Recortes de Prensa Miércoles 25 Octubre 2023


Moscú ataca por cuarto día consecutivo la región de Jmelnitski y Kiev reitera el llamamiento a evacuar Avdivka

El bombardeo ha dejado un total de 16 personas heridas y ha dañado infraestructura crítica, mientras que las autoridades ucranianas han afirmado que aproximadamente un millar de civiles permanece en la localidad de Avdivka

Ana Rodríguez. el confidencial. 25 Octubre 2023


Rusia atacó anoche por cuarto día consecutivo el óblast de Jmelnitski, en Ucrania oriental, provocando daños en una infraestructura crítica no especificada y en diversos vehículos y edificios residenciales, según informó este miércoles la Administración Militar de la región. Un total de 16 personas resultaron heridas y requirieron atención médica.


"Por cuarto día consecutivo, el enemigo ataca Jmelnitski”, dijo el jefe de la Administración Militar del óblast, Serguí Tiurin, en su cuenta de Facebook. Tiurin explicó que la infraestructura crítica fue alcanzada por fragmentos de un dron previamente derribado por las defensas aéreas ucranianas. Jmelnitski alberga una importante base aérea que ha sido alcanzada en varias ocasiones durante esta guerra.


Por otra parte, las autoridades ucranianas han afirmado que aproximadamente un millar de civiles permanece en la localidad de Avdivka, en la región de Donetsk (este), y los han conminado a abandonar la localidad, en torno a la cual avanzan las fuerzas rusas. Las fuerzas rusas lograron avances en los alrededores de Bajmut y Avdivka, ambas en la región oriental de Donetsk, según fuentes ucranianas. "Si el enemigo sigue apretando en esta dirección, creará problemas", advierten en relación con Bajmut.


Claves del momento:

Kiev asegura que el puente de Kerch será destruido "en su debido momento"

Moscú dice haber atacado tres buques de Ucrania en el mar Negro

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Kiev denuncia la muerte de más de 260 personas por minas rusas

Así hemos contado la jornada 608 de la guerra


Hace 41 minutos 09:13

Rusia suma a su arsenal un nuevo dron de ala fija con más de 200 kilómetros de alcance

Rusia ha sumado a su arsenal un nuevo dron kamikaze de ala fija, el Italmas, más barato y de mayor alcance que los Guerán, versión rusa de los Shahed iraníes, que ya habría sido empleado el pasado lunes en un ataque contra la región de Kiev, según medios rusos.


El dron, que fue presentado al público en septiembre pasado por ZALA AREO, la empresa fabricante, es propulsado por un motor de dos tiempos que utiliza gas como combustible y que tiene un alcance de más de 200 kilómetros.


Blogueros militares rusos han bautizado bautizaron el aparato como "segadora de césped" por el ruido característico de su motor, situado, al igual que la hélice, en la nariz del dron.


Hace 53 minutos 09:01

Heridas 16 personas por el impacto de drones derribados tras un ataque de Rusia contra el oeste de Ucrania

Al menos 16 personas han resultado heridas este miércoles por el impacto de los restos de varios drones derribados por los sistemas de defensa aérea ucranianos en la localidad de Shepetivski, situada en la provincia de Jmelnitski (oeste), según han denunciado las autoridades de Ucrania.


El vicegobernador de Jmelnitski, Serhi Tiurin, ha señalado en su cuenta en la red social Facebook que "desafortunadamente, en la localidad de Shepetivski ha habido un impacto en un objeto de infraestructura crítica tras el derribo de objetos enemigos" en el marco de un ataque por parte del Ejército ruso.


Hace 1 horas 38 minutos 08:16

Shoigú visita el cuartel de las tropas Vostok que lucha en el sur de Donetsk

El ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigú, inspeccionó el puesto de mando avanzado de la agrupación de tropas Vostok, que lucha en el sur de la región oriental de Donetsk, y escuchó informes de los mandos militares sobre la situación en el frente y la preparación de las fuerzas de cara al invierno.


"Durante un viaje de trabajo a la zona de operaciones militares especiales, el ministro de Defensa de la Federación de Rusia, general de Ejército Serguéi Shoigú, inspeccionó el puesto de mando avanzado del grupo de tropas ruso Vostok en dirección al sur de Donetsk", señaló su cartera en un comunicado.


Hace 2 horas 12 minutos 07:42

Moscú reitera el llamamiento a evacuar Avdivka, donde quedan 1.000 personas

las autoridades ucranianas han afirmado que aproximadamente un millar de civiles permanece en la localidad de Avdivka, en la región de Donetsk (este), y los han conminado a abandonar la localidad, en torno a la cual avanzan las fuerzas rusas.


Las fuerzas rusas lograron avances en los alrededores de Bajmut y Avdivka, ambas en la región oriental de Donetsk, según fuentes ucranianas. "Si el enemigo sigue apretando en esta dirección, creará problemas", advierten en relación con Bajmut.


Hace 2 horas 13 minutos 07:41

Rusia ataca por cuarto día consecutivo la región de Jmelnitski, en Ucrania occidental

Rusia atacó anoche por cuarto día consecutivo el óblast de Jmelnitski, en Ucrania oriental, provocando daños en una infraestructura crítica no especificada y en diversos vehículos y edificios residenciales, según informó este miércoles la Administración Militar de la región. Un total de 16 personas resultaron heridas y requirieron atención médica.


"Por cuarto día consecutivo, el enemigo ataca Jmelnitski”, dijo el jefe de la Administración Militar del óblast, Serguí Tiurin, en su cuenta de Facebook. Tiurin explicó que la infraestructura crítica fue alcanzada por fragmentos de un dron previamente derribado por las defensas aéreas ucranianas. Jmelnitski alberga una importante base aérea que ha sido alcanzada en varias ocasiones durante esta guerra.


Quinta columna

RODRIGO BALLESTER. gaceta. 25 Octubre 2023


A estas alturas, ya sabemos que el denominador común de la estupidez woke es el odio a uno mismo. Occidentales antioccidentales, niños mimados tan empachados de prosperidad como faltos de brújulas morales matando al padre con aire compungido. También sabemos que según el «racialismo» (la versión woke del racismo) los Occidentales son todos blancos, y por lo tanto racistas y colonialistas porqué sí, incluso antes de nacer.


