Recortes de Prensa Domingo 2 Junio 2024


Así es el muro de drones 'anti Putin' de la OTAN para proteger a Europa de un posible ataque de Rusia
La Alianza busca reforzar sus fronteras con estos elementos, que desde el inicio de la guerra en Ucrania han tenido una destacada importancia
ANTONIO FERNÁNDEZ. la razon. 2 Junio 2024

Los seis países de la OTAN limítrofes con Rusia acordaron crear un “muro de drones” que permitirá proteger de provocaciones en sus fronteras con la ayuda de vehículos aéreos no tripulados. La novedad la informó la ministra del Interior de Lituania, Agnè Bilotaitè, a la agencia BNS.


“Se trata de algo completamente nuevo: una frontera de drones desde Noruega hasta Polonia, cuyo objetivo sería proteger nuestra frontera con la ayuda de drones y otras tecnologías”, explicó.


“No sólo la infraestructura física, los sistemas de vigilancia, sino también el uso de aviones no tripulados y otras tecnologías que nos permitirían también protegernos de las provocaciones de países no amigos, y evitar el contrabando”, añadió.


Para el llamado “muro de drones”, los estados participantes utilizarían drones para vigilar la sección fronteriza, así como sistemas antidrones que detendrían los drones utilizados para el contrabando y las provocaciones de países hostiles, como puede ser Rusia o Bielorrusia.


Según Bilotaitė, Lituania ya había planeado reforzar la protección de las fronteras con la ayuda de drones, pues ha creado una unidad de vehículos aéreos no tripulados en el Servicio Estatal de Guardia de Fronteras y se están realizando adquisiciones de más drones y sistemas antidrones.


De acuerdo con la ministra, actualmente los estados evaluarán qué “deberes” tienen que hacer y después, con la ayuda de expertos, las instituciones estatales prepararán un plan para la implantación del “muro de drones”.


De los 32 miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), seis tienen fronteras con Rusia: los tres Estados bálticos (Lituania, Letonia y Estonia), así como Finlandia, Noruega y Polonia. Desde que Rusia inició una invasión a gran escala de Ucrania en febrero de 2022, Finlandia y Suecia han entrado en la OTAN.


El antecedente en la frontera entre EE UU y México

En 2019, se informó que Estados Unidos trabajaba con más de 30 empresas de tecnología que estaban desarrollando distintos sistemas de vigilancia que podían convertirse en una alternativa al muro físico que pretendía construir el entonces presidente Donald Trump en la frontera con México.


Algunos gobiernos fronterizos, como el de Texas, ya empleaban algunas de las herramientas que usa el Ejército en zonas de guerra, desde dirigibles atados llamados aerostatos, que cuestan alrededor de USD 8,9 millones cada uno, a drones predator con un valor de 16 millones de dólares y equipados con un radar lo suficientemente fuerte como para detectar huellas en la arena.


Entre otras nuevas tecnologías implementadas por los distintos cuerpos de seguridad que vigilan la frontera estaban las luces láser utilizadas en los coches que conducen y que miden la distancia a un objetivo, softwares de aprendizaje automático, sensores Bluetooth y WiFi que pueden medir el comportamiento y el movimiento de una multitud.


Un reporte del sitio CNET destacó que el Departamento de Seguridad Nacional incluso estuvo en conversaciones para volar aviones no tripulados más pequeños en misiones nocturnas en las fronteras del Aeropuerto de Marfa en el Condado de Presidio, según el Director de Aeropuertos, Chase Snodgrass.


Llamado el RQ-7 Shadow, fabricado por AAI Corporation, este avión no tripulado usa una serie de cámaras, láseres y radares para “localizar, reconocer e identificar objetivos” hasta 80 kilómetros de distancia. Luego envía esa información a una estación de control terrestre. Los dispositivos han sido utilizados en Irak y Afganistán.


No está claro cómo será el “muro de drones” en la frontera que comparten los países de la OTAN con Rusia pero se especula que podría venir de esta tecnología.


Cautela ante la supuesta propuesta rusa

Los líderes de la región del mar Báltico reaccionaron con cautela esta semana a los reportes de que Rusia podría revisar los límites de sus aguas territoriales en la zona, y el ministro de Exteriores de Lituania dijo que se trata de una “escalada evidente” que debe recibir una “respuesta adecuadamente firme”.


En el borrador de propuesta reportado por varios medios rusos, el Ministerio de Defensa sugiere actualizar las coordenadas utilizadas para medir la franja de aguas territoriales desde su costa continental y la de sus islas en el Báltico.


Las actuales se aprobaron en 1985, según el Ministerio, que apuntó que se “basan en los mapas de navegación náutica a pequeña escala” y no se corresponden con la “situación geográfica moderna”. El documento no aclaraba si los cambios propuestos desplazarían la frontera o la aclararían.


El primer ministro de Suecia, Ulf Kristersson, dijo que Moscú firmó en su día una convención de ONU que regula cómo se realizan ese tipo de cambios. “Tanto nosotros como Finlandia asumimos que Rusia -que es parte firmante de esa convención- cumple con esa responsabilidad”, indicó, de acuerdo con la agencia noticiosa sueca TT.


Si los rusos desafían las fronteras, “entonces Rusia viola una convención de la ONU, entonces Rusia tendrá a todo el mundo en su contra”, indicó la ministra finlandesa de Exteriores, Elina Valtonen, según la televisora finlandesa YLE. Sin embargo, añadió que probablemente se tratarse de un acto rutinario y no de una provocación.


Por su parte, el presidente de Finlandia, Alexander Stubb, escribió en la red social X que Moscú no se ha contactado con su país al respecto. “Finlandia actúa como siempre: con calma y basándose en los hechos”, manifestó.


También en X, el ministro de Exteriores de Lituania, Gabrielius Landsbergis, dijo que el Kremlin estaba “intentando sembrar el miedo, la incertidumbre y la duda sobre sus intenciones en el mar Báltico”. Los últimos avances de las tropas rusas en el noreste de Ucrania han generado una gran preocupación en Lituania.


Las guerras asimétricas
Gregorio Morán. vozpopuli. 2 Junio 2024

Los artículos sobre política internacional han ido desapareciendo de los medios de comunicación habituales. Hoy día forman una variante periodística entre la excentricidad y el elitismo reservada en exclusiva para países con intereses geopolíticos. Abstenerse los dependientes, que han de conformarse con la pomposidad de los expertos académicos, que no hablan, sentencian, o los tertulianos que lo mismo peroran sobre Afganistán que sobre la Guerra de las Galaxias, porque cobran por sesión, como las prostitutas y los fontaneros.


Descubrí la geopolítica a los 22 años gracias a que el Viejo Profesor, Enrique Tierno Galván, me encargó dos voces para un Diccionario Político que no llegaría a publicarse. Una era “Geopolítica” y la otra “Manuel Azaña”. Conociéndole como creo recordarle ahora, la propuesta no tenía nada de arbitraria. Trataba de ponerme en dificultades ante dos temas que estaban muy alejados de mis inclinaciones intelectuales de entonces. Vivíamos en los tiempos del cólera y él se divertía mucho en una empresa-tapadera, por buen nombre “La Corchera Ibérica”, mientras daba sus primeros pasos en la creación del Partido Socialista del Interior, luego Popular.


