Recortes de Prensa Jueves 16 Mayo 2024


La lentitud occidental en Ucrania da alas a Putin para rearmarse

EDITORIAL. el mundo. 16 Mayo 2024


Kiev necesita que la ayuda militar se materialice sobre el terreno para frenar el renovado avance de las fuerzas rusas


La cancelación de la visita a España de Volodimir Zelenski pone de relieve la crítica situación que atraviesa Ucrania tras dos años de guerra que han esquilmado sus recursos y en medio de una renovada ofensiva rusa en Járkiv, la segunda ciudad del país. El avance de Moscú en el frente ha forzado al presidente ucraniano a posponer todos sus compromisos internacionales -entre los que estaban el encuentro con Pedro Sánchez para firmar un acuerdo de seguridad y la reunión con Felipe VI- y concentrarse en apuntalar una resistencia agónica por falta de material militar. Kiev lleva semanas esperando una ayuda que no termina de concretarse sobre el terreno pese a los altisonantes anuncios occidentales del inminente envío de blindados, misiles antiaéreos, proyectiles de artillería y, en el caso de España, otros 10 carros de combate Leopard 2.


Los titubeos de Washington -inmerso en una campaña que ha convertido a Ucrania en daño colateral de la batalla entre republicanos y demócratas- y la burocrática lentitud de Bruselas han ralentizado la llegada de armas y munición hasta el punto de permitir a Rusia ganar terreno y reorganizar su cúpula militar. Un oxígeno con el que Putin ha logrado morder terreno en Donbás y amenazar Járkiv, poniendo en riesgo directo la seguridad de Europa en una guerra existencial donde el continente se juega su supervivencia y los valores sobre los que fue fundado. Al auge de la invasión rusa se sumó ayer, además, la amenaza de inestabilidad interna tras el intento de magnicidio del primer ministro eslovaco, Robert Fico, en vísperas de unas elecciones europeas cruciales para el futuro diseño de la UE.


Putin está aprovechando la ventana de oportunidad que le ofrece la indecisión occidental y el error del propio Zelenski al retrasar la ley de movilización para refrescar unas filas exhaustas por dos años de combate. El Kremlin combina ese ímpetu con la preparación de una concienzuda estrategia de cara a una guerra larga en espera de cambios geopolíticos que puedan beneficiarle, como el regreso a la Casa Blanca de un Trump mucho menos entusiasta de la causa ucraniana que Biden. El presidente ruso está tan envalentonado con el vuelco de la guerra que el domingo se permitió relevar por sorpresa a quien la había pilotado hasta ahora: el ministro de Defensa Sergei Shoigu, al que sustituyó por el economista y tecnócrata Andréi Beloúsov. Una elección con la que Moscú apuesta por reforzar su industria militar para ganar la batalla de los recursos.


Hoy, Ucrania lucha extenuada en una guerra aún más asimétrica contra la Rusia autocrática. Estados Unidos y Europa tienen allí no ya una obligación moral, sino un interés estratégico en defender su modelo democrático del embate de una potencia iliberal empeñada en derribarlo. Es hora, por tanto, de convertir las promesas en una acción real para contener su peligroso avance.Z


Zelenski asegura que su Ejército ha estabilizado la situación en Járkiv

ROSTYSLAV AVERCHUK. Leópolis. la razon. 16 Mayo 2024


«Ucrania tiene que ganar la guerra», aseguró desde Kyiv el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken. Desde allí prometió el respaldo de la Administración Biden a la industria de defensa de Ucrania, mientras Rusia intensifica su presión para aprovechar la ventana de oportunidad en la línea del frente. La situación sigue siendo difícil a lo largo de cientos de kilómetros de la línea del frente, mientras Rusia sigue presionando en Járkiv y Donetsk en el este y Zaporiyia en el sur, pero sus avances en Járkiv se han ralentizado. El Ministerio de Defensa ruso informó el miércoles que las fuerzas rusas habían capturado la aldea de Robotyne en la región de Zaporiyia, pero el Ejército ucraniano lo negó.


La ofensiva, destinada a reconquistar los territorios ocupados de Ucrania, fue repelida en gran medida después de que Rusia aprovechara los largos retrasos en la asistencia militar de Occidente a Ucrania para erigir fuertes fortificaciones en la región. «Están solo en las afueras, nuestras posiciones todavía están en el pueblo y los rusos son repelidos todos los días. Todos los días vuelven e intentan afianzarse», sostiene Sergiy Skibchik, portavoz de la 65ª Brigada.


Rusia también ha estado intentando romper la defensa ucraniana en Staromayorske, en el sur, donde se produjeron 18 ataques en las últimas 24 horas, reveló el Ejército ucraniano, mientras que la situación cerca de Pokrovsk y Kupiansk también sigue siendo complicada. Los intentos de Rusia de capturar Chasiv Yar (este) siguen dando pocos frutos, insisten también los militares ucranianos, a pesar de que la aviación rusa suprime las posiciones ucranianas.


Rusia usa sus fuerzas de élite, junto con unidades Storm Z de los presos movilizados, dijo a la televisión ucraniana Dmytro Kozhubenko, de la brigada Rubizh. «Intentan avanzar en pequeños grupos, pero nuestros operadores de drones los ven muy bien», subrayó. Según los analistas militares, Rusia depende cada vez más de su infantería para llevar a cabo sus ataques a medida que crecen las pérdidas de equipo, a pesar de los esfuerzos por movilizar la producción de armas.


