Recortes de Prensa Domingo 24 Marzo 2024


YA ES PRIMAVERA EN EL FRENTE UCRANIANO

Ucrania deja la 'dieta': llega la nueva munición para contener la ofensiva rusa tras Avdiivka

Se estima que este año Rusia dispara 10.000 proyectiles cada día, mientras que Ucrania ronda los 2.000. Una diferencia de 1:5, o incluso de a 1:7 en algunas ocasiones

Fermín Torrano. Ocheretyne (Frente de Avdiivka). el confidencial. 24 Marzo 2024


La furgoneta navega por el barro tratando de alcanzar una arboleda. En el cielo, los drones rusos vuelan con el ímpetu de un ave rapaz. Las bombas aéreas dejan su sello en el campo, en forma de socavón. Un mes después de la caída de Avdiivka, la artillería ucraniana sostiene el frente, escondida bajo tierra. Aquí nunca se hace de día, salvo cuando el mando ordena disparar. —¡HARMATA! Un cordón acciona el cañón soviético. El suelo se ilumina de un rojo intenso, brinca el lodo, y el obús escupe un proyectil de 122 milímetros y 22 kilos. La llamarada enciende el cielo en la región de Donetsk, frente a los últimos kilómetros que los rusos han arañado en su ofensiva. Mientras los soldados recargan, se escuchan ráfagas en posiciones cercanas.


Tras meses de escasez, Ucrania vuelve a disparar. "Las cajas son viejas, pero la munición es nueva", dice Hunter, comandante de un pelotón artillero de la 31 brigada de Ucrania, sin esconder la sonrisa. "Esto solo es el principio, hay muchos enemigos y necesitamos más. Creo que los detendremos aquí, pero si tuviéramos el doble de proyectiles, menos hombres morirían en nuestras filas y la victoria estaría más cerca. Llevamos dos años demoliendo a los rusos día tras día". Los mil millones en ayuda militar anunciados recientemente por Bélgica, Dinamarca y Estados Unidos son un balón de oxígeno para los exiguos depósitos de munición ucranianos. De mayor importancia es la llamada "iniciativa checa", que ha organizado una coalición occidental para comprar proyectiles soviéticos y OTAN para Ucrania. A las 800.000 rondas de artillería ya financiadas (pueden servir de tres a cinco meses en el campo de batalla), se suman ahora 700.000 más encontradas en países cuya identidad no se va a desvelar.


Estas promesas y la creciente producción local desbloquean la línea de suministros hacia el frente, levantando la moral entre las tropas, tras meses de ahorro y contención. Se estima que este año Rusia dispara 10.000 proyectiles cada día, mientras que Ucrania ronda los 2.000. Una diferencia de 1:5, o incluso de a 1:7, alertan desde Kiev. "A los ucranianos no se les está acabando el coraje. Se están quedando sin munición", clamó Jens Stoltenberg, secretario de la OTAN, pidiendo acelerar el envío de armas, tras la retirada de Avdiivka. El bastión ucraniano llevaba desde 2014 en primera línea del frente y en octubre se convirtió en el punto más caliente de la guerra. Un campo de tiro en el que, al menos, 16.000 militares rusos perdieron la vida (según fuentes pro Putin) y cerca de 600 blindados de la Z fueron destruidos. El empuje del Kremlin y el retraso de la ayuda militar prometida por Estados Unidos y Europa hicieron insostenible la defensa de la ciudad. Impedir el avance de las tropas rusas tiene ahora una importancia capital para la estrategia de Kiev, mientras acumula hombres, barcos y aviones. Y está funcionando. El frente se estabiliza tras medio año de ofensiva rusa, y la falta de blindados se aprecia en el aumento de asaltos a pie y en la antigüedad de los vehículos moscovitas. Este miércoles, el ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, anunció la creación de dos nuevos ejércitos, 14 divisiones y 16 brigadas. Se prevé una nueva movilización.


"No se puede subestimar al enemigo, ahora usan más drones y han aprendido a utilizarlos en el campo de batalla", reconoce Hunter. En su puesto de mando, una docena de cámaras aéreas controlan la primera línea y los accesos a las posiciones defensivas. Ucrania ha creado en esta zona un paraguas de vigilancia entre diferentes unidades interconectadas que monitorizan las debilidades del enemigo. Unos kilómetros más atrás, dientes de dragón, zanjas antitanque y nuevas trincheras afloran en la segunda línea ucraniana. También se ocultan mejor los cañones. —¿Ha cambiado la forma de protegerse? —Sí, nos ocultamos en la maleza y vivimos bajo tierra. La defensa antiaérea rastrea los movimientos enemigos y nos informan de la situación. No salimos para nada. Los ataques con bombas aéreas de 500 kilos se han multiplicado en 2024. Rusia ha disparado alrededor de 3.500 de estas armas contra posiciones ucranianas, 16 veces más que el año anterior, según Ivan Havryliuk, viceministro de Defensa ucraniano. Y aunque hace mucho que este grupo de soldados dejó el miedo a un lado, no ocurre lo mismo con la precaución.