La geopolítica representa el lado más descarnado de las relaciones exteriores de los Estados y no es extraño por tanto que fuera tan enriquecida académicamente en las universidades alemanas y anglosajonas. No digamos Rusia. Estudiar los movimientos geopolíticos del Imperio de los Zares es una tarea para expertos con alta cualificación. Lo que vino con Lenin y Stalin no es poca cosa tras el fracaso expansionista de las invasiones de Polonia y Finlandia, pero el final de la Segunda Guerra Mundial y la consolidación del Telón de Acero ya marcan el espíritu geopolítico, llamémoslo así, de Vladimir Putin, inseparable del desmoronamiento no sólo del comunismo; la animosidad de Putin hacia Lenin es más que explícita, hasta el punto de hacerle responsable intelectual del actual fraccionamiento.


La invasión de Ucrania parte de un hecho sin precedentes por su descaro. Primero la denominación de “Operación Especial”, lo que vendría a avalar el derecho del Imperio que niega la existencia del país al que invade. La justificación en una supuesta deriva fascista de los ucranianos alcanza la estupidez, similar a aquellas salidas de Mussolini sobre la Civilidad Romana que llevaban sus tropas cuando invadían territorios indefensos. Pero hay algo reseñable que no valoramos en su justa medida: ni el más putiniano de sus partidarios imaginaba que Rusia iba a invadir Ucrania. Los juegos geopolíticos de algunas potencias occidentales caían de lleno en la provocación, pero cabía un margen para la negociación que no rompiera el tablero. No fue así y ahora nos enfrentamos a la peor de las guerras posibles. Ucrania no está en condiciones de ganar y Rusia no puede perder. Las armas nucleares se inventaron para disuadir a los que no las tienen, porque una vez que las tienes estás en posesión de un siniestro aval que garantiza que nunca serás derrotado del todo.


Se pueden exclamar majaderías sin cuento pero estamos para pensar aquello por lo que algunos pagan para que no lo pienses. Defender el derecho de Ucrania a la existencia, el fin de la invasión y de la guerra, la necesidad de ayudarla y sostenerla, pero al tiempo conscientes de que el enemigo tiene ese nivel de poder y de relaciones internacionales que lo hace impune, incluso más inmune de lo que quisiéramos. Podemos fantasear sobre la caída de Putin, la revuelta interna -los kremlinólogos han vuelto a entrar en nómina-, la elevación insoportable de la dictadura, en fin, lo que nuestra imaginación produzca. Lo incontestable es que el campo está lleno de muertos, la miseria ha vuelto y sin embargo los recursos para seguir matando están lejos de agotarse.


Contemplar una guerra desde el balcón de tu televisor ha acabado por ser una forma de abordar lo inexplicable y tiene la ventaja -miserable ventaja- de que se digiere muy bien. Incluso cuando se sube el tono del eructo, una voz nos advierte de que lo que vamos a ver puede herir nuestra sensibilidad. Uno no puede menos que conmoverse al saber que sobrepasa el centenar de periodistas palestinos los que han muerto por disparos israelíes tratando de que su televisor alcance un nivel de verosimilitud que nos acerque a la tragedia. El gobierno de Israel impide que los periodistas acompañen a sus tropas; si reduces el riesgo, evitas las interpretaciones.


Escribir sobre Israel, un estado creado en 1948, cada vez se parece más a una querella ancestral donde aparecen expresiones que afectan a creencias acendradas durante siglos. Incluso se habla de la Santa Inquisición y de “Los Protocolos de los Sabios de Sion” para referirse a una guerra del siglo XXI. Lo primero que podemos intentar es manejarnos con un lenguaje común. Si empezamos con excepcionalidades no salimos del laberinto.


El 7 de octubre Hamas invadió territorio israelí causando 1.200 muertos y llevándose 200 rehenes. Una declaración de guerra en el sentido más preciso del término. Si no aceptamos esta obviedad el resto de nuestro análisis resulta fallido. El gobierno de Israel tiene especial interés en considerar la operación militar de Hamas como una acción terrorista, de tal modo que disminuye el potencial simbólico del enemigo. Una intención nada baladí que todos consideramos como una referencia coloquial pero que apenas tiene que ver con la evidencia de los hechos. Ninguna organización terrorista convencional puede asaltar un territorio a sangre y fuego, matar a más de un millar de personas y llevarse y esconder a 200 rehenes, burlando al más entrenado de los Servicios de espionaje del mundo -que en esta ocasión se ha cubierto de ridículo-. Luego retirarse a su territorio -Gaza-, donde Hamas constituye el poder real desde 2007.


Nos informan como a infantes destetados. Un ejército altamente preparado y con el armamento más sofisticado del planeta lleva meses tratando de terminar una guerra ganada de antemano. Decir que se trata de una lucha contra una organización terrorista está bien para las declaraciones políticas del balcón televisivo. Incomprensible sin tener en cuenta el castigo inaudito a la población: niños, mujeres y viejos. ¿Dónde están los hombres palestinos? Pues muertos, huidos o en la tropa islámica.


Todo es demasiado sórdido para ser creído, empezando porque la guerra la dirige un presidente, Netanyahu, que cuando termine la faena deberá afrontar tres causas judiciales demoradas que le llevarán con toda probabilidad a la cárcel. Seamos humildes, y reconozcamos que lo más difícil de entender es la ignorancia voluntaria y ese afán por participar en el combate desde la tribuna de los espectadores.


CABEZA DE LISTA DE VOX EN LAS ELECCIONES EUROPEAS

Jorge Buxadé: «Estamos en un momento de la historia en que hay que tomar partido, el PP no es capaz de hacerlo»
REBECA CRESPO. gaceta. 2 Junio 2024

Jorge Buxadé repite como cabeza de lista de VOX en las elecciones europeas desde que el partido entró en el Parlamento Europeo en el año 2019. LA GACETA acompaña al candidato a uno de los mítines de campaña en Valladolid desde donde denuncia cómo la actual presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, y la alianza que PP y PSOE mantienen en Bruselas ha cambiado el bloque comunitario durante estos últimos cinco años con el objetivo de borrar la identidad de las naciones que lo conforman.


En VOX lleváis ya tres semanas entre precampaña y campaña de las elecciones europeas, y si lo unimos con la campaña de las catalanas nos perdemos con las fechas, ¿cómo lo lleva?

Muy bien, muy contentos. Empezamos en Algeciras con nuestro manifiesto de medidas para luchar contra la inmigración y hemos visto, sobre todo a partir del VIVA, que nuestra gente está otra vez muy ilusionada con tener un gran resultado el 9 de junio.


¿Hay realmente conciencia entre los españoles de la importancia que tienen las elecciones europeas?

No la hay porque porque PP y PSOE llevan 40 años adormeciendo a la gente. En Bruselas ellos han hecho lo que les ha dado la gana, y han votado juntos en esta última legislatura el 89% de las veces. No han explicado a los españoles la importancia de las elecciones europeas cuando posiblemente entre el 70 y el 80% de lo que se aprueba en el Congreso de Diputados ya viene marcado desde el Parlamento Europeo: energía, inmigración, toda la Política Agraria Común, de transporte… Todo esto ya viene de la Unión Europea y por eso estas elecciones son importantes. Además, los medios de comunicación no hablan de Europa, pero son las europeas más importantes de los últimos 30 años y, por lo tanto, hay que ir a darlo todo el 9 de junio.


Los últimos comicios se celebraron en 2019, ¿qué ha cambiado en la UE desde entonces?

Todo, porque han sido cinco años nefastos, cinco años con Von der Leyen dirigiendo la Comisión Europea y con el Partido Popular Europeo siendo el motor de todo lo que está aprobándose: una política agrícola común desastrosa, se han firmado un montón de acuerdos comerciales con terceros países con condiciones perjudiciales para los nuestros, se ha aprobado el Pacto Verde que va directamente contra la industria productiva, y toda la ideología que se ha ido colando que asegura, por ejemplo, que el aborto es un derecho humano. Ha cambiado mucho, pero también ha habido una reacción contra eso: los partidos patriotas y conservadores en toda Europa han crecido una barbaridad. No sólo VOX, Rassemblement en Francia, Fidesz en Hungría, Frattelli en el Gobierno italiano… eso es que también tenemos buenas noticias.