Mientras tanto, los avances rusos se han ralentizado en Járkiv. Aunque continúan los acalorados combates cerca de Vovchansk, las tropas ucranianas lograron repeler parcialmente al oponente de la ciudad, informó el Ejército del país invadido. Ucrania estabilizó parcialmente la situación allí, según el presidente Volodimir Zelenski. «La fuerza invasora que entró en la región de Járkiv está siendo destruida por todos los medios. La artillería, los drones y nuestra infantería funcionan bastante bien».


Los analistas creen que Rusia ha estado intentando crear una «zona de amortiguamiento» en la frontera en lugar de profundizar su incursión. Las importantes pérdidas que sufrieron, según fuentes ucranianas, también pueden haberlos frenado. Sin embargo, Rusia sigue destruyendo la ciudad de Vovchansk con diversas armas, como potentes bombas aéreas guiadas. La superioridad de Rusia en aviación y municiones sigue siendo significativa.


«Estamos decididos a que Ucrania debe ganar esta guerra y lograr el éxito para su pueblo y su futuro», afirmó Blinken, durante el segundo día de su visita a la capital ucraniana. Sus palabras podrían marcar un cambio respecto de la promesa de apoyar a Ucrania «durante el tiempo que sea necesario», que muchos en Ucrania han visto como una prueba de la falta de claridad en Occidente sobre el fin deseado de la guerra, reflejada en la asistencia militar más lenta y menor de lo esperado.


Estados Unidos está trabajando para garantizar que Ucrania pueda tener éxito en el campo de batalla y defenderse de la agresión rusa, ahora y en el futuro, a fin de garantizar el derecho del pueblo ucraniano a determinar su futuro, afirmó Blinken. Para ayudar a lograrlo, Washington invertirá otros 2.000 millones de dólares en un fondo creado especialmente para ayudar a Ucrania a desarrollar su propia producción militar y comprar las armas necesarias.


Tras reunirse con el ministro de Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, Blinken evitó una respuesta directa a una pregunta de un periodista sobre si EE UU permitiría a Ucrania utilizar armas estadounidenses para atacar territorio ruso. Sin embargo, reiteró que Washington no se opone «en principio» a los ataques contra la Federación Rusa: «Hemos definido claramente nuestra política, pero esta es una decisión que Ucrania debe tomar. Y nos aseguraremos de que Ucrania tenga las armas que necesita para tener éxito en el campo de batalla», dijo. Reino Unido ha dicho recientemente que Ucrania podría utilizar sus armas para atacar objetivos dentro de Rusia, pero se cree que EE UU no lo autoriza por temor a una escalada.


Un espectáculo grotesco

Juan Abreu. vozpopuli. 16 Mayo 2024

Por fin ha pasado el Festival de Eurovisión, un espectáculo grotesco. Telebasura para consumo de las masas más entontecidas y, en la presente edición, un circo woke que desprendía un hedor antisemita escandaloso. Tan escandaloso, que me hizo regresar al Diario de un desesperado de Friedrich Reck. Ningún libro que yo conozca, a excepción de Quiero dar testimonio hasta el final, de Víctor Klemperer, trasmite mejor el clima de odio al judío que se propagó por Europa en los años previos al ascenso del nazismo. El mismo clima de degradación moral que vivió Reck y que envenenó Europa, renace hoy, con la diferencia de que esta vez el veneno proviene del antisemitismo musulmán, no del germánico. Ayudado por la ignorancia, la estupidez, la vileza y la ceguera que producen las legañas socialdemócratas en la comunidad política y las élites universitarias e intelectuales europeas. Ciegas ante el sucio ventarrón islamo–teocrático que se cierne sobre Europa.


“Me asfixia verme prisionero de una horda de monos perversos, y me devana los sesos el eterno enigma de este mismo pueblo, que hace unos años velaba tan celosamente por sus derechos y que de la noche a la mañana se ha hundido en este letargo, en el que no sólo tolera el dominio de los inútiles de ayer, sino que además, para colmo de vergüenza ya no está en condiciones de percibir como ignominia su propia ignominia…”


Reck hablaba de los alemanes, el nazismo, y de sus legiones de ovejas cómplices. Pero. Creo que este párrafo hunde su dolor, su espanto, su estupor y su frustración tan profundamente en la naturaleza del hombre, que alcanza con iluminadora limpieza nuestra actualidad, amenazada por el nazismo islamo–teocrático.


El Festival de Eurovisión de este año fue un aquelarre woke, y el epicentro de una inmunda campaña antisemita. Campaña que contó con la aquiescencia, qué digo, la aprobación, de los medios de comunicación abducidos por su propia naturaleza circense, ¡y de ministros españoles! que se esforzaron por otorgar rango de superioridad moral progre, a la basura propagandística de Hamás. Por otro lado, también fue un espectáculo trágico. Era como asistir a un encierro de ovejas que bailotean y aplauden a la jauría de lobos que, pacientemente, aguarda la hora de cortarles el cuello.