Por lo tanto es legítimo odiarles y discriminarles sin escrúpulos porque el racismo antiblanco no es racismo, al contrario, es una prueba de grandeza moral y de justicia social. Por lo tanto, el blanco se convierte por arte de dialéctica woke en el enemigo perfecto, el hombre a abatir, el chivo expiatorio de todos los males de la humanidad, y qué más da si esto supone deshumanizarles con todas las posibles consecuencias.


Ya vimos con el fraudulento Black Lives Matter cómo bobadas repetidas mil veces se convierten en dogmas y provocan violencia y atomización. Mientras los papanatas blancos de la inclusión les soltaban decenas de millones, asistimos perplejos a la regresión de existir socialmente como un color de piel y operar una segregación social sobre ésta base entre malos (los blancos, obviamente) y buenos (todos los demás).


Pero parece ser que ésta supina y rentable idiotez sólo fue un fogueo, un mero ensayo, y que el primer acto de este «todos contra Occidente» se ve con mucha más nitidez en las feroces manifestaciones pro Hamás y abiertamente antisemitas que manchan tantas ciudades de Europa, Estados Unidos, Canadá, Australia o Nueva Zelanda. Es decir, del mundo occidental. Porque, claro, los judíos son obviamente blancos, occidentales y —por lo tanto— opresores y por supuesto, los inmigrantes musulmanes encajan a la perfección en el papel de víctimas perpetuas de la perfidia judía, es decir occidental. El guión woke, con los mejores actores posibles y con el blanco en el papel estelar de malo universal.


Obviamente, una parte del musulmán no ha esperado las memeces woke para canalizar su resentimiento y saciar sus pulsiones imperialistas. Pero, claro, si las élites occidentales más lerdas de los últimos siglos se lo ponen en bandeja con cuatro eslóganes grotescos y coladeros migratorios, tampoco le van a hacer ascos al gigantesco síndrome de Estocolmo que se oculta detrás del mantra de la interseccionalidad. Y así asistimos impávidos a la aparición de banderitas arcoíris en las marchas propalestinas a sabiendas de que para Hamás —y unos cuantos cientos de millones más—, la interseccionalidad significa ante todo seccionar el cuello a cualquier elegebeteí.


Por lo tanto, la versión woke del conflicto entre Israel y la autoridad constituye la coartada perfecta no sólo para dar rienda suelta al secular antisemitismo del mundo musulmán, también para blanquear y exacerbar el resentimiento contra la civilización occidental justo en el momento en el que ésta se muestra más débil.


Débil y en peligro existencial por la presencia de una quinta columna formada por tres divisiones. La primera y más numerosa es una inmigración musulmana masiva, sin ganas de integrarse y con consciencia religiosa. Carcomida por los dogmas de la descolonización y del racismo sistémico se galvaniza invocando un supuesto agravio y exhibe músculo electoral en la izquierda rojiverde. En otras palabras, el islamo-izquierdismo cuya encarnación más furibunda es el francés Jean Luc Mélenchon, personaje que no pasó a la segunda vuelta de la presidencial francesa por unos cuantos pelos de barba de imán salafista.


La segunda, y la más peligrosa, es la versión violenta y terrorista de ese Islam político que en cuestión de horas después de la razia de Hamás contra Israel dejó en varios lugares de Europa un reguero de profesores asesinados, tiroteos, alertas de bombas en aeropuertos y museos, y sinagogas bajo protección policial. Terroristas a menudo llegados a lomos de un Open Arms o de un Pacto Migratorio de una UE que se niega a controlar sus fronteras en nombre del derecho de asilo.


La tercera es esa cohorte de niñatos sensibleros, maniqueos y elitistas al que la manida figura del tonto útil les queda muy corta. Porque además de útiles, son peligrosos y, desde los estudiantes de Harvard a la BBC, pasando por líderes políticos o profesores de las facultades más caras —que ya no las mejores—, no dejan de ser la «élite» de éste Occidente crepuscular al que odian tanto sus hijos más privilegiados como sus enemigos ancestrales.


Una quinta columna incongruente pero real, y cuyo peligro salta a la vista desde el 7 de octubre para el que quiera verla. Una amenaza existencial para un Occidente al que el mundo entero parece tenerle ganas, mientras que en él parecen faltar ganas de que siga existiendo.


La reciprocidad en la guerra

EMILIO CAMPMANY. libertad digital. 25 Octubre 2023


En todo conflicto armado, la prioridad es vencer. Cuando el enemigo se atiene a las leyes de la guerra, es conveniente hacer lo propio para no empujar al adversario a dejar de hacerlo. En trance de ser derrotado puede incluso ser aconsejable seguir respetándolas si aun violándolas no hay garantía de triunfo o saltárselas puede conllevar unas consecuencias excesivamente perjudiciales que no se compensen con la victoria. Ahí tenemos a Rusia, que podría vencer fácilmente a Ucrania lanzando media docena de bombas atómicas y no lo hace por temor a que todos sus vecinos se doten de armas nucleares para evitar la suerte del hermano eslavo y que la situación resultante sea para Rusia de una debilidad estratégica mayor que la que padecía antes de someter a Kiev.


Cuando el enemigo combate con tácticas terroristas, renunciando a toda legalidad, se puede intentar vencerlo con las leyes. Eso es lo que hicimos nosotros con la ETA, aunque es discutible que la organización terrorista vasca esté efectivamente derrotada y es obvio que la ineficacia y torpeza del GAL no lo convierte en un método legal de lucha antiterrorista.


