Recortes de Prensa Miércoles 7 Junio 2023


Al menos siete desaparecidos tras la destrucción de la presa y la inteligencia de EEUU apunta a que Moscú perpetró el ataque

El alcalde prorruso de Nueva Kajovka ha explicado que más de 900 personas tuvieron que ser evacuadas y que los niveles de agua empiezan a reducirse ligeramente tras haber crecido hasta 12 metros en algunas zonas

Adriana López. el confidencial. 7 Junio 2023


Al menos siete personas se encuentran desaparecidas en la ocupada ciudad ucraniana de Nueva Kajovka, en la región de Jersón, tras la destrucción de la presa cercana, que ha dejado inundadas varias localidades. "Tenemos información de al menos siete personas" desaparecidas, ha dicho a la agencia TASS el alcalde impuesto por Rusia en la localidad, Vladímir Leontiev, que también ha explicado que los niveles del agua empiezan a reducirse ligeramente en la ciudad tras registrarse el martes hasta 12 metros en algunos lugares.


De acuerdo con el centro de respuesta a la emergencia, el nivel ha disminuido en 35 centímetros. Más de 900 personas tuvieron que ser evacuadas el martes de zonas inundadas en los territorios controlados por Rusia en la margen izquierda del río Dniéper, según Leontiev.


Mientras, datos de la inteligencia estadounidense apuntan a que Rusia sería el culpable del ataque a la presa. La administración del presidente Joe Biden está trabajando para desclasificar parte de la información y compartirla, según han explicado funcionarios del país a algunos medios como la NBC. Sin embargo, en rueda de prensa, John Kirby, uno de los portavoces de la Casa Blanca, dijo haber visto las declaraciones de las autoridades ucranianas, que responsabilizan a Moscú de la rotura de esa infraestructura, pero explicó que Estados Unidos aún está intentando esclarecer lo ocurrido. "En este momento, no puedo decir con seguridad lo que ha ocurrido", manifestó Kirby, quien indicó que el Gobierno estadounidense está en conversaciones con sus contrapartes ucranianos para conseguir más información.


Las claves del momento:

Zelenski acusa a Moscú de detonar una "bomba ambiental de destrucción masiva"

Al menos siete desaparecidos tras la destrucción de la presa

EEUU apunta a que Rusia está detrás de la voladura

El alcalde prorruso de Kajovka asegura que es un ataque ucraniano

Varias cadenas de televisión rusas difunden un 'deepfake' de Putin

Así hemos contado la jornada 465 de la guerra en Ucrania


Hace 12 minutos 08:44

Rusia acusa a Kiev de cortes en el suministro eléctrico tras un ataque en Kursk

El gobernador de la región de Kursk, Roman Starovoit, ha acusado a las fuerzas ucranianas de provocar cortes en el suministro eléctrico de dos localidades de la zona tras un ataque con explosivos.


Ha señalado que varias personas han resultado heridas y que la causa ha sido un ataque con explosivos contra una subestación eléctrica, lo que ha provocado que no haya electricidad en Popovo Lezhachi y Tetkino.


Hace 18 minutos 08:39

Zelenski acusa a Moscú de detonar una "bomba ambiental de destrucción masiva"

El presidente ucraniano ha calificado la destrucción de una gran presa en el río Dniéper a su paso por la provincia de Jersón, en el sur de Ucrania, de "bomba de destrucción ambiental masiva", y confirmó que Kiev ya ha denunciado a Rusia por ello ante la justicia internacional.


También ha informado de que "el fiscal general ha pedido ya a la Oficina del Fiscal de la Corte Penal Internacional que implique a la justicia internacional sobre la investigación de la explosión en la presa".


Hace 54 minutos 08:03

Al menos siete desaparecidos en la ocupada Nueva Kajovka tras la destrucción de la presa

Al menos siete personas se encuentran desaparecidas en la ocupada ciudad ucraniana de Nueva Kajovka, en la región sureña de Jersón, tras la destrucción de la cercana presa, que ha dejado inundadas varias localidades. "Tenemos información de al menos siete personas" desaparecidas, dijo a la agencia TASS el alcalde impuesto por Rusia en la localidad, Vladímir Leontiev.


Explicó que los niveles del agua empiezan a reducirse ligeramente en la ciudad tras registrarse el martes hasta 12 metros en algunos lugares. De acuerdo con el centro de respuesta a la emergencia, el nivel ha disminuido en 35 centímetros. Más de 900 personas tuvieron que ser evacuadas el martes de zonas inundadas en los territorios controlados por Rusia en la margen izquierda del río Dniéper, según Leontiev.


Hace 1 horas 15 minutos 07:41

Sunak cree que Rusia "caería aún más bajo" si se confirma su autoría en la destrucción de la presa

El primer ministro británico, Rishi Sunak, ha asegurado que Rusia "caería aún más bajo" si se confirma su autoría en la destrucción de la presa de Nueva Kajovka, en el río Dniéper y a 60 kilómetros de la ciudad ucraniana de Jersón, y que se trataría del mayor ataque contra infraestrucura civil en Ucrania desde el inicio de la guerra.


"Los ataques a la infraestructura civil son espantosos y están mal. Hemos visto otros casos en este conflicto, pero es demasiado pronto para confirmarlo de manera definitiva", ha declarado el primer ministro británico.


Hace 1 horas 16 minutos 07:41

EEUU desclasifica fuentes de inteligencia que señalan a Rusia como perpetrador del ataque a la presa

Según datos de la inteligencia estadounidense, Rusia sería el culpable del ataque a la presa en Ucrania de este martes. La administración del presidente Joe Biden está trabajando para desclasificar parte de la información y compartirla este martes, según han explicado funcionarios del país.


