Recortes de Prensa Martes 15 Agosto 2023

Tres muertos en Lutsk en una nueva noche de bombardeos rusos contra ciudades ucranianas

María Vega. el confidencial. 15 Agosto 2023


Al menos tres personas han muerto esta madrugada en la ciudad de Lutsk, en el oeste de Ucrania, en la región que hace frontera con Polonia, en un nuevo ataque ruso con misiles contra ciudades ucranianas y que, en esta ocasión, ha afectado también a otras ciudades del país.


El jefe de la Administración Militar de Volyn, Yuriy Pogulyajko, informó a través de la red Telegram, tal y como recoge la agencia Ukrinform, que como resultado del ataque, que tuvo como objetivo varias empresas de la ciudad, tres personas murieron pero que había "más víctimas en el hospital".


El bombardeo ruso ha afectado a otras ciudades del país y la alerta por ataque aéreo se activó en todo el país sobre las 04.00 hora local (01.00 GMT). Un misil ruso impactó en una fábrica en Dnipro e hirió al menos a una persona. Asimismo se registraron ataques en Leópolis, en el oeste de Ucrania, uno de los cuales afectó a un bloque con más de cien vivienda, anunciaron fuentes de su alcaldía.


Según fuentes militares, reproducidas por Ukrinform, en la noche pasada las tropas rusas dispararon unos 28 misiles crucero, de los cuales 16 fueron interceptados por las defensas antiaéreas. Los misiles fueron disparados desde bombarderos rusos que operaban en la región del Mar Caspio y desde una fragata en el Mar Negro.


Las claves del momento:

Tres muertos en Lutsk en una nueva noche de bombardeos rusos

EEUU anuncia otra ayuda a Ucrania de 200 millones de dólares

El Banco de Rusia eleva los tipos en 350 puntos básicos, hasta el 12%

La defensa aérea rusa destruye un dron sobre la región de Belgorod

Ucrania informa de nuevos avances en la zona de Bajmut

Así hemos contado la jornada 538 de la guerra en Ucrania


Hace 30 minutos 10:03

El Banco de Rusia eleva los tipos en 350 puntos básicos, hasta el 12%

El Banco Central de Rusia (BCR) aumentó este martes en 350 puntos básicos, hasta el 12%, el tipo de interés, que alcanza su nivel más alto desde mayo de 2022, para frenar la depreciación el rublo y garantizar la estabilidad de los precios, en un contexto económico de dificultades provocado por la guerra en Ucrania.


La decisión del BRC fue adoptada una reunión extraordinaria de su Consejo de Dirección.


Hace 1 horas 7 minutos 09:27

Reino Unido resalta el papel de lo chechenos en la ofensiva en Ucrania

Las fuerzas chechenas mantienen una presencia "continua" en la ofensiva militar lanzada por Rusia sobre Ucrania, según los servicios de Inteligencia británico, que estiman que el líder político de la república de Chechenia, Ramzan Kadirov, parece dispuesto a demostrar que es un dirigente leal al presidente ruso, Vladimir Putin.


Kadirov reconoció la semana pasada la labor de uno de sus batallones en los combates llevados a cabo en la región de Zaporiyia, en concreto en la zona de Orijiv. Se trata de "una zona clave", ha señalado la Inteligencia de Reino Unido en un informe compartido por el Ministerio de Defensa.


Un año y medio después del inicio de la invasión, para Londres está claro que las fuerzas chechenas, aunque representan una proporción "relativamente pequeña" del conjunto del despliegue ruso, tienen "un perfil alto". En este sentido, el informe británico constata no sólo una alianza militar sino también política. "Kadirov probablemente refuerza el papel de sus unidades para pulir sus credenciales como un (dirigente) leal a Putin", añade.


Hace 2 horas 8 minutos 08:25

Ascienden a 30 los muertos en la explosión en la gasolinera de Daguestán

Aumenta a 30 las personas que han muerto, entre ellas tres niños, y otras 75 han resultado heridas en la explosión que se produjo ayer en una gasolinera en la afueras de Majachkalá, la capital de la república rusa de Daguestán, según los últimos datos proporcionados este martes por las autoridades locales. El jefe de Daguestán, Serguéi Mélnikov, decretó hoy día de duelo en toda la república norcaucasiana.


Hace 2 horas 43 minutos 07:51

Al menos 27 muertos, entre ellos tres niños, por la explosión en una gasolinera en Daguestán (Rusia)

Al menos 27 personas han muerto, entre ellas tres niños, y otras 66 han resultado heridas tras la explosión este lunes de una gasolinera en Majachkalá, capital de la región rusa de Daguestán.


Según ha declarado el Centro de Medicina de Desastres de Daguestán a la agencia de noticias rusa Interfax, el número de víctimas mortales ha ascendido a 27, entre los que se encuentran tres niños.


"Ahora hay 66 heridos en las instalaciones médicas de Majachkalá, 10 de ellos en estado grave", ha asegurado el viceministro de Sanidad ruso, Viktor Fisenko.


Hace 2 horas 44 minutos 07:50

Tres muertos en Lutsk en una nueva noche de bombardeos rusos

Al menos tres personas han muerto esta madrugada en la ciudad de Lutsk, en el oeste de Ucrania, en la región que hace frontera con Polonia, en un nuevo ataque ruso con misiles contra ciudades ucranianas y que, en esta ocasión, ha afectado también a otras ciudades del país.


El jefe de la Administración Militar de Volyn, Yuriy Pogulyajko, informó a través de la red Telegram, tal y como recoge la agencia Ukrinform, que como resultado del ataque, que tuvo como objetivo varias empresas de la ciudad, tres personas murieron pero que había "más víctimas en el hospital".


EUROPEAN COUNCIL ON FOREIGN RELATIONS

Drones en Ucrania y más allá: todo lo que hay que saber

El espacio de combate aéreo ucraniano presenta el uso más intensivo de drones en un conflicto militar de la historia, marcando un cambio en las tácticas y la tecnología de guerra

Ulrike Franke*. el confidencial. 15 Agosto 2023


Los drones existen desde hace mucho tiempo, mucho más si nos remontamos y consideramos protodrones a las cometas de fuego del Imperio chino clásico o a los globos explosivos usados en el ataque austriaco a Venecia en 1849. Los drones se utilizaron en Vietnam, en la guerra de Kosovo, Afganistán, Irak y, más recientemente, en el enfrentamiento entre Armenia y Azerbaiyán en Nagorno Karabaj.