Pero, cuando la organización terrorista a la que se enfrenta un Estado domina un territorio densamente poblado, como es el caso de Hamás, no es posible derrotarlo con respeto a la ley. Hamás tiene lo que cualquier Estado, un territorio y una población. Sin embargo, prefiere combatir con métodos terroristas porque, con medios por así decir legales, jamás podría vencer. Ante ese desafío, Israel puede elegir entre dejar que su población siga siendo asesinada y secuestrada o combatir a Hamás del único modo que puede hacerlo, que no es uno que pueda ser respetuoso con las normas que rigen los conflictos armados. Está plenamente justificado que lo haga porque el primero que no respeta la ley es Hamás. Mucho más cuando dispone de los recursos propios de un Estado con los que financiar un ejército que librara una guerra respetuosa con los tratados internacionales.


En estas circunstancias, la actitud de la Unión Europea, con España a la cabeza, es inmoral. Porque exigimos a Israel que combata con una mano atada a la espalda mientras no demandamos lo mismo a Hamás. No sólo, sino que seguimos financiando a la organización terrorista bajo la forma de ayuda a la población de Gaza con un dinero que todos sabemos que va a manos de Hamás. Entre eso y exigir del Gobierno de Israel que permita a una organización terrorista asesinar y secuestrar impunemente a sus ciudadanos apenas hay distancia. Y lo que resulta es que, no sólo estamos apoyando los fines, sino también los inmorales métodos de una banda terrorista. Y lo hacemos con nuestro dinero y nuestra influencia. Y encima, en contra de nuestros intereses. Al menos, algunos no lo hacen por estúpido buenismo, sino porque lo cobran. Y muy bien. De Irán, que es el país que al fin y a la postre está detrás de todo esto.


Antisemitas, sí, antisemitas

CARMELO JORDÁ. libertad digital. 25 Octubre 2023


Hay que reconocer que en los últimos días la izquierda está dando lo mejor de sí misma, que obviamente es lo peor: nunca imaginé que llegaríamos a ver semejantes dosis de odio, mentiras, falta de humanidad y, sobre todo, antisemitismo.


Sí, es cierto que ya sabía que la mayor parte de la izquierda –o al menos una buena parte– es antisemita, algunos de forma rabiosa, otros más superficial, pero no me podía imaginar que una matanza como la perpetrada por Hamás en ese 7-O, que ya ha quedado para la historia mundial de la infamia, excitase ese sentimiento en lugar de apagarlo o, al menos, calmarlo por vergüenza o disimulo.


No ha sido así, al contrario: cuanto más altos son los números de asesinados y secuestrados, cuanto más salvajes los detalles de los crímenes, cuanto más atroz lo que han tenido que sufrir los israelíes, más dura y más cargada de odio ha sido la reacción… contra las víctimas.


En el fondo es un viejo recurso muy de la izquierda: si tu causa es completamente indefendible tienes que defenderla todavía más a muerte. Y ahora están con la más repugnante de todas: el derecho de algunos a matar inocentes, siempre que sean los inocentes correctos. Y los israelíes y los judíos, ay, siempre lo son.


Porque aquí, perdonen que se lo diga, no hay Palestina que valga: si de verdad les importasen los habitantes de Gaza han tenido 16 años para protestar por la terrible dictadura que sufren bajo la bota de Hamás, que recordemos que ganó su poder matando a palestinos y desde entonces no ha celebrado ni un simulacro de elecciones y ha sometido a los gazatíes a un régimen de terror y, por supuesto, miseria.


Pero durante estos 16 años no habrán oído ustedes a esta izquierda tan propalestina criticar ni una vez a esos asesinos que mantienen a su pueblo en la indigencia mientras viven como pachás en Qatar, no habrán leído ni un artículo en contra de esa dictadura que es capaz de ajusticiar por gay hasta a uno de sus comandantes; no habrán visto un documental o un mísero reportaje retratando a esos fanáticos religiosos que mantienen a la mujer como a un ciudadano de tercera, por decirlo de una forma suave.


No, ellos están muy ocupados criticando a Israel, un estado democrático en el que conviven laicos, judíos, musulmanes y cristianos, que concede a sus ciudadanos plenos derechos humanos, en el que se celebran incluso más elecciones de las deseables y en el que puedes ser gay, hetero o mediopensionista.


¿Por qué esa doble vara de medir? La explicación es obvia: son antisemitas, sí, antisemitas. Por mucho que lo nieguen, por mucho que digan que son antisionistas, no es cierto: alguien que sólo niega al pueblo judío el derecho a tener un estado –y mira que le regalan ese derecho incluso a los pueblos que no existen– es antisemita; alguien que sólo niega al Estado judío el derecho a defenderse es antisemita; alguien que no quiere ver la diferencia legal y moral entre las acciones militares de Israel y las acciones terroristas de Hamás es antisemita; alguien que en lugar de conmoverse porque 1.400 personas han sido asesinadas, entre ellas muchas mujeres, niños y ancianos levanta la voz para insultar a las víctimas es profunda y asquerosamente antisemita.


De nuevo hemos visto cosas que pensamos que jamás volveríamos a ver en Europa: comercios asaltados, casas y sinagogas marcadas, amenazas, manifestaciones y expresiones de odio en las calles, a plena luz del día y ante las cámaras. Y detrás de todo eso no hay nada más que lo mismo que impulsó las mismas acciones en los años 30: el antisemitismo. Se me hace difícil entender cómo hemos llegado hasta aquí, pero por favor, identifiquemos con claridad el mal y no vayamos más allá. No repitamos la peor historia.


Venezuela, Irán, Turquía… y España

CARLA DE LA LÁ. okdiario. 25 Octubre 2023


Lean, lean, una y otra vez, frótense los ojos, si lo desean, suspiren, profieran juramentos por las ventanas, pero de nada les va a servir, apreciados lectores míos. Formamos parte de esta deshonrosa lista, ante la cual, no hace falta aportar mayores argumentos ni se puede oponer resistencia alguna…


España, Venezuela, Irán y Turquía son los cuatro países, junto con Palestina, que no han condenado, como el resto del planeta, el ataque de Hamás, sino que van más lejos, ya que condenan, airadamente, lo que definen como «genocidio» por parte del gobierno de Israel.


En efecto, España es el único país de la UE, de hecho, que no se ha solidarizado públicamente con Israel después de haber sufrido la mayor masacre desde el Holocausto, el verdadero e indiscutible genocidio.