El motivo detrás de la explosión aún se estaba evaluando, pero parece probable que el colapso dificulte que las fuerzas ucranianas crucen el río y también presenta un desafío humanitario difícil.


Por qué la destrucción de la presa de Kajovka penaliza a corto plazo a Ucrania y apunta a Rusia

Los expertos aseguran que la explosión parece obra de Rusia para dificultar la contraofensiva ucraniana y el avance de sus tropas en el margen derecho del río Dniéper

ANTONIO FERNÁNDEZ. la razon. 7 Junio 2023


La destrucción de la presa hidroeléctrica de Kajovka, de la que se acusan mutuamente Moscú y Kyiv, sumergirá las líneas defensivas rusas en esta parte del río Dniéper, pero sobre todo dificultará una posible contraofensiva ucraniana en la zona.


A través de un largo canal, la presa abastece de agua la península de Crimea, anexionada en 2014 por Moscú, que podría encontrarse así con importantes problemas de suministro.


Pero numerosos observadores occidentales se inclinan por el escenario de un sabotaje ruso, pensado para castigar a Kyiv a corto plazo, justo cuando el Ejército ucraniano se dispone a lanzar una ofensiva para tratar de recuperar los territorios ocupados en el sur del país.


Esa es también la tesis del gobierno de Ucrania, que acusó a Rusia de haber volado la presa para "frenar" sus operaciones. A nivel militar, la subida del agua en la región sureña de Jersón se lo pondrá difícil a las fuerzas ucranianas si quieren cruzar el río Dniéper desde el margen derecho en una operación anfibia, y dirigirse hacia Crimea.


"Rusia sería el culpable lógico, porque al provocar una inundación a partir de Nova Kajovka, le complica el cruce a los ucranianos, gana tiempo y puede focalizarse en otros puntos del frente", extendido a lo largo de 1.000 kilómetros, explicó en Twitter el historiador británico Sergey Radchencko, profesor en la Johns Hopkins School of Advanced International Studies.


"No veo prácticamente nada ni de cerca ni de lejos que beneficie a Ucrania. Es una infraestructura destruida más, una nueva herramienta de producción eléctrica arrasada, más sufrimiento para los civiles ucranianos, y una limitación de las opciones ofensivas y logísticas ucranianas", abunda Stéphane Audrand, consultor francés independiente.


La inundación como arma de guerra

Desde octubre, el peligro planeaba sobre esta instalación estratégica, situada en las zonas de la región de Jersón ocupadas por Rusia. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, acusó entonces a Moscú de haber colocado minas en la presa, una de las más grandes del país. "Mentira", replicaron las autoridades rusas de ocupación.


Una destrucción de este tipo, susceptible de perjudicar considerablemente a la población civil, se considera desde 1949 un crimen de guerra, en virtud del protocolo adicional de las Convenciones de Ginebra.


"Las presas, los diques y las centrales nucleares de producción de energía eléctrica no serán objeto de ataques, aunque constituyan objetivos militares, cuando tales ataques sean susceptibles de liberar esas fuerzas y en consecuencia causar pérdidas severas entre la población civil", establece el artículo 56.


La historia contemporánea cuenta con varios ejemplos de destrucción de represas en Europa como parte de la estrategia militar del momento.


En 1941, los soviéticos minaron la gigantesca presa ucraniana de Zaporiyia para ralentizar el avance de las tropas nazis. Y en mayo de 1943, la aviación británica bombardeó represas hidráulicas alemanas en la cuenca del Ruhr, el corazón industrial del país. La operación, efectuada por los aparatos del escuadrón 617 de la RAF, rompió dos de las tres presas y dañó la tercera. El episodio fue inmortalizado en la película "The Dam Busters" (1955), conocida en español como "Misión de valientes" y "Los destructores de diques", informa AFP.


¡A las urnas, que ya es hora!

ROSA DÍEZ. okdiario. 7 Junio 2023


Lo que tiene vivir en una burbuja, separado del mundo real y pertrechado entre el Falcon y La Moncloa, es que quien se encuentra en esa situación pierde la perspectiva y confunde deseos con realidad.


Y eso es justamente lo que le ha ocurrido al inquilino de La Moncloa, el nunca suficientemente ponderado caudillo Sánchez, cuando en un ataque de ira decidió convocar elecciones el 23 de julio para castigar a todos los españoles que no le hemos votado.


Pero la soberbia propia de un tipo que detenta una personalidad narcisista y maquiavélica le va a jugar una mala pasada a Pedro Sánchez. Él ha querido castigarnos, pero el castigo se lo va a llevar su partido y, por derivada, él mismo. Aunque el hecho de que los ciudadanos aprovechemos la oportunidad de castigar al PSOE por segunda vez y en dos meses es algo que al caudillo le importa un rábano, no en vano su partido se enteró de la convocatoria a la vez que el resto de españoles. Aún más: yo creo que también quiere castigar a sus compañeros por no haber conseguido engañar a millones de españoles para que fuéramos a la urna a votarle a él, el más listo, el más guapo, el más líder, el que mejor habla inglés, el ser único que merece un trato especial y un estatus superior. El más de lo más.