La guerra de Ucrania no es, pues, "la primera guerra de los drones". Tampoco es la primera guerra en la que los drones desempeñan un papel importante, ni la primera en la que ambos bandos los emplean. Sin embargo, el uso de drones en Ucrania representa un cambio radical. Nunca antes se habían utilizado tantos drones en un enfrentamiento militar. El Royal United Services Institute calcula que Ucrania está perdiendo 10.000 drones al mes, lo que da una idea de cuántos están en uso. Los sistemas de defensa antiaérea están neutralizando en gran medida la aviación tripulada, lo que hace que los sistemas no tripulados sean especialmente importantes. Para quienes deseen comprender su importancia, he aquí las principales conclusiones de Ucrania.


La guerra de los múltiples drones

Estos van desde los muy pequeños —como el Black Hornet, que tiene una envergadura de solo 12 centímetros— hasta los drones con envergaduras de más de 15 metros. Los sistemas pequeños desempeñan un papel especialmente importante en Ucrania. Los cuadricópteros y otros drones de rotor son producidos principalmente por firmas comerciales como la china DJI y se encuentran entre los más comunes. Los sistemas armados, como el Bayraktar TB2 de fabricación turca o, en el bando ruso, el dron Orion, llevan misiles que pueden utilizarse para atacar a las tropas en tierra. Los llamados drones kamikaze, o munición de merodeo, drones de un solo uso que se ciernen sobre un objetivo antes de sumergirse en él y explotar con él, también son muy utilizados, sobre todo por Rusia; pero más recientemente también han sido empleados en los ataques ucranianos sobre Moscú.


Vigilancia y otras funciones

La vigilancia y el reconocimiento son los usos más comunes de los drones. Todos los drones llevan sensores de foto, vídeo u otros sensores de recogida de datos, que permiten a las fuerzas localizar bases enemigas, observar movimientos de tropas y elegir objetivos. Estrechamente vinculada a la vigilancia está la capacidad de los drones para documentar ataques, lo que también puede proporcionar material útil con fines propagandísticos.


Los drones han documentado la destrucción de ciudades por las fuerzas rusas, la inundación de territorio ucraniano tras la rotura de la presa de Kakhovka y ataques contra barcos, tanques, tropas y material ruso. Por último, los drones se utilizan para ayudar a dirigir y llevar a cabo ataques. Al principio de la guerra, las fuerzas ucranianas utilizaron drones militares armados como el TB2 para atacar el convoy ruso que se dirigía a Kiev. También es posible que se haya utilizado un dron TB2 para distraer las defensas del buque insignia ruso Moskva mientras misiles navales lo atacaban y finalmente lo hundían. La información obtenida por los drones también se utiliza para dirigir ataques de artillería y de otro tipo.


Drones civiles, los más usados

Muchos, posiblemente la mayoría, de los drones utilizados por las fuerzas ucranianas fueron diseñados originalmente con fines comerciales o para aficionados. Por lo tanto, están disponibles en grandes cantidades y a bajo coste, y son fáciles de usar. Al no haber sido construidos para la guerra, estos drones no suelen sobrevivir mucho tiempo en el espacio de batalla, pero, dado su precio y disponibilidad, suelen ser fácilmente reemplazables.


El fabricante chino DJI produce la mayoría de estos sistemas. Suspendió oficialmente sus operaciones en Ucrania y Rusia a las pocas semanas de iniciada la guerra, pero sus drones, sobre todo los de tipo Mavic, siguen figurando entre los sistemas más utilizados y solicitados. Los particulares han donado muchos drones y los esfuerzos de crowdfunding por parte del público también han permitido, supuestamente, la adquisición de miles de drones.


Consecuencias militares serias

Hasta ahora, el Gobierno ucraniano no ha asumido oficialmente la responsabilidad de los ataques con drones contra Moscú, que se han hecho más frecuentes en los últimos días. Al principio, los sistemas no tripulados se utilizaban para atacar instalaciones militares en Rusia, como las bases aéreas de Engels en diciembre. Más recientemente, se han producido ataques con drones contra Moscú, incluido su centro financiero, que podrían haber sido llevados a cabo por las Fuerzas Armadas ucranianas o por grupos proucranianos, posiblemente desde el interior de Rusia.


Militarmente, su impacto ha sido limitado: hasta ahora, nadie ha muerto en los ataques y la destrucción parece mínima. Pero envían una señal al régimen, la población y las empresas rusas de que la guerra podría volverse contra ellas. Aunque, al parecer, las defensas aéreas rusas interceptaron algunos de los drones, sigue siendo vergonzoso para los militares rusos que sean incapaces de proteger la capital. Si los ataques continúan y crecen en frecuencia y fuerza, el Ejército ruso podría tener que aumentar la protección de Moscú y otras ciudades, lo que significa que los sistemas de defensa antiaérea o los expertos podrían tener que ser retirados de la línea del frente.


Pequeños, pero matones

Los drones son objetivos fáciles, ya que no suelen estar construidos para evadir las defensas aéreas. Suelen volar bajo y despacio, y a menudo pueden destruirse con un solo impacto. Sin embargo, la lucha contra los drones puede resultar difícil, puesto que es necesario disponer de los sistemas de defensa adecuados en el lugar y el momento oportunos, sin gastar más dinero del que vale un dron.


Hay dos formas principales de derribar un dron: cinética y electrónicamente. La primera consiste en derribar un dron con balas, cohetes o similares. Ucrania ha estado utilizando Gepards, Patriots o Iris-T para luchar contra los ataques desde el aire. La segunda consiste en interferir o interrumpir la señal entre el dron y su operador u operadores. Una versión más avanzada de este método consiste en piratear el dron y hacerse con su mando. Además de estos, los lanzadores de redes, los drones que luchan contra drones e incluso las aves de presa entrenadas para acabar con drones de aficionados pueden interceptar drones. El mercado de los contradrones es una oportunidad de negocio multimillonaria.


El incipiente papel de los drones navales

El término dron no se refiere necesariamente a sistemas aéreos, pero la mayoría de los drones vuelan. Existen drones marítimos —tanto buques de superficie como sistemas submarinos—, así como drones terrestres (aunque muchos los llaman robots en lugar de drones). Sin embargo, antes de este conflicto, solo los sistemas aerotransportados se utilizaban ampliamente en operaciones militares. Esto está empezando a cambiar. El otoño pasado ya se utilizaron barcos teledirigidos, sobre todo en el ataque a la flota rusa del mar Negro en Sebastopol. Más recientemente, las fuerzas ucranianas dañaron un buque de desembarco anfibio ruso y atacaron un petrolero ruso utilizando drones navales. Estos ataques son un testimonio del innovador sector militar-industrial ucraniano.