Veamos, Nicolás Maduro, dictador venezolano está totalmente de acuerdo con las ministras de ultraizquierda del gobierno de Sanchez que, tristemente, es el nuestro, el que nos dirige y representa en el mundo.


Como es lógico, otro dictador, el iraní Ebrahim Raisi, acusa, como Ione Belarra e Irene Montero, al gobierno de Netanyahu de genocidio. Podría calificarse de divertido pero no de sorprendente conociendo que son los principales patrocinadores de la banda terrorista Hamás, entre otras como Hezbolá en el Líbano, la Yihad Islámica en Palestina y terroristas islamistas en Bahrein.


En cuanto a Turquía, se dice que colabora con Hamás con soporte financiero e infraestructura y que alberga a los propios terroristas en su territorio como descanso, fuerte y centro de reclutamiento. Erdongan, ¿qué podíamos esperar? También acusa a Israel de masacre.


Palestina, gobernada por Shtayyeh desde 2006 sin que se hayan celebrado unas nuevas elecciones, ¿hablamos de otra dictadura?, por supuesto condena lo que califica como «genocidio» por parte de Israel.


En estas circunstancias, quizá lo primero que habría que hacer es explicarles, al menos a nuestros políticos (y a algunos periodistas) qué es un genocidio, no parecen demasiado instruidos en la materia.


El genocidio es el top crime bajo el derecho internacional y se considera una de las peores atrocidades que puede cometer la humanidad. El término fue acuñado por el jurista polaco Raphael Lemkin en 1944 y se hizo más conocido después de la Segunda Guerra Mundial, en la que el régimen nazi llevó a cabo el asesinato sistemático de millones de judíos, así como a otros grupos perseguidos, como gitanos y personas con discapacidades.


El genocidio es un acto deliberado de exterminio de un grupo étnico, religioso, racial o nacional específico, con el objetivo de destruirlo, que puede involucrar asesinatos en masa, persecución, desplazamiento forzado, tortura, violencia sexual u otras formas de agresión.


Lo segundo que deberíamos hacer, pero no menos urgentemente, es analizar, en silencio, cada uno desde el recogimiento de su conciencia, si es de recibo sostener un gobierno donde dos amigas activistas, (creo que se puede decir chaladas) como Belarra y Montero, nos sitúan en semejante club, junto a Irán, Venezuela y Turquía, y no en la única posición aceptable y digna ante el escaparate internacional.


Porque esto que ocurre hoy en España y que sucede con toda la impunidad de la que disfrutan nuestros gobernantes locos, sin consecuencias para ellos (¿pactaría Sanchez con Hamás por cuatro votos?)… Esto sí que tendrá consecuencias para España.


Deportaciones socialdemócratas

Irene González. vozpopuli. 25 Octubre 2023


El modelo de sociedad abierta que reina en Europa desde hace décadas se ha demostrado como una estructura de caos social y, a la vez, de control a la disidencia. Un modelo de ruptura de la convivencia, la prosperidad y la esperanza de muchos ciudadanos, especialmente de quienes en su día fueron las clases medias, para las que hoy resulta algo únicamente aspiracional. En las escuelas se introdujo la multiculturalidad y los hiyab de colorines. Se inculcó como código moral algo innegable, pero difuso y abierto, como ese grial de los Derechos Humanos que funciona como un resorte de silencio y obediencia ante quien los invoca. Incluyen la mutilación de menores, pero se excluye de su mirada tan misericordiosa las vejaciones que sufre el ciudadano normal trabajador en su propia casa, y sólo se alegan para garantizar el bienestar del delincuente o de todo aquello que parece destruir las costuras de nuestra civilización.


La llegada masiva y descontrolada de millones de inmigrantes y refugiados, de origen principalmente islámico, ha provocado el colapso de países como Suecia, Francia, Dinamarca o Alemania. Lugares donde el Estado tiene una gran envergadura se manifiesta inútil e inexistente en sus funciones básicas de justicia y seguridad en muchas zonas donde la ley del gueto se impone a la del Estado. Europa se ha visto inundada por un perfil de inmigrantes que no vienen en busca de Derechos Humanos, sino del Estado del Bienestar que mantienen otros.


Olaf Scholz, el anciller socialdemócrata de Alemania, ha anunciado en el diario Der Spiegel un plan global contra la inmigración ilegal cuya medida principal, afirma, serán las «deportaciones a gran escala. Tenemos que deportar más y más rápido». Ha sido curiosa la reacción de la derecha político mediática en España, cuya máxima ilusión es ser etiquetada de izquierdas. Entre la sorpresa y el silencio. El provincianismo que idolatra a ese modelo de «éxito» que es la socialdemocracia pretende ignorar estas palabras del canciller alemán porque eso sería reconocer que el discurso principal de lo que catalogan «extrema derecha» es puro sentido común cargado de realidad y que empieza a enarbolar su izquierda fetén. Para la progresía sigue siendo más indeseable alguien conservador, de la derecha que denuncia el infierno de la multiculturalidad, que un mototerrorista con un Kalashnikov gritando Allahu Akbar en el centro de Bruselas.


Mientras la socialdemocracia alemana anuncia su intención de hacer deportaciones masivas y rápidas, aquí sería impensable que el líder del Partido Popular pidiese la expulsión de un solo inmigrante. Mientras en Suecia el partido socialista ha cambiado de discurso respecto a la inmigración y Macron contesta al Papa que Francia no puede acoger la miseria del mundo, aquí en España a la derecha de izquierda aspiracional se le ha quedado cara de paria con un discurso mezquino que ya no cala de identificar racismo con toda petición de control de nuestras fronteras. Siempre tarde y mal.


Más allá del titular buscado para evitar fuga de votos en las elecciones de 2024, a la derecha de Alternativa por Alemania sus medidas parecen más enfocadas a la política de dispersión de inmigrantes recogidas en el Pacto Europeo de inmigración firmado este septiembre. Impone que los países europeos han de aceptar cuotas de inmigrantes. Sólo Victor Orban, el Presidente de Hungría, denunció y anunció la no aceptación de la política suicida de fronteras abiertas de la Unión Europea y el derecho de los húngaros a fijar la política de seguridad de su propia frontera. Tras el éxito islámico en Alemania o Suecia es innegable que la postura de Orban en materia de inmigración es la única viable y razonable.