Hasta que la muerte los separe

Aleksandr agarra el pan con el mismo cuidado y amor que una madre a su recién nacido. Apoyado en un bastón, avanza entre la nieve para volver a casa. Las ventanas de su edificio, como en el resto de viviendas de la avenida, están rotas. Desde la retirada ucraniana de Avdiivka, la vida se ha complicado en la siguiente línea de poblaciones. A cuatro kilómetros de los rusos, 200 personas han decidido quedarse en el queso suizo en el que se ha convertido Ocheretyne.


Sin luz, agua, ni conexión a internet, los habitantes sobreviven gracias a dos pequeñas tiendas que dispensan alimentos básicos y la ayuda humanitaria que periódicamente llega al pueblo. —Tengo familia en Dnipro, pero no me quiero marchar. Es mi carácter—dice Oleksandr levantando el brazo y apretando el bíceps—. Yo me quedo aquí hasta que me echen. —O hasta que nos maten— resopla Ihor, dando un golpe a su compañero. Los dos vecinos han salido a la calle garrafas de agua, pan y pilas que han traído los voluntarios. Los avisos se hacen por teléfono y por el boca a boca. Aquí todos hablan en ruso, aunque proliferan los símbolos ucranianos en carteras, mecheros y peluches. La rusificación del Donbás no le está saliendo demasiado bien a Putin. Sin embargo, el abastecimiento cada vez es más complicado, la carretera que conecta Ocheretyne con la retaguardia —también con la primera línea— es la única ruta de acceso asfaltada en este sector del frente.


Una carrera de 30 kilómetros mirando al cielo por culpa de los drones.


Metralla entre las manos

Dima agarra uno de los proyectiles recién llegados a la posición artillera y lo enseña a cámara. Escrito con rotulador, un mensaje: "Hola, cabrones. Por Sumy y las muertes del pueblo ucraniano. ¡Gloria a Ucrania!". No muy lejos, unos compañeros juegan con una vaina de munición aún caliente, azotándose el culo. Otros fantasean con el jamón español que comerán al terminar la guerra. "Aquí no puedes prescindir de las bromas y el humor. Solo puedes sobrevivir siendo alegre y dejando las cosas malas a un lado", confiesa Dima.



Lo dice en una posición rodeada de impactos de mortero que buscaban terminar con sus vidas, pero que no acertaron, y agujeros de bombardeos que hundirían el refugio en el que aguardan las órdenes para disparar. —¿Y si la siguiente cae justo encima? Hunter abre los ojos y encoge los hombros. Después se pasa la mano por debajo de la barbilla. "No pensamos en eso", contesta. Con el cielo despejado de drones enemigos, nos dan la señal para regresar del frente. Salimos de entre los árboles y la furgoneta vuelve a navegar en el lodo. El vehículo se encalla, sube y baja, mientras avanzamos a campo abierto, alejándonos de las posiciones. Por la ventanilla se ven diferentes proyectiles y una KAB-500 sin detonar.


—¡STOP! El copiloto ordena frenar en seco, abre la puerta y salta a un enorme agujero. "Toma, para que lo pongas en casa", dice Eney, con un trozo de metralla entre las manos. De fondo, se escuchan disparos de salida. Los cañones retumban. En el interior de la furgoneta, cuatro militares sonríen. La primavera ha llegado y Ucrania dispara de nuevo.


Puigdemont ya ha derrotado a Sánchez en Cataluña

EDITORIAL. libertad digital. 24 Marzo 2024

El candidato fugitivo Carles Puigdemont tiene en sus manos al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. El curso de la legislatura, la estabilidad parlamentaria y el desempeño del Ejecutivo sanchista dependen de un prófugo que puede acabar presidiendo la Generalidad con los votos de los socialistas catalanes. Puigdemont amenaza con volver para una hipotética sesión de investidura tras las elecciones autonómicas de Cataluña. Puede que a mediados de junio la ley de amnistía ya haya sido publicada en el BOE, pero su aplicación dependerá de los jueces. En ese contexto, el retorno de un Puigdemont encausado no sólo por el golpe de Estado sino también por terrorismo supondría un desafío en toda regla al Poder Judicial. Ahí es donde Puigdemont confía en el peso de Sánchez, a quien ha colocado en la Moncloa precisamente para poder regresar él a la Generalidad con la amnistía bajo el brazo.