Vanguardia en la industria

Ucrania se ha convertido en un lugar importante para el desarrollo y la fabricación de drones. Las asociaciones conjuntas entre el sector público y el privado han permitido desarrollar o reconvertir drones para uso militar. La presión de la guerra para innovar, el ingenio del pueblo ucraniano y la oportunidad de colaborar estrechamente con expertos de muchos países occidentales han contribuido a establecer una sólida base industrial de defensa nacional. La industria ucraniana de drones va camino de convertirse en un actor internacional de peso una vez finalizada la guerra, capaz de exportar sistemas probados en combate. *Análisis publicado originalmente en inglés en el European Council on Foreign Relations por Ulrike Franke titulado Drones in Ukraine and beyond: Everything you need to know


El «drama» de VOX (y sus apuntadores)

JOSÉ JAVIER ESPARZA. gaceta. 15 Agosto 2023


Todos los veranos, como es sabido, tienen su «serpiente» informativa. La de este verano de 2023 es sin duda alguna VOX: la crisis de VOX, la desaparición de VOX, la demolición de VOX, la aniquilación de VOX o incluso el apocalipsis de VOX, que en materia de sustantivos, cuando se trata de serpientes de verano, ninguno sobra. Dejémoslo en el drama de VOX. Y como en todo drama, escondido en la concha del escenario descubrimos al apuntador. En este caso, una auténtica muchedumbre de apuntadores.


La súbita convergencia de «todos contra VOX» forma parte, muy evidentemente, de estrategias diseñadas desde fuera del partido en cuestión, pero es verdad que VOX se ha convertido en un problema. Para los enemigos, porque el bicho se resiste a morir, y para los amigos, o para esos que un día lo fueron, porque VOX ha resultado ser algo distinto a lo que en su momento pensaron. Entre la presión de unos y otros, VOX puede terminar convirtiéndose en un problema incluso para sus propios votantes. De esta manera, VOX acabaría en la triste lista de partidos que pudieron ser y no fueron, como UPyD, Ciudadanos y pronto, verosímilmente, Podemos. A la postre, la función de VOX, como la de los anteriores, no habría sido otra que corregir temporalmente las insuficiencias del bipartidismo. Hay quien ya vende la piel del oso antes de cazarlo. No puede sorprender que los vendedores (los apuntadores de nuestro drama) tengan su bazar en las fábricas mediáticas de la opinión «de derechas». Otra cosa es que realmente haya mercancía para poner a la venta.


Cuando todos descubrieron «su» VOX

Que la izquierda ataque a VOX es enteramente natural: la izquierda española nunca había tenido un enemigo tan correoso. Más atención merecen los ataques que vienen del otro lado. ¿Por qué la prensa convencionalmente llamada «de derechas» (es decir, la que no está en la izquierda) ha roto a vender los despojos de VOX? Este es un asunto especialmente interesante, y sobre el girarán las líneas que siguen.


Ante todo, conviene hacer un poco de memoria. Cuando VOX dio su gran salto, en las elecciones andaluzas de 2018, pudimos asistir a un espectáculo portentoso: decenas de opinadores de derechas (y centro) se volvieron hacia el partido de Abascal, al que en general habían ignorado o despreciado en los años anteriores, y le abrieron las puertas de los grandes medios de comunicación. No solo se las abrieron, sino que extendieron alfombras rojas para que VOX entrara y adornaron las sienes de Abascal con laureles, y si no aviaron púberes caneforas para que le brindaran el mirto y el acanto fue, simplemente, porque ya nadie se acuerda de quién era Rubén. En aquella espectacular acogida había, sin embargo, algo inquietante: el VOX que los fabricantes de la opinión de derechas descubrían no era propiamente VOX, sino «su» VOX, es decir, lo que cada cual quería ver en el fenómeno del momento. Hay que entenderlo: veníamos de las hieles del septenio rajoyano, olla podrida de todas las decepciones, y todo el mundo buscaba una esperanza nueva. Por eso cada cual vio en VOX lo que quiso ver.


Los liberales quisieron ver a un partido que, por fin, planteaba abiertamente un modelo de restricción del gasto público e impuestos bajos después de la traición socialdemócrata de Rajoy. Los cristianos quisieron ver a un partido que se atrevía a plantear sin complejos cuestiones como el derecho a la vida (vale decir, la limitación del aborto) o la plena libertad de enseñanza. Los conservadores quisieron ver al partido que de verdad iba a plantar cara a la hegemonía social y cultural de la izquierda. Los autodenominados «constitucionalistas» quisieron ver a un defensor insobornable de las libertades lingüísticas, la unidad nacional y la igualdad de todos ante la ley, frente al continuo chantaje separatista. Los identitarios quisieron ver al partido que por primera vez se atrevía a denunciar los estragos de la inmigración ilegal. Los patriotas quisieron ver al partido que iba a poner los intereses nacionales por delante de las exigencias de Bruselas. Todos, en fin, quisieron ver en VOX al partido que iba a representarles precisamente allí donde nadie, ni de derechas ni de izquierdas, podía hacerlo ya. Aún más: para muchos, la aparición de VOX iba a forzar al PP a volver a ser un partido «de derechas».


Es verdad que VOX ha venido siendo, en mayor o menor medida, todas esas cosas. Ahora bien, no era plenamente ninguna de ellas ni quería serlo. VOX nació para dar respuesta a unas realidades muy concretas, pero la realidad política es dinámica, nunca estática. Por otra parte, esa realidad, por decirlo así, se compone de esferas diferentes pero interconectadas (lo económico, lo social, lo institucional, etc.) que rara vez admiten una interpretación unívoca. Quiere decirse que uno puede ser más o menos liberal en lo económico, más o menos conservador en lo cultural, más o menos cristiano en lo social y más o menos soberanista en la política de Estado, y el resultado no tiene por qué ser contradictorio, pero inevitablemente dejará insatisfecho al que busque una respuesta únicamente liberal o únicamente cristiana, por ejemplo.


La expectativa frustrada: resulta que VOX tenia vida propia

En parte —sólo en parte—, lo que está pasando ahora mismo en torno a VOX tiene bastante que ver con esta frustración de expectativas. Resulta que VOX tenía vida propia, mire usted por dónde. Los liberales han empezado a sentirse incómodos con un partido que, por patriota, critica la ideología globalista, por identitario critica la inmigración masiva y por cristiano critica el aborto y la ideología LGTB. Los cristianos han empezado a sentirse incómodos con un partido que, por patriota, disiente del laxismo episcopal hacia la inmigración ilegal y, por conservador, insiste en dar batallas de las que la Iglesia ya ha desertado. Los conservadores han empezado a sentirse incómodos con un partido que, por identitario y patriota, rehúye los consensos del sistema, no babea con Bruselas, es poco dado a los ejercicios de moderación, se abre excesivamente a las clases populares y se sube a los tractores. Los «constitucionalistas» (siempre autodenominados) empiezan a sentirse incómodos ante un partido que pone la nación por delante de la Constitución, los identitarios empiezan a sentirse incómodos ante un partido demasiado abierto a la inmigración de origen iberoamericano e incluso los patriotas, también ellos, se sienten incómodos ante un partido que en su política exterior coincide con la OTAN. O sea que, de repente, un montón de gente parece haber descubierto que VOX no es lo que ellos creían. Así las cañas han empezado a volverse lanzas (o navajas de malhechor).