En Europa, y principalmente España, se ha subcontratado la seguridad de nuestras fronteras a países terceros africanos, entregándoles una llave de chantaje y manipulación que utilizan cuando les conviene. No tener una política de control de la inmigración ha convertido a España en un Estado vulnerable y vasallo de los intereses de Marruecos.


La crisis migratoria en Canarias dura años, pero se ha agudizado las últimas semanas. Centenares de inmigrantes ilegales llegan cada día en cayucos que se amontonan en las playas canarias tras cruzar impunes por la costa sahariana. Santiago Abascal fue a la isla de El Hierro para denunciarlo mientras aviones clandestinos aterrizaban en Barajas para dispersar algunos inmigrantes del desastre ocultado en las Islas. Una inmigración masiva y descontrolada que vaga por las calles sin una ocupación en un país en crisis económica. No se trata de estigmatizar la inmigración, sino de controlarla para poder seguir respirando como sociedad.


No se puede normalizar lo que ocurre: Sánchez supera cualquier pesadilla

El líder del PSOE acumula a su espalda una larga lista de ejemplos que evidencian que su beneficio personal y el de su partido están por encima del resto, incluso de los españoles.

Editorial. Esdiario. 25 Octubre 2023


Nadie creería hace unos años que un presidente del Gobierno pudiera hacer lo que está haciendo Pedro Sánchez sin despeinarse. Por supuesto, no se puede dar normalidad a que un político compre el voto de otros políticos corruptos eximiéndoles de sus delitos con una ley de amnistía a todas luces inconstitucional.


Tampoco se puede normalizar que los dos partidos del Gobierno negocien con un prófugo de la justicia ni que el aspirante a la Moncloa se haga fotografías con el partido heredero de ETA liderado por un terrorista que acoge en sus filas a decenas de terroristas e incluso les presenta como candidatos.


El problema es que antes de todo eso se normalizó ya que Sánchez otorgara el indulto a los políticos catalanes que habían atentado contra la Constitución; no causó demasiado revuelo que modificara el Código Penal al dictado de esos mismos políticos; se pasó página cuando Sánchez nombró fiscal general del Estado a su ministra de Justicia, y no se le dio la debida importancia a que el Tribunal Constitucional declarara contrarios a la Constitución dos Estados de Alarma aprobados por el Gobierno durante la pandemia.


También se olvido rápidamente que colocara en el Tribunal Constitucional a otro ministro de Justicia y a una alto cargo de Moncloa; se consintió que nadie asumiera responsabilidades políticas por una ley que desprotege a las mujeres hasta el punto de rebajar las penas a más de un millar de violadores y delincuentes sexuales; se tolera ahora que la presidenta del Congreso de cerrojazo a la Cámara durante tres meses, sin control siquiera al Gobierno, y se ve con normalidad que la vicepresidenta del Gobierno se abrace con Puigdemont.


El resultado de todos estos atropellos, y de algunas cosas más que se quedan en el tintero, es una democracia deteriorada con unas instituciones en entredicho y con la separación de poderes y la igualdad de los españoles amenazadas de muerte. Y eso no sucede por casualidad. Tiene un responsable claro y prácticamente único: Pedro Sánchez.


El líder del PSOE actúa sin escrúpulos, sin principios y sin palabra en su propio beneficio exclusivamente y a costa de todos los españoles. Da igual que consiga una mayoría parlamentaria que le invista presidente del Gobierno. No hay mayoría posible que legitime lo que es antidemocrático e inmoral.


Cerrojazo al Congreso: ¿hacia dónde nos llevas, Francina?

Como es ya costumbre, el Gobierno de Sánchez utiliza a su antojo las instituciones y la presidenta del Congreso está cumpliendo a la perfección con su papel.

Fernando de Rosa. esdiario. 25 Octubre 2023


El diputado socialista y ministro de Justicia del gobierno de Felipe González, Enrique Múgica Herzog, afirmó que “la democracia no es el silencio, es la claridad con que se exponen los problemas y la existencia de medios para resolverlos”. Así puso de manifiesto que condenar al silencio a la democracia es un claro signo de autoritarismo. Evidentemente, la presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, ha condenado a los 137 diputados del Partido Popular al silencio, impidiendo la conformación de las comisiones parlamentarias, la convocatoria de plenos y anulando el derecho de la oposición a controlar al gobierno.


Francina nos está llevando al fondo del pozo democrático, ahí donde está el fango, para evitar "la claridad" y poner de manifiesto los "medios para resolver los problemas", como sin duda, le hubiera dicho a la cara su compañero Enrique Mújica.


Así pues, ha puesto un cerrojo al Congreso ya que solo se ha podido celebrar el pleno de constitución, el de la utilización de lenguas como pago de su sillón y el de investidura de Feijóo, por mandato constitucional, consiguiendo que la cámara baja funcione como “fija discontinua”, a voluntad de Sánchez, verdadero autor del “cerrojazo democrático” que estamos sufriendo. Han pasado tres meses desde las elecciones democráticas del 23 de julio, y la presidenta se siente cómoda en el silencio para servir con su mejor empeño a su señor.


La servil presidenta fijó la sesión de investidura del presidente del Partido Popular cuando lo consideró oportuno tras recibir las indicaciones desde Moncloa, tardando escasas 24 horas desde que se reunió con Feijóo en tomar la decisión. Con su silencio facilitó la campaña socialista que acusaba al candidato popular de hacer perder el tiempo a los españoles que necesitaban con urgencia un gobierno para resolver los graves problemas que “acechaban a nuestra democracia”.