El lema de campaña de VOX es ‘Nos van a oír’. ¿Qué es eso que necesitan oír los españoles para acudir a votar el 9 de junio?

Que estamos hartos de que los burócratas decidan cómo tienen que cultivar nuestros agricultores o cómo tiene que ser el control en frontera de la inmigración ilegal. Estamos hartos de que se metan en nuestras vidas, como con la gestión del coronavirus y el pasaporte covid o las zonas de bajas emisiones.


VOX se presenta a las elecciones al Parlamento Europeo, sin embargo, algo que se repite mucho en los medios de comunicación es que la formación es antieuropea.

¿Cómo vamos a ser antieuropeos? En una de las gorras que me he hecho para la campaña pone ‘100% español, 100% europeo’, y nosotros somos muy europeos. Europa no se puede entender sin España. España es la cuarta nación de Europa en términos de población y riqueza, pero nosotros tenemos una opinión distinta de lo que es Europa. Ellos están, a través de la Comisión y de todas las instituciones de Bruselas, cambiando Europa. Para ellos Europa es el festival de Eurovisión, es gente friki, un desastre estético, un desastre ético. Nosotros queremos recuperar Europa, recuperar nuestras tradiciones, queremos que la gente gane dinero, Europa siempre ha sido la zona más rica del mundo, hemos llevado la civilización por todos los lados, y Europa lleva 20 años sin crecer. Estados Unidos crece, China crece, la India crece, toda África crece y nosotros seguimos aquí, haciendo el canelo con la excusa del cambio climático, que es a lo que a ellos les ha servido para destruirlo todo.


«El Pacto Verde es un plan de despidos masivo»

Hablar de Europa, hablar del Parlamento Europeo, es hablar de la Agenda 2030. El Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 la define como «un plan de acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, que también tiene la intención de fortalecer la paz universal y el acceso a la justicia». ¿En VOX están de acuerdo con esa definición?

No, la Agenda tiene dos partes. Una, los ODS, que son esas palabras bonitas que tú has leído. Otra, la letra pequeña que nadie se lee, que son las metas. Una es crear una Educación pública, laica y estatal, es decir, se acaba con la libertad de los padres para elegir colegio. Otra incrementar las exportaciones de productos procedentes del extranjero porque, al parecer, la agricultura extranjera no perjudica al medio ambiente, pero nuestros agricultores sí. También incluye cuestiones relativas a la libertad individual, las zonas de bajas emisiones en las ciudades también vienen también de la Agenda 2030. Es un ataque a la libertad de las personas, de las familias y, por supuesto, a la soberanía de la Nación, de España.


En 2021 se aprobó el Pacto Verde Europeo. VOX defiende que hay que derogarlo.

Hay que derogarlo. El Pacto Verde es un plan de despidos masivo. Por ejemplo, las azulejeras y las empresas de cerámica en Castellón: eran líderes mundiales y ahora, con la excusa de salvar el planeta, les hacen pagar por el CO2 que emiten cuando producen. Como cuesta una pasta, esas empresas han perdido rentabilidad y han echado ya a 1.300 trabajadores a la calle, y ahora está viniendo cerámica y azulejos de la India, es un desastre. Una cosa es proteger el medio ambiente y otra cosa son esas políticas climáticas que destruyen nuestra economía.


Ese discurso es asumido por muchos como que a VOX no le importa el medio ambiente y que es negacionista del cambio climático.

Al contrario. Yo creo que no hay partido más conservacionista, más ecologista, que VOX. Nosotros queremos que nuestros bosques, nuestros ríos, nuestras playas, estén limpios, estén sanos, estén seguros. Somos patriotas, queremos que España esté en las mejores condiciones posibles, pero la persona o el sujeto más importante en un ecosistema es el ser humano. No podemos pretender tener una agricultura sin seres humanos. Su fanatismo no protege el medioambiente, nosotros sí queremos proteger el medioambiente español.


Hablemos de inmigración, otro de los grandes problemas de Europa. Hace unos meses se aprobó en el Parlamento Europeo el pacto migratorio. ¿Qué le parece a VOX ese pacto y qué es lo que propone el partido para hacer frente a las olas de inmigración ilegal en Europa?

El pacto migratorio es insuficiente. Hay una parte buena que hemos liberado nosotros, que es el Eurodac, ese nuevo registro para identificar a todos los inmigrantes ilegales que hay en Europa y que nos va a permitir saber dónde están para iniciar los procesos de expulsión.


Hasta ahora no había registro de los inmigrantes ilegales que entraban.

Nada, llevamos 30 años en la Unión Europea y no sabemos cuántos inmigrantes ilegales hay en Europa ni cómo se mueven, porque a lo mejor entran por Algeciras, piden aquí asilo y luego se van a París, y en París no tienen ni idea de por dónde ha entrado ni quiénes son. Es importante que cooperemos y nos demos toda la información, pero luego no hay ni una sola medida para expulsarlos, para devolverlos a sus países.


¿Qué propone para solucionarlo?

España se ha convertido en el país donde hay más entradas ilegales. El año pasado era Italia, ganó Meloni y la inmigración ha caído de golpe. ¿Por qué? Porque Meloni ha dicho: «Vosotros no vais a tener ayudas, venís aquí a trabajar o no vais a tener futuro». En España prometemos paguitas, ayudas a la vivienda, ayudas escolares… eso es efecto llamada. Primero hay que parar el efecto llamada y luego cerrar acuerdos con terceros países, como Marruecos, Argelia o Mauritania, y decirles: «Yo cada vez que encuentre a un nacional tuyo que sea ilegal, te lo voy a devolver, y si no lo aceptas, se acaba el negocio. No vamos a firmar más acuerdos contigo, no te vamos a dar dinero». Esto es lo que hace un país que tenga orgullo de sí mismo y eso es lo que proponemos para España y para toda Europa.


Otros partidos defienden que se necesitan miles de inmigrantes ilegales como solución al invierno demográfico que sufre Europa.

Eso se soluciona teniendo hijos. Hay que tener políticas de natalidad, de apoyo a la familia. Viktor Orbán, en Hungría, decidió que las familias que tuviesen cuatro hijos no pagaban impuesto del IRPF de por vida, eso anima a mucha gente a tirar adelante. Hay que apoyar a las mujeres que se quedan embarazadas y que se encuentran desprotegidas.


Europa también necesita mano de obra.

Es un problema. Pero claro, decir que en España falta mano de obra cuando tenemos tres millones de parados es muy hipócrita, lo que hay que hacer es medidas para fomentar el empleo. Los empresarios acaban pagando más del 30% del sueldo del trabajador en cotizaciones sociales, deberían pagar menos cotizaciones sociales y que los chavales puedan acceder a un empleo con un sueldo digno. Para ello, evidentemente, que hay que reducir el Estado, todo el gasto político, todo lo que se paga en chiringuitos, subvenciones a sindicatos, a organizaciones empresariales, también a los partidos políticos. Eso hay que cortarlo de una vez por todas para dar empleo de calidad.


Esta semana la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz-Ayuso, dijo que «no hay derecho a levantar muros contra nadie». ¿Cómo deberían ser, según VOX, los muros de Europa?