Al margen de cuestiones personales y de querellas de cocina, hay que tomar con la mayor seriedad todas estas reservas, todas estas «incomodidades», porque forman parte de la realidad política de nuestro tiempo y, de modo muy particular, en el ámbito de eso que se conoce como derecha. Además, el ejercicio nos permite entender qué puede pintar un movimiento como VOX en el actual paisaje.


La derecha y la izquierda convencionales, en España como en otros lugares, son formaciones que responden a una visión de la realidad todavía heredera del siglo XX: liberalismo contra socialismo, atlantismo contra sovietismo, cristianismo contra nihilismo, Constitución contra separatismo, etc. Ese marco mental permanece aún hoy porque es cómodo y, además, garantiza la supervivencia de los principales agentes implicados, pero hace tiempo que no responde a la realidad objetiva.


¿Qué sobrevive realmente hoy de las viejas familias, de las doce tribus de la derecha perdida? El globalismo ha arruinado el sueño liberal de un mundo que accedería por sí mismo a la justicia y la prosperidad por las solas virtudes mirificas del mercado. La evolución de nuestro sistema político ha arruinado el sueño «constitucionalista» desde el momento en que ha quedado demostrado que se puede dinamitar la Constitución dentro del propio sistema constitucional. La deriva de la Iglesia bajo el pontificado de Francisco ha arruinado el sueño del catolicismo político, que creyó posible construir una derecha social capaz de defender valores no negociables al amparo de la recia columna de la Santa Madre. El brutal cambio de paradigma ideológico de esta década, que ha convertido a los estados nacionales en meros administradores de la Agenda 2030 y a Occidente en un parque temático progresista de la globalización, ha arruinado el sueño de los conservadores por la simple razón de que ya no queda nada que merezca ser conservado. Esta es la realidad de eso que se llama derecha en este momento del siglo XXI. Y no más brillante, por cierto, es el horizonte de la izquierda, que emborracha a sus masas con litronas de nihilismo infantil mientras entrega la soberanía real a poderes ajenos al pueblo (a cualquier pueblo).


No estamos hablando de cuestiones teóricas, sino que todo esto tiene una traducción inmediata en el plano de la política diaria. Por ejemplo, uno no puede seguir defendiendo alegremente la «inmigración legal y ordenada» cuando sabe que el fenómeno tira hacia abajo de los salarios y, por esa vía, depaupera a las ya muy depauperadas clases medias. También por ejemplo, uno no puede seguir abrazando dogmáticamente la libre circulación de mercancías cuando sabe que eso supone primar a productos extranjeros fabricados a mejor precio (por elaborarlos en peores condiciones) y condenar al cierre a los productores locales. Y también por ejemplo, y por poner un caso muy español, uno no puede seguir abanderando el Estado de las Autonomías cuando sabe que, en la práctica, está conduciendo a una limitación galopante de las libertades ciudadanas y a una erosión sin pausa del propio Estado.


Todas estas cosas han hecho que los términos derecha e izquierda contengan cada vez menos sustancia. En la izquierda lo saben y por eso han recurrido a profanar tumbas para maquillar su vacío ideológico. También lo saben en el PP, que ha optado por renunciar a cualquier idea fuerte en aras de la «centralidad». Pero son giros en la nada. La realidad se mueve, las cosas cambian y la política, que es el gobierno de las cosas, no puede permanecer ajena a la transformación. Salvo que uno decida dejarse llevar, seguir la corriente dominante, abstenerse de cualquier acción, de cualquier decisión, y limitarse a gestionar lo que hay. Ahí es donde ha querido colocarse el PP y eso es lo que VOX no soporta (y por eso en las fábricas de la derecha ya no soportan a VOX).


Romper la mortaja mediática

Ahora el PP y sus opinadores alimentan la «hecatombe de VOX» con la nada disimulada ambición de quedarse con los despojos del cadáver: «De esos tres millones de votos de VOX, nos bastarían dos para hacer lo que queremos hacer». Bien: ¿para hacer qué? Porque ahí es donde radica la cuestión, pero ésta es precisamente la cuestión que los opinadores de la derecha han decidido no plantear. Ellos se mantienen en su viejo marco mental. Tan viejo que explican la crisis de VOX como una pugna entre falangistas e integristas contra liberales, es decir, los términos que usaríamos para explicar una crisis ministerial en 1969. Es como si describiéramos las querellas de la Comisión Europea hablando de güelfos y gibelinos. Realmente, no es sólo VOX quien debería hacer autocrítica.


De Manuel Fraga se cuenta que en cierta ocasión, evaluando el panorama mediático español de los años 80 tardíos, soltó la siguiente sentencia: «En España no ganará la derecha mientras Anson siga dirigiendo el ABC». El dicterio tiene que tomarse como sinécdoque y puede interpretarse así: en España la derecha no ganará unas elecciones mientras sus fábricas de opinión sigan atadas a los intereses y servidumbres entrelazados en los últimos veinte años. En realidad ocurrió al revés: primero fue la victoria del PP en 1996 y después la salida de Anson del ABC, aunque el viejo maestro andaba ya muy tocado del ala. Sea como fuere, lo esencial de la sentencia nos vale: la derecha española no podrá cambiar a fondo el país mientras sus fábricas de opinión sigan atadas a las redes de intereses consolidadas durante los últimos cuarenta años, ya se trate de hiperliderazgos locales o de intereses corporativos o de sistemas de subvenciones bien amarrados. Para ese mundo, para sus tribunos y contertulios y opinadores, VOX es un fenómeno extraño que no encaja en su cómodo marco mental. Es más fácil recurrir a etiquetas de hace más de medio siglo: falangistas, integristas, liberales y todas esas cosas. Es más fácil, sí, pero es mentira. Y lo saben.


