad en la que parecemos esos países del Cono Sur de América en los 80 que se declararon en suspensión de pagos porque no podían atender las multimillonarias obligaciones que habían contraído.
Otro dato revelador: con los socialistas, ahora no lo sé, el Gobierno andaluz tenía más vehículos que el mismísimo Ejecutivo de los Estados Unidos, sí, el de un tal Biden. Sencillamente de locos. Por no hablar de las 40 embajadas que los golpistas catalanes abrieron en el extranjero o de los 408.000 funcionarios o empleados públicos que Sánchez nos ha colado de matute en menos de un lustro con el perogrullesco objetivo de tener cautivos 408.000 votos. Una auténtica salvajada que eleva a 3.500.000 el número de trabajadores en la Administración. Es decir, que el 18% de la población activa cobra de ese Estado que somos todos los contribuyentes. Esto no hay dios que lo sostenga.
En lugar de ser austero, como dice alguien que sabe de números setecientas mil veces más que él, Warren Buffett, ha emprendido una carrera hacia ninguna parte tirando con la pólvora del rey. El pequeño gran inconveniente es que el dinero hay que devolverlo. Salvo que queramos acabar como la Grecia del Podemos griego, Syriza, que tuvo que bajar las pensiones un 35% para poder satisfacer las deudas que había contraído con media Europa y parte de la otra.
Entre tanto, estos sacacuartos socialcomunistas nos han subido cerca de 60 figuras tributarias, desde el IRPF hasta el Impuesto de Sociedades, pasando por el IVA o las cotizaciones sociales, con los autónomos como principales masacrados. Las últimas son el bolivariano impuesto a los beneficios extraordinarios de bancos y energéticas, el tributazo a los ricos y ahora un incremento exponencial de las cotizaciones sociales que ni Pablo Iglesias hubiera suscrito en su sueño más calenturiento. Todo lo cual convierte a Sánchez en un auténtico terrorista fiscal.
El salvaje engorde de las cotizaciones sociales, teóricamente para pagar las pensiones, representa un disparate nivel dios. Básicamente, porque España era ya tras Francia e Italia el país de la zona euro en el que las empresas abonaban más a la Seguridad Social. Medida que José Luis Escrivá, un tipo de tanto fuste profesional —ha sido alto cargo en el BCE y ocupó la Jefatura del Servicio de Estudios del BBVA— como mal carácter, siempre rechazó. Yo me pregunto si las pensiones no se podrían mantener simple y llanamente reduciendo las mamandurrias, los coches oficiales, el obsceno número de empleados públicos, los Falcons y las dachas presidenciales por poner algunos de los paradigmas más cantosos, pero no por ello falsos, de la cuestión.
Los contribuyentes estamos muy hartos de tener que apoquinar más y más y más para que a Pedro Sánchez le acaben saliendo las cuentas
Sólo los 408.000 funcionarios y empleados públicos creados por Sánchez suponen para las arcas del Estado un coste anual de 15.000 millones. Justo lo que asegura Moncloa que recaudará con la indecente subida de las cotizaciones sociales para que el sistema de pensiones no haga catacrack. Aunque en honor a la verdad hay que subrayar que los expertos cifran entre 6.000 y 8.000 millones el ingreso extra que se producirá con este nuevo sablazo fiscal.
La insoportable patada en la entrepierna a las empresas vía cotizaciones constituirá, para más inri, una máquina de generar desempleados. Como quiera que tendrán que astillar bastante más a la Seguridad Social, las sociedades grandes, pequeñas y mediopensionistas dispondrán de menos circulante para contratar nuevos trabajadores e incluso para mantener a todos los que están en plantilla. Consecuencia: más paro. Claro que hecha la ley, hecha la trampa: las compañías bajarán el sueldo a los empleados o ejecutivos más caros y les abonarán el diferencial vía esos bonus o dietas del Consejo de Administración que gozan de una tributación dos veces menor.
Todo lo anterior invita a sopesar la posibilidad de modificar la legislación para que los gobernantes que en lugar de gastar menos de lo que ingresan, optan por el modus operandi contrario, se enfrenten a consecuencias penales por su manirrotismo. Los contribuyentes estamos hasta las gónadas de tener que apoquinar más y más y más para que a nuestros presidentes, especialmente los socialistas, les salgan las cuentas. Que se ajusten a lo que tienen como hacemos todo quisqui en nuestra casa. El Estado no es ese hijo tonto que te cuesta un potosí porque no da más de sí. No estaría de más que Sánchez y cía se leyesen La vida, las lecciones y las reglas para el éxito de Warren Buffett o Buffettología, los libros que mejor resumen las fórmulas maestras de un tipo al que le fue bien porque aplicó a su vida profesional la misma austeridad que practicaba en su ámbito privado. Claro que a lo mejor eso es tanto como echar margaritas a los cerdos.
Frankenstein sonríe a Tamames
JORGE VILCHES. la razon. 19 Marzo
2023
El problema no es que Tamames no tenga razón, es que esta moción de censura no es seria. En una democracia liberal donde se guarda un respeto al espíritu y a la letra de la ley no se malbarata una figura constitucional como la moción. Esto es así especialmente cuando quien la presenta alega que la situación es mala y que urgen soluciones extremas. La respuesta, por tanto, debe estar en consonancia con el argumento, y no alegrar al censurado como va a ocurrir.
Vox tuvo la ocurrencia de la moción para ganar protagonismo en su oposición al sanchismo tras el fiasco en Andalucía y la espantada sonora de Macarena Olona. Se entiende, pero nunca la solución a un problema interno puede ser a costa de la imagen de las instituciones. No es patriótico ni responsable.
La victoria del PP de Moreno Bonilla por mayoría absoluta convirtió a Vox en irrelevante en Andalucía. La posibilidad de que esta solución se extendiera asustó mucho a los de Abascal. Si los populares se convertían en la opción más eficaz para echar al PSOE, el proyecto de Vox se iría por el sumidero.
Los «voxistas» empezaron a dar tumbos. Sacaron toda la artillería contra Feijóo para dar a entender que su PP era igual que el PSOE. «Solo queda Vox» repitieron de forma insistente en las redes con ese tono victimista y visionario tan cansino. Rocío Monasterio, a la desesperada, montó el numerito a Ayuso y se negó a aprobar los presupuestos autonómicos. La idea era mostrar la diferencia con el PP, recobrar pulso y que la gente no olvidara que Vox, en su opinión, guarda la esencia de la batalla cultural contra la izquierda.
En esta deriva, los «cabeza de huevo» de Vox tuvieron una «idea brillante». Para construir la imagen de que la verdadera confrontación es entre Sánchez y Abascal había que presentar un candidato «independiente». Así se oiría, pensaron, una «propuesta nacional» frente al sectarismo del presidente. Sondearon a varios políticos retirados, que se negaron, y luego surgió la ocurrencia por puro descarte. Quedó a la postre un plan tan absurdo que es difícil abordarlo con seriedad.
Pensemos una cosa: si Tamames pronunciara ese discurso filtrado con intención siendo diputado de Cs –que es lo que le pega–, Vox lo criticaría con dureza. No hay nada en la conferencia que nos va a propinar el catedrático que encaje con el ideario de la formación de Abascal. Me refiero a los ejes básicos de Vox: unidad nacional con el rechazo a las autonomías, el combate a la «ideología de género», y la cultura de la vida frente a la cultura de la muerte. El resto de cuestiones, como la ecología, no mueven hoy al electorado de Vox.
Tampoco va a presentar el candidato una «propuesta nacional», sino exclusivamente personal. Dirá que la situación en España es intolerable según su particular parecer, con el que muchos pueden coincidir, y pedirá elecciones anticipadas. Si ese discurso hubiera sido el resultado del consenso entre varias formaciones, como el PP, Vox, Cs, UPN y otros, y no el resumen del próximo libro de Tamames, todavía tendría sentido. Esa disociación entre la propuesta del candidato y el procedimiento y sentido de una moción; es más, entre el discurso de Tamames y el que hará Abascal, da una meridiana noción de la torpeza.
Mientras, los dirigentes del PSOE y de Podemos se disputan la gloria del día. Todos quieren lucirse en la respuesta a la moción. Unas piden protagonismo por ser mujeres, como Belarra y Montero, a pesar de que no saben definir a la mujer. Otros ya están preparando la batería de insultos y risotadas. Sánchez tendrá que contener su estilo parlamentario agresivo y burlón cuando se dirija a Tamames, y se soltará contra la oposición. Nos esperan dos días de esperpento general, y felices para Frankenstein
Todos contra Vox, todos contra España
Nota del Editor. 19 Marzo 2023
Tras muchos años luchando contra las destructoras leyes contra el español del pp, me da pena que haya por ahí muchos detractores de Vox y defensores del maldito, si maldito, bipartidismo que sigue destruyendo lo poco que ya queda de España.
Lo importante es defender España y solo Vox lo hace, y lo accesorio es saber porqué hay tantos detractores, quien los compra. Pensando hacia atrás, vemos el 11-M y seguimos hundidos en la misma miseria asesina.
Dale, Ramón
LUIS ASÚA. gaceta. 19 Marzo 2023
Un aire fresco se cierne sobre el Congreso de los Diputados: el aire del sentido común y del patriotismo.
Contra este aire fresco se han conjurado en santa jauría todas las potencias de la vieja política española, los medios y la Sexta, los de la gestión y todos los radicales celtibéricos. Creo que al Papa poco le importa, y el zar, Metternich y Guizot ya no están. Los herederos de los radicales franceses organizan un boicot utilizando a las ¡mujeres! Y de los polizontes alemanes ni se sabe, ni se les espera; ocupados están en reinar sobre Europa.
No hay un solo partido de oposición a quien los adversarios gobernantes no motejen de comunista o de ultraderecha ni un solo partido de oposición que no lance al rostro de las oposiciones más avanzadas, lo mismo que a los enemigos reaccionarios, la acusación estigmatizante de comunismo o ultraderecha.
(A la vez y sin pudor, todo hay que decirlo. Surrealista. Pero sigamos con esta paráfrasis en el sentido de reescritura del Manifiesto Comunista).
De este hecho se desprenden dos consecuencias: la primera es que VOX se halla ya reconocido como una potencia por todas las potencias españolas (Gramsci, inevitable). La segunda, que es ya es hora de que VOX exprese a la luz del día y ante el mundo entero sus ideas, sus tendencias, sus aspiraciones, saliendo así al paso de esa leyenda del espectro con un manifiesto de un lúcido profesor de voz nonagenaria, tronante y sugestiva.
VOX tiene el apoyo hoy de aproximadamente el quince por ciento del electorado. Un apoyo especialmente intenso, e interesante por lo que tiene de novedoso, entre la gente joven, el medio rural y algunos votantes de la izquierda más humilde. A diferencia de otros partidos más viejos y también de otros partidos de nuevo cuño, este apoyo es esencialmente ideológico. Quiero decir que el apoyo se basa en una sintonía en positivo, no en una protesta. Hay sintonía en abrir una serie de debates que se consideran fundamentales y que los otros partidos del espectro consideran que hay que hurtar a la opinión pública en un tancredismo afrancesado como el de Gambetta cuando decía de la Alsacia: Pensons-y toujours, n’en parlons jamais (pensamos siempre, no hablamos sobre ello jamás). Enriquecedora política de contrastes en el sentido que nos pedía Guardini.
Wokismo, dogmatismo climático, lealtad perruna a las comunidades autónomas, absolutismo de las políticas de género, globalismo de las agendas 2030 son algunas de las unanimidades que VOX ha hecho volar por los aires. Pero VOX no se queda en una posición negativa, de mera protesta, sino que se han reivindicado cuestiones tan básicas -pero también arrumbadas- como son la defensa de la familia, de la patria y del individuo. De gran atractivo esto último, la defensa del individuo, sólo VOX levanta su voz frente a un estado apabullante y esquilmador; tan bien definido por el diputado Figaredo, como un auténtico sádico fiscal.
Tamames, desde la probada independencia -¡y como lo ha demostrado estos días!-, parece que se hará eco de todas estas cuestiones en un discurso que debería escucharse.