Al caudillo le importa un bledo que sus compañeros de partido no hayan tenido tiempo para lamerse las heridas y recomponer la figura antes de ir a un nuevo proceso electoral. Si algo ha demostrado Sánchez a lo largo de su vida es que él va a lo suyo, que sólo se mueve en función de sus propios intereses. Toma decisiones pensando únicamente en él, y lo que a los demás –incluso a los más cercanos- les pueda ocurrir es algo que ni le va ni le viene. Vamos, que como carece de empatía –psicopatía- y sólo se mueve en función de su interés personal- maquiavelismo- ha tomado la decisión que cree que le resulta más rentable: lanzar un órdago y parapetarse tras «la jugada» que sus voceros y correligionarios pagados calificarían como propia de un genio.


Pero, como decía al principio de este artículo, la jugada le va a salir rematadamente mal. Es verdad que existe una especie de fascinación hacia todo aquel que vive en la Moncloa que anima al personal a tratar de analizar cada decisión que toman sus inquilinos como si estuviéramos ante actos reflexivos, complejos, con varias derivadas… Acuérdense que de Zapatero y todas sus incomprensibles decisiones se decía que «es que tiene baraka…», «es que tiene talante…». De Rajoy y sus incomprensibles ausencias de toma de decisión se decía aquello de «tiene sus tiempos…». Con Sánchez se han pasado los años señalando –a diestra y siniestra, y ante cualquier posible traspaso de límites- que «no lo hará…» para descubrir a continuación que sí lo hacía. Y entonces, como ya habían argumentado a favor de él, en vez de corregir la opinión respecto al personaje, pues comenzaban a analizar los pros y los contras, la posibilidad –seguridad- de que tras su decisión tuviera un as escondido en la manga, la idea de que iba a conseguir «engañarnos otra vez…».


Así que tras el anuncio de la convocatoria de elecciones para uno de los días más calurosos del año que realizó sin reunir al Consejo de Ministros, saltándose la Constitución (Art. 115: «El Presidente del Gobierno, previa deliberación del Consejo de Ministros, y bajo su exclusiva responsabilidad, podrá proponer la disolución del Congreso, del Senado o de las Cortes Generales, que será decretada por el Rey. El decreto de disolución fijará la fecha de elecciones») los voceros de la prensa pública y concertada han comenzado a buscar argumentos para alabar la «genialidad» del amado líder. Todo por no aceptar que ése, al que alaban, es un piernas que se ha lanzado a la piscina preso de ira y de rencor hacia quienes no le hemos votado y hacia su propio partido, por no haber estado a la altura de ese ser superior que tienen la suerte de que les dirija. «Me he sacrificado por vosotros….», les dijo a sus ovejas del Grupo Parlamentario que balaban de gusto mientras las llevaba al matadero.


En fin, que el día 23 de julio pintan bastos para el PSOE y para Sánchez. No hay ola de calor que pueda detener el tsunami de indignación y de rechazo contra este impostor y contra su partido por el daño que nos han hecho a los españoles y que recorre España de norte a sur, de este a oeste. El impostor nos ha echado un órdago y nosotros, la inmensa mayoría de españoles, no nos vamos a arrugar ni nos vamos a dejar engañar. O sea, contra el órdago del ventajista, la respuesta de los ciudadanos ha de ser: «¡Quiero!». Sabemos que nos quiere engañar, que quiere que desistamos, que nos quedemos en casa, que digamos «paso», como si estuviéramos jugando al mus y tuviéramos una mala jugada…


Pero ya hemos aprendido a castigar sus mentiras y cada vez que ha dado la palabra a los españoles le hemos propinado un soberano tortazo. Él sólo gana en los despachos, y a veces, ni siquiera; no hay más que recordar su humillante rueda de prensa en el parking de la Casa Blanca… Sabemos que no tiene cartas, que las nuestras son más y son mejores que las que él pueda sumar con toda su tropa de enemigos de España que estarían encantados con seguir pagándole el Falcon y La Moncloa mientras trabajan para romper la Nación de ciudadanos libres e iguales que es España. Nuestras cartas son el voto y se las vamos a enseñar ejerciéndolo de forma masiva, lo vamos a ejercer para mandarlo a casa cuanto antes.


La democracia es facilitar el voto, no entorpecerlo, Pedro Sánchez

OKDIARIO. 7 Junio 2023


Que la fecha del 23 de julio parece elegida para desincentivar el voto es una evidencia. No sólo porque millones de españoles estarán de vacaciones y no sólo porque presumiblemente el calor resulte insoportable. Es que el día elegido por Pedro Sánchez acarrea una cascada de problemas, entre los cuales el voto por correo se lleva la palma. Si muchos españoles tendrán que perder su tiempo en engorrosos trámites, los que se encuentran en el extranjero lo tendrán más difícil si cabe, porque la urgencia de las elecciones y lo estrecho de los plazos complican como nunca antes la situación para quienes están fuera de España.


Primero, porque el censo electoral vigente para estas elecciones es el cerrado a 1 de marzo de 2023 y todo aquel que tenga que realizar una reclamación por variaciones desde esa fecha o simplemente consultar el censo debe hacerlo en un plazo de apenas ocho días, del pasado 5 de junio al próximo 12 de junio. Si desea hacerlo de forma presencial en el consulado de la ciudad extranjera en la que viven, los horarios son «imposibles», según critican varios españoles residentes en Londres. No es mucho más fácil en Manchester, porque el Consulado sólo da una semana para comprobar datos consulares y porque «una vez mandas la información para comprobar, tanto su correo como su teléfono están colapsados». En Bruselas, según denuncian varios españoles «el procesamiento del censo es muy complicado. He tenido que repetirlo hasta cuatro veces cada vez que he solicitado el voto por correo y no me han explicado nunca bien cómo realizarlo. Las páginas webs son muy ambiguas, frases ambiguas, intentas llamar por teléfono y no te hacen caso. Una experiencia muy, muy negativa». En suma, que si la democracia consiste en facilitar el voto lo que ha hecho Pedro Sánchez convocando de urgencia elecciones en pleno mes de julio es entorpecerlo. Por algo será.