Ahora la cuestión es saber si VOX será capaz de sobreponerse al relato sobre su propia muerte y construir un marco mental nuevo, una atmósfera de ideas donde pueda respirar. No lo va a tener nada fácil porque los medios de comunicación dominantes ya han tejido la mortaja del difunto. A partir de ahora -aunque, en realidad, todo esto empezó mediada la última campaña electoral-, cada cosa que pase en VOX será unánimemente interpretada como síntoma seguro de la inminente extinción. Y sin embargo, todos los problemas que VOX ha venido poniendo encima de la mesa van a seguir presentes: la ruptura de la unidad nacional, la merma objetiva de libertades en manos del separatismo y de sus muletas de izquierda, el desvanecimiento objetivo de la soberanía nacional (en materia energética, sanitaria, alimentaria, etc.) con inmediato perjuicio para los ciudadanos de a pie, la degradación galopante de la moral social y de la seguridad ciudadana, etc.


Al final, la fuerza de VOX no está en las familias ideológicas que lo componen, sino en la realidad lacerante que denuncia. Eso fue lo que impulsó al movimiento desde sus inicios y ese es el marco del que no debe apartarse, so pena de acabar, esta vez sí, como esos otros partidos que pudieron ser y no fueron. Dicho en otros términos: VOX debe bajarse del escenario y escribir su propio drama. Y que la autocrítica se la haga a sí mismo el apuntador.


Del integrismo al nacionalcatolicismo

ESPERANZA RUIZ. gaceta. 15 Agosto 2023


Hoy, abrir un periódico u otro es igual. Salvo raras excepciones, una ya sabe lo que le van a servir los diarios de más relumbrón. Con pequeños matices, claro, pero que no cambian en absoluto el análisis que se hace de la noticia. En lo formal, algunos medios escritos siguen conservando el reclamo de un nombre que les dio fama y lectores. En realidad, han sido colonizados por una serie de opinólogos intercambiables donde la pose es lo que único que diferencia a unos de otros.


Sin sorpresa, la renuncia de Iván Espinosa de los Monteros ha vuelto a mostrar lo prieta que está la taleguilla del centrismo mediático cuando se trata de VOX. El asunto ha sido aprovechado para contarnos que lo del extremismo voxista quizá no fuera para tanto porque la «caución liberal» del partido, Espinosa, quitaba algo de extremismo al natural extremismo de la formación. Pero, desde que dicha «caución liberal» ha vencido con la salida del ex portavoz (y la de otros), VOX habría caído irremediablemente, ahora sí que sí, en el extremismo celtíbero extremo: el nacionalcatolicismo. Se ve que lo del «integrismo» empezaba a quedarse corto y había que tirar la casa por la ventana.


Hemos pasado de un VOX folclórico y anacrónico, un sentimiento, a un VOX nacional-católico. Asumiremos entonces que el Opus ha ganado la partida al Yunque, algo que debería tranquilizar a más de uno y, además, trae recuerdos de tecnócratas vestidos de gris, reforma administrativa y aburrimiento político (mito excitador del pensamiento moderado).


Sin embargo, con Espinosa o sin él, con el documento fundacional del partido en mano —y sus nueve referencias a la libertad— o sin él, VOX siempre será un estorbo para el bipartidismo y sobre todo para el PP, que esto es lo mollar de la cuestión.


Sólo la perspectiva de un VOX potencialmente sumiso cuya tarea consistiera en conseguir los votos de un thatcherismo alegre y faldicorto sería tolerable. Sólo ser una especie de PP al dente, endurecido ma non troppo, que entendiera el poder ionizante del centro, es lo que podría permitirse al partido verde. Y si encima fuera susceptible de aplicarse grandes dosis de autocrítica, que a este respecto es como el berlanguiano «tomar conciencia», mejor.


En resumidas cuentas, con el «nuevo VOX» no hay que ir ni a heredar y con el antiguo sólo se podía a beneficio de inventario, los días impares y con viento de poniente; aunque tuviera ese aromaliberal cuya supuesta desaparición sólo sirve para atizar más fuerte a los de Abascal. Y lo que les queda…


De ahí que lo del VOX «moribundo y con gotero», víctima de una «implosión», debería interpretarse como lo que es: la expresión de un deseo. Su cumplimiento habrá de verse de aquí a un par de legislaturas. En Europa tenemos el ejemplo de formaciones asimilables al partido que están hartas de capear elecciones adversas y reestructuraciones internas. Otra cosa es que esta reestructuración provoque los aspavientos, grititos y alertas «anti nacional-católicas» cuando se sale ligeramente del guión mental que «nos hemos dado».


En mi contra podría aducirse lo ocurrido con La Républica en Marcha y Ciudadanos. Dos partidos europeos similares: uno gobierna y el otro ha resultado ser un fiasco. Es cierto. Pero también lo es que no surgieron por las mismas razones y, sobre todo, con los mismos apoyos. Cuando Ciudadanos quiso ponerse «en marche!» no es que fuera demasiado tarde, es que era inútil. A diferencia del país vecino, no necesitábamos una formación política liderada por killers del sector terciario mimados por el poder para recrear un bipartidismo que, en nuestro caso, estaba en buena forma.


Aquello que provoca el nacimiento de VOX y de otros grupos asimilables viene de unas circunstancias que no han cambiado. La supervivencia a lo largo de las legislaturas, y en algunos casos el éxito de dichos partidos en el resto de Europa, demuestran que responden a inquietudes reales y vigentes. Por supuesto, una excepción ibérica es posible, pero yo no vendería la piel del oso antes de cargármelo.


Milei, la libertad avanza

EDITORIAL. gaceta. 15 Agosto 2023

Durante los últimos años, La Gaceta de la Iberosfera ha publicado los mejores análisis sobre la realidad argentina. Colaboradores como Karina Mariani, Santiago Muzio o María Zaldívar, además de la intensa labor informativa de nuestros periodistas, han arrojado luz sobre la tragedia económica y social que la hegemonía del siniestro kirchnerismo, junto con la rendición indisimulada del moderantismo de corte macrista y algún que otro desastre radical anterior, han causado a la Argentina.


Tras cuarenta años de democracia —los paralelismos funcionan—, y como bien escribe el hispanista Ignacio Bracht: «el sistema político cruje como un carromato desvencijado en el cual hay muchos ejemplos de políticos reciclados de permanencia en el poder, al igual que el estrato sindical o el capitalismo de amigos —siempre prebendario—, que son los únicos beneficiados mientras el país caía en una pobreza que duele y una inflación que nos ubica entre los países con mayor índice en el mundo como Venezuela, Zimbawe, Sudán y otros estados fallidos».