Dale, pues, Ramón, dale fuerte a una moción de censura muy merecida para un gobierno que sólo se puede calificar de desastroso y que nos lleva galopando hacia la ruina. Un gobierno agotado y enclenque con un presidente que ni siquiera puede cesar a sus ministros, y totalmente ajeno a la realidad política y electoral de España, que elección a elección le castiga de forma contundente (sin duda, hasta la derrota final). Un gobierno esperpéntico a quien sólo toma en serio una principal oposición eternamente acomplejada.
Una moción de censura que es esencial para VOX para establecer las cuestiones en las que hay que empezar a trabajar para seguir creciendo e incorporando apoyos y futuros votantes. Consolidada la base, esta moción puede ser esencial para construir las columnas ideológicas hacia donde crecer. Nada como el aire fresco cargado de sentido común.
Ramón Tamames y la cincuentena de diputados de VOX que han suscrito la moción de censura ejercen un derecho constitucional. Un derecho que han ejercido casi todos los partidos del espectro parlamentario. Algo tan democrático, tan civilizado, ha generado el rechazo casi unánime de todas las potencias de España con una virulencia que produce estupor. Pero veremos en las próximas elecciones de mayo cuáles son sus efectos. En este punto hay que recordar que Pablo Casado (y los muchos que apoyaron su posición) se llevaron un buen chasco en las elecciones catalanas que se celebraron poco después de aquella moción. Y es que la opinión publicada muchas veces no tiene poco que ver con la opinión pública.
Dale, Ramón, y mucha suerte en tu quizás último gran servicio a España.
La bomba de deuda hace temblar el sistema financiero mundial
El sector vive una semana para olvidar. La quiebra de SVB y la debacle de Credit Suisse, con el consiguiente el temor a un efecto contagio, resucitaron el fantasma de Lehman Brothers tres lustros después del crash bancario
CRISTINA RUIZ. la razon. 19 Marzo 2023
James Carville, asesor de Bill Clinton en la campaña que le enfrentó a George Bush y que llevó al demócrata a la Casa Blanca, es el padre del célebre eslogan ¡Es la economía, estúpido! Extrapolando la frase del consultor político a la situación financiera actual, se podría decir ¡Es la deuda, estúpido! para explicar qué está sucediendo con los bancos americanos y por qué si Estados Unidos estornuda, el mundo se resfría. Las primeras víctimas de esta crisis financiera han sido Silicon Valley Bank, Silvergate y el neoyorquino Signature Bank, a los que también se ha sumado First Republic Bank, al que la gran banca del país norteamericano ha tenido que inyectar 30.000 millones de dólares para evitar males mayores.
El sector financiero ha vivido una verdadera semana de pasión. Cuando aún no se había recuperado de la aciaga sesión del inicio de semana por las noticias inquietantes que llegaban de Estado Unidos, la crisis bancaria cruzaba el Atlántico el pasado miércoles ante el temor de que Credit Suisse se convirtiera en el SVB europeo. Hasta tal punto llegaron los nervios que el banco helvético y aquellas entidades con más exposición al mismo (Société Générale, Monte dei Paschi y UniCredit) fueron suspendidas de cotización ante el batacazo bursátil. Un auténtico terremoto, que le hizo perder hasta un 30% de su valor, y que forzó al banco central suizo a salir en su auxilio, con un rescate de más 50.000 millones de euros. Que la entidad pasaba por dificultades no era algo, ni mucho menos, nuevo –el año pasado perdió 1.760 millones de euros–, pero el anuncio de su principal accionista, el Banco Nacional Saudí, de que descartaba prestarle más apoyo, coincidió con el momento de hipersensibilidad de la banca, uniéndose todos los elementos para generar la tormenta perfecta. Una sucesión de acontecimientos, que han tenido al sector financiero como protagonista, súbita, que ha conducido a una situación impensable hace apenas diez días, cuando la inflación parecía el principal riesgo que planeaba sobre la economía mundial.
El ensayista y financiero libanés Nassim Nicholas Taleb desarrolló una teoría económica, a la que denominó del «Cisne negro» para referirse a un hecho inesperado y difícilmente predecible que, no obstante, tiene un gran impacto económico. La quiebra de SVB puede entrar en esta categoría de «cisne negro», el cual también se caracteriza por tener una predictibilidad retrospectiva, es decir, una vez que han tenido lugar, los expertos se esfuerzan por ofrecer evidencias de que el hecho impactante en cuestión se podía haber evitado.
¿Se han producido en el caso de SVB estas señales? Si no atenemos a la evolución de la Curva Yield, también conocida curva de rentabilidad de los bonos, la respuesta es rotundamente sí. Hace meses que la curva se invirtió. Esta alteración se produce cuando los bonos a corto ofrecen una mayor rentabilidad que los de largo.
Contrario a la lógica
La lógica de la inversión dicta que cuanto mayor tiempo se suscribe un bono u obligación, más alto es el tipo de interés que se aplica al mismo, ya que las posibilidades de que se produzcan acontecimientos que dañen una inversión aumentan considerablemente a medida que esta se extiende en el tiempo. De ahí que, siguiendo este comportamiento, el rendimiento de, por ejemplo, un bono a 10 años es mayor que el de otro con un plazo menor. Hasta ahí, parece todo controlado. No obstante, si echamos un vistazo a las rentabilidades de los bonos, hay algo que chirría. El rendimiento de la deuda de Estados Unidos a 30 año se situaba el pasado viernes, el día del colapso, en el 3,70%, mientras que la rentabilidad para el plazo de 6 meses era del 5,13% ¿Qué muestra entonces una curva invertida? Pues que algo no marcha del todo bien en la economía, y que, a largo plazo, se van a producir efectos indeseados. De hecho, desde 1969, cada vez que la curva se ha invertido en el caso de los bonos americanos (y han sido siete veces), Estados Unidos ha ido directo a la recesión. Así, la curva de rentabilidad parece ser ahora la culpable de los males que aquejan al sector financiero, ya que, si no se hubiera invertido, hoy no estaríamos hablando de SVB, que continuaría siendo una entidad modelo. Lo que produce este fenómeno es un desajuste («mismatch») entre las carteras de valores de renta fija entre los plazos del activo y del pasivo ¿Qué efecto tiene sobre la banca? Tal y como explica Juan Ignacio Crespo, matemático y profesor de la UAM y analista de Thomson Reuters, en el actual contexto de subida de tipos de interés y con los bancos apenas retribuyendo los depósitos, muchos ciudadanos americanos han decidido retirar su dinero de los bancos comerciales para invertirlo en deuda pública (fenómeno que también se está produciendo en España, tal y como evidencian las imágenes de ciudadanos haciendo cola en la sede de Banco de España en la madrileña calle Alcalá para adquirir títulos de deuda). Pero también la propia banca, ante el exceso de liquidez del que han disfrutado durante años los mercados, invirtió en bonos (representaban el 60% del balance del SVB). Una vez iniciado este proceso y, a partir de cierto volumen de depósitos retirados (y más si se desata el pánico), los bancos se ven obligados a vender parte de su cartera de deuda pública o renta fija privada, como las cédulas hipotecarias, para obtener liquidez. Se calcula que las pérdidas latentes potenciales de la banca americana por este motivo ascienden a 620.000 millones de dólares, de ahí los temores.
Al contrario de lo que se puede pensar, la inversión en renta fija no es, ni mucho menos, segura ni está exenta de riesgos, ya que también es susceptible de registrar pérdidas. De hecho, el pasado fue un ejercicio pésimo para la renta fija. El bono americano a 10 años, que perdió un 20,5% de su precio, vivió el peor año de su historia. En la misma senda, otros bonos con vencimiento a 10 años, como el alemán, que cayó un 20,2%; el español, que cedió un 21,9% o el italiano, cuyas pérdidas rozaron el 25%. Para entender qué ha pasado con los bonos hay que remontarse a la política de tipos 0% llevada a cabo tanto por la FED como el BCE durante años y los programas de compra masiva de deuda, que alentaron una situación de burbuja de la renta fija.
A medida que los bancos centrales han comenzado a subir tipos, quizá de forma más brusca de los esperado, los inversores también han reaccionado a este giro de la política monetaria y, de ahí, las pérdidas. No hay más que ver que los «Fed Funds», que han aumentado su rentabilidad del 0,25% al 4,75% para plazos de un año y del 2% al 3,70% en los 10 en tan solo 12 meses. Ante estos rendimientos de los nuevos bonos, aquellos adquiridos con anterioridad resultan mucho menos atractivos en lo que a rentabilidad se refiere. El efecto es que su valor en el mercado cae y, si no se espera al vencimiento, la cartera, a poco que tenga cierta antigüedad, desciende y las pérdidas en las que se incurren son cuantiosas.
«Las dificultades de Silicon Valley Bank son, sin duda, un buen ejemplo de por qué cuando la curva de rentabilidades se invierte, las economías se deprimen: en esas condiciones es muy difícil que los bancos sobrevivan intactos y pueda fluir el crédito», asegura Crespo.
Tal y como advierte el experto, no se trata de un problema exclusivo del banco californiano, ya que, en mayor o menor medida, también lo tienen todos los bancos americanos, europeos y, algo menos, los japoneses. «Es un problema que tienen las entidades de todos los países que tengan la curva de tipos invertida porque todos ellos tienen cierto desajuste en su cartera de valores de renta fija entre los plazos de activo y los de pasivo», añade.
De ahí, que las autoridades americanas se hayan apresurado a imponer cortafuegos de emergencia, tomando medidas inéditas, como el rescate de los depositantes, para evitar que la crisis financiera se propague por Estados Unidos y, por ende, por el resto del mundo.
Y es que las noticias que llegaban del otro lado del Atlántico, sin duda, han retrotraído los mercados al 15 de septiembre de 2008, cuando Lehman Brothers presentó su declaración formal de quiebra, iniciando una gravísima crisis financiera, primero; y de deuda, después, tan solo comparable con el «Crack de 1929».
No obstante, el rescate no ha estado exento de críticas. Ken Griffin, fundador del fondo de cobertura Citadel, declaró al «Financial Time» que el Gobierno no debería haber intervenido, en lo que considera es una pérdida de disciplina financiera y muestra, a su juicio, que el «capitalismo estadounidense se está desmoronando ante nuestros ojos». Hay que recordar que en su día George W. Bush dejó caer a los bancos sin contemplaciones. Liberalismo en estado puro.
Ante este panorama, surge una pregunta inevitable: ¿Deberían los bancos centrales parar en la subida de tipos de interés o, por si el contrario, tendrán que hacer lo que sea necesario para frenar la inflación?
Hay expertos que se han apresurado a aventurar que el ciclo de alzas de la Reserva Federal, que se reúne el próximo miércoles, está muerto y enterrado, y adelantan ya una nueva ronda masiva de inyecciones de liquidez. No obstante y, pese al tsunami financiero, a Christine Lagarde no le tembló el pulso y mantuvo su hoja de ruta al subir en otro medio punto el precio del dinero en la zona euro, hasta el 3,5%. La presidenta del BCE también garantizó la liquidez necesaria para el sector, lo que ayudó a calmar mucho los ánimos.
José Carlos Díez, profesor de Economía de la Universidad de Alcalá de Henares, cree que, hasta que pasen los nervios, la FED debería dejar el precio del dinero en el 4,75 % actual. En cuanto al Banco Central Europeo (BCE), a juicio del economista, tiene aún más motivos para frenar el incremento de las tasas. «La FED tiene una economía creciendo al 3%, con una tasa de paro por debajo del 4% y más presiones sobre la inflación doméstica y los salarios. Sin embargo, la eurozona está estancada y una mayor presión financiera la metería en recesión rápidamente. Como ya sucedió en 2000, si los ahorradores europeos, principalmente alemanes, deciden protegerse en deuda pública de su país para no asumir riesgo cambiario con el dólar sufrirá una intensa fuga de capitales, apreciando el euro, lo que sería equivalente a una subida de tipos oficiales. El problema es que el BCE desde 2007 sistemáticamente llega tarde para mantener la estabilidad financiera», subraya Díez.
Caso español
Sobre si los problemas de SVB se pueden trasladar a la banca española, Díez manifiesta que , a diferencia de 2008, el sistema bancario no será ahora una causa de inestabilidad, ya que tiene más depósitos que créditos y no depende de la financiación en los mercados de capitales. En este sentido, también las posiciones de deuda soberana de las entidades nacionales son moderadas, además de contar con un buen escudo de liquidez. «La deuda de las familias españolas es 40 puntos de su renta disponible inferior a la de 2007, mientras que la de las empresas es 30 puntos menor, y está menos concentrada en deuda de promotores y constructores», señala.