España necesita mucho más que un mero cambio de siglas

EDITORIAL. libertad digital. 7 Junio 2023

Resulta evidente que los cambios políticos que cabe esperar del Gobierno de Feijóo, en el caso de que el PP sea el partido más votado en las próximas elecciones generales —cosa previsible pero que está por ver—, dependerá decisivamente de la forma en la que el candidato del PP acceda a la presidencia del gobierno: así, no cabe esperar el mismo cambio de rumbo en la política de nuestro país si la investidura de Feijóo se logra mediante un pacto con formaciones nacionalistas como Coalición Canaria o el PNV, o incluso con un pacto con el PSOE que lograse la abstención de los socialistas, a que la investidura del candidato popular se alcanzase mediante una coalición de gobierno o acuerdo de investidura entre el Partido Popular y Vox, sin los cuales no sería creíble un cambio de calado como el que nuestro país necesita.


En todo caso, bien está que el líder de la oposición —aun sin despejar esta decisiva cuestión— se haya comprometido a derogar en sus primeros cien días de su hipotético gobierno algunas de las concesiones hechas por Sánchez a sus socios podemitas y separatistas a las que ningún otro dirigente socialdemócrata hubiera accedido, tal y como son las delirantes Ley Trans, la Ley de Bienestar Animal o la derogación del delito de sedición. Bien estaría también su compromiso de hacer una auditoria del gasto público si fuera acompañada —claro está— del compromiso de reducirlo en medida suficiente como para permitir una urgente reducción de impuestos; bien estaría también su compromiso de derogar la última Ley de Memoria Democrática, si no es, claro está, para reinstaurar la casi tan nociva, sectaria y liberticida primera Ley de Memoria Histórica que se promulgara en tiempos de Zapatero. Otro tanto se puede decir de su compromiso de una reforma del Poder Judicial para que los jueces elijan directamente a 12 de los 20 vocales del CGPJ, exigencia que se debería haber plasmado antes de la última y politizada renovación del Órgano de Gobierno de los Jueces, y que ahora, pese al cambio que Feijóo propone, no evitará la funesta herencia de un Tribunal Constitucional presidido por el socialista Conde-Pumpido.


Lo que es evidente es que todos estos compromisos de Feijóo, aun yendo en la buena dirección, son clamorosamente insuficientes para el profundo cambio de rumbo que España necesita. Y no lo decimos sólo por el hecho de que la recuperación del delito de sedición o el de malversación, sin la determinación de aplicar el articulo 155 de la Constitución, no impedirá —como no impidió— las malversaciones y las ilegales consultas secesionistas como las que se perpetraron el 9-N y el 1-0; tampoco lo decimos porque de nada servirá la reducción del número de ministerios que propone Feijóo si los que quedan siguen gastando en conjunto lo mismo, o no se pone coto al despilfarro autonómico —principal responsable del déficit y endeudamiento del Reino de España—, o si la auditoria de las cuentas públicas no van acompañada de una cura de adelgazamiento. Lo decimos también porque España necesita de compromisos de cambio en muchas otras áreas, como la destinada a erradicar la fracasada y antiliberal Ley de Violencia de Género —germen de la disparatada Ley del sólo sí es sí—; o un claro compromiso de desideologización de la educación, de libertad de enseñanza, de garantía de poder estudiar en español en toda España o de liberalización de los mercados y de reducción del gasto público y de la presión fiscal. Todo ello brilla por su ausencia en estos compromisos de Feijóo, que bien podría considerarse una propuesta "socialdemócrata" si no fuese por el grado de envilecimiento al que lo ha sometido Pedro Sánchez.


Lo que resulta evidente es que la cantinela de que las negociaciones para conformar gobiernos autonómicos y municipales allí donde el PP no ha logrado mayoría absoluta deben esperar a que se celebre las elecciones generales sobre la base de que el periodo preelectoral no es momento para acometerlas sino para aunar fuerzas contra "el sanchismo", además de carecer de lógica, ha sido rotundamente desmentida, vista la celeridad con la que el PP ha cerrado un acuerdo con los nacionalistas para hacerse con el gobierno de Canarias o la celeridad con la que el candidato del PP ya se postula presidente de Aragón gracias a un acuerdo con Teruel Existe que margina a Vox.


Habrá que dar tiempo al tiempo y mucho más de cien días a Feijóo, pero pocas promesas de cambio caben esperar si su partido, a la hora de buscar apoyos, sólo se permite mirar a su izquierda.


******************* Sección "bilingüe" ***********************


De disyuntivas justas y debates falsos

PEDRO DE TENA. libertad digital. 7 Junio 2023

Como soy uno de los que ha titulado "O Sánchez o España" en uno de sus artículos, me he sentido aludido por Pedro Sánchez en su actuación farsista de ayer. Ya saben que decretó nada menos que seis debates sucesivos y exclusivos con el PP, sin sumar con su, hasta ahora, eternamente aditiva Yolanda Díaz y sin contar con el concurso de Vox, el tercer partido más votado en las pasadas elecciones municipales y en las últimas generales de 2019. Ahora, ya se ve, no le molan los debates plurales como le molaban en 2019.