Este es el panorama del largo y umbrío túnel argentino. Y de repente, al fondo, una luz. La del partido La Libertad Avanza de Javier Milei, un economista que con una mínima estructura y un discurso de condena absoluta de las ideas socialistas que impregnan la política y aun la sociedad argentina, ha sacudido los cimientos de esa suerte de bipartidismo hegemónico que consolida una estructura política corrupta y ha ganado las elecciones primarias.


Por motivos también relacionados con determinados paralelismos, los medios españoles afines a lo establecido, es decir, la inmensa mayoría, han otorgado a la histórica victoria de Javier Milei en las PASO el mismo tratamiento que ellos conceden a otras fuerzas españolas y europeas disidentes e insumisas. Utilizan para ello un silogismo absurdo por el que identifican como «ultraderecha» a todo lo que combate el discurso globalista de rendición a los postulados de la corrección política y de la Agenda 2030. Si un partido como La Libertad Avanza se opone al socialismo y si la derecha clásica, cobijada en el moderantismo, jamás se opone, sino que lo continúa, La Libertad Avanza sólo puede estar en la ultraderecha.


Hasta aquí llega el débil pensamiento político de los medios de comunicación. Y con esa reducción absurda etiquetan a partidos y a líderes transversales, dignos de estudio y no de condena, que rompen el paradigma clásico de la polaridad derecha-izquierda y que triunfan en las zonas más deprimidas, más inseguras y más sometidas al totalitarismo globalista.


En el caso que nos ocupa, pedir a nuestros tribunos, bustos parlantes y tertulianos que amplíen sus miras y profundicen en las causas de la esperanzadora victoria de Javier Milei, es mucho pedir. Pero por si ocurriera el milagro de aquí a la primera cita electoral de octubre, en los últimos tres años de La Gaceta tienen los mejores análisis para entender por qué una parte importantísima de la sociedad argentina, frustrada y harta del fracaso de los partidos de siempre, ha pedido a la libertad que avance. Veremos hasta dónde. De momento, un paso al frente… de batalla.


EL CANDIDATO ARGENTINO HA GANADO EN LAS PASO

El discurso de Milei en el Viva 22 de VOX: «Esto no es para tibios, vayan y den la batalla contra el zurderío»

LGI. gaceta. 15 Agosto 2023


El candidato Javier Milei se ha convertido en el candidato más votado en las elecciones primarias a la Presidencia de Argentina, las PASO, capitalizando un voto de descontento que, según sus propias palabras, espera que sirva para poner fin en octubre al «modelo de la casta».


Milei, que cuenta con el 30,20% de los votos, que equivale a más de siete millones de votos, participó en octubre del año pasado en el encuentro político y cultural Viva 22 de VOX. Allí, agradeció la «calurosa bienvenida» y la invitación VOX y a Santiago Abascal por la invitación y afirmó que «el zurderío nos contamina la vida, busca destruir la sociedad y busca arruinar nuestra vida convirtiéndonos en esclavos». «Quiero dejar un mensaje: esto no es para tibios, acá no valen las soluciones intermedias, porque son funcionales a más socialismo, al comunismo», subrayó Milei.


En su discurso, recordó la caída del Muro de Berlín en 1989 y denunció que la izquierda se arrogue una supuesta superioridad moral. «Les voy a contar que eso es falso, porque los valores sobre los que se construye el socialismo son la envidia, el odio, el resentimiento, el trato desigual frente a la ley y el asesinato, porque nunca se olvide que ese sistema criminal asesinó a 150 millones de seres humanos».


En este sentido, reivindicó que «el liberalismo es el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo, basado en el principio de no agresión, en defensa del derecho a la vida, en defensa del derecho a la libertad, en defensa de la propiedad privada (…), la libre competencia, la división del trabajo, la cooperación social». Y dejó un mensaje a los asistentes: «No tengan miedo, vayan y den la batalla contra el zurderío, que se la vamos a ganar. No tengan miedo, somos superiores productivamente, somos superiores moralmente, vayan y den la pelea. Esto no es para tibios, esto es para tomarlos de cara a los socialistas y ganar esta batalla. ¡Viva la libertad, carajo!».


"¡Viva la libertad, carajo!"

Víctor González y Coello de Portugal. vozpopuli. 15 Agosto 2023

“El gobierno no es la solución a nuestros problemas, es el problema”- Ronald Reagan


Los más jóvenes se habrán sorprendido al descubrir que la frase anterior es de un presidente de los Estados Unidos fallecido en el año 2004 en Bel Air, Los Ángeles, California. Sin embargo, todos ellos pueden identificar en esas líneas el espíritu que ha impregnado toda la carrera política de Javier Milei, su victoria y la mayor derrota en la historia del peronismo.


Milei nació en Buenos Aires, Argentina, en 1970. Estudió economía en la Universidad de Belgrano y se doctoró en economía en la Universidad Torcuato Di Tella. Ha trabajado como profesor de economía en varias universidades y como analista económico en varios bancos de inversión.


Milei es un acérrimo defensor del liberalismo y el libre mercado. Sus propuestas políticas se basan en la idea de que la mejor manera de promover el crecimiento económico y el bienestar social es reducir el tamaño del Estado y la intervención gubernamental en la economía. En sus palabras “acabar con el modelo de la casta”.


En 2019, Milei fundó el Partido Libertario, un partido político que defiende las ideas del liberalismo económico y del conservadurismo. En las elecciones legislativas de 2021, Milei fue elegido diputado nacional por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Su coalición La Libertad Avanza ni siquiera aparecía como tercero en las encuestas hace dos semanas, curioso.


Milei, el gran vencedor de las primarias para la presidencia de Argentina, es una figura polémica pero necesaria, diría yo, en la política argentina. Una Argentina, azotada por un colapso económico persistente, que sufre con niveles de pobreza que se acercan al 50 por cien de su población, mientras su tasa de inflación anual alcanza el 109 por cien. El apoyo a Milei viene principalmente de las regiones más periféricas del país y de los estratos más desfavorecidos. Los más pobres y jóvenes son quienes le han votado, masivamente. Cansados de mentiras e ineptos. En áreas como Jujuy, San Juan, Córdoba, San Luis, Salta y Tucumán, su mensaje ha calado. Sin embargo, en la región Buenos Aires sigue ganando la izquierda y en la capital lo que aquí llamaríamos la derecha cobarde.


Milei, el gran vencedor de las primarias para la presidencia de Argentina, es una figura polémica pero necesaria, diría yo, en la política argentina.

Cuando conocí a Javier Milei me sorprendió que iba bien peinado, pero también su tono agradable y cercano. El Milei del escenario es otro, consciente de los segundos, de su imagen despeinada y del mundo que le espera al otro lado de las cámaras si su mensaje engancha. No hay miedo. Es un orador incendiario, un showman, dueño de cada palabra que lanza.