Ahora ya no existen prisas para la investidura de Sánchez. Ahora ya no hay “perdida de tiempo”. Las voces de los palmeros mediáticos que estaban alarmados porque no había gobierno han girado rápidamente y no se preocupan por la parálisis de nuestra democracia que Francina está propiciando. Tampoco los voceros socialistas se rasgan las vestiduras de la opacidad “negra muy negra” que se ha extendido por el Congreso.


En democracia, nunca el Congreso de los Diputados puede estar atado de pies y manos porque es la sede de la voluntad popular, y la responsabilidad es de quien ostenta la presidencia. Un gobierno puede estar en funciones, pero la democracia exige control de ese gobierno. Francina ha impedido que los 350 diputados electos por votación popular escuchemos las explicaciones del ministro Marlaska sobre la crisis de los emigrantes en Canarias. También ha impedido que el ministro Albares nos explique cual es la postura del gobierno, de todo el gobierno, en la terrible guerra tras el ataque terrorista a Israel.


Armengol y su tendencia autoritaria, perfecto para Sánchez

La presidenta ha evitado debates importantes y con eso ha impedido que los ciudadanos tengan explicaciones democráticas de lo que propone el gobierno y propone la oposición. Ha impedido que haya información veraz de lo que está ocurriendo, permitiendo que se produzcan intoxicaciones que desvirtúan la verdad. Nunca una presidenta ha tenido un comportamiento tan autoritario en momentos de inquietud social, donde debería extremarse la transparencia. Sin embargo Francina ha sido nombrada para la opacidad, para la división y enfangar el congreso.


Los ciudadanos de Baleares ya conocían su tendencia autoritaria y derrotaron sus formas utilizando el voto democrático, mandándola a la oposición. En esas apareció el dedo divino de Sánchez y sus aliados radicales decidieron que sus malas formas podrían resultar útiles en el nuevo régimen “plurinacional” que están cocinando de forma oscura y para eso necesitaban apagar el Congreso.


La pregunta que muchos queremos hacerle a la presidenta, y ella no quiere escuchar es : ¿Hacia dónde nos llevas Francina? Seguramente, el primero que ya se lo ha planteado es el letrado mayor de la cámara , y la respuesta no la sabemos pero la intuimos tras filtrarse la noticia que va a abandonar su puesto, seguramente preocupado, muy preocupado por lo visto, oído e intuido.


Llora por ti, Argentina

PABLO MOLINA. libertad digital. 25 Octubre 2023


Los argentinos son excesivos para todo; también para tropezar con la misma piedra una y otra vez durante un siglo prácticamente ininterrumpido.


La inflación desbocada, corrupción política sistemática y la propagación exponencial de la pobreza en todo el país no han sido argumentos suficientes para expulsar a los peronistas de la política argentina para siempre, que hubiera sido lo normal. Pero no nos vengamos arriba los españoles, que Zapatero gobernó dos legislaturas consecutivas y Sánchez puede reeditar la hazaña, a poco que la coyuntura política le sea propicia y Puigdemont no haga caso a los loquitos de su partido.


No podemos asombrarnos de lo ocurrido con la primera vuelta de las presidenciales argentinas porque nosotros conocíamos a ZP y le votamos para un segundo mandato. Los argentinos conocen aún mejor a los peronistas y también han votado mayoritariamente a su candidato, porque con ochenta años en el poder no han tenido tiempo suficiente para culminar su proyecto.


Argentina nos recuerda a Andalucía, donde los socialistas gobernaron cuarenta años sin interrupción a pesar del hundimiento sistemático de la región en todos los indicadores europeos de bienestar y prosperidad, pero los argentinos son excesivos para todo; también para tropezar con la misma piedra una y otra vez durante un siglo prácticamente ininterrumpido. Ni siquiera el socialismo andaluz fue tan contumaz.


El ministro de Economía del último gobierno peronista ha ganado en la primera vuelta celebrada el pasado domingo imponiéndose al libertario Javier Milei, que es quien finalmente le disputará la presidencia de la república en menos de un mes. Pierdan toda esperanza: ganará el mayordomo de los Kirchner y el peronismo seguirá imperando en Argentina hasta que ya no queda nada que robar y nadie que corromper. La derecha cainita y sus medios afines serán los grandes responsables de tirar por la borda una oportunidad histórica de devolver a la Argentina al primer mundo, cuyo liderazgo ostentó hasta que los populistas radicales instauraron su régimen, va ya para un siglo. El odio a Javier Milei y la campaña de miedo desatada por tierra, mar y aire ha puesto en bandeja la victoria a los peronistas que, tengámoslo por seguro, no volverán a cometer el error de permitir que un personaje ajeno a la política profesional ponga en cuestión el cotarro kirchnerista y su abrumadora red clientelar.


El 19 de noviembre hay una mínima posibilidad de que los argentinos expulsen del poder al zurderío de mierda (©Milei), pero los milagros, con el peronista Bergoglio en el trono de Pedro, ya no existen. Argentina no se merece acabar así, pero ese es un detalle irrelevante en el curso de la Historia. A partir del mes que viene, si los vaticinios se cumplen, Argentina no llorará más por nadie, como decía la canción. Ni siquiera tendrá lágrimas para llorar por los propios argentinos.


Recordando la Revolución Húngara de 1956

RICARDO RUIZ DE LA SERNA. gaceta. 25 Octubre 2023


Este 23 de octubre se han conmemorado los 67 años de la Revolución Húngara de 1956, los doce días heroicos entre octubre y noviembre en que el pueblo magiar se echó a la calle para expulsar a los soviéticos y acabar con el régimen casi colonial que la URSS había impuesto en el país centroeuropeo. Hubo momentos de una grandeza admirable como los combates de civiles (oficinistas, tenderos, mecánicos) contra los carros de combate por las calles de Budapest hasta ponerlos en fuga. Durante casi dos semanas, la ciudad respiró la libertad. La AVH, siglas en húngaro de la Autoridad de Protección del Estado, ya no mandaba. Su reino de terror y tortura tocaba a su fin. El cardenal Mindszenty (1892-1975), detenido, torturado y sometido a un juicio farsa por los comunistas, era liberado de su encierro domiciliario con el honor y la dignidad incólumes. El pueblo sabía cómo se las gastaban los comunistas y cómo trataban de destruir a la persona por completo, es decir, su cuerpo y su alma. No bastaban los golpes y las balas, sino que también empleaban las calumnias. Durante doce días, con sus amos soviéticos en fuga, el aparato político erigido por Mátyás Rákosi (1892-1971) el alumno predilecto de Stalin, se desmoronaba.