La cosa Eurovisión se celebró en Malmö, una ciudad invadida por el Islam como hizo evidente el deplorable y bien organizado acoso a la delegación de Israel. Menos mal que ese país mandó al Mossad, o a sus fuerzas especiales, para proteger a la delegación israelí, si no a saber qué podría haber ocurrido. Un aquelarre woke, como digo, en el que si no eras al menos “fluido” o “no binario” (expresiones de la neolengua progre de inspiración nazi–comunista) no tenías posibilidad de ganar. Basta ver al adefesio que triunfó. Creo que se llama Memo, pero no estoy seguro. Esto, en una competición en la que participaba una cantante estupenda que, al margen de su talento, fue un ejemplo de profesionalismo, arte, elegancia, decoro e integridad. Me refiero, es obvio, a la representante de Israel.


Mientras esto sucedía en Suecia, en España el antisemitismo institucional se disparaba a tales cumbres que el Museo Reina Sofía organizó un evento titulado Desde el río hasta el mar: lema de Hamás que reclama la desaparición de Israel, es decir que llama al exterminio de la población judía. ¿No es eso apoyar un nuevo holocausto? A mí me lo parece. Pero. Es algo que debería aclarar el Museo Reina Sofía. ¿No?


Vivimos en una época boba y fofa que valora mucho el cretinismo correcto e identitario, que es territorio abonado para la pereza intelectual, el pensamiento grupal, la ignorancia, la incuria, la cobardía, la censura, la vileza y la infamia. Véase, como prueba sangrante, la ONU, convertida en vocero de los terroristas de Hamás. No hay nada independiente de Hamás en Gaza, por tanto cualquier información que provenga de “autoridades o entidades palestinas” es información proveniente de Hamás. Tomarlas por buenas y repetirlas, es colaborar con la banda terrorista islamista y ayudar, de manera crucial, a imponer su propaganda anti judía y anti democrática. Las democracias islámicas no existen. Son términos antagónicos.


Pero, regresemos a la cruda realidad de la batalla de la civilización contra la barbarie. Quedan cuatro batallones de Hamás en Rafah, usando a la población civil como escudos humanos. No habrá paz ni orden ni normalidad para la población de Gaza hasta que estos asesinos religiosos, adalides del oscurantismo, sean derrotados. Israel debe tomar Rafah, ya.


El genocidio del que tanto se habla estos días no está teniendo lugar en Gaza sino en España. Se trata de un genocidio mental (a cargo del progresismo en el Poder y sus medios comprados) cuyo objetivo es convencer a los ciudadanos españoles de que el Bien es el Mal y el Mal el Bien. Y conseguir así anular su capacidad de percibir como ignominia su propia ignominia.


La ley bajo el imperio de la amnesia del PSOE

EDITORIAL. libertad digital. 16 Mayo 2024

La decisión del senador Javier Lambán de no acudir este martes a la Cámara Alta para evitar participar en la votación sobre el anticonstitucional bodrio conocido como Ley de Amnistía ha sido reprendida por el Grupo Socialista en el Senado, cuyo portavoz, Juan Espadas, ha comunicado que abrirá expediente al expresidente de Aragón y actual secretario general del PSOE en aquella comunidad autónoma.


La verdad es que a Lambán le sobran razones para alegar, tal y como ha hecho en una carta, que votar a favor de la amnistía supondría una "insoportable deslealtad", "una contradicción flagrante con mis convicciones éticas y políticas" al considerar que la amnistía "vulnera la igualdad de todos los españoles ante la ley; pone en quiebra la separación de poderes, clave de la democracia, y, en última instancia, socava la autoridad moral y política del Estado".


Como conviene insistentemente recordar esta misma acertada opinión sobre la amnistía es la que tenían todos los dirigentes del PSOE —empezando por Pedro Sánchez— antes de que los golpistas se la exigieran a cambio de su investidura.


En este sentido, tampoco le falta razón al presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page al secundar a Lambán y al afirmar que "la amnistía no es perdón, sino amnesia". Una amnesia —añadimos nosotros— no sólo respecto al programa electoral o lo que decían los socialistas hasta después de las ultimas elecciones generales, sino mucho más grave, porque olvida lo que dice nuestra propia Ley de leyes y el propio derecho comunitario.


Aun así, no hay que fantasear con la posibilidad de que un puñado de diputados socialistas vayan a tener ahora los escrúpulos morales de los que ha hecho gala Lamban o Page, ausentándose del Congreso o votando en contra de la amnistía una vez que ha sido rechazada en el Senado gracias a la mayoría absoluta que el PP tiene en la Cámara Álta. En el Congreso se volverá a imponer, por muy amnésica que sea, la disciplina de partido que no tiene más objetivo ético, ideológico o político que mantener como sea a Pedro Sánchez en la poltrona.


También sería ingenuo depositar nuestras esperanzas en un Tribunal Constitucional sometido, a través de Conde-Pumpido, a los dictados de Pedro Sánchez, por muy amnésicos que sean dichos dictados respecto a lo que dice nuestra Carta Magna. No. Desgraciadamente, nuestras únicas esperanzas, una vez haya sido publicada esa antijurídica norma en el BOE, radican en las cuestiones prejudiciales que puedan plantear los tribunales españoles ante el TJUE, dada la menos clamorosa incompatibilidad de esta amnistía con el derecho comunitario. Y es que como claramente advirtió el comisario Didier Reynders en los asuntos sustanciados mediante procedimiento prejudicial, la resolución del órgano jurisdiccional nacional por la que somete un asunto al TJUE "suspende el procedimiento nacional".