En nuestro encuentro pude preguntarle las razones que le habían llevado a entrar en política. En primer lugar, Milei denuncia que el Estado argentino es demasiado grande e ineficiente. En segundo lugar, defiende que el gobierno intervencionista es la principal causa de la crisis económica argentina. En tercer lugar, cree que las ideas del liberalismo son la única manera de salir de la crisis y construir un país mejor.


Cualquiera que hubiera asistido al VIVA22 de Vox sabe que su programa no acaba ahí. Recordará bien que en su intervención que Milei se posicionó dos veces contra el aborto. Además, el triunfo que ha conseguido su coalición La Libertad Avanza solo se explica con el trabajo y apoyo de un gran equipo. Y ahí destaca por méritos propios Victoria Villarruel, gran mujer conservadora. Valiente e inagotable defensora del no nacido, de la familia, azote de terroristas y defensora de sus víctimas en latitudes donde eso te puede costar la vida. Fuimos juntos a Bolivia, pero eso es otra historia.


Todo esto demuestra dos cosas. Primero que liberalismo económico de Milei y conservadurismo moral de Victoria se complementan muy bien. Por mucho que algunos no entiendan que el Estado pequeño soñado por muchos solo es posible en una sociedad virtuosa, es decir, conservadora. Segundo, que Milei ha sabido trabajar, mucho y bien, con su equipo, aceptando y apropiándose de posicionamientos que inicialmente no eran suyos.


Milei sabe, y sus votantes también, que no existe una maldición bíblica sobre la economía argentina. Solo políticas económicas absolutamente equivocadas aplicadas durante demasiado tiempo. La nefasta gestión de los gobiernos argentinos de los últimos 30 años se puede resumir en tres palabras, corrupción, inseguridad y ruina. Argentina, la que fue tierra de promisión en época de nuestros abuelos, ha liderado durante estos años los peores indicadores de miseria, inflación, crimen y ladronicio de la clase política.


Hoy un hombre ha devuelto la esperanza a una tierra que muchos daban por perdida. Argentina es hoy un país pobre, pero antaño no lo fue y mañana podría dejar de serlo. Javier Milei puede ser el Ludwig Erhard, el Ronald Reagan y, permítanme ustedes, la dama de hierro que Argentina y toda Iberoamérica necesita.


Y sin duda hará suya esta frase de Ronald Reagan -“La mejor manera de ayudar a los pobres es crear una economía que funcione para todos, no crear una clase de burócratas que digan a la gente lo que debe hacer”.



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Cataluña y el eterno retorno

José Rosiñol. vozpopuli. 15 Agosto 2023

Estamos ante un largo ciclo político en el que nuestro sistema electoral y los equilibrios previstos para la gobernanza del país parecen agotados. El desequilibrio regional que suponía una hiperrepresentación del nacionalismo, surgido de los complejos en los movimientos democráticos del tardofranquismo está siendo aprovechado para laminar nuestras instituciones. El inicio de ciclo podemos situarlo en 1993 cuando Felipe González se abrazó a Pujol y al “peneuvismo” jugando al autoengaño de la lealtad institucional, el blanqueo del nacionalismo y el inicio de un periodo en el que o las fuerzas nacionales tenían mayoría absoluta o quedaban en manos de un nacionalismo cada vez más agresivo frente a un Estado cada vez más debilitado.


Este es el contexto, parecía que 2017 iba a ser un punto de inflexión, una vez el nacionalismo catalán se quitó la careta e intentó acabar con el Estado en Cataluña, lo lógico y lo que aparentemente estaba ocurriendo, es que todas las fuerzas constitucionalistas se unirían para reconstruir institucionalmente nuestro país. De este periodo fui testigo directo, he asistido a muchos encuentros formales e informales para intentar reconducir la endiablada situación en la que nos metieron los separatistas. Pero todo era espejismo tacticista, todos los partidos se miraban de reojo con la calculadora electoral en la mano para saber quién sacaría mejores rendimientos en la siguiente contienda electoral. De repente, la agenda de reformas, de unión constitucionalista, la alta mirada de Estado desapareció, los movimientos sociales se convirtieron en agencias de colocación de partidos, de puertas a las que tocar para lograr dádivas y contratos, los partidos se adecuaron (de nuevo) a ese equilibrio inestable del que hablaba al principio del artículo.


Pero el problema es que el precio ya era muy superior, la lógica electoral con la (“espontánea”) irrupción de los partidos de la “nueva política” convertían las mayorías absolutas en meras quimeras. El espíritu de la bisagra no nacionalista fue tan efímero como las ensoñaciones de hegemonía futura. Todo se convirtió en sospecha, en política para adolescentes, en juegos de poder descarnado. Y, en esto, Pedro Sánchez aprovechó algo tan básico en política como que si tienes más “conguitos” que el contrario, ganas. Llegó la moción de censura y ganó. Pero a quién le tocó la lotería fue al separatismo catalán y vasco. El interlocutor ya no era Jordi Pujol (español del año, según ABC), sino quienes habían dado un golpe de Estado, los que apoyaron el terrorismo. La partida iba a costar mucho más que cualquier cesión tipo Pacto del Majestic. Su objetivo, en connivencia y colaboración del PSOE, era erosionar las estructuras institucionales de nuestro país. Todo lo demás solo eran fuegos de artificio.


Naturalmente, todas las cesiones al separatismo siempre han estado apoyadas en una narrativa buenista englobada en el concepto “apaciguamiento”, pero en verdad solo es cesión. Movimientos de corte terrorista como Tsunami Democratic o los CDR, pensados para desestabilizar a nuestra democracia, como se vio en el otoño de 2019, eran el brazo armado de un separatismo que puede graduar el grado de violencia en función de su interés político. Este es el contexto en el que se desarrolló el gobierno Frankenstein 1.0. No hubo más hechos como los de Plaza Urquinaona, eso es cierto, pero ¿a cambio de qué? Mientras todo esto ocurría, mientras el PSOE entregaba Cataluña a ERC, indultaba a diestro y siniestro y traicionaba al millón de personas que paramos el golpe de sus actuales socios preferentes, Puigdemont, desde su atalaya dorada en Waterloo se enfrentaba con sus correligionarios republicanos, sabedor que solo tenía que esperar a un nuevo ciclo político para lograr recuperar el liderazgo del separatismo catalán.