Juan Abellán, director del Máster de Mercados Financieros y Gestión de Activos de IEB, encuentra importantes diferencias entre la banca americana y la europea. «A pesar del tsunami, las entidades del Viejo Continente están más controladas y reguladas que los bancos regionales de Estados Unidos. Por ejemplo, en la banca española, la cartera de deuda pública, en su mayoría, está clasificada como bonos a coste de amortización, es decir, sin venta anticipada y, por tanto, sin influir contablemente hasta vencimiento, además de no ser su único activo en cartera, caso de SVB. Es una verdadera tormenta, sí, pero los bancos españoles y europeos están bien anclados, esperemos que no suelten este anclaje», expone.
Pese a todo, el fantasma de Lehman planea sobre la banca mundial y, aunque las diferencia entre la quiebra de uno de los mayores bancos de inversión del mundo y SVB, especializada en startups, son constatables, lo cierto es que el origen de ambas crisis ha sido el mismo: una subida de tipos que ha devaluado la cartera de bonos de las entidades. Habrá que estar atentos a los acontecimientos y ver si se trata solo de una tormenta financiera de primavera o, por si el contrario, es el principio de huracán de dimensiones desconocidas.
El discurso de Tamames
Alejo Vidal-Quadras. vozpopuli. 19
Marzo 2023
En una operación descarada de spoiler, un periódico digital de orientación izquierdista ha publicado, tras recibir la oportuna filtración, el texto completo del borrador ya terminado del discurso de Ramón Tamames para la moción de censura que se sustanciará en el Congreso de los Diputados el próximo martes 21 de marzo y se votará al día siguiente. El resultado de la votación es conocido, al igual ahora que la intervención inicial del veterano profesor, voto en contra del bloque Frankenstein y de Ciudadanos, abstención del PP y voto favorable de Vox. No existe, por tanto, la menor duda en relación con el resultado de esta operación parlamentaria y también se ha desvanecido la incógnita que hubiera prestado algo de emoción al acontecimiento, el saber a partir del momento en que el orador tomase la palabra, y no antes, qué iba a decir el autor de Estructura Económica de España para justificar su comparecencia en el hemiciclo con la pretensión -meramente teórica e irrealizable- de sustituir a Pedro Sánchez en la cabecera del Consejo de Ministros.
He leído con suma atención la treintena de páginas de reflexiones, análisis y surgencias que el candidato ha vertido en un texto largo y denso, redactado con rigor académico, solidez argumental y voluntad de abarcar el mayor número de cuestiones posible sobre la situación actual de nuestro país, sus muchos y profundos males y sus posibles remedios. La intención de esta moción de censura es, sin duda, loable, y las posibilidades que abre el hacerla realidad, innegablemente interesantes. Ahora bien, al conocer el contenido de la alocución inaugural del venerable diputado constituyente y antiguo huésped de la cárcel franquista, la impresión que tengo es que el planteamiento que se dispone a hacer Tamames puede sufrir un indeseado desenfoque. En efecto, la idea germinal que, adecuadamente materializada, hubiera descolocado al Gobierno y cumplido la función catártica que la sociedad española necesita, consistía en que una figura de la sociedad civil, independiente de siglas partidistas, de larga y fecunda trayectoria pública, de reconocido prestigio intelectual y dotada de indiscutible autoridad moral, realizase un diagnóstico certero e implacable del presente marasmo en que nos hallamos atrapados, encendiese las luces rojas de alarma que despertasen a una sociedad adormecida y engañada y marcase el camino de un cambio de mayoría en los comicios generales que tendrán lugar a finales del año en curso.
Sin embargo, el prolijo exordio de la sesión plenaria que el candidato, según propia confesión, ha preparado cuidadosamente durante dos meses, salvo que lo modifique sensiblemente después de leer este artículo, corre el peligro de no acabar de cumplir estos imprescindibles objetivos. La lectura de esta pieza trabajosamente elaborada transmite una sensación que no sólo no va a sacudir a la opinión obligándola a tomar conciencia de la gravedad del panorama en el que estamos inmersos, sino que, por el contrario, es posible que contribuya a su letargo porque el monótono desenvolvimiento de sus centenares de párrafos desprende, por su misma longitud y amplia heterogeneidad de los asuntos abordados. Un inoportuno aroma de normalidad. Lejos de dar unos pocos trompetazos de irrebatible contundencia, la prolongada retahíla de temas de trascendencia varia, todos sucesivos y de igual nivel decibélico, corre el riego de sumir al lector y eventualmente al oyente en la impresión de que está escuchando la crítica constructiva y sosegada de la labor de un Ejecutivo y de un presidente que, si bien no lo hacen todo bien, tampoco representan un peligro existencial, lo que casa mal con la justificada afirmación de que Sánchez es uno de los peores gobernantes de nuestra historia.
En vez de desgranar con el deseo de ser exhaustivo un catálogo completo de temas en el que la voracidad fiscal, la política forestal, la educación, la gestión de los recursos hídricos, la desindustrialización, el asalto a los órganos constitucionales, la ley electoral, el sector agroalimentario, el abuso del decreto-ley, Gibraltar y así un número a todas luces excesivo hasta la extenuación del orador y de sus oyentes, son tratados sucesivamente en pie de igualdad sin una jerarquía que los ordene por grado de relevancia ni ponga el énfasis en aquellos que por su naturaleza y alcance merecen ser destacados, lo que debería hacer el candidato es exponer en toda su crudeza las cuatro grandes lacras de nuestro sistema político, de nuestro modelo social y de nuestra estructura productiva que son:
La transformación de nuestra democracia constitucional en una partitocracia extractiva y corrupta.
Una asignación escandalosamente ineficiente de los recursos públicos que conduce a un gasto público desbocado y a un endeudamiento insostenible,
La consideración de las fuerzas separatistas como un elemento aceptable del juego político convencional con las que se puede dialogar y pactar.
La sustitución perversa de un orden social vertebrador, capaz de proporcionar seguridad, prosperidad y prestigio internacional a la Nación, por otro disolvente, destructivo, divisivo y empobrecedor en lo material y en lo ético.
Por supuesto, cada una de estas denuncias debería ir acompañada de las propuestas de reformas legislativas y de actitudes políticas que revirtiesen sus efectos deletéreos y colocasen a España en el camino del éxito. Las cosas han llegado a un extremo en que todo lo que no sea insistir sobre estos puntos de carácter estructural es perder el tiempo, marear la perdiz y ponérselo fácil al bloque diabólico que tiene como proyecto irrenunciable la liquidación de España como Nación, la laminación de nuestra riqueza y el arrasamiento de todos los valores que vertebran la civilización occidental. Del considerable tamaño y deseo de abrazar el Estado en su conjunto sin dejar rincón por explorar de la lección magistral de Ramón Tamames parece desprenderse que no es consciente de esta realidad hiriente, pero insoslayable, y a lo peor suena con la nada conveniente cadencia del business as usual. En cualquier caso, lo que es imprescindible es que los máximos responsables de las dos formaciones que previsiblemente posibilitarán una alternativa dentro de nueve meses entiendan, por si Tamames en el discurso que conocemos no lo hace con la intensidad requerida, la magnitud de la crisis de sistema que nos agobia y actúen en consecuencia.
La inflación de los Banqueros Centrales (I)
Alberto Recarte. vozpopuli. 19 Marzo
2023
Que nadie tenga duda alguna: la inflación que padece el mundo ha sido provocada por las políticas monetarias, fiscales y de orden financiero de los Bancos Centrales
Que nadie tenga duda alguna: la inflación que padece el mundo ha sido provocada por las políticas monetarias, fiscales y de orden financiero de la Reserva Federal, el BCE, el Banco de Inglaterra, y, por supuesto, el Banco de Japón. La política monetaria, en principio la única responsabilidad de los Bancos Centrales, cambió radicalmente respecto a la de los últimos cincuenta años como resultado de la experiencia tras la Gran Crisis Financiera del 2008 y la consiguiente Gran Crisis Económica que nos afectó, globalmente, hasta 2012.
La inflación, desencadenada a partir de 2021 ha sido provocada por los 'quantitative easing', las 'expansiones cuantitativas' del Balance de los Bancos Centrales. Estos son, asimismo, responsables de los efectos de la subida de tipos de interés, imprescindible para controlarla.
La política de tipos de interés negativos, cero o cercanos a cero, mantenidas durante diez años ha producido grandes distorsiones en las inversiones de los propios Bancos Centrales, de los bancos, de las empresas y de las familias. La subida de los tipos de interés afectará a todos ellos. Producirá pérdidas en el BCE, en los bancos que hayan invertido sin cubrir el riesgo de intereses, a las empresas que no tuvieron en cuenta los posibles gastos financieros y a las familias que creyeron, de buena fe, que los tipos de interés se mantendrían muy bajos durante muchos años.
Las políticas de los Banqueros Centrales durante el periodo 2012-2022 tienen su origen en las teorías de Ben Bernanke, que se analizarán a continuación.
La Nueva Teoría Económica (datos y principios ideológicos)
En líneas generales, que después desarrollaré con mayor extensión, los principios de esa Nueva Teoría eran los siguientes:
Los tipos de interés naturales (“neutral” en la terminología americana) son cada vez más bajos y ello provoca que los tipos de interés que dependen de los Bancos Centrales tengan que ser mucho más bajos para evitar el estancamiento. Todos los responsables de los Bancos Centrales creían que los tipos que dependían de ellos tenían que ser cero o negativos.
La política monetaria, que históricamente tenía dos instrumentos para intervenir en la economía -la Oferta Monetaria (la cantidad de dinero en manos del público) y los tipos de interés-, sólo operaban con estos últimos. El manejo de la Oferta Monetaria ya no era efectivo, y recalcaban que se había demostrado, - y lo subrayo - que la cantidad de dinero en circulación, derivada de las “expansiones cuantitativas” de los Balances de los Bancos Centrales, no afectaba a la inflación.
Los Bancos Centrales constataban que, tras haber bajado los tipos de interés hasta cero o haberlos situado en negativo, en el caso de que se produjeran fluctuaciones económicas que provocaran un estancamiento económico, o una depresión o tasas de crecimiento real muy reducidos -por las causas que fueran- no podrían utilizar los tipos de interés para inducir el crecimiento. De ahí que algunos economistas, como Rogoff, propusieran eliminar el dinero físico. Si todo fuera digital, bastaría con eliminar un porcentaje de ese dinero digital para mejorar las perspectivas de crecimiento.
En esa situación de tipos de interés cercanos a cero los Bancos Centrales, siguiendo el guión de los economistas norteamericanos más prestigiosos, desarrollaron una serie de políticas monetarias “no convencionales”.
La primera es la “forward guidance” que consistía -y sigue consistiendo- en anunciar y explicar cuál será la política monetaria en un futuro próximo. De ahí las apariciones de los gobernadores de los Bancos Centrales después de las reuniones de los respectivos consejos de cada banco. Se consideraba que lo fundamental era inspirar confianza en todos los agentes económicos para que sus actuaciones tuvieran en cuenta la política de tipos de interés de los Bancos Centrales.
La segunda política monetaria no convencional era, y es, la denominada “quantitative easing” (en español, la “expansión cuantitativa”) del Balance del Banco Central, que consiste en la compra de activos, básicamente deuda pública a tipo de interés reducido; y en el caso del BCE, también de compra de emisiones de deuda de empresas privadas. En contrapartida, en el pasivo del Balance del Banco Central aparecerá la creación de dinero, en forma de circulante y de “facilidades de depósito” de los bancos miembros en el caso del BCE.
Los Banqueros Centrales estaban convencidos de que ese aumento de la cantidad de dinero en circulación era positivo para la economía por dos razones. La primera, porque permitía financiar la deuda pública y la privada a tipos cercanos a cero. La segunda, porque consideraban probado que ese aumento del dinero en circulación creaba la liquidez necesaria para asegurar la recuperación, pero no inflación.