Aferrémonos, pues, a esa esperanza porque, en caso contrario, ya podemos todos los españoles ir olvidándonos de lo que es un Estado de derecho y una democracia liberal.


La amnistía como corrupción política

Francisco Marhuenda. la razon. 16 Mayo 2024


La Constitución otorga una relevancia muy importante a los partidos políticos. El artículo 6 señala que «expresan el pluralismo político, concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular y son instrumento fundamental para la participación política. Su creación y el ejercicio de su actividad son libres dentro del respeto a la Constitución y a la ley. Su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos». Es un reconocimiento acertado, porque son un instrumento que permite canalizar la opinión de la sociedad. No es casual que este texto se incluyera en el Título Preliminar. El problema es que en muchos casos no existe una auténtica democracia interna y se limitan, dicho en términos coloquiales, a guardar las formas. Es uno de los signos de la debilidad de nuestro sistema democrático. El PSOE ha desaparecido para convertirse en un movimiento basado en el pensamiento único. Hay un líder al que todos tienen que obedecer con una ciega lealtad. Hace unos meses, Sánchez hubiera sido expedientado por votar a favor de la amnistía, ya que defendía que era inconstitucional. En cambio, el PSOE del pensamiento único controlado por una casta sanchista ha decidido abrir expediente al senador Lambán por no votar la amnistía.


El expresidente aragonés decidió ausentarse del pleno, porque no podía ser «desleal conmigo mismo». Es lo que tendría que hacer cualquier socialista ante una proposición de ley que es inconstitucional, ya que atenta contra varios preceptos de la Constitución. La única razón que ha motivado que Sánchez impulsara una medida que rechazaba es que tenía que comprar la presidencia del Gobierno. Por ello, podemos afirmar que es inmoral. Es una forma de corrupción política. No existe ningún precedente en la UE de la compra de un cargo a cambio de una ley negociada con unos delincuentes políticos. Juan Espadas, portavoz del PSOE en el Senado, miente cuando asegura que Sánchez ha tenido el aval de la ciudadanía. No importa, porque sigue la estela de su jefe que considera legítimo mentir si sirve a sus propósitos. Espadas es el típico ejemplo del modelo partitocrático, porque apoya la amnistía como haría lo contrario si le dieran la orden. A sus 57 años y tras una vida dedicada solo a la política, lo único que le importa es tener un cargo, porque fuera del sanchismo hace mucho frío.


La televisión de Hamás la paga usted

Cristina Losada. libertad digital. 16 Mayo 2024

La televisión de Hamás la paga usted y la pagamos todos los demás, porque esa televisión se llama Televisión Española y una parte del dinero que necesita proviene de una asignación de los Presupuestos Generales del Estado. Nos guste o no, y nadie nos lo ha preguntado, todos ponemos el óbolo para que favorezca a los fundamentalistas en la visión que difunde de un conflicto provocado por su masivo ataque contra Israel el pasado 7 de octubre. Cierto que el periodismo pro-Hamás tiene nutrida representación en nuestro país y en otros, pero una cosa es que lo practique un medio de comunicación privado y otra, que lo haga una televisión que recibe subvención pública.


Día a día, paso a paso, Televisión Española se ha vuelto el altavoz de la propaganda de guerra de los fanáticos que gobernaban dictatorialmente en Gaza y dedicaban las ayudas multimillonarias a construir túneles para lanzar ataques terroristas. Hizo un simulacro de objetividad inmediatamente después del 7 de octubre, mediante el recurso habitual a "las dos caras de la noticia", pero lo mantuvo muy poco tiempo. Quizás el tiempo justo para que los comisarios políticos tomaran cartas en el asunto y decidieran que convenía estar, como casi siempre, contra Israel. Igual, vaya, que el Gobierno de España. Pero seamos justos con los comisarios: tampoco han tenido que forzar a nadie.


La información o lo que pasa por tal no es lo que más hace de TVE la televisión de Hamás. A fin de cuentas, la información está en retirada, casi en riesgo de extinción. No se quiere dar la noticia; se quiere hacer sentir la noticia. Y con la riada sentimental es como mejor entra el submarino de la propaganda de Hamás, máquina imponente, perfeccionada durante décadas, si contamos el trabajo pionero de la OLP. Aún así, no ha desaparecido del todo la necesidad de dar una mínima apariencia de información y ahí está, para cubrir ese hueco menguante, la propaganda en forma de dato, que es un producto que Hamás suministra con diligencia a todos los interesados.


Para Televisión Española, todo aquello que parezca un dato y que proceda de Hamás es verdadero e incuestionable. No se molestan ya en citar quién es la fuente de la noticia. Enseguida optaron por unas asépticas fuentes ministeriales o gubernamentales. Siempre ocultan que, en realidad, son Hamás. La existencia de una dictadura islamista ni se menciona. Cómo van a hacerlo. La credibilidad informativa de una dictadura es nula, y en TVE están dando credibilidad a una dictadura. El Gobierno de Israel podrá mentir y seguramente lo hace, pero como aquello no es una dictadura y hay contrapesos y prensa libre, puede quedar al descubierto y tener que rendir cuentas.