Como los que querría cualquiera en su casa, lo suficientemente altos y fuertes para que nadie pueda escalarlos, y que tengan una buena puerta. Lo bueno de un muro es que tiene una puerta por la que se entra. En el PP están despistados, en 15 días han dicho tres cosas distintas, se llenan la boca con la amnistía de Puigdemont, que es una barbaridad contraria a la Constitución, pero ahora quieren amnistiar a 500.000 personas que han entrado ilegalmente en España y además sin distinguir si han cometido delitos, si alguno de esos 500.000 forma parte de esas manadas que violan a nuestras hijas y a nuestras mujeres. Como dice una de las frases de nuestras gorras, muros altos hacen buenos vecinos; si tienes un buen muro, con tu vecino te vas a llevar bien. Eso es lo que queremos, unos buenos muros para que nuestra puerta pueda estar abierta a aquel que entre legalmente.


Las encuestas dicen que tanto el ECR, el grupo en el que está integrado VOX en el Parlamento Europeo, como ID van a subir en las próximas elecciones. Este dato se ha vendido en varios medios españoles con el titular ‘Europa pierde el miedo a la ultraderecha’.

Que no tengan miedo, nosotros lo que queremos es libertad, prosperidad y seguridad. Queremos que los europeos vuelvan a ser europeos. Que vuelva a haber empresas europeas que crecen, que innovan, que un emprendedor puede tirar adelante, que hay un buen nivel de natalidad, que tengamos soberanía energética. Eso es lo que queremos y lo que vamos a hacer. No sólo porque lo digan las encuestas, es que los partidos patriotas, conservadores e identitarios están creciendo en toda Europa porque estamos señalando cuáles son los problemas, quiénes son los culpables y estamos ofreciendo soluciones. Si somos capaces de unirnos, que lo vamos a hacer, cogeremos al Partido Popular Europeo y le obligaremos a romper su coalición con el Partido Socialista, con la que llevan décadas. Y si no quieren, pues que lo expliquen ellos.


¿Confían en que el PP rompa esa coalición?

Yo confianza en el PPE tengo muy poca. Lo vemos en España. El PP ha decidido que su estrategia de campaña es atacar a VOX, cometiendo otro grave error que no entienden sus votantes. Pero vamos a confiar en que la fuerza de los votos les dé una alternativa, y si deciden mantener esa coalición tendrán que dar explicaciones. Lo que no pueden evitar es que los partidos patriotas somos ya, en toda Europa, el primero, segundo o tercer partido con representación. Desde Francia hasta Finlandia, España u Holanda. Europa está cambiando y nosotros confiamos en que también el 9 de junio haya millones de españoles que quieran dar un giro total a las políticas europeas. El Partido Popular y el Partido Socialista no han representado ningún interés de los españoles, han estado votando lo mismo el 90% de las veces, y votaban por los intereses de los burócratas, no los de los agricultores, de los ganaderos, de los pescadores, de los trabajadores o del pequeño comercio.


VOX ha colgado una lona en Madrid con esa denuncia sobre las veces que PP y PSOE votan lo mismo en la Eurocámara. Parece que la respuesta del PP ha sido endurecer el discurso contra VOX, «abrir la veda».

No sé si es que han cambiado de estrategia o que ésta era la del origen. Su estrategia en las europeas es no hablar de Europa, lo que han hecho es decir eso de abrir la veda y un informe de FAES contra DISENSO. Creo que están absolutamente despistados y que todo viene de Génova. Génova no quería los acuerdos que hemos configurado con el PP en varias regiones y siguen emperrados en matar a VOX, pero seguimos muy vivos, y muy fuertes. El PP no entiende nada de la política internacional, no puedes ponerte entremedias de Sánchez y de Milei, no puedes ponerte entre Netanyahu y Hamás, ya no. Estamos en un momento de la historia en que tienes que tomar partido. Eso es lo que nosotros hacemos, ellos no son capaces.


Doy por hecho, dadas las circunstancias, que no han recibido respuesta de esa carta que Abascal envió a Feijoo hace unas semanas.

No ha habido contestación. No tienen opinión propia, empiezo a pensar que no hay nadie pensando allí, que es sólo estrategia comunicativa. La propuesta era muy clara, y nosotros la volvemos a lanzar: rompan ustedes su coalición con el PSOE en Bruselas, dejen de estar abrazaditos a los socialistas y a los verdes y vamos a luchar contra el enemigo común.


Desde el PP insisten en que es VOX quien se quiere aliar con el PSOE para terminar con su formación.

¿Alguien en España se cree que nosotros tenemos una pinza con el PSOE? Es que ni siquiera los votantes del Partido Popular se lo pueden creer. Esta misma semana hemos presentado una querella contra Sánchez, hemos presentado dos mociones de censura, no hay ninguna pinza. Votamos sistemáticamente que no a cualquier cuestión que plantea el PSOE y sabemos quién es el enemigo. En Vistalegre, lo que nos unía a todos los que estábamos allí es el rechazo al globalismo socialista, desde Miley y LePen a Orbán y Meloni. Nosotros sí sabemos quién es el enemigo, el PP no, parece que su enemigo somos nosotros. Bueno, ellos sabrán.


Ahora que menciona Vistalegre, se ha criticado a su partido por reunir a formaciones cuyos programas contienen máximas contrarias a las de VOX.

Es que hay gente que entiende la política como una secta. Creo que así lo entienden en el PP y en el PSOE, sólo puedes estar si piensas exactamente lo mismo que nosotros, y si no, no eres mi amigo, como en el patio del colegio. Nosotros entendemos la política con una mayor generosidad. Sabemos que hay una serie de puntos que para nosotros son muy importantes, como la soberanía, la unidad de nuestras naciones, la libertad de las familias, la energía y la lucha contra la inmigración ilegal y la Agenda 2030. Esto nos une con Milei, con Le Pen, con Meloni, con Orbán… pues estamos juntos. ¿Cómo no nos vamos a juntar con alguien que está luchando en Argentina contra el foro de Sao Paulo si nosotros lo hacemos desde Foro Madrid y Disenso? ¿Cómo no nos vamos a juntar con alguien que lucha contra Von der Leyen como Le Pen o como Orbán? Tenemos enemigos comunes y en esa parte nos unimos, y en otras no, pero eso se llama generosidad.


Hablemos de Palestina. Esta semana el Gobierno ha aprobado su reconocimiento oficial y Abascal ha viajado a Jerusalén para reunirse con Netanyahu. ¿Cuáles creen que pueden ser las consecuencias para España de la decisión de Sánchez? ¿Qué objetivo tenía la visita del presidente de VOX?

Las consecuencias pueden ser imprevisibles porque Israel es un Estado democrático de derecho que se siente atacado en su soberanía y, por lo tanto, puede tomar las correspondientes represalias como haría cualquier Estado que se sienta orgulloso de sí mismo. Por eso el viaje de Santiago es histórico, conseguir de Netanyahu el compromiso de que van a seguir colaborando en la lucha antiterrorista a pesar de Sánchez, y que no van a entrar en asuntos de la unidad territorial de España es histórico. Esto lo ha conseguido Santiago Abascal y quedará firmado ya para los libros de historia. Después de las declaraciones de Sánchez, de ese reconocimiento del inexistente Estado palestino, por lo menos ahora mismo, hubo diputados israelíes que propusieron en redes reconocer la independencia de Cataluña o de Vascongadas. Ese viaje ha parado todo eso, un riesgo para la unidad de España, para nuestra integridad territorial, que había abierto Sánchez, Santiago Abascal lo ha salvado.


También se ha aprobado la amnistía. Mucha gente confía en que sea Europa quien frene la aplicación de la norma, ¿creen que el Tribunal de Justicia de la Unión Europa será quien lo pare?