Esta paciencia estratégica del fugado es lo más llamativo de un personaje tan histriónico como mediocre. El ciclo ha llegado, la paradoja es que, bajo este teatro de posicionamiento político público, de negociaciones antinaturales, de creación de relatos que acomoden y manipulen la realidad, de cesiones sin fin, de confluencia de intereses populistas cuyo denominador común es el revanchismo “guerracivilista”, en la Cataluña real han pasado cosas. Estas pasadas elecciones han dado fruto las estrategias narrativas que creamos en 2017, hay una placa tectónica sociológica que ha hecho temblar la política catalana. Básicamente, PSC, PP y Vox han logrado el 55,59% de los votos, el PP es segunda fuerza, la izquierda narcisista de Sumar son 14,03%...El separatismo se ha quedado en un 27,12%. Este es un profundo cambio de paradigma para los catalanes.


¿El problema? Pues que ocurrirá como en 2017, será otra oportunidad perdida, Sánchez seguirá hablando con ERC (y ahora también con Puigdemont) como si hablasen en nombre de Cataluña. Seguirá con su autoengaño diciendo que el habla con las instituciones catalanas, pero en verdad están negociando con quienes quieren seguir drenando la legitimidad de nuestra democracia. Estamos siendo testigos de la implosión de nuestro sistema político, estaremos en manos de Puigdemont, todos los catalanes no separatistas volveremos a ser silenciados y vilipendiados, los pilares del Estado seguirán siendo atacados y, como siempre, esa mayoría social y política de catalanes constitucionalista será arrojada a la papelera de la historia porque el PSOE antepondrá sus intereses particulares al bien común. Ya lo hemos visto, mucho me temo que no me equivocaré. La única esperanza sería que surgiese un movimiento que obligue a los grandes partidos a pactar una Gran Coalición, pero no un acuerdo en contra de, sino un gran acuerdo de reforma a favor de todos.


MEDIOS

La ruina de las televisiones autonómicas: la factura se dispara y se acerca ya los 1.000 millones

Estas empresas públicas recibieron en el último año un total de 923,4 millones de euros de las arcas públicas, frente a los 902,6 del ejercicio anterior. A esto hay que sumar la financiación multimillonaria de RTVE

Rubén Arranz. vozpopuli. 15 Agosto 2023


Las diferentes administraciones españolas han inyectado a las radio-televisiones autonómicas en el último ejercicio completo un total de 923,4 millones de euros. Esta cantidad es mayor que la de 2021, cuando la factura total ascendió a 902,6 millones de euros, según se refleja en el informe publicado recientemente por la Comisión Nacional de los Mercados y las Comunicaciones (CNMC) sobre los sectores audiovisual y de las telecomunicaciones.


La televisión que recibió una mayor aportación fue TV3, con 284 millones de euros, frente a los 262,2 que obtuvo en 2021 y los 336 que le entregó la Generalitat de Cataluña en 2023. Hay que tener en cuenta que la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) es el grupo público autonómico que dispone de un mayor presupuesto. De hecho, tan sólo el pago de su personal le obligó a gastar 185 millones de euros en 2022.


Durante los últimos años, ha logrado equilibrar su balance. De hecho, los ejercicios 2019 y 2021 los cerró en positivo. Sin embargo, a lo largo de su historia ha generado un agujero de 714 millones de euros, procedente del déficit acumulado. Es decir, no sólo ha gastado cientos de millones, sino que también ha generado un déficit importante.


¿Cuánto le cuestan las TV autonómicas a cada habitante?

Según se observa en el informe de la CNMC, la radio-televisión regional más costosa por habitante es la EiTB, con 64,8 euros por cada vasco. A continuación, se sitúan la TVG gallega, con 38,5 euros; Aragón TV, con 37; y la CCMA, con 34,4.


En la última posición se sitúa la RTVCyL castellano y leonesa, con 8,5 euros. Sin embargo, su situación es diferente a la del resto, dado que este canal es propiedad de los constructores Antonio Miguel Méndez Pozo y José Luis Ulibarri -implicados en el pasado en casos de corrupción-, a los cuales financia la Junta de Castilla y León con fondos públicos para que presten un servicio televisivo de interés general. Para 2023, esta subvención asciende a 20,2 millones de euros.


Competencia no desgrana en su último informe el importe de las aportaciones públicas que percibe cada televisión. Tan sólo hace referencia a la cantidad total y al coste por habitante. En 2021, difundió ambas estadísticas y ahí se puede apreciar que, tras la CCMA (262,2 millones), la mejor financiada fue la RTVA andaluza (144,3 millones), seguida de la vasca (142,9), la gallega (103,2), la madrileña (74,8) y la canaria (60,4).


Estos canales perdieron competitividad tras el estallido de la crisis económica porque las subvenciones que recibían se redujeron de forma considerable, dentro del programa de recorte de gasto que afectó a las Administraciones.


En estos últimos años, sus propuestas de entretenimiento han tenido que competir también con las de las grandes plataformas internacionales en streaming, lo que no ha ayudado a su dato de audiencia.


Líderes en informativos

Sin embargo, sus apuestas informativas suelen ser efectivas, tal y como se demuestra en los informes de audiencia que realiza Barlovento Comunicación con datos de Kantar Media. Los noticiarios de Aragón TV consiguieron el pasado julio una cuota de pantalla del 27%, mientras que los de TV3, del 25,8%.


A continuación, se situaron los de ETB2, con el 18,1%, los de la TVG, con el 15,1% y los de la TVCAN canaria, con el 11,4%. Los de la IB3 balear acumularon el 10,7%, los de Canal Sur, el 10,6%, los de Castilla La Mancha-Televisión, el 9,8%; los de Telemadrid y la TPA asturiana, el 8,9%; y los de la 7TV murciana, el 7,9%.


Atrás quedaron los años en los que estos canales rebasaban el 30% de audiencia. Actualmente, tan sólo TV3 (13,9%) es líder en su comunidad autónoma, en la que tiene una influencia informativa y editorial innegable. La TVG cuenta con un 12,1%, mientras que Aragón TV, con un 11,3%. Curiosamente, en País Vasco -donde más cuesta este servicio audiovisual por habitante-, el share de ETB2 es de 8,4 puntos. Allí se ven más La 1 (líder en julio) y Antena 3.


El caso de RTVE

Dentro de la factura de 923 millones de euros no se incluye el coste que asumen los contribuyentes españoles para mantener RTVE. La CNMC también lo desgrana en su informe, en el que explica que, en 2022, la corporación recibió 447,1 millones de euros de subvenciones estatales y 410 millones de la recaudación del espectro radioeléctrico. Es decir, en total ingresó 857,1 millones de euros.


Por lo tanto, la suma del dinero público que perciben estas empresas públicas audiovisuales ascendió el año pasado a 1.780,5 millones.


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