La felicidad duró poco. A los doce días un ejército soviético al completo invadió Hungría y su fuerza fue imparable. Budapest sufrió, de nuevo, los cañonazos y las bombas. Los húngaros lucharon otra vez como leones. Pelearon hasta los chavales. Uno debe imaginarse a adolescentes arrojando granadas y pegando tiros por las calles más bellas de Europa, en la plaza Octogon o en los alrededores del cine Corvin. A muchos de ellos los deportaron a campos cuando la revolución estuvo sofocada. Se les conoce como «los muchachos de Budapest». La represión fue despiadada. Decir que hubo juicios sería inducirles al error porque en un juicio el acusado puede salir absuelto y en un proceso a la soviética eso era simplemente imposible. No se trata de hacer justicia, sino de acabar con la reputación del encausado y de infundir el miedo en el público. Se ejecutó a los principales revolucionarios; por ejemplo, a Imre Nagy (1896-1958) primer ministro durante esos dóce días, comunista y patriota, y a Pál Maléter (1917-1958), el altísimo coronel que fue ministro de Defensa durante el mismo periodo.


Casi nadie acudió en auxilio de los húngaros. Los Estados Unidos, que habían empleado Radio Free Europe para mover a la revuelta, temieron soliviantar a los soviéticos así que protestaron y brindaron ayuda a los que lograron huir del país, pero nada más. Los revolucionarios se quedaron casi totalmente solos. España ofreció ayuda militar (el envío de armamento antitanque) pero la Casa Blanca no autorizó el uso de la base estadounidense en Alemania desde las cual deberían haberse transportado las armas a Hungría.


Estos días deberían recordarse en toda Europa. Los húngaros dieron al mundo un ejemplo de patriotismo, valentía y sacrificio. Por encima de sus diferencias políticas —entre los revolucionarios había desde conservadores hasta comunistas— salieron a las calles en defensa de la patria y la libertad. Estas cosas se olvidan a menudo cuando se habla de la Hungría actual. Son los descendientes de esos revolucionarios los que han votado por Viktor Orbán y han optado por un modelo de sociedad conservador que la Comisión y los progresistas del Parlamento Europeo rechazan. Por ejemplo, entre los 180 000 estudiantes húngaros excluidos del programa Erasmus están los nietos y bisnietos de los revolucionarios de 1956. Una buena forma de honrar este aniversario en Bruselas sería poner fin a esa injusticia.


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El pacto de Sánchez y Díaz es 'inaplicable' en el Congreso por las contradicciones entre sus socios

MARISA CRUZ. el mundo. 25 Octubre 2023


Los líderes de PSOE y Sumar dan por seguro que sobrevivirán al frente de un futuro Ejecutivo pero sus aliados imprescindibles se apresuran a pararles los pies


Pedro Sánchez y Yolanda Díaz han firmado un programa de gobierno para los próximos cuatro años. Un programa con más de 200 promesas de distinta envergadura que marcaría las guías de la legislatura. El problema radica en que se trata de una hoja de ruta para un Gobierno y ese Gobierno de momento no existe. Sánchez y Díaz dan por hecho que volverán a conformar un Ejecutivo de coalición progresista pero hasta la fecha sólo cuentan con 158 votos seguros en apoyo de la investidura del líder socialista -121 del PSOE, 31 de Sumar y 6 de EH Bildu-, a falta de 17 para alcanzar la mayoría absoluta o, en el peor de los casos, de 14 para superar en segunda votación los 171 noes que la aspiración de Sánchez tiene garantizados.


Sánchez y Díaz han puesto el carro antes que los bueyes porque su pacto, su oferta y todas sus promesas quedan a expensas de que los aliados con los que esperan contar comulguen con las mismas y, sobre todo, que incluya justo lo que ninguno de los dos quiso explicitar este martes: la satisfacción de las demandas que ha planteado Puigdemont, esto es, una ley de amnistía que borre todo lo sucedido en el procés; un compromiso firme, con un relator vigilante, de celebración de un referéndum de autodeterminación en Cataluña y una solución inmediata a lo que consideran su déficit fiscal.


PSOE y Sumar han negociado desde el pasado 23 de julio los términos de su acuerdo estirando el chicle hasta el infinito e incluso intentando hacer creer que su pacto podía llegar a peligrar. La cosa era darle emoción. Este martes por fin lo escenificaron ante un nutridísimo auditorio de fieles de ambas formaciones: ministros, secretarios de Estado, portavoces, miembros de sus respectivos equipos... y periodistas de adorno a los que no se les permitió preguntar. De haberlo podido hacer sin duda habrían incidido precisamente en lo que ni Sánchez ni Díaz quisieron decir y que, en realidad, es la clave de lo que políticamente marque el futuro del país.


De momento, uno de sus posibles socios, el PNV, que cuenta con cinco votos en el Congreso, ya ha mostrado su recelo ante el pacto de PSOE y Sumar. A los nacionalistas vascos que integran un partido de formación democristiana en las antípodas del populismo y el radicalismo de izquierdas, les ronda la sospecha de que buena parte de las medidas que, sobre todo Yolanda Díaz presentó como definitivas y sin vuelta de hoja, supongan una invasión de sus competencias. Amén del desagrado que les suscita el anuncio de que los «mal llamados impuestos a la banca y energéticas» se pretendan sacralizar como permanentes sin previa negociación y, en consecuencia, sin garantías de respeto al Concierto y Convenio Económicos. PNV avisa ya que no aceptará la «imposición» de una agenda en la que no ha tenido parte y que puede chocar con la suya propia.