Bernanke, en un artículo que examinaremos posteriormente con algún detalle, se jacta de que el Balance de la FED, desde 2008 hasta 2018 (el artículo es de 2019) había pasado de menos de un trillón (americano) de dólares a 4,5 trillones, sin atisbo de inflación. Su convencimiento del maná que representa la “cuantitative easing” es tal que titula dicho artículo Monetary Policy in a New Era. Lo grave no es la mezcla de estupidez y soberbia del último Nobel de Economía, sino que los Bancos Centrales han aceptado ese planteamiento sin fisuras. Aunque Mario Draghi, con dejes de cinismo, dice aceptar esa doctrina para el BCE, dejando claro que a él le viene bien la nueva teoría económica, porque le ha permitido evitar la fragmentación de la Unión Monetaria en momentos de tensiones nacionales exacerbadas.
Otras medidas no convencionales son las que defienden políticas financieras aún más restrictivas para la banca privada y la que propone fijar objetivos de inflación más elevados del 2%. Si la política de tipos de interés no fuera operativa, porque ya se hubieran reducido a cero y las otras políticas monetarias no convencionales (básicamente la “quantitative easing”) tampoco fuera efectiva -lo que no descartan-, proponen una política fiscal más agresiva. Para lo cual desarrollan una nueva política fiscal con otros planteamientos: a) No habría que tener temor a mayores déficits públicos. b) Se podría reducir impuestos y aumentar el gasto público, sobre todo el que se derivara de inversiones públicas. c) Habría que exponer claramente que la deuda pública nunca iba a repagarse, por lo cual no importaría que aumentara la relación entre deuda pública y PIB. d) Incluso si aumentaran en un futuro los tipos de interés no importaría para esta política fiscal expansiva porque podría emitirse deuda pública indexada a la inflación.
Unos principios que se pueden resumir en una frase: “There would be no tax burden associated with debt”. Esas políticas son las que se exponen en un libro que analizaremos a continuación, publicado en 2019, justo antes de la pandemia.
II) La "New Era” de la política monetaria, fiscal y financiera (2012-2020)
En dicho libro, titulado Evolution or Revolution (1), del que no me consta que exista traducción al español, editado por dos de los más influyentes economistas norteamericanos, Olivier Blanchard -economista jefe del FMI durante muchos años- y Lawrence H. Summers -exsecretario del Tesoro de Estados Unidos- se planteaba que había llegado el momento de cambiar, más o menos radicalmente, la política macroeconómica para asegurar el crecimiento futuro.
La radicalidad parte de los propios editores y de su contribución en dicho libro. El libro cuenta con la colaboración, en forma de artículos o comentarios, de otros 26 economistas, entre los que se encuentran Ben Bernanke, Lael Brainard -que en estos días deja su cargo de vicepresidente de la FED para ser nombrada Jefe del Consejo de Economistas de la Presidencia de Estados Unidos- ; de autoridades teóricas como Alan J. Averbach, Robert E. Rubin, Markus K. Brunnermeier y Gita Gopinath, entre otros; y colaboraciones como la de Mario Draghi y Carmen Reinhart.
El libro tiene ese título porque, como figura en el subtítulo, creían los editores, y la mayor parte de los participantes, que había llegado un momento crucial: “Rethinking Macroeconomic Policy after the Great Recesion”. La Nueva Política Económica, por llamarla de alguna manera, que allí aparece, se ha desarrollado según los editores gracias a lo que los economistas han aprendido luchando contra las consecuencias de la Gran Crisis Financiera de 2008 y la consiguiente Gran Crisis Económica.
Afirman que se había dado un paso fundamental en Teoría Económica. Tan importante como para provocar, al menos, una Evolución, pero que podría convertirse en una Revolución teórica si se llegara, tras otras crisis, a una situación de estancamiento económico global de la que fuera imposible salir.
1) El peligro del Sector Financiero
Olivier Blanchard y Lawrence H. Summers insisten en que la crisis de 2008 fue provocada por la actuación de la banca privada en el mundo desarrollado y que las reformas a las que se ha forzado al Sector Financiero deben ser aún más contundentes. No consideran suficiente aplicar las normas de Basilea III a las entidades financieras. Además de aumentar el capital, las provisiones y los tests de estrés continuos, es preciso acentuar todas las regulaciones y mantener la política de tipos de interés negativos o próximos a cero. Bernanke lo tiene claro. “los tipos de interés cero no han influido en la rentabilidad del sector financiero”. Haciendo caso omiso de que han desaparecido las ampliaciones de capital y de que son los Bancos Centrales los que -al menos en el caso del BCE- han financiado la actividad crediticia de la Banca.
Siendo cierto que la Gran Crisis Financiera fue provocada por las entidades financieras y la falta de regulación, la segunda gran responsabilidad fue la de los dirigentes de los Bancos Centrales que creían, con un nivel de ingenuidad o de incompetencia difícil de superar, que un sistema de banca de reserva fraccionaria, con capitales del 2% sobre el pasivo, no podrían provocar crisis como la que se sufrió en 2008.
2) El descenso de los tipos de interés naturales y la estabilidad de los precios
La gran enseñanza que aceptan los autores con fe de carretero es que los tipos de interés de equilibrio, natural, o “neutral”, se han reducido históricamente por causas complejas e indeterminadas, lo que ha obligado a reducir los tipos de interés de los que son competentes los Bancos Centrales.
Un planteamiento irracional, pues se acepta, de entrada, que no se sabe cuál es ese tipo de equilibrio.
Bernanke dice que “la reducción de tipos de interés nominales” está producida por múltiples causas. Cita, entre otras, las bajas tasas de inflación, el envejecimiento de la población en las economías avanzadas, el menor crecimiento observado de la productividad, y lo que él denomina el “estancamiento secular”, por exceso de ahorro y/o por falta de inversión.
No hay referencias en ninguno de los artículos, al enorme cambio producido en el mundo desde 1980 -cuando Deng Siao Ping cambió la política económica de China y fue imitado por la mayoría de países asiáticos, latinoamericanos y algunos africanos-; y, sobre todo, desde el año 2000, cuando se permite a China entrar en la Organización Mundial de Comercio y se acelera la globalización. Una omisión incomprensible, porque sin ese cambio es imposible interpretar los cambios en los precios de los bienes y servicios en todo el mundo y en los propios tipos de interés.
Los economistas que nos ocupan llegaron a la conclusión de que si se produjera una nueva depresión la política económica no podía contar con la política monetaria para salir de la crisis.
En palabras de Blanchard y Summers “we are now and maybe in the foreseeable future in an environment of low nominal and real interest rates” [2019].
3) La importancia de la globalización en los precios y los tipos de interés
Es muy llamativo que estos economistas y sus seguidores, los Banqueros Centrales, no vieran nada positivo en la reducción de la inflación y que no la relacionaran con la evolución de la economía del mundo desde principios de 1980. En mi opinión, la demografía mundial, el abandono del campo, la extensión de la educación, y las inversiones con tecnologías modernas en industrias y servicios en los países menos desarrollados (impulsadas por la globalización) se han reflejado en una mayor competencia y menores precios de una parte básica de los bienes y servicios comercializables.
Una deflación de precios en el mundo desarrollado parecía lógica e inevitable. Y no tenía porque ser negativa. Simplemente, una vez más en la historia, como había puesto de manifiesto Adam Smith en La Riqueza de las Naciones, el libre comercio había provocado un desplazamiento de la producción de bienes y servicios hacia los países que tenían menores precios absolutos o relativos. Era evidente que la defensa del nivel de vida de los trabajadores de los países desarrollados que seguían produciendo bienes y servicios tradicionales sólo se lograría si la tecnología mejorara la productividad.
Unos pocos datos creo que servirían para situarnos. En 1980, la población mundial era de 4.300 millones de personas. El año 2000, de 6.000 millones. En 2020, éramos 7.200 millones. Ese año, la población mundial que vivía en ciudades alcanzaba los 1.600 millones aproximadamente. En 2000, esa cifra era de 2.760 millones; en 2020 había crecido hasta 4.400 millones.
El incremento de la población de países no desarrollados que vivían en ciudades pasó de 1.500 millones en 1990, a 2.600 millones en 2000 y a 4.000 millones, aproximadamente, en 2020. Un aumento de 2.500 millones de las personas que podrían trabajar en industrias, comercios y servicios públicos potencialmente modernos, frente a los 350 millones que lo hacían desde mucho antes en los países desarrollados.
La política de tipos de interés negativos, cero o cercanos a cero, mantenidas durante diez años ha producido grandes distorsiones en las inversiones de los propios Bancos Centrales, de los bancos, de las empresas y de las familias
Una revolución que debería hacer revolverse en su tumba a Malthus -y a los actuales Malthusianos- que creía, en el siglo XVIII, que la tierra ya era incapaz de alimentar a la población, que estaba comenzando a crecer aceleradamente en ese siglo. Una revolución que ha sacado de la pobreza a más de 600 millones de personas en 40 años. Pero, por alguna razón, la globalización y sus efectos, nunca entra en los cálculos, modelos y perspectivas de estos economistas que creen, aparentemente, que se puede tener una nueva teoría económica para de los países desarrollados y otra, tradicional, para el resto del mundo.
Las consecuencias de esos cambios, junto con las inversiones de multinacionales pequeñas y grandes, de la transferencia de tecnologías y de la financiación de ese desarrollo, es el crecimiento de la economía mundial durante más de 40 años por encima del 3,5% anual acumulativo. Ese crecimiento derriba cualquier teoría sobre el “estancamiento secular”, sea por exceso de ahorro o por falta de oportunidades de inversión.
Era lógico que la competencia internacional provocara tensiones deflacionistas en los países desarrollados. Y también era evidente que la única manera de defender el nivel de vida de la población de los países más desarrollados tenía que ser por la vía de mejoras tecnológicas aceleradas.
Algo que sí ha ocurrido en Estados Unidos y mucho menos en Europa. La defensa de la industria y los servicios de países como España, que no se han modernizado, ha sido el aumento de costes y precios en los países en desarrollo, que han dejado de tener ventaja absoluta competitiva en muchos casos. España ha podido mejorar su posición internacional cuando no todas las mercancías procedentes de China, por ejemplo, han mantenido precios más bajos que los españoles. Lo dicho es ampliable a muchos servicios y a otros países europeos, del Este y del Oeste.
III) La política económica de los Gobiernos y los Bancos Centrales de los países desarrollados entre 2012 y 2022
Sobre los principios expuestos se pusieron en vigor políticas monetarias, fiscales y financieras, con las que estaban de acuerdo los Bancos Centrales y los gobiernos de los países desarrollados desde 2012 hasta principios de 2022.
Los tipos de interés fueron cero o negativos, se aumentó, desmesuradamente, el tamaño de los Balances de los Bancos Centrales, se intensificaron las restricciones a la actividad de las entidades financieras, sobre todo en la Unión Monetaria, se sustituyó la actividad crediticia de éstas por la de los Bancos Centrales, se emitió deuda pública a coste cero, se permitieron los déficit públicos considerados imprescindibles para superar la crisis del 2008 y de cualquiera que apareciese en el futuro y se financiaron dichos déficits por los respectivos Bancos Centrales.
Y, sin embargo, todo ello no se tradujo en inflación. Es más, ningún Banco Central de los citados consiguió alcanzar el 2% de objetivo de inflación hasta 2021. Las tesis de Bernanke parecían ratificadas por la realidad. Una situación que hacía felices a todos. A los Bancos Centrales, porque dejarían de criticarles por haber puesto en vigor políticas contractivas -imprescindibles en mi opinión- para superar la crisis financiera y económica de 2008-2012.
A los gobiernos, porque ahora se aceptaban como positivos, conceptualmente, el gasto público, sobre todo el de inversión, los déficits públicos e incluso se les decía que no deberían preocuparse porque aumentará la relación entre déficit público y PIB.
A las propias entidades financieras, que ya no tenían necesidad de buscar financiación con préstamos a corto y largo plazo y, aunque sufrían en sus cuentas de resultados la ausencia de ingresos por la vía de tipos de interés pudieron poner en vigor todo tipo de tasas que compensaban, en parte, esa falta de ingresos. A las empresas, porque podían crecer y acometer nuevas inversiones sin costes financieros, y no tenían que preocuparse por el coste del capital y por la búsqueda de financiación.
A los particulares, porque podían financiar sus hipotecas a tipos fijos muy bajos a largo plazo o a tipos variables que no deberían preocuparles, porque los bancos, las autoridades financieras y los grandes teóricos de la economía los decían que en el futuro no eran previsibles ni una subida de tipos de interés ni una subida de precios, porque - y eso servía para todos - la inflación era cosa del pasado y se había abierto “A New Era”.