Yo no tengo ninguna confianza. Recuerdo cuando estaba en Barcelona, en los tiempos del golpe de Estado y el Partido Popular decía que Europa iba a salvarnos. ¿Qué hizo Europa entonces? Nada. El golpe de Estado se produjo, se produjo la violencia, la vulneración de derechos, todo. Y Puigdemont se escapó en un maletero. Y entonces el PP dijo: «Europa nos devolverá a Puigdemont», y lleva cinco años allí. No es un tema de confianza, son hechos. La amnistía tenía que haberse parado en el Senado, la tendríamos que haber parado los españoles con los instrumentos que teníamos, porque para eso los españoles dieron la mayoría absoluta al PP en la Cámara Alta y la ha tirado por la borda. La única sentencia relevante que se ha dictado en el caso de Puigdemont ha sido a su favor por ese Tribunal de Justicia.


Si no lo para Europa, ¿quién lo hará?

Los españoles, los jueces, yo tengo una gran confianza en los jueces. En España hay jueces valientes y confío en que los habrá que rechacen la aplicación de la amnistía, que sean valientes y por tanto esto se prolongue y tengamos tiempo para que VOX gane las próximas elecciones. Entonces, desde el Gobierno de la Nación, cogeremos a Puigdemont y le traeremos a España para que sea juzgado.


Una última pregunta, ¿cómo le gustaría a Jorge Buxadé que fuese la Europa del futuro?

Una Europa en la que avancemos o retrocedamos todos juntos. Ellos han inventado una Europa en la que unos cuantos, Alemania, los lobbys, las grandes multinacionales, son las que dicen hacia dónde hay que ir y el resto como borreguitos le seguimos. Nosotros queremos una Europa en la que las naciones que la forman, cuando estén todas de acuerdo, tiramos para adelante. Si no lo estamos, nos quedamos paraditos y seguimos hablando hasta encontrar un acuerdo. Así creció Europa, así se ha hecho grande Europa, respetando la identidad de cada una de las naciones, y así volveremos otra vez a hacer grande Europa, haciendo grande a España.


Los mercenarios del sanchismo
Francisco Marhuenda. la razon. 2 Junio 2024

Mi madre me decía hace unos años que, en ocasiones, es bueno tener mala memoria. Era un consejo sabio, pero nunca lo seguí. Estos días recuerdo lo que decían los mercenarios mediáticos y políticos del sanchismo contra Rajoy y su gobierno. Ha coincidido, también, con la conclusión del triste vía crucis de Paco Camps que sufrió el caso más brutal de lawfare de la Historia de España. Fueron 15 años de persecución periodística, judicial y política. Se mancilló su nombre de una forma inmisericorde. «El País» le dedicó 169 portadas, pero no he visto la 170 pidiéndole perdón por esa atrocidad. Es la superioridad moral de una determinada izquierda que es inmoral y su único escrúpulo es ser capaz de servir con diligencia y eficacia a su amo. La única culpa de Camps era ser del PP y, sobre todo, haber derrotado al PSOE. Había que destruirlo, no solo políticamente sino personalmente. En total han sido 10 absoluciones. Eso sí es lawfare utilizando la terminología de la izquierda populista iberoamericana que ha abrazado Pedro Sánchez con el fervor del converso. A Feijóo le corresponde ahora recuperar a Camps, porque es el ejemplo de un político eficaz, coherente e intachable.


La fuerza del sanchismo es la falta de empatía de su líder, así como contar con unos mercenarios que son más eficaces que los famosos hessianos que contrató el Reino Unido para luchar contra los rebeldes coloniales en la Guerra de Independencia. Eran muy respetados por su disciplina, valor y eficacia en el campo de batalla. Estos auxiliares, como legalmente eran conocidos, eran una fuente de ingresos muy importante para unos estados alemanes pequeños y relativamente pobres. En el caso de los sanchistas, son muy bien recompensados por La Moncloa. No se puede hablar de leales, porque recuerdo con gran precisión que fueron sus más feroces detractores y la conversión llegó, casualmente, con el triunfo de la moción de censura. No me refiero solo a los medios de comunicación y los periodistas que defienden a Sánchez, su mujer, sus cesiones, sus mentiras y la amnistía, sino a los políticos socialistas que actúan como robots sin alma o principios.


La izquierda quiere que la derecha sea una oposición domesticada que se limite a aplaudir las grandes decisiones de Sánchez y antes de Zapatero o González, aunque con permiso limitado para hacer algunas críticas menores. Es cierto que a todos los mercenarios de la prensa y la cultura les va muy bien cuando gobierna el PP. Es la consecuencia del complejo de una derecha que le preocupa que le digan que es de derechas. Por eso resulta tan eficaz la estrategia de estigmatización del PP y la apelación a esa internacional ultraderechista que se ha inventado Sánchez. No importa que mienta, que pacte con los comunistas, los antisistema, los independentistas y los antiguos dirigentes del aparato político y militar de ETA o que gestione la economía con la ineficacia habitual, aunque pueda mostrar unas cuentas maquilladas gracias al dopaje de la UE. No importa el escándalo de Koldo y sus amigotes, que Ábalos se haya pasado al grupo mixto o los líos de Begoña Gómez, porque los mercenarios del sanchismo están en la trinchera dispuestos a defender a su líder. No les importa que la amnistía sea inconstitucional y que los independentistas emerjan como los ganadores del relato. No les importa la falta de transparencia, el uso y abuso de los medios públicos al servicio de los intereses personales de Sánchez. No les importa la colonización de la Administración y el sector público empresarial para colocar a los amigos y clientes del PSOE. Lo único que les importa es la recompensa por su ciega fidelidad.


Me pregunto qué hubiera sucedido si las mujeres de Suárez, Aznar o Rajoy hubieran tenido una intensa actividad empresarial bajo el paraguas de una cátedra de investigación con el único aval de ser la esposa del presidente del Gobierno. Por supuesto, respeto su presunción de inocencia, pero ha sido un comportamiento imprudente y éticamente reprobable. Lo peor es que ha sido gestionado de una forma lamentable por La Moncloa, aunque haya contado con el aplauso fervoroso de los habituales mercenarios. Ni un atisbo de autocrítica. En lugar de salir el primer día y zanjar la polémica se han enredado en una maraña de contradicciones que ha acabado siendo un desastre para Sánchez. No hay nada más contraproducente que hacer el ridículo y no le ha hecho ningún favor a su esposa, siento decirlo, erigiéndose en su paladín.


Estamos asistiendo a una huida hacia adelante para esconder las carencias, las mentiras y los errores de Sánchez. Es verdad que intentan presentarlo como un líder, un pacificador y un moderno Hércules que se enfrenta a los enemigos del progreso, pero es un intento patético de unos mercenarios que buscan su propio interés y la supervivencia en sus cargos o emolumentos. La amnistía es un ejemplo de esa falta de principio, ya que es la consagración de la impunidad, los privilegios para unos políticos que cometieron graves delitos y la aceptación de un origen ilegítimo y corrupto para aprobar una ley.


Todos sabemos qué hubiera sucedido con un presidente del Gobierno del PP. La reacción frente a este cúmulo de irregularidades, corruptelas y cesiones hubiera sido brutal. En cambio, tenemos que escuchar o leer a los mercenarios defender lo indefendible e incluso dar lecciones sobre progresismo, radicalidad y liderazgo. No creo que el PP levante el velo cuando llegue al poder, porque no lo hicieron ni Aznar ni Rajoy. Al final pagaron ese exceso de prudencia, porque la izquierda ni perdona ni olvida sus derrotas. Es un resultado de su concepto patrimonialista de entender el poder. Los mercenarios se juegan mucho y no pueden permitir que Sánchez abandone La Moncloa. Por ello, le defenderán sin importarles la corrupción y las mentiras.