La impunidad es parte del precio. Pero no todo. Está también la presidencia de la Generalidad y, aún más importante, el referéndum de autodeterminación. Y el mandato de Sánchez está vinculado a las cesiones. Primero la amnistía y a partir de ahí un sinfín de oportunidades para destruir España, chafar la Constitución, acabar con la separación de poderes y con la libertad e igualdad de los españoles. Para Puigdemont todo son ventajas. Humilla a Sánchez a placer mientras desgrana que es el primer presidente de un Gobierno de la UE nombrado gracias a un pacto suscrito en el extranjero, un presidente cuyo mandato depende de negociaciones con los separatistas también en el extranjero y bajo supervisión de un mediador internacional, un presidente que prometió traer esposado a España a Puigdemont y que a este paso va a acabar dejándole el Falcon para que el prófugo retorne con todos los honores y facilidades y con una ley de amnistía que es una afrenta inconstitucional y que además vulnera los más elementales principios de la democracia española y los valores de la Unión Europea.


Hasta en el caso de no lograr la presidencia de la Generalidad, Puigdemont no habrá fracasado, porque Sánchez todavía dependerá de sus siete votos en el Congreso. De hecho, la Generalidad no sería más que la guinda de un pastel cuyo relleno son los miles de millones robados a los españoles para satisfacer las pretensiones económicas de los separatistas y un referéndum de autodeterminación que caerá como fruta madura en cuanto el PSOE pase por el aro de admitir la falsedad de que Cataluña es una nación y, en consecuencia, le asiste el mismo derecho de autodeterminación de las colonias. Ahora mismo Sánchez es poco más que un muñeco de trapo manejado con escasos miramientos por un Puigdemont que exhibe un revanchismo atroz y obsceno, incapaz de disimular su odio y dispuesto a retomar el hilo de su intentona separatista allí donde lo dejó a finales de octubre de 2017, cuando se fugó de España. Y Sánchez es su cómplice, el socio ideal para acometer la destrucción del sistema democrático.


No hay duda, por otra parte, de que en el caso de que gane las elecciones catalanas el candidato socialista no podrá gobernar y tendrá que decidir a quién entrega las llaves de la Generalidad, si a Puigdemont o al delegado de Junqueras. Dependerá de quién quede por delante en el bando separatista. Pero pase lo que pase entre socialistas y separatistas, la derrota de los demócratas en la región es un hecho gracias a las concesiones del presidente del Gobierno al fugitivo de Waterloo.


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El Día de la Marmota

Fernando de Rosa. esdiario. 24 Marzo 2024


La película norteamericana magníficamente interpretada por el actor Bill Murray Atrapado en el tiempo refleja de forma cómica la situación de la política española. En dicha cinta cinematográfica se representa a unos personajes atrapados de forma constante en el día de la marmota sin que pudieran salir del círculo agónico en que se encontraban.


Sánchez ha creado 'el día de la marmota' y se ha dejado atrapar, a cambio de siete votos, por Puigdemont y el procés de independencia catalán, pero el verdadero problema es que su posición voluntariamente agónica está condenando a los españoles, como les ocurría a los protagonistas de la referida película estrenada en 1993, a no poder salir del círculo vicioso de las exigencias independentistas con que han rodeado nuestra democracia unos políticos delincuentes que tienen como finalidad la humillación de España y nuestro Estado de Derecho.


La sociedad española y los constitucionalistas catalanes han podido comprobar, tras la reclamación de Pere Aragonés de quedarse con los impuestos recaudados en Cataluña y el mitin de Puigdemont el pasado jueves en una localidad del sur de Francia, que volvemos, como en el día de la marmota, al año 2012 donde el planteamiento era el mismo: "queremos el dinero como paso previo a la independencia", así lo afirmaban hace más de diez años Artur Más y Junqueras, ahora reconvertidos en Aragonés y Puigdemont.


Desde esa fecha ha habido dos referéndum ilegales, una declaración de independencia, actos que han sido investigados como terrorismo, saqueo de dinero público y la suspensión de la autonomía de Cataluña. Todo esta deriva antidemocrática fue rota por la decidida acción de nuestras fuerzas y cuerpos de seguridad, por una Justicia valiente y decidida a defender la legalidad y un discurso moralizador de Su Majestad Felipe VI.