Entonces le interesaba enfrentar a la "derecha extrema" con la "extrema derecha" (ya saben que para él y parte del sanedrín de Feijóo, Vox es peor que ETA, peor que Bildu, peor que los golpistas catalanes y peor que las leyes de Irene Montero u otras). Ahora le conviene agrupar todo el voto de la izquierda en él. Es decir, no hay un gramo de creencia democrática en la nueva parida: sólo partidismo populista y evidente.


El narcisismo patológico que exhibe el protagonista del Manual de Resistencia, que tampoco escribió él mismo, como ya es proverbial, es bífido. Unas veces sirve para acometer con su yo absoluto a cualquiera que se ponga en su camino –en el PSOE saben mucho de ello y más que lo sabrán ahora cuando ordene y mande en las listas electorales—, y otras, como mostró ayer, se manifiesta como un ego cobarde que se esconde en un montón para que nadie lo señale como el responsable del desastre del pasado 28 de mayo.


Ayer molaba el embozo, el taparse con los votantes socialistas para ocultar que en la disyuntiva que él mismo contribuye a hacer famosa, "O Sánchez o España", dice lo que dice y no otra cosa. Claro que los votantes socialistas, cada vez más abochornados por un capo que traiciona toda una trayectoria del partido (y por eso lo quisieron echar en 2015), son parte importante de España. Son millones de personas, en su mayoría de buena fe, que creen que su opción es la mejor para el país. Pero estos santos, que aguantan con su voto fiel a pesar de lo que han visto de sus dirigentes, no aparecen en la disyuntiva.


El que aparece es Pedro Sánchez, él personalmente, él como secretario general del PSOE y él como presidente del gobierno de una España a la que no respeta (caso fresas, caso Ghali, caso economía española —será la suya— como una "moto", caso Sahara, caso inmigración, caso COVID y su no comité de expertos, caso amnesia histórica, caso Bildu, caso ERE —ya caso Griñán—, caso "sí es sí", caso poder judicial, caso secesión y malversación y así sucesivamente sin parar en un largo rato si hubiese espacio).


La disyuntiva está bien formulada. Es "O Pedro Sánchez o España", incluyendo en nuestra nación española, como es natural en una democracia sensata y liberal, a los votantes socialistas, a los que está infligiendo uno de los mayores castigos imaginables. Les ha hecho ser cómplices de decisiones que avergonzarán a las futuras generaciones socialistas como ha avergonzado a las anteriores recientes que lo han dicho, bajito, pero lo han dicho. Pedro Sánchez, él personalmente, le está haciendo daño a toda España, a la que no le vota y a la que le votaba, que ya se verá. Por eso, la disyuntiva no es una farsa y expresa adecuadamente el dilema político y moral de las próximas elecciones generales. Sin Pedro Sánchez, España, también el PSOE, naturalmente, tendrán una oportunidad de librarse del monstruo frankensteinano y de las gorgonas antipatrióticas que ha protegido para su única gloria.


Y ahora, el que no permite preguntas en las ruedas de prensa ni responde de su derrota ni consiente comparecencias libres de su propio partido; el que abusa de su posición para hablar el doble que los demás; el que controla la radiotelevisión pública nacional, influye en cadenas de radio y TV privadas como nadie y cuenta con apoyos suculentos en prensa escrita y opinadores tertulianos, este individuo es el que propone seis debates hasta el 23-J con el PP y otros más con otros partidos, como si los españoles no tuviéramos otra cosa que hacer que plegarnos a su bufa artimaña electoral.


Yo, que era un ferviente defensor de los debates políticos, una vez comprobada su inutilidad por su superficialidad argumental, por su mala intención descarada, por su tortura de los hechos y datos, por las exhibiciones oratorias circenses y por la mentira manifiesta (memento, Sánchez, lo de tus pesadillas, tus negaciones al pacto con Bildu y otras muchas que llegan hasta Pedro Solbes, rip), recuerdo ahora con pasión y apetencia programas enriquecedores como La Clave, del gran José Luis Balbín, en los que la presencia de expertos y científicos junto a los políticos, impedía a éstos tirar de demagogias baratas y mortificar a las estadísticas para darnos gato por liebre.


O sea, Sánchez, sobre todo debata con Txapote y, de paso, y si puede, que le vote.


No derogará ni una

PABLO MOLINA. libertad digital. 7 Junio 2023


Alberto Núñez Feijóo aún no ha terminado de elaborar el programa electoral con el que concurrirá a las elecciones generales, pero ya ha adelantado unas cuantas líneas básicas de futura acción de Gobierno asegurando que derogará la ley Trans y la de Memoria Democrática, además de cargarse de un plumazo el ministerio de Igualdad. No cabe duda de que se trata de decisiones que ilusionan al electorado popular, gran parte del cual se pasó a Vox precisamente por la actitud meliflua del PP en estas cuestiones de calado ideológico. El único problema de Feijóo es que no es un recién llegado a la política, sino que ha gobernado una comunidad autónoma durante los últimos 13 años. ¿Qué hizo el candidato popular durante todos estos años al frente de la Xunta de Galicia? A nadie le sorprenderá.


Bajo la presidencia de Núñez Feijóo, Galicia fue la primera comunidad autónoma en aprobar una ley para la igualdad de lesbianas, gays, transexuales, bisexuales e intersexuales, auténtico hito que rápidamente fue imitado por el resto de autonomías gobernadas por el PP. En esta ley de Feijóo hay un capítulo entero de medidas en el ámbito de la educación que comienza de esta manera:


La consejería competente en materia de educación incorporará la realidad homosexual, bisexual, transexual, transgénero e intersexual en los contenidos transversales de formación de todo el alumnado de Galicia en aquellas materias en que sea procedente, dará audiencia al Consejo y, en su caso, escuchará a las asociaciones, organizaciones y colectivos LGTBI. Asimismo, se visibilizarán en la educación los diferentes modelos de familia establecidos en esta ley.