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Amnistía, fango y fruta
JAVIER SOMALO. libertad digital. 2 Junio 2024

Al final, lo que buscaba Pablo Iglesias nos lo ha traído el PSOE de Pedro Sánchez: derogar el régimen del 78, la Transición.

Ahora falta la segunda parte —por tácita, no se dice de forma expresa—, que es cerrar el franquismo con la ruptura, léase revolución, que no fue necesaria pero siempre ansió la izquierda. Por eso nos han rebobinado la historia, para ser protagonistas sin riesgo. El epítome fue la exhumación de Franco y su traslado en literales volandas a Mingorrubio. Va a tener razón Feijóo: Pedrito es un cobarde.


España descarriló el jueves 30 de mayo de 2024. Ocho partidos políticos que sostienen al débil gobierno aprobaron la Ley de Amnistía para borrar los delitos cometidos por buena parte de esos mismos partidos. El beneficio para unos pocos es evidente: unos se libran de la cárcel, otro necesitan precisamente eso para seguir en el poder y otros más ven colmados sus vicios. Para el resto de España, para la inmensa mayoría, es un baldón que puede marcarnos sin remedio. En la operación, además del necesitado y de los amnistiados, están la Fiscalía general del Estado y el Tribunal Constitucional. Un autogolpe de libro.


Con buenos trajes de lana fría, blazers ajustados y modelos vaporosos también se puede delinquir. Los diputados socialistas de principios del siglo XX que amenazaban de muerte a otros diputados iban inmaculados. Los del 36, que cumplían las amenazas, también. Y hasta hablaban mejor.


En febrero de aquel año, el parlamento catalán estaba suspendido por el golpe de octubre —¡qué tendrá octubre! — de 1934 perpetrado por la izquierda republicana en connivencia con el PSOE. En Madrid Manuel Azaña sustituía a Manuel Portela Valladares en el Gobierno y la izquierda celebró la llegada del Frente Popular exigiendo la amnistía y la inmediata excarcelación de Lluís Companys y de los consejeros apresados por el golpe. A las puertas de la comisaría de Vía Layetana hubo importantes disturbios que no están del todo documentados, pero empezaba la conocida como "primavera del 36" que desembocó en la guerra. No todo lo que empieza de forma similar tiene que acabar de un modo parecido, pero hay caminos que nunca debimos volver a pisar.


Este jueves 30 de mayo, casi un siglo después, la ley se ha hecho delito, el delito es la ley. El resultado ni siquiera es todavía una dictadura. Es un suicidio aplaudido para mayor gloria de un personaje sin apenas valía, un don nadie narciso con una única aptitud, pero indiscutible: hacer el mal.


La aprobación de la Ley de Amnistía, ley de permanencia o habilitante para Sánchez, está pendiente sólo de su publicación en el BOE. Parece que eso no sucederá hasta que se conozca el resultado de las elecciones europeas, no sea que el Supremo se ponga a trabajar, que lo hará, y fastidie la campaña europea del muñeco. Todo está en suspenso por el mismo motivo, incluidos el gobierno vasco y el catalán. Si se tomó cinco días para distraernos, qué no hará para sobrevivir a su propio plan.


¿Y entonces, Europa? El 9 de junio se celebran elecciones al parlamento europeo y los análisis se centran en si la gente vota en clave nacional o no, si Vox venderá que crece porque tenía poco, si el PP será ganador claro, si Podemos desmontará las tiendas de campaña y otras tantas proyecciones, extrapolaciones y estimaciones que llenan tablas analíticas, tertulias y mítines. Pero lo importante es que un país miembro, España, lleva a Europa un carro cargado de nitroglicerina tirado por ocho asnos salvajes.


Esta es nuestra aportación: amnistía para un golpe de Estado en curso, inminentes reclamaciones de "autodeterminación", reconocimiento de un estado palestino, enfrentamiento diplomático con Argentina, teléfonos espiados, Marruecos desternillándose y (claros indicios de) corrupción generalizada, institucional, ministerial, personal y hasta marital. No se podía esperar mucho más de un presidente que necesitó apoyar su incapacidad electoral en golpistas y terroristas escondidos bajo la apariencia de partidos políticos. Lo que sucede es lo lógico. Es de esperar que también la lógica guie el voto ciudadano.


Pero ¿qué va a hacer la Gran Burócrata con nuestro engendro? Hasta ahora Europa se parece más a Page que a Feijóo o Ayuso. Critica pero no actúa, advierte pero no da ejemplo. No puede entenderse que delincuentes y cómplices interpreten un dictamen de la Comisión de Venecia a su favor y el resto vea en cambio un severo varapalo sin que pase nada, sin que la propia Comisión salga al paso a defender el interés general. No basta expresar "preocupación". Con el tiempo agotado no caben titubeos. La Unión Europea debe demostrar que hay ley y que no se puede quebrar el principio de igualdad ante ella. Eso o limitarse a ser espectadora de una crisis que puede provocar una reacción en cadena. Nacionalismos no faltan y parece que en todas partes hay una peligrosa nostalgia por los años 30.


Quedan algunas esperanzas. Una es la cuestión prejudicial ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) para que decida si la ley española cumple con el derecho comunitario. Otra, que no haga falta consultar porque los fiscales del procés ya han dejado claro que la malversación no es amnistiable y, por ello, el Supremo decidiera continuar la instrucción sin necesitar ni a TJUE ni menos al Tribunal Constitucional de Conde Pumpido, el de la conjura del asador argentino.


Para todo ello hace falta intención, medir los movimientos del enemigo y soportar impasible la presión de la guardia pretoriana de Pedro Sánchez, atenazado por la pendiente formación de gobierno en Cataluña.


Contra el fango, fruta

La "máquina del fango" está en La Moncloa y todos los ministros están obligados a usarla varias veces al día, como el que ficha en su centro de trabajo. Es una suerte de estación depuradora del detritus gubernamental que lanza su puré tóxico a los tejados del PP. Pero de tanto bombear ha dejado de ser eficaz. El fango es ya el medio natural en el que flotan los casos Ábalos, Koldo y Begoña con todas las esferas derivadas de cada trama.


Esa fangosfera se multiplica exponencialmente negando las evidencias más groseras, adelantando exclusivas periodísticas dictadas desde ministerios, investigando la vida privada de los rivales políticos y poniendo las instituciones al servicio de la persecución. Todo forma parte de la intendencia de un régimen que ha decidido tumbar el Estado de Derecho construido en la Transición. Todo es corrupción. Nada les resulta imposible.


En la otra orilla de la balsa de fango hay vida. Lo de "me gusta la fruta", exclamación acuñada por Isabel Díaz Ayuso, se ha convertido en una reacción de protesta imparable. Acabará olvidándose el origen de la expresión, una argucia para expresar una rabia incontenible sin admitirlo, y seguirá usándose como seña de identidad de la resistencia al régimen socialista de Sánchez. La fruta no impedirá la ignominia de la amnistía pero siempre ayudará a aclarar la corriente de fango que arrastra basura por todas partes. Hasta en eso se va a parecer Sánchez a Hugo Chávez.