Esta reacción de nuestra democracia consiguió que saliéramos, en ese momento, del círculo en que unos delincuentes nos habían atrapado, pero Sánchez ha vuelto a ponernos en la casilla de salida como ese despertador que hacía que los protagonistas de la película se levantaran cada día sabiendo lo que iba a pasar e intentaran de forma constante romper el círculo.


Los indultos y la amnistía han sido la puerta para volver a encerrar a la democracia española en el 'día de la marmota', aunque ahora los constitucionalistas tenemos una ventaja: sabemos cuál es la fórmula para dejar de estar atrapados en el tiempo, conocemos que la sociedad civil aliada con la Justicia es el antídoto. Así tenemos una importante lista de informes jurídicos contra la amnistía que son la llave para nuestra libertad, porque está claro que "si no hay amnistía no hay legislatura" como han afirmado a coro todo el independentismo y si no hay legislatura Sánchez dejará la Moncloa, como afirman todas las encuestas incluido el gubernamental CIS.


Tenemos que agradecer al CGPJ que, pese a los enfurecidos ataques recibidos, resiste en su defensa del Estado de Derecho, a los letrados del Senado y de la comisión de Justicia del congreso que han puesto negro sobre blanco la inconstitucionalidad de esta norma, dejando en evidencia al sectario letrado mayor del Congreso a las órdenes de la no menos sectaria Armengol, a las asociaciones de jueces y fiscales, a los catedráticos de derecho constitucional, a la Comisión de Venecia que ha denunciado la tramitación de la ley y que ha sugerido la necesidad de reformar la Constitución para la legalidad de la amnistía, así como a múltiples colectivos que han hecho frente al poder de este gobierno sectario.


Zaragoza y Cadena

Ahora sabemos como salir de este día de la marmota sanchista pero sobre todo sabemos que al independentismo se le puede ganar con la legalidad. Por eso es necesario que se lea de forma constante y pública la sentencia de la Sala Segunda del Tribunal Supremo del llamado juicio del procés y sobre todo el informe de los valientes fiscales Javier Zaragoza y Fidel Cadena que afirman de forma rotunda que "el derecho a decidir corresponde al pueblo español y no solo a los españoles que viven en Cataluña, porque unos pocos no pueden decidir sobre lo que es de todos", también que "no hay legalidad democrática fuera de la legalidad constitucional", que "la actividad política no es una patente de corso que justifique la comisión de delitos", que "nadie es perseguido por sus ideas sino por sus acciones", que "el diálogo desde la imposición no es democráticamente aceptable", que "cualquier persona es libre de discrepar de la ley pero no puede desobedecerla", y como broche final, que "éste es el juicio del triunfo de la democracia".


Todas estas frases son rompedoras de las cadenas con que Sánchez nos ha atado al día de la marmota, son revolucionarias de la legalidad y verdadero manifiesto de libertad y repitiéndolas cada día lograremos dejar de estar atrapados en el tiempo. La marmota no es inexorablem y menos la Sanchosfera.


Al final de la escapada

JUAN VAN-HALEN. el debate. 24 Marzo 2024

Desde una vista panorámica lo que ocurre en España pertenece al género bufo. Y es más grotesco que preocupante porque la propia realidad se contradice y, en definitiva, se manifiesta imposible de permanecer. Con lo que conocemos y con lo que se apunta la inestabilidad del Gobierno cada vez será más difícil de negar. Es sabido que Sánchez se ha mostrado capaz de todo, de dar triples saltos en el aire y caer siempre de pie, pero las circunstancias varían con los tiempos. Aquello de llamar «cambio de opinión» a la mentira ya no cuela. Miente demasiado, sobre todo y a todos. Sánchez es el protagonista contradictorio de las hemerotecas. La muestra de un zigzagueo permanente.


Casi nadie duda de que Sánchez estaría dispuesto políticamente a todo. Un sabio viejo amigo, muy placeado, sostiene que el presidente gobernaría con Vox si lo demandasen sus intereses personales. A Iglesias y a Podemos les dedicó el mismo trato que a Vox en una campaña electoral y pocas horas después gobernaba con ellos. No tiene ideología, ni prejuicios; puede pasar de la ética y obviamente de la verdad. Sebastián Moreno publicó en 2010 Camaleones, desmemoriados y conversos. Insiste en que, aunque todo el mundo tiene derecho a rectificar, en muchos casos se trata de lo que conviene más a una persona, no a la Nación. Este es el camaleónico Sánchez.