Me parece relevante, para que no se olvide la soberbia de los autores intelectuales de esa política económica aberrante citar, a continuación, algunas de sus consideraciones, tal y como figuran en el libro citado. Me van a perdonar el que haga la mayor parte de esas citas en inglés, para evitar atenuar o agravar, con la traducción, sus auténticas posiciones.
En palabras de Oliver Blanchard y Lawrence H. Summers: “We are now and may be for the foreseeable future in an environment of low nominal and real interest rate” y en relación con los límites de la política monetaria decían “In an environment of limits to monetary policy and neutral interest rates below growth rates, we argue, fiscal policy should play a much more active role in stabilization”.
Están o -estaban- convencidos, de que la experiencia de Japón era un adelanto de lo que nos esperaba a todos los países desarrollados. Dicen: “The case for revolution may seem far fetched, but the experience of Japan over the last twenty years must serve as a warning…. Think of what Japanese macroeconomic policy has had to resort to in order to sustain demand and maintain 1% annual growth over the last twenty years: interest rates, both short and long, close to zero, large fiscal deficits leading to a very large increase in public debt, massive central bank purchases, and recourse to external demand in the form of a current account surplus”.
Finalizan sus conclusions con estas palabras “If the United States or Europe were to go into recession in the next couple of years, in all likelihood their situation would look much more like that of Japan, with zero rates, large fiscal deficits, below- target inflation, and inadequate growth. We may be one cyclical downturn away from a need for revolution. Time will tell wether it comes”.
La segunda gran responsabilidad fue la de los dirigentes de los Bancos Centrales que creían, con un nivel de ingenuidad o de incompetencia difícil de superar, que un sistema de banca de reserva fraccionaria, con capitales del 2% sobre el pasivo, no podrían provocar crisis como la que se sufrió en 2008
Carmen Reinhart, en su colaboración, advierte sobre el masivo endeudamiento público y privado en los países desarrollados. Hace igualmente un comentario al tema que más enjundia tiene hoy, el de los tipos de interés: “On the low-rate environment, since 2011 I have been publishing papers saying that low rates are likely to remain low for an extended period of time… Apart from secular stagnation and saving glut, we have low rates because policymakers in the major central banks, and regulators in the world’s largest economies have decided we need low rates”.
En relación con el abandono del control de la Oferta Monetaria como una de las herramientas fundamentales de la política monetaria critican la posición de Patinkin, que en 1948 defendía la efectividad del control de la Oferta Monetaria para recuperar el crecimiento. Fulminan esta herramienta con estas palabras: “This never felt like a very convicing stabilizing mechanism, especially in a world where Central Banks increasingly ignored the money supply and focussed instead on the interest rates”.
El abandono del control de la Oferta Monetaria es tal que hoy en día es difícil encontrar datos con su evolución. Ni siquiera aparecen en las cuentas de los Bancos Centrales. Hay que obtenerlas partiendo de la evolución de los Balances para diferenciar entre la Base Monetaria, que si es explícita y la Oferta Monetaria, que no se calcula.
El artículo de Ben Bernanke, premio Nobel de Economía de 2022, no tiene desperdicio, por su altanería y desprecio a los que no piensan como él. En relación con las políticas monetarias “no convencionales” dice: “I argue that both forward guidance and quantitative easing are potentially effective supplements to conventional rate cuts, and that concerns about adverse side effects (particularly in the case of quantitative easing) are overstated”.
Deja claro que lo que se denomina “quantitative easing” “involves central bank purchases of securities in the open market, financed by the creation of bank reserves hold at the central bank”. Es decir, creando dinero de la nada. O del supuesto crédito infinito de los estados.
No deja de recordar un acontecimiento de 2010, cuando era presidente de la FED, que debió incomodarle en sumo grado, en relación con los efectos colaterales de la expansión cuantitativa: “…memorable example, the Republican leadership of the U.S. Congress wrote to the FED in November 2010 to express concern about further asset purchases. The letter argued…. Such a measure could result…. In hard to control long – term inflation and potentially generate artificial (sic) asset bubbles that could cause further economic disruptions”.
(1) “Evolution or Revolution”. Rethinking Macroeconomic Policy after the Great Recession edited by Olivier Blanchard and Lawrance H. Summer. The MIT Press. Cambridge, Massachusetts. London, England.
La inflación de los Banqueros Centrales (II)
Alberto Recarte. vozpopuli. 19 Marzo
2023
En el caso del BCE, la expansión cuantitativa se materializó en sus Balances. En 2008 era de 2.075.107 millones de euros. En 2012 había subido hasta los 2.982.767 millones. En 2019, tras la decisión de Mario Draghi de hacer una expansión cuantitativa, alcanzó los 4.671.425 millones.
La contribución de Mario Draghi es de un interés excepcional para los que vivimos en la zona euro. Deja claro que apoya los planteamientos de Bernanke, los tipos de interés cero o negativos y las medidas no convencionales de política monetaria. Pero también que, a él, la teoría monetaria subyacente le da igual; aunque el BCE haya reducido sustancialmente los tipos de interés e inyectado estímulos adicionales con compras de activos y con otras políticas. Pero quiere separarse de planteamientos doctrinales.
En primer lugar, porque las medidas tomadas por el BCE tenían como objetivo "combatir la fragmentación financiera" de la Unión Monetaria. Y clarifica también que las medidas fueron diferentes porque tuvieron que adaptarse a unas instituciones y unas estructuras diferentes a las de los Estados Unidos.
Explica la crisis del euro entre 2010 y 2012 y como las decisiones se tomaron para recobrar la credibilidad de la moneda única, dado el riesgo permanente de fragmentación financiera entre los diferentes estados miembros.
Y cómo también fueron diferentes las decisiones de cómo aumentar la Oferta Monetaria y el Balance del BCE, aunque tienen cuidado de no usar ninguno de esos términos. En relación con la compra de activos dice: "In a weakened banking sector, such purchases allowed us to inject liquidity into the system outside the banks, especially as the share of nonbank financing in the euro area was rising during the crisis".
Al margen de otros comentarios significativos sobre cómo la política del BCE fue diferente, se despacha con estas palabras: "While several central bank faced transmisión problems, the euro área was confronted with financial fragmentation along national lines that did not have a parallel elsewhere. This reflected our incomplete institutional framework that become visible as a result of the crisis".
Y desde un punto de vista teórico se separa de la ideología con origen Bernanke "…. Rather tan highlighting the limits of central bank, our experience with unconventional policy has, if anything, strengthened our confidence in the effectiveness of monetary policy”. Es difícil pensar en una forma más cínica de poner de manifiesto tanto el poder del BCE, pasado y presente, como las dificultades de mantener la moneda única.
Ha sido evidente el temor de Draghi y de los equipos del BCE y de Bruselas a las actividades financieras de las entidades monetarias en el área euro. Su política ha sido forzar la disminución del número de bancos, obligándolos a fusionarse, intentar la formación de bancos plurinacionales -lo que no han conseguido- y controlar su actividad crediticia.
En la Unión Monetaria se sacrificó la competencia bancaria a la integración en la burocracia del BCE, completado con la desaparición de los Bancos Nacionales, como el Banco de España, que sólo operan como filiales del BCE. Control absoluto de banqueros burocratizados. Compatible con estructuras económicas esclerotizadas, una gran presión fiscal y el desarrollo de políticas intervencionistas en todas las áreas de actividad económica.
El modelo bancario norteamericano, mucho menos importante financieramente que el europeo, y en particular el español, ha seguido otros derroteros. Hay más de 5.000 bancos operativos en Estados Unidos, que compiten entre sí, controlados por la Reserva Federal, con un sistema no tan burocratizado como el de la Unión Monetaria, aunque, también como consecuencia de la crisis de 2008, han sido sometidos a reglas mucho más exigentes de solvencia, liquidez y transparencia. El actual debate en Estados Unidos es si el control burocrático de las actividades crediticias es suficiente. Un problema menor, dado el peso de las otras formas de financiar el tejido productivo al margen del sector bancario.
IV) La estabilidad de precios a pesar de la expansión cuantitativa hasta 2021
No es fácil de explicar por qué la enorme cantidad de dinero que se creó con las expansiones cuantitativas de la mayoría de los Bancos Centrales de países desarrollados no se tradujeron en inflación entre 2012 y 2021.
La primera explicación es que tras la Gran Crisis Financiera de 2008, tanto las empresas como las familias tuvieron que reconstruir sus finanzas; empezando por la liquidez.
En la Unión Europea, la crisis del euro y el temor del BCE a las entidades financieras se tradujeron en ausencia de actividad crediticia bancaria. La expansión cuantitativa, el dinero que crea el BCE, se esteriliza en gran parte. Crece la Base Monetaria, pero no lo hace tanto la Oferta Monetaria.
En el caso de Estados Unidos, además de la reconstitución de balances familiares y empresariales, la liquidez se utilizó para crear empresas tecnológicas de todo tipo a un ritmo frenético. No importaba si eran o no rentables, a corto o medio plazo. El dinero financió una auténtica revolución tecnológica. La transformación económica se puede observar en la composición del S&P 500. A principios de 1980, por poner un ejemplo, el sector energía suponía el 20% del total del valor de ese índice; en 2022 había descendido hasta el 3%. Un 20% del valor de las 500 empresas se concentra en Tecnología de Información; y un 10% en Servicios de Información. El sector Financiero apenas supone un 11%, las constructoras un 3%; y las utilities un 2%. Una auténtica revolución empresarial y económica que les ha permitido enfrentarse a la competencia de los países no desarrollados en bienes y servicios tradicionales.
Otra parte de la explicación es que no está nada claro -en un mundo globalizado y con empresas multinacionales grandes y pequeñas, invirtiendo en tecnología y desarrollo de bienes y servicios en países en vías de desarrollo- qué porcentaje del dinero creado por los países desarrollados ha terminado por filtrarse al exterior. No sólo se trata de dólares físicos, sino de todo tipo de inyecciones de liquidez.
No se entiende el desarrollo de todo el mundo cripto sin la liquidez de la expansión cuantitativa. Ni el incremento del valor de las distintas Bolsas, S&P, Down, Nasdaq, durante todo ese periodo. El exceso de liquidez se refleja, incluso, en el dinero dedicado a las apuestas deportivas a partir de 2020.
En lo que respecta al índice de precios, tanto en Estados Unidos como en Europa, la competencia brutal de un mundo globalizado hasta 2020 se refleja en precios cada vez más bajos de la mayoría de bienes y servicios comercializables.
En mi opinión, éste puede ser el factor clave para explicar la estabilidad de los índices de precios hasta comienzos de 2021.
Tampoco se entiende que economistas tan bien formados como los que escriben en el libro Evolution or Revolution decidieron ignorar las consecuencias monetarias de la globalización. Porque ¿cómo es posible creer en el estancamiento, el exceso de ahorro y la falta de oportunidades de inversión en una economía mundial que crece desde hace más de 40 años al 3,5% real, anual y acumulativo? ¿Cómo ha sido posible que, precisamente, Japón haya sido el país que todos esos economistas creían era nuestro sino? Un país en decrecimiento poblacional, sin inmigración, envejecido. Un país que sigue controlado por un pequeño grupo de empresas monopolistas que planifican su actividad de acuerdo con el Gobierno y el Banco de Japón.
V) La financiación de la pandemia y la reaparición de la inflación
La pandemia provocó la falta de actividad económica en gran parte del tejido productivo mundial. Empresas, sectores y países se cerraron. Para impedir una recesión que podría acarrear la destrucción de muchas empresas, los gobiernos decidieron apoyar, sin muchos miramientos, la política monetaria y fiscal vigente en los principales países desarrollados que se extendió de inmediato al resto del mundo.
Los Bancos Centrales, en concreto el BCE, la FED, el Banco de Inglaterra, el de Canadá y, por supuesto, el de Japón, compraron emisiones masivas de deuda pública y en algunos casos, como en el del área euro, emisiones privadas a coste cero. El dinero ingresado por los estados se dedicó a subvencionar créditos a las empresas y a hacer transmisiones de efectivo a los trabajadores afectados, tanto en Estados Unidos como en Europa.
Todo fue excesivo, sin control, sin plantearse siquiera que un impulso monetario del calibre del que tuvo lugar podría tener consecuencias en los precios de los bienes y servicios.