Televisión Española prefiere conceder crédito a una dictadura, y prefiere concedérselo a una dictadura de unos islamistas fanáticos y terroristas. Y si no fuera TVE, yo no diría lo que voy a decir. Pero como es Televisión Española, no puede ser. No puede ser que haya que pagarle, por narices, la televisión a Hamás. Hay que conseguir que se la pague sólo el que quiera. Que sea voluntario. Una crucecita en la Renta, y hala.



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Cataluña: panorama después de las urnas

José María Múgica. vozpopuli. 16 Mayo 2024


Las elecciones del pasado domingo en Cataluña arrojan el brutal dato de una abstención de nada menos que el 42% de su cuerpo electoral. Una barbaridad, que se acerca a la abstención del 46,46% de las elecciones de febrero de 2021, celebradas en etapa pandémica. Cuando la participación es tan baja, y la distancia de la ciudadanía hacia lo que estaba en juego es tan alta, es inevitable concluir que una sensación de hartazgo, de cansancio, de hastío, de agotamiento, se ha apropiado de buena parte del cuerpo electoral catalán. Tantos años de políticas disparatadas cuando no directamente enloquecidas, que no llevan a otro sitio que al declive de la sociedad catalana traen la consecuencia de una desafección, de una distancia ciudadana que se expresa mediante la abstención. Se ha subrayado poco esa enorme abstención electoral, que sin embargo se convierte en requisito esencial para comprender los resultados electorales, y también la pérdida de mayoría independentista.


Cuando ha existido un Govern incapaz de atender, con una deuda pública elefantiásica, los servicios públicos en sanidad, educación –por no hablar de la exclusión del español en los centros educativos que se practica en esa comunidad–, vivienda, infraestructuras, seguridad, pérdida de inversión extranjera, marcha de miles de empresas, pérdida también de talento que se marcha a residir a otras comunidades, el ciudadano lo ve, como se ve el declive –la decadencia si se quiere–, cuando ese pésimo estado de los servicios públicos está tan a la vista. Cuando la clase política independentista lleva tantos años entregada a un raca–raca fantasioso y que corroe todo lo que toca, también el ciudadano lo ve.


Así, Cataluña no sólo ha contagiado al resto de España sus políticas alocadas, sino que ha convertido la presente legislatura nacional en un remedo de lo que se hace en aquella región. Dependiendo el Gobierno de la nación del voto, entre otros aliados indeseables, de ERC y Junts –cogolpistas del 1 de octubre–, el resultado está bien a la vista de todos los españoles: hay gobierno, sí, pero gobernar es otra cosa, pues no figuran proyectos, ni planes, ni un proyecto nacional, exigible a cualquier acción de gobierno. Con un Parlamento cuasi paralizado, con una acción legislativa prácticamente inexistente, con unas instituciones enfrentadas, todo ello es la consecuencia de la opción de gobierno que tomó Pedro Sánchez tras el 23 de julio en su propia conveniencia. Como si lo sucedido en Cataluña se hubiera exportado a toda España.


Y así, se llega a una situación alocada que describió perfectamente el periodista Agustí Calvet –Gaziel–, el mejor y más brillante catalanista y liberal que ha dado el siglo XX y lo que llevamos del XXI, en un artículo publicado en el diario La Vanguardia en octubre de 1934, a las pocas fechas del horrible golpe de estado protagonizado por Companys ese mismo mes. Dice Gaziel en ese artículo: “Cataluña se basta y se sobra para hacerle materialmente la vida imposible (a España), para perturbarla, para desasosegarla, para no dejarle ni un año, ni un día, ni un minuto de reposo: exactamente como ocurre en las casas donde hay un alma en pena. Y el Gobierno, el Parlamento, las instituciones todas, irán de cabeza en España, irremisiblemente, hasta que entre todos consigamos dar al alma en pena de Cataluña un cuerpo adecuado. En otras palabras: hasta que a los ingobernables catalanes se les enseñe, se les acostumbre, se les obligue suavemente a reaprender a gobernarse a sí mismos”. Así está la gobernación de España desde luego desde el pasado 23 de julio: un pandemónium, un desasosiego permanente dependiendo de lo que suceda en Cataluña, ya sea en su Govern, ya sea en el caso de Puigdemont. Recuérdese la tarde del pasado mes de marzo cuando el ahora liquidado Aragonès convocó elecciones en Cataluña. Le faltó tiempo al Gobierno para anunciar que no habría presupuestos generales del estado para este año. Es un ejemplo de ese pandemónium en que vive la política nacional.


Cuando se pacta una investidura en el extranjero con un prófugo, cuando se suceden reuniones increíbles ya en Bélgica ya en Suiza, cuando el precio de la investidura de un presidente son los siete votos del Sr. Puigdemont a cambio de la impunidad de una amnistía rechazada muy mayoritariamente por el pueblo español, pues rompe los principios constitucionales de igualdad y de separación de poderes, cuando todo eso ocurre, no podemos esperar ni un año, ni un día, ni un minuto de reposo, tal y como anticipó Gaziel.