Hablamos de 2014, cuando legislar sobre la sexualidad de los contribuyentes no era precisamente una prioridad. De hecho, la ley Trans de Sánchez podría interpretarse como la evolución natural de las primeras normas reguladoras del mundo LGTBIQ+, de las que Feijóo fue pionero con su norma regional. Para tener credibilidad en este asunto debería ordenar a sus presidentes autonómicos que deroguen también sus leyes sobre transexualidad, comenzando por la de Galicia. Algo nos dice que no lo hará.


Sostiene también el presidente del PP que si llega a La Moncloa cerrará el ministerio de Igualdad. Bien, podía haber cerrado también el departamento de igualdad de Galicia, pero ahí sigue, trabajando por la igualdade desde una secretaría sectorial de la Xunta y manejando un presupuesto nada desdeñable.


Este último aspecto es interesante, porque Galicia, con Feijóo en la presidencia, destinaba a su departamento de Igualdad 47’5 millones de euros sobre un presupuesto total de la Xunta de 13.825 millones. Sánchez, sin embargo, ha asignado este año al Ministerio de Igualdad 573 millones de un presupuesto total de 386.088. No hagan la cuenta; yo se la doy: Núñez Feijóo destinaba a la Secretaría Xeral da Igualdade de la Xunta de Galicia un 0,34% del presupuesto total, mientras que el Gobierno socialpodemita dedica un 0’15 al departamento de Igualdad. O sea, la mitad que el tipo que dice que va a cerrar el chiringuito de la Montero porque es un despilfarro.


Todos sabemos que el PP es el PSOE con cinco años de retraso, pero eso es algo que se va a acabar el próximo 23-J. Con Feijóo en La Moncloa, en cuestiones ideológicas los dos partidos irán a la par.


La utilidad del antisanchismo

Hughes. gaceta. 7 Junio 2023


En los últimos 25 años ha habido en España dos momentos de algo parecido a un levantamiento popular. Quizás sea demasiado decir: dos instantes fugaces de efervescencia y hartazgo.


Uno fue en 1997. Cuando ETA asesina a Miguel Ángel Blanco y se produce una oleada popular de consternación. Eran las ‘manos blancas’, aunque muchos nos quedásemos con otra cosa, con el momento liberador e inolvidable en el que un ciudadano destrozó una herriko taberna. Entre esa acción y el civismo virginal de las manos blancas, entre medias, había un ánimo sublevado en parte de la población, ánimo que los partidos aprovecharon a su modo y fueron aplacando. Eso en el mejor de los casos, porque también sucedió otra cosa. El PNV acudió al auxilio político de ETA, como luego el nacionalismo catalán y llegaron las negociaciones. Empezó el PSOE y lo que decidió, con conocimiento del rey según palabras de Zapatero, fue respetado (naturalizado) por el PP. Aquel conato fugacísimo de rebelión acabaría, años después, con ETA en las instituciones. Ese brote popular fue sedado, burlado, traicionado y confundido hasta su desaparición.


Dos décadas después vivimos algo similar. Cuando en 2017 se produjo el golpe catalán, se despertó una protesta al margen de los partidos, antes incluso del discurso real. Se colgaron banderas nacionales por toda España y hubo una concentración masiva en Barcelona. Todo se cursificó como ‘España de los Balcones’, pero el primer nervio de reacción se sintió días antes, cuando de la barcelonesa Plaza de Artós salió una manifestación con aires de resistencia y las primeras banderas de España.


El asalto a la herriko taberna y aquellos solitarios de Artós fueron algo popular y contagioso que sin embargo se fue transformando en movimientos sin consecuencias. Si lo del 97 acabó con ETA en las instituciones, lo del 2017 acabó con la reforma de la sedición, los indultos y la legitimación pactista de ERC. No se hizo nada más. Nada cambió. Ciudadanos ganó y desganó. El PP aplicó un discutible 155, pero una vez aplicado lo dejó en nada, igual que antes había tomado la senda pactada entre PSOE y ETA.


Fueron, con dos décadas de diferencia, dos fogonazos de urgencia popular, nacional, infinitesimalmente revolucionarios aunque abortados. Y no es descabellado pensar que algo de esos dos momentos sobrevive en Vox. Que Vox, es sobre todo, el efecto de esos dos espasmos. Abascal proviene del PP vasco y Vox da el salto con el golpe catalán. La España burlada en 1997 y 2017 respira quizás por allí, y al verlo así entendemos mejor lo que pasa estos días: la propuesta de Lambán de aislar a los siete diputados de Vox, no tan distinta de la propuesta de la lista más votada o la prisa mediática por dar a Olona los espacios que no dan a Abascal. La España mínimamente insurgente, y por insurgente traicionada, ha sido y es silenciada de modo sistemático.


La primera traición se encarnó en Zapatero, la segunda en Sánchez. Y hay algo en común. El primero fue impulsor de procesos, el segundo los culmina con una nueva mayoría con Bildu. Los dos fueron audaces de un modo mefistofélico que no solo sirvió a sus intereses. Los dos se hacen responsables, ‘malos’ oficiales, de dos procesos de ampliación o redefinición del consenso: el de ETA y el separatismo catalán. Construyen así nuevas mayorías izquierdistas, pero están reintegrando, no lo olvidemos, el producto político de 40 años de autonomismo. Cada cierto tiempo habrá que hacer operaciones así, cada vez más difíciles, y alguien tendrá que ejecutarlas.