En diciembre de 1999 las montañas de Vargas se deshicieron por la lluvia acumulada provocando un deslave de lodo, piedras, masa vegetal y todo lo que quisiera tragar aquel mortal torrente a su paso. Ese mismo día los venezolanos tenían que votar una Constitución que concedía ya poderes extraordinarios al presidente recién llegado. El desastre natural, el conocido después como "deslave de Vargas", estaba anunciado como riesgo casi seguro tras las copiosas y continuadas lluvias sobre la región, pero Chávez ordenó priorizar el voto sobre la vida. Murieron muchos miles, se rechazó ayuda estadounidense que consistía en barcos hospital y se aprovechó el desastre para adquirir aún más poder y leyes habilitantes. Fango, lodo y poder sin medida.


No es de extrañar que a muchos venezolanos también les guste la fruta. Aquí, contra la amnistía, los abusos, el rebobinado tramposo de la historia y el fango, será nuestro grito diario.


Hispania delenda est
Alejo Vidal-Quadras. vozpopuli. 2 Junio 2024


El 7 de diciembre de 1941 fuerzas aéreas y navales del Imperio japonés atacaron a traición la base norteamericana de Pearl Harbour en la isla de Oahu del archipiélago de las Hawái destruyendo un considerable número de buques e instalaciones y causando centenares de muertos y heridos en la guarnición de este enclave estadounidense en el Pacífico. El presidente Roosevelt pronunció un discurso en el Congreso en el que declaró la guerra a Japón y afirmó que la fecha de la agresión “vivirá en la infamia”. Pues bien, el 30 de mayo de 2024, el Congreso de los Diputados español vivió una tormentosa sesión que también puede ser calificada con toda exactitud como infame. Las democracias dignas de tal nombre se basan en el respeto a las normas escritas, pero también a las reglas no escritas, que hacen posible la convivencia pacífica en las sociedades plurales. Todas estas convenciones fueron vulneradas de manera inmisericorde por la esperpéntica mayoría que aprobó la ley de amnistía. Sobre la flagrante inconstitucionalidad de esta pieza legislativa y sobre la escandalosa desvergüenza del Partido Socialista, cuyos máximos dirigentes sin excepción, empezando por su cabeza de filas, dijeron enfáticamente una y otra vez antes de las elecciones generales de 23 de julio que una amnistía de los condenados o encausados por los ominosos hechos del 1 de octubre de 2017 en Cataluña jamás sería apoyada por su formación por tratarse de una medida claramente contraria a nuestra Ley de Leyes, se ha escrito ya abundantemente en los términos más tajantes y convincentes por lo que es redundante insistir en estos aspectos.


Es oportuno, en cambio, resaltar una vertiente de esta tropelía moral, jurídica y política, que no ha sido tan comentada. Cuando hace cinco siglos bajo el reinado de Enrique VIII en Inglaterra tuvo lugar la célebre polémica sobre el divorcio del monarca de su primera esposa, Catalina de Aragón, el canciller Tomás Moro, después canonizado por la Iglesia Católica, se negó a avalar la pretensión del soberano y esta valiente y coherente actitud le condujo al cadalso. Es famosa la conversación que sostuvo con su yerno, William Roper, marido de su hija Margaret, en la que aquél le instaba a aceptar los deseos del rey para evitar la muerte. El gran estadista y humanista le preguntó si para combatir al demonio se saltaría una ley y el interpelado le contestó que sin duda con tal de frenar al Maligno incumpliría una ley. ¿Y dos leyes? Insistió Moro. La respuesta fue la misma. ¿Y tres? Por supuesto, tuvo que escuchar. Y entonces Tomás Moro formuló el interrogante definitivo: Y cuando te hayas saltado todas las leyes para luchar contra el diablo, ¿quién te protegerá de su maldad? Es improbable que Pedro Sánchez conozca esta historia y ni tan siquiera tenga noticia de la figura del mártir inglés, pero tras su atropello de la Constitución, su carencia de cualquier asomo de decencia y haber adoptado como única y patológica prioridad en su vida su ansia irrefrenable de poder de la misma manera que Enrique Tudor destrozó el orden jurídico de su época dominado sin mesura por su lujuria, no se da cuenta de que su labor de destrucción del legado de la Transición que deja a España a la intemperie, también le expone a él a aviesos ataques futuros de los que ha elegido como aliados que muy posiblemente acabarán con él.


El supuesto efecto balsámico de la amnistía sobre el denominado absurdamente “conflicto” catalán quedó desmentido sin remisión en los discursos de Miriam Nogueras de Junts y de Gabriel Rufián de ERC, en los que ambos, lejos de presentar la aprobación del discutido perdón como una ocasión de reencuentro y olvido de agravios, proclamaron despiadadamente que lo que allí se aprobaba era una victoria del separatismo sobre España y el mero pago de la deuda contraída por Sánchez en su investidura sin que ello implicara para nada un pacto de legislatura. Es más, no se privaron de reclamar el referéndum como siguiente paso de su irrenunciable exigencia de una Cataluña soberana escindida de la común matriz española.


Un rebote imparable le desalojará del paraíso

Sánchez es un táctico habilísimo insuperable en el regate sorpresivo en un palmo de terreno, pero no distingue la finta de corto recorrido del juego con las cosas de comer. Aplica los mismos trucos a una reforma de las cotizaciones a la Seguridad Social que a una ley que hace tambalear todo el edificio constitucional y la existencia misma de España como Nación sin ser consciente de que, como puso de relieve lúcidamente Santo Tomás Moro, consumada la desactivación de la totalidad de las leyes, el que perpetra tal corrupción política extrema se vuelve asimismo completamente vulnerable. La vileza que el pasado jueves cometió el hombre febrilmente enamorado de sí mismo con el fin de prolongar su estancia en la Moncloa será la que en un rebote imparable le desalojará de su paraíso.


La historia se repite. Amnistías que no apaciguan España
Pedro Fernandez Barbadillo. libertad digital. 2 Junio 2024

1918, 1924, 1930, 1931, 1934, 1936 o Franco, el mayor indultador. La amnistía despoja al Estado de armas para defenderse y defender a los ciudadanos. Y los corderos solos en el bosque atraen a los lobos.


La experiencia española demuestra que, tanto en dictaduras como democracias, en repúblicas o monarquías, en Estados unitarios o en cantones, las leyes solo las cumplen los que no tienen otra alternativa. Y basta ver el uso de los indultos y las amnistías hecho por todos los gobernantes. En España, sublevarse contra la nación o matar a un primer ministro no tienen tantas consecuencias como dejar de pagar impuestos, que esto es lo imperdonable para la oligarquía política y funcionarial, el privarla de recursos económicos.


El indulto supone el perdón de la pena, aunque sigue considerando culpable del delito a quien se beneficia de él, mientras que la amnistía implica, además del perdón, el olvido del delito. Dada esa diferencia, el indulto lo suele conceder el Gobierno mediante decreto y la amnistía la aprueba el Parlamento mediante una ley.


Socialistas revolucionarios y militares derrotados

Las amnistías se convierten en un problema político cuando son medidas tomadas en beneficio de individuos que han tratado de derrocar el régimen vigente mediante la violencia.


La primera de ellas se promulgó en 1918. En agosto de 1917, la UGT, la CNT y el PSOE trataron de derribar la Monarquía mediante una huelga general revolucionaria que recibió el apoyo de los republicanos y de los catalanistas de Francesc Cambó. Este golpe de Estado causó más de setenta muertos.


Los miembros del Comité de Huelga, Julián Besteiro, Daniel Anguiano, Andrés Saborit y Francisco Largo Caballero fueron juzgados en un consejo de guerra y condenados a cadena perpetua por delito de sedición. Las fuerzas políticas que impulsaron la huelga general promovieron una campaña de solidaridad y una coalición de izquierdas les incluyó en sus listas para las elecciones de febrero de 1918. En mayo de 1918, las Cortes aprobaron la amnistía para esos diputados sediciosos y muchos más implicados.