Sin perjuicio de felicitar al ganador de las elecciones, el PSC, y a sabiendas de que las ucronías están fuera de lugar por inverificables, es bien de abrigar la convicción de que las políticas puestas en práctica desde hace años por Pedro Sánchez no aportan electoralmente al PSC. Ni los indultos en su día, ni la derogación del delito de sedición o la atenuación del delito de malversación de caudales públicos, ni desde luego la amnistía –y vaya si le queda camino judicial en España como en Europa– suman a ese propósito. En primer lugar, porque si algo no es apto por inconstitucional, no se debe recurrir a ello en campaña electoral. Pero sobre todo porque desde el 23 de julio pasado hemos asistido a la resurrección del Sr. Puigdemont, que era un outsider, encerrado en su vivienda de Waterloo. Lo vimos en esas elecciones generales, en las que Junts quedó en quinta posición electoral en Cataluña. Y de la misma forma que no se pueden extrapolar resultados de convocatorias electorales distintas, se habrá de contemplar que ese mismo desahuciado hace menos de un año, Sr. Puigdemont, ha obtenido la segunda plaza electoral el pasado domingo. Se ha reanimado a quien no pintaba nada hasta el 22 de julio, y que hubiera seguido sin hacerlo si no se hubiera hecho de él el hombre fundamental de la presente legislatura nacional por la mera decisión del Sr. Sánchez: amnistía a cambio de los siete votos para la investidura. Eso fue todo, las consecuencias bien que las estamos pagando.


Lo que vaya a pasar para la formación de gobierno en Cataluña es abiertamente inescrutable, imposible saberlo. Primero, tendremos las elecciones europeas, todo vendrá después. También merece felicitación el resultado obtenido por el Partido Popular que, cierto que venía de un pésimo resultado en 2021 –tres escaños–, es el partido que ha quintuplicado esos resultados y el que más ha subido en votos, más de doscientos mil.


Repetición de elecciones

Pero, como se dice, es inevitable esperar. Todo puede suceder, incluida la repetición de elecciones. Y también aplicarnos el diagnóstico de Gaziel: es insufrible que la situación catalana invada y carcoma toda la acción política nacional. Y, sobre todo, la obligación de que Cataluña cambie de conversación, abandone los delirios en que ha estado encerrada estos últimos al menos doce años, y recupere la ambición por los servicios públicos de calidad y por volver a ser una comunidad esencial para toda España. Si eso no sucede, gobierne quien gobierne, habremos vuelto a perder el tiempo.


Un fraude democrático

Jesús Rul. vozpopuli. 16 Mayo 2024


Un poco más de tres millones de electores han votado a diversos partidos, y más de dos millones se han abstenido (42,05%), porcentaje superior a la media del 38% en las 14 legislaturas habidas entre 1980 y 2024.


Ocho partidos han obtenido escaños: cuatro partidos secesionistas (Junts, ERC, CUP y AC) y cuatro partidos constitucionales (PSC, PP, Vox, Comuns) con esta distribución de votos y escaños: los partidos constitucionales han obtenido 1.645.892 votos con 74 escaños (54,9%) y los partidos secesionistas han sido votados por 1.348.183 electores y han obtenido 61 escaños (45%). Esta mayoría de votos a partidos constitucionales se ha dado en siete legislaturas (50%), pero en todas las legislaturas han gobernado los secesionistas, incluso como veremos, con los dos gobiernos tripartitos del PSC con ERC e ICV.


Podemos dar por aceptable esta distribución: con los partidos secesionistas no hay duda; su ideario y conductas antiespañolas lo confirman. Con los partidos constitucionales habrá lectores, con fundados motivos, que pongan en duda el carácter netamente constitucional del PSC e incluso de los comunistas con sus diversas siglas (ICV-Comuns). El hecho incuestionable es que PSC e ICV, en 2003 y 2006, pactaron gobiernos tripartitos con ERC, cuya ejecutoria fue ser más nacionalistas que CIU, que había gobernado 23 años seguidos, entre 1980 y 2003, con tres mayorías absolutas y las otras 3 sin mayoría, pero con apoyos.


La hegemonía de CIU, con liderazgo de Pujol, sin oposición real durante más de dos décadas, corrompió las instituciones autonómicas, manipuló la conciencia de muchos ciudadanos a través del adoctrinamiento escolar, el proselitismo de los medios y la bien nutrida red clientelar. A final de los años 90 ya había una masa social proclive a la secesión. Los gobiernos tripartitos, entre 2003 y 2010, presididos por socialistas (Maragall y Montilla) la legitimaron con el nuevo Estatuto inconstitucional animados por Zapatero, el irresponsable.


Después, otra vez CIU, con Mas y Puigdemont, y otros partidos secesionistas, más asociaciones institucionales, como la AMI, y civiles como ANC, creadas ad hoc, llevaron a la sociedad catalana al proceso insurreccional de 2017. El Estado constitucional respondió tarde y mal con el art. 155 CE, incapaz de revertir el desorden secesionista. Los ciudadanos catalanes libres de nacionalismo se opusieron muy mayoritariamente en las calles en octubre de 2017 bajo el lema “Basta, recuperemos la sensatez”. En el marco del art. 155 CE el Estado convocó elecciones en 2017, la suma de los partidos secesionistas se hizo otra vez con el poder, pese a que la suma de las fuerzas constitucionales obtuvo más votos, pero menos escaños gracias al irracional sistema electoral. La agitación secesionista continuó con ERC, Aragonés en la Generalidad, y con Puigdemont en Bélgica, huido de la justicia, pavoneándose de la “antidemocrática” España. Las élites secesionistas movieron a la violencia que dominó las calles con el eufemístico Tsunami democràtic, investigado ahora por organización terrorista.