Ellos lo hicieron. Zapatero generó el antizapaterismo, una fijación, una pequeña pasión política donde apenas hay política que aprovechó electoralmente la derecha como ahora con el sanchismo. El primero se hacía llamar ZP, el segundo SNCHZ, como si ya supieran de antemano que iban a ir perdiendo las vocales por el camino. Pero no olvidemos que el antizapaterismo fue un inmenso engaño, un clamor sin regeneración: nada cambió. Todo quedó en pulseritas, golpes de pecho y programas de El Gato al Agua. Esa fijación personalista contiene ahora la misma simplificación grosera, la de que todo sucede por voluntad del presidente, una especie de moderno Nerón omnipotente. Si así fuera, ¿no fallaría algo en el sistema que lo permite? Les da igual: todo lo explican con retratos psicológicos de creciente oscuridad. Es curioso: los enemigos oficiales de la ‘simpleza’ populista reducen el problema español a la supuesta psicopatía de un señor.


El antisanchismo, como antes el antizapaterismo, es una falla que quema el ninot socialista en el balcón de Génova, una especie de ritual con el que el PP empieza a cobrarse su parte en el proceso. Es un ceremonial: mediante antizapaterismo y antisanchismo llevan a la gente por el camino de los dos. ¡Abajo Sánchez! ¡Viva (con retoquitos) el marco sanchista!


El ‘que te vote Txapote’ resume eso: la fijación popular, simplificadísima, que agiliza el relevo. En ese eslogan se da la mano el turnismo. Esos fenómenos de postrera erosión personal son un doble servicio de estos políticos: tras su aventura para ampliar la mayoría izquierdista y el consenso sistémico, ofrecen su figura cual fusible para que sobre ella la derecha (PP) culmine el relevo sin mayores cambios. Su destrucción política (¡qué cosas dicen de él los liberalios!) es señuelo y combustible para un relevo sin grandes consecuencias. El consenso pepero pivota sobre un mensaje muy básico: «Derogar a Sánchez». Asumen un verbo clave (Rajoy no derogó) pero lo reducen a una persona. En último término ¿qué es derogar el sanchismo? Es como decir «multiplícate por cero». Es un continuismo que ceremonialmente pasa por aniquilar políticamente al continuado, enésimo engaño al español.


Pero ¿dónde están aquellas corrientes populares que ya fueron engañadas? ¿Quiénes quedan escarmentados de esa doble traición de 1997 y 2017 y qué atención merecen sus planteamientos?


Votar como Edmundo o como en San Mateo

AGUSTÍN GARCÍA. okdiario. 7 Junio 2023


El cuento es muy bonito, nos explica Félix Ovejero: «Los ciudadanos configuran sus demandas políticas a partir de convicciones firmes y meditadas. Los partidos intentan responder con sus propuestas y, si no las atienden, los ciudadanos cambian su voto y los penalizan». Eso es lo que nos gustaría, pero el filósofo añade que, desgraciadamente, el cuento es enteramente falso: «A los votantes les trae sin cuidado la verdad, sostienen opiniones inconsistentes y mudadizas y, sobre todo, no votan según sus opiniones, sino que forman sus opiniones según votan».


Este tipo de votantes son los sectarios, primero votan y luego se pasan cuatro años justificando patéticamente lo votado. El arrepentimiento no está de moda. Éste tipo de votante abunda dentro de los propios partidos y nos proporcionan grandes y cómicos momentos de contorsionismo dialéctico para decir Diego donde dijeron digo. Si Sánchez dice que rebelión, rebelión; y si dice que a indultar, a indultar. Comen lo que les pongan.


Dentro de los sectarios nos encontramos con los sigleros, que forman el llamado suelo de los partidos. Inmutables a los cambios de ideario o de líderes, votan a unas siglas y punto. Es el valor de la marca. Su único objetivo es que no gobiernen los otros. Ya puede su líder decir que no pactará con Bildu y pactar, que no dormirá bien con Podemos y no salir de la cama. A los sigleros les da igual que les mientan siempre que no gobiernen los otros. Qué fácil sería si todos fuésemos así. Cuánto dinero ahorraríamos al Estado en elecciones. Podríamos apuntarnos en un censo a los 18 años indicando ya nuestro voto y no habría que hacer elecciones.


Pero hay más clases de electores. Por ejemplo, los cautivos, especie abundante en aquellos feudos en los que un mismo partido ha gobernado durante décadas y, legislatura a legislatura, ha tejido su red de bienpagados y vividores del boletín oficial que temen pasar frío si cambia el proveedor. Hay que pagar la hipoteca o el renting del coche y se amarran a quien les hace partícipes del presupuesto. Puedo llegar a entenderlos, pero, al menos, que no intenten convencerme, ni convencerse.


Parecido al cautivo, aunque solo ocasionalmente, encontramos al vendido. Les diferencia es que aquéllos están en nómina y a estos solo les llega un sobre cada cuatro años. Reconozco que me equivoqué: hace unas semanas les indique cómo podría ganar Sánchez las elecciones y se me olvidó incluir la particular ruta del pucherazo en aquel decálogo para líderes sin escrúpulos. Al menos, estos vendidos no te dan la chapa, no argumentan, como sí lo hacen quienes les pagan.