En cifras, el BCE incrementó su Balance desde los 4.671.425 millones de finales de 2019 hasta los 8.759.120 millones de euros en septiembre de 2022. Un aumento de 4.135.685 millones de euros. Un incremento brutal de creación de dinero que era inevitable que disparara la inflación.
En un primer momento, a lo largo de 2020, no ocurrió nada relevante en relación con los precios. En 2020 la inflación estuvo controlada en todo el mundo por la falta de actividad. Al tiempo que los PIB de la mayoría de precios se reducían entre un 10% y un 20%. Pero la prueba de que los traspasos de dinero gratis para empresas y trabajadores fueron excesivos se pusieron de manifiesto en 2021. El aumento de liquidez que supuso la expansión cuantitativa por la vía del incremento en los Balances de los Bancos Centrales se utilizó sólo en cada país.
Autónomamente. La recuperación de la actividad económica fue, primero, nacional. Incluso en los países miembros del área euro se produjo una gran disparidad en los ritmos de recuperación de la actividad perdida en 2020. El comercio internacional redujo su tasa de crecimiento por primera vez desde los años setenta. No sólo por los estrangulamientos en las cadenas de suministro. Si no porque el dinero se había acumulado en bancos nacionales, en la tesorería de empresas nacionales y en forma de ahorro de las familias. Y, en consecuencia, el gasto de ese dinero fue, básicamente, nacional. La globalización había desaparecido a efectos monetarios inmediatos.
Ningún Banco Central de los países desarrollados previó que la demanda acumulada, que iba a desatarse cuando los ahorros de empresas y trabajadores (unos mucho más que otros, como es obvio cuando todo se hace a brochazos) comenzarán a utilizarse, podría producir un aumento generalizado de los precios. Los responsables de los Bancos Centrales no modificaron sus modelos macroeconómicos como consecuencia de la forma ni por el volumen de financiación de la pandemia. Todo se mantuvo igual. Como si la adición de una enorme cantidad de dinero, alrededor de cuatro trillones (americanos) de euros y una cantidad similar en Estados Unidos no pudieran desatar un fenómeno inflacionista.
En los modelos de los Bancos Centrales, las expansiones cuantitativas sólo crean liquidez, no inflación. Un error inconcebible. Pero una vez desatada la inflación, sólo puede controlarse por la vía de subidas de intereses; porque así como la expansión cuantitativa es muy fácil de operar, la contracción cuantitativa, por reducción del Balance de los Bancos Centrales, es muy larga y complicada.
Cuando comenzaron a producirse estrangulamientos en la producción de chips, y en otros productos básicos, como los derivados del petróleo -antes, incluso, de la invasión de Ucrania-, los Bancos Centrales dictaminaron que la inflación era transitoria. Hasta que fue evidente que el aumento de la cantidad de dinero puesto en circulación con los "quantitative easing" había desatado no sólo estrangulamientos, sino también inflación. No habrán oído ni leído una sola explicación por parte de ninguna autoridad económica, financiera, ni gubernamental, ni la de ningún Banco Central, de cómo lo transitorio se ha convertido en algo permanente.
El desarrollo de las presiones en los precios ha sido diferente en Estados Unidos y en Europa. En Estados Unidos, en 2021 se produjo una gran burbuja en el precio de los activos financieros. Todos los índices bursátiles aumentaron entre el 25% y el 30%. La relación entre el precio de los activos y su rendimiento subió del 16% hasta casi el 22%. En Europa, fueron los bancos receptores de los ahorros de empresas y consumidores los que, en lugar de conceder nuevos créditos con los depósitos que les habían sido aportados, dedicaron buena parte de ellos a incrementar sus "facilidades de depósito" en el BCE.
Para la Banca europea, casi ahogada por regulaciones y exigencias de provisión, capital y tipos de interés que seguían siendo casi negativos, no estaba claro a quien podían prestar. En todas partes, el estímulo monetario se empezó a gastar atropelladamente en lo más necesario. Subieron, primero, los productos derivados del petróleo, carburantes y fertilizantes; después, los precios de los alimentos y después, el resto de los bienes y posteriormente de los servicios.
En países como España, con la desgracia de tener un conjunto de incompetentes y demagogos en el gobierno, fue el propio gobierno el que atizó las presiones inflacionistas. Se subieron todas las pensiones un 8,5% para 2023. Una alegría temporal, acompañada de la preocupación de muchos pensionistas por la perspectiva de que esa política pudiera ser revisable, como ya sufrieron en la crisis de 2010 a 2012, las pensiones de Portugal, Grecia e Irlanda, que se redujeron forzosamente hasta en un 40%.
El gobierno español, que ha visto como los ingresos tributarios crecieron en 35.000 millones de euros más de lo presupuestado en 2022, se ha propuesto gastar todos esos ingresos en lo que fuera. Lo que permite la Unión Europea que, un año más, ha suspendido las reglas de control del déficit y deuda para 2023.
En Estados Unidos, la subida de los tipos de interés ha purgado la burbuja de activos financieros, que han visto reducidos sus principales índices entre el 20% y el 30% en 2022. Pero la reducción cuantitativa, también anunciada para 2023, se ha paralizado por las dificultades para acordar un nuevo techo de deuda pública entre el partido gobernante y el conservador.
VI) Otras consecuencias de la inflación y la subida de tipos de interés
Además de otras consecuencias no buscadas, como la pérdida de autoridad de los Bancos Centrales, la extensión del populismo político en los países con economías de mercado, la inflación y la subida de tipos de interés tienen y tendrán graves repercusiones, en función de la reacción de los agentes económicos y grupos sociales.
La fortísima inflación desatada en 2021 ha vuelto a alterar los equilibrios sociales. Los salarios y los precios de los bienes y servicios han subido desordenadamente en función de la capacidad de presión de empresas y grupos sociales. Lo más peligroso de esta escalada es la participación de los gobiernos, como ha hecho el español con las pensiones. Otra serie de consecuencias tiene que ver con la forma en que se han financiado gobiernos, bancos, empresas y familias durante los diez años de tipos de interés cercanos a cero.
Los gobiernos se van a encontrar con déficits derivados del coste de una deuda pública cada vez mayor. Los bancos van a tener que financiarse remunerando depósitos y emisiones de obligaciones. Las empresas que contaban con reducidísimos costes financieros van a verlos disparados. Muchas serán incapaces de sobrevivir. Las familias que se han endeudado con hipotecas y otros préstamos a bajos tipos de interés van a tener dificultades para atender sus obligaciones.
Los bancos pueden tener problemas si sus políticas de inversión y crédito no están estrechamente relacionadas con la forma y los tiempos de sus fuentes de financiación. Lo que ha ocurrido con el SVB es el mejor ejemplo de lo que puede ocurrir con una mala gestión de los activos y los pasivos.
Los propios Bancos Centrales van a entrar en pérdidas en sus cuentas de explotación. En el área euro, las cuentas de explotación de los respectivos bancos nacionales y del BCE han sido positivos desde su creación. Y han aportado ingresos fiscales. Pero esta situación se ha terminado.
Mario Draghi decidió, en su momento, hacer un tipo de especial "quantitative easing". El BCE prestó dinero a los bancos para que éstos, a su vez, dieran créditos a los particulares. En total, los créditos del BCE a la banca alcanzaban los 2.192.326 millones de euros, en septiembre de 2022, sin ningún corte significativo. Los bancos, a su vez, tenían depositados en el BCE, en el mes de septiembre de 2022, 4.945.694 millones de euros, a los que no se pagaba ningún interés. Cuando el BCE se vio forzado, a empujones, a subir los tipos de interés a partir de abril de 2022, también tuvieron que remunerar los depósitos de la banca en sus bancos nacionales y el propio BCE. Había que impedir que esa enorme masa de Base Monetaria (que suma 5.837.800 millones de euros en febrero de 2023) se convirtiera en Oferta Monetaria, generadora de mucha mayor inflación.
Hasta el 16 de marzo se remuneraban al 2,5%. A partir de esa fecha al 3%. La remuneración tendrá que seguir aumentando. Los préstamos del BCE a la banca, en septiembre de 2022, alcanzaban los 2.192.326 millones, mientras las facilidades de depósito de los bancos (una vez restadas las reservas obligatorias) eran de 4.378.209 millones. Los préstamos a la banca se han reducido a 24 de febrero de 2023 hasta 1.222.192 millones y las facilidades de depósito también se han reducido, pero sólo hasta los 4.112.013 millones de euros.
Esas “facilidades de depósito” en el Balance del BCE le van a costar, si no se reducen, más de 100.000 millones de euros anuales. Unas pérdidas de las que a España le corresponderían, aproximadamente, 15.000 millones de euros, que aumentarán el déficit presupuestario que este gobierno está decidido a dejarnos. Y no creo que se hayan previsto.
Las posibilidades de accidentes derivados de la fortísima subida de tipos de interés son significativas. No es fácil para nadie asimilar unos costes financieros elevados en todas las cuentas de resultados de gobiernos, Bancos Centrales, bancos, empresas y familias. Como siempre, las consecuencias de una crisis bancaria son las más relevantes, porque podrían afectar a todo el sistema financiero y al tejido empresarial.
Las cuentas de resultados de los Bancos Centrales, sobre todo las del BCE, registrarán pérdidas ya en 2022 -quizá entre 15.000 y 25.000 millones de euros-. El BCE tiene, a 24 de febrero de 2023, 116.389 millones de capitales y reservas y cuenta con 589.140 millones en cuentas de revalorización. Pero incluso aunque perdiera todo su capital y reservas, ello no afectaría a su actividad. Pero habría consecuencias políticas.
VII) Reconsideraciones teóricas
Incluso Goldman Sachs, siempre obediente, como todos los bancos de inversión, a los dictados de la Reserva Federal, ha comenzado a dar protagonismo a economistas que ponen de relieve la locura de la política monetaria y fiscal que han seguido los principales Bancos Centrales desde 2012. En el número 155 de su "Top of Mind", Goldman Sachs ha publicado una entrevista con John Cochrane, Senior Fellow of Stanford´s Hoover Institutions. Un reputado fiscalista con una magnífica producción teórica. En dicha entrevista se le hacen una serie de preguntas de las que quiero resaltar alguna.
La primera, preguntado sobre si Milton Friedman tenía razón cuando afirmaba que la inflación era un fenómeno puramente monetario, responde que "no totalmente, porque la política fiscal explica tanto como la monetaria". Dice: "too much debt chasing too few goods drives up inflation, just as too much money chasing too few goods drives up inflation". Una herejía en el mundo de los Bancos Centrales.
Otra pregunta se refiere a porque la inyección monetaria después de la Gran Crisis Financiera no provocó inflación mientras con el dinero gastado en la pandemia ha ocurrido lo contrario. Contesta: "El estímulo de 2008 fue pequeño en comparación con el de la pandemia. Un trillón frente a cinco trillones. Además, en esta ocasión el gobierno creó dinero en lugar de endeudarse. Tres trillones de la pandemia fueron dinero creado ex novo".
Una tercera pregunta se refiere a si el dinero de la pandemia, lo que creó fueron estrangulamientos en la cadena de suministro, como aseguraban los responsables monetarios. Contesta que "un estrangulamiento tan sólo causa un ajuste de precios en la economía, pero que tras resolverse no tiene por qué existir inflación". Continúa: "Inflation is the phenomenon of all prices and wages rising together. Which comes from the government inducing more demand in the face of a supply shock". "It does so by giving people money". Se declara muy preocupado por la inflación en el medio y largo plazo. "The US is stuck in an unsustainable fiscal policy with promises….that the government cannot afford".
Una última cita: "This bout of inflation settle a long running debate. The present low growth (2% now versus 4% until 2000) was not the result of demand-side secular stagnation, fixable only with massive stimulus, but of supply; the economy´s capacity to produce goods and services turned out to be lower than expected, due to, among other things, to burdensome regulations and disincentives to work…. Unleashing supply is crucial in the fight against inflation".
Termino recordando que ninguno de los responsables de la Reserva Federal o el BCE han querido explicar por qué lo transitorio se ha convertido en permanente y qué van a hacer en el futuro con sus modelos macroeconómicos de una "New Era".