Otra formación que sin duda no puede encuadrarse en la izquierda dura es Junts. El partido heredero de la antigua Convergència, ahora liderado de facto por el prófugo Carles Puigdemont, tiene sus principales intereses puestos precisamente en lo que Sánchez y Díaz ocultan. Este martes, Junts optó por no hacer valoración alguna del acuerdo bilateral entre PSOE y Sumar. Como desdeñándolo. No obstante, baste recordar que esta formación optó por abstenerse cuando el Gobierno de coalición llevó a la Cámara en la pasada legislatura el gravamen extraordinario a las entidades financieras y a las grandes energéticas, el pozo del que la pareja firmante del pacto espera sacar buena parte del dinero que le hará falta para financiar el resto de sus múltiples promesas. De ahí y del impuesto de sociedades. Junts en su programa electoral reclamaba además de una bajada de este impuesto para las pymes, traspasar a la Generalitat la gestión de todos los gravámenes.


JORNADA LABORAL

Estos partidos no se han pronunciado sobre la medida estrella del pacto, la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas, pero sin duda ambos estarán pendientes de cómo la misma afectaría principalmente a las pymes y apostarán porque una propuesta así sea negociada en el marco del diálogo social. Esto es entre sindicatos y empresarios. A juzgar por las palabras de Díaz, la intención del Gobierno es aprobar por ley una primera reducción y, posteriormente, abordar ya sí con sindicatos y empresarios una segunda fase de rebaja. Es precisamente por esto que la posición de los hipotéticos aliados de un futuro Gobierno es clave: la ley no saldría adelante si al rechazo de fuerzas como PP, Vox y UPN se suma el no o la abstención de partidos como el PNV y Junts.


Tampoco ERC se ha mostrado conforme, al menos con las formas. Sánchez y Díaz, en la presentación de su pacto, han dado por seguro que volverán a gobernar. Este punto es el que Esquerra ha querido matizar de inmediato. Los republicanos se han encargado de recordarles a ambos que su acuerdo servirá de poco si no cuenta con el apoyo del independentismo. De esta forma, si lo que pretendían PSOE y Sumar era presionar con la firma de su pacto al resto de posibles aliados no han obtenido por ahora el éxito previsto. Con su resultado electoral no hay rodillo que valga.


La seguridad con la que ambos han dado por hecho su futuro Gobierno ha dado pie al PP para exigir a la presidenta del Congreso, Francina Armengol, que fije ya la fecha para el debate de investidura. Los populares creen que si Sánchez y Díaz tienen tan clara su supervivencia al frente del Ejecutivo no cabe esperar ni un día más para que el primero confirme, con los votos por delante, que tiene la confianza del Congreso. Todo lo demás es marear la perdiz y perder el tiempo.


Sánchez nada y guarda la ropa

LIBERAL ENFURRUÑADA. okdiario. 25 Octubre 2023


Tras el intento de investidura fallido de Alberto Núñez Feijóo, ganador de las elecciones generales del pasado 23 de julio, el Rey propuso como candidato a Pedro Sánchez el pasado día 3 de octubre. De eso han pasado ya tres semanas y aún seguimos sin saber cuál será la fecha en la que el presidente en funciones intentará ser reelegido. Esta tardanza contrasta con las prisas que tuvo la presidenta del Congreso, Francina Armengol, para fijar la fecha del debate de investidura del candidato del Partido Popular cuando apenas habían transcurrido 24 horas desde que fuera designado por Felipe VI, poniendo de manifiesto que las oscuras negociaciones que el sanchismo está llevando a cabo con los independentistas catalanes de los que dependen, no han conseguido aún ponerlos de acuerdo.


De momento, tras el acuerdo entre el PSOE y Sumar comunicado en la mañana de este martes, Sánchez cuenta sólo con 153 apoyos confirmados, aunque los votos de los 6 diputados de Bildu puede darlos también por seguros, después de que el socialista se rebajara a hacerse la fotografía antes nunca vista de un presidente del Gobierno estrechando la mano a una dirigente condenada por enaltecer a ETA. Pero aun sumando los votos de los amigos de ETA y los de los amigos de Hamás – ISIS, Pedro Sánchez aún sigue lejos de los 176 escaños necesarios para ser investido y ni siquiera ha conseguido llegar en estas tres semanas a los 169 votos a favor que obtuvo el candidato del PP.


Aunque a los socialistas se les llena la boca hablando de la transparencia en sus negociaciones, la verdad es que ellos no están informando absolutamente de nada. Sabemos que la amnistía a los golpistas es algo ya concedido porque así lo confirman tanto los representantes de ERC como los de Junts, pero ningún cargo relevante del PSOE ha llegado a posicionarse abiertamente a favor de su concesión, sino que se mantienen caminando sobre el filo de la navaja, dejando abierta una posibilidad para el caso de que las negociaciones no llegasen a buen puerto. Una prueba más de cómo se pretenden estirar los plazos ha sido el teatrillo de fingir ahora el haber llegado por fin y tras arduas negociaciones a un acuerdo entre dos formaciones que, no sólo gobernaron en coalición la anterior legislatura, sino que incluso hicieron toda la campaña electoral de la mano. Algo así como si Sánchez estrechara la mano de Sánchez tras llegar a un acuerdo consigo mismo para votarse a sí mismo. Puro cuento.


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El dramaturgo Agustín Moreto y Cavana escribió ya en el siglo XVII una comedia titulada La gala del nadar, es saber guardar la ropa, frase que el diccionario de la RAE interpreta como «proceder con precaución, sin arriesgarlo todo, al acometer una empresa, con el fin de estar a cubierto en caso de que fracase». Es evidente que Pedro Sánchez ha dado instrucciones para que, en su nombre, nadie diga una palabra que pueda comprometerles en el caso de que las negociaciones con Puigdemont no acaben por materializarse y Junts no le permita ser investido, por mucho que él haya estado dispuesto a entregarles a cambio. Sánchez nada y guarda la ropa con la que poder presentarse a un nuevo proceso electoral en el que todavía intentaría presumir de haber sido él quien no ha cedido ante unos independentistas que, en realidad, serían quienes no han entregado sus votos a cambio de todo lo que él está dispuesto a entregarles.


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