Y aún nos quedan otros dos tipos de votante, o más bien no votantes. En primer lugar, el abstencionista pasota a quien todo le da igual; pasa, pues cree, equivocadamente, que no le afecta lo que los políticos decidan por él. Junto a él, podemos encontrarnos al abstencionista ilustrado, ése que no vota porque considera a todos los candidatos unos mediocres o que son igual de mentirosos, ladrones o lo que sea; o bien que el sistema no funciona, es una pantomima y bla, bla, bla. Les gustaría poder elegir a gobernantes casi perfectos en un sistema casi perfecto. A mí también. Pero ellos no han entendido que no eligiendo al menos malo puede salir el peor.


Parecido al abstencionista ilustrado tenemos a Edmundo Bal, que ha dicho que va a votar en blanco. A lo mejor piensa que en un sistema donde el voto en blanco no está representado, sirve para algo un sobre vacío.


Y en el otro extremo, frente a Edmundo y los abstencionistas, encontramos a los votantes de San Mateo de Gállego, municipio de Zaragoza donde el pasado 28M hubo un empate y se decidió por sorteo quien sería el alcalde, pues así lo dice la Ley. La fortuna fue para el PP, pero, tras el sorteo, la Junta Electoral anuló un voto y la Alcaldía volvió al PSOE. Más allá de la disputa por la Alcaldía, lo que han aprendido todos sus vecinos es la importancia que tiene un solo voto. Yo soy de los que aún creo que mi voto cuenta tanto como el último voto de San Mateo.


Si por pereza o hartazgo, o porque se confía en que su partido ya es ganador o que no importa un voto más, y se convierte en uno de aquellos abstencionistas, no se queje de que los sectarios, sigleros, cautivos y vendidos decidan por usted. Acuérdese de San Mateo de Gállego.


La trampa de la promesa de Feijóo al afirmar que derogará la Ley Trans

El toro TV. 7 Junio 2023


El líder del Partido Popular ha afirmado que derogará la Ley Trans de Pedro Sánchez, pero aprobó una igual de radical en la Xunta de Galicia en 2014


Alberto Núñez Feijóo ha defendido esta mañana en una entrevista concedida a Onda Cero que derogará, entre otras normas del Ejecutivo de Pedro Sánchez, la Ley Trans. Una incongruencia no solo porque distintas Comunidades Autónomas con Gobiernos populares mantienen legislaciones similares, sino también porque él mismo orquestó la Ley 2/2014, de 14 de abril, por la igualdad de trato y la no discriminación de lesbianas, gays, transexuales, bisexuales e intersexuales en Galicia.


Desde 2014, en la Comunidad Autónoma de Galicia está garantizado “el principio de igualdad de trato y de no discriminación por razón de orientación sexual e identidad de género de las personas homosexuales, bisexuales, transexuales, transgénero e intersexuales”.


La Ley Trans de Galicia es aplicable sobre todos los ámbitos: laboral, familiar, de la salud, educativo, del deporte. En otras palabras, la ideología de género fue impuesta desde la Xunta ya en 2014 tocando incluso el ámbito de la familia o de las escuelas.


Dicha ley contempla la discriminación positiva para el colectivo LGTBI, así como un servicio de información, atención y asesoramiento a lesbianas, gays, transexuales, bisexuales e intersexuales y a sus familias y personas allegadas, en colaboración con los gobiernos locales.


Además, promueve políticas públicas para el fomento y la promoción de la igualdad, de la visibilidad y de la no discriminación del colectivo LGTBI.


La ley trans define incluso el concepto de familia… y se mete en ella

Define el concepto de familia como el siguiente: “la derivada del matrimonio, de la unión entre dos personas del mismo o distinto sexo, en relación de afectividad análoga a la conyugal, registrada o no, del parentesco, de la filiación o de la afinidad, y también las unidades monoparentales, formadas por mujeres o hombres, con hijos e hijas a su cargo”. En este sentido, recalca la importancia de la no discriminación por razón de orientación sexual o identidad de género en la valoración de la idoneidad en los procesos de adopción.


Y para esas familias en cuestión, prevé programas de información con el objeto de divulgar las distintas realidades afectivo-sexuales y de género y los distintos modelos familiares y de combatir la discriminación por razón de orientación sexual y de identidad de género en el ámbito familiar.


En su artículo 17, además, la ley hace especial hincapié en los (o las) adolescentes. Reza el artículo: “se incidirá en la información y promoción de la igualdad de trato de aquellas personas LGTBI más vulnerables por razón de edad (las y los adolescentes, las y los jóvenes y tercera edad)”.


Transexualidad en el ámbito sanitario y educativo

Artículo 20, mención expresa a la transexualidad en el ámbito sanitario: “Se garantizará la atención sanitaria, según la necesidad y el criterio clínico, de las prácticas y para las terapias relacionadas con la transexualidad”.


¿Y qué pasa con la educación? El artículo 22 de la ley se titula “inclusión de la realidad LGTBI en los planes de estudios”. Da plena potestad a la Consejería de Educación para incorporar “la realidad homosexual, bisexual, transexual, transgénero e intersexual en los contenidos transversales de formación de todo el alumnado de Galicia”. Y recalquemos este último punto: “en todo el alumnado de Galicia”. No hace mención expresa, siquiera, a las etapas educativas, sino que, como Montero, alega transversalidad.


¿Y cuáles son las represalias que contempla la ley? En la Disposición Final Segunda, la ley faculta al velador del pueblo para, entre otras cosas, instar la actuación de las administraciones públicas que correspondan para sancionar las acciones u omisiones que puedan ser constitutivas de infracción administrativa en materia de igualdad de trato y no discriminación.


Señor Feijóo, ¿qué es exactamente lo que no le gusta de la Ley Trans del Gobierno de Sánchez? ¿Por qué le critican tanto las izquierdas por esta afirmación?


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