******************* Sección "bilingüe" ***********************
ENCABEZADA POR EL PROFESOR RAMÓN TAMAMES
Un candidato independiente y elecciones inmediatas: las condiciones que mantuvo VOX para la moción de censura
AGUSTÍN BENITO. gaceta. 19 Marzo 2023
El próximo martes comenzará el debate de la moción de censura presentada por VOX y encabezada por el profesor Ramón Tamames que tiene como único objetivo la convocatoria de elecciones generales inmediatas.
En diciembre, ante el golpe institucional perpetrado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras el asalto a la Justicia, la derogación del delito de sedición y la rebaja del de malversación, el líder de VOX, Santiago Abascal, propuso una moción de censura con la mano tendida al resto de partidos de la oposición y también a la sociedad civil. El PP desde el primer momento rechazó la propuesta bajo la excusa de que no daban los números, argumento que invalidaba –y continúa invalidando– su labor parlamentaria durante toda la legislatura.
«Estamos cumpliendo con nuestra obligación y vamos a seguir haciéndolo»; «tenemos el deber de retratar al Gobierno»; insistió Abascal, pese a la negativa de la formación de Alberto Núñez Feijoo, que consideró desde el principio que hacer una enmienda a la totalidad al Ejecutivo, vislumbrar una oposición parlamentaria y recordar, por ejemplo, quienes son sus socios –separatistas y filoetarras– «favorece a Sánchez», aunque se abstendrá en la votación.
VOX buscaba a una persona independiente y de reconocido prestigio que, por encima de diferencias ideológicas o políticas, pudiera representar a esa mayoría social que reclama elecciones inmediatas. Y se lo propuso a Ramón Tamames, un intelectual que militó en el Partido Comunista (PCE), fue concejal y primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Madrid durante la alcaldía de Enrique Tierno Galván y más tarde se afilió al Centro Democrático y Social (CDS).
Tamames no es de VOX ni defiende el programa de VOX, pero coincide «en lo esencial»: en la defensa de la unidad de España, de la monarquía parlamentaria y en la necesidad de convocar ya a los españoles a las urnas, tal y como el profesor recordó el pasado jueves en la rueda de prensa conjunta con Santiago Abascal. «No podemos perder más tiempo en una serie de situaciones que no son lo mejor para el país», añadió el profesor, que afirmó que España está «desaprovechando» su potencial: «Hay muchas cosas que se podían hacer y no se hacen por desidia, ignorancia y componenda».
Desde el anuncio de una moción de censura y el posterior acuerdo con Tamames, VOX no cambió de posición. «Queríamos era una persona independiente para que otros grupos y el mayor número de diputados pudiesen respaldar una moción de censura que no pretende defender el programa político de VOX sino denunciar la deriva de este Gobierno liberticida, antinacional e ilegitimo», manifestó Abascal el pasado 26 de febrero en una entrevista en esRadio. La formación insiste en que el economista es idóneo para el PP, pues no derogaría la ley actual de violencia de género, defiende la teoría del cambio climático, el estado autonómico y no sometería a consulta la ilegalización de aquellos partidos separatistas que quieren romper España, banderas que en la sede de la calle Génova asumen y comparten. «¿Qué razones tienen para no apoyar la moción?».
«Los 52 diputados de VOX que han firmado –la moción– representan a casi cuatro millones de españoles, pero son muchos más los que quieren un cambio de rumbo, el fin de este Gobierno y elecciones generales inmediatas. Creemos que la figura pública de Ramón Tamames puede representa a todos esos compatriotas que exigen ese cambio de rumbo», agregó Abascal el jueves.
En este sentido, reiteró que el Gobierno está en manos de aquellos que quieren romper la unidad, la soberanía y la convivencia entre los españoles. «España necesita una Gobierno que represente a la mayoría social, recupere la prosperidad, respete la Constitución y la separación de poderes, vele por el interés nacional y devuelva la voz a los españoles en unas elecciones generales el próximo 28 de mayo», concluyó, al tiempo que agradeció a Tamames su «extraordinaria valentía» al aceptar este «reto patriótico».
Mariano y la "policía golfa"
Jesús Cacho. vozpopuli. 19 Marzo 2023
Está en marcha una campaña para rehabilitar a Jordi Pujol i Soley, el padre del movimiento independentista catalán que un día de julio de 2014 compareció para reconocer que mantenía una fortuna escondida en un banco andorrano y que había defraudado al fisco. La admisión en un juzgado de Madrid de una querella interpuesta por Sandro Rosell, ex presidente del Barça, contra la llamada "policía patriótica" (que aquí llamaremos merecidamente "policía golfa"), responsable de su ingreso en prisión durante 21 meses por una supuesta denuncia de la que resultaría finalmente absuelto, ha dado pie a que una serie de catalanes perjudicados por iniciativas policiales de la misma índole se haya animado a subirse al carro de Rosell en lo que ha venido a llamarse “operación Cataluña”, o la denuncia de un supuesto montaje diseñado por el Gobierno central -y ejecutado por la misma chapucera policía-, destinado a desacreditar a un independentismo ya metido de hoz y coz en el "procès". Poner en evidencia esa "operación Cataluña" lleva implícito rescatar a Pujol del oprobio de su condición de evasor de capitales y defraudador del fisco, con el punto de mira puesto en un objetivo mucho más ambicioso: redimir al propio independentismo de la vergüenza del fallido golpe de Estado de Octubre de 2017 y dejarlo listo para una nueva aventura, con Don Pujolone, el hombre que en su “Programa 2000” (primeros noventa) trazó la senda del nacionalismo hacia la tierra prometida de la independencia, en el panteón de los héroes de la patria. Catalana, claro está. Porque sin mito no hay mística; sin apóstol no hay Iglesia.
Mucha gente catalana ha presentado querella, hasta el punto de que ahora mismo se instruyen 7 denuncias en otros tantos juzgados de Madrid, pero nadie ha tirado de la manta, nadie ha denunciado fuera de Cataluña, nadie en el universo del Madrid político se ha rebelado contra esa "policía golfa" que tiene en Villarejo su máxima expresión, a pesar de que esas “cloacas policiales”, el virus que casi desde el principio (Villarejo ha trabajado con 10 ministros del Interior de PSOE y PP) de la transición ha infectado nuestra democracia hasta pudrirla, han causado graves daños a muy diversa gente. Ocurre que Cataluña es apenas una rama del gran árbol de la corrupción de un sistema que ha tenido en esa policía su agente cancerígeno más invasivo, árbol en cuyo tronco es hora de ir colocando a uno de los grandes responsables del desaguisado español, Mariano Rajoy Brey, presidente del Gobierno desde finales de 2011 hasta el 1 de junio de 2018. Un personaje que supuestamente utilizó a la "policía golfa" no solo contra el independentismo catalán –y lo hizo de la manera menos profesional, más chapucera posible- sino también contra sus enemigos internos en el Partido Popular, aquellos que conspiraban –o eso creía- contra él o no le rendían la debida pleitesía.
Este miércoles, en una entrevista en Catalunya Ràdio, Artur Mas apuntaba a Rajoy como el jefe de la "policía golfa", un grupo que es mucho más que Villarejo, porque son sus policías, sus jueces, sus fiscales, sus abogados, sus periodistas, pero también sus políticos, los mandos policiales, el ministro Jorge Fernández Díaz (JFD) y, en la cúspide del sistema, el aludido. “No me encaja que Fernández Díaz lo hiciera solo. Esto no fue una decisión del ministerio del Interior aislada del gobierno español”. Como ministro del Interior que fue con Aznar, el gallego conoce el paño que guarda esa arca. Tras la derrota electoral de 2004, el candidato elegido a dedo por Aznar se dedica a sestear, sin ningún verdadero interés por alcanzar la presidencia del Gobierno en las generales de 2008. Es muy amigo de Zapatero, cuya política antiterrorista centrada en la lucha contra ETA ha comprado, y se solaza en su condición de jefe de una oposición domesticada con las gabelas anexas, entre ellas la de sumar varios sueldos entre los procedentes del partido y del Congreso. Pero la derrota de 2008 le pone en el brete de tener que irse, al perder la confianza de buena parte de la derecha. El martes 11 de marzo de 2008, dos días después del domingo electoral, el PP reúne a su Comité Ejecutivo en sesión trascendental. El día anterior, Javier Arenas y Mauricio Casals, un hombre clave en la peripecia vital del gallego, se han dedicado a llamar a quienes tienen mando en plaza con un mensaje: “¿Qué vas a hacer? ¿Vas a apoyar a Mariano?" Porque se trataba de dilucidar si Mariano seguía o se iba a la calle. Y a la hora de la verdad todos se rinden, con dos excepciones: el silencio clamoroso de Eduardo Zaplana, su amigo, que es el único que pasa turno de palabra y no le apoya, y el discurso agresivo en contra de Ignacio González, vicepresidente de la CAM, que pugna por el rearme ideológico del partido. Mariano se queda. Aquel día Zaplana y Nacho González firmaron su sentencia de muerte. Allí empezó la caza de brujas contra ellos y muchos más.
Tres meses después tiene lugar el Congreso de Valencia, al que Mariano llega más débil que nunca. Aznar, con un discurso muy duro, vapulea la pulsión ágrafa de un Rajoy reñido con cualquier compromiso ideológico, y Esperanza Aguirre se postula abiertamente como alternativa para encabezar el partido, aunque la crítica más agraz llega de labios de Santiago Abascal. Los tres pasan a engrosar la nómina de enemigos políticos a eliminar a quienes el gallego, mal tipo donde los haya, perseguirá por tierra, mar y aire. Pero con el firme apoyo del PP valenciano (Paco Camps siempre creyó, hasta que estallaron las sisas de sus famosos trajes, en heredar a Mariano), Rajoy sale de Valencia reelegido presidente del PP con el respaldo de un Comité Ejecutivo formado "por los del botafumeiro" (Aguirre dixit). En Valencia, el gallego institucionaliza un PP regido por la tecnocracia y la gestión aseada del aparato del Estado, reñido con cualquier veleidad ideológica, después de invitar a liberales y conservadores a abandonar el partido. Unos terminarán en Ciudadanos, con Albert Rivera; otros lo harán en Vox, con Abascal. Es Mariano un líder débil, un pobre líder, dispuesto a gobernar el Estado como si fuera el Casino de Pontevedra: con muy mala leche y con la ayuda de dos muletas: Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal.
¿Y a quien elige Mariano como ministro del Interior tras la victoria electoral de noviembre de 2011? A un hombre que cree fácilmente manipulable porque tiene menos luces que un barco de contrabando: Fernández Díaz. ¿Y por qué lo hace? Porque sabe lo que se cuece en Interior, porque conoce la catadura de quienes mandan en la DGP y en la UDEF, porque en 2001, cuando él mismo estuvo en Interior, ya estaba Villarejo y sus artistas invitados hozando en las cloacas, ya estaban los Olivera, los Pino, los González, los García Castaño y demás familia removiendo la mierda. En ese Ministerio se cuece la lucha contra ETA y Mariano ha pactado con su amigo ZP no variar un ápice la estrategia socialista. Pone a JFD en Interior y quita el CNI a Defensa para dárselo a Soraya. Coloca la Inteligencia y la Seguridad del Estado en manos de una funcionaria aplicada y de un tonto, un señor muy devoto, además de “muy pesado”, que hace todo lo que le dice Mariano, cumple lo que le pide Mariano, con el que habla diariamente no menos de una decenas de veces. Los asuntos “sucios” están seguros en manos de un perro fiel, y la gestión de la intendencia, en las de una aplicada abogada del Estado sin ambiciones.
Y cuando le estalla el escándalo Bárcenas le da hilo a la cometa, disimula, silbando en el muelle de la bahía, como si la cosa no fuera con él. Pero cuando el asunto empieza a ponerse serio, ¿a quién encarga desactivar la bomba? A la mafia policial, la misma a la que JFD ha encargado destripar, por orden de quien todos sospechamos, a los líderes de la revuelta independentista catalana. En lugar de hacer uso de los instrumentos que le confiere la Constitución, en lugar de aplicar la ley en toda su extensión, Mariano Rajoy fía la solución del conflicto catalán a un tipo tan chusco y zafio como José Pepe Villarejo y su tropa. Es el fraude de Rajoy a la democracia española, el engaño de Rajoy a la nación, la burla de Rajoy a los demócratas españoles. Porque Jorge (JFD) no tiene cabeza para diseñar ningún tipo de operación con la que poner al separatismo contra las cuerdas. Jorge y Mariano, Mariano y Jorge se fían de esta tropa, creen las historias que les cuentan, se solazan con informes hechos con titulares de periódico, y piensan que van a arreglar un problema tan complejo como el del independentismo con cataplasmas mafiosas, y hay una comida en Moncloa, septiembre de 2013 (primer intento de referéndum separatista), a la que acuden varios ministros, todos los barones, más Sorayas, Cospedales y Montoros, sí, Cristóbal Montoro, en la que Mariano tranquiliza a su parroquia diciendo que esos revoltosos hijos de Mas, Artur, no van a poner las urnas…
-Pero, ¿Y si las ponen, presidente? ¿Tenemos algún plan B para esa contingencia? –inquiera uno de los asistentes.