Para emponzoñar más la situación entra en escena la forzada mayoría de Sánchez (PSOE) que, para hacerse con el poder en 2018, contó con los secesionistas vascos y catalanes que vieron una oportunidad de oro para afianzar sus fines antiespañoles. Contraviniendo la lógica constitucional del art. 155 aplicado, indultó a los condenados por delitos de sedición, malversación y desobediencia. Ahora, su dependencia de los secesionistas le lleva a conceder, contra toda razón constitucional, la amnistía por sus delitos; es decir, que quien delinquió fue el Estado por condenarles. Si finalmente la ley de amnistía es aprobada por el Congreso de Diputados, pese al veto del Senado, la arbitrariedad, esto es, el juego de los intereses de poder formará parte del orden constituido al disolver su piedra angular: la integridad del Estado de Derecho, a no ser que entre en contradicción con la Justicia de la UE.


Las recientes elecciones autonómicas catalanas hay que ubicarlas en este incivil y beligerante marco expuesto, necesariamente sintético.


En una primera aproximación estos son los hechos: Las elecciones fueron el domingo 12, ningún partido ha obtenido mayoría para gobernar (es falso que haya ganado Illa del PSC. En la legislatura de 1984 obtuvo un número similar de votos y en la de 1999 más de un millón, pero no gobernó); unos han subido (PP y PSC); otros han bajado (ERC, CUP, Comuns); otros han desaparecido (Cs); otro ha venido (AC); otro se han mantenido en escaños, pero con más votos (Vox) y; otros, como Junts, se han mantenido si miramos sus datos en otras elecciones con otros nombres. La diferencia es que esta vez la suma de los partidos secesionistas no da la mayoría, pero si, en cambio, la suma de los partidos constitucionales, según la clasificación apuntada al principio, pero es impensable, ¡anathema sit! unir en un programa básico a PSC, Comuns, PP y Vox (74 escaños) que vuelva a situar a Cataluña en la vía constitucional.


En muchos de estos partidos ha calado el marco conceptual de los secesionistas: son como las prendas de vestir reversibles: constitucionales y/o soberanistas según los intereses. Alguien puede imaginar que Illa president revertirá el genocidio del español en las aulas catalanas; que garantizará el pluralismo de los medios públicos; que eliminará el coste absurdo de las “embajadas” por todo el mundo; que hará cumplir la Constitución para que los símbolos españoles estén presentes desde su despacho hasta el último ayuntamiento…


Así las cosas, que pueda haber un gobierno dentro de plazo no depende de un análisis racional sino de pactos entre partidos, cálculos, cesiones y prebendas. Excluyendo la repetición de elecciones hay tres opciones posibles: el “tripartito” (PSC, ERC, Comuns); el de “Puigdement president” (Junts, ERC, CUP) con la abstención del PSC; el “constitucional” (PSC, PP) con la abstención de VOX. Pero, atentos los manejos partidistas ya han empezado, por una parte la conjura del PSOE con Junts (Santos Cerdán y Puigdemont) se reúne en secreto en Suiza, el corrupto Junqueras (es corrupción política revelarse contra la Constitución) vuelve al primer plano de ERC tras la debacle electoral y la retirada de Aragonés. El experimentado Joan Tardà (ERC) opta por investir a Illa, es decir otro tripartito. Con ello, ERC lograría, pese a haber sido desautorizado en las urnas, un triple poder: en la Generalitat, seguir obteniendo prebendas de Sánchez y marginar a Puigdemont (Sánchez lo necesita menos de lo que piensa).


Los factores de la decadencia

Estos manejos políticos de los votos ciudadanos nos aleja de la calidad democrática. La cultura política creada durante cuatro décadas cuestiona nuestro modelo electoral y partidocrático que nos aproxima a sistemas iliberales propios de falsas democracias.


En el caso catalán, algunos factores explican la decadencia de nuestro sistema de representación democrática:


1. Sistema electoral proporcional escorado. O sesgado, pues los votos no valen lo mismo en las 4 provincias. Beneficia a los secesionistas. Un escaño de Barcelona vale 48.000 votos; uno de Lérida, 21.000. Las tres provincias pequeñas tienen más diputados por habitantes (Tarragona, 18; Gerona, 17 y Lérida, 15) que Barcelona (85).


No es más democrático, simplemente promueve la fragmentación, la dispersión de esfuerzos, las maniobras interesadas de los partidos ajenos al interés general y, en definitiva, la inestabilidad crónica del sistema. Otros países con modelos proporcionales han avanzado a modelos más representativos, como el sistema mixto equilibrado (vigente en Alemania) o con predominio mayoritario (vigente en Japón).


2. Dualidad derecha e izquierda. En España no hay tradición de unión constitucional de derecha e izquierda, como en otras democracias, pongo por caso la alemana (Grosse koalition). En nuestro caso priman los cordones sanitarios de exclusión.