Uno de los jefes de esa Alianza de Izquierdas era el republicano Melquiades Álvarez, que en 1936 fue asesinado por los ‘incontrolados’ de costumbre cuando estaba bajo la protección del Gobierno del Frente Popular, formado por socialistas.


Después del golpe de Estado de septiembre de 1923, el Directorio Militar presidido por el general Primo de Rivera, un decreto de 4 de julio de 1924 concedía amnistía a cientos de personas. Junto a los afectados por delitos y faltas de opinión y los destierros ordenados por los tribunales y el Gobierno, aparecían militares implicados en el Desastre de Annual. El nuevo régimen trataba de aumentar su popularidad con una medida de gracia.


El general Dámaso Berenguer, designado presidente del Gobierno por Alfonso XIII después de la dimisión de Primo de Rivera en enero de 1930, aprobó en febrero una amnistía, de la que los principales agraciados fueron los artilleros sublevados en Ciudad Real en junio de 1929, ya que se les reintegró a sus empleos. Los conspiradores civiles tenían el riñón bien cubierto. Uno de los cabecillas, el político conservador José Sánchez Guerra, había sido gobernador del Banco de España dos veces.


La derecha también recurre a ella

La Segunda República se estrenó con una amplísima amnistía, dada mediante un decreto el 14 de abril, que puso en las calles españolas no sólo a conspiradores políticos, sino, además, a muchísimos delincuentes. La Constitución de 1931 reguló las amnistías (reservadas a ley) e indultos en su artículo 102.


El general José Sanjurjo fue condenado a muerte por su sublevación en agosto de 1932; el año anterior había sido decisivo como director general de la Guardia Civil para el triunfo de la República. Sin embargo, Alcalá Zamora, jefe del Estado, y Manuel Azaña, presidente del Gobierno, que en 1930 habían participado en la conjura que condujo a la sublevación de Jaca, le indultaron y rebajaron la pena a cadena perpetua.


Las Cortes de mayoría derechista de 1933 aprobaron una ley de amnistía en abril de 1934 (presentada por el Gobierno de Lerroux) que permitió el regreso de José Calvo Sotelo, exiliado para escapar de las represalias por haber sido ministro de Primo de Rivera, el retorno de docenas de deportados por Azaña en virtud de la Ley de Defensa de la República y la liberación de Sanjurjo. Éste incluso recuperó su grado y su sueldo. Luego se instaló en Portugal, donde volvió a dedicarse a la conspiración. Murió el 20 de julio de 1936 cuando se estrelló el avión en el que iba a volar a Burgos.


Después de la conquista del poder por parte del Frente Popular, mediante el fraude electoral primero y las algaradas callejeras después, el Gobierno nombrado ilegalmente por Alcalá Zamora y presidido por Azaña aprobó un decreto-ley de amnistía para los condenados por la revolución de octubre, en la que murieron en torno a 1.400 personas. El 21 de febrero, incluso los diputados de derechas de la Diputación Permanente convalidaron el decreto-ley con la esperanza de calmar los disturbios.


Gracias a esta amnistía volvió a España el socialista Indalecio Prieto, que había huido para evitar su encausamiento por el golpe de Estado de 1934 (tercera huida de España, después de 1917 y 1930; la cuarta y última ocurrió en 1938). La medida de gracia permitió el reingreso de funcionarios expulsados por su implicación, como los oficiales Fernando Condés y José Castillo, y de empleados en las empresas donde habían practicado la violencia y hasta asesinado al propietario.


La amnistía también alcanzó a los golpistas de la Generalidad, incluso al comandante Pérez Farrás, jefe de los Mozos de Escuadra que había iniciado los tiroteos el 6 de octubre. Lluís Companys, condenado a treinta años, no había cumplido ni dos de ellos cuando regresó a Barcelona. Después, presidió la Generalidad durante la guerra, permitió matanzas y firmó docenas de penas de muerte. En 1940, fue condenado a muerte (por un tribunal formado por catalanes) y ejecutado.


Franco, el mayor indultador

El general Franco concedió diez indultos, cinco amnistías (tres de ellas por delitos monetarios y fiscales) y una prescripción de delitos anteriores al 1 de abril de 1939. De estas medidas, cuya lista completa doy en mi libro Eternamente Franco, se beneficiaron combatientes y dirigentes del bando izquierdista de la guerra, como Santiago Carrillo por la matanza de Paracuellos.


Jordi Pujol, encarcelado en Zaragoza en 1960, solicitó a Su Excelencia la aplicación del indulto de 1961, dado para conmemorar el XXV aniversario de la elección de Franco como jefe del Estado.


El franquismo encargó a la jurisdicción militar la represión de los delitos de terrorismo, en vez de a la penal ordinaria, lo que llevó a situaciones absurdas como el famoso consejo de guerra celebrado en Burgos en 1970. Los militares dictaron seis condenas de muerte por tres asesinatos, pero la movilización nacional y extranjera, y de la propia Iglesia, forzó al Gobierno a conceder el indulto a los etarras. Una absurda combinación de dureza y clemencia que no convencía a nadie.


En octubre de 1977, esos condenados, junto con más terroristas, fueron liberados. La amnistía aprobada por las Cortes Constituyentes abarcaba a "los actos de intencionalidad política, cualquiera que fuese su resultado, tipificados como delitos y faltas realizados con anterioridad al día 15 de diciembre de 1976". Es decir, asesinatos. Los asesinos salieron libres y los muertos siguieron en sus tumbas.


La democracia libera a etarras

Al año siguiente, la Constitución prohibió los indultos generales y las amnistías. Desde entonces, a los Gobiernos sólo les quedó el indulto individual como medida de gracia. Y lo han usado con abundancia. Los indultos aprobados superan los 10.000. Los han recibido el general Alfonso Armada, implicado en el oscuro golpe del 23-F, los socialistas José Barrionuevo y Rafael Vera, encarcelados por un secuestro realizado por los GAL, docenas de políticos, empresarios y funcionarios condenados por corrupción, un famoso banquero, muchos condenados a penas bajas por narcotráfico (mulas y camellos), terroristas de Terra Lliure y algunos delincuentes con abogados muy hábiles.


Después de afirmar durante años que la amnistía era inconstitucional, las izquierdas políticas la han aprobado en las Cortes y las izquierdas tertulianescas la han defendido, con argumentos como los de "la reconciliación y la concordia" y "los conflictos políticos se resuelvan por vías políticas y democráticas". Todo porque Pedro Sánchez necesitaba los siete votos de los diputados del partido Junts.


Esta ley de amnistía quiebra la Constitución, premia a quienes atentaron contra la Nación, humilla a los catalanes no separatistas, castiga a los funcionarios (policías, jueces, fiscales…) que participaron en la aplicación de la ley y establece la impunidad para la clase política y sus lacayos.


Aparte del daño legal que supone la instauración de un nuevo motivo de desigualdad entre los españoles, la nueva amnistía no va a traer la paz. La experiencia enunciada confirma que, se trate de Sanjurjo, de Companys o de pistoleros etarras, los indultos y amnistías a condenados por actos políticos violentos no sirven de nada. Los liberados ni se arrepienten ni agradecen los perdones. En el mismo debate celebrado el 30 de mayo en el Congreso, antes de la votación, los diputados cómplices de los golpistas se jactaron de su "victoria" y anunciaron la derrota de la nación española.


La amnistía despoja al Estado de armas para defenderse y defender a los ciudadanos. Y los corderos solos en el bosque atraen a los lobos.


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