Ahora casi todo le falla. Las elecciones adelantadas en Cataluña le pillan con el paso cambiado. Se ha visto obligado a no presentar Presupuestos, lo que en él no es nuevo, pero para el día a día necesita el voto de los que en precampaña, a cara de perro, serán enemigos mortales: ERC y Junts en Cataluña, y PNV y Bildu en el País Vasco. A ver qué gobiernos alumbran. A Sánchez no le está saliendo la agenda prevista. Y sus socios están a la espera. En el caso catalán Sánchez les ha regalado todo y ellos siguen exigiendo; no se conforman. Y repiten «lo volveremos a hacer». De rescate de la convivencia, nada.


Quienes confiaron en Sánchez se lo están pensando, aunque en su día fuese por salvarse ellos. La última maniobra de Yoli Díaz la ha dejado fuera de foco. En Galicia zozobró, y la posición de sus aliados catalanes respecto al adelanto electoral ha supuesto otro disgusto. Sánchez no la escucha. Hay que tener cuidado con los pactos. El presidente; puede estar en caída libre. Imaginemos el ridículo de Coalición Canaria, con su presidente Fernando Clavijo a la cabeza, apoyando a Sánchez con su único voto –el de Cristina Valido, para que conste– y así conseguir del Gobierno la tan citada Agenda Canaria que se queda en bla, bla, bla sin Presupuestos. Añoro a Ana Oramas.


El panorama político ha empeorado con el último galope de la corrupción socialista, la actividad de quienes se lo han llevado crudo o han dejado o tapado que otros se lo llevaran. La koldosfera ha crecido. Hasta ahora la defensa de implicados y sospechosos la han hecho ellos mismos. Así Armengol, Illa, Ábalos, Torres, Vara, Marlaska –por citar algunos nombres sonoros alrededor del tema de las mascarillas– han hablado o callado según su conveniencia, como es natural. Pero algunos con credibilidad endeble. El último capítulo: 800.000 mascarillas y diverso material sanitario almacenados desde el año 2000 en una nave de Almendralejo al ser declarados inservibles. ¿Se pagaron? A ver qué dice Vara, entonces presidente extremeño.


Se ha repetido como argumento, sobre todo por ellos mismos y por sus medios afines, que a los principales implicados –o como tales aparecen– no se les ha abierto procedimiento judicial. La explicación es sencilla y conocida. Son aforados y cualquier juez –y el magistrado de la Audiencia Nacional Ismael Moreno también– espera lo más posible antes de perder un caso que investiga. El suplicatorio elevaría el asunto al Supremo; si no fuesen aforados, otro gallo cantaría. Pero todo se va desmadejando y no precisamente a favor del Gobierno.


No siendo injustos debemos reconocerle a Sánchez su capacidad de resistente. Desde el inicio de su carrera política en Bruselas como peón de un principal, luego en cargos por rebote al renunciar sus antecesores, y finalmente llegando a donde se proponía, su estrategia para mantenerse y ascender ha sido resistir y así tituló el relato de su vida pública: Manual de resistencia, supongo que por inspiración de Irene Lozano.


Mi reconocimiento de Sánchez como resistente se quiebra algo por alguna actitud que debería desmentir su experiencia. ¿Cómo cree que con un ventilador sobre mierda tan menor como un novio, que entonces no lo era, va a contrarrestar el enorme basurero de los Berni a los Koldo? La cuestión ya no se resuelve con un «y tú más» como en otros tiempos. Cualquiera considera más relevante que, por ejemplo, se aclare lo de la mujer del presidente y su presunta recepción de decenas de miles de euros al año que aparece como la posible punta de un iceberg.


Veo a Sánchez, el resistente, al final de la escapada, desde el título de la película del maestro Godard. Los tiempos finales de cualquier historia son amargos. El abandono suele ser general. Los compañeros a los que se favoreció entonan «de lo nuestro no me acuerdo». Los leales buscan otra lealtad y otros sueldos. Hasta San Pedro negó a Cristo. Como para fiarse. Churchill dejó dicho: «Los fascistas del futuro serán los antifascistas de hoy». La cita de Churchill va en honor de mi viejo amigo y primo lejano Pedro Muñoz Abrines, gran conocedor y admirador del estadista.


Juan Van-Halen es escritor. Académico correspondiente de la Historia y de Bellas Artes de San Fernando



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