3. Unidad de partidos secesionistas. Pueden competir, pero se unen para mantener el poder antiespañol. Así en 8 legislaturas de 14 (57,14%). En estas elecciones no suman.


4. Incompatibilidad hasta la exclusión de partidos constitucionales. Entre PSC y PP; entre PSC y VOX, tachado de ultra por los socialistas; entre PP y Comuns; entre PP y Vox, pero han pactado en gobiernos autonómicos.


El análisis de los datos electorales y pactos en las 14 legislaturas catalanas dan la siguiente realidad que conforma una concreta cultura política alejada de estándares de calidad democrática representativa:


- Por votos válidos: siete legislaturas han tenido mayoría los partidos secesionistas y siete los partidos constitucionales (50% -50%), pero…


- Por gobiernos constituidos: tres mayorías absolutas de un partido CIU (21,4%); ocho de pactos de partidos secesionistas; dos de pactos mixtos secesionistas/constitucionales (los tripartitos entre 2003-2010); falta el actual. Es decir, el sistema está gripado, es decir, bloqueado, agarrotado. Muchos ciudadanos han decidido desde hace tiempo no participar en las elecciones, por eso la tasa de abstención es tan alta (superior al 40% en siete legislaturas, es decir, el 50%); entre otros motivos, no se sienten representados.


En consecuencia, los datos y motivos expuestos ponen en evidencia que, por acción y omisión, hemos creado una cultura de representatividad democrática manejada por los partidos al margen de los ciudadanos. Desde el punto de vista de la representatividad real es un fraude democrático porque los ciudadanos no determinan con su voto el gobierno sino la partidocracia. Aun aceptando que no hay un sistema electoral ideal, ganar en calidad representativa es posible y comporta garantizar que son los ciudadanos, no los partidos, quienes determinan el gobierno y la oposición en la noche electoral.


Una plataforma nacional pide blindar la ley educativa de Mazón para que otro Gobierno no la derogue y vuelva la catalanización en las aulas

Escuela de Todos respalda el «cambio de guión frente a una peligrosa situación» anterior por el nacionalismo y presenta quince enmiendas para mejorar la norma

JOSÉ LUIS FERNÁNDEZ. ALICANTE. ABC. 16 Mayo 2024


La plataforma nacional de familias y docentes Escuela de Todos -presente en varias Comunidades Autónomas- ha presentado quince enmiendas a la nueva ley educativa de la Generalitat Valenciana para la libertad de elección de lengua y contra la imposición del catalán en las aulas, y reclama blindarla para que un futuro cambio de Gobierno regional no pueda derogarla.


«Estas enmiendas pretenden garantizar que el español sea lengua vehicular y que la nueva ley no incluya ninguna palanca que permita a un gobierno de otro color volver a implantar un régimen lingüístico contrario a la igualdad de derechos lingüísticos de los alumnos valencianos, ya sea su lengua materna el español o el valenciano», han resumido desde esta entidad.


A su juicio, estas propuestas «contribuyen a mejorar una ley que va en la buena dirección y da un giro de guión a la peligrosa situación en la que habían instalado las leyes de plurilingüismo», aprobadas durante la etapa del socialista Ximo Puig al frente de la Generalitat Valenciana, normas impulsadas por su socio de coalición Compromís.


Con todo, esta plataforma presidida por Ana Losada plantea algunas mejoras posibles, según sus criterios, para la nueva legislación del equipo del popular Carlos Mazón.


De entrada, sugieren el cambio de nombre para que se denomine «Ley de Libertad de Elección de Lengua», según el espíritu de su texto, así como añadir las definiciones de 'lengua materna' y 'lengua vehicular' y cambiar las asignadas a las zonas de predominio lingüístico valenciano como «zonas de predominio lingüístico bilingüe».


También piden que, para cada alumno de nueva incorporación al sistema educativo valenciano, se consigne la lengua materna y/o la vehicular de aprendizaje en la que ha realizado hasta ese momento sus estudios. Esta enmienda parece pensada para familias procedentes de otras autonomías.


Inciden en las asignaturas de Matemáticas y Conocimiento del Medio Natural, Social y Cultural para que se pueda elegir el idioma, algo en lo que coinciden con otras plataformas de profesores, familias y AMPA. Igualmente, reivindican esa libertad para los exámenes en todas las etapas educativas, tal vez el principal punto en que coinciden todas estas asociaciones, excepto las abiertamente contrarias a la ley en su conjunto, conformes con la anterior Ley de Plurilingüismo y afines a los postulados nacionalistas.


Como novedades, Escuela de Todos solicita asimismo ampliar los puestos para solicitar adaptaciones desde el punto de vista del tratamiento de las lenguas en el centro, en concreto, incluir los trastornos de conducta y alumnos con riesgo de exclusión social. Y también «reconocer a los alumnos excelentes de formación de personas adultas un nivel de valenciano equivalente al que se reconoce a quien finaliza la ESO: el alumno de FPA obtendría el nivel B1 de Valenciano con una calificación de 9 o superior en la asignatura de lengua valenciana».


Comparte la demanda de que libros de texto y material escolar se facilite en el idioma elegido por los progenitores, así como garantizar que la rotulación y la cartelería están presentes en los centros en las dos lenguas oficiales.


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