-Fulano, lo mejor es que no las pongan –responde Mariano.
Y ante la cara de asombro de algunos, interviene Javier Arenas –el pelota del “has estado cumbre, presidente”-, para afirmar que “está todo bajo control, Fulano. El jueves le toca ir a declarar a la Audiencia Nacional a Jordi Pujol junior y el juez le va a enviar directamente al calabozo. Se van a enterar”. Y un miembro del Gobierno almuerza al día siguiente con ZP y el socialista le cuenta la misma historia: que el juez va a enchironar al hijo de Pujol. Pero el hijo de Pujol acude a declarar a la AN y el juez le deja en libertad sin cargos…
Así funcionaba el Gobierno Rajoy, con
esa falta de rigor se movía un presidente al que más de 11 millones
de españoles habían dado en 2011 su confianza para que enmendara el
dramático rumbo de colisión imprimido por Zapatero para España.
Mariano se fuma un puro y lee el Marca, pero al mismo tiempo se ocupa
de ir liquidando a sus enemigos personales"
Así funcionaba el Gobierno Rajoy, con esa falta de rigor se movía un presidente al que más de 11 millones de españoles habían dado en 2011 su confianza para que enmendara el dramático rumbo de colisión imprimido por Zapatero para España. Mariano se fuma un puro y lee el Marca, pero al mismo tiempo se ocupa de ir liquidando a sus enemigos personales. Las cunetas de la andadura vital del gallego están plagadas de cadáveres de gente del PP. Abascal ha creado su propio partido. Esperanza se fue a su casa en 2012 de motu proprio, renunciando a la confrontación. A Rato lo meten en la cárcel con alevosía y tv, después de hacerle renunciar a la presidencia de Bankia en poderosa sesión a la que asisten tres banqueros –Fainé, Botín y González- y un ministro -De Guindos-, con el v/b previo del inquilino de Moncloa. Y el ministro Soria se entera, antes de “morir”, de que es Montoro, íntimo de Rajoy, quien está filtrando el testamento de su madre y sus problemas con el fisco. Y a Rita, su antigua gran amiga, la echa del partido. Y Cascos se va porque le niega la presidencia del PP asturiano. La lista de víctimas es larga: Camps, Margallo, Matas, María San Gil, Paco Martínez… Y, naturalmente, Aznar. Pero Aznar es mercancía peligrosa. Ha sido presidente, tiene amigos poderosos y muchos seguidores en el partido. Hay que seguirle de cerca, marcarle estrechamente, aunque Mariano cree que no se atreverá a dar el paso de moverle la silla. Y le manda recados, los negocios del yerno, Agag, los líos del hijo con Correa, Cajamadrid, etc. En marzo de 2015, Convención del PP en Madrid, Aznar le envía un aviso envenenado: “que cada palo aguante su vela”. Las tensiones llegan hasta hoy.
Mariano utiliza a JFD a discreción, pero cuando le interesa personalmente algo acude directamente a Villarejo a través de hombres puente amigos del comisario, a veces Cospedal, a veces Casals, las mil aristas de un tipo rodeado de misterio que está pidiendo a gritos un libro como epitafio del régimen. Y entonces los Villarejos se sienten reforzados, la policía golfa se crece porque, aunque sabe que trafica con lo ilegal, lo hace a petición del presidente, dicen los mensajeros, en beneficio personal del presidente del Gobierno. Impunes e inmunes. Hay casos sangrantes. A Zaplana le inventan un supuesto sirio que alquila una casa donde vivió el ex ministro, con la suerte de que, al pasar la mano por esa parte de un armario ropero donde suele acumularse el polvo, el sirio listo se topa con los planos del “tesoro”, el esquema societario diseñado por Zaplana para ocultar el dinero percibido del cobro de comisiones. Tras muchos meses de cárcel sin posibilidad de defenderse, está en espera de juicio, con una reciente sentencia del TC que declara nulo el auto de su ingreso en prisión. Peripecia similar es la padecida por Ignacio González, metido de hoz y coz en todos los casos de corrupción del PP madrileño, la mayoría sobreseídos, algunos en espera de juicio, todos desde el 2012, como el famoso ático de Estepona, también sobreseído en 2020. La casuística de muchos de estos casos se contó aquí (“Corrupción, jueces y pena de telediario”) con detalle el 23 de octubre pasado.
Mariano Y Jorge, Jorge y Mariano, han utilizado a los Villarejos para todo y contra todos. Operaciones en Cataluña y fuera de ella. Contra el nacionalismo y contra los enemigos personales de Mariano. Un escándalo inaudito en una democracia moderna, con una "policía golfa" que sigue en pie, sigue funcionando porque no ha sido desarticulada, seguramente porque el Estado es incapaz de hacerlo, tan temible, tan mafiosa, tan metida está en la vena femoral de este país. Operaciones por encargo que se mezclan, se mezclaban, con los negocios privados de Villarejo y su red, los servicios a grandes empresarios de banca y eléctricas, todo con una impunidad casi total. Con estas armas pensaba el Gobierno Rajoy desactivar la amenaza del separatismo contra la unidad de España. Con episodios tan chuscos como ese despacho que Soraya se monta en Barcelona, virreina catalana, donde se deja masajear por un Junqueras en quien confiaban tanto ella como su jefe, hasta que Junqueras, obviamente, les engaña. Con operaciones tan torpes como la de la Banca Privada d'Andorra (BPA), caso en el que el propio Rajoy está imputado. Con chapuzas tan copiosas que hubieran podido resultar un desastre para el Estado de no ser por la “calidad” de un movimiento independentista que no necesita enemigos para fagocitarse, porque en el fondo no es más que un grupo de facinerosos dispuesto a seguir viviendo del dinero público.
Él regaló el Gobierno de España a Sánchez. Pero a él le sigue sacando el PP en procesión, como si fuera imagen digna de ser venerada sobre la peana de su espantosa mediocridad y su acreditada maldad, una especie de virgen negra campeona de nuestras desgracias"
Mariano se ha ido muy de rositas, dejando sobre el páramo hispano el paisaje desolado que hoy luce tras cinco años de Gobierno Sánchez. Él es el máximo responsable de la escombrera que hoy tenemos por país. Él regaló el Gobierno de España a Sánchez. Pero a él le sigue sacando el PP en procesión, como si fuera imagen digna de ser venerada sobre la peana de su espantosa mediocridad y su acreditada maldad, una especie de virgen negra campeona de nuestras desgracias. Todos en la actual dirección del PP son conscientes de la herencia Rajoy. El que más, el propio Aznar, que en la reciente celebración de su setenta cumpleaños, festejo al que acudieron todos los que son algo en el partido, empezando por el propio Feijóo, no le incluyó entre sus invitados. Pero es hora de que el partido lo aparte de cualquier tipo de representación y lo condene a ese ostracismo que se ha ganado a pulso. Y bien, ¿Qué quiere hacer Feijóo con el PP catalán? ¿Qué piensa hacer en Cataluña si gana las generales? De momento, no ha dicho esta boca es mía. Entrevistado en El Mundo este viernes, Josep Piqué aseguraba que “Feijóo debe hacer ofertas en positivo a Cataluña, como una mejor financiación”. Vuelta la burra al trigo. Rebañemos más recursos al resto de España para regalárselos a esa minoría (18% del voto, menos del 26% del censo electoral, en las últimas autonómicas catalanas) reaccionaria nacionalista, a quien nuestra clase política sigue empeñada en resolver la vida ad eternum con el dinero del contribuyente. Como escribió el gran Borges, “no hay consuelo más hábil que el pensamiento de que hemos elegido nuestras desdichas”.
En “España: democracia menguante”, un libro colectivo (Aragón, De Carreras, Díez Nicolás, Sosa Wagner, Tortella y otros) de reciente aparición, se identifica a la clase política como responsable de “la crisis de la democracia española, actualmente de las más profundas, no solo en Europa, sino quizás en el mundo”. La clase política, los Rajoy de turno, y los partidos, como problema, frente a “la moderación de una ciudadanía que se siente olvidada y menospreciada”. El resultado, dice la obra del Colegio Libre de Eméritos Universitarios, son “Gobiernos radicalizados administrando a ciudadanos que no lo están”. Partidos cuyo objetivo no es “llevar a cabo programas de Gobierno, sino acceder al poder y mantenerse en él ocupando la totalidad de las instituciones del Estado”. El diagnóstico está claro. La gravedad del enfermo, también. El triunfo de Núñez Feijóo en las próximas generales se antoja condición necesaria, aunque no suficiente, para enmendar el rumbo. El Gobierno de Aznar dejó como herencia el mendaz Gobierno Zapatero. El Gobierno Rajoy nos legó la desgracia del Gobierno Sánchez. Un Gobierno Feijóo, sin las reformas que el país necesita de forma urgente, nos abocaría sin remedio al final del sistema de democracia parlamentaria que hemos conocido en las últimas décadas, de la mano de algún sátrapa izquierdoso dispuesto a dejar pequeño a Sánchez. “Feijóo se rodea de tecnócratas”, contaba ayer El Mundo aludiendo al lanzamiento de la nueva fundación del PP… Estamos a punto de tomar el último tren.
HAY GENTE PARA TODO
Un reportero alemán se descojona de los nacionalistas catalanes y sus fobias
PERIODISTA DIGITAL. 19 Marzo 2023
Wolfgang Maier se ha vuelto un reportero muy conocido en España debido a los polémicos reportajes que hace para la FTL alemana sobre las diversas culturas españolas y sobre todo sobre los nacionalistas periféricos.
La coña tiene fundamento, porque merced a sus sectarios dirigentes, el sufrido contribuyente catalán ha pagado hasta tres millones de euros a una fundación que asegura que personajes históricos como Cristóbal Colón, Miguel de Cervantes, Santa Teresa de Jesús, Hernán Cortés, El Greco, Leonardo da Vinci o William Shakespeare, entre muchos otros, eran… catalanes. Como lo leen.
Ese es el montante de dinero público que recibió el peculiar Institut Nova Història (INH), fundado por el escritor Jordi Bilbeny y el empresario Albert Codinas, cuyo objetivo es difundir su visión particular de la historia retorciéndola todo lo posible para intentar demostrar hasta el absurdo la «catalanidad» de figuras ilustres.
El diario británico The Guardian le ha dedicado un amplio reportaje a esta fundación y se pregunta cómo es posible que la Generalitat haya pagado tanto dinero público a empresas relacionadas con el INH, que se dedica a propagar falsedades históricas propias de un programa de humor.
El Institut Nova Història recibió un total de 184.280 euros de la televisión pública catalana (TV3) por un total de seis documentales entre el 2003 y el 2019 en los que defendían la polémica teoría de que Cristóbal Colón era catalán o que Miguel de Cervantes y William Shakespeare eran en realidad la misma persona que hablaba y escribía en catalán.
El documental del INH más polémico y conocido entre los emitidos por TV3 y pagado por la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA), es «Desmontando a Leonardo».
En ese reportaje se asegura que Da Vinci procedía de una familia catalana y que por eso habría dibujado unas montañas parecidas a Montserrat en una de sus obras maestras, La Gioconda. Otra producción del INH, financiada con 39.000 euros por la CCMA, es «La búsqueda del Grial», que investiga sobre la hipotética ocultación en Cataluña del cáliz de la Última Cena.
El INH — que también defiende que el conquistador Francisco Pizarro era originario de Cataluña o que Santa Teresa de Jesús no era de Ávila, sino de Pedralbes— está obsesionado con que el descubrimiento de América fue una hazaña catalana. Asegura que Colón no zarpó en 1492 de Palos de la Frontera (Huelva), como siempre se ha dicho, sino de la pequeña localidad gerundense Pals.
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